Jesus de Nazaret Resumen

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Desde la perspectiva del autor el predicador y el maestro palestino que presentan los

evangelios canonicos, es una figura de bien que vivio para servir, amar, perdonar, compartir y
liberar.
Las ensenanzas de Jesus son necesarias en medio de las sociedades post-modernas del siglo
21. Pag. 4
Estudiar las fuentes, documentos bíblicas y no bíblicas, los descubrimientos aequeologicos y
las nueva comprensiones linguisticas y antropologicas que puedan arrojar luz en nuestra
comprension de este singular personaje historico cuyas ensenanzas y mensajes puedesn
producir reacciones intensas, apasionadas, firmes y acaloradas. Pag. 6

Vida y obra de Jesus de Nazaret


Sobre la vida y obra de Jesus se pueden identificar los esfuerzos por comprender la figura del
predicador galileo, desde la perspectiva celestial. El extraordinario proceso de encarnación.
Jesus vivio como un carpintero y rabino judio en la Palestina del siglo primero. el gran
desafío teológico y metodológico se hace dificil de entender adecuadamente la humanidad
plena quien se entiende es completamente divino a la vez que totalmente humano. pag. 11

se establece la humanidad de Jesus como fundamento, la humanidad de Jesus, Cristologia, se


fundamenta escrituralmente en los discursos de Pedro. Que llega a su expresión máxima de
que Jesus fue crucificado en Jerusalén.
las narraciones bíblicas enfatizan los temas que subrayan la humanidad de Jesus y una
identificación de la vida terrenal. Este estudio es para poder conocer la verdad de los asuntos
en los cuales hemos sido instruidos a través de las generaciones. Pag. 12

Las investigaciones en torno a Jesús


Por siglos, los lectores y las lectoras de la Biblia han dado por sentado que la información
necesaria para la adecuada comprensión de la vida y obra de Jesús, estaba incluida en el
Nuevo Testamento, específicamente en los evangelios. Además, se ha pensado que las
narraciones que se encuentran en los evangelios canónicos son un tipo de biografías de Jesús,
que articulaban con certeza y objetividad sus dichos y hechos. Y esas «biografías» eran el
material requerido, indispensable y necesario para que los estudios, en torno al fundador del
cristianismo, fueran fructíferos, efectivos y pertinentes.
Para llegar con certeza a la figura del Jesús, cuya vida se presenta y describe en los
evangelios, debemos buscar no solo las informaciones y los detalles que se desprenden de la
literatura bíblica y evangélica, sino también debemos tomar seriamente en consideración el
resultado de las investigaciones científicas que pueden colaborar positivamente en nuestra
tarea teológica, literaria y espiritual. Pg. 13

Para tener un cuadro lo más amplio posible de la figura que ha dividido la historia de la
humanidad en dos períodos, y que con su verbo elocuente y sabio, y su virtud sanadora y
liberadora, le hizo mucho bien a sus contemporáneos, en efecto, debemos unir las noticias
que se desprenden de las lecturas y los estudios de los evangelios, a la información que
producen las diversas ciencias que colaboran en este proceso de investigación académica,
pastoral, teológica y espiritual. Pg. 14
Esfuerzos metodológicos y comprensiones cristológicas
Desde las importantes declaraciones teológicas del Concilio de Calcedonia, hasta los
esfuerzos y las investigaciones recientes en torno al Jesús histórico, el deseo por estudiar y
comprender la figura del líder indiscutible del cristianismo, no se ha detenido. Por el
contrario, parece que los apetitos por comprender mejor al fundador de la fe cristiana, con el
tiempo han ido en aumento. Pg. 14

Es el Concilio de Calcedonia el que articula, de forma elocuente y profunda, las


comprensiones de Jesús que posteriormente se han desarrollado y han estado vivas entre los
creyentes ortodoxos, católicos y protestantes a través de los siglos. Ese Concilio respondió a
las necesidades religiosas, teológicas y espirituales de los creyentes y las iglesias, que
intentaban comprender y explicar la compleja naturaleza de Jesús, que era, de acuerdo con las
afirmaciones escriturales y las enseñanzas de las iglesias, a la vez, divino y humano. Pg. 15

La primera o búsqueda antigua


En Europa, por ejemplo, a mediados del siglo 18, y matizados por un período de gran
optimismo racional y actividad intelectual, se multiplicaron los esfuerzos por estudiar y
entender la figura de Jesús de Nazaret. En medio de un ambiente positivista, los intentos por
reconstruir la vida del Señor, desde una perspectiva primordialmente histórica, aumentaron
de forma considerable.
La metodología que se utilizó en esos esfuerzos literarios y teológicos, conocidos como «la
búsqueda antigua», aceptaba como adecuada únicamente los dichos y hechos de Jesús que
tuvieran explicaciones racionales, y que fueran verosímiles a la luz de las comprensiones y
los entendimientos de la época.
La no búsqueda
Estos esfuerzos teológicos y metodológicos, continuaron en el siglo 19 hasta que, a principios
del siglo 20, los estudiosos se percataron que esas propuestas para comprender la vida Jesús,
más que al personaje histórico que anunció el evangelio del reino de Dios a sus
conciudadanos y a la gente marginada y necesitada del primer siglo de la era cristiana, ponían
de manifiesto, más bien, las diferentes opiniones y perspectivas de los autores que
auspiciaban los estudios. Pg. 16

Segunda búsqueda
A mediados del siglo 20, algunos de los discípulos de quienes propusieron la «no búsqueda»
del Jesús histórico, se replantearon el tema cristológico nuevamente. En esta ocasión, sin
embargo, abordaron el asunto con nuevas metodologías y expectativas noveles, pues esa
importante tarea académica era entendida como irrenunciable. Pg. 17

La tercera búsqueda
Una nueva oleada de estudios sistemáticos sobre el Jesús histórico se producen en las últimas
dos décadas del siglo 20. Estos esfuerzos, que se identifican comúnmente, como la «tercera
búsqueda», se fundamentan en varios descubrimientos arqueológicos que nos permiten tener
acceso y comprender mejor el judaísmo del primer siglo, además de entender la cultura y la
religión en Galilea y Jerusalén, lugares que tuvieron gran importancia en el ministerio de
Jesús. Pg. 18

Esta «tercera búsqueda» nos ha permitido afirmar no solo que Jesús de Nazaret es una figura
histórica real y verificable, sino que nos ha ayudado a descubrir y comprender muchos
detalles de su vida, pues conocemos los ambientes sociales, políticos, económicos y
religiosos en los cuales nació y se crió, y que además, con el tiempo, se confabularon para
sentenciarle a muerte. Pg. 19

Testimonios orales
El primer testimonio público en torno a la vida, obra, muerte y resurrección de Jesús es oral.
Luego de las afirmaciones sobre la desaparición del cuerpo del crucificado, y referente a las
afirmaciones posteriores de que lo habían visto vivo nuevamente en varios lugares,
comenzaron a diseminarse en Jerusalén y Galilea las narraciones sobre la resurrección de
Cristo. Esas declaraciones se iniciaron entre sus colaboradores más íntimos y cercanos, como
las mujeres que fueron a ungir el cuerpo de Jesús, y luego siguieron entre sus discípulos y
seguidores, hasta llegar al resto de la comunidad.
Respecto a los procesos de transmisión de la información en la antigüedad, es importante
señalar lo siguiente: En la época de Jesús, quizá solo un diez por ciento de la población sabía
leer y escribir, y la información de importancia para la comunidad, se transmitía por vía oral,
sin necesariamente proceder con su redacción definitiva y a su fijación literaria. Y aunque los
eventos se explican, transmiten y exponen de diversas formas y con énfasis variados, el
contenido básico y fundamental de las narraciones se retiene, mantiene y afirma. Pg. 23

De la oralidad a la literatura
Luego de la muerte y resurrección de Jesús, posiblemente entre los años 30 y 50 de la era
cristiana, comienzan a desarrollarse y expandirse las reflexiones orales en torno a la vida,
obra y dichos de Jesús, en algunas de las ciudades más importantes del imperio romano.
Entre esas ciudades de la región se encuentran, posiblemente, Jerusalén, Antioquía,
Damasco y Roma.
La referencia a «Q» llega del alemán quelle, que significa «fuente», y consiste de un material,
escrito en griego, que forma parte integral de los evangelios de Mateo y Lucas, y consiste
esencialmente de una colección muy importante de dichos y mensajes cortos de Jesús; en este
material, se incorpora solo una narración milagrosa, el relato de la sanidad del criado del
centurión romano (Mt 8.5-13; Lc 7.1-10). Pg. 26

Los evangelios canónicos


Las tradiciones orales que se generaron luego de la pasión de Jesús, y de los recuentos que
surgen posteriormente a las transformaciones de esas narraciones a su fijación escrita, dieron
paso a la redacción de los cuatro evangelios canónicos, luego de los años sesenta y a
principios de los setenta. El orden cronológico de esta literatura parece ser el siguiente:
Marcos, Mateo, Lucas y Juan, aunque algunos estudiosos y especialistas del tema indican que
el evangelio de Lucas pudo haber tenido una redacción previa al de Mateo. Pg. 26
El propósito definido y claro de los evangelios es poner de manifiesto la naturaleza, las
actividades, los milagros, las enseñanzas y las implicaciones teológicas, éticas, morales y
espirituales de las actividades de este singular predicador palestino. Pg. 28

El Evangelio de Marcos, por ejemplo, pone de manifiesto una innovación literaria y teológica
de grandes repercusiones para la cultura de Occidente: Representa, posiblemente, la primera
vez que se redacta un tipo de itinerario de la vida y la obra de Jesús de Nazaret, desde los
relatos de su predecesor profético, Juan el Bautista, hasta las afirmaciones de su resurrección
a las mujeres que llegaron a la tumba y la descubrieron vacía. Pg. 28

La gran importancia teológica, literaria y temática de Marcos se distingue con claridad, al


notar que Mateo incorpora como un 90% del material que ya se había incluido en el primer
evangelio. Sin embargo, esa peculiaridad estilística no es una indicación de dependencia
servil o de repetición acrítica, pues Mateo incluye materiales que provienen de la fuente Q;
además, añade temas que no aparecen en otros evangelios, y de esta forma casi duplica el
volumen de su antecesor. Su audiencia es semita y la preocupación básica de la obra son las
enseñanzas fundamentales de Jesús.
Lucas, por su parte, escribe una obra en dos volúmenes, con una audiencia griega en mente,
que incluye, no solo el evangelio de Cristo, como Marcos y Mateo, sino presenta una
narración de las actividades de algunos discípulos y líderes cristianos, luego de la pasión y
posterior a las afirmaciones en torno a la resurrección (Hechos de los apóstoles).
Juan no sigue el estilo literario ni las prioridades teológicas de los tres evangelios previos, y
desarrolla su propia presentación del Señor. La lectura de este evangelio pone de manifiesto
su gran carga teológica, y revela que Jesús viajó a Jerusalén en diversas ocasiones, con
motivo de varias fiestas judías. Pg. 29

Otras fuentes neotestamentarias


En las cartas paulinas, por ejemplo, aunque no se incluye ninguna cita directa de Jesús, se
alude de forma explícita al mensaje del Señor en torno al tema del divorcio, que se presenta
en el Evangelio de Marcos (10.6-9,11-12). Pg. 30

En otros pasajes del Nuevo Testamento, particularmente en las cartas paulinas, la Epístola de
Santiago y la Primera carta de Pedro, aparecen algunas alusiones y referencias directas e
indirectas a diversas palabras de Jesús. Pg. 31

Los padres apostólicos


Los escritos cristianos no canónicos que proceden de los años finales del primer siglo, y la
mitad inicial del segundo, se identifican como los documentos de los padres apostólicos.
Un buen ejemplo de estos documentos se conoce como la Didajé, o Enseñanza de los
apóstoles, que es esencialmente una recopilación de las instrucciones que Jesús mismo había
dado a sus seguidores más cercanos. Pg. 31

De los años finales del siglo primero, proviene la primera epístola de Clemente de Roma a la
iglesia de los corintios. En esta importante carta, se incluyen siete enseñanzas de Jesús, de las
cuales tenemos noticias claras y referencias directas en el Sermón del monte, en Mateo, y en
el Mensaje del llano, en Lucas. Pg. 32

Fuentes literarias judías en torno a Jesús


Las contribuciones e informaciones más importantes, en torno a la vida y obra de Jesús en la
literatura no cristiana, provienen del historiador judío Josefo (c.37-100 d.C.), que de joven
formaba parte del grupo de los fariseos. Pg. 33

Luego de Josefo, que atiente el tema de Jesús con bastante neutralidad desde una perspectiva
histórica, es el Talmud babilónico el que alude y comenta la figura del rabino galileo. Esta
importante literatura judía, que proviene de los primeros siglos de la era cristiana, incluye
varias tradiciones antiguas en torno a Jesús. Pg. 35

Fuentes literarias romanas


La evidencia disponible de las respuestas romanas al evento Jesús de Nazaret, no son muchas,
pero todas son negativas. Presentan las perspectivas y comprensiones oficiales del imperio, al
movimiento que se generó en relación a las enseñanzas del rabino galileo, aunque se alude en
ocasiones directamente a su fundador.
P. Cornelius Tacitus (56-120 d.C.) fue un patricio romano que en el 116-117 escribió una
historia de Roma, desde la muerte de Augusto hasta la de Nerón (Anales). Y en el desarrollo
de su obra, específicamente en la sección dedicada a Nerón, alude al incendio de la ciudad
(64 d.C.) Provocado por el emperador, pero del cual se acusó injustamente a los cristianos. Al
explicar por qué ese grupo se denominaba cristiano, indica Tácito, que el nombre proviene de
Christus o Cristo, que en la época del emperador Tiberio fue condenado a muerte por el
procurador Poncio Pilatos. Pg. 37

P. Suetonius Tranquillus (70-130 d.C.), otro historiador romano, se une a la evaluación


adversa de Tácito en torno al cristianismo, pues describe el movimiento como una
superstición nueva, adversa y maléfica. En su obra biográfica en torno a los doce césares o
emperadores (De vita Caesarum), entre Julio Cesar y Domiciano (120 d.C.), Suetonio
presenta la expulsión de los judíos de Roma decretada por Claudio (49 d.C.), a la que se alude
en el libro de los Hechos de los apóstoles (Hch 18.2). Y la justificación que se expone, es que
el emperador los expulsó a causa de los continuos disturbios provocados por Chresto, que es,
en efecto, una referencia directa a Cristo (Vida de Claudio 25).
Un tercer testimonio romano en torno a Jesús, que en estas fuentes se identifica como Cristo,
proviene de Plinio el Joven (61-120 d.C.), que había sido enviado por el emperador Trajano a
la provincia de Ponto y Bitinia, en el Asia Menor (c.111-113 d.C.). Plinio comparte la
evaluación negativa del cristianismo que tienen Tácito y Suetonio, pues entiende que esa
nueva religión era una superstición perversa y extravagante. Pg. 38

Fuentes helenísticas y musulmanas


El resto de los testimonios literarios que provienen del mundo helenístico en torno a Jesús de
Nazaret no es mucho, y el valor histórico que tienen esos documentos, es tenue, pues son
esencialmente referencias indirectas.
La primera referencia nos llega del filósofo estoico Mara bar Sarapión, que, desde su celda en
Roma, escribe a su hijo una exhortación a vivir fundamentado en los valores de la sabiduría.
Pg. 39

Las alusiones a Jesús desde la óptica islámica, no están ausentes, aunque provienen de una
época tardía (luego del siglo 7 d.C.). En el Corán se alude con cierta insistencia a Jesús, y
esas narraciones se fundamentan en fuentes judías y cristianas, tanto canónicas como
apócrifas. Pg. 40

La tierra de Israel
Jesús, el hijo de María, de acuerdo con las narraciones evangélicas, nació en una comunidad
específica, la aldea pequeña de Belén, vivió en un pueblo particular, Nazaret, y murió en un
lugar determinado, el Monte Gólgota, que estaba ubicado a las afueras de la antigua ciudad
amurallada de Jerusalén. Pg. 45

La región de Galilea
La vida terrenal de Jesús transcurrió mayormente entre Galilea y Judea, en la antigua
Palestina, prioritariamente, en las ciudades alrededor del Mar de Galilea (también conocido
como de Lago de Genesaret o de Lago Tiberiades), y también en Jerusalén y sus alrededores.
Pg. 46

Los caminos entre Galilea y Judea


La forma física y geográficamente más directa y cercana de llegar desde Galilea a Judea era
el llamado camino de los samaritanos. Desde la ciudad de Nazaret, bajaba al Valle de
Esdrelón, superaba la antigua región pantanosa, hasta divisar el Monte Tabor, que se yergue a
unos quinientos ochenta y ocho metros, en medio del valle. El camino pasa muy cerca de la
humilde aldea de Naín, y penetra en las comunidades samaritanas llenas de vegetación,
ontañas bajas, olivares, y algún campo de trigo. Era esencialmente un camino secundario
utilizado desde tiempos inmemoriales por pastores.
Para los judíos, sin embargo, ese camino era problemático, y lo evitaban, si les era posible.
Toda la región, en primer lugar, estaba muy paganizada, lo que complicaba el cumplimiento
de las leyes dietéticas. Además, la actitud abiertamente hostil de los samaritanos, no facilitaba
la hospitalidad hacia los judíos, que era una necesidad real de los peregrinos que deseaban
llegar a la ciudad de Jerusalén. Pg. 49

La región de Judea
Las características geográficas principales de la región de Judea son sus montañas y su
desierto. En el centro, la región es esencialmente montañosa, que al viajar hacia el este se
hace cada vez más desértica y desolada. En la época de Jesús, las dos ciudades más
importantes de Judea eran Jerusalén y Jericó, y el camino que las comunicaba constituía uno
de los más activos. Pg. 50
El proceso de helenización de Palestina
Jesús vivió en la Palestina del primer siglo que estaba bajo la ocupación y dominación del
imperio romano, y que manifestaba las características culturales, sociales, económicas y
políticas de las dinámicas que se vivían en el Oriente Medio antiguo.
Varias de las transformaciones más importantes y mayores que experimentó la Palestina de
Jesús y el Oriente Medio antiguo, se relacionan directamente con los procesos intensos de
helenización que se llevaron a efecto luego de la muerte de Alejandro el Grande en el 325
a.C. Pg. 52

Aunque el proyecto de helenización de los diferentes sectores del imperio se llevaba a efecto
de forma sistemática, la realidad interna, tanto política como social, era compleja, frágil y
volátil. ¡La paz no era la característica básica del momento! ¡La inestabilidad política era
perenne! ¡Las luchas sociales y los conflictos interpersonales hirieron de forma mortal la
estabilidad del imperio romano! Pg. 54

La rebelión de los Macabeos


Las transformaciones importantes que se llevaron a efecto en Palestina, y particularmente en
la ciudad de Jerusalén, provocaron reacciones intensas entre sus ciudadanos. Pg. 55

No toda la sociedad recibió los cambios de esa forma positiva. Para algunos sectores judíos
de importancia, las transformaciones que se relacionaban con la filosofía helenística iban
radicalmente en contra de los valores nacionales, y representaban una muy seria amenaza a la
cultura y la religión judías. Pg. 56

De singular importancia fueron las acciones de un sacerdote, Matatías, y sus cinco hijos, que
decidieron organizar una revuelta militar en contra de Antíoco IV, y lo que representaba sus
políticas helenísticas y antijudías. Y aunque Matatías murió al comenzar el levantamiento,
sus hijos continuaron la revolución bajo el mando de Judas, que tomó el revelador
sobrenombre de Macabeo, que significa «martillo». Posteriormente, su familia y el
movimiento judío de sublevados en general, se apropiaron de ese nombre, y ese esfuerzo
libertario y nacionalista se conoce en la historia, como la «rebelión de los Macabeos». Pg. 58

La monarquía asmonea
La lucha en torno al helenismo y su implantación en Judea, y particularmente en Jerusalén,
siguió hasta que en el 141 a.C., Simón logró vencer al último bastión liberal helenista que se
le resistía. Ese triunfo judío propició la independencia total de la región de Judá del poder de
Siria y de las autoridades seléucidas. Pg. 59

En efecto, el grupo asmoneo que heredó el poder y fundó esa dinastía judía basado en el
triunfo de las revoluciones de los Macabeos, terminó negando los postulados básicos que les
dieron inicialmente razón de ser. Pg. 60
Palestina bajo la dominación romana
Una fecha de gran importancia en la historia del Oriente Medio antiguo, particularmente en
Palestina, fue el triunfo del general romano Pompeyo sobre los ejércitos sirios y seléucidas.
Fue una victoria definitiva y final, y como consecuencia, la gran Siria pasó a ser solo una
nueva provincia del vasto imperio romano. Pg. 61

Herodes el Grande y sus sucesores


El período de Herodes el Grande como monarca de Judá (37-4 a.C.) fue extenso, intenso y
complejo. En primer lugar, desarrolló varias estrategias para consolidar el poder y estabilizar
el reino.
Entre las contribuciones significativas de Herodes al reino, están sus proyectos de
construcción, entre los que se pueden identificar las siguientes: La ciudad de Cesarea
Marítima, con su impresionante puerto, un templo a Augusto, y la infraestructura necesaria
para ser una magnífica y singular ciudad helenística; la reconstrucción de Samaria, a la que
renombró Sebaste; y, además, el establecimiento de un sistema de palacios fortificados, para
vivir las diversas estaciones del año y garantizar su seguridad personal e institucional (p.ej.,
el Herodium, cerca de Belén, y Masada, al este del reino, y próximo a las orillas del Mar
Muerto). Pg. 63

A la muerte de Herodes el Grande, Palestina se integró al sistema general de provincias


romanas. Esas transiciones ponen una vez más de manifiesto sus buenas relaciones con Roma
y sus capacidades de negociación con el imperio. El hábil monarca preparó, inclusive, su
sucesión, al dejar estipulado en su testamento que el reino debía dividirse en tres regiones,
dirigidas por sus hijos. Arquelao fue nombrado etnarca de Judea, Samaria e Idumea; Herodes
Antipas se constituyó en el tetrarca de Galilea y Perea; y finalmente, Filipo tomó la
responsabilidad administrativa de Gaulanítide y Traconítide. Pg. 64

Jesús de Nazaret y la ocupación romana


Jesús irrumpe en la historia humana en un singular, preciso y específico contexto histórico:
En medio de la ocupación romana de Palestina, que se dejaba sentir con fuerza y violencia en
las regiones de Galilea y Judea. Pg. 67

La Galilea multicultural
Un detalle de gran importancia para nuestra comprensión adecuada del Jesús que vivió en
Palestina, es el descubrimiento de que la Galilea del primer siglo de la era cristiana era una
región multicultural y multilingüe.
La Galilea que fue testigo del ministerio de Jesús de Nazaret, incluía personas que
representaban, en la misma región, dos culturas diferentes, dos maneras alternas de
comprender la existencia, dos formas distintas de enfrentar la realidad, dos modos de
entender la vida. Pg. 69
La Galilea multilingüe
Un factor indispensable para el desarrollo saludable de la identidad, es el idioma, pues es el
vehículo para transmitir valores, sentimientos, ideas, proyectos, memorias… Por esta razón,
es necesario identificar los idiomas que se hablaban en la Palestina de Jesús. Pg. 71
El descubrimiento de los Manuscritos de Qumrán, revela que, junto al arameo, las
comunidades judías también utilizaban el hebreo y el griego, no solo para cuestiones
litúrgicas, religiosas y culturales, sino en la comunicación diaria, tanto escrita como oral.
Además, el ambiente helenista de la región propiciaba el uso del idioma griego; y los textos
descubiertos, que están esculpidos en piedra, revelan que también el latín era una lengua viva
en la región. Pg. 71

Galilea: Nazaret y Capernaún


En Galilea, entre las comunidades helenizadas de habla griega, vivía un grupo significativo
de personas de tradición y religión judías. Esa población estaba asentada mayormente en las
secciones rurales de la región, en sus pueblos pequeños.
De manera destacada, los judíos estaban ubicados en Nazaret y Capernaún, que no eran
necesariamente, los centros urbanos y poblacionales más importantes de la Galilea, durante
los años en que Jesús llevó a efecto su ministerio. Pg. 73

Nazaret fue la ciudad en la que Jesús se crió: Una comunidad modesta en recursos
económicos, políticos y sociales. Pg. 74

Judea: Jerusalén, Jericó y Belén


La mayor concentración de judíos en la Palestina romana estaba en la región de Judea,
ciertamente en la ciudad de Jerusalén, pues en ella estaba ubicado el Templo y también la
infraestructura religiosa, política y social más importante para la comunidad de tradición
hebrea. Pg. 75
Otra ciudad importante en Judea era Jericó, que tiene una muy larga tradición religiosa y
cultural en las narraciones bíblicas (véase, p.ej., Jos 6). La relevancia de la ciudad no está
atada únicamente a los relatos de la Biblia, entre los que se encuentran la entrada de las tribus
a la Tierra Prometida, Canaán, sino que es uno de los asentamientos urbanos más antiguos del
mundo, pues se pueden identificar comunidades y pobladores desde hace más de 8,000 años.
La pequeña aldea de Belén está ubicada en las montañas de Judea, como a ocho kilómetros al
sur de la ciudad de Jerusalén. En la época de Jesús, consistía solo de un grupo no muy grande
de casas pequeñas, construidas entre las cuevas en las montañas. Pg. 78

Gobernantes romanos y judíos en la época de Jesús. A continuación incluimos una lista de los
gobernantes que tuvieron responsabilidades políticas, administrativas, militares y religiosas
en Palestina, durante la época de Jesús. Son cuatro grupos, dos judíos y dos cristianos.
Emperadores romanos
• Octavio Augusto: 24 a.C.-14 d.C.
• Tiberio: 14-37
• Calígula: 37-41
• Claudio: 41-54
• Nerón: 54-68
• Galba: 68-69
• Otón: 69
• Vitelio: 69
• Vespaciano: 69-79
• Tito: 79-81
• Domiciano: 81-98
• Nerva: 96-98
• Trajano: 98-117
Gobernadores romanos en Palestina
• Coponio: 6-9 d.C.
• Ambíbulo: 9-12
• Rufo: 12-15
• Valerio Grato: 15-26
• Poncio Pilatos: 26-36
• Marcelo: 37
• Marulo: 37-41
• Cuspio Fado: 44-46
• Tiberio Alejandro: 46-48
• Ventidio Cumano: 48-52
• Antonio Félix: 52-60
• Porcio festo: 60-62
• Luceio Albino: 62-64
• Gesio Floro: 64-66
• Vespaciano: 67-69
• Tito: 70
• Baso: 71
• Silva: 72-80
• Salvidemo: 80
• Longino 85
Reyes judíos
• Herodes el Grande: 37-4 a.C.
• Arquelao: 4 a.C.-6 d.C.
• Herodes Antipas: 4 a.C.-39 d.C.
• Filipo: 4 a.C.-39 d.C.
• Herodes Agripa I: 39-41 d.C.
• Agripa II: 53-93
Sumos sacerdotes en Jerusalén
• Durante la monarquía de Herodes el Grande: 37-4 a.C.
- Ananel
- Aristóbulo
- Ananel
- Jesús
• Bajo Arquelao, Herodes Antipas y Filipo: 4 a.C.-15 d.C.
- Simón
- José
- Joazar
- Eleazar
- Jesús
- Anás: 6-15 d.C.
• Caifás: 18-36
• Jonatán: 36-37
• Teófilo: 37-41
• Bajo Herodes Agripa I: 39-41 d.C.
- Simeón: 41-44
- Matías
- Elioneo
• Bajo Agripa II: 53-93 d.C.
- Ananías: 48-58
- José
- Anás II
- Jesús
- Josué
- Matías
- Finees pg. 79-82

Contexto familiar de Jesús


Los diversos factores que contribuyeron de forma significativa al crecimiento físico e
intelectual, y al desarrollo emocional y espiritual de Jesús, se encuentran principalmente en
tres áreas fundamentales de la vida: El contexto íntimo de su familia en Nazaret, las
dinámicas sociales de su comunidad, y su entorno laboral en Galilea. Pg. 85
Los hombres que trabajaban en las diversas labores artesanales, como los carpinteros,
generalmente tenían los talleres en sus propias casas, y comenzaban sus labores muy
temprano en la mañana, al salir el sol. Además, ese era el contexto inmediato para la
educación de las nuevas generaciones de artesanos, pues era una profesión y responsabilidad
que se transmitía en la intimidad de la familia, en el taller que estaba ubicado en el hogar, de
generación en generación. Pg. 86

El entorno social de Jesús


Una información valiosa que nos llega tanto de fuentes literarias antiguas (p.ej. los evangelios
canónicos) como de la evaluación adecuada de los hallazgos arqueológicos, se relaciona con
las diferencias sociales que existían en la Palestina que vivió Jesús a principios de la era
cristiana. Las desigualdades que se ponen de manifiesto entre los diversos grupos
poblacionales, específicamente en las ciudades alrededor de Galilea y Judea, revelan que la
sociedad en general experimentaba grandes injusticias sociales e intensos desafíos
económicos. Pg. 87
La educación
La educación jugó un papel protagónico en la vida y el ministerio de Jesús de Nazaret. Y esa
importancia, se pone claramente en evidencia al estudiar con algún detenimiento sus
mensajes y parábolas, y también al analizar lo que decían las personas que le escuchaban y
querían entrevistarle. Pg. 91
Educación en el antiguo Oriente Medio y en Israel
Las evidencias literarias y la interpretación de los hallazgos arqueológicos, revelan que desde
el segundo milenio a.C. se difundieron en el Oriente Medio diversas instituciones que tenían
como finalidad fundamental la educación, prioritariamente de los jóvenes. Pg. 92
La literatura judía de la época revela que los rabinos incentivaban la educación de todos los
niños, aunque esas recomendaciones no las seguían todos los padres. El énfasis temático en
esas escuelas era el estudio de las implicaciones prácticas y concretas de la Ley. Pg. 93
La educación de Jesús
Las dinámicas educativas que se llevaban a efecto en el primer siglo fueron el entorno en que
Jesús de Nazaret creció y se desarrolló como niño, hasta llegar a ser adulto. Pg. 94
El mundo de la religión
La vida de Jesús también se vio afectada directamente por el mundo de la religión, por el
ambiente espiritual y moral, por los diálogos teológicos y dinámicas éticas que se ponían de
manifiesto en las sinagogas, y también por sus viajes y peregrinares al Templo. Pg. 97
Las fiestas solemnes
Las fiestas en el Israel antiguo eran celebraciones que tenían una doble finalidad: En primer
lugar, eran educativas; además, eran buenas oportunidades para disfrutar y festejar. El pueblo
separaba estas fechas para recordar alguna de las acciones e intervenciones redentoras deDios
en medio de la historia humana o en la naturaleza.
Las fiestas históricas principales, eran tres: Pascua, Pentecostés y Tabernáculos. Eran
oportunidades magníficas, en que se esperaban que llegaran al Templo todos los varones del
pueblo de Israel, no solo los que vivían en la antigua Canaán, o en las tierras palestinas, sino
también los que estaban esparcidos en la diáspora, en diversos lugares del mundo. Pg. 103
Los diversos grupos religiosos, políticos y militares
En la época de Jesús, diversos sectores religiosos de la comunidad manifestaban algunas
diferencias en la interpretación y aplicación de la Ley de Moisés. Aunque los judíos
religiosos afirmaban que la Ley era la manifestación óptima de la revelación del pacto o
alianza de Dios con su pueblo, existían discrepancias a la hora de comprender y actualizar de
forma concreta sus enseñanzas. Pg. 108-109
Esenios
Los esenios eran una comunidad de judíos que rechazó el culto oficial en el Templo de
Jerusalén, porque de acuerdo con sus creencias, era llevado a efecto por un grupo de
sacerdotes que se habían desviado de la correcta interpretación de la Ley desde la época de
los asmoneos.
La finalidad teológica de los esenios, era conservar y restaurar la santidad del pueblo, que era
dirigido por líderes religiosos errados, corruptos e impuros. Pg. 110
Fariseos
Los fariseos surgen de los grupos piadosos judíos, hasidim, que rechazaban tenazmente lo
que ellos llamaban, la usurpación asmonea del poder político y religioso del pueblo. El
nombre en hebreo, perushim, alude a los «separados» o «segregados», para destacar la
distancia que deseaban tener de las interpretaciones teológicas de la Ley que producían los
grupos judíos oficiales de la época.
Para los fariseos, las prioridades teológicas se relacionaban con las interpretaciones de las
leyes de pureza ritual, no solo en los ámbitos del Templo, sino que llegaban a las dinámicas
sociales y seculares, es decir, fuera de los contextos litúrgicos inmediatos. Pg. 111
Zelotes
Como los fariseos afirmaban la esperanza en la llegada del Mesías que libraría al pueblo de
Israel de sus cautiverios, un grupo de ellos entendió que la resistencia armada y militante era
una forma adecuada de propiciar la redención nacional.
Aunque al inicio, los zelotes eran reducidos en número, con sus demostraciones históricas y
políticas en el pueblo, y particularmente por el alzamiento en armas incentivado por Judas el
Galileo, el grupo fue adquiriendo fama y respeto entre los algunos sectores judíos. Pg. 113
Saduceos
Los saduceos eran un grupo importante que provenía generalmente de los sectores
económicos y políticos privilegiados de la sociedad judía palestinense. Pertenecían a la
llamada alta sociedad, y eran miembros de familias sacerdotales, aristocráticas y cultas.
El nombre de saduceos posiblemente se relaciona con el sacerdote Sadoc, que tuvo gran
importancia durante el reinado de David. De esa línea sacerdotal, es que surgen los
sadoquitas. Es muy posible que el nombre se lo hayan puesto al grupo algunos adversarios,
como una crítica social y política, por la relación y cercanía que tenían con las autoridades
romanas de la época. Pg. 114
Herodianos
En su mayoría, los herodianos eran un grupo de judíos que se pueden relacionar directamente
con los sectores más conservadores y reaccionarios de los saduceos. Como estaban asociados
directamente con el poder político que ejercía el imperio romano en Palestina, afirmaban y
respaldaban públicamente la figura del Herodes el Grande como su líder, y de sus
descendientes, en representación de las fuerzas invasoras de ocupación.
Samaritanos
Las diferencias entre las poblaciones que históricamente habitaron los reinos del norte, con su
capital en Samaria, y el reino del sur, con Jerusalén como su centro político, eran bastantes, y
generaron animosidad y hostilidad entre los grupos. Esos conflictos políticos y religiosos se
manifestaron en el período de la reconstrucción del Templo, cuando los judíos que regresaron
del exilio en Babilonia no les permitieron a los samaritanos participar en el proyecto de
reconstrucción por considerarlos impuros. Pg. 115
En torno al evangelio, los evangelios y los evangelistas
La palabra castellana «evangelio», que significa «buena noticia», proviene del griego
euangelion, que pone de relieve una idea relacionada con la transmisión de una noticia
importante, significativa y buena. Desde la perspectiva cristiana, lo que se afirma y transmite,
son las buenas nuevas de salvación relacionadas con la vida y obra de Jesús, también
reconocido como el Mesías o Cristo de Dios. Pg. 119
La función primordial de los evangelistas era anunciar la buena noticia de Dios que traía
Jesucristo a la humanidad (Hch 21.8; Ef 4.11; 2 Ti 4.5). La intensión básica de sus escritos no
era la presentación detallada de todos los eventos y las circunstancias singulares que
enmarcaron las palabras y los actos de Jesús. Pg. 120
Las narraciones de la infancia
La introducción que se provee en los evangelios canónicos referente a la vida de Jesús,
fundador y líder del cristianismo, lo ubican en su entorno primario y básico del hogar.
Aunque desde la perspectiva teológica, las revelaciones divinas referentes al Mesías
comienzan mucho antes, con las profecías veterotestamentarias (p.ej., 2 S 7.1-29; Is 7.14; 9.1-
9), las narraciones de la infancia ponen de relieve sus comienzos en la historia de la
humanidad. Pg. 121
Respecto a los pasajes de la infancia, el vacío informativo que se manifiesta en los evangelios
canónicos en torno a Jesús se llena en la literatura apócrifa. Como parte de esta singular
literatura, se encuentra un libro en torno a Jesús, que presenta algunos episodios e incidentes
durante la niñez, El Evangelio de la infancia según Tomás. En esta obra se describe cómo el
niño Jesús mató a un compañero de juegos que le molestaba, y cuando los padres se quejaron
ante José, les dejó ciegos; se indica cómo resucitó a otro niño amigo que murió al caer del
techo de su casa, y cuando lo acusaron de su muerte resucitó al niño para que explicara lo que
había sucedido; y se explica cómo sanó la herida mortal que le infringió una serpiente
venenosa a su hermano Santiago.
La anunciación
El relato de la anunciación describe las conversaciones del ángel Gabriel con María (Lc 1.26-
38; cf. Mt 1.18-22). El ángel le indica directamente a María que estaba embarazada porque
había concebido del Espíritu Santo. Pg. 123
El nacimiento de Jesús
Aunque los cuatro evangelios canónicos tienen el propósito de presentar la vida y obra de
Jesús, solo dos de ellos revelan con alguna intensidad y extensión, los detalles de su
nacimiento en Belén de Judea (Mt 1.1—2.23; Lc 1.5—2.52).
Los evangelios de Mateo y Lucas, sin embargo, incluyen algunos datos de gran importancia
para nuestra comprensión de la naturaleza divina y humana de Jesús. Particularmente, nos
ayudan a entender mejor las reflexiones teológicas de las primeras comunidades cristianas en
torno a Jesús como el Mesías, el Cristo de Dios. Pg. 126
En Mateo, la genealogía de Jesús es la declaración inicial del evangelio, y comienza con
David que era el hijo de Abrahán, y prosigue con su descendencia hasta llegar a José, el
marido de María.
La comprensión y perspectiva genealógica que presenta el Evangelio de Lucas es diferente.
En primer lugar, se incluye después de las narraciones del nacimiento, antes de las
tentaciones pero luego del bautismo (Lc 3.23-38). Y mientras que en Mateo se destaca la
línea patriarcal de Jesús desde Abrahán y David, en Lucas se pone de relieve la descendencia
de María y llega hasta Adán. Pg. 127
Un fenómeno astral significativo
En ese entorno histórico, religioso y político, el Evangelio de Mateo incluye una narración de
singular significación teológica (Mt 2.1-12). Junto a los relatos evangélicos que indican que
Jesús nació en la pequeña ciudad de Belén, se incluye un detalle referente a la visita de un
grupo de sabios (tradicionalmente conocidos como «magos») provenientes del Oriente. Ese
episodio se ubica en el contexto histórico preciso de la administración de Herodes el Grande,
que gobernó Judea como vasallo de Roma por varias décadas (37-4 a.C.). Y esa referencia
histórica (véase también Lc 3.1) nos permite fijar el nacimiento de Jesús por lo menos dos
años antes de la muerte del monarca, c.7-4 a.C. Pg. 129
Las posibles explicaciones físicas de ese fenómeno astronómico, que pone de manifiesto
claro varias implicaciones teológicas, son las siguientes: Algunos estudiosos, en primer lugar,
indican que esa estrella se refiere más bien a un cometa, o una supernova, que observaron y
documentaron los astrónomos chinos en marzo o abril del año 5 a.C. Otros asocian el
fenómeno al cometa Halley, que se hace visible en el Oriente Medio cada 75 años, y que se
pudo ver en Palestina en el año 12 a.C. De esta manera se explica la aparición celestial del
fenómeno físico, aunque la fecha del cometa Halley no puede relacionarse con las fechas
disponibles y probables del nacimiento de Jesús. Pg. 130
Una teoría muy interesante, respecto a la llamada «estrella de Belén», es la que se relaciona
con la alineación de los planetas Júpiter y Saturno en la constelación de Pises en el año 7 a.C.
Esta teoría se fundamenta en narraciones antiguas que han sido científicamente corroboradas
por cálculos astronómicos contemporáneos. Desde el Oriente Medio, específicamente desde
la región de Palestina, esa alineación celestial se veía como una «gran estrella» en medio de
los cielos. Ese avistamiento, que se produjo alrededor de los días 29 de mayo, 20 de
septiembre y 5 de diciembre, de acuerdo con esta teoría, sería el fundamento de la narración
evangélica que relaciona los sabios, la estrella que les guía, y el nacimiento del Mesías en
Belén. Esta singular alineación se produce una vez cada miles de años. Pg.
Herodes y la matanza de los niños
Las narraciones del nacimiento de Jesús que se incluyen en el Evangelio de Mateo, incluyen
un episodio de gran fuerza histórica y teológica. ¡Herodes se sintió amenazado por el
nacimiento de un niño que era reconocido por algunos representantes internacionales como el
futuro rey de los judíos! Esas noticias deben haber preocupado grandemente al monarca, que
como respuesta ordenó la matanza de los niños de menos de dos años nacidos en Belén. Esa
decisión infanticida de Herodes se conoce tradicionalmente como «la matanza de los niños
inocentes» (Mt 2.16-18). Pg. 131-132
El joven Jesús en el Templo
Un episodio adicional en torno a Jesús, antes de comenzar su ministerio público, lo ubica de
joven en el Templo. Únicamente Lucas alude al incidente, que tiene cierta importancia
teológica. De acuerdo con la narración, la familia de Jesús había ido a Jerusalén, y cuando
finalizaron las actividades oficiales, regresaron a Nazaret. Luego de varios días de viaje, se
percataron que Jesús no estaba en la caravana, y decidieron regresar a buscarlo.
Y, en efecto, lo encontraron en el Tempo, sentado con los doctores de la Ley y especialistas,
escuchándolos y haciendo preguntas. El objetivo del pasaje es incorporar una respuesta
teológica y vocacional de gran importancia para Jesús. Pg. 133
Predicación desafiante y transformadora
El proceso de formación integral de Jesús de Nazaret se fundamentó no solo de las dinámicas
educativas formales y curriculares en la sinagoga, sino de la pedagogía que se desprende de
las observaciones y reflexiones relacionadas con la geografía palestina, la contemplación de
la naturaleza, el disfrute de la cultura, la afirmación de los valores que se articulan en las
instituciones y en las experiencias religiosas, y las instrucciones y los principios éticos que se
reciben en el hogar. Pg. 137
En torno a Juan el Bautista y las tentaciones
De singular importancia es el descubrimiento que los cuatro evangelios canónicos coinciden
en indicar que el ministerio de Juan el Bautista se llevó a efecto antes que Jesús comenzara su
predicación del reino en la Galilea (Mt 3.1-12; Mc 1.1-8); Lc 3.1-9,15-17; Jn 1.19-28).
Aunque cada evangelio tiene su peculiar intensión teológica, y pone de manifiesto una
estructura literaria y temática definida que responde a sus objetivos, coinciden en indicar que
el Bautista precedió y «preparó el camino» para que Jesús pudiera llevar a efecto su
ministerio de forma efectiva en Palestina. Pg. 138
Juan el Bautista era, en efecto, testigo del Mesías, y su ministerio consistía en dar testimonio
de la luz, en una alusión a Cristo (Jn 1.6-8). Ya Mateo había indicado que el Bautista no era
digno de llevar el calzado de Jesús (Mt 10), para poner de manifiesto su actitud humilde y
sumisa ante el Cristo de Dios, para enfatizar su rol de precursor del ministerio de Jesús de
Nazaret. Pg. 140
Ministerio en Galilea
Jesús de Nazaret decidió iniciar su tarea pedagógica en el norte de la Palestina,
específicamente en la región de Galilea, donde se había criado. Además, era un lugar que
conocía muy bien sus comunidades, geografía, caminos, lagos, costumbres y meteorología.
Pg. 142
Predicaciones en las sinagogas
Durante la época de Jesús, se estilaba que durante las celebraciones sabáticas algún
predicador o maestro se dirigía al grupo para explicar, comentar y aplicar las lecturas que se
hacían de la Ley o la Torá, y también del resto de las Escrituras, particularmente de los
profetas.
En ese gran contexto pedagógico y homilético de las sinagogas, las parábolas fueron
adquiriendo importancia de forma gradual, continua y sistemática. Las explicaciones legales
que se fundamentaban generalmente en las interpretaciones rigurosas de los detalles y las
peculiaridades de la Ley, dieron paso a formas de comunicación más dinámicas, creativas y
útiles en la tarea educativa. Pg. 144
Enseñanzas de Jesús
Jesús de Nazaret era un maestro que enseñaba a multitudes y a individuos; y también
respondía a los reclamos y aspiraciones de gente culta, prestigiosa y adinerada, como a los
clamores de personas enfermas, marginadas y oprimidas. Pg. 145
Las parábolas
Un componente sustancial de los mensajes de Jesús se presenta en los evangelios en forma de
parábolas. Respecto a este tema, es importante reafirmar, que algunos estudiosos piensan que
sobre el treinta por ciento de sus enseñanzas, se articulan en este singular género literario, que
cobró fuerza en los primeros siglos del cristianismo. Pg. 149
De sembradores, samaritanos y pródigos
Aunque las parábolas de Jesús transmiten enseñanzas y valores de gran importancia
teológica, religiosa y espiritual, y sus presentaciones producían en los oyentes un sentido de
admiración, asombro, pertenencia y pertinencia, hay algunas que sobresalen por la
creatividad de la pedagogía y relevancia del mensaje, o sencillamente, por la popularidad que
han tenido a través de las edades.
Entre esas parábolas distinguidas, están las siguientes: El sembrador (Mt 13.3-8,18-23; Mc
4.3-8,14-20; Lc 8.4-15), el buen samaritano (Lc 10.25-37) y el hijo pródigo (Lc 15.11-32).
Estas narraciones, en efecto, transmiten algunos conceptos espirituales, valores morales y
principios éticos que sobrepasan los límites del tiempo, las distancias culturales, las
tendencias teológicas, las singularidades sociales, y los criterios metodológicos. Pg. 153
Enseñanzas éticas y principios morales
Nuestra comprensión básica de las doctrinas fundamentales que expuso Jesús de Nazaret, se
desprende principalmente del estudio y análisis de los evangelios canónicos. Esas
evaluaciones nos permiten identificar y catalogar los temas que expuso y distinguir las
prioridades e implicaciones de sus enseñanzas. Pg. 158
Dios como padre
De acuerdo con el Evangelio de Mateo, Jesús incluyó en el Sermón del monte una
exhortación de gran significación espiritual e implicaciones teológicas: Llamó a sus
seguidores a «ser perfectos como vuestro padre que está en los cielos es perfecto» (Mt 5.48).
En el Evangelio de Lucas, en el llamado Sermón del llano, la exhortación es a ser
misericordiosos, como «vuestro Padre» es misericordioso (Lc 6.36).
A esa afirmación fundamental, debemos unir la importancia que el evangelista indica que
Jesús le dio a Dios como padre, en las secciones siguientes: Enseñó a orar a sus discípulos, e
identificó al Señor como «Padre nuestro» (6.9); añadió que «el Padre celestial» perdonará las
ofensas a la medida que las personas perdonen a quienes les ofenden (6.14-15); explicó que el
«Padre» que ve las acciones humanas en secreto, las recompensará en público (6.18);
comentó que el «Padre celestial» alimenta a las aves del campo que no siembran, ni siegan, ni
recogen en graneros (6.26); reveló que «vuestro Padre que está en los cielos» le dará buenas
cosas a quienes le pidan (7.11); y declaró que entran en el reino de los cielos los que hacen la
voluntad de «mi Padre» (7.21). Pg. 161
Para Jesús, Dios no solo es el Señor soberano y eterno, sino el Padre cercano e íntimo que
responde al clamor de sus hijos e hijas. Pg. 163
El reino de Dios
El reino de los cielos es un valor de gran importancia y significación en la teología de Jesús;
en efecto, en los sinópticos, representa el tema fundamental de su predicación y enseñanza.
Pg. 165
Las narraciones de milagros
Los relatos que exponen los milagros de Jesús en los evangelios, tienen gran significación
teológica y espiritual, además de incluir propósitos educativos.
Las actividades docentes de Jesús, en efecto, generaron reacciones diversas en las
comunidades que visitaba. Había personas que ciertamente le reconocían con autoridad
especial proveniente de Dios; mientras que otras, particularmente de los círculos del poder
político, económico y religioso, le rechazaban abiertamente e intentaban sorprenderlo en
algún desliz teológico o enseñanza errónea. Pg. 173
Jesús de Nazaret no solo era un predicador elocuente y maestro relevante, sino que hacía
señales milagrosas, y esas señales o signos ponían de relieve que el poder de Dios le
acompañaba en su gestión homilética, docente y taumaturga. Pg. 176
Las sanidades en la antigüedad
Jesús vivió en una sociedad que entendía que los milagros formaban parte de la experiencia
diaria. La gente no solo creía en los milagros, sino que los apreciaba, anhelaba, celebraba,
comprendía y esperaba. Pg. 176
Los milagros de Jesús
Un estudio de los diversos milagros de Jesús revela que pueden catalogarse en varias áreas
básicas y significativas. Hay prodigios de sanidades, que manifiestan el poder divino sobre
las enfermedades que hieren a la humanidad. Los de liberación de endemoniados son
intervenciones divinas que restauran la salud mental, emocional y espiritual de las personas.
Las resurrecciones devuelven a la vida a alguna persona que cuya partida ha creado una
situación insostenible y crítica para los deudos, particularmente si son mujeres viudas. Los
prodigios que se llevan a efecto sobre la naturaleza, son afirmaciones del poder divino sobre
el cosmos y la creación, Y finalmente, los milagros sobre los alimentos, demuestran que
Jesús estaba consciente de las realidades y necesidades humanas. Pg. 179
Los milagros y su función teológica
Al evaluar el cúmulo de testimonios bíblicos que revelan las acciones milagrosas de Jesús, se
descubre la gran intensión teológica de las narraciones. El propósito no es llevar a efecto un
programa de relaciones públicas y mercadeo, para presentar y subrayar las tareas docentes y
sanadoras del rabino galileo. Ni mucho menos tienen la finalidad de utilizar la novedad de
esos eventos y actividades para destacar su figura como taumaturgo efectivo o sanador
profesional. El objetivo es indicar, de forma reiterada y firme, que Jesús cumplía con las
expectativas mesiánicas que se habían revelado a los profetas de Israel a través de las
Sagradas Escrituras judías. Pg. 197
Los anuncios de la pasión
De singular importancia al estudiar los evangelios canónicos es descubrir que, al terminar su
ministerio en la región de Galilea, comienza una serie de anuncios y presagios de la pasión,
muerte y resurrección de Jesús.
En los relatos predictivos, que forman parte de las narraciones de la pasión, los evangelios
sinópticos indican que Jesús explicó a sus discípulos cuál sería el resultado y desenlace final
de su visita a la ciudad santa de Jerusalén. De acuerdo con esos relatos, el Señor anunció
públicamente que sería perseguido, arrestado y asesinado; pero añade, que también
resucitaría (véase, p.ej., Mt 16.21; Mc 8.27; Lc 9.22). Pg. 201-202
Estas narraciones predictivas de la pasión de Jesús preparan el camino para los relatos que
describen finalmente sus últimos días, con sus actividades y discursos. Son narraciones que
revelan las reflexiones teológicas de las comunidades primitivas, que afirmaban el
mesianismo de Jesús. Pg. 204
Antes de llegar a Jerusalén
Las narraciones de los días finales de Jesús tienen gran significación teológica y espiritual en
todos los evangelios. Los sinópticos se preocupan por destacar lo que sucedió durante el viaje
desde las ciudades en las regiones de Galilea y Perea, en el norte, hasta llegar al sur, a
Jerusalén, en Judea: Tuvo una parada importante en Jericó (Mt 19.1—20.34; Mc 10.46-52).
El Evangelio de Juan también indica que llegó a Transjordania de forma fugaz; y Lucas
insinúa que viajó por la región de Samaria (Lc 17.1-2), pues era una de las rutas posibles en
los viajes de Galilea a Jerusalén. Pg. 205
La llegada de Jesús a Jerusalén
La importancia de la llegada final de Jesús a Jerusalén, se pone en evidencia al descubrir que
los cuatro evangelios narran con detenimiento y destacan el evento (Mt 21.1-11; Mc 1.1-11;
Lc 19.28-40; Jn 12-19). Pg. 206
La cena final de Pascua con sus discípulos
A medida que pasaban los días, y especialmente luego de la entrada de Jesús a Jerusalén, en
la cual se habían levantado los ánimos nacionalistas y el espíritu mesiánico del pueblo,
aumentó la tensión política y el ambiente de inseguridad en la ciudad. Se acercaba la fiesta de
la Pascua, que representaba la liberación de los israelitas de Egipto (Ex 12.1-27), y los
sacerdotes principales, escribas y ancianos se reunieron en el patio de la casa de Caifás, el
sumo sacerdote, para responder al desafío que les presentaba Jesús de Nazaret en la ciudad.
Pg. 210-211
La agonía en el Huerto del Getsemaní
Después de la cena final de Pascua, que según los evangelios se celebró en Jerusalén, Jesús
cruzó el valle de Cedrón para llegar al Monte de los Olivos, específicamente al huerto del
Getsemaní. El nombre del lugar alude a una prensa de aceite, u olivar, que de antemano
revela la idea física de la fuerza que se hacía sobre las aceitunas, que puede asociarse
emocional y sicológicamente a las experiencias agónicas y de sufrimiento de Jesús, antes de
enfrentar la tortura y la muerte. Pg. 213
La experiencia de Jesús en el Getsemaní es de agonía intensa, de reflexión seria, de
meditación sobria, de oración profunda (Mt 26.36-53; Mc 14.32-42; Lc 22.39-46). Desde la
perspectiva teológica, la oración en el Huerto es un hito histórico especial, un momento
espiritual significativo, un instante intercesor importante.
De acuerdo con las descripciones evangélicas, su oración es intensa y profunda, y su plegaria
es sentida y honda. Su sudor era como grandes gotas de sangre, imagen que revela no solo la
agonía personal sino la profundidad de la dificultad y la naturaleza de la crisis. Pg. 214
Los juicios injustos
La lectura cuidadosa de las narraciones de la pasión pone en evidencia que Jesús enfrentó dos
juicios, antes de ser sentenciado con la pena capital; o por lo menos, fue sujeto a dos
interrogatorios intensos. El primer juicio, que se llevó a efecto ante las autoridades judías (Mt
26.57-68; Mc 14.53-65; Lc 22.54,63-71; Jn 18.12-14,19-24), llevó a un segundo proceso,
ante Poncio Pilatos. Pg. 217
La selección del pueblo de liberar a Barrabás en vez de Jesús es significativa, pues Marcos y
Lucas indican que estaba preso por insurrección (Mc 15.7; Lc 23.19). Ese comentario en
torno a Barrabás, cuyo nombre significa «hijo del padre», pone en evidencia clara el ambiente
de tensión nacionalista que reinaba en Jerusalén en medio del juicio de Jesús. Las
implicaciones teológicas del episodio son importantes: El pueblo debía escoger entre
Barrabás, el «hijo del padre» y Jesús, el «Hijo del Padre». El pequeño detalle lingüístico es de
suma importancia. Pg. 221
La vía dolorosa
El camino que lleva desde el pretorio o residencia oficial de Poncio Pilatos en Jerusalén hasta
el monte Gólgota, donde se llevó a efecto la crucifixión de Jesús, se conoce tradicionalmente
como la vía dolorosa. Sin embargo, el sendero específico que siguió Jesús en su suplicio es
difícil de determinar con precisión. Pg. 221
Las estaciones de la pasión
En la vía dolorosa, la tradición cristiana ha identificado algunos lugares en los cuales se
recuerdan varios momentos importantes en el viaje final de Jesús al Calvario. Se conocen
generalmente como «las estaciones de la cruz», y llevan a los peregrinos devotos desde el
lugar donde Jesús fue sentenciado a muerte, hasta el sepulcro.
Primera estación: Jesús es condenado a muerte ( Jn 18.28)
• Segunda estación: Jesús carga la cruz ( Jn 19.1,16)
• Tercera estación: Jesús cae por primera vez (Lm 1.16)
• Cuarta estación: Jesús se encuentra con María, su madre (Lm 1.16)
• Quinta estación: Simón ayuda a Jesús a cargar la cruz (Mc 15.21)
• Sexta estación: La Verónica enjuaga el rostro de Jesús (Nm 6.25)
• Séptima estación: Jesús cae por segunda vez (Is 63.9)
• Octava estación: Jesús consuela a las mujeres de Jerusalén (Lv 23.28,31)
• Novena estación: Jesús cae por tercera vez (Sal 40.6)
• Décima estación: Las últimas cinco estaciones se recuerdan en la Basílica del Santo
Sepulcro (Is 1.16)
• Undécima estación: Jesús es clavado en la cruz (Sal 21)
• Duodécima estación: Jesús muere en el Gólgota (Mt 27.45)
• Decimotercera estación: Jesús es bajado de la cruz (Lc 23.53)
• Decimocuarta estación: Jesús es sepultado (Mt 27.59)
Semana final de Jesús
Para tener una visión panorámica de los acontecimientos durante la semana final de Jesús, se
han identificado algunas de sus últimas actividades y experiencias. Pg. 224
Importancia de las narraciones de la crucifixión
A juzgar por el espacio que los evangelios canónicos le dan al tema de la pasión, en general,
y al de la crucifixión, en particular, las narraciones de los momentos agónicos y finales de
Jesús, deben contener el corazón del mensaje cristiano. Pg. 229
Las crucifixiones en la antigüedad
Las crucifixiones tienen un origen oriental, y se utilizaban para imponer la pena máxima
entre los persas, asirios y caldeos, y también entre griegos, egipcios y romanos. A través de la
historia, las formas de aplicar este suplicio se modificaron en varias ocasiones. El propósito
de mejorar el sistema era doble: Aumentar el dolor del condenado, e incrementar el poder del
escarmiento para la comunidad. Pg. 230
El imperio romano usó repetidamente las crucifixiones como parte del sistema de represión y
cautiverio en contra de la comunidad judía en Palestina. La historia indica, por ejemplo, que
uno de sus procuradores en Siria, Quintilio Varo, ejecutó como a 2,000 judíos sediciosos en
el año 4 a.C., como represaría a sus continuas sublevaciones. Solo hay constancia histórica de
un rey judío que haya aplicado la crucifixión en alguna ocasión, y se trata de Alejandro
Janeo, que en los años 90 a.C. mandó a crucificar como a 800 de sus adversarios políticos.
Pg. 231
La muerte de Jesús
Jesús fue obligado a cargar la cruz, como era la costumbre romana, desde el lugar de la
flagelación hasta el Monte de la Calavera, Gólgota o Calvario. La cruz completa podía pesar,
de acuerdo con varios estudios, unas 300 libras (136 kilos), aunque Jesús sólo llevo el palo
transversal, de 75 a 125 libras. El patibulum, que le fue colocado sobre su nuca, al cual
amarraron sus brazos, se balanceaba sobre sus hombros. Pg. 233
Sepultura del cuerpo de Jesús
Los cadáveres de los ejecutados pertenecían al estado, que en este caso era Roma. Una vez
muere, el cadáver de Jesús fue entregado por las autoridades a un tal José, que era un
discípulo secreto y acaudalado, miembro del Sanhedrín, oriundo de Arimatea, una de las
ciudades de la región de Judea (Mt 27.57-58; Mc 15.42-45; Lc 23.50-53; Jn 19.38). Si
José no hubiese reclamado el cuerpo, es muy posible que se hubiese dispuesto del cadáver en
una fosa común que tenían las autoridades romanas para los delincuentes. Pg. 235
Las siete palabras de Jesús en la cruz
Las siguientes, son las palabras o declaraciones que Jesús pronunció desde la cruz. Se trata de
expresiones que ponen de manifiesto sus diferentes reacciones al momento de su muerte.
Estas «Siete palabras» tienen un gran valor litúrgico y devocional, pues brindan a los
creyentes unas guías y orientaciones de cómo enfrentar las adversidades más intensas de la
vida. Las palabras son las siguientes:
1. «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen» (Lc 23.34).
2. Entonces Jesús le dijo: «De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso» (Lc
23.43).
3. Cuando vio Jesús a su madre, y al discípulo a quien él amaba, que estaba presente, dijo a
su madre: «Mujer, he ahí tu hijo». Después dijo al discípulo: «He ahí tu madre» ( Jn 19.26-
27).
4. Y a la hora novena Jesús clamó a gran voz, diciendo: «Eloi, Eloi, ¿lama sabactani?» que
traducido es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? (Mc 15.34; Mt 27.46).
5. Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba consumado, dijo, para que la Escritura
se cumpliese: «Tengo sed» ( Jn 19.28).
6. Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: «Consumado es» ( Jn 19.30).
7. Entonces Jesús, clamando a gran voz, dijo: «Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu»
(Lc 23.46)
Profecías cumplidas con la muerte de Jesús
La muerte de Jesús fue analizada y afirmada con el tiempo, por los creyentes y las iglesias,
como el cumplimiento pleno de una serie importante de profecías del Antiguo Testamento.
Los eventos de la pasión fueron revisados y reinterpretados a la luz de la fe en el Cristo
resucitado, y esas convicciones teológicas le permitieron ver a los evangelistas, una serie
importante de oráculos que tuvieron su actualización plena en la muerte de Jesús. Pg. 238
Significados de la crucifixión
Cuando el Nuevo Testamento alude a la crucifixión, no se refiere exclusivamente al
sufrimiento y los dolores causados por el suplicio y martirio de Jesús, sino a su gran
significado e interpretación teológica. La crucifixión, en varios pasajes neotestamentarios
(p.ej., 1 Co 1.18), pone de manifiesto el mensaje total, claro e íntegro de salvación para la
humanidad, a través de la muerte y el sacrificio de Jesús de Nazaret. Pg. 239
Las narraciones de la resurrección
Cuando llegamos a los relatos de la resurrección encontramos el corazón del mensaje
cristiano. El Jesús histórico, el maestro y predicador de la Galilea, cobra dimensión nueva.
Las interpretaciones teológicas abundan, las reflexiones espirituales aumentan, y la
creatividad literaria llega a su expresión máxima. Y como los episodios que se incluyen en
torno al evento de la resurrección de Cristo transmiten valores éticos, enseñanzas espirituales
y principios morales de tan grande significación e importancia, debemos proceder con gran
cautela metodológica y con sobriedad exegética. Pg. 243
La desaparición del cuerpo de Jesús
Lo que parece innegable, desde el punto de vista histórico y teológico, es que el cuerpo de
Jesús desapareció de la tumba. Lo que sabemos muy bien, según los documentos que
poseemos, es que cuando llegó el domingo en la mañana y las mujeres fueron al sepulcro
para continuar con las costumbres funerarias judías, que se habían interrumpido por la llegada
del sábado, el cuerpo de Jesús no estaba en el lugar que lo habían dejado inerte hacía solo
unos cuantos días. Pg. 246
Para muchos especialistas, el Evangelio de Marcos concluye en 16.8, con la actitud temerosa
y medrosa de las mujeres. Ese gesto de temor, entonces, tiene la intensión de afirmar que la
resurrección de Jesús era definitivamente la llegada del tiempo del fin, que según las
creencias populares judías, tiene como respuesta humana la alarma y la preocupación intensa.
La sección que sigue en el Evangelio de Marcos, tiene el singular propósito de completar o
complementar ese final, pues añade elementos de gran significación teológica: La aparición
del resucitado a María Magdalena (Mc 16.9-11; Jn 20.11-18), la revelación a dos de sus
discípulos (Mc 16.12-13), la comisión misionera a los apóstoles (Mc 16.14-18), y finalmente,
la ascensión de Jesús al cielo (Mc 16.19-20). Pg. 247
Las apariciones del Cristo resucitado
Para los evangelios canónicos, las apariciones del Jesús resucitado son realidades
comprobables, verificables y palpables. Los textos que exponen el tema, enfatizan que los
testigos no veían un fantasma, se trataba realmente del Jesús que había sido previamente
crucificado. Pg. 248
Lucas incluye en su evangelio un episodio significativo, referente a la reacción de los
discípulos al ver a Jesús: ¡Pensaron que se trataba de un fantasma! Y para cerciorarse que no
era un espectro, les invita a tocarlo para salir de la duda; y añade, además, que los espíritus no
tienen carne y huesos (Lc 24.39). Pg. 249
La ascensión de Jesús al cielo
Las narraciones de la ascensión de Jesús al cielo no son muchas pero son significativas. De
acuerdo con los Hechos (Hch 1.3), luego de la resurrección, Jesús habló repetidamente a los
discípulos sobre el reino de Dios, tema que en su ministerio previo había tenido gran
importancia teológica y pedagógica. Pg. 249
El evangelista Lucas es el que explora el tema de la ascensión de Jesús al cielo con algún
detenimiento. Indica que su deseo es presentar todo lo que hizo Jesús, y también lo que
enseñó, hasta «el día que fue recibido arriba» (Hch 1.1-2), en una clara alusión a la ascensión.
Pg. 250

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