Diana y Olany 1h

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IMPORTANCIA DE LA REFORESTACION.

La región de Los Tuxtlas, en la parte centro-sur de Veracruz, ha sido


considerada como zona importante para la investigación y conservación por sus
características de alta complejidad ecológica, geológica y de actividad humana.

La Reserva de la Biosfera, decretada en 1998, se caracteriza tanto por la notable


diversidad de especies vegetales y animales como por los importantes servicios
ambientales que presta, tales como captación y abastecimiento de agua,
regulación del clima, captura de carbono y gran valor paisajístico. Sin embargo, es
también una zona fuertemente amenazada por el crecimiento demográfico, la
ganaderización, la extracción ilegal de especies, la deforestación, entre otras.

La región posee, en una superficie relativamente reducida, una variada


gama de condiciones climáticas y de suelos que favorecen la
diversificación de hábitats y paisajes y, por lo tanto, de su flora y fauna.
De este modo, encontramos diferentes tipos de bosques de mediana alti

La región es importante también desde el punto de vista socioeconómico


y cultural. Históricamente el valor cultural de la región se basa en la
presencia de antiguos asentamientos pertenecientes a la cultura Olmeca
y la permanencia a través del tiempo de poblaciones indígenas (Nahuas
y Zoque-Popolucas).

Posteriormente hubo procesos de mestizaje en los descendientes del


sustrato indígena regional y de la población europea y africana asentada
en la región en la época colonial, o de emigrantes de otras regiones del
país, que han dado origen a un mosaico sociocultural que ubican a la
región como zona de importancia arqueológica, histórica y cultural única,
en donde se conjugan culturas, tradiciones y costumbres indígenas y
criollas para el manejo y aprovechamiento

Las reservas de la biosfera son zonas de ecosistemas terrestres o


costeros, o una combinación de ambos, que han sido designadas para
promover y demostrar una relación armónica entre las poblaciones
humanas y la naturaleza. El concepto “reserva de biosfera” implica la
conservación del medio ambiente, la investigación científica y el
desarrollo sostenible.

La ordenación de las reservas de biosfera se encamina a demostrar que


la conservación medioambiental puede servir para aumentar el desarrollo
sostenible basado en los resultados de la investigación científica y en la
participación de la población local (UNESCO-MAB, 1996).

Esto se lleva a cabo mediante un sistema específico de utilización de la


tierra que toma en consideración las características topográficas,
biológicas, económicas y socioculturales de cada lugar. Tienen tres
funciones diferentes, pero interrelacionadas:
Conservación: Protegen los recursos genéticos, especies vegetales y
animales, ecosistemas y paisajes autóctonos valiosos para la
conservación de la diversidad biológica mundial.

Desarrollo: Tratan de aunar los intereses de la conservación con la


utilización sostenible de los recursos mediante una cooperación estrecha
con las comunidades locales, aprovechando los conocimientos
tradicionales, los productos indígenas y los sistemas adecuados de
ordenación de la tierra.

Creación de redes: Están vinculadas a través de una red mundial;


proporcionan servicios de investigación, seguimiento, enseñanza y
capacitación a escala local, así como para llevar a la práctica programas
comparativos de investigación y seguimiento a nivel internacional o
regional.

Si bien es cierto que la importancia relativa de esas tres funciones


básicas no es la misma en todos los casos, la combinación de las
mismas es el rasgo distintivo de las reservas de biosfera.

La articulación de esas funciones se realiza en la práctica a través de un


modelo de zonificación, que incluye una zona núcleo (o varias)
estrictamente protegida con arreglo a objetivos de conservación
predeterminados. Esa zona núcleo está rodeada por una o varias zonas
de amortiguación delimitadas, en las que sólo se pueden llevar a cabo
actividades que sean compatibles con los objetivos de conservación.
Por último, una zona de transición menos estricta rodea a las zonas
núcleo y de amortiguación y en ella tiene lugar la cooperación con la
población local y se desarrollan actividades de ordenación sostenible de
los recursos.

Los Tuxtlas en la UNESCO

El Programa del Hombre y la Biosfera (MAB, por sus siglas en inglés) de


la UNESCO, elaboró en 1974 el concepto de reserva de la biosfera. En
1976 se conformó la Red Mundial de Reservas de la Biosfera que, 30
años después, comprende un total de 482 sitios en 102 países.

En la región de América Latina y El Caribe con 18 países se tienen 75


reservas incorporadas a la Red. Nuestro país cuenta hoy con un total de
34 áreas protegidas, ocupando el cuarto lugar con sitios inscritos a la
Red, sólo después de Estados Unidos, la federación rusa y España.

En octubre de 2007, la Reserva de la Biosfera fue aceptada para formar


parte de esta red internacional, hecho que representa un reconocimiento
a las tareas de conservación que se realizan en dicha área.

Las reservas, propuestas por los gobiernos nacionales que son admitidas
en la Red, cumplen con varios criterios, entre los que se encuentran la
protección de los recursos genéticos, los ecosistemas y los paisajes, el
desarrollo económico y humano sostenible y el apoyo logístico a las
acciones de investigación y educación relacionadas con las actividades
de interés local, nacional y mundial.

Diversas actividades, que van desde protección, monitoreo,


investigación, recreación, educación ambiental y ecoturismo, hasta
actividades agrícolas y asentamientos humanos, pueden coexistir en las
reservas de la biosfera gracias a la definición de zonas núcleo, de
amortiguamiento y de transición.

De este modo, se busca reducir la pérdida de biodiversidad, mejorar la


calidad de vida y elevar las condiciones sociales, económicas y
culturales, necesarias para un medio ambiente sostenible.

UV, promotora de Los Tuxtlas

Cumplir con los objetivos de una reserva de la biosfera no es una tarea


sencilla, se requiere de una amplia participación de la población, que
incluya la resignificación de su territorio a partir del conocimiento del valor
ambiental y cultural de su región, y, de la adopción del paradigma de la
sustentabilidad.Ç

Es por esto que la Universidad Veracruzana se encuentra difundiendo el


Programa de Conservación y Manejo de la Reserva a las comunidades
que integran los ocho municipios dentro del área (Ángel R. Cabada, San
Andrés Tuxtla, Santiago Tuxtla, Catemaco, Soteapan, Mecayapan,
Pajapan y Tatahuicapan de Juárez), las asociaciones de productores,
autoridades gubernamentales, instituciones educativas y demás actores
involucrados.
Dicho documento representa el instrumento de planeación del área
protegida y contiene las actividades y acciones que permitirán cumplir
con los objetivos de la Reserva.

El conocimiento y apropiación de dicho documento por parte de la


población permitirá hacer operativas las diferentes propuestas de manejo
en la Reserva, conciliando la conservación de los recursos naturales con
el aprovechamiento sustentable .
La ceibo de agua (Pachira aquatica) es una planta de porte arbóreo,
llamativa por la forma de crecimiento del tronco que aparece a veces
trenzado. Se utiliza como planta decorativa tanto en ambientes interiores
como exteriores. Es también empleada en el arte del bonsái y se cree
que atrae la buena suerte.

Chaparro amargo

Chaparro amargo ( Castela erecta ) se utiliza como ornamental debido a


sus atractivos frutos y floraciones que atraen tanto a insectos
nectarívoros como a pájaros frugívoros. Aunque esta planta es pequeña
y vistosa, debe manipularse con cuidado, ya que tiene espinas.
El palo de Brasil (Dracaena fragrans) es una especie de planta arbustiva
de uso ornamental. Es común verla como decoración de interiores en
regiones templadas, mientras que en las zonas de vegetación protectora
en bordes de jardines. Algunas especies de colibríes las visitan y se
alimentan del néctar de sus flores.

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