Neuropsicología Del Envejecimiento
Neuropsicología Del Envejecimiento
Neuropsicología Del Envejecimiento
Autores: Jose Barroso Ribal, Rut Correia Delgado, Antonieta Nieto Barco*
Índice
1.- Introducción
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1. Introducción
Conocer los cambios que experimenta el cerebro humano al envejecer, así como
la manera en que se relacionan estos cambios con los cambios en las funciones
psicológicas, es imprescindible desde una perspectiva neuropsicológica. En este sentido,
la neuropsicología se nutre de los hallazgos que proceden tanto de los estudios post-
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mortem como de los estudios in vivo. Éstos últimos, cada vez más numerosos gracias a
los avances en las técnicas de imagen cerebral.
En general, los resultados de los estudios in vivo que hacen uso de técnicas de
neuroimagen estructural, señalan que al envejecer se experimenta una disminución del
grosor de la corteza cerebral y que esta disminución es mayor en el lóbulo frontal que
en el resto del córtex cerebral. En cambio, los resultados sobre la disminución del
volumen de estructuras hipocámpicas y/o talámicas no son concluyentes y, además,
aparecen frecuentemente asociados a un envejecimiento patológico. Con respecto a los
cambios en sustancia blanca, se observa que también éstos son más frecuentes en los
lóbulos frontales cuando se trata de un envejecimiento normal. Los resultados más
consistentemente informados con técnicas de neuroimagen funcional señalan, una vez
más, a la región frontal como la que experimenta un mayor cambio en el envejecimiento
normal.
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frontal y sus circuitos (corticales y subcorticales) los que mayor afectación
experimentan (Tisserand y Jolles, 2003).
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a) Velocidad de procesamiento
El enlentecimiento de la velocidad de procesamiento que se observa en la vejez,
tanto a nivel cognitivo como a nivel motor, es un hallazgo que en la actualidad no se
discute y que generalmente se asocia a los cambios degenerativos que experimenta la
sustancia blanca en el envejecimiento normal. Hoy en día, la pregunta que se trata de
responder es en qué medida este enlentecimiento es culpable del deterioro observado en
el resto de funciones cognitivas en el envejecimiento normal. En este sentido, hay quien
defiende que debido a que muchas de las tareas utilizadas para la evaluación de otras
funciones cognitivas requieren un tiempo de ejecución determinado, éste
enlentecimiento interfiere en el rendimiento produciendo, por tanto, un deterioro global
en la cognición (Salthouse, 1996).
b) Memoria
Tradicionalmente se ha asumido que la memoria es uno de los dominios
cognitivos que más afectado se ve por el propio proceso de envejecer. De este modo,
han sido numerosos los autores que han propuesto términos para describir y clasificar
esta afectación. De entre todas las propuestas, el concepto de “Deterioro de Memoria
Asociada a la Edad”, AMAE (Age Associated Memory Impairment, AAMI, Crook et
al., 1986) es el que mejor describe el deterioro mnésico que se experimenta en el
envejecimiento normal. Éste consiste en un deterioro de memoria que, en la vida
cotidiana, se manifiesta como despistes y olvidos leves; que afecta a individuos
mayores de 50 años; que no se debe a alguna enfermedad neurológica o psiquiátrica; y
en el que, además, el resto de la cognición se encuentra preservada. Aunque el estudio
de la AMAE ha generado un gran volumen de trabajos, cuestiones como su prevalencia
y evolución quedan aún sin concluir. Esta situación bien puede deberse a la aparición de
otros conceptos que incluyen perfiles de afectación cognitiva asociados a cambios
patológicos con mayores tasas de progresión hacia la Enfermedad de Alzheimer u otras
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demencias que el envejecimiento normal y que, por tanto, demandan una mayor
urgencia de estudio (Petersen et al., 1999).
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falta de familiaridad con este tipo de tareas, interfieren en la ejecución de los mayores
en la mayoría de las pruebas destinadas a la evaluación de las capacidades
visoespaciales y visoperceptivas y, por lo tanto, deben ser tenidos en cuenta a la hora de
valorar el estado de las mismas.
d) Funciones ejecutivas
Se ha denominado funciones ejecutivas a aquellas funciones cognitivas
tradicionalmente vinculadas con el córtex prefrontal y generalmente orientadas hacia la
planificación y organización de las acciones de acuerdo a un objetivo determinado. Se
recogen también en este grupo de funciones la capacidad para iniciar y mantener una
conducta, así como la habilidad para cambiarla y adaptarla en función de las
contingencias del medio.
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relacionado con la reducción de la actividad de la región prefrontal dorsolateral, que se
observa en individuos mayores durante la recuperación de la información
temporalmente retenida. La memoria prospectiva, en cambio, se refiere a la capacidad
de recordar que debemos realizar una actividad en el futuro. Esta función suele aparecer
afectada en el envejecimiento normal, incluso cuando no existen problemas de
aprendizaje y memoria en sí mismos.
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3.- Deterioro Cognitivo Ligero: estado actual y retos futuros para la
Neuropsicología
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a) quejas de memoria
b) un estado cognitivo general normal
c) un deterioro de memoria objetivado
d) relativa preservación de las actividades instrumentales de la vida diaria
e) no cumple los criterios de demencia
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Atendiendo a los distintos subtipos de DCL (Figura 2), los criterios
originalmente propuestos por Petersen se corresponden con lo que actualmente se
denomina DCL amnésico (DCLa), siendo su característica principal la alteración de
memoria y su curso de evolución más probable la DTA. Entre los otros subtipos,
encontramos el DCL en múltiples funciones cognitivas, que se caracteriza por un
deterioro leve en varias áreas cognitivas, y que a su vez, se subdivide en dos, atendiendo
a la afectación (DCLa+) o conservación de la memoria (DCL múltiple). Estos sujetos
podrían evolucionar también hacia DTA o hacia otros trastornos como, por ejemplo,
una demencia de etiología vascular. Por último, el DCL que presenta deterioro en sólo
una función cognitiva distinta de la memoria, sería el segundo subtipo, el DCL de
afectación única-no memoria (DCL domino único). El trastorno al que se espera que
evolucione este subtipo está directamente relacionado con la función cognitiva afectada,
de este modo, estos pacientes podrían encontrarse en la fase pródromo de procesos
neurodegenerativos como la Demencia Frontotemporal, Enfermedad de Parkinson,
Demencia de Cuerpos de Lewy, Afasia Progresiva Primaria, etc.
Existe una gran variabilidad en los datos sobre la prevalencia e incidencia del DCL.
Esta variabilidad se debe principalmente a las diferencias metodológicas existentes entre
los distintos estudios. Dentro de estas diferencias, los factores que más influyen parecen
ser aquellos relacionados con las características de la muestra de estudio (edad, nivel
cultural, procedencia de la muestra, etc.), así como con los criterios de inclusión
utilizados para la selección de los individuos con DCL. De este modo, los casos
diagnosticados de DCL pueden llegar a representar entre un 3% y un 26% de la
población y la aparición de nuevos casos oscila entre un 1% y 3% anual.
Como ya hemos comentado, la mayor parte de los trabajos sobre DCL realizados
por el momento se refieren al DCL amnésico, de manera que existen pocas iniciativas
que aporten datos epidemiológicos sobre otros subtipos de DCL. En esta línea, un
estudio reciente realizado por Busse et al. (2006) ha informado que un 5% de la muestra
estudiada presentaba DCL de dominio único no memoria, siendo este tipo más frecuente
que el DCL amnésico, el cual se encontró en sólo un 3% de la muestra. Asimismo, este
trabajo muestra que no todas las personas identificadas como individuos con DCL
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progresan a demencia y que, dentro del DCL, no fue el DCLa el subtipo que mostró
mayor riesgo de progresión a una Demencia Tipo Alzheimer (DTA) como
tradicionalmente se hubiera esperado. El subtipo de DCL que mayor tasa de progresión
mostró hacia la DTA es el DCL amnésico de afectación múltiple (DCLa+).
Hay varias consideraciones teóricas que deben ser tenidas en cuenta a la hora
llevar a cabo una evaluación neuropsicológica con intención de realizar un diagnóstico
diferencial de DCL. En primer lugar, los resultados que apuntan que el DCL puede
presentar un curso de evolución reversible han suscitado abundante discusión. En este
caso, una segunda evaluación, pasado algún tiempo del primer diagnóstico, podría
objetivar un perfil neuropsicológico compatible con un envejecimiento normal. De esta
manera, algunos autores proponen que el diagnóstico de DCL no debe ser concluido tras
una única evaluación neuropsicológica y aluden a la necesidad de realizar un
seguimiento transtemporal. A este respecto, ya han sido realizados algunos trabajos que
proponen tomar tres medidas, con un intervalo temporal de seis meses
aproximadamente entre ellas, y concluir el diagnósticos finalizadas éstas (Collie y
Maruff, 2002).
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el hecho de que en el diseño de los protocolos de evaluación se preste demasiada
atención a las funciones mnésicas y se descuiden otros dominios cognitivos. Por otro, el
que se recurra al uso de test diseñados para la detección de la afectación cognitiva
indicativa de DTA, pudiendo por lo tanto, tratarse de pruebas no suficientemente
sensibles para detectar la leve afectación cognitiva que caracteriza al DCL. Aunque en
los últimos años se ha hecho algún intento por superar este último punto, la mayoría de
los test propuestos para la valoración específica del DCL se presentan como pruebas de
valoración breve y/o tipo “screening” (Kalbe et al., 2004; Nasreddine et al., 2005; Rami
et al., 2006). Estas pruebas, a pesar de presentar la ventaja del enorme ahorro de tiempo
que supone su administración, cuentan con las limitaciones tradicionalmente asociadas a
las pruebas tipo screening. Asimismo, en estos test la memoria vuelve a ser la principal
función cognitiva a evaluar y prestan menos atención a otras funciones cognitivas que
pueden verse igualmente deterioradas en etapas premórbidas de procesos
neurodegenerativos distintos de la DTA.
Con el objetivo de superar la noción restrictiva del DCL como paso previo al
desarrollo de la DTA, y asumiendo que para concluir el diagnóstico diferencial del DCL
es necesario conocer el estado cognitivo general del individuo, nuestra propuesta de
protocolo de evaluación es mucho más amplia. De este modo, entendemos que un
protocolo dirigido a la evaluación neuropsicológica del DCL debe contemplar las
siguientes funciones: velocidad de procesamiento, atención, lenguaje, memoria,
funciones premotoras y prefrontales, funciones visoconstructivas, visoperceptivas y
visoespaciales. Asimismo, consideramos necesario, por su relevancia para el
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diagnóstico, obtener información sobre la independencia funcional y el estado
emocional del paciente.
Para finalizar este capítulo comentaremos brevemente los aspectos más relevantes
sobre el perfil neuropsicológico de algunas de las demencias más frecuentes. Con ello
pretendemos que el lector tenga una visión algo más completa sobre los cambios
cognitivos que acontecen en el Envejecimiento, sea éste normal o patológico.
Una vez más, desde un punto de vista neuropsicológico, estos criterios cuentan
con la enorme desventaja de identificar el deterioro cognitivo que se experimenta en la
demencia con el que se experimenta en la Demencia Tipo Alzheimer (DTA). Si bien
esta demencia supone el tipo más común en el envejecimiento, existen otras variantes
cuya afectación cognitiva no incluye, o no se limita, al deterioro de la memoria, y cuya
aparición en el envejecimiento es también relativamente frecuente Por tanto, parece
necesario que los criterios de demencia actuales sean reformulados teniendo en cuenta
el amplio abanico de funciones cognitivas y/o comportamentales que pueden verse
afectadas en las diferentes demencias. En este sentido, los criterios de demencia
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propuestos por El Grupo de Estudio de Neurología de la Conducta y Demencias, de la
Sociedad Española de Neurología (SEN) (ver Tabla 2) suponen una superación de los
criterios tradicionales de demencia (Robles et al. 2002).
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pueden presentar dificultades de razonamiento, planificación, ejecución y regulación del
comportamiento (funciones ejecutivas). Aunque las alteraciones del comportamiento no
suelen ser importantes en el inicio de esta demencia, este tipo de alteración sí suele
presentarse en etapas posteriores.
b) Demencia Frontal
Otra de las demencias con mayor relevancia social, debido a su alta presencia en
la población, es la demencia Frontal. Al igual que en la DTA, el inicio de esta demencia
también ocurre poco a poco, de manera gradual e insidiosa. Se produce como
consecuencia de una afectación de las regiones anteriores del cerebro, los lóbulos
frontales, de ahí su nombre.
c) Demencia Vascular
La Demencia Vascular es debida, y por eso su nombre, a problemas de irrigación
sanguínea cerebral. Por tanto, los problemas circulatorios en general, constituyen los
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factores de riesgo para desarrollar esta demencia (hipertensión, diabetes, colesterol,
etc.).
La Demencia Vascular suele aparecer asociada a uno o múltiples infartos
cerebrales y los síntomas dependerán de la región o regiones del cerebro en que estos
problemas tengan lugar. En este sentido, los síntomas se pueden referir a una sola
función cerebral, o bien afectar a varias funciones. Por lo tanto, hay que tener en cuenta
que dos personas que tengan Demencia Vascular pueden, perfectamente, presentar
dificultades muy distintas. Es muy frecuente que en este tipo de demencia, además de
las quejas cognitivas, se observen problemas emocionales (labilidad e incontinencia
emocional), por lo sensibles que son las áreas cerebrales relacionadas con estas
funciones a los cambios vasculares.
d) Demencia Mixta
En algunos pacientes se puede dar al mismo tiempo, problemas de circulación
sanguínea, con infartos cerebrales, y la Demencia Tipo Alzheimer (DTA). En estos
casos, se habla de Demencia Mixta. Lógicamente, los síntomas que se observan resultan
de la combinación de la DTA y La Demencia Vascular.
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Tablas
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III. Estas alteraciones son de intensidad suficiente como para interferir en las actividades
habituales del sujeto, incluyendo las ocupacionales y sociales
IV. Las alteraciones cursan sin trastorno del nivel de conciencia hasta fases terminales,
aunque pueden ocurrir perturbaciones transitorias intercurrentes
Figuras
NORMA
Normal
DCL
DEMENCIA
Patológico
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Figura 2. Subtipos de Deterioro Cognitivo Ligero
DCL a
Afectaci 佖 ica de memoria
Afectaci de
memoria
DCL a +
Afectaci leve de varios
componentes incluida la memoria
DCL
DCL m 伃 tiple
Afectaci varios componentes (sin
afectaci mn 駸 ica)
No afectaci
de memoria
DCL dominio 佖 ico
Afectaci un 佖 ico dominio no
memoria
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