Información Sobre Oratoria

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 9

¿Qué es oratoria?

La oratoria no es solo oralidad, es decir, no es el mero hecho de


hablar a otro y otros, sino que involucra una cantidad de técnicas y
reglas o principios que nos permiten expresarnos de manera clara ante
un público numeroso.
La finalidad de la oratoria es transmitir un mensaje sin miedos o
desconfianzas y con desenvoltura. La oratoria está relacionada con la
elocuencia, de poder convencer con nuestras palabras o conmoverá
quien o quienes nos oyen.
Dentro de la literatura, la oratoria tiene que ver con los procesos
literarios cuya finalidad es la de persuadir (como por ejemplo una
conferencia). Un orador debe modificar las emociones de los oyentes, no
sólo brindarles información.
Ahora bien, la oratoria es algo natural en el ser humano, como
capacidad de persuadir o convencer a otro acerca de mi punto de
vista u opinión. Sin embargo, se ha desarrollado como disciplina con
sus reglas y sus características propias.

Historia
La oratoria nació en Sicilia y se desarrolló fundamentalmente en
Grecia, donde fue considerada un instrumento para alcanzar
prestigio y poder político. Había unos profesionales llamados
logógrafos que se encargaban de redactar discursos para los
tribunales.
El más famoso de estos logógrafos fue Lisias. Sin embargo,
Sócrates creó una famosa escuela de oratoria en Atenas que
tenía un concepto más amplio y patriótico de la misión del
orador, que debía ser un hombre instruido y movido por altos
ideales éticos a fin de garantizar el progreso del estado. En este
tipo de oratoria llegó a considerarse el mejor en su arte a
Demóstenes.
De Grecia la oratoria pasó a la República romana, donde Marco
Tulio Cicerón lo perfeccionó. Sus discursos y tratados de
oratoria nos han llegado casi completos. Durante el imperio
Romano, sin embargo, la oratoria entró en crisis por cuenta de
su poca utilidad política en un entorno dominado por el
emperador, aunque todavía se encontraron grandes expertos en
ese arte como Marco Fabio Quintiliano; los doce libros de su De
institutione oratoria se consideran la cumbre en cuanto a la
teoría del género. Sin embargo, como ha demostrado Ernest
Robert Curtius en su Literatura europea y Edad Media latina, la
Oratoria influyó poderosamente en el campo de la poesía y la
literatura en general pasándole parte de sus recursos
expresivos y retorizándola en exceso.

Géneros
Originalmente, la oratoria se dividía en varias partes.
Anaxímenes de Lámpsaco propuso una clasificación tripartita
que asumió después Aristóteles.
Oratoria forense o judicial
La oratoria judicial o forense3 se ocupa de acciones pasadas. Al
género judicial lo califica un juez o tribunal que establecerá
conclusiones aceptando lo que el orador presenta como justo y
rechazando lo que presenta como injusto. La definición brindada
en el diccionario jurídico elemental de Guillermo Cabanellas, la
define como: La exigida o practicada ante los tribunales de
justicia, en las vistas o audiencias en que, lista para sentencia la
causa, las partes o, con mayor frecuencia, sus letrados, resumen
ante el juez o los magistrados los hechos, las pruebas y los
fundamentos de Derecho que apoyan su tesis y su petición de
condena o absolutoria.
Oratoria política o deliberativa
La oratoria política se ocupa de acciones futuras. Al género
deliberativo o político lo califica el juicio de una asamblea
política que acepta lo que el orador propone como útil o
provechoso y rechaza lo que propone como dañino o perjudicial.
Oratoria epidíctica o demostrativa
El género demostrativo o epidíctico se ocupa de hechos
pasados, pero, al contrario que el género judicial, se dirige a un
público que no tiene capacidad para sancionar los hechos
mismos, o influir sobre el asunto tratado; sino tan solo de
asentir o disentir sobre la manera de presentarlos que tiene el
orador, alabándolos o vituperándolos. Está centrado en lo bello
y en su contrario, lo feo. Sus polos son, pues, el encomio y el
denuesto o vituperio.

¿Dónde se originó la oratoria?


Como la mayoría de las ciencias humanas, la oratoria tuvo su origen
en Grecia de la mano de los sicilianos. En Grecia la oratoria era
utilizada con fines políticos y para alcanzar prestigio.
Sócrates fundó una escuela de oratoria, situada en Atenas, y
definió al orador como el hombre instruido y con ideales altos que iba a
garantizar el progreso del estado.
Demóstenes fue el orador que fue considerado el mejor dentro
de este arte. Cicerón fue quien la perfeccionó en la República Romana.
Él escribió varios discursos y tratados que han llegado a nosotros casi en
su totalidad.

Tipos de oratoria
Existe en la actualidad una clasificación de los tipos de oratoria según la
finalidad del orador. A continuación se expresan algunos tipos de
oratoria:
 Oratoria social. También llamada ceremonial, augural o
sentimental, son las que se desarrollan en un determinado ámbito
donde el ser humano participa de una ceremonia.
 Oratoria pedagógica. Busca transmitir la cultura mediante la
palabra hablada, es decir transmite conocimientos. Es una oratoria
didáctica o académica que busca enseñar.
 Oratoria forense. Se usa dentro de la ciencia jurídica y busca
exponer con claridad los informes de jueces, abogados y fiscales.
 Oratoria persuasiva. Cuando los políticos exponen y debaten
ideas políticas y utilizada principalmente en época de sufragio.
 Oratoria sacra o religiosa. Realiza sermones a partir de la
palabra de Dios utilizando como base la Biblia u otros libros
religiosos.
 Oratoria dentro de una empresa (llamada “Management
Speaking”). Es utilizada por hombres de negocios y empresarios
a fin de transmitir objetivos corporativos.

El buen orador
La oratoria no es simplemente hablar en público, un buen orador debe
reunir ciertas características que lo hacen distintos al resto de los
hablantes comunes.
 La oratoria siempre se realiza con un orador individual frente a un
público (receptor colectivo).
 El orador debe hablar con claridad, pero además con
entusiasmo, eficacia y persuasión. El lenguaje es su herramienta
principal. Un orador debe saber hacerse escuchar. debe lograr que
el público muestre interés y sea reflexivo.
 Debe el orador tener claro el fin de su discurso. Puede ser
un discurso persuasivo, a fin de convencer al público de una
opinión, por ejemplo. Además, puede enseñar, conmover o
agradar a su público.
 La apariencia física es muy importante así como el aseo
personas. El atuendo que elije el orador debe estar acorde con las
circunstancia dependiendo si es una ocasión formal o informal.
 Un orador debe mantener una actitud positiva, estar relajado
y gozar de buena salud física y psíquica.
 Además debe poseer mucha capacidad de memoria, ya que la
oratoria requiere un 90% de habla y apenas un poco de lectura de
apuntes, de ser necesario.
 Un orador debe ser sincero y congruente, es decir, que haya
relación entre lo que un orador dice y hace. Además, debe ser leal
a quien ha confiado en él o ella.
 Un orador debe perder el miedo y los prejuicios a hablar en
público, debe tener soltura y saber estar frente a un público.
Un orador debe conseguir que el público lo escuche con atención,
se sensibilice con él y lo comprenda, y, en caso de ser un discurso
persuasivo, que el oyente se convenza de lo que el orador está diciendo
acerca de un tema.

¿Qué se consigue con una buena oratoria?


Consiguiendo una buena oratoria, la persona en cuestión será capaz
de contar con un vocabulario adecuado para cada situación, o
mejor dicho, aprenderá a adecuar el discurso en cada situación y
con cada receptor concreto.
Tener una buena oratoria también ayudará al comunicador a
expresarse de una manera correcta., estructurando su discurso de
forma que quede claro y sea accesible para su público.
La oratoria también permite que el timing del discurso sea
completamente adecuado. Asimismo, obtener nociones de oratoria
hará que se rompa con el bloqueo que genera el temido pánico
escénico.

La oratoria como talento aprendido


Tendemos a pensar que la oratoria es algo innato, y si bien es cierto que
hay personas que dominan mejor este arte de una forma sencilla y fácil,
es una habilidad que puede desarrollarse con herramientas y
trabajo.
Cursos enfocados a comunicadores con una metodología con
orientación 100% práctica que nos dará muchísima más soltura en esto
de hablar ante un gran público.
Aprender sobre oratoria implica aprender sobre el discurso en sí y su
construcción. Así, podemos entender que un discurso básico estaría
compuesto por tres partes muy claras y diferenciadas en las que se
aplicarán diferentes técnicas.
Por un lado, tenemos la introducción o presentación. Una parte esencial
para “enganchar” al receptor. En el desarrollo del tema viene el grueso
del discurso, mientras que la conclusión es la parte más delicada,
esencial para poder afianzar el objetivo de un buen discurso.

Cómo evitar los miedos


La oratoria implica también vencer todos esos miedos que surgen a
la hora de enfrentarse a hablar en público. Recordemos que tener
una buena capacidad de comunicación y facilidad para hablar en público
puede abrirnos muchísimas puertas laborales, por lo que es una
disciplina a la que deberíamos prestar atención. No obstante, ¿qué
podemos hacer con estos miedos?
Vencerlos pasa por una gran práctica. Ensayar nuestros discursos tantas
veces como podamos delante, incluso, de personas diferentes, siempre
será una ayuda extra.
La respiración es otro de los temas que se estudia en cualquier
preparación para la oratoria. Es importante hacer ejercicios de
respiración que nos ayuden a aliviar todos nuestros nervios e incluso a
proyectar mejor la voz.
En cuanto a la estructura del tema y el tema en sí, lo primero que hay
que hacer es documentarse muy bien. Un discurso no solo debe
plantearse con seguridad, es importante creer en lo que estamos
diciendo. Conocer del tema que hablamos nos dará muchísima más
seguridad. Además, también será esencial el comienzo. No exageramos
si decimos que el comienzo determinará en gran parte si el resto del
discurso va o no bien.

Las mejores técnicas para la oratoria


En cuanto a las técnicas que podemos aplicar, aunque, como
comentábamos, la mejor opción es aprovechar los cursos
especializados en comunicación, aquí va un pequeño resumen::
 No memorizar, por ejemplo. Si memorizamos y nos quedamos en
blanco, entraremos en pánico absoluto. Es mejor hablar desde la
naturalidad.
 El lenguaje no verbal es también muy importante. Como
buenos comunicadores, debemos saber que la palabra no es la
única forma de conectar con el público. En los discursos frente a
un gran público, nuestra forma de movernos o de gesticular
podrían ser la clave para conectar con nuestra audiencia.
 ¿Es mejor estar quietos? No, lo cierto es que moverse a lo largo
del escenario, siempre que sea posible, hará que nuestro
discurso sea mucho más dinámico y atractivo para el público.

¿Cuáles son las características de una buena oratoria?


A la hora de preparar un discurso —sea cual sea el destinatario y el
objetivo del mismo— hay que conocer cómo debe formularse para que
sea eficaz. Por este motivo, existe un conjunto de aspectos
imprescindibles que debes considerar a la hora de exponer tus ideas:
 Inicio atractivo
De acuerdo con una investigación realizada por Dianne Dukette y David
Cornish en The essential 20: twenty components of an excellent health
care team, los adultos solo pueden mantener la atención durante un
promedio de 20 minutos. Es más, para despertar su interés, solo
dispones de unos pocos segundos. De ahí la importancia de hacer
presentaciones que desde el primer momento resulten atractivas a la
audiencia.
Este es el motivo por el que muchos conferenciantes comienzan sus
discursos con un chiste, una anécdota o una historia personal, ya que si
no atraen la atención del público desde el inicio, después será mucho
más difícil.
 Planteamiento original
Uno de los errores más frecuentes a la hora de hablar en público es
ceder el protagonismo al proyector, convirtiéndose el orador en un mero
lector del contenido de la presentación. Los recursos audiovisuales
deben ser un complemento a la presentación, no el guion de la
misma. Es decir, se pueden incluir imágenes conceptuales, gráficos en
movimiento, citas célebres o vídeos relacionados con la temática. Estos
elementos deben aportar un valor añadido a la creación de emociones
en el auditorio, sin redundar en el discurso hablado.
 Desarrollo fluido
Resulta tedioso escuchar una charla donde el orador recita un discurso
previamente memorizado. Esta falta de espontaneidad levantará un
muro entre tu atril y el público, al tiempo que te puede poner en una
situación algo incómoda si te quedas en blanco. Por ello, lo más
recomendable es llevar anotaciones sobre los distintos puntos que
deseas tratar a lo largo de la charla y abordarlos de forma natural. Esto
te permitirá, además, variar el contenido y el tono en función del
público, fortaleciendo así el vínculo con los oyentes.
 Interacción con el receptor
Otro de los puntos esenciales de la oratoria es la conexión con la
audiencia. Pedir la opinión a alguna persona, introducir referencias sobre
los participantes, plantear preguntas o permitir que el público termine
una frase o repita una consigna son técnicas que facilitan el
engagement de la audiencia. Además, es recomendable dedicar unos
minutos previos a la exposición para conversar y conocer al público,
ya que esto ayuda a aplacar los nervios y a descubrir detalles e historias
de los asistentes para incorporarlas al discurso y conectar con ellos de
un modo más íntimo.
 Ser coherente con el lenguaje corporal
El cerebro humano es capaz de reconocer el mensaje que va a emitir un
sujeto a través de la expresión corporal del mismo. Paradójicamente, la
forma para trabajar el lenguaje corporal es centrarse en las ideas: si
realmente sientes lo que vas a decir, tus movimientos te seguirán de
forma natural. Además, es recomendable que practiques aspectos del
lenguaje no verbal, como el tono, el volumen, la cadencia, la modulación
de la voz, la postura corporal, las expresiones faciales o los silencios.
 Discurso personalizado según la audiencia
No puede ser igual una presentación ante el consejo de administración
de una empresa que un discurso en una entrega de premios, una
conferencia en una universidad o una charla sobre tus avances al resto
del equipo de trabajo. El público debe determinar el contenido de tu
disertación si quieres hacerte entender y establecer un vínculo
con él. Por eso, es importante conocer qué es lo que desean saber tus
oyentes, cuáles son sus intereses y cuestiones sobre el tema para
preparar posibles dudas y preguntas.
 Incluye un propósito o llamada a la acción
El desarrollo de las habilidades comunicativas incluye la definición de
esa idea clave que debe ser el eje de nuestra intervención. Busca un
título a tu mensaje, el que quieres que se recuerde al finalizar la
charla, y confecciona el discurso en base a él. En este sentido, Kevin
Kruse, en Five subtle ways to persuade and influence others, aconseja
utilizar solo tres argumentos para defender una idea, aunque se trate de
vender un proyecto de un millón de dólares a una compañía de la
Fortune 500. “Si tienes los argumentos adecuados, tres son suficientes”,
sostiene.

Errores a evitar
 Empezar nuestra intervención cuando todavía hay personas del
público hablando o tomando asiento.
 Comenzar a hablar sin saludar y sin presentarse.
 No apagar previamente el teléfono móvil ni recordar al auditorio que
haga lo mismo.
 Adoptar una postura corporal no adecuada. Por ejemplo, permanecer
de pie y moverse demasiado... o sentarse hacia atrás de manera
informal.
 Confesar al auditorio que hay incomodidad o nerviosismo.
 Dirigirse al auditorio de manera demasiado coloquial o con excesiva
formalidad.
 No mirar a los presentes a la cara.
 Hablar en un volumen demasiado bajo, muy rápido o muy despacio, o
no pronunciar correctamente.
 Quedar inmóvil y rígido, gesticular en exceso, limitar mucho los
movimientos (tipo robot) o repetir demasiado el mismo movimiento.
 Repetir gestos o tics a causa del nerviosismo (meter y sacar las
manos en los bolsillos, caminar hacia delante y hacia atrás, rascarse,
guiñar).
 No concluir una frase o idea que se ha comenzado.
 Hacer pausas silenciosas demasiado largas.
 Dirigir la mirada al reloj cada pocos minutos.
 Desviarse de la cuestión perdiendo el tiempo en digresiones poco
útiles e interesantes.
 Usar muletillas o repetir expresiones o sonidos sin justificación, que
no aportan nada al contenido del "discurso".
 Leer alguna cita, o incluso el texto de nuestra intervención, de
manera muy mecánica, de forma "leída", no "dicha", sin darle
expresividad o sin levantar la vista del papel.
 Utilizar una presentación de diapositivas como texto básico de la
intervención en lugar de como apoyo para completar el discurso oral.
 No beber agua cuando se lleva un rato hablando y la boca está
reseca.
Tipos
Según la cantidad de oradores, se clasifica en dos :
1. Oratoria individual: Porque hace uso de la palabra, sin la
participación de otra u otras personas, se dice que está utilizando la
oratoria individual. Esta es quizás una de las formas elocutivas de más
arraigo en el ámbito social pues es de uso obligatorio en todas las
medidas y esferas donde el hombre desenvuelve su vida física, afectiva
y laboral.
2. Oratoria grupal: Se caracteriza por la presencia de dos a tres o más
personas en el estrado hablando.
Tipos de conferencias
1. Una simple conferencia:
Se puede denominar simplemente conferencia cuando los organizadores
nos solicitan que hablemos de un tema determinado, haciendo una
amplia exposición de este y una vez expuesto se dé por finalizado el
acto. En este caso no habrá posibilidad que el público formule algún tipo
de preguntas. Por lo general se trata de intervenciones a tiempo fijado,
por lo que se debe acordar con los organizadores cuánto tiempo se
dispone para hablar.
2. Conferencia con ruegos y preguntas:
Por lo general los organizadores ya advierten que se debe ser más breve
para dejar paso a la intervención del público que preguntará sobre el
tema. Es importante en este tipo de conferencias la presencia de un
moderador, alguien que ayude y ponga punto final a las preguntas o
evite que las preguntas se conviertan en un diálogo entre el espectador
y el conferenciante.
3. Conferencia-entrevista:
Se trata de una modalidad que últimamente se realiza mucho en
algunos ámbitos, al margen de la radio y la televisión. En este caso el
conferenciante expone el tema de una forma breve y seguidamente deja
paso al presentador para que este formule preguntas a las que el
conferenciante va respondiendo ampliamente y sin límite de tiempo.

También podría gustarte