Trabajo # 1 ROMANO REV 1

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Trabajo Nº 1: Pág.

Clase 1

a) ¿Cuál es la razón que motiva que se escriba esta carta?


Por causa de los problemas de división que existían entre los judíos y los
gentiles. Pablo estaba luchando por algo que sus connacionales no entendían,
muchos judíos estaban en Roma y muchos romanos se habían entregado al
Cristianismo pero había una mezcla de judaísmo, de cosas no entendidas que Pablo
procura enseñarles y ponerlas en blanco y negro, las cuales se indican a
continuación:

 La justificación por las obras o por la fe, los judíos pensaban y creían que por
el simple hecho de guardar la ley eran justificados. Los judíos venían a
judaizar y tirar por el suelo todo lo que Pablo había enseñado.

 Pablo enseña que la justificación es por la fe y que Cristo es el modelo de


Dios para la reconciliación del hombre.

 Pablo le explica a sus hermanos judíos, que la ley me dice que soy pecador, la
ley saca a la luz mi conciencia pecaminosa, pero no me libra del pecado.

 Pablo se esfuerza por demostrar a los hermanos que están en Roma, que no
son las obras, es la misericordia de Dios por la fe en Cristo Jesús, al
derribarles el argumento que la justificación viene por la circuncisión y decirles
que Abraham fue justificado catorce años antes de ser circuncidado, ellos
quedaron sin base y ahí comienza una trayectoria de debates donde la
circuncisión y la incircuncisión ganaron el estrado de la batalla, de la
discusión, así que el judío se justificaba por la ley y Pablo dice; pero todos
pecaron.

b) ¿Qué es lo más destacable en la Epístola a los Romanos?


Lo más destacable en la Epístola a los Romanos es: LA JUSTICIA DE DIOS.
Pablo se esfuerza por demostrar que no hay justo ni aun uno. Que todos pecaron,
judíos, griegos que todos los gentiles, que todos pecaron y no hay justo ni aun uno.
El texto clave: “El justo por la fe vivirá” (Ro. 1:17) aparece más de 70 veces en
Romanos. Pablo toma referencia de Habacuc 2:4 donde dice: “ve y diles que el justo
por la fe vivirá” y se menciona en Gálatas 3:11 y Hebreos 10:38. La Justicia, está
mencionado 70 veces.

En el libro de Romanos, nos damos cuenta de que Dios y la exposición de


Pablo deja al hombre sin argumentos de justificación por las obras. Que el hombre
no puede justificarse ni por la ley, ni por la circuncisión, ni por las obras, sino sólo por

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la fe que es en Cristo Jesús; y la fe que es en Cristo abre un área que se llama la


Misericordia de Dios.

Pablo introduce una variable aquí. Que “el justo por la fe vivirá” (Ro. 1:17).
Pero “la fe viene por oír la Palabra de Dios” (Ro. 10:17).

c) La justificación es un acto, la santificación es un proceso, Dios nos


declara justos. Dios lo declara justo y luego viene el proceso de la
santificación, la santificación es un proceso día a día, hasta que la obra
sea completa, pero la justificación es un hecho, es un acto, Dios ya le
declaró justo, por eso si usted no entiende esto, está perdiendo gran
parte del privilegio que Dios le ha concedido. La actividad a realizar es
que analice si está disfrutando este gran privilegio en su vida
cotidiana. Escriba un análisis breve sobre esto.
Estamos disfrutando del gran privilegio de la justificación en nuestra vida
cotidiana, a través de la fe en Jesucristo. Dios nos justifica y reconcilia a través de
Jesucristo, quien murió en la cruz por los pecados de toda la humanidad. Tener fe es
el único camino para nuestra justificación. Damos gracias a Dios por su fidelidad para
con nosotros, porque a partir de su fidelidad es que la justificación se revela a
nosotros por la fe que tenemos en que somos hijos de Dios, “porque el justo por la fe
vivirá. Romanos” 1:17b.

Clase 2

a) ¿Qué es lo más destacable que encontramos en el capítulo 3 de


Romanos?

 La declaración de la universalidad del pecado; no es sólo una opinión


personal; es el veredicto de la Palabra de Dios. El pecado (jamartia,
jamartema) significa: perder el objetivo o desobedecer la Ley de Dios; Pablo
suele usar variadas y en diferentes palabras griegas para describir la
tendencia de los humanos para revelarnos contra Dios. El pecado puede ser
ampliamente definido como cualquier actitud o acción que se oponga al
carácter o a la voluntad de Dios. El pecado es lo que trae la muerte; es decir,
la separación de Dios. Y la culpabilidad en todos los hombres: El hombre
no se puede salvar solo por su cuenta, el necesita de Dios para ser salvo.
Ro.3:9.

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 La manifestación de la justicia de Dios: La palabra justicia significa


dikaiosune; y quiere decir: acto judicial de Dios donde él declara, en base al
sacrificio perfecto de Jesús, que todos los requisitos de la ley fueron
satisfechos en el pecador que puso su fe en Cristo. Ro. 3:5 - 3:21.

 Dios es Glorioso: “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la


gloria de Dios”. (Ro. 3:23). Nos habla de que fuimos destituidos. Por
ejemplo: En el Edén sucedió la desgracia: “Echó, pues, fuera al hombre,
y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que
se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida”
(Gn. 3:24). La gloria de Dios se refiere a la participación en aquella
experiencia de la plena comunión y plena bendición de Dios que era su plan
para el hombre. El pecado priva al hombre de gozarse de esta gloria. Hay una
gloria relativa que ilumina la vida de los salvados en este tiempo (2 Cor.
3:8), pero su plenitud será alcanzada solamente en la consumación del reino.

 Hay Gracia y Redención: la redención es el acto de liberar a alguien por


pagar un precio, Pablo usa este término económico en un sentido teológico
para describir como Cristo pago el castigo. Y la gracia es: es un regalo
absoluto Dios es movido solamente por su misericordia. El pecador,
plenamente culpable y sin defensa delante de Dios el Juez, ha sido librado de
culpa por la sola gracia de Dios; ahora se goza de una relación correcta con el
Creador, sin haber hecho él nada para merecerlo. Ro.3:24:” siendo justificados
gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús.”

 Dios es el único que puede perdonar los pecados del hombre.. Dios envió
a su hijo como “instrumento del perdón” (DHH), “sacrificio de expiación” (NVI)
o “instrumento de propiciación” (BJ). Los que optan por el término
“propiciación” entienden que el sacrificio quita la ira de Dios. Los que eligen el
término “expiación” ven a Dios como sujeto de la acción y al pecado como el
objeto. Ro. 3:25: A quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en
su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en
su paciencia, los pecados pasados. (1 Jn. 2:2 y 4:10).

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 Para el Apóstol, practicar la ley no era asunto de observar algunos


reglamentos sino de cumplir con aquella relación de fe en Dios que la ley
apuntaba (Ro.3:31). Tomando en cuenta los siguientes aspectos:

o La declaración de la Ley: todos somos pecadores. Ro. 3:9-19.

o Propósito de la Ley: darnos el conocimiento del pecado. Ro. 3:20.

o Provisión más allá de la Ley: Justicia en Jesucristo. Ro. 3:21-24.

b) Comente la figura del libro de Esther, “Que el cetro extendido es


señal de misericordia,” ¿Qué enseñanza le deja a su vida?
El libro de Esther enseña que cuando el cetro del rey era extendido, había
gracia, “Y el rey amó a Ester más que a todas las otras mujeres, y halló ella gracia
y benevolencia delante de él más que todas las demás vírgenes” (Ester 2:17).

En nuestra vida, nos enseña que Nuestro Padre Celestial permitió que su Hijo
viniera para que nos acercáramos a Él, extendió su cetro para extendernos su
misericordia. Jesucristo es el cetro de Justicia y a través de el hallamos misericordia
cuando nos acercamos a el.

c) Pablo estaba tratando de decir que esa carnalidad que hay que
cortar no está en la carne, está en el entendimiento, por eso es tan
importante quitar todo lo de la mente, todo lo que impide que la
revelación del espíritu de revelación en Cristo Jesús se manifieste.
Comience hoy con esa actividad espiritual de cortar aquello que le
impide que se revele más de Su gloria en usted. ¿A qué se refería
Pablo cuando hablaba de esta carnalidad? Exprese con sus propias
palabras lo que entendió.
Se puede entender que la carnalidad está en la mente cerrada, por eso Jesús
les dice a los fariseos y escribas que son culpables de haber quitado la llave de la
ciencia del conocimiento de Dios, no prepararon a las generaciones emergentes,
quitaron la llave, no entraron, ni dejaron entrar a los que querían entrar. Debemos
quitar de la mente todo lo que impide que la revelación de Dios se manifieste. Pablo
tenía temor de perder la vida por cosas que le estaban pasando.

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Para aquellos que sólo dependían de la ley, les implica algo más; el ejercicio
de la fe es algo que no estaba acostumbrado. ¿Cuántas veces aparece la palabra fe
en el Antiguo Testamento? Solamente en 2 ocasiones, en Habacuc y Malaquías.
Porque ellos no estaban acostumbrados a la fe, sino que estaban acostumbrados a
arreglar todo con un cordero, con poner las manos en el animal y de esta manera
estar justificados, pero esto no quitaba el pecado, sólo lo cubría. La fe es revolución
y es lo que causa en el pueblo judío.

“Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los
que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. Porque el ocuparse de la carne es
muerte, pero el ocuparse del espíritu es vida y paz” (Ro. 8:5-6).

“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de vuestro


entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios,
agradable y perfecta” (Ro. 12:2).

“Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo


justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud
alguna, si algo digno de alabanza, en esto pesad. Lo que aprendisteis y recibisteis y
oísteis y visteis en mí. Esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros”
Filipenses 4:8-9)

“derribando argumento y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de


Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo”. (2 Corintios
10:5)

Clase 3

a) Comente qué fue lo más relevante para usted en el Capítulo 4 de


Romanos.

Abraham, ejemplo de la justificación por la fe (Ro. 4:1–25).


En el comienzo de la carta, Pablo declara que su evangelio es el “que Dios
había prometido antes por medio de sus profetas en las Sagradas Escrituras” (Ro.
1:2). El camino de salvación que presenta, es el de la gracia. Es la forma en que
Dios salva a la gente. Lo ilustra con Abraham. El progenitor de los judíos fue
justificado por fe. El argumento queda establecido.

1) Por fe y no por obras (4:1–8). Pablo empieza el argumento con una


pregunta. Abraham se describe aquí como progenitor de los judíos (“padre de
nuestra raza”, NBE). Al decir según la carne, es de acuerdo al linaje físico, queda

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implícito el pensamiento de que él es progenitor de otros hijos que no son de su


linaje físico (comp. vv. 11 y 16 ss.). La expresión ha encontrado, refleja el uso
corriente de la LXX en expresiones como “hallar gracia”, “y dijo: Señor, si ahora he
hallado gracia en tus ojos, te ruego que no pases de tu siervo” Gén. 18:3, donde se
aplica precisamente a Abraham) o “hallar misericordia”.

(v. 2) responde a la declaración de Ro. 3:27 “¿Dónde, pues, está la jactancia?


Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿Por la de las obras? No, sino por la ley de la fe”, de
que ha quedado excluida la jactancia. El mismo sustantivo traducido “jactancia” en
Ro. 3:27 aquí se traduce como gloriarse. Los judíos contemporáneos de Pablo
daban por sentado que Abraham fue justificado por sus obras. Decían que él había
cumplido toda la ley antes de que hubiera sido dada y que había sido perfecto en
todas sus obras durante toda su vida. No tenía, por lo tanto, necesidad de
arrepentirse. Si es así, entonces Abraham tendría razón de jactarse.

La respuesta a la pregunta con respecto a la forma en que Abraham había


sido justificado debe buscarse en las Escrituras (¿qué dice la Escritura?). La cita es
de Génesis 15:6 “Y en la cuarta generación volverán acá; porque aún no ha llegado
a su colmo la maldad del amorreo hasta aquí”. Los rabinos entendían que la fe de
Abraham era una obra. Comentando el mismo versículo ellos hablan del “mérito de
su fe” como la base de recibir la bendición. Pero esta interpretación no toma en
cuenta la naturaleza de la fe y no presta atención a lo que las Escrituras afirman. Fe
es confiar en Dios, en lo que él ha dicho, es disposición a recibir lo que Dios promete.
El acto de creer en Dios le fue contado por justicia. El término usado es un término
contable que significa registrar un valor en la cuenta de alguien. Su fe fue computada
como justicia (“Creyó Abraham a Dios, y le fue abonado a cuenta de justicia”; BC). Al
decir que Dios cuenta fe por justicia, la Escritura reconoce que fe no es justicia, no es
una obra meritoria.

(v. 4) Pablo hace un comentario sobre las implicaciones de lo que ha estado


diciendo. Expresa el principio general aplicable en todas las esferas de la vida y el (v.
5) aplicará el principio a la esfera de la fe. El término que aquí se traduce como
considerarse es el mismo que se traduce como contar en el versículo anterior. La
versión BC traduce: “al que trabaja no se le abona el jornal como favor, sino como
deuda”. Cuando el trabajo es a cambio de una bonificación, no es ningún favor; es
simplemente dar lo que corresponde.

Semillero homilético: Dios es real (4:1-9)

Introducción: Mucha gente nunca sintió paz en su corazón, perdón por sus
pecados, libertad de su culpa, y poder para vivir una vida nueva. No saben que Dios
es real.

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1. Dios es creíble, vv. 1-3, Abraham creyó.

2. Dios nos otorga la justicia, vv. 3-5: “le fue contado por justicia”.

3. Nosotros somos bendecidos, vv. 6-8: “bienaventurado el hombre a quien el Señor


jamás le tomará en cuenta su pecado”.

(v. 5) se aplica el principio a la esfera de la fe, pero en el sentido opuesto. En


Abraham se presenta el caso de uno que no había hecho obras para salvarse, sino
que simplemente había confiado en Dios. En su caso, “se le abona su fe a cuenta de
justicia” (BC). Fue justificado por gracia, no porque le correspondía como retribución;
se tomó en cuenta su fe, no sus obras. La preposición que aquí se usa con el término
“creer” (también en v. 24) sugiere que Dios es aquel en quien la fe descansa.

Dios justifica al impío. Se atribuye a Dios un proceder que es condenado en el


AT (comp. Éxo. 23:7; Prov. 17:15; Isa. 5:23). Pablo declara que Dios justifica al
pecador que tiene fe y lo hace a la luz de la muerte de Cristo por los pecadores. Es
un acto divino de misericordia y gracia. El evangelio del Apóstol se resume en la
descripción de Dios como aquel que justifica al impío.

(v. 6) Pablo apoya su posición de que la justificación sin obras está de


acuerdo con lo que dice el AT. Uno de los principios de la interpretación rabínica,
cuando la misma palabra aparece en dos pasajes diferentes, cada uno puede usarse
para interpretar el otro. En este caso, la palabra clave es la que se ha traducido como
contar que aparece en el texto de Génesis 15:6 y Salmo 32:1, 2, en el pasaje a que
el Apóstol se refiere ahora, el cual es citado como aparece en la LXX. Pablo atribuye
el salmo a David (comp. 11:9), como lo hace el título del salmo en el AT. En el caso
de Abraham, el Apóstol ahora agrega una declaración atribuida a David acerca “del
hombre a quien Dios abona la justicia sin contar con obras” (BC). El verbo es el
mismo término contable (véase el comentario sobre v. 3) que aparece en los
versículos 3, 4 y 5; en la RVA se traduce contar en el versículo 3, considerarse en los
versículos 4 y 5.

(v. 6) Conferir.

(v. 7) La palabra traducida como bienaventurados (“dichosos”, DHH) indica el


estado más exaltado de felicidad. Es usada por Aristóteles para referirse a la
felicidad de los dioses. Aquí indica la dicha de aquellos cuyas iniquidades
(“maldades”, DHH) han sido perdonadas. El término traducido como iniquidades
propiamente indica rebelión contra la norma divina. Este es su sentido en los otros
pasajes donde se usa en los escritos paulinos (comp. 6:19; 2 Cor. 6:14; 2 Tes. 2:3, 7;

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Tito 2:14). Sin embargo, aquí posiblemente es un sinónimo de “pecados”, el término


que aparece en la frase paralela. El Apóstol no habla con frecuencia del perdón; tal
vez prefiere conceptos más positivos como la justificación y la liberación.

Estos hombres dichosos también se describen como aquellos cuyos pecados


son cubiertos. La idea de cubrir pecados puede emplearse: 1) en sentido malo
indicando el intento de ocultar los pecados a Dios, de no confesarlos (Job 31:33;
Prov. 28:13); 2) en sentido bueno para indicar una actitud de misericordia con
respecto a las faltas de otros (Prov. 10:12; 17:9); 3) en sentido bueno para indicar el
perdón de Dios (comp. Sal. 85:2). La imagen es de una situación en que los pecados
dejan de ser visibles a los ojos de Dios. El lenguaje sugiere la referencia a Cristo
como “expiación” o “sacrificio expiatorio” de 3:25.

(v. 8) inició con el uso por parte del salmista del término el hombre en singular,
en lugar del plural del versículo anterior; pero el cambio es de estilo y no de sentido.
El hombre se refiere a cualquier persona que se encuentra en la condición descrita.
La expresión el “Señor” (vea el comentario sobre 1:4) es la manera común de
traducir “Jehovah” en la LXX. No tener en cuenta los pecados es el equivalente
negativo de perdonarlos. La declaración es enfática como lo indica la RVA: jamás
tendrá en cuenta. La transacción es final e inapelable.

El texto no se refiere a fe, ni a justicia; pero usa el término clave que en este
caso la RVA lo traduce como tendrá en cuenta (“tomar en cuenta”, BLA). Es el
concepto de una relación restaurada por la gracia y misericordia de Dios sin tomar en
cuenta los méritos. La aplicación del principio rabínico indica que el “contar justicia”
equivale a “no contar” o “no tener en cuenta” pecados. El perdón de pecados, tiene
un trasfondo religioso con énfasis en la eliminación de las ofensas que impiden una
relación amistosa con Dios. Se refiere al mismo acto de restauración del pecador a
una relación correcta con Dios. Justificación: Es una metáfora jurídica que habla de
la absolución de culpa, de una amnistía o indulto que restaura a la persona a todos
sus derechos ante la ley.

2) Por fe y no por circuncisión (4:9–12). La circuncisión era la ceremonia


divinamente instituida mediante la cual se admitía a las personas a la membresía en
el pueblo de Dios. Sin este sello, no era judío, sin importar sus padres. Pablo insiste
en que la salvación es por fe y no por ningún rito religioso. El caso de Abraham
apoya su posición. En una nota Morris cita la declaración rabínica: “Ningún hombre
israelita circuncidado descenderá al infierno”.

(v. 9) “¿Es, pues, esta bienaventuranza solamente para los de la circuncisión,


o también para los de la incircuncisión? Porque decimos que a Abraham le fue

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contada la fe por justicia”. Se introduce en el argumento una pregunta. La pregunta


puede ser contestada al interpretar Salmo 32:1-2 “Bienaventurado aquel cuya
transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado. Bienaventurado el hombre a
quien Jehová no culpa de iniquidad, y en cuyo espíritu no hay engaño” a la luz de
Génesis 15:6 “Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia”. Pablo vuelve a citar el
texto de Génesis con una variación en la forma, pero no en el sentido que le servirá
para contestar la pregunta. El Apóstol demuestra que la bendición a que se refiere
David en el salmo no es para aquellos que tienen buenas obras y la merecen, sino
para los que han sido perdonados sin ninguna referencia a sus obras. Ahora
pregunta si esta bendición es para los circuncisos solamente. Nada en el Salmo 32
da la respuesta a esta pregunta. Por medio del principio rabínico ya señalado (véase
comentario sobre 4:6).

(v. 10) “¿Cómo, pues, le fue contada? ¿Estando en la circuncisión, o en la


incircuncisión? No en la circuncisión, sino en la incircuncisión”. El Apóstol aplica la
pregunta general del versículo anterior al caso específico de Abraham. En el relato
de Génesis la circuncisión de Abraham se efectúa recién en el capítulo 17. Se dice
que él tenía en el momento de circuncidarse 99 años (Gén. 17:1 “Era Abram de edad
de noventa y nueve años, cuando le apareció Jehová y le dijo: Yo soy el Dios
Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto”). Ya tenía 86 años cuando nació
Ismael (Gén. 16:16 “Era Abram de edad de ochenta y seis años, cuando Agar dio a
luz a Ismael”). Según la cronología judía, la circuncisión vino 29 años después de la
declaración de (Gén. 15:6 “Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia”). La
conclusión es evidente: al interpretar el Salmo 32:1-2 a la luz de Gén. 15:6, podemos
concluir que la bendición no se limita a los circuncisos solamente. Si se toma en
cuenta que Abraham no había sido circuncidado y si se acepta que la circuncisión es
indispensable para ser judío, entonces él era gentil cuando “se le abonó la fe a
cuenta de justicia” (BC).

(v. 11a) Pablo responde a esta pregunta: Si Abraham fue aceptado sin
circuncisión, entonces, ¿qué importancia tenía la circuncisión? No es precisamente la
práctica de la circuncisión lo que tiene valor, porque hay evidencia de que fue
practicada por otros pueblos semíticos que vivían en torno a los israelitas. Es el
sentido asignado por Dios a la práctica lo que tiene importancia. Dos expresiones
para explicar este significado. 1er lugar, según Gén. 17:11 “Circuncidaréis, pues, la
carne de vuestro prepucio, y será por señal del pacto entre mí y vosotros”, la
circuncisión es una señal del pacto que Dios hizo con Abraham. Es la marca visible y
exterior de esta relación. En el contexto de la experiencia de fe de Israel es la
característica distintiva del pueblo del pacto. 2do. lugar, Pablo dice que la
circuncisión es el sello de la justicia de la fe que Abraham tenía mientras todavía

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estaba incircunciso. El término sello no se usa para la circuncisión en el AT. Es


probable que ya en los tiempos de Pablo era una costumbre en el judaísmo referirse
a la circuncisión de esta manera. Un sello es una marca que ratifica y certifica la
autenticidad. En este caso, era una certificación de la justicia de la fe que Abraham
ya tenía antes de ser circuncidado. No confería justicia, sino que era la constancia
exterior y visible de la justicia que Dios ya le había reconocido.

(v. 11b y 12) Pablo precisa por qué en el plan de Dios la justicia le fue
reconocida a Abraham mientras estaba todavía incircunciso. Era para que él pudiera
ser padre de todos los creyentes, incircuncisos y circuncisos, gentiles y judíos. Se ha
dicho que los verdaderos hijos de Abraham no son los que tomaron su circuncisión
como modelo, sino los que por una fe como la de él recibieron el don de la justicia. Él
es verdaderamente padre de aquellos de la circuncisión que siguen las pisadas de su
fe. Seguir las pisadas de otro es una figura clara para indicar el acto de imitarlo
cuidadosamente.

Semillero homilético: El padre de la fe (4:13-25)

1. La justificación es por fe, no por la ley (vv. 13-17).

1.1. Abraham fue justificado mucho antes que llegara Moisés.

1.1.1. El principio de la fe y la gracia es contrario al de la ley.

1.1.2. Este principio no hace a la ley inútil, v. 15.

1.2. El principio de la fe y la gracia permite que todos los hijos de Abraham sean
justificados (vv. 16, 17).

2. Abraham es un ejemplo de que la justificación es por la fe en Dios (vv. 18-22).

2.1. Creyó contra toda esperanza (v. 18).

2.2. Creyó contra toda razón (v. 19).

2.3. Creyó en el carácter y la persona de Dios (vv. 17, 20, 21).

3. El ejemplo de Abraham es para nosotros (vv. 23-25).

3.1. Tenemos el mismo objeto de nuestra fe, Dios (vv. 17, 24).

3.2. Tenemos un mejor enfoque que Abraham, un Salvador que venció la muerte y
se levantó para nuestra justificación.

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Abraham es el padre de la familia de la fe en todo el mundo. Morris ilustra el


sentido de “padre” en este pasaje refiriéndose al caso de dos personajes
mencionados en Gén. 4:20-21 “Y Ada dio a luz a Jabal, el cual fue padre de los que
habitan en tiendas y crían ganados. Y el nombre de su hermano fue Jubal, el cual
fue padre de todos os que tocan arpa y flauta”. Jabal se describe como padre de los
que habitan en tiendas y crían ganado y Jubal es padre de todos los que tocan el
arpa y la flauta. No se trata de un parentesco sanguíneo, sino de características en
común. Abraham no era el primero en ejercer la fe, pero su fe tan ejemplar lo
constituyó en padre espiritual de todos aquellos cuyas vidas se caracterizan por una
fe semejante.

Abraham es el padre espiritual de toda la comunidad de la fe. Referirse a él


como padre de no circuncidados, esto es, de gentiles, parecería raro para un judío, el
Apóstol comprende el propósito de Dios en la vida del patriarca. Le había prometido
que en su persona serían “benditas todas las familias de la tierra” (Gén. 12:3).

3) Por fe y no por la ley, 4:13–17a. Pablo dirige la atención a la relación entre


la ley y la justificación, tema de mucha importancia para el judío. Para demostrar que
Abraham no fue justificado por guardar la ley, podría haber usado un argumento
semejante al que usó con respecto a la circuncisión, ya que la ley fue promulgada
430 años después de que Dios declaró al patriarca justo por fe (Gál. 3:17 “Esto,
pues, digo: El Pacto previamente ratificado por Dios para con Cristo, la ley que vino
cuatrocientos treinta años después, no lo abroga, para invalidar la promesa”). Elige
argumentar que la ley no es compatible con fe y promesa, los conceptos empleados
en el pasaje de Génesis.

(v. 13) “Porque no por la ley fue dada a Abraham o a su descendencia la


promesa de que sería heredero del mundo, sino por la justicia de la fe”. Empieza
Pablo refiriéndose al concepto de promesa que es el vínculo que sirve de nexo con
los conceptos expresados en la segunda parte del capítulo (4:13–25). El término
aparece en los versículos 13, 14, 16, 20 y 21. Se ha señalado que la idea es muy
importante para Pablo; de las 52 veces que la palabra aparece en el NT, 26 se
encuentran en las epístolas paulinas. Un concepto común a todo el pasaje, es el de
“descendencia” o “posteridad” (p. ej., NBE). En muchos pasajes el apóstol usa el
término para referirse a los descendientes de Abraham y en un pasaje a su
descendiente, Cristo (Gál. 3:16 “Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas,
y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de muchos, sino como
de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo”).

En el sentido estricto el heredero recibe en posesión la herencia después de la


muerte del dueño, pero en el NT a veces el término se usa para subrayar la

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seguridad de lograr posesión sin referirse a la necesidad de una muerte. Lo que se


había prometido en los distintos pasajes de Génesis era una descendencia sin
número, la posesión de Canaán y que todas las naciones de la tierra serían
bendecidas en Abraham o en su posteridad (Gén. 12:2, 3, 7; 13:14–17; 15:5–7; 17:8;
18:18; 22:18).

Pablo aquí habla de heredar el mundo, una interpretación que tiene sus
antecedentes en el judaísmo de la época. En el contexto de la carta a los Romanos
la frase puede entenderse como indicación de una gran prosperidad, pero lo que se
espera es la promesa de una bendición espiritual. Posiblemente en este caso lo
material es símbolo de lo espiritual. Algunos ven en la frase una referencia a la
familia de la fe de la cual Abraham habría de ser padre, una familia que abarcaría los
pueblos de todo el mundo. Cranfield piensa que el mejor comentario sobre la frase es
1 Corintios 3:21–23 “Así que, ninguno se gloríe en los hombres; porque todo es
vuestro: sea Pablo, sea Apolos, sea Cefas, sea el mundo, sea la vida, sea la muerte,
sea lo presente, sea lo por venir, todo es vuestro, y vosotros de Cristo, y Cristo de
Dios”.

La palabra ley, usada en la parte final del versículo 23, y en este contexto
debe referirse a la ley mosaica. De hecho, no era por esa ley, ni por ningún otra, que
el patriarca recibió la promesa.

(v. 14) El Apóstol apoya su declaración anterior con un argumento. En la


frase los que se basan en la ley aparece la misma preposición que se usa en la frase
“el que tiene fe” de 3:26 “con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de
que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús”. Las dos frases
contrastan dos actitudes fundamentalmente opuestas en relación con la salvación,
basarse en la ley o basarse en la fe. Al hablar de los que se basan en la ley, Pablo se
refiere a aquellos para quienes la ley es central, los legalistas, “los que viven por la
ley” (NVI). Si estos son los herederos, entonces la fe ha quedado vacía (“quedaría
sin contenido”, NBE; “no tendría ya ningún valor”, NVI). El tiempo del verbo sugiere
que este vaciamiento de la fe quedaría como resultado final.

Además, la promesa ha sido invalidada, “anulada” (NBE); “no serviría de nada”


(NVI). Promesa habla de un beneficio gratuito. Por supuesto, el cumplimiento de una
promesa puede exigir llenar cierta condición, pero no es el caso aquí. De modo que
la idea de guardar la ley para ganar un beneficio es incompatible con los conceptos
de fe y promesa explícitamente enunciados en el pasaje de Génesis.

(v. 15), Pablo señala el resultado verdadero de la ley. Lejos de ser algo que
el hombre puede esperar cumplir para merecer el favor de Dios, la ley se convierte

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en el medio de su condenación (comp. 3:20; 5:20; 7:7–13; Gál. 3:19). El Apóstol


señala la manera en que la ley produce ira: La palabra traducida como trasgresión
(aparece en 2:23 donde la RVA la traduce infracción) describe el pecado en términos
de salir de la línea marcada, de quebrar un mandato claramente definido; es la
infracción de una norma que tiene vigencia legal. Sin ley puede haber pecado, pero
no se caracteriza como trasgresión (comp. 5:13) o infracción de la ley. La ley indica
claramente dónde estamos parados; destaca el pecado como infracción de la norma
marcada y de esta manera deja al hombre expuesto al castigo, a la ira. Es también
cierto que la ley se convierte en un instrumento del pecado, y de la ira al despertar en
el hombre el deseo de hacer lo prohibido (comp. 7:7, 8).

(v. 16) Pablo no especifica qué es lo que proviene de la fe. Varios traductores
ponen la palabra “promesa” (DHH); otros intérpretes entienden que se refiere a la
herencia, el plan divino, la justicia o el camino de salvación. El Apóstol se refiere a la
bendición que Dios da en respuesta a la fe, sin identificarla explícitamente. Fe y
gracia son conceptos complementarios como Pablo ya ha señalado (4:4). La frase
según la gracia (ver 12:6, 1 Cor. 3:10 y 2 Tes. 1:12.) significa “por medio de la
gracia”, “gratuitamente”. Una NVI Nueva Versión Internacional. Promesa basada en
la obediencia a la ley sería una promesa inútil por la imposibilidad de cumplir la
condición de obediencia; además sería inaccesible a los que no habían recibido la
ley.

Al ser por gracia es una promesa cuyo cumplimiento es seguro y que es


accesible a todos. Por eso, es una promesa para Abraham y toda su descendencia.
La promesa es para judíos creyentes (el que es... de la ley pero tiene fe) y gentiles
creyentes (el que es de la fe de Abraham sin tener la ley). El parentesco que tiene el
hijo de Dios con Abraham no es la circuncisión (4:11, 12), ni la ley, sino su fe. El
resultado final es que Abraham es padre de todos los creyentes, judíos y gentiles
(4:11, 12).

Pablo sella el argumento que ha estado desarrollando citando Génesis 17:5,


una declaración de Dios a Abraham, en la primera parte del versículo 17. El tiempo
del verbo subraya la seguridad de la realización del propósito de Dios. Se afirma
como seguro que Abraham, en base a su fe, será padre de hijos de muchas
naciones, hijos que ejercerán la misma fe. El argumento de esta sección (13–17a) ha
demostrado que: 1) no es la ley, sino la gracia y la fe que son compatibles con la
promesa; 2) únicamente en base a la gracia y la fe pueden los gentiles ser incluidos
en el pueblo de Dios; 3) la ley (una alternativa a la gracia y la fe) produce castigo en
lugar del cumplimiento de la promesa de bendición.

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Trabajo Nº 1: Pág. 14

4) La naturaleza de la fe, 4:17b–22. Gramaticalmente la parte final del


versículo 17 pertenece a la oración que Pablo viene desarrollando. Sin embargo,
lógicamente representa el comienzo de una sección (4:17b–22) en la cual el Apóstol
hablará de la naturaleza de la fe de Abraham. Hasta ahora ha insistido en que la
salvación es por la fe, pero recién ahora se refiere a lo que significa la fe. Ningún otro
pasaje de las Escrituras dice con tanta claridad que la fe es plena confianza en la
promesa de Dios a pesar de todas las dificultades en contra.

Esta sección empieza en la mitad de la oración. El sentido pleno de la oración


es éste: “Abraham es nuestro padre a los ojos de aquel en quien creyó”. Él es
nuestro padre a los ojos de Dios, y precisamente de él el patriarca se fió.

Al hablar de Dios como aquel que da vida a los muertos, Pablo puede estar
pensando en el milagro que se obró en el cuerpo de Abraham y la matriz de Sara,
que para los propósitos de tener familia estaban como muertos (v. 19); posiblemente
esté pensando también en el relato del sacrificio de Isaac (Gén. 22; comp. Heb.
11:19); y con seguridad tendrá en mente la resurrección de Jesús (vv. 24 y 25).
Algunos creen que está pensando en los gentiles (acaba de referirse a Abraham
como “padre de muchas naciones”) que espiritualmente están muertos; tendrá en
mente el poder renovador del Espíritu en sus vidas (comp. Eze. 37).

Sea que pensemos en la muerte, en términos físicos o espirituales, Dios es


aquel que da vida a los muertos. Además, él “llama a la existencia a las cosas que no
existen”. Parece claro que la referencia es a la creación del mundo y esto aplicado al
acto de llamar a la salvación a un pueblo que no existía. La palabra “llamar” es
prácticamente un término técnico para indicar la iniciativa de Dios en la salvación.
Morris dice: “Los justificados no traen nada; están tan muertos, como los que no
existen. Pero por un llamado creador Dios produce en ellos nueva vida”.

(v. 18) El texto dice: “Él creyó en esperanza contra esperanza” (BLA). Hay
dos esperanzas, la humana y la divina. Basándose en la esperanza divina que Dios
imparte al hombre, Abraham creyó contra toda esperanza humana. La fe de
Abraham iba en contra de todos los cálculos humanos. Cuando humanamente
hablando no había razón para seguir esperando, el patriarca confió en el
cumplimiento de la promesa dependiendo de una esperanza que Dios había
inspirado en él. El resultado era que a pesar de tener todo en contra, él llegó a ser
padre de muchas naciones y esto estaba de acuerdo con las palabras de Dios a él.
Gén. 15:5 “Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si
las pues contar. Y le dijo: Así será tu descendencia”. Gén. 17:5 “Y no se llamará más
tu nombre Abram, sino que será tu nombre Abraham, porque te he puesto por padre
de muchedumbre de gentes”.

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(v. 19) Pablo sigue describiendo la fe de Abraham, primero en términos


negativos, y después en términos positivos. Abraham no flaqueó con respecto a la fe
a pesar de haber considerado debidamente sus 100 años (Gén. 17:1 “Era Abram de
edad de noventa y nueve años, cuando le apareció Jehová y le dijo: Yo soy el Dios
Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto”, Gén. 17:17 “Entonces Abraham se
postró sobre su rostro, y se rio, y dijo en su corazón: ¿A hombre de cien años ha de
nacer hijo? ¿Y Sara, ya de noventa años, ha de concebir?”). Con respecto a la
posibilidad de engendrar hijos su cuerpo estaba ya muerto (“materialmente muerto”,
NBE). Tampoco desfalleció su fe al considerar la condición física de Sara para dar a
luz. Abraham, por lo menos, había engendrado a Ismael cuando todavía podía tener
hijos. Sara nunca había tenido un hijo. El énfasis está en la muerte; no hay
posibilidad de una nueva vida, Ro. 4:17 “(como está escrito: Te he puesto por padre
de muchas gentes) delante de Dios, a quien creyó, el cual da vida a los muertos, y
llama las cosas que no son, como se fuesen”. La fe del patriarca no era una fe ciega;
consideró detenidamente la realidad de la imposibilidad de tener hijos y, sin
embargo, siguió creyendo en la promesa de una descendencia numerosa (Gén.
17:17).

(v. 20) Dice: Con respecto a la promesa de Dios, él no dudó en incredulidad.


Abraham no fue llevado por la incredulidad a vacilar o titubear con respecto a su
confianza en el cumplimiento de la promesa. Las imposibilidades le sirvieron como
ocasión para ser fortalecido en la fe por Dios. Así daba gloria a Dios.

No hay ocasión que pueda significar más honra para Dios que cuando un hijo
confía en su palabra aunque su cumplimiento parece imposible. Al recibir la promesa
y creerla, el hombre de fe hace lo que los hombres de Ro. 1:22-23 “Profesando ser
sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza
de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles” no hicieron,
dar gloria a Dios. Anders Nygren hace un comentario extraordinario sobre este
versículo.

“Sería natural pensar que la fe se debilitaría cuando se le oponen dificultades


en aumento, y que cedería a la duda cuando aquellas son tan grandes, tan
avasalladoras que parece imposible el cumplimiento de la promesa. Y que viceversa,
cuando las perspectivas mejoran y el cumplimiento vuelve a parecer posible, también
la fe vuelve a fortalecerse. Pablo afirma lo contrario; cuando nuestras propias
posibilidades disminuyen, la fe aumenta; porque no descansa en nosotros mismos ni
en nuestras capacidades, sino en Dios y sus promesas”.

(v. 21) Pablo termina el con la descripción de la fe de Abraham y nos da la


característica clave. En su esencia la fe es la plena convicción de que Dios es capaz

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de cumplir toda promesa que hace y es fiel para hacerlo. Abraham se describe como
totalmente persuadido del cumplimiento de la promesa. De hecho, toda esta sección
subraya la firmeza del patriarca en su convicción de que Dios le daría una
posteridad. Si se comparan las afirmaciones de Pablo con el cuadro de Abraham
presentado en el AT, la descripción del Apóstol puede parecer una exageración
(Gén. 16; 17:17, 18). La fe no fue fácil para Abraham; pasaron muchos años entre la
promesa (Gén. 15:5 “Y tú vendrás a tus padres en paz, y serás sepultado en buena
vejez”) y su cumplimiento (Gén. 21:2 “Y Sara concibió y dio a Abraham un hijo en su
vejez, en el tiempo que Dios le había dicho”). La demora debe haber significado una
prueba dura y en más de una ocasión deben haber surgido preguntas en su mente.

No obstante, Pablo se refiere a la actitud predominante y característica del


patriarca, no a alguna duda ocasional y pasajera. La vacilación momentánea no
puede anular ni negar la realidad de una confianza permanente y determinante. Los
fieles confían en la promesa de Dios porque lo conocen como fiel a su palabra, no
porque saben de qué manera y en qué momento él cumplirá lo prometido.

(v. 22) La sección termina con la repetición de la última parte de Gén. 15:6 “Y
creyó a Jehová, y le fue contado por justicia” citado en Ro. 4:3 “Porque ¿qué dice la
Escritura? Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justica”. La fe de Abraham era
la confianza en Dios que Pablo describe “le fue abonado a cuenta de justicia” (BC).
Una relación correcta con Dios depende de la confianza absoluta en Dios.

Semillero homilético: ¡Aprendamos de Abraham! (4:20, 21)

Introducción: De David aprendemos a confiar aun cuando debamos enfrentar


“gigantes”. De María, la hermana de Marta, aprendemos a ser devotos y fieles al
Señor. De Pedro aprendemos a poner a funcionar el cerebro antes de abrir la boca.
De Abraham aprendemos a:

1. Ser consistentes.

2. Ser valientes.

3. Vivir por fe.

Joya bíblica: “…quien [Jesucristo] fue entregado por causa de nuestras


transgresiones y resucitado para nuestra justificación” Ro. 4:25.

5) Prototipo del justo por la fe, 4:23–25. El Apóstol demuestra que lo que se dijo de
Abraham tiene validez no solo para él sino para todo hombre que pone su fe en Dios.
El ejemplo del patriarca no fue un caso de excepción, sino un caso normativo cuyos
principios son aplicables a todos los hombres de fe.

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Trabajo Nº 1: Pág. 17

Es un principio hermenéutico de validez general que lo que fue escrito


anteriormente fue escrito para nuestra enseñanza (Ro. 15:4 “Porque las cosas que
se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la
paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza”; 1 Cor. 9:9, 10;
10:11; 2 Tim. 3:16).

(v. 24) “sino también con respecto a nosotros a quienes ha de ser contada,
esto es, a los que creemos en el que levantó de los muertos a Jesús, Señor
nuestro”. Aunque la declaración de la fe del patriarca era importante para él y la
gente de su época, estas palabras de la Escritura no se refieren solamente a
Abraham, esta frase indica la pertenencia de la historia de Abraham para los
lectores. La fe será contada como justicia.

(v. 24) Puede traducirse “a quienes ha de ser contada” (RVR-1960). El


tiempo es futuro, y esto ha llevado a comentaristas a pensar que el Apóstol se refiere
a que nuestra fe será contada por justicia en el juicio final.

La tendencia general con respecto al lenguaje de Pablo al hablar de la


justificación (Ro. 5:1 y 9) y el tiempo del verbo en el pasaje de Génesis, “le fue
contada”, parecen indicar que la frase es una referencia a la justificación como un
hecho en la vida del creyente más bien que a una referencia a su esperanza
escatalógica. La justificación del creyente ha ocurrido y el veredicto en el juicio final
simplemente confirmará lo que Dios ya ha resuelto.

(v. 24b) El Apóstol identifica el “nosotros” de la primera parte del versículo


24. La fe en Dios el Padre como agente de la resurrección en vez de fe en el Hijo. En
el NT comúnmente la resurrección de Cristo se presenta como un acto de Dios Padre
(Ro. 8:11; 10:9; Hech. 3:15; 4:10; 1 Cor. 6:14; 15:15; 2 Cor. 4:14; 1 Ped. 1:21).

(v. 25) Constituye la conclusión de la sección sobre Abraham como ejemplo


del hombre justificado por la fe, Ro. 4:1-25. Hay una marcada solemnidad en el tono
a partir de la última frase del versículo 24 acorde con la terminación del tema. La
influencia de Isaías 52:12–53:13 parece evidente. Aunque Pablo no dice que fue
entregado a la muerte, es claro que su interés está en la muerte redentora de Cristo
y no en el mero acto de su entrega a las autoridades.

No es posible hacer una separación entre la muerte y la resurrección de Jesús


y asignar a cada acto un valor limitado. Es la muerte y la resurrección lo que hace
posible nuestra justificación y en Ro. 5:9 “Pues mucho más, estando ya justificados
en su sangre, por él seremos salvos de la ira” el Apóstol asocia la justificación con la
muerte de Cristo. Los eruditos entienden que posiblemente la forma de la expresión

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Trabajo Nº 1: Pág. 18

se debe a una fórmula ya en uso en la iglesia primitiva. Sin embargo, la asociación


de las ideas no es arbitraria. El perdón de nuestros pecados tiene una relación
específica con la muerte de Cristo, como Pablo ya ha señalado (Ro. 3:24–26); y la
resurrección es la evidencia explícita de la eficacia de la muerte para nuestra
justificación. La muerte y la resurrección son dos aspectos inseparables de un solo
acto redentor.

b) Analice la frase y comente: “Cuando su oración se transforme en


una obsesión, entonces vendrá la visión”.
Cuando su oración se transforme en una obsesión, atrapará la visión.

Dios trabajó en el Padre de la fe. Dios justificó a Abraham no por la circuncisión,


sino cuando Abraham creyó. Dios está dispuesto a honrar su fe, si usted está
dispuesto a honrar a Dios.

c) Esta semana debemos ver si realmente tenemos la visión correcta; o


si estamos pasando por un momento difícil, debemos pedir ayuda a
alguien que sus fundamentos estén firmes en la palabra de Dios.
Pidamos a Dios que nos dé espíritu de revelación para saber en qué nos
está formando. ¿Cuál es la visión correcta para tu vida? ¿Sabes en
que área Dios te está formando?

C.1: la visión correcta para nuestra vida, es la visión que Dios tenga para
nosotros, somos nosotros que debemos pedir a Dios, espíritu de
revelación para poder entender y ver cuales son las riquezas de la gloria
de sus santos. Efesios 1:17. Si ponemos nuestra mirada únicamente en
Jesucristo es que podemos tener la visión correcta, y de esta manera es
que vamos a poder discernir la voluntad de Dios que es perfecta y
agradable en nuestro crecimiento espiritual, en nuestra paz familiar, en el
bienestar de nuestra salud y en nuestra prosperidad financiera.
Conforme a Ro. 12:2 y Hebreos 12:2.

C.2: Si. Dios nos esta formando en el área de nuestro carácter para
poner en practica y cumplir su voluntad, para que después que
culminemos el nos siga mostrando cual es su voluntad. También nos
esta formando en la obediencia porque queremos que la voz profética de
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la palabra de Dios, siempre nos hable para que nos indique cuales son
los pasos que debemos dar para que el manifieste siempre su gloria
sobre nosotros, hemos aprendido que a medida que nos sometemos a la
palabra de Dios, él va a hacer con nosotros como hizo con Abraham, que
cuando obedeció a Dios, Dios le permitió ver con sus ojos la tierra
prometida, nosotros queremos ver y entrar a esa tierra prometida, que
esta bajo la misma promesa que Dios le dio en esta tierra y en los cielos,

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