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Un libro de

texto abierto:
Pedro Ramírez
Vázquez y la
Galería de
Historia, Museo
del Caracol
Bertha Hernández*

La arquitectura, escribió Pedro Ra-


mírez Vázquez, es una “disciplina de-
servicio”. Bajo esa premisa, una parte
esencial de su obra se desplegó en la
creación de espacios educativos, tanto en
el ámbito estrictamente formal como
en la que llamó “enseñanza extraescolar
y general”, en referencia a los museos.
Esa vocación social se ve enriquecida
cuando “se aloja en el relato de la his-
toria” (Ramírez, 1960), aseguró en la
mañana del 21 de noviembre de 1960,
durante la inauguración de la Galería de
Historia, a la que en términos familiares
se le conoce como Museo del Caracol.
El Caracol significó el primer contacto
de Pedro Ramírez Vázquez con el mun-
do museístico. El buen término al que
llegó el proyecto le allanó el camino pa-
ra hacer una larga carrera en ese univer-
so. El siguiente paso sería, ya dentro del
Plan Nacional de Museos, el grandioso
espacio del Museo Nacional de Antro-
pología, cuya responsabilidad, cuenta la
anécdota, se decidió a las puertas del
jovencísimo museo, cuando un satis-
fecho Adolfo López Mateos terminó el
recorrido inaugural de la Galería de His-
toria, aquella mañana de 1960.

Fachada de la Galería de Historia Fotografía Gliserio


Castañeda, inah-Conaculta, Fototeca de la cnme

12 GACETA DE MUSEOS
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El proyecto educativo y la obra conmemorativa como una obra conmemorativa con un importante aliento
En los planos, documentos y proyectos que, relativos al Ca- didáctico, impregnado por un fuerte nacionalismo y el ob-
racol, se conservan en el archivo personal de Pedro Ramírez jetivo de inculcar entre los escolares mexicanos sólidos va-
Vázquez,1 resulta evidente la vocación formativa que des- lores cívico-patrióticos, anclados en el pasado nacional. A
de un principio se dio al nuevo espacio. El primer nombre ello se sumaba una necesidad concreta, conocida en el ámbi-
del lugar varía de un documento a otro: “galería didáctica”, to museístico: hacía falta, en el Museo Nacional de Historia,
“museo didáctico”. Al final adquirió su nombre definitivo, una sala introductoria que dotara al visitante de instrumen-
Galería de Historia, dedicada a albergar una exposición per- tos conceptuales para acercarse a las colecciones del Castillo
manente titulada La lucha del pueblo mexicano por su libertad, de Chapultepec (Vargas, 1995: 20-21).2 Al secretario Torres

Salas helicoidales de la Galería de Historia Fotografía © Gliserio Castañeda, inah-Conaculta, Fototeca de la cnme

desde la guerra de Independencia hasta la Constitución de 1917. Bodet le pareció que era el momento pertinente de concretar
El origen del planteamiento temático se encuentra en la co- ese espacio, al tiempo que desde el sector educativo se apor-
yuntura de las conmemoraciones de 1960: el cincuentena- taba una obra relevante a las conmemoraciones cívico-histó-
rio de la Revolución mexicana y el 150 aniversario del inicio ricas de aquel año.
del movimiento independentista. “Muchas obras se harían Eso explica la rapidez con que se tomó la decisión de
con tal motivo”, recordó en sus memorias Jaime Torres Bo- construir el Museo del Caracol. El elegido para llevar a cabo
det (1972: 372). “Una, a mi juicio, era indispensable: la de la tarea fue Pedro Ramírez Vázquez, a quien el secretario To-
enseñar a los niños, de la manera más objetiva, cómo ha- rres Bodet conocía desde su primera gestión al frente de la
bían luchado sus antecesores para obtener y afianzar la li- sep, en la década de 1940, cuando el arquitecto era un joven
bertad de nuestro país”. Así, la Galería de Historia se planteó recién titulado al que se le encomendó ocuparse de la dele-

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gación tabasqueña del Comité Administrador del Programa El planteamiento arquitectónico y los contenidos
Federal de Construcción de Escuelas (capfce). Durante la se- Las obras de la Galería de Historia, ubicada en un antiguo
gunda gestión de Torres Bodet en la sep, iniciada en 1958, charro sobre la ladera del cerro del Chapulín, se iniciaron
Ramírez Vázquez fue designado titular del capfce. Allí coin- el 4 de mayo de 1960. Los últimos toques se dieron la vís-
cidieron las ideas del educador y del arquitecto: “Demos a la pera de su inauguración, propuesta en origen para el 20 de
niñez de nuestro pueblo las aulas y los maestros que nece- noviembre del mismo año, en la fecha exacta del cincuen-
sita”, escribió el secretario de Educación. “Será la mejor ma- tenario de la Revolución, aunque por razones logísticas y
nera de dar un alma –lúcida y vigilante– al progreso de la de agenda se trasladó para el día siguiente. Ramírez Váz-
Nación” (Torres Bodet, 1972). quez optó por una propuesta amigable al entorno, que se

A lo largo del sexenio lopezmateísta esa meta se cumpli- adaptara al espacio disponible y no rompiera la armonía del
ría con el “aula casa rural”, ideada por Ramírez Vázquez y paisaje. Así, al edificio, a base de concreto armado y con
que proliferó por todo el país. Sin embargo, el gran proyecto forma circular, se le dotó con ventanales de cristal polariza-
educativo sexenal, conocido como Plan de Once Años, veía do en verde, los cuales le dieron una iluminación natural y
más allá del salón de clases: consideraba la creación de mu- lo “fundieron” con el bosque (Ramírez, 1960). El día de la
seos como una extensión del aula y la creación del libro de inauguración el arquitecto se ufanaría de no haber afecta-
texto gratuito como garante de la educación pública estipu- do los árboles circundantes con el proceso de construcción.
lada en la Constitución. Se trataba de una estrategia integral En busca de un discurso que aludiera al vínculo entre
que no dejaba nada al azar cuando se hablaba de la forma- la galería y el Castillo de Chapultepec, el núcleo central se
ción de los ciudadanos de la segunda mitad del siglo xx. diseñó para que apareciera como un eco del antiguo Ca-

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ballero Alto del Museo Nacional de Historia. El eje heli- ría y los museos que le seguirían serían fundamentales para
coidal, del que la galería obtendría su sobrenombre de “El ampliar los horizontes culturales de la población.
Caracol”, marcó la pauta de la rampa descendente continua Tanta expectativa generó el rápido avance de la obra,
–“por momentos imperceptible”, apuntó Torres Bodet–, que en su informe presidencial de septiembre de 1960
la cual daría ritmo a las salas que de manera sucesiva mos- Adolfo López Mateos (2006: 94) dio cuenta del proyecto
trarían a los visitantes el desarrollo por los “momentos este- y sus cualidades tecnológicas: “Merced a un dispositivo ra-
lares” de poco más de un siglo de historia. La necesidad de diofónico, las escenas figuradas en cada sala serán expli-
establecer un recorrido estrictamente cronológico, “con un cadas al público en forma de que el recorrido general del
principio, un fin y una consecuencia”, constituyó el factor museo proporcione a los visitantes una enseñanza históri-
decisivo para que la galería tomase su forma circular (Ra- ca amena, clara y bien coordinada”. Un año después, en su
mírez, 1989: 82). tercer informe, el mandatario aportó otro dato interesante:
Todo en El Caracol se resolvió a partir de los recursos durante su primer año de vida la Galería de Historia había
más avanzados con que se contaba en la época, sin descuidar recibido a 350 mil visitantes.
el valor estético de la propuesta: en opinión de Ramírez Váz- Para la exposición de los contenidos históricos, cuyo
quez (ibidem: 84), el visitante podría “alternar el gusto por la guión estuvo a cargo del historiador Arturo Arnáiz y Freg,3
historia de México con el goce de la vista del medio natural se decidió que los dioramas se constituirían como el elemen-
exterior”. Torres Bodet se hallaba convencido de que la gale- to narrativo principal, pues “ofrecen más completa informa-

Entrada principal Fotografía © Gliserio Castañeda, inah-Conaculta, Fototeca de la cnme

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“La Galería de Historia es parte del Museo de Historia, que es-
tá instalado en el Castillo de Chapultepec; es la sala, digamos,
“introductoria”. Aquí se presenta de forma breve y amena to-
do el proceso histórico: se llama La lucha del pueblo mexicano
por su libertad, de la Independencia a la Constitución de 1917.
Por eso es una secuencia continua que se resuelve muy bien
en una rampa, en un museo de un helicoide, que va desde el
principio hasta el remate en la capilla final –que es una capilla
laica a la Constitución que nos rige–. Eso es la sala, la Galería
de Historia. El usuario, el pueblo, el visitante de Chapultepec lo
identifica como El Caracol.”

Pedro Ramírez Vázquez entrevistado por la maestra


Diorama El Abrazo de Acatempan Marcela Montellano, subdirectora de Extensión Académica
Fotografía © Bertha Hernández, Galería de Historia-inah de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, inah

ción y atraen sobre todo la atención de los niños”. De este Notas


modo Ramírez Vázquez entró en interacción con artesanos, 1 La autora agradece al arquitecto Javier Ramírez Campuzano, hijo del arquitecto
diseñadores y artistas. Julio Prieto dotó a los dioramas de di- Ramírez Vázquez y actual propietario de este archivo, el generoso apoyo y las fa-
mensión dramática, teatral. Iker Larrauri coordinó la cons- cilidades para consultarlo.
trucción de los escenarios del pasado nacional, los cuales se 2 A pesar de que Torres Bodet tenía muy claro el perfil introductorio con que de-
volvieron realidad con el trabajo de los escultores y minia- bería contar El Caracol, se llegó a considerar instalar la galería en el edificio de La
turistas encabezados por Mario Cirett y Apolinar Gómez. El Ciudadela, en el centro de la ciudad. La idea se desechó a causa del tiempo que
trabajo museográfico estuvo a cargo de Federico Hernández habría requerido la restauración y habilitación del espacio (véase al respecto Ra-
Serrano, en tanto que José Chávez Morado coronó la obra mírez, 1987).
con el espléndido cancel de la entrada, que alude al mestiza- 3 De Arturo Arnáiz y Freg (1915-1980), su colega Álvaro Matute refiere que en su
je, y con el águila monumental, de una sola pieza de cantera, tiempo fue uno de los historiadores más conocidos. Investigador y profesor de la
que preside la última sala y custodia la “capilla laica y patrió- unam, integrante de la Academia Mexicana de la Historia, una semblanza suya se
tica” en que se convirtió. puede leer en Matute (1994: 287-288).
Los escenarios que integraron el discurso museográfico
de El Caracol retrataron, así, la emoción del recibimiento ca- Bibliografía
pitalino a Madero en 1911; el arrojo de Guillermo Prieto en López Mateos, Adolfo, “Segundo informe presidencial, 1 de septiembre de 1960”,
el momento de salvar a Juárez de los fusiles conservadores; la en Informes presidenciales: Adolfo López Mateos, México, Dirección de Ser-
tensión de Hidalgo y sus seguidores a las puertas de la parro- vicios y Análisis-Subdirección de Referencia Especializada-Cámara de Dipu-
quia de Dolores. Se trató de una lectura de la historia herma- tados-LX Legislatura, México, 2006, en línea [http://www.diputados.gob.mx/
nada con la gráfica de los primeros libros de texto gratuito, que cedia/sia/re/RE-ISS-09-06-12.pdf].
se habían empezado a distribuir en ese mismo año de 1960. El Matute, Álvaro, “Semblanza de Arturo Arnáiz y Freg”, en Setenta años de la Facul-
engranaje perfecto de tal proyecto de enseñanza de la historia tad de Filosofía y Letras, México, unam, 1994.
se ensambló a la perfección. Otros tiempos, otras interpretacio- Ramírez Vázquez, Pedro, Ramírez Vázquez en la arquitectura, México, Diana, 1989.
nes de la historia llegarían después. Sin embargo, el entrañable _____, Charlas de Pedro Ramírez Vázquez, México, Guernika, 1987.
Caracol todavía ofrece, en el luminoso espacio creado por Pe- _____, “Discurso durante la inauguración de la Galería de Historia, Museo del Ca-
dro Ramírez Vázquez, una lección de historia y un fragmento racol”, México, 21 de noviembre de 1960, en línea [http://caracol.inah.gob.mx/
de lo que fuimos hace medio siglo ✣ images/stories/hitoriag/pedroramirezvazquez.pdf].
Torres Bodet, Jaime, Memorias. La tierra prometida, México, Porrúa, 1972.
* Periodista e historiadora, asesora de la Comisión Nacional Vargas Salguero, Ramón, Pabellones y museos de Pedro Ramírez Vázquez, México,
de Libros de Texto Gratuitos (Conaliteg) Limusa/Grupo Noriega, 1995.

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