Desencajados
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De Guillermo Farisco
Personajes
Dolora
Júbilo
Yaron
Escena 1
La escena recrea un espacio callejero donde se han instalado quienes no tienen vivienda.
Todo estará ubicado en un lateral. Habrá muchas cajas, mantas, algún cajoncito a manera
de banco, etc. Una mujer, Dolora, de alrededor de 40 años estará ubicada en el centro del
escenario. Su aspecto deja adivinar un pasado con una mejor economía, ya muy
deteriorada. Siempre tratará de conservar una postura que la identifique con su anterior
vida de clase media. Mantendrá a lo largo de la obra una obsesión por la limpieza; que no
se manifestará verbalmente, solo por la acción. Al momento de comenzar, Dolora estará
ensayando un número cantando una canción infantil en francés.
DOLORA-
Alouette, gentile alouette
Alouette, Je te plumerai.
Je te plumerai la tette
Je te plumerai le cou.
No se convence con lo que hace y vuelve a intentar desde otro estilo. Finalmente se frustra
y se sienta, deprimida. Por un lateral entra Júbilo, su marido. Al igual que ella también
luce un vestuario desprolijo que en otro tiempo fue bueno. En la mano trae una bolsa de
plástico o de papel con comida.
DOLORA- (Casi llorando y mirando para otro lado) No puedo, Júbilo, no puedo. ¿No te
das cuenta de que no sirvo para esto?...Me da vergüenza, Júbilo, me da vergüenza...
JUBILO- (Entre indignado y dolido) Así nunca vamos a salir adelante. Sin ningún
objetivo, ningún proyecto.
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DOLORA- (Indignada)¿De qué me hablás? ¡Agradecé que estoy parada todavía! ¡Tres
años hace que estamos así! ¡Tres años de miseria, de hambre, de frío! ¡De vergüenza!
(Desatacando esto último como lo más relevante)
JUBILO- ¡Qué injusta sos Dolora! Yo salgo todos los días a buscar trabajo, a enfrentarme
con el mundo. Ahí me acechan las peores vicisitudes, los monstruos de la urbanidad; una
civilización que me destruye!...¡No me dejan avanzar! ¡No me permiten realizarme como
ciudadano, como persona, como hombre! Pienso en proyectos y esta ciudad me da la
espalda. Estas manos quieren construir un país y se me desarman como castillos de arena.
Pero así y todo no bajo la guardia y la sigo peleando, sigo golpeando puertas porque sé que
algún día las cosas van a cambiar... ¡Qué injusta que sos Dolora!... ¡Pero la pucha, qué
injusta! Lo único que te pido es colaboración, que tiremos los dos del mismo carro y me
decís que te da vergüenza cantar una canción, en francés, con lo que te gusta, para que te
entretengas, juntes algunas monedas y de paso no estés todo el día como una víctima.
(Pausa. Mostrando la bolsita) Te traje algo para comer. Y acá tenés el agua.
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DOLORA- (Aferrándose a Júbilo) ¡La rata! ¡Otra vez la rata! ¿Por qué soy tan
desgraciada?
DOLORA- ¡Únicamente vos confundís ratas con pájaros! ¡Es una rata! La vi el otro día
mordiendo un pulóver mío. No sabés como me lo dejó.
JUBILO- No te entiendo
DOLORA-(Corrigiéndolo) Alouette. Te dije que no puedo. Y menos con una rata entre
mis cosas.
DOLORA- (Muy despacito, luego irá in crescendo) Alouette, gentile alouette. Alouette Je
te plumerai. Je te plumerai la tette...
Escena 2
Se crea una situación, en donde él oficiará como director de orquesta. Irá alentándola con
solo movimientos de las manos, muy sutiles, casi como un encantador de serpientes. Por un
lateral entrará a escena otra mujer, Yaron, con anteojos negros y un bastón blanco. Al
parecer es ciega. Al igual que los otros denota en su vestimenta una pobreza considerable.
Al escuchar los pasos, Dolora se detendrá avergonzada, pero Júbilo le hace señas
evidenciando que nada hay que temer ya que la persona que entró no ve y puede continuar
tranquila. Dolora vuelve a entonar la canción con un dejo de timidez, pero al incentivo de
Júbilo retoma el entusiasmo del principio. La ciega escucha atenta por momentos,
mientras inspecciona el lugar, tanteando con el bastón. Finalmente saca una moneda y la
deposita en el piso, en señal de que es propina para Dolora. Luego de esto vuelve a salir
por donde entró.
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JUBILO- (Extremadamente feliz) ¡Sí, a vos! Indicio de que podés Dolora. Mirá que bien,
pasó una cieguita y te dejó una monedita. ¡Esto es un signo de buenaventura! ¡Las cosas
van a cambiar!
DOLORA-(Pensando) Es raro.
JUBILO- (Como imaginando un tesoro) Una milanesa con puré...Ravioles con tuco...
¡Pollo! Pollo al horno con papas y un vinito...
DOLORA- Es tarde.
JUBILO-(Desde el silencio como un niño antes de dormirse) ¿Te acordás como cocinabas
para mi cumpleaños?
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Escena 3
Silencio. Por el mismo lateral de antes vuelve a entrar Yaron, con un montón de cosas.
Trae el bastón pero no lo usa como ciega. Comienza a acomodar todo. Parece dispuesta a
instalarse allí. También arma una cama improvisada y se acuesta. Apagón.
Escena 4
Es la mañana. Dolora se levanta despacio. Se acicala un poco. De un tacho con agua que
tiene por ahí se lava la cara. De pronto mira en dirección hacia donde duerme Yaron. Se
queda pasmada. Corre a despertar a Júbilo.
DOLORA- (En tono bajo como para que no la escuchen) ¡La cieguita!
DOLORA- Preguntale.
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DOLORA- (Bien fuerte) ¡Señorita! (Silencio) ¡Querida! ¡Eh! (A Júbilo) ¿Es sorda
también?
DOLORA- ¡Estoy acá, Júbilo, estoy acá a dos pasos y esta... (Buscando la palabra)
señorita me está faltando el respeto!
DOLORA- ¡No ha dicho una sola frase hasta ahora sin introducir una grosería! ¿¡Te das
cuenta, Júbilo!?
DOLORA- (Estallando) ¡Me importa un soberano comino si está nerviosa o no! ¡Quiero
que se vaya de mi casa!
YARON- (Riéndose guaranga) ¿Tú casa? ¡Mirá qué linda casa! Cerrá la ventana que entra
viento.
DOLORA- ¡A mi no me faltes el respeto mal educada! ¡No será una casa, pero es un lugar
decente! ¡No vamos a permitir una ocupa!
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YARON- (Acercándose, provocativa) ¿Qué? ¿Me vas a marcar territorio, forra? ¿Te
compraste el lotecito, qué te pasa?
JUBILO- (Interponiéndose entre las dos) ¡Bueno, basta! ¡Basta! ¿Qué esto, un
conventillo? No gastemos energías en cosas improductivas. Esto no conduce a nada.
Siéntense a dialogar. Yo las dejo, así pueden intercambiar ideas. Hasta luego. Dolora, nos
vemos más tarde. (La mira a Yaron sin saludarla. Se va)
Escena 5
DOLORA- ¡Júbilo! (Siguiéndolo hasta el lateral por donde salió y hacia afuera) ¡Júbilo!
DOLORA- (Al límite de la congoja, pero tratando de calmarse) Te voy a pedir que no me
mortifiques. Hablemos como personas adultas, que eso somos. (Breve pausa) ¿Por qué
justo acá se te antojó venir a instalarte? ¿No preferís un lugar más cómodo, vos sola?
YARON- Si. Con baño privado y agua caliente. (Se ríe bien fuerte)
DOLORA- No me tomes el pelo. Te lo pido por favor. Y te lo estoy diciendo bien. Aunque
por lo que parece, hablar bien, educadamente, civilizadamente, para vos es cosa de otro
planeta. No te podés ubicar; hablar sin groserías, sin ironías...
YARON- (Cortándola) Parala con la parla, que aburrís. Te cuento que de acá no me sacás
ni con un guinche, copetuda. Andá entendiéndola.
DOLORA- (Tomando aire. Altiva) No, no la voy entiendo. Pero no demos más vueltas.
Por lo visto es inútil. Al menos tené la amabilidad de explicarme porqué te empeñás en
quedarte en un lugar donde no sos bienvenida. ¿Por el solo hecho de provocar? Realmente
no le veo el sentido. Yo no se lo veo.
YARON- Está bien. Está bien. Vamos a hablar, como decís vos, (Imitándola) civilidi-
zamente”.
DOLORA- (Como una maestra) Ci- vi- li- za- da- men- te.
YARON- Eso. Me quedo acá porque tengo ganas de quedarme acá. Se me cantó. No sé. Es
así, ¿Viste? El lugar está lindo, está reparadito. Ustedes son tan finoli... A lo mejor quiero
aprender de los finoli. Y el sentido se lo pongo yo, porque a mí nunca nadie me dijo ni me
va a decir que es lo que tengo que hacer. Ahí tenés.
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YARON- (Se ríe como siempre) No entendés una goma vos. No te calentés. Está bien.
Pensá lo que más te guste. (Se pone los anteojos y agarra el bastón blanco) Tengo que ir a
laburar.
YARON- Rebusques, que le vamos a hacer. (Da media vuelta para irse)
DOLORA- (Con un dejo irónico) Te lo pregunto para organizarnos, ya que vamos a ser
vecinas...
YARON- Organizá como quieras. Yo me arreglo con poco. (Se está yendo)
YARON- Yaron.
DOLORA- ¿Sharon?
YARON- No sé.
YARON- Chau, cotorra. (Sale tanteando el piso con el bastón, como una ciega)
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Escena 6
Es otro día, varios después de la llegada de Yaron En el centro de la escena está Júbilo.
Alrededor Dolora, exaltada no para de hablar y de moverse.
DOLORA- ¡No la aguanto más! ¡Es una deshonra estar conviviendo con esta villera! ¡No
hay una cosa en la que podamos coincidir! ¡Encima es mentirosa, tramposa! Fijate vos
como estafa a la gente haciéndose pasar por ciega.
DOLORA- Seguro que es ladrona también, y que tiene un arma ahí escondida. Mirá si la
sigue la policía, se la encuentra y vamos todos presos por cómplices. ¡Júbilo revisale las
cosas así me quedo más tranquila!
JUBILO- No conviene ponerse en contra de esta gente. Son peligrosos, personas muy
resentidas. Te ven que sos bien y no tienen escrúpulos. (Breve pausa) ¿Y si nos mudamos?
DOLORA- ¿Con lo que nos costó encontrar un lugar como este? ¿Dejar que usurpe lo mío
esa crota? ¡Antes me pego un tiro! (Mientras dice esto le revuelve las cosas a Yaron)
JUBILO- No pienso eso. Si llega, la que va a quedar como una ladrona sos vos.
DOLORA- ¡Bueno, como sea! ¡No me hagas poner más nerviosa de lo que estoy, Júbilo!
DOLORA- Lo debe tener encima. No vino en toda la noche. Roba de noche. (Deja el lugar
de Yaron y vuelve a sus cosas)
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Escena 7
Entra Yaron con un carrito lleno de cartones. Júbilo y Dolora se miran.
YARON- ¡No doy más! Toda la noche cartonenado. Pero valió la pena.
YARON- Si, me cansó, ¿Sabés? Hay que jetonear mucho, esto está más bueno.
YARON- (La mira acusando recibo, pero no dice nada, mientras se saca las zapatillas)
¡Ah! No daba más. Tengo las patas que parecen dos mortadelas. (Dolora hace gesto
despectivo y se tapa la nariz. Júbilo resopla) ¿No quieren venir a cartonear conmigo esta
noche? Se sacan unos buenos mangos.
JUBILO- (Breve risa. Como si hubiera escuchado el disparate más grande de la vida)
¡No! Gracias.
DOLORA- (Seria) ¿Cómo vamos a ir a juntar cartones nosotros? ¿Por quién nos tomaste?
YARON- Y si están cagados de hambre. Con esto por lo menos se puede morfar.
JÚBILO- Estamos pasando por un mal momento; eso no quiere decir que hagamos
cualquier cosa.
YARON- No me jodas.
DOLORA- Yo soy docente. (En forma de aclaración) Maestra. Por esas vicisitudes...
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YARON- ¡Pero ustedes están meados por los cocodrilos!
YARON- (Los mira pensativa) Sabés que no los entiendo, che. (Saca de una mochila un
tetrabrik y un paquete de almacén)
DOLORA- Yo paso. (Se pone a limpiar o a ordenar sus cosas) Y no me llenes todo de
migas.
YARON- (Burlándose) Después te paso la aspiradora. (Breve pausa) Se está lindo acá. A
la final terminamos siendo como una familia.
YARON- Vos no tenés idea de nada. Yo a ustedes dos los revuelco de acá a la esquina.
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YARON- Sos muy culo roto vos, copetuda. Muy culo roto. Y no me digas nada porque no
te estoy puteando, yo hablo así. Bancátela. No te quiero imaginar ni en media de todas las
que pasé yo, y no me ando quejando todo el tiempo. (Imitándola exageradamente) “Que no
me gusta esto” “Que eso me da asco” “Que sacámela” “Que ponémela”...Re gata Flora. Te
quiero ver a vos criada, si se puede decir criada; porque ni a un perro lo crían como lo
hicieron conmigo, en un sucucho del bajo Flores con quince minas y un coreano atrás
gritando no se que mierda. Dobladas sobre una máquina, cosían todo el día casi sin respirar.
Eran paraguayas, bolivianas, peruanas. Todas ilegales. Había que bancarse lo que viniera;
hasta dejarse culear por el coreano. Una de esas minas era mi vieja. Yo me crié sola. Comía
sola, me acostaba sola, me lavaba sola. Me hice con la tele, aprendí hasta a leer con la tele.
Nunca pisé una escuela, pero a los ponchazos aprendí a leer Ni nombre me puso mi vieja.
Nena me llamaba; todos me decían nena. Me usaban para la limpieza y para que haga la
comida. Un día vi una película en que una mina le pasaba de todo y siempre zafaba. Se
llamaba Yaron. Entonces me puse Yaron a mi misma, y me dije que iba a ser como esa
mina. Las miraba a todas, parecían presas, y me repetía como una loca:¡Yo no quiero ser
esto, yo no quiero ser esto, yonoquieroserestoyonoquieroseresto! Cuando tenía once años
abrí la puerta y me mandé a mudar. Nunca más vi ni a mi vieja ni al coreano ni a la puta
madre que los parió. Me hice en la calle. Vi de todo, pasé por todo, hice de todo y no me
importó nada. A los trece me violó un cana. Mirá como debuté. Después trabajé de trola,
pero me cansé; hay que estar muy arregladita, muy en un ambiente que no me va. Es muy
mafia. Cada dos por tres me metían adentro, porque los ratis hijos de puta si no le das la
coima, no te dejan hacer nada. Hasta los chorros arreglan y hacen la de ellos lo más tranqui.
Por eso hacés bien vos, copetuda, por más que estés en la lleca, no dejás esos humos de
señora. Y le das firme, ¿Eh? Te la cree cualquiera (A Júbilo) Eso si, vos podrías ponerte las
pilas para bancar a la doña; y de paso para no ser un tipo tan al pedo. Me voy a apoliyar. No
doy más..
Yaron se acuesta, se tapa con una manta y se da vuelta. Dolora y Júbilo se quedan mudos.
Júbilo hace una seña para que ellos también se vayan a dormir.
Escena 8
YARON- Nada; porque te encontré. Me costó, pero te encontré hijo de una gran puta.
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JUBILO- La guita todavía no la tengo.
JUBILO- ¿Entonces por qué no te vas y nos dejás tranquilos, eh? Cuando sea prudente yo
te busco.
YARON- Porque la que quiere estar tranquila soy yo. No me vas a cagar más.
JUBILO- Es por Dolora. Sufre de depresión. No está bien de la cabeza. Necesita tomar una
medicación muy cara, y me cuesta comprársela. Quedó muy mal después de todo lo que
nos pasó. Yo lo que te pido es que le sigas la corriente y no la contradigas. No sabe ni lo
que dice. Inventa historias. No la puedo abandonar así nomás. Teneme paciencia.
JUBILO- (Breve silencio. Incomodidad. Busca una buena salida) ¿Y? Te felicito, no sé.
¿Yo que tengo que ver?
Escena 9
Es otro día. Está Dolora en su lugar leyendo en voz alta una poesía en francés. Por el otro
lado está Yaron doblando cartones, hace ruido. Dolora remarca las palabras evidenciando
fastidio por lo que pasa en el otro rincón. Yaron no la registra.
DOLORA- Le ciel est par-dessus le toit. Si Bleu, si calme! Un arbre, par-dessus le toit,
berce sa palme.(Hace un silencio sentenciando el ruido que hace la otra)
YARON-(Burlona) ¿Qué pasa, no cantás más? Dale, seguí que te sale lindo.
DOLORA- Estoy leyendo. Paul Verlaine. ¡Pero qué vas a saber vos!.
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YARON- ¡Ah! Como son palabras tan raras pensé que era un canto. (Breve pausa) Aunque
yo te escuché cantar una vez, y te salía lindo.
DOLORA- Cuando viniste a entrometerte acá con el cuento de que eras ciega.
YARON- No te calentés por todo, copetuda. Yo pongo onda y vos... (Hace gesto con las
manos) Cantá un poquito, dale. Podías pasar el sombrero y sacarías unos manguitos.
DOLORA- (Bajando un poco los humos, pero sin que se note) Vos hacés de todo, no te
podés quejar. A mi no me da la cara.
YARON- Animate, yo te ayudo. Salimos por ahí. Vos cantás, yo paso el sombrero. Vamos
mita y mita.
YARON- (Le sale una sonrisa socarrona) Te va a dar menos vergüenza si te hacés la
ciega. Yo te presto el bastón. (Lo busca junto a los anteojos) Nos metemos en el subte. Vos
cantás, yo vigilo. Los conozco bien a todos. No pasa nada. Tomá, probá. (Dolora se queda
tiesa) ¡Dale! Aunque sea para joder un rato.
DOLORA- (Le arrebata las cosas de las manos y se las pone) Alouette, gentile alouette.
Alouette je te plumerai...
DOLORA- (Se saca los anteojos y tira el bastón. Derrotista como siempre) ¡No! ¡No! No
puedo hacer este papelón. Es una vergüenza. No sé como no te da vergüenza el solo pensar
en hacer estas cosas.
YARON- Vergüenza es cagarse de hambre, copetuda. Enseñane a cantar eso que cantás
vos y mañana te invito a morfar.
YARON- ¡Trato hecho! (Le estira la mano. Dolora la ignora) Bueno, dale. Empecemos.
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DOLORA- Pero así, con esa ropa, no. Esperá que te doy algo que te va a quedar lindo
(Busca un vestido entre sus cajas. Casi con miedo)
YARON- ¡Uh! Está lleno de ratas por todos lados. Yo te consigo una trampera.
DOLORA- Sale todos los días a buscar trabajo. Pero está difícil.(Sacando un vestido) Este
vestidito, que ya no me queda, te podría sentar.
DOLORA- Él está para otra cosa. (Yaron se prueba el vestido) Así das otra imagen.
YARON- ¡Joya! Si...debe hacer otras cosas, porque para morfar algo trae, ¿No?
DOLORA- Si. Y agua. El agua nunca me lo hizo faltar. No puedo estar si no me lavo. Yo
soy muy limpia.
DOLORA- Te voy a confesar algo. Júbilo no está bien. Yo sé que no busca trabajo.
Inventa todo, pero yo lo dejo, pobre. Hay que estar en esta. La degradación del ser humano.
El no sentirse útil. Seguramente va a ver al hermano y le da plata; pero para no
mortificarme, no me dice nada. Por eso yo ni le pregunto. Nosotros tuvimos muchos
problemas. Él trabajaba con el hermano. Nunca quebró, cada vez le va mejor. Lo que pasó
fue que Júbilo tuvo un pequeño desliz con la cuñada y se armó un lío terrible, casi se matan.
Él, me pidió disculpas, fue una cosita así nomás sin importancia. Además la que lo buscó
fue ella, flor de atorranta es. Yo me hice la que ni me enteré. Siempre me manejé con
altura. El único problema fue que esta tilinga era la dueña de la escuela en donde yo daba
clases de francés. Me tuve que ir de la vergüenza. Un horror. El resto de la familia nos dio
la espalda. Y con mi familia no nos hablamos porque...bueno te cuento todo, total...Cuando
yo lo conocí a Júbilo, estaba por casarme, era muy jovencita, tenía todo comprado. Mi
novio era un muchacho de muy buena familia. Se había recibido de médico. Hasta el
vestido y las participaciones tenía. Pero el amor es el amor. Júbilo me pudo. Él no quería
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que deje a mi novio, me decía que no armemos lío; pero yo jamás fui una atorranta. O de
uno o de otro. Mi familia nunca me lo perdonó. Al final ese muchacho se casó con mi
hermana. Ahora tienen tres hijos, un perro golden retriver y viven en un country. Nosotros
mirá como terminamos.
DOLORA- Ya te dije, no consigue. Te voy a pintar un poco. Tenés que ser más femenina.
DOLORA- (Empieza a pintarla con un dejo de violencia contenida) ¿No te pintabas acaso
cuando trabajabas de eso?
DOLORA- ¡Bueno, así no vamos a terminar más! Repetez avec moi.. ¡Repetez avec moi!
YARON- Aluete
DOLORA- Très bien. Très bien. Allors, Alouette gentile alouette. Alouette Je te plumerai.
YARON- Bueno, pará un poco. ¿Quién te creés que soy, Susana Giménez?
DOLORA- (Otra vez ofendida) Está bien. Dejemos todo como estaba. Devolveme la ropa.
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DOLORA- ¡Basta! ¡Basta por favor! (Yaron no la escucha y sigue. Se le tira encima y
empieza a zamarrearla) ¡Te dije que pares negra de mierda! (Se paraliza al escucharse
decir eso. Yaron se queda quieta y empieza a hacer arcadas. Se va para el fondo y vomita.
Dolora se lleva las manos a la cara)
Escena 10
Dolora y Júbilo están ordenando todas sus cosas. Cambian de ubicación todo lo que
tienen.
DOLORA- Lo que me indigna es que uno trató de pasar estos años con la cabeza lo más
alta posible para que venga esta negra y te haga sentir como una piltrafa.
DOLORA- ¡Jamás! ¿Qué tu cuñada se sienta una reina viendo como me agacho a sus pies
y hacerme sentir una miserable? Prefiero que piensen que estoy muerta.
JUBILO- Es mi hermano.
JUBILO- ¿Qué tiene que ver con lo que estamos hablando? Ya lo hablamos, Dolora. En
este lugar un animal sería un lío.
DOLORA- Yo no tengo ni un perro y esta degenerada andá a saber lo que hace con ese
hijo.
JUBILO- ¿Y si se lo pedimos?
JÚBILO- Siempre quisimos tener un hijo. Además sería una buena oportunidad para
acercarnos a los nuestros. Los enternecería.
DOLORA- (Conteniendo el llanto) Júbilo, yo no voy a aparecer después de tres años con
el hijo de la sirvienta.
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DOLORA- Pero un rubiecito divino. Encima se le parece. Pero andá a saber lo que sale de
ahí adentro. Acordate todo lo que contó.
DOLORA- ¿Acá querés criar a un chico? No me dejás tener un perro y pensás en un chico.
DOLORA- ¿Sacar?
JUBILO- Somos más inteligentes que ella. Cuidémosla, tratémosla bien todo el embarazo.
Después yo lo anoto a mi nombre. ¿A quién le va a ir a reclamar si es una paria? Con el
chico podríamos volver a los nuestros. Sería otra cosa. Un hijo viene con el pan bajo el
brazo.
Escena 11
Están los tres preparando una comida. Acomodan una caja a manera de mesa, dos
cajoncitos para Dolora y Júbilo; Yaron se sentará en el piso.
DOLORA- ¿Así que estás de dos meses y medio?... ¿Qué lindo, no? ¿No tuviste problemas
en el hospital? Digo por eso que dijiste que no tenés ni documentos.
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DOLORA- Ah... ¿Qué bien, no? ¿Está contento?
YARON- Ya va a estar.
JUBILO- Bueno, Dolora, pará con el interrogatorio. Ella tendrá sus razones para hacer lo
que hace o deja de hacer.
YARON- Eso. Muy bien. Yo tengo mis razones. Y él tiene sus razones también. Pero no te
preocupes copetuda, ya te lo voy a presentar. Te vas a quedar encantada.
DOLORA- O la nena.
YARON- El nene.
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YARON- Va a ser nene. Lo digo yo.
DOLORA- ¿Y de apellido?
DOLORA- No entiendo.
JUBILO- Traé esas copitas lindas que tenemos guardadas, así brindamos.
DOLORA- (Levantándose y yendo a buscar entre las cajas) Para ustedes. Yo no tomo de
esas porquerías. (De golpe paga un grito estremecedor. Júbilo y Yaron se paran como un
resorte y la observan. Dolora rompe a llorar mientras se agacha y recoge del piso una rata
con la cabeza aplastada. La acuna como si fuera un bebé.)
Rupert...Rupert...Alouette...gentile alouette...alouette...je te plumerai...
YARON- Yo la maté.
DOLORA- ¡Asesina!
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YARON- Es una rata.
DOLORA- (Se deja caer, llorando) Era mi ilusión. Tenía la esperanza de poder
amaestrarla. Yo le cantaba a las cuatro todos los días, así comenzaba a ser feliz desde las
tres, como El Principito con el zorro.
DOLORA- (Con todo el odio del mundo se le viene encima) ¡Yo estaré loca, pero vos sos
una negra ladrona, puta y mal nacida! ¡No valés ni un pelo de esta pobre rata que mataste!
¡Ni vos ni ninguno de todos los negros de mierda como vos! ¡Siempre nos van a estar
jodiendo la vida! ¡¡Siempre!! (Da media vuelta y oculta su rostro)
JUBILO- (En voz suave a Yaron para que no lo oiga Dolora) No está bien, te lo dije. Tené
consideración. Esto es muy duro para ella. (Se da media vuelta y abraza a Dolora. Le dan
la espalda. Yaron se queda dura, su respiración es densa. No puede creer lo que está
viviendo. Da media vuelta y se va bruscamente.) Sapore di sale...sapore di mare...
Escena 12
Es de noche. Dolora y Júbilo están durmiendo. Silencio total y quietud. Entra Yaron y
comienza a juntar sus cosas cuidadosamente para no hacer ruido. Se le cae algo. Del otro
lado los que duermen se mueven. Júbilo se despierta y se acerca.
JÚBILO- Ya estábamos por tirar todo. Hace una semana que no aparecés.
YARON- ¿Me extrañan? Vine a buscar mis cosas. Me alquilaron una pieza en una casa
tomada en Constitución. Yo tengo muchos contactos por Constitución. Basta de calle.
Largué los cartones. Estoy vendiendo panchos. No voy a parar. Quiero ser portera de
edificio. Quiero que mi hijo tenga una casa, vaya a la escuela. Que no se tenga que
esconder, que no pase hambre. Quiero que sea una persona como la gente.
JUBILO- ¿Estás segura de lo que vas hacer? ¿Vas a poder soportar todo sola? ¿Cargar con
ese hijo sola? ¿Por qué no me esperás un poquito más?
YARON- No me hagas reír que no tengo ganas. No te necesito Júbilo. Te busqué porque
quería un padre para el chico. Lo pensé mucho, me dio vuelta la cabeza mucho, antes de
buscarte. Primero se me ocurrió darlo, como la primera vez. Pero la primera vez quedé del
cana que me violó y yo con trece años. Ahora es distinto. A este me lo hiciste vos.
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YARON- ¡Qué me voy a enamorar! Nunca me enamoré.
YARON- Sos un hijo de puta. Con el olfato que tengo y caí como un ratón. Te creí que me
querías, que nos íbamos a vivir a una pieza, que íbamos a ser felices, que podía prestarte
guita porque iba a ser para algo de los dos. Me dejé coger y me cogiste por los cuatro
wines, hijo de puta. Me dejaste con el bombo. Andá a dormir con la otra loca. Son tal para
cual. Nosotros no tenemos nada que ver, Júbilo. Chau.
JUBILO- Dame un beso. No me dejes así. Te juro que nunca te mentí. Y la plata que me
prestaste te la voy a devolver. Nunca falté a mi palabra. Esperame y vas a tener un padre
para tu hijo.
YARON- Decís bien, es mi hijo. Lo voy a criar yo. Y la guita metétela en el culo, Júbilo.
No mientas más. No te mientas más. Le hiciste el mismo verso a un montón de minas, ya te
tienen junado. Por eso vine acá; porque te quería achurar, por hijo de puta; pero prefiero
cortarme sola. Quiero estar tranquila. Las cosas me están yendo mejor. Chau.
JUBILO- Hago lo que puedo. No te quise joder. Yo tengo que seguir un patrón.
YARON- Ves, ahí está la diferencia. Yo no quiero patrones; quiero hacer lo que se me
canta. (Breve silencio) Saludos a la copetuda.
Escena 13
Transición. Llega la mañana de a poco se despiertan. Dolora se incorpora y hace su tarea
de rutina. Se lava en el balde, etc. De pronto mira para el rincón de Yaron y se da cuenta
de que se llevó las cosas.
DOLORA- ¡Se llevó todo! Vino de noche a llevarse todo. Como una ladrona... ¿O habrán
venido ladrones? ¡Júbilo despertate! ¡Nos entraron ladrones!
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DOLORA- ¿Lo único que sabés decir es mmm? ¡No se puede hablar con vos!
JUBILO- ¿Quién va a querer esas porquerías? Seguro que se las llevó ella. Tirá lavandina.
JUBILO- Son todos así estos. Son gente en la que no se puede confiar. Pero mejor, Dolora.
¿Para qué la querías acá? ¿Para que te mortifiques? ¿No la querías echar?
DOLORA- Tengo miedo, Júbilo. El que se va sin que lo echen vuelve sin que lo llamen.
No falla nunca. A ver si todo esto es una treta para volver con algo peor.
DOLORA- (Lo mira silenciosa por un segundo) Pusiste el dedo en la llaga, Júbilo. No me
quiero imaginar lo que va a hacer con ese chico. Si es que no lo vende.
JUBILO- Los europeos vienen a buscar bebés; pagan en euros y muy bien.
DOLORA- O que le saque los órganos. De esos se puede esperar cualquier cosa. No tienen
sentimientos. Son como...las lagartijas que nacen de huevo y ni saben quien es la familia.
JUBILO- A lo mejor lo pone en los semáforos con los mocos colgando haciendo
malabares, para que le den unas monedas. Hay que entender que son gente sin adaptación
social. No se pueden insertar en una sociedad normal porque no conocen los principios
básicos del ser humano, la familia, la patria, la iglesia católica.
DOLORA- Ah, eso sí...Pero estos son unos resentidos sociales. No les interesa salir de la
mugre en que viven. Total así están cómodos.
JUBILO- Bueno...Basta, no te hagas más mala sangre por gente que no se lo merece.
¿Desayunamos?
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JUBILO- Primero una linda picadita, con salamín, quesito, aceitunas...
Los dos empiezan a cantar. Júbilo en la misma forma que en el principio, alentándola. Ella
sin ganas y al borde del llanto.
Je te plumerai le bec,
Je te plumerai le bec,
Et le bec, et le bec,
Alouette, Alouette !
Ah ! ah ! ah ! ah !
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