Desencajados

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de Guillermo Farisco

Desencajados
De Guillermo Farisco

Personajes
Dolora
Júbilo
Yaron

Escena 1
La escena recrea un espacio callejero donde se han instalado quienes no tienen vivienda.
Todo estará ubicado en un lateral. Habrá muchas cajas, mantas, algún cajoncito a manera
de banco, etc. Una mujer, Dolora, de alrededor de 40 años estará ubicada en el centro del
escenario. Su aspecto deja adivinar un pasado con una mejor economía, ya muy
deteriorada. Siempre tratará de conservar una postura que la identifique con su anterior
vida de clase media. Mantendrá a lo largo de la obra una obsesión por la limpieza; que no
se manifestará verbalmente, solo por la acción. Al momento de comenzar, Dolora estará
ensayando un número cantando una canción infantil en francés.

DOLORA-
Alouette, gentile alouette
Alouette, Je te plumerai.
Je te plumerai la tette
Je te plumerai le cou.

No se convence con lo que hace y vuelve a intentar desde otro estilo. Finalmente se frustra
y se sienta, deprimida. Por un lateral entra Júbilo, su marido. Al igual que ella también
luce un vestuario desprolijo que en otro tiempo fue bueno. En la mano trae una bolsa de
plástico o de papel con comida.

JUBILO- Estás mal.

DOLORA- No puedo. No hay caso. No voy a poder.

JUBILO- No puede ser. ¿Cómo no vas a poder?

DOLORA- (Casi llorando y mirando para otro lado) No puedo, Júbilo, no puedo. ¿No te
das cuenta de que no sirvo para esto?...Me da vergüenza, Júbilo, me da vergüenza...

JUBILO- Sos profesora de francés

DOLORA- Maestra y gracias

JUBILO- (Entre indignado y dolido) Así nunca vamos a salir adelante. Sin ningún
objetivo, ningún proyecto.

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DOLORA- (Indignada)¿De qué me hablás? ¡Agradecé que estoy parada todavía! ¡Tres
años hace que estamos así! ¡Tres años de miseria, de hambre, de frío! ¡De vergüenza!
(Desatacando esto último como lo más relevante)

JUBILO- ¡Qué injusta sos Dolora! Yo salgo todos los días a buscar trabajo, a enfrentarme
con el mundo. Ahí me acechan las peores vicisitudes, los monstruos de la urbanidad; una
civilización que me destruye!...¡No me dejan avanzar! ¡No me permiten realizarme como
ciudadano, como persona, como hombre! Pienso en proyectos y esta ciudad me da la
espalda. Estas manos quieren construir un país y se me desarman como castillos de arena.
Pero así y todo no bajo la guardia y la sigo peleando, sigo golpeando puertas porque sé que
algún día las cosas van a cambiar... ¡Qué injusta que sos Dolora!... ¡Pero la pucha, qué
injusta! Lo único que te pido es colaboración, que tiremos los dos del mismo carro y me
decís que te da vergüenza cantar una canción, en francés, con lo que te gusta, para que te
entretengas, juntes algunas monedas y de paso no estés todo el día como una víctima.
(Pausa. Mostrando la bolsita) Te traje algo para comer. Y acá tenés el agua.

DOLORA- (Agarrando la bolsita y apoyándosela en el pecho. Deja el agua a un costado)


Víctimas. Eso es lo que somos.

JUBILO- ¿Víctimas de qué?

DOLORA- Del entorno. De la miseria. Fijate vos.

JUBILO- (Como dándole ánimos) Bueno, miseria...miseria...

DOLORA- (Señalando todo su alrededor) El palacio de Versalles. (Se miran un instante)


Nuestra vida con un hijo hubiera sido tan distinta...

JUBILO- Sería una vida más alegre, ¿No?

DOLORA- La alegría es cosa de otros. Yo tengo mala suerte.

JUBILO- (Abrazándola, casi acunándola, comienza despacito a cantarle una vieja


canción)

Sapore di sale, sapore di mare


Che hai sulla pelle, che hai sulle lapre.
Quando esci dall’acqua, e ti vieni a sdraiare
Vicino a me, vicino a me...

Ella va dejando su malestar para engancharse con la canción y se envuelven casi en un


ensueño. Embelesados se transportan a otros tiempos. De pronto ella da un terrible grito
acusando algo que se movió entre las cosas.

JUBILO- ¿¡Qué pasó!?

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DOLORA- (Aferrándose a Júbilo) ¡La rata! ¡Otra vez la rata! ¿Por qué soy tan
desgraciada?

JUBILO- (Consolándola) A lo mejor no es una rata. Es un pájaro.

DOLORA- ¡Únicamente vos confundís ratas con pájaros! ¡Es una rata! La vi el otro día
mordiendo un pulóver mío. No sabés como me lo dejó.

JUBILO- (Buscando algo) Bueno, entonces hay que matarla.

DOLORA- ¡No! ¡Ni se te ocurra!

JUBILO- (Desconcertado) Para que no sufras.

DOLORA- Si la matás voy a sufrir más.

JUBILO- No te entiendo

DOLORA- A mi nadie me entiende.

JUBILO- Cantá “Aluete”, dale.

DOLORA-(Corrigiéndolo) Alouette. Te dije que no puedo. Y menos con una rata entre
mis cosas.

JUBILO- (Cantando un poco) “Aluete gentile aluete”... Dale, yo te ayudo. Pongamos


onda...

DOLORA- (Muy despacito, luego irá in crescendo) Alouette, gentile alouette. Alouette Je
te plumerai. Je te plumerai la tette...

Escena 2
Se crea una situación, en donde él oficiará como director de orquesta. Irá alentándola con
solo movimientos de las manos, muy sutiles, casi como un encantador de serpientes. Por un
lateral entrará a escena otra mujer, Yaron, con anteojos negros y un bastón blanco. Al
parecer es ciega. Al igual que los otros denota en su vestimenta una pobreza considerable.
Al escuchar los pasos, Dolora se detendrá avergonzada, pero Júbilo le hace señas
evidenciando que nada hay que temer ya que la persona que entró no ve y puede continuar
tranquila. Dolora vuelve a entonar la canción con un dejo de timidez, pero al incentivo de
Júbilo retoma el entusiasmo del principio. La ciega escucha atenta por momentos,
mientras inspecciona el lugar, tanteando con el bastón. Finalmente saca una moneda y la
deposita en el piso, en señal de que es propina para Dolora. Luego de esto vuelve a salir
por donde entró.

DOLORA- (Pasmada) Me dejó una moneda. ¿A mi me dejó una moneda?

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JUBILO- (Extremadamente feliz) ¡Sí, a vos! Indicio de que podés Dolora. Mirá que bien,
pasó una cieguita y te dejó una monedita. ¡Esto es un signo de buenaventura! ¡Las cosas
van a cambiar!

DOLORA- (Derrotista) ¿Qué va a cambiar? ¡Diez centavos! ¿Diez centavos es un signo de


buenaventura? (Breve transición) ¿Y no te parece raro que una ciega venga para dejarme
diez centavos?

JUBILO- No ponés onda. No hay caso.

DOLORA-(Pensando) Es raro.

JUBILO- ¿No vas a comer?

DOLORA- No tengo ganas.

JUBILO- Es un sanguchito que conseguí.

DOLORA- Menos. Me da asco.

JUBILO- Como los diez centavos, ¿No?

DOLORA- No me conformo con un sanguchito. Quisiera un risotto o costillitas a la


riojana. (Comienza a armar una especie de cama con unas mantas en el suelo)

JÚBILO- Lo que te salía lindo era la cazuela de calamares.

DOLORA- (Con congoja) Me la enseñó a hacer mi mamá.

JUBILO- (Como imaginando un tesoro) Una milanesa con puré...Ravioles con tuco...
¡Pollo! Pollo al horno con papas y un vinito...

DOLORA- (Pinchándole el globo) Vamos a dormir. Es tarde.

JUBILO- Nunca es tarde. Un asadito...

DOLORA- Es tarde.

Se acuestan y se tapan. Tardan en acomodarse bien. Dolora mira cerciorándose de que la


rata no esté. Están incómodos. Dan muchas vueltas. Finalmente se acomodan.

JUBILO-(Desde el silencio como un niño antes de dormirse) ¿Te acordás como cocinabas
para mi cumpleaños?

DOLORA- No. No me acuerdo.

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Escena 3

Silencio. Por el mismo lateral de antes vuelve a entrar Yaron, con un montón de cosas.
Trae el bastón pero no lo usa como ciega. Comienza a acomodar todo. Parece dispuesta a
instalarse allí. También arma una cama improvisada y se acuesta. Apagón.

Escena 4

Es la mañana. Dolora se levanta despacio. Se acicala un poco. De un tacho con agua que
tiene por ahí se lava la cara. De pronto mira en dirección hacia donde duerme Yaron. Se
queda pasmada. Corre a despertar a Júbilo.

DOLORA-(Zamarreándolo) ¡Júbilo! ¡Despertate! ¡Dale, despertate!

JUBILO- (Medio dormido) ¿Qué pasa? ¿Otra vez la rata?

DOLORA- ¡Peor! Hay alguien durmiendo ahí. Júbilo. Hacé algo.

JUBILO- (Incorporándose) Bueno, duerme. Nada más.

DOLORA- (Acongojada) ¡Se nos metió un linyera!

De pronto Yaron se va desperezando y se va levantando. Va acomodando sus cosas, se


peina etc. Mientras sucede el siguiente diálogo.

DOLORA- (En tono bajo como para que no la escuchen) ¡La cieguita!

JUBILO- (Igual) Pobrecita, ¿No?

DOLORA- Si, pobrecita, pero se quedó acá.

JUBILO- Dejala. A lo mejor la agarró la noche, nada más.

DOLORA- ¡No vamos a dejar que se instale al lado de nosotros!

JUBILO- No... Seguro que se va enseguida.

DOLORA- Preguntale.

JUBILO- No te metas. No conviene.

DOLORA- (Observándola atentamente) Me parece que lo de ciega es puro cuento. Mirá


como se maneja lo más bien.

JUBILO- Son inteligentes. Se dan maña.

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DOLORA- (Bien fuerte) ¡Señorita! (Silencio) ¡Querida! ¡Eh! (A Júbilo) ¿Es sorda
también?

JUBILO- No te metas Dolora. Ya se va a ir.

DOLORA- (Decidida e impulsiva se acerca a Yaron y le toca el hombro) ¿No me


escuchás?

YARON- (Lo mas fresca) Si.

DOLORA- ¿Y entonces por qué no me contestás?

YARON- (La mira de arriba abajo despectiva) ¿Qué mierda te importa?

DOLORA- (Súper horrorizada) ¡Qué maleducada! ¡Júbilo! ¿La escuchaste?

JUBILO- Te dije que no te metas. ¿Por qué no venís acá?

DOLORA- ¡Estoy acá, Júbilo, estoy acá a dos pasos y esta... (Buscando la palabra)
señorita me está faltando el respeto!

YARON- ¿¡Por qué no te dejás de romper las pelotas!?

Dolora se tapa los oídos y retrocede lloriqueando

JUBILO- (Interviniendo, conciliador) Bueno, bueno. No nos pongamos nerviosos.


Hablemos como gente adulta. Dolora, no te pongas así. A lo mejor la chica tiene un mal día
y por eso te contestó en forma indebida. Pero enseguida aclaramos todo, nos pedimos
disculpas unos a otros, hacemos las paces y acá no ha pasado nada.

DOLORA- ¡Yo no quiero hacer ninguna paz; quiero que se vaya!

YARON- (Sigue en lo suyo) Yo no me voy una mierda

DOLORA- ¡No ha dicho una sola frase hasta ahora sin introducir una grosería! ¿¡Te das
cuenta, Júbilo!?

JUBILO- Ya te dije. Estará nerviosa.

DOLORA- (Estallando) ¡Me importa un soberano comino si está nerviosa o no! ¡Quiero
que se vaya de mi casa!

YARON- (Riéndose guaranga) ¿Tú casa? ¡Mirá qué linda casa! Cerrá la ventana que entra
viento.

DOLORA- ¡A mi no me faltes el respeto mal educada! ¡No será una casa, pero es un lugar
decente! ¡No vamos a permitir una ocupa!

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YARON- (Acercándose, provocativa) ¿Qué? ¿Me vas a marcar territorio, forra? ¿Te
compraste el lotecito, qué te pasa?

JUBILO- (Interponiéndose entre las dos) ¡Bueno, basta! ¡Basta! ¿Qué esto, un
conventillo? No gastemos energías en cosas improductivas. Esto no conduce a nada.
Siéntense a dialogar. Yo las dejo, así pueden intercambiar ideas. Hasta luego. Dolora, nos
vemos más tarde. (La mira a Yaron sin saludarla. Se va)

Escena 5

DOLORA- ¡Júbilo! (Siguiéndolo hasta el lateral por donde salió y hacia afuera) ¡Júbilo!

YARON- Calmate porque tu dorima te dejó pagando, copetuda.

DOLORA- (Al límite de la congoja, pero tratando de calmarse) Te voy a pedir que no me
mortifiques. Hablemos como personas adultas, que eso somos. (Breve pausa) ¿Por qué
justo acá se te antojó venir a instalarte? ¿No preferís un lugar más cómodo, vos sola?

YARON- Si. Con baño privado y agua caliente. (Se ríe bien fuerte)

DOLORA- No me tomes el pelo. Te lo pido por favor. Y te lo estoy diciendo bien. Aunque
por lo que parece, hablar bien, educadamente, civilizadamente, para vos es cosa de otro
planeta. No te podés ubicar; hablar sin groserías, sin ironías...

YARON- (Cortándola) Parala con la parla, que aburrís. Te cuento que de acá no me sacás
ni con un guinche, copetuda. Andá entendiéndola.

DOLORA- (Tomando aire. Altiva) No, no la voy entiendo. Pero no demos más vueltas.
Por lo visto es inútil. Al menos tené la amabilidad de explicarme porqué te empeñás en
quedarte en un lugar donde no sos bienvenida. ¿Por el solo hecho de provocar? Realmente
no le veo el sentido. Yo no se lo veo.

YARON- Está bien. Está bien. Vamos a hablar, como decís vos, (Imitándola) civilidi-
zamente”.

DOLORA- (Como una maestra) Ci- vi- li- za- da- men- te.

YARON- Eso. Me quedo acá porque tengo ganas de quedarme acá. Se me cantó. No sé. Es
así, ¿Viste? El lugar está lindo, está reparadito. Ustedes son tan finoli... A lo mejor quiero
aprender de los finoli. Y el sentido se lo pongo yo, porque a mí nunca nadie me dijo ni me
va a decir que es lo que tengo que hacer. Ahí tenés.

DOLORA- ¿Qué tengo que interpretar de todo esto que decís?

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YARON- (Se ríe como siempre) No entendés una goma vos. No te calentés. Está bien.
Pensá lo que más te guste. (Se pone los anteojos y agarra el bastón blanco) Tengo que ir a
laburar.

DOLORA- (Con intención) ¿A eso llamás un trabajo?

YARON- Rebusques, que le vamos a hacer. (Da media vuelta para irse)

DOLORA- (Bien alto. Yaron se detiene) ¿Y te vas a quedar mucho tiempo?

YARON- Ya te dije. Hago lo que se me canta. No sé.

DOLORA- (Con un dejo irónico) Te lo pregunto para organizarnos, ya que vamos a ser
vecinas...

YARON- Organizá como quieras. Yo me arreglo con poco. (Se está yendo)

DOLORA- (Vuelve a detenerla) ¿Cómo te llamás?

YARON- Yaron.

DOLORA- ¿Sharon?

YARON- Yaron (Diferenciar bien la pronunciación de las dos) Me lo puse yo.

DOLORA- ¿Y tu nombre verdadero?

YARON- No sé.

DOLORA-(Desconcertada) ¡Cómo “No sé”! ¿Cómo figurás en el documento?

YARON- No tengo documento.

DOLORA- (Gesto de fastidio) ¿Cuántos años tenés?

YARON- ¿Qué sos, cana que preguntás tanto?

DOLORA- (Otra vez bien dura) No. Soy una señora.

YARON- Chau, cotorra. (Sale tanteando el piso con el bastón, como una ciega)

DOLORA- (Conteniendo su indignación) ¡Qué vergüenza! (Piensa un poco. Mira para el


lado por donde apareció la rata, la busca con un poco de miedo. Como llamando a un
gatito y con acento francés) Rupert...Rupert... (Como a un bebé, con gracia) ¡Alouette,
gentile Alouette!... (Apagón)

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Escena 6
Es otro día, varios después de la llegada de Yaron En el centro de la escena está Júbilo.
Alrededor Dolora, exaltada no para de hablar y de moverse.

DOLORA- ¡No la aguanto más! ¡Es una deshonra estar conviviendo con esta villera! ¡No
hay una cosa en la que podamos coincidir! ¡Encima es mentirosa, tramposa! Fijate vos
como estafa a la gente haciéndose pasar por ciega.

JÚBILO- Así son estos cabezas negras.

DOLORA- Seguro que es ladrona también, y que tiene un arma ahí escondida. Mirá si la
sigue la policía, se la encuentra y vamos todos presos por cómplices. ¡Júbilo revisale las
cosas así me quedo más tranquila!

JUBILO- No conviene ponerse en contra de esta gente. Son peligrosos, personas muy
resentidas. Te ven que sos bien y no tienen escrúpulos. (Breve pausa) ¿Y si nos mudamos?

DOLORA- ¿Con lo que nos costó encontrar un lugar como este? ¿Dejar que usurpe lo mío
esa crota? ¡Antes me pego un tiro! (Mientras dice esto le revuelve las cosas a Yaron)

JUBILO- ¿Qué hacés?

DOLORA- Estoy buscando el arma.

JUBILO- (Sobresaltado) ¡Pará, Dolora!

DOLORA- ¡No me voy a matar!

JUBILO- No pienso eso. Si llega, la que va a quedar como una ladrona sos vos.

DOLORA- Obvio, el ladrón ve a todos como su condición.

JUBILO- No es exactamente así el dicho.

DOLORA- ¡Bueno, como sea! ¡No me hagas poner más nerviosa de lo que estoy, Júbilo!

JUBILO- No ves que no hay nada.

DOLORA- Lo debe tener encima. No vino en toda la noche. Roba de noche. (Deja el lugar
de Yaron y vuelve a sus cosas)

JUBILO- Como las ratas, andan de noche.

DOLORA- Las ratas son más nobles que esta escoria.

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Escena 7
Entra Yaron con un carrito lleno de cartones. Júbilo y Dolora se miran.

YARON- ¡No doy más! Toda la noche cartonenado. Pero valió la pena.

JUBILO- ¿Y...lo otro, lo largaste?

YARON- Si, me cansó, ¿Sabés? Hay que jetonear mucho, esto está más bueno.

DOLORA- Te dejan la ciudad hecha una mugre.

YARON- (La mira acusando recibo, pero no dice nada, mientras se saca las zapatillas)
¡Ah! No daba más. Tengo las patas que parecen dos mortadelas. (Dolora hace gesto
despectivo y se tapa la nariz. Júbilo resopla) ¿No quieren venir a cartonear conmigo esta
noche? Se sacan unos buenos mangos.

JUBILO- (Breve risa. Como si hubiera escuchado el disparate más grande de la vida)
¡No! Gracias.

DOLORA- (Seria) ¿Cómo vamos a ir a juntar cartones nosotros? ¿Por quién nos tomaste?

YARON- Y si están cagados de hambre. Con esto por lo menos se puede morfar.

JÚBILO- Estamos pasando por un mal momento; eso no quiere decir que hagamos
cualquier cosa.

YARON- No es cualquier cosa. Es un laburo.

JÚBILO- Nuestra situación es una cuestión financiera.

DOLORA- Mi marido tenía un empleo decente.

YARON- ¡Ah! Mirá vos.

JUBILO- Y...viste lo que es este país. La empresa quebró y quedé desempleado.

YARON- No me jodas.

DOLORA- Yo soy docente. (En forma de aclaración) Maestra. Por esas vicisitudes...

JUBILO- (Igual) Circunstancias.

DOLORA- También me quedé sin trabajo. Las deudas, la falta de consideración y de


apoyo de amigos y familiares hicieron que quedemos literalmente en la calle.

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YARON- ¡Pero ustedes están meados por los cocodrilos!

JÚBILO- Y...más o menos.

DOLORA- Pero no por eso vamos a ir a juntar cartones como cirujas.

YARON- (Los mira pensativa) Sabés que no los entiendo, che. (Saca de una mochila un
tetrabrik y un paquete de almacén)

DOLORA- Nunca nos vamos a entender. Queda explícito.

JUBILO- Queda claro.

YARON- Traje fiambre y un vino. Los invito. Hacemos unos sanguchitos.

JUBILO- (Se le ilumina la cara) Un sanguchito te acepto.

DOLORA- Yo paso. (Se pone a limpiar o a ordenar sus cosas) Y no me llenes todo de
migas.

YARON- (Burlándose) Después te paso la aspiradora. (Breve pausa) Se está lindo acá. A
la final terminamos siendo como una familia.

DOLORA- (Corrigiéndola) Al final.

YARON- Como más te guste, copetuda.

DOLORA- Hablá con propiedad.

YARON- Vos no tenés idea de nada. Yo a ustedes dos los revuelco de acá a la esquina.

JÚBILO- No vamos a empezar otra vez con las discusiones.

YARON- (Excusándose) Ella es la busca mugre.

DOLORA- ¡Claro, si la culpa no es del chancho!

JUBILO- (Retándola) ¡Dolora!

DOLORA- ¿Qué? ¿Ahora no tengo libertad para expresarme?

JUBILO- Vení, comete un sanguchito.

YARON- Ya dijo que no quiere.

DOLORA- ¿Ves como en algo coincidimos?

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YARON- Sos muy culo roto vos, copetuda. Muy culo roto. Y no me digas nada porque no
te estoy puteando, yo hablo así. Bancátela. No te quiero imaginar ni en media de todas las
que pasé yo, y no me ando quejando todo el tiempo. (Imitándola exageradamente) “Que no
me gusta esto” “Que eso me da asco” “Que sacámela” “Que ponémela”...Re gata Flora. Te
quiero ver a vos criada, si se puede decir criada; porque ni a un perro lo crían como lo
hicieron conmigo, en un sucucho del bajo Flores con quince minas y un coreano atrás
gritando no se que mierda. Dobladas sobre una máquina, cosían todo el día casi sin respirar.
Eran paraguayas, bolivianas, peruanas. Todas ilegales. Había que bancarse lo que viniera;
hasta dejarse culear por el coreano. Una de esas minas era mi vieja. Yo me crié sola. Comía
sola, me acostaba sola, me lavaba sola. Me hice con la tele, aprendí hasta a leer con la tele.
Nunca pisé una escuela, pero a los ponchazos aprendí a leer Ni nombre me puso mi vieja.
Nena me llamaba; todos me decían nena. Me usaban para la limpieza y para que haga la
comida. Un día vi una película en que una mina le pasaba de todo y siempre zafaba. Se
llamaba Yaron. Entonces me puse Yaron a mi misma, y me dije que iba a ser como esa
mina. Las miraba a todas, parecían presas, y me repetía como una loca:¡Yo no quiero ser
esto, yo no quiero ser esto, yonoquieroserestoyonoquieroseresto! Cuando tenía once años
abrí la puerta y me mandé a mudar. Nunca más vi ni a mi vieja ni al coreano ni a la puta
madre que los parió. Me hice en la calle. Vi de todo, pasé por todo, hice de todo y no me
importó nada. A los trece me violó un cana. Mirá como debuté. Después trabajé de trola,
pero me cansé; hay que estar muy arregladita, muy en un ambiente que no me va. Es muy
mafia. Cada dos por tres me metían adentro, porque los ratis hijos de puta si no le das la
coima, no te dejan hacer nada. Hasta los chorros arreglan y hacen la de ellos lo más tranqui.
Por eso hacés bien vos, copetuda, por más que estés en la lleca, no dejás esos humos de
señora. Y le das firme, ¿Eh? Te la cree cualquiera (A Júbilo) Eso si, vos podrías ponerte las
pilas para bancar a la doña; y de paso para no ser un tipo tan al pedo. Me voy a apoliyar. No
doy más..

Yaron se acuesta, se tapa con una manta y se da vuelta. Dolora y Júbilo se quedan mudos.
Júbilo hace una seña para que ellos también se vayan a dormir.

Escena 8

Es la mitad de la noche. Júbilo se levanta sigiloso. Se cerciora de que Dolora esté


completamente dormida y se acerca a Yaron. La zamarrea suavemente para despertarla.

JUBILO- (En voz baja) Sharon...Sharito...

YARON- (Despertándose de a poco) ¿Eh? ¿Qué pasa?

JUBILO- Nada, nada. No te asustes. Quisiera hablar un poco con vos.

YARON- ¿Qué hora es? ¡Qué ganas de romper los kinotos!

JUBILO- ¿Qué estás buscando?

YARON- Nada; porque te encontré. Me costó, pero te encontré hijo de una gran puta.

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JUBILO- La guita todavía no la tengo.

YARON- Más vale. Boluda no soy.

JUBILO- ¿Entonces por qué no te vas y nos dejás tranquilos, eh? Cuando sea prudente yo
te busco.

YARON- Porque la que quiere estar tranquila soy yo. No me vas a cagar más.

JUBILO- Dame un tiempo. No me es fácil manejar la situación. Yo a vos te quiero. No te


voy a abandonar. (Seductor. La acaricia) Sapore de sale, sapore di mare... (Intenta darle un
beso. Ella le saca la cara)

YARON- ¡Terminala con ese circo!

JUBILO- Es por Dolora. Sufre de depresión. No está bien de la cabeza. Necesita tomar una
medicación muy cara, y me cuesta comprársela. Quedó muy mal después de todo lo que
nos pasó. Yo lo que te pido es que le sigas la corriente y no la contradigas. No sabe ni lo
que dice. Inventa historias. No la puedo abandonar así nomás. Teneme paciencia.

YARON- Estoy embarazada y a este no lo voy a dar.

JUBILO- (Breve silencio. Incomodidad. Busca una buena salida) ¿Y? Te felicito, no sé.
¿Yo que tengo que ver?

YARON- ¡No te hagas el boludo!

JUBILO- No seas turra. No me vas a correr con eso.

YARON- No te corro, Júbilo. Te tengo cercado. (Apagón)

Escena 9

Es otro día. Está Dolora en su lugar leyendo en voz alta una poesía en francés. Por el otro
lado está Yaron doblando cartones, hace ruido. Dolora remarca las palabras evidenciando
fastidio por lo que pasa en el otro rincón. Yaron no la registra.

DOLORA- Le ciel est par-dessus le toit. Si Bleu, si calme! Un arbre, par-dessus le toit,
berce sa palme.(Hace un silencio sentenciando el ruido que hace la otra)

YARON-(Burlona) ¿Qué pasa, no cantás más? Dale, seguí que te sale lindo.

DOLORA- Estoy leyendo. Paul Verlaine. ¡Pero qué vas a saber vos!.

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YARON- ¡Ah! Como son palabras tan raras pensé que era un canto. (Breve pausa) Aunque
yo te escuché cantar una vez, y te salía lindo.

DOLORA- Cuando viniste a entrometerte acá con el cuento de que eras ciega.

YARON- No te calentés por todo, copetuda. Yo pongo onda y vos... (Hace gesto con las
manos) Cantá un poquito, dale. Podías pasar el sombrero y sacarías unos manguitos.

DOLORA- ¿Por qué me dejaste diez centavos?

YARON- Porque cantabas lindo.

DOLORA- ¿Diez centavos valgo?

YARON- Bueno...Se pone lo que se puede. Vale la intención. Es un desperdicio; si yo


supiera hacer algo de eso, sabés que...

DOLORA- (Bajando un poco los humos, pero sin que se note) Vos hacés de todo, no te
podés quejar. A mi no me da la cara.

YARON- Animate, yo te ayudo. Salimos por ahí. Vos cantás, yo paso el sombrero. Vamos
mita y mita.

DOLORA- (Se queda pensando) No, no. De ninguna manera.

YARON- (Le sale una sonrisa socarrona) Te va a dar menos vergüenza si te hacés la
ciega. Yo te presto el bastón. (Lo busca junto a los anteojos) Nos metemos en el subte. Vos
cantás, yo vigilo. Los conozco bien a todos. No pasa nada. Tomá, probá. (Dolora se queda
tiesa) ¡Dale! Aunque sea para joder un rato.

DOLORA- (Le arrebata las cosas de las manos y se las pone) Alouette, gentile alouette.
Alouette je te plumerai...

YARON- ¡Eso! (Como un presentador de circo). ¡Señoras y señores la cieguita que te


canta de lo lindo! Pa’ todos los turistas y los vecinos también. Vamos, poniendo estaba la
gansa...

DOLORA- (Se saca los anteojos y tira el bastón. Derrotista como siempre) ¡No! ¡No! No
puedo hacer este papelón. Es una vergüenza. No sé como no te da vergüenza el solo pensar
en hacer estas cosas.

YARON- Vergüenza es cagarse de hambre, copetuda. Enseñane a cantar eso que cantás
vos y mañana te invito a morfar.

DOLORA- (Pensando) Yo te enseño, pero si no te hacés la ciega.

YARON- ¡Trato hecho! (Le estira la mano. Dolora la ignora) Bueno, dale. Empecemos.

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DOLORA- Pero así, con esa ropa, no. Esperá que te doy algo que te va a quedar lindo
(Busca un vestido entre sus cajas. Casi con miedo)

YARON- ¿Qué pasa? Parece que te fuera a saltar un carancho.

DOLORA- Hay una rata dando vueltas. Me da cosa.

YARON- ¡Uh! Está lleno de ratas por todos lados. Yo te consigo una trampera.

DOLORA- No, está bien. Ya se va a ir.

YARON- Mirá que te puede hacer nido y esto va ser un criadero.

DOLORA- ¡Bueno, basta! ¡No me sugestiones!

YARON- (Cambiando rotundamente) ¿Y tu dorima qué hace cuando se borra?

DOLORA- Sale todos los días a buscar trabajo. Pero está difícil.(Sacando un vestido) Este
vestidito, que ya no me queda, te podría sentar.

YARON- ¿Y no engancha nada? Porque si querés laburo encontrás. Peón de flete,


ayudante de verdulería, repartidor de volantes. Que se yo, changas.

DOLORA- Él está para otra cosa. (Yaron se prueba el vestido) Así das otra imagen.

YARON- ¡Joya! Si...debe hacer otras cosas, porque para morfar algo trae, ¿No?

DOLORA- Si. Y agua. El agua nunca me lo hizo faltar. No puedo estar si no me lavo. Yo
soy muy limpia.

YARON- Yo también ando muy bien limpita.

DOLORA- Te voy a confesar algo. Júbilo no está bien. Yo sé que no busca trabajo.
Inventa todo, pero yo lo dejo, pobre. Hay que estar en esta. La degradación del ser humano.
El no sentirse útil. Seguramente va a ver al hermano y le da plata; pero para no
mortificarme, no me dice nada. Por eso yo ni le pregunto. Nosotros tuvimos muchos
problemas. Él trabajaba con el hermano. Nunca quebró, cada vez le va mejor. Lo que pasó
fue que Júbilo tuvo un pequeño desliz con la cuñada y se armó un lío terrible, casi se matan.
Él, me pidió disculpas, fue una cosita así nomás sin importancia. Además la que lo buscó
fue ella, flor de atorranta es. Yo me hice la que ni me enteré. Siempre me manejé con
altura. El único problema fue que esta tilinga era la dueña de la escuela en donde yo daba
clases de francés. Me tuve que ir de la vergüenza. Un horror. El resto de la familia nos dio
la espalda. Y con mi familia no nos hablamos porque...bueno te cuento todo, total...Cuando
yo lo conocí a Júbilo, estaba por casarme, era muy jovencita, tenía todo comprado. Mi
novio era un muchacho de muy buena familia. Se había recibido de médico. Hasta el
vestido y las participaciones tenía. Pero el amor es el amor. Júbilo me pudo. Él no quería

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que deje a mi novio, me decía que no armemos lío; pero yo jamás fui una atorranta. O de
uno o de otro. Mi familia nunca me lo perdonó. Al final ese muchacho se casó con mi
hermana. Ahora tienen tres hijos, un perro golden retriver y viven en un country. Nosotros
mirá como terminamos.

YARON- ¿Y nunca más laburó?

DOLORA- Ya te dije, no consigue. Te voy a pintar un poco. Tenés que ser más femenina.

YARON- No me va mucho esa onda.

DOLORA- (Empieza a pintarla con un dejo de violencia contenida) ¿No te pintabas acaso
cuando trabajabas de eso?

YARON- ¡Pará que me hacés doler!

DOLORA- (Sin registrar, en maestra) Vous etes l’elêve. Je suis le proffeseur.

YARON- ¿Lo qué?

DOLORA- ¡Bueno, así no vamos a terminar más! Repetez avec moi.. ¡Repetez avec moi!

YARON- (Asustada) ¿Qué digo?

DOLORA- (Modulando despacio) Alouette.

YARON- Aluete

DOLORA- Non, non. C’est n’est pas. Alouette.

YARON- (Imitándola mal) Alouette.

DOLORA- Très bien. Très bien. Allors, Alouette gentile alouette. Alouette Je te plumerai.

YARON- Alouette gentile alouette. Alouette Je te plumerai.

DOLORA- ¡Mais très bien mademoiselle! Allors, Je te plumerai la tête, Je te plumerai le


cou.

YARON- Bueno, pará un poco. ¿Quién te creés que soy, Susana Giménez?

DOLORA- (Otra vez ofendida) Está bien. Dejemos todo como estaba. Devolveme la ropa.

YARON- (Sin escucharla y en forma desenfrenada como un canto de cancha) ¡¡Aluete


yentil aluete. Aluete yentil aluete. Aluete yentil aluete!!!

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DOLORA- ¡Basta! ¡Basta por favor! (Yaron no la escucha y sigue. Se le tira encima y
empieza a zamarrearla) ¡Te dije que pares negra de mierda! (Se paraliza al escucharse
decir eso. Yaron se queda quieta y empieza a hacer arcadas. Se va para el fondo y vomita.
Dolora se lleva las manos a la cara)

Escena 10
Dolora y Júbilo están ordenando todas sus cosas. Cambian de ubicación todo lo que
tienen.

DOLORA- ¡Está embarazada! ¡Prostituta, cartonera y embarazada! Andá a saber quien es


el padre.

JUBILO- Andá a saber.

DOLORA- Lo que me indigna es que uno trató de pasar estos años con la cabeza lo más
alta posible para que venga esta negra y te haga sentir como una piltrafa.

JUBILO- ¿Querés que lo llame a mi hermano y le pida que nos ayude?

DOLORA- ¡Jamás! ¿Qué tu cuñada se sienta una reina viendo como me agacho a sus pies
y hacerme sentir una miserable? Prefiero que piensen que estoy muerta.

JUBILO- Es mi hermano.

DOLORA- Buena mandarina. (Silencio) Si tuviéramos una mascota, por lo menos...

JUBILO- ¿Qué tiene que ver con lo que estamos hablando? Ya lo hablamos, Dolora. En
este lugar un animal sería un lío.

DOLORA- Yo no tengo ni un perro y esta degenerada andá a saber lo que hace con ese
hijo.

JUBILO- ¿Y si se lo pedimos?

DOLORA- ¿Pedirle el hijo?

JÚBILO- Siempre quisimos tener un hijo. Además sería una buena oportunidad para
acercarnos a los nuestros. Los enternecería.

DOLORA- (Conteniendo el llanto) Júbilo, yo no voy a aparecer después de tres años con
el hijo de la sirvienta.

JUBILO- ¿Te acordás de la vecina de arriba? Adoptó un nene.

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DOLORA- Pero un rubiecito divino. Encima se le parece. Pero andá a saber lo que sale de
ahí adentro. Acordate todo lo que contó.

JUBILO- A lo mejor no le sale tan morochito. Y si lo criamos nosotros va a ser un chico


como la gente.

DOLORA- ¿Acá querés criar a un chico? No me dejás tener un perro y pensás en un chico.

JÚBILO- Siempre pensamos en un hijo.

DOLORA- Exactamente, en un hijo. Eso no sería un hijo. Tendría la imagen de ella


dándome vueltas por la cabeza hasta que me muera.

JÚBILO- Se lo podemos sacar.

DOLORA- ¿Sacar?

JUBILO- Somos más inteligentes que ella. Cuidémosla, tratémosla bien todo el embarazo.
Después yo lo anoto a mi nombre. ¿A quién le va a ir a reclamar si es una paria? Con el
chico podríamos volver a los nuestros. Sería otra cosa. Un hijo viene con el pan bajo el
brazo.

DOLORA- Es horrible lo que decís. (Se queda pensativa)

JUBILO- ¿Te quedaste pensando, no?

DOLORA- Jubilo... ¿Sería muy descolgado pensar en la adopción de esa rata?

Escena 11
Están los tres preparando una comida. Acomodan una caja a manera de mesa, dos
cajoncitos para Dolora y Júbilo; Yaron se sentará en el piso.

DOLORA- ¿Así que estás de dos meses y medio?... ¿Qué lindo, no? ¿No tuviste problemas
en el hospital? Digo por eso que dijiste que no tenés ni documentos.

YARON- Me los estoy tramitando.

JUBILO- ¿Para qué, a esta altura? No tendrías que hacer esfuerzos.

YARON- Por mi hijo. No quiero que sufra.

DOLORA- (Insidiosa) ¿Y sabés quien es el padre?

YARON- Si. (Silencio sepulcral. Nerviosismo en Júbilo)

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DOLORA- Ah... ¿Qué bien, no? ¿Está contento?

YARON- (Irónica) ¡Puf!

JUBILO- (Se ríe nervioso)

DOLORA- ¿Qué es lo que te causa gracia?

JUBILO- Nada, eso del ¡Puf! No debe estar muy contento.

YARON- Ya va a estar.

DOLORA- ¿Pero sabe que estás esperando un hijo de él?

YARON- Más vale.

DOLORA- ¿Por qué no están juntos?

JUBILO- Bueno, Dolora, pará con el interrogatorio. Ella tendrá sus razones para hacer lo
que hace o deja de hacer.

YARON- Eso. Muy bien. Yo tengo mis razones. Y él tiene sus razones también. Pero no te
preocupes copetuda, ya te lo voy a presentar. Te vas a quedar encantada.

DOLORA- ¿A qué se dedica?

YARON- Ese es el tema. Pusiste justo el dedito en la llaga, copetuda.

DOLORA- ¿No te habrás metido con un delincuente, no?

JUBILO-¡Mirá las cosas qué preguntás, Dolora!

YARON- (Mirándolo a Júbilo) Exactamente un delincuente no es. Me quiere mucho y me


prometió muchas cosas. Yo sé que las va a cumplir, dice que es muy honesto. Además me
debe muchos favores, le banqué un toco de cosas y lo tengo medio agarrado de las pelotas.

DOLORA- Entonces es un atorrante.

YARON- Pero lo voy a curar. Quedate tranquila copetuda.

JUBILO- (Cortando el clima) Podríamos pensar un lindo nombre para el nene.

DOLORA- O la nena.

YARON- El nene.

DOLORA- Todavía no sabés que será.

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YARON- Va a ser nene. Lo digo yo.

JUBILO- ¿Qué les parece Justo, como Urquiza?

DOLORA- Ana, como Bolena.

JUBILO- Gustavo, como Bécquer.

DOLORA- Victoria, como Ocampo.

JUBILO- Anthony, como Queen.

DOLORA- Marilyn, como Monroe.

YARON- Júbilo, como vos. (Breve silencio)

DOLORA- ¿Y de apellido?

YARON- Aliberto es tu apellido, ¿No?

DOLORA- Júbilo Aliberto se llama él, si.

JUBILO- Claro, yo me llamo Júbilo Aliberto, ¿Qué hay con eso?

YARON- Júbilo Aliberto se llama él, mas vale.

DOLORA- No entiendo.

JUBILO- Traé esas copitas lindas que tenemos guardadas, así brindamos.

YARON- Dale, yo tengo una petaquita.

DOLORA- (Levantándose y yendo a buscar entre las cajas) Para ustedes. Yo no tomo de
esas porquerías. (De golpe paga un grito estremecedor. Júbilo y Yaron se paran como un
resorte y la observan. Dolora rompe a llorar mientras se agacha y recoge del piso una rata
con la cabeza aplastada. La acuna como si fuera un bebé.)
Rupert...Rupert...Alouette...gentile alouette...alouette...je te plumerai...

JUBILO- ¡Dolora tirá eso por favor!

DOLORA- Me la mataron Júbilo. ¡Me la mataron!

YARON- Yo la maté.

DOLORA- ¡Asesina!

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YARON- Es una rata.

DOLORA- ¡Asesina, asesina, asesina!

JUBILO- Es una rata, Dolora, ¿Qué decís?

DOLORA- (Se deja caer, llorando) Era mi ilusión. Tenía la esperanza de poder
amaestrarla. Yo le cantaba a las cuatro todos los días, así comenzaba a ser feliz desde las
tres, como El Principito con el zorro.

YARON- Estás re loca.

DOLORA- (Con todo el odio del mundo se le viene encima) ¡Yo estaré loca, pero vos sos
una negra ladrona, puta y mal nacida! ¡No valés ni un pelo de esta pobre rata que mataste!
¡Ni vos ni ninguno de todos los negros de mierda como vos! ¡Siempre nos van a estar
jodiendo la vida! ¡¡Siempre!! (Da media vuelta y oculta su rostro)

JUBILO- (En voz suave a Yaron para que no lo oiga Dolora) No está bien, te lo dije. Tené
consideración. Esto es muy duro para ella. (Se da media vuelta y abraza a Dolora. Le dan
la espalda. Yaron se queda dura, su respiración es densa. No puede creer lo que está
viviendo. Da media vuelta y se va bruscamente.) Sapore di sale...sapore di mare...

Escena 12
Es de noche. Dolora y Júbilo están durmiendo. Silencio total y quietud. Entra Yaron y
comienza a juntar sus cosas cuidadosamente para no hacer ruido. Se le cae algo. Del otro
lado los que duermen se mueven. Júbilo se despierta y se acerca.

JÚBILO- Ya estábamos por tirar todo. Hace una semana que no aparecés.

YARON- ¿Me extrañan? Vine a buscar mis cosas. Me alquilaron una pieza en una casa
tomada en Constitución. Yo tengo muchos contactos por Constitución. Basta de calle.
Largué los cartones. Estoy vendiendo panchos. No voy a parar. Quiero ser portera de
edificio. Quiero que mi hijo tenga una casa, vaya a la escuela. Que no se tenga que
esconder, que no pase hambre. Quiero que sea una persona como la gente.

JUBILO- ¿Estás segura de lo que vas hacer? ¿Vas a poder soportar todo sola? ¿Cargar con
ese hijo sola? ¿Por qué no me esperás un poquito más?

YARON- No me hagas reír que no tengo ganas. No te necesito Júbilo. Te busqué porque
quería un padre para el chico. Lo pensé mucho, me dio vuelta la cabeza mucho, antes de
buscarte. Primero se me ocurrió darlo, como la primera vez. Pero la primera vez quedé del
cana que me violó y yo con trece años. Ahora es distinto. A este me lo hiciste vos.

JUBILO- Te enamoraste Sharon.

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YARON- ¡Qué me voy a enamorar! Nunca me enamoré.

JÚBILO- Reconocelo Sharito, te enamoraste de mí. Eso es bueno.

YARON- Sos un hijo de puta. Con el olfato que tengo y caí como un ratón. Te creí que me
querías, que nos íbamos a vivir a una pieza, que íbamos a ser felices, que podía prestarte
guita porque iba a ser para algo de los dos. Me dejé coger y me cogiste por los cuatro
wines, hijo de puta. Me dejaste con el bombo. Andá a dormir con la otra loca. Son tal para
cual. Nosotros no tenemos nada que ver, Júbilo. Chau.

JUBILO- Dame un beso. No me dejes así. Te juro que nunca te mentí. Y la plata que me
prestaste te la voy a devolver. Nunca falté a mi palabra. Esperame y vas a tener un padre
para tu hijo.

YARON- Decís bien, es mi hijo. Lo voy a criar yo. Y la guita metétela en el culo, Júbilo.
No mientas más. No te mientas más. Le hiciste el mismo verso a un montón de minas, ya te
tienen junado. Por eso vine acá; porque te quería achurar, por hijo de puta; pero prefiero
cortarme sola. Quiero estar tranquila. Las cosas me están yendo mejor. Chau.

JUBILO- Hago lo que puedo. No te quise joder. Yo tengo que seguir un patrón.

YARON- Ves, ahí está la diferencia. Yo no quiero patrones; quiero hacer lo que se me
canta. (Breve silencio) Saludos a la copetuda.

JUBILO- Gracias por no deschabarme ante Dolora.

YARON- No soy botona. (Se va)

Júbilo se queda mirándola y vuelve a acostarse.

Escena 13
Transición. Llega la mañana de a poco se despiertan. Dolora se incorpora y hace su tarea
de rutina. Se lava en el balde, etc. De pronto mira para el rincón de Yaron y se da cuenta
de que se llevó las cosas.

DOLORA- ¡Júbilo, despertate! (Lo zamarrea)

JUBILO- (Dormido, inmutarse) Mmm.

DOLORA- ¡Se llevó todo! Vino de noche a llevarse todo. Como una ladrona... ¿O habrán
venido ladrones? ¡Júbilo despertate! ¡Nos entraron ladrones!

JUBILO- (Igual que antes) Mmm.

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DOLORA- ¿Lo único que sabés decir es mmm? ¡No se puede hablar con vos!

JUBILO- ¿Quién va a querer esas porquerías? Seguro que se las llevó ella. Tirá lavandina.

DOLORA-No tenemos lavandina, Júbilo.(Se pone a revolver sus cosas desesperadamente)

JUBILO- (Levantándose muy despacito) ¿Qué hacés, Dolora?

DOLORA- Me fijo si no se llevó nada. (Mientras acciona) ¡Qué degenerada! Además de


todo, maleducada. ¿Qué le hicimos para irse así en la mitad de la noche?

JUBILO- Son todos así estos. Son gente en la que no se puede confiar. Pero mejor, Dolora.
¿Para qué la querías acá? ¿Para que te mortifiques? ¿No la querías echar?

DOLORA- Tengo miedo, Júbilo. El que se va sin que lo echen vuelve sin que lo llamen.
No falla nunca. A ver si todo esto es una treta para volver con algo peor.

JUBILO- ¿Vos decís que vuelva con el bebé?

DOLORA- (Lo mira silenciosa por un segundo) Pusiste el dedo en la llaga, Júbilo. No me
quiero imaginar lo que va a hacer con ese chico. Si es que no lo vende.

JUBILO- Los europeos vienen a buscar bebés; pagan en euros y muy bien.

DOLORA- O que le saque los órganos. De esos se puede esperar cualquier cosa. No tienen
sentimientos. Son como...las lagartijas que nacen de huevo y ni saben quien es la familia.

JUBILO- A lo mejor lo pone en los semáforos con los mocos colgando haciendo
malabares, para que le den unas monedas. Hay que entender que son gente sin adaptación
social. No se pueden insertar en una sociedad normal porque no conocen los principios
básicos del ser humano, la familia, la patria, la iglesia católica.

DOLORA- Júbilo, nosotros no creemos en nada.

JUBILO- No creemos en nada pero somos católicos.

DOLORA- Ah, eso sí...Pero estos son unos resentidos sociales. No les interesa salir de la
mugre en que viven. Total así están cómodos.

JUBILO- Bueno...Basta, no te hagas más mala sangre por gente que no se lo merece.
¿Desayunamos?

DOLORA- No hay nada.

JÚBILO- Y bueno... Ya te voy a hacer un asadito.

DOLORA- (Entusiasmada) ¿En serio?

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JUBILO- Primero una linda picadita, con salamín, quesito, aceitunas...

DOLORA- ¿No me mentís?

JUBILO- ¿Alguna vez te mentí? Hay que esperar

DOLORA- El que espera desespera.

JUBILO- Nunca estuvo más oscuro que un segundo antes de amanecer.

DOLORA- Es de día... (Breve pausa) Jubilo...Quiero pedirte un favor... ¿No me conseguís


un pedacito de queso?

JUBILO- Estás con antojos.

DOLORA-(Mirando por entre las cajas) No. No es para mí

JUBILO- Vení, cantemos Aluete.

DOLORA- (Lo corrige con buena pronunciación) Alouette.

JUBILO- Dale, animate. Aluete Je te plumeré.

DOLORA- (Lo mismo) Alouette, Je te plumerai.. Je te plumerai le bec...

JUBILO- (Cantando) Et le bec, et le bec...

Los dos empiezan a cantar. Júbilo en la misma forma que en el principio, alentándola. Ella
sin ganas y al borde del llanto.

Je te plumerai le bec,
Je te plumerai le bec,
Et le bec, et le bec,
Alouette, Alouette !
Ah ! ah ! ah ! ah !

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