Embarazo Molar (Auto

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Embarazo molar

Diagnostico
Se basa en la anamnesis, en la exploración general y ginecológica y, como
pruebas complementarias, la ecografía y la determinación de β-HCG.

Anamnesis: gracias a la eco del el primer trimestre, su dx cada día es más


precoz.

Hay que pensar en la presencia de una mola vesicular cuando en dicho


período aparecen las siguientes manifestaciones clínicas:

 Metrorragia: es el signo más habitual (97%) y el motivo principal de


consulta. Es variable en frecuencia e intensidad, y a veces provoca
una anemia grave. En ocasiones se acompaña de dolor en
hipogastrio.
 Náuseas, vómitos e, incluso, hiperémesis: están presentes en el 30%
de los casos.
 Preeclampsia: su aparición precoz es muy sugestiva de gestación
molar y sucede en el 25% de éstas.
 Expulsión de vesículas: es un signo patognomónico, aunque tardío
e infrecuente (11%).
 Hipertiroidismo: acontece en el 7% de las pacientes y se explica
por la similitud entre las subunidades a de la HCG y de la TSH.
 Insuficiencia respiratoria aguda

Exploración general

Nos permitirá identificar si están presentes signos de preeclampsia (edemas,


hipertensión arterial, etc.), hipertiroidismo (taquicardia, sudoración, temblores,
etc.) o insuficiencia respiratoria (disnea, taquipnea, hipotensión arterial, etc.)

Exploración ginecológica

– Cérvix cerrado. Metrorragia de cuantía variable. Rara vez se observa la


expulsión de vesículas.
– Desproporción entre el tamaño uterino y la edad gestacional, a favor del
primero (60%). No obstante, en el 20% de las pacientes el tamaño uterino
se corresponde con la amenorrea y en el 20% restante es, incluso,
menor que ésta. El útero es regular, simétrico y de consistencia blanda.
– Tumoraciones ováricas (30%), que son quistes tecaluteínicos, muchas
veces bilaterales.
– En caso de mola completa, ausencia de latido cardíaco fetal.

Ecografía
Es de gran utilidad, aporta información sobre el contenido uterino,
aspecto de los ovarios. Son datos ultrasónicos sugestivos de embarazo
molar los siguientes:
– Útero mayor que amenorrea, aunque puede ser igual o menor.
– Ausencia de estructuras embrionarias en la mola completa.
– Cavidad ocupada por multitud de ecos de baja amplitud, que corresponden
al tejido trofoblástico proliferado. Es la imagen típica de “copos de nieve` o
“panal de abejas”. A veces se visualizan zonas anecoicas, que traducen la
presencia de hemorragias intratumorales.
– Quistes tecaluteínicos, que ofrecen una imagen ultrasónica redondeada,
econegativa y multilocular, la mayoría de las veces bilateral.

La utilización de la sonda vaginal permite la obtención de imágenes más


concluyentes, así como un diagnóstico más precoz. La ecografía Doppler es útil
para estudiar las arterias ilíacas, uterinas y tumorales y puede detectar la
recurrencia o la invasión del miometrio.

Determinación de β-HCG

Por su alta sensibilidad y especificidad, es de gran utilidad en el


diagnóstico y seguimiento de la enfermedad trofoblástica gestacional.

La determinación de β-HCG se puede efectuar en plasma y en orina. En el


embarazo normal, sus valores se incrementan progresivamente hasta
alcanzar las 100.000 mUI/ml en la semana 12, para después ir
descendiendo. En la mola vesicular, sus valores se encuentran muy elevados,
Cifras ≥ 200.000 mUI/ml.

Diagnóstico diferencial
 Hemorragias del primer trimestre (aborto- embarazo ectópico)

La clinica, la ecografía y la determinación de la b-hcg, nos permiten un


diagnóstico con certeza.

Tratamiento

Estudio preoperatorio

Ante un diagnóstico de sospecha de embarazo molar, la mujer debe ser


hospitalizada y su evaluación inicial incluirá:
– Exploración general y ginecológica.
– Estudio ecográfico.
– Analítica completa (grupo y Rh, hemograma, bioquímica, coagulación,
ionograma, función hepática, función renal, función tiroidea y β-HCG).
– Preparación de sangre cruzada.
– Radiografía de tórax para descartar metástasis pulmonares.

Tratamiento general
Si es preciso, se tratará cualquier tipo de trastorno asociado (anemia, alteración
hidroelectrolítica, coagulopatía, preeclampsia, insuficiencia respiratoria, etc.)

Tratamiento específico. Evacuación de la mola


El modo de llevarla a cabo va a depender del estado de la enferma, intensidad
del sangrado, tamaño uterino, edad y deseos reproductivos futuros.

- En la mujer menor de 40 años y que quiere tener más descendencia, el


método de elección es el legrado por aspiración, su realización es
bajo control ecográfico

Los agentes oxitócicos se administrarían tras la dilatación cervical y


evacuación parcial a fin de facilitar la hemostasia. DECIR

Algo muy importante que debemos tener en cuenta es que no se recomienda la


inducción de aborto con agentes oxitócicos o prostaglandinas.
Las prostaglandinas se van usar es para la preparación del cuello. DECIR

En casos de molas parciales en que la existencia de partes fetales impiden el


legrado por aspiración, podrá emplearse la terminación médica del embarazo.

Las principales complicaciones de la evacuación de la mola son la


perforación uterina, la hemorragia, la infección y la embolización pulmonar
trofoblástica.
El legrado de repetición no está indicado, salvo que persistan restos
molares.

- En determinados casos (edad > 40 años, edad comprendida entre


35-40 años con la descendencia deseada, patología uterina asociada,
perforación uterina o hemorragia incontrolable), se puede contemplar
la histerectomía abdominal puesto que el riesgo de enfermedad
trofoblástica gestacional es mucho mayor.

A las gestantes con Rh – se les debe administrar inmunoglobulina anti-D


en las primeras las 48-72 h tras la evacuación.

Importante no se usa el misoprostol porque causa metástasis

SEGUIMIENTO POSTERIOR A LA EVACUACIÓN

Una vez finalizado el embarazo molar se plantean 2 posibles opciones. La


primera es administrar quimioprofilaxis (metotrexato o actinomicina D) a todas
las pacientes o, al menos, a aquellas con factores de riesgo.

Otra opción más conservadora, consiste en realizar un estricto seguimiento,


para el diagnóstico del ETP.

Por ello, la tendencia más aceptada es realizar un seguimiento intensivo. Su


propósito es diagnosticar, lo antes posible, la ETP y se basa en el siguiente
esquema:
– Determinaciones de β-HCG plasmática: inicialmente de forma semanal
hasta alcanzar 3 títulos negativos (< 5 mUI/ml) consecutivos. A
continuación, las determinaciones se harán de forma periódica durante 6-12
meses.
– Control ginecológico y ecográfico seriado: se valora fundamentalmente,
el tamaño y la consistencia del útero y la aparición de metrorragia. Se
practicarán a las 2 semanas de la evacuación y después, cada 3 meses.
– Estudio radiológico torácico: la periodicidad de éste dependerá de la
evolución clínica y analítica de cada paciente.

Durante el tiempo de seguimiento, se ha de evitar una nueva gestación.


Con este propósito, se puede utilizar un método de barrera o, mejor aún,
anticonceptivos orales. No es recomendable el dispositivo intrauterino.
Siempre y cuando los niveles de b-hcg se hayan normalizados. DECIR

Los títulos de β-HCG van descendiendo, negativizándose en 6-10


semanas. Se habla de remisión cuando se obtienen 3 títulos negativos
consecutivos.

Las pacientes deben evitar una nueva concepción al menos hasta que lleve 6
meses con cifras de b-hcg normales.
Las mujeres que presentaron mola no tienen riesgo de complicaciones
obstétricos.

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