AMAR en el autismo
AMAR en el autismo
AMAR en el autismo
¿Qué es A.M.A.R?
Programas que tienen como arquitectura el Cuidado emocionalmente seguro y sensible (CRESE) es
la actitud emocional que deben tener los cuidadores hacia los niños.
El rol del cuidado va más allá del cuidador, se habla de alopatría (comunidad como cuidador).
Ser respetuoso es valorar la individualidad del otro. Desde el CRESE es a través de los elementos
temperamentales y de las conductas no verbales que pueden tener los niños.
Los niños aprenden a ser cuidados y se va experimentando en los niños a nivel sensorial. Así es
como uno puede ir trabajando en los cambios. Cambios de sensaciones.
El cuidado respetuoso desde lo emocional es seguro y sensible, lo que implica una confianza y
disponibilidad para explorar su mundo interno y físico. El trabajo es desde el cuidador para ponerlo
en el lugar del niño.
Foco central del modelo AMAR: Seguridad emocional. Para que esto se de, hay que tener en mente
la mente del niño. No solo hay que mirar las conductas desde afuera (es mañoso, se porta mal, es
pataletero, etc.). Pensándolo desde el niño, habría que cuestionarse por qué el niño se comporta
de cierta forma.
No haremos a los niños lo que no nos gusta que hagan a nosotros como adultos.
El rol del adulto es entender y empatizar con el estrés que están sintiendo los niños.
El estrés es la forma que tienen los niños de expresar sus emociones. Es ahí cuando los niños
expresan su si mismo, quienes son ellos realmente.
El adulto es un facilitador del estrés siempre y cuando el adulto tenga la mente del niño en su
propia mente.
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El adulto tiene que tener un estado mental de respeto y validación de las experiencias, intereses y
necesidades de los niños.
A.M.A.R.
A: Atención. El cuidador tiene que ir a atender una serie de conductas en los niños. Tiene que
atender el estrés, desregulación e identificar qué está provocando esta desregulación. Para eso
debe analizar las conductas no verbales y su temperamento. Debe atender a su individualidad.
M: Mentalización. Poner la mente del niño en la mente del cuidador. ¿Por qué actúa de esta
forma? ¿Qué estará sintiendo? ¿Qué estará sintiendo desde lo físico y emocional?
A: Automentalización. ¿Qué me pasa a mi como cuidador en relación al niño? ¿Qué siento en la
medida que estoy vinculándome con el niño?
Habilidades que se van trabajando de manera secuencial. Sin la anterior no se puede trabajar lo
siguiente.
Entrenamiento mental: Trabajar las tres primeras habilidades. La regulación se irá dando de
manera paulatina y sola cuando se trabajan las primeras tres habilidades.
Módulo 2.
Somos seres sociales y el aprendizaje y desarrollo siempre se dará mientras haya un otro.
Un bebé puede morir si no está provisto de afecto ya que no puede regular su propia homeostasis
por si mismo. Necesita otro para regular su homeostasis (hetero-estasis).
Harlow: experimentos con simios recién nacidos. Se les separa en dos grupos, uno de ellos tiene
una madre de felpa (tienen un mejor desarrollo porque tienen mejor nutrición emocional) los
otros monos tienen una madre de alambre que les provee leche. Los seres humanos también
preferimos la nutrición emocional.
René Spitz: Realiza un estudio de niños con y sin cuidadores significativos. La masa cerebral de los
niños que no tuvieron acceso a sus cuidadores era mucho menor a la de los otros niños.
Contacto ocular: elemento pragmático. Los recién nacidos prefieren mirar a los ojos del cuidador
porque buscan estímulos visuales que sean brillosos, que tengan contraste. El contacto se va a ir
perfeccionando y se van a ir sumando otros elementos.
Cerca de los 3 a 5 meses comienza la etapa de la vinculación. Es acá donde el cuidador debe ser
sensible a las necesidades del bebé. Esto genera un lazo positivo entre el cuidador y el bebé. Los
primeros 6 meses el cuidador tiene un patrón de vibración, la cual es transmitida al bebé.
Es importante que el bebé tenga más de un cuidador. En la época de los cazadores recolectores
existía la alopatría (crianza en tribu). En caso de que la mamá tuviera una dificultad, siempre existía
un otro.
Cuando un adulto toma a un bebé, cambia su tono de voz a una voz más aguda (madrecía) se habla
más lento y agudo. Incluso los niños de dos y tres años hacen el mismo cambio de voz. Los bebés a
su vez, prefieren las voces más agudas.
Cuando hay una prosodia melodiosa o de tonos agudos, es probable que el bebé se ría y el adulto
lo hace a su vez. Esto se conoce como proto-conversaciones.
Estadio Ilocutivo: se da alrededor de los 9 meses, también conocida como la etapa de la revolución
mental de los 9 meses. Antes de los 9 meses el cuidador debía interpretar lo que sentía el bebé,
después de los 9 meses el bebé comienza a manifestar sus necesidades de una manera clara e
intencional.
Las conductas pragmáticas se dan en lo que se conoce como el espacio de relación (pensado a
partir de la biología de la cognición – Maturana y Varela). Ellos plantean que el espacio de relación
se da una distancia mínimo funcional entre al menos dos personas en la cual se presentan de
modo conjunto y coordinado una serie de conductas que permiten el surgimiento de la interacción
comunicativa intencional. Esto permite la posterior co-construcción del consenso.
Acoplamiento: cómo se acopla física y sensorialmente al otro. Hay bebés que necesitan de mucha
estimulación para dormirse, bebés que necesitan estar en coche, otros con un balanceo sutil se
duermen. Eso es ir comprendiendo las necesidades del bebé como ser único.
Atención conjunta: Contacto ocular, mirada conjunta, referencia conjunta, acción conjunta.
Considera que el cerebro presenta múltiples variaciones (TEA, D atencional, dislexia, etc.) es un
desarrollo neurológico atípico que requieren ser toleradas y respetadas en sus diferencias.
Es contrapuesto al modelo médico, ya que no lo considera una patología y por lo tanto no tiene
cura, solo hay que respetar estas diferencias. Hoy se habla de Neurodivergencia.
R: como se dan las relaciones socioemocionales entre el niño y sus cuidadores. Cómo hacer para
mejorar el patrón de interacción.