Producto final
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ASIGNATURA:
Psicología social
PROFESOR:
Podemos concluir qué. Las actitudes son las formas en que reaccionamos
e interaccionamos con el entorno social, físico y psicológico, puesto que
de acuerdo a factores como nuestra personalidad y las circunstancias
tendremos conductas relacionadas directamente con actitudes positivas o
negativas, es parte fundamental del ser humano desenvolverse a través
de las mismas, ya que no son permanentes, sino que existen estrategias
de cambio para deshacerse de las negativas y fomentar las positivas
mediante la autosugestion emocional el equilibrio, y la capacidad menta
La identidad personal es la forma en la que una persona puede auto
aplicarse un sentido de pertenencia y también un sentido propio a través de
su desarrollo cognoscitivo, es decir que una persona puede sentirse parte de
una comunidad o grupo social por el hecho de poseer innatamente o
adoptar características objetivas de su persona, un ejemplo serían las
personas vegetarianas, afroamericanas, religiosas, etc.
La identidad personal posee ciertas características, principalmente más
con un proce4so que como una aptitud fija, no tiene final sino con la
muerte, ya que estamos en constante transformación de acuerdo a alas
experiencias que vivimos y también de los entornos en lo s que nos
desarrollamos, las personas que nos rodean poseen un papel fundamental
en ello.
Al igual que el pensamiento, la identidad es subjetiva, ya que la mayoría
de los rasgos personales no son “explícitos” en nadie, lo que nos hace
quienes somos es nuestro autoconcepto y no el concepto que los demás
tienen de nosotros, puesto que as pesar de que la interacción social es
necesaria para que la identidad personal se desarrolle concretamente
gracias al contexto cultural, no podemos dejar que las personas definan
quienes somos por nosotros, es nuestra decisión ser o aspirar a ser
quienes deseemos ser.
Entre los elementos de la identidad personal son la identidad de género, la
preferencia política, religión, orientación sexual. Etc. La identidad personal
se construye mediante un constante dialogo entre la persona y sus
propios pensamientos al igual que los pensamientos de los demás que
constantemente están condicionando o modificando dicha identidad de
acuerdo a la edad y madurez psicológica del individuo. La identidad
personal está eventualmente alimentándose de lo que vemos,
escuchamos, de nuestros ídolos y gustos personales.
Nuestra identidad social también influye directamente en nuestra identidad personal puesto que
las demás personas nos hacen sentir pertenecientes a algo con lo que nos podemos identificar,
pasatiempo
La psicología social es una rama de la psicología que estudia la forma en
que los comportamientos y pensamientos de un individuo se ven influidos
por otros, es decir la conducta de las personas al interactuar con otras de
distintas formas, su factor principal es focalizar y analizar dicha
interacción en grupos, su organización y roles, etc.
Podemos establecer los cimientos de esta disciplina desde la antigua
Grecia donde grandes pensadores como platón y Aristóteles daban por
hecho dos cosas, el hombre es social por naturaleza evolutiva y que el
hombre necesita de la educación para socializar, pese a que ambos fueran
ideales algo contrarios, se concluía que el hombre necesitaba de la
socialización para su formación perfecta.
Con la llegada del renacimiento se redireccionó el estudio de la psicología
social más al aspecto del individuo en sociedad de acuerdo con su estatus
y las consecuencias del comportamiento debido a ello, el cómo la
monarquía tomaba decisiones y como la clase media reaccionaban a estas
decisiones.
Una de las concepciones más importantes fue la de Rousseau, quien
establecía que el contrato social modificaba la naturaleza humana, es
decir que la naturaleza del hombre era condicionada por la sociedad.
Aunque puedo definirlo de una mejor manera con una frase del mismo
Rousseau: El hombre es bueno por naturaleza, es la sociedad la que lo
corrompe, puesto que las personas tienden a hacer el bien, pero a lo largo
de su vida su juicio cambia de acuerdo con las experiencias que viven
principalmente en la niñez.
Me gusta relacionar esto con una frase que me gusta de Nikola Tesla, él
comenta que toda opinión es una visión cargada de historia personal, por
lo tanto, se comprende que todo juicio es una confesión. Para el siglo XIX
ya existían diversos puntos de vista que contrastaban el anterior, El
idealismo alemán marca la pauta en el pensamiento social volviéndose a
Kant.
Se plantearon entonces el monismo, el cual establece que las ciencias
naturales debían de caracterizar el medio de estudio de la psicología
social en una visión objetiva y también el individualismo metodológico, el
cual daba por hecho que toda sociedad y su estructura tenían la
particularidad y características personales de sus componentes, por lo
cual la psicología social no podía abarcar objetivamente el estudio de una
sociedad con otra que tenia un estilo de vida e historia diferentes.
Con el auge del monismo en la sociedad científica británica, muchos
teóricos esenciales concordaban con que solo se podía estudiar lo que era
totalmente observable por los sentidos, rechazando lo no accesible, esta
actitud responde a una epistemología sustentada en la cuantificación
metodológica.
Comte considera todos los fenómenos bajo las leyes naturales. La ciencia
social debe ser la que formule las leyes sociales. Hemos aquí el
nacimiento de lo que llamamos “moral”. Consolidando el parteaguas para
la construcción fundamental de la psicología social a principios del siglo
XX.
Cuando se empezaron a estudiar a las masas, se desarrollaron nuevas
teorías y postulados psicobiológicos, entre ellos Le Bon se fijó en el
carácter sumiso y dependiente en el instinto natural de los grupos, el
estipula qué los individuos sufren en la muchedumbre los efectos del
hipnotismo y se vuelven esclavos de sus instintos, llegando a actuar de
modo diferente a como lo harían individualmente, eso daría pie a que
muchos tiranos utilizaran técnicas de convencimiento, manipulación e
intimidación para dominar naciones enteras.
Sin embargo, el estudio del “Instinto” tomó más relevancia con el trabajo
de Fred, quien integró el “otro” al estudio de la psicología individual y la
estableció como psicología social por hecho. Tomó como objetivo analizar
por qué la masa aumenta la afectividad del individuo, reduciendo su
actividad mental.
A finales del siglo XIX una Psicología aplicada y práctica fue apareciendo
frente al predominio de la Psicología alemana. Se concibe al individuo
como sujeto activo frente al ambiente, de tal forma que si el individuo
modifica el ambiente también se adapta a él. Mead afirma que “la
persona surge en el proceso de la experiencia y la actividad social”.
En el siglo XX se aceleran, empujados por las necesidades sociales, los
estudios sobre procesos psicosociales, que darán lugar, a mediados de la
centuria, a la constitución de una disciplina con entidad propia.
El desarrollo de una metodología original fue determinante, en particular
por someter el comportamiento humano, individual o colectivo, a la
observación empírica y a la experimentación.
La psicología social por lo tanto es una disciplina con identidad propia,
que abarca las perspectivas psicológicas, sociológicas y simbólica. estudia
las interacciones sociales y los procesos que emergen de estas.
dividiéndose en las siguientes:
La interacción como intercambio de conductas
La interacción simbólica
La Interacción como comunicación
La Interacción como estructura
La Interacción como Proceso
Personalidad e Interacción
La psicología social tiene distintos enfoques teóricos, los cuales pueden
concretar un todo para el estudio de la disciplina con aspecto de
psicología pura.
El conductismo, concibe la psicología social en la medida en que nos
aporta datos sobre la influencia social. El conductismo se focaliza en
observar y analizar la conducta individual teniendo en cuenta la influencia
del entorno social y cultural.
El psicoanálisis emplea algunos principios de la psicología social como la
disciplina que inquiere acerca de las pulsiones y represiones colectivas,
que emergen del interior del inconsciente de cada persona para
posteriormente influir en lo colectivo y condicionar lo social.
El cognitivismo. A partir de la primera mitad del siglo XX, surge lo que
se llamó la “revolución cognitiva” en la Psicología Social de Estados
Unidos, teniendo como antecedentes la Gestalt y la teoría de Campo de
Lewin. La concepción intrapersonal se fundamenta en las influencias
estimulares que el sujeto recibe del medio social y que le provocan
efectos cognitivos.
La Gestalt. Heider (1958) fue un iniciador de la Psicología del sentido
común y supuso el comienzo de las teorías de la atribución con
aportaciones como
«atribución» y «equilibrio».
La teoría de campo. Se inició con la Gestalt, separándose luego y
promulgando conceptos dinámicos, estructurales, de cambio social inducido, de
nivel de aspiración o de dinámica grupal. explica que las variaciones individuales
de la conducta en relación con la norma están fuertemente condicionadas por la
pugna entre las percepciones subjetivas del individuo y el ambiente psicológico
en que se encuentra.
La teoría atribucional. Es el enfoque temático que se ocupa de la
atribución, en línea con los trabajos de Heider (1958), Jones y Davis
(1965), que intentan conceptuar, por medio de su teoría de la inferencia
correspondiente, la forma de atribuir las acciones de otras personas a
criterios intencionales.
Esto supone que el comportamiento es un rasgo de carácter. También en
línea con Heider, Kelley (1967), con su Modelo de covariación, define la
atribución como un análisis de la varianza implícita.
El Sociocognitivismo. Se ocupa de la percepción y de la cognición
(Munné, 1986). Aparecen figuras clave como Piaget, Vygotski o Barlett. Se
le critica por su aspecto individualista y por la poca atención a los factores
sociales. En Europa, una serie de autores intentaron superar esas
limitaciones teniendo en cuenta la interacción. Cabe destacar tres teorías:
identidad social, autocategorización y representaciones sociales. Tajfel y
Turner desarrollaron la teoría de la identidad social.
Por otra parte existen otros enfoques teóricos que forman una visión
centrada en la sociología, es decir entrelazando directamente el estudio
de la mente humana con el estudio de la sociedad en conjunto.
La más importante, la teoría de rol. La idea básica de esta teoría es
concebir la conducta humana como representativa de roles durante las
interacciones. Se presupone que las personas ocupan diferentes
posiciones en la estructura social, por lo que su comportamiento, sus
expectativas, normas, creencias, etc., son un reflejo de las posiciones
funcionales en que se sitúen en dicha estructura social.
Stryker (1999) identifica dos tendencias: la teoría estructural del rol y la
teoría interaccional del rol:
Teoría estructural del rol: la cultura y la adaptación que ella requiere
asignan guiones o pautas de comportamiento a las personas-actores.
Teoría interaccional del rol: se fundamenta en que los roles
proporcionan los marcos de actuación a los individuos, pero éstos poseen
un margen para la elección y la actuación.
Interaccionismo simbólico. Es encabezado por Mead, Cooley, James y
Thomas. Se establecen las siguientes cosas:
Los seres humanos se desenvuelven y utilizan no sólo un ambiente físico
sino también simbólico, y adquieren mediante procesos sensoriales
conjuntos complejos de símbolos.
Además de aprender qué es un símbolo, se aprende, de aquellos con
quienes interactuamos, a evaluarlo.
En función de los símbolos aprendidos y de su importancia, los individuos
deciden qué han de hacer y qué no.
El ser humano es reflexivo, y a partir de su introspección crea
gradualmente una definición del self.
Existen distintos puntos de acercamiento a la interacción social. De los
modelos de ser humano propuestos en el campo de la Psicología Social,
Porter, Lawler y Hackman (1975) exponen las tres dimensiones básicas en
los modelos de ser humano:
Racional vs. emocional. El racional se presenta como el que recoge y
analiza la información necesaria para sus tareas. La conducta del
emocional está dominada por las emociones, muchas de ellas
involuntarias.
Conductista vs. fenomenológico. El medio ambiente determina la
conducta del modelo conductista. La importancia de los procesos
mentales del individuo es la base del modelo fenomenológico.
Económico vs. humanista. La versión económica ve al ser humano
aplicando su racionalidad para obtener el máximo de satisfacción con el
mínimo esfuerzo. El modelo humanista orienta su conducta en función de
sus ideales de crecimiento psicológico y logro personal.
El desarrollo psicológico del ser humano está estrechamente relacionado con procesos de
influencia social, ya que somos incapaces de aprender si no es por medio del contacto con otros
individuos de nuestra especie. Ni siquiera las conductas propiamente humanas para las que
estamos filogenéticamente programados, como caminar erguidos o hablar, las podríamos
desarrollar si no es a través de la interacción continua con otras personas de nuestro entorno.
Si consideramos que la influencia social es cualquier cambio de la conducta producida por el
influjo de otros, comprenderemos que el fenómeno es tan amplio y diverso que abarcaría
prácticamente todas las áreas de la Psicología social. Los procesos de atribución, de estereotipia
o de cambio de actitudes, así como los que se dan en las relaciones intergrupales y la mayoría
de nuestros estados emocionales, por citar algunos ejemplos, son provocados por la influencia
que ejercen en nosotros las personas o grupos con los que nos relacionamos y, también,
estructuras sociales complejas que tienen que ver con instituciones, civiles o religiosas, o con
otras facetas de nuestra cultura, como los medios de comunicación.
En los estudios de Psicología social, el desarrollo teórico que se ha considerado más específico
de la influencia social durante años se ha centrado, básicamente, en comprender cómo las
personas cambian su comportamiento observable en respuesta a la manipulación de influencia
intencionada. La obediencia o la conformidad son los temas típicos desde esta aproximación
clásica, así como los fenómenos que tienen que ver con comunicaciones persuasivas. Pero hay
que tener en cuenta que muchos de los fenómenos relacionados con la influencia social no son
deliberados ni afectan al comportamiento observable, y que el contenido de la influencia social
es tan amplio que evidentemente no se puede restringir a ese marco teórico.
Cialdini (2001) selecciona seis principios que sobresalen por su incidencia en la influencia social:
• Reciprocidad
• Validación social
• Compromiso/coherencia
• Simpatía
• Escasez
• Autoridad
Todos estos principios de influencia, a los que alude Cialdini, comparten una serie de
características:
• Son útiles en la mayoría de las ocasiones.
• Se basan en normas sociales muy valoradas.
• Se aplican con mucha frecuencia para convencer y en situaciones muy diferentes.
• Se aprenden y aplican desde la infancia.
• Sirven como heurístico o atajo cognitivo para interpretar y actuar rápidamente en una
situación social.
La norma de reciprocidad es una de las más elementales sobre las que se sustenta el
funcionamiento de las sociedades humanas. Sencillamente, consiste en tratar a los demás como
ellos nos tratan. La importancia de esta norma en la evolución de la especie se debe a su
carácter funcional y adaptativo, ya que beneficia a los individuos y al grupo en su conjunto,
garantizando la supervivencia. Seguir esta regla asegura que cualquier recurso que uno
comparta con otros más necesitados en un momento determinado, por ejemplo, comida o
ayuda, le será devuelto por los demás cuando esté en las mismas circunstancias de necesidad.
La utilidad adaptativa de la norma de reciprocidad es tan evidente que a través del proceso de
socialización en todas las culturas se educa a los individuos para practicarla.
El principio de validación social se basa en que determinamos cuál es la conducta correcta
averiguando qué piensan los demás que es correcto. Nos fiamos de lo que hacen los demás, la
mayoría de la gente o los que nos parecen modelos adecuados, para formar nuestro juicio de
cómo hay que pensar o actuar. Un mecanismo que se suele utilizar para saber cómo opinar o
comportarse es observar qué hacen los demás en la misma situación. La importancia de tener
en cuenta a otros como mecanismo psicológico ya fue puesta de manifiesto por Festinger
(1954) en su Teoría de la comparación social. Las personas necesitamos evaluar lo adecuado de
nuestro comportamiento y, si no disponemos de datos objetivos, comparamos nuestra
conducta con lo que hacen las personas semejantes a nosotros.
Un mecanismo muy importante de influencia se basa en el deseo de ser y parecer coherente. La
preferencia por la coherencia ha sido una cuestión tradicionalmente estudiada en Psicología
social sobre la que se han desarrollado varias teorías, como la Teoría de la disonancia, la del
equilibrio o la de la congruencia. La coherencia es un rasgo de personalidad muy valorado
socialmente que se asocia a otros rasgos como el ser lógico, racional, estable y honrado. Por el
contrario, a una persona poco coherente se la considera superficial, poco inteligente, indecisa y
débil.
Pero no sólo es el deseo de que los demás valoren la coherencia lo que hace que sea una
motivación básica para dirigir la conducta humana. Según el Modelo basado en la acción, la
coherencia tiene un carácter funcional y adaptativo para el ser humano, puesto que le permite
llevar a cabo eficazmente una línea de acción. Si una persona actúa de forma coherente con lo
que otras veces ha hecho, o de acuerdo con sus actitudes previas, el curso de esa acción es más
sencillo y no requiere demasiado esfuerzo cognitivo. Las actitudes y conductas previas nos
sirven como heurístico para actuar de forma similar en situaciones parecidas.
Si nos pide algo una persona familiar, agradable y simpática es más fácil que accedamos a esa
petición que si se trata de alguien en quien no reconocemos esas cualidades. Cuando nos
sentimos bien tendemos a ser más amables con los demás y, por lo tanto, es más probable que
nos dejemos convencer ante cualquier petición. Por esa razón, la propaganda y la publicidad
suelen recurrir al humor para inducir una emoción positiva, como la alegría, que se asociará al
producto. El principio de simpatía es enormemente adaptativo y en él intervienen diferentes
procesos psicológicos:
• Nos fiamos más de aquellas personas conocidas y con las que tenemos algún tipo de
vínculo. La afiliación grupal y la desconfianza hacia los miembros de grupos extraños son
características de los primates heredadas por los humanos.
• Por medio de un proceso de asociación (similar al condicionamiento clásico), tendemos
a añadir a la característica relevante que nos agrada otra serie de características
positivas.
Independientemente de la necesidad o atracción que sintamos por un objeto, tendemos a
valorarlo más cuanto más raro o escaso es. Pensemos, por ejemplo, en el valor que alcanzan
para los coleccionistas determinados sellos que tienen un defecto o que son únicos, al margen
de su apariencia estética. Consideramos más valioso lo menos accesible por dos razones. En
primer lugar, porque sabemos que las cosas más difíciles de conseguir suelen ser mejores que
las fáciles de conseguir, y puede que no todos las puedan lograr. En segundo lugar, porque
cuando algo no nos es accesible nuestra libertad se ve coartada, y ese sentimiento de pérdida
de autonomía suscita una reacción que lleva a recuperarla. Según la Teoría de la reactancia
psicológica, esta sensación de pérdida de control provoca el deseo de luchar para conseguir
aquello que nos prohíben o que resulta especialmente difícil. En esos momentos, funciona el
heurístico de que no hay que dejar pasar una oportunidad que se presenta como única,
exclusiva o prohibida. La reactancia psicológica es muy acusada en la adolescencia, por lo que
resulta especialmente atractivo todo lo que está prohibido durante esa etapa de la vida.
Entre las tácticas de influencia que se apoyan en este principio destacan las siguientes:
• Limitación del número de ejemplares del producto.
• Limitación del tiempo de adquisición del producto.
• Convencer de que se trata de una ocasión única.
Las series limitadas de grabados, botellas de vino o joyas son un buen ejemplo del valor que se
concede a cualquier producto cuando no es asequible a cualquiera. Cuanto menor es la tirada
de la serie, mayor es el valor que el producto adquiere. De forma similar actúa la limitación
temporal para la adquisición de un producto. Si se saca a la venta un producto con un plazo
limitado e improrrogable, la persona no puede posponer su decisión, así que, ante la duda,
funcionará el “ahora o nunca” como heurístico que favorecerá la adquisición.
Cualquier persona que detente una autoridad legítima es enormemente influyente. Seguir las
instrucciones o demandas de la autoridad es adaptativo por dos razones. Por un lado, las
personas que han llegado a una posición de poder, bien sea económico, político o social, si ha
sido por una vía legítima, han obtenido el reconocimiento social por parte de aquellos que les
han otorgado esa posición por su nivel de conocimiento o de dominio. Por otro, normalmente
esas personas tienen la posibilidad de controlar recursos, distribuyendo premios y castigos. En
el proceso de socialización se nos inculca que obedecer a la autoridad es la conducta correcta
y, desde muy pequeños, estamos acostumbrados a seguir las directrices de los padres y de los
profesore
La estigmatización se produce cuando a ojos de los demás, una persona
posee una característica que le otorga una identidad negativa o devaluada
en un determinado contexto social, al igual que el prejuicio el estigma es
grupal. Existen tres tipos de estigmas, Goffman (1963) los agrupo por: Los
tribales, los basados en deformidades corporales y los basados en las
“manchas del carácter”.
Croker y cols (1998) proponen una clasificación de los estigmas a través
de dos dimensiones, la primera de ellas es la visibilidad, Es el grado en
que el estigma es apreciable a simple vista. Los estigmas basados en
características externas, como el grupo étnico o las deformidades físicas,
son difíciles de ocultar, y por lo tanto las personas que los poseen son
conscientes de que los demás les van a juzgar a través de los estereotipos
y prejuicios asociados a su estigma. Por otro lado, existe la controlabilidad.
Un estigma se considera controlable cuando se cree que la persona que lo
sufre es responsable de dicho estigma. La controlabilidad del estigma es
una característica importante porque las personas con estigmas que se
perciben controlables sufren mayor rechazo y son peor tratadas que los
que tienen un estigma del cual se piensa que no son responsables.
Del prejuicio y la estigmatización nacen efectos negativos en la sociedad,
hay que tener en cuenta varias cuestiones para definir dichos efectos. En
primer lugar, que los diferentes grupos suscitan reacciones diferentes. En
algunos casos puede predominar la pena y la incomodidad, en otros
predomina el temor. Por esta razón no debe suponerse automáticamente
que el prejuicio tiene los mismos efectos para todos los grupos, sino que
es necesario conocer específicamente la percepción de prejuicio y
discriminación que tienen las personas de los diferentes grupos
estigmatizados.
Major y Eccleston (2005) señalan que la exclusión social es un aspecto
esencial de la estigmatización y el prejuicio. La exclusión social hace
referencia a una serie de procesos que ocasionan que algunas personas y
grupos sociales (estigmatizados y objeto de prejuicio) se vean apartados
de un conjunto de derechos de carácter político, laboral, económico y
social
La reducción del prejuicio no se no puede emprender desde un solo punto
de vista, sino que es necesaria la colaboración de un buen número de
disciplinas académicas (Economía, Derecho, Antropología, Geografía,
Historia, Sociología, entre otras) y la intervención de los diversos actores
sociales (políticos, asociaciones y ciudadanos).