Tema 2 (Psicología Social)
Tema 2 (Psicología Social)
Tema 2 (Psicología Social)
1.1.Estabilidad y continuidad.
® A lo largo de la vida, las personas no sólo hacen, sienten y creen cosas distintas; también
desempeñan roles distintos en contextos diferentes.
® Cuando pensamos en nosotros mismos, pese a la inmensa cantidad de experiencias
sensoriales que tenemos y conductas que realizamos, nos sentimos una única persona.
® Emociones, conductas, objetivos y creencias que pueden resultar contradictorias a los
ojos de otros parecen congruentes y lógicamente asociadas en un único conglomerado
acerca de nosotros mismos.
® Esta sensación de singularidad es uno de los cimientos del edificio de la identidad, una
construcción que comienza en la infancia y que da contenido al autoconocimiento y al
autoconcepto.
® Aunque es un hecho objetivo que nuestro cerebro está en el cuerpo y éste está conectado
a distintos receptores sensoriales que informan del estado de nuestro organismo, todas
estas informaciones se combinan para dar una representación unitaria de nuestro
cuerpo.
® Los cimientos de nuestro autoconcepto físico: el sentido de esta localizado en los limites
físicos del propio cuerpo.
1.3.Consciencia de sí mismo.
® El yo es consciente de que es consciente, y, por tanto, puede reflexionar sobre la propia
mente y los propios pensamientos.
® El yo consciente solo puede acceder a una parte muy reducida de toda la maquinaria
mental humana.
2.1.Desempeño de roles.
® Al adoptar papeles se asume de manera imaginativa el punto de vista de otros y se
observa el comportamiento propio desde otras perspectivas.
® Cada vez que desempeñamos un rol, aprendemos nuevas conductas y ampliamos
nuestro repertorio de interacción.
® Nunca dejamos de desempeñar roles diferentes.
2.2.Pertenencia a grupos.
® Los grupos a los que pertenece una persona le proporcionan mucha información de
quién es.
® La identidad social es aquella parte del autoconcepto del individuo que se deriva del
conocimiento de su pertenencia a un grupo social, junto con el significado emocional y
valorativo asociado a dicha pertenencia.
® Al identificarnos con un grupo, interiorizamos la visión que este tiene de la realidad
social, ya que las identidades sociales proporcionan a sus miembros valores, metas y
creencias sobre sí mismos y sobre el mundo que les rodea.
2.3. Comparación con otros.
® Según la teoría de la comparación social de Festinger, las personas están fuertemente
motivadas para evaluar la validez de sus opiniones y capacidades.
® Cuando hay criterios objetivos con los que contrastar las opiniones, las personas hacen
uso de dichos criterios.
® No siempre hay criterios objetivos disponibles, como ocurre con las creencias, las
opiniones y las actitudes. En estos casos, buscan su confirmación en los otros; evalúan
sus opiniones comparándolas con las de las otras personas.
® Rodearse de otros que comparten la misma visión del mundo le convencerá de la
sensatez y validez de sus ideas.
® Además de validar sus opiniones, las personas necesitan compararse para favorecerse
y sobrevivir, y para ello, no escogen como blanco de comparación a personas al azar,
sino personas similares, pues de este modo se aseguran el respaldo social de estas.
® En ocasiones las personas se comparan con otras que son ligeramente mejores, porque
ello les ayuda a progresar o a proyectarse sobre ellos.
® Un estudio de Kulik y Mahlen reveló que los pacientes que esperan una operación del
corazón prefieren tener como compañero de habitación a un individuo que ya haya
pasado por la operación. En otros casos, la comparación con estos que están en peor
situación contribuye a mejorar el estado de ánimo.
3. Autoestima.
® El autoconcepto es un conjunto de creencias elaboradas a partir de muchas fuentes que
se organizan como esquemas autorreferentes y jerárquicos.
® Según Leary y Baumeister, las personas son inherentemente sociales, de modo que el
deseo de autoestima es un impulso primitivo que facilita la conexión con otros y ayuda
a ganar su aprobación.
® La autoestima sería una suerte de barómetro que indica en qué medida la persona es
valorada y aceptada o es excluida. Cuanto más excluido, más bajo marcará el barómetro
de la autoestima y cuanto más aceptado, más alto marcará.
® La autoestima es una reacción interna a nuestra aceptación social y una fuente de
ventajas.
5. Autorregulación.
® La autorregulación es el proceso por el que el yo ejerce el control sobre sí mismo.
® Se trata de un esfuerzo deliberado por el que el sí mismo inicia, cambia y controla su
conducta con vistas a un objetivo determinado.
® Con frecuencia la autorregulación incluye la capacidad para retrasar la gratificación y
resistir la tentación de objetivos placenteros inmediatos.
® Es una forma de gestionar los impulsos planificando la conducta con vistas a objetivos
que se dilatan en el tiempo.
® Gracias a la autorregulación, las personas mantienen sus promesas, obedecen las
normas, respetan a los otros y hacen cosas que ayudan a las relaciones interpersonales.
® Es importante considerar que vivimos en un entorno muy rico en estímulos y con
constantes propuestas que proporcionan sensaciones placenteras.
® El cerebro no está preparado para abordar toda la presión a que está sometido
diariamente, por lo que muchos problemas cotidianos son la consecuencia de sucumbir
de modo coyuntural o permanente a conductas indeseables, arriesgadas o antisociales.
® La autorregulación se considera una de las ventajas adaptativas más importantes de la
evolución humana y es la clave para su desarrollo y supervivencia.
® Su localización anatómica y funcional en reglones cerebrales asociadas a la
autoconciencia, como la corteza cingulada anterior, la corteza prefrontal dorsolateral y
la corteza orbitofrontal, muestran que se trata de una habilidad tardía en la filogénesis
de la especie.
® La autorregulación incluye tres componentes:
o Estándares y reglas
o Supervisión de la conducta.
o Potencia de autorregulación.
® MATERIAL
Se utilizaron 10 historietas que describían una acción ficticia protagonizada por el participante
y otra persona y cuyo resultado en unos casos era favorable al participante y en otros
desfavorable (por ejemplo, «Imagine que ha seleccionado y comprado un caballo de carreras.
Usted lo inscribe en una carrera importante y contrata un buen jinete para montarlo. El caballo
gana la carrera. ¿Hasta qué punto la victoria se debe a sus acciones y en qué medida a las
acciones del jinete?»).
® PROCEDIMIENTO
El experimentador explicaba que el objetivo de la investigación era evaluar un cuestionario, en
el que se presentaban situaciones hipotéticas. La persona debía imaginarse a sí misma en cada
una de las situaciones y repartir el 100% de responsabilidad sobre los hechos entre sí mismo y
la otra persona implicada en la situación hipotética. Además, la mitad de las participantes
respondía en un cubículo con un espejo en el que se veía reflejada, mientras que la otra mitad
lo hacía en un cubículo sin espejo.
® RESULTADOS
Los datos muestran que las personas que se ven reflejadas en el espejo durante el experimento
(alta autoconciencia) se atribuyen un mayor porcentaje de responsabilidad sobre el resultado
(60,1%) que las personas que no se ven reflejadas en el espejo (baja autoconciencia, 50,5%;
F(1,39)=14,43, p < 0,001). No se encuentran diferencias estadísticamente significativas en la
atribución de responsabilidad a sí mismo entre las situaciones con resultado positivo y
negativo.
® CONCLUSIONES
Los resultados demuestran que el foco de atención es un elemento importante en el proceso de
atribución causal. En la medida que la persona es más consciente de sí misma se atribuirá mayor
responsabilidad sobre los hechos, siempre y cuando pueda ser causa de ellos. Esto ocurre
independientemente de que los resultados de la situación sean positivos o negativos para ella.
Así, se muestra que el individuo no realiza un análisis exhaustivo de las situaciones para
determinar cuál o cuáles son sus causas, a diferencia de cómo lo haría si utilizara un método
científico.
Experimento 4: Autoestima y claridad de autoconcepto (Campbell, 1990).
® OBJETIVOS
¿Qué relación existe entre la autoestima y el autoconcepto?
® EL PROBLEMA
La autoestima es una característica universal del ser humano. En este sentido, la mayoría de las
personas informan de una autoestima positiva. Este constructo se ha vinculado con rasgos de
personalidad (por ejemplo, extraversión). En general, las personas con una alta autoestima se
caracterizan por una conducta adaptativa, una adecuada resolución de sucesos vitales
estresantes, un bienestar subjetivo, así como por un conocimiento más claro o certero de su
autoconcepto. Esta última información constata que la autoestima es una de las piezas clave
del autoconcepto. Ahora bien, ¿qué papel desempeña la autoestima en el autoconcepto?
® ANTECEDENTES
Taylor y Brown (1988) comprobaron que la alta autoestima contribuye a generar bienestar
psicológico. Una de las explicaciones esgrimidas por los autores apunta a que el optimismo,
los sentimientos de control sobre los sucesos y la imagen de sí positiva permiten a las personas
seguir luchando a pesar de los contratiempos cotidianos. Por su parte, Baumeister y su equipo
(1989) analizaron la relación entre la autoestima y el autoconcepto. Los resultados confirmaron
que las personas con alta autoestima poseían un autoconcepto repleto de rasgos positivos. Si
bien, esto no significa que las personas con baja autoestima tengan opiniones negativas sobre
sí mismas, más bien se debe a que su autoconcepto se caracteriza por rasgos menos positivos
que el de las personas con alta autoestima.
® HIPÓTESIS
Esta investigación trata de probar si las personas con una baja autoestima, en comparación con
las de alta autoestima, se caracterizan por una menor claridad de su autoconcepto. En concreto,
la autora examina la asociación entre la autoestima y la consistencia interna del autoconcepto.
Esta variable se operacionalizó a través del número de pares de adjetivos que produjeron
respuestas coherentes (por ejemplo, «yo soy trabajador, yo no soy perezoso»). Además, con el
objeto de medir la certeza del autoconcepto, se tuvieron en cuenta las puntuaciones de
confianza y el tiempo de reacción empleado en dar una respuesta sobre los adjetivos coherentes
e inconsistentes.
® PARTICIPANTES
Los 36 participantes fueron asignados, en función de su nivel de autoestima, a dos grupos
experimentales. La mitad de los sujetos poseía una baja autoestima y la otra mitad tenía una
alta autoestima.
® DISEÑO
Se compararon los dos grupos (baja autoestima versus alta autoestima). Los participantes se
asignaron a cada grupo en función de la puntuación obtenida en la media de la escala de
autoestima.
® MATERIAL
Se empleó el indicador de autoestima de Janis-Field Feelings of Inadequacy Scale.
Posteriormente, se solicitó a cada sujeto que se describiera a sí mismo en función de una serie
de adjetivos bipolares (por ejemplo, calmado-nervioso). Los 25 pares de adjetivos se
presentaron por separado con el propósito de determinar el grado de coherencia y consistencia
del autoconcepto. De este modo, se evaluó como coherente que el participante se describiera
como una persona calmada y no nerviosa, y como inconsistente cuando, por ejemplo, daba dos
respuestas afirmativas y contradictorias, es decir, soy calmado y nervioso. Por tanto, la
consistencia interna del autoconcepto se calculó a partir del número de pares de adjetivos
opuestos que producen respuestas coherentes.
® PROCEDIMIENTO
Los participantes cumplimentaron individualmente una descripción de sí mismos. Para ello se
les informó de que, a través de un ordenador, se les mostraría una lista de adjetivos. Su tarea
consistía en indicar para cada término «sí», si consideraban que el adjetivo les describía y «no»
en el supuesto contrario. Además, con el propósito de evaluar la confianza otorgada a sus
descripciones, se les preguntó si estaban seguros de sus respuestas mediante una escala de 7
puntos. En total se les presentaron 56 adjetivos, 50 de los cuales estaban distribuidos en 25
pares de conceptos bipolares (por ejemplo, perezoso-trabajador, orgulloso-humilde, etc.). El
orden de exposición de los adjetivos estaba aleatorizado. El programa informático además de
anotar las decisiones individuales, registró el tiempo de reacción para cada respuesta, es decir,
el tiempo que cada sujeto se demoraba en dar una contestación.
® RESULTADOS
Los análisis estadísticos constataron diferencias significativas entre los participantes con baja
autoestima y con alta autoestima. En contraste con los de alta autoestima, los de baja
autoestima: a) dieron menos respuestas coherentes (M = 17,22 o 69% vs. M = 20,18 o 81%) a
cada par de adjetivos bipolares (F(1,33)= 9,27; p < 0,01); b) tuvieron puntuaciones más bajas
en confianza (M = 5,07 vs. M = 5,40; F(1,33) = 4,38; p < 0,05); c) se tomaron más tiempo para
responder a los pares de adjetivos inconsistentes (M = 4,72) que a los coherentes (M = 4,02;
F(1,33) = 9,88; p < 0,01), y d) demostraron menor confianza en los adjetivos inconsistentes (M
= 4,77)que en los pares de adjetivos coherentes (M = 5,38; F(1,33) = 46,52; p <0,01). En el
gráfico 1.4 se muestran las puntuaciones de coherencia y confianza en función de la baja y alta
autoestima.
® CONCLUSIONES
Los resultados confirman que las personas con baja autoestima se caracterizan por una menor
claridad en el autoconcepto (por lo que se refiere a la confianza), así como por una menor
coherencia. Además, la inconsistencia también produce una desorganización del autoconcepto.
Esta falta de organización se refleja en la desconfianza y en el tiempo que necesitan para
contestar.
® APLICACIÓN
La información expuesta nos permite conocer los indicadores que influyen sobre la confusión
de la definición de uno mismo. Si incidimos en estas variables, se podrá obtener un
conocimiento más nítido del autoconcepto. El fin último es que cada persona pueda defender
sus principios y no dejarse manipular por los demás.