6_Archivo Esquema de Normativa de Familia
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Conformación de los juzgados de familia: Artículo 2º. Los juzgados de familia tendrán los siguientes
funcionarios:
a. El número de jueces que para cada caso establece esta ley (art. 4º).
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b. Consejo Técnico.
c. Un Administrador.
d. Planta de empleados de secretaría.
Funcionamiento de los Tribunales de Familia:
Sala: Organización y asistencia a la realización de las audiencias.
Atención de público y mediación, para otorgar:
Una adecuada atención al público.
Orientación al público.
Información al público, especialmente a los niños, niñas y adolescentes que
concurran
al tribunal.
Manejar la correspondencia del tribunal.
Desarrollar las gestiones necesarias para la acabada y cabal ejecución de las
acciones de información y derivación a mediación.
Servicios, que se encargará de:
Reunir las labores de soporte técnico de la red computacional del juzgado.
De contabilidad.
De apoyo a la unidad administrativa.
Coordinación y abastecimiento de todas las necesidades físicas y materiales para la
realización de las audiencias.
Administración de causas. Desarrollar toda la labor relativa a:
Manejo de causas.
Registro de los procesos, incluidos los relativos a las notificaciones.
Manejo de fechas y salas para las audiencias.
Archivo judicial “básico”.
Ingreso y número de rol de las causas nuevas.
Actualización diaria de la base de datos, que contenga, a lo menos:
– las causas del juzgado y
– las estadísticas básicas del mismo.
Cumplimiento.
Dada la particular naturaleza de los procedimientos, esta unidad desarrollará las gestiones
necesarias para la adecuada y cabal ejecución de las resoluciones judiciales en el ámbito
familiar, particularmente de aquellas que requieren de cumplimiento sostenido en el
tiempo, como el pago de pensiones alimenticias, y las que tienen que ver con la “relación
directa y regular” de los niños, niñas o adolescentes con su padre o madre con el que no
viven.
PROCEDIMIENTO
2. DE LAS MEDIDAS CAUTELARES: A. Concepto Son aquellas que tienen por objeto asegurar el
resultado del juicio o que tengan por objeto especial garantizar el interés superior del niño, niña o
adolescente, considerando la verosimilitud del derecho invocado y el peligro en la demora que
implica la tramitación del juicio.
Clases: Prejudiciales/Judiciales; Conservativas/Innovativas (urgentes; exija interés superior;
inminencia de daño) Con/sin notificación previa.
Forma decretarla: de Oficio/Petición de parte.
Caso Procedimiento Medidas de Protección de los derechos de los niños, niñas o adolescentes: a.-
entrega inmediata. b.- Cuidado de un niño, niña o adolescente a cargo de una persona o familia en
caso de urgencia. c.- Ingreso de un niño, niña o adolescente a un programa de familias de acogida o
centro de diagnóstico o residencia, por el tiempo que sea estrictamente indispensable. d.-
Concurrencia de niños, niñas o adolescentes o sus padres a programas de apoyo. e.- Suspender el
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derecho a mantener relaciones directas o regulares con el niño, niña o adolescente. f.- Prohibir o
limitar la presencia del ofensor en el hogar común. g.- Prohibir o limitar la presencia del ofensor al
lugar de estudio o trabajo del niño, niña o adolescente, así como cualquier otro lugar donde éste o
ésta permanezca, visite o concurra habitualmente. h.- Internación en un establecimiento
hospitalario. i.- Prohibición de salir del país del niño, niña o adolescente.
Notificaciones:
Notificación personal.
Notificación “personal especial”, o “subsidiaria”. Carta certificada.
Alguna otra forma que el juez estime idónea.( individualización o domicilio sean difíciles de
determinar).
Carta Certificada. (sentencias definitivas y las resoluciones que ordenen la comparecencia
personal de las partes que no hayan sido expedidas en alguna audiencia.) Domicilio
Apoderado.
Estado Diario
Notificación por la Policía
Otras (en la forma que el propio abogado patrocinante decida).
De los Incidentes.
Regla general. Se resolverán inmediatamente por el tribunal, “previo debate”.
Excepción. Si para su resolución es necesaria la prueba que no hubiese sido posible prever con
anterioridad, el juez determinará la forma y oportunidad de su rendición, antes de resolver. La
decisión de estos incidentes no será susceptible de recurso alguno.
Los otros incidentes (art. 26, inc. 2º). Fuera de Audiencia. Por escrito. Incidente de Nulidad Procesal
(art. 27). Cinco Días. Resolución de Plano o citación Audiencia Especial (Tercer día).
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Transcurrido un año desde que se decrete el archivo provisional sin haberse requerido la
reanudación del proceso, el juez declarará, de oficio o a petición de parte, el abandono del
procedimiento y dejará sin efecto las medidas cautelares que haya fijado.
Como vemos, la posibilidad de pedir el desarchivo de la causa y su reanudación pertenece
exclusivamente al denunciante o demandante. No puede hacerlo el demandado o denunciado,
quien puede ser objeto de medidas cautelares por hasta un año.
Revocación de actos fraudulentos del alimentante.
LA PRUEBA.
Ofrecimiento de la Prueba (Art. 29): Las partes podrán, en consecuencia, ofrecer todos los medios
de prueba de que dispongan, pudiendo solicitar al juez de familia que ordene, además, la generación
de otros de que tengan conocimiento y que no dependan de ellas, sino de un órgano o servicio
público o de terceras personas, tales como pericias, documentos, certificaciones u otros medios
aptos para producir fe sobre un hecho determinado.
Las partes tendrán plenas facultades para solicitar a los órganos, servicios públicos, o terceras
personas, la respuesta a los oficios solicitados en la audiencia preparatoria y que hayan sido
admitidos por el tribunal, a fin de que puedan ser presentados como medios de prueba en la
audiencia del juicio.
El juez, de oficio, podrá asimismo ordenar que se acompañen todos aquellos medios de prueba de
que tome conocimiento o que, a su juicio, resulte necesario producir en atención al conflicto familiar
de que se trate. Este principio se aplica solamente a “conflictos familiares”, y por tanto no se aplica
a otras materias que son de conocimiento de estos tribunales.
Consiste en que se permite cualquier medio de prueba producido en conformidad a la ley.
Ya veremos como es que, por ejemplo, no hay testigos ni peritos inhábiles, y como es que se puede
recurrir a grabaciones, videos, fotografías, y en general cualquier medio obtenido en forma legal,
esto es, sin violación a la ley o garantías constitucionales. Si bien se permite cualquier medio de
prueba, la ley ha reglamentado expresamente la prueba testimonial, la pericial y la denominada
“declaración de las partes”.
El juez puede, de oficio, en la audiencia preparatoria a que nos referiremos luego, ordenar que se
acompañen todos aquellos medios de prueba de que tome conocimiento o que, a su juicio, resulten
necesarios.
Convenciones probatorias (art. 30). En esa audiencia preparatoria las partes podrán solicitar, en
conjunto, que se den por acreditados ciertos hechos, que no podrán ser discutidos en la “audiencia
del juicio”. Estas convenciones probatorias deben ser aprobadas por el juez.
El juez las aprobará a menos que:
a. Fueren contrarias a derecho.
b. Pudiesen vulnerar los intereses de los niños, niñas o adolescentes involucrados en el
conflicto.
c. No logre verificar que el consentimiento ha sido dado en forma libre y voluntaria, y
además con pleno conocimiento de los efectos de la convención.
Examen de admisibilidad de la prueba (art. 31). El juez deberá entonces, acto seguido y en la misma
audiencia preparatoria, estudiar la prueba ofrecida:
a. Analizará y determinará si declara o no admisibles todas o algunas de las pruebas
ofrecidas.
b. Deberá resolver si aprueba o no las convenciones probatorias.
c. Deberá en esta audiencia escuchar sobre el particular a las partes que hubieren
comparecido.
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Del examen que realiza el juez, éste excluirá fundadamente y en consecuencia no aprobará las
convenciones probatorias, en aquellas partes en que:
i. Las pruebas sean manifiestamente impertinentes.
ii. Las pruebas tuvieren por objeto acreditar hechos públicos y notorios.
iii. Las pruebas que resulten sobreabundantes.
iv. Las pruebas que hubiesen sido obtenidas con infracción de “garantías fundamentales”.
Las demás serán admitidas y se ordenará su rendición en la audiencia del juicio respectivo.
Valoración de la prueba (art. 32): Los jueces apreciarán la prueba conforme “a las reglas de la sana
crítica”.
La sana crítica debe cumplirse con algunos requisitos:
– No puede contradecir los principios de la lógica.
– No puede ser contrario a las máximas de la experiencia.
– No puede ser contrario a los conocimientos científicamente afianzados (esto dará un
tremendo valor a los peritajes y opiniones de testigos facultativos).
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- En los casos determinados por la ley.
- Siempre que, para apreciar algún hecho o circunstancia relevante para la causa, fueren
necesarios o convenientes conocimientos especiales de una ciencia, arte u oficio.
Fuente u origen de la prueba pericial:
- Por iniciativa de la parte. Plazo de entrega 3 días de anticipación a la audiencia.
- El juez, de oficio o a petición de parte, cuando lo estime indispensable para la adecuada
resolución del conflicto. Plazo de entrega 3 días de anticipación a la audiencia de juicio.
Pero en este caso el peritaje se debe solicitar necesariamente a:
- Algún órgano público, o
- Un organismo acreditado ante el Servicio Nacional de Menores que reciba aportes del
Estado que desarrolle la línea de acción a que se refiere el artículo 4º, Nº 3.4 de la Ley
Nº 20.032 (labor ambulatoria de asesoría técnica en el ámbito psicosocial u otros
análogos).
Será aplicable a los informes periciales lo dispuesto en el artículo 315 del Código Procesal Penal.
Improcedencia de inhabilitación de los peritos: Tal como ocurrió con los testigos, los peritos no
podrán ser inhabilitados. No obstante, en la audiencia podrán dirigírseles preguntas orientadas a
determinar su objetividad e idoneidad, así como el rigor técnico o científico de sus conclusiones.
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se subsanan los defectos en el plazo señalado, la presentación se tendrá por no
efectuada.
- Improcedencia: El juez no proveerá la demanda. Dictará un decreto en que
definitivamente no dará curso a ella. Esta resolución será apelable conforme a las reglas
generales (pues pone término al juicio o hace imposible su continuación).
- Admisibilidad: En esta llamada “etapa de recepción” el juez ya gozará de algunas
facultades para disponer de oficio (art. 54-2). En efecto, una vez admitida la demanda,
denuncia o requerimiento a tramitación, el juez procederá de oficio o a petición de
parte, a decretar las medidas cautelares que procedan, incluyendo la fijación de
alimentos provisorios cuando corresponda. Luego de ello, citará a las partes a la
audiencia correspondiente. El juez conocerá también en esta etapa de los avenimientos
y transacciones celebrados directamente por las partes y los aprobará en cuanto no
sean contrarios a derecho. Este decreto de admisibilidad es complejo, pues debe
cumplir varios requisitos (art. 59):
o Deberá citar a la audiencia preparatoria mencionada. La notificación de la
resolución que cita a la audiencia preparatoria deberá practicarse con a lo
menos quince días de antelación.
o Deberá hacer constar que la audiencia se celebrará con las partes que asistan,
afectándole a la que no concurra las resoluciones que se dicten en ella sin
necesidad de ulterior notificación.
La cláusula décima del auto acordado relativo al funcionamiento de los tribunales
de familia, de la Corte Suprema, dispone que “Para los fines de lo dispuesto en el
artículo 59 de la Ley Nº 19.968, el tribunal, de oficio y dentro de quinto día hábil,
procederá a fijar una segunda fecha de audiencia preparatoria, en el caso de no
haber sido las partes oportunamente notificadas”.
DE LAS ACTITUDES QUE PUEDE TOMAR EL DEMANDADO.
- Rebeldía: En este caso le afectará, como hemos dicho, lo que se decida en la Audiencia
Preparatoria, sin necesidad de ulterior notificación.
- Reconvención (art. 58). Oportunidades para reconvenir: Por escrito, conjuntamente con
la contestación de la demanda, a más tardar con cinco días de antelación a la
celebración de la audiencia preparatoria. Por excepción, en casos calificados, el juez
podrá autorizar al demandado a contestar la demanda y reconvenir verbalmente, de
todo lo cual se levantará acta de inmediato, asegurando que la actuación se cumpla
dentro del plazo señalado y que llegue oportunamente a conocimiento de la otra parte.
Providencia a la demanda reconvencional: El juez conferirá traslado al demandante,
demandado reconvencional. Tramitación de la reconvención: La reconvención seguirá
tramitándose conjuntamente con la cuestión principal.
- Contestar la demanda, que deberá cumplir también con los mismos requisitos de la
demanda. Oportunidad para contestar la demanda:
o Por escrito, con a lo menos cinco días antes a la fecha fijada para la audiencia
preparatoria, junto a la demanda reconvencional, en su caso.
o Asimismo, en casos calificados y por resolución fundada, el juez puede autorizar
a contestar la demanda verbalmente de lo que se levantará acta de inmediato
y asegurándose que la actuación se cumpla dentro de plazo legal y llegue
oportunamente a conocimiento de la otra parte.
Oponer excepciones: Todas las excepciones, tengan el carácter de dilatorias o
perentorias, se opondrán en el acto de la contestación de la demanda. Se tramitarán
conjuntamente con la cuestión principal y se fallarán por regla gene ral en la
sentencia definitiva. Por excepción: No obstante, el juez se pronunciará
inmediatamente de evacuado el traslado, y siempre que su fallo pueda fundarse en
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antecedentes que consten en el proceso o que sean de pública notoriedad, respecto
de las de:
– Incompetencia,
– Falta de capacidad o de personería,
– Las que se refieran a la corrección del procedimiento, y
– Prescripción.
DE LA AUDIENCIA PREPARATORIA (ARTS. 60 Y SIGUIENTES).
Este procedimiento contempla dos audiencias esenciales: La preparatoria, y la del juicio Oral.
Carga de comparecer. Regla general: Las partes deben comparecer personalmente a esta audiencia,
patrocinadas por abogado habilitado para el ejercicio de la profesión y representadas por persona
legalmente habilitada para actuar en juicio. Excepción (art. 60): El juez puede exceptuarlas de
comparecer asistidas por algún letrado, expresamente, mediante resolución que deberá dictar de
inmediato y siempre por motivos fundados. Asimismo, podrá eximir a la parte de comparecer
personalmente, también por resolución fundada.
Objeto de la audiencia preparatoria (art. 61).
- En cuanto a la discusión.
o Se oirá una relación breve y sintética que harán las partes, del contenido de la
demanda, de la contestación y de la reconvención que se haya deducido, y de la
contestación a la reconvención, si ha sido hecha por escrito.
o Contestar la reconvención (verbalmente), en su caso (art. 58).
o Decretar las medidas cautelares, de oficio o a petición de parte; o decretar si
mantiene las que se hubieren decretado con anterioridad.
o Promover, de oficio o a petición de parte, un proceso de mediación,
suspendiéndose entretanto el proceso.
o Promover, por parte del tribunal, una conciliación.
o Determinar el objeto del juicio (fijar la “cuestión controvertida”). Esto es
importante, porque si el juez extiende su decisión más allá de los límites así fijados,
puede hacer lugar a una “ultrapetita”, para los efectos de una casación en la forma.
- En cuanto a la prueba.
o Fijar los hechos que deben probarse y las “convenciones probatorias” que las
partes hayan acordado.
o Determinar las pruebas que deben rendirse al tenor de la propuesta de las partes,
y disponer la práctica de otras que el juez estime necesarias. Excepción: Con todo,
en los procedimientos de que trata esta ley tendrá lugar lo dispuesto en el artículo
336 del Código Procesal Penal, que se refiere a la posibilidad de rendir prueba que
no fue solicitada oportunamente. En efecto, nos dice esa disposición (63 bis) que “A
petición de alguna de las partes, el tribunal podrá (facultad privativa del juez)
obtener la recepción de pruebas que ella no hubiere ofrecido oportunamente
(prueba que no se haya ofrecido en la Audiencia Preparatoria), cuando justificare
no haber sabido de su existencia sino hasta ese momento”. Se trata de una situación
de excepción, pues para su procedencia es necesario que concurran varios
requisitos:
a. Desde luego, debe ser a petición de parte. El juez no puede disponerlo de
oficio.
b. Se trata de una facultad privativa del juez.
c. Debe tratarse de prueba que no se haya ofrecido en la audiencia
preparatoria.
d. Deberá justificarse no haber sabido de su existencia sino hasta ese
momento.
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e. Siempre que el juez considere que resultan esenciales para la resolución
del asunto.
El inciso segundo de ese artículo nos dice a su turno que “Si con ocasión de la
rendición de una prueba surgiere una controversia relacionada exclusivamente con
su veracidad, autenticidad o integridad, el tribunal podrá autorizar la presentación
de nuevas pruebas destinadas a esclarecer esos puntos, aunque ellas no hubieren
sido ofrecidas oportunamente y siempre que no hubiere sido posible prever su
necesidad”.
Volviendo a nuestra audiencia preparatoria, esta será la oportunidad de pedir al juez que
cite a la otra parte a prestar declaración en la “audiencia del juicio”. Se deberán especificar
los hechos sobre los cuales se solicita la declaración. En la citación se apercibirá al
interesado acerca de los efectos que producirá su incomparecencia, su negativa a declarar
o si diere respuestas evasivas, en los términos a que nos hemos referido. –
Excepcionalmente, y por motivos fundados, el juez recibirá la prueba que pueda rendirse
en ese momento. La prueba documental que se rinda en esta oportunidad no radicará la
causa en el juez que la reciba. Si es que por excepción se admite en esta oportunidad la
declaración de alguna persona (partes, peritos, testigos), entonces la causa sí quedará
radicada en ese magistrado.
- En cuanto a la audiencia del juicio.
o Fijar la fecha del juicio oral, en un plazo no superior a treinta días. Las partes se
entenderán citadas a esa audiencia por el solo ministerio de la ley, bajo
apercibimiento de afectarles, en caso de inasistencia, todas las resoluciones que se
dicten en ella, sin necesidad de ulterior notificación.
Sin perjuicio de lo anterior, el juez podrá, previo acuerdo de las partes, desarrollar
la audiencia del juicio inmediatamente después de la preparatoria. En la práctica,
ello dependerá de la agenda del tribunal para ese día, y la disponibilidad de tiempo
de éste.
Forma de la audiencia. Para el desarrollo de la audiencia regirán, en cuanto le sean aplicables, las
reglas establecidas para la audiencia del juicio.
Si durante el desarrollo de la audiencia se advirtiese la existencia de algún hecho que
vulnere o amenace gravemente derechos de algún niño, niña o adolescente, el juez, de
oficio o a petición de parte procederá de alguna de las dos maneras siguientes:
a. Podrá decretar la apertura del procedimiento especial a que se refiere el artículo
68 (procedimiento especial de aplicación de medidas de protección); o
b. Incluir y considerar estos hechos, en este proceso y sin iniciar otro, al tiempo de
promover una conciliación; determinar el objeto del juicio; fijar los hechos a ser
probados y determinar las pruebas que deban rendirse.
En este caso operará la “acumulación necesaria” a que nos hemos referido antes
(art. 17) y el tribunal conocerá de todo conjuntamente.
Si se opta por esta “acumulación”, el juez podrá decretar medidas cautelares de
aquellas a que se refiere el artículo 71.
Del término de la audiencia preparatoria. Al término de la audiencia preparatoria, y no habiéndose
producido una “solución alternativa” (conciliación, con o sin mediación), el juez dictará una
resolución “esencial”, que debe contener las siguientes menciones:
a. Fijación del “objeto del juicio”. Éste se determinará señalando la o las demandas que
serán conocidas, así como las contestaciones que se hubieren presentado.
b. Los hechos que se dieron por acreditados, conforme al art. 30 (convenciones probatorias).
c. Las pruebas que deberán rendirse en el juicio, sin perjuicio de que, veremos, por
excepción, se podrá admitir prueba no ofrecida, y
d. La individualización de quienes deban ser citados al juicio.
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DE LA AUDIENCIA DEL JUICIO (ARTS. 63 Y SIGUIENTES).
Forma de la audiencia. El día fijado, el juez de familia se constituirá, con la asistencia del demandante
y del demandado, asistidos por sus abogados cuando corresponda. La audiencia se llevará a efecto
en un solo acto, pudiendo prolongarse en sesiones sucesivas si fuere necesario.
Objetivos de la audiencia.
a. Recibir la prueba admitida por el tribunal y decretada por éste.
b. Por regla general, dictar la sentencia definitiva.
El fallo será dictado necesariamente por el juez que presidió la audiencia del juicio: Si
éste no pudiere dictar sentencia por “causa legal sobreviniente”, habrá que realizar una
nueva audiencia de juicio.
En caso de nombramiento, promoción, destinación, traslado o comisión del juez ante el
cual se desarrolló la audiencia del juicio, éste sólo podrá asumir su nueva función luego
de haber dictado sentencia definitiva en las causas que tuviese pendientes.
Desarrollo de la audiencia.
Durante el curso de la audiencia se sucederán las siguientes actuaciones:
1. Actos de apertura de la audiencia.
2. Producción de la prueba.
3. Intervención del Consejo Técnico.
4. Observaciones a la prueba.
5. Sentencia.
1. Actos de apertura o inicio de la audiencia.
El juez procederá a:
a. Verificar la presencia de las personas que hubieren sido citadas a la audiencia.
b. Declarar iniciado el juicio.
c. Señalar el objetivo de la audiencia, advirtiendo a las partes que deben estar atentas a
todo lo que se expondrá en el juicio.
d. Disponer que los testigos y peritos que hubieren asistido hagan abandono de la sala.
e. Adoptar las medidas necesarias para garantizar el adecuado desarrollo de la audiencia,
pudiendo disponer la presencia de uno o más miembros del Consejo Técnico.
f. Podrá ordenar, considerando el interés superior del niño, niña o adolescente, que éste u
otro miembro del grupo familiar se ausente durante determinadas actuaciones.
2. Producción de la prueba. Acto seguido, se recibirá la prueba ofrecida en la audiencia preparatoria:
a. Los distintos medios de prueba se producirán en el orden que fijen las partes, comenzando por el
demandante. Al final se rendirá la prueba ordenada por el juez.
b. De la prueba testimonial.
– Los testigos serán identificados por el juez.
– El juez les tomará juramento o promesa de decir verdad.
– Hecho lo anterior, procederá a interrogarlos la parte que lo presentó (repreguntas).
– En seguida procederán las contrainterrogaciones que la parte contraria estime.
– Finalmente, los testigos podrán ser interrogados por el juez, con el objeto de pedir
aclaraciones o adiciones a sus testimonios.
c. De los peritos.
Rigen las mismas reglas que para los testigos, con la salvedad que, antes de ser interrogados,
ellos deberán exponer brevemente el contenido y las conclusiones de su informe.
d. De la prueba documental.
Los documentos, así como el informe pericial en su caso (recordemos que el juez, con
acuerdo de las partes, pudo eximirlo de comparecer), serán exhibidos y leídos en el debate,
con indicación de su origen.
El juez puede autorizar, con acuerdo de las partes, la lectura parcial o resumida de los
medios de prueba (no sólo del informe del perito, sino que también de los que vienen a
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continuación), cuando ello pareciere conveniente y se asegure el conocimiento de su
contenido.
e. Otros medios de prueba.
Las grabaciones, los elementos de prueba audiovisuales, computacionales o cualquier otro
de carácter electrónico apto para producir fe, se reproducirán en la audiencia por cualquier
medio idóneo para su percepción por los asistentes.
Todos estos medios podrán ser exhibidos a los declarantes durante sus testimonios, para
que los reconozcan o se refieran a su conocimiento.
Por excepción se podrá rendir prueba no solicitada oportunamente (en la audiencia preparatoria),
en dos casos:
Primer caso: Cuando concurran los requisitos a que se refiere el artículo 63 bis,
esto es:
– Debe solicitarlo alguna de las partes. El juez no puede disponerlo de oficio;
– Esa parte debe “justificar” no haber sabido de la existencia de la nueva prueba
que pide sino hasta ese momento, y
– Que el juez considere que ella resulta “esencial” para la resolución del asunto.
Segundo caso: Si con ocasión de la rendición de una prueba (ofrecida oportunamente en la
audiencia preparatoria o en el caso recién visto) surge una controversia relacionada
exclusivamente con su veracidad, autenticidad o integridad, el juez podrá (una vez más, se
trata de una facultad privativa del magistrado) autorizar la presentación de nuevas pruebas
destinadas a esclarecer esos puntos, aunque ellas no hayan sido ofrecidas oportunamente
y siempre que no haya sido posible prever su necesidad.
En este caso el juez admitirá esa prueba no ofrecida, la que se rendirá de inmediato; o fijará
una audiencia especial al más breve plazo posible al efecto, según aprendimos cuando
estudiamos los incidentes.
3. Intervención del Consejo Técnico en la audiencia del juicio. Practicada la prueba, el juez podrá
solicitar a un miembro del consejo técnico que emita su opinión respecto de la prueba rendida, en
el ámbito de su especialidad. Se trata de una facultad privativa del juez, salvo las excepciones en
que la intervención del Consejo Técnico es forzosa.
4. Observaciones a la prueba. Finalmente, las partes formularán, oralmente y en forma breve, las
observaciones que les merezca la prueba rendida y la opinión del Consejo Técnico, así como sus
conclusiones. Este “alegato de buena prueba” debe ser preciso y concreto, con derecho a replicar,
pero sólo respecto de las conclusiones argumentadas por las demás.
5. Sentencia. Una vez concluido el debate, el juez comunicará de inmediato la sentencia, indicando
los fundamentos principales tomados en consideración para dictarla. Excepcionalmente, cuando la
audiencia del juicio se hubiere prolongado por más de dos días, podrá postergar la decisión del caso
hasta el día siguiente hábil, lo que se indicará a las partes, fijándose de inmediato la oportunidad en
la que la decisión será comunicada.
DE LA SENTENCIA.
Oportunidad para dictarla. “Artículo 65.- Sentencia. Una vez concluido el debate, el juez comunicará
de inmediato su resolución, indicando los fundamentos principales tomados en consideración para
dictarla. Excepcionalmente, cuando la audiencia de juicio se hubiere prolongado por más de dos
días, podrá postergar la decisión del caso hasta el día siguiente hábil, lo que se indicará a las partes
al término de la audiencia, fijándose de inmediato la oportunidad en que la decisión será
comunicada. …”
Ésta será entonces la fecha en que se dará a conocer, esto es, que se “notificará” la decisión del
tribunal y en consecuencia la fecha de la sentencia.
Sin embargo, para computar los plazos a efectos de impetrar recursos en su contra, habrá que
esperar la notificación por carta certificada a que se refiere el artículo 23.
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Nos parece que esa es la conclusión correcta, pues pretender que el plazo empiece a correr desde
que se dicta, pondría al recurrente en la necesidad de fundamentar en los hechos y en el derecho,
formular peticiones concretas, y hasta formalizar un recurso de casación en la forma sin tener a la
vista todos los antecedentes y argumentaciones que tuvo el sentenciador en consideración para
“dictar” su decisión.
Oportunidad para redactarla. “Artículo 65 inciso 2° …El juez podrá diferir la redacción del fallo hasta
por un plazo de cinco días, ampliables por otros cinco por razones fundadas, fijando la fecha en que
tendrá lugar la lectura de la sentencia, la que podrá efectuarse de manera resumida.”. Esto confirma
nuestra conclusión anterior en orden a la forma de computar el
plazo para recurrir en contra de la sentencia, pues el plazo para apelar y recurrir de casación en la
forma podría coincidir con el día mismo de la redacción de la sentencia, lo que significaría en la
práctica poner a las partes en la necesidad de recurrir, por escrito, en contra de una sentencia que
ni siquiera han podido todavía leer.
Contenido de la sentencia (art. 66). La sentencia definitiva debe contener:
a. Lugar y fecha en que se dicta.
b. Individualización completa de los litigantes.
c. Síntesis de los hechos y de las alegaciones de las partes.
d. Análisis de la prueba rendida, los hechos que estime probados y el razonamiento que
conduce a esa conclusión.
e. Razones legales y doctrinarias que sirvieren para fundar el fallo.
f. La resolución de las cuestiones sometidas a la decisión del juzgado.
g. El pronunciamiento sobre pago de costas o los motivos para absolver de su pago a la parte
vencida.
En esta materia el juez tendrá más facultades que lo normal a este propósito, pues,
conforme a las reglas generales, los jueces sólo pueden eximir del pago de las costas cuando
estiman que el que obtuvo sentencia adversa ha litigado “con motivo plausible”.
Aquí, en cambio, el juez podrá absolver del pago de las costas, además, por otras
razones, como por ejemplo la capacidad económica de las partes, la buena fe y disposición
para buscar soluciones durante el juicio, y otras.
En los procesos a que se refiere la Ley de Matrimonio Civil el juez deberá
considerar, al fijar las costas, quién ha hecho fracasar un proceso de mediación por no asistir
a las citaciones del mediador sin causa justificada (art. 73).
En los fallos de los procesos sobre autorización para salir del país, el juez podrá otorgar permisos
que habiliten a salir en distintas ocasiones, en términos de no tener que estar pidiéndola cada vez,
en la medida en que concurran los siguientes requisitos:
a. Debe requerirlo el padre o madre. El juez no puede disponerlo de oficio.
b. El menor deberá salir del territorio de la República con aquel de sus progenitores que
haya pedido la autorización. No podrá en consecuencia salir solo ni con alguna otra persona.
c. Debe solicitarlo el padre o madre a cuyo cuidado personal se encuentre el niño, niña o
adolescente.
d. La autorización judicial no podrá exceder de dos años, y el niño, niña o adolescente no
podrá permanecer en el extranjero más que quince días en cada ocasión.
Es necesario acreditar en el proceso que el otro progenitor, injustificadamente, ha dejado de cumplir
el deber, regulado judicial o convencionalmente, de mantener una relación directa y regular con su
hijo.
DE LOS RECURSOS.
Las resoluciones serán impugnables a través de los recursos y en las formas que establece el Código
de Procedimiento Civil, siempre que ello no resulte incompatible con los principios del
procedimiento que establece la presente ley, y sin perjuicio de las siguientes modificaciones:
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DE LA REPOSICIÓN. Regla general: La solicitud de reposición deberá presentarse dentro de tercero
día. Excepciones:
a. Si dentro de esos tres días tiene lugar alguna audiencia, la reposición deberá
interponerse y resolverse durante la misma.
Como vemos, podría ocurrir que el plazo para reponer fuese teóricamente de uno, dos o tres días.
b. Si se trata de una resolución que se dicte en alguna audiencia, la reposición se
interpondrá y resolverá en el acto.
DE LA APELACIÓN.
Resoluciones apelables:
a. La sentencia definitiva de primera instancia. Veremos luego que las sentencias definitivas
dictadas en procesos por infracciones cometidas por adolescentes son inapelables.
b. Las resoluciones, cualquiera que sea su naturaleza (incluso autos y decretos), que pongan
término al “procedimiento” (se refiere sin duda al proceso) o hagan imposible su continuación.
c. Las resoluciones que se pronuncien sobre medidas cautelares.
Requisitos de la apelación:
a. A pesar del carácter de oralidad que la ley ha querido dar al procedimiento, los recursos
de apelación se interpondrán siempre por escrito.
b. Otros requisitos. La ley no ha exigido el cumplimiento de algún otro requisito.
Sin embargo, y como quiera que el inciso primero del artículo 67 nos había dicho que se aplica a los
recursos “las formas” que establece el Código de Procedimiento Civil, el escrito deberá contener
fundamentos de hecho y de derecho y peticiones concretas (art. 189).
De los efectos del recurso de apelación:
Regla general: Las apelaciones se concederán en el solo efecto devolutivo.
Excepciones: Se concederán en ambos efectos las apelaciones de las sentencias definitivas referidas
a los asuntos mencionados en los números 8(“Las acciones de filiación y todas aquellas que digan
relación con la constitución o modificación del estado civil de las personas”), 10(“La autorización
para la salida de niños, niñas o adolescentes del país, en los casos en que corresponda de acuerdo
con la ley”), 13(El procedimiento de adopción a que se refiere el Título III de la ley Nº 19.620); y
15(Las acciones de separación, nulidad y divorcio reguladas en la Ley de Matrimonio Civil) del
artículo 8º de esta ley, y a que nos hemos referido al estudiar la competencia.
De la comparecencia. El tribunal de alzada conocerá y fallará la apelación sin esperar la
comparecencia de las partes, las que se entenderán citadas por el solo ministerio de la ley a la
audiencia en que se conozca y falle el recurso.
Creemos que, sin embargo, la oportunidad para adherirse a la apelación en segunda instancia es
precisamente el término a que se refiere el art. 200 del Código de Procedimiento Civil, por aplicación
del art. 67 de la ley.
Los alegatos de los abogados. Efectuada la relación, los abogados podrán dividir el tiempo de sus
alegatos para replicar al de la otra parte.
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a. Haber sido dictada la sentencia por un tribunal incompetente o integrado en
contravención a lo dispuesto por la ley.
b. Haber sido pronunciada por un juez legalmente implicado, o cuya recusación esté
pendiente o haya sido declarada por tribunal competente.
c. Ultrapetita.
d. Infracción a la Cosa Juzgada, siempre que ésta se haya alegado oportunamente en el
juicio.
e. Decisiones contradictorias.
f. Falta a algún trámite o diligencia declarados esenciales por la ley o a cualquier otro
requisito por cuyo defecto las leyes prevengan expresamente que hay nulidad.
g. Haber sido pronunciada la sentencia definitiva con omisión de cualquiera de los requisitos
enumerados en el artículo 66 de esta ley.
Patrocinio especial. Se entenderá cumplida la exigencia de patrocinio de los recursos de casación
(inciso final del artículo 772 del Código de Procedimiento Civil), por la sola circunstancia de
interponerlos el abogado que patrocine la causa.
OTROS RECURSOS, CASACIÓN DE OFICIO. Esta ley no ha previsto en forma expresa otros recursos.
Sin embargo, y conforme al artículo 67, serán perfectamente admisibles los recursos de hecho y de
“aclaración, rectificación y enmienda”.
También será procedente la casación de forma de oficio, y el recurso de hecho.
Esta ley deroga al artículo 37 de la Ley Nº 16.618, sobre menores, por lo que nada impide ya la
interposición de un recurso de casación en el fondo, y una eventual casación de fondo de oficio,
conforme a las reglas generales.
Lo anterior se ve corroborado además desde el momento en que el numeral séptimo del artículo 67
de la ley que estudiamos, al referirse a la exigencia de “patrocinio especial”, habla, en plural, de “los
recursos de casación”.
A mayor abundamiento, este artículo 67 se refiere expresamente al inciso final del artículo 772 del
Código de Procedimiento Civil, que a su turno menciona a ambos recursos de casación.
DEL RECURSO ESPECIAL DE REVISIÓN EN LOS PROCESOS DE ADOPCIÓN. La sentencia que declara la
adopción de un niño, niña o adolescente es irrevocable.
Sin embargo, se prevé una posibilidad de revisarla, cuando el adoptado, por sí o
representado por un curador especial, pide al tribunal de familia su nulidad, cuando se ha obtenido
por medios ilícitos o fraudulentos.
Será juez competente el del domicilio o residencia del adoptado, y se tramitará conforme
al procedimiento ordinario que hemos analizado (art. 125 Nº 15 de la Ley Nº 19.968, que reemplaza
al inciso tercero del artículo 38 de la Ley Nº 16.618, sobre adopción de menores).
PROCEDIMIENTOS ESPECIALES.
DE LA APLICACIÓN JUDICIAL DE MEDIDAS DE PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS DE LOS NIÑOS, NIÑAS
O ADOLESCENTES (ARTS. 68 Y SIGUIENTES). En forma supletoria se aplicarán las reglas del Título III
(Del Procedimiento. Arts. 9 a 67).
Ámbito de aplicación de este procedimiento. Para que proceda la aplicación de este procedimiento
especial es necesario que concurran varios requisitos:
a. Que la ley exija o autorice expresamente la intervención judicial.
Esta intervención será siempre necesaria, además de otros casos, cuando se trate de la
adopción de medidas que importen separar al niño, niña o adolescente de uno o ambos padres o
de quienes lo tengan bajo su cuidado.
b. Que se trate de adoptar medidas de protección jurisdiccionales establecidas
expresamente en la ley.
14
c. Que dichas medidas tengan por objeto preciso proteger los derechos de los niños, niñas
o adolescentes.
d. Que esos derechos se encuentren vulnerados, o por lo menos amenazados.
De la intervención del niño, niña o adolescente. En este procedimiento el juez deberá considerar
la opinión de los niños, niñas o adolescentes, teniendo en cuenta su edad y madurez.
Al efecto podrá escucharlos:
a. En la audiencia preparatoria;
b. En la audiencia del juicio, o
c. Podrá el juez fijar una audiencia especial al efecto.
Se procurará en todo caso un ambiente adecuado y cautelando la salud física y psíquica del niño,
niña o adolescente.
Amplitud en cuanto a los titulares de la acción. El proceso de aplicación judicial de medidas de
protección puede ser iniciado:
a. De oficio por el juez de familia, y
b. Por “requerimiento”.
Pueden “requerir” la intervención judicial las siguientes personas:
– El propio niño, niña o adolescente.
– Los padres de dichos niños, niñas o adolescentes.
– Las personas que lo tengan bajo su cuidado personal.
– Profesores o director del establecimiento educacional a que asista.
– Profesionales de la salud que trabajen en los servicios en que se atienda.
– Servicio Nacional de Menores.
– Cualquier persona que tenga interés en ello.
Obviamente, este “interés” no puede ser entendido en el sentido que le da el Código Civil u otros
cuerpos legales, sino que se refiere al “interés superior del niño”, en los términos a que se refiere la
Convención de los Derechos del Niño y esta propia ley.
Del requerimiento. El requerimiento mencionado no precisa del cumplimiento de formalidad
alguna, bastando con la sola petición de protección para dar por iniciado el proceso.
Creemos que esta “petición” podrá formularse de cualquier manera, concurriendo al tribunal de
familia respectivo, o aun de alguna manera menos formal, como mediante alguna petición vía fax o
incluso por teléfono.
De la audiencia preparatoria. Iniciado el proceso, el juez fijará una audiencia para dentro de los
cinco días siguientes.
Véanse, las cláusulas cuarta y quinta del Auto Acordado relativo al funcionamiento de los Juzgados
de Familia.
Cuarto: En relación al procedimiento aplicable a los asuntos a que se refiere el artículo 8º, numeral
10), de la ley Nº 19.968, sobre la aplicación de medidas de protección previstas en la ley Nº 16.618,
cuya tramitación se sujeta al procedimiento ordinario, de conformidad a las reglas generales, deberá
estarse a lo siguiente:
1. La audiencia preparatoria se deberá realizar a más tardar dentro de quinto día hábil de recibidos
los antecedentes en el tribunal y deberá contar siempre con la asistencia de un miembro del Consejo
Técnico;
2. Será aplicable a la referida audiencia lo dispuesto en el artículo 72 de la ley Nº 19.968, en lo
pertinente;
3. La determinación del objeto del proceso señalará precisamente los hechos que fundamenten la
adopción de una medida de protección;
4. Para resolver, el juez deberá examinar la verosimilitud del hecho denunciado;
5. En caso de imponerse alguna medida de protección, deberá determinarse su duración y la
periodicidad de los informes de cumplimiento. El tribunal ordenará asimismo se oficie a la institución
respectiva para que dé cumplimiento a la misma;
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6. Si existieren antecedentes suficientes para imponer alguna de las medidas de protección previstas
en el artículo 29 de la ley Nº 16.618, numerales 1 ó 3, en este último caso sólo en lo relativo al ingreso
a un programa ambulatorio, el juez podrá así resolverlo en la audiencia preparatoria;
7. En los casos del artículo 16 bis de la ley Nº 16.618, o de cualquier otra retención o internación de
un niño, niña o adolescente, como asimismo, en caso de adoptarse una medida cautelar de aquellas
previstas en el artículo 71 letras c) o h) de la ley Nº 19.968 antes del inicio del procedimiento, la
audiencia preparatoria deberá llevarse a efecto a primera hora del día hábil siguiente a la adopción
de dichas medidas. En su caso, el tribunal deberá conocer acerca de las circunstancias de la
retención, internación o medida.
Quinto: Lo dispuesto precedentemente, en relación a los artículos 16 bis de la ley Nº 16.618 y 71,
letras c) y h) de la ley Nº 19.968, regirá también para los procedimientos relativos a la aplicación de
medidas de protección de niños, niñas y adolescentes vulnerados en sus derechos.
1. Citaciones.
El juez citará a las siguientes personas:
a. Al niño, niña o adolescente.
b. A sus padres.
c. A las personas a cuyo cuidado esté.
d. A todos quienes puedan aportar antecedentes para una acertada resolución del
asunto.
2. De la audiencia misma.
a. El juez informará “a las partes” (entendemos que a los asistentes) acerca de:
- del motivo de su comparecencia
- Sus derechos y deberes.
b. El juez responderá las dudas e inquietudes que les surjan.
c. Informará a los niños, niñas o adolescentes en un lenguaje que les resulte
comprensible.
d. Indagará en esta audiencia sobre lo siguiente:
– La situación que ha motivado el inicio del proceso.
– La forma en que ésta afecta al niño, niña o adolescente.
– La identidad de las personas que se encuentren involucradas en la
afectación de los derechos del niño, niña o adolescente.
e. Los citados (aquí la ley no habla ya de partes) expondrán lo que estimen
conveniente.
f. El juez, una vez oídos, si cuenta con todos los elementos de convicción necesarios,
dictará sentencia, a menos que estime procedente la aplicación de la medida
contenida en el Nº 2 del artículo 30 de la Ley Nº 16.618 (disponer el ingreso del niño,
niña o adolescente de edad en un Centro de Tránsito o Distribución, hogar
substituto o en un establecimiento residencial), pues en ese caso citará a audiencia
de juicio.
De la audiencia del juicio.
1. Objeto de la audiencia.
a. Esta audiencia tendrá por objeto recibir la prueba (en esta audiencia se podrán
objetar los informes periciales, pudiendo el juez hacerse asesorar por el Consejo
Técnico); y
b. Decidir el asunto sometido a conocimiento del juez.
2. Llamado a conciliación (después de la prueba). Antes de pronunciar sentencia, el juez
procurará que las partes acuerden la forma más conducente a la resolución de la
situación que afecta al menor.
3. De la sentencia. Si lo anterior no fuere posible(conciliación), dictará sentencia, en los
siguientes términos:
16
a. La sentencia será pronunciada oralmente, en la audiencia que corresponda, según
sea el caso, en los mismos términos y de la misma forma que hemos comentado al
analizar el procedimiento ordinario.
b. Fundamentará la necesidad y conveniencia de la medida adoptada.
c. Indicará los objetivos que se pretenden cumplir con ella.
d. Determinará el tiempo de su duración.
e. Explicará claramente a las partes la naturaleza y los objetivos de la medida
adoptada, sus fundamentos y su duración.
De las medidas cautelares especiales.
Fundamento de estas medidas: Necesidad de proteger los derechos del niño, niña o adolescente.
Oportunidad para pedirlas o decretarlas: En cualquier estado del proceso, y aun antes de su inicio.
Cuando sean prejudiciales, el juez deberá fijar desde luego la fecha en que deberá llevarse a efecto
la audiencia preparatoria, para dentro de los cinco días siguientes contados desde la adopción de la
medida.
Titular de la acción.
a. El juez, de oficio.
b. A solicitud de la “autoridad pública”.
c. A solicitud de cualquier persona.
Enumeración: El juez de familia podrá adoptar alguna o algunas de las siguientes medidas
cautelares:
a. La entrega inmediata del niño, niña o adolescente a sus padres o a quienes tengan
legalmente su cuidado.
b. Confiar al niño, niña o adolescente al cuidado de una persona o familia en casos de
urgencia.
El juez preferirá, para que asuman provisoriamente ese cuidado, a sus parientes
consanguíneos o a otras personas con las que tenga relación de confianza.
c. El ingreso a un programa de familias de acogida o centro de diagnóstico o residencial, por
el tiempo que sea estrictamente indispensable.
En este caso, de adoptarse la medida sin la comparecencia del niño, niña o adolescente ante
el juez, deberá asegurarse que ésta se verifique a primera hora de la audiencia más próxima.
d. Disponer la concurrencia de niños, niñas o adolescentes, sus padres, o las personas que
los tengan bajo su cuidado, a programas o acciones de apoyo, reparación u orientación, para
enfrentar y superar las situaciones de crisis en que pudieren encontrarse, e impartir las
instrucciones pertinentes.
e. Suspender el derecho de una o más personas determinadas a mantener relaciones
directas y regulares con el niño, niña o adolescente, ya sea que éstas hayan sido establecidas
por resolución judicial o no lo hayan sido.
f. Prohibir o limitar la presencia del ofensor en el hogar común.
g. Prohibir o limitar la concurrencia del ofensor al lugar de estudio del niño, niña o
adolescente, así como a cualquier otro lugar donde éste permanezca, visite o concurra
habitualmente. En caso de que concurran al mismo establecimiento, el juez adoptará las
medidas específicas tendientes a resguardar sus derechos.
h. La internación en un establecimiento hospitalario, psiquiátrico o de tratamiento
especializado, según corresponda, en la medida que se requiera de los servicios que éstos
ofrecen y ello sea indispensable frente a una amenaza a su vida o salud.
i. La prohibición de salir del país para el niño, niña o adolescente sujeto de la petición de
protección.
En ningún caso podrá ordenarse como medida de protección el ingreso de un menor a un
establecimiento penitenciario para adultos.
j. De conformidad con lo dispuesto en el artículo 58 de la Ley Nº 20.084 antes mencionada,
17
si se sorprendiere a un menor de catorce años en la ejecución flagrante de una conducta
que, cometida por un adolescente constituiría delito, los agentes policiales ejercerán todas
las facultades legales para restablecer el orden y la tranquilidad públicas y dar la debida
protección a la víctima en amparo de sus derechos.
Una vez cumplidos esos propósitos, la autoridad respectiva deberá poner al niño a
disposición del tribunal de familia a fin de que éste procure su adecuada protección.
Si se tratase de infracciones de “menor entidad” podrá entregar al niño inmediata y
directamente a sus padres y personas que lo tengan a su cuidado y, de no ser ello posible,
lo entregará a un adulto que se haga responsable de él, prefiriendo a aquellos con quienes
tuviere una relación de parentesco, informando en todo caso al tribunal de familia
competente.
k. Medida excepcional de separación del menor de sus padres (art. 74). Para que el juez de
familia pueda disponer esta medida excepcional, y separar al niño, niña o adolescente de
uno o de ambos padres o de las personas que lo tengan bajo su cuidado, deben concurrir a
lo menos los siguientes requisitos o condiciones:
– Sólo cuando sea estrictamente necesario para salvaguardar los derechos del menor.
– Que no exista otra forma más adecuada.
– Debe ser siempre por resolución fundada.
El juez preferirá a los parientes consanguíneos del niño, niña o adolescente o a otras
personas con las que aquel tenga una relación de confianza.
Sólo en defecto de ellos lo confiará a un establecimiento de protección.
Duración de las medidas (art. 71, inciso final).
En ningún caso la medida cautelar decretada en conformidad a este artículo podrá durar
más de noventa días.
Este artículo no contempla la facultad del juez de renovarla. Sin embargo, el artículo 80 de
la ley, al referirse a la cesación de las medidas, prevé la posibilidad de que éstas sean renovadas. Es
curioso que la disposición hable de “la medida”, en circunstancias que hemos sostenido y
fundamentado antes que el juez bien puede disponer más de una, en cuanto no resulten
incompatibles entre sí.
De la resolución que las dispone y de su cumplimiento.
Ésta debe fundarse necesariamente en antecedentes que sean calificados como suficientes
para ameritar su adopción, de los que se dejará expresa constancia en la misma.
Para el cumplimiento de las medidas decretadas (aquí la ley se expresa en plural), el juez
podrá requerir el auxilio de Carabineros de Chile.
Obligación de informar (art. 76).
El director del establecimiento o el responsable del programa en que se cumpla la medida
de protección adoptada informará al juez, cada tres meses (o más si el juez lo dispone) (recordemos
que la medida de protección no puede durar más de noventa días), pero en ningún caso más de seis
meses:
a. El desarrollo de la medida adoptada.
b. La situación en que se encuentra el menor.
c. Avances alcanzados en la consecución de los objetivos establecidos en la sentencia.
En la ponderación de dicho informe, el juez se hará asesorar por el Consejo Técnico.
Notemos que en este caso la intervención del Consejo Técnico es forzosa, y no ya facultativa
para el juez.
Incumplimiento de las medidas adoptadas.
Si los padres, personas responsables o cualquiera otro impide la ejecución de la medida, el
organismo responsable de su ejecución o seguimiento lo informará al juez, quien entonces podrá
tomar alguna de las siguientes actitudes:
a. Tomar las acciones necesarias para que la medida de protección se cumpla.
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b. Cambiar la medida.
c. Disponer los apremios necesarios para el cumplimiento forzado de la misma.
Derecho de audiencia del niño, niña o adolescente.
El menor sujeto a una medida de protección tendrá derecho a ser recibido por el juez de
familia.
Esta disposición resulta un poco redundante desde el momento en que en los primeros
párrafos de esta ley se establece el derecho de los niños, niñas y adolescentes a recurrir al juez de
familia personalmente.
Suspensión, modificación y cesación de las medidas de protección.
a. Oportunidad para pedirla:
Cualquier momento, estando vigente la medida.
b. Titular de la acción:
– De oficio.
– A solicitud del propio niño, niña o adolescente.
– A petición de uno o ambos padres.
– A solicitud de las personas que lo tengan bajo su cuidado.
– A petición del director del establecimiento.
– A solicitud del responsable del programa en que se está cumpliendo la medida.
c. Peritaje y Audiencia.
Si el tribunal lo considera necesario para resolver, podrá solicitar un informe
psicosocial actualizado del niño, niña o adolescente. Asimismo podrá citar a una audiencia
destinada a escuchar a las partes y recibir los antecedentes que justifiquen lo que se le pide.
En su caso, y si así se ha decretado se escuchará el informe del perito, el que en todo
caso deberá ser entregado con a lo menos cinco días de anticipación a la audiencia.
d. Terminación de la medida:
Con todo, la medida terminará, además, en los siguientes casos:
– Transcurso del plazo por el que fue decretada, sin que haya sido modificada o
renovada.
Como dijimos antes, ésta es la única referencia a la posibilidad de que estas medidas
puedan ser renovadas.
– Si el niño, niña o adolescente es adoptado.
– Si el niño, niña o adolescente alcanza la mayoría de edad.
Obligación de visita de establecimientos (art. 78).
Los jueces de familia deberán visitar regularmente los establecimientos residenciales
existentes en sus territorios jurisdiccionales en que se cumplan las medidas de protección.
El no cumplimiento de esta función del juez por lo menos cada seis meses se considerará una falta
disciplinaria grave.
En los lugares donde haya más de un juez de familia se implementarán sistemas de turno.
Sin perjuicio de lo anterior, los jueces podrán siempre visitar los centros, programas y
proyectos de carácter ambulatorio existentes en su territorio jurisdiccional y en que se cumplan
medidas de protección.
La cláusula séptima del auto acordado de la Corte Suprema antes nombrado dispone que
“En cumplimiento de lo señalado en el artículo 78, inciso tercero, de la Ley Nº 19.968, el juez
evacuará un informe que contendrá las conclusiones derivadas de la visita, copia informativa del
cual será remitido a la Corte de Apelaciones respectiva, al Servicio Nacional de Menores y al
Ministerio de Justicia, para los fines que estimen pertinentes.
La obligación judicial de visitar los establecimientos residenciales no obsta a las visitas que,
de conformidad con lo dispuesto en el artículo 76 de la Ley Nº 19.968, deba efectuar el juez para la
adecuada ponderación acerca del cumplimiento de las medidas adoptadas.
Las visitas del juez deberán efectuarse en compañía de un miembro del Consejo Técnico”.
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Deber de información del SENAME (art. 80 bis).
Para efectos de la aplicación de las medidas a que se refiere el artículo 71, así como las que
se impongan en virtud de sentencia definitiva, el Servicio Nacional de Menores, a través de sus
Directores Regionales, informará periódicamente y en forma detallada a cada juzgado de familia la
oferta programática vigente en la respectiva Región de acuerdo a las líneas de acción desarrolladas,
su modalidad de intervención y la cobertura existente en ellas, sea en sus centros de administración
directa o bien en los proyectos ejecutados por sus organismos colaboradores acreditados.
Los jueces sabrán de esta manera los recursos con que cuentan y las medidas que podrán
aplicar.
Ahora, si el juez estima necesario decretar alguna medida respecto de la que no existe en la
Región oferta de las líneas de acción mencionadas (véase la Ley Nº 20.032), comunicará tal situación
al Director Nacional del Servicio Nacional de Menores, quien deberá adoptar las medidas tendientes
a generar la oferta en el menor tiempo posible. Entretanto, el juez decretará alguna de las restantes
medidas del artículo 71. Pero, si la cautelar dispuesta es la de la letra h) de dicho artículo (internación
en un establecimiento hospitalario, psiquiátrico o de tratamiento especializado, según corresponda,
en la medida que se requiera de los servicios que éstos ofrecen y ello sea indispensable frente a una
amenaza a la vida o salud de un niño, niña o adolescente), el SENAME deberá darle cumplimiento
de inmediato y sin más trámite.
20
e. Narración circunstanciada de los hechos constitutivos del episodio de violencia
intrafamiliar que la motiva.
f. Designación de quien o quienes pudieren haber cometido dichos hechos, si fuere
conocido.
B. Por Denuncia:
1. Titulares de la acción.
a) Los mismos de la demanda.
a. La víctima.
b. Sus ascendientes.
c. Sus descendientes.
d. Los guardadores o personas que tengan a la víctima bajo su cuidado.
b) Cualquier persona que tenga conocimiento directo de los hechos que la motiven.
Este denunciante responderá por los delitos que hubiere cometido con su denuncia o con
ocasión de ella (art. 178 del Código Procesal Penal).
La denuncia de la víctima le dará la calidad de parte en el proceso.
Los otros denunciantes no serán parte en el proceso.
c) Obligación de denunciar.
1) Están obligados a denunciar los hechos de violencia intrafamiliar de que tomen
conocimiento en razón de sus cargos, las personas mencionadas en el art. 175 del Código Procesal
Penal, esto es:
- Los miembros de Carabineros de Chile; los miembros de la Policía de Investigaciones
de Chile y de Gendarmería de Chile, y los miembros de las Fuerzas Armadas.
- Los fiscales y demás empleados públicos, los jefes de puertos, aeropuertos,
estaciones de trenes o de otro medio de locomoción o de carga; los capitanes de
naves o aeronaves comerciales que naveguen en el mar territorial o en el espacio
territorial, respectivamente; y los conductores de trenes, buses u otros medios de
transporte o carga.
- Los jefes de establecimientos hospitalarios o de clínicas particulares, y en general,
los profesionales de la medicina, odontología, química, farmacia y otros
relacionados con la conservación o restablecimiento de la salud; y los que ejercieren
prestaciones auxiliares a ellas.
- Los directores, inspectores y profesores de establecimientos educacionales de todo
nivel.
2) Quienes ejercen el cuidado personal de aquellos que en razón de su edad, incapacidad u
otra condición similar, no pudieren formular por sí mismos la respectiva denuncia.
Sanción por incumplimiento. Quienes estando obligados a denunciar no lo hicieren sufrirán
la pena establecida en el artículo 494 del Código Penal (multas).
2. Requisitos de la denuncia.
a. Los mismos que la demanda, si le constaren al denunciante.
- La designación del tribunal ante el cual se presenta.
- Identificación del demandante.
- Identificación de la víctima.
- Identificación de las personas que componen el grupo familiar.
- Narración circunstanciada de los hechos constitutivos del episodio de
violencia intrafamiliar que la motiva.
- Designación de quien o quienes pudieren haber cometido dichos hechos, si
fuere conocido.
b. A lo menos debe contener una relación de los hechos.
3. De la “denuncia-parte” (art. 83).
Hemos visto que la policía está obligada a denunciar.
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Esta norma se refiere a una situación distinta, y que dice relación con una facultad
extraordinaria de la policía, en los siguientes casos:
a. Violencia intrafamiliar que se esté cometiendo actualmente.
b. Llamado de auxilio de personas que se encontraren al interior de lugar cerrado u
otros signos evidentes de que se está cometiendo un acto de violencia intrafamiliar.
Conforme al artículo quinto de la Ley Nº 20.066, “Será constitutivo de violencia intrafamiliar
todo maltrato que afecte la vida o la integridad física o psíquica de quien tenga o haya tenido la
calidad de cónyuge del ofensor o una relación de convivencia con él; o sea pariente por
consanguinidad o por afinidad en toda la línea recta o en la colateral hasta el tercer grado inclusive,
del ofensor o de su cónyuge o de su actual conviviente.
También habrá violencia intrafamiliar cuando la conducta referida en el inciso precedente
ocurra entre los padres de un hijo común, o recaiga sobre persona menor de edad o discapacitada
que se encuentre bajo el cuidado o dependencia de cualquiera de los integrantes del grupo
familiar”.
Hemos recordado este concepto para recalcar que son actos de violencia intrafamiliar tanto
aquellos actos de maltrato de la salud física como la psíquica.
Es así como pueden perfectamente constituir un acto de violencia intrafamiliar los insultos,
los gritos, las amenazas.
4. Facultad-deber extraordinaria de la policía.
En los dos casos referidos, los funcionarios de Carabineros o de la Policía de Investigaciones
deberán entrar al lugar donde estén ocurriendo los hechos, con los siguientes fines:
a. Practicar la detención del agresor, “si procediere”.
b. Incautar del lugar las armas u objetos que pudieren ser utilizados para agredir a
la víctima.
c. Ocuparse en forma preferente de prestar ayuda inmediata y directa a esta última.
d. Poner al detenido inmediatamente a disposición del tribunal competente (juez
de garantía), o al día siguiente si no fuere hora de despacho, considerándose el parte
policial como denuncia.
Este juez de garantía realizará fundamentalmente dos cosas:
– Practicar el control de detención.
– Disponer las medidas cautelares a que nos referiremos luego (a pesar de ser de
resorte de los jueces de familia).
Estas medidas son distintas de aquellas que hemos estudiado antes a propósito de la
protección de menores, y están referidas sólo para casos de violencia intrafamiliar.
Como vemos, el ejercicio de esta facultad-deber extraordinaria de la policía no supone ni
requiere una orden del tribunal de garantía, haciendo excepción a la regla general de nuestra
legislación común.
El Código Procesal Penal permite estas actuaciones de la policía sin orden judicial previa sólo
en casos de excepción expresamente autorizados, concretamente en casos de delito flagrante (art.
130 del Código Procesal Penal, que no contempla ciertamente casos de “violencia psíquica”).
En caso de que los actos de violencia intrafamiliar no sean a su vez constitutivos de una
acción penalmente típica, como las mencionadas de violencia psíquica, no se estará pues en un caso
de flagrancia, y no obstante ello el funcionario de la policía tendrá la facultad y el deber de “entrar
al lugar en que estén ocurriendo los hechos”.
5. Exámenes y reconocimientos médicos (art. 85).
Los profesionales de la salud que trabajen en hospitales, clínicas u otros establecimientos
del ramo deberán practicar los reconocimientos y exámenes tendientes a acreditar el daño, físico o
psicológico ocasionado a la víctima, debiendo además conservar las pruebas correspondientes,
levantando un acta al efecto, en duplicado del reconocimiento y de los exámenes realizados, la que
22
será suscrita por el jefe del establecimiento o de la respectiva sección y por los profesionales que
los hayan practicado.
Una copia le será entregada a la víctima o a quien la tuviere bajo su cuidado, y conservará
la otra, por si le es requerida por el tribunal.
6. Identificación del ofensor (art. 88).
a. Si la denuncia se practica en una institución policial y no se señalare la identidad del
presunto autor, ésta deberá practicar, de inmediato, las siguientes diligencias para determinarla:
– Procurar la identificación conforme al art. 85 del Código Procesal Penal, o
– Recabar las declaraciones que al efecto presten quienes conozcan su identidad.
No será común en la práctica, sin embargo, que quien formule una denuncia de violencia
intrafamiliar no conozca la identidad del ofensor, o no la proporcione, a menos que la denuncia sea
formulada por un tercero.
b. Reglas comunes a los procesos iniciados por denuncia y por demanda.
– El tribunal decretará las diligencias conducentes a determinar la identidad del
presunto autor, si ésta no constare.
– Lo mismo hará el Ministerio Público respecto de las denuncias de violencia
intrafamiliar de que tome conocimiento.
En estos casos la policía mantendrá en reserva la identidad del denunciante o demandante.
4. DE LAS ACTUACIONES JUDICIALES PREVIAS A LA AUDIENCIA PREPARATORIA.
a. Recibida la denuncia o la demanda, el juez requerirá del Registro Civil un extracto de
filiación del denunciado o demandado, y un informe sobre las anotaciones que éste tuviere en el
registro especial que establece el artículo 12 de la ley N° 20.066.
b. Si los hechos denunciados o demandados revisten caracteres de delito, el juez enviará de
inmediato los antecedentes al Ministerio Público.
Si tales hechos, además, son constitutivos de un acto de violencia intrafamiliar, los jueces de
garantía tendrán la facultad cautelar que tienen los jueces de familia, y a que nos referiremos casi
de inmediato.
c. Ante una demanda o denuncia de un tercero, el juez la pondrá en conocimiento de la
víctima por el medio más idóneo, directo y seguro para su integridad. El juez podrá, asimismo,
recoger el testimonio del demandante o denunciante, antes de la citada audiencia.
d. Antes de la audiencia, en verdad en cualquier estado del proceso (“del juicio”, dice
impropiamente la ley), de oficio o a petición “de parte” (por tanto no ya de cualquier persona), se
puede decretar una o más de las medidas cautelares a que se refiere el artículo 92, y a las que
pasamos a referirnos ahora.
5. MEDIDAS CAUTELARES EN PROTECCIÓN DE LA VÍCTIMA Y DEL GRUPO FAMILIAR (ARTS. 92 Y
SIGUIENTES).
A. Características.
1. No son taxativas.
a. El artículo 92 faculta al juez a dictar las medidas que enumera, “sin perjuicio de
otras que estime pertinentes”.
b. Si se trata de proteger a menores, el juez puede decretar una o más de las
medidas cautelares contempladas en el art. 71, a que nos hemos referido antes, cumpliendo
con los requisitos previstos en esa disposición, y que también hemos estudiado ya.
c. En caso de concurrir conjuntamente como víctimas de violencia intrafamiliar
adultos y menores, el juez podrá siempre adoptar medidas de protección en conformidad a
la ley.
2. Objeto amplio.
En efecto, estas medidas pueden tener por objeto:
a. Proteger tanto a la víctima como a su grupo familiar.
b. Cautelar su subsistencia económica.
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c. Cautelar su integridad patrimonial.
3. Transitorias.
Podrán decretarse hasta por ciento ochenta días, renovables por una sola vez, por igual
plazo.
4. Son esencialmente provisionales Y por tanto podrán ampliarse, modificarse, limitarse,
substituirse o dejarse sin efecto, de oficio o a petición de parte, en cualquier estado del
juicio.
B. Enumeración.
a. Prohibir o restringir la presencia del ofensor en el hogar común, lugar de estudios
o de trabajo de la víctima, así como en cualquier otro lugar en que ésta permanezca,
concurra o visite habitualmente. Si ambos estudian o trabajan en el mismo lugar, se oficiará
al empleador o director del establecimiento para que adopte las medidas de resguardo
necesarias.
b. Asegurar la entrega material de los efectos personales de la víctima que optare
por no regresar al hogar común.
c. Fijar alimentos provisorios.
d. Determinar un régimen provisorio de cuidado personal de los niños, niñas o
adolescentes (tuición) y establecer la forma en que se mantendrá una “relación directa y
regular entre los progenitores y sus hijos”.
e. Decretar la prohibición de celebrar actos y contratos.
f. Prohibir el porte y tenencia de cualquier arma de fuego, municiones y cartuchos;
disponer la retención de los mismos, y prohibir la adquisición o almacenaje de los objetos
singularizados en el artículo 2º de la ley Nº17.798, sobre Control de Armas. De ello se
informará, según corresponda, a la Dirección General de Movilización, a la Comandancia de
Guarnición o al Director del Servicio respectivo para los fines legales y reglamentarios
pertinentes. Con todo, el imputado podrá solicitar ser excluido de estas medidas en caso de
demostrar que sus actividades industriales, comerciales o mineras requieren de alguno de
esos elementos.
g. Decretar la reserva de la identidad del tercero denunciante.
h. Establecer medidas de protección para adultos mayores o personas afectadas por
alguna incapacidad o discapacidad.
El juez, para dar protección a niños, niñas o adolescentes, podrá, además, adoptar
las medidas cautelares contempladas en el artículo 71, cumpliendo con los requisitos y
condiciones previstas en la misma disposición.
Tratándose de adultos mayores en situación de abandono, el tribunal podrá
decretar la internación del afectado en alguno de los hogares o instituciones reconocidos
por la autoridad competente.
Para estos efectos, se entenderá por situación de abandono el desamparo que
afecte a un adulto mayor que requiera de cuidados.
C. Comunicación y ejecución de las medidas cautelares.
Art. 93.- Comunicación y ejecución de las medidas cautelares. El juez, en la forma y por los medios
más expeditos posibles, pondrá en conocimiento de la víctima las medidas cautelares decretadas,
otorgándole la certificación correspondiente.
Asimismo, el juez podrá requerir el auxilio de la fuerza pública, disponer su intervención con
facultades de allanamiento y descerrajamiento y ejercer, sin más trámite, los demás medios de
acción conducentes para el cumplimiento de las medidas cautelares decretadas.
D. Incumplimiento de medidas cautelares.
En caso de incumplimiento el juez podrá ordenar:
a. Arresto nocturno al denunciado, hasta por quince días.
b. Arresto substitutivo en caso de quebrantamiento de aquél.
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Estas dos medidas parecen estar concebidas como “de apremio”, y obviamente no como una pena,
única manera de justificar por lo demás la existencia de la letra “c” que sigue.
Pero de otro lado aparecen claramente como sanciones a algún incumplimiento de una resolución
judicial. A diferencia de lo que ocurre con los apremios que pueden disponer los tribunales en el
evento de no pago de una pensión alimenticia, que constituye una medida de apremio propiamente
tal, en cuanto termina de inmediato si el alimentante paga, estos “arrestos” parecen verdaderas
penas que puede imponer el juez de familia, sin juicio penal previo.
En consecuencia, creemos que la interpretación legal correcta de estas normas es que las mismas
han de ser necesariamente aplicadas como medidas de apremio, y por ello dejárselas
inmediatamente sin efecto cuando se cumpla con la medida dispuesta o se compruebe estar llano
a cumplirla.
En caso contrario, parecen facultades excesivas que la ley ha querido dar al juez de familia, y
creemos que proliferarían los habeas corpus, e incluso las inaplicabilidades por inconstitucionalidad
por este capítulo.
c. Además, el juez pondrá en conocimiento del Ministerio Público los antecedentes, para los
efectos previstos en el art. 240 del Código de Procedimiento Civil (desacato, con una pena
de reclusión menor en su grado medio a máximo).
6. DEL JUICIO ORAL.
El juicio oral que hemos estudiado antes (procedimiento ordinario) se aplicará en estas materias,
con los siguientes alcances y diferencias:
A. De la audiencia preparatoria.
Recibida la demanda o denuncia, el juez citará a una audiencia preparatoria, la que deberá
efectuarse dentro de los diez días siguientes.
En este procedimiento, el denunciado o demandado deberá comparecer personalmente “en todo
caso”, debiendo para estos efectos citarlo el tribunal bajo apercibimiento de arresto.
B. Suspensión condicional de la dictación de la sentencia (art. 96).
El juez puede disponer la “suspensión condicional de la dictación de la sentencia”, en los siguientes
casos y concurriendo los siguientes dos requisitos:
a. Que el denunciado o demandado reconozca ante el tribunal los hechos sobre los que
versa la denuncia o la demanda.
b. Que existan antecedentes que permitan presumir fundadamente que no ejecutará actos
similares en lo sucesivo.
Es necesario, además, que se cumpla cualquiera de las dos siguientes condiciones:
1º. Que se hayan establecido y aceptado por las partes obligaciones específicas y
determinadas respecto de sus relaciones de familia y aquellas de carácter reparatorio a
satisfacción de la víctima.
– Mediación.
Para estos efectos, el juez, con el acuerdo de las partes, podrá someter a mediación el conflicto, en
los términos a que nos referiremos al estudiar la mediación.
Aprobada el acta de mediación, el juez suspenderá condicionalmente la dictación de la sentencia.
2º. Que se haya adquirido por parte del demandado o denunciado, con el acuerdo de la
víctima, el compromiso de observancia de una o más de las medidas cautelares a que nos
hemos referido, por un lapso de entre seis meses y un año.
– Asesoría del Consejo Técnico.
Para los efectos de todo aquello que diga relación con la suspensión condicional de la dictación de
la sentencia, el juez deberá ser asesorado por uno o más miembros del Consejo Técnico,
asegurándose que las partes estén en capacidad para negociar libremente y en plano de igualdad.
Hay que tener presente a este propósito que la nueva Ley de Matrimonio Civil ha presumido en su
artículo 74 que no hay tal igualdad en caso de que haya habido violencia intrafamiliar, e impone al
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mediador, en ese caso, proponer o adoptar las medidas necesarias para que se obtenga ese
equilibrio.
Inscripción de la resolución que aprueba la suspensión condicional de la dictación de la sentencia.
La resolución referida deberá inscribirse en el registro especial que para estos efectos mantiene el
Registro Civil.
C. Casos en que no procede la suspensión condicional de la dictación de la sentencia (art. 97).
Dicha suspensión no procederá en los siguientes casos:
a. Si el juez estimare necesaria la continuación del proceso.
b. Si ha habido otros procesos de violencia intrafamiliar en contra del mismo
imputado, cualquiera que hubiese sido la víctima.
c. Si el demandado o denunciado hubiese sido condenado por crimen o simple delito
contra las personas; o bien alguno de los delitos previstos en los artículos 361 a 375 del
Código Penal (violación, estupro y otros delitos sexuales e incesto).
d. Si el demandado o denunciado incurre en actos de violencia intrafamiliar en el
período de condicionalidad, se acumularán los antecedentes al nuevo proceso, debiendo el
tribunal dictar sentencia conjuntamente respecto de ambos (art. 99).
D. Efectos de la suspensión condicional de la dictación de la sentencia.
Los efectos serán obviamente diversos según se hayan o no cumplido las obligaciones impuestas al
dictaminarse tal suspensión:
a. Si transcurrido un año el denunciado o demandado ha cumplido con ellas, el juez dictará
una resolución declarándolo así, ordenará el archivo de los antecedentes y dispondrá la omisión de
la anotación en el certificado referido en el Registro Civil.
b. En caso de incumplimiento, en cambio, los efectos serán distintos según se trate de las
medidas a que se refiere la letra a) o la letra b) del artículo 96 que hemos estudiado:
– Incumplimiento de las obligaciones de la letra a) del art. 96: “a) Que se hayan
establecido y aceptado por las partes obligaciones específicas y determinadas respecto de
sus relaciones de familia y aquellas de carácter reparatorio a satisfacción de la víctima;”
El juez dictará sentencia, y, atendida su naturaleza, dispondrá su ejecución.
– Si el demandado o denunciado no cumpliere con alguna de las medidas impuestas
en conformidad con la letra b) del art. 96 mencionado, el tribunal establecerá tal hecho y
dictará sentencia. “b) Que se haya adquirido por el demandado o denunciado, con el acuerdo
de la víctima, el compromiso de observancia de una o más de las medidas cautelares
previstas en esta ley por un lapso no inferior a seis meses ni superior a un año.”.
E. Del término del proceso.
Los procesos de violencia intrafamiliar pueden terminar de las siguientes maneras:
a. Por haberse cumplido con las condiciones impuestas o asumidas para la suspensión
condicional de la dictación de la sentencia, en los términos que acabamos de ver.
b. Sólo en los casos en que el proceso se hubiese iniciado por denuncia o demanda de un
tercero, el juez de familia, y durante la audiencia preparatoria, podrá poner término al proceso si
concurren además los siguientes requisitos:
– Previo informe del Consejo Técnico.
– A requerimiento de la víctima.
– Si la voluntad de la víctima se manifiesta en forma libre y espontánea.
c. Por sentencia ejecutoriada.
La sentencia debe cumplir con los siguientes requisitos especiales:
– Un pronunciamiento sobre la existencia de hechos constitutivos de violencia
intrafamiliar.
– Establecerá la responsabilidad del demandado o denunciado, y, en su caso,
– La sanción aplicable, en los términos a que se refieren los artículos 8º y siguientes
de la Ley Nº 20.066, sobre violencia intrafamiliar.
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d. Por archivo, de conformidad con lo dispuesto en el inciso tercero del artículo 21, esto es,
por abandono de procedimiento.
Si llegado el día fijado para la celebración de alguna audiencia, no concurriere ninguna de las partes
que figuren en el proceso, y el actor no pidiere una nueva citación dentro del plazo fatal de cinco
días, el juez ordenará el archivo provisional de los antecedentes, pudiendo el denunciante o
demandante solicitar, en cualquier momento, la reapertura del proceso.
Transcurrido un año sin embargo desde que se decrete este archivo provisional sin que se haya
pedido la reanudación del proceso, declarará el juez, de oficio o a petición de parte, abandonado el
procedimiento, debiendo dejar sin efecto las medidas cautelares que hubiese decretado.
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través de las pruebas suministradas por los interesados, sino además por los resultados de aquellas
diligencias.
Desde el punto de vista procesal, estas diligencias informativas son verdaderas medidas para mejor
resolver; pero doblemente excepcional, porque:
• No están taxativamente enumeradas por el legislador, o sea, puede el juez ordenar
cualquiera que estime conveniente; y
• Se decretan en cualquiera etapa de la gestión, sin que sea necesario que ella se encuentre
en estado de sentencia.
• Los tribunales apreciaran prudencialmente el mérito de las justificaciones y pruebas de
cualquiera clase que se produzcan (Art. 819 CPC)
En estos negocios, el juez apreciara la prueba con la sana crítica.
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“Art. 496 N° 26. El que tirare piedras u otros objetos arrojadizos en parajes públicos, con riesgo de
los transeúntes, o lo hiciere a las casas o edificios, en perjuicio de los mismos o con peligro de las
personas.”.
Competencia.
a. Los procesos a que den lugar dichas faltas serán conocidos por el tribunal del lugar en que se
hubiere cometido el hecho.
b. Los procesos a que den lugar las cuestiones a que se refiere el numeral 9 del artículo 8º (asuntos
en que se impute un hecho punible a niños, niñas o adolescentes exentos de responsabilidad penal)
y la aplicación, cuando corresponda, de medidas de protección, serán de competencia del tribunal
de familia del domicilio del menor, sin perjuicio de la potestad cautelar que pudiere corresponder
al tribunal que inicialmente conozca del asunto en razón del lugar donde se cometió el hecho.
La mencionada Ley Nº 20.084 dio competencia para conocer de los crímenes y simples delitos
cometidos por adolescentes a los tribunales ordinarios, y reservó, como se ve, a los Tribunales de
Familia el conocimiento de las “contravenciones de carácter administrativo” (faltas).
Sin embargo, serán los Tribunales de Familia, y no los ordinarios, quienes conozcan de los asuntos
en que se impute un hecho delictivo, cualquiera que sea su gravedad, a un menor de edad (incluso
el adolescente) exento de responsabilidad penal. Por ello es que el artículo 102 C se ha referido al
“domicilio del menor” al fijar la competencia, y no del niño o niña.
c. De conformidad con lo dispuesto en el artículo 102 N, en los casos en que un niño, niña o
adolescente inimputable incurra en una conducta ilícita, el juez de familia deberá citar a su padre,
madre o a quien lo tenga a su cuidado a una audiencia, para los fines previstos en el artículo 234 del
Código Civil, que se refiere a la facultad que tienen los padres para corregir a sus hijos, “cuidando
que ello no menoscabe su salud ni su desarrollo personal”. Esta facultad excluye toda forma de
maltrato físico y sicológico y deberá, en todo caso, ejercerse en conformidad a la ley y a la
Convención sobre Derechos del Niño.
Si se produjese tal menoscabo o se temiese fundadamente que ocurra, el juez, a petición de
cualquier persona o de oficio podrá decretar una o más de las medidas cautelares especiales del
artículo 71 a que nos hemos referido antes, con sujeción, termina diciendo el Código Civil, al
procedimiento previsto en el Párrafo primero del Título IV de la Ley Nº 19.968, y a que nos hemos
referido en páginas anteriores (procedimiento especial de la aplicación de medidas de protección
–arts. 68 y siguientes–).
2. Legislación aplicable.
A. Será aplicable al proceso contravencional lo dispuesto en los Párrafos 1º, 2º y 3º del Título III de
esta ley, en lo que no sea incompatible con lo dispuesto en este Título y con la naturaleza infraccional
de las faltas a juzgar.
Así, tendrán aplicación los principios del procedimiento (arts. 9º y siguientes), las reglas generales a
que nos hemos referido (artículos 17 y siguientes) y las reglas que hemos estudiado respecto de la
prueba (artículos 28 y siguientes).
A propósito de los principios del procedimiento, el artículo 102 G consagra un derecho fundamental
a los adolescentes, cual es el de guardar silencio. Dicho silencio influirá substancialmente en el
procedimiento, según veremos luego.
B. Lo mismo que los otros procedimientos a que nos hemos referido, se aplicarán en forma
supletoria las reglas generales, previstas en el Código de Procedimiento Civil, en la medida en que
no resulten incompatibles con las disposiciones de esta ley, especialmente en cuanto al principio de
la oralidad que hemos visto.
3. Procedimiento.
Del inicio del proceso.
El proceso podrá iniciarse de dos maneras:
a. Por parte policial
Este parte a su vez puede tener dos fuentes de origen:
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– Aquel que dé cuenta de alguna denuncia interpuesta por un particular, y
– Aquel producto de alguna falta flagrante en que se haya sorprendido a algún
adolescente.
En ambos casos, la policía procederá a citar al adolescente para que concurra a primera
audiencia ante el tribunal, lo que deberá quedar consignado en el parte respectivo.
A diferencia de lo que ocurre con los procesos de violencia intrafamiliar, según hemos visto, la ley
no ha señalado el plazo dentro del cual habrá de realizarse esta “primera audiencia”.
A ella podrán ser citadas otras personas, por lo que habrá que dar tiempo suficiente al tribunal para
practicar dichas citaciones.
En efecto, de la realización de la primera audiencia a que deba comparecer el imputado
deberá notificarse también a sus padres o a la persona que lo tenga bajo su cuidado, y al
denunciante o al afectado, según corresponda, para que concurran a la del juicio con sus medios de
prueba.
b. Los particulares podrán presentar sus denuncias al tribunal.
De la audiencia única.
A diferencia de lo que ha ocurrido con otros procedimientos que hemos estudiado, el juicio se
desarrollará en una única audiencia, en la que la presencia del adolescente es esencial.
Si el adolescente no concurriere a la primera citación, el tribunal podrá ordenar que sea conducido
a su presencia por medio de la fuerza pública. En este caso se procurará que la detención se
practique en el tiempo más próximo posible al horario de audiencias del tribunal.
Es importante recordar ahora dos principios esenciales: la presunción de inocencia y el derecho a
guardar silencio del adolescente (Ley 20.084 Art. 102 G), pues la audiencia y la sentencia misma
variarán según la actitud del adolescente imputado.
Al inicio de la audiencia, el juez explicará al adolescente sus derechos, y sin perjuicio de su derecho
a callar, lo interrogará sobre la veracidad de los hechos imputados por el requerimiento.
a. En caso que el adolescente reconozca los hechos, el juez dictará sentencia de inmediato,
la que no será susceptible de recurso alguno (Ley 20.084 Art. 102 H).
En la sentencia se podrá imponer la sanción de amonestación si ésta resulta proporcionada a la
gravedad de los hechos y a la edad del adolescente para responsabilizarlo por la contravención, a
menos que mediare reiteración, en cuyo caso deberá imponerse alguna de las restantes sanciones
previstas en el artículo 102 J. (El juez podrá imponer al adolescente únicamente alguna de las
siguientes sanciones contravencionales:
a) Amonestación; b) Reparación material del daño; c) Petición de disculpas al ofendido o afectado;
d) Multa de hasta 2 Unidades Tributarias Mensuales; e) Servicios en beneficio de la comunidad, de
ejecución instantánea o por un máximo de tres horas, y f) Prohibición temporal de asistir a
determinados espectáculos, hasta por tres meses.
El tribunal podrá aplicar conjuntamente más de una de las sanciones contempladas en este artículo,
lo que deberá fundamentarse en la sentencia.).
Como vemos, en esta audiencia no se rendirá prueba.
b. Si en cambio negare los hechos o guardare silencio, se realizará el juzgamiento de
inmediato (Ley 20.084 Art. 102 I).
En esta audiencia el juez procederá a oír a los comparecientes y a recibir la prueba, tras lo cual se
preguntará al adolescente si tiene algo que agregar. Con su declaración o sin ella, el juez pronunciará
sentencia de absolución o condena.
En este caso el límite no es tan amplio –a diferencia de la sentencia anterior, que no admitió recurso
alguno–, pues la ley sólo impide la apelación (Art. 102 K), mas no prohíbe otro eventual recurso que
pueda interponerse conforme a las reglas generales.
De la sentencia.
A diferencia del caso en que el adolescente que reconoció su participación, en que no se pudo
imponer una pena superior a la de amonestación, salvo en caso de reincidencia, según hemos visto,
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en esta segunda eventualidad (Art. 102 J) el juez podrá imponer al adolescente únicamente alguna
de las siguientes sanciones contravencionales:
a) Amonestación;
b) Reparación material del daño;
c) Petición de disculpas al ofendido o afectado;
d) Multa de hasta 2 Unidades Tributarias Mensuales;
e) Servicios en beneficio de la comunidad, de ejecución instantánea o por un máximo de tres horas,
y
f) Prohibición temporal de asistir a determinados espectáculos, hasta por tres meses.
El tribunal podrá aplicar conjuntamente más de una de estas sanciones, lo que deberá
fundamentarse en la sentencia.
Substitución de la condena. (Art. 102 L).
A solicitud de parte (jamás de oficio) el juez podrá substituir una sanción por otra durante el
cumplimiento de la misma.
Para que proceda, entonces, es necesario que concurran los siguientes requisitos:
a. Debe ser a solicitud de parte. El juez no puede substituir la sanción de oficio.
b. Se trata de una facultad privativa del juez.
c. Debe solicitarse durante el tiempo en que se esté cumpliendo la condena y no antes.
Por ello, esta substitución sólo será posible en la pena signada con la letra f) recién
mencionada.
Quebrantamiento de condena. (Art. 102 M).
En caso de incumplimiento de la sanción impuesta, el tribunal remitirá los antecedentes al
Ministerio Público para los efectos previstos en el inciso segundo del artículo 240 del Código de
Procedimiento Civil (delito de quebrantamiento de condena).
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El Ministerio de Justicia proporcionará a las Cortes de Apelaciones la nómina de los mediadores
habilitados en su respectivo territorio jurisdiccional. Asimismo deberá mantener en su página web
dicha nómina, la cual deberá ordenar a los mediadores por comunas y contener los datos básicos
de cada uno de ellos.
C. Requisitos para ser mediador (art. 111).
Para ser inscrito en el Registro Nacional de Mediadores se requiere cumplir con varios requisitos:
a. Poseer un título profesional de una carrera que tenga al menos ocho semestres de
duración, otorgado por una institución de educación superior del Estado o reconocida por éste.
b. Acreditar formación especializada en mediación y en materias de familia o infancia
(ambos), impartida por alguna universidad o instituto que desarrolle docencia, capacitación o
investigación en dichas materias.
c. No haber sido condenado u objeto de una formalización de investigación criminal, en su
caso, por delito que merezca pena aflictiva, por alguno de los delitos contemplados en los artículos
361 a 375 del Código Penal, ni por actos de violencia intrafamiliar.
d. El mediador deberá disponer de un lugar adecuado para desarrollar la mediación en
cualquier comuna donde tenga jurisdicción el juzgado ante el cual se acuerde la respectiva
mediación.
e. El Reglamento mencionado se refiere en forma específica a requisitos complementarios
de especialización de los mediadores, de infraestructura física mínima para poder realizar las
funciones de mediación y otros.
D. Eliminación del Registro.
a. Los mediadores serán eliminados del Registro, por el Ministerio de Justicia, en caso de
fallecimiento o renuncia.
b. Por pérdida de los requisitos exigidos para la inscripción.
c. Por cancelación de la inscripción, decretada por la Corte de Apelaciones competente.
Procedimiento.
En los dos últimos casos se procederá de la siguiente manera:
a. Competencia.
Será competente para conocer de los reclamos que se formulen en contra de los
mediadores, la Corte de Apelaciones dentro de cuyo territorio ejerciere funciones el
mediador.
b. Titulares del reclamo.
Pueden interponer el reclamo las siguientes personas:
– El interesado que reclama por los servicios que le han prestado,
– la institución o personal jurídicos a que pertenezca el mediador,
– cualquier juez con competencia en materias de familia del territorio jurisdiccional de esa
Corte, y
– la respectiva Secretaría Ministerial de Justicia.
c. Tramitación.
La corte resolverá “con audiencia” de los interesados y la agregación de la prueba
que estimare conducente para formar su convicción.
E. Sanciones.
En caso de incumplimiento de sus obligaciones o abuso en el desempeño de sus funciones, la Corte
de Apelaciones respectiva (o cualquiera de ellas, si ejerce en territorios jurisdiccionales de más de
una), podrá aplicar alguna de las siguientes medidas:
a. Amonestación.
b. Suspensión, por un período no superior a seis meses.
c. Cancelación de la inscripción, en casos graves, evento en el cual no podrá volver a
solicitarse la inscripción.
F. Recursos.
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El mediador, y sólo él, podrán pedir reposición.
Las medidas así impuestas podrán ser objeto de apelación, conforme a las reglas generales. La
tramitación de este recurso se sujetará a lo dispuesto en los incisos segundo y tercero del artículo
551 del Código Orgánico de Tribunales, esto es, conocerá de la apelación la Corte Suprema de
Justicia, que resolverá “en cuenta”, salvo que estime conveniente traer los autos en relación.
Comunicación al SEREMI. La resolución será comunicada a la correspondiente Secretaría Regional
Ministerial de Justicia para su cumplimiento, la que será extensiva para todo el territorio de la
República.
Efectos de la sentencia. Impuesta la cancelación, el mediador quedará inhabilitado para actuar,
debiendo proveerse una nueva designación respecto de los asuntos que tuviere pendientes.
Por su parte, impuesta una suspensión, el mediador deberá continuar, hasta su término, con
aquellos asuntos que se le hubieren encomendado en forma previa.
G. Costo de la mediación (Art. 114).
Éste dependerá de la materia de que se trate:
1. Si se trata de las materias a que se refiere el inciso primero del artículo 106 (causas
relativas al derecho de alimentos, cuidado personal y al derecho de los padres e hijos e hijas que
vivan separados a mantener una relación directa y regular, excepto en casos de divorcios
“culpables”), la mediación será gratuita por regla general.
Por excepción, se podrá cobrar por el servicio, cuando se trate de usuarios que dispongan
de recursos para financiarlo privadamente.
Para estos efectos se considerará a lo menos los siguientes antecedentes, en la forma que
señale el Reglamento a que nos hemos referido antes:
a. Su nivel de ingresos,
b. su capacidad de pago, y
c. el número de personas del grupo familiar que de ellos dependan.
2. Para las restantes materias la regla es la inversa: Los servicios de mediación serán de costo
de las partes, y tendrán como valores máximos los que contemple el arancel que anualmente se
determinará mediante decreto del Ministerio de Justicia.
Por excepción serán gratuitos:
a. Para quienes gocen de privilegio de pobreza o
b. sean patrocinados por alguna Corporación de Asistencia Judicial, o por
c. alguna de las entidades públicas o privadas destinadas a prestar asistencia jurídica
gratuita.
Financiamiento de las mediaciones gratuitas.
Para proveer los servicios de mediación sin costo para las partes, el Ministerio de Justicia
velará por la existencia de una adecuada oferta de mediadores en los diversos territorios
jurisdiccionales de los tribunales con competencia en asuntos de familia, contratando al efecto los
servicios de personas jurídicas o naturales, a fin de que sean ejecutados por quienes se encuentren
inscritos en el Registro de Mediadores.
Las contrataciones mencionadas se harán a nivel regional, de conformidad a lo dispuesto en
la Ley Nº 19.886, de Bases sobre Contratos Administrativos de Suministro y Prestaciones de
Servicios, y su Reglamento.
En todo caso, de contratarse mediadores mediante trato directo, los términos del mismo
deberán ajustarse a iguales condiciones que las establecidas para la contratación de mediadores
licitados, en lo que sea pertinente (art. 114).
H. Procedencia de la mediación: Mediación previa, voluntaria y prohibida (art.106)
1. Mediación previa.
La ley ha querido que en los siguientes casos las partes realicen necesariamente un intento
de conciliación en un proceso de mediación, antes de la interposición de la demanda, aun cuando
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se deban tratar en el marco de una acción de divorcio o de separación judicial (salvo en los casos
del art. 54 de la Ley Nº 19.947 sobre Matrimonio Civil, según hemos dicho antes).
a. Causas relativas al derecho de alimentos,
b. aquellas relativas al cuidado personal de los menores,
c. las que digan relación con el derecho de los padres e hijos a mantener una relación directa
y regular.
Exención.
Las partes quedarán exentas del cumplimiento de este requisito, en dos casos:
i. si acreditaren que antes del inicio de la causa, sometieron el mismo conflicto a
mediación ante mediadores inscritos en el Registro a que se refiere el artículo 112,
que hemos mencionado, y
ii. si hubieren alcanzado un acuerdo privado sobre estas materias.
2. Materias de mediación prohibidas.
a. Asuntos relativos al estado civil de las personas, salvo los casos contemplados en
la Ley de Matrimonio Civil.
b. La declaración de interdicción.
c. Las causas sobre maltrato de niños, niñas o adolescentes.
d. Los procedimientos regulados en la Ley Nº 19.620, sobre adopción.
3. Materias de mediación permitidas.
a. En los casos previstos en los artículos 96 y 97, sobre violencia intrafamiliar, en los
términos a que ya nos hemos referido.
b. En las restantes materias de competencia de los Juzgados de Familia.
I. Distribución de asuntos.
Los tribunales con competencia en materias de familia procederán al nombramiento o designación
de los mediadores mediante un procedimiento que garantice una distribución equitativa de los
asuntos entre todos los contratados para cada territorio jurisdiccional.
J. Fuentes de la mediación (art. 107).
La mediación puede tener su origen de las siguientes maneras y oportunidades:
a. Si se trata de alguna de las materias que hemos denominado de “mediación previa”, las
personas interesadas, de común acuerdo, comunicarán al tribunal el nombre del mediador que
elijan de entre los mediadores contratados en conformidad a lo dispuesto en los incisos 3° y 4° del
art. 114 (oferta de mediadores del Ministerio de Justicia), mediante una presentación simple, pero
que debe contener, además de la individualización completa de los solicitantes, una mención de la
o las materias incluidas.
A falta de acuerdo en la persona del mediador o si las partes manifiestan su decisión de dejar
entregada la designación a la resolución del juez, éste procederá a nombrar al mediador mediante
un procedimiento objetivo y general, que garantice una distribución equitativa entre los
contratados para prestar servicios en ese territorio jurisdiccional y un adecuado acceso a los
solicitantes.
En todo caso, siempre se hará presente al solicitante la facultad de recurrir, a su costa, a un
mediador de los inscritos en el Registro señalado en el artículo 112.
Estas actuaciones podrán llevarse a cabo ante cualquier tribunal de familia, y, según hemos
explicado antes, para ellas no se requerirá patrocinio de abogado.
b. Si la pretensión versa en cambio sobre alguna materia de mediación voluntaria, el juez
ordenará que, al presentarse la demanda, un funcionario especialmente calificado instruya al actor
sobre la alternativa de concurrir a ella, quien podrá aceptarla o rechazarla.
c. Durante la tramitación del juicio.
Ambas partes podrán solicitar la mediación o aceptar la que les proponga el juez, durante el curso
de la causa, hasta el quinto día anterior a la fecha de la audiencia del juicio, pudiendo en este caso
designar a la persona del mediador de común acuerdo.
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A falta de acuerdo, lo designará el juez de inmediato de entre quienes figuren en el Registro de
Mediadores a que nos hemos referido, mediante un procedimiento que garantice una distribución
equitativa de trabajo entre los registrados.
Inhabilidad del mediador designado por el juez.
La designación efectuada por el tribunal no será susceptible de recurso alguno.
Sin embargo, de oficio o a petición de parte, la designación deberá revocarse, y procederse a una
nueva designación, en los siguientes casos:
i. Si el mediador fuere curador de alguna de las partes,
ii. si fuere pariente de alguna de ellas, por consanguinidad o afinidad en toda la línea
colateral,
iii. si hubiere prestado servicios profesionales a cualquiera de ellas con anterioridad, a
menos que los hubiese prestado a ambas en calidad de mediador.
En estos casos, y en aquellos en que algún involucrado solicite al juzgado la designación de un nuevo
mediador por justificarse que su imparcialidad se encuentra comprometida por cualquier razón (art.
105 letra d)), el juez citará a una audiencia especial para proceder a la revocación y designación de
uno nuevo.
Una vez realizadas las actuaciones mencionadas, se comunicará al mediador su designación por la
vía más expedita posible.
Dicha comunicación incluirá, además, la individualización de las partes y las materias sobre las que
versa el conflicto.
K. Principios de la mediación (art. 105).
De conformidad con lo dispuesto en el artículo 105, será de responsabilidad del mediador el velar
con que se observen los siguientes principios básicos:
a. Igualdad.
Los participantes deben encontrarse en igualdad de condiciones para adoptar acuerdo.
Ya hemos visto que no existe dicha igualdad en el evento de violencia intrafamiliar.
En caso de no haber igualdad, el mediador propondrá o adoptará, en su caso, las medidas necesarias
para que se obtenga ese equilibrio. De no ser ello posible, declarará terminada la mediación.
b. Voluntariedad.
Sin perjuicio de que, como hemos visto, habrá casos en que la ley fuerza intentar un proceso de
mediación para resolver el conflicto, la verdad es que, por definición, ésta no puede imponerse. Por
ello es que los participantes podrán retirarse de éste en cualquier momento. Si en la primera sesión,
o en cualquier momento durante el proceso de mediación, alguno de los participantes manifiesta
su intención de no seguir adelante con ésta, ella se tendrá por terminada.
c. Confidencialidad.
Regla general:
El mediador debe guardar reserva de todo lo escuchado o visto durante el proceso de mediación.
Como contrapartida, el mediador estará amparado por el secreto profesional.
La violación de dicha reserva será sancionada con la pena prevista en el art. 247 del Código Penal
(reclusión menor en sus grados mínimo a medio y multa de seis a diez unidades tributarias
mensuales).
Nada de lo dicho por cualquiera de los participantes durante el desarrollo de la mediación podrá
invocarse en el subsiguiente proceso judicial, en caso de haberlo.
Excepción:
El mediador quedará liberado de este deber de confidencialidad cuando tome conocimiento de
situaciones de maltrato o abuso de niños, niñas, adolescentes o discapacitados. En todo caso,
deberá dar a conocer previamente a las partes el sentido de esta exención.
d. Imparcialidad.
Los mediadores serán imparciales en relación con los participantes, debiendo abstenerse de
promover actuaciones que comprometan dicha condición. Si tal imparcialidad, como hemos
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advertido antes, se viere afectada por cualquier causa, deberán rechazar el caso, justificándose ante
el juzgado correspondiente.
Según también advertimos en líneas anteriores, los involucrados también pueden solicitar al
juzgado la designación de un nuevo mediador, cuando justifiquen que la imparcialidad del
designado se encuentra comprometida, y ello se resolverá en una audiencia especial que se citará
al efecto.
e. Interés superior de los menores.
El mediador procurará que éste sea siempre tomado en consideración, pudiendo citarlos solamente
si su presencia es indispensable para el desarrollo de la mediación.
f. Opiniones de terceros.
El mediador velará para que se consideren las opiniones de los terceros que no hubieren sido citados
a la audiencia, a quienes también podrá citar.
L. Del procedimiento de mediación.
a. Citación a sesión inicial.
El mediador designado deberá citar a una sesión inicial, conjunta o separadamente, a los
adultos involucrados en el conflicto, quienes deberán asistir personalmente, sin perjuicio de la
comparecencia de sus abogados.
b. Información a los participantes.
La primera sesión comenzará con la información a los participantes acerca de la naturaleza
y objetivos de la mediación, los principios que la informan y el valor jurídico de los acuerdos a que
puedan llegar.
c. Duración de la mediación.
El proceso de mediación no podrá durar más de sesenta días, contados desde que se
comunica al mediador su designación por parte del juzgado de familia.
Las partes podrán pedir una ampliación de hasta sesenta días, de común acuerdo.
d. Sesiones.
Podrán celebrarse todas las sesiones que el mediador y las partes estimen necesarias, en las
fechas que de común acuerdo determinen.
Podrá citarse a las partes por separado.
M. Acta de mediación
En caso de llegarse a acuerdo sobre todos o algunos puntos, se dejará constancia de ello en
un acta, quedando una copia en poder de cada parte.
El mediador la remitirá al tribunal, para su aprobación, pudiendo el juez subsanar los
defectos formales que tuviere, respetando en todo momento la voluntad de las partes expresada
en dicha acta.
Una vez aprobada por el juez, tendrá valor de sentencia ejecutoriada.
N. Frustración de la mediación.
Se dejará constancia en un acta que el mediador remitirá al tribunal (en lo posible, firmada
por los participantes), sin agregar otros antecedentes, con lo que terminará la suspensión judicial,
o, en su caso, el demandante quedará habilitado para iniciarlo.
Se entenderá que la mediación se frustra en los siguientes casos:
a. Si alguno de los participantes no concurre a la sesión inicial después de dos
citaciones ni justificare causa;
b. Si habiendo asistido, manifiesta su voluntad de no perseverar en la mediación.
c. En cualquier momento en que el mediador adquiera la convicción de que no se
alcanzará acuerdos.
Ñ. Causas relativas al derecho de alimentos (art. 109).
Artículo 109.- Reglas especiales sobre la mediación en causas relativas al derecho de alimentos.
Tratándose de casos que versen, en todo o parte, sobre el derecho de alimentos, el mediador, en la
primera sesión, deberá informar al alimentario de su derecho de recurrir en cualquier momento al
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tribunal para la fijación de alimentos provisorios, de acuerdo al artículo 54-2. De esta actuación
deberá dejarse constancia escrita firmada por el mediador y las partes. Sin perjuicio de lo cual, las
partes podrán adoptar directamente un acuerdo sobre la materia.
Si el requerido, citado por una sola vez, no acude a la primera sesión de mediación y no justifica su
ausencia, el requirente quedará habilitado para iniciar el procedimiento judicial.
Tratado en el capítulo respectivo de este procedimiento especial.
Por lo antes expuesto debe considerarse como el objetivo central de la Ley N° 19.620, el
señalado en el inciso primero del artículo del citado cuerpo legal: “La adopción tiene por objeto
velar por el interés superior del adoptado y amparar su derecho a vivir y desarrollarse en el seno de
una familia que le brinde el afecto y que le procure los cuidados tendientes a satisfacer sus
necesidades espirituales y materiales, cuando ello no le pueda ser proporcionado por su familia de
origen”.
Por todo lo antes señalado debe considerarse que este principio rector será considerado y
tener siempre en cuenta para los efectos de la aplicación e interpretación de las diversas
disposiciones contenidas en la Ley, incluidas también aquellas que dicen relación con los diversos
procesos de adopción.
Conjuntamente con este principio de carácter general enunciado por el Art. 1° de la Ley,
existen otros principios que surgen a raíz del anterior, que no son menos importante; son una
verdadera consecuencia del antes mencionado y que fueron considerados por el legislador, a saber:
la adopción es subsidiaria de la filiación de origen. Para explicar este principio, debe en primer
término considerarse que el legislador reconoció al menor su derecho a vivir y desarrollarse en el
seno de su familia de origen, pero si esta no le reconoce ese derecho cabe dar aplicación a las
normas sobre la adopción, y es así que para velar por la correcta protección del menor en su proceso
de adopción se han contemplado los programas de adopción, mediante los cuales se procura
otorgar al menor una familia responsable.
Otro de estos principios es la protección al adoptado que otorga la Ley N° 19.620, la cual se
materializa en el Art. 3 del cuerpo legal, disposición que establece que “durante los procedimientos
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a que se refiere esta Ley, el juez tendrá debidamente las opiniones del menor, en función de su edad
y madurez”, de lo cual se entiende claramente que el menor, en el desarrollo del procedimiento de
adopción, debe ser oído, por lo cual manifiesta abiertamente su voluntad.
En el evento de ser menor adulto, será necesario su consentimiento, que manifestara
expresamente ante el Juez durante el respectivo procedimiento previo a la adopción. Cabe
mencionar el caso en que este menor manifieste su negativa, situación ante la cual el Juez debe
dejar constancia de las razones que invoca el menor. Ahora bien, y solo excepcionalmente, el juez
podrá ordenar continuar con el procedimiento, si así lo argumenta fundadamente, por motivos
sustentados en el interés superior del adoptado.
Es importante manifestar que este principio es de carácter esencial, esto debido a la forma
estatuida en el cuerpo legal, por lo que en caso de haberse omitido esta diligencia, podrá declarase
la nulidad del procedimiento o deberán declarase las diligencias pertinentes para salvar esa omisión,
en caso que ello fuere posible, para poder subsanar semejante omisión.
La intervención estatal es otro resguardo tomado por la Ley y es así como el Servicio
Nacional del Menor (SENAME), tiene participación tanto extrajudicial como judicial. Este organismo
fue creado por medio del D.L. N° 2.465, del año 1979, por medio del cual se establece como deber
del Estado el auxilio a los menores de edad integrantes del grupo familiar, especialmente si se
encuentra en situación que ponga en peligro su desarrollo normal, por lo que crea este servicio
dependiente del Ministerio de Justicia, por medio del cual desarrolla importantes funciones que le
habilitan para desarrollar acciones de carácter técnico y auxiliares a la labor que deben desempeñar
Los Tribunales de Familia en esta materia, y es así como el Art. 6 de la Ley de adopción contempla
que podrán intervenir en los programas de adopción solo el Servicio Nacional de Menores o los
Organismos Acreditados ante este. En este último caso, y en el evento de concesión o denegación
de la acreditación, se dispondrá por resolución fundada por el Director Nacional del Servicio
Nacional de Menores, motivada en la concurrencia o ausencia de todo los requisitos señalados; la
suspensión o revocación procederá en caso de ausencia o perdida de alguno de los requisitos
indicados, sin perjuicio de los recursos administrativos que pueda impetrar la institución a la cual
fue negada su acreditación.
Conjuntamente con la función anteriormente señalada, debe señalarse que el Art. 5 de la Ley,
obliga al Servicio a llevar dos registros:
El Juez constituye otro órgano que requiere nuestra atención en este principio de la intervención
estatal, y es vital, toda vez que su participación siempre contemplara la protección de los interés del
menor, en tanto cuanto como para manifestar que el es susceptible de ser adoptado, como para los
efectos de dictar la sentencia de adopción misma.
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Finalmente debemos señalar el principio inquisitivo y rápido de este procedimiento, esto debido
a que el tribunal puede iniciar de oficio para que se declare que un menor es susceptible de ser
adoptado y, además, el juez puede ordenar que se lleven a cabo dentro de los plazos que establece
la ley, los informes y diligencias que estime necesarias.
Además en la Ley se contemplan diversas sanciones respecto de cada uno de los plazos, y esto
es con el fin último de propender a que el procedimiento finalice rápidamente, determinándose la
situación del menor en relación con su susceptibilidad de ser adoptado o de adoptado en su caso.
1° Adoptantes.-
En primer término Pueden ser adoptantes, los matrimonios chilenos y los extranjeros, los
cual corresponden a una gran innovación estatuida por esta Ley de Adopción, según lo dispone el
Art. 20° del mencionado cuerpo legal. Además de matrimonios pueden adoptar las personas
solteras y las personas viudas, siempre que sean de nacionalidad chilena que cumplan con los
requisitos estatuidos en el Art. 21 de la Ley N° 19.620.
2° Adoptados:
Este grupo de sujetos está compuesto en su gran mayoría por menores, y corresponden a
los sujetos pasivos en el procedimiento. En el evento que estos sean dos o más que se encuentren
en situación de ser adoptados sean hermanos, el tribunal procurara que los adopten los mismos
solicitantes.
3° Terceros Institucionales:
En primer término y como lo señalamos en el punto anterior, acá se encuentran claramente
el Servicio Nacional de Menores y los Organismos acreditados ante este organismo. La Ley de
Adopción los faculta para hacerse parte en todos los asuntos que ella regula, en defensa de los
derechos de menor comprendido dentro de sus normas.
En cuanto a los organismos acreditados ante el Servicio Nacional de Menores, según el Art.
6°, se otorgara la atribución de acreditación únicamente a corporaciones o fundaciones que entre
su objeto la asistencia o protección de menores de edad demuestren competencia técnica y
profesional para ejecutar programas de adopción y sean dirigidas por personas idóneas.
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remitirá al Jefe del Archivo General del Servicio de registro Civil e Identificación, quien los mantendrá
bajo su custodia en sección separada, de la cual podrán salir por resolución judicial.
4° Terceros no Institucionales:
Se entiende por familia de origen a los parientes consanguíneos a que se refiere el Art. 14,
los que son los ascendientes y los otros consanguíneos de grado más próximo del menor, y a los
que, dentro de los procedimientos previos a la adopción se les cita para que concurran al tribunal a
exponer lo que sea más conveniente a los intereses del menor, bajo apercibimiento de que, si no
concurren se presumirá su consentimiento favorable a la declaración de que el menor es susceptible
de ser adoptado; o bien a falta de estos, a quienes tengan bajo su cuidado al menor.
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El inciso 2° del Art. 27, señala que una vez practicada la inscripción de la adopción por el
correspondiente Oficial del Registro Civil, se enviaran los antecedentes al jefe de Registro Civil e
Identificación, quien los debe mantener bajo su custodia en sección separada, de la cual solo podrán
salir por resolución judicial. En este caso se puede otorgar copias autorizadas de la sentencia o del
expediente de adopción por resolución judicial, a petición del adoptado, de los adoptantes o de los
ascendientes o descendientes de estos. Si los peticionarios no son los adoptados solo se concederá
la autorización previa citación de estos, salvo que se acredite su fallecimiento.
El inciso 3° del Art. 27, si bien no es más que una consecuencia de lo previsto en su inciso
segundo, es importante puesto que viene a reconocer expresamente que el adoptado siempre
tendrá derecho a conocer si esta es su filiación de origen, es así como se establece expresamente “
cualquier interesado mayor de edad y plenamente capaz que tenga antecedentes que le permitan
presumir que fue adoptado podrá solicitar personalmente al Servicio de Registro Civil e
Identificación que le informe si su filiación tiene ese origen.”
Con todo, con el artículo hace aplicable la Ley de Menores en lo no previsto por el proyecto
de ley en informe, la comisión opto por mantenerlo sin enmiendas, pero adicionando en el párrafo
relativo al procedimiento de adopción su carácter de no contencioso, y la sustanciación en cuaderno
separado de las cuestiones que se planteen al tribunal. Asi se consagra en el Art. 22, inciso segundo,
del texto que proponemos”.
3.2.- Tribunal Competente: En términos generales es el Juez de Familia del domicilio del
menor que tiene competencia en materia protecciones.
Para estos efectos, el inciso segundo del Art. 18 de la Ley 19.620 señala que “se entenderá
por domicilio del menor el correspondiente a su respectiva institución, si se encontrare bajo el
cuidado del Servicio Nacional de Menores o de un Organismos acreditado ante este”.
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Excepcionalmente, si existiera una medida de protección anterior dictada previamente
respecto del menor, será competente el tribunal que la haya dictado.
3.3.- Cuidado Personal del Menor: El juez ante el cual se siga alguno de los procedimientos
previos a la constitución de la adopción, en cualquier momento en que el interés del menor lo
aconseje, podrá confiar su cuidado personal a quienes hayan manifestado al tribunal su voluntad de
adoptarlo y cumplan con los requisitos señalados en los Arts. N° 20, 21 y 22. Aplicara especialmente
esta regla tratándose de las personas interesadas en adoptar. Que programa el Servicio Nacional de
Menores o un Organismo acreditado ante este en las gestiones que patrocinen (Art. 19 inciso 1° de
la Ley 19.620).
3.4.-Derecho a Asignación Familiar: “Los menores cuyo cuidado personal se confié a quienes
hayan manifestado al tribunal su voluntad de adoptarlos serán causantes de asignación familiar; en
esa calidad podrán acceder a los beneficios previstos en las leyes N° 18.469 y 18.933, según el caso,
y los otros que le correspondan”. (Inciso 2° del Art. 19 de la Ley 19.620).
3.6:- Requisitos que debe Reunir el Adoptado: Según el Art. 8° de la Ley 19.620, los
adoptados deben reunir dos requisitos:
1.- Ser menor de 18 años de edad.-
2.- Que se encuentren en algunas de las situaciones que señala el mismo artículo y que son:
A) El menor cuyos padres no se encuentren capacitados o en condiciones de hacerse
cargo responsablemente de él y que expresen su voluntad de entregarlo en
adopción ante el juez competente.
B) El menor que sea descendiente consanguíneo de uno de los adoptantes, de
conformidad al Art. 11.
C) El menor que haya sido declarado susceptible de ser adoptado por resolución
judicial del tribunal competente, de acuerdo a los Arts. N° 12 y siguientes.
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Si el padre o madre compareciente hubiere fallecido o estuviere imposibilitado de
manifestar su voluntad, bastara también la declaración del otro.
2°.- Requerirá los informes que estime necesarios para acreditar fehacientemente que los
padres del menor no se encuentran capacitados o en condiciones de hacerse cargo
responsablemente de él. Al requerirlos, señalara el plazo dentro del cual deberán ser evacuados,
que no excederá de 30 días.
3°.- Dentro del mismo plazo máximo señalado en el número anterior, oirá al Servicio
Nacional de Menores cuando la gestión no sea patrocinada ´por ese Servicio o alguno de los
Organismos acreditados ante él.
El juez deberá resolver dentro del plazo de 30 días después de cumplidas las diligencias
señaladas, si se cumplen antes del vencimiento del plazo señalado y en el evento de que las
respectivas diligencias señaladas no se hayan evacuado, el tribunal prescindirá de ellas y el plazo de
30 días se contara desde el vencimiento del plazo señalado por el juez.
Según lo dispuesto por el Art. 10 de la Ley 19.620, este procedimiento puede iniciarse antes
del nacimiento del menor, siempre que se encuentre patrocinado por el Servicio Nacional de
Menores o un organismo acreditado ante este. En tal caso, se efectuaran los trámites que
correspondan, y solo quedaran pendientes la ratificación de la madre y la dictación de la sentencia.
Dentro del plazo de 30 días, contado desde el parto, la madre deberá ratificar ante el
tribunal su voluntad de entregar en adopción al menor. No podrá ser objeto de apremios para que
ratifique y, si no lo hiciere, se la tendrá por desistida de su decisión.
Ratificada por la madre su voluntad, el juez resolverá dentro de los 15 días siguientes.
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3°.- A falta del otro padre o madre, o si este se opusiere a la adopción, el juez
resolverá si el menor es susceptible de ser adoptado de conformidad a los Arts. siguientes
de la Ley 19.620 y que se refieren al tercer caso en que puede encontrarse el menor.
Todo lo cual se aplica igualmente cuando uno de los cónyuges que quiere adoptar es
ascendiente consanguíneo del padre o madre. (Art. 11 inciso final de la Ley 19.620).
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El procedimiento que tenga por objeto declarar que un menor es susceptible de adopción,
se iniciara de oficio por el juez, a Solicitud del Servicio Nacional de Menores o a instancia de las
personas naturales o jurídicas que lo tengan a su cargo.
Cuando el procedimiento se inicie por institución pública o privada que tuvieran a su cargo
al menor, la solicitud deberá ser presentada por sus respectivos directores.
En el caso de los menores de filiación no determinada respecto de ninguno de sus padres,
solo podrán iniciar el procedimiento el Servicio Nacional de Menores o el organismo acreditado ante
este bajo cuyo cuidado se encuentren. (Art. 13 de la Ley 19.620).
2°.- Citación a Ciertos Parientes:
Recibida la solicitud el juez, a la brevedad deberá citar a los ascendientes y a los
consanguíneos de grado más próximo del menor para que concurran al tribunal a exponer lo que
sea conveniente a los intereses del menor, bajo apercibimiento de que, si no concurren, se
presumirá su consentimiento favorable a la declaración de que el menor es susceptible de ser
adoptado. (Art. 14, inciso 1° Ley 19.620).
Esta citación deberá notificarse personalmente, si no se conoce el domicilio de los parientes
citados y si no se conociere dicho domicilio, el juez decretara las medidas que estime necesarias
para su determinación.
Si en el plazo de 30 días, no se obtuviere resultados positivos a través de dichas diligencias,
el juez ordenara de inmediato que la notificación sea efectuada por medio de un aviso que se
publicara gratuitamente en el Diario Oficial el día 1° o 15 de cada mes o el día siguiente si aquel
fuese feriado. El aviso se publicara también por una vez en un diario de circulación nacional. (inciso
3°, articulo 14 de la Ley 19.620).
En este caso el aviso deberá ser redactado por el secretario del tribunal e incluirá el máximo
de datos disponibles para la identificación del menor. La notificación se entenderá practicada tres
días después de la publicación del aviso (inciso 4°, Art. 14, Ley 19.6209).
3° Sanción de los Parientes del Menor que no Comparecen:
Se les considerara rebeldes por el solo ministerio de la Ley, y respecto de ellas las siguientes
resoluciones surtirán efecto desde que se pronuncien.
4° Plazo para comparecer al Tribunal de dichos Parientes:
Diez días hábiles contados desde la fecha de la notificación.
5° Recepción de la Causa a Prueba y Término Probatorio:
Una vez vencido el termino para comparecer de las personas indicadas precedentemente y
si procediere, el juez recibirá la causa a prueba por el termino señalado los incidentes. En este caso
la prueba testimonial se rendirá dentro del término probatorio y en la oportunidad que el tribunal
señale.
Si se recibe la causa a prueba, en la misma resolución, el juez podrá decretar de oficio las
diligencias necesarias para verificar la veracidad de los hechos y circunstancias que se invocan para
solicitar la declaración de que el menor es susceptible de ser adoptado, en especial la imposibilidad
de disponer de otras medidas que permitan la permanencia del menor en su familia de origen y las
ventajas que la adopción representa para él. Esta facultad el tribunal también la puede hacer valer
sino se recibe la causa a prueba.
6°.- Plazo para Dictar Sentencia y su Notificación:
Concluido el termino probatorio y las diligencias que el tribunal hubiere dispuesto, este
tiene un plazo de 30 días hábiles para dictar sentencia, la cual debe ser fundada y se notificara por
cedula a los consanguíneos de grado más próximo que hayan comparecido a los autos.
7°.- Apelación, consulta y trámites posteriores a encontrarse ejecutoriada la Sentencia:
Contra la Sentencia que declare al menor como susceptible de ser adoptado o la que
deniegue esa declaración, procederá el recurso de apelación en el solo efecto devolutivo.
La Sentencia recaída en procesos en que no sea parte el Servicio Nacional de Menores o un
organismo acreditado ante este, que no se apelare, deberá elevarse en consulta al tribunal superior.
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Estas causas gozaran de preferencia para su vista y fallo.
Ejecutoriada la Sentencia que declara al menor susceptible de adopción, el tribunal oficiara
al Servicio Nacional de menores para que lo incorpore en el correspondiente registro a que se refiere
el Art. 5°.
C.4.-Procedimiento de la Constitución de la Adopción o Procedimiento de la Adopción
Propiamente Tal:
C.4.1.- Requisitos que dicen Relación con la Persona de los Adoptantes:
En este punto es necesario distinguir entre:
A).- Requisitos de los Adoptantes Residentes en Chile.
B).- Requisitos de los Adoptantes Residentes en el extranjero.
C.4.1.A.- De la constitución de la Adopción por Personas Residentes en Chile:
1.- Debe tratarse de Personas Naturales.-
2.- Principalmente deben tener la calidad de cónyuges y secundariamente puede
tratarse de personas viudas o solteras.-
3.- Deben tener cierta diferencias de edad con el Adoptado y además tratándose de
matrimonios adoptantes, los cónyuges deben tener, por regla general cierto número de
años de constitución de matrimonio.
1.- Debe Tratarse de Personas Naturales.
Si bien la Ley no señala este requisito en forma expresa, no cabe duda que implícita lo
establece al regular el estado civil que pueden tener los titulares de la acción de Adopción.
Debiendo recordar que el estado civil es un atributo de la personalidad que poseen solo las personas
naturales.
2.- Principalmente deben tener la calidad de Cónyuges y secundariamente pueden ser
personas Viudas o Solteras.
A) En el evento que los titulares de la acción de adopción sean cónyuges, estos deberán
reunir los siguientes requisitos:
1° Que los cónyuges tengan Residencia Permanente en Chile, independientemente
de su Nacionalidad.
2° Deben haber sido evaluados como físicos, mentales, psicológicos y moralmente
idóneos por el Servicio Nacional de Menores o los organismos acreditados ante este.
3.- Los cónyuges deben actuar siempre de consuno en las gestiones que requieran
de expresión de voluntad de los adoptantes.
4.- Los cónyuges deben tener dos años de matrimonio o más pero, en este caso no
será exigible este mínimo de años, cuando uno o ambos cónyuges se encuentren afectados
de infertilidad.
5.- Deben ser mayores de 25 años de edad y menores de 60 años, con una diferencia
de a lo menos 20 años de edad con el adoptado. En esta situación el juez por resolución
fundada, podrá rebajar la diferencia de edad indicada, pero esta rebaja no podrá exceder
de 5 años.
Los requisitos de edad y diferencia de edad con el menor no serán exigibles si uno de los
adoptantes fuere ascendiente por consanguinidad del adoptado.
Acreditados ante éste, en la misma resolución en que lo acoja a tramitación, el tribunal
ordenara ponerla en conocimiento de ese Servicio. (Art. 33 de la Ley 19.620).
5º Comparecencia de los solicitantes:
Los solicitantes deberán comparecer personalmente ante el juez, cuando este lo estime
conveniente, lo que dispondrá a lo menos en una oportunidad en el curso del proceso (inciso
primero de la Ley 19.620).
6º Cuidado Personal del Menor:
El Juez en cualquier momento, podrá confiar el cuidado personal del menor a quienes hayan
manifestado al tribunal su voluntad de adoptarlo y cumplan con los requisitos legales, aplicándose
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esta regla especialmente en el caso de personas interesadas en adoptar, propuestas por el Servicio
Nacional de Menores o un Organismo Acreditado ante este, el tribunal desde que aparezcan en
autos, antecedentes que a su juicio sean suficientes, les otorgara la tuición del menor y dispondrán
las diligencias que estime pertinentes para establecer su adaptación a su futura familia. Pero en tal
caso, el menor no podrá salir del territorio nacional, sin autorización del tribunal. (inciso 2° del art.
35 de la Ley 19620).
7º Trámite ante el Registro Civil:
Para los efectos de lo dispuesto en los, Arts. 26, número 1, 2, 3, y 27, se remitirá el
expediente a la oficina del Servicio de Registro Civil e Identificación de la comuna de Santiago. (Art.
36 de la Ley 19.620)
F.-TERMINO DE LA ADOPCIÓN:
Según el Art. 38 de la Ley 19.620, la adopción, por regla general, es IRREVOCABLE. Sin
embargo es posible poner término a la adopción mediante el ejercicio de la Acción de Nulidad,
cuando ella haya sido obtenida por medios ilícitos o fraudulentos, siempre que la acción se intente
en un plazo de 4 años, contado desde que el adoptado alcanzo su plena capacidad, haya tomado
conocimiento del vicio que afectaba la adopción. Es tribunal competente para conocer de ella el
Juez de familia en que se tramito la adopción.
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