DERECHO CIVIL I
DERECHO CIVIL I
DERECHO CIVIL I
El Derecho es el conjunto de normas que rigen una sociedad.Presenta dos caracteres: sociabilidad y
obligatoriedad.
-El Derecho siempre va detrás de la realidad social(sociabilidad).
-Ha de tener un carácter obligatorio para garantizar el cumplimiento de las normas jurídicas, y su
respectiva sanción encaso de incumplimiento (obligatoriedad).
Hay dos corrientes doctrinales opuestas en relación a qué debe entenderse por Derecho:
Derecho positivo:Sus defensores entienden que sólo es Derecho el Derecho positivo o material,
es decir, el Derecho dictado por los órganos competentes.
Derecho natural: Entiende que no sólo es Derecho el positivo, sino que también constituyen
Derecho una serie de principios morales o éticos anteriores al hombre y que están por encima de
cualquier norma dictada por éste.
Derecho subjetivo es el concedido por el ordenamiento jurídico a una persona sobre un bien o
interés digno de protección.
Se entiende que el Derecho público se encarga de regular la organización del Estado y de los
demás entes públicos, las relaciones de las entidades públicas entre sí y de las relaciones entre
los entes públicos y los particulares.
En cambio, el Derecho privado se encarga de regular la vida privada de los particulares, sus
relaciones entre sí o con los entes públicos.
La norma jurídica es todo precepto general que tiene por fin ordenar la convivencia de la comunidad y
cuya observancia puede ser impuesta coactivamente por quien ostenta el poder directivo de la comunidad.
Las normas jurídicas presentan 3 caracteres:
Generalidad: debe dirigirse a una pluralidad de personas y debe contemplar una pluralidad de
supuestos.
Abstracción:supuesto en el que la ley define los hechos,actos y situaciones que se aplican y sus
consecuencias.
Una norma jurídica para ser completa tiene que contener dos elementos:
Supuesto de hecho:el conflicto que ha de regularse
NORMAS RÍGIDAS Y NORMAS ELÁSTICAS: Las normas rígidas son aquellas en que bien
el supuesto de hecho bien la consecuencia jurídica es taxativos, es decir, de contenido concreto e
invariable (ej: la mayoria de edad). En cambio, las normas elásticas son aquellas que son
flexibles, es decir, no vienen indicados concretamente sino en general por conceptos de
contenido variable dentro de unos márgenes en cada caso singular (ej: promesa de matrimonio).
NORMAS COMÚN Y NORMAS PARTICULAR: El derecho común el que regula la vida
social en su totalidad,mientras que las normas particulares son aquellas que rigen en una parte
del Estado (ej:derechos forales).
NORMAS GENERALES Y NORMAS ESPECIALES: Las normas generales son las que rigen
como un todo en todo el territorio de un Estado (ej: el codigo civil),y el derecho especial es
cualquier otro tipo de normas que versen sobre una institución o materia determinada y diferente.
NORMAS IMPERATIVAS Y NORMAS DISPOSITIVAS:Son normas imperativas aquellas que
se sobreponen a la voluntad individual, de tal manera que ésta no puede derogarlas, en tanto que
las normas dispositivas son expresamente derogables por la voluntad individual.
Se distinguen las fuentes materiales de las fuentes formales. Cuando hablamos de fuentes hacemos
referencia a los órganos de los que procede el Derecho.
Las fuentes formales son el medio a través del cual se crea el Derecho. Hay 3 y se recogen en el artículo
1.1 CC: La ley,la costumbre,los principios generales del Derecho. (Hay una jerarquía entre ellas art.1.2
CC)
Art. 3.1: las normas se interpretarán según el sentido propio de sus palabras, en relación con el contexto,
los antecedentes históricos y legislativos y la realidad aceptada en el tiempo en que han de ser aplicadas,
atendiendo fundamentalmente al espíritu y finalidad de aquellas.
Jurisprudencia: conjunto de sentencias o modo habitual de decidir de los tribunales en relación a una
determinada materia. Nos referimos con jurisprudencia siempre al Tribunal Supremo y mas
concretamente con la sala1ª del T .Supremo. Según el artículo 1.6 del Código Civil: “la jurisprudencia
complementará el ordenamiento jurídico con la doctrina que de modo reiterado establezca el tribunal
supremo al interpretar y aplicar la ley, la costumbre y los principios generales del derecho”.
Equidad (Art. 3.2 y 4): dar a cada uno lo que se merece en función de sus méritos o
condiciones, siempre y cuando la norma lo permita. Se aplica equidad en una resolución judicial
normalmente en las distribuciones económicas. Habrá de condenarse en la aplicación de las
normas en su rigidez. Pero las resoluciones judiciales solo podrán basarse en la equidad cuando
la ley expresamente lo permita.Tiene que tener un rigor excesivo.Consiste en moderar la
aplicación de la norma.
Analogía (Art. 4.1 y 4.2 ): procederá a su aplicación cuando las normas no contemplen un
supuesto específico, pero regulen una semejante en la que se aprecie identidad de razón.
Directa
EFICACIA DE LAS NORMAS
Eficacia:Son los efectos que esa cosa es capaz de producir, es decir, la capacidad de las mismas.
Podremos diferenciar los tipos de eficacia agrupándolos en múltiples tipos como:
Eficacia temporal: Las normas producen efectos desde su entrada en vigor hasta que son
derogadas. Las normas entran en vigor en la fecha que ellas mismas dispongan. La publicación
de la ley, puede coincidir o no con la entrada en vigor de la misma, de no ser así se habla de
“VACATIO LEGIS”. Si una norma guarda silencio en lo relacionado con su entrada en vigor se
establecerá pasado los 20 días, según el art 2.1 del C.C.
En cuanto al fin de su vigencia, pueden darse 2 supuestos. En primer lugar la ley puede
establecer el fin de su vigencia (leyes temporales), otra opción, y más común, se da cuando una
nueva ley dictada, deroga a la anterior, esta derogación puede ser tanto parcial como total.
Las derogaciones de leyes pueden ser expresas o tácitas, así hablamos de disposiciones
derogatorias concretas (expresa) cuando se refiere a preceptos en particular, o derogaciones
genéricas (expresa), cuando la ley se limita a indicar que quedan derogados los preceptos
contarios a la misma. Hablamos de derogaciones tácitas cuando la ley no dice nada, pero regula
una materia en sentido contrario al que presentaba la anterior normativa.
La retroactividad consiste en la aplicación de una ley a un caso sucedido con anterioridad. Las
leyes podrán determinar su carácter retroactivo siempre que no contengan disposiciones
sancionadoras no favorables o restrictivas de derechos individuales. Si una ley no se pronuncia
sobre la retroactividad de la misma será considerada como irretroactiva.
Eficacia Espacial:No todas las leyes se aplican en todoun territorio, así solo afectarán a la
vecindad civil o residencia de donde se aplicasen tales normas.
Fraude de ley: Consiste en la realización de un acto permitido por una norma jurídica que se
conoce como ley o norma de cobertura, con la finalidad de eludir lo establecido en otra norma
jurídica que se conoce como ley defraudada. Se impone a quien haya defraudado la ley cumplir
lo que determine la ley que se ha tratado de defraudar.
TEMAS 2 Y 3:EL DERECHO CIVIL.EL CÓDIGO CIVIL
IUS CIVILE:se refiere al derecho de los ciudadanos, tanto el privado como el público. Inicialmente tiene más
importancia este derecho que cualquier otro, sin embargo al comenzar a darse relaciones entre Romanos y extranjeros
(Relaciones comerciales), surge la necesidad de regular estas relaciones jurídicas de alguna forma, se crea para ello el
IUS GENTIUM.La expansión del imperio Romano da lugar a que este tipo de relaciones jurídicas tomen una mayor
importancia, y por ello el empleo del IUS GENTIUM se generaliza, solapando incluso al anterior.
La progresiva reunión en el reino de Castilla de los diferentes reinos peninsulares medievales no significó
la unidad jurídica, porque cada territorio conservó habitualmente su normativa propia, tanto positiva
como consuetudinaria. Esta abundancia y dispersión de normas hizo ver la conveniencia de reunirlas en
una sola publicación, a modo de un listado oficial del Derecho vigente, para facilitar su conocimiento y
aplicación. Se desarrolla así en la España de los siglos XVI a XVIII la técnica recopiladora. Las distintas
recopilaciones que se promulgan en este periodo cumplen esa función, pero contarán con una serie de
inconvenientes. Por ejemplo, las normas simplemente se recopilan, sin cotejarlas entre sí, de modo que no
se detectan eventuales contradicciones; en ocasiones se omiten del listado normas en vigor, o se repite
inadvertidamente alguna… Frente a esto, en la segunda mitad del s. XVIII cobra fuerza la técnica
codificadora, que pretende reunir en una sola ley todo el Derecho vigente, reelaborándolo y
sistematizándolo. Aunque tampoco es un método perfecto, reemplazará a la recopilación, no sólo por
disminuir sus inconvenientes sino, sobre todo, porque se corresponde bien con los planteamientos
culturales europeos del momento.
Forman parte de estos planteamientos1 el individualismo, con su afirmación del individuo por encima de
los grupos en que se integra (a los que a veces se mira con sospecha), y el racionalismo, con su exaltación
de la razón como fuente de conocimiento (es conocido cómo en la Ilustración se habla, algo teatralmente,
de la “diosa razón”). Pues bien, en lo jurídico, estas corrientes de pensamiento dieron lugar a una
tendencia unificadora, porque, mientras el racionalismo veía el Derecho como un producto de la razón
válido para todas las épocas y países, la concepción de la ley como expresión de la voluntad general
exigía que fuera igual para todos. Este fondo ideológico sería asumido por los revolucionarios franceses
y, por ejemplo, cristalizó en la Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano de 1789,
redactada con un cierto carácter definitivo.
En este contexto ideológico, la codificación se presentaba frente a la recopilación con dos notas
destacadas (que la Historia posterior se encargaría de matizar). Por un lado, era unitaria: cada materia se
regularía por un solo código. Por otro lado, era sistemática: como fruto del trabajo de la razón, los códigos
eran pretendidamente infalibles o definitivos, y aplicables a todos. Los primeros códigos se promulgaron
en la segunda mitad del s. XVIII en varios países de Centroeuropa, pero el impulso definitivo a la nueva
técnica tuvo lugar en Francia, de la mano de Napoleón, con su Code civil de 1804, de gran influencia en
los restantes códigos europeos que se promulguen a lo largo del s. XIX y aún vigente en ese país.
Sin embargo, el racionalismo jurídico no es la única corriente de pensamiento de la época, sino que
coincidió con los planteamientos de la Escuela Histórica del Derecho (cuyo principal exponente es
Savigny), precisamente surgida en parte como reacción al movimiento codificador. El historicismo
consideraba que un código redactado en un lejano parlamento, por mucho que fuera producto de la razón,
corría el riesgo de resultar extraño a sus destinatarios, que no habían intervenido en su elaboración. Por
eso, era más correcto localizar el auténtico origen del Derecho en la evolución histórica de cada pueblo,
cuyo espíritu jurídico se plasmaba en forma de costumbres y tradiciones normativas propias. Desde este
punto de vista, codificar el Derecho venía a ser como petrificarlo. El peso de los planteamientos
historicistas fue importante, posponiendo durante décadas la codificación en diversos lugares; por
ejemplo en España, donde chocó con la realidad plurilegislativa constante en nuestra historia3, conflicto
al que se suele aludir con la expresión “cuestión foral”.
En nuestro país, la constitución de Cádiz de 1812 se aprovechó, por una parte de las Cortes que la
redactaron, como ocasión para importar los principios revolucionarios franceses, entre otros la previsión
unificadora en lo jurídico, que tuvo como resultados tempranos el Código penal (1822) y el mercantil
(1829). En cambio, los trabajos para elaborar el civil tardaron décadas en dar fruto, en buena medida por
la defensa del pasado jurídico propio que, en la estela del pensamiento historicista, hicieron los territorios
forales. En la primera mitad de siglo hay seis proyectos fallidos, que terminan en una situación de
estancamiento. Para superarla, se crea en 1843 la Comisión General de Codificación (que continúa
existiendo), que reimpulsa los trabajos y presenta cuatro iniciativas más; la última de ellas, el proyecto de
18516, es el antecedente inmediato del Código. Este proyecto seguía la sistemática del Code francés y
muchas de sus soluciones técnicas, salvo en materias de mayor arraigo social, como familia y sucesiones,
donde acogía el derecho castellano; pero vetaba la continuidad de los regímenes forales, lo que, unido a
su carácter extranjerizante y a la radicalidad de algunos cambios, provocó su rechazo por las regiones
forales y los sectores sociales más afectados. De nuevo, la “cuestión foral” paralizaría la labor de la
Comisión General de Codificación varias décadas, aunque mientras se publicaron leyes civiles especiales
que no ofrecían tantos obstáculos para su aplicación en todo el país (hipotecaria en 1861, del notariado en
1862, de matrimonio civil en 1869, del registro civil en 1870).
Fue nota característica de la política nacional del siglo XIX una cierta inestabilidad, que se manifestó en
los sucesivos textos constitucionales que se promulgaron en ese periodo. En lo que aquí interesa, a partir
de la Constitución de 1869 se acepta el reconocimiento de lo foral. Dentro de este nuevo marco, se
aprueba la ley de bases de 11 de mayo de 1888 (siendo Alonso Martínez ministro de Gracia y Justicia),
llamada así porque establece los criterios o bases que debían guiar la redacción del código civil7. Según
los arts. 5 y 6 de dicha ley, los territorios forales conservarían «por ahora» su normativa propia,
aplicándose supletoriamente en ellos el código, cuando se aprobara; y dicha normativa foral debía
complementar el código en forma de Apéndices, uno por cada territorio. Es decir, se reconocían los
derechos forales y se garantizaba su continuidad, aunque con carácter provisional, sin descartar la meta de
un código civil aplicable en todo el país, como había sucedido en otras ramas del Derecho y pedían las
tendencias normativas de la época.
La Comisión de Codificación presentó una primera edición del código en octubre de 1888, publicada en
La Gaceta (antecedente histórico del BOE), cuya discusión en Cortes se prolongó hasta mayo de 1889.
Finalmente, el número de enmiendas presentadas aconsejó hacer una segunda edición, aprobada por Real
Decreto de 24 de julio de 1889, que fue la que entró en vigor (con Canalejas como ministro de Gracia y
Justicia). En cuanto al mandato legal de elaborar un sistema de Apéndices, quedó incumplido por el
propio legislador (haciendo válido el refrán «en casa del herrero, cuchillo de palo»), y con el tiempo se
sustituyó por la promulgación de Compilaciones forales, entre 1959 y 1973, curiosamente durante el
dictatorial y en teoría centralista régimen político del momento.
El CC consta de 1976 artículos divididos en un título preliminar que tiene por rubrica “norma jurídica,
su aplicación y eficacia”, desde los artículos 1 al 16.Consta de 4 libros:
1. “de las personas” art 17 al 332.
El artículo 1976 contiene una disposición final derrogatoria, además existen 13 disposiciones transitorias
y 4 disposiciones adicionales.
La primera reforma del CC se realiza en el 1904, y está relacionado con el testamento ológrafo.La
segunda reforma fue en 1908 y fue sobre la sucesión sin testamento.
En España a partir de estas 2 modificaciones, se abrió la veda a numerosas modificaciones, la primera
modificación de importancia fue la relacionada con la ausencia, es decir la desaparición de un individuo
sin dar mayores explicaciones, pero que sin embargo debe responder a unos determinado hechos que
regula el derecho.La segunda modificación de importancia fue el cambio de la mayoría de edad de 23 a
21.La tercera de las modificaciones fue la relacionada con la autonomía personal de las mujeres antes de
los 25 años, las cuales veían sus derechos fuertemente mermados.
En relación con los derechos forales podemos decir que su permanencia se ve justificada en una razón
histórica. En la Edad media los territorios se dividían y poseían cada uno sus propias fuentes normativas ,
la unificación de España no significa la unión jurídica.El primer amago de unificación aparece tras la
guerra de sucesión con la entrada de los Borbones y el establecimiento de los decretos de nueva planta,
que afectan a Cataluña, Aragón, Baleares y Valencia. Pasados algunos años se decide devolver el
derecho a Cataluña, Baleares y a Aragón pero sin órganos para desarrollarlos. Se intenta así acabar con el
derecho foral gradualmente para unificar el Derecho español. A principios del siglo XX la segunda
república agrava más el problema, y el articulo 15 reconoce a esos órganos forales con posibilidad de
tener su propio derecho, Franco acaba con esta ley y unifica el derecho, y con la democracia se hace un
congreso donde se aprueba la subsistencia del derecho común y foral. A partir de este momento se
establece una relación entre el derecho civil común y el derecho especial en casi todos los supuestos se
aplicaba la compilación y en caso de problema de CC.
La constitución de 1978 consolida la continuación del derecho foral, aunque siempre con unos mínimos
establecidos por la misma, así esta establece un sistema, que aunque no esta jerarquizado, si marca las
competencias en relación con la legislación estatal y autonómica.Así, los legisladores autonómicos
deberán siempre ceñirse a sus competencias (Caso Cataluña y resto de España ).
TEMA 4:LA PERSONA
Antes de regular las diferentes relaciones jurídicas, el Código civil se fija en el sujeto de las
mismas, es decir, la persona. La define en los arts. 29, 30 y 35.
art. 29. El nacimiento determina la personalidad; pero el concebido se tiene por nacido
para todos los efectos que le sean favorables, siempre que nazca con las condiciones
que expresa el artículo siguiente.
art. 30. La personalidad se adquiere en el momento del nacimiento con vida, una vez
producido el entero desprendimiento del seno materno.
art. 35. Son personas jurídicas:
o 1º. Las corporaciones, asociaciones y fundaciones de interés público
reconocidas por la ley. Su personalidad empieza desde el instante mismo en
que, con arreglo a derecho, hubiesen quedado válidamente constituidas.
o 2º. Las asociaciones de interés particular, sean civiles, mercantiles o
industriales, a las que la ley conceda personalidad propia, independiente de la
de cada uno de los asociados.
Es preciso explicar dos cuestiones. La primera es por qué el Derecho civil necesita dar una
definición de persona. La segunda, cuál es el concepto que se contiene en los artículos
transcritos del Código. Como es sabido, cada parcela del saber se fija únicamente en un aspecto
concreto de la realidad, estudiando las cosas desde ese particular punto de vista. Ese enfoque es
el criterio delimitador de unas ciencias frente a las otras. Pues bien, la atención centrada en
determinados aspectos de la realidad y no en otros hace que, en ocasiones, sea necesario
formular conceptos propios, útiles para la ciencia en cuestión. Se entiende perfectamente que la
definición de “caballo” que hace la Zoología, como “mamífero ungulado del orden de los
equinos”, no sirva en absoluto en la Filosofía o el Derecho. El filósofo y el jurista no niegan la
verdad de esa afirmación, pero tampoco les resulta útil porque no se corresponde con el aspecto
de la realidad que ellos consideran.
Así pues, cada ciencia construye sus propios conceptos en función de su punto de vista
respectivo. Se habla en este caso de términos “técnicos”, con un significado preciso. En
Derecho, el de «persona» lo es. Esto quiere decir que lo que se entiende por persona en el
lenguaje jurídico no coincide plenamente con el significado vulgar. El Derecho civil emplea en
los artículos 29, 30 y 35 un concepto de persona que sirve mejor al punto de vista desde el que
estudia la realidad.
¿Cuál es ese punto de vista? Por su carácter general, por estar en la base de todo el
Ordenamiento jurídico, el Derecho civil regula principalmente cuestiones básicas, que afectan a
todas las personas: resumidamente, las que hacen referencia a su conservación, a su subsistencia
(todas las personas experimentan esta necesidad; no todas, en cambio, tienen que pagar
impuestos, o están vinculadas por un contrato de trabajo). El modo normal que buscan las
personas para asegurar su subsistencia es rodearse de una serie de bienes y hacerlos rendir; o,
con otras palabras, todas tienen un patrimonio y entablan relaciones jurídicas relativas al mismo.
Aquí se encuentra el enfoque peculiar que caracteriza al Derecho civil: esta rama del Derecho
tiene un carácter eminentemente patrimonial, y desde esta perspectiva va a formular sus
conceptos. Por eso, llama «persona» (con un concepto que claramente no comprende todos los
casos, pero que también claramente es el que más se ajusta a su perspectiva propia) a quien
puede intervenir en relaciones jurídicas de contenido patrimonial.
El Código civil reconoce dos clases de «persona». Los arts. 29 y 30 se refieren a la persona
física, y el art. 35, a la persona jurídica. A las dos se reconoce en igual medida la
«personalidad», o condición de «persona» (art. 29: «el nacimiento determina la personalidad»;
art. 35: «las asociaciones a las que la ley conceda personalidad»), de modo que tan «persona»
son unas como otras. De aquí se extraen dos conclusiones:
- en el lenguaje del Código, «persona» no tiene el significado corriente de ser humano, porque,
obviamente, las asociaciones, fundaciones y demás no son seres humanos, y sin embargo sí son
«persona» (además, no corresponde al Derecho establecer qué es el ser humano, por la razón de
que los seres humanos somos anteriores a las leyes, y no lo que las leyes dicen).
- la personalidad se reconoce a las personas jurídicas para que puedan ser titulares de derechos y
obligaciones; pero, por motivos evidentes, se trata de derechos y obligaciones de contenido
patrimonial (ya que una asociación no tiene derecho a la vida, a la educación, a la intimidad…).
Estas dos conclusiones nos llevan al concepto de persona que maneja el Código civil en los
artículos antes citados: «quien puede adquirir obligaciones y derechos de carácter patrimonial».
La definición recién vista se aplica sin excepción a todas las personas jurídicas. Pero no sucede
lo mismo con las físicas. Con otras palabras, todas las personas jurídicas pueden ser acreedoras
o deudoras adquiriendo derechos y obligaciones, pero no todas las personas físicas pueden
hacerlo. En concreto, según los arts. 29 y 30, no pueden:
- los no nacidos
Como «personalidad» en esos artículos significa básicamente capacidad patrimonial, que los
que nacen muertos o los no nacidos no sean «persona» supone solo que no pueden ser
acreedores o deudores. En ninguno de los dos casos les sería de especial utilidad (desde luego
no en el primero), a diferencia de a cualquiera de nosotros, que, por intervenir continuamente en
relaciones jurídicas, la «personalidad» nos resulta imprescindible. Además, y no es una razón de
importancia secundaria, no reconocer a alguien esa capacidad patrimonial no le resta un ápice
de su dignidad humana. Por otra parte, y pensando en el no nacido, para el caso de que le fuera
útil poder ser titular de derechos (por ejemplo, convertirse en propietario de unos bienes que se
le dejan en donación o herencia), el art. 29 le tiene por nacido. Veamos esto con más detalle.
Situación jurídica del concebido
La previsión del art. 29 CC, de tener por nacido al concebido para lo que le favorezca,
proviene del Derecho Romano, que comenzó por entender que el hijo póstumo también podía
heredar, como si ya hubiese nacido, por no parecer apropiado que este hijo se quedara sin bienes
por el simple hecho de haber nacido unos meses más tarde. La protección se amplió después a
cualquier concebido (no solo al póstumo), y a derechos personales (por ejemplo, el nacido de
esclava que era libre cuando concibió, es libre). Hacia el s. VI d.C., en el Derecho justinianeo ya
había aparecido la regla de considerar nacido al concebido para lo favorable, y ha sido después
una constante a lo largo de la historia del Derecho español.
A este aspecto se refiere el art. 31, de acuerdo con el cual, en caso de parto doble (debe
interpretarse “múltiple”), sobre el que nazca primero recaerán las consecuencias que la ley
vincule a la primogenitura. Se trata de supuestos poco frecuentes: la sucesión en títulos
nobiliarios o a la corona, o los casos en que la ley se fija en la edad como criterio de elección
entre hermanos (por ejemplo, el art. 184, 2º al regular el nombramiento de un representante del
ausente). La prueba del orden de nacimientos se hace preferentemente por la inscripción
registral, en la que consta la hora en que ha sucedido cada uno. Si no existe este medio, puede
usarse cualquier otro. Sobre la figura del no concebido hay que mencionarla solo para indicar
que es propia del Derecho de Sucesiones, al que corresponde su estudio. Desde luego, no se
puede asimilar a la figura del no nacido, porque mientras éste es un ser humano ya existente,
aquél no. Aquí basta con indicar que, en lo que se refiere al no concebido, el interés jurídico en
juego no es tanto la protección de la persona como la libertad testamentaria.
El art. 32 declara que la personalidad se extingue por la muerte; es la única causa (no siempre lo
ha sido: en el Derecho Romano también lo era la caída en la esclavitud). El precepto no
especifica más por no ser una cuestión jurídica sino médica. En otras normas sí se establecen los
criterios médicos para la determinación de la muerte, como la Ley 30/1979, de 27-X, sobre
Extracción y Trasplante de Órganos.
Los efectos de la muerte son, en esencia, la extinción de las relaciones jurídicas personales en
las que intervenía el fallecido, y la transmisión de las patrimoniales vía herencia.
Se trata de demostrar no tanto el hecho de un nacimiento o una muerte (cosa que se logra
mostrando el bebé o el cadáver), sino cuándo han tenido lugar. La prueba de esto la constituye
la correspondiente inscripción en el Registro Civil, que especifica el lugar, día y hora.
4.CAPACIDAD JURÍDICA Y DE OBRAR
La capacidad jurídica es la aptitud para ser titular de obligaciones y derechos, es decir, para ser
protagonista en una relación jurídica. Prácticamente se identifica con el concepto de «persona»
que formula el Código civil, porque solo las «personas» pueden intervenir en las relaciones
jurídicas adquiriendo en ellas obligaciones y derechos. Por esto, por ejemplo, un señor puede
nombrar como heredero en su testamento a un nieto de seis meses de edad, o a una asociación
caritativa, porque ambos tienen capacidad jurídica; en cambio, no puede hacer lo mismo con la
mascota familiar, pues carece de tal capacidad. Obviamente, el niño, por ser demasiado
pequeño, no podrá aceptar por sí mismo la herencia, pero esto no es obstáculo para que pueda
adquirir ser titular de la propiedad de esos bienes: la aceptarán en su lugar sus padres, a través
de los cuales el hijo ha sido parte en una herencia.
La capacidad jurídica es indisponible. Esto significa que no puede ser objeto de negociación
jurídica: no se puede transmitir a otro, renunciar a ella…
La capacidad de obrar, en cambio, es la aptitud para adquirir por uno mismo obligaciones y
derechos (o para intervenir uno mismo en las relaciones jurídicas). El niño del que venimos
hablando carece de ella (y por eso tienen otros que aceptar por él la herencia), y en cambio la
tienen sus padres, o la asociación caritativa. Podría decirse que, mientras la capacidad jurídica
está relacionada con la titularidad de deberes y derechos, la de obrar lo está con el ejercicio
personal de los mismos.
La capacidad de obrar, que también puede denominarse capacidad jurídica plena, tiene como
sustrato la cualidad natural de entender y querer: no existe sin el uso de razón. Pero no basta con
él. Dado que el uso de razón o discernimiento aparece paulatinamente, conforme la persona va
creciendo en edad, si fuera lo único relevante para el Derecho a la hora de reconocer a alguien
capacidad de obrar, habría que comprobar caso por caso si la persona entiende y quiere el acto
jurídico que se dispone a realizar, especialmente en franjas de edad muy tempranas o muy
avanzadas; y esto sería impracticable. El sentido común aconseja buscar un criterio objetivo y
fácil de verificar, como el haber alcanzado una edad en la que lo normal es que el uso de razón
esté ya asentado. Por eso el Derecho no se fija directamente en si hay discernimiento, sino en si
se tiene una determinada edad en la que, salvo excepciones, todo el mundo tiene ese
discernimiento. A esto responde el concepto de mayoría de edad. En el Derecho español, la
mayor edad la fijan el art. 12 CE y el art. 240 CC en los 18 años. Por su parte, el art. 246 vincula
a esta edad la capacidad general de obrar. Desde la mayoría de edad se presume la capacidad de
gobernarse, y se prevé el establecimiento de medidas de apoyo en los casos en que tal capacidad
falte; medidas dirigidas a facilitar a la persona con discapacidad la toma de decisiones, y solo
excepcionalmente a sustituirla mediante representante.
La capacidad de obrar que se adquiere a los 18 años se denomina “general” porque habilita para
realizar por uno mismo la generalidad de los actos jurídicos. Pero hay actos para los que la ley
exige una capacidad distinta (adquirida a una edad diferente de los 18 años, bien por encima,
bien por debajo). Se habla en estos casos de capacidades “especiales” de obrar (son ejemplos el
matrimonio, que puede contraer ya el emancipado, art. 46, 1º; la adopción, que requiere que el
adoptante tenga al menos 25 años y una diferencia mínima de 16 con el adoptado, art. 175.1; o
el testamento, que se puede otorgar en casi todas sus formas a partir de los 14 años, art. 663).
5.EL NOMBRE DE LA PERSONA
Desde un punto de vista jurídico, el nombre de la persona cumple una doble función, la de
identificarla en sus relaciones jurídicas con los demás, y la de dar a conocer su pertenencia a una
familia, es decir, su filiación. Es, por tanto, además de una obvia cuestión de interés personal,
también un asunto de interés u orden público, y como tal recibe el amparo de la ley (cfr. art.
50.1 de la Ley del Registro Civil ), y es indisponible (es decir, no pueden hacerse negocios
jurídicos sobre el mismo).
La regulación básica del nombre de la persona se contiene en los arts. 49-57 LRC. El art. 50.2
establece que las personas se identificarán por el nombre y los apellidos.
Al nombre de pila se refieren los arts. 50 y 51. Podrá consignarse en cualquiera de las lenguas
españolas, salvo que se trate de un nombre extranjero, naturalmente. Su elección cuenta solo
con las siguientes limitaciones:
De los apellidos trata el art. 49.2, que dispone, en consonancia con el art. 109 CC, que quedan
determinados por la filiación, debiendo decidir los padres el orden en que se imponen; orden
que no se podrá cambiar para los sucesivos hermanos. Si la filiación estuviera determinada solo
con respecto a uno de los padres (necesariamente se tratará de un caso de filiación
extramatrimonial), sus dos primeros apellidos serán los del hijo, aunque el padre puede
determinar el orden en que se imponen.
Se ha dicho antes que, por ser una cuestión de orden público, el nombre es indisponible. Esto no
significa que nunca pueda cambiar. Después del correspondiente trámite registral para asegurar
que no se vea afectada la identificabilidad de la persona, la ley prevé algunos casos en los que
sí. Concretamente, el art. 52 permite cambiar el nombre de pila registrado por el que
habitualmente se utilice (extremo que deberá demostrar el interesado). Por su parte, los arts. 53
y 54 regulan el cambio de apellidos, mediante un procedimiento simple si el cambio es menor
(inversión del orden; adecuación gráfica a una lengua española, o al español; etc.), o más
detallado si el cambio es de otro tipo (sustitución de los apellidos registrados por otros que se
usan habitualmente, o por los que corresponden como consecuencia de un cambio en la
determinación de la filiación, etc.). En cualquier caso, el art. 57.1 prevé que la modificación
afectará también a los menores sujetos a la patria potestad del interesado, y a los demás
descendientes que lo consientan.
En el Ordenamiento español constituyen estado civil el matrimonio (en función del cual se
puede tener el estado civil de soltero, casado, viudo, separado o divorciado), la filiación
(matrimonial o extramatrimonial), la edad (mayoría, minoría, emancipación), la nacionalidad
(español, extranjero o apátrida) y la vecindad civil (común o foral).
El estado civil puede describirse como una circunstancia o modo de estar las personas en la vida
social, que condiciona la generalidad de las relaciones jurídicas en las que intervienen; de
manera que, por ejemplo, por tener un concreto estado civil se me aplica o no una normativa
determinada, o se me confieren una serie de deberes y derechos. Solo crean estado civil las
circunstancias que la ley determina, que son las recién indicadas, cuyo denominador común es
su relevancia social.
La adquisición de un estado civil la vincula la ley a un determinado hecho o conducta. Así, del
hecho del nacimiento dependen los estados civiles de filiación, nacionalidad y vecindad civil, y
el de casado depende de la celebración del matrimonio. Este hecho que provoca la adquisición
del estado civil se denomina título de atribución del mismo. Una vez adquirido, el estado civil
debe inscribirse en el Registro Civil para hacerse oficial, sirviendo además esta inscripción
como medio de prueba preferente de dicho estado (de modo que para demostrar que tengo uno
concreto no necesito probar que ocurrió el respectivo título de atribución, sino que me basta con
presentar la certificación registral correspondiente). Por eso, a la inscripción en el Registro se le
llama título de legitimación del estado civil.
Como se ha dicho antes, lo relativo al estado civil es materia de orden público. Por eso, el
Derecho establece una serie de medidas que sirven para su defensa, entre las que destacan las
acciones judiciales relativas al estado civil. Según su finalidad, estas acciones pueden
clasificarse genéricamente en dos grupos: las de reconocimiento, que persiguen la atribución por
primera vez a una persona de un concreto estado civil (por ejemplo, una filiación hasta entonces
desconocida), y las de impugnación, para corregir un estado civil erróneamente atribuido a
alguien. En general, las acciones sobre el estado civil son imprescriptibles, pero por motivos de
seguridad jurídica y para favorecer la institución familiar, algunas de las de filiación están
sometidas a un plazo de caducidad (cfr. arts. 131-141 CC).
TEMA 5:LA EDAD.DISCAPACIDAD Y MEDIDAS DE APOYO
LA EDAD
La edad es el tiempo que ha pasado desde el nacimiento de una persona, hasta el momento en el que se
esta tomando en consideración. Su significado jurídico nos permite saber si un individuo es capaz o no de
realizar un determinado acto jurídico.
La mayoría de edad:son los 18 años en la actualidad, supone que la persona alcanza la plena
independencia, o lo que es lo mismo, deja de estar bajo un régimen de guarda, implica también quelos
representantes legales dejan de actuar por él, además cesa la protección que el ordenamiento jurídico les
confería, y por último se alcanza la capacidad de obrar general , salvo que el individuo hubiese sido
incapacitado antes de la mayoría de edad.
La minoría de edad:Los menores no tienen capacidad para disponer de sus bienes, para administrarlos, ni
para contratar, pero si capacidad jurídica, esto busca proteger al menor ante su inexperiencia y su
inmadurez, evitando así que determinados individuos puedan aprovecharse de ello. Su capacidad legal se
verá representada por la de su representante.
Los menores pueden causar daños a bienes o personales a terceros , ante esto el Art 1903, se encarga de
regularlo, y dicta que responden los padres o tutores que habiten en su compañía debido a la negligencia
cumplido por estos en la vigilancia del menor,es decir in vigilando.
Los padres están en su derecho de demostrar que ellos fueron diligentes a la hora de vigilar al menor,
quedando así inexonerados de tal responsabilidad si así lo demuestran. En este caso, responderá el menor
con su propio patrimonio, y de no tenerlo deberá de esperar a que los tenga y responder entonces con los
mismos.
Los actos que pueden realizar los menores son: la adquisición de las cosas, ejercer sus derechos de la
personalidad y aceptar donaciones puras.
Además a partir de los 12 años el menor deberá ser oído por el juez en el proceso en el que sus padres se
enfrenten por su patria potestad, hemos de añadir que se exige su consentimiento para la adopción y para
la constitución de tutela a partir de los 14 el menor puede cambiar su nacionalidad y vecindad civil,
puede otorgar testamento siempre que no sea ológrafo, además puede contraer matrimonio previa
dispensa judicial y además podrá intervenir como testigo en cualquier procedimiento judicial cuando el
juez considere que tiene discernimiento suficiente.
A partir de los 16 debe prestar su consentimiento para la emancipación y administrar los bienes
adquiridos con su trabajo o industria.
Emancipación. Es un estado intermedio entre la mayoría y minoría de edad, en nuestro sistema existen 4
supuestos de emancipación:
1. Emancipación por concesión de quienes ejercen la patria potestad:es decir de los padre (Art. 317), se
refiere a un menos que haya cumplido los 16 años y que consienta la emancipación, y se realiza en
escritura pública o por comparecencia en el registro civil.
2. Emancipación por concesión judicial: (art 320)
La emancipación habilita al menor para regir en sus bienes como si fuera mayor con las excepciones que
marca la ley, esto supone que en al ámbito personal no tiene restricciones, pero si en el patrimonial , el
menor emancipado no puede tomar dinero a préstamo ni enajenar ni gravar bienes inmueble,
establecimientos mercantiles ni bienes muebles de extraordinario valor sin el consentimiento de sus padre
o curador.
LA INCAPACITACIÓN
Art. 199 del Código Civil : La capacidad de obrar de las personas solo puede venir limitada por ley o por
una sentencia judicial. De aquí se deriva el concepto de incapacitación.
Esta implica la incapacitación de la capacidad de obrar de una personaa través de una sentencia que pone
fin a un procedimiento judicial. Esa sentencia, al limitar la capacidad de obrar de la persona, modifica su
estado civil convirtiéndolo en incapacitado.
La incapacitación en nuestro ordenamiento se regula en los Artículos 199 a 201 y también 756 y
siguientes de la ley de enjuiciamiento civil. Esta ley, como todas las demás, se conoce por su acrónimo,es
decir, como LEC (Ley de enjuiciamiento civil).
El Art. 200 dice: Que son causas de incapacitación las enfermedades y deficiencias de carácter persistente
de carácter físico y psíquico que impiden a una persona gobernarse por si misma. Se tienen que dar las
dos circunstancias.
Se pasa a un sistema de autoridad. Además, junto con la tutela aparece la curatela así como la figura del
defensor judicial.
a.Todos tenemos la misma capacidad jurídica, tanto las personas con discapacidades como las que no.Aún
teniendo en cuenta esto, necesitamos un régimen jurídico especial para estas personas y además es
totalmente prioritario respetar la voluntad de la persona. Esta voluntad se puede legislar siempre y cuando
no perjudique a la persona
La guarda de hecho es una medida informal de apoyo a una persona con discapacidad puede existir
cuando no haya medidas voluntarias o judiciales que se estén aplicando eficazmente (artículo 250, párrafo
4º, del CC). Por tanto, si existen medidas voluntarias o judiciales de apoyo que se están aplicando
eficazmente, no puede existir una situación de guarda de hecho (artículo 263 del CC).
Implica una situación de hecho, en la que los apoyos se prestan de manera natural, a través de personas
del entorno familiar, social o comunitario de la persona con discapacidad.
Podemos definir al guardador de hecho como la persona que de manera natural y espontánea, por
iniciativa propia, sin tener una investidura judicial formal, asiste y ayuda de manera estable y continuada
a una persona con discapacidad, a la que normalmente le une una relación de confianza por ser familiar,
amigo o allegado.
Al ser la guarda de hecho una medida informal -pero reconocida legalmente y operativa-, se plantea
la cuestión de cómo se acredita o prueba su existencia. A este respecto caben todos los medios
de prueba, desde un acta notarial que así lo recoja y certifique, hasta un certificado de los
servicios sociales de la Administración pública que tenga constancia de su existencia, e incluso la
comparecencia y constatación ante la Autoridad judicial o el Ministerio Fiscal.
Funciones de tipo asistencial: Los apoyos que suele prestar el guardador de hecho a la persona con
discapacidad suelen ser de tipo asistencial. Puede alimentarle; puede ayudarle a realizar actos elementales
como es asearse, vestirse, cocinar, comer, tomar la medicación que precise, hacer la compra cotidiana,
realizar trámites administrativos, gestionar su dinero si lo tiene,etc.
Funciones de tipo representativo: Son excepcionales, y a través de ellas el guardador actúa en nombre
de la persona con discapacidad en actos o negocios que le afecten o sean de su interés.
El artículo 264 del CC señala que cuando sea precisa una actuación representativa del
guardador de hecho, este habrá de obtener la autorización judicial para realizarla y deberá ser
ejercitada de conformidad con la voluntad, deseos y preferencias de la persona con discapacidad.
En todo caso, quien ejerza la guarda de hecho deberá recabar autorización para prestar consentimiento en
los actos enumerados en el artículo 287.
Sin embargo, no será necesaria autorización judicial cuando el guardador solicite una prestación
económica a favor de la persona con discapacidad, siempre que esta no suponga un cambio significativo
en la forma de vida de la persona, o realice actos jurídicos sobre bienes de esta que tengan escasa
relevancia económica y carezcan de especial significado personal o familiar.
De conformidad con lo dispuesto en el artículo 266 del CC, el guardador de hecho tiene derecho al
reembolso de los gastos justificados y a la indemnización por los daños derivados de la guarda, a
cargo de los bienes de la persona a la que presta apoyo.
- La autoridad judicial podrá exigir que el guardador rinda cuentas de su actuación en cualquier momento.
1.º Cuando la persona a quien se preste apoyo solicite que este se organice de otro modo.
2.º Cuando desaparezcan las causas que la motivaron.
3.º Cuando el guardador desista de su actuación, en cuyo caso deberá ponerlo previamente en
conocimiento de la entidad pública que en el respectivo territorio tenga encomendada las
funciones de promoción de la autonomía y asistencia a las personas con discapacidad.
4.º Cuando, a solicitud del Ministerio Fiscal o de quien se interese por ejercer el apoyo de la persona bajo
guarda, la autoridad judicial lo considere conveniente.
La curatela es una medida formal de apoyo, adoptada por la autoridad judicial, que se aplica a
las personas con discapacidad que precisen el apoyode modo continuado.
La resolución judicial que constituya la curatela como medida de apoyo debe tener en cuenta
las siguientes consideraciones legales:
1º.- Que se constituirá la curatela cuando no exista otra medida de apoyo suficiente. 2º.-
Que la extensión de la curatela vendrá determinada en armonía con la situación y circunstancias de
la persona con discapacidad y con sus necesidades de apoyo, concretando los actos para
los que la persona requiere la asistencia del curador en el ejercicio de su capacidad jurídica(principios
de proporcionalidad y necesidad)
.3º.- Que sólo en casos excepcionales, debido a las graves limitaciones que presente la persona con
discapacidad en el ejercicio de su capacidad jurídica, se constituirá una curatela representativa, es
decir, aquellos supuestos en que el curador asume la representación legal de la persona con discapacidad
y la administración de sus bienes.
4º.- Que se debe respetar siempre la máxima autonomía de la persona con discapacidad en el ejercicio de
su capacidad jurídica, y atender a su voluntad, deseos y preferencias. No se trata de suplir su voluntad,
sino de asistirle y apoyarle para que la pueda ejercer y manifestar por si mismo.
5º.- Que la resolución judicial no podrá incluir la mera privación de derechos y puede
establecer medidas de control en el ejercicio de la curatela.
Es una medida voluntaria de apoyo, de carácter preferente a cualquier otra medida de apoyo, que consiste
en que una persona mayor de edad o menor emancipada, en previsión de la concurrencia de circunstancias
que puedan dificultarle el ejercicio de su capacidad jurídica en igualdad de condiciones con las demás,
propone en escritura pública el nombramiento o la exclusión de una o varias personas determinadas para
el ejercicio de la función de curador.
En esa misma escritura pública otorgada ante Notario puede establecer disposiciones sobre
el funcionamiento y contenido de la curatela y, en especial, sobre el cuidado de su
persona, reglas de administración y disposición de sus bienes, retribución del curador,
obligación de hacer inventario o su dispensa y medidas de vigilancia y control, así como
proponer a las personas que hayan de llevarlas a cabo. También se puede delegar en el cónyuge o en otra
persona la elección del curador entre los designados en la escritura.
Cuando la curatela sea confiada a varias personas, la autoridad judicial establecerá el modo
de funcionamiento, respetando la voluntad de la persona que precisa el apoyo.
El curador nombrado debe aceptar el cargo y tomar posesión del mismo en el Juzgado que le haya
designado como tal curador. En el acta de toma de posesión se consignan los derechos y deberes que tiene
como tal curador y se le entrega una certificación que le sirva para acreditar su condición de curador
respecto de la persona concreta con discapacidad para la que fue designado.
El curador con facultades representativas estará obligado a hacer inventario del patrimonio de la
persona en cuyo favor se ha establecido el apoyo dentro del plazo de sesenta días, a
contar desde aquel en que hubiese tomado posesión de su cargo.El inventario se formará ante el
letrado de la Administración de Justicia, concitación de las personas que estime conveniente.
El dinero, alhajas, objetos preciosos y valores mobiliarios o documentos que, a juicio del letrado de la
Administración de Justicia, no deban quedaren poder del curador serán depositados en un establecimiento destinado a
este efecto.
Los gastos que las anteriores medidas ocasionen correrán a cargo de los bienes de la persona en cuyo apoyo se haya
establecido la curatela.
La curatela se extingue de pleno derecho por la muerte o declaración de fallecimiento de la persona con medidas de
apoyo.Asimismo, la curatela se extingue por resolución judicial cuando ya no sea precisa esta medida de apoyo o
cuando se adopte una forma de apoyo más adecuada para la persona sometida a curatela.
Es una medida formal de apoyo, acordada por la autoridad judicial, que procede cuando la necesidad de apoyo a
una persona con discapacidad sea precisa de forma ocasional, aunque sea recurrente.
TEMA 6:NACIONALIDAD Y VECINDAD CIIVIL.EL DOMICILIO
NACIONALIDAD
Clases
Originaria: la adquirimos desde el principio, desde que se nace. NUNCA SE PIERDE POR SANCIÓN.
Automática: el derecho atribuye la nacionalidad de forma automática. No hay que llevar a cabo ninguna
solicitud ( normalmente es originaria).
Adquisición
a)Originaria
- Ius sanguinis (art 17.1 a): hecho biológico de sangre, genético. Adquisición más importante,
automática. Españoles de origen, es decir, padre o madre españoles, independientemente de
donde nazca.
- Ius soli (art 17.1 b, c y d): este es un criterio secundario. Los nacidos en España de padres
extranjeros, pero al menos uno de ellos han nacido en España (b), los nacidos en España de
padres extranjeros pero no tienen nacionalidad o si la legislación de los países de origen de sus
padres no otorga la nacionalidad (c) , los nacidos en España cuya filiación no ha sido
determinada, es decir, no se sabe quienes son sus padres (d).
- Por opción (art 17.2, 19.2 y 20 c): un menor de madre o padre extranjero que descubre a los 18
años o más que el otro progenitor es español, puede optar por la nacionalidad española con un
reconocimiento de filiación y tiene 2 años para ello. Si el adoptado es mayor de 18 años, podrá
optar por la nacionalidad española, tiene un plazo de 2 años para solicitar la nacionalidad
española ( 19.2 ).
- Por adopción (art 19.1): cuando hay una adopción de un menor con una nacionalidad distinta a la
española, adquiere automáticamente la nacionalidad española.
b)Derivativa
- Por opción (art 20.1 a, b): personas que hayan tenido o tengan un progenitor español.
- Posesión de Estado (art 18.1): la posesión y uso de la nacionalidad española durante mín 10 años
de forma continuada y de buena fe. Si hay fraude no se acepta y se anula la nacionalidad, pero si
es un error se recurre a posesión de Estado.
- Carta de naturaleza (art 21.1): esta es una adquisición de la nacionalidad excepcional, esta se
otorga de forma discrecional por las instituciones a través de Real decreto. El sujeto solicita la
nacionalidad alegando que tiene cierto vínculo con España, que ha realizado una labor
beneficiosa para el país. Son personas que hablan el idioma y que conocen nuestras costumbres
- Por residencia (art 21.2 y 22): tiene unos requisitos comunes para empezar debe ser una
residencia legal y continuada e ininterrumpida, en tiempo inmediatamente anterior a la solicitud.
Sólo se les concede a aquellos que no tengan antecedentes penales, además cada caso es
evaluado individualmente y se le concederá en función de las circunstancias personales. Los
plazos son :
a. 5 años para personas que tengan condición de refugiado o asilo
b. 2 años para personas con nacionalidad de origen de países con gran vinculación a España (
brasil, andorra portugal, guinea ecuatorial, filipinas, países iberoamericanos), los sefardíes
(judios expulsados de la península )
c. 1 año por matrimonio
Los requisitos comunes necesarios para adquirir la nacionalidad española derivada, poropción, carta de
naturaleza o residencia se encuentran en el art 23:
a) Que el mayor de catorce años y capaz para prestar una declaración por sí jure oprometa fidelidad al
Rey y obediencia a la Constitución y a las leyes.
b) Que la misma persona declare que renuncia a su anterior nacionalidad. Quedan asalvo de este requisito
los naturales de países mencionados en el apartado 1 del artículo24 y los sefardíes originarios de España.
La nulidad de la nacionalidad se explica en el art 25.2: 2. La sentencia firme que declare que el
interesado ha incurrido en falsedad, ocultación o fraude en la adquisición de la nacionalidad española
produce la nulidad de tal adquisición, si bien no se derivarán de ella efectos perjudiciales para
terceros de buena fe. La acción de nulidad deberá ejercitarse por el Ministerio Fiscal de oficio o en virtud
de denuncia, dentro del plazo de quince años.
La privación de la nacionalidad se encuentra en el art 25: 1. Los españoles que no lo sean de origen
perderán la nacionalidad:
Cuando durante un período de tres años utilicen exclusivamente la nacionalidad a laque hubieran
declarado renunciar al adquirir la nacionalidad española.
Cuando entren voluntariamente al servicio de las armas o ejerzan cargo político en un Estado extranjero
contra la prohibición expresa del Gobierno.
2. La sentencia firme que declare que el interesado ha incurrido en falsedad, ocultación o fraude en la
adquisición de la nacionalidad española produce la nulidad de tal adquisición, si bien no se
derivarán de ella efectos perjudiciales para terceros de buena fe. La acción de nulidad deberá ejercitarse
por el Ministerio Fiscal de oficio o en virtud de denuncia, dentro del plazo de quince años.
Para poder recuperar la nacionalidad española, se tienen que cumplir los requisitos especificados en el
art 26: 1. Quien haya perdido la nacionalidad española podrá recuperarla cumpliendo los
siguientes requisitos:
Ser residente legal en España. Este requisito no será de aplicación a los emigrantes nia los hijos
de emigrantes. En los demás casos podrá ser dispensado por el Ministro deJusticia cuando
concurran circunstancias excepcionales.
Declarar ante el encargado del Registro Civil su voluntad de recuperar la
nacionalidad española.
Inscribir la recuperación en el Registro Civil.
Situación jurídica de los extranjeros en España, art 27: Los extranjeros gozan en España de los mismos
derechos civiles que los españoles, salvo lo dispuesto en las Leyes especiales y en los Tratados.
Nacionalidad de las personas jurídicas, art 28: Las corporaciones, fundaciones y asociaciones,
reconocidas por la ley y domiciliadas en España, gozarán de la nacionalidad española,
siempre que tengan el concepto de personas jurídicas con arreglo a las disposiciones del presente Código.
Las asociaciones domiciliadas en el extranjero tendrán en España la consideración y los derechos que
determinen los tratados o leyes especiales.
VECINDAD CIVIL
La vecindad determina la sujeción al Derecho civil común o al especial o foral. Implica la pertenencia a
una comunidad regional con derecho propio, especial o foral. No se debe confundir con la simple
vecindad administrativa.
El Estado tiene competencia exclusiva sobre determinadas materias; una de ellas es la vecindad civil, la
cual se encuentra regulada en el art 149.1. 8ª CE: Legislación civil,sin perjuicio de la conservación,
modificación y desarrollo por las Comunidades Autónomas de los derechos civiles, forales o
especiales, allí donde existan. En todo caso, las reglas relativas a la aplicación y eficacia de las normas
jurídicas, relaciones jurídico-civiles relativas a las formas de matrimonio, ordenación de los
registros e instrumentos públicos, bases de las obligaciones contractuales, normas para resolver los
conflictos de leyes y determinación de las fuentes del derecho, con respeto, en este último caso, a las
normas de derecho foral o especial.
Adquisición
-ius sanguinis(art 14.2):Tienen vecindad civil en territorio de derecho común, o en uno de los de derecho
especial o foral, los nacidos de padres que tengan tal vecindad.Por la adopción, el adoptado no
emancipado adquiere la vecindad civil de los adoptantes.
-Ius soli(art 14.3):Si al nacer el hijo, o al ser adoptado, los padres tuvieren distinta vecindad civil, el hijo
tendrá la que corresponda a aquél de los dos respecto del cual la filiación haya sido determinada antes; en
su defecto, tendrá la del lugar del nacimiento y, en último término, la vecindad de derecho común.Sin
embargo, los padres, o el que de ellos ejerza o le haya sido atribuida la patria potestad, podrán atribuir
al hijo la vecindad civil de cualquiera de ellos en tanto no transcurran los seis meses siguientes al
nacimiento o a la adopción.
En todo caso el hijo desde que cumpla catorce años y hasta que transcurra un año después de su
emancipación podrá optar bien por la vecindad civil del lugar de su nacimiento, bien por la última
vecindad de cualquiera de sus padres. Si no estuviera emancipado, habrá de ser asistido en la opción por
el representante legal.
Por opción(art 14.4): El matrimonio no altera la vecindad civil. No obstante, cualquiera de los cónyuges
no separados, ya sea legalmente o de hecho, podrá, en todo momento,optar por la vecindad civil del otro.
1.° Por residencia continuada durante dos años, siempre que el interesado manifieste ser esa su
voluntad.
2.° Por residencia continuada de diez años, sin declaración en contrario durante este plazo.
Vecindad civil del extranjero nacionalizado, art 15: 1. El extranjero que adquiera la nacionalidad española
deberá optar, al inscribir la adquisición de la nacionalidad, por cualquiera de las vecindades siguientes:
Esta declaración de opción se formulará, atendiendo a la capacidad del interesado para adquirir la
nacionalidad, por el propio optante, por sí o asistido de su representante legal, o por este último.
Cuando la adquisición de la nacionalidad se haga por declaración o a petición del
representante legal, la autorización necesaria deberá determinar la vecindad civil por la que se ha de
optar.
2. El extranjero que adquiera la nacionalidad por carta de naturaleza tendrá la vecindad civil que el Real
Decreto de concesión determine, teniendo en cuenta la opción de aquél,de acuerdo con lo que dispone el
apartado anterior u otras circunstancias que concurran en el peticionario.
3. La recuperación de la nacionalidad española lleva consigo la de aquella vecindad civil que ostentara el
interesado al tiempo de su pérdida.
4. La dependencia personal respecto a una comarca o localidad con especialidad civil propia o distinta,
dentro de la legislación especial o foral del territorio correspondiente,se regirá por las disposiciones de
este artículo y las del anterior.
DOMICILIO
El domicilio, en un sentido civil, es el lugar que la ley considera como centro o sede jurídica de una
persona.
Así pues, se habla de domicilio para indicar la vivienda que se ocupa, y otras la población o distrito,
región o país donde se reside.
Domicilio especial: son los diversos lugares que la ley estima sedes de la persona para ciertos asuntos
solamente, por ejemplo, el domicilio fiscal, que rige el pago de impuestos, el domicilio procesal…
AUSENCIA
Concepto de ausencia: Situación de una persona que se encuentra en paradero desconocido, de la que no
se han tenido noticias durante un tiempo prolongado y que obliga a adoptar medidas de administración y
conservación de su patrimonio.
Requisitos para el nombramiento de un defensor: En todo caso, desaparecida una persona de su domicilio
o del lugar de su última residencia, sin haberse tenido en ella más noticias, podrá el Secretario judicial, a
instancia de parte interesada o del Ministerio Fiscal, nombrar un defensor que ampare y represente al
desaparecido en juicio o en los negocios que no admitan demora sin perjuicio grave. Se exceptúan los
casos en que aquél estuviese legítimamente representado voluntariamente conforme al artículo 183.
Solicitud(art 69 LJV): 1. En los casos de desaparición de una persona, si se solicitare por parte legitimada
o por el Ministerio Fiscal, conforme al artículo 181 del Código Civil, el nombramiento de un defensor,
acreditados los requisitos que dicho precepto establece, se nombrará por el Secretario judicial defensor a
quien corresponda, previa celebración de comparecencia en el plazo máximo de cinco días desde la
presentación de la solicitud, a la que se citará a los interesados y al Ministerio Fiscal y se oirá a los
testigos propuestos por el solicitante.
Competencias del defensor: podrá adoptar, según su prudente arbitrio, las medidas necesariasa la
conservación del patrimonio.
Requisitos para que proceda, art 183: Se considerará en situación de ausencia legal al
desaparecido de su domicilio o de su última residencia: 1º. Pasado un año desde las últimas noticias o a
falta de éstas desde su desaparición, si no hubiese dejado apoderado con facultades de
administración de todos sus bienes. 2º. Pasados tres años, si hubiese dejado encomendada por
apoderamiento la administración de todos sus bienes. La muerte o renuncia justificada del mandatario,
o la caducidad del mandato, determina la ausencia legal, si al producirse aquéllas se ignorase
el paradero del desaparecido y hubiere transcurrido un año desde que se tuvieron las últimas noticias, y,
en su defecto, desde su desaparición. Inscrita en el Registro Civil la declaración de ausencia, quedan
extinguidos de derecho todos los mandatos generales o especiales otorgados por el ausente.
Solicitud( art 182): Tiene la obligación de promover e instar la declaración de ausencia legal: El cónyuge
del ausente no separado legalmente, los parientes consanguíneos hasta el cuarto grado y el Ministerio
fiscal de oficio o a virtud de denuncia. Podrá, también, pedir dicha declaración cualquier
persona que racionalmente estime tener sobre los bienes del desaparecido algún derecho
ejercitable en vida del mismo o dependiente de su muerte.
Orden de nombramiento del representante, art 184: Salvo motivo grave apreciado por el Secretario
judicial, corresponde la representación del declarado ausente, la pesquisa de su persona, la protección y
administración de sus bienes y el cumplimiento de sus obligaciones:
2.º Al hijo mayor de edad; si hubiese varios, serán preferidos los que convivían con el ausente y el mayor
al menor.
4.º A los hermanos mayores de edad que hayan convivido familiarmente con el ausente, con preferencia
del mayor sobre el menor .En defecto de las personas expresadas, corresponde en toda su extensión a la
persona solvente de buenos antecedente que el Secretario judicial, oído el Ministerio fiscal, designe a su
prudente arbitrio.
Clases de representante
Privilegiados: el cónyuge presente mayor de edad no separado legalmente o de hecho; el hijo mayor
de edad y, de haber varios, se preferirán los que convivían con el ausente y al mayor; el ascendiente más
próximo de menos edad de una u otra línea.
Normas comunes, art 185: 1.ª Inventariar los bienes muebles y describir los inmuebles de
surepresentado.2.ª Prestar la garantía que el Secretario judicial prudencialmente fije. Quedan exceptuados
los comprendidos en los números 1.º, 2.º y 3.º del artículo precedente.3.ª Conservar y defender el
patrimonio del ausente y obtener de sus bienes los rendimientos normales de que fueren susceptibles.4.ª
Ajustarse a las normas que en orden a la posesión y administración de los bienes del ausente se
establecen en la Ley Procesal Civil.
Del r. legítimo privilegiado, art 186.1: disfrutarán de la posesión temporal del patrimonio del ausente y
harán suyos los productos líquidos en la cuantía que el Secretario judicial señale,habida consideración al
importe de los frutos, rentas y aprovechamientos, número de hijos del ausente y obligaciones
alimenticias para con los mismos, cuidados y actuaciones que la representación requiera,
afecciones que graven al patrimonio y demás circunstancias de la propia índole.
Del r. legítimo no privilegiado, art 186. 2: disfrutarán, también, de la posesión temporal y harán suyos los
frutos, rentas y aprovechamientos en la cuantía que el Secretario judicial señale, sin que en ningún caso
puedan retener más de los dos tercios de los productos líquidos, reservándose el tercio restante para el
ausente, o, en su caso, para sus herederos o causahabientes.
Fin de la ausencia
-Por reaparición( art 187.2, 75 LJV): Si apareciese el ausente, deberá restituírsele su patrimonio, pero no
los productos percibidos, salvo mala fe interviniente, en cuyo caso la restitución comprenderá también los
frutos percibidos y los debidos percibir a contar del día en que aquélla se produjo, según la declaración
del Secretario judicial.
1.Si se presentare alguna persona que dijese ser el declarado ausente o fallecido, el Secretario judicial
ordenará que sea identificada por los medios adecuados que podrá acordar de oficio o a instancia del
interesado, convocando comparecencia a la que serán citados la persona presentada, el Ministerio Fiscal y
todos los que hubieren intervenido en el expediente de declaración.
Terminada la comparecencia, el Secretario judicial dictará decreto dentro de los tres días siguientes por el
que se dejará sin efecto o se ratificará la resolución de declaración de ausencia o fallecimiento.
3. Si la persona que dijese ser el desaparecido lo solicitare y aportase identificación documental que el
Secretario judicial considerase bastante para ello, podrá decretarse la suspensión de la actuación del
representante del declarado ausente hasta la celebración de la comparecencia.
-Por muerte o declaración de fallecimiento(art 188 I, art 75.4 LJV y art 76 LJV): Si en el transcurso de la
posesión temporal o del ejercicio de la representación dativa se probase la muerte del declarado ausente,
se abrirá la sucesión en beneficio de los que en el momento del fallecimiento fuesen sus sucesores
voluntarios o legítimos, debiendo el poseedor temporal hacerles entrega del patrimonio del difunto, pero
reteniendo, como suyos, los productos recibidos en la cuantía señalada.
Si se presentase un tercero acreditando por documento fehaciente haber adquirido, por compra u otro
título, bienes del ausente, cesará la representación respecto de dichos bienes, que quedarán a disposición
de sus legítimos titulares.
Si en cualquier momento durante la sustanciación de alguno de los expedientes a que se refieren los
artículos anteriores de este Capítulo se comprobara el fallecimiento del desaparecido o ausente, se
archivará el expediente y quedarán sin efecto las medidas que se hubieran adoptado.
Causas
1º. Transcurridos diez años desde las últimas noticias habidas del ausente, o, a falta de éstas, desde su
desaparición.
2º. Pasados cinco años desde las ultimas noticias o, en defecto de éstas, desde su desaparición,si al expirar
dicho plazo hubiere cumplido el ausente setenta y cinco años.Los plazos expresados se computarán desde
la expiración del año natural en que se tuvieron lasúltimas noticias, o, en su defecto, del en que ocurrió la
desaparición.
3º. Cumplido un año, contado de fecha a fecha, de un riesgo inminente de muerte por causa de violencia
contra la vida, en que una persona se hubiese encontrado sin haberse tenido, con posterioridad a la
violencia, noticias suyas. En caso de siniestro este plazo será de tres meses.
4º. De los que perteneciendo a un contingente armado o unidos a él en calidad de funcionarios auxiliares
voluntarios, o en funciones informativas, hayan tomado parte en operaciones de campaña y desaparecido
en ellas luego que hayan transcurrido dos años, contados desde la fecha del tratado de paz, y en caso de
no haberse concertado, desde la declaración oficial de fin de la guerra.
5.º De los que resulte acreditado que se encontraban a bordo de una nave cuyo naufragio o desaparición
por inmersión en el mar se haya comprobado, o a bordo de una aeronave cuyo siniestro se haya verificado
y haya evidencias racionales de ausencia de supervivientes.
6.º De los que no se tuvieren noticias después de que resulte acreditado que se encontraban a bordo de una
nave cuyo naufragio o desaparición por inmersión en el mar se haya comprobado a bordo de una aeronave
cuyo siniestro se haya verificado, o, en caso de haberse encontrado restos humanos en tales supuestos, y
no hubieren podido ser identificados, luego que hayan transcurrido ocho días.
7.ºDe los que se encuentren a bordo de una nave que se presuma naufragada o desaparecida por inmersión
en el mar, por no llegar a su destino, o si careciendo de punto fijo de arribo, no retornase y haya
evidencias racionales de ausencia de supervivientes, luego que en cualquiera de los casos haya
transcurrido un mes contado desde las últimas noticias recibidas o, por falta de éstas, desde la fecha de
salida de la nave del puerto inicial del viaje.
8.º De los que se encuentren a bordo de una aeronave que se presuma siniestrada al realizar elviaje sobre
mares, zonas desérticas o inhabitadas, por no llegar a su destino, o si careciendo de punto fijo de arribo,
no retornase, y haya evidencias racionales de ausencia de supervivientes, luego que en cualquiera de los
casos haya transcurrido un mes contado desde las últimas noticias de las personas o de la aeronave y, en
su defecto, desde la fecha de inicio del viaje. Si éste se hiciere por etapas, el plazo indicado se computará
desde el punto de despegue del que se recibieron las últimas noticias.
Efectos
Por la declaración de fallecimiento cesa la situación de ausencia legal, pero mientras dicha declaración no
se produzca, se presume que el ausente ha vivido hasta el momento en que deba reputársele fallecido,
salvo investigaciones en contrario. Toda declaración de fallecimiento expresará la fecha a partir de
la cual se entienda sucedida la muerte, con arreglo a lo preceptuado en los artículos precedentes, salvo
prueba en contrario. Firme la declaración de fallecimiento del ausente, se abrirá la sucesión en los bienes
del mismo, procediéndose a su adjudicación conforme a lo dispuesto legalmente. Los herederos no
podrán disponer a título gratuito hasta cinco años después de la declaración del fallecimiento. Hasta que
transcurra este mismo plazo no serán entregados los legados, si los hubiese, ni tendrán derecho a exigirlos
los legatarios, salvo las mandas piadosas en sufragio del alma del testador o los legados a favor de
Instituciones de beneficencia. Será obligación ineludible de los sucesores, aunque por tratarse
de uno solo no fuese necesaria partición, la de formar notarialmente un inventario detallado de los bienes
muebles y una descripción de los inmuebles.
1.CONCEPTO.REGULACIÓN
El Registro Civil (en adelante, RC) es un organismo dependiente del Ministerio de Justicia cuyo objeto es
tomar constancia oficial de los hechos y actos referidos al estado civil de las personas, y aquellos otros
determinados legalmente (art. 2.2). Asimismo, tiene la función de garantizar la veracidad de esos hechos
(art. 13), y de facilitar su conocimiento (art. 15) y prueba (art. 17). Favorece de este modo la seguridad
jurídica en las relaciones interpersonales, que es una finalidad común a todos los Registros jurídico-
privados.
El CC se refería al Registro al final de su Libro I, en los arts. 325-332, hoy derogados. Este escaso
número de preceptos se explicaba porque unos veinte años antes de la promulgación del Código, en 1870,
se había dictado una ley especial en la materia, cuya vigencia quedó expresamente salvada. Esta norma
especial se sustituyó primero por la Ley de 8 de junio de 1957, y después por la Ley 20/2011, de 21 de
julio, cuya completa entrada en vigor no se ha producido hasta abril de 2021 (en esta fecha quedaron
derogados los preceptos citados del CC)1. Sin embargo, la Ley de 2011 no tendrá aplicación práctica
hasta que las diferentes oficinas del Registro «cuenten con los medios y sistemas informáticos y las
condiciones de funcionamiento adecuadas»2, y mientras tanto seguirá aplicándose la Ley de 19573. Esta
insólita situación propiciada por el legislador obliga a explicar la Ley de 2011 haciendo referencias
frecuentes a la anterior.
La Ley de 2011 consta de 100 artículos, y está estructurada en los siguientes Títulos:
Aunque hay múltiples detalles que se toman del régimen de 1957, se modifican sin embargo los
fundamentos sobre los que se asienta el sistema:
Tanto en la Ley’57 como en la Ley’11, toda inscripción hecha en el RC tiene necesariamente como sujeto
a la persona. La diferencia entre ambos sistemas es el modo de organizar las inscripciones: - la Ley’57 las
agrupa en función del hecho inscrito, según se trate de nacimientos, matrimonios, defunciones y
representaciones legales, dando lugar a cuatro secciones distintas del Registro4. - la Ley’11 prevé la
apertura de un folio personal para cada individuo, donde constarán cronológicamente todas las
circunstancias inscribibles que le hayan sucedido, de manera que concentrará el historial jurídico-civil de
la persona (art. 5). Con la primera inscripción, que en la mayoría de los casos será la de nacimiento, se
asignará un código personal, secuencia alfanumérica invariable al estilo de la del DNI (art. 6).
b. desjudicialización parcial
El art. 9 de la Ley’57 y el art. 2.1 de la Ley’11 (precepto este que reproduce casi exactamente el anterior)
configuran el RC como un órgano dependiente del Ministerio de Justicia a través de la Dirección General
de los Registros y del Notariado (en adelante, DGRN):
- pero, mientras que el art. 10 de la Ley’57 encarga a un Juez de Primera Instancia la gestión de
los Registros municipales (que son la mayoría de los existentes), el art. 20.2 de la Ley’11
atribuye esta responsabilidad al denominado «Encargado» del Registro. A esta persona se refiere
la DA 2ª de la misma Ley, que inicialmente preveía que podía no pertenecer a la carrera judicial,
aunque sí debía ser titulada en Derecho; pero tras una reforma a cargo de la Ley 6/2021, de 28 de
abril, deberá tratarse de Letrados de la Administración de Justicia (y también se modifica la DA
1ª para establecer que los puestos de trabajo en las Oficinas del Registro solo se cubran con
personal de la Administración de Justicia).
- en el mismo sentido, el art. 13 de la Ley’57, aunque deja la supervisión última de todo el RC en
la DGRN, confía la supervisión ordinaria de los Registros municipales al Juez correspondiente.
Desaparecido este último, en la Ley’11 la supervisión corresponde en exclusiva a la DGRN,
como remarca claramente el art. 26. Lógicamente, permanece la posibilidad de control judicial
ordinario de la actividad registral (art. 87).
3.CONTENIDO:HECHOS REGISTRABLES
Según el art. 9 de la Ley’11, que repite el art. 15 de la Ley’57, al RC acceden los hechos inscribibles que
afecten a españoles, con independencia de dónde hayan sucedido, y también los que afecten a extranjeros
que hayan sucedido en España.
El art. 4 de la Ley’11 detalla cuáles son los hechos y actos inscribibles (se reproduce a continuación el
artículo, destacando algunos que son objeto específico de estudio en Derecho Civil I):
«Tienen acceso al Registro Civil los hechos y actos que se refieren a la identidad, estado civil y demás
condiciones de la persona. Son, por tanto, inscribibles:
- 1.º El nacimiento.
- 2.º La filiación.
- 3.º El nombre y los apellidos y sus cambios.
- 4.º El sexo y el cambio de sexo.
- 5.º La nacionalidad y la vecindad civil.
- 6.º La emancipación y el beneficio de la mayor edad.
- 7.º El matrimonio. La separación, nulidad y divorcio.
- 8.º El régimen económico matrimonial legal o pactado.
- 9.º Las relaciones paterno-filiales y sus modificaciones.
- 10.º Los poderes y mandatos preventivos, la propuesta de nombramiento de curador y las
medidas de apoyo previstas por una persona respecto de sí misma o de sus bienes.
- 11.º Las resoluciones judiciales dictadas en procedimientos de provisión de medidas judiciales
de apoyo a personas con discapacidad.
- 12.º Los actos relativos a la constitución y régimen del patrimonio protegido de las personas con
discapacidad.
- 13.º La tutela del menor y la defensa judicial del menor emancipado.
- 14.º Las declaraciones de concurso de las personas físicas y la intervención o suspensión de sus
facultades.
- 15.º Las declaraciones de ausencia y fallecimiento.
- 16.º La defunción»
Coincidente en lo sustancial con el art. 1 de la Ley’57, esta relación es ligeramente más amplia porque se
mencionan de modo expreso hechos cuya inscripción antes quedaba implícita, o porque se añaden otros
que antes no existían (por ejemplo, los patrimonios protegidos del nº 12 es una figura creada por la Ley
41/2003, de 18 de noviembre, de Protección Patrimonial de las Personas con Discapacidad).
Más adelante la Ley’11 detallará el contenido de la inscripción de los diferentes hechos: nacimiento (arts.
44-57), matrimonio (arts. 58-61), defunción (arts. 62-67) y resto de supuestos (arts. 68-78).
4.PRINCIPIOS RECTORES
El Título II de la Ley’11 contiene los principios de funcionamiento del RC, en buena medida coincidentes
con los de la Ley’57:
Se trata de un mecanismo para procurar que solo se inscriban datos verdaderos, de modo que el contenido
registral sea fiel reflejo de la realidad. Consiste en que, sobre la base de la documentación presentada, el
Encargado del Registro debe examinar de oficio tanto las formalidades externas de esa documentación,
como la veracidad de los hechos relatados (su verosimilitud, la autenticidad de firmas o la capacidad de
las personas). En caso de surgir dudas fundadas, cuenta con un plazo de 10 días para hacer las
comprobaciones oportunas.
El Encargado del Registro actúa de oficio, no solo a instancia del interesado. Por eso debe dar curso a la
inscripción al recibir los títulos necesarios, aunque no haya sido promovida por el interesado, sino por la
entidad o Autoridad a quien la Ley imponga el deber de solicitarla. El plazo para practicar o denegar la
inscripción es de 5 días (si no es necesario hacer comprobaciones), salvo la defunción que es el mismo día
(art. 33.1; en la Ley’57 cfr. art. 28).
Este principio, reconocido también por la Ley’57 en su art. 6, se corresponde con una de las funciones
básicas del RC. Cada persona tiene acceso libre a su registro individual; es también posible acceder al de
otra persona, pero debe constar la identidad del solicitante y existir un interés legítimo. Por su parte, las
Administraciones y funcionarios públicos tienen también acceso al RC, pero solo en el desempeño de sus
funciones y bajo su responsabilidad.
El art. 27 de la Ley’11 solo permite el acceso al RC de hechos que consten en documentos judiciales,
administrativos, notariales o registrales, o emitidos por las entidades a las que se obliga a notificar el
acaecimiento de hechos inscribibles (por ejemplo, el certificado médico de un hospital); documentos, por
tanto, en los que es poco probable que consten datos no veraces; además, el Encargado debe realizar el
control de legalidad de los mismos antes de proceder a la inscripción. Sobre esta base, el art. 16 presume
iuris tantum que lo inscrito coincide exactamente con la realidad. Cuando no sea así, podrá instarse en vía
judicial la rectificación del asiento correspondiente.
La exactitud del RC se completa con la presunción (también iuris tantum) de integridad del art. 19.1, por
cuya virtud se entiende que el Registro refleja la todos los aspectos con trascendencia jurídica del hecho
inscrito.
Aunque, para el interesado, los efectos jurídicos del hecho inscribible se produzcan ipso facto, sin esperar
a la inscripción, no es así para terceros de buena fe (aquellos desconocedores de que el hecho ha tenido
lugar). Por mandato legal, a estos terceros no les son oponibles (es decir, no se pueden alegar en su
contra) los hechos registrables mientras no se inscriban. Este principio es una exigencia del sistema, pues
si el RC tiene como función facilitar la publicidad y la prueba de esos hechos, pero pudieran oponerse a
terceros que los desconocían pese a no estar inscritos, quedaría comprometida la confianza en el Registro
y, por tanto, el cumplimiento de su fin. A la vez, el principio fomenta que efectivamente se inscriban la
mayoría de los hechos previstos, de modo que el contenido registral refleje la realidad lo más fielmente
posible.
5.ORGANIZACIÓN TERRITORIAL
La Ley’11 organiza el RC sobre la base de la estructura territorial del Estado, en los arts. 20-24:
a. las oficinas generales son a las que habitualmente se dirigirán los particulares, y realizarán por tanto la
mayoría de inscripciones y certificaciones. Debe haber al menos una por Comunidad o Ciudad Autónoma
(salvo en Canarias y Baleares, que habrá una por isla), pudiéndose crear otras por cada medio millón de
habitantes. Como regla, cada oficina es competente para registrar los hechos que hayan sucedido en su
territorio.
b. la oficina central será competente para realizar las inscripciones a las que no sea aplicable el criterio de
territorialidad (por ejemplo, los hechos sucedidos en el extranjero), para las derivadas de resoluciones de
la DGRN, o en general para las previstas por las leyes.
c. las oficinas consulares se localizarán en cada Misión Diplomática, y registrarán los hechos relativos a
españoles ocurridos en la respectiva circunscripción.
En la Ley’11, hemos visto ya que los asientos serán ordinariamente electrónicos (art. 36) y que deben
extenderse en un plazo de breves días (art. 33.1). Respecto a las clases de los mismos, se regulan en los
arts. 38-41:
a. la inscripción (art. 39) es el asiento mediante el cual acceden al Registro los hechos y actos inscribibles.
Son, por tanto, el asiento principal. Sus efectos son los previstos en los arts. 17-18 (eficacia probatoria y,
en principio, declarativa). Esta clase de asiento lo contempla la Ley’57 en su art. 35.
b. la anotación (art. 40) es un asiento con valor meramente informativo, como regla general (por ejemplo,
advierte a quien consulte el RC que hay en marcha un procedimiento judicial sobre un hecho inscrito, o
avisa de la desaparición de una persona). Este asiento carece de valor probatorio, y su función, en cambio,
es advertir sobre posibles modificaciones de los hechos inscritos, o poner en relación unos hechos con
otros. A la anotación se refiere la Ley’57 en el art. 38, cuya redacción sigue de cerca la Ley’11.
c. la cancelación (art. 41) priva de eficacia, total o parcial, a cualquier otro asiento (por ejemplo, porque
ha reaparecido el declarado ausente y se termina su representación legal). La Ley’57 no regula esta clase
de asiento en un precepto concreto, sino que se refiere a él en diferentes lugares de su articulado (cfr. arts.
20 II y 30).
Por su parte, el art. 42 de la Ley’11, muy semejante al art. 24 de la Ley’57, impone el deber de promover
la inscripción a las siguientes personas:
a) las designadas en cada caso por la ley (por ejemplo, un hospital para los nacimientos o defunciones que
hayan ocurrido en sus instalaciones). ´
b) aquellas a quienes se refiere el hecho inscribible, sus herederos o sus representantes legales.
d. las Autoridades y funcionarios a quienes consten por razón de sus cargos los hechos no inscritos, están
obligados a comunicarlos al Ministerio Fiscal.
En caso de desacuerdo, las decisiones de los Encargados del RC pueden recurrirse en vía administrativa o
judicial (así lo prevé también el art. 29 de la Ley’57). Según los arts. 85-86 de la Ley’11, la primera tiene
lugar ante la DGRN, ante la cual el interesado puede interponer recurso en el plazo de un mes desde que
se tomó la decisión cuestionada. La DGRN tiene un plazo de seis meses para resolverlo, con silencio
administrativo negativo (es decir, si transcurre el plazo sin que notifique su resolución, se entiende
desestimado el recurso).
El rechazo del recurso administrativo abre para el interesado la vía judicial, que el art. 87 prevé seguir
ante el Juzgado de Primera Instancia del domicilio del recurrente (salvo que la resolución recurrida se
refiera a la adquisición de nacionalidad por residencia, en cuyo caso es competente la jurisdicción
contencioso-administrativa, como también prevé el art. 22.5 CC). Según el art. 781 bis LEC, al que se
remite el art. 87, el plazo para interponer el recurso es de dos meses desde la notificación de la resolución
(o desde que transcurre el plazo de seis meses que la DGRN tenía para resolver).
También la propia DGRN puede recurrir ante el Juzgado de Primera Instancia las decisiones de los
Encargados del Registro, cuando no se ajusten a la doctrina jurídica establecida por ella.
La persona jurídica nace desde que se le atribuye personalidad, y se le concede por necesidades prácticas ,
a esta operación de atribución de personalidad se le denomina reconocimiento o personificación , el
reconocimiento puede ser de varios tipo, en primer lugar puede ser genérico, es genérico cuando el ente
adquiere personalidad , por el mero hecho de su constitución con los requisitos legales , en cambio el
reconocimiento especifico o por concesión es aquel en el que la atribución de personalidad requiere una
decisión de los poderes público, es decir el estado o una organización competente, ademas el
reconocimiento genérico puede ser de dos clases, en primer lugar reconocimiento por libre constitución,
cuando la personalidad se atribuye por el mero hecho de cumplir los requisito legales , o reconocimiento
por disposiciones normativas, cuando además de esos requisitos legales se refiere la confirmación por el
organismo competente.
Clases
Se distinguen entre personas jurídicas de base personal y personas jurídicas de base patrimonial. Las
primeras tienen su base en un conjunto de personas (“universitas personarum”) que se unen para la
consecución de un fin común a todas ellas; las segundas tienen su base en una masa de bienes
(“universitas bonorum”) que se unifica por su adscripción a un fin.
Asociaciones
Pueden constituir asociaciones y formar parte de ellas, las personas físicas y las jurídicas,sean públicas o
privadas, siendo 3 al menos (art. 5 LO 1/2002) y unidas por un fin común o affectio societatis. Las
personas físicas deben tener capacidad de obrar. Los menores no emancipados, mayores de 14 años,
necesitan el consentimiento de sus representantes legales,pero pueden promover asociaciones infantiles y
juveniles conforme a lo dispuesto en el art. 7 dela LO de protección jurídica del menor de 15 de enero de
1996. Las personas jurídicas de carácter asociativo requerirán el acuerdo expreso del órgano competente y
las de naturaleza institucional, el acuerdo del órgano rector.
Una asociación se crea a a partir de un acto constitutivo, ese acto puede proceder del estado o de los
particulares, se trata de una declaración de voluntad de las personas que participan en él, por la que
manifiestan su intención de unirse en asociación para perseguir el fin del que se trate, esa regulación no
exige forma especifica para la declaración de voluntad, por lo que el acto constitutivo no requiere de
forma solemne, sin embargo tenemos que atender también a la legislación específica del tipo de
asociación de que se trate, por que en ella se puede exigir una forma específica, también tenemos que
considerar los bienes que se aportan a esa asociación, por ejemplo la sociedad civil no requiere forma
solemne, sin embargo si aportamos determinado tipo de bienes, en concreto si se aportan bienes
inmuebles a una sociedad civil deberá inscribirse.
En el acto constitutivo han de constar determinadas circunstancias, como las reglas de funcionamiento, en
ellas se hará constar la finalidad de esa asociación , la actividad que desarrollará para lograr dicho fin, los
órganos sociales , los derechos y deberes de los socios, el domicilio, el patrimonio de la asociación, así
como el régimen de administración del mismo, las causas de disolución y cualquier otra circunstancia que
los socios determinen oportuna.
Tal como hemos dicho, la asociación nace y adquiere su personalidad jurídica desde el mismo momento
de la firma del acta fundacional, pero conforme a los arts. 10 LA y 22.3 CE, "las asociaciones reguladas
en la presente Ley deberán inscribirse en el correspondiente Registro,a los solos efectos de publicidad”.
La inscripción registral hace pública la constitución y los Estatutos de las asociaciones y es garantía, tanto
para los terceros que con ellas se relacionan,como para sus propios miembros. Los promotores realizarán
las actuaciones que sean precisas, a efectos de la inscripción, respondiendo en caso contrario de las
consecuencias de la falta de la misma.Sin perjuicio de la responsabilidad de la propia
asociación, los promotores de asociaciones no inscritas responderán, personal y solidariamente,
de las obligaciones contraídas con terceros. En tal caso, los asociados responderán solidariamente por
las obligaciones contraídas por cualquiera de ellos frente a terceros, siempre que hubieran manifestado
actuar en nombre de la asociación.
El Registro se regula en los arts. 24 y ss. LO, distinguiéndose entre un Registro nacional,dónde se
inscriben las asociaciones de ámbito estatal, y otro autonómico dónde se inscriben las asociaciones que
realizan sus funciones en su ámbito territorial; fomentándose la cooperación y colaboración entre los
mismos, ex art. 27 LO.
El plazo para la inscripción será de 3 meses desde la recepción de la solicitud en el órgano competente,
transcurrido el cual, sin resolución expresa, se entenderá estimada la solicitud, ex art. 30 LO.
Estructura interna
-Asamblea general, donde se toman las decisiones, esta función decisoria se descubre en el 11.3, la
integran todos los asociados por el hecho de asociarse (carácter personalista de esta persona jurídica),
debe reunirse al menos una vez al año en sesión ordinaria (aprobar las cuentas, ver cómo ha ido el año
anterior y prospectos para el año siguiente) y en sesión extraordinaria siempre que sea necesario para
asuntos que vayan surgiendo. En estas reuniones las decisiones se toman por mayoría que puede ser
simple o absoluta, como regla general la decisión se toma por mayoría simple que supongan al menos un
tercio del total de asociados, el tercio de los asociados pueden estar presentes o representados. La ley
exige como excepción mayoría cualificada (o absoluta), es decir, la mitad más uno del número total de
asociados para tomar decisiones del estilo de cambiar los estatutos (hacer una modificación) o para
decidir la extinción de la asociación.
-Órgano de representación (11.4), con lo que se lleva a la práctica las decisiones que se han tomado. La
voluntad de la persona jurídica no tiene por qué coincidir con la personal de los individuos que la
integran. No todos los asociados forman parte del órgano de representación, sino sólo aquellos que se
indiquen en los estatutos. Es quien gobierna la asociación en el período inter asambleario.
Disolución de las asociaciones: Art. 17 CC, causas: las que se hayan previsto en los estatutos, se convoca
una Asamblea General al efecto (para decidir si se disuelve o no la asociación), Art. 39 CC el transcurso
del plazo por el que se constituyó la asociación si es que se constituyó por un plazo determinado o por
cumplimiento o imposibilidad del fin asociativo, por sentencia judicial firme (implica ilegalidad de la
asociación).
Fundaciones
La voluntad de fundar una fundación debe ser manifestada. Art. 8 y 9 establecen quién puede ser
fundador (pueden serlo una o varias personas físicas o jurídicas y se necesita capacidad de disponer
gratuitamente de bienes) y cómo ha de manifestar esa voluntad(la forma solemne.)
Forma solemne: un acto jurídico mortis causa es el que va a producir efectos jurídicos después
de la muerte de una persona (testamentos). Actuación inter vivos, toda aquella actuación que no
tenga que ver con la muerte de una persona,significa que la fundación sólo se puede constituir en
presencia de un notario.
Art. 10 para ser fundada debe tener un contenido mínimo en el que se incluyan los estatutos de la
fundación que se regulan en el Art. 11. Destaca el ámbito de actuación que debe ser
especificado en los estatutos porque determinará la normativa que se le aplicará
(bien estatal o bien autonómica) y qué administración pública va a encargarse de su
protectorado.
La dotación patrimonial, no basta con manifestar la voluntad de fundar, sino que se debe reunir y poner a
disposición de la fundación un patrimonio que debe ser suficiente (Art.12). Este artículo presume que un
patrimonio es suficiente para cumplir los objetivos de los estatutos si llega a los 30.000 euros, sino llega a
este patrimonio debe justificarse que llega o es suficiente para ejecutar los fines que se han propuesto.
La inscripción en el registro de fundaciones. Efectos (Art. 4.1): La fundación nace conl a inscripción, es
decir la inscripción tiene efectos constitutivos. La inscripción sólo puede rechazarse sino cumple los
requisitos (reconocimiento genérico).
El gobierno de las fundaciones: El patronato. Arts. 14-18. No hay nadie que integre una fundación, sino
que es un conjunto de bienes, pero tiene que haber alguien que aplique esos bienes al fin. El patronato
está compuesto por un mínimo de tres miembros a los que se denomina patrono, encargados de proteger
el patrimonio fundacional, que no se extinga y que en la medida de lo posible crezca y aplicarlo al fin
establecido. Los patronos no forman parte de la fundación, trabajan para ella.
El protectorado tampoco forma parte de la fundación y ni siquiera trabaja para ella, lo que hace es
supervisar la fundación. La función de protectorado la lleva la administración pública.
Arts.34-35, funciones del protectorado: asesoramiento a las fundaciones que se quieren constituir,
dar a conocer la existencia y actividades de las fundaciones y constituidas, controlar que los
patronos están gestionando bien el patrimonio fundacional y aplicándolo al fin.
Plan de actuación del ejercicio próximo: en los tres últimos meses del ejercicio
presente de cada año natural hay que informar a la administración de los planes y proyectos para
el siguiente año.
Rendición de cuentas: información que hay que presentar en los seis primeros meses del
ejercicio siguiente. Pueden inscribirse en el registro de fundaciones y toda persona puede
consultarlas y a partir de cierto patrimonio la rendición de cuentas debe estar acompañada de una
auditoría.
La extinción
- Causas.(Arts. 31-32):
1) Expiración del plazo.
2) Se ha conseguido el fin fundacional o es imposible la realización de este fin.
3) Si se fusiona con otra fundación.
4) Alguna causa prevista en los Estatutos.
5) Disolución judicial de las fundaciones ilícitas.
- Liquidación (Art. 33O: se reparte el patrimonio fundacional entre otras fundaciones de fines
similares.
TEMA 10: LA RELACIÓN JURÍDCA.EL DERECHO SUBJETIVO
La relación jurídica: son relaciones sociales reguladas por el derecho que tienen una
organización normativa.
El Derecho subjetivo: confluye con la relación jurídica, es algo general que ninguna ley regula, es un
poder jurídico que tenemos cada uno de nosotros. Es un derecho personalizado y es una
esfera de poder que poseemos de protección jurídica.Sus características son:
a) Poder jurídico: lo tenemos cada uno de nosotros para poder elegir dentro de una serie de situaciones lo
que consideramos que es mejor para nosotros.
b) Facultades - Potestades:
+Facultades: forma de expresión del derecho subjetivo, son las posibilidades que tenemos de elegir. Ej:
derecho de propiedad sobre un portátil, se puede regalar, donar o vender.
+Potestades: es lo contrario a las facultades, esto no es un derecho subjetivo y en ellas hay que actuar en
beneficio del otro y no hay posibilidad de elegir o muy poca capacidad de elegir ya que la potestad se
impone. No se tiene la libertad absoluta. Están muy regidas por el Derecho y son imperativas.
Estructura
-Elemento subjetivo: el sujeto, la persona a quien el ordenamiento atribuye la especial situación de poder
en que consiste el derecho subjetivo. Desde este punto de vista, el derecho subjetivo presupone la
personalidad, como una determinada cualidad o aptitud de la persona, que tanto puede atribuirse a los
hombres individuales (personas físicas) como a algunas realidades o entes sociales que el Derecho
personifica (personas jurídicas). Pero, más allá de la mera personalidad o capacidad jurídica, la cualidad
que confiere a la persona el hecho de ser sujeto de un derecho subjetivo se llama titularidad. Por otra
parte, un mismo derecho subjetivo puede tener un único ovarios titulares.
- Elemento objetivo: el objeto, todas aquellas realidades que pueden ser sometidas al poder dispositivo de
su titular, es decir, son idóneas para satisfacer sus intereses. Tal objeto puede estar constituido por un
comportamiento ajeno (derecho personal o de crédito) o, directamente, por una cosa o bien económico, en
su sentido más técnico.
Clases
Públicos: son los que regulan las relaciones jurídicas entre los particulares y el
Estado. Una de las partes es la administración pública.
- La relación jurídica entre estas partes no es un plano de igualdad. El particulares el que
tiene el derecho subjetivo y la administración tiene una potestad.
Privados: se producen en relaciones jurídicas entre particulares (físicas, fundaciones
asociaciones…).
b) Derechos subjetivos absolutos ( erga omnes) y relativos
Dº subjetivo absoluto (erga omnes = frente a todos): derechos que poseemos y que podemos
usar frente a cualquier persona. Son derechos absolutos la mayoría de los derechos reales y
además,los derechos absolutos también tienen deberes y no son ilimitados.
Dº subjetivo relativo: derechos que solo se pueden ejercitar frente a determinadas personas. No
se puede reclamar a cualquiera, solamente a quien competa.
Por su objeto
-Derechos patrimoniales: derechos o poderes destinados a realizar los fines económicos de la persona, o,
en otras palabras, aquéllos susceptibles de valoración económica. A su vez, éstos pueden ser derechos de
crédito(art 1088)y derechos reales(art 333).
Adquisición
- Derivativa: cuando hay una transmisión, nos entrega otro ese derecho subjetivo.Pueden ser inter vivos o
mortis causa.
Pérdida
- Extinción: hay derechos que terminan por diferentes motivos, los cuales son:
Buena fe
Límites temporales
Partiendo del dato de que lo normal es que el titular de un derecho lo ejercite en cuanto pueda, sin dejar
transcurrir el tiempo, el Ordenamiento fija unos límites temporales al ejercicio de los derechos, de modo
que éstos pueden perderse si no se ejercitan en un periodo determinado. Si el libro que saco en préstamo
de la biblioteca debo devolverlo el próximo lunes y me retraso, probablemente el martes o el miércoles
recibiré un correo electrónico rogándome que lo devuelva a la mayor brevedad; la biblioteca no espera
hasta final de curso para reclamarlo, sino que lo hace en cuanto puede. Si debo pagar 1.500 € el próximo
día 22 y no lo hago, lo más seguro es que mi acreedor me reclame la cantidad en cuestión de dos o tres
días; si dejara pasar los meses, yo acabaría suponiendo que no tiene interés en cobrar y me perdona la
deuda. Está claro que una situación de incertidumbre como esta sobre la existencia de los derechos iría en
detrimento de la seguridad del tráfico jurídico, y precisamente favorecer esta seguridad es el fundamento
de los límites temporales al ejercicio de los derechos. Y, dado que la seguridad jurídica es un asunto de
interés general, la regulación del Código sobre la materia tiene carácter imperativo.
Hay dos tipos de límites, que se denominan prescripción y caducidad. El CC habla de prescripción en los
arts. 1930-1975, y distingue dos formas de la misma, prescripción «adquisitiva», más frecuentemente
llamada usucapión, y prescripción «extintiva», o simplemente prescripción. La primera se estudia en la
asignatura Derecho Civil IV. Es la segunda la que supone propiamente un límite al ejercicio de los
derechos, y a la que nos vamos a referir ahora. En cuanto a la caducidad, no viene reconocida como tal en
el CC, sino que se alude a ella en artículos dispersos, y es más bien una figura de elaboración doctrinal y
jurisprudencial.
Prescripción extintiva
Como regla general, son objeto de prescripción los derechos patrimoniales: así se infiere del art. 1936. Es
verdad que antes el art. 1930 II ha establecido que prescriben «los derechos y acciones de cualquier
clase» (los términos «derecho» y «acción» son equivalentes, el primero más propio del lenguaje civil y el
segundo del procesal), pero, de acuerdo con la perspectiva eminentemente patrimonial del CC, se piensa
solo en los de contenido económico. Por excepción, hay algunos derechos patrimoniales que no
prescriben. En cambio, los derechos personales son en principio imprescriptibles.
La prescripción tiene una serie de requisitos: 1. inactividad del derecho. Para que este prescriba, es
necesario que su titular no lo haya ejercitado. A este respecto, según el art. 1973, hay ejercicio del
derecho cuando se reclama su cumplimiento judicial o extrajudicialmente, o cuando su existencia es
reconocida por el deudor. Si sucede cualquiera de estas posibilidades, se interrumpe la prescripción del
derecho. Veamos cada una de ellas:
- reclamación judicial: por excelencia lo es la interposición de una demanda contra el sujeto pasivo, pero
también cualquier otra actuación procesal que implique la reclamación de un derecho (por ejemplo,
ejercitar la acción de exhibición de la cosa debida o solicitar un embargo preventivo).
- reclamación extrajudicial: aquella que sucede fuera del ámbito judicial. No está sujeta a forma (sirve lo
mismo un burofax que una llamada telefónica o un correo electrónico), aunque interesa que se haga de
manera que pueda probarse que ha tenido lugar.
- reconocimiento por el deudor: sin reclamación previa, el deudor admite la existencia del derecho frente
a él. Puede ser expreso (cualquier declaración del deudor, dirigida al acreedor o a otra persona, en la que
se afirme la existencia del derecho) o tácito (por ejemplo, la solicitud de un aplazamiento del pago, en
cuanto implica reconocer que se debe una cantidad).
2. transcurso del plazo de prescripción. Esta cuestión la regulan los arts. 1961- 1972, cuyo contenido se
puede sistematizar en tres aspectos: la duración del plazo, el inicio de su cómputo, y su detención. a.
duración del plazo: varía según las clases de derechos. - derechos reales («acciones reales», en la
terminología del CC).
1964.2 plazo general → 5 años, para todo derecho sin plazo especial.
1966-1968 plazos especiales → 5, 3 o 1 año para los derechos que respectivamente se
mencionan en esos artículos.
b. inicio del cómputo: por regla general (art. 1969), el plazo se cuenta desde el día en que el derecho o
acción pudo ejercitarse por primera vez.
c. detención del cómputo, mediante interrupción o suspensión. - interrupción: sucede por el ejercicio del
derecho según lo previsto en el art. 1973, ya estudiado. La consecuencia es que, si el derecho no se logra
satisfacer (por ejemplo, me reclaman los 1.500 € pero doy largas al acreedor y no consigue cobrar), el
plazo comienza a contarse otra vez desde cero.
- suspensión: tiene lugar ante hechos de carácter extraordinario que alteran gravemente la vida social. El
CC no contempla esta posibilidad, pero doctrina y jurisprudencia la admiten sobre la base del art. 955 del
Código de comercio. De este precepto se extrae que, frente a la interrupción, la suspensión tiene un
carácter muy excepcional (procede solo ante alteraciones graves de la convivencia social, como las
ejemplificadas en el artículo); que requiere un pronunciamiento de la Autoridad; y que detiene el cómputo
del plazo de prescripción mientras dura la causa respectiva, retomándose donde se quedó al desaparecer la
misma (no, por tanto, volviendo a contar desde cero).
3. alegación de la prescripción. Junto a los requisitos anteriores, el prescribiente (el sujeto pasivo del
derecho que invoca en juicio la prescripción) tiene que alegar la prescripción frente a la demanda del
sujeto activo. Como sabemos, la inactividad durante todo el plazo previsto no extingue ipso facto el
derecho, que continúa existiendo, aunque ahora con la cualidad de prescrito. Es una situación de debilidad
del derecho, que permite al sujeto pasivo decidir cómo actuar. Si cumple (por ejemplo, porque no es
experto en Derecho y desconoce lo que es la prescripción; o porque renuncia a la prescripción ganada,
como prevé el art. 1935), lo hace válidamente, y no puede después pretender la devolución de lo pagado.
Pero también puede oponerse válidamente a ello, y en ese caso no se le puede forzar a cumplir: el derecho
prescrito ha perdido su fuerza de obligar. En definitiva, este tercer requisito revela que el resultado final
de la prescripción queda en manos del obligado: el Juez no puede apreciarla de oficio.
Caducidad
Contrariamente a la prescripción, la caducidad consiste en la extinción ipso facto de un derecho o acción
por su no ejercicio durante un tiempo determinado. El CC no la regula expresamente, pero en distintos
sitios se refiere a un modo de extinguirse los derechos por el paso del tiempo diferente de la prescripción,
y doctrina y jurisprudencia han sistematizado el contenido de esos preceptos.
Son objeto de la caducidad, principalmente, aquellas acciones que permiten pedir al Juez el fin de una
determinada situación jurídica, y su sustitución por una nueva constituida por el propio Juez en la
sentencia (razón por la cual suelen denominarse acciones constitutivas); aunque no toda acción de esta
clase caduca, sino solamente las que la ley prevea. Además, también pueden caducar acciones de distinta
índole si el legislador también lo prevé así. Una sistematización de los supuestos más relevantes es la
siguiente:
1. no ejercicio del derecho: dado que la caducidad afecta principalmente a acciones procesales,
obviamente solo es posible el ejercicio judicial. Muy excepcionalmente es posible el ejercicio
extrajudicial (por ejemplo, de acuerdo con el art. 14.3, indicar en el Registro Civil la correspondiente
vecindad; o iniciar en el Ministerio de Justicia el trámite de nacionalización por opción, conforme al art.
20).
2. plazo de caducidad: como hemos visto, suele ser más breve que los de prescripción, oscilando entre los
pocos meses y los pocos años (los de prescripción más largos llegan a varias décadas). Su cómputo se
detiene por el ejercicio del derecho, que en la mayoría de los casos consiste en interponer la
correspondiente demanda; y como este ejercicio extingue el derecho (que solo lo es a que el Juez se
pronuncie sobre mi demanda, no a que falle a mi favor), en la caducidad no es posible recomenzar dicho
cómputo. Con otras palabras, el plazo de caducidad no admite interrupción. Sí admite suspensión en los
mismos excepcionales casos que la prescripción.
3. la alegación judicial no es requisito de la caducidad, porque el Juez debe apreciarla de oficio cuando
haya tenido lugar (por ejemplo, si pido la anulabilidad de un contrato fuera de plazo, mi acción ha
caducado, y el Juez, sin que el demandado deba pedirle nada, inadmitirá a trámite mi demanda).
TEMA 12:EL PATRIMONIO
Concepto: Conjunto de bienes y obligaciones de una persona, considerado como una universalidad de
derecho, es decir, como una masa móvil, cuyo activo y pasivo no pueden disociarse.
Funciones:
Clases
Patrimonio personal: Se halla constituido por la masa de bienes (activo y pasivo) unida al titular en su
condición de persona, sin requerir otra calificación. El patrimonio personal se considera así, con un
carácter general, total y unitario, en el que no cabe distinguir masas de bienes con propia independencia
sin expreso mandato legal y este carácter unitario del patrimonio es considerado de orden público y
configura a este tipo de patrimonio como la forma regular de patrimonio. Fruto, además, de esta
consideración unitaria del patrimonio es la imposibilidad legal de transmitirlo como un todo por actos
inter vivos, no siendo óbice para ello la posibilidad de aportación del patrimonio a una sociedad universal,
pues el socio conserva, y es su patrimonio, su cuota en la sociedad y el derecho a las ganancias (arts.
1.674, 1.689, 1.691 C.C.), ni limita a los presentes, y además, el donante debe reservarse lo necesario para
vivir en un estado correspondiente a sus circunstancias (arts. 634, 635 C.C.), y además, no se transmiten
las deudas si no es en caso de fraude de acreedores o pacto expreso (arts. 642 y 643 C.C.).
Patrimonio separado. Se entiende como una masa patrimonial que pertenece a un patrimonio personal,
pero del que se halla independizada por estar igualmente destinada a un fin específico. Precisamente en
función de la naturaleza de este fin se distinguen los siguientes tipos de patrimonio separado, que, son los
únicos posibles, pues la creación de patrimonios separados está fuera del poder de la autonomía de la
voluntad:
- Patrimonio en liquidación, que tiene por objeto cuidar los intereses contrapuestos de los
partícipes y de los acreedores (herencia aceptada a beneficio de inventario y los alimentos
señalados al concursado o quebrado).
- El patrimonio del incapacitado, pues cabe que la incapacidad no se extienda a todas las
relaciones del sujeto, por lo que pueden coexistir dos masas patrimoniales del incapacitado,
una bajo la administración del tutor y otra libre de ella.
Patrimonio de destino: Se trata de aquella masa de bienes, derechos y relaciones jurídicas en general cuyo
titular se halla indeterminado, manteniéndose unido y confiado por la ley a un titular interino para su
protección mientras se produce la determinación del titular definitivo.
Patrimonio colectivo: Se trata de masas de bienes indivisas atribuidas unitariamente a una pluralidad de
personas unidas entre sí, de suerte que cada una de ellas aisladamente no aparece como titular de dichos
bienes.
Concepto: El CC contempla como sinónimos las “cosas” y los “bienes”, aunque la identidad entre ambos
conceptos no es completa ya que las cosas, en principio, son objetos materiales, y los bienes, por el
contrario, serían cualesquiera componentes del patrimonio de una persona evaluable económicamente.
La cosa la entendemos como el objeto de la relación jurídica, pudiendo ser una cosa determinada o una
conducta concreta por parte de cualquier persona.
Clases
-Muebles e inmuebles (art 333): Todas las cosas que son o pueden ser objeto de apropiación se consideran
como bienes muebles o inmuebles.
Diferentes caracteres de muebles e inmuebles: Las cosas inmuebles tienen una situación fija en el espacio
y no pueden ser desplazadas sin deterioro, mientras que las cosas muebles carecen de un emplazamiento
fijo y por tanto pueden ser trasladadas de un lugar a otro sin detrimento de su naturaleza.Los bienes
movibles tenían menos valor que los inmobiliarios.
De ahí la frase latina " Res mobilis, res vilis", o sea, "Cosa movible, cosa inservible ".
-Fungibles o consumibles / infungibles o no consumibles (art 337): Son fungibles las cosas que,por su
propia naturaleza, son homogéneas o equivalentes entre sí, por lo que son sustituibles y se determinan en
el tráfico ordinario por su número, medida o peso . No fungibles son las cosas que no pueden
sustituirse entre sí.
-De dominio privado // De dominio público (art 338): Son cosas de dominio público o “bienes
demaniales” los que pertenecen al Estado u otras entidades públicas territoriales (municipios,provincias,
Comunidades Autónomas) y están destinados al uso o servicio público.
Son cosas de propiedad privada las que pertenecen a los particulares o al Estado o entidades públicas sin
estar destinadas al uso o al servicio público (arts. 340 y 345). Los bienes de propiedad privada
que pertenecen al Estado o a las entidades públicas se denominan “bienes patrimoniales”. A pesar de
ser bienes de propiedad privada, la Administración tiene importantes prerrogativas en relación a
ellos, ya que puede proceder por su propia autoridad a deslindarlos o a recuperar la posesión
indebidamente perdida, y no pueden ser objeto de embargo; sin embargo, sí pueden ser
enajenados, y se puede adquirir su propiedad por prescripción.
El régimen básico de los bienes de titularidad pública (tanto demaniales como patrimoniales),se encuentra
recogido en la Ley 33/2003, del Patrimonio de las Administraciones Públicas.
-Genéricas // específicas o determinadas (art 1096): Cosas genéricas son las que se determinan por su
pertenencia a un género (arts. 875 y 1167 CC); mientras que cosas específicas son las que aparecen
determinadas en su individualidad. No coincide esta clasificación con la que distingue las cosas fungibles
e infungibles, ya que la fungibilidad o no de una cosa depende de su propia naturaleza, mientras que el
carácter genérico o específico de una cosa no viene determinado por su misma naturaleza, sino por el
modo en que sea considerada por los interesados en cada caso concreto; por ello, los conceptos de cosa
genérica y fungible pueden coincidir o no en una misma cosa.
Art 1096: Cuando lo que deba entregarse sea una cosa determinada, el acreedor, independientemente del
derecho que le otorga el artículo 1.101, puede compeler al deudor a que realice la entrega.
Si la cosa fuere indeterminada o genérica, podrá pedir que se cumpla la obligación a expensas del deudor.
Si el obligado se constituye en mora, o se halla comprometido a entregar una misma cosa a dos o más
personas diversas, serán de su cuenta los casos fortuitos hasta que se realice la entrega.
-Divisibles / indivisibles (art 1151): Para los efectos de los artículos que preceden, se reputarán
indivisibles las obligaciones de dar cuerpos ciertos y todas aquellas que no sean susceptibles de
cumplimiento parcial.
Las obligaciones de hacer serán divisibles cuando tengan por objeto la prestación de un número de días de
trabajo, la ejecución de obras por unidades métricas u otras cosas análogas que por su naturaleza sean
susceptibles de cumplimiento parcial.
Las cosas son divisibles por naturaleza cuando las partes resultantes de la división conservan la misma
naturaleza y función económica que el todo, y tienen un valor proporcional. Son indivisibles, en cambio,
cuando, como consecuencia de la división resulte la cosa inservible para el uso a que se la destina, o
desmerezca sensiblemente. Por otro lado, una cosa naturalmente divisible puede no serlo cuando, por
razones de política legislativa, la ley prohíbe su división.
Universalidades de cosas: Son cosas compuestas las que resultan de la unión material de diferentes
elementos o partes susceptibles de tener una existencia autónoma en sentido jurídico. Dentro de las cosas
compuestas cabe diferenciar los siguientes elementos:
a) Partes integrantes: Son los elementos esenciales de la cosa, que contribuyen a integrar su misma
esencia. Aunque pueden ser separables desde un punto de vista físico, no lo son desde un punto
de vista económico. En general, las partes integrantes de una cosa no pueden ser objeto de
derechos independientes, no pueden ser embargadas de forma separada, y los derechos que
recaen sobre la cosa se extienden a aquéllas.
b) Pertenencias: Son aquellas cosas que, conservando su individualidad, están destinadas al servicio
permanente de otra cosa principal, estableciéndose entre ambas un vínculo objetivo de carácter
funcional. Pueden ser objeto de negocios y derechos aislados, pero, en caso de duda, se entiende
que siguen el destino de la cosa principal(son los accesorios del art. 1097).
Junto a las cosas singulares (tanto simples como compuestas), se habla en ocasiones de "universalidades"
para designar aquellas agrupaciones de cosas que, siendo distintas entre sí, son designadas unitariamente
y consideradas como una unidad a determinados efectos.
Clases de inmuebles
-Por naturaleza: Las tierras, edificios, caminos y construcciones de todo género adheridas alsuelo.
-Por incorporación: Los árboles y plantas y los frutos pendientes, mientras estuvieren unidos ala tierra o
formaren parte integrante de un inmueble.
Todo lo que esté unido a un inmueble de una manera fija, de suerte que no pueda separarse de él sin
quebrantamiento de la materia o deterioro del objeto.
-Por destino: Las estatuas, relieves, pinturas u otros objetos de uso u ornamentación, colocados en
edificios o heredades por el dueño del inmueble en tal forma que revele el propósito de unirlos de un
modo permanente al fundo.
Las máquinas, vasos, instrumentos o utensilios destinados por el propietario de la finca a la industria o
explotación que se realice en un edificio o heredad, y que directamente concurran a satisfacer las
necesidades de la explotación misma.
Los abonos destinados al cultivo de una heredad, que estén en las tierras donde hayan de utilizarse.
Los frutos
En sentido jurídico, es fruto todo producto o utilidad que constituye el rendimiento económico de una
cosa (cosa-madre), conforme a su destino y sin alteración de su sustancia.
Pertenecen al propietario:
1. Los frutos naturales: las producciones espontáneas de la tierra, y las crías y demás productos de
los animales.
2. Los frutos industriales: los que producen los predios de cualquiera especie a beneficio del cultivo
o del trabajo.
3. Los frutos civiles: el alquiler de los edificios, el precio del arrendamiento de tierras y el importe
de las rentas perpetuas, vitalicias u otras análogas.
TEMA 13:LA REPRESENTACIÓN
Concepto
Características
a. La decisión del interesado (representación voluntaria o convencional); El interesado podría actuar por
sí mismo, pero mediante un acto de autonomía privada, confiere a otro autorización para que actúe en su
esfera personal.
b.La propia ley, (representación legal) que, en protección de los incapaces, hace que sus intereses sean
ejecutados por una persona capaz a la que faculta y obliga a desempeñar tal cargo.
La ley también puede encomendar la gestión de los intereses de una persona que no es propiamente
incapaz, pero que no puede (el ausente, el nasciturus) o no debe (el concursado o quebrado) desplegar la
actividad que requeriría la marcha de sus asuntos.
En ambos casos una persona (representante), especialmente facultada convencional o legalmente para
ello, actúa siempre por cuenta de otro (representado), de forma tal que el resultado de su gestión o
actuación incide y recae directamente en la esfera jurídico-personal del representado.
Ahora bien, aunque el representante siempre actúa por otro, no siempre actúa en nombre del otro, puede
actuar en nombre propio
Clases
La representación puede venir conferida por una declaración de voluntad manifestada a través de un
negocio jurídico llamado poder o apoderamiento (representación voluntaria) o bien puede venir conferida
u ordenada por una disposición legal (representación legal).
A)REPRESENTACIÓN VOLUNTARIA
Concepto
Apoderamiento
El apoderamiento es, como hemos dicho, el acto jurídico en virtud del cual se confiere la representación,
asignándole al representante la condición de tal.
a) Personales: capacidad
Respecto al poderdante, requiere la capacidad especial para celebrar el negocio que constituye el
objeto del apoderamiento.
Con relación al apoderado o representante, le bastará la capacidad general para contratar o para
obligarse. Como regla especial, el artículo 1716 dispone que: “El menor emancipado
puede ser mandatario, pero el mandante sólo tendrá acción contra él en conformidad a lo dispuesto
respecto a las obligaciones de los menores”.
b) Reales: contenido
El artículo 1712 dice que: “El mandato es general o especial. El primero compren de todos los
negocios del mandante. El segundo uno o más negocios determinados”.Y el artículo 1713 establece
que: “El mandato, concebido en términos generales, no comprende más que los actos de
administración. Para transigir, enajenar, hipotecar o ejecutar cualquier otro acto de riguroso dominio,
se necesita mandato expreso”.
c) Formales
En principio rige el principio de libertad de forma. El artículo 1710 dice que:“El mandato puede ser
expreso o tácito. El expreso pude darse por instrumento público o privado y aún de palabra. La
aceptación puede ser también expresa o tácita, deducida ésta última de los actos del mandatario”,
aunque el poder tácito carecerá de eficacia a efectos registrales.
En algunos casos se exige forma documental pública, pero no como requisito esencial para la propia
existencia y validez del poder, sino sólo a efectos de prueba y para que el poder pueda perjudicar a
terceros. Así el artículo 1280.5º establece que:“Deberán constar en documento público: 5º. El poder
para contraer matrimonio, el general para pleitos y los especiales que deban presentarse en juicio; el
poder para administrar bienes, y cualquier otro que tenga por objeto un acto redactado o que deba
redactarse en escritura pública, o haya de perjudicar a tercero”.
a) Expreso, por escritura pública ante notario por documento privado incluso de palabra.
b) Tácito, por hechos o actos de las partes que determinan la existencia de mandato
La aceptación puede ser también expresa o tácita, igualmente la aceptación tácita se deduce de
los pactos del mandatario. A falta de pacto del contrario, el mandato se supone gratuito, pero sí
el mandatario es un profesional de la especie a la que se refiere el mandato, se presume la
obligación de retribuirlo. El mandato o apoderamiento puede ser de 2 tipos(1712):
a) General, que incluye todos los negocios del mandato. Además, está concebido en
términos generales y no comprende más que los actos de administración.
b) Especial, donde solo se incluye 1 o más negocios determinados, se utiliza para transigir
o acordar para enajenar o vender, hipotecar o ejercitar cualquier acto de riguroso
dominio con este poder especial.
Mandato
“Cuando el mandato se haya dado para contratar con determinadas personas, su revocación no puede
perjudicar a éstas si no se les ha hecho saber”. (Art. 1734)
Algunos autores interpretando a sensu contrario dicho precepto entienden que si el poder no se ha dado
sólo para contratar con determinadas personas sino con cualquiera,su revocación perjudicará al tercero
aunque no se le haga saber.
En contra, LACRUZ advierte que dicha interpretación dista mucho del espíritu del precepto que,
interpretado de forma conjunta con el art. 1738 (que ahora veremos)pretende la extinción del poder,
respecto a terceros, coincida con la extinción de su apariencia, por lo que dicha extinción nunca podrá
perjudicarles cuando no conocieron o no debieron conocerla.
Por ello, precisamente el art. 1733 faculta al mandante para exigir el documento en que conste el
mandato, ya que así se termina con su apariencia.
“Lo hecho por el mandatario, ignorando la muerte del mandante u otra cualquiera de las causas que
hacen cesar el mandato, es válido y surtirá todos sus efectos respecto a los terceros que hayan
contratado con él de buena fe”. (Art. 1738)
Clases
La representación directa es aquella institución por la cual una persona debidamente autorizada o
investida de poder, otorga en nombre y en interés y por cuenta de otra un acto jurídico, recayendo sobre
ésta última los efectos jurídicos del mismo. La indirecta tiene lugar cuando el representante actúa en su
propio nombre, si bien en interés y por cuenta del representado.
Ratificación
La ratificación de lo realizado sin poder actúa como condictio iuris y de no producirse faltará un elemento
esencial para la existencia del contrato, cual es el consentimiento.En consecuencia, el negocio jurídico
realizado por una persona en favor de otra sinpoder de representación no es un acto inexistente, sino un
negocio jurídico en estado de suspensión, es decir, subordinado a que se produzca la ratificación por el
representado.
Conforme al art. 1727.2 CC, “en lo que el mandatario se haya excedido, no queda obligado el mandante
sino cuando lo ratifica expresa o tácitamente”.
La ratificación del representado sin poder consiste en una declaración de voluntad queha de realizar el
interesado o su mandatario, por la que asume la validez de lo realizado de forma expresa o tácita (en este
último caso mediante actos concluyentes de carácter inequívoco que reflejen su voluntad de ratificar, o
cuando el representado se aprovecha de los actos realizados en su nombre por el representante sin poder).
Representación directa
La denominada representación directa puede ser definida como aquella institución de representación
voluntaria en cuya virtud una persona, debidamente autorizada o investida de poder, otorga un
acto jurídico en nombre e interés y por cuenta de otra,recayendo sobre ésta los efectos normales del acto
representativo.
En cuanto al representado. En la representación voluntaria debe tener capacidad especial para realizar
el acto para el que se apodera al representante. No es así en la legal donde se establece la
representación para suplir esa falta de capacidad.
2. Requisitos formales:
Que el representante ostente título bastante. Lo que supone que la representación le esté conferida por
la ley o por el propio interesado la representación. Que el negocio que se trate de realizar esté dentro
de los términos de la autorización, que serán los de la ley o los del apoderamiento. La falta o
insuficiencia del título sólo pude ser suplida con la ratificación que veremos después.
En la representación con título suficiente los efectos jurídicos del acto concluido
mediante la representación directa y dentro de sus límites repercuten directa y
exclusivamente en la esfera jurídica del representado. Es aplicable el artículo 1725 del Código Civil
que dice que: “El mandatario que obre en concepto de tal no es responsable
personalmente a la parte con quien contrata sino cuando se obliga a ello expresamente o traspasa los
límites del mandato sin darle conocimiento suficiente de sus poderes” (referido al mandato
representativo).
Representación indirecta
Diez Picazo señala que la representación indirecta implica una disociación de los efectos
del negocio representante-representado y respecto de los terceros:
En el segundo plano, respecto de los terceros es el representante quien asume los efectos derivados
del negocio jurídico.
En todo caso, quedan siempre a salvo las relaciones que pueden darse entre representante y
representado, en el ámbito interno de la representación (último párrafo del artículo 1717).
B)REPRESENTACIÓN LEGAL
Como ya hemos dicho, el poder de representación puede ser otorgado por la Ley o por la voluntad
del representado, a través del negocio jurídico de apoderamiento; el primer supuesto es la
representación legal, y en el segundo la representación voluntaria.
Esta distinción se deriva del artículo 1259.1 del Código Civil al disponer: "Ninguno puede contratar
a nombre de otro sin estar por éste autorizado o sin que tenga por ley su representación legal".
Sin embargo, cuando la representación, ya sea legal o voluntaria, ha sido constituida, las actuaciones
del representante legal o voluntario no son distintas, sino que todo negocio jurídico representativo del
representante legal o voluntario (si se trata de representación voluntaria directa) repercute de manera
directa en el representado.
TEMA 14:EL NEGOCIO JURÍDICO
Tipos
Origen
-Hecho jurídico: es una situación que el sujeto no decide, situación espontánea pero si se produce tiene
consecuencias jurídicas. Esto es lo más básico, situación que no depende de la voluntad del sujeto.
-Acto jurídico: es una situación que nace de la voluntad del sujeto, el sujeto decide a través de un
comportamiento o voluntad, el sujeto tiene libertad pero una vez que decide realizar ese acto las
consecuencias las decide la ley.
-Negocio jurídico: es una situación que nace de la voluntad del sujeto y además, el sujeto va a decidir
buena parte o todo a veces, del contenido y la eficacia jurídica del negocio que han decidido realizar.
Autonomía de la voluntad
Aplicando el principio de autonomía de la voluntad, la ley permite, a los particulares, crear negocios
nuevos no regulados especialmente en ella y modificar los efectos de un negocio singular regulado por
ella; pero, en ciertas ocasiones, se limita a poner a disposición de aquellos, negocios preestablecidos,
dotados de efectos inalterables en todo o en parte.(art 1091)
Así ,pues,la propia ley reduce esa autonomía de la voluntad,al establecer requisitos inalterables del
negocio,o al preceptuar directamente unos límites;mas hay aún otros límites que proceden de la moral,de
las buenas costumbres,del orden público,o conceptos similares,a los que remite la ley misma(art 1255)
Clases
Número de partes:
- Unilaterales. Cuando la declaración de voluntad procede de una sola parte. Son recepticios o no
recepticios, según que la declaración de voluntad negocial deba, para ser eficaz, ser recibida por
otra u otras personas o no.
- Bilaterales. Son aquéllos que nacen de una declaración de voluntad de dos partes contrapuestas,
si bien cada parte puede constar de una pluralidad de sujetos. Es el clásico contrato.
Modo de celebración:
- Patrimoniales: cuando recae sobre una relación jurídica patrimonial, es decir, cuando verse acerca de
bienes o de intereses de naturales económica.
- Gratuitos: Cuando una de las partes se propone proporcionar a la otra una ventaja sin equivalente o
contraprestación.
- Oneroso: Cuando cada una de las partes aspira a obtener una ventaja mediante un equivalente o
contraprestación.
Por la regulación:
Elementos
A)ESENCIALES
a. Consentimiento: Tiene que haber una voluntad para que haya un negocio jurídico. Además, también
debe haber capacidad para contratar. Art 1263(menores de edad emancipados depende de lo que
establezca la ley). Vicios del consentimiento. Art 1265 ( será nulo el consentimiento prestado por los
siguientes casos):
+ Violencia e intimidación, art 1267: La violencia puede ser física omental. Hay que saber
las condiciones personales para poder demostrarlo y que así se invalide el contrato.
+Dolo, art 1269: es un engaño en el que un contratante engaña al otro,siempre es entre contratantes.
c. Causa. Art 1274 y ss. Es la función socioeconómica que cumple cada negocio.Una causa es ilícita
cuando se opone a las leyes o a la moral, por lo que tieneque ser una causa conforme al derecho y no
falsa.
B)ACCIDENTALES
(art1113): son los que pueden aparecer o no en un negocio y si no aparecen no pasa nada. Puede haber
condiciones, términos o fecha, o modo.
Se produce invalidez cuando un contrato tiene un problema en la formación del contrato por un defecto en
la misma.
Según el artículo 1278 Código Civil “Los contratos serán obligatorios, cualquiera que sea la forma en que
se hayan celebrado, siempre que en ellos concurran las condiciones esenciales para su validez.”
Se habla de forma ad probationem cuando la forma se exige como requisito para la prueba del contrato.
Artículo 1279 Código Civil “Si la ley exigiere el otorgamiento de escritura u otra forma especial para
hacer efectivas las obligaciones propias de un contrato, los contratantes podrán compelerse
recíprocamente a llenar aquella forma desde que hubiere intervenido el consentimiento y demás requisitos
necesarios para su validez.”
Artículo 1280 Código Civil “Deberán constar en documento público:
1. Los actos y contratos que tengan por objeto la creación, transmisión, modificación o extinción de
derechos reales sobre bienes inmuebles.
2. Los arrendamientos de estos mismos bienes por seis o más años, siempre que deban perjudicar a
tercero.
3. Las capitulaciones matrimoniales y sus modificaciones.
4. La cesión, repudiación y renuncia de los derechos hereditarios o de los de la sociedad conyugal.
5. El poder para contraer matrimonio, el general para pleitos y los especiales que deban presentarse en
juicio; el poder para administrar bienes, y cualquier otro que tenga por objeto un acto redactado o que
deba redactarse en escritura pública, o haya de perjudicar a tercero.
6. La cesión de acciones o derechos procedentes de un acto consignado en escritura pública.
También deberán hacerse constar por escrito, aunque sea privado, los demás contratos en que la cuantía
de las prestaciones de uno o de los dos contratantes exceda de 1.500 pesetas.”
Cabe analizar ahora casos en que las leyes exigen determinada forma como requisito de forma ad
solemnitatem.
Como casos de forma solemne en el Código Civil cabe mencionar con claridad los siguientes supuestos:
la donación de bienes inmuebles (artículo 633), las capitulaciones matrimoniales (artículo 1327), la
constitución de un censo enfitéutico (artículo 1628).
Nulidad o anulabilidad
Nulidad: Un contrato nulo, es un contrato inexistente, contiene un defecto jurídico tan grave que
el negocio jurídico no se produce. Ej. cuando no hay consentimiento, no hay causa requerida o
está es ilícita, si se requiera forma pero carezca de está… en general si faltan cualquiera de
los elementos esenciales de los negocios jurídicos
- No se puede convalidar.
- Cualquiera puede solicitar la nulidad, no tiene porque ser una parte del contrato.
Anulabilidad (Art. 1300 Cc): Está hace referencia a un contrato existente que en principio es
válido en el cual ha habido un problema relativo al consentimiento.
Contenido sobre la anulabilidad:
- Existe un plazo para solicitar la anulabilidad. (Art. 1301 CC, sobre validez de contratos de menores).
- Los contratos anulables pueden ser convalidados, pues aquellos que han sufrido durante el contrato
pueden determinar que finalmente no quiere anular el contrato,haciendo que con el paso del tiempo este
contrato sea válido.