Van Til Capítulo 3
Van Til Capítulo 3
Van Til Capítulo 3
conocimiento como lo es tener una teoría cristiana del ser. Uno no puede
tener bien una sin al mismo tiempo también tener la otra. El
pensamiento moderno se preocupa en gran manera por la teoría del
conocimiento. Por lo tanto, como cristianos encontraremos necesario
colocar la teoría cristiana del conocimiento en oposición a la forma
moderna de la teoría no cristiana del conocimiento. Aun así, tendremos
que aclarar que nuestra teoría del conocimiento es lo que es porque
nuestra teoría del ser es lo que es. Como cristianos no podemos
comenzar especulando acerca del conocimiento mismo. No podemos
preguntar cómo conocemos sin al mismo tiempo preguntar lo que
conocemos. Nuevamente citamos de Apologética Cristiana.
Tenemos por lo tanto una teoría del conocimiento de dos niveles como
tenemos una teoría de la realidad de dos niveles. Las dos permanecen o
caen juntas. Hemos considerado que Dios es autodeterminante. Él no
tiene un no ser opuesto a sí mismo en términos de que él necesite, o
pueda en cualquier medida, interpretarse a sí mismo. Él es omnisciente.
Él es omnisciente a causa de lo que él es como ser autosuficiente. Por
otro lado, debemos agregar que la naturaleza del ser de Dios requiere de
una autoconsciencia completa y exhaustiva. El ser de Dios es
coincidente con su autoconsciencia.
Este punto tiene una importancia que enfatizar. Están aquellos que dicen
que el ser de Dios es absoluto, pero que la consciencia de Dios está
sujeta a la sucesión de momentos. Esta teoría es presentada para
ayudarnos a entender cómo Dios puede estar consciente de la sucesión
en nuestro mundo temporal. El teólogo arminiano Richard Watson" en
sus Instituciones Teológicas razona de la siguiente forma con respecto al
conocimiento que Dios tiene de los eventos temporales: "La duración
entonces, como sería aplicada a Dios, no es más que una extensión de la
idea como es aplicada a nosotros; y exhortarnos a concebirla como algo
esencialmente diferente es exigirnos concebir lo que es inconcebible"
(1:357). En respuesta al punto establecido por Watson, observamos lo
siguiente: si debemos efectuar la posibilidad de entender la relación del
tiempo con la eternidad, la prueba de una teoría de la eternidad, pronto
habremos tratado con la eternidad de Dios por completo, una eternidad
cuya relación con el tiempo debemos ser capaces de comprender es
destructiva de la eternidad de Dios como un ser autodeterminante. Si
introducimos el tiempo o la sucesión de momentos en la conciencia de
Dios para que podamos entender cómo Dios se relaciona con el tiempo,
debemos preguntarnos a su vez cómo la consciencia de Dios se
relaciona con el ser de Dios. Así tendríamos que introducir la sucesión de
momentos en el ser de Dios por la misma razón que la hemos
introducido en la consciencia de Dios. 18
Todo esto puede ser otra vez expresado desde otro punto de vista
diciendo que el conocimiento humano es analógico del conocimiento
divino.25 No podemos evitar tomar una decisión tajante con respecto a
la cuestión de: del conocimiento de quién, del hombre o de Dios, será
hecho el estándar del otro. Uno debe ser original y el otro analógico al
original. El primero debe ser determinante y el otro subordinado. La
teología católica romana busca servir a dos señores aquí. También habla
del ser creado y el conocimiento humano como siendo analógicos del ser
divino y el conocimiento divino. Pero realmente no toma esto en serio.
En su filosofía y apologética, los romanistas razonan como si el hombre
pudiera, por sí mismo, determinar la naturaleza y posibilidad del
conocimiento son referencia a Dios. Por otro lado, también se refiere a
los misterios como estando por encima del entendimiento humano. Pero
como protestantes debemos elegir definitivamente hacer a Dios el
original en la situación del conocimiento.
Lo primero que tenemos que notar en la cuestión de nuestro
conocimiento de Dios es que debe ser verdadero u objetivo.26 Que esto
es así, está una vez más involucrado en nuestro concepto de Dios. Dios
se conoce a sí mismo analítica y completamente y, por lo tanto, debe
conocer todas las cosas más allá de sí mismo analítica y
completamente. Dios ciertamente debe tener verdadero conocimiento
de nosotros y del universo en general. Nuestra existencia y nuestro
significado, nuestra denotación y nuestra connotación, se derivan de
Dios. Ya somos plenamente interpretados antes de que lleguemos a
existir. Dios nos conoce antes y detrás; él conoce los pensamientos de
nuestro corazón. No podemos tener existencia y significado fuera de la
existencia y significado de Dios. Todo esto es el camino desde Dios hasta
nosotros. Pero seguramente podemos regresar a Dios por el camino que
él ha usado para crearnos. Si yo pongo un camino para construir una
ciudad en algún lugar, los habitantes de esa ciudad pueden regresar
conmigo por el camino que he construido. Por supuesto, podemos decir
que alguien podría destruir ese camino. En este caso, la ciudad aún
existiría y, no obstante, los habitantes no podrían regresar conmigo. Pero
esto no puede ser aplicado en el caso de nuestra relación con Dios. No
pasa que nosotros seamos simplemente traídos a la existencia por Dios,
sino que nuestro significado también depende de Dios. Nuestro
significado no puede ser comprendido excepto a través del curso de la
historia. Dios creó al hombre para que el hombre deba comprender un
cierto fin, es decir, la gloria de Dios, 27 y así Dios debía alcanzar su
propio fin. Por esta razón, si pudiéramos pensar que el camino entre Dios
y el hombre está roto, también significaría que ya no debiéramos existir
y así toda la cuestión desaparecería.
Lo que hemos dicho acerca del conocimiento del hombre sobre Dios es
realmente determinante para lo que tenemos que decir acerca del
conocimiento del hombre sobre el universo. Con el término “universo”
ahora nos referimos a todo el mundo creado incluyendo al hombre
mismo y su ambiente.
Uno de los puntos sobre los cuales ha habido mucha confusión cuando
hablamos de objetividad del conocimiento humano es si el conocimiento
humano del mundo debe ser comprehensivo para ser verdadero. A veces
se ha dicho que, aunque no podemos esperar obtener conocimiento
comprehensivo de Dios, podemos esperar eventualmente, si no ahora,
tener conocimiento comprehensivo de las cosas de este universo. Pero
creemos que sólo por la razón de que no podemos esperar obtener
conocimiento comprehensivo de Dios, entonces no podemos esperar
obtener conocimiento comprehensivo de nada en este mundo. No como
si todo en este mundo fuera infinito como Dios es infinito y por esa razón
no es completamente comprehensible, porque no es la infinidad de las
cosas en sí mismas sino, una vez más, la infinidad de Dios es la que
hace imposible para nosotros entender comprehensivamente las cosas
en el universo creado. La razón para esto no está tan lejos de alcanzar.
Las cosas en este universo deben ser interpretadas en relación con Dios.
El objeto del conocimiento no es verdaderamente interpretado si,
aunque sea concebido en relación con la mente humana, no es también
concebido en relación con la mente divina. Dios es la categoría definitiva
de interpretación. Ahora, no podemos entender plenamente el plan de
Dios para las cosas creadas y, así, no podemos entender plenamente las
cosas.
Para ilustrar lo que queremos decir aquí, podemos tomar una de las
paradojas más notables de la interpretación cristiana de las cosas, en
concreto, aquella sobre la relación del consejo de Dios con nuestras
oraciones, Puntualmente se dice que: por un lado, nosotros decimos que
la oración cambia las cosas, y por el otro lado, decimos que todo pasa de
acuerdo con el plan de Dios y que el plan de Dios es inmutable.
5. EL PECADO Y SU MALDICIÓN
El teísmo cristiano dice que hay dos niveles del pensamiento: el absoluto
y el derivativo. El teísmo cristiano dice que hay dos niveles de
intérpretes: Dios, que interpreta absolutamente; y el hombre, que debe
ser el reintérprete de la interpretación de Dios. El teísmo cristiano dice
que el pensamiento humano es por lo tanto analógico del pensamiento
de Dios. Contrario a todo esto, el pensamiento no cristiano sostiene, en
efecto, que la distinción entre el pensamiento absoluto y derivativo debe
ser eliminada. Sosteniendo que el pensamiento de Dios puede ser más
comprehensivo que el nuestro, pero no es autocompleto sin el nuestro.
Esto significa que como todo ser fue pensado como igualmente absoluto,
ahora todo pensamiento es pensado como igualmente absoluto. Sólo
hay un nivel de intérpretes; si Dios entrara en escena, sería un
colaborador del hombre. No pensamos los pensamientos de Dios
después de él, sino que junto con Dios pensamos pensamientos que
nunca han sido pensados ni por Dios ní por el hombre. Las filosofias no
cristianas sostienen que el pensamiento humano es unívoco en vez de
analógico.44