Tipos de fracturas en huesos largos

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Tipos de fracturas.

Huesos largos
Facultad de medicina
veterinaria
Alexis Garcia
2024-2025
 Introducción:
DeCamp et al. (2016) definen fractura como “la ruptura completa o
incompleta de la continuidad del hueso o del cartílago. Está acompañada
por varios grados de lesión en los tejidos blandos circundantes, que incluyen
al flujo sanguíneo, el periostio y puede comprometer la función del sistema
locomotor”. Cuando existe una fractura siempre debe atenderse de una
manera adecuada, tratando de tener una consolidación optima para
posteriormente una rehabilitación exitosa para que la vida del paciente
vuelva a ser normal. Ahora si dado la introducción vamos a pasar a conocer
los tipos de fracturas y la resolución en cada una.

Tipos de fracturas según el estado de la piel:


 Fracturas cerradas: Son aquellas en las que la fractura no
comunica con el exterior, ya que la piel no ha sido dañada.
 Fracturas abiertas: Son aquellas en las que se puede
observar el hueso fracturado a simple vista, es decir,
existe una herida que deja los fragmentos óseos al
descubierto. Unas veces, el propio traumatismo lesiona la
piel y los tejidos subyacentes antes de llegar al hueso;
otras, el hueso fracturado actúa desde dentro,
desgarrando los tejidos y la piel de modo que la fractura
queda en contacto con el exterior.
Según su localización:
Los huesos largos se pueden dividir anatómicamente en tres partes
principales: la diáfisis que es la parte más externa del hueso ósea. las
epífisis que son los dos extremos más gruesos en la cual podemos encontrar
las superficies articulares del hueso, y las metáfisis que son las pequeñas
zonas rectangulares comprendidas entre las epífisis y la diáfisis.
 Epifisiarias: localizadas en la epífisis, este tipo de fracturas
afectan a la superficie articular, se denominan fracturas
articulares y en caso de que no se vea afectada la articulación se
las llama extraarticulares.
 Diafisarias: que ocurren en la diáfisis de un hueso largo, es decir,
en la parte central y más alargada de este tipo de huesos, como
el fémur, el radio, el húmero, entre otros.
 Metafisarias: Son aquellas que afectan la metáfisis de un hueso
largo, que es la región transicional entre la diáfisis (parte media
del hueso) y la epífisis (extremo del hueso donde se encuentra la
articulación).
Según el trazo de la fractura:
 Transversales: son aquellas en las que el hueso se rompe en una
línea recta que forma un ángulo perpendicular o cercano a los 90
grados respecto al eje longitudinal del hueso. En otras palabras,
el trazo de la fractura es horizontal cuando se observa el hueso
desde el costado.
 Oblicuas: son aquellas en las que el trazo de la fractura atraviesa
el hueso en un ángulo inclinado, es decir, no forma un ángulo
recto respecto al eje longitudinal del hueso. El trazo oblicuo se da
en una dirección diagonal
 Longitudinales: en veterinaria son aquellas en las que el trazo de
la fractura sigue el eje longitudinal del hueso, es decir, la línea
de fractura corre a lo largo del hueso y van en sentidos
contrarios por decirlo así.
 En ala de mariposa: existen dos líneas de fractura oblicuas, que
forman ángulo entre sí y delimitan un fragmento de forma
triangular
 Conminutas: hay múltiples líneas de fractura, con formación de
numerosos fragmentos óseos.

Resolución de las fracturas según su localización:

Las fracturas epifisiarias, que afectan la articulación, requieren una


reducción anatómica precisa y fijación interna con tornillos o pines para
restaurar la congruencia articular. Las fracturas diafisarias, en la parte
central del hueso, suelen necesitar estabilización quirúrgica con placas,
tornillos o clavos intramedulares, ya que tienden a desplazarse por la acción
muscular. Las fracturas metafisarias, localizadas entre la diáfisis y la
epífisis, pueden tratarse con fijación interna o inmovilización externa,
dependiendo de la estabilidad. En general, el tratamiento quirúrgico es
preferido para asegurar una buena alineación y prevenir complicaciones,
especialmente en fracturas inestables o desplazadas.

Según el trazo de la fractura:

Las fracturas transversales, al ser más estables, pueden tratarse con


inmovilización externa en casos simples, aunque las desplazadas suelen
requerir fijación interna con placas o clavos. Las fracturas oblicuas y
longitudinales son más inestables y propensas al desplazamiento, por lo
que requieren fijación quirúrgica con placas o tornillos para evitar que los
fragmentos se deslicen. Las fracturas en ala de mariposa, con
fragmentos triangulares, y las fracturas conminutas, con múltiples
fragmentos, son complejas y demandan una estabilización cuidadosa,
usualmente con fijación interna o externa, debido a la mayor inestabilidad y
fragmentación del hueso.

(Rodríguez & Fernández, 2007)

Referencias bibliográficas:
Rodríguez & Fernández. (2007). Determinación de Frecuencia de
Politraumatismo Óseo (Ptos) en Mascotas Caninas en el Hospital Animal El
Dorado. https://repositorio.una.edu.ni/1377/1/tnl73r696d.pdf
Tobias, K. M., & Johnston, S. A. (2013). Veterinary Surgery: Small Animal -
E-BOOK: 2-Volume Set. Elsevier Health Sciences.
Mora, M. (2020). Caracterización de fracturas del esqueleto apendicular en
perros según la clasificación AO entre los años 2015 al 2018.
https://dspace.ucuenca.edu.ec/bitstream/123456789/33778/1/Trabajo
%20de%20Titulaci%C3%B3n.pdf

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