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Análisis de riesgos

ambientales

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Análisis de riesgos ambientales
Ayuda

Objetivos

1. Conceptos básicos del análisis de riesgos ambientales

1.1. ¿Qué es un riesgo?

2. Fundamentos de la evaluación del riesgo ecológico

2. Fundamentos de la evaluación del riesgo ecológico

2.1. La caracterización del riesgo

3. Caso de evaluación del riesgo ecológico del atrazina

3. Caso de evaluación del riesgo ecológico del atrazina

4. ¿Qué es un análisis de riesgos ambientales (ARA)?

4. ¿Qué es un análisis de riesgos ambientales (ARA)?

4.1. Metodología de un análisis de riesgos ambientales (ARA)

4.2. Modelos de informe de riesgos ambientales tipo (MIRAT)

4.3. Sectores con análisis de riesgos sectoriales informados favorablemente

4.4. Riesgos derivados de la actividad industrial

4.5. Cálculo de la probabilidad de ocurrencia de escenarios accidentales

5. Norma UNE 150008 y su validación. Análisis y evaluación del riesgo ambiental

5. Norma UNE 150008 y su validación. Análisis y evaluación del riesgo ambiental

5.1. Metodología de análisis y evaluación de riesgos ambientales según la norma


UNE 150008:2008

5.2. Verificación del análisis del riesgo

6. Los análisis de riesgos ambientales en Latinoamérica

6. Los análisis de riesgos ambientales en Latinoamérica

6.1. Sistema de administración de riesgos ambientales y sociales (SARAS)

6.1.1. Estándares aplicables

6.1.2. Elementos del SARAS

6.2. Normativa ambiental en Ecuador

6.3. Normativa ambiental en Colombia

Fin de módulo

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Objetivos

Los objetivos de este módulo se basan en capacitar al estudiante en el


conocimiento de la realidad del riesgo. El desarrollo de habilidades para prevenirlo,
analizarlo y, en caso de ne​cesidad, tener los conocimientos para:

Identificar, evaluar y gestionar los riesgos ambientales.


Conocer las metodologías existentes en la evaluación de riesgos
ambientales, la posibi​lidad de desarrollar planes preventivos y de
contingencia.
Dominar las herramientas relacionadas con el análisis de riesgos
ambientales. El análisis MIRAT
Gestionar las directrices para evaluar la aceptabilidad de riesgos
medioambientales y reducirlos.
Conocer requerimientos a atender para la verificación del análisis de riesgos
ambientales.
Analizar la forma de determinar el importe de la garantía financiera.
El contenido de un plan de emergencia ambiental.
Las obligaciones y actuaciones a desarrollar en caso de apertura de un
expediente de responsabilidad medioambiental.
Conocer la metodología de análisis de riesgos ambientales, basada en la
Norma UNE150008.
Conocer la normativa en Latinoamérica. SARAS.

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1. Conceptos básicos del análisis de riesgos
ambientales

1.1. ¿Qué es un
riesgo?
En términos generales, el riesgo es la probabilidad de ocurrencia de un
determinado escenario de accidente capaz de desarrollar consecuencias
negativas. Los ries​gos están presentes en la vida diaria y los hay de diversas
magnitudes en todas las actividades realizadas. Existe un riesgo al conducir un
automóvil, al poner dinero en la bolsa de valores o al ingerir un medicamento.
Activi​dades que conllevan importantes beneficios, pero que también pueden tener
consecuencias negativas con di​ferente grado de severidad.

Una definición completa de riesgo tiene que incluir el


concepto de exposición a un peligro , definida como
una situación con el potencial o la capacidad de
causar un daño. La exposición a un peligro puede ser
voluntaria, como la decisión de escalar o saltar en
paracaídas, que implican cierto peligro y en las cuales
una persona decide exponerse libremente y correr el
riesgo de sufrir un accidente. Mientras que la
exposición tam bién puede ser involuntaria , como en
la exposición a sustancias tóxicas presentes en el
medio ambiente o en los alimentos ingeridos.

La evaluación del riesgo requiere la cuantificación de


las diversas vulnerabilidades de los medios receptores
del daño. En los seres humanos, la vulnerabilidad está
determinada por la edad –los niños y las personas
mayores son más vulnerables que los adultos–, el
género –vulnerabilidad del feto y de la mujer durante
el embarazo–, la ocupación –riesgos en ambientes
laborales y ocupacionales–, y la situación
socioeconómica –riesgos sanitarios por falta de
servicios e higiene-, entre otros.

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El riesgo se expresa a menudo en términos cuantitativos de probabilidad.Hay que
destacar que no hay una unidad asociada con un riesgo, aunque a menudo se
necesitan datos adicionales para especificar, por ejemplo, si es un riesgo que
enfrenta la población en general o solo los individuos que realizan cierto tipo de
actividad.

La probabilidad de ocurrencia de un suceso cada 10,000 se expresa como 10-4;


de uno en un millón, 10-6, y así sucesivamente. En el campo de la evaluación de
riesgos, históricamente las probabilidades a 10-6 se han considerado “no
preocupantes” (ACS, 1998). Este valor puede causar polémica y no debe de
ninguna manera ser considerado un umbral de peligro o de seguridad, pero
resulta útil para comparar un cierto riesgo con otros que se presentan en
situaciones habituales. Así, el ciudadano común puede poner en perspectiva la
magnitud de un riesgo, en términos relativos, comparándolo con algunas de sus
actividades cotidianas. Hay que recordar que la propia naturaleza probabilística de
estos valores significa que representan estimaciones o aproximaciones y que no
pueden requerir valores absolutos.

Actividades que aumentan el riesgo de mortalidad en uno en un


millón.

Actividad Tipo de riesgo

Cáncer, enfermedades
Fumar 1.4 cigarrillos.
cardiovasculares.

Enfermedades respiratorias por


Vivir dos días en Nueva York o en Boston.
contaminacion del aire.

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Viajar 450 km en coche. Accidente.

Viajar 1.600 km en avión. Accidente.

Viajar 15 km en bicicleta. Accidente.

Vivir dos meses en verano en Denver


Cáncer por radiación cósmica.
(contra vivir al nivel del mar).

Cáncer, enfermedades
Vivir dos meses con un fumador.
cardiovasculares.

Comer 40 cucharadas de crema de Cáncer en el hígado por

cacahuete. aflatoxinas.

Comer 100 pedazos de carne asada al


Cáncer por benzopireno.
carbón.

Vivir 50 años a 10 kilómetros de un


Accidente que libere radiaciones.
reactor nuclear.

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Tal y como se refleja en la figura, la evaluación de un
riesgo requiere de una planificación por adelantado
con el objeto de ser lo más informativo posible para
los encargados de la gestión sobre ese riesgo. Es así
que, en una fase inicial de planificación, se propone
identificar los problemas asociados con los
condicionantes ambientales existentes, así como las
posibles opciones disponibles para su manejo. Por
otro lado, es indispensable la participación formal de
todos los afectados , así como incorporar la
comunicación y la percepción del riesgo en todas las
fases del análisis, sin que por ello se comprometa la
evaluación técnica del riesgo que debe ser realizada
bajo guías y directivas pacífico.

La evaluación de un riesgo constituye un instrumento valioso para que la toma de


decisiones esté sustentada en la mejor ciencia disponible para ayudar a que los
recursos económicos y humanos sean dirigidos hacia la vigilancia de los peligros
más significativos y para que se apliquen programas y acciones de reducción de
riesgos que sean costos efectivos.

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Sin embargo, la evaluación de un riesgo también es considerada por muchos
como un campo controvertido de la ciencia. Los científicos se quejan de la
dificultad de condensar una enorme cantidad de datos con grandes
incertidumbres: datos muchas veces contradictorios y ambiguos que son, con
frecuencia, el resultado de extrapolaciones valores a muy por debajo de los
que pueden ser medidos en situaciones reales, para Llegar a resultados que se
resumen en una o dos cifras y que caracterizan el riesgo. La controversia es
aún mayor cuando este resultado tiene que ponerse en perspectiva y alguna
autoridad en materia de salud o ambiental debe tomar decisiones con base en
la cifra obtenida.

Así, por ejemplo, la toma de decisiones es extremadamente difícil cuando la


evaluación de un riesgo indica que puede haber un riesgo significativo, pero la
evidencia de que ese riesgo existe no es absolutamente concluyente. Sin
embargo, la necesidad de largos y costosos estudios para obtener la evidencia
definitiva no debería impedir la aplicación de ciertas medidas preventivas que
eviten la degradación del medio ambiente o el deterioro de la salud de la
población.

La gestión de un riesgo es el proceso durante el que se requiere decidir si un


riesgo es aceptable o si debe ser reducido o eliminado de acuerdo con su
gravedad y según las limitaciones económicas y los recursos disponibles. Es
también el proceso que permite evaluar diferentes políticas alternativas y
seleccionar la acción reguladora más apropiada al integrar los resultados
obtenidos en la evaluación de ese riesgo y toma en cuenta los aspectos
sociales, económicos y políticos inherentes a la toma de decisiones. El manejo
de un riesgo busca contestar, por ejemplo, si debe preocuparnos ese riesgo y,
si este es el caso, qué medidas deben implementarse al respecto.

La comunicación de un riesgo es el proceso del Escribe aquí tu texto.


análisis de riesgos durante el cual se explica cómo
la población percibe y procesa un riesgo,
identificando aquellas formas adecuadas de
comunicación y mejorando la transferencia de la
información entre los expertos y el público en
general. La respuesta de la población ante un
riesgo suele ser compleja, multidimensional y
diversa, porque la población siempre está
conformada por muchos sectores con diferentes
valores e intereses. Cuando se observan conductas
colectivas adecuadas (como el orden en la
evacuación de una población de riesgo), se puede

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luchar contra el riesgo de manera temprana y
realizar una organización racional de los
recursos, pero cuando se observan conductas
inadecuadas (como considerar que la situación es
irreal o éxodos masivos sin control) se aumenta
también la exposición al peligro.

Los problemas inherentes a la comunicación ya la educación son un


verdadero reto y el proceso de análisis de riesgos debe estar abierto a la
participación y el escrutinio de los afectados. Esto implica:

Aumentar la capacidad y la habilidad de la población.

En general para entender (considerando la percepción que tiene del riesgo) la


información sobre el riesgo evaluado.

Aumentar la habilidad de los responsables de toma de decisiones.

Para entender cómo la población percibe los riesgos ambientales.

La percepción de un riesgo involucra las creencias y actitudes, los juicios y


sentimientos que la gente adopta hacia los peligros y es determinante en la
aceptación o el rechazo de las medidas que se implementen para resolver un
determinado problema ambiental.

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2. Fundamentos de la evaluación del riesgo
ecológico

2. Fundamentos de la evaluación del riesgo


ecológico
La evaluación del riesgo ecológico (ERE) es la determina​ción de la naturaleza y la
probabilidad de que las activida​des humanas provoquen efectos perjudiciales en
el medio ambiente. Las actividades antropogénicas causan cam​bios en el medio
ambiente que, en ocasiones, son de gran relevancia y que, a la larga, van en
detrimento de los pro​pios seres humanos, acabando con los bienes y servicios que
nos brinda la naturaleza y afectando a generaciones presentes y futuras que ya no
podrán disfrutarlos. En los últimos años, la ERE se ha convertido en una
herramienta muy útil para desarrollar programas de protección, como apoyo para
la toma de decisiones en la gestión del medio ambiente.

La ERE ayuda a identificar los valores ambientales de inte​rés, los riesgos más
importantes y los vacíos de informa​ción, por lo que es una herramienta útil
para decidir qué clase de investigación debe ser desarrollada a futuro y en
qué deben ser invertidos los recursos limitados disponi​bles.

El riesgo ecológico se evalúa a partir


de la relación en​tre la exposición y los
efectos, de una manera muy similar a
lo que se hace en la evaluación de los
riesgos para la salud humana. Los
efectos se estiman a partir de datos
encontrados en la bibliografía, de
información generada en
investigaciones de laboratorio u
obtenida en campo, mientras que
para la exposición se calculan las
cantidades de compuestos tóxicos
que se liberan al ambiente usan​do
modelos para estimar su destino y su
concentración en los diferentes
espacios ambientales. El
conocimiento que se tiene sobre las
respuestas de los ecosistemas ante
una afección ambiental, de su
capacidad de recuperación y
adaptación y de los procesos
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asociados involucrados, es en general
poco profundo y, por ende, está
plagado de incertidumbres.

Por lo que, medir el cambio en estos sis​temas complejos, que están


continuamente en transición y que experimentan procesos azarosos, no es
una labor fácil. Sin embargo, debe considerarse que la información ecológica
básica acerca de los efectos de las actividades humanas en los ecosistemas,
aunque escasa, es suficien​te para tomar decisiones ambientalmente
apropiadas.

Una evaluación ERE se puede desarrollar en tres etapas:

Definición del problema.

Análisis, que comprende la caracterización de la


exposición y de los efectos ecológicos.

Caracterización del riesgo.

Definición del problema


En esta etapa se examinan los factores causantes de la afección ambiental y los
potenciales efectos ecológicos perjudiciales, así como las características del
ecosistema en riesgo. Ade​más, se elabora la descripción del emplazamiento, se
seleccionan los indicadores apropia​dos y se desarrollan las hipótesis que tratarán
de ser demostradas a lo largo de la evaluación. Asimismo, se identifican las
fuentes y los vacíos de información. Finalmente, se desarrolla un modelo
conceptual de las rutas de exposición al agente responsable de la afección
ambien​tal y se definen los objetivos y aquellas cuestiones a plantear para la
evaluación del riesgo.

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La descripción del emplazamiento

La descripción del emplazamiento debe limitarse a aquellas características que


son im​portantes para la estimación del riesgo. Es necesario establecer cuáles
son las especies en peligro o que son de interés especial. La información
necesaria para la descripción del em​plazamiento comprende su localización,
topografía y permeabilidad, el registro o historial de los cambios que ha
presentado (ya sean naturales o inducidos por las actividades humanas y que
dan una idea de qué tan afectada se encuentra la dinámica del sistema
original), las características climáticas e hidrológicas importantes, las áreas
aledañas de importancia am​biental especial (como puede ser el hábitat de una
especie en peligro), así como los efectos perjudiciales ecológicos patentes.

La selección de parámetros o indicadores

Un indicador ambiental es una medida que puede ser de origen físico,


químico, biológico, social o económico que permite evaluar toda aquella
información ambiental disponible con el fin de reflejar las condiciones en las
que se encuentra el medio ambiente o un factor ambiental particular en un
tiempo y en un lugar determinados.

Pueden ser cuantitativos o cualitativos dependiendo de cómo son medidos y


apreciados. Los indicadores ambientales cuantitativos se basan en parámetros
con los que dar infor​mación sobre un fenómeno. En cambio, los indicadores
ambientales cualitativos se centran más en las observaciones y percepciones.
La selección de estos indicadores es uno de los pasos más importantes en
una ERE.

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Ejemplo de selección de indicador en una ERE:

En los años 60 se notó un cambio en las aguas de la Bahía de Chesapeake,


ubi​cada al este de Estados Unidos de América. Estas aguas se estaban
tornando más turbias, lo cual generó una reacción inmediata de los
pescadores de jaibas, quienes argumentaron pérdidas económicas, y de
las personas que visitaban la bahía con fines de recreación, pues les
parecía que la turbidez del agua reducía el valor estético del lugar.
Después de algunos años de investigación, se determinó que el aumento
en la turbidez tenía importancia ecoló​gica, y que la probable causa era un
aumento en la carga de nutrientes y la pérdida de las poblaciones de
ostiones filtradores (USEPA, 1994). De lo anterior, se reconoció la
medición de la transparencia del agua, medida con un disco Sechi, como
un indicador de importancia ecológica, pero también social.

Los indicadores ambientales, en función de los datos que están disponibles, se


pueden clasificar en distintos tipos:

Tipo I

Para este tipo de indicadores los datos están siempre disponibles, ya que son
ob​tenidos gracias a un monitoreo permanente.

Tipo II

Se basan en cálculos de datos que provienen del monitoreo permanente, pero


ne​cesitan datos adicionales, ya que los datos pueden estar total o
parcialmente disponibles.

Tipo III

No tienen ninguna base matemática ni están basados en datos que estén


dispo​nibles. Son indicadores conceptuales.

15
A nivel de especie pueden usarse los
parámetros que se recaban
normalmente para la ela​boración de
tablas de vida (como la distribución
de edades, variación genética o
tiempo ge​neracional, entre otros),
ya que estos pueden considerarse
como mediciones integradoras y con
buena representatividad. Además, y
debido a que el desarrollo de las
comunidades depende de las
características iniciales del
ambiente, sus indicadores deben ser
caracterís​ticas estructurales que
reflejen su estado de sucesión, así
como el tamaño y los procesos más
importantes que tienen lugar en el
ecosistema.

Los indicadores biológicos

(Especies cuya presencia está relacionada con el estado o condi​ción en que se


encuentra el ambiente) son relevantes cuando se trata de aquellas especies
estrechamente relacionadas con alguna asociación biológica relevante. Por
ejemplo, algu​nas especies de plantas de rápido crecimiento, pero de vida
relativamente corta (como las plantas secundarias), son indicadores típicos de
ecosistemas perturbados. Dichas especies difícilmente se encuentran en
ecosistemas que se han mantenido estables y sin afectacio​nes importantes
durante muchos años.

Los indicadores del estado del ecosistema

Reflejan las funciones de este a través del trans​porte y el destino de la energía


(estructura trófica) y la materia (ciclos biogeoquímicos), ya que estos procesos
pueden cambiar significativamente por efecto de las actividades hu​manas. Los
umbrales de respuesta a las sustancias tóxicas pueden utilizarse para el
análisis de las respuestas de los ecosistemas. Los productores primarios
(plantas) y los detritívoros (organismos que descomponen la materia orgánica)
son los elementos a los que se debe dar prioridad.

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Los modelos conceptuales
Los modelos conceptuales resumen los resultados de la formulación del problema
y sirven de guía para la fase analítica de la evaluación del riesgo ecológico. Son
hipótesis de traba​jo sobre cómo el agente causante del daño puede afectar a los
parámetros o indicadores previamente escogidos. Los modelos conceptuales
incluyen descripciones de las fuentes, del medio ambiente aledaño y de los
procesos por los cuales los receptores pueden estar expuestos directa o
indirectamente a los efectos de los contaminantes. Los modelos con​ceptuales se
presentan, generalmente, de manera gráfica (en forma de diagrama de flujo) y
narrativa. El desarrollo de un modelo conceptual es un ejercicio muy útil para
transferir el conocimiento y las suposiciones utilizadas por los evaluadores a los
encargados de la toma de decisiones, a los involucrados y a los medios de
comunicación.

El plan del análisis


Toda la información recabada anteriormente se formula en un plan de análisis
que incluye el muestreo, el análisis químico, el análisis de la toxicidad, la
medición de las propiedades ambientales, el análisis de los datos y la
modelación necesaria para estimar el riesgo. Por lo tanto, los evaluadores del
riesgo deben planificar, desde esta primera etapa, las fases del análisis y la
caracterización del riesgo, para poder especificar los conjuntos de datos
nece​sarios.

Análisis
Los datos toxicológicos, las relaciones dosis-respuesta y el cálculo de la exposición
son eva​luados en esta etapa, es decir, se caracterizan la exposición y los efectos
ecológicos.

17
La caracterización de la exposición

La base fundamental de esta etapa es entender que para que exista un riesgo
los orga​nismos u otra parte del ecosistema deben estar en contacto o, por lo
menos, coincidir en espacio y tiempo con el contaminante. El término
exposición abarca desde la liberación del contaminante físico, químico o
biológico, a partir de la fuente de origen, hasta su captación o interacción con
el ecosistema o con alguno de los componentes que lo integran. Estos pro​-
cesos corresponden a lo que en una evaluación de un riesgo para la salud se
conoce como rutas de exposición. Los modelos mecanicistas sirven para
evaluar la exposición, ya que su propósito es describir en términos
cuantitativos la relación que existe entre algún fenómeno y las causas que lo
producen. Sus parámetros tienen significado biológico, al menos en prin​cipio,
y pueden medirse de manera independiente. Es cierto que la complejidad del
medio ambiente no puede ser descrita por completo con este tipo de
modelos, y que los supuestos y simplificaciones que se deben hacer pueden
introducir errores e incertidumbres, pero generan información de mucha
Algunos ejemplos son los modelos para predecir la calidad del agua de arroyos y
utilidad.
ríos, y los modelos de calidad del aire para predecir el destino y las
concentraciones de las sustancias tóxicas en el ambiente. Estos modelos ayudan,
en general, a:

Mejorar la gestión del contaminante, pudiendo


generar mapas que alerten de un índice de
calidad, una información que para las personas
que integran los grupos de riesgo supone claros
beneficios.

Informar a la ciudadanía con carácter previo,


ofreciendo la oportunidad de modificar sus
hábitos personales para minimizar la exposición.

Establecer políticas orientadas al cumplimiento


de objetivos de calidad.

18
Entender mejor el efecto de las condiciones
meteorológicas sobre la contaminación.

Estimar la calidad en cualquier zona, lo que


reduce la necesidad de nuevas infraestruc​turas,
si bien, a más datos, más seguridad.

19
La caracterización de los efectos ecológicos

Para el análisis de los efectos ecológicos, los evaluadores deben determinar la


naturaleza de los efectos tóxicos del contaminante y su magnitud en función
de la exposición. Los da​tos sobre efectos pueden obtenerse por monitoreo en
campo, por pruebas de toxicidad de los medios contaminados, y a través del
desarrollo de pruebas de laboratorio en las que se evalúe la relación dosis-
efecto y con las que se pueda tratar de identificar y establecer los umbrales
de efecto. Con este tipo de pruebas también se pueden simular los procesos
que llevan a cabo algunas comunidades (por ejemplo, la biodegradación de
compuestos por comunidades bacterianas naturales). Idealmente, este tipo de
pruebas deberían llevarse a cabo in situ y utilizando especies endémicas del
lugar donde se desarrolla la ERE. Sin em​bargo, esto solo se logra en raras
ocasiones, por lo que debe suponerse que las especies locales reaccionan a
los compuestos tóxicos de la misma manera que los organismos utili​zados en
los ensayos.

Una razón por la cual normalmente se utiliza la información generada en las


pruebas de la​boratorio como parte de la ERE, es simplemente porque esta ya
existe, puede consultarse con facilidad y abarca un gran número de
contaminantes prioritarios. Además, en el caso de los ecosistemas acuáticos,
incluye varios grupos taxonómicos ampliamente distribuidos en estos
sistemas. Existe un buen número de bases de datos mantenidas por agencias
guber​namentales que pueden ser consultadas electrónicamente, como el
Sistema de Informa​ción de Productos Químicos y Tóxicos de la United States
Enviromental Protection Agency (EPA) o el Sistema de Información sobre
Sustancias Químicas de la European Chemicals Agency (ECHA).

Aunque las pruebas toxicológicas miden efectos en individuos, las


Deconsecuencias a nivel
igual manera que deevaluación
en la poblacionesdelson las más
riesgo paraimportantes. PorERE
la salud, en una ejemplo,
se si
un compuesto
utilizan tóxico
los siguientes disminuye
conceptos delatoxicología
ca​pacidad reproductiva o dosis-efecto:
para el análisis la supervivencia
de las hembras de una especie, esto puede afectar el patrón de crecimiento
poblacional. Más aún, si se trata de una especie que es normal​mente
depredada por otras dentro de la comunidad, la afectación de esta especie
alterará sin duda las cadenas tróficas del ecosistema.

20
Concentración efectiva media (CE50)

Concentración obtenida estadísticamente,


o estimada gráficamente, que causa un
efecto determinado en 50 % del grupo de
organismos bajo condi​ciones específicas.

Concentración letal media (CL50)

Concentración obtenida estadísticamente,


o estima​da gráficamente, que causa la
muerte del 50 % del grupo de
organismos bajo condiciones específicas.

Dosis letal media (DL50)

Dosis obtenida estadísticamente, o


estimada gráficamente, que es letal para
50 % del grupo de organismos bajo
condiciones específicas.

21
2.1. La caracterización del
riesgo
No existe un método universal para la cuantificación del riesgo ecológico que
produzca resultados generales precisos y realistas, pues siempre existen
limitaciones en cuanto a la cantidad de información que se puede obtener, ya sea
por restricciones de tiempo, de re​cursos o por un conocimiento científico
insuficiente.

El riesgo ambiental se puede caracterizar a través de modelos empíricos, modelos


de pro​ceso o mecanicistas, y modelos físicos y experimentales.

22
El modelo empírico

Un ejemplo de los modelos empíricos son


las comparaciones de valores únicos de
efecto y exposición, que se basan en la
relación de una concentración de
exposición y un valor to​xicológico. Este
método supone que las concentraciones en
el ambiente no cambian en el tiempo ni en
el espacio y que los datos relacionados con
el efecto son los adecuados para ser
extrapolados directamente al campo. Es un
método muy útil para elaborar un primer
cál​culo del riesgo, pero no debe
considerarse como una estimación
cuantitativa, ya que no es consistente con
los esquemas probabilísticos. Por esta
razón, es difícil integrar estos resulta​dos
con cualquier parámetro de evaluación que
esté expresado en términos de
probabilidad (por ejemplo, la probabilidad
de que la reproducción disminuya 30 %).
Un cociente elevado sugiere efectos
importantes o indica, por lo menos, que la
incertidumbre de ocurrencia del efecto es
baja.

El modelo de proceso

Se puede lograr una evaluación más


realista comparando las distribuciones de
exposición y las de los datos toxicológicos,
ya que de esta manera se reconoce tanto la
variabilidad espaciotemporal de la
exposición, como la variabilidad en las
respuestas ecológicas. En un método de
este tipo, el riesgo es calculado como la
probabilidad de que la concentración de
exposición y la concentración de efecto
tengan la misma distribución estadística.

23
Los modelos de proceso intentan
representar matemáticamente los
procesos físicos, quími​cos y biológicos que
determinan la dinámica de los ecosistemas,
y los procesos toxicológi​cos que traducen
un estrés ambiental en una respuesta. Un
ejemplo de esto es el método propuesto
por O’Neill y colaboradores (1982) para
extrapolar datos de pruebas de toxicidad
(CL50, CE50) de 19 poblaciones expuestas
a compuestos, y estimar los probables
efectos en términos de producción de
biomasa.

Ejemplo: la peligrosidad toxicológica


de un plaguicida.

El riesgo ecológico es una función


de la peligrosidad toxicológica y
de la exposición am​biental. La
peligrosidad toxicológica es una
cualidad intrínseca de un
plaguicidad para causar un efecto
adverso.

Los datos sobre peligrosidad


toxicológica deben incluir estudios
de laboratorio realizados en peces,
invertebrados acuáticos y aves, así
como estudios sobre los grados de
efecto en pruebas reproductivas
en aves y peces. Los estudios de
exposición son estimaciones de la
cantidad de residuos del
plaguicida en el ambiente y, por
ende, que puedan estar
disponibles para organismos no
blanco. Este dato recibe el nombre
de concentración am​biental
estimada (CAE) y se expresa en
ppb o ppm.

En el método del cociente


24
(Barnthouse et al.,1982), una CAE
se compara directamente con un
grado del efecto, como puede ser
un valor de CL50 (ecuación 8.1):

El cociente resultante Q puede


compararse con una
jerarquización de algunos
co​cientes relativos, lo que puede
indicar posibles efectos adversos
a organismos no blanco. Por
ejemplo:

Q < 0.1 = efectos no adversos

0.1 < Q < 10= posibles efectos


adversos

Q < 10 = probables efectos


adversos

25
Los modelos físicos y experimentales

Los modelos físicos y experimentales son


sistemas ecológicos artificiales que se usan
para medir y cuantificar las respuestas de
los sistemas ecológicos al estrés. Un
ejemplo son los microcosmos acuáticos,
donde las poblaciones de organismos de
diferentes niveles tróficos son expuestas
en conjunto a un determinado
contaminante. Existen también otros
estudios en los que parte de un ecosistema
es manipulado para estudiar su respuesta al
estrés. Es muy difícil tener réplicas de
estos análisis, además de que resultan muy
costosos, y la inter​pretación de resultados
pueden dar lugar a confusión debido a
situaciones no controladas
adecuadamente. A pesar de estas
limitaciones, dichos estudios describen
razonablemente la complejidad de los
ecosistemas, lo que permite estudiarlos.
Además, cuando los resulta​dos se aplican
solo al sistema particular estudiado no es
necesario realizar extrapolaciones.

La estimación del riesgo

Como última etapa en la ERE se procede a e stimar la naturaleza, la magnitud


y la distribu​ción de los efectos observados que se consideren significativos.
Definir un cambio ambiental como significativamente adverso depende, por
una parte, de consideraciones ecológicas, como la resiliencia o capacidad de
recuperación del medio, la redundancia de las especies, así como de valores
sociales, como el recreativo o el potencial económico del ecosistema, entre
otros aspectos. No obstante, es posible estimar el riesgo y, en consecuencia,
expresar​lo de forma cuantitativa como tasa, cociente, ranking y distribución
de probabilidades, entre otras, o de forma cualitativa (alto, medio, bajo;
aceptable, no aceptable).

26
Para lograr la estimación del riesgo, existen generalmente tres aproximaciones
generales:

La comparación de los valores de exposición y del efecto específico.

Si se conoce un valor de exposición en el ambiente, por ejemplo, de una


sustancia química y el valor de efecto específico de ese parámetro sobre el
indicador, entonces se puede obtener una tasa que compara ambos efectos.
La relación o cociente entre el valor de la exposición al valor del efecto,
proporciona la estimación del riesgo: si el cociente es uno o más, se considera
probable que ocurra un efecto adverso.

La comparación de las distribuciones de los efectos y la exposición.

Este enfoque utiliza distribuciones de la exposición y de los efectos(en


contraposición a los valores indivi​duales) y, por lo tanto, hace una estimación
probabilística del riesgo. Se cuantifica por el grado de solapamiento entre las
dos distribuciones: a mayor superposición, mayor es el riesgo.

La realización de modelos de simulación.

Dos categorías de modelos de simulación son utilizados:

Modelos de poblaciones de una sola especie, los que se utilizan para


predecir efectos directos sobre una sola población de interés mediante
la medición de respues​tas a nivel individual.
Modelos de especies múltiples, que incluyen modelos de redes tróficas
y/o de sucesión, los cuales son útiles para evaluar efectos directos e
indirectos.

Por ejemplo, para modelos poblacionales de una sola especie se puede utilizar
matrices demográficas, que permiten conectar respuestas de nivel individual
con el poblacional me​diante la estimación y el análisis de la tasa finita de
crecimiento poblacional (λ)

27
Ciertos cambios ambientales ocurren de manera natural (es la llamada
variabilidad intrín​seca), por lo que, es importante poder diferenciar estos
cambios de los ocurridos por efec​to de un agente de daño asociado con las
actividades humanas. Asimismo, los diferentes ecosistemas son vulnerables a
algunos agentes y resistentes a otros, lo que depende en parte de la
experiencia previa. Por ejemplo, se sabe que los bosques son ecosistemas que
regularmente se incendian de manera natural y que esto ayuda a la
germinación de algunas semillas; en cambio, los incendios en las selvas son,
por lo general, un fenómeno causado por el hombre.

El valor social de un ecosistema puede ser integrado con el valor ecológico si se


supone, para fines prácticos, que sustentabilidad y supervivencia son lo mismo,
que existe equidad intergeneracional y que hay una estructura social en la que los
derechos y privilegios del individuo no están por encima de los de la sociedad en
su conjunto. En cien​cia es común tratar de demostrar que los cambios que se
observan son estadísticamente significativos, sin embargo, esto no siempre es
sinónimo de cambio ecológico significativo y viceversa. Además, cuando se
desarrolla una ERE es común tener que tomar decisiones ba​sadas en pocos datos
o en información poco clara que no cumple con criterios estadísticos y se confía
entonces en el peso de las evidencias y en la experiencia de los especialistas que
participan en la evaluación.

Para evaluar el riesgo ecológico algunos autores han propuesto usar una
escala espacial, una escala temporal y la reversibilidad como criterios para
calificar cuán significativos son los cambios ecológicos, ya que aquellas
actividades que producen impactos durante largo tiempo, que son difíciles de
revertir y que ocurren en grandes áreas, deben evitarse en la medida de lo
posible.

28
A continuación, se presenta un estudio de caso donde
se emplean los conceptos de la ERE en un esquema
multietapas. En este esquema, el análisis en la primera
etapa se basa en supuestos conservadores y en un
grupo de datos mínimo para establecer el límite
máximo de riesgo potencial. En las etapas
subsiguientes se utiliza un mayor número de datos y
más específicos, así como herramientas analíticas más
complejas. Cada etapa comienza con la formulación
del problema, basándose en los resultados de la etapa
inmediata anterior. Al fi​nal de cada etapa, las áreas de
la evaluación del riesgo que necesitaban mayor
refinamiento son identificadas, y se utilizan para
establecer los objetivos de la etapa siguiente.

29
3. Caso de evaluación del riesgo ecológico del
atrazina

3. Caso de evaluación del riesgo ecológico del


atrazina

Las evaluaciones de riesgos ecológicos son útiles en el


proceso de registro de plaguicidas para evaluar si el uso
de un producto específico puede causar daños al
ambien​te, lo que fundamenta la conveniencia de
autorizar su uso y las condiciones adecuadas para
aplicarlo. En este con​texto se presenta, a continuación,
un estudio de caso para el plaguicida atrazina, donde se
aplican los conceptos de la evaluación de riesgo
ecológico en un esquema de eta​pas sucesivas.

Durante la primera etapa se estima el riesgo potencial


máximo mediante un análisis basado en supuestos con​-
servadores con escenarios en las condiciones más extre​-
mas, como son la exposición a concentraciones elevadas
en especies altamente sensibles y una cantidad mínima
de datos generales. En las etapas posteriores se realizan
aná​lisis más profundos con datos de mayor especificidad,
em​pleando modelos y métodos matemáticos más
complejos. Al inicio de cada etapa se formula o reformula
el problema específico, tomando en cuenta los resultados
obtenidos en la etapa previa, y al final de cada etapa se
identifican los elementos que deben ser analizados con
más detalle para definir los objetivos de la etapa
siguiente.

Introducción
La atrazina es uno de los herbicidas más utilizados en Estados Unidos de América,
con un volumen de aplicación de entre 29 y 34.000 toneladas de ingrediente
activo por año. Sus usos autorizados incluyen el control de malezas (de hoja ancha
y algunos pastos) en cultivos de maíz, maíz dulce, sorgo (para grano y forraje), caña
de azúcar, guayaba, nuez de macadamia y rastrojo de trigo; en la conservación de
huertos y plantaciones forestales comerciales (ár​boles de navidad, de madera
30
blanda, de sombra y ornamentales) y para programas de refo​restación (coníferas);
en campos de golf y áreas verdes (jardines, jardineras y camellones con pastos); en
zonas industriales, comerciales, residenciales y recreativas; en praderas y campos
de producción de pastos para semilla; y en veredas, setos y acotamientos de
caminos y ca​rreteras.

Ante el uso extensivo de este plaguicida y la detección de su presencia en muchos


cuerpos de agua superficial y subterránea de aquel país, la USEPA inició en
noviembre de 1994 una revisión detallada de sus posibles efectos ecológicos,
mediante un esquema de evaluación de riesgos en varias etapas y empleando el
análisis probabilístico.

A continuación, se describen brevemente los pasos principales que se siguieron


durante dicha evaluación.

Etapa 1

Objetivo

En esta etapa se llevó a cabo la primera aproximación para estimar el riesgo,


considerando un enfoque protector basado en supuestos conservadores para
el cálculo de la exposición y del potencial de toxicidad (efectos).

Metodología

Esta etapa se enfocó en la comparación para los diferentes usos de la atrazina


entre las con​centraciones esperadas de este plaguicida en escenarios de
exposición elevada (tasa máxi​ma de aplicación del plaguicida de acuerdo con
las especificaciones de la etiqueta) y las concentraciones que resultan tóxicas
(agudas y crónicas) para las especies acuáticas más sensibles. Se utilizó el
programa Generic Estimated Environmental Concentration (GENEEC),
desarrollado por la Oficina de Programas sobre Plaguicidas de la USEPA, para
estimar la exposición con base en parámetros químicos generales y,
posteriormente, se evaluaron las respuestas tóxicas de distintas especies
dulceacuícolas y marinas de algas, invertebrados, plantas y peces.

31
Resultados

En el caso de las plantas, los coeficientes de peligro (Q) para todos los
escenarios de uso sobrepasaron el valor de 1, que es indicativo de un riesgo
potencial. Por su parte, para los animales los valores de Q para las pruebas
agudas resultaron menores de 0.1, con excep​ción del escenario de aplicación
en las orillas de carreteras o caminos; mientras que, para las pruebas crónicas,
Q excedió el valor de 1 para algunos escenarios de usos menores. Por lo
anterior, se decidió proseguir en la siguiente etapa con la evaluación de
riesgos, tanto para las plantas como para los animales.

Etapa 2

Objetivo

El objetivo de esta etapa fue estimar, nuevamente, la exposición y los efectos


con base en modelos más complejos y en supuestos que reflejaran con mayor
apego la realidad del comportamiento de la atrazina y de las condiciones
ambientales.

Metodología

La exposición se volvió a calcular utilizando propiedades adicionales de la


atrazina, como su metabolismo en suelo y agua, así como la herramienta
Multiple Scenario Risk Assessment Tool (MUSCRAT), que incorpora los
resultados de los modelos Pesticide Root Zone (PRZN) y Exposure Analysis
Modeling System (EXAMS), para modelar la distribución de las concentra​-
ciones anuales máximas en cuerpos de agua superficial en 25 sitios de 21
regiones.

Para estimar la probabilidad y la magnitud de los efectos, se emplearon


relaciones com​pletas de concentración de respuesta para los animales y
plantas más sensibles. Estas re​laciones se integraron con las distribuciones de
concentración generadas con el MUSCRAT para cada región y con ello se
calculó el riesgo promedio. A partir de esta etapa, el riesgo se expresó como
un 1. Los usos menores de plaguicidas en Estados Unidos corresponden a
usos en cultivos con una extensión menor a 121 mil hectáreas o a usos que
no proporcionan un incentivo económico suficientemente elevado como para
sostener el registro o doble registro de un plaguicida.

32
Resultados

En esta etapa se encontró un riesgo para las plantas acuáticas (del 18 % al 55


%), mientras que para los animales se encontró una probabilidad baja para
efectos agudos (< 0.01 %) y crónicos (< 3 %). Por este motivo, se resolvió no
continuar con el análisis para los animales.

Etapa 3

Objetivo

El objetivo de esta etapa fue perfeccionar y precisar la


evaluación de la exposición y de los efectos al
incorporar datos de toxicidad que reflejaran la
sensibilidad a la atrazina de un amplio número de
especies, así como escenarios que representaran de
manera aún más realista los procesos de destino
ambiental y transporte de este plaguicida.

Metodología

Para simular la exposición, los modelos se alimentaron


y validaron con datos más precisos, como las
estadísticas regionales de las tasas de aplicación de
atrazina y los datos de mo​nitoreo de escorrentías y
aguas superficiales. Se ampliaron los escenarios para
incluir tam​bién arroyos pequeños, en los que se
generaron distribuciones de exposición empleando el
modelo PRZN acoplado a otro llamado Riverine
Water Quality (RIVWQ), modelo de destino ambiental
para aguas en movimiento. Los efectos se evaluaron
mediante el cálculo de la distribución de sensibilidades
(SSD, por las siglas de la expresión en inglés) para 174
espe​cies. Con ello fue posible estimar el porcentaje de
especies que sería afectado a diferentes grados de
exposición, así como la incertidumbre asociada con la
variabilidad en la sensibili​dad entre las especies.

Resultados

33
Todos los escenarios para las especies vegetales
expuestas de manera aguda mostraron un riesgo
promedio reducido (< 10 %), excepto en pequeños
arroyos de zonas caracterizadas por tasas elevadas de
aplicación de atrazina y alto potencial de escorrentía
(16 %). En con​traste, en casi todos los escenarios de
exposición crónica el riesgo potencial resultó mayor al
10 %. Cabe resaltar que las simulaciones crónicas se
realizaron con base en concentraciones anuales
máximas, que pocas veces persisten durante un
tiempo suficientemente prolonga​do como para
ocasionar efectos a largo plazo.

Etapa 4

Objetivo

Esta etapa se enfocó a reducir al


máximo la incertidumbre que aún
pudiera estar presente en la
evaluación de la exposición y de los
efectos. Así, el interés en esta etapa
se centró en el análisis de los datos
de monitoreo en aguas
superficiales, la variabilidad del
paisaje, los patrones temporales de
exposición y el significado
ecológico de los efectos
ocasionados por la atrazina y por
sus productos de degradación.

34
Metodología

La evaluación de la exposición se
afinó aplicando varios enfoques:

1. Se compararon las
distribuciones de exposición
obtenidas en las dos etapas
anteriores, con los datos del
monitoreo de aguas
superficiales.
2. Se analizó la variabilidad
temporal de la exposición
utilizando el modelo Risk
Analysis for Duration and
Recovery (RADAR),
alimentado con datos
multianuales para identificar
y caracterizar los eventos de
exposición que excedieran la
concentración umbral de 32
ug/L o 5.2 ug/L, que
corresponden al percentil 10
de la SSD aguda y crónica
para plantas,
respectivamente.
3. Se realizó un análisis
probabilístico para incorporar
la variabilidad del paisaje
mediante simulaciones con
los modelos PRZN, Runoff
Buffer (RBUFF) y PONDWQ
(que es análogo al EXAMS).
Para ello se construyeron
escenarios a partir de los
datos representativos de las
cuencas del estado de Ohio.

El análisis de más de 30 estudios de


microcosmos y mesocosmos
permitió realizar una eva​luación
más precisa del significado
ecológico de los efectos de la
atrazina. Por su parte, un análisis de
35
equivalentes tóxicos ayudó a
precisar los efectos causados por
los productos de degradación del
plaguicida.

Los microcosmos y mesocosmos


son sistemas modelo artificiales y
simplificados que se uti​lizan para
simular y predecir el
comportamiento de un ecosistema
natural acuático o terrestre en
condiciones controladas. Se trata
de sistemas intermedios entre las
pruebas ecotoxicoló​gicas simples y
el monitoreo del ecosistema. Las
diferencias básicas entre los
microcosmos y los mesocosmos
son el tamaño y la complejidad. Los
primeros son sistemas
generalmente construidos en el
laboratorio e incluyen una sola
especie representativa de cada
eslabón de la cadena alimenticia; en
cambio, los segundos tienen un
tamaño relativamente grande, se
ubican en el campo y comprenden a
casi todas las especies presentes en
el ecosistema que se desea
estudiar.

Resultados

Para las plantas, los resultados de la


evaluación de los datos del
monitoreo y del modelo
probabilístico de la variabilidad del
paisaje mostraron que el riesgo por
exposición aguda fue bajo (< 1 %),
aun en los arroyos de Ohio, en
donde a pesar de los incrementos
significativos en las
concentraciones de atrazina por
acción de las tormentas, los
36
eventos de exposición aguda
fueron raros y muy breves. Para
todos los arroyos combinados, el
promedio del ries​go agudo fue del 5
%. En cuanto a la toxicidad crónica,
el riesgo promedio para todos los
escenarios fue del 8 % o menos,
excepto en arroyos de alta
exposición, en donde el riesgo
combinado fue del 21 %.

El análisis de los patrones


temporales indicó que, para los
arroyos que se simularon, los
incrementos agudos en las
concentraciones de atrazina fueron
más frecuentes y de mayor
duración; pero, aun así, el lapso
entre dichos eventos permitió la
recuperación ambiental. En cuanto
a los eventos de exposición crónica,
estos ocurrieron prácticamente
cada año, tanto en los arroyos de
Ohio como en los arroyos
simulados, pero su duración fue de
uno o dos meses.

En lo que respecta a la evaluación


del significado ecológico de los
efectos, en general no se
presentaron afectaciones a las
especies vegetales a
concentraciones de atrazina de 20
ug/L o menos, y a exposiciones de
hasta 50 ug/L; todavía era posible
una recuperación de los
organismos.

Los análisis de equivalentes tóxicos


de los productos de degradación de
la atrazina sugi​rieron que tienen
una pequeña contribución en el
riesgo promedio, pero solo cuando
las concentraciones de este
plaguicida son bajas.

37
Conclusiones

Los resultados mostraron que en las primeras etapas se sobreestimaron la


distribución y la magnitud de las concentraciones de atrazina en arroyos.
Asimismo, se encontró que las comunidades acuáticas naturales son menos
sensibles a este plaguicida que las especies de prueba más sensibles.
Esto indica que los riesgos de efectos tóxicos en los organismos acuáticos son
reducidos; sin embargo, es posible que se presenten ciertos efectos inhibito​-
rios en algas y plantas acuáticas en hábitats vulnerables debido a las
escorrentías agrícolas. Dichos efectos suelen tener una duración limitada y,
por ello, se logra una recuperación rápida de las poblaciones.
El esquema de etapas múltiples aplicado en esta evaluación per​mitió obtener
resultados robustos con un alto grado de confianza. Otros efectos, como los
endócrinos y los efectos en el desarrollo, no fueron considerados en este
ejercicio y deben investigarse.

38
4. ¿Qué es un análisis de riesgos ambientales
(ARA)?

4. ¿Qué es un análisis de riesgos ambientales


(ARA)?
El análisis de riesgos ambientales (ARA) es una herramien​ta metodológica que
permite estimar el riesgo de que se produzcan determinadas consecuencias en el
medio am​biente.

Escribe aquí .tu texto


Desde la aprobación de la Ley 26/2007,
de 23 de octubre, de Responsabilidad
Medioambiental (en adelante, Ley de
Responsabilidad Medioambiental), los
operadores de las actividades citadas en
el anexo III de dicha ley, deben dis​poner
de una garantía financiera que permita
hacer frente a la responsabilidad
medioambiental inherente a la activi​dad
que desarrollen. Dentro de las
actividades de dicho anexo, se
encuentran las actividades e
instalaciones su​jetas al ámbito de
aplicación del Real Decreto Legislativo
1/2016, de 16 de diciembre, por el que
se aprueba el texto refundido de la Ley
de Prevención y control integrados de la
contaminación, es decir, aquellas
instalaciones sujetas a Autorización
Ambiental Integrada (AAI).

La Ley de Responsabilidad Medioambiental determina, además, que la fijación de


la cuantía de la garantía finan​ciera debe partir del ARA de la actividad, el cual se
realizará de acuerdo con la metodología establecida en la Norma UNE 150.008
“Análisis y evaluación del riesgo ambiental” o norma equivalente, la cual se analiza
en la unidad 5 del presente e-book.

Los elementos del medio establecidos en la Ley de Responsabilidad


Medioambiental son:

39
a. Las aguas marinas y continentales, tanto
superficiales como subterráneas, costeras y de
transición, así como los restantes elementos que
forman parte de dominio público hidráulico.

b. El suelo, excluyendo los que se encuentren


permanentemente cubiertos por una lámina de
agua superficial.

c. Las especies de la flora y de la fauna silvestre


presentes permanente o temporalmente, así
como los hábitats de todas las especies
silvestres autóctonas.

d. La ribera del mar y de las rías.

e. En materia de calidad de aire, únicamente las


emisiones atmosféricas producidas que puedan
afectar a los medios anteriormente citados
quedan dentro del alcance del ARA.

40
El cálculo de la garantía financiera debe partir del ARA que contenga, al
menos, las siguien​tes operaciones:

Identificar los escenarios accidentales y establecer la probabilidad de


ocurrencia de cada escenario.
Estimar un índice de daño medioambiental asociado a cada escenario
accidental.
Calcular el riesgo asociado a cada escenario accidental como el
producto entre la proba​bilidad de suceso en el escenario y el valor del
daño medioambiental.
Seleccionar los escenarios de menor coste asociado que agrupen el 95
% del riesgo total.
Establecer la cuantía de la garantía financiera, como el valor del daño
medioambiental del escenario con el índice de daño medioambiental
más alto entre los escenarios acci​dentales seleccionados. Para ello, en
primer lugar, se cuantificará el daño medioambien​tal generado en el
escenario seleccionado y, en segundo lugar, se monetizará el daño
ambiental generado en dicho escenario de referencia, cuyo valor será
igual al coste del proyecto de reparación primaria. Una vez calculada la
cuantía de la garantía financiera obligatoria, se añadirán a la misma los
costes de prevención y evitación del daño, para cuyo cálculo se podrá
aplicar un porcentaje sobre la cuantía total de la garantía obligato​ria, o
bien, estimar tales costes de prevención y evitación a través del análisis
de riesgos medioambientales.

No obstante, la Ley de Responsabilidad Medioambiental establece en su artículo


28 exen​ciones a la constitución de la garantía financiera. Según este artículo, aun
encontrándose incluido en el anexo III de la ley, estarán exentos de constituir
garantía financiera obligatoria:

Operadores de actividades suceptibles a daños menores de 300.000 euros.

Los operadores de actividades susceptibles de ocasionar daños cuya


reparación se eva​lúe por una cantidad inferior a 300.000 euros.

41
Operadores de actividades susceptibles a daños entre 300.000 y 2.000.000
euros.

Los operadores de actividades susceptibles de ocasionar daños cuya


reparación se eva​lúe por una cantidad comprendida entre 300.000 y
2.000.000 de euros que acrediten mediante la presentación de certificados
expedidos por organismos independientes, que están adheridos con carácter
permanente y continuado, bien al sistema comunitario de gestión y auditoría
medioambientales (EMAS), bien al sistema de gestión medioambien​tal UNE-
EN ISO 14001 vigente.

Utilización de los productos fitosanitarios y biocidas.

La utilización de los productos fitosanitarios y biocidas a los que se refiere el


apartado 8.c) y d) del anexo III, con fines agropecuarios y forestales,
quedando por tanto exentos de efectuar la comunicación prevista en el
artículo 24.3.

Operadores de las actividades que atiendan a un escaso potencial de generar


daño.

Los operadores de las actividades que se establezcan reglamentariamente


atendiendo a su escaso potencial de generar daños medioambientales y bajo
nivel de accidentalidad, quedando igualmente exentos de efectuar la
comunicación prevista en el artículo 24.3

42
4.1. Metodología de un análisis de riesgos
ambientales (ARA)

Previamente a la realización del ARA


se debe realizar un análisis donde se
justifique de ma​nera inequívoca el
alcance del estudio, determinado
por los aspectos que
desencadenaron el análisis de riesgo,
la magnitud de las decisiones que
deben afrontarse y los grupos de
interés afectados por tales
decisiones.

De cualquier modo, la delimitación del alcance del estudio se realiza con


referencia expresa a aspectos tales como:

43
Para realizar estas tareas debe contarse con un equipo multidisciplinar que
posea experien​cia en métodos y técnicas de análisis y en evaluación de
riesgos, que conozca la actividad que se va a someter al análisis, además de
los factores afectados y, cuando sea posible, que incluya representantes de
los grupos de interés. Cabe señalar que la principal función del equipo de
trabajo es proporcionar información fiable y útil para la toma de decisiones
en la organización afectada. Tanto las actividades como los riesgos rara vez
permanecen estáticos a lo largo del tiempo, por lo que, es necesario diseñar e
implementar un plan de revisión, dinámico y revisable, de todo el proceso de
análisis de riesgos ambientales.

A continuación, se describen algunas de las variables más relevantes que el


operador de​berá tener en consideración con carácter individual para valorar su
riesgo medioambiental:

44
Variables. Características. Unidades. Agentes causantes del daño.

Tipo de sustancia liberada - Nombre

Concentración de sustancia liberada en el medio receptor.

Mg sust/kg del suelo Ciec) mg sust/litros de agua.


Umbrales de toxicidad: mg sustikg del suelo.
Agudo (LC 50-EC50).
Crónico (NOEC-NOAEL) mgsust/litros de agua.
Potencial (PNEC) Biodegradabilidad.
Bioacumulación.
KOC (coeficiente de carbono orgánico).

Fuentes de información:

Bases de datos de sustancias químicas de fuentes oficiales.

Technical Guidance Document on Risk Assessment, 2+ parte (CE).


Bases de datos de sustancias químicas de fuentes oficiales.

Solubilidad

KOC (coeficiente de carbono orgánico). Capacidad de extracción.

Toneladas de cantidad de suelo susceptible de ser extraído.

Profundidad media y densidad (IGME) .

Capacidad de extracción.

Cantidad de exceso o defecto m 3.


Cantidad de agua susceptible de ser extraida.
Libro Digital del Agua (MARM).

Confederaciones y demarcaciones hidrográficas.

Especies amenazadas presentes Inventario Nacional de Biodiversidad


(MARM). Núm. individuos.

45
Población existente.

Planes de ordenación del territorio: PORN, PRUG y PORF. Tipo de agente


biológico.

Nivel de confinamiento asociado a su manipulación. Tipo de


modificación genética.

Superficie afectada Ha. Reglamento (CE) No 65/2004 de la Comisión


sobre indicadores únicos a los OMG.

Mapa forestal de España 1:50:000.

Inventario Forestal Nacional (MARM), Inventario Nacional de


Biodiversidad (especies presentes) (MARM)
Individuos afectados. Núm. individuos. Planes de Ordenación del
territorio: PORN, PRUG y PORF.

Tipo de suelo.

Permeabilidad Cn 2, m 2, milidarcys.
Riesgo de infiltración.
Conductividad hidráulica cm/día.
Pendiente del terreno. Topografía del terreno %.

46
Medios receptores afectados.

Mapa de suelos.
Mapas geológicos (Serie Magna. IGME).
Observación directa del entorno.
Mapa de permeabilidades de España 1:200.000 (IGME).
Mapa de acuíferos (Libro Digital del Agua, MARM).
Bibliografía específica.
Modelo digital del terreno (ej: CSIC).
Mapa de altitudes (ej: CSIC).
Profundidad del nivel freático.
Nivel piezométrico.
Masas de agua superficiales y subterráneas.
Tipo, nombre.
Geometría (anchura del cauce, profundidad, etc.).
Metros lineales, etc.
Caudal M3/s.
Libro Digital del Agua (ASARAS).
Confederaciones y Demarcaciones Hidrográficas.
Velocidad del flujo L/T(m/s; cm/h;...).
Calidad del agua.
Estándares de calidad, etc.
Delimitación de las aguas costeras, metros lineales, etc.
Línea base de Costa (MARM).
Calidad de las aguas de baño (ministerio de Sanidad).
Profundidad del nivel freático.
Masas de agua superficiales, subterráneas y costeras.
Especies silvestres protegidas y presentes.
Presencia/ausencia, número de individuos, etc.
Edad de especies arbóreas años.
Fracción de cabida cubierta (arbóreas y matorral) (%).
Densidad de especies arbóreas Pies/ha.
Inventario Forestal Nacional (MARM).
Espacios protegidos y Red Natura 2000, Banco de Datos de la
Biodiversidad (MARM), número de individuos.

Sistema de transporte de contaminantes.

47
Coordenadas.

Coordenadas geográficas/UTM.
Tipo: vertido sumergido o superficial, emisión continua o
discontinua, etc.
Altura de la fuente de emisión m, presión, bares.
Temperatura ambiente y del suelo °C.
Ortofotos georreferenciadas.
Cartografía temática de carretera y núcleos urbanos.
Específico de la instalación.
Agencia Estatal de Meteorología.
Modelo simulación.
Precipitación infiltración (SIMPA, MARM).
Precipitación mm.
Humedad %.
Velocidad y dirección del viento Kn/h.
Evapotranspiración.
Coordenadas geográficas/UTM.
Riesgo de inundación.
Bibliografía específica de referencia que relaciona la temperatura
del suelo con la temperatura ambiente.

Agencia Estatal Meteorología. Atlas Nacional de España (IGN).

Modelo simulación/precipitación/infiltración (SIMPA, MARM)


Ortofotos georreferenciadas
Cartografía temática de carreteras y núcleos urbanos.
Mapa de Riesgos Geológicos. IGME

Biodiversidad del agente causante del daño.

Bases de datos de sustancias químicas de fuentes oficiales (ej:


European Chemical Substances Information System).
Solubilidad del agente causante del daño Kow (coeficiente de
partición octanol-agua).
Reversibilidad del daño.
Sensibilidad o vulnerabilidad del medio receptor.
Banco de datos de la Biodiversidad. MARM (Espacios Naturales
Protegidos: Red Natura 2000, Hábitat Prioritarios, Espacios
Naturales Protegidos, etc.),

48
4.2. Modelos de informe de riesgos ambientales
tipo (MIRAT)

Con el objeto de facilitar la evaluación de los


escenarios de riesgos, así como para reducir el coste
de su realización, se puede recurrir a análisis de
riesgos medioambientales sectoriales y a tablas de
baremos. Los análisis de riesgos medioambientales
sectoriales pueden consis​tir bien en modelos de
informes de riesgos ambientales tipo, denominados
MIRAT, o bien en guías metodológicas para el análisis
de riesgo, según el grado de homogeneidad del sector
desde el punto de vista del riesgo medioambiental. Las
tablas de baremos, por su parte, es​tán previstas para
los sectores o pequeñas y medianas empresas que,
por su alto grado de homogeneidad, permitan la
estandarización de sus riesgos ambientales.

Estos documentos voluntarios están indicados para sectores o grupos de


actividad homo​géneos desde el punto de vista del riesgo medioambiental y no
exime al operador de realizar su propio análisis de riesgos para evaluar la
necesidad de constituir una garantía financiera obligatoria.

Será cada sector profesional o grupo de actividades el que decida el tipo de


instrumento a partir de la cual podrá apoyarse para analizar su riesgo
medioambiental a nivel sectorial. No obstante, existen algunos criterios de
decisión en base a los cuales los diferentes sec​tores podrán basarse para
identificar el correspondiente instrumento sectorial -MIRAT, tabla de baremos o
guía metodológica-; estos son: por un lado, aquellos que hacen referencia al nivel
de peligrosidad o de riesgo medioambiental del sector en cuestión y, por otro, a la
heterogeneidad desde el punto de vista de la variabilidad del comportamiento de
las activi​dades de un mismo sector con respecto a las variables que describen el
mencionado riesgo ambiental. Entre las variables de las que depende el riesgo,
destacan las siguientes:

El tipo y la complejidad del proceso productivo.

49
La capacidad de tratamiento y de producción.

La tipología y la cantidad de emisiones a las


aguas, al suelo y/o al aire.

El tipo y la cantidad de residuos generados.

El contexto territorial donde se ubique la


actividad y la sensibilidad y vulnerabilidad del
receptor potencialmente afectado.

La gestión que haga el operador de su riesgo


medioambiental.

Los MIRAT deberán ser capaces de identificar todos los escenarios de


accidente relevantes de un sector de actividad, incorporando todas las
tipologías de accidente comunes de las actividades e instalaciones del sector
que se presentan en la mayoría de las instalaciones. Estos MIRAT excluirán,
por tanto, los escenarios de riesgo que no son representativos a nivel
sectorial por estar presentes en una minoría de actividades o instalaciones.
Aquellos esce​narios «singulares» que generen un daño significativo deberán
ser, no obstante, tenidos en cuenta en el análisis de riesgos medioambientales
particularizado a nivel de operador reali​zado en base a la norma UNE 150008
o equivalente.

50
Los MIRAT deberán, además, incorporar protocolos para cuantificar, en
términos de intensi​dad, extensión y temporalidad del daño, y evaluar, por
parte de cada operador, la significa​tividad del daño asociado a cada escenario
accidental con respecto al estado básico. Ello incluye la propuesta de niveles
de referencia, dependiendo el agente causante del daño y el medio receptor
afectado (aguas superficiales y subterráneas, suelo, especies, hábitats pro​-
tegidos y/o ribera del mar y de las rías), para la determinación del carácter
significativo del daño. Dado que se trabaja en términos de riesgo o de
hipótesis de daño, el estado básico hace referencia al estado en el que se
encuentran los recursos naturales en el momento en el que tiene lugar el
hipotético accidente.

A los efectos descritos en el párrafo anterior, dichos protocolos deberán


ayudar al operador a emplear, en caso de que se considere necesario,
modelos de difusión de los correspon​dientes agentes causantes del daño en
los medios receptores que pudieran verse afectados. Los protocolos dirigidos
a cada tipo de escenario accidental deberán ser lo más sencillos posibles a fin
de normalizar la cuantificación del daño y facilitar al operador su aplicación.

51
Estos informes deben ser elaborados por el sector empresarial y presentado
a la secretaría de la comisión técnica de prevención y reparación de daños
medioambientales que reali​zará una revisión formal y técnica del documento.
Si no se considera que cumplen con los requisitos establecidos en la norma de
responsabilidad ambiental será devuelto al sector para que las deficiencias
detectadas sean subsanadas. Si por el contrario cumple con los requisitos se
comunica a los miembros de la comisión técnica de prevención y reparación
de daños ambientales. Se traslada, a continuación, al grupo de trabajo de
análisis de riesgos sectoriales para que solicite la designación de expertos.
Este grupo de expertos evaluará ad hoc cada propuesta de análisis de riesgos
sectorial. Elaboran un informe con sus delibera​ciones y, si no es favorable, se
trasladará para la revisión pertinente. Si es favorable, se envía a la comisión
técnica y, a partir de ese momento, puede ser utilizado para la elaboración del
análisis de riesgos ambientales en sus instalaciones.

A continuación, se detalla la estructura que debe tener un informe MIRAT. Este


costará de los siguientes apartados:

I. Objeto y alcance del informe

Donde se define la actividad y subactividades que abarca el


sector profesional sobre el que se va a aplicar el instrumento
sectorial.

52
II. Equipo responsable del estudio

Identificación de los responsables técnicos del estudio, con su


cargo, formación y funciones.

III. Justificación del instrumento sectorial seleccionado

Exposición justificada de la adecuación del instrumento


seleccionado al sector profesional objeto del estudio.

IV. Descripción de la actividad

a. Técnicas, líneas de proceso, instalaciones, unidades o partes


del sector objeto de estudio.

Puede encontrarse información detalla del sector de los


documentos BREF de mejores téc​nicas disponibles.
Actualmente, existen documentos BREF para las siguientes
actividades:

Aguas y gases residuales de la industria química.


Cemento y cal.
Cerámicas.
Cloro-sosa.
Curtidos.
Eficiencia energética.
Emisiones en almacenamientos.
Especialidades químicas inorgánicas.
Fabricación de polímeros.
Forja y fundición.
Grandes instalaciones de combustión.
Granjas.
Incineración de residuos.
Industria alimentaria.
Industria química inorgánica en GVP (grandes volúmenes
de producción), aminoácidos y abonos.
Industria química inorgánica en GVP (grandes volúmenes
de producción), sólidos y otros.
53
Industria textil.
Efectos económicos y cruzados.
Mataderos.
Metalurgia férrea.
Metalurgia no férrea.
Monitorización de emisiones.
Pasta y papel.
Química orgánica en GVP (grandes volú​menes de
producción).
Química orgánica fina.
Refinerías.
Refrigeración y vacío.
Residuos de minería.
Siderurgia.
Tratamiento de residuos.
Tratamientos superficiales.
Tratamiento de superficies con disolven​tes orgánicos.
Vidrio.

b. Fases de actividad para las que se realizará el informe


(operación, explotación, diseño, construcción, etc.).

En este apartado se incluirá una descripción general de la


actividad tan detallada como lo requiera la evaluación del riesgo
medioambiental que se realice a nivel sectorial En primer lugar,
es aconsejable realizar un diagrama de flujo mediante el cual se
ilustre de manera más visual el proceso que, posteriormente, se
descompondrá en las distintas subfases. En segundo lugar, se
puede optar por realizar una tabla en que se indiquen todos los
procesos y actividades que tienen lugar en la explotación de la
actividad en el sector.

Por último, con el objetivo de pormenorizar la actividad o


actividades desarrolladas en la industria, se procede a describir
cada uno de los procesos que la componen de forma más
detallada. En este apartado deberá describirse (en detalle) cada
fase o etapa del proceso productivo, destacando las tecnologías
empleadas, así como los productos o sustancias empleadas.

c. Indicación del tipo de riesgos analizados (exclusiones por no


pertenecer a la actividad objeto del informe).

d. Descripción del perfil ambiental del sector.

Se deben identificar los principales aspectos medioambientales


comunes a la actividad que se desarrolla en las instalaciones y

54
resulta un ejercicio interesante para abordar la caracte​rización
de las variables influyentes en el riesgo ambiental. Por ello se
deben plantear los aspectos relacionados con dicho riesgo
durante la explotación tales como:

Emisiones a las aguas superficiales.


Emisiones al suelo y a las aguas subterráneas.
Emisiones de partículas contaminantes a la atmósfera.
Residuos peligrosos y no peligrosos generados.
Sustancias y preparados químicos utilizados y/o
almacenados.
Movimientos de tierras, tales como alteraciones en la
fisiografía del terreno: ocupación del suelo; cambios en la
estructura, estabilidad; erosivos; textura y disposición de
los materiales; disminución de la y de la capacidad
portante e incremento de los procesos.

V. Descripción del contexto territorial del sector

Abordará los aspectos del medio físico (biótico y abiótico) que


sean comunes a todas las instalaciones del sector. Este
apartado contribuirá a identificar fuentes de información, así
como orientaciones prácticas que faciliten, posteriormente, la
descripción a dar del contexto territorial que realizará el
operador en el análisis de riesgos medioambientales que deberá
particularizar para su actividad a nivel individual.

Los aspectos que el operador deberá abordar a nivel individual


para caracterizar su con​texto territorial dependerán de cada
caso particular. No obstante, estas son algunas de las variables
más frecuentes: la situación geográfica y emplazamiento, el
marco geológico y edafológico (situación geológica, litología,
características hidrogeológicas, características
geomorfológicas), el tipo y las características de los cursos
fluviales y masas de agua, flora y fauna (prestando especial
interés en aquellas especies endémicas y/o protegidas), hábitats
protegidos, paisaje, etc.

55
VI. Breve identificación de las principales disposiciones legales

Disposiciones legales que afectan a las instalaciones del sector


y que pueden tener influen​cia en la caracterización de los
riesgos ambientales, con especial énfasis en los límites ope​-
rativos marcados por las autorizaciones preceptivas.

VII. Metodología seguida para el análisis de riesgos

Descripción de la metodología seguida para identificar los


escenarios accidentales. El ana​lista deberá apoyarse en los
métodos propuestos por la norma UNE 150.008 u otras normas
equivalentes.

VIII. Identificación de los escenarios accidentales relevantes del sector

a. Identificación de causas y peligros.

Se determinan las fuentes relevantes y más comunes de peligro


de las instalaciones per​tenecientes al sector objeto de estudio
relacionadas principalmente con las cantidades y tipos de
sustancias involucradas, los procesos productivos, las
condiciones y actividades de almacenamiento, las fuentes de
energía utilizadas, la gestión de residuos, los elementos del
entorno, los factores humanos organizativos e individuales y los
procesos y actividades auxiliares, entre otros.

b. Identificación de sucesos iniciadores.

Una vez identificadas las fuentes de peligro, se procederá a la


identificación de los sucesos iniciadores relevantes y más
comunes de las instalaciones pertenecientes al sector objeto de
estudio. Los sucesos iniciadores son hechos físicos,
identificados a partir de un análisis causal, que pueden generar
un incidente o accidente en función de cuál sea su evolución en
el espacio y en el tiempo. Es posible que la identificación del
suceso iniciador sea previa a la identificación de sus causas, ya
que puede ser un suceso muy habitual y conocido o que se
56
identifique por intuición. Por ello, para la identificación de los
sucesos iniciadores se podrán utilizar otras fuentes de
información como fuentes bibliográficas, análisis estadísticos,
regis​tros de accidentes, consulta a expertos, etc.

c. Determinación de la tipología de escenarios accidentales en


función del agente causante del daño y/o del medio receptor
afectado.

Esta clasificación tendrá en cuenta las diferentes actividades e


instalaciones del sector en todos los escenarios accidentales
relevantes en relación con los medios receptores. Se
determinarán los escenarios accidentales relevantes del sector
objeto de estudio que se deriven de los sucesos iniciadores que
han sido identificados. Se entenderá por escenario relevante
aquel que sea común en la mayoría de las actividades
pertenecientes a un mismo sector. Para determinar los
escenarios accidentales se tendrán en cuenta los factores con​-
dicionantes que puedan actuar sobre cada suceso iniciador, los
posibles medios receptores que pudieran verse afectados
(aguas superficiales y subterráneas, suelo, especies, hábitats
protegidos y/o ribera del mar y de las rías) y los sistemas de
transporte de contaminantes. Para ello, habrá que tener en
especial consideración los factores ambientales, fundamental​-
mente del medio físico (biótico y abiótico) que puedan actuar
como factores condicionantes del riesgo medioambiental.
Cualquier suceso acaecido con posterioridad al suceso iniciador
de un accidente medioambiental podrá ser un factor
condicionante que derive en la identi​ficación de un escenario
de riesgo.

d. Definición de protocolos para asignar la probabilidad


asociada a los escenarios acciden​tales.

Los protocolos deberán orientar a los operadores del sector a


estimar la probabilidad de ocu​rrencia de los escenarios
accidentales que tengan lugar en su instalación. Esta
probabilidad será una composición de la probabilidad de
ocurrencia del suceso iniciador correspondiente a cada
escenario y de las probabilidades de ocurrencia de los
diferentes factores condicio​nantes que influyen en su
determinación. El resultado de dicha probabilidad se expresará
en términos cuantitativos o semicuantitativos y, para ello, se
podrán utilizar diferentes criterios como bases de datos de
accidentes, datos históricos de la actividad, bibliografía,
consulta a expertos, información de fabricantes y proveedores,

57
etc.

e. Orientaciones para la gestión del riesgo ambiental.

Las medidas de prevención son aquellas medidas que, si se


produce una amenaza inminen​te de daño medioambiental, el
titular de la actividad responsable debe adoptar con objeto de
impedir su producción o reducir al máximo dicho daño.

Por su parte, las medidas de evitación son aquellas que, una vez
producido un daño medioambiental, el titular de la actividad
responsable debe adoptar para limitar o impedir mayores daños
medioambientales.

f. Plan de emergencia ambiental como medida básica de


prevención.

En el plan de emergencia ante incidentes y accidentes de índole


ambiental se debe de de​finir:

La forma de actuar del personal de la empresa,


estableciendo la organización del per​sonal durante la
emergencia, especificando las personas responsables,
definiendo las instituciones y equipos externos a la
empresa que deben ser avisados en caso de emer​gencia y
las personas de la empresa responsables de avisarlos.
Los tipos de emergencia en función de su gravedad.
Las actuaciones que realizar para enfrentarse a cualquier
tipo de emergencia en el me​nor tiempo posible.

Entre los principales ejemplos de emergencias ambientales que


deben de incluirse dentro de un plan se encuentran:

Vertido de contaminantes incontrolados a la red de


saneamiento.
Derrame de residuos peligrosos sobre el suelo.
Mezcla de residuos peligrosos.
Pérdida o desaparición de residuos peligrosos.
Emergencia en caso de fuga o derrame de propano o gas
natural.
Emergencia en caso de fuga o derrame de gasóleo.
Fugas de gases contaminantes de los aparatos de
refrigeración.

58
IX. Protocolos para cuantificar y evaluar la significatividad de los escenarios …

a. Identificación de variables que determinan el daño para cada


tipología de escenario acci​dental.

b. Definición de protocolos para cuantificar el daño referente a


cada tipología de escenario accidental y evaluar, por parte de
cada operador, su significatividad.

En este apartado se expondrá el procedimiento que el operador


podrá utilizar en su análisis del riesgo medioambiental
particularizado para su actividad, que le ayude a cuantificar el
daño y a evaluar su significatividad.

Los protocolos deberán orientar a los operadores, por un lado, a


determinar la extensión, la intensidad y la temporalidad del
daño en cada uno de los escenarios de riesgo identificados en
su instalación, y por otro, a identificar los escenarios
accidentales significativos. Estos pro​tocolos deberán prestar
especial atención al método que podrá utilizar el operador para
de​terminar la cantidad de receptor potencialmente afectado, ya
que dicha cantidad será, junto al tipo de agente causante del
daño, la característica que más va a condicionar la elección de la
técnica de reparación primaria más adecuada y, por tanto, el
valor del daño que viene dado por el coste de dicha reparación.

En caso de que se considere necesaria la utilización de modelos


de difusión para estimar la cantidad de receptor potencialmente
dañado asociado a cada tipo de escenario acciden​tal, se
formulará una propuesta sobre los modelos más adecuados que
podrán utilizar los operadores del sector. Cuando sea posible, y
mediante una justificación razonada, se podrán proponer
soluciones o fórmulas alternativas más sencillas que permitan
obtener un orden de magnitud confiable de la cantidad de
receptor potencialmente afectado. Una vez defini​dos los
protocolos para cuantificar y evaluar la significatividad del daño,
se recomendará a nivel sectorial la utilización de un
procedimiento único para valorar el daño medioambiental
asociado a cada escenario accidental. El valor del daño
medioambiental asociado a cada es​cenario será igual al coste
del proyecto de reparación primaria. Para dicha valoración el
ope​rador podrá hacer uso del modelo de oferta de
responsabilidad medioambiental (MORA). El riesgo asociado a
cada escenario accidental será el valor resultante del producto
entre la probabilidad de ocurrencia del escenario y el valor del
daño medioambiental que viene dado por su coste de

59
reparación primaria.

c. Estimación de la gravedad de las consecuencias ambientales.

Dado que el coste de reparación primaria no necesariamente


representa la gravedad de las consecuencias ambientales
asociadas a cada escenario accidental, con carácter com​-
plementario a dicho coste de reparación y en la línea de lo que
establece la norma UNE 150.008 para el análisis del riesgo
ambiental, se podrá proponer, con carácter voluntario y con
independencia de que se haga a nivel sectorial o individual, una
escala de puntuación que ayude al operador a valorar la
gravedad de las consecuencias ambientales asociadas a cada
escenario a partir de la información obtenida durante la
cuantificación del daño.

El índice «gravedad de las consecuencias» podrá ser utilizado


para que el operador obtenga un valor complementario de
riesgo (probabilidad x gravedad de consecuencias) que pueda,
asimismo, ser utilizado para evaluar la tolerabilidad al mismo, en
función de dichas conse​cuencias ambientales.

d. Orientaciones sectoriales para evaluar la tolerabilidad del


riesgo medioambiental.

A efectos de la fijación de la cuantía de la garantía financiera, el


operador podrá evaluar, con carácter individual y voluntario, la
tolerabilidad del riesgo en función de la probabilidad de los
escenarios accidentales y del coste de reparación primaria
asociado a cada uno de ellos. Este análisis ayudará al operador
a gestionar su riesgo medioambiental, identificando las acciones
que habría de llevar a cabo para minimizar los riesgos en
función del valor del daño y su probabilidad.

60
X. Orientaciones para la gestión del riesgo ambiental

Se trata de una propuesta de una serie de medidas que podrán


adoptar los operadores con carácter individual. A continuación,
se presentan algunas indicaciones a nivel general para el sector
que ayudan a gestionar el riesgo inherente a la actividad:

Establecimiento de mejoras en las instalaciones y en las


operaciones.
Diseño de un sistema de monitorización ambiental
Definición de un plan de contingencia.
Establecimiento y aplicación de programas de educación
y formación del personal de la explotación.
Mantenimiento de registros de consumo de agua, energía
y residuos generados.
Desarrollo de un protocolo de emergencia para hacer
frente a emisiones e incidentes imprevistos.
Establecimiento de un programa de reparación y
mantenimiento para asegurar que las estructuras y los
equipos permanezcan en perfecto estado de
funcionamiento y que las instalaciones se mantengan
limpias.
Planificación adecuada de las actividades de explotación,
como la entrega de materiales y la eliminación de los
productos y residuos

XI. Estimación de la incertidumbre

Se hará una estimación de la incertidumbre asociada a todo el


proceso del análisis del riesgo de cada uno de los escenarios de
accidente, en virtud de la calidad y fiabilidad de la infor​mación
disponible.

61
XII. Puntos críticos

Previsión de divergencias que podrían surgir en la realización


del análisis del riesgo medioam​biental a nivel de operador y
propuesta de soluciones a adoptar.

XIII. Plan de revisión y actualización del instrumento de análisis sectorial

Este apartado se acompañará de un protocolo de actualización


de datos que permitirá ir perfeccionando y afinando el
instrumento sectorial, en la medida en que los operadores
profesionales del sector vayan adquiriendo experiencia práctica
en el análisis del riesgo medioambiental de sus respectivas
instalaciones.

XIV. Ejercicio práctico

Determinación de la cobertura de la garantía financiera para


una actividad concreta repre​sentativa del sector.

62
4.3. Sectores con análisis de riesgos sectoriales
informados favorablemente
Existen múltiples sectores con modelos MIRAT aprobados por la comisión técnica
de pre​vención y reparación de daños ambientales.

Algunos de acceso público.

Sector porcino, sector avícola de puesta y carne, sector aceite de oliva y


oleaginosas, actividades de trans​porte de mercancías por carretera, etc.

Otros disponibles por agrupaciones y asociaciones sectoriales que pueden


haberse publicado o no.

Sector pasta y papel, sector perfumería y cosmética, sector de fabricación de


cemento por vía seca, sector centrales térmicas, sector patatas fritas y
productos de aperitivo, etc.

63
4.4. Riesgos derivados de la actividad
industrial
Se pueden dividir en los siguientes grupos, dependiendo de la zona de la
instalación o de la actividad a la que estén asociados:

a. Asociados al proceso industrial.

Vertidos, derrames y emisiones generados durante los procesos de


carga y descarga de los equipos empleados para el proceso productivo.
Liberación de partículas en suspensión y gases, por fallo en los sistemas
de retención de partículas y depuración de gases.
Vertidos, derrames, fugas o emisiones asociados a rotura de los
sistemas de proceso o fallos en los sistemas de seguridad.
Fallos o deterioro de las condiciones de seguridad de la zona de
proceso, señalización, pavimentación, medidas de contención, etc.
Incendios y explosiones en la zona de proceso.

b. Asociados al transporte dentro de la instalación.

En este caso solo encontramos un riesgo que son los vertidos y derrames
asociados al trans​porte de materias primas y auxiliares al punto de aplicación o
a posibles accidentes de los vehículos con depósitos de almacenamiento de
estas sustancias.

64
c. Asociados al almacenamiento de materias primas, productos y residuos
peligrosos.

Fugas y vertidos asociados a depósitos o envases no estancos.


Accidentes asociados a los procesos de trasvase, y al desplazamiento de
envases en el interior de los almacenamientos.
Generación de lixiviados y arrastre de contaminantes por la lluvia en
almacenamientos sin cubierta o con deficiencias en la misma.
Infiltración de los contaminantes en el terreno, en almacenamientos no
pavimentados o con el pavimento en mal estado de conservación.
Vertidos asociados a la ausencia de medidas de contención o a la
insuficiencia o fallo de las mismas.
Fugas y vertidos en almacenamientos ocasionales, en zonas no
habilitadas para este fin.
Vertidos asociados a los procesos de carga y descarga de tanques y
depósitos.
Explosiones, incendios o reacciones químicas violentas por interacción
de sustancias in​compatibles.

d. Asociados a las instalaciones auxiliares.

Riesgos asociados a calderas.


Riesgos asociados a transformadores y subestaciones que contienen
aceites con PCB.
Riesgos asociados a talleres internos de mantenimiento de maquinaria y
vehículos.
Riesgos asociados a los sistemas de depuración de aguas residuales.
Riesgos asociados a balsas de productos residuales.
Riesgos asociados a laboratorios.
Riesgos asociados a hornos y túneles de secado.
Riesgos asociados a cabinas de pintado.
Riesgos asociados al lavado de vehículos y maquinaria de la instalación.
Riesgos asociados a las redes de aguas residuales, de saneamiento y de
pluviales.
Riesgos asociados a los incendios.
Riesgos de intrusión.

Por otra parte, tenemos los riesgos externos que vienen determinados por el
entorno que rodea las instalaciones. Su importancia en la gestión de los riesgos
medioambientales reside en:

65
El grado de sensibilidad del entorno.

Establece la vulnerabilidad del mismo a los ries​gos que se puedan derivar de


la actividad desarrollada.

Las características del medio.

Pueden suponer una fuente de riesgos adicional para la instalación, entre ellas
podemos destacar las siguientes: condiciones meteorológicas de la zona,
torrenciales, terremotos, vientos fuertes, temperaturas extremas, lluvias,
hura​canes, tornados, etc. Estos factores pueden suponer la degradación de
diques y estruc​turas de contención, producir reacciones violentas que
pueden liberar contaminantes, generar cambios en las condiciones del
proceso, etc.

​A este último respecto, cabe señalar que la Ley de Responsabilidad


Medioambiental no se aplica a los daños medioambientales ni a las amenazas
inminentes de que tales daños se produzcan cuando hayan sido ocasionados por
alguna de las siguientes causas:

a. Un acto derivado de un conflicto armado, de


hostilidades, de guerra civil o de una insu​-
rrección.

b. Un fenómeno natural de carácter excepcional,


inevitable e irresistible. En este sentido,
quedarán incluidas las inundaciones
ocasionadas por caudales iguales o inferiores al
co​rrespondiente período de retorno igual al
número de años para el cual se haya proyec​tado
la vida útil de la instalación o para el cual se
haya estimado la viabilidad económica de la
inversión realizada.

c. Las actividades cuyo principal propósito sea


66
servir a la defensa nacional o a la seguridad
internacional, y las actividades cuyo único
propósito sea la protección contra desastres
naturales.

A continuación, se presentan algunos ejemplos de riesgos ambientales a los que


se enfren​tan diariamente las empresas de algunos de los sectores que están
afectados actualmente por la Ley de Responsabilidad Ambiental.

Sector textil

67
¿Qué incluye?

Preparación e hilado de fibras


textiles, fabricación de tejidos
textiles, acabados tex​tiles,
instalaciones para el tratamiento
previo (operaciones de lavado,
blanqueo y merceri​zación) o para el
tinte o productos textiles cuando la
capacidad de tratamiento supere
las 10 toneladas diarias.

Fabricación de otros
productos textiles.
Instalaciones de combustión
con una potencia térmica de
combustión superior a 50
MW.
Confección de prendas de
vestir, excepto peletería.
Fabricación de artículos de
peletería.
Confección de prendas de
vestir de punto.
Actividades sujetas a
autorización de vertido.

Aspecto, etapa

Hilatura.
Emisiones atmosféricas
tejeduría.
Confección.
Hilatura.
Vertidos tejeduria.
Confección.
Residuos.
Hilatura y confección.

68
Descripción

Emisiones de material
particular, especialmente en
las etapas de cardado e
hilado y en menor cantidad
en tejido. Este material
corresponde básicamente a
restos de las fibras textiles
procesadas que por lo
general se acumulan en las
zonas de trabajo.
Generación de ruido, en
hilado y tejido es inherente al
tipo de máquinas utilizadas y
los niveles de presión sonora
normalmente superan los 80
dB en las zonas de trabajo.
Emi​siones de partículas de
fibras e hilos.
Generación de ruido.
Emisiones de material
particulado, en esta etapa se
produce en menor cantidad.
Este material corresponde
básicamente a restos de las
fibras textiles procesadas que
por lo general se acumulan
en las zonas de trabajo.
Generación de ruido.
Efluentes líquidos
emulsionados en aceites
durante la elaboración de
hilos.
Aceites lubricantes para
maquinaria.
Agua sucia procedente de la
limpieza de las instalaciones.
Detergentes no
biodegradables o con cloro
(productos de limpieza).
Olientes líquidos con
partículas en suspensión,
aceites o grasas. Productos
encolados. Aprestos de
69
tejidos. Vertidos de aceites
de lubricación de la
maquinaria al desagüe.
Agua sucia procedente de la
limpieza de las instalaciones.
Detergentes no
biodegradables o con cloro
(productos de limpieza).
Residuos no peligrosos de
envases o embalaje: se
corresponden principalmente
con los productos:
Residuos de
embalaje de
papel.
Residuos de
embalaje de
plástico.
Residuos de
embalaje de
madera.
Residuos de
embalajes
metálicos.
Residuos
peligrosos de
envase y
embalaje: se
generan
cuando los
envases y
embala​jes
exteriores, se
utilizan y
consecuente
mente se
vacían. Otros
residuos no
peligrosos.
Residuos
textiles
(retenidos en
filtros de
equipos,
materias
primas y
70
fibras, hilo,
tejido, fibras
sueltas,
cortados y
cables, etc.)
Residuos peligrosos: Grasas y
trapos impregnados en
aceite.
Aceites
usados.
Tubos
fluorescentes.
Trapos
textiles
contaminados
con químicos.
Residuos de
disolventes.
Residuos de
equipos
eléctricos y
electrónicos
(con metales).
Baterías
(vehículos de
transporte y
equipos).
Tóner de
impresión.

Gestión y transferencia de residuos

Los cuatro procesos principales que


se llevan a cabo en estas plantas
son los siguientes:

Recepción: los residuos


llegan a la planta
transportados, generalmente,
mediante ca​miones que
descargan su contenido en
tolvas de recepción o en una
playa de descarga.
71
Acondicionamiento:
clasificación y agrupación de
los residuos en función de las
carac​terísticas de cada uno,
para evitar que determinados
residuos reciban un
tratamiento que no les
corresponde. Esta fase de
compactación o trituración
de los residuos puede
conseguir una reducción del
volumen, o suponer
operaciones más complejas
de estabi​lización. También en
esta fase se realiza la
clasificación y agrupación
definitiva según las
diferentes tipologías de
residuos consideradas.
Almacenamiento temporal:
una vez realizado el
acondicionamiento y la
clasificación final de los
residuos estos se almacenan
en depósitos diferenciados a
la espera de ser expedidos.
Expedición: una vez
finalizadas todas las
operaciones anteriores y tras
almacenar un stock
suficiente, los residuos se
envían utilizando medios de
transporte de mayor ca​-
pacidad (camiones de mayor
tamaño, trenes o barcos) a
los centros de tratamiento o
almacenamiento definitivo.

Procesos, actividades e instalaciones. Riesgos medioambientales

Recepción.
Acondicionamiento.
Almacenamiento.
72
Instalaciones auxiliares.
Vertidos, derrames, fugas y
emisiones asociados a la
manipula​ción de los residuos
que se reciben en la
instalación. Emisiones de
partículas contami​nantes y
COV a la atmósfera. Vertido
de aguas pluviales
contaminadas.
Incendios y explosiones.
Vertidos y derrames
asociados a la manipulación
de los residuos que se
reciben en la instalación.
Vertido de aguas pluviales
contaminadas.
Generación de COV y
partículas en suspensión.
Vertidos asociados a las
zonas de alma​cenamiento de
los residuos, productos
químicos y combustibles.
Generación de lixiviados y
arrastre de contaminantes
por la lluvia en
almacenamientos sin
cubierta.
Infiltración de contaminantes
en el terreno.
Emisiones a la atmósfera.
Incendios y explosiones.
Emisiones accidentales,
desde las calderas, de gases
contaminantes en
concentraciones superiores a
los límites legales. Vertidos
asociados al sistema de
tratamiento de aguas
residuales.

Explotaciones ganaderas
Los tres procesos principales que se llevan a cabo en estas instalaciones son los
73
siguientes:

Alojamiento.

En las instalaciones de cría intensiva de ganado porcino los animales se alojan


en naves cubiertas en las que se mantienen las condiciones de temperatura,
hu​medad e higiene adecuadas para la cría, lo que conlleva consumo de agua y
energía.

Almacenamiento y gestión de purines.

Los purines y estiércoles generados en los alo​jamientos se almacenan en


balsas que deben tener las características adecuadas para impedir la
contaminación potencial del suelo y de las aguas subterráneas y superficiales.

Almacenamiento de combustibles y productos químicos.

En estas instalaciones se consume combustible para la calefacción de los


alojamientos y productos químicos para la limpieza de los mismos, así como
medicamentos para el tratamiento de los anima​les. Los almacenamientos de
estos productos deben tener las características adecuadas para impedir
cualquier tipo de contaminación del medio.

Riesgos medioambientales

Emisiones de partículas a la atmósfera.

Vertidos asociados a la manipulación y


almacenamiento de los purines.

Riesgos históricos asociados a la gestión de


purines. Vertidos asociados a las zonas de
almacenamiento de otros residuos, productos
químicos y combustibles. Riesgos históri​cos
asociados a la gestión de residuos peligrosos.

74
Industria de la madera
Existen dos grandes grupos de procesos que se dividen en las diferentes fases.

El primero son los aserraderos: El segundo es la fabricación del


mueble:

(1)

(2)

Riesgos medioambientales:
1. Incendio y explosión en talleres mecanizados.
2. Emisiones accidentales, desde las calderas de cámara de secado, de
gases contaminan​tes en concentraciones superiores a los límites
legales.
3. Vertidos y fugas de productos para tratamiento químico.
4. Vertidos asociados a los sistemas de tratamiento de aguas residuales.
5. Fugas o vertidos de residuos peligrosos, sustancias químicas, o
combustibles en alma​cenamientos.
6. Emisiones de COV.
7. Emisiones de partículas a la atmósfera.
8. Vertidos de aguas residuales asociados a cabinas de pintura.

Fabricación del mueble

75
Procesos, actividades e instalaciones.

Recepción y almacenamiento de materias


primas.

Preparación, mecanizado y premontaje.

Acabado y pulimentado.

Tapizado.

Instalaciones auxiliares.

Cabinas de pintura, depuradora, calderas,


almacenamiento de productos químicos y residuos.

76
Sector del metal
Procesos, actividades Sistemas de canalización y
o instalaciones. tratamiento de aguas.
Recepción de materias Estación de regulación y medida.
primas. Depósito de combustible.
Preparación y Almacenamiento de sustancias y
conformado. residuos peligrosos.
Pintado. Almacén de gases a presión y
Ajuste y montaje. tanques de liquidos a presión.
Almacenamiento y Calderas.
expedición Oficinas y aseos.
Instalaciones
auxiliares.
Centro de
transformación.

Riesgo asociado

Admisión de materias primas disconformes.


Incendio por contacto con fuente de ignición.
Incendio de origen eléctrico.
Explosión en botellón a presión.
Vertido de sustancias peligrosas de maquinaria.
Incendio/explosión en cabina de pintura: atmosféra ATEX.
Vertido de sustancias peligrosas.
Fuga de aceite.
Vertido de aguas sin tratamiento.
Desborde de sistema de tratamiento de aguas.
Derrame en operaciones de recepción y manipulación.
Fuga en depósito de gasoil.
Derrame en operaciones de manipulación y expedición.
Fuga de gas.
Implosión del tanque.

77
El primero son los aserraderos (1)

Mecanizado de la madera: Apilado y clasificación de los troncos por


tamaños: los troncos apilados pueden recibir algún tipo de
tratamiento temporal con productos químicos para proteger la
madera.

Descortezado de troncos.
Aserrado: despiece de troncos en tablas y tablones.
Canteado: se cortan los cantos de las tablas para que
queden en ángulo recto.
Retestado: corte de las tablas a longitudes comerciales.
Secado: reducción del contenido en humedad de la madera por
debajo del 20 % en cá​maras o al aire libre.
Tratamiento químico: tratamiento contra hongos que se aplica por
aspersión o por inmer​sión de las tablas y tablones en una cuba que
contiene líquido protector con caracterís​ticas fungicidas.
Almacenamiento del producto final: una vez que la madera ha
alcanzado su grado ópti​mo de humedad.

78
El segundo es la fabricación del mueble (2)

Recepción y almacenamiento de materias primas: tableros, madera


maciza, recubrimien​tos textiles, productos químicos, embalajes.
Preparación y mecanizado:Tableros de madera: corte de la madera en
sentido longitudinal, cepillado para la ob​tención de dos caras
escuadreadas planas, regruesado para la obtención de las dos caras
restantes escuadreadas planas, moldurado/fresado para obtener la
forma final de la pieza, taladrado de los orificios para el montaje,
lijado.

Tableros: seccionado con sierras, perfilado para obtener el


corte a la medida exacta, chapado de cantos, taladro y
lijado.
Hay empresas que dentro de la preparación y mecanizado
realizan el encolado de chapas: corte de las chapas de
madera, unión de las chapas para formar un dibujo
simétrico, encolado y prensado.
Premontaje: mediante encolado del mueble y ajuste, antes
de ser enviado a la etapa de acabado y pulimentado.
Acabado y pulimentado: tintado, secado, aplicación de barniz y/o
pintura, secado, lijado.
Montaje: se ensamblan y se fijan los herrajes y otros elementos
adicionales.
Embalaje y expedición.
Tapizado: corte de materia prima según plantillas, cosido y
preparación.

79
4.5. Cálculo de la probabilidad de ocurrencia de
escenarios accidentales
Para poder estimar la probabilidad de ocurrencia se pueden emplear datos
históricos de la organización, del sector o de la actividad, bases de datos de
históricos de accidentes, infor​mación de fabricantes/proveedores y bibliografía
especializada.

Generalmente, existen dos métodos diferentes para la asignación de


probabilidades: el cuantitativo y el semicuantitativo. La inclinación por uno u
otro método dependerá funda​ mentalmente de la complejidad que hayan
adquirido los árboles de sucesos y de la infor​mación disponible, debiendo en
todo caso responder a los criterios de fiabilidad necesarios para satisfacer el
objeto del análisis.

La aplicación de un método cuantitativo implica la revisión bibliográfica de bases


de datos que informan sobre probabilidades de fallo de los distintos equipos y
operaciones que han sido registradas durante las últimas décadas. Usualmente,
esta probabilidad cuantitativa se expresa en unidades como suceso/año o
fallo/demanda cuando se refiere a un suceso iniciador, y en términos de
probabilidades de, además de fallo/demanda, éxito/fallo o, en su caso, de
presencia/ausencia cuando hace referencia a un factor condicionante.

Entre las fuentes bibliográficas más contrastadas hasta la fecha se encuentran


Purple Book, Failure rate Event Data for use within Risk Assessments y Handbook
Failure Frequencies. En cualquier caso, el analista deberá revisar las referencias
bibliográficas que le aplican a su caso de estudio y conocer las respectivas
limitaciones de cada una de ellas.

Un método semicuantitativo implica la transformación de una serie de


indicadores en valores numéricos mediante la asignación de una escala
ordinal. Ello permite establecer un criterio de comparación entre unos
indicadores y otros para cada suceso iniciador y factor condicio​nante cuya
respectiva probabilidad de fallo, frecuencia o presencia se pretenda evaluar.
La subjetividad inherente al método semicuantitativo debe minimizarse con la
constitución de un grupo de expertos que establezca con coherencia técnica
y de forma justificada el tipo de indicadores y la escala ordinal que expliquen
la probabilidad para cada variable.

80
5. Norma UNE 150008 y su validación. Análisis y
evaluación del riesgo ambiental

5. Norma UNE 150008 y su validación. Análisis y


evaluación del riesgo ambiental

El objeto principal de esta norma es describir el método para analizar y


evaluar el riesgo ambiental, así como es​tablecer las bases para una gestión
adecuada de estos riesgos. Este estándar no certificable intenta clarificar los
conceptos y términos empleados en el ámbito de la eva​luación de riesgos
ambientales, facilitando su uso común y la homogeneización de significados.
La finalidad última de la evaluación del riesgo ambiental es proporcionar los
elementos de juicio que orienten a los distintos grupos implicados
(organizaciones industriales, promotores o ti​tulares de actividades,
operadores, comunidad financiera, administraciones públicas, grupos de
interés, etc.) en la toma de decisiones estratégicas de la organización.

La base de esta norma surge a raíz del accidente de 1982 en Seveso (Italia) en
1976, fue publicada la Directiva 82/501/CEE, de 24 de junio, relativa a los riesgos
de ac​cidentes graves en determinadas actividades industriales. Con ella comenzó
un nuevo enfoque sobre la gestión de la seguridad industrial. A partir de entonces,
el concep​to de riesgo se consideró un factor crítico en el diseño y operación de
emplazamientos industriales.

En 1996, la Directiva 96/82/CE, de 9 de diciembre, rela​tiva al control de los


riesgos inherentes a los accidentes graves en los que intervengan sustancias
peligrosas, más conocida como Seveso II, puso de manifiesto que el me​dio
ambiente, en general, y los aspectos ambientales del riesgo, en particular,
cobraban cada vez más relevancia.

81
Enmarcadas en el mismo marco europeo encontramos la Directiva 96/61/CE,
de 24 de septiembre, relativa a la prevención y control integrados de la
contaminación (Di​rectiva IPPC); y la Directiva de Responsabilidad Ambiental
(Directiva 2004/35/CE, de 21 de abril, sobre responsabili​dad ambiental en
relación con la prevención y reparación de daños ambientales), incluye el
concepto de riesgo, asociándolo a la responsabilidad que el titular de una ac​-
tividad tiene con respecto a los potenciales daños am​bientales que pudieran
derivarse de la misma.

Por transposición, esta legislación ha sido incorporada al ordenamiento


jurídico español, mediante la Ley 26/2007, de 23 de octubre, de
Responsabilidad Ambiental, la cual incluye el principio de “quien conta​mina,
paga”. Es decir, que el causante del daño debe pagar las reparaciones de tales
daños; estableciéndose así, la necesidad de cuantificar los riesgos
ambientales.

La norma UNE 150008:2000

EX de Análisis y evaluación del riesgo medioambiental fue en su momento


una iniciativa pionera pero que con los continuos cambios legislativos quedó
insuficiente y planteo la clara necesidad del desarrollo de este nuevo
estándar.

La norma UNE 150008:2008

Parte de la base de la definición de riesgo como “el resultado de una función


que relaciona la probabilidad de ocurrencia de un determinado escenario de
accidente y las consecuencias negativas del mismo sobre el entorno natural,
humano y socioeconómico”.

82
Esta norma es aplicable a emplazamientos, actividades y organizaciones de
cualquier natu​raleza y sector productivo, considerados tanto en su conjunto
como por unidades de proceso o líneas de negocio individualizadas. Por otra
parte, la norma se aplica tanto a emplazamien​tos concretos, como a
actividades con múltiples centros o ubicaciones multisitio, siempre y cuando
entre éstos exista un nexo evidente desde el punto de vista de su
organización, ob​jeto y unidad de negocio. La norma no proporciona
herramientas específicas técnicas para el análisis de riesgos ambientales o
algoritmos de cálculo. Sin embargo, sirve de referencia para la elaboración de
informes, análisis y evaluaciones del riesgo ambiental en las fases de diseño,
construcción, puesta en marcha, operación o explotación, así como para el
desman​telamiento o demolición de la instalación.

83
5.1. Metodología de análisis y evaluación de
riesgos ambientales según la norma UNE
150008:2008

Análisis del riesgo ambiental

Un análisis de riesgos es un proceso complejo que debe tratarse siempre a


través de una metodología concreta que permita estimar el riesgo de que se
produzcan unas determina​das consecuencias en el medio ambiente.

Son muchas las metodologías que se han desarrollado para realizar análisis de
riesgos am​bientales, aunque no son tantas las que lo abordan de una forma
completa. Las principales diferencias entre unas y otras radican en la mayor o
menor exhaustividad y precisión de las técnicas y herramientas con las que
trabajan, la información de partida que necesitan y, como consecuencia, el
nivel de detalle de los resultados obtenidos, pero todas deberán propiciar un
objetivo común.

Un análisis de riesgos se compone de:

Escenarios causales.

Concatenación en el espacio-tiempo de causas.

Escenarios de consecuencias.

Derivan en un accidente concreto con un daño asociado.

El elemento de conexión entre ambos escenarios son los sucesos iniciadores,


entendidos como el hecho físico generado por el escenario causal que da lugar a la
primera de las con​secuencias. Un hecho iniciador puede ser un fallo humano
concreto (mezcla de sustancias no deseadas), un impacto externo (aumento
gradual de la presión en un tanque), etc. Pulsa aquí (3) para ver un esquema de
la metodología de de la norma UNE 150008.

La norma UNE 150008 es aplicable a todo tipo de emplazamientos, actividades y


organiza​ciones:

No proporciona herramientas específicas o


84
técnicas para la evaluación de riesgos.

Da libertad para el uso de las metodologías de


evaluación de riesgos que se consideren más
adecuadas.

Establece criterios mínimos y sirve de


instrumento para la elaboración de informes de
evaluación del riesgo.

Permite la verificación de informes de


evaluación del riesgo con garantía de tercera
parte.

Establece la necesidad de definir en las primeras


fases del trabajo la composición, ex​periencia y
conocimientos de los miembros del equipo de
trabajo, de manera que esté capacitado para
adquirir, procesar y evaluar la información
necesaria.

85
Ejemplo de aplicación de la norma UNE 150008:

A. Identificación de causas y fuentes de peligro


Es requisito de este estándar la identificación, caracterización y determinación de
las po​sibles fuentes de peligro y de los peligros. Estos suelen estar relacionados,
dentro de una organización, con las sustancias utilizadas, con las condiciones y
actividades de almacena​miento, procesamiento y eliminación, con las fuentes de
energía que utilizan, los procesos, el entorno donde se desarrollan las actividades,
la organización y la gestión de los recursos humanos, así como con los materiales
que se utilizan.

86
Ejemplo de proceso de almacenamiento y
dosificación de cloro en las aguas:
Determinar:

Capacidad de almacenamiento.
Dosificación.
Sistemas de detección y corrección de posibles
fugas.
Sistemas de absorción de las fugas.

Condiciones de almacenaje:

Lugares bien ventilados.


Apartados de zonas habitadas, cultivos y entornos
naturales.
Temperatura de los contenedores estará siempre
por debajo de 50 ºC.
Protección de los rayos solares.
Alejado de fuentes de calor.
Local será de fácil acceso y evacuación.

B. Determinación de sucesos iniciadores


Una vez completada la identificación de peligros, se deben identificar los sucesos
iniciado​res. Esta fase es vital, ya que no solo permite trabajar posteriormente en la
identificación y la solución de las causas, sino que ayuda a postular mejor el
escenario accidental en lo que a sus consecuencias se refiere, facilitando la gestión
del riesgo.

87
Ejemplo práctico: sucesos iniciadores

C. Postulación de escenarios accidentales

Una vez identificados los sucesos iniciadores, el estándar indica que “para
cada suceso ini​ciador (SI) seleccionado, se deberán identificar todos los
posibles escenarios de accidente que de él se deriven”. Un mismo SI puede
evolucionar de formas distintas en función de lo que podríamos denominar
condicionantes de accidente. De este modo, una distracción momentánea al
volante (SI) puede derivar hacia un accidente con graves consecuencias o a
un simple incidente, en el que recuperamos el control del vehículo.

En un análisis de riesgos tradicional, este apartado se resuelve mediante la


construcción y resolución de un árbol de sucesos (ET). En el ámbito de UNE
150008 se puede elegir dife​rentes herramientas entre ellas el árbol de
sucesos, árbol de fallos, HAZOP, etc.

El problema derivado de la norma es el “todos los escenarios”, dado que pueden


existir multitud; se recomienda reducir u orientar la interpretación hacia aquellos
que el operador considere relevantes en función de las consecuencias
ambientales más severas.

88
Ejemplo de árbol de sucesos:

El artículo 2 de la Ley 26/2007 de Responsabilidad Medioambiental, define como


daños ambientales aquellos que “produzcan efectos adversos significativos en la
posibilidad de alcanzar o de mantener el estado favorable de conservación” de los
hábitats, especies, las aguas, la ribera del mar y de las rías y el suelo.

Para evaluar la significancia del daño, el artículo 15 del R.D. 2090/2008 especifica
la necesi​dad de considerar la cuantificación del daño y concretamente teniendo
en cuenta los crite​rios de extensión, intensidad y escala temporal.

Extensión del daño.

La extensión del daño se establece mediante el cálculo de la cantidad de


recurso o de ser​vicio afectado, teniendo en cuenta:

Las propiedades del agente causante del daño.


Las características del medio receptor.
Cualquier cambio que los medios de difusión y receptores pudieran
experimentar debido a la acción del agente causante del daño.

89
Intensidad del daño.

Agudos: efectos adversos claros y a corto plazo sobre el receptor, con


consecuencias evidentes sobre los ecosistemas y su hábitat y especies.
Normalmente asociados a una exposición única o de corta duración.
Crónicos: efectos adversos a largo plazo. Normalmente asociados a una
exposición con​tinua o repetida, que puede llegar a durar toda la vida del
receptor expuesto.
Potenciales: efectos que superan un umbral ecotoxicológico pero no
alcanzan los efec​tos de los niveles agudos o crónicos.

La intensidad del daño establece el grado de severidad de los efectos


ocasionados por el agente causante del daño a los recursos naturales o
servicios afectados.

Escala temporal del daño.

Según la definición del Real Decreto 2090/2008, la escala temporal es la


“caracterización de la reversibilidad y de la duración de los efectos adversos
que experimentan los receptores hasta que estos recuperan su estado básico”.

Reversible: se considera reversible un daño cuando es susceptible de


recuperación na​tural en un período inferior o igual a 5 años. En el caso
de daños causados por agentes químicos, se podrá estimar la
reversibilidad a partir de la biodegradabilidad (degradación del 65,7 %
en 35 días o biodegradable).
Irreversible: se considera irreversible un daño cuando su período de
recuperación natural es superior a 5 años. En el caso de daños causados
por agentes químicos se podrá esti​mar la reversibilidad a partir de la
biodegradabilidad (degradación del 5-26 % en 28 días, no
biodegradable…).

D. Cálculo de la probabilidad y estimación de las


consecuencias
Superada la etapa de identificación de los sucesos iniciadores, es necesario
asignarles una probabilidad de ocurrencia. Existen diversas técnicas o
herramientas para llevar a cabo esta labor:

90
Cualquiera que sea la técnica utilizada, la organización debe asignar una
probabilidad de ocurrencia a cada uno de los sucesos iniciadores. Tras ello,
deberán identificarse los fac​tores condicionantes, definidos como aquellos
elementos o acciones que hacen disminuir las consecuencias de un posible
accidente o incluso evitarlo, y estimar las consecuencias asociadas al escenario
accidental mediante un índice de daño ambiental (IDM).

El Real Decreto 183/2015, de 13 de marzo, por el que se modifica el Reglamento


de desa​rrollo parcial de la Ley 26/2007, de 23 de octubre, modificó la redacción
del artículo 33 del reglamento para introducir un nuevo método que simplifica
notablemente al operador el proceso de determinación de la cuantía de la garantía
financiera.

91
Esta simplificación se basa en la introducción de un
índice de daño medioambiental (IDM) que el operador
debe estimar para cada escenario accidental identificado
en su análisis de riesgos medioambientales, y que ofrece
un orden de magnitud del daño medioambiental
causado. Esto permite comparar diferentes escenarios
entre sí y seleccionar el escenario referencia que servirá
de base para calcular la garantía financiera.

De esta forma, para esta​blecer la cuantía de la garantía


financiera, solamente es necesario cuantificar y
monetizar el daño medioambiental generado en el
escenario de referencia seleccionado.

El cálculo del IDM se apoya en una serie de estimadores de los costes de


reparación pri​maria, que se deducen de la ecuación de costes de la metodología
del modelo de oferta de responsabilidad ambiental para cada combinación agente
causante del daño-recurso afectado.

La Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental desarrolló una aplicación


informá​tica para estimar el IDM asociado a cada escenario accidental, que se puso
a disposición de público en el año 2017.

E. Estimación del riesgo y selección del escenario de


referencia
Finalmente es preciso proceder a la estimación del riesgo, bien mediante la
fórmula:

Riesgo = Probabilidad x Gravedad

O bien, multiplicando la probabilidad de ocurrencia por el índice de daño


ambiental (IDM) asociado al escenario accidental.

92
Ejemplo práctico: cálculo del riesgo

93
Tras ello, se debe seleccionar el escenario de referencia para el cual se
calculará la cuantía de la garantía financiera.
Para la selección del escenario de referencia, una vez calculado el riesgo de
cada escenario accidental, los valores de IDM obtenidos deberán ordenarse
de mayor a menor, e identificar aquel escenario que corresponda con el valor
superior al 95 % del total del riesgo acumulado.
Tras la estimación del riesgo, se realiza la evaluación, proceso mediante el cual
la organiza​ción emite un juicio sobre la tolerabilidad del riesgo y, por tanto, de
su aceptabilidad. Implica necesariamente la toma de decisiones al respecto.

Entre los criterios que pueden formar parte del proceso de evaluación
encontramos:

Factores de tipo social; en particular, los de


carácter legal.

La estrategia de negocio de la organización, los


valores y principios éticos de la misma.

Las expectativas de las partes interesadas.

Los aspectos económicos y financieros.

La disponibilidad de tecnología para reducir o


eliminar el riesgo.

La evaluación dará como resultado un documento


que contenga los estudios finales de los trabajos de
preparación, deliberación y las conclusiones del
94
proceso, y será aprobada por el nivel jerárquico
superior de la organización. Es importante indicar
que el proceso de análisis y evaluación de riesgos
lleva asociado un cierto grado de incertidumbre que
puede deberse a causas como la falta de
conocimiento científico, la variabilidad propia del
medio ambiente, la asignación de valores de
probabili​dad del suceso, la calidad de los datos
introducidos en el modelo, etc. Por ello, es
necesario identificar.

F. Cálculo de la garantía financiera

Monetización del daño medioambiental generado de cada escenario.

Valor = coste del pro​yecto de reparación primaria

Para aquel escenario de referencia se realizará la monetización, asignándoles


el valor de la reparación primaria (devolver los recursos y servicios
ambientales a su estado básico). En esta fase se traduce a unidades
monetarias el cambio de calidad cuantificado, utilizando, cuando sea posible,
las técnicas propias de la metodología de los costes evitados/induci​dos, que
asimilan la pérdida de activo natural con el coste financiero de proveer los
servicios perdidos con tecnología. Para realizar la monetización la Dirección
General de Calidad y Evaluación Ambiental ha de​sarrollado una aplicación
informática, denominada ARM-IDM-MORA.

Se diferencia entre:

Ecosistema recuperable de forma inmediata.

Costes de recuperación del receptor (con​trol + limpieza + recuperación).

95
Ecosistema recuperable, pero no de forma inmediata.

Coste suplementario para com​pensar el tiempo en el que el receptor


recuperado no cumple todas las funciones que realizaba anteriormente (coste
de las medidas compensatorias) (control + limpieza + recu​peración + medidas
compensatorias).

Receptor no recuperable.

Coste igual al valor social del activo natural dañado (coste de medidas
complementarias). Cartografía del valor de los ecosistemas publicada (control
+ limpieza + medidas complementarias).

96
Esquema de la metodología de de la norma UNE 150008 (3)

97
5.2. Verificación del análisis del
riesgo

El objeto de la acreditación es demostrar la competencia técnica de los


verificadores de informes de análisis del riesgo ambiental, y para ello, se
deben cumplir los siguientes requi​sitos:

Disponer de una estructura organizativa y de funcionamiento


acreditada de acuerdo con la Norma ISO 17020.
Contar con una póliza de responsabilidad respecto de su actividad de
1.500.000 €.
Asegurar los principios de independencia e imparcialidad (p. ej.: no se
pueden realizar labores de consultoría y verificación).
El personal verificador deberá cumplir unos criterios mínimos de
titulación académica, formación y experiencia.

La siguiente lista supone la última propuesta de los sectores de actividad para


los que se podrán acreditar los diferentes verificadores, y coincide con los
disponibles para los verifica​dores:

1. Actividades agrícolas y ganaderas.


2. Actividades extractivas.
3. Actividades energéticas.
4. Industria agroalimentaria.
5. Industria textil.
6. Industria de la madera y el papel.
7. Industria nuclear.
8. Industria química y farmacéutica.
9. Industria de explosivos.
10. Industria mineral y de productos de construcción.
11. Gestión de residuos.
12. Industria de la construcción.
13. Servicios comerciales.
14. Servicios comerciales de almacenaje y manipulación de combustibles y
productos peli​grosos.
15. Manipulación y transporte de mercancías peligrosas.
16. Industria de producción y transformación de metales.
17. Otras industrias.

98
6. Los análisis de riesgos ambientales en
Latinoamérica

6. Los análisis de riesgos ambientales en


Latinoamérica

En 2014

En 2014, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) pu​blicó “La gestión de


riesgos ambientales y sociales: Una hoja de ruta para bancos nacionales de
desarrollo de América Latina y el Caribe” (Nolet et al., 2014), que discutía y
demostraba los beneficios de la gestión de riesgos so​cioambientales y las
oportunidades potenciales que pre​sentaba para instituciones financieras.

En 2021

En 2021, ya no es necesario demostrar los beneficios o jus​tificar la gestión de


riesgos socioambientales, ya que las instituciones financieras tienen cada vez
más incentivos y, en algunos casos, la obligación para tener su propio sis​tema
de administración de riesgos ambientales y sociales (SARAS). Por ejemplo, en
varios países de América Latina y el Caribe, como Brasil y Perú, la regulación
bancaria lo requiere. Asimismo, el acceso a financiamiento o crédito
internacional –ya sea a través de fondos internacionales como el Green
Climate Fund (GCF), banca multilateral o bilateral o, más recientemente,
mediante la emisión de bonos verdes o bonos sociales– no es posible sin que
la institución financiera demuestre un buen manejo de sus riesgos
socioambientales.

99
6.1. Sistema de administración de riesgos
ambientales y sociales (SARAS)
Escribe aquí tu
texto. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) está
compro​metido a apoyar al sector financiero en
América Latina y el Caribe (ALC) en su transición
hacia un sector financiero sostenible. La gestión de
riesgos ambientales y sociales y el diseño e
implementación de un sistema de administra​ción de
riesgos ambientales y sociales (SARAS) son eta​pas
cruciales para una institución financiera durante esta
transición. A lo largo de los años, la División de
Conectivi​dad, Mercados y Finanzas del BID ha
apoyado a más de 10 bancos nacionales de desarrollo
en este camino hacia la sostenibilidad.

El SARAS es considerado, por tanto, un sistema de ges​tión ambiental y social


(SGAS) de una institución financiera que establece los compromisos, políticas,
procedimien​tos, herramientas y capacidad interna para identificar, evaluar,
mitigar y monitorear los ries​gos socioambientales de su portafolio. En ALC se
utiliza comúnmente el término SARAS como equivalente al SGAS de una
institución financiera.

El SARAS provee un mecanismo que permite manejar estos riesgos de una


manera consis​tente, sistemática, reproducible y documentada y tiene como
objetivos:

Identificar, evaluar, mitigar y monitorear los


riesgos socioambientales del portafolio de
manera oportuna.

Maximizar las oportunidades de beneficio


ambiental y social del portafolio.

100
Cumplir con la legislación nacional y alinearse
con los estándares ambientales y sociales
adoptados.

Establecer y mantener una buena reputación


relacionada al desempeño socioambiental ante
los clientes, inversionistas y otras partes
interesadas.

Generar una conciencia socioambiental dentro


de las instancias técnicas de la institución para
encarar de una manera más sostenible los
esfuerzos de financiación de las inver​siones.

Escribe aquí tu texto. Usualmente, el SARAS se presenta en un documento


operativo denominado Manual SA​RAS, el cual describe cada elemento y sus
procesos e incluye las herramientas y formatos necesarios para implementar el
SARAS.

Fuente: Guía para el diseño de un sistema de administración de


riesgos ambientales y sociales (SARAS) para instituciones
financieras en América Latina y el Caribe.

Aunque, además, para diseñar un SARAS a la medida, se parte del diagnóstico de


sensibili​dad para conocer el grado de exposición ambiental y social. Para ello, se
deben considerar dos principios, el de relevancia y de proporcionalidad. Principios
que abarcan criterios como, por un lado, la exposición a riesgos ambientales y
101
sociales de acuerdo al sector y al territorio y, por otro, las características de los
productos y servicios ofrecidos.

Fuente: Manual práctico para la implementación de SARAS


en instituciones financieras.

102
6.1.1. Estándares aplicables

Como mínimo, un SARAS debe adoptar la legislación ambiental y social


nacional como es​tándar aplicable. Adicionalmente, en algunos países de ALC
cuentan con iniciativas nacio​nales voluntarias y reglamentos nacionales de
financiación verde o sostenible para el sector financiero nacional, como los
siguientes:

103
Fuente: Manual práctico para la implementación de SARAS en instituciones
financieras.

La mayoría son iniciativas voluntarias (protocolos o acuerdos) establecidas por


el sector fi​nanciero, a través de la asociación de la banca nacional, junto con el
gobierno nacional. Estas iniciativas tienden a promover la gestión de los
riesgos socioambientales, en línea con los objetivos de un SARAS, o
promueven aspectos más allá del SARAS, como el financiamiento verde.

Protocolo Verde (1995 y actualizado en 2008) y Resolución 4.327


(2014) de Brasil.
Protocolo Verde (2012) de Colombia.
Mesa de Finanzas Sostenibles (2012) de Paraguay.
Protocolo Verde (2015 y actualizado en 2020) y Resolución SBS 1928-
2015 (2015)10 de Perú.
Protocolo de Sustentabilidad de la Banca (2016) de México.
Protocolo de Finanzas Sostenibles (2016) de Ecuador.
Protocolo de Sostenibilidad (2018) y Acuerdo 009-2017 de Panamá.
Protocolo Verde (2018) de República Dominicana.
Acuerdo Verde (2019) de Chile.
Protocolo Verde (2019) de Costa Rica.
Protocolo de Finanzas Sostenibles (2019) de Argentina.
Protocolo Verde del Sistema Financiero (2019) de El Salvador.

El SARAS es, por tanto, una herramienta de gestión que permite atender un
conjunto de riesgos identificados y que, además, tiene el potencial de fomentar el
cumplimiento de la legislación local del país. En este sentido, el SARAS es una de
las herramientas más útiles para asegurar el cumplimiento y alineamiento con las
regulaciones locales e internacionales sobre la gestión de riesgos ambientales y
sociales.

Por otra parte, una institución financiera también puede adoptar estándares
internaciona​les relacionados con la financiación sostenible y la gestión de riesgos
104
socioambientales del sector financiero, ya sea voluntariamente o por exigencia de
sus fuentes de financiación o crédito internacional (banca multilateral o bilateral,
fondos internacionales, bonos verdes o bonos sociales, entre otros). Pulsa aquí (4)
para ver los estándares internacionales más relevantes para la gestión de
riesgos socioambientales por parte de las instituciones financieras en ALC.

(4)

Entre los estándares internacionales más relevantes para la gestión de


riesgos socioambien​tales por parte de instituciones financieras en ALC se
incluyen el MPAS del BID, las Normas de Desempeño sobre Sostenibilidad
Ambiental y Social de la IFC, el Marco Ambiental y So​cial (MAS) del Banco
Mundial, las Guías sobre Medio Ambiente, Salud y Seguridad (MASS) del
Grupo del Banco Mundial (GBM)/IFC, los convenios fundamentales de la
Organización Internacional del Trabajo (OIT) y los Principios del Ecuador,
además del TCFD, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las
Naciones Unidas, los Principios de Banca Responsa​ble del Programa de
Medio Ambiente de Naciones Unidas – Iniciativa Financiera (UNEP-FI, por
sus siglas en inglés), el Pacto Mundial de Naciones Unidas (2000) y los
Estándares de la Global Reporting Initiative (GRI).

105
6.1.2. Elementos del
SARAS

Política ambiental y social.

La política ambiental y social es una declaración sobre los objetivos, principios


y compromi​sos de una institución financiera en temas de sostenibilidad.
Como mínimo, la política debe incluir lo siguiente:

El compromiso hacia la gestión de los riesgos ambientales y sociales de los


proyectos financiados por la institución financiera, y una metodología para
identificar, categorizar, evaluar, gestionar y monitorear los riesgos ambientales
y sociales de manera conmensurada. La política debe especificar el ámbito del
SARAS y los estándares aplicables adoptados por la institución financiera.

Organización y capacidad interna.

La institución financiera debe comprometer y asegurar los recursos humanos


y económicos necesarios para implementar efectivamente el SARAS. En la
preparación de un SARAS, se debe encarar este tema desde el principio, ya
que es clave para el éxito del SARAS y es un elemento importante en la
evaluación del SARAS por parte de, por ejemplo, otra institución financiera
que le provea una línea de crédito. El compromiso incluye contar con un
equipo SARAS dedicado (personal responsable de implementar el SARAS),
aquí denominado uni​dad de gestión ambiental y social (UGAS); implementar
un programa de capacitación interna y proveer el presupuesto operativo
necesario.

Generalidades del proceso de gestión de riesgos socioambientales.

El proceso de gestión de riesgos socioambientales describe los pasos a seguir


para iden​tificar, evaluar, mitigar y monitorear los riesgos socioambientales de
las operaciones que la institución financia. Proceso que debe estar diseñado a
la medida de los riesgos socioam​bientales específicos (actuales y futuros) del
portafolio de la institución financiera.

Por ello se cuenta con:

Procesos de gestión en la etapa de solicitud.


Procesos de gestión en la etapa de evaluación.
Procesos de gestión en la etapa de decisión e instrumentación.
Procesos de gestión en la etapa de desembolso.
Procesos de gestión en la etapa de monitoreo y seguimiento.

106
Divulgación de la información.

La divulgación de información socioambiental a las partes interesadas


(clientes, institucio​nes sociales, público en general) es un elemento muy
importante de las buenas prácticas internacionales que promueve la
transparencia de las instituciones financieras. A nivel cor​porativo, se
recomienda que una institución financiera divulgue, como mínimo, su política
ambiental y social y un resumen de la implementación del SARAS de manera
periódica (por ejemplo, anualmente).

El resumen de la implementación puede incluir, por ejemplo, el número de


transacciones que pasaron por el SARAS, según su categoría de impacto, y una
descripción del perfil de riesgo socioambiental del portafolio. La divulgación
puede hacerse a través de la página web, un informe anual de sostenibilidad u
otros medios apropiados de difusión.

Mecanismo de comunicación externa.

Las buenas prácticas internacionales recomiendan establecer un mecanismo


de comuni​cación que esté a disposición del público y sea de fácil acceso para
las partes interesadas y los actores sociales (por ejemplo, grupos de la
sociedad civil, ONG, personas afectadas por proyectos que la institución
financiera financia, entre otros). Lo que les permite, a su vez, solicitar
información o proporcionar sugerencias, alertas tempranas, opiniones,
comentarios o quejas sobre aspectos socioambientales relevantes para la
institución financiera.

El objetivo para la institución financiera es, por tanto, identificar potenciales


problemas lo más tempranamente posible, lo cual es de particular importancia
si el portafolio de la insti​tución financiera incluye operaciones de categoría de
impacto A y B.

El mecanismo de comunicación externa sirve, además, para recibir, registrar,


evaluar, res​ponder y actuar sobre comunicaciones externas de las partes
interesadas en relación con aspectos socioambientales de la institución
financiera y el SARAS

107
Proceso de mejora continua.

Un elemento clave de un sistema de gestión es el proceso de mejora continua,


que corres​ponde a un proceso permanente de revisión, rectificación y mejora
del sistema. Este proceso permite a la institución financiera medir su nivel de
desempeño relacionado a la implemen​tación del sistema y realizar los ajustes
correspondientes para lograr sus objetivos. Los ajus​tes y mejoras al SARAS
pueden estar relacionados a:

Mejoras en eficacia y eficiencia del sistema y sus procesos.


Cambios en el perfil de riesgo del portafolio, productos financieros o
sectores.
Cambios en los mecanismos y el procedimiento de crédito.
Cambios en la legislación nacional o los estándares aplicables.

Se recomienda que el SARAS incluya un programa de mejora continua con al


menos audi​torías periódicas y un proceso de retroalimentación interna.

108
6.2. Normativa ambiental en
Ecuador

Con la promulgación de la Constitución Política de la República del Ecuador


en 1998, que reconoce a las personas el derecho a vivir en un ambiente sano,
ecológicamente equilibrado y libre de contaminación, se declara de interés
público la preservación del medio ambiente, la conservación de los
ecosistemas, la biodiversidad y la integridad del patrimonio genético del país;
se establece un sistema nacional de áreas naturales protegidas y, de esta
manera, se garantiza un desarrollo sostenible. Para obtener dichos objetivos
es indispensable dictar una normativa jurídica ambiental y una estructura
institucional adecuada, promulgando a este respecto la Ley n.º 37, de 30 de
julio de 1999, de Gestión Ambiental.

No es una ley que trate de manera específica los análisis de riesgos ambientales,
pero es el cuerpo legal específico más importante relativo a la protección
ambiental en el país y esta​blece, por tanto:

109
Además de que se sujeta a los principios de solidaridad, corresponsabilidad,
cooperación, coordinación, reciclaje y reutilización de desechos, utilización de
tecnologías alternativas ambientalmente sustentables y respecto a las culturas y
prácticas tradicionales.

110
6.3. Normativa ambiental en
Colombia

No se dispone de una ley que trate de manera específica


los análisis de riesgos ambientales, pero la normativa
ambiental de referencia en Colombia a nivel medio
ambiental es la Ley 99 de 1993 -Reglamentada por el
Decreto Nacional 1713 de 2002, el Decreto Nacional
4688 de 2005, el Decreto Nacional 3600 de 2007 y el
Decreto Nacional 2372 de 2010-, por la cual se crea el
Ministerio del Medio Ambiente, se reordena el sector
público encargado de la ges​tión y conservación del medio
ambiente y los recursos naturales renovables, se organiza
el Sistema Nacional Ambiental (SINA) y se dictan otras
disposiciones.

El Sistema Nacional Ambiental (SINA) es, por tanto, el conjunto de orientaciones,


normas, actividades, recursos, programas e instituciones que permiten la puesta
en marcha de los principios generales ambientales contenidos en esta ley, y se
encuentra integrado por los siguientes componentes

Los principios y orientaciones generales contenidos en la Constitución


Nacional, en esta ley y en la normatividad ambiental que la desarrolle.
La normatividad específica actual que no se derogue por esta Ley y la
que se desarrolle en virtud de esta.
Las entidades del Estado responsables de la política y de la acción
ambiental, señaladas en la ley.
Las organizaciones comunitarias y no gubernamentales relacionadas
con la problemáti​ca ambiental.
Las fuentes y recursos económicos para el manejo y la recuperación del
medio ambiente.
Las entidades públicas, privadas o mixtas que realizan actividades de
producción de infor​mación, investigación científica y desarrollo
tecnológico en el campo ambiental.

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