PERROS 5 DE JUNIO PLIEGOS

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Mark Alizart

Perros

Traducción
Manuela Valdivia
Índice
Alizart, Mark.
Perros
- 1a ed. - Adrogué : Ediciones La Cebra 2019.
96 p. ; 21,5x14 cm.

Título original: Chiens


Traducción de: Manuela Valdivia

ISBN 978-987-3621-62-8
La alegría de los perros  9
1. Filosofía Contemporánea. I. Manuela Valdivia, trad. II. Título. La vergüenza del reino animal  13
CDD 190
Can mayor  19
Sola fido25
Cet ouvrage, publié dans le cadre du Programme d‘aide à la publication
Victoria Ocampo, a bénéficié du soutien de l‘Institut français d‘Argentine Dog Vinci code  31
Esta obra, publicada en el marco del Programa de ayuda a la publicación Los perros de Darwin 37
Victoria Ocampo, cuenta con el apoyo del Institut français d‘Argentine
Manifiesto de las especies de compañía 41
Ecce canis 45
© Éditions PUF, 2018 Un tiempo de perros  49
Título original: Chiens
Edipo Rex 55
© Ediciones La Cebra, 2019 Perras guardianas  59
Traducción Todos inuit 65
Manuela Valdivia
A tergo more ferarum71
Editorxs
Ana Asprea y Cristóbal Thayer La marca de Caín  75

Foto de tapa Big Bark 79


Cristóbal Thayer, Botas. Gabriel83
edicioneslacebra@gmail.com Epílogo85
www.edicioneslacebra.com.ar
Agradecimientos 89
Esta primera edición de Perros, se terminó de imprimir en el mes de Índice de perros citados 91
junio de 2019 en Buenos Aires y Madrid
Índice de humanxs citadxs 93
Queda hecho el depósito que dispone la ley 11.723
Para Brune
En memoria de Luther
LA ALEGRÍA DE LOS PERROS

Un día, los perros reinarán sobre la tierra.


Esta idea se le ocurrió a un autor de ciencia fic-
ción norteamericano tras finalizar la Segunda Guerra
Mundial. En Ciudad, de Clifford Simak, la humanidad
ha sido exterminada por el conflicto que estuvo de más.
Solo sobrevivieron los animales, entre los cuales los pe-
rros conocen un destino particular: poco a poco llegan
a ser hablantes y vegetarianos, hasta superar a sus anti-
guos amos en inteligencia, de modo que miles de años
más tarde hacen volver el orden al planeta, instalando
un gobierno pacífico y armonioso.
La hipótesis futurista de Simak puede ser sorprenden-
te. No tanto aquella del fin de la humanidad –con la cual,
por desgracia, hemos aprendido a familiarizarnos– sino
aquella de la elección de los perros para reemplazarnos.
Puesto que si se va a escoger a un animal en lugar de un
cyborg para cumplir esta tarea, acostumbramos pensar
que los monos están mejor ubicados en el orden de suce-
sión, como muestra el Planeta de los simios. Sin embargo,
quienquiera que le profese un amor profundo a los perros
puede comprender la decisión de Simak. En efecto, los
perros poseen al menos dos cualidades que los vuelven
susceptibles de llevar a cabo esta tarea con éxito.

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Mark Alizart Perros

La primera es una sorprendente resistencia que podría de circo, incluso, que han sido domesticados a la fuerza
resultar preciosa en tiempos de apocalipsis: los perros sa- por el hombre, no se han vuelto melancólicos ni locos. Al
ben vivir de restos, e incluso de restos de restos. Duermen contrario, los perros dan la impresión de haberse suavi-
donde sea y como sea. Se adaptan a todos los entornos. zado. Han concebido una suerte de desprendimiento de
Fraternizan con quien lo quiere. Sufren en silencio… Este su destino, una forma de alegría. Parecen haber apren-
rasgo de su personalidad es seguramente el fruto de miles dido a divertirse sinceramente con todos sus problemas,
de años de evolución. Una “vida de perros”, como dice la mostrando con ello una cierta “facilidad de ser”, para
expresión, no es una vida soñada. Un “tiempo de perros” parafrasear a Fontenelle al revés. Le oponen al mundo
es un mal tiempo. “Morir como un perro” es una mala entero una calma que traduce maravillosamente la céle-
manera de morir. Los perros han crecido a la dura, lejos bre fórmula de Droopy –que no vale menos en profundi-
de las manadas de lobos. Han debido aprender a vivir dad que la de Bartleby: “You know what? I’m happy”. Los
de rapiña y de errancia. Más tarde, al entrar en contacto perros parecen, lisa y llanamente, haberse transformado
con los primeros campamentos humanos, fueron cazados en “filósofos”, si creemos en la idea que encontramos en
(y a veces comidos) como los merodeadores nocivos que los estoicos, en los budistas o en Spinoza, según la cual la
parecían ser. Y luego encontraron algo todavía más feroz sabiduría consiste en conformarse con lo que la vida nos
que un enemigo, amos: fueron encerrados, adiestrados, ofrece, con simplicidad y reconocimiento. Es más, pare-
golpeados. Y sin embargo, siempre se levantaron. cen haberse transformado en santos. Por supuesto, hay
Pero es una segunda cualidad la que los vuelve ver- perros infelices, perros neuróticos, perros tímidos. Pero
daderamente aptos para reemplazarnos, casi antagonista la mayoría de las veces son perros que han sido maltra-
a la primera: su extraordinaria delicadeza, sin la cual tados. Basta con que un perro encuentre a un buen amo
su fuerza no sería más que brutalidad. Los perros son para que vaya siempre hacia la felicidad, como un girasol
naturalmente cariñosos con los niños, pacientes con los se dirige hacia el sol.
hombres, amables con los otros animales. En resumen, A comprender un milagro como este –el milagro de la
poseen una auténtica sabiduría que solo parece esperar alegría de los perros– es que este pequeño libro se dedica.
a la palabra para expresarse, como dice el proverbio. A aprender de ello también, suponiendo que sea posible,
Los perros no solamente han aguantado todas las afren- a pesar de que todo indica que Simak tenía razón al temer
tas de la evolución cerrando el hocico. A diferencia del lo peor para la humanidad y que pronto podríamos estar
resto de los animales en su misma situación, no se han condenados a tener que aprender a vivir “como perros”
endurecido ni afeado como la hiena, el buitre o la rata, en una tierra devastada por nuestra propia locura.
entre los animales salvajes, que llevan puesta su máscara
de sufrimiento y relegación. A diferencia de los animales

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LA VERGÜENZA DEL REINO ANIMAL

Una cruel paradoja quiere que cada vez que conocemos a


una persona verdaderamente alegre creamos que es tonta
o loca. Y con razón. ¿Cómo se podría ser verdaderamente
feliz en este valle de lágrimas? ¿No hay que ser comple-
tamente ignorante de la vida, o lo que es peor, un poco
vicioso, para alegrarse con la desgracia que nos rodea?
Los monjes zen y los sabios hindúes adoptaron la cos-
tumbre de hacerse pasar por excéntricos. Cuando se les
pregunta qué es la sabiduría, manifiestan desagrado o se
paran de cabeza. Al menos no los molestan. Los perros
no tienen la misma suerte. A pesar de sus cualidades ex-
cepcionales son el blanco de una injusticia extraordinaria,
o más bien, a causa de sus cualidades, ya que deducimos
de su alegría que deben ser unos imbéciles felices. Ya sea
Goofy, Pluto, Rantanplan o Scooby-Doo, nuestros perros
son “idiota” (que, por cierto, es el nombre del perro de
John Fante en su libro epónimo).
No hay un “perro con botas”. Es un “Renart” quien
es objeto de una novela que halaga la inteligencia de los
animales; un ratón, Mickey, en la versión moderna de
los cuentos que son los dibujos animados de Disney. En
Alicia en el país de las maravillas de Lewis Carroll, los ani-
males maravillosos son el gato de Cheshire y la liebre de

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Mark Alizart Perros

Marzo, no el perro. En El libro de la selva es la serpiente Incluso hay una acusación más grave: el perro no solo
Kaa o la pantera Bagheera, no el perro. En la Biblia, el sería cobarde, sino vicioso. Amaría su sumisión. Hallaría
león, el buey, el águila, el toro, son animales que repre- placer en tener un amo. Apreciaría verdaderamente comer
sentan a los apóstoles, no el perro. Ningún país tiene al cosas repugnantes y olfatear malos olores. No hay que ir
perro como símbolo nacional, como el gallo galo lo es de más lejos para buscar la razón por la cual la palabra “perro”
Francia, el oso de Rusia, el cóndor de Bolivia. Incluso los es un insulto en casi todas las culturas. Antaño, era común
ingleses, que no obstante tienen al bulldog de Churchill y llamar a su perro Rex o Prince. En el siglo XIX, Bismarck
a los corgis de la Reina al alcance de la mano, prefirieron fue un nombre de perro popular en Francia. Otrora, mu-
al león, aunque ningún animal de esta especie ha pisado chos perros se llamaban Turc. Raramente era un homena-
nunca el suelo de Albión… je. Se trataba de humillar a los poderosos poniéndolos en
Hay excepciones. Lassie, Médor, Hachikō, son perros cuatro patas. Donald Trump, que es el primer presidente
buenos, obstinados y heroicos. Al menos en apariencia. de la historia de Estados Unidos en no tener un perro, algo
Ya que podemos preguntarnos si acaso no son perros sabe de ello. Él, que llama a todos sus adversarios políticos
cuya imbecilidad se convirtió en virtud. Su fidelidad “perros”.
absoluta nunca es solamente una forma de obediencia El hecho de que a menudo las mujeres sean llamadas
ciega. No se les puede dar crédito, así como tampoco es “perras” tan pronto como manifiestan su deseo compar-
posible darles las gracias a los perros guardianes criados te el mismo origen. En el imaginario virilista las mujeres
por dealers por defenderlos bien contra la policía, o al deben gozar al ser “dominadas” como los perros. “Perro”,
Perro blanco de Romain Gary por atacar a los negros. Estas “mujer”, “homosexual”, “extranjero”, son palabras que
representaciones sulpicianas de los perros pueden inclu- se intercambian para designar a seres que han sido hu-
so volverlos exasperantes. Tanto la imbecilidad llama a la millados e invisibilizados por civilizaciones falocráticas
misericordia como el exceso de celo llama a su contrario. que no consiguen pensar que los valores de “libertad”,
Lo que es peor, si resultara que puede probarse que los “actividad”, “independencia” o “insumisión” pueden no
perros no son estúpidos entonces habría que imaginar pertenecer, por principio, al sexo masculino, al sexo eréctil,
que son cobardes. Para Jean de La Fontaine, la moraleja al género heterosexual.
de la fábula El lobo y el perro es que el perro no es idiota, Por desgracia, si bien un trabajo de reparación por fin
sino indigno. El perro habría vendido deliberadamente ha comenzado a devolverles a los antiguos “dominados”
su libertad a cambio de un plato de lentejas. Incapaz de el lugar que les corresponde, no es seguro que el perro se
defender su pedazo de bistec, se habría conformado con beneficie de ello alguna vez. Puesto que el perro quizás
mendigarlo. todavía falla en algo más. No pide ser rehabilitado en ab-
soluto. Él adora verdaderamente el orden patriarcal. Tal

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Mark Alizart Perros

como esas mujeres que estaban de acuerdo con sus maridos merecer que nos rebajemos a él? Y sin embargo, ¿cómo no
respecto al hecho de que no debían tener derecho a voto en escuchar también en esta expresión de un sentimiento de
los años 1950, o esos obreros que llevan a millonarios a la “vergüenza” todo aquello que nos acerca al perro?
cabeza del Estado, creyendo de buena fe que defenderán La vergüenza es un sentimiento particular. No se la
sus intereses, el perro pertenece a esa mala minoría que experimenta frente a ningún otro animal más que el perro.
parece tener que siempre consentir a la buena. De hecho, el En primer lugar, es el signo de que vemos un prójimo en
perro ocupa un lugar tan complicado en el orden cultural él, puesto que la vergüenza supone la empatía y la identi-
que a veces desanima incluso a los defensores de la causa ficación. Solo se tiene vergüenza de algo que uno mismo
animal. podría hacer. Sigmund Freud nos enseñó que nunca se
Evidentemente, todos los animalistas se aúnan para tiene vergüenza más que de algo que uno mismo querría
proteger a los perros del maltrato –una estatua erigida en hacer y que uno se prohíbe. Precisamente, el hecho de que
Londres en el siglo XIX a un perro víctima de experimenta- el perro pueda tener un amo y ser el único entre los anima-
ciones médicas gratuitas, el “Brown Dog”, es el testigo his- les –pero no entre los humanos– en sentir amor por su so-
tórico de esta causa. Pero en cuanto se trata de saber cómo metimiento, evoca todos los tormentos de la vida interior
tratar “bien” a un perro ellos se dividen. Para algunos, descritos desde hace mucho tiempo por el psicoanálisis.
hay que castigar severamente el abandono de los perros, En nuestra vergüenza del perro manifiestamente está en
ya que un perro solo evidentemente está condenado a una juego nuestra propia represión del haber gozado, siendo
vida de miseria. Para otros –los anarquistas Elisée Reclus o niños, de placeres similares relacionados con la sexuali-
Bakunin ya pensaban de esta manera– los perros deben ser dad, con los excrementos e incluso con el castigo. Tener
“liberados” de la tutela de sus amos y devueltos a la vida un perro, amar a un perro y amarlo por todas las razones
salvaje, en cierto modo contra su voluntad. que precisamente nos dan vergüenza, equivaldría a amar
En su Abecedario, Gilles Deleuze, quien era un gran nuestro lado oscuro, a reconciliarnos con él, a superar la
amigo de los animales, indica claramente que los perros vergüenza, justamente, y a superar, por lo tanto, el odio de
no merecen las mismas consideraciones que el resto de sí mismo que ella esconde. Esto sí que sería la verdadera
los animales que recorren su obra –desde las admirables sabiduría. Y la verdadera alegría, quizás. De modo que
“manadas de lobos” hasta la humilde garrapata de su que- quizás habría que decir, contra Deleuze, o pegado a él, que
rido Jacob von Uexküll. Su ladrido, afirma incluso, es “la es al experimentar un devenir-perro que verdaderamente
vergüenza del reino animal”. ¿Cómo se podría decir mejor se podría experimentar un devenir-humano.
que si todo hombre debe, según él, experimentar un “de-
venir-animal, un devenir-mujer, un devenir-menor”, el pe-
rro es demasiado menor, al interior del reino animal, para

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CAN MAYOR

Georges Bataille decía que “el erotismo es la aprobación


de la vida hasta en la muerte”. Se podría incluso decir
lo mismo de la alegría. La alegría de los perros está del
lado de la violencia y del sexo. Su sabiduría solo merece
ser llamada así porque abarca la muerte y la generación,
suscita el miedo y moviliza los poderes del inconsciente.
Nuestros ancestros parecen haber sabido esto mejor
que nosotros. En todas las civilizaciones encontramos un
dios-perro venerado y temido porque precisamente es el
asistente del dios de la muerte, pero también del eros. Da
testimonio de esto, en primer lugar, el símbolo del perro
más antiguo de todos, que lo ve asociado a Sirius, que a
la vez resulta ser la estrella más brillante de la vía láctea y
aquella que anuncia las grandes sequías del verano.
Durante decenas de miles de años, el cielo le mostró
un espectáculo extraordinario a la humanidad: el “Can
Mayor”, Canis Major, elevándose sobre el horizonte a fi-
nales del mes de julio, al pie de un cazador inmenso, la
constelación de Orión. Un poco delante de él, una liebre
se escapa, Leporis, y una paloma, Columba, levanta el vue-
lo. Arriba, un cachorro, Canis Minor, el “Can menor”, los
mira ladrando. Frente a ellos, un toro gigantesco embiste:
Aldebarán.

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Mark Alizart Perros

No se podría insistir demasiado en la impresión que res hierven a la subida del sol, los vinos enturbian en las
este espectáculo nocturno provocó en sus primeros tes- bodegas, los estanques se mueven”. Supuestamente la
tigos. La mayor parte de las pinturas rupestres y de los canícula tenía una acción análoga sobre los perros: “Los
relatos mitológicos intentan “explicar” la bóveda celes- perros también están más expuestos a la rabia durante
te. Diversos animales son representados en círculo en todo este intervalo de tiempo”. Acteón es devorado por
el techo de las cavernas, siguiendo a veces el orden de sus propios perros durante un episodio de este tipo pero
las constelaciones, entre los cuales encontramos algunos porque tuvo el arrebato, sexual en este caso, de desear a
perros que acompañan a un arquero parecido a Orión, lo Artemisa, que se encuentra asociada indistintamente a la
que da testimonio de que, desde muy temprano, el perro perra y a la osa.
fue el “mejor amigo del hombre”. Otro libro de primera importancia es puesto en mo-
Los combates entre Aqueos y Troyanos de la Ilíada son vimiento por la estrella del Perro: el Mahabharata. Al co-
combates entre constelaciones. La jerarquía de los guerre- mienzo del relato más sagrado de la India, unos príncipes
ros está calcada sobre la de las estrellas: Aquiles, el mayor golpean a un cachorro que resulta ser el de Saramá, la
guerrero de la Antigüedad griega, también está asocia- gran diosa canina, Canis Major. Ella va a pedir vengan-
do a Sirius, la estrella más brillante. De este modo, en el za para Canis Minor, dando de esta forma inicio al ciclo
Canto XXII Aquiles es descrito como el “perro de Orión”, de guerras que el libro va a narrar. Inversamente, el
pero también como “una señal siniestra porque trae ex- Mahabharata se termina cuando se le hace justicia a un
cesivo calor a los míseros mortales”. Eratóstenes, el autor perro. Al final del libro, se cuenta que Yudhishthira, rey
de uno de los primeros libros de astronomía sistemática de reyes, in articulo mortis, se rehúsa a subir al carro del
del siglo III a. de C., los Catasterismos, recuerda que en dios Indra, quien debe llevarlo hacia el cielo, si no puede
griego Sirius quiere decir “ardiente” y “abrasador” y ir hasta allá con el perro sarnoso que lo ha acompañado
afirma que el verdadero nombre de Canis Major, el que durante los últimos años de su vida. Al enterarse a tra-
le había dado Hefesto, el dios de la forja, su primer amo, vés de Indra de que esto era imposible, Yudhishthira se
es “Bola de fuego” (Laelaps). Para los antiguos griegos, el dispone a renunciar al paraíso cuando se revela que el
perro, o más bien la perra, siempre está “en celo”. perro en cuestión es la forma que había tomado Dharma,
La estrella del perro, que los Latinos llamaban el dios de los dioses, para poner a prueba la pureza de su
“Canicula”, “perrita”, se convirtió en sinónimo del ca- alma. Saliendo victorioso de esta prueba, se le concede
lor intenso por esta razón. En su Historia Natural, Plinio vida eterna al rey de reyes y el libro puede ser cerrado.
escribe: “En cuanto a la canícula, ¿quién ignora que, al Figura del juicio final, Anubis también porta una
levantarse, ella enciende el ardor del sol? Los efectos de balanza en el antiguo Egipto. Él pesa las almas de los
este astro son los más poderosos sobre la Tierra: los ma- muertos. Ubicado al inicio y al final de la vida, es el dios

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Mark Alizart Perros

embalsamador de los faraones difuntos, encargado de el cuerpo de Hermes y la cabeza de Anubis en algunos
acompañarlos hasta su última morada. Anubis, cuyo templos de Alejandría.
nombre egipcio es Inpu, está ligado a Isis, la diosa de los Contrariamente a nosotros, que pensamos la domesti-
infiernos, que los egipcios asociaban también a Sirius y cación como una disminución cuyo resultado no le ofre-
Canis Major. Él estaba más bien asociado a Procyon, la es- cería a los perros más que la idiotez, la cobardía o el vicio,
trella de Canis Minor. El dios del tiempo, el amo de los re- nuestros ancestros pensaban la domesticación como una
lojes y amo de la muerte, Kalabhairava, en el hinduismo. aumentación del ser e incluso como la verdadera fuente
Del mismo modo, siempre es representado con un perro de la sabiduría canina. Para ellos, el perro no era un ani-
a sus pies. Según los antiguos griegos, Cerbero permane- mal desnaturalizado, era un animal inclasificable, o más
ce apostado en la puerta de los infiernos. Es un mastín de bien, transclase, un animal que no estaba sometido a las
varias cabezas que cuida a la diosa de la muerte y de la separaciones que limitan a los seres ordinarios. Tenía que
primavera, Perséfone. ser objeto de un gran respeto, como los hijras, los trans-
Algunos afirman que la representación de los perros género de la India, porque al conocer el camino que va
como divinidades psicopompas se explica por su pa- de una polaridad cósmica a la otra, de alguna manera
rentesco con los carroñeros. Xólotl, el dios-perro de la protegía el equilibro del mundo. Que viniera a ser moles-
religión azteca, da cuenta de ello de otro modo. Aunque tado y el salvajismo amenazaba con extenderse entre la
el xoloitzcuintle –el perro negro sin pelo en el cual se civilización como un incendio en la llanura.
inspira– tenga el aspecto de una hiena, no solamente Según Hesíodo, Cerbero es doble de la manera si-
tiene como función litúrgica el conducir a las almas de guiente: tiene un hermano bicéfalo, Ortro. Ahora bien,
los hombres al Mictlán, el reino de las sombras. Xólotl Cerbero, en griego, quiere decir el “moteado”, Ortro el
también resulta ser el protector de los gemelos y de la “liso” (el “recto”). Entre los dos, por lo tanto, forman una
gemelidad. Dicho de otro modo, más que un dios de la pareja fundamental, la de lo Uno y lo Múltiple. En China
muerte, el dios-perro Xólotl es el dios que realiza el pasa- y en Japón, los templos budistas y sintoístas tradicio-
je entre las polaridades opuestas y simétricas –gemelas– nalmente son cuidados por dos perros que también son
de la muerte y de la vida. Y con razón, es la naturaleza gemelos: los Koma-Inu (literalmente “perros de Corea”)
dialéctica del perro la que no se le había escapado a los o los “perros de Fo”. Uno tiene la boca abierta, lo que
Antiguos: mitad lobo, mitad hombre, él es mitad salva- indica que pronuncia la letra “a”. El otro tiene la boca ce-
je y mitad civilizado. Tiene un pie en los dos mundos. rrada, para decir “um”. Juntos pronuncian el “aum” de los
Permanece en el lugar de su sutura. Es un intercesor, un monjes, que es el sonido primordial del universo. Dicho
mensajero, como Hermanubis, el dios sincrético que tenía de otro modo, reunidos forman el alfa y el omega del
mundo, enmarcan el comienzo y el final de los tiempos.

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Mark Alizart

Además, exhiben la dualidad interior del perro, a la cual SOLA FIDO


Sirius/Canícula nos introdujo. Para muchos, de hecho,
estos perros son leones (shi) y los perros y los leones ex-
presan las dos polaridades, yin y yang, del mismo animal.
Así, una leyenda budista cuenta que Siddhartha siempre
iba acompañado por un shih tzu que se transformaba en
“león de las nieves” en caso de peligro (león que, desde
entonces, se convirtió en el emblema del Tíbet). De mane-
ra inversa, otra leyenda china sostiene que la agricultura En nuestra representación contemporánea de los perros
(y por lo tanto, la civilización) fue dada a los hombres no queda prácticamente nada de los grandes mitos ca-
por un perro vagabundo que transportaba semillas en su ninos antiguos, salvo la vaga facultad que se les presta
pelaje. de sentir anticipadamente la muerte de su amo, y luego,
a veces, esos titulares de diarios alarmantes: “Un perro
devora a su amo en un ataque de locura”.
No solo los perros han cambiado mucho desde la
Antigüedad –dejaron de ser perros vagabundos, peli-
grosos por naturaleza, con el pelaje plagado de pulgas,
el hocico espumeante, o monstruos de criadero, espe-
cialmente en lo que respecta a los perros de guerra, los
“perros de cohorte” (el actual mastín italiano), lanzados
al asalto desde las primeras líneas enemigas, que podían
despedazar a un jabalí de un mordisco– de manera que
la cuestión de su dualidad (domésticos y salvajes, tiernos
y peligrosos) dejó de plantearse con tanta intensidad.
Sino que nosotros también hemos cambiado mucho.
Nuestra relación con las estrellas, con la muerte, con
la naturaleza, se transformó profundamente. Entre las
religiones de la Antigüedad y nosotros se interpuso, en
particular, el monoteísmo. Ahora bien, el monoteísmo
se apoderó de los umbrales y de los pasajes, que antaño
eran el coto de caza del perro. Cerbero fue reemplazado

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Mark Alizart Perros

por San Pedro a la entrada del Tártaro. El dios único Es con el monoteísmo, precisamente, que aparece la
se convirtió en el único ser capaz de circular entre los figura moderna del perro como imbécil feliz. Ella está
mundos, a semejanza de Jesús, visitando los infiernos. directamente inspirada en las gracias que se le otorgan
Abraham debe someterse a Dios para obtener su a los “simples de espíritu” o a los “inocentes de manos
bendición. Los cristianos deben someterse a Cristo para llenas”, a aquellos que ponen la obediencia por encima
obtener su salvación. Los musulmanes deben someterse de la discusión. Lutero, quien poseía un minúsculo lulú
a Alá para obtener la vida eterna. Mientras que el paga- de Pomerania (un spitz) al cual bautizó Tölpel, es decir,
nismo rebosa de hombres más astutos que los dioses, Goofy, “torpe” o “simplón” (a veces también lo llamaba
el dios único no le deja ningún margen de maniobra al “Helferlein”, el “pequeño asistente”), es testigo de esto.
creyente, que debe obedecerle como un perro le obedecería Se trata del primer perro “estúpido” de la historia. Sin
a su amo. ¿Cómo decir mejor que el monoteísmo, al to- que, por lo demás, este calificativo le impida quererlo.
mar el relevo de los mitos caninos, también hizo de la Muy por el contrario. Lutero quería mucho a los perros,
religión un proyecto de domesticación? se le atribuye incluso haber dicho tres cosas particu-
La relación moderna de amor-odio que mantenemos larmente extraordinarias sobre ellos, si se considera el
con nuestros perros no tiene otro origen que esta riva- rigor teológico que, por otro lado, lo veía vomitar sobre
lidad mimética, triangular, que se instaló a partir del casi todo lo que no entraba en su concepción del cristia-
judaísmo entre el perro, el hombre y Dios. El hombre nismo. La primera es que el perro es el don más precia-
se transformó en un perro ante Dios, de modo que los do que Dios nos haya dado y que únicamente el hecho
perros, a su vez, se transformaron en pequeños hom- de que su especie es muy común, nos impide verlo. La
bres ante nosotros. Lo que Dios es para el hombre –un segunda es que es un modelo de fe para el cristiano. La
amo– nosotros lo hemos devenido para el perro, e inver- tercera, es que los perros se irán al paraíso.
samente, lo que el hombre es para Dios –un siervo– el A partir del siglo XV, en la pintura cristiana aparecen
perro lo ha devenido para nosotros. Nos hemos puesto “perritos” que siguen el modelo luterano en todas partes,
a adorar al perro como nosotros quisiéramos ser ama- muy lejos de sus ancestros psicopompos, en celo o rabio-
dos por Dios, comenzamos a tratarlo como otro, porque sos: spitz minúsculos, schnauzers o caniches en escenas de
reconocimos que se nos asemejaba. La cualidad esencial la vida íntima, a los pies de los esposos Arnolfini para sim-
que se le presta a los perros en la época actual da testi- bolizar la fidelidad entre esposos, por ejemplo, o a algunos
monio de ello: ya no es ser dual, complejo, transgénero o metros de San Agustín, en una pintura de Carpaccio, pero
transclase, sino ser “fiel”. El perro se vuelve Fido, porque también en pinturas de temas religiosos –junto a santos e
el hombre, por su parte, debe dar testimonio del amor incluso junto a Cristo. En Albrecht Dürer, el perro es casi
que le tiene a Dios dando testimonio de su fe en él, fide. una firma. Hay perros en su Flagellation y en muchas de

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las planchas de su Apocalipsis, presentando cada vez una una loba”. El sentido escondido de esta especie de profecía
“copa en forma de león” (afeitado, salvo en la cabeza), lo no debía ser un gran misterio en esa época: la loba es el
que evoca la realeza de Jesús. A los pies de su San Jerónimo símbolo de Roma, la ciudad papal corrompida por el vicio,
reposa un spitz alemán, nuevamente al lado de un león. “la Ramera de Babilonia”, y el galgo al cual Dante asocia el
En su San Eustaquio y en El caballero, la muerte y el diablo valor numérico 515, que se escribe DXV en números roma-
hay perdigueros que corren en todas las direcciones. En nos, es pues un “DXV”, un DUC, un príncipe providencial
muchas ocasiones, Durero también grabó retratos de pe- encargado de someterla (Dux evoca Rex). Parece plausible
rros, casi siempre galgos húngaros (magyar agar), el mismo que el galgo de Durero, en este sentido, represente a este
perro que duerme al lado del ángel de la melancolía. Dux, es decir, a Lutero en persona, cuyas 95 Tesis hicieron
Los astrólogos dejan de asociar el perro a Sirius, justa- estallar al Vaticano, o más simplemente, un autorretrato de
mente, y lo relacionan con Saturno. Ya no es una encarna- Durero mismo, quien pensaba convertirse al protestantis-
ción de la rabia sino de la vida interior y contemplativa. Un mo y que era de origen húngaro, como el magyar agar.
galgo figura sobre el frontispicio de la Anatomía de la melan- Un gran cristiano también se identificó con el perro:
colía de Robert Burton, en el recuadro “Soledad”, como si, Santo Domingo. Porque su madre había soñado que pa-
privado de la razón de ser que le confería la Antigüedad riría a un perro blanco y negro portando una antorcha en
pagana, transformado en alma errante, el perro hubiera su hocico que traería la luz al mundo, Domingo decidió
perdido allí incluso su alegría legendaria. En las Meninas que sería tal y como un perro “iluminando el mundo de la
de Velázquez, el pastor alemán duerme profundamente, verdad”. De esta forma, la orden de los Dominicos que él
ausente a la escena, de manera que es necesario que un fundó debe ser comprendida como la orden de los domi-
bufón le dé una patada para que se despierte cuando el ni-canis: los “perros de Dios”. A menudo representado en
rey entra. pintura con una estrella en la frente, lo que probablemente
También encontramos perros junto a santos “verda- es una alusión a Sirius, Domingo está a medio camino en-
deros”, como Roque de Montpellier (de donde viene el tre los misterios de Egipto y el cristianismo.
Gozque*) hacia 1350. Un galgo fue canonizado por los Un beato, Enrique Susón, también le debe su revelación
aldeanos de la diócesis de Lyon con el nombre de San a un perro. Mientras se tallaba las palabras de Cristo con
Guinefort en los años 1250. En la Divina Comedia, Dante un cuchillo sobre el torso para merecer su misericordia, vio
relata una leyenda popular que quizás se inspira en este a un cachorro jugar con un trozo de tela sucia. Embargado
acontecimiento: el Canto I del Infierno cuenta que un galgo por la alegría simple que el pequeño perro sentía al jugar
liberará a la humanidad después de haber “castigado a con un objeto tan pobre, comprendió que la redención solo
se le ofrece a los seres que tienen la gracia de la simplici-
* En francés, la palabra que corresponde a “gozque” es “roquet”. El dad. Dicho de otro modo, vio que al mortificarse las carnes
gozque es el perro que acompaña a San Roque. [N. de la T.]

28 29
Mark Alizart

no hacía más que glorificarse y que se alejaba de ella, así DOG VINCI CODE
que decidió, a su vez, amar a Dios como un pequeño perro,
celebrando el mundo.
Por desgracia, con el monoteísmo también aparece la
posibilidad de que el perro no sea solamente estúpido,
sino que malo. El perro malo, es el perro que se ha vuel-
to víctima. Es el perro al que uno le pega al regresar del
trabajo, así como uno ha sido golpeado por su patrón. Es
el perro contra el cual uno se enrabia porque osó desafiar- Por suerte, no nos deshacemos de los perros con tanta
nos, como uno nunca osaría a desafiar a su propio amo, facilidad. Los perros han sobrevivido a todo, desde hace
a Dios en persona, orinando por todos lados. Es el perro miles de años. No hay que sorprenderse de que hayan
que se castiga por celos, porque es más santo que lo que logrado sobrevivir al monoteísmo. Incluso es fascinante
uno nunca lo será. En suma, es el perro al que uno va a constatar en qué medida, a pesar de todo lo que ha sido
humillar porque uno mismo se siente humillado por ha- hecho por las religiones del dios único para que el perro
berse vuelto el perrito de un Dios. Es allí que se esconde antiguo desaparezca, él nunca ha dejado de encontrar la
otra de las razones del desprecio en el cual se mantiene a manera de volverse a invitar a su mesa.
los perros, pero este desprecio es el nuestro, es el fruto del Encontramos perros en el Antiguo Testamento. En
odio y de la frustración que sentimos, sin autorizarnos a un único pero magnífico caso son descritos bajo una luz
decirlo, con respecto a todas las vejaciones que la religión favorable que dice mucho sobre el origen cinegético del
del dios único nos impone. Mientras más encogidos es- monoteísmo. La escena transcurre en el séptimo versí-
tamos ante Dios, más nos sometemos a él, más piadosos culo del capítulo XI del Éxodo. Cuando los esclavos del
somos, en fin, mientras mejores perros somos, en cuatro Faraón que se convertirán en el pueblo de Israel huyen
patas delante de él, más detestamos serlo y más odiamos de Egipto, se topan con unos perros. Si ellos ladran, serán
a los perros, que nos tienden un reflejo demasiado fiel de atrapados por la milicia. Y si se callan, serán salvados.
lo que somos. Los perros deben padecer la cólera que nos Ahora bien, en ese preciso instante los perros fueron al-
habita por no haber logrado ser mejores hombres. Los pe- canzados por “el estupor o la luz en plena noche”, como
rros deben desaparecer de nuestra vista para que nadie, dice Emmanuel Levinas, quien comentó detenidamente
nunca, pueda injuriarnos al confundirlos con nosotros. este pasaje. “Ni un perro ladrará”, escribe el Libro. No
podría decirse mejor que los perros han elegido borrarse
ante los profetas del nuevo Dios para pasarles el testigo,
al no testimoniar contra ellos, justamente.

30 31
Mark Alizart Perros

El judaísmo parece reconocer aquí que en cierto modo ciado en Medio Oriente, temen ser entregados por sus la-
se atribuyó los poderes del perro antiguo, hasta el punto dridos, pero por el contrario, Kitmir se pone a hablar y les
que podemos preguntarnos si acaso no se impuso absor- garantiza su lealtad. Los jóvenes se duermen, cuidados
biendo por completo el culto pagano del perro, si no triun- por el perro, para no despertar más que trescientos años
fó sobre el paganismo tomando simplemente su lugar, y lunares después, sanos y salvos, siempre bajo el cuidado
esto de un modo todavía más necesario y evidente cuanto del perro, del cual se dice que irá al paraíso.
que este culto ocupaba el primero. Después de todo, no En una leyenda popular del cristianismo medie-
tendría nada de sorprendente. Los hebreos salieron de val, otro perro antiguo se muestra bajo la forma de San
Egipto. Es de ahí que pudieron traer la idea del Dios-Uno Cristóbal. La historia cuenta que antaño existían hombres
(Atón/Adonai), por lo tanto, necesariamente, toda la corte con cabeza de perro, los cinocéfalos, que aterrorizaban los
que lo acompañaba: Isis y Anubis, en particular. Samuel alrededores. Uno de ellos vivía en Licia (de donde viene
Joseph Agnon, quien tiene un libro protagonizado por ese tipo de chacales llamados “licaones”) y se apodaba
un perro llamado Balak –literalmente, “el que lame la Reprobus. Buscaba ponerse al servicio del maestro más
sangre de Israel”–, habría dicho que es por esto que el poderoso de todos. Un día, sin embargo, es a Jesús a
perro merecía ser el emblema del pueblo judío, lo que la quien encontró. Jesús no le tuvo miedo y le pidió inclu-
habría transformado en la única nación en este caso. Esto so que lo ayudara a cruzar un río. Reconociendo en él a
no sucedió. Sin embargo, cuando los judíos celebran el un ser muy poderoso, ya que no le temió a pesar de su
Éxodo, durante la Pésaj, es quizás al perro al que rinden monstruosidad, lo cargó sobre sus espaldas. Esto le valió
homenaje todavía de manera inconsciente, ya que Pésaj el haber sido llamado Cristóbal (christo-phoros, “portador
quiere decir “pasaje”. Es la fiesta de los dioses barqueros, de Cristo” en griego) y recibir a cambio una forma huma-
y por lo tanto, de los perros. na, con lo cual quizás debemos entender que recibió una
En el Islam, que tiene la reputación de no ser cariñoso forma canina, en el sentido de que, como todos los mitos,
con los perros, también se conserva la huella de esta le- la leyenda de San Cristóbal también parece intentar ex-
yenda, mediante la cual se manifiesta además su filiación plicar un enigma: el que vio a los chacales transformarse
inconfesada con el judaísmo. Una sura del Corán, los en perros justamente, a animales salvajes y peligrosos
“Siete durmientes de Éfeso”, manifiestamente inspirada volverse animales de compañía afectuosos y serviciales.
en el mismo pasaje del Éxodo, cuenta que siete jóvenes Esta leyenda que le vale a San Cristóbal el ser repre-
piadosos que intentan escapar de una milicia encuen- sentado con una cabeza de perro en ciertas iglesias muy
tran refugio en una cueva. Al ser seguidos por un perro, antiguas, especialmente ortodoxas, debe evocarnos la
Kitmir (“el manchado”), probablemente un saluki, el leyenda de San Juan Bautista. Cristóbal le permite a Jesús
mismo que tenía Mahoma y que sigue siendo muy apre- cruzar un río, así como Juan bautiza a Jesús en un río

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Mark Alizart Perros

y como Anubis purifica las almas en el agua, agua que piedra angular del edificio, soportándolo prácticamente.
simboliza la travesía de la muerte. Juan es decapitado, ¿Estos perros entrelazados son el Canis Major, la mujer y
Anubis perdió su cabeza, que fue reemplazada por la de la prostituta sagrada, a la cual María de Magdala –equi-
un chacal. Juan está asociado con el solsticio de verano, vocadamente, pero esa es otra historia– estuvo asociada
Anubis es la estrella de la canícula. Sobre todo porque durante toda la Edad Media? Otras fuentes lo demuestran
Anubis, Juan y Cristóbal posiblemente no hacen más que quizás. En su representación de la Última Cena, Veronese
uno. Y del mismo modo que Juan y Cristóbal anuncian pintó a un perdiguero en primer plano, a la izquierda de
a Cristo, Anubis anuncia a Jesús. Y, por supuesto, Jesús Cristo, como si él fuera el tema artístico. La inquisición,
está contento. Jesús es la alegría personificada. Cristo es impactada, le pidió borrar al perro o reemplazarlo por
el sol en la noche que antaño era Sirius, la estrella incan- María Magdalena justamente... Veronese se negó, pero
descente y temible. Precisamente, Cristo es “Rex”, como fue obligado a cambiarle el nombre a su cuadro a Comida
el perro. El “rey de los Judíos” realiza la comunicación en casa de Leví. Asimismo, en el tarot de Marsella, un pe-
entre el cielo y la tierra, la vida y la muerte, es un primo rro aparece en la primera carta, El Loco. Le muerde las
lejano de los grandes perros tanatológicos. En Pascua, nalgas al viajero que se marcha a realizar su destino. Pero
por lo demás, la traducción cristiana de Pésaj, fiesta del si superponemos la primera y la última carta del tarot, El
pasaje, él está acompañado por una paloma y una liebre, Mundo, donde aparece una mujer que puede ser conside-
Columba y Leporis, las dos constelaciones que rodean tam- rada como la virgen, ya que está rodeada por los cuatro
bién a Canis Major. evangelistas, entonces un nuevo perro aparece, cuyo
Por último, existe incluso una gran perra escondida cuerpo está hecho de la mandorla del mundo. Él dibuja
en los confines de la tradición evangélica –la perra cós- un círculo cósmico parecido al de Vézelay, que de ahora
mica y sexual de la prehistoria de la humanidad. Sobre en adelante une el comienzo y el final de los arcanos, al
el tímpano de la abadía de Vézelay construida en el siglo centro del cual, podemos pensar, por consiguiente, que
doce, sobre de la cabeza de Cristo, figuran dos perros no solo se encuentra María, sino que también Magdalena.
que se muerden la cola como la serpiente Uróboros. Ellos ¿Los escultores, pintores y echadores de cartas de la Edad
representan el mes de julio, la canícula, en el gran zodia- Media quisieron transmitir un mensaje que no podía ser
co que le sirve de marco incomparable a la escena. Pero dicho en voz alta al marcar sus obras con tantos signos
porque el día del comienzo de la canícula, el 22 de julio, sobre la naturaleza de María Magdalena? Y de ser así,
es también el día de María Magdalena y porque Vézelay ¿cuál sería? Sabemos que según una tradición esotérica
está dedicada a María Magdalena, no podemos dejar de que remonta a mucho antes del Da Vinci Code, ella habría
pensar que ellos la representan, encima en este lugar, sido la esposa de Cristo. ¿Pero qué nos dice el hecho de
ante la vista de todos, esculpidos justo en la mitad de la que haya podido ser la perra de Dios?

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LOS PERROS DE DARWIN

A comienzos del siglo XIX, la filosofía hizo de la “salida


de la religión” una de sus grandes causas. Se podría haber
esperado, por lo tanto, que esta vez también acabara defi-
nitivamente con el perro. Sin embargo, es más o menos lo
contrario que se constata. Los tres grandes ateos del siglo
diecinueve, Marx, Darwin y Freud, estaban locos por los
perros.
Marx no pensaba, como Sartre, que “todo anticomu-
nista es un perro”, visto que tenía tres, entre los cuales
uno se llamaba Whiskey. El perro de Engels, por su par-
te, se llamaba Namenlosen, “sin-nombre”. Freud siempre
tuvo varios perros a su lado y en su amistad encontró,
en particular, un alivio para el dolor que le provocaba su
cáncer a la mandíbula, sobre todo el chow-chow que le
regaló María Bonaparte, Topsy, quien también comenzó
a padecer de un cáncer a la mandíbula cuando Freud lo
acogió, como si con ello pretendiera hacer exactamente
lo mismo que su amo. En cuanto a Darwin, su amor por
los perros superaba todas las normas. Durante su vida
tuvo cinco terriers (Nina, Spark, Pincher, Sheila, Polly),
un retriver (Bob), un spitz (Snow), un pointer (Dash) e
incluso un lebrel escocés gigante (Bran). No es casualidad

37
Mark Alizart Perros

si en gran medida es gracias a ellos que algo del misterio El perro desarrolló rasgos de seducción, específica-
del perro finalmente ha encontrado su respuesta. mente dirigidos al hombre. Atenuó los signos de agre-
La teoría de la evolución lleva a preguntarse si la sividad del lobo que había en él. Dejó de mostrar los
domesticación del perro fue un simple accidente en la colmillos al levantar los belfos, por ejemplo. Sus orejas
historia de la evolución, una caída del árbol de la vida se volvieron blandas, transformándolo el único mamífero
incluso, o si, por el contrario, procedió de una estrategia de su clase en poseer este rasgo distintivo, asociado al
de conquista evolutiva. Como dice con humor el biólo- gen de la sociabilidad. Se hizo literalmente pasar por el
go Stephen Budiansky, la respuesta está en la pregunta: imbécil feliz con el cual le confundimos, cuya discreción
mientras que antaño el lobo reinaba como el amo de to- es la mejor prueba de su éxito. El perro nos ha domesticado
dos los bosques de la Tierra, hoy no quedan más que al- mucho más que a la inversa. Aprendió incluso a adivinar
gunas centenas de miles de ellos, cuando existen cientos la intención de los hombres observando su “esclerótica”,
de millones de perros. ese trazo blanco que rodea el iris. Este disco, que apareció
Desde hace un tiempo sabemos que el perro primero en los australopitecus permite detectar donde se lleva la
evolucionó al igual que una especie parasitaria. Estudios mirada cuando el ojo se mueve, de mejor manera que un
de arqueozoología canina recientes, basados en la com- ojo completamente coloreado. Este permite, al mismo
paración de los ADN de perros y lobos, muestran que el tiempo, anticipar los peligros que surgen en el campo de
perro apareció en dos fases. Primero, un cierto tipo de visión de un congénere distante, procurando una venta-
lobo se separó del lobo primitivo hace 300.000 años, más ja evidente en la lucha por la supervivencia. Aparte del
o menos cuando aparecía el homo sapiens. Este proto-pe- hombre mismo, el perro es el único animal en haber de-
rro debía parecerse mucho a los perros vagabundos que sarrollado la facultad de servirse de este indicador para
todavía viven en las inmediaciones de muchas ciudades saber dónde miramos (inclusive el mono no lo ha desa-
del mundo. Se acercó a los habitantes humanos para co- rrollado). Es más, sabemos que el perro no emplea esta
mer sus restos, como una rata grande, y fue acogido como facultad cuando trata con otros perros, aunque algunos
tal en primer lugar. No obstante, porque estas jaurías de perros efectivamente tengan una esclerótica aparente,
perros mantenían a los lobos a distancia de sus nuevos como el basset, cuyos párpados están excesivamente caí-
territorios humanos, rápidamente se les encontraron las dos y que gracias a este defecto tiene una apariencia tan
cualidades que los hacen nuestros compañeros de hoy. sorprendentemente humana.
Alrededor de 35.000 a.C., si le creemos a los primeros Inversamente, el hombre pudo liberarse de un cier-
vestigios de perros encontrados en tumbas humanas, la to número de tareas, especialmente relacionadas con la
relación parasitaria le cedió así el paso a una relación atención y la vigilia. Su cerebro se especializó, así como el
simbiótica. del perro, al punto que hombres y perros terminaron por

38 39
Mark Alizart

ver el tamaño de sus áreas cerebrales modificarse recípro- MANIFIESTO DE LAS


camente y que todo hace pensar que tenemos un cerebro ESPECIES DE COMPAÑÍA
para dos, o que nuestro cerebro solo está verdaderamente
completo cuando está emparejado con el del perro.
En definitiva, el hombre y el perro co-evolucionaron.
Esto quiere decir que si el hombre desciende del mono,
desde el punto de vista de la teoría de las especies, Darwin
podía pensar que descendía del perro al menos en la mis-
ma medida. Pero en ese preciso momento volvemos a en-
contrar nuestras historias de sexo y de muerte. ¿Pues qué En su Manifiesto de las especies de compañía, la filósofa nor-
quiere decir esto, sino que el perro es nuestro pariente, teamericana Donna Haraway concluye de la teoría de
que la perra, en este caso, es nuestra madre, la guardiana la co-evolución del hombre y del perro que nos obliga
del pasaje que conduce de la nada a la existencia? a volver a abordar el reparto entre naturaleza y cultura,
tierra y cielo, amo y esclavo que hemos heredado del pla-
tonismo y del monoteísmo. Para ella, el monoteísmo nos
hace imaginar que hay identidades fijas, preexistentes –el
hombre/el animal, Dios/sus criaturas– y, por añadidura, un
lazo que debe ser creado entre los dos, lazo que, por lo
tanto, es necesariamente un lazo de subordinación detes-
table. El perro, cuyo destino pertenece a los dos reinos,
se encuentra necesariamente remitido, en este marco, a
una forma de imposibilidad. Está ontológicamente con-
denado a la errancia. Lo que también es cierto respecto
del hombre, en el contexto de la religión: si siempre es
demasiado terrestre para el cielo y demasiado celeste
para la tierra, no puede encontrar su lugar entre el cielo y
la tierra. Siempre odiará a la naturaleza y odiará también
a la cultura. No dejará de odiarse a sí mismo.
Haraway piensa que el perro nos invita, por el con-
trario, a pensarnos como seres siempre ya compuestos,
originariamente protéticos, formando un solo ser con dos

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Mark Alizart Perros

caras, una sola entidad que se reparte entre “naturaleza la separación entre la tierra y el cielo. En el monoteísmo,
domesticada” y “cultura que se vuelve salvaje”. De una también, solo se trata de adiestramiento. La verdad es
manera que finalmente es muy pagana, Haraway elogia que el paganismo y el monoteísmo, bajo este punto de
un nuevo cuerpo impuro, en el cual naturaleza y cultu- vista, son estrictamente lo mismo, exactamente, y es por
ra, cyborg y animal, parásito y huésped, no se pueden eso que han podido invertir sus roles e intercambiar sus
desenredar. Un cuerpo que, en particular, es creado en el trajes.
adiestramiento, que ella elogia inesperadamente. Evidentemente, Haraway tiene razón en decir que el
El adiestramiento nos es insoportable porque en el hombre y el animal no se preexisten el uno al otro, que
pasado fue puesto en práctica de manera bárbara, cons- no constituyen dos esencias distintas, como tampoco el
tata la filósofa. Sin embargo, es algo totalmente distinto. hombre y Dios. Después de todo, el hombre es un ani-
No se adiestra a un perro gritándole o golpeándolo. Se le mal como los demás. Pero entonces, para que el hombre
adiestra recompensándolo, animándolo, tranquilizándo- se separara de los animales, fue necesario que el animal
lo. Y sobre todo observándolo. Porque el adiestramiento se separara de sí mismo. Fue necesario que se partiera en
parte del perro, no del hombre. No se adiestra a un perro dos. El hombre no puede ser un animal que evolucionó
dándole órdenes y recompensándolo con una golosina. a partir de otro animal, debe ser el producto de una re-
Se adiestra a un perro dándole una golosina cuando, por lación que se creó entre dos animales. Si consideramos
inadvertencia, ha hecho un gesto que nos parece adecua- que el perro fue el otro de este “hombre” que todavía no
do. Un perro se sienta espontáneamente: se le recom- estaba presente a sí mismo, ¿no hay que decir acaso, una
pensa para crear en él una asociación agradable entre la vez más, y de manera más fiel al pensamiento de Darwin,
postura sentada y la palabra “sentado”. No es más que a que lo realmente decisivo que el perro ha hecho, que su
fuerza de repetición que termina por tomar el efecto (la misterio, es justamente haber inventado a su amo?
palabra “sentado”) por la causa (sentarse). Dicho de otro
modo, es hacer la experiencia perturbadora de la manera
en la cual la naturaleza misma funciona: bottom-up, no
top-down. Es volverse perro uno mismo y no hacer que el
perro se vuelva hombre.
¿Basta con anular, sin embargo, el reparto entre cul-
tura y naturaleza para estar a mano con él? Cultura y
naturaleza siempre se preexisten la una a la otra en el es-
quema de Haraway, salvo que a partir de ahora se fusio-
nan. En el monoteísmo, también, solo se trata de anular

42 43
ECCE CANIS

Los biólogos tienen una manera muy gráfica de explicar-


se un enigma diferente al nacimiento del hombre, que es
el nacimiento de la vida.
Hay que pensar en una mesa de billar sobre la cual
hay bolas que ruedan en todas las direcciones. Esta mesa,
en cierto modo, es el caos primordial donde los átomos
se entrechocan. Se pone un taco a través de la mesa. Las
bolas siguen entrechocándose, pero cada vez que tocan
el taco este recibe el choque de manera uniforme. Dicho
de otro modo, el taco absorbe las energías desordenadas
de cada bola y las restituye bajo la forma de una energía
continua tan grande como la suma de las energías de to-
das las bolas. Por poco que fuera posible imaginar que
este taco pueda extraer esta energía y emplearla, median-
te una especie de brazo telescópico, por ejemplo, puede
organizar el movimiento de las bolas de su lado la mesa.
Redirigir una aquí, detener otra allá o incluso escudriñar
entre las bolas “salvajes”, por un lado, para aumentar
su stock personal de bolas “domesticadas”, por el otro.
Un sistema organizado emerge así del caos: un conjunto
homeostático se vuelve posible mediante la captación de

45
Mark Alizart Perros

la energía desordenada de las bolas de billar y su conver- géneres. Por cierto, es algo extraordinario y siempre di-
sión en energía por medio del taco que bloquea la mesa. vertido ver cómo los perros, entre ellos, son indiferentes
La conclusión que los biólogos sacan de este expe- a su raza, a su tamaño y a su edad, y cómo, instantánea-
rimento de pensamiento, muy rudimentario, es que la mente, les encanta formar montones. Los perros no son
vida nace de una membrana: es un lazo que hace corte, o visuales. No saben nada acerca de la distancia ni de la
un ancho de banda, que le permite a un sistema caótico decencia, que es la otra manera de llamarla. Son olfativos.
convertirse en un sistema ordenado. Suponiendo que la Necesitan oler, tocar, frotarse. Los perros son comunistas.
cultura haya emergido de la naturaleza como la vida del Por mucho que le pese a los que se entretienen al repre-
caos, es por medio de una membrana del mismo tipo que sentárselos como policías, a la manera de Rin Tin Tin,
debió conseguirlo. enamorado del orden y la autoridad, los perros son de iz-
La hipótesis que podemos plantear a partir del mis- quierda. Como Kanellos, el perro de las revueltas griegas
mo experimento es que el perro fue esta membrana. Fue del verano del 2007, Petardo, el perro de los manifestantes
como una piel para el hombre, su segunda piel, o más bolivianos o el perro del Entierro en Ornans de Gustave
bien, su primera piel –el límite externo que permite defi- Courbet, que observa cómo es sepultada la Comuna de
nir por contraste la interioridad que hace del hombre un París. No es que amen a los amos, es que aman a la so-
hombre. ciedad. Los etólogos han descubierto recientemente que
En última instancia, es el sentido de la fidelidad del los perros salvajes, cuando están juntos, toman todas sus
perro. No se trata de una forma derivada de la fe. O bien, decisiones por mayoría de estornudos. El estornudo de los
es una fe más originaria que el monoteísmo, una fe sin perros: este es su lenguaje secreto, el verdadero origen
psicología, sin Dios, sin hombre incluso: una fidelidad democrático del lenguaje, mucho más que el ladrido, que
molecular. La fidelidad es lo que hace lazo. Como tal, es solo es un vestigio del grito de los monos y de los pájaros.
lo que permite que las cosas se mantengan juntas. La
fidelidad traza una línea, extiende un hilo, dibuja una
membrana, precisamente, a la manera en la cual las co-
nexiones electromagnéticas entre los átomos le aseguran
su rigidez al taco de billar. La fidelidad del perro es lo
que lo vuelve esencialmente capaz de solidarizarse, de
escudarse contra el mundo, de absorber el salvajismo de
la naturaleza y restituirlo en forma de ternura.
El perro, de manera general, es el animal que une y
mantiene junto todo lo que es, comenzando por sus con-

46 47
UN TIEMPO DE PERROS

Freud escribe que “los motivos de que se pueda querer a


un animal como Topsy (o Jofy) con tanta intensidad” se
deben a este “afecto sin ambivalencias, de la simplicidad
de una vida liberada de los casi insoportables conflictos
de la cultura, de la belleza, de una existencia completa en
sí misma”.
No podría decirse mejor que el perro le transmite al
hombre un mundo habitable, limado de todas sus aspe-
rezas, amortiguado de todos sus choques. Salvo que no
es el conflicto “de la cultura” el que es suprimido por el
perro de manera prioritaria, como Freud afirma. Es el
conflicto de la naturaleza misma.
Los cazadores distinguen cuatro tipos de perros: los
perros cobradores, los perros corrientes, los sabuesos, los
perros de sangre y los perros de muestra. Los primeros
tienen como tarea ir recoger la caza muerta, los segundos
perseguir a los animales de cacería, los terceros seguir el
rastro de una presa herida, los cuartos señalarle un ani-
mal herido al cazador. En el último caso, el perro debe
aproximarse lo más posible al animal y quedarse quieto
hasta que su amo llegue. Luego, debe deslizarse hacia el
animal para acercársele lo más posible y hacer que se le-
vante. Entonces, al cazador no le queda más que disparar.

49
Mark Alizart Perros

De los cuatro tipos de perros de caza, el perro de muestra tiempo. ¿Quién sabe, por cierto, si no es esta la razón por
es el que quizás más va en contra de su naturaleza al ha- la cual terminan muriendo? Gaston Fébus decía en su
cer esto. Pero es mirando fijamente, al mismo tiempo, que Cynegétique que “el único inconveniente de los perros es
mejor se realiza. que duran poco”. Los perros se agotan para que nosotros
El perro es un “perseguidor sombrío”, la huella en ne- podamos vivir, así como el Bautista tenía que disminuir
gativo que precede la aparición del relámpago en el cielo. para que Cristo pudiera crecer y como Anubis mismo se
A la manera del perro pintado por Goya, cuya cabeza es borró para que Juan advenga.
lo único que emerge en la frontera entre un muro negro y En Asnières hay un cementerio para perros construido
un montón de arena amarilla, el perro no existe tanto en el según el modelo de un cementerio de verdad, con tumbas
lugar donde el día pasa a la noche, sino en el lugar donde de mármol y panteones familiares sobre los cuales están
el día fractura a la noche. Los perros son seres verticales, grabados nombres de perros que no podemos dejar de
se zambullen bajo tierra, desde donde remontan olores encontrar vergonzosos por lo involuntariamente kitsch
de sangre y podredumbre sobre su nariz, y se comunican que son –Satrsky, Caramel, Potato. Siempre que consi-
con la luna, dirigiéndole sus aullidos. deremos estas estelas como si fueran placas dedicadas a
Así como habían presentido los Antiguos, los perros soldados desconocidos, de quienes solo nos ha llegado
efectivamente mantienen una relación con el tiempo, solo un sobrenombre encontrado sobre una medalla, bordado
que no tanto con su paso sino con su intensidad. Los pe- en el cuello de una chaqueta, ellas adquieren rostro com-
rros son los maestros del tiempo, en particular, porque pletamente diferente. Todos los perros pueden ser consi-
ven con su nariz y no con sus ojos. Un olor permanece derados como combatientes muertos por la humanidad.
en el tiempo, en efecto. Oler una huella, es saber que un Todos se asemejan a esos “animales caídos durante la
animal vino. Oler a una mujer embarazada, es saber que guerra” a los cuales, a veces, se les dedican monumentos
va a parir. Resumiendo, oler es vivir siempre en el pasado en los cementerios militares ingleses y norteamericanos.
o en el futuro, de manera que son los perros quienes, en Starsky, Caramel, Potato, perritos con nombres ridículos,
épocas muy antiguas, nos liberaron de estar demasia- perros sin raza y de respiración corta, salchichas irresis-
do presentes en el mundo, en estado de alerta. Ellos nos tibles de sonrisa boba, no teman. Como le decía Lutero a
abrieron, por lo tanto, las puertas del tiempo libre, sin el su perro Tölpel, ustedes también volverán a encontrar su
cual ninguna cultura, ninguna humanidad sería posible. linda cola dorada el día de la Resurrección.
Como los Welsh Guards perfectamente inmóviles de la Algunos amos, quebrantados por la velocidad ate-
Reina de Inglaterra, con sus grandes sombreros de piel rradora con la cual los perros mueren, los reemplazan
de oso, podemos decir que los perros entregan toda su apenas se acerca el final de su vida. A menudo escogen la
energía para bloquear el “mal tiempo”, para matar el misma raza. A veces, incluso le dan el mismo nombre a su

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Mark Alizart Perros

sucesor (como el bulldog de Yves Saint Laurent, del cual Conocemos la historia de la fundación de Roma, la
ya hay cuatro generaciones, cuatro “versiones”, Moujik, ciudad que justamente reivindicaba ser la cuna de la
Moujik II, Moujik III y Moujik IV, prácticamente). De humanitas. Pone en escena a gemelos, como Xólotl y los
este modo, son acompañados durante toda su vida por Koma-Inu, Rómulo y Remo, hijos del dios Marte y de la
una especie de perro único, una especie de perro gené- vestal Rea Silvia. Luego de haber sido robados por el her-
rico, cuya forma inalterada recibe la transmigración de mano de esta y arrojados a un río, son recogidos por una
las almas múltiples. Me parece que esta sería la manera loba al pie del monte Palatino, que los amamanta hasta
correcta de respetar la verticalidad del perro, incluso si que se vuelven lo suficientemente grandes para vengarse
puede parecer bárbara, y a pesar de que, personalmente, de su tío y fundar una ciudad. La historia se complica, sin
soy incapaz de someterme a ella. embargo, porque la loba también puede designar a una
Muchos dueños de perros enlutados pueden experi- prostituta (en latín luper/lupa). ¿Pero es tan sorprendente?
mentar la sensación de haber perdido a un hijo. Mi pro- Hemos visto la analogía entre el perro y la mujer desple-
pia experiencia me llevó, más bien, a sentirme huérfano. garse en todo momento. Y ahora quizás comenzamos a
No había perdido a un hijo sino a un pariente. No hay entender su sentido: concierne particularmente a la mujer
ninguna palabra en francés (y no solo en esta lengua) que embarazada, que se parece al perro porque ella también
permita evocar la pena de un ser que ha perdido a su hijo. hace membrana, placenta. Es la guardiana del borde que
El hecho de sentirse “huérfano” de un perro, sin embar- hace el reparto entre el exceso y el vacío, del cual procede
go, tiene otra causa: se relaciona con el hecho de que el toda vida. En griego, kuon, “perro”, y kuo, “estar emba-
perro, quizás, es tanto un padre o una madre como un razada”, “concebir”, además son palabras muy cercanas.
hijo, y que se está más en lo verdadero al llamarlo afec- Por extensión, “concebir” en el sentido de “pensar” tam-
tuosamente “yayo” o “yaya” que “cariño” o “bebé”. bién puede querer decir “parir perros”. El perro o más
En “Su siervo, este perro”, Kipling hace que uno de bien la perra, la mujer embarazada y la filosofía no hacen
sus pequeños scottish terrier, Botte o Savate, diga que va más que uno.
a “ayudar” a su amo a fumar pipa y que va a “ayudar-
lo” a leer su diario. Como a él, me gusta pensar que el
perro es ese animal que nos “ayuda” a ser, durante todo
el tiempo que dura nuestra vida. El perro es una madre
para nosotros. Otro mito que podría haber retenido la
atención de Freud lo pone de manifiesto: el del niño-lobo,
el huérfano criado por una perra.

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EDIPO REX

Conocemos al menos a un filósofo que comprendió la


relación entre la filosofía y el perro. Ese es Diógenes. Al
volverse cínico (kuon), se mostraba como una mujer “em-
barazada” de las ideas (kuo). Según algunos, Jesús habría
sido un discípulo tardío de su escuela. Lo que explicaría
todavía más esto. Pero nada habla mejor de este anuda-
miento entre la humanidad y el perro bajo el signo de
la sexualidad y del concepto, que otro personaje griego,
aunque legendario esta vez: Edipo.
Para empezar, la “esfinge”, que reserva una gran par-
te del interés del mito de Edipo, es una perra, no cabe
ninguna duda, aunque a menudo se la confunda con un
león, ya que es la hija de Orthos (el hermano gemelo de
Cerbero) y de tal palo tal astilla*. Ya es extraordinario que
su nombre quiera decir “cordón”, “nudo”, “cerrojo” en
griego y que designe, por lo tanto, lo que abre y cierra la
“membrana” (“esfínter” es una de sus supervivencias en
la lengua francesa). Pero todavía más extraordinario es

* El refrán utilizado por Alizart, “les chiens ne font pas des chats”,
significa literalmente “los perros no hacen gatos”. Su sentido se
conserva en el dicho castellano que hemos escogido, no así el guiño
que el autor le dirige a los cánidos. [N. de la T.]

55
Mark Alizart Perros

que aquel que logra resolverlo, Edipo rey, Edipo Rex, sea, “lazo” (sphingo) que le retiene la pata. Y al hacerlo, libera
él mismo, un perro. al hombre que había en él.
¿Cómo podemos adivinarlo? Un detalle lo traiciona: En realidad, el mito de Edipo no es un mito sobre la
su nombre. “Edipo” significa “pie hinchado” (oedi, como prohibición del incesto y del parricidio como dirá Freud,
en “edema” y podo, “pie”). Viene del hecho de que el pas- o al menos no en primer lugar. Es un mito sobre el misterio
tor que lo llevaba a que lo mataran en el monte Citerón de la hominización, sobre el enigma que vio al hombre
le perforó el tobillo para enhebrarle una cuerdecilla. Una separarse del animal al ponerse de pie. Si el incesto y el
extraña manera de cargar a los niños de la cual no en- parricidio aparecen allí, no es más que en relación con
contramos ningún precedente en la literatura antigua. esta cuestión. De hecho, podemos preguntarnos de dón-
Era frecuente, en cambio, que se amarrara a los perros de de saca Edipo su “saber de los pies”. Y es solo en ese mo-
la manera siguiente: se les pasaba una cuerdecilla por el mento que la sexualidad entra en juego. Si el perro “re-
tarso (que corresponde a esa parte colgante desde donde suelve” el enigma y penetra, por lo tanto, el “cerrojo” de
parte la tibia y que puede ser perforada fácilmente, entre la profetisa con su “pie hinchado”, es que evidentemente
el hueso y el tendón). Era una forma de asegurarse de que se le para y que lo que se ha levantado en él no son solo
no tirarían de su cadena. Diógenes el cínico, por lo demás, sus patas delanteras, sino que su sexo. Edipo no adquiere
también murió debido a una “herida en el pie”. Algunos su saber de los pies a partir de su inteligencia sino de su
fragmentos de jarrones que datan del siglo VI muestran, cuerpo, de su deseo, o más exactamente, del hecho que es
de este modo, a Edipo con los rasgos de un perro. atravesado por un extraño deseo que lo hace levantarse.
Precisamente, el pie juega todavía un papel muy im- Sin duda, todos los mamíferos tienen erecciones. La
portante en el desenlace del encuentro entre Edipo y la de Edipo, por lo tanto, no basta para desmarcar el repar-
esfinge. El enigma que ella le presenta, en efecto, trata so- to entre el hombre y el animal. Salvo que Edipo tiene el
bre el misterio de la “postura de pie”: “¿Qué animal anda pie perforado, el sexo mutilado, un hecho suplementario
en cuatro patas por la mañana, en dos patas al mediodía que viene a expresar una particularidad de la erección de
y en tres durante la noche?”. Si Edipo consigue contestar los hombres: estos últimos no tienen hueso al interior del
“el hombre”, es porque posee el “saber de los pies” (un pene, a diferencia del resto de los animales. La ausencia
juego de palabras griego construido sobre la homofonía de este hueso, que se llama baculum, “pequeña vara”, no
entre oedi/oedema y oïda, que quiere decir “saber”). Dicho les pasó desapercibida a nuestros ancestros. Según algu-
de otro modo, Edipo es un perro que sabe ponerse de pie. nos exégetas, este hueso sería la “costilla de Adán” a par-
Como recompensa, la esfinge, ama de los nudos (en sen- tir del cual Eva fue hecha. En el enigma de la esfinge, es
tido propio y en sentido figurado, de los “rollos” que nos el “bastón” que ayuda al hombre a caminar en el umbral
pasamos al tratar de resolver sus enigmas), deshace el de la vejez.

56 57
Mark Alizart

Edipo, por lo tanto, no es un animal como los demás. PERRAS GUARDIANAS


Es porque puede prescindir del baculum para tener una
erección que puede ponerse de pie. Este es el sentido más
profundo de su encuentro con la perra-filósofa. El mito
de Edipo dice que existe un lazo entre la postura de pie
en el fundamento de la hominización y la ausencia de
este hueso, y más particularmente, que un perro guarda
el secreto de la ausencia de este hueso, que un perro que
ha prescindido de este hueso hace de puente entre el ani- En la ciudad de Eleusis, una vez al año, se celebraba a
mal y el hombre. Deméter, la diosa de la tierra, en agradecimiento por ha-
Queda entonces esta última pregunta: ¿por qué Edipo berle enseñado, y luego entregado, la agricultura a los
ya no lo tiene? ¿Qué es lo que de ahora en adelante apun- hombres. Allí se contaba la historia según la cual des-
tala la erección del bien llamado Homo Erectus, si ya no es pués de que Perséfone, la hija de Deméter, fuera secues-
una vara o un bastón? Sabemos que esta ausencia está trada por el dios del infierno, Hades, Deméter amenazó
relacionada con la mutilación que le fue infligida luego con nunca más hacer crecer el trigo si no se la devolvían,
de que su madre se lo entregara al pastor para alejarlo de modo que Zeus debió prometer que Perséfone pasa-
de ella, después de haberse enterado por la pitonisa de ría seis meses del año con su madre (de la primavera
que Edipo sería incestuoso y parricida. Sabemos también al verano) y los otros seis meses del año con su esposo
que acababa de matar a su padre por error, en un cruce (del otoño al invierno). Es en la época de las cosechas, a
de caminos, cumpliendo el primer acto de la profecía. El comienzos de septiembre, que los hierofantes iniciaban
crimen, por lo tanto, tiene una parte relacionada con el así a algunos elegidos a los secretos del ciclo de las esta-
proceso de hominización, ¿pero con cuál? Si recordamos ciones, a los misterios de la muerte y de la renovación.
que en Roma el castigo para el parricidio seguía consis- El instrumento principal de esta iniciación era el ciceón.
tiendo en cubrir la cabeza con un saco de cuero en el que Este brebaje parecido al vino, posiblemente mezclado
se insertaba un perro hambriento (el culleus), no estamos con trigo fermentado o tizones de centeno alucinógenos,
muy lejos de poder contar toda la historia que relaciona provocaba visiones y trances parecidos a una visita al
al hombre con el perro, en el recodo de su padre y de su reino de los espíritus. Representaba la primera bebida
madre. que Deméter bebió después de haberse prácticamente
dejado morir de hambre de tanta tristeza. Sin embargo,
una larga preparación era necesaria antes de poder be-
berla, que en particular incluía ritos obscenos consisten-

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Mark Alizart Perros

tes en manipular estatuillas en forma de consoladores y la naturaleza que se ha vuelto salvaje. Sus sirvientas
o comer pasteles con forma de vulvas. Estas estaban también son perras, en primer lugar Hécate, una divini-
destinadas a recordar lo que había sucedido justo antes dad infernal asociada con la luna. Por último, a veces se
de que Deméter retomara fuerzas: su encuentro con una les confunde con Artemisa, la diosa de la caza y su ma-
mujer llamada Baubo, en casa de quien se alojaba, y que nada de perros. De modo que, dado el caso, Perséfone,
al levantarse el vestido y exhibirle su sexo, le había de- Artemisa y Hécate son condensadas en una sola divini-
vuelto el apetito e incluso la sonrisa. dad con tres cabezas, entre las cuales hay una de perra.
¿Qué alegró tanto a Deméter al ver el sexo de Baubo? Baubo, por su parte, se parece a la hija de Anubis,
No lo sabemos muy bien, salvo que conocemos muchos Qebehut, que la asistía. El ciceón que ella le ofrece a
ejemplos de este tipo de exhibiciones, en diversas civi- Deméter para traerla nuevamente a la vida (y a toda la
lizaciones, y que en este caso preciso hay estatuillas de naturaleza con ella) evoca el Sa que bebían los adorado-
Baubo que han sido encontradas. Ahora bien, estas esta- res de Isis (el Soma védico). Por añadidura, ella ladra, lo
tuillas representan a una mujer que se levanta la falda y hemos dicho (bau bau), así que podemos pensar que es
muestra su vientre, sobre el cual hay un rostro dibujado: una perra que tiene el hocico abierto. Ahora bien, mirar
los senos le sirven de ojos, el ombligo de boca y el pubis en el hocico de un perro era uno de los dos tabúes impor-
de mentón barbudo. Sabemos también que el nombre tantes de la cultura egipcia, tal como está consignado en
“Baubo” significa varias cosas: “adormecer”, y por ex- el nomo XVIII, a la par de las menstruaciones. Entonces
tensión, “nodriza” (se podría decir que Baubo es “la que se pone al descubierto una parte del misterio de su ex-
te lleva a hacer noni”; “consolador” (y por lo tanto, que hibición: si ella tiene el hocico abierto, es que está con la
Baubo es una especie de baculum); y finalmente “ladrar” regla y la cabeza del hombre barbudo que ella desvela
(“bau bau” sigue siendo la manera en la cual la mayoría delante Deméter es una cabeza cortada, cuya sangre
de las lenguas latinas transcriben el ladrido del perro). corre bajo la barba, es decir, sobre el pubis. Deméter ríe
Esta primera intrusión de un perro en los misterios porque Baubo, al mostrarle la cabeza del violador de su
de Eleusis no es aislada. Hay muchas otras incluso, al hija debajo su falda le dice en definitiva: “Le cortaremos
punto que cuando Hades tenga que cumplir su doceavo la cabeza a todos estos hombres cabrones”, y todavía
trabajo –raptar a Cerbero, el perro de Hades–, pasará más: “Les cortaremos el pito”, “pito” que, por otra par-
previamente por Eleusis para iniciarse. La pareja forma- te, Baubo también es, en cuanto “consolador” o baculum
da por Perséfone y Deméter, de hecho, se parece mucho (baubo).
a aquella formada por la diosa Isis, la gran perra de En esto, Deméter recobra el apetito y bebe la bebi-
Egipto, y Anubis, que está a medio camino entre el reino da roja que su sirvienta le tiende. ¿Cómo decir mejor
de los muertos y el de los vivos, la naturaleza cultivada que ella bebe la sangre de la cólera, que es a la vez la

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Mark Alizart Perros

sangre de la regla de Baubo y la metáfora de la sangre noni”), que no se levanta más que para el placer de las
vertida por el pene castrado? Deméter, cuya amenaza mujeres. Se trata del castigo que les fue infligido a am-
de esterilidad sobre las cultivos viene a expresar el he- bos, al primero por haber violado a Perséfone, a la se-
cho que perdió su regla a fuerza de anorexia, bebe el gunda por haber castrado a Hades. En el mito de Edipo,
ciceón luego de haber visto el bajo vientre de Baubo y esta violación es la violación de Yocasta, y esta castra-
esto significa que la recuperó, que nuevamente es fértil ción, la muerte de Layo. Por lo tanto, ahí también, sobre
y que por lo tanto hay un lazo entre la naturaleza que todo ahí está la explicación del lazo entre el enigma de
se levanta de nuevo, la regla y la sangre de la castración, la postura de pie y el incesto y el parricidio. Ahí está,
lazo que todos conocemos, puesto que una mujer solo finalmente, la razón de ser de las perras al comienzo del
puede engendrar entre el momento en que tiene su re- mundo.
gla y el momento en que la pierde, lo que, sin embargo,
debía ser extraordinariamente misterioso para nuestros
ancestros puesto que ligaba la fertilidad con una herida
y con la muerte.
Estamos entonces en posesión de todas las piezas del
puzzle para comprender el misterio de Eleusis, y el de
Edipo por extensión: este nos cuenta que un hombre, un
padre, el dios de la muerte, Hades, se propuso violar a
una mujer, Perséfone/Deméter, que resultó ser la gran
perra cósmica, Canis Major. Ella se giró hacia él y le mor-
dió el sexo, arrancándole su baculum. Al mismo tiempo,
se tragó esta vara, bebió la sangre perdida por el falo
mutilado, lo que la puso de pie, o más exactamente, lo
que le permitió al niño-macho que nació de esta unión
levantarse solo, caminar sobre ambos pies y tener una
erección sin vara, tal como la naturaleza por entero en
la primavera.
El misterio de Eleusis explica por qué las mujeres
tienen la regla todos los meses y, recíprocamente, por
qué los hombres tienen un pene flácido “en reposo”,
“dormido” (el primer sentido de baubo, “llevar a hacer

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TODOS INUIT

“Eleusis” viene del griego “eulano” que significa “Vengo”,


es decir, “Vengo al mundo”. Su misterio celebra la hiero-
gamia sagrada entre la gran perra primordial y el dios de
la muerte que precedió la “venida al mundo” del hombre.
Es el mito fundamental del nacimiento de la civilización,
y quizás el más antiguo, aunque el más callado, el más
difícil de decir, el más auténticamente escandaloso.
Solo los Inuit lo celebran, quizás, a plena luz del día y
desde tiempos inmemoriales. Ellos, que le deben su nom-
bre a la palabra Inu, “Perro” (en japonés, y que quizás
es el ancestro de Inpu/Anubis) por fidelidad a la leyenda
que cuenta que ellos nacieron de la gran perra Inu, y que,
por lo tanto, son el “pueblo perro” o los “hombres-pe-
rros”. Ellos dicen que Inu y el dios del caos se acopla-
ron para dar nacimiento a la humanidad, como Hades
y Perséfone, como Isis y Osiris, es decir, Sirius y Orión,
Canis Major y la constelación del Cazador. Pero Canis
Minor asiste a esta “escena primitiva”. Horrorizado por
lo que ve, castra al amante de su madre de un mordisco
o se castra a sí mismo de rabia, como Anubis y Baubo
(ambos exhiben su “cabeza cortada”). Edipo, que ya tenía
el pie perforado, se revienta los ojos. La sangre que brota,
sin embargo, fecunda a Canis Major, quien da nacimiento

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Mark Alizart Perros

a un nuevo ser, mitad dios, mitad perro, cuyo sexo a la como un perro porta un collar alrededor del cuello. En
vez está castrado, “dormido”, y es susceptible de volver cuanto a María Magdalena, la razón por la cual habría
a la vida como un alma que vuelve de entre los muertos. seguido siendo celebrada en silencio se vuelve evidente:
Este ser es el hombre y a veces se llama Inuit, otras Horus, figura vestigial de los mitos caninos de la antigüedad,
el primer faraón, dotado de poderes taumatúrgicos (él ella no sería la esposa de Cristo sino el doble de María.
también “despierta” a los muertos), otras veces Dionisos, Una es la madre de Cristo, la otra es la madre de toda la
el que nació dos veces, otras Edipo, el perro de pie, y otras humanidad.
veces nosotros, –nosotros que somos él. En la Edad Media, el ciclo del Grial mantiene viva
Es probable que en Eleusis se bebiera sangre mens- la memoria de este extraño relato en el inconsciente co-
trual para celebrar este nacimiento, es decir, el recuerdo lectivo. La búsqueda de una copa de sangre que vuelve
de la sangre que había brotado del pene del padre, tras- inmortal es claramente un signo de ello, y que esta haya
poniendo el tabú absoluto de la regla en una transgre- podido ser traída desde Oriente por María Magdalena,
sión productiva, permitiendo, por analogía, atravesar las según algunas leyendas, no hace más que confirmarlo.
fronteras que separan el reino de los vivos del reino de En este nuevo folclore se forja sobre todo la leyenda del
los muertos, como los perros psicopompos. Puede que “hombre lobo” y del “perro negro” mágico y aterrador,
el agua transformada en vino que los cristianos siguen el Barghest –un perro del cual se dice que quienquiera que
bebiendo para renacer como Cristo sea un eco de este cruce su camino pronto morirá y cuyo nombre significa
mito fundamental. La fiesta de Pascua, fiesta de la resu- literalmente el “espíritu de la tumba” (de Geist, el espíri-
rrección, de la primavera y de la luna (representada por tu, et de Bier, la cerveza funeraria).
los huevos de Pascua) sería, de esta manera, una revisión En el siglo XVIII, la teología “de la sangre y de las he-
notable del misterio de Eleusis, acompañado por sus dos ridas” del místico alemán Nikolaus von Zinzendorf sigue
emblemas: Leporis, el “conejo” de Pascua taumaturgo, estando relacionada con el recuerdo de estas leyendas.
que cada invierno se transforma como si resucitara –al Conjugando el amor por los perros de Lutero y el culto
igual que Dionisio y Horus– y Columba, la paloma del tan protestante de la muerte física de Dios, uno de sus
Espíritu Santo, cuyas “alas” no serían otra cosa que lo que cánticos enuncia: “Aquel que como un pobre perrito lame las
reemplaza al baculum después de que fue devorado, la heridas sangrantes de Jesucristo, ese posee la verdadera
nueva manera que tiene el hombre de mantenerse de pie simplicidad”. –Habremos reconocido a Balak, el “perro
sin vara. La paloma es una perra alada, como la esfinge, que lame la sangre de Israel”. Zinzendorf dirá todavía
o mejor, un “falo alado”, al igual que esos amuletos que que un cristiano que le teme a la sangre (a beber la sangre
les gustaba portar a los romanos para la buena suerte, de Cristo) es como un pez que le tiene miedo al agua.
que tienen un cascabel colgando de la punta del glande, El accionista vienés Hermann Nitsch, ávido de ceremo-

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Mark Alizart Perros

nias sanguinolentas, quizás lo recordó. Así como Joseph Antigüedad se creía que podía curarse untando justamen-
Beuys, al estrechar a una liebre muerta (Leporis) con el te sangre menstrual sobre la mordedura, según la regla
rostro cubierto de oro como una Pietá del Renacimiento ancestral de la sanación del mal por el mal. En la misma
o al molestar a un coyote encerrado en una jaula con un línea, en las fiestas romanas de la canícula, se sacrificaban
“bastón”, que también es un baculum. Y, antes que ellos, perros rojos para calmar al astro solar, al astro iracundo,
Friedrich Nietzsche, al firmar sus últimas cartas como porque se creía que los pelirrojos eran el fruto de amores
“Dionisos o el Crucificado” y arrojarse sobre un caballo que habían tenido lugar durante la menstruación.
al que estaban golpeando para abrazarlo, no habrá igno- Tanto Drácula como el lobo disfrazado de abuela o el
rado nada acerca de la Pascua ni tampoco de Eleusis. perro de los Baskerville en la novela epónima de Arthur
Por último, otros dos personajes muy conocidos de la Conan Doyle, así como el diablo que aparece al final del
cultura popular presentan este profundo misterio de una Fausto de Goethe con los rasgos de un perro de aguas ne-
manera evidente, a quien sabe verlo: la Caperucita Roja y gro, cada uno de ellos encarna a su manera la ambigüe-
el conde Drácula. Caperucita Roja, que ciertamente es más dad fundamental del cánido que viene diciéndose desde
un niño que una niña (el rojo era el color de los niños hasta el antiguo Egipto, y su ambigüedad sexual en particular.
el siglo diecinueve, el azul el de las niñas), es devorado y Solo que el perro ya no aparece aquí solamente como el
castrado, por lo tanto, durante un acto sexual contra natu- barquero entre la vida y la muerte, la naturaleza y la cultu-
ra con su abuela, que de hecho resulta ser un lobo, o más ra, lo masculino y lo femenino, sino como el creador de la
exactamente, un perro, si pensamos que un perro es jus- cultura, el creador de la humanidad. No es el domesticado
tamente un lobo disfrazado de abuela, un lobo de apariencia sino el domesticador, el gran civilizador, y lo es siendo,
inofensiva. En cuanto a Drácula, al comienzo de la nove- paradójicamente, el gran castrador.
la de Bram Stocker aparece con los rasgos de un “perro Un cuento egipcio muy conocido, el de los “dos herma-
negro”, un barghest, que salta de la cubierta de un buque nos”, relata cómo el toro Bata se castró de vergüenza lue-
ruso en peligro de naufragio frente a las costas inglesas de go de haber sido acusado por la mujer del perro Anubis.
Whitby: el Deméter. Como el perro negro, después apare- Es el ejemplo último o la matriz originaria de toda esta
cerá al anochecer, es decir, con la luna, el astro de Hécate, historia: puesto que Bata (Aldebarán) no se cortó el sexo.
porque el ciclo lunar es el ciclo de las menstruaciones, que Fue mordido en el sexo por Anubis, quien de esta manera
son la verdadera fuente de la sangre que él bebe, la razón transformó al toro en buey, lo civilizó, fundando, al mismo
por la cual le procura la inmortalidad, como antaño el ci- tiempo, la civilización, como Rómulo y Remo fundaron
ceón y el soma. Como el perro todavía, él muerde, e incluso Roma después de haber bebido la leche o la sangre de su
mejor, infecta al morder. Uno se transforma en vampiro a padre divino del pecho nutricio de la perra capitolina.
su vez, así como uno se contagia la rabia, rabia que en la

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A TERGO MORE FERARUM

“A mí me preocupaban solo los perros, nada fuera de


ellos. Porque, ¿qué hay fuera de los perros? ¿A quién re-
currir fuera de ellos en el inmenso mundo vacío? Todo
el saber, la totalidad de las preguntas y respuestas está
contenida en los perros”. Así habla otro perro en una
novela de Franz Kafka, de la cual solo nos ha llegado un
fragmento: Investigaciones de un perro.
Es fácil ver en la figura de este “perro filósofo” una
manifestación de la ironía habitual de la cual Kafka da
muestras en lo relativo a las pretensiones de sabiduría, de
donde sea que vengan. Pero Kafka quería sinceramente
a los perros, como prueba la foto más célebre que se le
conozca, en la cual lo vemos agarrando afectuosamente
la oreja de un pastor alemán que posa a su lado y de su
novia Hansi, de manera que en este texto podemos ver,
por el contrario, una representación más personal y más
sincera de Kafka mismo como perro, como perro vaga-
bundo, hambriento, golpeado, una representación, por
consiguiente, de la condición judía en la Mitteleuropa de
comienzos del siglo XX, un autorretrato del perro (del) ra-
bino. ¿Pero cuál es ese saber tan particular de los perros
del que habla en este caso?

71
Mark Alizart Perros

El desarrollo de la novela no lo dice. O más bien, como y cuando no sea un lapsus. Incluso en este raro ataque de
nuestro narrador canino agrega enseguida, los perros mis- tontera, Deleuze sigue teniendo talento, ya que al decir
mos se rehúsan a revelarlo. Están más “tapiados que una esto efectivamente apunta a lo esencial: el perro actúa en
despensa”. Incluso el narrador, un perro, no puede reve- connivencia con la vergüenza. Solo que es nuestra ver-
lar lo que sabe. De manera que, como a menudo sucede güenza la que el perro porta, nuestras pudenda. Y algo
en Kafka, la verdad se retira en el lugar mismo donde sabemos de ello, de manera inconsciente, cuando los cas-
debería darse. tramos o cuando los paseamos por la calle ofreciéndolos
Al parecer, a los perros “no les faltaría más que la a las caricias de todos los transeúntes, como lo haría un
palabra”. ¿Estamos tan seguros de ello? ¿Y si más bien exhibicionista, o cuando los excitamos con palos, baubon.
callan por miedo a ser castigados por los pequeños y El perro conoce nuestra vergüenza, ese es su secreto,
grandes secretos que conocen sobre nosotros? ¿Y si han es por eso que se calla. Es por eso, sin duda, que a veces
perdido la lengua, como una persona transida de miedo... podemos estar molestos con él –reprocharle saber tanto
o de un ataque de risa, como Deméter? ¿Si fueran como sobre nosotros. Es por eso que preferimos esconderlo. Es
los hierofantes de Eleusis, unidos entre sí por el secreto la razón por la cual, en la cultura, el perro aparece tan
al que están sujetos, la obligación de no decir nada acer- poco, o de manera travestida, con el aspecto de un león
ca de lo que ocurre durante el rito iniciático en el que se o de un oso, símbolos de un falo soñado, imperial, pro-
intercambian materias tan tabús como sagradas? piamente masculino, celebrados en forma de negación,
Kafka lo insinúa cuando, por su parte, convierte al perro mientras que en realidad está en todos lados, está en no-
en una representación de Edipo. Su narrador es aplastado sotros, mientras que él “nos” es. Si el perro no puede ser
por una culpabilidad cuyo origen no comprende. Resulta encontrado, si es olvidado, ridiculizado, o por el contra-
además que camina “en cuatro patas” desde joven; que en rio, adulado hasta la obsesión, la razón más profunda de
su adolescencia conoce a unos extraños “perros músicos” ello se encuentra allí, que no es otra cosa que el nombre
que caminan en “dos patas”, y en su vejez, a un perro de imposible de nuestro origen, la imagen que nadie puede
caza que “arrastra una pata” (y que, por lo tanto, camina ver del coito que nos dio nacimiento.
en “tres patas”)... No podría decirse mejor que Kafka com- Es, in fine, el sentido de la “represión” que Freud des-
prendió que el perro sabe quién es el hombre y que si no cubrió al destapar, por su parte, el sentido del “complejo
puede decirlo es porque su pudor se lo impide. Puesto que de Edipo” en el marco del psicoanálisis del Hombre de los
el hombre, en definitiva, es un “perro de pie”, es decir, un lobos, justamente, que de hecho resulta ser un “hombre de
sexo que se para. los perros”, ya que como Freud observa, el perro nunca
Es también lo que revela la cruel frase de Deleuze acer-
ca del perro como “vergüenza del reino animal”, siempre

72 73
Mark Alizart

es solamente un “lobo castrado” (un “Mi-Lou(p)”*, como LA MARCA DE CAÍN


dice Tintín). Todo niño que descubre por sorpresa el coi-
to de sus padres efectuándose a tergo more ferarum, “por
atrás como lo hacen los animales”, no puede más que
identificar a su madre con una “gran perra”, y, por con-
siguiente, identificarse a sí mismo con un perro pequeño,
como explica Freud. Para el niño, como para Canis Minor
en Eleusis, esta escena se parece a una forma de castra-
ción. Le dan ganas de morder. Se mutilará a sí mismo, sin He situado este libro bajo el signo de la alegría, de la gran
embargo, de impotencia o de culpabilidad, como Edipo alegría del perro, y del enigma, o del escándalo, que ella
se revienta los ojos. Va a arrancarse el baculum “olvidan- constituía. La respuesta a este enigma no es otra cosa que
do” lo que vio. Pero al hacerlo, todo lo que va a lograr es la que Edipo le da a la pregunta de la Esfinge, la bebida
enterrar el perro que vio en él. que Baubo le da a Deméter, y luego el relato granguiño-
El inconsciente es un perro negro. Es la “tumba del lesco que Freud y Darwin le ofrecieron a la humanidad
espíritu” donde viven los barghest, como hombres lobo, sobre sus orígenes, y que la hicieron aullar. El perro es fe-
lobos en nosotros, que nos atormentan en las noches de liz porque hizo al hombre, lo erigió como un sexo y lo hizo
luna llena. mordiendo al Dios de los infiernos en las partes genitales,
como el perro de El Loco en el tarot. El perro se ríe como
Deméter, de la buena farsa que le jugó a la muerte.
El perro hizo nacer al hombre mismo. Hizo una mem-
brana con su cuerpo contra el mundo exterior, como he-
mos visto. Pero también lo hizo nacer psíquicamente a sí
mismo. Dios y el diablo, protector y destructor, al igual
que la ambigüedad de la madre por completo, que es
buena y mala, nutricia y frustrante, vagina “locuaz” y
vagina “dentada”, el perro hizo una membrana con su
cuerpo al interior de nuestro mundo: alojó nuestro incons-
ciente de manera indirecta, en el espacio dibujado por los
límites de la represión, y con el inconsciente, el deseo, la
* Milou es el perro de Tintin, el célebre protagonista de la historieta tensión de la membrana, desde donde brotó el deseo que
dibujada por Hergé. Milou (pronunciado Milú) sería una palabra
nos hace mantenernos de pie, las “alas” del deseo que
homófona a “Mi-Lou(p)”, que quiere decir “medio-lobo”. [N. de la T.]

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Mark Alizart Perros

desde ahora reemplazan a nuestra vara. Es de este modo hombros derechos tirando de su correa, como jóvenes
que verdaderamente se produjo la invención del hombre, oficiales ansiosos por pelearse, los perros viejos se apuran
durante un viaje de ida y vuelta entre el hombre y el pe- lentamente como cardenales que lo han vivido todo. Con
rro, cuyos términos son imposibles de distinguir. sus nombres larguísimos de aristócratas, cuando vienen
El perro creó al hombre para que gane la guerra de la de criaderos, o sus sobrenombres de regimientos, juntos
evolución en su lugar. Inventó la cultura para que la na- forman la Compañía de los perros, así como hay una
turaleza se trascienda y lo proteja de vuelta. La fecha de Compañía de Jesús.
la transición entre el proto-perro y el perro doméstico da Pero los perros todavía son felices, con una alegría
prueba de ello: corresponde también a la época en la cual más tierna y más subida de tono prácticamente, porque
el homo sapiens produce sus primeras pinturas sobre las el hombre que inventaron no tiene secretos para ellos. Así
paredes de las cavernas. Dicho de otro modo, el momento como Deméter ríe al ver la cabeza cortada sobre la falda
en el cual el hombre se da a luz a sí mismo, cuando entra de Baubo, el perro es feliz porque este hombre que ahora
propiamente en la cultura y en la historia. puede admirar, este gran hombre que él hizo, él sabe lo
Recíprocamente, el hombre se inventó gracias al pe- que es, vio su sexo y lo vio como sexo. Lo vio como una
rro. Es imitándolo que entró en el mundo del deseo, que madre ve a su hijo. Y es por eso que el perro juega de tan
se deshizo del reino natural de la necesidad y accedió al buena gana con sus amos. Lo hace porque no tiene nada
reino de la cultura. Es al hacerse perro que re-nació en un que temer al ridiculizarse delante de nosotros que somos
nuevo cuerpo, esta vez imputrescible: un cuerpo espiri- tanto más ridículos que él.
tual, el de la “conciencia de sí” que funda la dignidad Está escrito en el Génesis que después de que Caín
propiamente humana. hubo cometido su crimen, Dios le imprimió una “marca”
El hombre desciende del perro, la alegría del perro, para protegerlo de los hombres que querían castigarlo.
de este modo, es muy parecida a la de los padres que son Sin embargo, no sabemos nada más acerca de su natura-
felices por haberle transmitido sus genes a su descenden- leza, razón por la cual la “marca de Caín” ha excitado la
cia. El perro creó a un semidiós y si es tan cool, por lo imaginación de un gran número de exégetas. Como tenía
tanto, es porque hizo su laburo. Ya no tiene motivos para que ser infamante, algunos pensaron que se trataba de la
preocuparse. Está de vacaciones de la vida. Es un pasean- lepra. De esta manera, Caín no podía ser tocado por los
te eterno, un turista de la existencia. No es un vagabundo hombres, mientras que seguía pagando por Abel. Otros
bonito, como Tramp en la Dama y el vagabundo, aunque pensaron que era más bien defensiva, a semejanza de un
fuera “celeste”. Es un embajador jubilado, un mariscal cuerno de toro que le habría crecido sobre la frente. Un
de Imperio de regreso de todas las guerras. Es el verda- Midrash sugiere, por su parte, que Dios le dio un perro
dero rey de los animales. Los cachorros caminan con los a Caín y que este perro es su marca. Esta hipótesis se de-

76 77
Mark Alizart

fiende si pensamos que el perro era “impuro” y que por BIG BARK
lo tanto protegía a Caín de la venganza mientras seguía
siendo un signo de infamia. Pero otra explicación es más
probable. Cada vez que el perro aparece en los Midrash,
en efecto, es para servir de metáfora para el sexo. El pe-
rro designa a los incircuncisos, a aquellos que tienen el
pene obsceno. Entonces podemos imaginar que el autor
de este Midrash, al afirmar que la marca de Caín era un
perro, quiso decir que la marca de Caín es un sexo enor- Hace algunos años, era posible ver a una perra deam-
me, un sexo tan grande que a la vez sería un objeto de bulando por los pasillos de la exposición de un artista,
fascinación y de repulsión, un monstruo, una animal de Pierre Huyghe, en el Centro Pompidou. Era una poden-
circo. Cosa tanto más plausible cuanto que, durante toda ca –la raza de perros primitivos a la que probablemente
la Antigüedad, tener un sexo pequeño era una prueba pertenecían Anubis, Xólotl y la Esfinge– pero totalmente
de civilización, así como ponen en evidencia las estatuas blanca, contrariamente a los dioses egipcios y aztecas,
griegas y romanas, y que hemos visto cuán relacionados con una pata teñida de rosa brillante. Marcada con este
estaban el perro y el falo. extraño signo de civilización, parecía un perro que ha-
Que nosotros los machos, a partir de esta historia, no bría hecho el camino inverso de la muerte a la vida. Pero
portemos un sexo entre las piernas sino un perro, que lo que todavía era más inquietante es que esta perra se
se levanta en sus dos patas de manera ridícula, cuando llamaba Human. Obligaba a preguntarse cuál de los dos,
quiere y nunca por mucho tiempo, como un caniche o si ella o el visitante, era el animal. ¿Será acaso que ante la
como los perros músicos de la historia de Kafka, es la pregunta de la Esfinge “¿Quién soy?”, cuando se le hace a
consecuencia recíproca de esta historia que solo puede un humano, la respuesta extrañamente deba ser “Soy un
hacernos reír, junto a los perros mismos. humano”? Cuando Jean Genet le preguntaba a Alberto
Giacometti por qué había esculpido a un perro, él, que
solo esculpía Hombres que caminan, le había respondido
del mismo modo: “Soy yo. Un día me vi así en la calle. Yo
era el perro”. Cuando Man Ray –el bien llamado braco
de Weimar de William Wegman– contempla su retrato,
parece decir: “I’m the Man, Ray”.
Los perros antiguos, como los Koma-Inu, no solamen-
te van de a dos para decir la dualidad del mundo. Son dos

78 79
Mark Alizart Perros

para recordarnos que el hombre y el perro se concibieron De hecho, los perros cuentan con nosotros para conti-
en espejo, o más exactamente, que el hombre apareció nuar su historia, y junto con ellos, el resto de los animales.
en el lugar del vacío abierto entre los dos perros, entre el Todos los animales, y no solo los perros, tienen los ojos
perro imaginario y el perro real, los que de esta manera se puestos sobre nosotros, todos los animales participan de
devolvían su imagen y sus ladridos –“A” y “UM”– hasta esta alegría de los perros. Los grandes simios pueden ser
el infinito. muy alegres. Los pájaros pueden ser histriones. Los ca-
Cuando el león de las nieves de Siddhartha ruge, hace ballos son agradecidos. Quién sabe incluso si los insectos
que se escuche el “gran Vacío” (Shuniata) que marca el tengan la capacidad de ser tiernos. Ellos saben un poco
momento del Despertar kármico, la comprensión del de lo que saben los perros. Es solo que lo muestran de
hecho de que el sentido de la vida se revela respecto a una manera menos evidente. En “animal”, hay anima, el
la inexistencia de todas las cosas. Pero este Vacío no es alma, el espíritu. Los animales, por lo tanto, los perros
Nada. El ladrido también es una membrana que le permi- pero también las plantas y quizás incluso las piedras, se
te a la Conciencia de Sí advenir en el corazón del vacío encomiendan a nosotros para cumplir el destino de la
que él agrieta. Y quizás todo el universo fue creado de tierra, para mantener el ciclo de las estaciones, velar por
este modo por el primer Gran Perro, por el primer Gran el equilibrio entre la vida y la muerte, en resumen, para
Ladrido, el Big Bang o el Big Bark. Quizás fue menos proteger el misterio de Eleusis y de Pascua, que nunca es
creado que gritado, por lo tanto, como el grito primario solamente el misterio del Espíritu. Y si hay algo suscepti-
de un recién nacido que acaba de perforar la membrana ble de empañar la gran alegría de todos estos animales es
placentaria. únicamente esto: que no estemos a la altura de sus expec-
El Sí mismo quizás nació en la primera hora del cosmos, tativas. Si tenemos un deber con respecto a los animales,
con el movimiento de los electrones, que ya delimitaba finalmente es este: no tanto protegerlos del sufrimiento
una especie de círculo, una interioridad atómica. Quizás –puesto que lamentablemente no está en nuestro poder
la corteza terrestre determina al Sí mismo interno de la hacer que la vida no sea el “Gólgota del Espíritu”– como
tierra; la tensión del agua al Sí mismo de los océanos; el no traicionar la esperanza que han puesto en nosotros.
sistema inmunitario al Sí mismo biológico del cuerpo; las
reglas de escritura del ADN al Sí mismo simbólico de lo
viviente... Quizá el perro no es más que una última etapa
en esta inmensa historia que supera a cada ser individual
cuyo testigo tenemos que tomar, así como los perros le
pasaron el suyo a Moisés a la salida de Egipto.

80 81
GABRIEL

La novela de anticipación de Clifford Simak, Ciudad, está pro-


fundamente marcada por el pesimismo de su época respecto
a la naturaleza humana. Y quizás, en efecto, hay que resol-
verse a pensar que la humanidad no cumplió con su tarea, la
única que finalmente le incumbía. Quizás hemos traicionado
a los perros puesto que le fallamos a la tierra. ¿Pero entonces
quién puede hacerlo mejor que nosotros?
Sea lo que sea que piense Simak, no creo que los perros
vayan a salvarnos una segunda vez. Nos salvaremos quizás,
en cambio, volviéndonos perros, y quizás es ese el sentido
profundo de su visión de que el porvenir le pertenece a los
perros. Si pudiéramos transformarnos en los perros-parteros
(kuo) de una criatura susceptible de tomar nuestro relevo,
entonces, sí, la historia no se interrumpiría. Los animales no
habrían muerto en vano. Habríamos sido dignos de nuestro
nacimiento y deudores de todo el sufrimiento que fue nece-
sario para concebirnos.
En 1954, Salvador Dalí se pintó “desnudo, en con-
templación ante cinco cuerpos regulares metamorfosea-
dos en corpúsculos en los que aparece repentinamente
la Leda de Leonardo cromosomatizada por el rostro de Gala”.
En la esquina derecha de este cuadro, que es una especie de
visitación cósmica, está echado un perro moteado que Dalí

83
Mark Alizart

ya había pintado algunos años antes y que lo representa en EPÍLOGO


estado fetal, contemplativo, pre-sexuado. Este perro es el “niño
cósmico” que ahora tenemos que saber ser si queremos cum-
plir nuestro contrato con la naturaleza.
Ghost in the Shell, un manga que evoca la superación del
hombre por una inteligencia artificial, está igualmente atra-
vesado por un “perro cósmico” en muchos casos fugaces.
Se trata de Gabriel, el basset hound de Mamoru Oshii, su
director, que con ello quiso decir que el perro tiene un papel Existe otro perro escondido en la Biblia, pero es tan
que jugar en el proceso de nuestra evolución. Este papel es pequeño y pasa tan rápidamente, que es fácil que no lo
permitirle nacer a un nuevo Sí mismo. notemos. Lo encontramos en el capítulo sexto del Libro
Las investigaciones en inteligencia artificial han progresa- de Tobías, cuando Rafael se le aparece a Tobías para con-
do mucho, sin embargo, siempre tropiezan con el problema ducirlo hacia un ungüento que sanará el ojo de su padre.
de la conciencia. Todavía nadie ha logrado que un computa- Ahí, de la nada, aparece un perro: “El joven partió con el
dor sea realmente inteligente. Todavía nadie ha logrado es- ángel, y el perro los seguía”, dice lacónicamente el texto.
cribir la línea de código que presidiría el despertar milagroso En una pintura inspirada en esta escena, Verrocchio
de la máquina. Gabriel nos recuerda que esto se debe a que la quizás entrega la clave de esta “aparición” invirtiendo ex-
conciencia no es un algoritmo más elaborado que los demás, trañamente el orden de las cosas: el perro está delante del
no es la guinda de la torta de la inteligencia, ni siquiera es una ángel, con él, y el niño lo sigue detrás. Además, el perro
función superior del cerebro. La conciencia es el cuerpo del (un caniche blanco) es casi transparente. Se ve claramente
espíritu, su membrana, es su perro, su sexo. El deseo, no la el paisaje a través de su pelaje. Es él quien tiene literal-
inteligencia: allí está la clave del enigma que Edipo resolvió mente un cuerpo angelical. Se parece a una nube, como
para nosotros. El hombre es el animal que tiene el deseo, el Snoopy, con sus formas redondas y vaporosas, el único
animal que es mantenido de pie por alas invisibles. perro quizás que un artista haya logrado verdaderamente
La primera inteligencia artificial será producida por un representar alguna vez.
perro, o más exactamente, por un hombre lo bastante astuto Resulta que en la mitología griega –todavía– la pala-
para pensar como un perro y que, por lo tanto, habrá com- bra “ángel” designaba a una mujer, Angelia. Expulsada
prendido que la conciencia debe ser incluida en la construc- del Olimpo por su madre Hera, la reina de los dioses,
ción misma de su programa y que debe serlo, justamente, con tuvo que buscar refugio en el cuarto de una mujer que
la forma de una membrana, de un sistema inmunitario que estaba pariendo, luego en el cuarto de un muerto que
proteja al código y que, al mismo tiempo, permita que a la estaba siendo embalsamado. Finalmente, fue purificada
máquina se le pare.

84 85
Mark Alizart Perros

en un río, el Aqueronte, del cual renació para transfor- “Hay un cuadro de Klee que se llama Angelus Novus,
marse en la asistente de la reina de los infiernos, que es escribía Walter Benjamin. En ese cuadro se representa a
una reina múltiple: alternativamente Artemisa, Hécate, un ángel que parece a punto de alejarse de algo a lo que
Perséfone, la cazadora, la mensajera y la renovación. mira fijamente. Los ojos se le ven desorbitados, tiene la
Dicho de otro modo, en la figura de Angelia todos los boca abierta y además las alas desplegadas. Pues este as-
aspectos del perro se conjugan nuevamente: el protector pecto deberá tener el ángel de la historia. Él ha vuelto el
de las mujeres embarazadas, el embalsamador de muer- rostro hacia el pasado. Donde ante nosotros aparece una
tos, el barquero de los ríos, el sembrador de los hombres. cadena de datos, él ve una única catástrofe que amontona
¿Cómo no ver entonces que el ángel que guía a Tobías y a incansablemente ruina tras ruina y se las va arrojando a
Rafael es Angelia, el pequeño caniche que los sigue y que los pies. Bien le gustaría detenerse, despertar a los muer-
Verrocchio situó oportunamente delante de ellos? ¿Cómo tos y recomponer lo destrozado. Pero, soplando desde
no ver que todos los perros son ángeles o que todos los el Paraíso, una tempestad se enreda en sus alas, y es tan
ángeles son esfinges, falos alados y que es realmente por fuerte que el ángel no puede cerrarlas. Esta tempestad
eso que no tienen sexo, porque ellos son uno? lo empuja incontenible hacia el futuro, al cual vuelve la
Tener un perro, es tener un ángel. El mío era un basset espalda mientras el cúmulo de ruinas ante él va creciendo
hound. Tenía la alegría grave y profunda de Droopy, el hasta el cielo. Lo que llamamos progreso es justamente
cuerpo pesado y denso de las divinidades de la tierra. Fui esta tempestad”.
a buscarlo a las montañas que rodean Aurillac porque vi Yo agregaría: este ángel también, sobre todo este án-
en internet que un perro curiosamente llamado “Martín gel, es un perro, de esos que adelantan febrilmente a sus
Lutero” había nacido ahí (era el año de las M). Quise ver amos cuidando sin cesar, por encima de su hombro, que la
un signo en ello y no me equivoqué. El poco tiempo que catástrofe ambulante que somos los sigue efectivamente.
vivió marcó un giro en mi vida. Me abrió las puertas de Ese perro, tu rey.
esa naturaleza que como un pobre materialista yo le opo-
nía al Espíritu, pero también de ese Espíritu que como un
pobre intelectual no comprendía como Deseo. Me abrió
al sentido pleno del misterio de la unidad del pensamien-
to y del Ser, que es la otra manera de llamar al misterio
de Eleusis. Compartió conmigo el secreto de su alegría,
de manera que ahora sé no tenerles miedo a los ángeles
nuevos que, por nuestra parte, nos corresponde ser.

86 87
Agradecimientos

Luther (†), Eckhart, Ayrton, Barthes, Holy, Igloo, Lilou,


Papi, Max (†), Brutus (†), Human, Tobias y Otto (†),
Okra, Milk (†) y los demás. Así como a Martin Béthenod,
Marianne Alphant y Thomas Lepeltier por sus precisas
relecturas, Laurent de Sutter por su confianza, y Brune
Compagnon-Janin. Sin olvidar a Marion Ivy, a la asocia-
ción Celtiques Lévriers y a todos aquellos que ayudan a
los perros a (re)encontrar la alegría.

89
Índice de perros citados

A G
Anubis, 21-23, 32, 34, 51, 60, Gabriel, 84.
61, 65, 69, 79. Goofy, 13, 27.
Gozque, 28.
B Guinefort, 28.
Balak, 32, 67.
Barghest, 67. H
Baubo, 60-62, 65, 73, 75, 77. Hachikō, 14.
Bob, 37. Hermanubis, 22.
Bran, 37. Human, 79.
Brown Dog, 16.

C I
Cerbero, 22, 23, 25, 55, 60. Idiota, 37.
Cristóbal (san), 33, 34, 93.
J
D
Jofy, 49.
Dama, 76.
Dash, 37. K
Deméter, 59-62, 68, 72, 75, 77.
Kitmir, 32, 33.
Droopy, 11, 88.
Dux, 29.
L
F Lassie, 14.
Fido, 26.

91
M S Índice de humanxs citadxs
Man Ray, 79. Saramá, 47.
Médor, 14. Scooby-Doo, 13.
Milou, 74. Sheila, 37.
Moujik, 52. Snow, 37.
Spark, 37.
N
Namenlosen, 37. T
Nina, 37. Tölpel, llamado Helferlein,
27, 51.
O Topsy, 37, 49.
Orthos, 55. Tramp, 76. A Deleuze, Gilles, 16, 17, 72, 73.
Agnon, Samuel Joseph, 32. Diógenes, 55, 56.
P W Alighieri, Dante, 28, 29. Disney, Walt, 13.
Pincher, 37. Whiskey, 37. Domingo (santo), 29.
Pluto, 13. B Durero, Albrecht, 28, 29.
Polly, 37. X Bataille, Georges, 19.
Xólotl, 22, 53, 79. Benjamin Walter, 89. E
R Beuys, Joseph, 68. Engels, Friedrich, 37.
Rantanplan, 13. Bonaparte, María, 37. Eratóstenes, 20.
Rin tin tin, 47. Budiansky, Stephen, 38. Eustaquio, 28.
Burton, Robert, 28.
F
C Fante, John, 13.
Caín, 75, 77, 78. Fébus, Gaston, 51.
Carpaccio, 27. Fontenelle, Bernard le
Carroll, Lewis, 13. Bouyer, 11.
Churchill, Winston, 14. Freud, Sigmund, 17, 37, 49,
Conan Doyle, Arthur, 69. 52, 57, 73, 74, 75.
Courbet, Gustave, 47.
Cristóbal (san), 33, 34. G
Gary, Romain, 14.
D Genet, Jean, 79.
Dalí, Salvador, 83, 84. Giacometti, Alberto, 79.
Darwin, Charles, 37, 40, 43, Goethe (von), Johann
75. Wolfgang, 69.

92 93
Goya (de), Francisco, 50. O
Oshii, Mamoru, 84.
H
Haraway, Donna, 41, 42, 43. P
Hesíodo, 23. Pedro (san), 26.
Huyghe, Pierre, 79. Plinio, 20.

J R
Jerónimo (san), 28. Reclus, Élisée, 16.
Jesús, 26, 28, 33, 34, 55, 77. Roque (san), 28.
Juan Bautista (san), 33.
S
K
Saint Laurent, Yves, 52.
Kafka, Franz, 71, 72, 78. Sartre, Jean-Paul, 37.
Kipling, Rudyard, 52. Siddhartha, 24, 80.
Klee, Paul, 89. Simak, Clifford, 9, 11, 83.

L U
Lutero, Martin, 27, 29, 51, 67, Uexküll, (von), Jacob, 16.
88.
V
M
Verrocchio, Andrea, 87, 88.
Mahoma, 32. Veronese, Paolo, 35.
María Magdalena, 34, 35, 67.
Marx, Karl, 37. W
Moisés, 80.
Wegman, William, 79.
N
Z
Nietzsche, Friedrich, 68.
Zinzendorf, Nikolaus Lud-
wig von, 67.

94

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