Reporte Training Del Actor - Ilse Garcia
Reporte Training Del Actor - Ilse Garcia
Reporte Training Del Actor - Ilse Garcia
Durante todo el primer año aprendí que el entrenamiento del actor es necesariamente
de esas tres cosas, mi anterior maestra decía “cuerpo, mente y voz ya que todas estas
están conectadas, al fin y al cabo es todo un cuerpo, no puede haber una desconexión
y es necesaria una preparación para que el cuerpo responda como esperamos por más
fácil que parezca nuestro trabajo, porque se ve “natural” o “como en la realidad” y esa
es la tarea más difícil, lo que hacemos es lo más antinatural que alguien puede hacer,
entrar en ficción.
Debemos, (en los entrenamientos y en escena) aprender cómo hacer coincidir
interioridad y exterioridad. “El cuerpo se convierte en vehículo del pensamiento”. Nos
hablan también de conocer nuestro cuerpo y sus bloqueos, explorar las leyes del
movimiento y extender nuestros límites, algo con lo que nos hemos estado enfrentando
desde que iniciamos la carrera. Nos menciona que para Meyerhold dice que el ejercicio
enseña a pensar con el cuerpo y el modo de desplazarse revela un modo de pensar y
es cierto, no porque lo diga Meyerhold pero es muy real como estando en ficción no
puedes solo hablar o pensar, tienes que moverte y tener el cuerpo dispuesto, la energía
requerida para estar en escena y esa no es la que cotidianamente usamos porque
como bien lo mencionan es un cuerpo teatral, con una energía extracotidiana, sin
pasarle al personaje todos nuestros hábitos de movimiento que llevamos cargando una
vida entera, para eso es el training. Además de ir desarrollando en conjunto nuestro
músculo mental.
Pero también existe este training colectivo que es importante al ser este arte en grupo,
es una forma de recorrer juntos y de manera intensiva un camino de creación, juntos
desarrollamos la complicidad, acuerdos grupales, un modo de calentar el espacio. En
nuestro grupo se ha formado con el tiempo esta relación de grupo, nuestras propias
formas de calentar este espacio y hacer colectivo nuestro training incluyendo
coreografías, dinámicas en grupo o juegos que nos han ayudado a tener confianza en
cada uno de nuestros compañeros.
Pienso en la comparación que hacen de los actores con artistas de otra disciplina, es
cierto que para expresarse virtuosamente en la música es necesario practicar todos los
días, estudiar todos los días, para mejorar la técnica en pintura, y no solo en las artes.
Yo pienso que el teatro se parece mucho a los deportes, estás en presente, para lograr
una pirueta que se ve muy fácil en los gimnastas, es porque ya es fácil para ellos, ya
que antes y diario hacen un entrenamiento, aquí la diferencia es que nosotros
entrenamos más allá que solo hacer una pirueta.
Como se planteó anteriormente, es cuerpo, mente y voz, no obstante, se cree que por
verse real, es muy fácil y no se tiene que entrenar o practicar todos los días como las
otras artes y es un fenómeno muy curioso y yo en lo personal también creía que era
fácil, ahora sé que es hasta más complicado que en las otras artes, para llegar a este
virtuosismo, me ejercito, para desarrollar y liberar mi cuerpo para la ficción. Aunque hay
que saber siempre que estos ejercicios no nos van a enseñar a actuar, son para
desarrollar habilidades, reflejos, una manera de movernos, tener presencia, tener cierta
energía a través del juego. Pongo como ejemplo, el juego del lobo que lo discutimos en
clase, existía un objetivo, una manera de moverse cargada de energía, ese estar alerta,
en el presente, pensando todo el tiempo. En el juego del paliacate se podía notar más
este pensar en movimiento, intuir con la mirada, la tensión, tener en cuenta el espacio,
a mis compañeros, tener estrategias para que no me lo quitaran y usar todo mi cuerpo.
De esta manera tenemos un cuerpo vivo que no piensa en que alguien lo ve,
simplemente está y al estar completamente es cuando provoca algo en el espectador.
A menudo tengo este pensamiento de que debería hacer algo más que solo ir a
entrenar a la escuela y este pensamiento obviamente no es gratuito, es a raíz de que
se nos ha dicho desde que entramos que las clases no son suficientes, que tenemos
que hacer trabajo en casa, ir a clases o hacer algún otro deporte y aunque me
considero con una buena resistencia, solo pienso en qué hacer además de las clases,
claro que tengo material para hacerlo en mi casa, pero tengo este dilema de qué es
mejor. Si voy a estas clases de baile me ayudará más que ir a box o ir al gimnasio o
hacer yoga y leyendo el fragmento de Yosho Oida en donde dice que él ha practicado
baile y teatro No y danza clásica, encontrandose con personas que le dicen que no
haga una, que no haga la otra, las hizo y percibe que “el cuerpo comprende poco a
poco, intuitivamente, las reglas de la presencia y del bienestar en escena. Los cuerpos
se dejan enseñar, aprenden” con esto me di cuenta que todo ejercicio suma y cada uno
tiene sus ventajas o al menos esa es mi perspectiva, como una vez un actor dijo que
“no hay metas, sólo procesos” y creo que de eso se trata el ser actor, nunca paras de
aprender, nunca vas a llegar a saber todo y tu cuerpo siempre estará dispuesto a
aprender más, mientras lo sigas entrenando y tengas la voluntad.
Como el cuerpo es nuestro instrumento para crear tenemos que tener una buena
relación con él, conocerlo lo mejor posible, conocer nuestro movimiento, algo que me
gusta mucho del teatro es que todos los cuerpos son perfectos para realizarlo, lo que
se necesita son cuerpos capaces de unir “cuerpo y espíritu”, tener conciencia de lo que
hacemos. Es muy fácil juzgar nuestro cuerpo por como se ve y no por lo que puede
hacer y lo que hace por nosotros, nos lleva, nos trae, y a veces lo olvidamos, como
actores eso es impensable.
“Todo el mundo habla y no hay nada más plano que el lenguaje”, esta cita me recuerda
al ejercicio que hicimos en clase en el que teníamos que tener un objetivo con un
compañero y este tenía otro diferente, al comenzar ambos intentamos nuestro objetivo
sin verbalizar nada, todo con el cuerpo. Yo descubrí que tenía la necesidad de hablar
cuando mi objetivo era hacer reír a mi compañero y no investigué más con mi cuerpo,
con el del otro o con mis gestos, fue un aprendizaje que para la próxima explore todas
las posibilidades.
Nuestro trabajo no es simplemente seguir un texto, no es hacer personajes, sino
apropiárnoslos y sentirnos como ese personaje, que es un ser humano de carne hueso
que cobra vida en nosotros, a nuestra forma, una vez alguien dijo que nadie iba a ser
nunca un Hamlet igual a otro, porque somos creadores y no es nada fácil imitar la
realidad o desprendernos de nuestros hábitos más arraigados. Ser actores requiere de
mucha fuerza, mental, corporal, vocal. Una tarea de tiempo completo.
Lo que más me quedo de este libro es que todo lo que está escrito lo hemos puesto en
práctica, que este conocimiento cada vez se reafirma o está más claro hacia donde
caminar, aunque el camino esté lleno de reformulaciones, tropiezos, “errores”, cada
piedra del camino es más valiosa que uno perfecto, solo hay que tener esta voluntad y
el compromiso con nosotros mismos de convertirnos en mejores creadores escénicos
cada día, dejar este ego que nos estorba y gozar de esta profesión llena de vida.