asno1
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Etimología
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La palabra «asno» procede del término que designa a este animal en latín: asinus,
y que también es la usada en su nombre científico para designar a la subespecie
doméstica. Los términos, también latinos, que designan a su género y
especie, Equus africanus, significan literalmente «caballo africano».
Las palabras «burro» o «borrico» son derivados del latín tardío burricus, que
significaba «caballo pequeño», mientras que caballus era un caballo castrado
usado para tirar o cargar. Desde el siglo I, aunque asinus seguía siendo el nombre
de la especie y del asno garañón para procrear, el asno vulgar de trabajo recibía
normalmente en latín el nombre de asellus.3
Taxonomía
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Relieve de unos burros de la Necrópolis de Guiza, tumba de Seshemnefer IV, del Imperio
Descripción
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Los burros se adaptaron para vivir en los márgenes de los desiertos, y como
resultado de ello tienen características únicas entre los équidos. Los asnos
salvajes viven separados unos de otros al contrario que los caballos y cebras, que
viven en manadas. Los burros son capaces de emitir rebuznos a un volumen muy
alto que les permite mantenerse en contacto a distancias de hasta tres kilómetros.
Sus largas orejas le sirven tanto para percibir mejor los sonidos como para poder
disipar mejor su calor corporal.
Se defienden dando fuertes coces con sus patas traseras, cosa que siguen
haciendo los domésticos cuando son importunados, y también pueden golpear con
las patas delanteras y dar mordiscos.
Alimentación
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Burro alimentándose.
Los burros tienen un sistema digestivo resistente, menos propenso a
los cólicos que el de los caballos, lo que les permite consumir mayor diversidad de
plantas y extraer agua del alimento de forma muy eficiente. En promedio los
burros necesitan menor cantidad de alimento que los caballos de tamaño y peso
equivalente; todo ello les permite vivir en zonas inaccesibles para sus parientes de
nutrición más exigente.
Historia
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Cílica griega con un sátiro sobre un burro, datado alrededor del 510 a. C.
Los antiguos griegos asociaron los burros al dios Dioniso. Los romanos también
usaron los burros como animal de carga en todo su imperio y además estaba
consagrado a Príapo, por las dimensiones de su falo, a quien era ofrecido en
sacrificio, porque según la leyenda este dios había matado uno en la expedición
de Baco a las Indias por haber tenido la insolencia de disputarle el premio de la
fuerza.
Mitología y simbología
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Aprovechamiento económico
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Burro con serón transportado rocas de yeso.
Los burros tienen una larga reputación por su terquedad, pero esto se debe a la
mala interpretación de algunas personas de su instinto de conservación altamente
desarrollado. Es difícil forzar a un burro a hacer algo que contradiga sus propios
intereses. Son animales inteligentes, cautelosos, amistosos, juguetones e
interesados en aprender. Una vez que se haya ganado su confianza pueden ser
buenos compañeros en trabajo y recreación; por esta razón ahora son
comúnmente conservados como mascotas en algunos países, en donde su uso
como animales de carga ha desaparecido. También son populares por pasear
niños en algunos lugares turísticos y de recreo.
Otra aplicación recuperada del asno es su uso como animal vigía frente
a lobos y cimarrones.12 El burro, capaz de detectar la presencia de depredadores
con mayor facilidad que el ganado, alerta con rebuznos de su presencia sirviendo
de aviso tanto a ganaderos como a los propios animales con los que convive; tal
es el caso de las vacas, las cuales protegerán mejor a sus terneros.
Los burros también son criados para consumir su carne, que forma parte de la
gastronomía de algunas regiones de España y países como China.
Situación actual
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Población mundial del burro doméstico en 2003,
expresada como porcentaje de su mayor población nacional (China, con 8 499 000
En África la población de esta especie creció de 8 500 000 a 13 700 000 entre
1949 y 1997. Actualmente, hay 5 000 000 (cinco millones) de asnos en Etiopía,
1 690 000 (un millón seiscientos noventa mil) en Egipto, 1 000 000 (un millón)
en Nigeria, 678 000 en Sudán, 611 000 en Malí, 455 000 en Burkina Faso,
450 000 en Níger y 300 000 en Kenia.
En América Latina hay 7 700 000 (siete millones setecientas mil) cabezas
actualmente, principalmente
en México (3 250 000), Colombia (710 000), Bolivia (720 000), Perú (520 000)
y Venezuela (440 000).
En Asia hay más de 20 000 000 (veinte millones) de burros, de los cuales, hay
unos 11 000 000 (once millones) en China; el resto está, en su mayoría,
en Pakistán (3 900 000) e India (1 600 000).
Hay países donde la población se ha reducido en gran medida hasta 1996, por
diversas causas, como la modernización de los medios de transporte; ejemplos
son Irán (que pasó de 2 160 000 a 1 400 000 desde 1976), Irak (que pasó en tres
décadas de 530 000 a 145 000), Turquía (que decreció de 1 970 000 en 1966 a
800 000), Yemen (790 000 en 1976 a 500 000), Marruecos (1 200 000 en 1976 a
880 000), Sudáfrica (de 310 000 a 100 000 cabezas en solo 10 años) y Brasil (de
1 460 000 a 1 370 000 desde 1976). Otra razón de esta reducción son hambrunas,
sequías, malas condiciones de vida y guerras civiles como la de Afganistán, que
pasó de 1 325 000 cabezas en la década de 1980 a 1 160 000 actualmente.
Pero la reducción más drástica se ha dado en Europa. Los burros pasaron de dos
millones de cabezas a medio millón en tres décadas.13 Las varias razas
autóctonas españolas se encuentran en peligro de extinción, en especial la raza
zamorano-leonesa y la catalana. Esto ha propiciado la aparición de iniciativas14
para su defensa,15 llegando incluso a usarlo para fines dedicados, en principio,
a caballos.16 También se ha empezado a desarrollar la burroterapia para
niños discapacitados.17
Los mulos son fuertes y resistentes, por lo que desde la antigüedad el ser
humano los ha considerado especialmente útiles a la hora de llevar cargas
pesadas a largas distancias y en terrenos montañosos. A esta
característica, que hace a los descendientes cruzados más resistentes que
sus progenitores, se la denomina vigor híbrido.