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Guía de estudio Antropología

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Guía de estudio

IV UNIDAD

Objetivo general: Comprender la naturaleza y alcances de los conceptos de salud,


enfermedad y muerte como elementos simbólicos y por lo tanto susceptibles de diversas
valoraciones e interpretaciones.

Objetivo específico N° 1

Evaluar la pertinencia y alcances del término “acto médico” caracterizar la relación médico
paciente.

La antropología médica es un subcampo de la antropología social o cultural. Es la


traducción al castellano del término medical anthropology, que sirve, desde 1963, de etiqueta
identificativa para la investigación empírica y la producción de teoría por parte de los
antropólogos sobre los procesos sociales y las representaciones culturales de la salud, la
enfermedad y las prácticas de atención o asistencia relacionados con ella.

La antropología médica busca la manera de satisfacer las demandas humanitarias y


científicas del campo de la medicina, mediante la búsqueda del origen social de las
enfermedades. Para esto, se hacen investigaciones en las cuales se buscan los obstáculos
que deben enfrentar las personas al momento de buscar ayuda médica y cuidados de salud.
Los estudios etnográficos que se llevan a cabo consisten mayormente en observaciones,
entrevistas y cuestionarios para conocer la manera en que las personas perciben la salud y
las enfermedades, y de qué manera la sociedad, la cultura, la política y el ambiente afectan su
salud, positiva o negativamente.

La relación médico-paciente: su dimensión social, contexto en el cual se sitúa:

Dado su carácter social, la relación médico-paciente lleva la impronta del contexto social
en el que se desarrolle, determinado por el sistema de salud. En la dimensión social, la
relación médico paciente juega un papel dentro de un escenario social específico; los médicos
y los pacientes no están relacionados como átomos separados sino como personas que se
articulan en un complejo de realidades sociales. La enfermedad es social en el sentido de que
existen causas sociales de enfermedad y e incapacidades sociales, y ambas pueden cambiar
de una cultura a otra. La enfermedad en algunos escenarios sociales, convierte a un paciente
en un ser indefenso; por ejemplo, en el hospital moderno, de alta tecnología, donde el
enfermo se siente en un medio extraño, no conoce lo que hay a su alrededor, no conoce los
procedimientos e ignora quien tiene y como se usa el poder. En consecuencia, la relación
médico-paciente hoy en día crea una necesidad de ayuda y protección en el paciente contra
los peores efectos sociales de la enfermedad y posibilita el acceso a la atención y a la ayuda
hospitalaria cuando sea necesaria.
Conceptos básicos:

La relación médico-paciente:

La relación médico-paciente como toda relación interpersonal profesional debe estar regida
por la ética, filosofía y sociología profesional que sirva como base de confianza para la gestión
de salud. Suele darse como un encuentro directo entre dos personas mediante actos
comunicativos y diálogos donde puede o no haber mediación física y acompaña a la persona
en un momento difícil de la vida. La relación médico-paciente es una actividad moral que
surge de la obligación del médico de aliviar el sufrimiento y respetar las creencias y la
autonomía del paciente. Por lo general es iniciada por consentimiento mutuo, expresado o
implicado, para prestar atención médica de calidad.

Rapport:
Es la conexión entre médico y paciente donde el paciente trasmite sus problemas físicos,
psicológicos, emocionales, todo aquello que lo aqueje y que recibe el médico creando un
ambiente de sintonía psicológica y emocional. Esta conexión necesita de empatía, es decir
por parte del médico ponerse en el lugar del paciente a través del respeto y la dignidad
humana con el fin de una comunicación con menos resistencia y más humanidad para obtener
efectos curativos.
El concepto de rapport se refiere a la relación armoniosa y de entendimiento mutuo
entre el profesional de la salud y el paciente. El rapport se basa en la confianza, la empatía
y la comunicación efectiva.

Ética:

La ética es un análisis sistemático y crítico de la moralidad, de los factores morales que


guían la conducta humana en una determinada práctica o sociedad.

Deontología:

La Deontología o teoría deontológica se puede considerar como una teoría ética que se
ocupa de regular los deberes, traduciéndolos en preceptos, normas morales y reglas de
conducta, dejando fuera de su ámbito específico de interés otros aspectos de la moral.

Práctica médica:

Es toda acción o disposición que el médico realiza en el ejercicio de su profesión en el


proceso de diagnóstico, tratamiento y pronóstico, así como los que deriven directamente de
éstos. Dícese también del Conjunto de directrices internacionales que ayuda a asegurarse
que los resultados de un ensayo clínico sean confiables y que los pacientes están protegidos.

Contrato terapéutico:
El Contrato Terapéutico o encuadre analítico hace referencia al conjunto de líneas y
vectores que delimitan las condiciones en que paciente y terapeuta se comprometen a
proceder, en favor de construir y proteger el espacio terapéutico.

La Bioética:

La bioética es una ciencia multidisciplinaria que aborda las cuestiones éticas relacionadas
con la vida y la salud. Esta también es una ciencia conductual que analiza y proporciona
respuestas a los dilemas morales que surgen en los ámbitos de la biomedicina y la tecnología.
En pocas palabras bioética es una actividad analítica basada en principios y criterios éticos
que pretende orientar la práctica en el ámbito de la salud.

Aspectos éticos de la relación médico-paciente:

Los actos médicos se juzgan en 4 principios fundamentales:

1. Autonomía (respeto a las personas): donde las personas son tratados “como agentes
autónomos” donde son reconocen el derecho de las personas a su privacidad,
autodeterminación, deseos y elecciones.

2. Beneficencia: se entiende como la obligación a no causar daños y maximizar en lo posible


la relación beneficio-riesgo a través del análisis cuidadoso.

3. Justicia: tratar a cada paciente como le corresponde; esto es, sin más ni menos atributos
que los que su condición amerita.

4. No maleficencia: cualquier acto médico debe pretender el no causar daño de forma directa
o indirecta.

La intimidad del paciente: protección de los datos relativos a la salud del paciente y la
protección de la intimidad personal que tiene su punto de partida en la intimidad corporal,
creencias y valores.

La confidencialidad: Es un derecho del enfermo que el médico mantenga en secreto toda


la información relacionada con su proceso de enfermedad y con su estancia en instituciones
sanitarias públicas o privadas.

Secreto: El secreto médico es un derecho objetivo del paciente que el profesional está
obligado a respetar en forma absoluta, por ser n derecho natural no prometido ni pactado. El
secreto médico comprende también el nombre del paciente”.

El secreto profesional médico consiste en que médico debe respetar la privacidad del
paciente y tomar todas las medidas necesarias para hacer imposible la divulgación de
toda la información que él o ella ha adquirido en el ejercicio de su profesión.
Aspecto socio-cultural en la relación médico-paciente:

Cultura son conductas compartidas por un grupo social o contexto ambiental en concreto
que son aprendidas mediante el proceso de socialización.

Toda cultura es pluricultural

Toda cultura es intercultural

Características: Dinamismo, Interdependencia, Pluralidad de culturas.

Influencia de la cultura en la salud: La cultura de un paciente va a incidir directamente


en:

 El entendimiento del paciente sobre el significado de salud y enfermedad.

 Las Causas o factores de la aparición de una enfermedad.

 La Vivencia de la enfermedad

 Las Diferentes estrategias (tratamiento) para enfrentar una enfermedad.

Influencia de la cultura en la Relación Médico Paciente

La cultura de seguridad del paciente es el conjunto de creencias, valores, costumbres,


percepciones, normas, competencias y prácticas presentes en el clima organizacional de los
profesionales de salud, lo cual se refleja en las acciones proactivas o reactivas de seguridad
clínica como:

 Prejuicios del personal médico

 Normas culturales y religiosas del paciente.

 Problemas de comprensión del paciente.

 Diferencia en el significado de las enfermedades en los pacientes.

 Diferencias culturales al enfrentarse a un diagnostico

 Shock cultural

Aspecto socio-cultural en la Relación Médico Paciente

1. Determinación social de la salud y la enfermedad, según Alan Denver:

a) Condiciones ambientales y sociales: agua potable, vivienda, alimentación, nutrición,


atmosfera, pobreza, desigualdad social y desechos.
b) Comportamientos o estilos de vida de los individuos: dieta, higiene, consumo de alcohol,
tabaco, conducir bajo efectos.

c) Sistema sanitario: curar, prevenir, paliar o restaurar la salud.

d) La biología: efectividad parar prevenir y evitar la carga de enfermedades se encuentra en la


modificación de los factores del entorno y las conductas.

2. Sistemas sanitarios, economía de la salud y RMP.

La comunicación en la relación médico-paciente

La comunicación es una serie de habilidades aprendidas que tienen como fin el cuidado
del paciente.

Vías de comunicación:

- Verbal

- Extra verbal

- Instrumental

- Táctil

La comunicación es un proceso complejo que implica comprender 5 modelos.

 Participación: discute y desarrolla valores con el paciente recomienda tratamientos


respetando los valores y autonomía del paciente , la decisión la toma el paciente de acuerdo a
la información obtenida.

 Informativo: el médico proporciona información y el paciente decide.

 Interpretativo: el médico proporciona al paciente información, opciones y consecuencias.

 Paternalismo: el galeno toma la decisión terapéutica.

 Instrumental: casi no se ve ya, hay ausencia del valor hacia el paciente

Elementos que intervienen:

 Claridad

 Fluidez verbal

 Originalidad
Anamnesis. Recolección de datos útiles obtenidos por el especialista mediante preguntas
específicas para diagnosticar y tratar al paciente. Consiste en una conversación que si se
lleva adecuadamente nos llevara a un buen diagnóstico clínico.

1. Datos de identificación
2. Motivo de consulta
3. Enfermedad actual
4. Antecedentes personales
5. Antecedentes familiares
6. Revisión por sistemas
7. Exploración física

El rol del médico: imagen y autoimagen, su papel en el proceso, salud y enfermedad:

En la medicina, el profesionalismo, como sistema valórico y como ideología de protección


de su práctica, se perfila hoy como una respuesta para superar los desafíos planteados a su
ejercicio. El profesionalismo, constituye un esfuerzo por rearticular y reenfatizar los valores
que han caracterizado, tradicionalmente, a la medicina. Desde las formas mágicas de la
medicina primitiva hasta la fundamentación por medio de la ciencia en la actualidad. La
intención de curar ha estado penetrada de un humanismo consagrado por el reconocimiento y
el respeto por los valores ontológicos de la existencia. Si la medicina está impregnada de
humanismo debería tener, entonces, una función social primordial y eminente, pues el
crecimiento individual es el componente más fundamental del auténtico progreso social.
Ciertamente, el profesional de la salud adquiere la misión de contribuir en la lucha contra las
enfermedades y las numerosas epidemias que azotan al mundo, pero también debe contribuir
a devolverle al hombre su libertad, su dignidad, o bien, hacerle notar que aún puede
recuperarla.

Una imagen:

Desde que nacemos, todos contamos con una imagen personal, pues quienes nos
conocen elaboran una representación mental de nosotros (imagen) e, incluso, pueden tener
una opinión sobre nuestra persona, lo que construye la reputación en nuestro entorno, por
ello, cuando el médico es consciente de esto y toma medidas para gestionarla puede llegar a
capitalizarla en su favor. Relacionado a esto, la autoimagen es la imagen o representación
mental que se obtiene de uno mismo, generalmente resistente al cambio, y que no representa
solamente los detalles que pueden estar disponibles a la investigación u observación objetiva
de otros, sino también los elementos propios que se han aprendido acerca de sí mismo, ya
sea por experiencias personales o por la internalización de los juicios de los demás. Mantener
su imagen con los demás y su autoimagen consigo mismo es muy importante para un médico,
pues todo desemboca en lo mismo: la confianza que puede o no haber en las capacidades u
habilidades de un médico.
El paciente debe tener confianza en cuanto a la competencia de su médico y debe sentir
que pueden realizarle confidencias a él. Para la mayoría de los médicos, es importante el
establecer un buen contacto con el paciente. Aunque la imagen personal puede transmitirse
de forma casual, conviene al médico programarla para posicionarse como un verdadero
profesional de la salud en la mente de quienes le rodean, para lo cual tiene que tomar en
cuenta que ésta se proyecta a través de distintos canales:

● Aspecto personal: Se refiere al cuidado de la imagen personal.

● Personas con quienes se relaciona: Se trata de atender las relaciones públicas.

● Comportamiento y gestos: Básicamente se trata de cuidar el lenguaje corporal.

● Lo que dice Internet de él: Cada vez la red gana más terreno en el mundo, por tanto, si el
médico no tiene presencia en Internet deja de existir para miles de personas que tratan de
contactar con un profesional de la salud para lidiar con sus problemas médicos.

● Mensajes que emite: Este aspecto incluye desde la forma de expresarse “en vivo” hasta el
ejercicio de divulgación que se hace en los entornos digitales, pues como comentamos
anteriormente, quien no tiene presencia en la red deja de existir en una de las plataformas que
más facilita el desarrollo del marketing médico. Por tanto, conviene al galeno no sólo ofrecer
trato de calidad a los pacientes cuidando su comunicación verbal y lenguaje corporal, sino
también difundir información útil a los internautas que representan a los pacientes potenciales.

● Acciones que realiza en general: El médico no es la persona que viste una bata blanca, es
un ser humano que representa a una comunidad con un prestigio determinado, por lo que
cada acción en su vida personal y laboral hablará del tipo de galeno del que se trata.

Salud y enfermedad:

La concepción de salud y enfermedad depende de las definiciones que el común de la gente


tenga sobre su padecimiento las que condicionarán los tipos de ayuda a buscar. La utilización
del sistema de salud es el resultado de un proceso que se inicia con la percepción de un
problema de salud que se convierte en necesidad, y ésta en demanda de algún tipo de
atención. Se considera que hay utilización cuando esta demanda es realmente satisfecha por
algún sistema de salud, formal o no.

El trabajo médico tradicional es prescribir remedios específicos para cada diagnóstico, el reto
es situarse en una posición más amplia y flexible que permita influenciar realmente las causas
y determinantes de salud-enfermedad. La relación entre el médico y su paciente juega un
papel muy importante en la práctica de la medicina y es esencial para la provisión de
asistencia médica en cuanto al diagnóstico y tratamiento de la enfermedad. La relación entre
el médico y su paciente es una de las bases del proceso de salud-enfermedad en la ética
médica contemporánea. El papel de los médicos y de las organizaciones de salud es crear
una cultura de salud positiva total más que de enfermedad y curación.

El paciente valoración y autovaloración de su condición, sus expectativas.

La valoración

La valoración consiste en un proceso planificado, sistemático, continuo y deliberado de


recogida e interpretación de datos sobre el estado de la salud del paciente y de las respuestas
humanas, a través de diferentes fuentes. La valoración se inicia con la recogida de datos que
deben ser analizados en su contexto para convertirlos en información y permitir identificar
necesidades y/o problemas de cuidados de salud. Un dato es la cifra como 55, pero un dato
no aporta información, por lo que se debe obtener la información a partir del procesamiento de
datos y su contextualización. La información debe responder a las preguntas ¿A quién?,
¿Qué? y ¿Cuándo?. Ese dato se convierte en información al decir que un paciente varón de
33 años y que práctica habitualmente deporte, presenta una frecuencia cardiaca central de 55
latidos por minuto en reposo, sin ninguna manifestación clínica.

La autovaloración

Esta juega un papel muy importante en la percepción acerca de qué problema posee el
enfermo, de su enfrentamiento y algo más complejo: cómo ve la vida y cómo la enfrenta. La
autovaloración es la dimensión valorativa de la autoconsciencia, es decir, la apreciación que
se tiene de uno mismo. Esta imagen repercute en la salud y en la vida del individuo al
interrogar, diagnosticar e indicar un tratamiento.

La autovaloración tiene diferentes tipos, no todos los pacientes se auto-valoran de igual


forma. Puede ser adecuada: cuando la valoración que se hace el individuo se corresponde
con la realidad o puede ser inadecuada: cuando no existe esta correspondencia y entonces se
encuentran sujetos que se sobrevaloran o por el contrario, se subvaloran. Ambas son dañinas
para la salud y para enfrentar la vida.

El que se sobrevalora tiende a pedir poca ayuda, porque se cree con grandes
posibilidades, pero a su vez sufre con frecuencia de estados emocionales negativos por las
frustraciones que tiene al considerar que podrá lograr más y sus posibilidades reales no se lo
permiten. El que se subvalora enfrenta la vida con inseguridad, se propone pobres metas,
cree que no puede y así mismo maneja su enfermedad, lo que provoca que esta, en muchas
ocasiones, le acarree tensiones mantenidas que la agravan al percibir que su enfermedad es
más fuerte y que no puede con ella.

Expectativas:

Desde algunas décadas el modelo biopsicosocial propone dentro de sus principios, que la
atención médica debe centrarse en las necesidades de las personas, considerando sus
conocimientos, creencias y expectativas. Por este motivo y por otro lado, por las influencias
del mercado y la necesidad de mejoras en la gestión, los sistemas de salud han visto
necesaria otra relación con el/la paciente que se distancia del modelo paternalista tradicional
en miras de mejorar la atención y cumplir con las expectativas de los/ las usuarios/as.

En este contexto, el profesional debe especializarse en el paciente por sobre un cuerpo de


conocimientos, enfermedades o procedimientos técnicos. Para cumplir con las premisas, la
interacción del profesional con el paciente y su familia es una parte muy importante de este
proceso.. Sin embargo no siempre los profesionales de la salud logran discernir de manera
adecuada lo que espera el paciente del encuentro con ellos. Por ejemplo, la comunicación
durante el encuentro clínico puede ser un aspecto a fortalecer y valorar, ya que suele operar
como una barrera para obtener buenos resultados en la atención y existe evidencia que
sugiere que algunos resultados en salud se encuentran asociados a la calidad percibida del
vínculo entre el paciente y el equipo de salud. Por eso se considera pertinente que el equipo
de salud explore lo que esperan de su trabajo los usuarios. Conocer las expectativas de los
pacientes respecto a lo que va a ocurrir durante sus consultas médicas permitirá diseñar
ciclos de mejora de su calidad en el caso de que se documentara que existe discordancia
entre lo que esperan de sus consultas y lo que perciben que reciben.

OBJETIVO N° 2

Comprender el papel que le corresponde a la ciencia médica, como instrumento curativo


de la sociedad.

La medicina como instrumento curativo, pertinencia de la medicina preventiva como


recurso para mejorar la calidad de vida de la sociedad.

El esfuerzo de la sociedad por desarrollar instrumentos capaces de salvaguardar la salud


de sus miembros ha seguido dos estrategias; por un lado se encuentra el desarrollo de una
práctica y un saber basados en la atención de los enfermos, con el propósito explícito de
restablecer en ellos aquellas condiciones anatómicas y funcionales cuya presencia es
reconocida socialmente como salud y cuya pérdida llamamos enfermedad. Por definición, esta
estrategia trabaja con el enfermo y su principal objeto de estudio es la enfermedad. Este
objeto de estudio determina la lógica de su desarrollo y el conjunto de métodos y técnicas que
debe desplegar para su estudio. La segunda estrategia por su parte está orientada a dotar a
todos los miembros de la sociedad de aquellas condiciones capaces de salvaguardar su salud
antes de que esta se pierda. Esta provisión de condiciones de protección (que se despliega
principalmente desde las estructuras administrativas, políticas y económicas de la sociedad),
constituye lo que tradicionalmente se ha llamado salud pública. En este caso, el objeto de
estudio no es la enfermedad sino la salud considerada como un fenómeno colectivo y el
espacio de las acciones desplegadas se encuentran en el ámbito poblacional.
Curar es sanar, recobrar la salud, eliminar la enfermedad, lo cual es ciertamente una
aspiración, pero frecuentemente tiene que limitarse a logros menores. La enfermedad aguda
con frecuencia es curable, pero la crónica no, de modo que en realidad la llamada medicina
curativa suele más bien paliar, reducir las molestias, detener la progresión de la enfermedad o
desacelerarla, controlar, adaptar al enfermo a su enfermedad, evitar complicaciones y
secuelas. La sociedad identifica más las acciones curativas porque han formado parte de su
propia experiencia y cuando se hace referencia a la medicina sin adjetivos, se suele referir al
modelo curativo.

La capacidad de prevenir:

El control de los factores de riesgo no solo es difícil, sino que muchos de ellos apenas son
reconocidos y muestran alguna inconsistencia en su vinculación con ciertas enfermedades.
Aun cuando se sepa cómo prevenir enfermedades, muchas personas carecen de la disciplina
o la motivación para seguir los pasos que se requieren para lograrlo. Muchas enfermedades
de hoy en día no son consecuencia de la agresión del medio ambiente o de las características
genéticas de los individuos, sino que tienen que ver con la conducta de las personas, con la
adopción oportuna de ciertos estilos de vida repercuta en la prevención de varias
enfermedades.

Los elementos convencionales del estilo de vida, abarcan desde luego el consumo de
tabaco, alcohol y otras drogas, las variantes de alimentación, el ejercicio, ocio y la distracción,
de tal manera que en este campo caen las enfermedades asociadas con la obesidad, el
tabaquismo, el consumo de alcohol, el sedentarismo y las posturas, la malnutrición, el estrés,
la higiene personal y familiar, el ejercicio de la sexualidad, el manejo del ocio y el descanso, la
automedicación y la auto-prescripción y los patrones de uso de los servicios de salud. En
conjunto, estas enfermedades representan la mayor carga para las sociedades
contemporáneas.

Obstáculos para implementar una política estatal de prevención de enfermedades:

Las personas desean vivir en comunidades y entornos que garanticen y promuevan su


salud. Las expectativas de las personas comprenden las políticas necesarias para hacer que
los sistemas sanitarios funcionen adecuadamente y emprender acciones de salud pública muy
beneficiosas para todos. Ya fuera del sector sani9tario, comprenden políticas que pueden
contribuir a la salud y a la sanción de seguridad y garanticen a la vez el correcto manejo de
cuestiones como el desarrollo urbano, el cambio climático, la discriminación por razones de
género o la estratificación social.

Aunque es esencial que los equipos de atención primaria aspiren a mejorar la salud de las
poblaciones en el ámbito local, esta labor puede ser de escasa utilidad, si a nivel nacional y
mundial, los responsables de las políticas no impulsan medidas de política pública más
generales, fundamentales para modificar los hábitos alimentarios e influir en los determinantes
sociales de la salud.

Factores deshumanizantes intervinientes en las misiones preventivas y curativas de


la medicina. La medicina como empresa y como instrumento político estatal:

Se hace referencia a la deshumanización como la pérdida de la capacidad axiológica


propiamente humana, al estar rodeados del poderío científico y tecnológico, que ha formado
parte del desarrollo de la enseñanza y la práctica de la medicina. La deshumanización es la
privación de las cualidades que distinguen a las personas como seres humanos, que al
empezar a ser comparados con objetos o animales pueden ser considerados como incapaces
de sentir algo más que dolor y por ello cuando el concepto se asume en el ejercicio de la
medicina puede entenderse como la consecuencia de un modelo racional cientificista que se
aleja de la sensibilidad humana.

El acto médico es un equilibrio de tres dimensiones que abarcan lo antropológico, lo


disciplinar y el contexto social, en el que la praxis está regulada por determinantes científicos,
técnicos, económicos, administrativos, sociales y políticos. El proceso de deshumanización
está ligado al desarrollo del ejercicio médico y a su transición por diferentes modelos y
paradigmas, en los que se van sustituyendo los preceptos del imperativo hipocrático por otros,
dados por un imperativo económico que propugna la eficiencia y administración de los
servicios de salud, y por ello es necesario analizar la deshumanización en el contexto del
ejercicio profesional, desde la formación hasta la implementación del acto médico y el
establecimiento de la relación médico-paciente.

Es evidente que estructuralmente el sistema económico y político modela una atención


médica que toma a los pacientes como cosas y no como personas. Esa actitud se hace más
intensa cuando la atención médica integral, tanto en sus aspectos físicos como emocionales,
preventivos como curativos, la rehabilitación como la adaptación.

La deshumanización se refleja también en el aislamiento físico y psíquico del paciente y del


médico. La imposición de la atención con la computadora y de un tiempo estipulado de diez
minutos por paciente agrava la situación. La atención que se brinda es superficial y rápida por
el volumen de pacientes que hay que atender y el médico se siente abrumado por lo pesado y
extenso del horario de trabajo. No hay una real transferencia entre el paciente y el médico. La
presión de las filas de pacientes esperando atención, aísla tanto al médico como al paciente.
Hay otros factores en la medicina estatal, que contribuyen a la deshumanización de la
atención médica.

Esto hace la atención médica rutinaria, despersonalizada y convierte al médico en una


máquina de sacar trabajo y un recetador de medicamentos de patente. También influyen otros
factores no menos importantes, como las condiciones inadecuadas de trabajo, la falta de
instrumental, de papelería, medicamentos, personal y las permanentes trabas burocráticas.
Se tiene que entender que estructural y orgánicamente, el sistema conspira contra una
adecuada relación médico paciente. Gran parte de la responsabilidad de esta situación tiene
que ver con el advenimiento de grandes corporaciones y empresas que han hecho de los
servicios de salud un rentable renglón de negocios y de los profesionales de la salud sus
trabajadores asalariados. La preponderancia del criterio de ganancia económica sobre el de
ganancia social y humana ha traído consigo la mercantilización de la atención, la
pauperización de los profesionales de la salud y el maltrato e irrespeto a los pacientes y
usuarios que buscan sus servicios. Las consecuencias de este enfoque han sido desastrosas
tanto para los pacientes como para el personal médico, pues los hospitales están
considerados como empresas comerciales que deben someterse al criterio del provecho, la
asistencia sanitaria proporcionada se ha convertido en un “producto” y el paciente en un
“cliente”, la calidad del producto que se proporciona debe ser calibrada con el menor costo y
ser lo más eficiente posible.

La medicina, finalmente, no escapa a las determinaciones generales impuestas por el


modo de producción dominante, al constituirse, en fases avanzadas del capitalismo, en un
sector de realización del valor de ciertas mercancías (como el medicamento) o al ser
determinados por los precios del servicio médico por los costos de producción a los cuales
debe atenerse. Se observa que la intervención del Estado pasa por diferentes períodos y
según la importancia que le asigna a cada una de las actividades médicas, el Estado utiliza a
la medicina como herramienta política para disminuir las tensiones sociales en ciertos
sectores de la población, por ejemplo, como instrumentos para la acumulación de capital
(como suele ocurrir con los seguros sociales). Por lo tanto la medicina estatal y las formas
institucionales que asume, no pueden considerarse y explicarse sin tomar en cuenta el
desarrollo mismo de la medicina y la totalidad social donde se implanta, crece y transforma.

La salud como un bien deseable. Incidencia de la variable socio-económica en su


consecución del culto al cuerpo a la supervivencia.

La sociedad actual promueve un “culto al cuerpo” donde la imagen queda asociada al


éxito, el placer, las oportunidades laborales, las relaciones e incluso la aceptación social. De
esta forma, se dificulta la coexistencia con otros valores relevantes en la formación humana y
la identidad individual y social, consiguiendo alterar, en última instancia, el orden vivencial de
la jerarquía de valores

La preocupación excesiva por la imagen personal ha sido vinculada a distintas


problemáticas que subrayan notables consecuencias de naturaleza física y/o emocional.
Algunas de las patologías que más han sido relacionadas son la anorexia y la bulimia, que
bien son iguales, pero ambas se relacionan con desórdenes alimenticios y comparten un
aspecto en común la fijación en un ideal de belleza irreal y una posible distorsión de la
percepción personal, entre estas también podemos mencionar la vigorexia o dismorfia
muscular, la cual se considera un trastorno mental en el que la persona se obsesiona por su
estado físico hasta niveles patológicos. Por otro lado, dichas patologías han sido vinculadas al
trastorno obsesivo compulsivo debido a la presencia de pensamientos intrusivos de carácter
recurrente sobre su propia imagen, de los métodos para mejorarla, dichas patologías también
han sido asociadas con los trastornos somatomorfos, caracterizados por una preocupación
desmedida por un defecto o alteración imaginario del propio cuerpo, o por una reacción
desmesurada en el caso de alteraciones físicas reales.

Debido a las conductas que generan los trastornos antes mencionados (anemia, bulimia,
vigorexia), como el consumo de esteroides, laxantes, diuréticos, dietas especiales, asistencia
a gimnasios, entre otros, al igual que someterse a una operación de cirugía estética,
entendemos que estos desordenes son compatibles con un nivel económico medio-alto.

En sí el llamado “culto al cuerpo” no es tan malo, siempre que el individuo mantenga sus
características únicas, por el lado blanco de la publicidad al culto del cuerpo, se pueden
apreciar movimientos para cambiar la vida de una persona al bienestar físico, como el fitness,
que se trata de llevar una vida mucho más saludable, cambiar el estilo de vida con dieta y
ejercicios, lo que por el contrario de un desorden alimenticio, en vez de dañarte, te lleva a
estar sano, viéndolo a simple vista, pero más a profundidad están los adictos al gimnasio,
llevan esto al extremo y en su hambre de crecer su musculatura se encuentran con problemas
serios como una distrofia muscular.

El bienestar y la salud:

Salud y bienestar es el proceso de optimización del estilo de vida de las personas en todos
sus aspectos. Bienestar son las actitudes y comportamientos que mejoran la calidad de vida y
resultan en una buena salud.

El objetivo de la salud y el bienestar es satisfacer las necesidades básicas a nivel físico,


psicológico y social, es decir, no se limitan únicamente a la ausencia de enfermedad, sino que
implica un equilibrio integral en diversos aspectos de la vida.

La relación entre ambos conceptos procede de la Psicología de la Salud, que trata de


describir aspectos sanos del individuo y su interrelación con el medio ambiente.

La enfermedad como condición recurrente en la en la población, la variable


ambiental y su incidencia en la morbilidad.

Hasta el 24% de la carga de morbilidad mundial se debe a la exposición a riesgos


ambientales evitables. En un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se
demuestra que gran parte de estos riesgos ambientales pueden evitarse mediante
intervenciones bien orientadas. En el informe también se estima que más del 33% de las
enfermedades de los niños menores de 5 años se debe a la exposición a riesgos ambientales.
La prevención de estos riesgos podría salvar cada año la vida de muchísimas personas,
incluidos cuatro millones de niños, sobre todo en los países en desarrollo.

El análisis, que se centra en las causas ambientales de las enfermedades y en la influencia


de los factores ambientales en diversas enfermedades, proporciona nuevos conocimientos
acerca de la relación recíproca entre el medio ambiente y la salud. Según las estimaciones del
informe, cada año se registran más de 13 millones de defunciones provocadas por causas
ambientales prevenibles. Casi un tercio de la carga de morbilidad en las regiones menos
adelantadas se debe a causas ambientales. Más del 40% de las defunciones por malaria y
según las estimaciones el 94% de las defunciones por enfermedades diarreicas podrían
evitarse mejorando la gestión del medio ambiente. En el informe se demuestra que de una u
otra manera el medio ambiente influye considerablemente en más del 80% de los casos de
enfermedades graves.

Las cuatro enfermedades en las que influyen las malas condiciones ambientales son: la
diarrea, las infecciones de las vías respiratorias inferiores, diversas formas de traumatismos
involuntarios y la malaria, pero todas podrían ser controlables.

Los aspectos éticos, morales y axiológicos. El ideal de trascendencia:

La muerte es entendida como la irrupción de la vida. Proceso terminal que consiste en la


extinción del proceso homeostático de un ser vivo y por ende concluye con el fin de la vida.

El desarrollo del pensamiento científico, en particular de la biología y la medicina, arrojan


una nueva luz sobre este oscuro tema. Sin embargo, la muerte continúa siendo una nueva
incógnita no resuelta y son válidas muchas de las preguntas más antiguas y originarias,
ocupando un importante lugar en la vida de los hombres.

Aspectos éticos:

El término ética es referido por el materialismo filosófico al conjunto de normas orientadas


hacia la preservación y fomento de la vida de los individuos corpóreos humanos. Según esto,
la ética no se define por la fuente de origen que puedan tener las normas correspondientes
(por ejemplo, la propia conciencia) sino por el objeto al que estas normas van referidas.

La conducta ética tiene como virtud fundamental la fortaleza, que se determina como
firmeza cuando va orientada a la vida del propio sujeto, y como generosidad cuando va
orientada a la vida de los demás individuos humanos. La cuestión originaria y radical es la
muerte misma, ¿Qué es una buena muerte? Y ¿Qué es una buena vida? Los problemas
éticos no conciernen sólo al momento de la muerte, sino todo lo que procede.

Aspectos morales:
La moral son las reglas o normas por las que se rige la conducta de un ser humano en
concordancia con la sociedad y consigo mismo. La moral se relaciona con el estudio de la
libertad y abarca la acción del hombre en todas sus manifestaciones.

Las muertes ocurren dentro de un orden social, los pensamientos, intereses, actividades,
proyectos, planes y esperanzas de los otros están más o menos vinculadas a la persona que
muere y al hecho de su muerte. El carácter de este vínculo está dado en parte por la
ubicación de la persona en una diversidad de estructuras sociales, es decir, la familia, el
hospital, las carreras ocupacionalmente estructuradas de la sociedad, sistemas de edades,
entre otros; y proporciona a su vez variados grados de importancia a la anticipación de la
muerte y al establecimiento de cursos de acción sobre la base de la anticipación.

Morir se convierte en un proceso notable e importante en la medida en que proporciona los


demás, al igual que al paciente, un medio para orientarse hacia el futuro, para organizar
actividades, según la expectativa de la muerte para prepararse a ella.

En cuanto al término “muerte”, es propuesto un sentido más amplio de la palabra, es decir,


donde la muerte es la base necesaria para realizar ciertos actos, como por ejemplo la
autopsia, contratar empresas mortuorias, colocar un cadáver en la morgue, e informar a las
compañías de seguro, estar de duelo, anunciar el contenido de un testamento, y en general
encajar en las actividades de organización y ceremonias que se hallan asociadas con la
muerte. Aquellos asuntos que marcan el final de la existencia social.

Aspectos Axiológicos

La axiología o bien entendido como filosofía de valores. Es la rama de la filosofía que


estudia la naturaleza de los valores y juicios valorativos. Se entiende por valores aquello que
es deseable, marca al individuo la conducta apropiada y la guía a la hora de tomar decisiones
en situaciones críticas. Los valores están generalmente ligados a creencias, aunque no todos
tienen una base o un componente religioso.

Dentro del pensamiento filosófico existe un punto central que es cómo queremos llegar a
ser en el futuro, en un estado mejor. Para poder pasar de un estado actual a un mejor estado
es necesario que se comprenda primero que para hacer mejoras tenemos que fundarlas en
ciertos puntos clave. En el pensamiento los hemos llamado siempre la axiología filosófica o
axiología existencial, es decir, los valores, que son aquellos fundamentados de la acción que
nos pueden llevar a un estado mejor el día de mañana, esto se debe a que los valores dan
sentido y coherencia a nuestras acciones.

A lo largo de la historia, la muerte ha sido entendida por la filosofía como un problema de


primer orden, una especie de situación límite en términos de nuestra realidad finita y
contingente. Obligándonos a aceptar que la vida va de la mano con la muerte. Los valores
más relacionados con la muerte son lo sagrado, lo sobrenatural, la divinidad, la santidad., la
religiosidad y la mística.

El ideal de trascendencia:

El deber de cada ser consiste en lo que éste puede; el ideal es sencillamente la verdad de
cada vida, y no lo es en absoluto superior. El ideal es sencillamente la verdadera
trascendencia; está antes y dentro de cada ser. Lo que entendemos como trascender es que
algo nuestro perdure más allá de nuestra existencia actual. Podemos verlo de dos formas:
como trascendencia de la esencia o como trascendencia de la pertinencia.

Como gran parte de la filosofía occidental, la trascendencia se puede ver desde el lado
materialista más absoluto, siempre se trasciende. La materia con la que estamos hechos
siempre perdura, la energía también lo hace. La forma ideal de trascendencia sería que más
allá de la muerte, seguiríamos en esencia, existiendo. Dejando claro que no seríamos
nosotros, sino que trascenderíamos a través de nuestras obras, de nuestras creaciones, a
través de la materia que toma forma a partir de la energía. Tal vez de ahí el ideal del cristiano
en la reencarnación.

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