alimentos ultraprocesados_2c3b40c88305ffdbdad04384f7c26d1e
alimentos ultraprocesados_2c3b40c88305ffdbdad04384f7c26d1e
alimentos ultraprocesados_2c3b40c88305ffdbdad04384f7c26d1e
318
Nutrición
Hospitalaria
DOI: http://dx.doi.org/10.20960/nh.03536
El término de “alimento ultraprocesado” fue acuñado por primera vez en 2009, por Carlos Monteiro, quien puso
de manifiesto la relación entre la transición de una dieta basada en alimentos poco procesados a una dieta basada
en alimentos procesados, y los crecientes casos de obesidad en Brasil (1). Argumentando que la clasificación de
alimentos de acuerdo a su perfil de nutrientes no permitía abordar el estudio de las enfermedades crónicas no
transmisibles, propuso clasificar los alimentos en base a su grado de procesado, dando lugar a la clasificación
NOVA (2). Dicha clasificación, define el concepto de ultraprocesado como formulaciones de varios ingredientes,
generalmente producidos mediante distintas técnicas industriales, que, además de sal, azúcar, aceites y grasas,
incluyen sustancias alimenticias no utilizadas en preparaciones culinarias, en particular, saborizantes, coloran-
tes, edulcorantes, emulsionantes y otros aditivos utilizados para imitar cualidades sensoriales de alimentos no
procesados o mínimamente procesados y sus preparaciones culinarias o para disfrazar cualidades indeseables
del producto final, y divide los alimentos en 4 grandes grupos: alimentos frescos o mínimamente procesados;
ingredientes culinarios procesados; alimentos procesados; y alimentos ultraprocesados.
En este número de la revista Nutrición Hospitalaria se publica una revisión sistemática sobre el consumo de
alimentos ultraprocesados y obesidad (3). En ella los autores recopilan la información existente en la literatura
sobre la relación entre alimentos ultraprocesados y obesidad. Los autores ponen de manifiesto que los estudios
revisados se centran, principalmente, en la clasificación NOVA o en la clasificación previa propuesta por el mismo
grupo de trabajo en la que agrupaban los alimentos en 3 grupos, e indican de la existencia de limitaciones con
respecto a la falta de homogeneidad de las metodologías llevadas a cabo en los distintos estudios analizados, así
como de los criterios usados para definir qué es un alimento ultraprocesado, haciendo patente la dificultad para
establecer de manera definitiva una asociación entre el consumo de ultraprocesados y el desarrollo de obesidad.
En este sentido, publicaciones recientes discuten acerca de las limitaciones del término ultraprocesado (4,5)
y de la clasificación propuesta en el sistema NOVA (6-8). En relación al término ultraprocesado remarcan que no
está amparado por ninguna norma legal y que es confuso, ya que en unos casos hace referencia al tipo y grado
de procesado que sufren los alimentos y, en otros, a su formulación y composición. Respecto a la clasificación de
alimentos propuesta por NOVA, la consideran muy amplia y genérica. Se da la paradoja de encontrar dentro del
mismo grupo de alimentos ultraprocesados, alimentos de alta densidad nutricional con alimentos con bajo aporte
nutricional y rico en nutrientes críticos.
Aunque existen otros sistemas de clasificación de alimentos en base a su grado de procesado (4), el sistema de
clasificación propuesto por NOVA se ha utilizado en la mayoría de los estudios con el fin de analizar y documentar
el efecto del consumo de alimentos ultraprocesados sobre varias enfermedades o marcadores de enfermedad,
salud o mortalidad. En la bibliografía pueden encontrarse tanto estudios transversales como longitudinales, indi-
cando muchos de ellos que sí existe una relación directa entre un mayor consumo de alimentos ultraprocesados
y un aumento en la incidencia de enfermedades cardiovasculares (9), obesidad (10), cáncer (11), y en general,
un mayor riesgo de mortalidad (12). A pesar de ello, la cantidad de estudios realizados son escasos y, la evidencia
©
Copyright 2021 SENPE y ©Arán Ediciones S.L. Este es un artículo Open Access bajo la licencia CC BY-NC-SA (http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/).
editorial epidemiológica disponible no permite establecer una relación causa-efecto. Para poder dar mayor validez a los
estudios epidemiológicos, hace falta concretar más en la definición de alimento ultraprocesado. Se debe tener en
cuenta que, con la aparición de las clasificaciones de alimentos según el grado de procesado, se ha empezado
a estudiar el efecto del consumo de alimentos ultraprocesados de forma conjunta, incluso utilizando diferentes
diseños metodológicos. Estos estudios hacen uso de distintos cuestionarios de frecuencia de consumo de ali-
mentos, sin haber sido diseñados específicamente para este propósito lo que aporta una información errónea
sobre el consumo real de estos alimentos. Según las herramientas nutricionales utilizadas, y en función de los
hábitos alimentarios de la población estudiada, distintos alimentos pueden ser clasificados o no dentro del grupo
de alimentos ultraprocesados, lo que da a lugar a distintas asociaciones entre su consumo y el potencial impacto
en salud. En este sentido, es necesario llegar a acuerdos con el fin de hacer una correcta evaluación sobre el
efecto que tiene el consumo de este tipo de alimentos sobre la salud. Los estudios epidemiológicos deberían
describir los alimentos concretos que se han seleccionado con el fin de conocer los ingredientes presentes en el
alimento, así como su calidad nutricional, ya que trabajar con grupos de alimentos puede dar lugar a que se estén
comparando alimentos con grandes diferencias en cuanto a perfil nutricional. Por otro lado, se deberían adaptar y
unificar los diseños metodológicos. Realizar un historial o registro dietético permitiría evaluar asociaciones entre
la ingesta del alimento y la presencia o incidencia de enfermedad.
Bibliografía
1. Monteiro CA. Nutrition and health. The issue is not food, nor nutrients, so much as processing. Public Health Nutrition 2009;12:729-31.
2. Monteiro CA, Cannon G, Levy RB, Moubarac JC, Louzada MLC, Rauber F, et al. Ultra-processed foods: What they are and how to identify
them. Public Health Nutrition 2019;22:936-41.
3. Marti A, Calvo C, Martínez A. Consumo de alimentos ultraprocesados y obesidad: una revisión sistemática. Nutr Hosp 2021;38(1):177-
85. DOI: 10.209607nh.03151.
4. Talens P, Cámara M, Daschner A, López E, Marín S, Martínez JA, et al. Informe del Comité Científico de la Agencia Española de Seguridad
Alimentaria y Nutrición (AESAN) sobre el impacto del consumo de alimentos “ultra-procesados” en la salud de los consumidores. Revista
del Comité Científico de la AESAN 2020;31:49-76.
5. Carretero C, Clotet R, Colomer Y, Fernando G, Frías J, González-Vaqué L, et al. Food Classification Report: The Concept ‘Ultra-Processed’.
European Food and Feed Law Review 2020;15:357-62.
6. Babio N, Casas-Agustench P, Salas J. Alimentos ultraprocesados. Revisión crítica, limitaciones del concepto y posible uso en salud
pública. Universitat Rovira i Virgili; 2020.
7. Gibney MJ, Forde CG, Mullally D, Gibney ER. Ultra-processed foods in human health: a critical appraisal. The American Journal of Clinical
Nutrition 2017;106;717-24.
8. Quirós-Blanco AM, Incer-González AI. El uso del sistema NOVA no es acertado para la clasificación de alimentos. La Alimentación
Latinoamericana 2018;336:48-54.
9. Srour B, Fezeu LK, Kesse-Guyot E, Allès B, Méjean C, Andrianasolo RM, et al. Ultra-processed food intake and risk of cardiovascular
disease: prospective cohort study (NutriNet-Santé). BMJ 2019;29:365:l1451.
10. Poti JM, Braga B, Qin B. Ultra-processed Food Intake and Obesity: What Really Matters for Health-Processing or Nutrient Content?
Current Obesity Reports 2017;6(4):420-31.
11. Fiolet T, Srour B, Sellem L, Kesse-Guyot E, Allès B, Méjean C, et al. Consumption of ultra-processed foods and cancer risk: results from
NutriNet-Santé prospective cohort. BMJ 2018;14:360:k322.
12. Schnabel L, Kesse-Guyot E, Allès B, Touvier M, Srour B, Hercberg S, et al. Association between ultraprocessed food consumption and
risk of mortality among middle-aged adults in France. JAMA Internal Medicine 2019;179:490-8.