El documento aborda la importancia de la evaluación del aprendizaje como un proceso continuo que debe estar vinculado a la enseñanza y adaptarse al contexto socioeducativo de los estudiantes. Se enfatiza la necesidad de dejar atrás las evaluaciones tradicionales en favor de prácticas formativas y críticas que fomenten la autoevaluación y coevaluación, así como la reflexión docente. Además, se propone que la evaluación debe ser un proceso colaborativo y dinámico que permita a los estudiantes participar activamente en su propio aprendizaje.
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El documento aborda la importancia de la evaluación del aprendizaje como un proceso continuo que debe estar vinculado a la enseñanza y adaptarse al contexto socioeducativo de los estudiantes. Se enfatiza la necesidad de dejar atrás las evaluaciones tradicionales en favor de prácticas formativas y críticas que fomenten la autoevaluación y coevaluación, así como la reflexión docente. Además, se propone que la evaluación debe ser un proceso colaborativo y dinámico que permita a los estudiantes participar activamente en su propio aprendizaje.
El documento aborda la importancia de la evaluación del aprendizaje como un proceso continuo que debe estar vinculado a la enseñanza y adaptarse al contexto socioeducativo de los estudiantes. Se enfatiza la necesidad de dejar atrás las evaluaciones tradicionales en favor de prácticas formativas y críticas que fomenten la autoevaluación y coevaluación, así como la reflexión docente. Además, se propone que la evaluación debe ser un proceso colaborativo y dinámico que permita a los estudiantes participar activamente en su propio aprendizaje.
El documento aborda la importancia de la evaluación del aprendizaje como un proceso continuo que debe estar vinculado a la enseñanza y adaptarse al contexto socioeducativo de los estudiantes. Se enfatiza la necesidad de dejar atrás las evaluaciones tradicionales en favor de prácticas formativas y críticas que fomenten la autoevaluación y coevaluación, así como la reflexión docente. Además, se propone que la evaluación debe ser un proceso colaborativo y dinámico que permita a los estudiantes participar activamente en su propio aprendizaje.
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Centro de Estudios Universitarios Baja California
Maestría en Educación
REPORTE DE LECTURA
¨ La Evaluación del Aprendizaje. Dimensiones y Practicas Innovadoras¨
ASIGNATURA
Evaluación del Aprendizaje
NOMBRE DEL ESTUDIANTE
Gabriela Escandón Ríos
NOMBRE DEL CATEDRÁTICO (A)
Mtra. Glenda Laura Escandón Siqueiros
Playas de Rosarito, B.C., 22 de Julio de 2024.
¨ La Evaluación del Aprendizaje. Dimensiones y Practicas Innovadoras¨ (2019).
Stella Serrano de Moreno
Ante la evaluación son muchas las preguntas y las dudas, aun con un cúmulo de experiencia profesional, es necesario relacionar el proceso de enseñar con el proceso de evaluación y reconocer las prácticas que utilizamos al evaluar. La evaluación tiene la finalidad de dar la suficiente información sobre el proceso continuo de enseñanza y aprendizaje, lo cual no es únicamente la calificación final que se pueda brindar en ciertos momentos acabando en una mera rendición de cuentas a los padres y madres de familia. La evaluación permite la reflexión de la práctica docente y dar la orientación a una mejora de propuesta, además de tomar en cuenta el contexto socioeducativo del estudiante y dejar de lado las evaluaciones tradicionales por las formativas y críticas.
El concepto de evaluación ha tenido con el tiempo múltiples definiciones, hoy
día no solamente los docentes evalúan ya que integran la autoevaluación y coevaluación entre estudiantes. La reflexión del docente en la evaluación no es solamente individual y unidireccional, es necesario reconocer y analizar la realidad que se vive en todos los escenarios desde un trabajo colegiado entre docentes, para fijar las situaciones o problemas que se presenten en el contexto y dar coherencia a las acciones que se determinen seguir como comunidad escolar y que impacten en las situaciones didácticas en el aula. Por lo cual se requiere que el docente diseñe, retroalimente y utilice metodologías con diversidad de estrategias, instrumentos, espacios y tiempos caracterizándolos con las condiciones anteriores.
Todo esto lleva a replantear cómo se aprende y cómo éste aprendizaje debe ser significativo dejando a un lado prácticas que ya no son adecuadas a la realidad de cada contexto y contrario a lo tradicional elegir y reconocer que ajustar o priorizar ciertos contenidos no es suficiente, ya que se requiere que el estudiante tenga mayores experiencias que solo conocimientos y conceptos. Por lo cual es necesario que esas experiencias no sean ajenas a la realidad y se construyan situándolas en el aula, escuela, familia y dando una vinculación con los valores necesarios para vivir y convivir en comunidad.
Todo lo anterior determina que la evaluación esta aunada al aprendizaje por lo
cual al diseñar la planeación a seguir también se debe tomar en cuenta todo aquello que tenga relación con ella. Es aquí en la planeación cuando es necesario que además de reflejar los proyectos significativos a realizar, también sea necesario agregar los tiempos a seguir, la diversidad de materiales, instrumentos acordes a las acciones a evaluar, los momentos para evaluar y cómo se rendirá esta información. Considerando que todo esto no termina ahí, ya que se requiere reflexionar el mejorar los ambientes de aprendizajes en donde la motivación y un clima de confianza son esenciales para el continuo aprendizaje, por lo cual las estrategias de evaluación no se dirigen a comparar al estudiante con otro para ubicar el logro de su aprendizaje sino replantear las estrategias utilizadas y poder diferenciar obstáculos a enfrentar.
La evaluación puede mostrar todo el camino seguido apoyándose en evidencias
y dando esa retroalimentación al estudiante para que él también participe en ella, propiciando el análisis de sus propios aprendizajes. Pero la evaluación también puede lograr que el docente ajuste las acciones para sus próximas actividades didácticas, llevándonos a una evaluación continua y permanente. Donde se confrontan las capacidades del docente para reconocer las dificultades, esfuerzos y todo aquello significativo que pueda observar en el proceso que permita el logro de los aprendizajes donde el estudiante es el centro de interés. Por lo tanto, Serrano (2002) afirma que:
¨Finalmente, bien sea que la evaluación se realice de manera individual o
colectiva y cualquiera sea el período de tiempo en que se desarrolla, es útil que, una vez realizada la evaluación, se promuevan en el aula situaciones de comunicación o devolución de resultados de la corrección, para proceder, con la participación de todos, a discutir y analizar esos resultados, con la finalidad de que los estudiantes comprendan dónde y por qué se han equivocado y cómo corregir los errores¨.
La evaluación como medida es meramente administrativa, y es necesario quitarle
el sentido de que esa medida es el fin último ya que culturalmente ese tipo de rendición es el que se reconoce y satisface al docente, al estudiante y a la familia. Pero también reconocer que el docente está resistiendo a esa idea tradicional, cambiando y mejorando la forma de enseñar y evaluar. En estos momentos donde la tecnología viaja rápidamente, el docente se ubica en la concepción de actividades innovadoras, de la búsqueda de nuevos materiales, elaborar actividades especificadas para situaciones donde los estudiantes o condiciones así lo exijan, organizar con más precisión los tiempos para enseñar y evaluar. Donde esta práctica formativa y evaluativa no sea individual y cerrada en un aula sino lo contrario, abierta a ser observada y analizada en colectivo que derive a una mejora. Al respecto, SEP 2022 propone que:
Desde la NEM se considera que la evaluación requiere de un cambio de
visión de todos los agentes involucrados en el proceso de aprendizaje, un ejercicio de innovación didáctica cuya intención es redefinir los procesos educativos desde un tamiz donde se recupere el papel y la experiencia de las maestras y los maestros en vinculación con elementos críticos; esto es, de reflexión, lectura y análisis de la realidad que se condensan en el trabajo por proyectos educativos.
No hay una forma de evaluar que se le pueda llamar la única o la mejor, cada contexto es distinto, las formas de evaluar no pueden ser las mismas, ni inflexibles ni repetitivas, porque cada grupo y cada espacio de tiempo son distintos pero si debe ajustar la práctica docente para mejorar con estrategias innovadoras donde el constructivismo pase a una labor pedagógica critica. La evaluación se adapta y no se limita, es la que fomenta el interés, la reflexión y la crítica de estudiante y docente. Por lo que la evaluación no pude ocurrir solamente al final de un momento, la retroalimentación continua permite a los estudiantes saber en lo cual pueden mejorar, los instrumentos involucrados y las actividades que puedan llevar más allá del aula, se crea una historia evaluativa alrededor del estudiante pero no centrada solamente en él. De tal manera que la evidencia o productos que se obtengan se pueda interpretar y dar un valor de conocimiento construido no solamente de concepto aprendido. Por tal cada actividad diseñada, será pensada para ser desafiante, motivadora y realista que pueda responder a lo que el estudiante realice en presente o futuro en su vida diaria y que no solo sean actividades numerosas y abrumadoras descontextualizadas las cuales al ser evaluadas no tengan significado y sentido posterior a ello, lo cual puede causar desmotivación a varios actores de este proceso.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
Serrano De, M. (2002). Stella La evaluación del aprendizaje: dimensiones y prácticas
innovadoras Educere (Vol. 6). Universidad de los Andes Mérida, Venezuela, p.
249. (Consultado 21-jul-2024).
Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro. Fase 5 fue elaborado y editado por la
Dirección General de Materiales Educativos Primera edición, 2023 (ciclo escolar
