SALMO 012 Suplica Del Justo Que Confia en El Señor

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Hasta cundo, Seor

+++ Este salmo muestra un conflicto entre dos grupos: por un lado, los
que tienen labios embusteros, doblez de corazn (3) y una lengua
arrogante (4). Se trata de los malvados que exaltan la corrupcin (9),
sus armas son el embuste y la falsedad (3).

+++ El otro grupo es el de los fieles que no se conforman y que


claman pidiendo salvacin (2), mientras contemplan cmo la sociedad
est basada en la falsedad y en la mentira (3). Los fieles, por un lado,
son valientes; pero, por otro, saben que estn con la soga al cuello.
Su clamor puede costarles muy caro.

+++ Por eso se dirigen al Seor, para que


intervenga, para que, de un tajo, corte los labios
embusteros y la lengua arrogante (4), pues es
muy difcil mantenerse fiel a su proyecto, cuando
el nmero de los malvados crece y la corrupcin
se ha convertido en la ley de la sociedad (9).
Dios de los excluidos
A Dios se le llama Yav (el Seor). Y esto ya es mucho, pues este
nombre est vinculado al xodo, a la liberacin de la esclavitud en Egipto.
As pues, se trata una vez ms del Dios de la Alianza, que escucha el
clamor, que se levanta y libera a los pobres oprimidos y a los necesitados
que gimen. Es el Dios de los excluidos, su ms poderoso aliado. Su
palabra es sincera y creadora de vida.

En el Nuevo Testamento, encontramos grupos y personas que claman a


Jess y que son escuchados (Mc 4, 35-41; Lc 17, 11-19; Mt 15, 21-28), lo
que indica que Jess es el auxilio de Dios que salva a la humanidad (el
nombre de Jess significa Dios salva, Mt 1, 21). Pablo exhortaba a las
comunidades para que fueran fermento en la masa, es decir, para que
fueran capaces de una accin transformadora en una sociedad corrupta
(1Cor 6, 11; 12, 2; Ef 2, 1-10; Flp 2, 14-16).

Cules son hoy los clamores del pueblo? Por qu hay pobres oprimidos y
necesitados que gimen? Qu transmite la propaganda? Podemos rezarlo cuando
sentimos que nos rodean la mentira, la falsedad, la opresin, la impunidad, la corrupcin;
cuando desaparece la fidelidad y la gente se devora entre s; cuando sentimos que la
palabra de Dios tiene que fermentar nuevamente la sociedad; cuando parece que los
poderosos estn ocupando el lugar de Dios; cuando nosotros mismos queremos que
alguien nos salve...
Hasta cuando, Seor,
seguirs olvidndome?

Hasta cuando me
esconders tu rostro?

Hasta cuando he de
estar preocupado,
con el corazn apenado
todo el da?

Hasta cuando va a triunfar mi enemigo?


Atiende y respndeme, Seor, Dios mo;
da luz a mis ojos
para que no me duerma en la muerte,
para que no diga mi enemigo: "le he podido",
ni se alegre mi adversario de mi fracaso.
Porque yo confo
en tu
misericordia:
alegra mi
corazn con tu
auxilio,
y cantar al
Seor por el
bien que me ha
hecho.
Hasta cundo..., hasta cundo..., hasta cundo? El grito repetido del alma en
espera. Cunto tiempo me queda, cunto he de esperar, cunto tardar?
Cunto me costar aprender a orar, dominar mi genio, llegar a la madurez,
conseguir la paz? He empleado ya tantos aos, tantos esfuerzos; he hecho tantos
propsitos y malgastado tantas gracias; he dejado pasar tantas ocasiones y
retrocedido tantas veces... que te explicars por qu me impaciento y pregunto y
vuelvo a preguntar: Hasta cundo, Seor, hasta cundo?

T me entiendes bien, Seor, y entiendes este doble movimiento en mi alma, el


anhelar y el descansar, la sed y la satisfaccin, la impaciencia y la felicidad. T
eres, Seor, quien acusa los dos movimientos; t quieres que pida y que d
gracias, que me sienta feliz con lo que tengo y que aprenda a pedir ms, que viva
en satisfaccin y en esperanza. A las dos corrientes me entrego, Seor, bajo tu
inspiracin y con tu gracia.

Esa es la leccin viva que aprendo en este Salmo que comienza por quejarse:
Hasta cundo?, y acaba proclamando: Yo confo en tu misericordia; alegra mi
corazn con tu auxilio, y cantar al Seor por el bien que me ha hecho. As lo
har yo tambin, Seor, de todo corazn.
Oh Dios, no nos olvides, no nos escondas tu rostro: no
queremos estar preocupados por tu silencio ni por tu
inmovilidad, sino gozar silenciosamente de tu luz, aguardando
tu gloriosa manifestacin.
Por Jesucristo, nuestro Seor.

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