Principio #35 - La Resurrección
Principio #35 - La Resurrección
Principio #35 - La Resurrección
PORQUE: Vean venir a Cristo como Rey = ”He aquí que viene con las
nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron …” Apocalipsis 1:7.
•MOISES
“Y era Moisés de edad de ciento y veinte años cuando
murió…” Deuteronomio 32:7. “pero cuando el arcángel
Miguel contendía con el diablo, disputando sobre el cuerpo
de Moisés…” Judas 9. “Y se transfiguró delante de ellos … y
he aquí les aparecieron Moisés…” Mateo 17:3.
Moisés murió, resucitó y fue llevado al cielo.
•ELIAS
“… Elías subió al cielo en un torbellino” 2 Reyes 2:11.
Elías no murió sino que fue llevado en vida al cielo.
•MULTITUD
“Y abriéronse los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que
habían dormido, se levantaron; y salidos de los sepulcros, después
de su resurrección, vinieron a la santa ciudad, y aparecieron a
muchos” Mateo 27:52, 53. Esta resurrección de ’muchos’ es la
única, multitudinaria, que se encuentra en las Sagradas Escrituras
antes del fin.
•LAZARO
“Y Jesús, seis días antes de la Pascua, vino a Bethania, donde
estaba Lázaro, que había sido muerto, al cual había resucitado de
los muertos” Juan 12:1. Lázaro murió, fue resucitado por Jesús y
volvió a morir como cualquier ser humano.
•ANONIMO
”Y aconteció que al sepultar unos un hombre, súbitamente vieron una
partida, y arrojaron al hombre en el sepulcro de Eliseo: y cuando llegó a
tocar el muerto los huesos de Eliseo, revivió, y levantóse sobre sus pies” 2
Reyes 13:21. Este hombre no fue llamado de nuevo a la vida, sino que
por contacto revivió, para morir después como un ser humano más.
•JESUS
”…Jesús Nazareno, varón aprobado de Dios entre vosotros en maravillas
y prodigios y señales, que Dios hizo por él en medio de vosotros, como
también vosotros sabéis; A éste, entregado por determinado consejo y
providencia de Dios, prendisteis y matasteis por menos de los inicuos,
crucificándole; al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por
cuanto era imposible ser detenido por ella” Hechos 2:22, 23.
”Y el que vivo, y he sido muerto; y he aquí que vivo por siglos de siglos,
Amén. Y tengo las llaves … de la muerte.” Apocalipsis 1:18.
“Cristo va a venir en la nubes y con grande gloria. Le
acompañará una multitud de ángeles resplandecientes.
Vendrá para resucitar a los muertos y para transformar a los
santos vivos de gloria en gloria. Vendrá para honrar a los que
le amaron y guardaron sus mandamientos, y para llevarlos
consigo. No los ha olvidado ni tampoco ha olvidado su
promesa.” El Deseado de Todas las Gentes, 586.
“Ciertamente el justo será recompensado en la tierra; ¡Cuánto
más el impío y el pecador! (Prov. 11: 31).
Los impíos reciben su recompensa en la tierra. (Prov. 11: 31.)
"Serán estopa; aquel día que vendrá los abrasará, ha dicho
Jehová de los ejército" (Mal. 4: 1).
Algunos son destruidos como en un momento, mientras otros
sufren muchos días. Todos son castigados "conforme a sus
hechos". Habiendo sido cargados sobre Satanás los pecados de
los justos, tiene éste que sufrir no sólo por su propia rebelión,
sino también por todos los pecados que hizo cometer al pueblo
de Dios.
Su castigo debe ser mucho mayor que el de aquellos a quienes
engañó. Después de haber perecido todos los que cayeron por
sus seducciones, el diablo tiene que seguir viviendo y sufriendo.
En las llamas purificadoras quedan por fin destruidos los impíos,
raíz y rama: Satanás la raíz sus secuaces las ramas.
Satanás y todos los que se han unido con él en la rebelión
serán cortados. . . Entonces "no existirá el malo: observarás
su lugar, y no estará allí"; "serán como si no hubieran sido"
(Sal. 37:10; Abd. 16). La justicia de Dios ha sido satisfecha y
los santos y toda la hueste angélica dicen en alta voz: Amén
Mientras el fuego de la venganza de Dios envuelve la tierra, los
justos moran seguros en la santa ciudad. La segunda muerte no
tiene poder sobre los que han participado de la primera
resurrección. (Apoc. 20: 6.) En tanto que para los impíos Dios es
fuego consumidor, para su pueblo es un sol y un escudo.
(Sal. 84: 11.)
El fuego que consume a los impíos purifica la tierra.
Desaparece todo rastro de la maldición. Ningún infierno que
arda eternamente recordará a los redimidos las terribles
consecuencias del pecado.
Sólo queda un recuerdo: Nuestro Redentor llevará siempre
las señales de su crucifixión. . . Todo lo que se había perdido
por el pecado, ha sido restaurado. . . El propósito primitivo
que Dios tenía al crear la tierra se cumple al convertirse ésta
en la morada eterna de los redimidos.” Maranata, 347.
Dios te bendiga