Aquella señorita no era duquesa, sino hija de un empleado en consumos, una cursi de las pocas que se deslizaban entre la buena sociedad del paraíso.
El caso es que yo no sabré resistir si ella insiste... El ridículo es inevitable. A mis ojos ya estoy en plena novela cursi. ¡Conque suceden estas cosas!
-Si no se llama Polo... Es un chico del comercio. -Lo supongo. Quiero decir que iba algo cursi. ¡Y ustedes iban tan vaporosas, tan bonitas! -¡Otra!
Que nadie le haya dicho que durante los días en que estuvo fuera del país, yo cometí la traición más detestable, ignominiosa y putrefacta de mi vida. Sí, aunque Renata diga que soy
cursi y anticuada, me arrepiento de lo que hice.
Antonio Domínguez Hidalgo
¿Y por qué matastes? —No sé... Es difícil de explicar... Tal vez te parezca
cursi... mas... Hubo un día en que yo... era todo amor...
Antonio Domínguez Hidalgo
Pero, de repente, aparecían dos yanquis, de esos que llegan en grandes cajas de cartón rotuladas a los Bancos y a las compañías petroleras; saludaban a Susiche en inglés; y ya mi amiga perdía la cabeza; ya todo estaba mal; todo lo criollo era cursi; se iba a la mesa de los yanquis y me dejaba solo como un idiota.
colón y su epopeya exigen homenaje mejor que versos míos así tan a granel: hasta Colón no alcanza la petulancia cursi, ni la pueril soberbia, ni mi senil chochez.
Darle por título Miscelánea, Variedades, Mesa revuelta, Pandemónium o cualquier otro de los ya muy manoseados, cuando un autor selecciona el papel que su pluma ha emborronado, me pareció chabacano, vulgar,
cursi.
Ricardo Palma
No encuentra que haya nada menos digno de ser visto que una fiesta, así se celebre en el palacio y bajo la dirección de la mismísima reina de las hadas, y cuando quiere ver piruetas y contorsiones, se trae a domicilio a las más guapas artistas de los teatros, convidando a sus amigos. -Así -les dice-, tendremos la seguridad de no padecer a ninguna feróstica, ninguna vieja y ninguna
cursi.
Emilia Pardo Bazán
Nuestro rumbo en la vida pende de circunstancias insignificantes: Cleto, entre las múltiples direcciones que podía seguir, prefirió la escena, porque cierta guapísima
cursi, hija de un empleado de Gracia y Justicia, se prestó a ser su Doña Inés en la perpetración de un Tenorio, del cual, a causa de los panteones, estatuas y demás zarandajas, sólo se hicieron los primeros actos.
Emilia Pardo Bazán
No me permite un devaneo con una
cursi; aun dentro de la buena sociedad (la conoce ya al dedillo; no sé cómo se las ha arreglado), no tolera sino a la media docena de señoras chic..., que, como sabes, ¡están ya muy défraîchies!
Emilia Pardo Bazán
Todo el mes recibió la rubia por las mañanas, en su casa, un ramillete fresco: tales eran mis órdenes, y me enteré de que se cumplían puntualmente. -¿Y no sabes el efecto que le hizo a la
cursi un obsequio tan galante?
Emilia Pardo Bazán