Bioplasticos U Mardel 2014
Bioplasticos U Mardel 2014
Bioplasticos U Mardel 2014
Echeverria, Silvana
Mayo de 2014
Este trabajo tuvo como objetivo el estudio y la comparación de diferentes factores que afectan
al uso de materiales biodegradables y no biodegradables en aplicaciones de envases. Se
prepararon muestras de materiales biodegradables: Policaprolactona (PCL), Ácido Poliláctico
(PLA), almidón termoplástico (TPS). Además, se estudiaron las mezclas de PCL y TPS como una
alternativa para reducir el elevado costo del material, ya que la policaprolactona tiene un
precio unas 3 o 4 veces superior que los polímeros convencionales utilizados en el área de
envases. Se investigó la influencia de la adición de un compatibilizante (PCL modificada con
anhídrido maleico, PCLgMA) a dichas mezclas, que fue preparado en este mismo trabajo.
Dentro de los materiales ensayados, el PLA fue el más prometedor, mostrando propiedades
mecánicas cercanas a las de polímeros convencionales, costo razonablemente bajo y
versatilidad en su uso, haciéndolo apto para la mayor parte de las aplicaciones estudiadas. El
almidón presentó propiedades mecánicas reducidas y dificultades en su procesamiento,
comparado con el resto de los materiales, que lo hicieron poco aplicable para ser utilizado en
envases, films o bolsas. Las mezclas PCL/TPS y PCLgMA/TPS mostraron mejoras mecánicas
relevantes, respecto del almidón, aunque no fueron suficientes para ser competitivas frente a
los polímeros comerciales no biodegradables. Se estimó que al mezclar almidón y
policaprolactona se lograrían reducciones del 20 al 25% en los precios respecto del precio
actual de la policaprolactona. Sin embargo, la reducción en el precio no fue suficiente para
compensar la pérdida en las propiedades mecánicas, resultando en alternativas más costosas
1
debido a la necesidad de incrementar los espesores de los productos para alcanzar las
prestaciones mecánicas requeridas.
2
Contenidos
Resumen ............................................................................................................................. 1
1. Introducción................................................................................................................. 6
4. Resultados ................................................................................................................. 20
3
4.5 Reología ....................................................................................................................... 29
5.2.4 Láminas................................................................................................................ 56
5.2.5 Bolsas................................................................................................................... 56
7. Referencias ................................................................................................................ 69
4
10.1 Estructura de costos de producción de mezclas PCL/TPS y PCLgMA/TPS. ................. 77
5
1. Introducción
Los primeros materiales plásticos nacieron en el año 1862, pero no fue hasta la segunda mitad
del siglo 20 que comenzaron a ser utilizados en forma masiva. Desde entonces, la industria
plástica se ha incrementado a un ritmo del 8,7% anual. En la actualidad, los materiales
plásticos forman parte de nuestra vida cotidiana y mejoran nuestra calidad de vida en
innumerables aplicaciones [1].
Material Usos
PET Botellas de agua, frascos y envases para condimentos
HDPE Algunos envases y botellas, bolsas.
PVC Films y láminas delgadas, algunas botellas.
LDPE Bolsas, botellas y envases flexibles (aderezos), films, tapas de botellas.
Botellas, envases, paquetes para alimentos (ej. papas), sorbetes,
PP
platos y vajilla descartable.
PS Envases, vasos y vajilla descartable, bandejas,
Esta industria es responsable de un 29,5% del total de desechos plásticos [5]. Estos materiales
tienen una bajísima tasa de biodegradación, por lo tanto, los residuos se acumulan. Además, la
baja permeabilidad al oxígeno de muchos de estos materiales, torna más difícil la degradación
de otros desechos de origen orgánico, aumentando la acumulación de residuo en los
6
vertederos. Los efectos fueron ignorados durante años, hasta que algunas regiones
comenzaron a darse cuenta que se quedaban sin espacio físico para acumular los desechos.
El reciclaje y la reutilización de los polímeros surgieron como las primeras medidas de reducir
el impacto ambiental de estos materiales, y han sido probadas muy efectivas. En la actualidad,
se aplican intensos programas de reciclaje en algunos de los países más comprometidos con el
medio ambiente. La Unión Europea es un ejemplo. Algunos países de esta región reciclan hasta
un 80% de los desechos de la industria de envases y embalajes, siendo un 55% el promedio [6].
Sin embargo, estas medidas encuentran aplicaciones limitadas. En primer lugar, no todos los
plásticos son reciclables y muchos pierden propiedades en gran medida durante este
procedimiento. Además, los plásticos utilizados para alimentos, higiene o usos médicos,
podrían quedar contaminados con ellos, aumentando los costos y las dificultades para su
reciclaje [2].
Estos motivos llevaron a la aparición de materiales plásticos alternativos que pretenden tener
menor impacto ambiental. Una de las opciones de mayor auge en estos tiempos, son los
polímeros biodegradables. Si bien se conocen desde hace décadas, sólo hace unos pocos años
que algunos de ellos comenzaron a producirse en escalas comerciales. Unos pocos han
adquirido aceptación, especialmente en aplicaciones de envasado y embalaje [7].
En este trabajo, se evaluaron algunas de las alternativas biodegradables para ser utilizadas en
reemplazo de polímeros no biodegradables, de uso convencional. Se seleccionaron algunos de
los polímeros commodities utilizados en la actualidad (PE, PP y PS) y otros biodegradables
estudiados en trabajos previos del grupo de investigación (Grupo de Materiales Compuestos
de Matriz Polimérica, Intema). Entre los polímeros biodegradables utilizados se encuentra el
ácido poliláctico, PLA, en sus versiones pura y plastificada con el aditivo comercial EJ300.
Además, se seleccionaron la policaprolactona (PCL), el almidón termoplástico (TPS), y una
mezcla de ambos materiales en igual fracción en peso. Como estos dos últimos polímeros son
incompatibles entre sí, se completó la lista de materiales a estudiar con una mezcla de ambos
materiales preparada con un compatibilizante, PCLgMA.
7
envases y embalajes, como la factibilidad técnica y económica, el impacto ambiental y la
percepción del consumidor.
8
2. Marco teórico
Todos los polímeros se degradan naturalmente, pero en muchos de los polímeros tradicionales
el mecanismo predominante consiste en la degradación oxidativa de las cadenas poliméricas
9
en segmentos más pequeños. El problema es que el proceso puede tardar cientos de años en
ocurrir.
Algunos polímeros biodegradables han adquirido aceptación hoy en día. Entre ellos, podemos
distinguir el ácido poliláctico (PLA), el almidón y la policaprolactona (PCL).
El ácido poliláctico es uno de los materiales biodegradables con mayor expectativa de uso. Sus
propiedades mecánicas son altas comparadas con las de las poliolefinas en general. Su Tg
ronda entre los 50 y 80°C, y su grado de cristalinidad y morfología de los cristales pueden ser
variados de acuerdo a las condiciones de procesamiento, dando lugar a un material con gran
variedad de propiedades mecánicas [2]. Sin embargo, el PLA no puede ser degradado
directamente por microorganismos, sino que su degradación ocurre primero en forma
abiótica, vía hidrolítica, a temperaturas mayores que los 50°C [2]. Esta característica es de gran
interés, ya que el PLA no suele contaminarse con hongos o baterías, y puede ser utilizado para
aplicaciones que involucren alimentos [12].
La degradación del PLA finaliza por vía biótica. Los microorganismos metabolizan el ácido
láctico formado en la etapa anterior. Este proceso ocurre en presencia de oxígeno y forma
10
dióxido de carbono y agua. El PLA es completamente biodegradable en condiciones de
compostaje industrial, pero tardará años en hacerlo en otras condiciones [2,8].
Este polímero ha recibido mucha atención últimamente por ser altamente biodegradable,
resistente químicamente y fácilmente procesable [2,8]. Además, este material está
comenzando a producirse a escala industrial.
Las principales limitaciones en el uso de PCL en aplicaciones de envases y embalajes son su alto
costo y bajas propiedades mecánicas. Por estos motivos se ha propuesto que podría ser
mezclada con otros polímeros o reforzada con nanopartículas [13–15].Por otro lado, su
velocidad de degradación no es tan alta como la del almidón, y por este motivo también se ha
propuesto que mezclarla mejoraría esta condición [16].
2.2.3 Almidón
El almidón puede ser modificado para ser procesado como un material termoplástico
tradicional. Esta modificación consiste en la desestructuración de los gránulos, en un proceso
11
conocido como gelatinización y su producto es el almidón termoplástico (TPS).Entre los
procesos de gelatinización posibles, el más usado requiere de la presencia de un plastificante
(como agua, glicerol o etilenglicol) a temperaturas entre 90 y 120°C y la ayuda de esfuerzos de
corte durante el procesamiento [2].
El almidón es un material abundante y de muy bajo costo, lo cual lo hace atractivo para
aplicaciones de corto tiempo de uso, como envases, films y bolsas. Pero tanto el almidón en su
forma natural, como el TPS, tienen propiedades mecánicas muy pobres en general, y las
mismas varían enormemente según la fuente. Además, es un material muy hidrofílico por su
alto contenido de grupos hidroxilos. Para compensar estos defectos, suele mezclarse este
material con otros polímeros, como PCL, PLA, o reforzarse con nanopartículas [2,18].
En muchos casos se ha sugerido la posibilidad de mezclar estos dos polímeros para salvar las
limitaciones de uno y otro. La adición de PCL al TPS disminuiría la hidrofilicidad y mejoraría las
propiedades mecánicas y procesabilidad del TPS puro. Por otro lado, también se obtendría un
material de menor costo y mayor velocidad de degradación que la PCL pura [19]. Sin embargo,
dado que la policaprolactona es altamente hidrofóbica y el almidón hidrofílico, ambos
polímeros son altamente inmiscibles y no existe una gran mejora en las propiedades finales al
mezclar estos materiales. El agregado de un compatibilizante podría mejorar la interfaz entre
ambos materiales, produciendo las mejoras esperadas en las propiedades. Uno de los
materiales más utilizados para este fin es la PCLgMA, que consiste en una cadena de
policaprolactona con grupos anhídrido maleico injertados [20]. La introducción este grupo
funcional en la PCL aumenta la polaridad de la molécula, mejorando la compatibilidad con el
almidón.
12
3. Materiales y métodos
3.1 Materiales
Para la preparación del almidón termoplástico (TPS) se utilizó almidón de mandioca en forma
de polvo. El etilenglicol (EG, J.T. Baker) se utilizó como plastificante en el proceso de
gelatinización y el ácido esteárico (AE, Schuchardt Merck OHG) se empleó como lubricante.
Se utilizó una policaprolactona (PCL) de peso molecular 80,000 gr/mol (CAPA FB100, Perstorp)
tanto para la preparación de las mezclas con almidón termoplástico como para la placa de PCL
pura. El anhídrido maleico (AM) fue utilizado para la compatibilización de la PCL con el TPS y
fue suministrado por Carlo Erba Reagents. Se utilizó Peróxido de Benzoílo (BZP), suministrado
por Aldrich Chemistry, como iniciador para la modificación de la policaprolactona.
El ácido poliláctico (PLA) utilizado fue el 3051D de Nature Works y se utilizó como plastificante
el GlyetherEJ-300 (poliglicidil éter de glicerol) de JSI Co., Ltd.
Además, se utilizaron polietileno (PE, Dow), polipropileno (PP, Braskem) y poliestireno (PS, HF
555, Resirene).
Luego, se preparó el compatibilizante para las mezclas con almidón termoplástico. Se modificó
químicamente a la PCL con anhídrido maleico iniciando la reacción con peróxido de benzoílo
para formar el compatibilizante (PCL-gAM). La reacción se llevó a cabo en un mezclador tipo
Brabender para proporciones en peso de PCL/AM/BZP de 95/4,5/0,5. Se utilizó durante la
reacción un flujo constante de N2 por encima de la cámara de mezclado para evitar efectos
adversos del O2 en la reacción. Las condiciones de reacción fueron 100°C, 60 rpm y 5,5
13
minutos, que fueron seleccionadas para alcanzar el mayor grado de modificación posible,
según lo reportado por Jacob y col.[22].
Se prepararon mezclas PCL/TPS y PCLgMA/TPS, ambas con una relación de 50/50 en peso. Las
mismas se obtuvieron por mezclado en fundido en un mezclador tipo Brabender a 100 rpm,
100°C durante 5 minutos.
Finalmente, todos los materiales (PLA, PLA plastificado (PLAej300), PCL, PE, PP y PS) fueron
sometidos a similares condiciones de procesamiento: 100 rpm, 5 min, a temperatura
aproximadamente 40°C mayor que la temperatura de fusión (para los semicristalinos) o que la
Tg del material (para los amorfos). La Tabla 2 muestra las temperaturas de mezclado
seleccionadas para procesar cada material.
Material Temperatura
(°C)
PLA 185
PLAej300 190
PCL 100
PE 170
PP 205
PS 145
Se obtuvieron placas de cada mezcla mediante moldeo por compresión. Se utilizó una prensa
hidráulica con enfriamiento mediante circulación de agua. Las mezclas se calentaron a la
misma temperatura que la de mezclado y se las dejó durante 10 minutos sin aplicar presión
hasta lograr la fusión. Luego, se aplicó una presión de 50 kg/cm2 durante 10 minutos y,
finalmente, se enfriaron los moldes hasta temperatura ambiente mediante un flujo de agua.
3.3 Caracterización
14
calentaron desde 25°C hasta 700°C a una velocidad de 10°C/min. Los ensayos se llevaron a
cabo en atmósfera de nitrógeno.
Se determinaron las temperaturas de fusión y transición vítrea (Tg), los calores de fusión, y el
grado de cristalinidad con los datos obtenidos en el segundo calentamiento. Las temperaturas
de fusión se calcularon como el punto máximo en el pico de fusión. La Tg, se estimó como el
valor localizado a la mitad de la altura entre las temperaturas máxima y mínima de la
transición vítrea (ver Figura 1).
Figura 1. Determinación de la temperatura de transición vítrea mediante DSC. Teig y Tefg son, respectivamente,
las temperaturas máxima y mínima de transición. Tmg es la temperatura designada como Tg.
Los calores de fusión (ΔHf) se determinaron integrando el área del pico de fusión. Con este
valor se calculó el grado de cristalinidad según la ecuación 1.
15
( ) Ecuación 1
ΔHf,100se refiere a la entalpía de una muestra 100% cristalina [23–25]. Los valores de entalpía
de PCLTPS y PCLgMA/TPS se calcularon sólo para la fracción en masa que corresponde a PCL.
Se utilizó una celda de carga de 50 kN para todas las muestras, excepto las de almidón
termoplástico, que se ensayaron con una de 100 N.
16
3.3.4 Absorción de humedad
Se realizó un ensayo de absorción de humedad a 90% de HR. Las muestras utilizadas fueron de
2 cm x 2 cm de área y se las secó durante 72 hs en una estufa de vacío a 40°C. Las mismas se
ubicaron en un recipiente de 30 cm de diámetro conteniendo una solución de glicerina y agua
(35% p/p de glicerina) en el fondo que origina una atmósfera con 90% HR en la parte superior
del recipiente, según lo descripto por la norma ASTM D 5032. Las muestras se pesaron
periódicamente a modo de obtener las curvas de absorción de agua. El ensayo se detuvo
cuando las muestras alcanzaron un peso constante o bien, cuando comenzaron su proceso de
degradación.
( ) Ecuación 2
( )
( ) Ecuación 3
17
( ) Ecuación 4
( )
̅( ) Ecuación 5
( ) Ecuación 6
18
3.3.8 Reología
La reología en fundido de los sistemas se estudió por medio de reometría dinámica de platos
paralelos. Se realizaron las mediciones en un intervalo de frecuencias de entre 0,63 y 630 s-1, a
un 2% de deformación. Las temperaturas de ensayo, mostradas en la Tabla 4 se seleccionaron
teniendo en cuenta las temperaturas de procesamiento.
Material Temperatura
(°C)
PLA 190
PLAej300 190
PCL 100
PCLgMA 100
PCL/TPS 120
PCLgMA/TPS 120
TPS 120
PE 170
PP 200
PS 230
19
4. Resultados
Algunos autores utilizaron esta técnica y encontraron bandas a longitudes de onda de 1786 y
1860 cm-1 que atribuyeron a los estiramientos simétrico y asimétrico del grupo C=O del
anhídrido cíclico, los grupos funcionales que presentaría el anhídrido maleico injertado según
el camino de reacción propuesto en este trabajo [20,22]. Dichas señales no se encontraron en
las muestras analizadas. Esto indicaría que la reacción de injerto no fue completada, aunque
también existe la posibilidad de que esta técnica no permita detectar estas bandas por la alta
intensidad relativa de la banda éster.
20
Aunque la metodología experimental fue la misma que la reportada por otros autores, no se
obtuvieron los resultados esperados. Posibles fuentes de error podrían darse en las
condiciones de almacenamiento. El anhídrido maleico hidroliza formando ácido maleico en
presencia de humedad ambiente relativamente alta [26]. El ácido maleico tiene una
reactividad mucho más baja, y por lo tanto, no produciría la reacción de grafting esperada. Si
este fuese el caso, los cambios sufridos por el material podrían ser producto del corte de
cadenas producido por acción del peróxido y, probablemente por alguna reacción secundaria.
Para discernir si la reacción no ocurrió en lo absoluto, no pudo ser detectada, o si otro camino
de reacción fue el preferencial se planea en trabajos a futuro incorporar a la investigación
otras técnicas de caracterización, como espectroscopía de resonancia magnética nuclear
(NMR).
La Tabla 5 resume los resultados más relevantes del análisis termogravimétrico. Se indican To,
la temperatura de inicio del proceso de degradación y Td, la temperatura de máxima velocidad
de degradación (Figura 3). Las curvas restantes pueden consultarse en el anexo (sección
10.2.1).
21
Figura 3. Termograma de la policaprolactona. M/M0 es la relación de masa respecto de la inicial (masa residual).
Se indican las temperaturas de inicio (To) y máxima velocidad de degradación (Td).
La descomposición térmica del PE, PP, PS, PLA, PCL y PCLgMA ocurrió en una única etapa, con
temperaturas de degradación entre los 330 y 460°C. La policaprolactona y su modificación
mostraron la mayor diferencia de temperaturas entre la degradación y la fusión. La ventana
se hizo más pequeña hacia el polietileno y polipropileno y finalmente, el PLA mostró el menor
rango de temperaturas de procesamiento.
El almidón termoplástico siguió una descomposición térmica en tres pasos. La primera etapa
corresponde a la pérdida de agua, la segunda a la descomposición parcial del almidón y del
glicerol, y la última a la oxidación del almidón parcialmente descompuesto [28].
22
En el caso de las mezclas PCL/TPS y PCLgMA/TPS, la descomposición ocurrió en dos pasos. El
primero, de menor temperatura, se correspondería con la descomposición térmica del almidón
termoplástico, y el segundo con la de PCL. En este sentido, si bien se redujo la estabilidad
térmica de las muestras por la adición del TPS, siguen presentando un amplio rango de
temperatura de procesamiento.
Los eventos térmicos de cada material fueron también estudiados mediante DSC. Se
registraron las temperaturas de fusión (Tf) y de transición vítrea (Tg), así como el calor de
fusión (ΔHf). Los resultados se muestran en la Tabla 6 y en la sección 10.2.2. Además, se
incluyeron las temperaturas de inicio de la degradación (obtenidas de las curvas de TGA, en la
sección anterior) y la relación entre la fusión y el inicio de la degradación (en temperatura
absoluta), que da una idea de la amplitud térmica para el procesamiento.
Tabla 6. Características térmicas de los materiales estudiados. *El grado de cristalinidad se calculó para la fase
PCL en función de la composición [23,29].
Grado de
Tf Tg ΔHf To
Muestra cristalinidad To/Tf
(J/g) (°C) (°C) (J/g) (°C)
(%)
PE 293,00 135 - 176,41 60 456 1,8
PP 207,00 163 -10 78,47 38 430 1,6
PS - - 96 - - 390 -
PLA 93,10 150 54 26,62 29 333 1,4
PLAej300 93,10 149 48 29,73 32 233 1,2
PCL 136,00 62 -59 65,29 48 382 2,0
PCL/TPS* 136,00 59 -60 65,52 48 295 1,7
TPS - - - - 233 -
PCLgMA/TPS - 59 -58 71,61 - 297 1,7
PCLgMA - 60 -57 77,05 - 373 1,9
Los resultados para el polietileno, polipropileno y poliestireno son consistentes con los
reportados en bibliografía [2,23]. La PCLgMA presentó un punto de fusión ligeramente menor
que el material original. Esto podría deberse a un cambio en la morfología de los cristales
debido a una posible reducción del peso molecular de la PCL durante la reacción química [30].
23
El DSC de la PCLgMA presentó dos eventos exotérmicos adicionales que no se encontraron en
el de la PCL (Figura 4). Uno ocurrió a los 129°C y el otro a los 160°C. Estas temperaturas
coinciden con los puntos de fusión y ebullición del ácido maleico, 130 – 140°C y 160°C
respectivamente [31]. Dichos eventos sólo aparecieron en el primer calentamiento, lo cual
podría significar que efectivamente existía ácido maleico libre en la muestra y se evaporó
durante el primer calentamiento. Por otro lado, la adición de almidón tanto a la PCL pura como
al PCLgMA produjo una ligera disminución de la temperatura de fusión. Este resultado ya había
sido reportado en bibliografía anteriormente, y se atribuye a la formación de interacciones
tipo puente de hidrógeno entre los grupos hidroxilo del almidón y los carbonilos de la
policaprolactona [16].
a.
24
b.
Figura 4. DSC de la policaprolactona (a) y de la policaprolactona modificada (b).
La Tg del PLA disminuyó ligeramente con el agregado del plastificante, pero la variación no es
demasiado significativa. Por otro lado, este es el caso que muestra la menor amplitud térmica
entre los eventos de fusión y degradación, dando las menores posibilidades de variar la
temperatura durante el procesamiento. Desde este punto de vista, la plastificación tampoco
fue efectiva.
25
Tabla 7. Propiedades mecánicas medidas en tracción de los materiales estudiados.
La Figura 5 muestra las diferentes curvas tensión-deformación para las muestras con
policaprolactona y el TPS. Las totalidad de las curvas se muestra en la sección 10.2.3.
En primer lugar, se pueden observar algunas diferencias en las muestras de PCLgMA respecto
de la PCL pura. Se aprecia un aumento de un 25% en el módulo y una severa caída de las
26
tensiones de fluencia y máxima. Cabe destacar que la PCLgMA recién procesada mostraba
propiedades mecánicas similares a las de la PCL pura. Al pasar el tiempo el material se fragilizó
hasta alcanzar las propiedades mostradas en la Tabla 7. Es posible que la generación de
radicales libres se prolongara durante cierto tiempo después de la preparación de las placas,
debido a la presencia de peróxido de benzoilo residual. Cabe destacar que todas las muestras
fueron ensayadas luego de un mes del proceso de mezclado. Finalmente, el cambio en las
propiedades mecánicas podría deberse distintas reacciones secundarias provocadas por el
peróxido de benzoilo, una que daría lugar al corte de algunas cadenas, fenómeno que también
fue reportado en trabajos anteriores [22,32], y al menos otra que induciría el
entrecruzamiento de otras.
La Tabla 7 muestra que habría una mejora de las propiedades mecánicas de las mezclas
respecto de las propiedades del almidón termoplástico puro, aunque las mezclas muestran
propiedades muy por debajo de las de la PCL pura, tanto en la mezcla compatibilizada como en
la no compatibilizada.
El módulo en tracción de la mezcla PCLgMA/TPS muestra un incremento del 25% respecto del
de la mezcla PCL/TPS. Sin embargo, no puede asegurarse que esto se deba al efecto de la
compatibilización, ya que la PCLgMA posee mayor módulo que la PCL pura.
El módulo en tracción de las mezclas, tiene una magnitud comprendida entre las predichas por
los modelos de la regla de las mezclas en forma directa e inversa. El modelo de Hirsch propone
obtener el módulo en tracción de una mezcla a partir de la suma ponderada de los modelos en
serie y paralelo [33]. Su ecuación es:
( ) ( ) Ecuación 7
27
respectivamente. Esto indicaría que no parece haber un cambio en el comportamiento de las
mezclas, y por lo tanto, el cambio en el módulo de las mezclas se debería al mayor módulo de
la PCLgMA respecto de la PCL más que a la compatibilización de los componentes.
Sin embargo, el efecto que se espera obtener es una mejora en las propiedades respecto de las
de la policaprolactona pura, y esto no se observa en ninguna de las mezclas. La PCLgMA,
aunque funcionaría como compatibilizante, tiene propiedades muy reducidas respecto del
material original. Esto se nota principalmente en el cambio en el mecanismo de rotura,
pasando de un material muy dúctil a uno extremadamente frágil (Figura 5). Por este motivo,
no puede concluirse que se alcance una mejora efectiva en las propiedades finales.
Respecto del PLA, la incorporación del Glyether® EJ300 como plastificante es efectiva desde el
punto de vista de las propiedades mecánicas. Se reducen el módulo, la tensión de fluencia y de
rotura y se incrementa la elongación en fluencia y a la rotura. Sin embargo, los márgenes de
error observados elevados y se deben principalmente a inhomogeneidades en la placa de
PLAej300. Esto podría deberse a una distribución poco homogénea del plastificante.
Por último, encontramos que algunos de los materiales biodegradables ensayados tienen
propiedades similares a las de los polímeros convencionales. El PLA tiene un módulo similar al
del poliestireno y la resistencia a la tracción es considerablemente superior. Además, la
capacidad de deformación es casi 3 veces y media mayor que la del PS.
28
La muestra plastificada del PLA se comporta de forma similar al PE y PP, desde el punto de
vista mecánico. El módulo en tracción y la tensión máxima son similares a los de estos
materiales.
Respecto de las mezclas con policaprolactona, las propiedades más altas son las de la placa
pura. Las mezclas con almidón no alcanzan valores suficientemente altos en ninguna de las
propiedades como para ser comparables con las propiedades de los polímeros tradicionales.
Sin embargo, el análisis de las propiedades mecánicas sin priorizar una aplicación en particular
puede llevar a conclusiones erróneas. Es posible que las propiedades mecánicas de un material
estén sobredimensionadas para determinada aplicación. En las próximas secciones se
discutirán algunas aplicaciones en particular donde podría resultar factible la aplicación de
algunos de los materiales que se ven desfavorecidos en cuanto a propiedades mecánicas.
4.5 Reología
29
La curva del PLAej300 no se muestra debido a que el material sufrió degradación a
frecuencias más allá de 60 s-1. Esto es esperable y consistente con los resultados de
termogravimetría discutidos previamente.
Figura 7. Intervalos de velocidades de corte alcanzados usualmente por diferentes técnicas de procesamiento
[35–40].
30
100.000 s-1 aproximadamente. Sin embargo, permite hacer algunas comparaciones acerca de
los métodos de procesamiento a velocidades de corte bajas. Se puede observar que la mayoría
de los polímeros biodegradables ensayados se ubican en el gráfico (Figura 6) entre los
polímeros convencionales, especialmente entre las curvas de PP y PE. Las excepciones son
tanto el TPS como la mezcla PCL/TPS, que muestran una viscosidad considerablemente mayor.
31
El soplado de films de materiales poliméricos requiere mucha más información para el diseño
del proceso que la provista las curvas reológicas observadas en Figura 6 y por lo tanto no será
tratado. Otra serie de alternativas para el conformado de piezas poliméricas, son las que
comúnmente se denominan moldeo por soplado, e involucran el conformado de una preforma
dentro de un molde por la aplicación de un gas a presión. Se usan en la producción de envases
debido a su bajo costo y buenos resultados. Si bien existen variaciones de este proceso, en
términos generales puede decirse que requiere una viscosidad relativamente alta a las
velocidades de corte de procesamiento para que la forma pueda mantener la estabilidad
dimensional hasta el enfriamiento [23,38]. Aparentemente todos los materiales ensayados se
encuentran en el intervalo de procesamiento por este método, aunque, es posible que se
requiera una caracterización más profunda que incluya otros factores de gran importancia
como la resistencia en fundido (melt strength) y las propiedades que caracterizan la cinética de
enfriamiento. El uso de este método para envases de PLA ha sido estudiado, aunque no se
tiene conocimiento del uso de esta técnica con PCL [2,25].
32
4.6 Absorción de humedad
La Tabla 8 resume los valores máximos de contenido de humedad, y la Figura 8 muestra las
curvas completas de absorción de humedad para las muestras ensayadas.
Tabla 8. Máxima absorción de agua de las muestras ( ( )) y tiempo al que esto ocurre ( ).
Muestra ( ) (h)
PCL 0,30 ± 0,20 2,75
TPS/PCL 12,00 ± 1,00 24,25
TPS 42,00 ± 3,00 48,25
PCLgMA/TPS 16,80 ± 0,10 24,25
PCLgMA 1,83 72
PLA 0,50 ± 0,80 24,25
PLAej300 1,90 ± 0,50 72
PE 0,40 ± 0,30 2,75
PP 0,30 ± 0,30 48,25
PS 0,09 ± 0,02 168
Figura 8. Curvas de absorción de humedad de las muestras ensayadas. Se grafica el cambio de peso medida en
función de la raíz del tiempo.
33
Los polímeros no biodegradables, así como el PLA y la PCL, mostraron cambios de peso muy
pequeños. La baja absorción de humedad de estos polímeros está relacionada con que son
altamente hidrofóbicos [43].
Las muestras con contenido de almidón mostraron una evolución de tipo Ley de Fick a tiempos
pequeños. Luego se observa una disminución en el peso que ocurre antes de alcanzar el
equilibrio. Este efecto fue reportado con anterioridad y se debe a un cambio en la
microestructura del almidón, responsable de una disminución de las propiedades mecánicas
[17,44]. La alta absorción de humedad de estas muestras se debe al gran número de grupos
hidroxilo presentes en las cadenas de almidón termoplástico, las cuales le confieren un
carácter altamente hidrofílico.
Figura 9. Absorción de humedad experimental y calculada según la regla de las mezclas para PCL/TPS y
PCLgMA/TPS.
34
La absorción de humedad del almidón se reduce más allá de lo previsto al combinarlo con la
PCL o la PCLgMA. Esto podría deberse a que en las mezclas el área de almidón expuesta al
ambiente húmedo es menor.
Por último, la adición del plastificante al PLA también incrementó la absorción de humedad.
Esto se debe a que el plastificante utilizado es una resina de origen natural que presenta una
alta afinidad con el agua [46].
4.7 Biodegradabilidad
Figura 10. Pérdida de peso en función del tiempo para todos los materiales ensayados.
35
Tabla 9. Pérdida de peso al de cabo de 78 días de biodegradación en suelo.
Muestra ( )
PCL 1,6 ± 0,2
PCL/TPS 37,0 ± 8,0
TPS* 70,0 ± 10,0
PCLgMA/TPS 35,0 ± 8,0
PCLgMA* 16,1 ± 0,3
PLA 0,4 ± 0,2
PLAej300 1,5 ± 0,3
PE -0,2 ± 0,2
PP -0,3 ± 0,2
PS 0,03 ± 0,2
*El valor para el almidón corresponde a los 4 días, y el de la PCLgMA, a los 23 días.
Las mezclas con almidón presentaron una velocidad de degradación muy alta comparado con
la PCL y el PLA. En este tipo de mezclas, el componente que se degrada preferencialmente es el
almidón. Se espera que a partir de las 12 semanas, todo el almidón presente en las mezclas se
haya degradado y la curva muestre una disminución en la velocidad de degradación [21].
36
una longitud más comparable con las de la PCL sin modificar, por lo que se degradarían a la
misma velocidad.
En el caso del PLA, la adición del plastificante acelera ligeramente la velocidad de degradación.
Esto también podría deberse la mayor absorción de humedad de la muestra plastificada, ya
que la degradación del PLA requiere la hidrólisis de la molécula previa a la degradación por la
acción de microorganismos [2].
La Tabla 10 muestra los resultados del ensayo de permeabilidad. Se calcularon los valores de
WVT, Permeabilidad y permeabilidad promedio en el espesor. Si bien la norma recomienda no
calcular ̅ para espesores pequeños, el espesor es un factor de corrección importante en la
comparación de permeabilidades de materiales con diferente espesor.
Tabla 10. WVT (transferencia de vapor de agua), P (permeabilidad al vapor de agua) y ̅ (permeabilidad promedio
al vapor de agua).
Material ̅
Los polímeros biodegradables puros presentaron una permeabilidad promedio de entre dos y
tres veces mayor que los materiales no biodegradables. Los valores medidos experimentales
fueron consistentes con los encontrados en bibliografía [25]. La adición de plastificante al PLA
disminuyó su permeabilidad, aunque cabe destacar que la muestra presentaba una gran
cantidad de burbujas lo cual puede llevar a una interpretación errónea de los resultados.
37
En el caso de la policaprolactona, la modificación química incrementó la permeabilidad al
vapor de agua. Una posible explicación es que al absorber más humedad que la PCL, la
PCLgMA se encuentre más plastificada, facilitando la movilidad y el paso del agua a través del
material.
Las mezclas PCL/TPS y PCLgMA/TPS mostraron importantes mejoras desde el punto de las
propiedades mecánicas en comparación con el almidón termoplástico. Por otro lado, la
38
presencia de PCLgMA como compatibilizante no produjo mejoras significativas. El aumento en
el módulo en tracción de la muestra "compatibilizada" se debe al incremento de esta
propiedad en la PCLgMA. La estabilidad térmica se redujo ligeramente, pero se mantuvo
suficientemente alta como para proveer una ventana de procesamiento aceptable. La
presencia de almidón incrementó en gran medida la viscosidad, lo que podría dificultar el
procesamiento mediante algunas técnicas. La permeabilidad de las mezclas poliméricas mostró
una gran disminución respecto del TPS. La tendencia a la absorción de humedad se redujo más
allá de lo esperado, así como el aumento en la velocidad de biodegradación.
El PLA mostró propiedades mecánicas, reológicas y de barrera comparables con algunos de los
polímeros de uso tradicional. La velocidad de degradación fue comparable con la de la
policaprolactona pura. La temperatura de degradación fue elevada, pero al plastificar el
material con el aditivo EJ300, se vio severamente reducida, mostrando serias dificultades para
el procesamiento. Por otro lado, el PLA plastificado mostró una disminución del módulo en
tracción y aumento de la flexibilidad con respecto al PLA puro. Los resultados obtenidos
llevaron a concluir que el plastificante utilizado no es el adecuado para este polímero.
39
5. Perspectivas sobre el uso de materiales biodegradables
5.1.1 Introducción
Uno de los principales objetivos de la adición de almidón a la policaprolactona es disminuir el
costo del material final, ya que el precio de la policaprolactona es muy elevado en
comparación con el de los polímeros tradicionales. En esta sección se propone una estimación
del precio de mercado que tendrían las mezclas, considerando los casos ficticios de una
empresa que produzca pellets PCL/TPS o PCLgMA/TPS, en relación 50/50 %p/p, a partir de
pellets de PCL y polvo de almidón de mandioca.
Se estimó que se desearía obtener, como mínimo una rentabilidad del 50% al final del
proyecto. Se calcularon las inversiones y los costos de operación y se fijó la Tasa Interna de
Retorno (TIR) en un 50% para determinar el precio de venta del producto.
Durante el año 2012 el mercado de bioplásticos representó 1,4 millones de toneladas en todo
el mundo, donde el 28,1% fueron producidas en Sudamérica. De este total, se estima que un
11,4% del mercado fue ocupado por mezclas con almidón, correspondiendo a 160 mil
toneladas. Suponiendo que la tendencia se mantiene para Sudamérica, serían unas 45 mil
toneladas anuales producidas en la región [46]. Se espera que el mercado de Bioplásticos se
incremente unas cuatro veces hacia el año 2017, y la región de Sudamérica pasaría a
representar un 44% del total. El mercado para el almidón y sus mezclas no se verá tan
40
favorecido, incrementándose sólo hasta unas 167 mil toneladas en todo el mundo, de las
cuales podría considerarse que unas 48 mil serían producidas en nuestra región [47].
b
Figura 11.a. Producción global de bioplásticos, por región. b. Producción global de bioplásticos, por sector [47].
41
Capacidad de la planta
En primer lugar se producirá el almidón termoplástico por extrusión reactiva. Este proceso se
realizará en una extrusora de doble tornillo donde se incorporarán el almidón, el etilenglicol y
el ácido esteárico. La extrusora utilizada deberá tener una capacidad de 150 Kg/h.
42
Figura 12. Esquema de reactor de tipo extrusora para la producción de policaprolactona maleada. Tomado y
adaptado de [23].
Alternativas tecnológicas
Otra posibilidad es llevar a cabo la reacción de modificación en un reactor batch. Sin embargo,
se eligió el procesamiento en una extrusora, ya que este tipo de sistemas cuentan con ventajas
al manejar sistemas de alta viscosidad. Entre ellas se encuentran la facilidad para la
manipulación y fusión del polímero, el rápido mezclado de los reactivos, buen control de la
temperatura y del tiempo de residencia y la posibilidad de remover los reactivos no
reaccionados o productos de reacción no deseados por devolatilización [23].
43
Edificio y localización de la planta
El edificio requerido debería contar con espacio suficiente para el almacenamiento de las
materias primas e insumos, así como del producto final. Se consideraron unos 300 m2 para
almacenamiento y otros 400 m2 para los equipos principales. Además, se consideraron, al
menos, otros 300 m2 para baños y oficinas. En total, serían 1000 m2.
Requerimientos técnicos
En las Tabla 11 y 13 se detallan los equipos necesarios, precio unitario y la cantidad requerida
para una producción de 2250 toneladas anuales de PCL/TPS y PCLgMA/TPS, respectivamente.
Se detallan las especificaciones provistas por el vendedor. Por falta de información no
pudieron calcularse algunas características que son de importancia para el diseño del proceso.
Por ello, se tomaron valores estándar de mercado, que son los que se indican en las
especificaciones [53–55].
44
Tabla 11. Descripción de la capacidad y el precio incluyendo instalación y envío para la producción de mezclas
PCL/TPS. D: diámetro, L: longitud, A: ancho.
Costo Potencia
Capacidad
Equipo Cantidad Unitario máxima Especificaciones
(Kg/h)
(US$) (kW)
Extrusora de Tornillo D=65 mm,
150 1 33.900 61
doble tornillo L/D 33:1
Tornillo cónico D=
Extrusora de 156/80 mm y L=1800
doble tornillo / mm. Cabezal
300 1 101.800 75
Tren cilíndrico, 12 orificios,
pelletizador D=10 mm. Cinta de
A=250mm, L=5 m.
Tabla 12. Descripción de la capacidad y el precio incluyendo instalación y envío, para la producción de mezclas
PCLgMA/TPS. D: diámetro, L:longitud, A:ancho.
Costo Potencia
Capacidad
Equipo Cantidad Unitario máxima Especificaciones
(Kg/h)
(US$) (kW)
Extrusora de Tornillo D=65 mm, L/D
150 2 33.900 61
doble tornillo 33:1
Tornillo cónico D=
Extrusora de 156/80 mm y L=1800
doble tornillo / mm. Cabezal cilíndrico,
300 1 101.800 75
Tren 12 orificios, D=10 mm.
pelletizador Cinta de A=250mm,
L=5 m.
Requerimientos de personal
El requerimiento de personal fue estimado a partir del método desarrollado por Henry Wessel
[56]. Los equipos requerirían aproximadamente 72 horas hombre/día para la operación y el
mantenimiento de los equipos. Esto equivaldría a unos 9 empleados al día distribuidos en tres
turnos de 8 horas. Además, se requerirá de personal para la dirección, administración,
supervisión y ventas. Considerando esto, la empresa funcionaría con unos 15 empleados en
total, siendo una empresa de pequeño tamaño.
45
Requerimientos de servicios
Las necesidades de servicios serán abastecidas por los proveedores locales. Según las
especificaciones técnicas se estima un requerimiento de 194 kW y 136 kW para la operación
de los equipos en los casos de procesamiento de mezclas PCL/TPS y de mezclas PCLgMA/TPS.
Estos valores incluyen el consumo energético tanto para hacer rotar el tornillo como para
calentar las camisas. El consumo energético mensual quedaría estimado en 139.680 y 379.020
kW·h respectivamente. Los requerimientos de agua y gas natural son sólo los necesarios para
el consumo del personal de la empresa.
Tabla 13. Requerimientos de materia prima para obtener 1 Kg de PCL/TPS, 50/50 % p/p.
Kg de Materia Costo de
Costo unitario Costo por Kg de
Materia Prima prima/Kg de Transporte
USD/Kg producto (USD/Kg)
producto (USD/Kg)
Almidón 0,45 0,3725 0,027 0,17
PCL 6,5 0,5 0,03 3,25
Etilenglicol 4,58 0,125 - 0,57
Ácido Esteárico 1,65 0,0025 - 0,004
Tabla 14. Requerimientos de materia prima para obtener 1 Kg de PCLgMA/TPS, 50/50 % p/p.
Costo de
Costo unitario Cantidad/Kg Costo por Kg de
Materia Prima Transporte
USD/Kg de producto producto (USD/Kg)
(USD/Kg)
Almidón 0,45 0,3725 0,027 0,17
PCL 6,5 0,5 0,03 3,25
Etilenglicol 4,58 0,125 - 0,57
Ácido Esteárico 1,65 0,0025 - 0,004
Anhídrido
4,32 0,0225 0,002 0,097
maleico
Peróxido de
69,4 0,0025 0,0003 0,174
Benzoílo
46
El almidón sería suministrado por un proveedor en la ciudad de Puerto Rico, Misiones. El costo
de transporte se calculó a partir de las tarifas oficiales [57], considerando 6 compras anuales.
La misma cantidad de compras se consideró en el caso de la policaprolactona, pero el
proveedor será Perstorp, desde la sucursal de Reino Unido. Tanto el etilenglicol como el ácido
esteárico se comprarían en Mar del Plata, y el costo de transporte se consideró despreciable.
Por último, tanto el anhídrido maleico como el peróxido de benzoílo serían provistos por
empresas ubicadas en la ciudad de Buenos Aires, y se consideraron dos compras anuales.
Con las consideraciones hechas anteriormente, se calculó el mínimo precio al que debería
venderse cada una de las mezclas considerando una tasa de interés mínima aceptable, r. Se
utilizó la TIR (tasa interna de retorno) como una medida de la rentabilidad. Adicionalmente se
calculó el tiempo de repago y se impuso la condición de que fuese menor o igual que la mitad
del tiempo del proyecto.
47
rendimiento del 12 al 14% [65]. Considerando las tasas ofrecidas en Argentina por alternativas
de bajo riesgo, se decidió establecer la tasa de interés mínima aceptable del proyecto en un
50%, equivalente a la estimación para la inflación más un plus del 15%.
Determinado el valor de r, se estableció el precio de venta requerido para lograr esta tasa. La
Tabla 15 muestra el precio de cada una de las mezclas y la diferencia de precio con el material
original (PCL). También se agregan los valores para las rentabilidades del 10% menor y mayor
que r.
Tabla 15. Precio de venta de mezclas PCL/TPS y PCLgMA/TPS 50/50 % p/p., en función de la TIR y variación con
respecto al precio de la PCL (6,5 USD/KG).
Precio (USD/Kg)
TIR (%) 40 50 60
PCL/TPS 4,87 4,91 4,94
Variación (%) -24,9 -24,5 -23,8
PCLgMA/TPS 5,19 5,23 5,26
Variación (%) -20,2 -19,5 -19,1
Finalmente, el tiempo de repago en ambos casos quedó estimado en unos 3 años, valor menor
que la mitad de la vida del proyecto. De la observación de la tabla surgen algunas
conclusiones:
48
Por último, no parece factible la producción de PCLgMA/TPS desde el punto de vista técnico y
económico, ya que no ofrece grandes ventajas en ningún sentido. Es conveniente reducir el
costo del material con la mezcla sin compatibilización.
Análisis de Sensibilidad
Por último, el análisis de sensibilidad se realizó de dos formas diferentes. En primer lugar, se
estudió el efecto de una determinada variación sobre la TIR, que se tomó como el principal
indicador de la rentabilidad del proyecto. En este caso, el precio de venta de la mezcla se
mantuvo constante. Los resultados se muestran en la Tabla 16.
Tabla 16. Variación en la TIR del proyecto en función del cambio en el precio de la policaprolactona y en el valor
de la inversión fija. El precio de venta se mantiene constante, en 4,92 y 5,23 USD/Kg para las mezclas de PCL/TPS
y PCLgMA/TPS respectivamente.
TIR (%)
Factor Variación
PCL/TPS PCLgMA/TPS
+10% <0 <0
Precio de la PCL
-10% 346 284
+10% 46 47
Inversión Fija
-10% 55 53
Por otro lado, se consideró el efecto de la variación sobre algún factor en el precio de venta de
las mezclas, manteniendo la TIR en un 50%. Este caso es de especial importancia en este
proyecto, ya que el motivo de la evaluación económica es determinar si se obtiene una
49
reducción del precio respecto del de la policaprolactona. Los resultados se detallan en la Tabla
17.
Tabla 17. Variación del precio de venta de las mezclas PCL/TPS y PCLgMA/TPS en función de la variación del
precio de la policaprolactona y el cambio en el valor de la inversión inicial. La TIR se mantuvo constante en un
50%.
Mientras que las variaciones en la Inversión Fija no fueron de especial importancia, el cambio
en el precio de la policaprolactona mostró una altísima influencia sobre el proyecto. Esto se
debe a que la estructura de costos del proyecto se encuentra casi monopolizada por el costo
de la policaprolactona (Ver anexo I).
Entre las principales desventajas en el uso de los materiales biodegradables suelen citarse su
alto costo y sus reducidas propiedades mecánicas respecto de los polímeros convencionales
[13–15]. De hecho, estos son los principales motivos que se mencionaron en las secciones
anteriores a la hora de proponer mezclar PCL con almidón termoplástico. Si bien esto puede
ser cierto, no es correcto hacer dichas aseveraciones sin hablar de aplicaciones específicas. En
esta sección se proponen una serie de aplicaciones dentro de la industria de envases y
embalajes y productos descartables a modo de contar con mayor información para juzgar la
factibilidad de uso de los materiales biodegradables. Serán analizados sólo los materiales en
estudio que se consideran utilizables, es decir, no se considerarán la PCLgMA por ser un
producto intermedio y por su alta fragilidad, ni tampoco el PLAej300 por las dificultades
encontradas en el procesamiento.
50
5.2.1 Vajilla descartable
Uno de los usos de los materiales plásticos es en vajilla descartable. Los materiales
comúnmente utilizados son el poliestireno y el polipropileno, pero podría plantearse la
posibilidad de utilizar materiales biodegradables para esta aplicación.
El principal requisito de este tipo de artículos es su resistencia mecánica para que no fallen
durante su uso. Podría realizarse un modelo muy simplificado del tipo de esfuerzos que
debería soportar un tenedor descartable. Ashby propone modelar este caso como una viga
simplemente apoyada con una carga puntual aplicada en, aproximadamente, la mitad de la
longitud de la viga (Figura 13) [69].
La estructura deberá soportar la carga (P) sin producir una deflexión (δ) excesiva. Esto implica
que deberán plantearse dos ecuaciones: la ecuación 8 que indica la falla por resistencia
mecánica (rotura o fluencia), y la ecuación 9 que determina la deflexión máxima que se
producirá al aplicar la carga.
Ecuación 8
Ecuación 9
51
Suponiendo que las dimensiones b y L están fijas y tienen un valor de 7 y 165 mm
respectivamente, que se aplica una carga de 20 N y la deflexión admisible es de 2 mm, puede
calcularse el espesor (t), la masa y el costo de material aproximado que tendría el tenedor para
cada uno de los materiales en estudio. Los resultados se muestran en la Tabla 18.
En este caso, el PLA resulta competitivo con los materiales utilizados actualmente, aunque
podría ser necesario conseguir este material a su menor precio de venta para que pueda
considerarse efectivamente como una alternativa. Las mezclas de PCL y TPS tienen un costo
unas 8 veces superior que los materiales actuales, en parte por su elevado precio, pero
también por sus reducidas propiedades mecánicas y su alta densidad. Además, la
policaprolactona resulta una mejor opción que sus mezclas, aunque tenga un mayor precio de
mercado. Sin embargo, para que realmente fuese competitiva debería reducir su precio en un
77%.
Para analizar la posibilidad de producir vasos descartables de los materiales en estudio podría
empezar realizándose un cálculo aproximado de los requerimientos mecánicos con los que
debería contar. El análisis se planteará para un vaso descartable, pero puede extenderse para
cubrir diferentes tipos de envases incluyendo bandejas para alimentos (Figura 14).
52
Figura 14. Ejemplos de envases descartables de PP y PS.
Se podría empezar planteando las posibles causas de falla del recipiente lleno. Se entiende que
la zona que soporta la mayor tensión será el fondo, por lo tanto, se supondrá que si el
recipiente falla, lo hará en este lugar, y podría modelarse como un disco de radio R y espesor t
que tiene aplicada una presión distribuida uniformemente en toda el área. Una posible forma
de falla sería que la tensión aplicada fuese mayor que la tensión de fluencia del material. Otra
forma de falla, sería que el fondo del vaso tuviese una deflexión tan grande que resultase poco
práctico. En este caso estaríamos hablando por una falla por rigidez y no necesariamente
implicaría la rotura.
Ecuación 10
Ecuación 11
53
Suponiendo que fijamos el radio del vaso y el nivel de líquido que contendrá, la única variable
de diseño restante es el espesor. La Tabla 19 lista el módulo, la tensión de fluencia, la densidad
y el precio de los envases descartables producidos a partir de los diferentes materiales en
estudio. En los casos de las mezclas con policaprolactona, se consideró el precio de venta
calculado en la sección 5.1, y para los commodities se tomó la cotización de mercado [66–
68,70–73]. Además, se calculó el espesor requerido para cada uno de los materiales en estudio
considerando un vaso de 10 cm de altura, 4 cm de diámetro, una deflexión máxima de 2 mm y
el vaso lleno con agua hasta el tope con agua.
Tabla 19.Propiedades de los materiales ensayados. También se indican el espesor y la masa requeridos, y el costo
de material para formar un envase descartable (estimativos).
Se observa, también, que desde el punto de vista del costo, los materiales más adecuados son
el polipropileno y el poliestireno, que resultan ser los actualmente utilizados. Además, son los
que requieren la menor cantidad de material, es decir, tienen el menor espesor.
54
Finalmente, tanto la policaprolactona como sus mezclas con almidón quedarían últimas en la
lista de prioridades desde todos los puntos de vista. La performance mecánica no es
comparable con los materiales en uso, el costo de material sería unas 7 u 8 veces mayor que el
obtenido con PP, y la masa y el espesor de diseño también serán mayores. Otra conclusión
interesante respecto a las mezclas de policaprolactona con almidón, es que más allá de la
disminución en el costo que se haya conseguido al agregar el almidón, esta ventaja se pierde al
producirse la disminución de propiedades mecánicas, ya que al requerir mayor espesor para
soportar el mismo peso, el costo final del material de envase es mayor. Como el precio es el
factor que determinará la selección del material en este tipo de aplicaciones, sigue siendo
poco factible la fabricación de envases de materiales con policaprolactona.
5.2.3 Botellas
Si bien este problema no tiene solución analítica (sí numérica), el ranking de materiales sería
análogo al obtenido en el caso del envase, siempre y cuando se analicen todos los materiales
con una misma forma geométrica. En este punto sería necesario introducir las propiedades
mecánicas del PET (Tabla 20), que es el material comúnmente utilizado para las botellas
(aunque también se utilizan algunos grados de polietilenos y polipropilenos).
σf E ρ Costo
Material
(MPa) (MPa) (kg/m3) (USD/Kg)
PET 35 3000 1380 2,25
Este material daría una performance similar a la del PLA, incluyendo el costo. Los principales
motivos de la elección del PET como materia prima mayoritaria para la elaboración de botellas
55
probablemente radican en su capacidad de ser moldeado por soplado y en que es
químicamente inerte. Nuevamente el PLA podría competir con este material, pero el resto de
los polímeros biodegradables quedarían muy lejos en la escala de precios.
5.2.4 Láminas
Algunos artículos se venden recubiertos con una lámina plástica transparente que sirve tanto
de protección como de decoración. Este caso también podría suponerse como una extensión
de los dos casos anteriores desde el punto de vista de las propiedades mecánicas y el costo. Sin
embargo, suelen utilizarse materiales altamente transparentes ya que generan un mejor
impacto visual realzando el producto que está a la venta. En estos casos, los materiales de alta
cristalinidad como el polietileno, no son los más apropiados, ya que no tienen tan alta
transparencia y el efecto visual no es tan bueno. En cambio, se utilizan otros como PVC
plastificado, que tiene una muy alta transparencia y aporta un atractivo visual al artículo que
recubre [74]. Desde este punto de vista, es posible que el PLA no sea una opción competitiva,
pues al tratarse de un material semicristalino, a priori no puede garantizarse una alta
transparencia. Sin embargo, es posible que pueda mantenerse el material en estado amorfo
aumentando la velocidad de enfriamiento, ya que su Tg se encuentra por encima de la
temperatura ambiente. No será posible sacar mayores conclusiones sin realizar pruebas en
plata piloto.
5.2.5 Bolsas
La bolsa plástica también podría ser modelada mecánicamente en forma simplificada. Este tipo
de artículos trabajan únicamente a la tracción, ya que no puede transmitir otros tipos de
esfuerzos (flexión, compresión). Entonces, las únicas propiedades relevantes para la selección
del material de la bolsa, serán la tensión de fluencia o rotura. Además, la deformación es de
importancia ya que no podría utilizarse una bolsa que deformara en gran medida al colocar el
peso en ella.
Es evidente que los materiales que tengan mayor resistencia a la tracción serán los más
adecuados para soportar el peso, pero podría proponerse un análisis muy simple para detectar
las propiedades límite con las que debería contar la bolsa. Se supone el caso en el que se
56
quiera cargar una bolsa de supermercado con una botella. Se consideró en forma estimativa
unos 3 Kg de peso, y una bolsa de dimensiones típicas (Figura 15).
Como la bolsa cargada no tendrá un área resistente constante, podrían analizarse los esfuerzos
de tracción que deberán soportarse en tres partes diferentes: las manijas, el cuerpo y la base.
En la base se cumple la condición de adherencia perfecta, por lo tanto las tensiones son nulas.
En el cuerpo, el área es mayor que en las manijas, por lo tanto el lugar más crítico será en las
manijas, y es el que se tomó en cuenta en los cálculos.
Ecuación 12
Siendo σ la tensión soportada por una sección de área A al aplicar una carga de magnitud P.
Considerando la tensión de fluencia como valor límite para σ, y aplicando un factor de
seguridad de 1,5 dicha propiedad, pueden calcularse los espesores que requeriría una bolsa de
cada uno de los materiales estudiados. Con este factor de seguridad, la deformación se
mantuvo por debajo del 5% en todos los materiales, excepto el almidón, para el cual se ajustó
la tensión admisible hasta obtener un valor menor que esta deformación.
Se observa que la mayor parte de los polímeros convencionales tienen valores de espesores
mucho menores que los polímeros biodegradables, a excepción del PLA. Sin embargo, los
espesores comúnmente alcanzados por métodos tradicionales de procesamiento de films
57
delgados se encuentran entre los 10 y 100 μm y las bolsas convencionales tienen entre 50 y
100 μm [23,75,76]. Esto indica que, incluso aunque las propiedades mecánicas sean
suficientes, tecnológicamente no será viable reducir más el espesor. De este modo, los
materiales biodegradables serían factibles de utilizar para la producción de bolsas
convencionales. Las bolsas de PLA serían una buena opción, incluso aunque no se consiguiera
este material a su menor precio de mercado. En cuanto a las bolsas de policaprolactona, su
costo es cuatro veces el de las de polietileno, posiblemente un precio muy alto como para que
su producción industrial sea factible. Las mezclas de policaprolactona y almidón no permiten
ningún ahorro en el costo de materia prima por requerir un espesor de casi tres veces el
requerido en las bolsas de PCL. Finalmente, las bolsas de almidón resultarían poco prácticas
por su elevado espesor y su costo sería de más de 10 veces el de las bolsas de polietileno
convencionales.
Este caso podría pensarse similar al de la bolsa de plástico, aunque normalmente las
propiedades mecánicas no serán críticas. Al envolver alimentos se espera aislarlos del medio
ambiente de modo de protegerlos. En este sentido, sólo podría pensarse en utilizar los
materiales biodegradables de baja permeabilidad y baja absorción de humedad, como la PCL y
el PLA. Sin embargo, en algunos casos se requiere que el material sea permeable en algunas
condiciones. Por ejemplo, cuando se desea envolver carnes, la permeabilidad al oxígeno es
importante, porque le da al alimento el color rojizo que se asocia con la carne fresca [74].
58
En el caso de las frutas o verduras, se buscan materiales que sean parcialmente permeables al
vapor de agua, para evitar la formación de gotas de agua por condensación dentro del
envoltorio. Esto sería tanto poco atractivo como nocivo desde el punto de vista de la
integridad del alimento. Por este motivo, podría pensarse en utilizar algunas de las mezclas
con almidón, o inclusive el almidón termoplástico, pero estas mezclas tienen la gran
desventaja de no ser transparentes. Otra posibilidad podrían ser los films de PLA que
presentaron mayores permeabilidades que los polímeros convencionales, y forman films
transparentes. La PCL también podría ser una buena opción, aunque no se conoce el grado de
transparencia de sus films [77].
5.2.7 Sachets
Los sachets son bolsas herméticas y descartables que se emplean para contener alimentos y
otros productos, usualmente líquidos, que suelen consumirse de forma continua y de una sola
vez. Normalmente, se espera que el material que los compone posea bajas permeabilidades a
los gases y al vapor de agua para no deteriorar el producto en su interior [78]. También se
requieren niveles altos de asepsia y propiedades antimicrobianas. Desde este punto de vista,
los polímeros biodegradables que podrían ser utilizados son la PCL y PLA [79].
Normalmente, los sachets se confeccionan con espesores similares a los de las bolsas plásticas
y están hechos de diferentes grados de polietilenos, polipropilenos y PVC plastificado [80]. Se
espera que el paquete sea flexible que pueda sellarse herméticamente y disminuir tanto como
sea posible el costo. Desde este punto de vista, el alto precio de la PCL podría ser un motivo de
descarte para este tipo de aplicaciones.
Además, es importante que el material del sachet sea coloreable o que pueda imprimirse para
mejorar la presentación. Tanto la PCL como el PLA se utilizan para etiquetas, por lo tanto se
asume que pueden colorearse e imprimirse sin mayores dificultades [77].
La propuesta de los polímeros biodegradables viene a solucionar el problema del alto impacto
ambiental que tienen muchos polímeros en la actualidad. Pero para poder afirmar que exista
59
una mejora a nivel ambiental, es necesario hacer un análisis detallado del daño que podrían
causar los polímeros sobre el medio ambiente desde su producción hasta el fin de su vida útil.
En la actualidad, hay una serie de indicadores que se utilizan para medir el daño. Algunos de
ellos se basan en el Life Cycle Assessment (LCA, Análisis del Ciclo de Vida), que es una
herramienta que evalúa el impacto potencial sobre el ambiente de un producto, proceso o
actividad a lo largo de todo su ciclo de vida mediante la cuantificación del uso de recursos y
emisiones ambientales asociadas a lo largo de todo su ciclo de vida [81].
Tabla 22. Energía acumulada desde el "nacimiento" de los diferentes materiales [69,82].
Energía acumulada en el
Material
cuerpo (MJ/kg).
PE 79
PP 95
PS 92
PET 85
TPS 25
PCL/TPS 48
PCL 83
PLA 50
Se observa que los materiales de origen natural (total o parcialmente) cuentan con
requerimientos de energía mucho menores que los polímeros provenientes de fuentes no
60
renovables. Pero la energía requerida por unidad de masa, no es un indicador fiable, ya que
una misma masa de dos materiales diferentes no será equivalente funcional o técnicamente.
Es decir, que puede que para producir un envase funcional, se requiera mayor masa de un
material que de otro. Por lo tanto, debería calcularse la energía por unidad funcional.
En la Tabla 23 se detallan las masas y energías requeridas suponiendo las unidades funcionales
calculadas en la sección 5.2. El panorama es, ahora, bastante desalentador. Los resultados
muestran que la mayoría de los polímeros biodegradables estudiados tendrían un mayor
consumo energético que los commodities. La excepción es el PLA, que resulta una mejor
alternativa en los casos de la vajilla descartable y la bolsa. El almidón queda muy mal
posicionado en la escala y la incorporación de almidón en la policaprolactona (PCL/TPS) no
produce mejoras en la cantidad de energía requerida.
Tabla 23. Energía acumulada en el uso de los diferentes materiales para algunas de las aplicaciones estudiadas.
El defecto de esta forma de medición del impacto ambiental es que no considera el ciclo de
vida completo. El análisis es válido siempre y cuando se suponga que la forma de fin de la vida
es equivalente (se reciclan, reúsan o desechan todos los materiales por igual).
61
Sin embargo, existen otros indicadores basados en LCA que permiten tener en cuenta esto.
Uno de ellos es la emisión de gases de efecto invernadero. Patel y col.[82]aseguran que los
polímeros a base de almidón reducirían en un 20 y un 80% las emisiones de gases de efecto
invernadero y el PLA, entre un 15 y un 20%. Sin embargo, un estudio similar enfocado en el
impacto de bolsas biodegradables en Australia indica que las emisiones de gases de efecto
invernadero serían entre un 5 y un 100% mayores que las de las bolsas de polietileno y lo
atribuye principalmente a que los polímeros de origen natural requieren el uso de fertilizantes
en su fuente [83]. Estos trabajos concluyen que el uso de polímeros biodegradables aumentan
las emisiones de fosfatos y nitratos en los cursos de agua. Sin embargo, reducen
considerablemente la cantidad de desechos depositados en ambientes marinos y terrestres.
Las principales diferencias radican en la forma en que se considere el fin de la vida útil. El
estudio Australiano proponía que se reutilizarían un 20% de las bolsas de polietileno para
diversas aplicaciones en el hogar, reciclando el 5% y desechando el resto. Para las bolsas
biodegradables, en cambio, se suponía que un 10% se llevaría a centros de compostaje
industrial y el resto se desecharía. El estudio europeo consideraba la incineración del 80% de
los materiales biodegradables y el compostaje del 20% restante, mientras que las bolsas de
polietileno se incinerarían en su totalidad.
Esto indica que la forma en que se desechan los materiales al fin de la vida útil es un factor de
extrema importancia en el LCA. La reutilización de un porcentaje de los bienes implica que se
producirán menor cantidad en el ciclo de vida siguiente, reduciendo el impacto global en un
período de tiempo. El reciclaje de los materiales implica que una menor cantidad de ellos será
depositada en el suelo, y aunque se requiera un extra de energía para reprocesarlos, esta
contribución es muy pequeña.
La principal conclusión que se extrae de este estudio es que el impacto ambiental dependerá
mayormente de las medidas que se tomen al fin de la vida útil de los materiales. El uso de
materiales biodegradables estará justificado si permiten ser reutilizados de la misma manera
que los polímeros convencionales, y si al final de su vida útil pueden ser desechados en plantas
de compostaje. El desecho de materiales biodegradables en vertederos convencionales no
permitiría la efectiva degradación de los mismos por la escasez de agua y oxígeno, e
incrementaría el impacto ambiental de estos materiales.
62
El uso de materiales biodegradables en bienes durables cuando sea posible (por ejemplo,
bolsas reutilizables) y su posterior compostaje permitiría reducir al mínimo el impacto
ambiental de estos polímeros. Desde este punto de vista, podrían volverse una excelente
alternativa a los materiales utilizados actualmente, aunque sería necesario tener información
de un LCA para esta condición.
Más allá de las alternativas que se consideren, el éxito de estos materiales dependerá en gran
medida de la disponibilidad de lugares donde llevar a cabo el compostaje y de la conducta de
la sociedad a la hora de separar correctamente los residuos. Los programas de separación de
residuos en Argentina mostraron una aceptación razonablemente buena por parte de la
población, aunque todavía son pocas las ciudades que cuentan con centros de reciclaje [84–
86].
Más allá de los efectos medioambientales que pueda tener el uso de polímeros biodegradables
en la industria de envases y embalaje, finalmente será el consumidor quien determine el éxito
de estos materiales. Mucha energía y dinero se pone en juego a la hora de determinar las
tendencias y preferencias de los consumidores, ya que es sabido que este es un factor
determinante.
63
Sondeos realizados en 2013 en diferentes lugares de Europa indican que gran parte de los
consumidores tienen la tendencia de adquirir productos amigables con el medio ambiente. En
Austria, esta proporción alcanza el 93%, en Alemania, un 90%, en Suecia corresponde al 89% y
en otros países de esta región, un 60% aproximadamente. Algunos de estos consumidores
están dispuestos a pagar más por un producto más ecológico, aunque el estudio concluye que
podrían captarse más consumidores achicando la brecha de precios. Por otro lado, muchas
veces los consumidores no están bien informados o no confían en que los productos sean, en
efecto, beneficiosos para el medio ambiente. Otra cuestión de importancia es que el producto
biodegradable sea igualmente funcional que el producto convencional, pues muchos
consumidores son reacios a adquirirlos porque creen que tendrán una calidad inferior [6].
Un estudio realizado en EEUU observó el comportamiento de los consumidores en cuanto al
uso de materiales biodegradables en macetas descartables. Los resultados demostraron que
los consumidores estarían dispuestos a pagar hasta un 20% más por productos biodegradables
o de menor impacto ambiental, siempre y cuando el producto se viera y pareciera
funcionalmente idéntico al producto tradicional. Esto indica que el consumidor no está
dispuesto a sacrificar calidad por un reducido impacto ambiental [87].
Los resultados de estos estudios muestran tendencias diferentes para los consumidores de
distintos lugares geográficos. En gran medida, la aceptación de materiales eco-amigables
dependerá de factores culturales y de costumbre. Los países Europeos llevan años
implementando medidas para mejorar la calidad del medio ambiente, y los consumidores han
aprendido a considerar estas alternativas como mejores. Es muy difícil predecir qué grado de
aceptación tendrían estos materiales en Argentina, ya que es un país con una historia y cultura
muy diferentes a los europeos, aunque podría considerarse como una buena señal el hecho de
que las políticas de separación de residuos hayan tenido un grado de adhesión razonable en un
tiempo relativamente acotado [86].
64
disminuyan el impacto ambiental. Algunos ejemplos son Coca-Cola, Danone y P&G. Se espera
que la introducción de bioplásticos en el mercado de este modo aumente el conocimiento del
consumidor y la confianza en la calidad de estos materiales alternativos [47].
Por último, el uso de materiales biodegradables podría verse impulsado por medio de las
legislaciones vigentes. Se están aplicando medidas legislativas en todo el mundo que tienden a
reducir la utilización de plásticos no biodegradables para aplicaciones con tiempo de uso
reducido. Un ejemplo es la ley 3.147 de la Cuidad Autónoma de Buenos Aires, que prohíbe la
utilización de bolsas plásticas no biodegradables. Medidas similares se están aplicando en los
estados en Estados Unidos, y Europa [89–91]. Este tipo de medidas legislativas junto con la
mejora en infraestructura en centros de reciclaje y compostaje podrían impulsar nuevas
tendencias en el uso de materiales alternativos y promover un mayor grado de utilización por
parte del consumidor.
El estudio económico permitió estimar los precios de mercado que tendrían las mezclas
biodegradables PCL/TPS y PCLgMA/TPS, suponiendo una planta ubicada en la República
Argentina. Se estimaron precios 25 y 20% menores respetivamente en comparación con el
precio actual de la policaprolactona. La estructura de costos se mostró dominada por el costo
del material original, siendo la principal fuente de variaciones en el precio final de las mezclas.
En cambio, la inversión inicial, aunque elevada, no tuvo gran impacto. No se calcularon las
variaciones en el precio que podría producir el nivel de producción, ya que los costos variables
representan más del 95% de la estructura de costos, por lo que se estima que serán mínimas.
Se estudiaron diferentes aplicaciones para los materiales ensayados. En casi todos los casos, el
PLA resultó una buena alternativa para el reemplazo de los polímeros convencionales. No
ocurrió lo mismo con el TPS, la PCL ni sus mezclas. Además, la reducción de precio de las
mezclas de PCL y almidón no fue suficiente para compensar la pérdida en las propiedades
mecánicas, resultando en alternativas más costosas y con mayores requerimientos de
material.
65
Se relevaron algunos resultados de la performance medioambiental de algunos de los
polímeros biodegradables en estudio. Se concluyó que es posible reducir el impacto
medioambiental si se trata los residuos biodegradables mediante el compostaje y se los utiliza
la mayor cantidad de ciclos posible.
66
6. Conclusiones finales
Este trabajo tuvo como objetivo el estudio y la comparación de diferentes factores que afectan
al uso de materiales biodegradables y no biodegradables en aplicaciones de envases y
embalajes. Se prepararon muestras de materiales biodegradables: policaprolactona, ácido
poliláctico yalmidón termoplástico. Además, se estudiaron las mezclas de PCL y TPS y los
efectos de la presencia de PCLgMA como compatibilizante. Se ensayaron las propiedades
mecánicas, térmicas, reológicas y de barrera de diferentes estos materiales biodegradables y
de los polímeros no biodegradables más comúnmente utilizados en la industria de envases y
embalajes. Finalmente, se analizaron diferentes factores de importancia que determinarían el
uso de polímeros biodegradables, como efectos ambientales, factibilidad técnica y económica,
y aspectos legales y sociales.
Dentro de los materiales ensayados, el PLA fue el más prometedor, mostrando propiedades
mecánicas cercanas a las de polímeros convencionales, costo razonablemente bajo y
versatilidad en su uso, haciéndolo apto para la mayor parte de las aplicaciones estudiadas.
Otros polímeros biodegradables no presentaron ventajas claras. El almidón presentó
propiedades mecánicas reducidas y dificultades en su procesamiento, que lo hicieron poco
aplicable para los usos actuales relacionados a envases y embalajes. Las mezclas PCL/TPS y
PCLgMA/TPS no mostraron mejoras relevantes en las propiedades mecánicas. Se estimó que al
mezclar almidón y policaprolactona se lograrían reducciones del 20 al 25% en los
preciosrespecto del precio actual de la policaprolactona. Sin embargo, la reducción en el precio
no fue suficiente para compensar la pérdida en las propiedades mecánicas, resultando en
alternativas más costosas y con mayores requerimientos de material.
Respecto del impacto ambiental, algunos estudios indicaron que el uso de polímero
biodegradables en lugar de los convencionales no es beneficioso para el medio ambiente. Sin
embargo, en estos casos se consideraron un muy bajo grado de compostaje de los residuos y
una vida útil mucho menor que para los polímeros utilizados actualmente. Esta tendencia
podría invertirse, si se trata los residuos biodegradables mediante el compostaje y se los
utilizara la mayor cantidad de ciclos posible.
67
materiales a lo largo del tiempo con el objetivo de establecer con certeza el número de veces
que el producto podría reutilizarse antes de que deba desecharse por no cumplir con los
requisitos mínimos de la aplicación seleccionada. Además, el estudio de la biodegradabilidad
en diferentes condiciones de compostaje industrial podría permitir optimizar este proceso
para reducir al mínimo el impacto ambiental.
68
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74
8. Dificultades encontradas
Por otro lado, no hubo evidencias de modificación química prevista de la PCL. Esto podría
haberse debido al el incorrecto almacenamiento del anhídrido maleico. Finalmente, la PCLgMA
presentó grandes complicaciones en su manipuleo debido al incremento de su fragilidad
durante su almacenamiento, introduciendo posibles fuentes de error en los resultados.
75
9. Trabajos a futuro
En cuanto al ácido poliláctico, estudiar la posibilidad de realizar films con alto grado de
transparencia. Además, podrían realizarse prototipos de PLA para algunas de las aplicaciones
estudiadas y compararlos con su contrapartida no biodegradable. En cuanto al uso de
plastificantes, se propone la búsqueda de otros sistemas que resulten más eficaces en
aumentar la ventana de procesamiento.
Por último, para mejorar las posibilidades de reducir el impacto ambiental, se sugiere el
estudio de las propiedades mecánicas de los materiales biodegradables incluidos en este
trabajo, a modo de determinar si es posible extender su vida útil en aplicaciones como bolsas
plásticas.
76
10. Anexos
Estructura de Costos
PCL Almidón
EG AE
Transporte Envases
Mano de Obra Supervisión
Servicios Mantenimiento
Suministros Inversión
Ventas y distribución Administración y dirección
0%0% 0% 1%
4% 1%
2% 2% 3%
1%
0%
12%
4% 70%
a.
Costos totales
2%
Costos variables
totales
98%
b.
Estructuras de costos de la producción de pellets PCL/TPS. (a) Detalle de costos. (b) Costos fijos vs
costos variables.
77
Estructura de costos
PCL Almidón
EG BZP
AE MA
Transporte Envases
Mano de Obra Supervisión
Servicios Mantenimiento
Suministros Inversión
Ventas y distribución Administración y dirección
0% 0% 0% 1%
1% 1% 2% 3% 0%
4%
2%
0%
4%
12%
66%
3%
a.
Costos totales
2%
98%
b.
Estructuras de costos de la producción de pellets PCLgMA/TPS. (a) Detalle de costos. (b) Costos fijos
vs costos variables.AE: ácido esteárico, BZP: Peróxido de Benzoílo, EG: etilenglicol, MA: anhídrido
maleico.
78
10.2 Gráficos de los ensayos realizados
10.2.1 TGA
En esta sección se muestran los termogramas de las muestras restantes. M/M0 es la
relación de masa respecto de la inicial (masa residual). Se indican las temperaturas de inicio
(To) y máxima velocidad de degradación (Td).
79
Termograma de la mezcla de policaprolactona modificada y almidón.
80
Termograma del ácido poliláctico.
81
Termograma del polietileno.
82
Termograma del polipropileno.
10.2.2 DSC
83
DSC del almidón
84
DSC del ácido poliláctico puro
85
DSC del polietileno
86
DSC del poliestireno
10.2.3 Tracción
87
Curvas tensión-deformación de las mezclas de policaprolactona y almidón.
88
Curvas tensión-deformación de las mezclas de policaprolactona modificada y almidón.
89
Curvas tensión-deformación de las muestras de ácido poliláctico.
90
Curvas tensión-deformación de las muestras de polietileno.
91
Curvas tensión-deformación de las muestras de poliestireno.
92