Universidad del Salvador
Campus Nuestra Señora del Pilar
Facultad de Historia, Geografía y Turismo
Licenciatura en Ciencias Ambientales
Seminario Final de Investigación
Tema: “El ambiente y su búsqueda de significado”
Alumna: Lemonnier Banchig Andrea
Directora de la investigación: Lic. María Rosa Batalla
Año 2018
Introducción _________________________________________________________ 4
Capítulo 1: ¿Ambiente y/o sociedad? _____________________________________ 8
1.1 Incertidumbre moderna ____________________________________________ 8
1.2 Marco conceptual ________________________________________________ 10
1.3 Evolución conceptual _____________________________________________ 11
1.4 ¿Ecólogo, ecologista, ambientalista, ambientólogo? _____________________ 13
1.4.1 Evolución de la relación del concepto ambiente y sociedad _____________________ 14
1.5 Transversalidad del ambiente _______________________________________ 16
Capítulo 2: Lo Real y su búsqueda de significado __________________________ 21
2.1 Producción y consumo: un sistema insostenible ________________________ 21
2.2 Contaminación __________________________________________________ 29
2.2.1 Toxicidad ____________________________________________________________________________ 33
2.3 Salud y medioambiente ___________________________________________ 36
2.4 Sociedad dual ___________________________________________________ 41
Capítulo 3: Adversidad del poder. Percepción ____________________________
3.1 Paradigma _____________________________________________________
3.2 Presente A-Existencial ____________________________________________
3.3 Fal(s/t)a consciencia _____________________________________________
3.4 De educación a omnipresencia ambiental _____________________________
3.5 El poder del discurso _____________________________________________
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Capítulo 4: Posibilidades del conocimiento ambiental ______________________ 60
4.1 Desarrollo sustentable ____________________________________________ 60
4.1.1 Externalidades _______________________________________________________________________ 62
4.2 Sensibilización, concientización e información ambiental _________________
4.3 Sociedad presente _______________________________________________
4.4 Reeducación para el consumo ______________________________________
4.5 Comercio justo __________________________________________________
4.6 Desde un cambio cultural individual a general: algunas ideas finales ______
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Referencias bibliográficas _____________________________________________ 75
2
La neutralidad
ideológica que
caracteriza el mundo
moderno y la
tendencia a separar
la reflexión
filosófica de la
teoría científica
desemboca en un
evidente y sombrío
abismo.
Basada en un pensamiento de Mora Penagos
3
Introducción
Transcurridas varias décadas desde la primera cumbre de la Tierra en Estocolmo,
todavía no es posible distinguir un horizonte claro sobre las cuestiones ambientales que
aquejan al planeta. Una carrera universitaria no basta para comprender la incapacidad de
la sociedad mundial por superar o apaciguar la crisis ambiental que en mayor o menor
medida se sufre en todo el planeta. En parte, este trabajo surge en respuesta a las
numerosas inquietudes que fueron surgiendo a lo largo de la cursada; inquietudes que
nacieron de contradicciones propias de la vida misma, del material de los programas
académicos, de visiones particulares de profesores, de alumnos y de amigos, de las formas
de organización de la sociedad, del sistema económico y de una creciente desconfianza
hacia los medios.
La crisis de la cultura moderna se traduce en crisis ambiental. El ser humano se
presenta ante una crisis de sentido; una simulación cotidiana de un modelo económico
correcto y sostenible; la pérdida del significado de los conceptos ha generado una realidad
que “objetiviza” las cosas hasta dejarlas sin significado “vivo”; aislado de su faceta real.
Esto y la falta de conocimiento ambiental genera una disociación implícita en la misma
interpretación de los elementos de la vida cotidiana. El hombre pierde la visión natural,
reemplazada por una utilitarista, donde el signo monetario levita sin responder a lo real;
un mundo sobre-economizado y sobre-objetivizado que ha terminado por externalizar a
la naturaleza y en consecuencia, dictado su condena.
Muchos factores convergen en este punto, y el objetivo de este documento es
aportar una mirada más, analizando distintos conceptos que intentan comprender un poco
más la realidad en que se vive y que para muchos todavía no ha sido descubierta. En otras
palabras, el fin de este ensayo es revisar la visión total del medio ambiente, sin perdernos
en los pequeños espacios destinados a los especialistas. Se pretende demostrar así la
importancia de iniciar en Argentina una cultura que contenga valores ambientales y
promover la premisa de que sólo una idea real de lo que influimos en el ambiente
(convertida en un cambio en la acción) hará un cambio. Presenta la posibilidad de discutir
aquéllo que la problemática ambiental reclama con urgencia, dejando en evidencia los
inciertos cimientos sobre los que se basan los individuos de la sociedad actual. Busca la
comprensión de una idea concreta del significado y el rol que desempeña el ambiente, su
4
transversalidad con la salud, los derechos humanos, la pobreza, el estilo de vida, las
ideologías y demuestra contradicciones de un orden económico que anhela un
crecimiento ilimitado. Asimismo, contribuye a la formación de un conocimiento que
permitirá interpretar correctamente la complejidad que conlleva el medio ambiente, y
promueve así la toma de decisiones de manera libre (de ideas externas impuestas) a través
de un empoderamiento individual, reivindicando la identidad y el rol del sujeto como
integrante activo en el ambiente
Este trabajo nace de aportes seleccionados de la carrera de Licenciatura en
Ciencias Ambientales y muchas otras lecturas que se fueron incorporando a lo largo de
toda la investigación. Cada una contribuye a su manera al estudio de la problemática
ambiental y a los distintos aspectos planteados. Autores tan fuertes como Leff enriquecen
y dejan su huella en este trabajo, dejando de manera implícita la posibilidad de contribuir
en conjunto, a través de muchas personas, al paradigma ambiental. Manteniendo en todo
su largo una faceta interrogativa y cuestionante;
El primer capítulo consta a forma de introducción con los antecedentes históricos,
el significado y la evolución del concepto medio ambiente, sus diferencias con otros
términos que tienden a confusión (Ecologismo, Ambientalismo), el análisis de la relación
entre ambiente y sociedad a lo largo del tiempo y, por último, la transversalidad del
ambiente, que explica qué factores son los que repercuten en él. Así, se disparan
interrogantes que encontrarán su respuesta o desarrollo a lo largo de la investigación. El
segundo capítulo analiza el sistema económico convencional y explica la
incompatibilidad que posee con un ambiente sano. Para ello indaga en la construcción
histórica de la economía y la problemática en que deviene la caída de la teoría de valor.
También vincula de manera concreta producción, consumo, y por ende estilo de vida, con
el medio ambiente. Se hace una introducción a la economía ecológica y se explica la
relación que Georgescu-Roegen, su progenitor, establece entre la ley de entropía y el
proceso económico, el agotamiento de los recursos, la producción de desechos y la
capacidad del mercado de valorar las externalidades. Finaliza entre desechos y
contaminación, en una sociedad dual resultado de la ecuación económica mundial, entre
la complejidad para detectar daños sobre la salud que se generan mediante el ambiente,
la incertidumbre que esto trae a los que lo padecen, la variable percepción sobre la
contaminación y también la ignorancia. En un intento por comprender como afecta la
percepción a las formas de comprensión de la realidad, el tercer capítulo se adentra en la
5
definición de paradigma y advierte el poder que posee el estado, las organizaciones y los
medios para influenciar o modelar formas de percepción determinadas de la realidad.
También trata sobre la cultura inculcada, el vacío entre concepto y realidad y la falta de
conocimiento ambiental (falsa conciencia) que contribuye a la problemática actual. Al
mismo tiempo, analiza la pérdida de identidad del sujeto como integrante activo en el
ambiente. Retoma el papel de los medios como actores sociales y el poder del discurso.
Este capítulo se adentra en el contexto mental, cultural y social que permite, desde el
epicentro de la vida cotidiana, esta realidad. Por último, el cuarto capítulo presenta un
debate acerca de las controversias del término Desarrollo Sustentable y sus múltiples
definiciones. Vuelve también sobre la economía convencional y se analizan propuestas
tanto de la economía ecológica como la ambiental. Plantea las posibilidades del
conocimiento ambiental; una sociedad presente; reeducación para el consumo; el
comercio justo como movimiento económico alternativo. También expone algunas ideas
finales en este camino emprendido de comprensión, análisis y significación de la crisis
ambiental.
El reto se haya en un potencial cambio de racionalidad, la confrontación de
intereses, en la deconstrucción de hábitos y saberes y en las posibilidades que trae consigo
el empoderamiento individual. Las formas de comprensión e interpretación de lo real
construyen el futuro, y a través de la racionalidad ambiental, la posibilidad de un futuro
más sustentable, equitativo y consciente es posible. La racionalidad económica debe ser
replanteada y los intereses deben ser confrontados para darle lugar a un conocimiento que
tenga en cuenta las posibilidades ecológicas y sociales en el proceso productivo, fundada
en valores sustentables, directamente vinculados a los derechos humanos, la ética y
normas jurídicas. La racionalidad ambiental se consigue transformando la racionalidad
lineal (que no vincula acciones y consecuencias y no conecta distintos flujos de acción)
en una circular de carácter sistémico, que consigue darle vivencias al vínculo entre la
teoría y la práctica, lo real y lo simbólico, y la interrelación entre diferentes factores que
atraviesan el ambiente.
Es la consciencia ambiental, es decir la capacidad de pensar con una nueva
racionalidad al ambiente y de dirigir el poder del conocimiento, aquélla que encamina al
hombre a un cambio de paradigma. Es la lucha por la conciencia ambiental, ecológica y
humana la que ofrece la posibilidad de sanar el vacío de la sociedad moderna. Todo
cambio de paradigma, como fue el reconocimiento de derechos de las personas negras, el
6
fin de la esclavitud o la actual lucha por los derechos de la mujeres implica un
enfrentamiento, y en este caso es por una toma de consciencia por lo Otro y no por los
pocos. La consciencia ambiental, así como la lucha por la igualdad de género, se inserta
día a día -gracias a las personas que trabajan por difundir su magnitud y trascendenciaen la racionalidad actual. El mayor obstáculo de estas luchas -representado por la
resistencia del orden actual- por trascender a otro paradigma (diferente, diverso) se hace
presente ya que el trasfondo de las mismas colisiona profundamente con el poder
económico e ideológico actual que si bien es dominante, no representa ni beneficia a la
mayoría.
Este trabajo trae consigo una demanda implícita en la crisis: la necesidad que
todos los ciudadanos, no sólo los especialistas, comprendan la colisión entre la vida
cotidiana y variables desapercibidas con el ambiente. La teoría se cruza con el día a día
en un debate sobre conocimientos previos establecidos que impiden la concepción de un
ambiente sano. Así, aporta una reflexión de la problemática ambiental; mundial y cultural,
con el anhelo de devolver al ambiente su significado y contribuir a su revalorización.
7
Capítulo 1: ¿Ambiente y/o sociedad?
1.1 Incertidumbre moderna
La crisis ambiental pone en evidencia la crisis humanitaria de la cultura moderna.
Es el resultado de la construcción histórica que condujo al ser humano a través de una
suma de variables a la hiperracionalidad (razón anti-natura) y sobreobjetivación de las
cosas, centrándose en el Mundo Objeto, perdiendo el sentido del sentido y la
correspondencia entre las palabras y las cosas. Un futuro amenazado por las formas de
conocimiento del mundo; un conocimiento que genera la complejidad del mundo. Un
mundo anestesiado por la tecnología, la epistemología, la ciencia, la racionalidad
económica y las estrategias de poder. (Leff, 2004).
Surge de esta manera la crisis ambiental como el gran desecho de la cultura
moderna que trasciende hacia una postmoderna:
El pensamiento occidental, obsesionado por las ideas universales y la unidad de las
ciencias, está siendo cuestionado en el pensamiento posmoderno por haber disociado lo
real y lo simbólico, las ciencias lógico-fácticas de la naturaleza y las ciencias del espíritu
(Leff, 2004)
Leff (2004) explica como las posturas controversiales salen a flor de piel;
pensamiento-realidad, mente-cuerpo, objeto-sujeto, razón-sentimiento, antroposofíabiología, dándole paso a una realidad dual en que la epistemología “no logra disolver la
diferencia”. En este contexto, la mirada ambiental busca crear una nueva racionalidad,
una “relación de conocimiento” que entienda la materia y la naturaleza a través de una
“correspondencia entre el pensamiento y la realidad, entre el concepto y lo real, entre la
palabra y la cosa”. La antroposofía ambiental unifica procesos culturales, naturales y
cognoscitivos, marcando el camino hacia una nueva racionalidad.
El ambientalismo busca construir un nuevo espacio de racionalidad ambiental
entre el idealismo y el materialismo; diferenciar entre “ser y pensar, entre lo real y lo
simbólico” para lograr formas de comprensión del mundo más leales a la naturaleza y la
manera de actuar con y sobre ella, creando nuevas realidades con prácticas sociales y el
apoyo de actores sociales y políticos, librando a la sociedad de las estrategias de poder
que la condicionan.
8
Si la conciencia es una epigénesis1 del organismo pero que una vez que emerge no se
mantiene como su sombra, si el conocimiento no es un mero reflejo del ser en el pensar,
debemos admitir que todo conocimiento teórico -más allá de las determinaciones
biológicas de la intuición, la cognición y la conciencia-, se organiza en el orden
simbólico-del lenguaje que significa las cosas- y desde allí va al encuentro con lo real
(Leff, 2004)
El lenguaje y sus formas organizan la percepción y significado de lo real, de la naturaleza,
que también es construida socialmente, conformando distintos modos para conocer la
realidad, interpretaciones y significados en un juego infinito de relación entre el concepto
y el objeto. Broch describe este dualismo como:
Nombres y nombres […] el nombre de las cosas creadas junto con las cosas […] nunca
más podrá el poeta reclamar su dignidad, no ni siquiera si el trabajo primordial de la
poesía fuera el de exaltar los nombres de las cosas, ah, incluso cuando suena su momento
más grande, el de conseguir lanzar una mirada hacia la fuente creativa del habla, bajo
cuya luz profunda flora la palabra para la cosa, la palabra intocada y casta en la fuente
del mundo de la materia, el poema, aunque capaz de duplicar la creación de palabras,
nunca fue capaz de fundir la duplicación en una unidad, incapaz de hacerlo porque la
reversión aparente, la adivinación, la belleza, porque todas esas cosas que determinaron,
que devinieron poesía, tuvieron lugar únicamente en el mundo duplicado; el mundo de la
palabra y el mundo de la materia permanecieron separados, doble el hogar del mundo,
doble el hogar del ser humano, doble el abismo de lo creacional, pero doble también la
pureza del ser […] la cual llevaba en sí misma la semilla de la destrucción del mundo, la
falta de castidad básica de la existencia (Leff, 2004)
Este dualismo se plantea en la actual transición hacia una posmodernidad y en respuesta
a esto la antroposofía ambiental busca unificar el significado y el significante, creando
otro paradigma: “la epistemología de la complejidad ambiental se abre desde la diferencia
indisoluble entre lo Real y lo Simbólico hacia procesos en los que el conocimiento se
hace cuerpo y tierra al arraigarse en un territorio e incorporarse en el Ser” (Leff, 2004).
1
Epigénesis; teoría que sostiene que no todo está predeterminado sino que evoluciona y se forma a
partir de su interacción con su entorno inmediato. Es decir, la conciencia se forma en el curso del
desarrollo como resultado de interacciones entre factores y no de manera predeterminada.
9
Da lugar a nuevas construcciones de razonamiento y entendimiento, un
conocimiento del mundo que entienda las contradicciones de un orden económico que
busca un crecimiento ilimitado; una racionalidad ambiental que entienda que
La degradación ecológica del planeta aparece como la explosión de una verdad ontológica
negada por la teoría económica. Con la crisis ambiental, la economía ya no enfrenta
problemas de escasez relativa de recursos -aquella que era resuelta por el progreso
tecnológico y la apertura de nuevos campos de explotación de la naturaleza- sino una
escasez global que no es ‘natural’, sino generada por la destrucción de las condiciones
ecológicas de sustentabilidad de la economía global como efecto de los niveles de
entropía generados a escala planetaria por el proceso económico: deforestación y pérdida
de cobertura vegetal, contaminación del aire, agua, y suelos, calentamiento global (Leff,
2004)
1.2 Marco conceptual
La comprensión de la idea concreta del significado y el rol que desempeña el
ambiente para el desarrollo de la vida humana sobre el planeta Tierra pareciera ser
inalcanzable para una gran parte de la población mundial. Se percibe una enorme
incertidumbre del significado tangible, real y concreto del medio ambiente.
Cuando hablamos de ambiente o medio ambiente nos referimos al punto de
encuentro entre la naturaleza -con sus determinadas maneras de manifestarse – y todas
aquellas cuestiones que implica el desarrollo de la vida humana. Está definido como “el
conjunto de componentes físicos, químicos, biológicos y sociales capaces de causar
efectos directos e indirectos, en un plazo corto o largo, sobre los seres vivos y las
actividades humanas”2. Es decir que no hablamos tan solo de un proveedor de materias
primas o recursos para la producción y el consumo, ni tampoco del conjunto de elementos
bióticos y abióticos que permite el desarrollo de un ecosistema. Hablamos de un sistema
(todo depende entre sí) compuesto por factores biológicos, químicos, físicos, fenómenos
tales como el clima, la geología, factores sociales y culturales. Un sistema que se ve
constantemente modificado por sus factores y asimismo éstos se encuentran
interrelacionados.
2
Definición de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente en Estocolmo, 1972
10
La problemática –arraigada a esta descolocación entre lo real y lo simbólico- nace
por una parte, debido a la falta de formación del ciudadano, el que no tiene conocimiento
de cómo afectan o dejan de afectar sus acciones y por otra parte, la omisión de
responsabilidad de parte del Estado (nacional, provincial y municipal) y el sector privado.
A esto lo acompaña la hiper-economización, la ausencia de formación en los medios de
comunicación, educación incompleta desde tempranas edades, y la falta de normativa que
ayude a cumplir con los objetivos ambientales que existen en el país. Es decir, estamos
ante una sociedad que en su conjunto desprecia y descuida al ambiente en el que vive.
Cabe establecer la diferencia con la ecología, definida por la Real Academia
Española como “la ciencia que estudia los seres vivos como los habitantes de un medio,
y las relaciones que mantienen entre sí y con su propio medio”. Es decir que mientras la
ecología estudia esa relación de manera estrecha, las ciencias del ambiente la estudia
también pero de una manera más amplia, considerando el medio ambiente como “el
conjunto de factores ecológicos (físicos y biológicos) y culturales (económicos y sociales)
que interactúan entre sí” (traducción del término en inglés Enviroment, según la
Convención de Estocolmo en 1972).
1.3 Evolución conceptual
El reconocimiento del medio ambiente como lo vimos anteriormente no tuvo lugar
sino hace pocas décadas. Una creciente toma de conciencia global -acorralada ante la
imposibilidad de seguir ignorando la hiperobjetivación moderna- fue expresada a través
de organismos internacionales, desde recomendaciones conservacionistas hasta
proyectos, desde corto a largo plazo y a considerar la educación ambiental como
herramienta primordial, a modo de vehículo de saberes que llevan a valorar el entorno;
por ser parte esencial para la supervivencia en el planeta.
El movimiento social y político ambientalista adquirió sentido a partir de la
década del 60, dándole orden a numerosas ideas que giraban en torno al ambiente y su
relación con las actividades humanas. Este movimiento se expandió en todo el mundo,
adquiriendo continuamente nuevos conceptos y formando en consecuencia diferentes
corrientes del mismo. El “Día de la Tierra” tuvo su primera manifestación en 1970 con
300.000 participantes con diversos antecedentes históricos y sociales. En primera
11
instancia se dio un notorio aumento de problemas urbanos tales como hacinamiento,
contaminación, transporte, fragmentación social, inseguridad y migración a la ciudad.
Todos estos antecedentes prendieron luces de alerta sobre el deterioro de la calidad de
vida en el siglo XX. También coincidía la guerra de Estados Unidos contra Vietnam,
primera guerra que se lleva a cabo sin apoyo masivo del pueblo y ataca directamente al
ambiente. En respuesta a esto, nace el movimiento hippie, con ideales pacifistas, de
armonía con la naturaleza, vida comunitaria y no consumista. Previamente habían
influido desastres como Hiroshima o derrames de barcos petroleros y de plataformas
petroleras. De la mano del movimiento antinuclear se da la erradicación de muchas
plantas nucleares en Europa y se frena el crecimiento de aquellas situadas en Estados
Unidos. Impulsado por el contexto, el ambientalismo propone una vuelta a la naturaleza
de forma limpia y segura. Las empresas no tardan en declararse verde y lanzar productos
“new age” como alimentación sana y vida al aire libre. En 1972 la Conferencia de las
Naciones Unidas sobre el Medio Humano en Estocolmo marca un antes y un después en
el desarrollo del concepto medioambiente. El proceso moderno del desarrollo junto a sus
normas económicas encuentran su límite en la degradación ecológica y energética, en la
que el avance tecnológico no logra responder satisfactoriamente. Asimismo Los límites
de crecimiento (Meadows, Meadows, Randers y Behrens, 1972) revela la imposibilidad
de un crecimiento sin límites y plantea los límites físicos del planeta tierra para soportar
el crecimiento demográfico y la contaminación acumulativa. Por esta misma razón dicha
conferencia fue de carácter inclusivo para muchos factores que anteriormente no habían
sido considerados de importancia, remarcando la educación como primer escalón
sustancial y apelando a la responsabilidad del ser humano, adjudicando al mismo tiempo
valor a una potencial “opinión pública bien informada”. En el capítulo primero del
informe (Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano, 1972) proclama
en tercer término
Hoy en día, la capacidad del hombre de transformar lo que lo rodea, utilizada con
discernimiento, puede llevar a todos los pueblos los beneficios del desarrollo y ofrecerles
la oportunidad de ennoblecer su existencia. Aplicado errónea o imprudentemente, el
mismo poder puede causar daños incalculables al ser humano y a su medio
Y en primer término
El hombre es a la vez obra y artífice del medio que lo rodea, el cual le da el sustento
material y le brinda la oportunidad de desarrollarse intelectual, moral, social y
12
espiritualmente. En la larga y tortuosa evolución de la raza humana en este planeta se ha
llegado a una etapa en que, gracias a la rápida aceleración de la ciencia y la tecnología, el
hombre ha adquirido el poder de transformar, de innumerables maneras y en una escala
sin precedentes, cuanto lo rodea. Los dos aspectos del medio humano, el natural y el
artificial, son esenciales para el bienestar del hombre y para el goce de los derechos
humanos fundamentales, incluso el derecho a la vida misma
En 1992 se realiza la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el
Desarrollo (CNUMAD) en Brasil, conocida como la 'Cumbre para la Tierra'. En ella se
admite y observa la relación que existe entre medio ambiente y cuestiones socioeconómicas, de pobreza y desigualdad social. De esta manera, sostiene la importancia de
equilibrar necesidades sociales, económicas y ambientales en orden de conseguir
resultados sustentables. Se elabora el programa Agenda 21 que legitima, divulga y
oficializa las políticas del discurso del desarrollo sustentable. Empero, el mismo sería
vulgarizado hasta llegar al lenguaje común y utilizado a merced del vocero según
intereses propios, ajenos realmente a la racionalidad ambiental que busca establecerse en
esta era.
El reconocimiento del concepto y su evolución, tras décadas de historia, trajo
consigo distintas áreas de aproximación al ambiente ya sea a través de la ciencia, la
militancia o el discurso. Al ser sus términos propensos de confusión surge la necesidad
de introducirlos formalmente.
1.4 ¿Ecólogo, ecologista, ambientalista, ambientólogo?
La usurpación de términos y el uso erróneo de los mismos de manera viral ha
causado confusión en cuanto a la distinción de lo que es científico y de lo que no lo es. A
continuación veremos el significado de algunos términos que suelen llevar a confusión.
¿Cómo se denomina a quiénes se dedican a estudiar, cuidar o militar por el ambiente?
El ecólogo es un profesional, científico, destinado al estudio de la Ecología. Un
ecologista es aquel que defiende y continúa con el Ecologismo; movimiento sociopolítico
nacido en Europa en la década del 70 que intenta modificar la realidad social y las
relaciones de la sociedad con el ambiente por medio de determinadas acciones políticas
de acuerdo a principios ecológicos.
13
Así también difieren los activistas o ambientalistas radicales de los
ambientalistas científicos. Definido según la Real Academia Española (de ahora en
adelante RAE) como “1.Dicho de un científico: Especializado en el estudio del medio
ambiente o 2.Dicho de una persona: que se preocupa por la calidad y la protección del
medio ambiente.” (ambientalista) y, por un lado, es “partidario de reformas extremas”
(radical) y por el otro “perteneciente o relativo a la ciencia” (científico).Existe una gran
discrepancia entre estos dos grupos, basada principalmente en lo que se fundamentan
ambos, mientras los primeros lo hacen en la milicia, los segundos lo hacen en la ciencia.
Ambos persiguen la recuperación del mundo natural y su conservación, consternados por
el deterioro ambiental, desde ópticas y quehaceres diferentes: los une el mismo objeto.
En el 2009 se dio inicio a 5 años de trabajo por parte de especialistas en medio
ambiente y/o Licenciados en Ciencias Ambientales para que la RAE incluya y reconozca
la palabra ambientólogo/a en su diccionario (DRAE). Esta demanda de inclusión fue
liderada por la Coordinadora Estatal de Ciencias Ambientales (CECCAA) (que agrupa
colegios profesionales, asociaciones y federaciones de ambientólogos y estudiantes de
Ciencias Ambientales de toda España). Esta organización justificó en la nota de prensa
de la CECCAA en 2009 por las siguientes razones:
Más de 10.000 ambientólogos titulados trabajando; más de 30 facultades impartiendo la
Licenciatura de Ciencias Ambientales; una titulación oficial con 15 años de historia; una
difusión,
cada
vez
más
amplia
tanto
en
el
campo
científico
como
coloquial; y la existencia del término en otras lenguas oficiales estatales y europeas.
Finalmente en el 2014 la RAE incluyó el término “ambientólogo/a” en su diccionario,
definiéndolo como “Especialista en el estudio del medio ambiente” estableciendo de este
modo la palabra correcta para comenzar a reconocernos.
1.4.1 Evolución de la relación del concepto ambiente y sociedad
Cada sociedad posee una forma particular de relacionarse con la naturaleza. Esta
relación implica numerosas variables como el recurso que tienen ante sus ojos, la
estructura de poder que posee, la tecnología que maneja, etcétera. Obviamente la relación
entre ambos conceptos fue transformándose a lo largo del tiempo y culturas,
civilizaciones, creencias, tradiciones y ritos.
14
Los ecosistemas del planeta tierra sufrieron una gran alteración con la aparición
del hombre. Así también la naturaleza encontró un equilibrio ante la inclusión de esta
especie y muchas otras. Sin embargo lo que nos diferencia es la incidencia, la “magnitud
de nuestra capacidad para alterar el entorno” (Brailovsky, 2004). Teniendo en cuenta
nuestro alcance hoy en día, se podría decir que los cambios en la relación del hombre y
la naturaleza previos a la Revolución Industrial no fueron significativos. El impacto del
hombre, para su abastecimiento de recursos, a nivel global, era reducido. Por mucho
tiempo la idea más cercana a medioambiente fue naturaleza, y el hombre se situó en una
posición ajena a ella. El conocimiento era básico y giraba en torno de tres ideas: la
naturaleza es un sistema ordenado, el hombre influye sobre la naturaleza y la naturaleza
influye sobre el hombre. De esta manera la reconocieron como fuente de recursos y en
cuanto apreciaban situaciones inexplicables las catalogaban como misterios o caprichos
de la naturaleza, dándole relevancia como vocera de los dioses. Luego, en el “mundo
moderno” (s XV a s XVIII) la naturaleza comienza a ser dominada, lo que da inicio a una
visión y percepción de un hombre totalmente separado de la naturaleza, en control de esta
fuente indefinida de alimentos y materiales. Desde aquí se da el aumento en la utilización
de los recursos naturales, marcando el ataque del hombre a la naturaleza, estableciendo
este hecho como algo secundario y dándole importancia al enriquecimiento del hombre.
La revolución industrial fue el punto de quiebre entre el hombre y la naturaleza; el
acontecimiento que marcaría abruptamente el devenir del hombre y la agonía de la
naturaleza. La extracción de recursos naturales comienza a ser permanente y masiva y la
producción se incrementa de manera abismal. La capacidad del hombre aumenta en
cuanto a su expansión sobre la tierra y la intervención sobre los recursos. Se acentúa la
división social del trabajo y junto a ella el poder, consagrando el capitalismo como
sistema económico. En el romanticismo (s XIX) se torna necesario volver a concebir la
naturaleza como algo bello, puro e inocente, y en este contexto nacen las sociedades
protectoras de animales, defendiendo la idea de una naturaleza digna de ser protegida, la
cual desembocaría en el siglo XX como conservacionismo. A fines del siglo XX
comienzan de forma acentuada los movimientos sociales, ecológicos y conservacionistas
y aparecen en escena las organizaciones no gubernamentales (ONGs).
En 1972
(Estocolmo) se da lugar a la primera reunión mundial de índole medioambiental y así
crece por un lado el ambientalismo superficial y por otro el ambientalismo profundo.
Finalmente, en 1992 los países se juntan a discutir no temas del ambiente, sino su relación
con la sociedad y el desarrollo, en la misma se presenta como obstáculo la “necesidad”
15
de apoyar el crecimiento económico antes que la protección ambiental, para los países
desarrollados, y por otro lado las decisiones de tipo coyuntural (lo cual encarna el peor
enemigo del medio ambiente) en los países en desarrollo. En este contexto se presenta la
posibilidad teórica y política de valorizar (capitalizar) la naturaleza con el fin de
internalizar las externalidades ambientales del desarrollo.
La economía moderna, que tiende al mundo objeto, domina el orden natural y deja
el futuro del hombre en manos de un orden que sólo comprende valores mercantiles,
dándole fuerza a la hiper-racionalidad económica y el devenir ambiental.
En el anexo se accede a la “Carta del Jefe Seattle al presidente de los Estados
Unidos”, que si bien se presume falsa, es de utilidad ya que expone de manera clara un
modo de pensar que hoy en día -no necesariamente en su totalidad- podría ser útil para
apaciguar esta crisis ambiental, a la vez que rescata ideas y promueve acciones
respetuosas hacia la tierra.
1.5 Transversalidad del ambiente
En el final de este capítulo se plantean dudas, ideas y preguntas -cimientos sobre
los que se basa la sociedad en general- que encontrarán su respuesta o desarrollo a lo largo
de todo este trabajo de investigación. Se busca desagrupar todas estas variables, llegar a
comprender cada una de ellas y luego agruparlas, formando un todo y dejando de lado el
pensamiento lineal para adoptar uno circular, de carácter sistémico. Encontrando así un
espacio fiel entre lo real y lo simbólico.
Es común que se oiga hablar del medio ambiente de una manera desvinculante a
la sociedad que lo compone, educación, estilo de vida, ideologías, costumbres, derechos
humanos y desigualdad social, ignorando lo que podría ser su característica más
importante; la transversalidad que conlleva la ciencia del medio ambiente. Ahí comienza
el problema. Se entiende por transversal a aquello “que se halla o se extiende atravesado
de un lado a otro. Que se cruza en dirección perpendicular con aquello de que se trata”
(RAE). Algunas variables que atraviesan el medio ambiente pueden apreciarse en la
Figura 1:
16
DDHH
Figura 1: Conceptos convergentes en el medio ambiente. Elaboración propia.
POBREZA
EDUCACIÓN AMBIENTAL
ESTILO DE VIDA
IDEOLOGÍAS COSTUMBRES
AMBIENTE
Como podemos observar, son conceptos de la vida cotidiana los que convergen
con el medio ambiente, entonces ¿Qué impedimento posee el individuo para conocer más
abiertamente esta realidad…? Debido a la ausencia de información, de formación o de
comunicación en los eslabones del ciclo de la vida humana (ya sea jardín de infantes,
colegios, universidades, lugar de trabajo, medios de comunicación, etcétera), estas
“variables”, estas “realidades verticales” no se conocen como vinculadas al medio
ambiente. El concepto de medio ambiente inculcado fracasó en su tarea de representar lo
Real, fue trastocado al encontrarse ante el entendimiento humano; la naturaleza fue
desnaturalizada y cosificada ante el progreso. Su organización eco-sistémica y
termodinámica (que responde a la ley de entropía) fue desconocida, los factores que la
atraviesan se perdieron ante la hiperrealidad del mundo moderno, configurando la misma
como simple abastecedora del hombre de materia prima y energía y como recipiente de
desechos, como algo que carece de fuerza y respuesta, ignorando su necesidad de
equilibrio y sus leyes físicas. Una naturaleza “soporte” del proceso de producción. Sin
considerar, por décadas, las consecuencias que la explotación de los recursos y la
producción podrían generar sobre este sistema.
En lo que hace a la cuestión social, los sectores más desprotegidos y vulnerables
suelen ser los más afectados ante el daño ambiental, aquellas personas sin acceso a la
17
educación, salud y vivienda suelen vivir entre basurales y beber agua contaminada
(Brailovsky, 2004).
En cuanto a los derechos humanos ¿Hay diferencias entre matar a una persona a
balazos, que a través de sustancias tóxicas, provocando enfermedades terminales?
(Brailovsky, 2004). ¿Por qué nos asombramos al ver aumentar el flujo de refugiados
climáticos y económicos cuando nos rehusamos a comprometernos concretamente para
ayudarlos? (Jean Val, 2016). ¿Se puede hablar realmente de libertad si las estrategias de
poder influyen constantemente sobre las formas de conocimiento?
Al tratar sobre la urgencia de una educación, información y comunicación
ambiental: ¿Qué es el medio ambiente? ¿Cómo están vinculadas nuestras acciones con la
opaca realidad ambiental? ¿Qué modalidades afectan el medio ambiente? ¿Cómo se
puede lograr la resignificación del ambiente?
Educación para el consumo: ¿Cómo alimenta nuestro estilo de vida la crisis
ambiental? ¿Cómo es el ciclo de producción y consumo? ¿A qué responde el capitalismo?
¿Es la sustentabilidad una variable a la hora de consumir?
Todas estas cuestiones serán tratadas a lo largo de esta investigación.
El ambiente es un medio envolvente ya que protagoniza todo aquello que es
creado y desarrollado en este planeta, la mayoría de las acciones de los seres humanos
repercuten en él. Por esta misma razón se debe abandonar la forma de pensar en el
ambiente como una línea (de flujo) recta que no trae repercusiones sobre sí mismo y
comenzar a concebirlo como un ciclo en el que ningún factor deja de tener efectos sobre
el todo. Una vez comprendido esto, se deberá modificar la Figura 1 hacia esta forma
circular sistémica o de sistema abierto:
18
Modelo económico
Educación ambiental
DDHH
Costumbres,
ideologías
Estilo de vida
Pobreza
Figura 2: El medio ambiente como un sistema circular abierto. Elaboración propia.
En este gráfico la “respiración” del medio ambiente, es decir el mecanismo con el
cual interactúa y se mantiene “vivo” es naturalmente circular. Por ejemplo, la producción
y consumo lo atraviesa [ida] y en torno a este círculo vicioso los recursos son explotados,
extrayendo así materia prima que debe procesarse para obtener el producto deseado,
generando residuos (ya sea en la adquisición, fabricación, distribución, mantenimiento o
fin de vida útil) que, muchas veces, no tienen el correcto tratamiento [vuelta]. Se genera
así contaminación de suelos, aire y agua, asociada a numerosas enfermedades, entre
tantos otros impactos negativos.
El medio ambiente nos demanda comprender de manera urgente su
transversalidad. Como afirman Novo y Elizalde (2007):
19
Para comprender la crisis ambiental que hoy vive el planeta es imprescindible
sumergirse en ella con interrogantes acerca de las raíces de nuestro pensamiento,
indagando en la génesis de los modelos que Occidente ha expandido por todo el
mundo
De otra manera estaríamos situados en este universo como seres que existen por su mera
capacidad de respirar sin preguntarse siquiera como es que funciona aquello sobre lo que
están parados. El pensamiento ambiental recupera la dialéctica (para Bookchin, capacidad
para aprender la potencialidad del ser) como herramienta para indagar en esta
problemática y resignificar la naturaleza, contribuyendo a la racionalidad ambiental
Por dialéctica se entienden los intentos de dar sentido a las contradicciones. Esos intentos
varían según se quiera dar sentido a las palabras de un discurso o a los hechos de una
oposición. Varían según se piense en las contradicciones de la vida, de la historia humana,
de una civilización de un sistema social, de un modo de producción y dominación, de un
estado o un régimen político. La búsqueda dialéctica se centra en encontrar el sentido de
un discurso, de un texto y su contexto, o de la vida y la historia de la modernidad, el
capitalismo, el socialismo, el comunismo, la democracia, realmente existentes y
alternativos. El sentido se busca en las contradicciones presentes y entre contradicciones
con historia, pasado y futuro, desentrañadas desde el andar y el luchar […] La dialéctica
varía […] según se dé importancia o no a las interacciones de los actores como
interdefiniciones de unos actores por otros en los hechos y los conceptos; esto es, según
se postule o no que es imposible comprenderse a uno mismo sin considerar las relaciones
con el otro, según se acepte o rechace que uno se define en parte porque el otro lo redefine
a uno o lo obliga a redefinirse, y uno obliga al otro, hasta sin querer, a que se redefina
(González Casanova, 2004:215-216) (Leff, 2004)
Empero, la dialéctica encuentra sus limitaciones al encontrarse con la praxis, aquella que
supera al conocimiento en su eficacia, que lo trasciende. Aquí nos encontramos con la
necesidad de crear un conocimiento del mundo que sostenga una relación estrecha y real
entre el pensamiento y la acción.
Una vez presentadas las cuestiones sobre las que este trabajo busca indagar y
defiende como imprescindibles para entender la causa -a la vista de muchos“indirecta” del presente ambiental, en el próximo capítulo se continuará por exponer
los complejos factores que protagonizan la problemática realidad ambiental.
20
Capítulo 2: Lo Real y su búsqueda de significado
En este capítulo veremos la importancia de establecer de manera clara el por qué
y cómo se relacionan nuestro estilo de vida con la problemática ambiental. De esta forma
se intenta contribuir a la formación de un conocimiento que nos permitirá cambiar
nuestro estilo de vida y sobre todo nos permitirá reflexionar y fundar un conocimiento
más acertado de la realidad, una visión que actualmente se encuentra en segundo plano y
que generalmente ni los medios ni el estado, ni las organizaciones sociales y civiles
luchan para que se conozca.
Algunas de las preguntas que intentaremos responder son: ¿Qué acciones son las
que repercuten y cuáles son sus consecuencias en el medio(ambiente) y por consecuencia
en nuestra salud?, ¿Cómo afecta nuestra vida diaria al medioambiente?, ¿Cómo repercute
la desarticulación entre lo real y el objeto en nuestra percepción de la crisis moderna?
¿De qué manera se vincula el sistema económico convencional y el estilo de vida
moderno con la pobreza y la desigualdad social?
2.1 Producción y consumo: un sistema insostenible
Existe una gran distancia que separa a la sociedad de una consciencia fuerte y
nutrida. La realidad; pocos se detiene a pensar cómo llegan las cosas a las tiendas y
analizan con inteligencia si realmente necesitan o no lo que están comprando. El valor de
la cosa es percibido únicamente como monetario, dejando detrás el valor real de la
mercancía; aquel que responde a cómo se extrajo la materia prima, es decir si fue de
manera sustentable o no, si replantaron árboles o se dejó atrás áreas deforestadas, residuos
tóxicos sin tratar, aguas con metales o cualquier otro tipo de contaminación, las
condiciones laborales de los trabajadores, etc. y a la calidad del producto (vida útil,
duración, obsolencia). Se puede decir que, en parte, esto se debe a la racionalidad
predicada por la economía convencional, aquella que ignora o niega su condición, su
inmersión, su coexistencia con la biósfera, los ecosistemas. A esto -que es tan solo la
teoría de la vida cotidiana- se complementa la falta de racionalidad ambiental, es decir,
comprender que los patrones de consumo y el estilo de vida están vinculados a la
degradación ambiental, la inequidad y la salud; la crisis humanitaria moderna. Crear
nuevos modos de entendimiento que respondan al vacío intelectual moderno -entre el
21
objeto y la realidad detrás de él, entre la acción y las consecuencias, entre el pensamiento
y la praxis- , que resignifique el valor y el significado de las cosas y que encarne una
cultura ambiental de convivencia con la otredad3 es la fuerza que busca combatir esta
realidad aplastante, es el otro camino a emprender en la bifurcación moderna entre lo
propio y lo otro. Es decir, seguir alimentando una racionalidad de crecimiento económico
ilimitado a costo de los ecosistemas y las personas (especialmente aquellas que viven en
condiciones de carencia), seguir alimentando una forma de vida insostenible y valores
vacíos, agotar los recursos sin pensar en las generaciones por venir, o encarnar un cambio
hacia una redistribución justa, una forma de vida consciente, y luchar contra un sistema
que no está en armonía con la naturaleza. Es necesario replantear la “realidad” y
cuestionar a qué responden nuestros valores, acciones y pensamientos; nuestro estilo de
vida.
Las características del mundo moderno no están a la deriva sin ninguna razón; la
sociedad moderna responde ciegamente al orden económico, la hiper-racionalidad y a la
dominancia del mundo objeto (materialismo) todo ello encarnado en el capitalismo: la
idea de progreso moderno, el desarrollo tecnológico y un crecimiento económico que no
tiene meta final (aunque sí límites físicos del planeta que responden a la ley de entropía);
todo a costo del planeta tierra, la salud y una sociedad dual.
En la construcción histórica de la economía se pueden hallar respuestas a la
desvalorización del valor junto a la sobre-objetivación de la realidad. Leff (2004) afirma:
Los economistas de todas las escuelas han firmado el acta de defunción de la teoría del
valor4 como el principio que habría de asentar el proceso de producción en un sustento
objetivo y en una sustancia material, ya sea en las fuerzas de la naturaleza o la potencia
del trabajo. Sin este anclaje en lo real, el proceso económico ha quedado determinado por
las leyes ciegas del mercado, subjetivado en el interés individual, guiado por el espíritu
empresarial, y sostenido por el potencial tecnológico que, convertidos en principios de
una ciencia económica, han legitimado una racionalidad desvinculada de las condiciones
ecológicas de la producción, de un juicio moral sobre la distribución de la riqueza y de
las formas de significación cultural de la naturaleza
3
Otredad del sistema económico: crisis ambiental. De los patrones de consumo y el estilo de vida:
contaminación e inequidad. De las estrategias de poder: división de poderes e inequidad. De la
ignorancia: el abandono. De los medios masivos de comunicación: manipulación.
4
Tiempo de trabajo socialmente necesario requerido para la producción de una mercancía
22
Anteriormente, el continuo progreso tecnológico hizo variar la productividad de la fuerza
de trabajo y creó problemas teóricos y prácticos a la hora de aplicar la teoría de valor a la
continua innovación técnica. La misma encontró sus limitaciones dentro de su
racionalidad teórica, siendo el trabajo manual directo reemplazado -a lo largo de la
historia- por el trabajo intelectual indirecto en la producción de mercancías. Para Marx,
un valor se puede producir siempre y cuando exista una demanda de uso y una utilidad.
Sin embargo en el modo de producción capitalista “tanto la oferta como la demanda son
producto de la dinámica de la acumulación capitalista”, sometiendo la naturaleza y la
materia no a los fines del hombre, sino a la lógica del capital (Leff, 2004). Esta es la
construcción histórica y teórica de la economía que terminó por externalizar la naturaleza
del concepto de valor, considerando la misma base de los procesos materiales, sin asumir
las consecuencias que tendrían los actos del hombre sobre el sistema natural, y generando
al mismo tiempo sobre-objetivación de la materia. De esta manera, el hombre pierde su
visión natural para darle lugar a una productiva. Se marca profundamente una confusión
entre el objeto y lo natural, entre el mundo objeto y simbólico, alimentado por una visión
simplista entre naturaleza y el absoluto de la existencia. Las leyes económicas dejan de
fundarse en el tiempo de trabajo para formarse en la propiedad privada del poder de
conocimiento científico y avances tecnológicos y en la apropiación de la naturaleza. La
producción capitalista no sólo somete a la naturaleza a normas de producción, leyes
económicas y lógicas monetarias, sino que además, no valora los bienes y servicios de
los cuales se apropia.
En torno a esto, que forma parte del contexto en el cual nacemos, la humanidad
se sumerge ciegamente en un abismo de sentido y valor, donde las finalidades parecen
desvanecer y un anhelo resalta entre todos; el que tiende a la expansión del sistema
económico, y el ser humano, como careciente de decisión continúa abasteciendo deseos
inconmensurables en una vida sin rumbo, en la que el signo monetario levita sin responder
a lo real y manipula a la humanidad en un mundo sobre-economizado y sobreobjetivizado. Una idea de progreso que guió al hombre a una crisis ambiental, que encarna
la resistencia a este paradigma inconcebible considerando los límites entrópicos del
planeta. Este ambiente marginado representa la otra parte del proceso de producción y la
ambición de poder, de una racionalidad tecnológica y económica.
El valor de las cosas y su significado simbólico se pierde en su valor monetario
ante el razonamiento económico del hombre. El valor de algo no es representado
23
lealmente por su precio. Sino, una suma de variables, como ser lo que fue necesario para
la concepción de esa cosa, desde la explotación de recursos que proveyó la materia prima,
la manera física de transporte en que llegó a su destino, su utilidad, su durabilidad, y el
posible tratamiento luego de su vida útil. La racionalidad ambiental trae consigo la
comprensión de que todo está arraigado en principio y fin a la naturaleza como sistema
que provee o sustenta según sus capacidades; la misma necesita un equilibrio, tiene
fuerzas de manifestación y respuesta, y no debe ser considerada al servicio del hombre y
como objeto del mismo, ya que es independiente, posee un límite físico en la ley de
entropía y repercute social y culturalmente. La racionalidad ambiental busca la
resignificación de esta naturaleza que hace mucho tiempo fue separada de su orden
simbólico y menospreciada por la economía convencional, la que moldea la vida de los
hombres.
Leonard (2010) analiza el ciclo de producción, consumo y desecho de las cosas
que utilizamos en nuestra vida diaria, al respecto afirma:
No cuestiono el consumo en abstracto, sino el consumismo y el hiperconsumismo. Si el
consumo significa adquirir y usar bienes y servicios para satisfacer las necesidades
propias, el consumismo es una relación particular con el consumo en la cual buscamos
satisfacer nuestras necesidades emocionales y sociales haciendo compras, a la vez que
demostramos y definimos nuestra autoestima mediante las COSAS que poseemos. Y el
hiperconsumismo es tomar muchos más recursos de los que necesitamos y el planeta
puede sostener, como es el caso en la mayor parte de Estados Unidos y en cada vez más
países
La polaridad en la forma de pensar del hombre, crea una brecha entre dos maneras
de interpretar la realidad, creyéndolas opuestas. La crítica al consumismo se percibe de
orden liberal. Acompañado con pensamientos tales como “Si está en contra del
consumismo, ¿de dónde saca esa remera?” o… “¿entonces por qué tiene celular?” Se
puede llegar a un razonamiento -lejos de ser una epifanía- que alega la posibilidad de
consumir sin ser consumistas. Es claro que cualquier ser humano necesita consumir para
vivir, y también que más allá de las necesidades básicas que cubren las compras diarias,
también hay un consumo extra. Pero el consumismo está vinculado con el exceso, con
perder de vista la necesidad y vagar en góndolas de cosas que realmente no se necesitan.
El marketing, a diferencia de lo que dice nuestro instinto, trabaja constantemente para
24
convencernos de que no podemos prescindir de aquellas cosas, que lo único que acaban
haciendo es afirmar nuestra cultura material.
La continua expansión de la producción que demanda una creciente acumulación
de consumo, es creado en parte por manipulación ideológica. El libre albedrío del
consumidor es absorbido, redirigido e influenciado por grandes marcas y empresas y su
capacidad de dirigir el consumo, reemplazando la necesidad por el deseo y perdiendo la
lógica funcional de los objetos (Rodriguez, 2014). Las tácticas más conocidas son
obsolescencia programada y percibida. La primera es el diseño, fabricación y
programación del fin de la vida útil de un producto, con el propósito que, luego de un
período de tiempo calculado, el objeto se torne obsoleto u inservible; beneficiando así al
fabricante que incita al consumidor adquirir otro, provocando un consumo excesivo. La
segunda se basa en el deseo o la percepción del individuo de adquirir un nuevo producto
y desechar el que aún es útil, siendo objeto de una manipulación ideológica continua por
parte del marketing moderno y los medios de comunicación. Resulta inquietante que no
exista una política educativa pública que advierta cómo afecta este consumo a la
problemática de desechos, el adelgazamiento de la capa de ozono y el calentamiento
global; educación ambiental que le dé significado a las acciones individuales y que alerte
a la sociedad de que el camino emprendido se choca con los límites del planeta tierra.
¿No se trataría de un derecho?
Ante esta actualidad nace la necesidad de por una parte, leyes que defiendan la
integridad del consumidor y controle a las grandes empresas (nuevas y leales defensas al
derecho del consumidor, considerando factores de manipulación ideológica) y por otra
parte, formación del ciudadano en esta temática; racionalidad ambiental.
Leonard (2010) especifica en su libro una lista de la cantidad de planetas que se
necesitarían, en términos de biocapacidad (definida como la capacidad de un área
específica biológicamente productiva de generar un abastecimiento regular de recursos
renovables y de absorber los desechos resultantes de su consumo), si globalizaran
patrones de consumo de nueve diferentes naciones (Figura 3):
25
Biocapacidad del planeta Tierra y estilo de vida
6
5,4
5
4,2
4
3,1
3
2,5
2,2
2
1,4
1
1
1
1
1
1
1,2
1
1,1 1
1
1
0,4
0
Estados
Unidos
Canadá
Inglaterra Alemania
Italia
Planetas necesarios
Sudáfrica Argentina Costa Rica
India
Planeta Tierra
Figura 3: Cantidad de planetas por país que serían necesarios (en términos de biocapacidad) si se
globalizasen patrones de consumo. Fuente: adaptado de Leonard, A (2010).
El nuevo conocimiento del mundo que integra la racionalidad ambiental necesita de una
sociedad que se detenga a comprender lo que sucede; cada individuo es protagonista de
esta historia y estas cifras no dejan de ser números; es necesario atravesarlos (superar el
mundo concepto/teoría) y ver una realidad. Cuestionar las bases ideológicas y teóricas
que avalan tal crecimiento económico destruyendo la naturaleza y la cultura. Gritar la
necesidad de un presente sustentable
La vuelta al ser y la transición hacia un futuro sustentable están tensadas por una
diferencia real: el hiperconsumo, que regido por la ley de la demanda a través de la
manipulación del deseo sigue remitiendo al imperativo de la ganancia y a la necesidad de
producción, de la explotación del trabajo, de la expoliación de la naturaleza, de la
contaminación del ambiente; de una pobreza que no alcanza a esconder su rostro (Leff,
2004)
Entender que tan solo somos individuos encabezando algo (que para muchos aún es una
incógnita) pero que irremediablemente es una realidad atada a actos y consecuencias, con
responsabilidades individuales y grupales. El modelo de producción y comercialización
de productos debe ser replanteado. Como así también la demanda de la sociedad, que al
mismo tiempo influye en el mismo.
26
Al cierre de la cursada de la carrera se presentó la habilidad para ampliar la
percepción, y la capacidad de analizar el presente para luego compararlo con el pasado,
sus formas de vida y de comprensión de la realidad. La humanidad no siempre se guió
por estos órdenes; anterior a la preeminencia del Mundo Objeto en la modernidad, el
orden simbólico no estaba reprimido. Fuentes de sabiduría históricas han conformado
parte de las culturas de todo el mundo a través de los siglos, renunciando al materialismo
y abrazando la simpleza como manera de vivir:
Tabla 1
Creencias culturales históricas
Fuente de sabiduría
Valores culturales
Budistas
“Pero quienquiera que en este mundo vence el vasto
deseo, tan difícil de doblegar, sus penas lo
abandonarán como el agua se desliza por la hoja del
loto” (Dhammapada, 336)
Cristianos
“Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo
el mundo y perdiere su alma?” (San Marcos, 8:36)
Confucianos
“Tanto el exceso como la deficiencia son erróneos”
(Confucio, XI. 15)
Hindúes
“Aquél que vive completamente libre de deseos, sin
anhelos […] alcanza la paz” (Bhagavad Gita, II.71)
Khali Gibran
“En verdad os digo que la concupiscencia de
comodidad mata la pasión del alma, y luego
acompaña entre muecas y risas el funeral” (El
profeta)
Islámicos
“La mejor riqueza consiste en renunciar a los deseos
desmesurados” (Imán Alí A.S.)
Judíos
“No me den pobreza ni riquezas” (Proverbios, 30:8)
Teología de la Liberación
“Es por ello que la pobreza del pobre no es un
llamado a una acción generosa que la alivie, sino
exigencia de construcción de un orden social
distinto” (Gustavo Gutiérrez)
27
Pueblos Originarios de América “Por muy míseros que nos vean tus ojos, nos
consideramos […] mucho más felices que tú, puesto
que estamos muy contentos con lo poco que
tenemos” (tradicional)
Shakers
“La simpleza es un don” (anciano Joseph Brackett)
Taoístas
“Es rico el que sabe que tiene suficiente” (Tao Te
King)
Thoreau
“Un hombre es rico en proporción a la cantidad de
cosas que puede permitirse dejar atrás” (Walden)
Nota: Fuentes de sabiduría históricas. Adaptado de Leonard, A (2010).
En estas citas el deseo es percibido como obstáculo a la hora de alcanzar plenitud.
Sostienen que vencer este deseo “tan difícil de doblegar” otorga paz y alivia las penas
(Khali Gibran, Budistas, Hindúes, Cristianos). Muchas de ellas también coinciden al
vincular la riqueza tanto con desistir al deseo (Islámicos, Pueblos Originarios de América,
Thoreau) como con atesorar la simpleza (Pueblos Originarios de Amércia, Shakers,
Taoistas. Thoreau). Las palabras procedentes a los pueblos judíos y a Confucio son las
más generales y persiguen un punto medio de equilibrio entre la deficiencia y el exceso.
A diferencia de la cultura moderna, estas fuentes históricas no viven el materialismo para
alcanzar una satisfacción personal, sino que por contrario, encuentran paz en la simpleza
y en la renuncia a los deseos desmesurados. Los resultados de tales vivencias se plasman
en la Figura 3 presentada anteriormente; en el que Estados Unidos precisaba para el 2010
de 4,5 planetas para mantener sus patrones de consumo e India de 0,4.
28
2.2 Contaminación
Para empezar, partamos de la base que la idea de contaminación global y popular
no está directamente relacionada con nuestros patrones de consumo, nuestro estilo de vida
y nuestro accionar diario. ¿A qué se debe esto?, ¿Estará detrás del pueblo sin educación
o intencionalmente mal educado un interés oculto de los grupos de poder, disfrazando
persecución de lucro económico y empoderamiento con necesidad?
En la teoría económica del siglo XIX y XX la naturaleza no contribuía a la
formación de valor, es decir, los servicios ambientales así como sus recursos se
consideraban gratuitos e ilimitados. Aún así el paradigma económico fue legitimado. La
concepción de economía arrastra el grave error de no considerar el agotamiento de los
recursos, las externalidades (que por cierto, aun en el intento de incluirlas poseen un factor
irreversible e incierto), la distribución a generaciones futuras, la repartición de recursos
equitativa, y la posibilidad de la tierra de tratar residuos naturalmente. Es claro que
estamos inmersos en un sistema incompatible con el orden natural (vida) cuando es
posible verificar la destrucción ecológica y humana que conlleva el mismo sistema que
nos rige, y advertir que aquello puede continuar sin suponer una crisis del capitalismo.
La economía ecológica encarna una crítica profunda a esta ciencia económica
tradicional. Martinez Alier (1996) explica la economía ecológica, a diferencia de la
economía ambiental como
Una revisión a fondo, quizás un ataque destructivo, contra la ciencia económica, ya que llega a la
conclusión de que los elementos de la economía son inconmensurables, destruye pues la teoría de
valor económica, […] y propone que la ciencia económica no sea sólo una ‘crematística’ (el
estudio de formación de los precios) sino también […] el estudio del aprovisionamiento material
y energético de las comunidades humanas, es decir, ecología humana
Mientras la economía convencional deja de lado el marco ecosistémico del desarrollo
económico, la economía ecológica estudia el “flujo antrópico de energía y de materiales,
que atraviesa la economía. Estudia sistemas energéticos de la humanidad” (Martinez
Alier, 1996).
En un marco histórico de entendimiento en que la modernidad posee un lenguaje
hiperracional y la epistemología busca verdades objetivas, Georgescu-Roegen ofrece
respuestas al límite del planeta tierra basadas en las leyes de la termodinámica, que
29
encarnan la incompatibilidad entre la vida en el planeta tierra y un crecimiento económico
eterno, que representa el orden económico actual. Él se convierte en el progenitor de esta
economía ecológica gracias a la publicación en 1972 de su libro The entropy law and the
economic process. En el “presenta la economía como un flujo entrópico pero dentro de
un sistema abierto a la entrada de energía ya que la tierra recibe energía solar del exterior
y la sociedad humana revela un desarrollo constante de organización y complejidad
(Grinevald, 1987)” (Alier,
1996). Es decir que vincula la segunda ley de la
termodinámica (la ley de entropía, que rige la degradación de la materia y la energía en
todo proceso productivo) con el proceso económico, el agotamiento de los recursos, la
producción de desechos y la capacidad del mercado de valorar las externalidades (que
presentan un riesgo incierto). De esta manera, establece un límite físico a la racionalidad
económica convencional de crecimiento ilimitado y el fin de su desentendimiento con la
energía externa adicional (que no consideraba necesaria). La imposibilidad de mantener
esta racionalidad económica que requiere una constante expansión de la producción, que
disocia economía y naturaleza, se hace visible ante la degradación ambiental, la pérdida
de biodiversidad y de fertilidad de la tierra, el adelgazamiento de la capa de ozono; todo
se manifiesta en el calentamiento global que representa la degradación entrópica del
proceso productivo. La economía moderna; totalitaria, inflexible y dominante, apodera la
crisis ambiental; en ella se funda el ‘progreso’ moderno.
Compulsión al consumo, sobre-economización (que responde únicamente a un
código mercantil y monetario), acumulación de poder, inequidad, sobre-objetivación de
la realidad; no representa únicamente a la perdida de la humanidad de la cultura moderna
y del sentido; representa una sociedad que desbordando la lógica ambiental se encamina
a un fin de manera indiferente.
La base primera del deterioro ambiental –y humano- pareciera abducido del
cerebro humano. Las estrategias de poder implícitas en la modernidad han logrado
disimular las causas de la degradación; y aún peor que disimularlo, han logrado crear una
perfecta simulación cotidiana de un modelo económico correcto y sostenible. Resulta
“confuso” que, aun conociendo empíricamente las consecuencias del modelo económico
y el estilo de vida y la racionalidad moderna, los medios continúen por promoverlo
constantemente, y el estado no interfiera con una concientización general. Se trata de los
límites físicos del planeta tierra, se trata de desastres ecológicos que repercuten
30
socialmente y lo harán cada vez de una manera más desastrosa a partir del calentamiento
global.
Se hace presente en esta instancia el problema de conocimiento, lo que conforma
un desafío para la educación ambiental; darle significado al vacío entre lo real y el
concepto. Sería necesario reunificar la división entre acciones y consecuencias, y entre el
pensamiento y el hacer. También inculcar que no todo puede ser representado o valorado
con un valor monetario -el patrón unitario de medidas de la cultura moderna-. El
ciudadano corriente no tiene fuentes de información ambiental significativas o fácil
acceso a una educación ambiental integrada a estilo de vida, lo que deberá ser
estratégicamente planificado y presentado por el estado. Cada persona influye y genera
un impacto sobre el ambiente. Luego se observa la responsabilidad de las organizaciones,
cualquiera sea su forma, privadas, publicas, con o sin fines de lucro, mixtas, formales,
informales, que tienen un impacto en el ambiente, ya sea positivo o negativo. Empero,
todas estas organizaciones están formadas en primera instancia por individuos.
Justamente es este el punto en que reside el trabajo; en el empoderamiento del individuo
a través del conocimiento, de la racionalidad ambiental que concibe nuevos mundos de
conocimiento, para lograr un cambio en nuestra cultura, valores y formas de comprensión
de la realidad, que a su vez influenciará en tomas de decisiones en organizaciones que
repercuten de manera significativa en el ambiente por medio de una nueva forma de
racionalidad individual (y grupal) acompañada de forma paralela con medidas
gubernamentales e institucionales. Sin embargo, no todo se podrá resolver ante el orden
normativo o tecnológico. La racionalidad económica tendrá que ser replanteada y los
intereses deberán ser confrontados para darle lugar a una nueva racionalidad que tenga
en cuenta las posibilidades ecológicas y sociales en el proceso productivo, fundada en
valores sustentables, directamente vinculados a los derechos humanos, la ética y normas
jurídicas. Una racionalidad que logra reunificar la teoría con su objeto, a través de una
desconstrucción de la cultura moderna.
Si hablamos de una influencia en el ambiente, ya sea por parte de una organización
o un individuo, nos referimos a un impacto ambiental. El mismo no es necesariamente
negativo; un impacto siempre existe, que sea positivo o negativo, o más uno que otro,
depende de determinadas variables. Y muchas veces es difícil de cuantificar. Por eso la
necesidad de poder discernir (en algunos casos) individualmente uno de otro. Por
ejemplo, el consumo es aceptable ya que es necesario para abastecer necesidades básicas
31
de alimentación, salud y vestimenta. El hiperconsumo, dirigido por el orden material del
Mundo Objeto y las estrategias de marketing para generar determinados estados anímicos
o por el mero hecho de poder/querer comprar algo y no necesitar comprar, ignora los
límites del planeta que implican la sobreexplotación de recursos, residuos generados y la
contaminación asociada al ciclo de vida del producto (extracción y procesado de materias
primas, fabricación y manufactura, embalaje y distribución, utilización y mantenimiento,
fin de vida) y por lo tanto insostenido en el tiempo e inconmensurable con los límites
físicos del planeta tierra.
No existe una ecuación matemática que especifique los límites del accionar
propio. Generar residuos es normal, pero queda en el individuo moderar la cantidad,
reutilizar cosas y separar en origen, hacer compost, o no. Exigir planeamientos
municipales sobre bicisendas, regular el uso de combustibles fósiles, exigir a las
organizaciones un buen trato para con el medioambiente y respuesta a las externalidades
ambientales, información transparente, de fácil acceso y divulgación de aquellos
productos “amigables” con el ambiente. Dar valor a variables sustentables, promover
valores ambientales y no quedarse con lo que los medios de comunicación tildan como
importante es decisión propia. Como podemos observar, el medio ambiente está
constituido por muchas variables, lo que le adjudica cierta complejidad. Son numerosas
las líneas de acción requeridas para alcanzar un buen trato ambiental. Se trata de exigir
con urgencia y posicionar en primer plano la necesidad de quehaceres ambientales que
lleven a una relación sociedad-naturaleza equilibrada. En seguir tolerando la relación que
el hombre mantiene con el medioambiente o no, hacer algo o no, reside el punto de
inflexión actual para el futuro del hombre. El tiempo de esperar medidas de la coyuntura
de tinte político se acabó; es época de empoderamiento individual.
El concepto de ambigüedad que tratamos anteriormente también se extiende hacia
los efectos de la contaminación en la salud, siendo generalmente difícil y propio de
incertidumbre establecer una relación precisa entre salud y medioambiente. No siempre
se dispone de sistemas de control y vigilancia que permitan valorar y conocer el alcance
de los riesgos. La toxicidad de los elementos depende de la dosis: “Sólo la dosis diferencia
un tóxico de un medicamento” (Paracelso). Es decir que algunas sustancias ambientales
no son peligrosas si están por debajo de X nivel. Sin embargo, algunas sustancias sí son
peligrosas aún por debajo de los niveles establecidos. A continuación se desarrollará en
32
profundidad la toxicidad de las sustancias vinculada a la salud y el medio ambiente,
haciendo hincapié en los sectores más vulnerables.
2.2.1 Toxicidad
En orden de entender la próxima sección, a continuación se presenta un breve
resumen sobre la toxicidad basada en la información de la Agencia para Sustancias
Tóxicas y el registro de Enfermedades (ATSDR) de Estados Unidos.
El grado en que una sustancia es venenosa o puede causar una lesión está dado
por su toxicidad. Esta depende de distintos factores como la dosis, duración y ruta de
exposición -que puede ser por inhalación, ingestión, absorción o contacto directo- con la
sustancia química. También depende de factores humanos individuales y la estructura de
la sustancia química misma.
Mientras el término “tóxico” se utiliza para aquellas sustancias tóxicas que son
derivadas o producidas por la actividad humana, “toxina” se utiliza para sustancias
tóxicas producidas naturalmente, es decir de origen microbiano (como bacterias u otras
plantas o animales diminutos), vegetal o químico sintético. Por ejemplo, el arsénico es un
metal tóxico que está presente en las aguas subterráneas como un contaminante natural o
que contamina las aguas subterráneas como resultado de las actividades industriales; en
el primer caso se denomina toxina y en el segundo tóxico. La toxicidad se manifiesta cada
vez que una sustancia entra en contacto con una superficie corporal.
El campo de la toxicología es amplio y en la vida cotidiana constantemente se está
expuesto a los riesgos que implican:
La toxicología ambiental estudia las sustancias que contaminan el agua, suelos,
atmósfera y alimentos y la forma en que afectan a los humanos, las plantas y los
animales.
La toxicología industrial está destinada a eliminar los riesgos en el lugar de
trabajo (cada año hay 350.000 casos nuevos de enfermedades producidas por
sustancias químicas industriales y entre 50.000 y 70.000 muertes).
Luego existe la toxicología reglamentaria que establece normas de exposición
“sin riesgos”.
33
También contamos con la toxicología de alimentos que concierne el estudio de
los aditivos que se utilizan para modificar los alimentos en orden de abastecer
alimentos seguros y comestibles a los consumidores. También determinan el nivel
de ingesta diaria admisible para sustancias toxicas como pesticidas (cultivos) y
plomo, arsénico y cadmio (presentes en el suelo y agua y absorbidos por plantas).
Finalmente la toxicología clínica analiza enfermedades y afecciones.
34
Tabla 2
Agentes tóxicos
Clasificación de los agentes tóxicos
Metales pesados
Solventes y vapores
El potencial que tienen para producir efectos en la salud
depende del uso que las personas hagan de ellos. Estos
efectos se pueden dar por medio del aumento de las
concentraciones de los metales pesados en el aire, el agua,
suelo y los alimentos, y por modificación de la estructura
de la sustancia química.
Los solventes son compuestos orgánicos. Se pueden
encontrar en diluyentes, pegamentos, limpiadores,
gasolinas, tintas, marcadores permanentes, barnices,
aerosoles y cuero, entre otros. Casi todas las personas
están expuestas a los solventes. Cada vez que se evaporan,
los vapores también representan una amenaza para la
población expuesta. También hay que considerar que
deterioran la capa de ozono permitiendo un mayor ingreso
de radiación UV
Radiación y materiales
radioactivos
La radiación es la emisión, propagación y transferencia de
energía en cualquier medio en forma de ondas
electromagnéticas o partículas. Las personas están
expuestas a diario tanto a la radiación de origen natural o
humano (la exposición humana a la radiación proviene
también de fuentes artificiales que van desde la generación
de energía nuclear hasta el uso médico).
Dioxinas y furanos
Descubierta originalmente como un contaminante en el
herbicida Agente Naranja. Es también un derivado del
procesamiento del cloro en las industrias productoras de
papel.
Pesticidas
Agente físico químico o biológico utilizadas para evitar,
destruir repeler o mitigar plagas.
Toxinas vegetales
Las plantas pueden contener en distintas partes diferentes
concentraciones de sustancias tóxicas.
Toxinas animales
Emisiones venenosas o tóxicas que liberan los animales.
Nota. Adaptado de Agencia para Sustancias Tóxicas y el registro de Enfermedades.
35
2.3 Salud y medioambiente
A continuación se explican los puntos considerados más relevantes (para el fin de
este trabajo) de un artículo publicado en la Revista Española de Salud Pública por Vargas
Marcos5, con el objetivo de adquirir un conocimiento leal del vínculo entre la salud, los
factores ambientales y desarrollo.
En países industrializados un 20% de la incidencia total de enfermedades puede
atribuirse a factores medioambientales tales como contaminación de aire interno y
externo, agua y saneamiento y sustancias y preparados químicos.
Un aumento de cáncer en la piel (provocado por exposición al sol en un %90 de
los casos), cataratas y alteraciones del sistema inmunitario están vinculadas con el
adelgazamiento de la capa de ozono y la exposición a radiaciones ultravioletas.
Enfermedades respiratorias, asmas y alergias (las que han aumentado en las últimas
décadas) están asociadas con la contaminación del aire interno y externo. El vínculo que
existe entre salud y contaminación atmosférica está siendo cada día más entendida;
protagonizada por agentes ambientales tales como óxido de nitrógeno y azufre, las
partículas en suspensión, ozono, metales, compuestos orgánicos volátiles e hidrocarburos.
Por otro lado, la exposición de ruidos conlleva numerosos efectos dañinos tal
como trastorno de sueño, estrés, irritabilidad y trastornos auditivos y cardiovasculares. A
la vez, enfermedades tales como leucemia y cáncer, quemaduras y lesiones radiológicas
son provocadas por radiaciones ionizantes.
La exposición a sustancias y preparados químicos peligrosos, el uso de biocidas y
plaguicidas fitosanitarios, las sustancias CMR (carcinógenas, mutágenas y tóxicas para
la reproducción), los COV (compuestos orgánicos volátiles), las sustancias PBT
(persistentes bioacumulables y tóxicas), las dioxinas y furanos, los PCB, los retardantes
de llama y los alteradores endocrinos representan amenazas que deben ser objeto de
5
Vargas Marcos, F. (2005). La contaminación ambiental como factor determinante de la salud. Revista
Española de Salud Pública, 79(2), 117-127.
36
medidas de evaluación, y de reducción y control del riesgo tal y como se establecen en
sus respectivas legislaciones (Vargas, 2005)
Estudios recientes demostraron que el cambio climático vinculado a la salud
incide sobre un aumento de morbimortalidad por olas de calor –dependiendo la
vulnerabilidad del país al cambio climático- las que, en los próximos tiempos pueden
aumentar en frecuencia e intensidad. También trae asociado un aumento de la
contaminación y “la implantación de vectores subtropicales adaptados a sobrevivir en
climas cálidos y más secos, lo que podrá aumentar la incidencia de enfermedades como
el dengue, enfermedad del Nilo Occidental, malaria y encefalitis transmitida por
garrapatas” (Vargas, 2005).
En cuanto a las enfermedades transmitidas por consumo de agua –producidas por
agentes microbiológicos y químicos- y contaminación de agua, se presenta una gran
dificultad al querer vincularlo con las enfermedades ya que los efectos son a mediano o
largo plazo (enfermedades de tipo degenerativas) y resulta difícil establecer relaciones de
causalidad:
El problema emergente en nuestro entorno son las enfermedades causadas por
contaminantes químicos, ya sea por contaminación del agua en origen o bien debido a las
características químicas del abastecimiento, por los materiales instalados en contacto con
el agua de consumo, por las sustancias formadas como subproductos de reacción por la
utilización de tratamientos químicos necesarios para la potabilización del agua, o por el
mal mantenimiento o diseño de las instalaciones (Vargas, 2005)
Nitratos, plaguicidas, plomo y otros metales, arsénico, floruro y boro son algunos de los
químicos que tienden a causar problemas de salud en el agua.
37
Tabla 3
Evidencias de asociación entre enfermedades candidatas y categorías de contaminantes
y/o factores de exposición ambiental
Clases Principales de Peligros Medioambientales
Contaminación Atmosférica b
Contaminación en el Hogar cd
Laboral c
Medioambiental
Comp. Org. Volátiles
Comp. Org. Persistentes
Pesticidas a
Metales
Disruptores endocrinos a
Químicos
√
√+
√+
√+
Contaminación del Agua b
Enfermedades candidatas
Enfermedades Respiratorias
√
Asma
√
EPOC
√+
√
√
√
√
√
√
√
√
√
√
√+
√
√+
√+
√+
√
√+
√
√+
√+
√+
Trastorno de aprendizaje
√+
√
√
Diabetes
√
Enfermedades de corazón y
√
Consecuencias
Reproductivas
Cáncer
Dermatitis
√+
Desarrollo Neuronal
Autismo e
√
√
√
√+
√+
√+
derrame cerebral
38
Trastornos de Auto inmunidad
Lupus
√
Esclerosis Múltiple
√
Enfermedades del Riñón
√+
√+
Enfermedades Neurológicas
Alzheimer
√
√
√
Parkinson
√
√
√
Envenenamiento por Plomo
√+
√+
√+
Posibles Enfermedades a causa del Medioambiente
Sensibilidad a Múltiples
√
√
√
√
Agentes Químicos f
Síndrome de Fatiga Crónica g
Notas. Los puntos marcados indican consecuencias específicas que son motivo de
preocupación dentro de la categoría de enfermedades candidatas. Las enfermedades no
marcadas pueden incluir consecuencias múltiples (ej.: el cáncer incluye todos los
cánceres específicos):
√ Denota evidencia que sugiere una posible asociación entre la categoría de agentes
químicos y consecuencias sanitarias.
√+ Denota evidencia fuerte de la asociación entre la categoría de agentes químicos y el
resultados sanitario.
a. Excluye el DDT y sus subproductos. Excluye PCB y dioxinas. Estos compuestos están
incluidos en COP.
b. Excluye riesgos de categorías contaminantes previamente identificadas. Por ejemplo
la posible evidencia de riesgo de cáncer en el agua es un resultado de la cloración. El
riesgo de cáncer de vejiga por arsénico en agua está indicado en metales.
c. Se podrían incluir riesgos de categorías anteriormente identificadas de:
d. Incluye el radón.
e. El autismo se identifica como prioritario del seguimiento debido a que los
investigadores hacen hipótesis en cuanto a que las exposiciones medioambientales
durante el embarazo podrían interactuar con factores genéticos para causar o contribuir
al autismo (véase London 2000)
f. Sensibilidad a Múltiples Agentes Químicos no está reconocida ampliamente como un
estado de salud definitivo por lo que se considera una potencial medioambiental.
g. El nexo de unión con factores medioambientales es limitado
39
Nota. Fuente: Vargas Marcos, F. (2005). La contaminación ambiental como factor determinante de la salud.
Algunas personas son más vulnerables y susceptibles que otras, lo que hace de la
respuesta a los agentes ambientales algo relativo. A diferencia del repetitivo
razonamiento basado en la ausencia de enfermedad como prueba de una contaminación
no significativa o de bajo alcance a la salud, la susceptibilidad individual
Describe las diferencias en los tipos de respuestas a las sustancias peligrosas entre las
personas. Cada persona es única y, por ello, la respuesta a la exposición difiere en gran
medida. La exposición puede no tener efecto alguno en una persona, mientras que puede
producir enfermedad grave en una segunda persona y cáncer en una tercera (ATSDR)
El riesgo a enfermar también se puede ver aumentado gracias a una combinación de
factores simultáneos y se ve influenciado por el contexto social, alimentación, actividad
física, ambiente laboral y hábitos como ser el tabaco y alcohol, entre otros.
El avance del hombre que implica el paso del tiempo, trae consigo nuevos riesgos
como por ejemplo aquellos que conllevan los alteradores endocrinos, la exposición a
campos electromagnéticos, los organismos genéticamente modificados, y todos los
mencionados previamente. Surge de este modo la necesidad de una respuesta tecnológica,
normativa, social y racional ante este peligro, previniendo e identificando los riesgos
asociados. Contando con el apoyo del estado como instrumento jurídico, las
organizaciones y los medios como recurso de formación para el ciudadano y una sociedad
fundada en una racionalidad ambiental. También con educación ambiental obligatoria que
trae temas de esta índole; logrando así mayor control y cierta reducción sobre el impacto
humano negativo sobre el planeta, estableciendo de manera clara y sin incertidumbres la
relación entre salud y medio ambiente.
También hay que señalar la relación entre las condiciones sociales, la pobreza, el
desempleo y las desigualdades sociales con la salud humana. Esta situación se ve
agravada por la creciente aparición de nuevos problemas […] que requieren una mayor
participación en la identificación de peligros, en el control de los riesgos para la salud
humana asociados al medio ambiente por parte de todas las partes implicadas: las
autoridades, la Universidad, los medios de comunicación social, los partidos políticos, las
ONGs y la sociedad (Vargas, 2005)
A continuación veremos un claro caso relacionado a lo mencionado.
40
2.4 Sociedad dual
Existen grandes diferencias sociales las cuales se manifiestan en condiciones
ambientales que viven ricos y pobres. Hay dualidad entre lujo y miseria; exceso de agua,
y por otra parte carencia. ¿Qué relación existe entre pobreza y medioambiente? A medida
que crecen las ciudades aumenta la cantidad de residuos (¿Qué pasa con ellos…
desaparecen?), las viviendas son construidas en valles de inundación, o en áreas
peligrosas cercanas a plantas industriales con emisiones tóxicas, o construidas sobre
basura, sin cloacas o desagües. Tanto la degradación ambiental como socioambiental
caracterizan el resultado de la ecuación económica mundial (pérdida de fertilidad de
suelos, marginación social, desnutrición, miseria extrema, pobreza). Dualidad; por un
lado agua estancada, pérdida de fertilidad de suelos, marginación social, desnutrición,
pobreza extrema, basura estancada, contaminación estancada, salud estancada, personas
estancadas; y por el otro, planeamiento estancado, consciencia estancada, conocimiento
estancado, acción estancada y responsabilidades olvidadas.
Sin agua corriente, sin luz, sin acceso a la red de gas natural y rodeados de basura. Así
viven en la Argentina 1 de cada 10 personas que reside en los grandes conglomerados
urbanos. Al menos 2.993.151 habitantes viven en asentamientos informales (Rocha,
2016)
En las últimas dos décadas el número de villas y barrios de emergencia se triplicó
(informe del Registro Público de Villas y Asentamientos). Y la vida sigue surgiendo ahí,
entre desechos tóxicos. Aun así, ante esta realidad, la relación que existe con el sistema
capitalista de expansión de producción y empoderamiento de unos pocos, consumo,
derroche, reciclaje, estilo de vida y consumismo parece todavía no ser evidente. El foco
ambiental continúa siendo postergado en la cultura moderna; planos de acción parecen
no estar conectados. La realidad rebalsa el concepto. El factor medioambiental no es
considerado al tratar sobre pobreza y desigualdad y tampoco tomado en cuenta como
forma de sufrimiento social. Como vimos anteriormente el concepto de medioambiente
implica cierta ambigüedad. Lo mismo pasa con los factores que lo atraviesan. La
percepción sobre la contaminación es variada y esto lo podemos entender a través del
41
trabajo de Auyero y Swistun (2007) en la Villa Inflamable, el cual utilizaremos por el
resto del capítulo para hundirnos en el tema.
Una parte significativa del crecimiento de las villas en Buenos Aires avanzó sobre la
altamente contaminada rivera del Riachuelo. […] Según la Organización Panamericana
de la Salud, este río ‘recibe grandes cantidades de metales pesados y compuestos
orgánicos provenientes de la descarga industrial’. Toneladas de desechos tóxicos,
solventes diluidos (arrojados por frigoríficos, industrias químicas, curtiembres y
hogares), así como también plomo y cadmio son tirados al curso muerto del Riachuelo de
manera consuetudinaria
El agua contaminada que consumen las personas posee parásitos y bacterias que,
dependiendo las condiciones, ocasiona distintas enfermedades o síntomas tal como
parasitosis, enfermedades respiratorias, gastrointestinales, diarrea, bronquitis, anginas y
neumonía. Casi todas las ciudades del mundo poseen villas que viven en, sobre y entre
contaminación; Villa Inflamable está ubicada en la ribera sur de la boca del Riachuelo,
en el partido de Avellaneda, adyacente a el Polo Petroquímico y Puerto Dock Sud y
contiene altas concentraciones de arsénico, cadmio, cromo, mercurio y fenoles, y lo más
importante para su estudio de caso: plomo.
El trabajo trata sobre la incertidumbre tóxica. Los habitantes de Villa Inflamable
viven rodeados de ratas, olor a podrido, basura; contaminación, no sólo externa en callessectores donde los niños juegan al fútbol y los patios de las casas- sino que la
contaminación también se encuentra en lo más interno de ellos. "Esto era una laguna. La
rellenamos con todo tipo de materiales, cemento, escombros, cosas negras. Pagamos 5
pesos por camión". Muchas veces las viviendas se construyen sobre desechos tóxicos que
se encuentran entre los materiales para rellenar o elevar terrenos. Un estudio
epidemiológico financiado por la agencia de cooperación internacional de Japón
demostró que los niños expuestos a la actividad industrial petroquímica en inflamable
están expuestos al cromo ("peligroso contaminante del aire", EPA), benceno (compuesto
orgánico cancerígeno sin umbrales seguras de exposición) y tolueno (con el sistema
nervioso central como el blanco preferido para su acción tóxica). Pero es el plomo lo que
caracteriza a los niños de inflamable: 50% de ellos poseen un porcentaje en sangre arriba
de lo normal; dolores de cabeza, síntomas neurológicos, problemas con el aprendizaje,
hiperactividad, problemas dermatológicos como infecciones en la piel, erupciones,
alergias y problemas respiratorios.
42
Las actividades industriales actuales y pasadas son responsables de esta
contaminación: Shell (planta de refinería de petróleo más importante cuando se escribió
Inflamable), DAPSA, plantas de almacenamiento de combustibles y derivados del
petróleo (Petrobras, Repsol-ypf y petrolera cono sur), varias plantas que almacenan
productos químicos (TAGSA, Antivari, dow química , solvay indupa, materia, orvol,
cooperativa Vdb y pamsa ) una planta que fabrica productos químicos (meranol) y una
planta termoeléctrica central Dock sud). A los habitantes les es difícil entender que el
material que les venden para rellenar terreno, el polo, Tri-Eco (entre los incineradores
más grandes del país) y Shell -que para ese entonces desarrollaba estrategias que se
podrían considerar como responsabilidad social y estaban "comprometidos" con la gentesean peligrosos, no vinculan pequeños accidentes como escapes, incendios o derrames a
la calidad de agua, suelo y aire. A diferencia de otras comunidades contaminadas, con
Inflamable la contaminación viene hace muchas décadas, desde 1930 cuando familias se
instalaron en el barrio y utilizaron "toda clase de venenos" para rellenar tierras bajas,
desde que Shell se instaló en 1931 (y forzaron a una familia a mudarse, echo que
‘casualmente’ se vincula con residentes afroamericanos en Estados Unidos que también
se vieron obligados a relocalizarse por Shell) y otras compañías que se instalaron a partir
de 1958:
La acumulación del desecho sólido en un basural de la ciudad representa una de esas
externalidades negativas. Esa tierra tiene poco o ningún valor económico y, por lo tanto,
está abierta a una ocupación "temporaria" por parte de familias de migrantes sin otro lugar
a donde ir. Esos asentamientos producen riesgos enormes para los residentes por
enfermedad, por la contaminación del agua aire y suelo y por el probable colapso del
propio basural
Para aproximarse de una manera más real a esta situación, los autores nos traen el
testimonio de la familia Romero. Claudia vive desde 1987 en Villa Inflamable, 24 años
(para el momento en que se escribió el libro), casada, 4 hijos. Julián de 5 años nació con
una marca en la cabeza, luego empezó a tener convulsiones y a partir de una tomografía
los médicos indicaron que esa marca también afecta su cerebro. Su hija Sofía tiene
problemas de aprendizaje y nació con una pierna más corta, los médicos aseguran que
pudo haber sido causa del plomo. Claudia misma tiene síntomas: calambres, sangrado de
nariz, dolores de cabeza y dolor en todo el cuerpo.
43
Mi hermana puede pagar los test porque su marido trabaja en Shell. Ella supo que tenía
niveles altos de plomo cuando estaba embarazada [...] Pero ella no está haciendo nada al
respecto. No se hace ningún tratamiento porque eso le causaría problemas a su marido
que trabaja en Shell. Si ellos se llegaran a enterar que ella se hizo el análisis, el perderá
el su trabajo
Y el problema se extiende a lo largo de muchas familias más.
El trabajo sobre Inflamable rompe todos los mitos y demuestra la confusión tóxica
que convive con los habitantes del lugar a través de entrevistas y diálogos que plasman
en el mismo. Rompe con la monótona percepción sobre el alcance y los efectos de la
contaminación. Las creencias de los habitantes de Inflamable fluctúan entre creer que no
existe tal efecto pernicioso en la salud, que Shell no es una fuente de contaminación o
que la contaminación se limita sólo al sector más carenciado del barrio, hasta ideas
opuestas. Personas que usan su buena salud para negar o cuestionar los efectos de la
contaminación hasta personas que saben que a pesar de tener buena salud, los individuos
reaccionan de distinta manera a un tóxico. “Una forma de pensar y vivir la contaminación
es conocer su existencia pero negar su seriedad”. Muchos habitantes –tanto dentro y fuera
de Inflamable- creen erróneamente en el absolutismo de la contaminación, es decir, o es
blanco, o es negro, aún no saben si están contaminados porque no se han hecho un
análisis. “La contaminación tóxica es ‘inherentemente incierta’ (Edelstein 2004). Las
exposiciones pasadas del cuerpo, la relación dosis-respuesta, los efectos sinérgicos y la
ambigüedad etiológica, todos contribuyen al problema de la ambigüedad tanto en la
toxicología como en la epidemiología (Brown, Kroll-Smith y Gunter 2000)”.
Mediante este capítulo se pretende dar a conocer, de una manera más “humana”,
intentando evitar la fatalidad de lo teórico (ya que a veces de la hoja de papel al día a día
hay un espacio casi infinito), la relación que implica la vida con el medio ambiente y las
consecuencias en cada cuerpo. Los medios masivos de comunicación no le dan
importancia a como el consumo y el derroche (hipereconomización de la modernidad) se
vinculan, por ejemplo, a la edificación sobre residuos y sustancias tóxicas en barrios
vulnerables y sobre todo como se expande la brecha entre las condiciones ambientales de
vida en esta dualidad. Una educación sobre reducción de consumo para alcanzar
reducción de residuos por ejemplo, no es de interés para un sistema que se basa en siempre
seguir comprando, el cual irónicamente es inculcado por un país cuyo presidente niega el
cambio climático.
44
La dificultad a la hora de cuantificar o comprobar el daño que se puede generar
en y a través del medio ambiente, y el carácter global (que no respeta fronteras) del
mismo genera una cierta ventaja para la minoría que controla las estrategias de poder y
evitan hacerse responsables o tomar riendas de acción acerca de esta temática, y una
desventaja a la hora de elaborar leyes o medidas que impliquen acciones con el fin de
controlar esta crisis. La temática ambiental aún posee (¿o es conveniente para algunos
que siga poseyendo?) cierto grado de ambigüedad y por esa misma razón se renueva la
necesidad de conocer la relación que posee con la salud, el estilo de vida, la inequidad,
las acciones cotidianas y las consecuencias que esto produce.
Georgescu-Roegen es enemigo de quienes profesan la fe del crecimiento económico y
del progreso tecnológico que les permite sacar del orden del día el problema de la
distribución actual de los bienes entre ricos y pobres, y también el problema del reparto
intergeneracional de recursos escasos y de contaminantes y el problema del impacto
destructivo humano sobre otras especies (Martinez Alier, 1996)
También nosotros nos adherimos a la causa de Georgescu-Roegen, y sumamos a
la lista a los medios de comunicación, instituciones y estados que prosiguen por ignorar
su responsabilidad en la degradación ambiental y humana que ellos mismos alimentan,
en gran parte, día a día.
En el siguiente capítulo se dispondrá a analizar la cosmovisión que existe,
acompaña y permite en cierta forma esta actualidad.
45
Capítulo 3: Adversidad del poder. Percepción
En orden de entender y modificar positivamente el presente, se hace necesario
conocer el pasado y comprender el contexto histórico en el que se vive. Por esta razón
este capítulo intenta explicar el contexto mental, cultural y social en el que sucede la
existencia humana moderna, lo que da lugar a esta realidad ambiental.
Lentamente nos cuestionamos la forma de ver las cosas: ¿Por qué tenemos esta
percepción de la realidad?, ¿Estuvo influenciada esta percepción?, ¿Fuimos víctimas o
partidarios de esta degradada realidad? Con el fin de promover la toma de decisiones de
manera libre (alejado de ideas externas impuestas), se busca alcanzar cierto grado de
consciencia, de autoanálisis. De este modo nace tanto una necesidad como
responsabilidad de elaborar una dura crítica a la sociedad actual, a su estilo de vida, a su
sistema de valores, principios y de relacionarlos de manera vital con el paradigma actual.
3.1 Paradigma
En tiempos de crisis es esencial entender el presente para construir el futuro.
Nuestra actual crisis ambiental debe ser comprendida y estudiada desde varios aspectos.
Entender la cosmovisión y el paradigma actual es uno de ellos.
PARADIGMA del Griego Paradeima: Modelo, Tipo, Ejemplo.
El filósofo Thomas Kuhn fue el encargado de renovar el significado del término,
otorgándole una nueva dimensión a su definición y abundantes conceptos relacionados a
él. Si bien fue un medio y no el fin de su trabajo, es interesante detenernos a pensar en
este concepto que afortunadamente es debatido por numerosos autores a partir de su libro
La estructura de las revoluciones científicas, publicado en 1962. En él habla de
paradigmas como “logros científicos universalmente aceptados que durante algún tiempo
suministran modelos de problemas y soluciones a una comunidad de profesionales”
(Briceño, 2009). Los paradigmas son, por consiguiente, los “lentes” o perspectiva a través
de los cuales entenderemos nuestro presente y en parte los responsables de la “fórmula”
que utilizamos para destacar problemas, establecerlos como relevantes y tratar de
resolverlos. Comprendida la lógica que propone Kuhn se podría decir que el organismo
con poder de una comunidad impone de manera implícita los “modelos de problemas” o
la perspectiva con la que se “entiende” el presente y los asuntos que se desean resolver
46
ya que de cierta forma los muestran como relevantes. Es decir que en definitiva es el
poder global, nacional o municipal el encargado de mostrar la problemática ambiental
como primordial o al menos señalarla para que la comunidad la note y encarne.
Delimitando la definición de Kuhn a su lado más científico, las teorías que la comunidad
científica universal acepte y adopte como legítimas, son las que determinan el camino a
encabezar. Esto implica la necesidad de un vínculo productivo entre la comunidad
científica y las problemáticas ambientales, junto al respaldo y acompañamiento de los
medios y actores sociales para hacerlos “notables” ante toda la comunidad.
Es imprescindible advertir la relevancia y el poder que poseen en este sentido el
estado, las organizaciones y los medios de comunicación a la hora de influenciar o
sostener un paradigma o formas de percepción determinadas de la realidad, modelando el
lado simbólico de la misma a su gusto. Debido a la falta de interés general por parte de
estos organismos a contribuir con la problemática socioambiental moderna, surge la
urgencia de recurrir al individuo y actores sociales libres del mal postmoderno, para
generar el vínculo entre los conocimientos y lo real, y formar a los ciudadanos con valores
ambientales que respondan a una racionalidad ambiental que encarne la imposibilidad de
contribuir a un sistema que responde únicamente al orden económico. Esta
hipereconomización deja de lado culturas -que no responden al todo que la globalización
busca deformar- y niega la naturaleza al ignorar las posibilidades reales de los
ecosistemas de contribuir a la producción que el ser humano sostiene.
Es la consciencia ambiental, es decir la capacidad de pensar con una nueva
racionalidad al ambiente y de dirigir el poder del conocimiento, aquélla que encamina al
hombre a un cambio de paradigma. Es la lucha por la consciencia ambiental, ecológica y
humana la que ofrece la posibilidad de sanar el vacío de la sociedad moderna. Es aquella
que trae esperanza y motivación para exigir un presente más justo para aquellos que son
dejados de lado y un equilibrado trato con el medio ambiente pensado en sus capacidades
y posibilidades de producción, dejando de lado la ambición económica que caracteriza la
globalización. Todo cambio de paradigma, como fue el reconocimiento de derechos de
las personas negras, el fin de la esclavitud o la actual lucha por los derechos de la mujeres
implica un enfrentamiento, y en este caso es por una toma de consciencia por lo Otro y
no por los pocos. La consciencia ambiental, así como la lucha por la igualdad de género,
se inserta día a día -gracias a las personas que trabajan por difundir su magnitud y
trascendencia- en la racionalidad actual.
47
El mayor obstáculo de estas luchas-representado por la resistencia del orden
actual-por trascender a otro paradigma (diferente, diverso) se hace presente ya que el
trasfondo de las mismas colisiona profundamente con el poder económico e ideológico
actual que si bien es dominante, no representa ni beneficia a la mayoría.
3.2 Presente A-Existencial
¿Cómo llegamos a este punto? Una duda que equívocamente se puede llegar a
considerar “existencial” transcurrida la primera parte del siglo XXI.
La cosmovisión actual (es decir el modo de ver e interpretar la realidad) es
dominada por patrones de materialismo, consumismo, violencia, egocentrismo, ambición
poder e inequidad. La hipereconomización actual, que responde al orden monetario, y el
enfoque mecanicista del proyecto moderno han ocasionado una acelerada degradación
ambiental y la marginación de la sociedad. La pérdida del significado de los conceptos
ha generado una realidad que objetiviza las cosas hasta dejarlas sin significado “vivo”;
aislado de su real. De esta manera se ha generado un presente a-existencial, un devenir
que no estaba implícito en la mera existencia del hombre sino que es antinatura, obra y
artífice de sí mismo.
Habrá que cuestionar la educación recibida desde temprana edad y reflexionar
acerca de la cultura inculcada (de derroche, entre tantas otras cosas) en orden de analizar
el presente. ¿En qué momento fue tal la ceguera que no se percibieron tan atroces
realidades como consecuencia del modo de vida? Hubo y hay un vacío inmenso en nuestra
cultura, hubo y hay un vacío inmenso en nuestra sociedad, en nuestro pensar, en nuestra
vida: una abstracción de consecuencias que prevalece en nuestro modo de actuar y pensar
relacionado estrechamente con nuestro estilo de vida. Dicho de otra manera, el famoso
“causa – efecto”.
Se dificulta generar una conexión entre el saber y la información con la realidad.
La teoría presenta dificultad, en cierto aspecto, con la aproximación a lo tangible de lo
real, es decir la posibilidad de percibirla de forma clara y precisa.
En el año 2015 realicé una visita a una cooperativa en la CEAMSE (Coordinación
Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado), Partido General San Martín,
48
reconocida “República de los cirujas”. El Complejo Ambiental Norte III del CEAMSE
recibía en el 2016 14.000 toneladas provenientes de 27 partidos bonaerenses y de la
capital, siendo el vertedero de América del Sur en el que se entierran más toneladas
(Rocha, 2016). Esta cooperativa se encargaba de clasificar los residuos sólidos urbanos
para su recuperación y reciclaje. Lógicamente al llegar se encuentra basura, pero la
cantidad es lo que parece irreal; montañas de bolsas, cartón, y cualquier otro desperdicio
que quepa en la imaginación. La llegada de camiones de basura es motivo de contento, y
aún mejor aquellos residuos separados en origen ya que traen trabajo y, a veces,
almuerzos. El romántico cuento del reciclado que circula habitualmente resulta ser lo
opuesto a romántico: un retrato de la cultura moderna, caracterizado por la falta de
consciencia y la dualidad; derroche masivo por un lado, y por el otro, carencia,
necesidades básicas insatisfechas. Compra, uso y descarte y un destino final desconocido.
¿Cuánto falta para lograr ver y pensar más allá de las acciones cotidianas?
Consumismo, derroche, sobreexplotación de recursos, contaminación, inequidad;
es la línea de flujo lineal actual. Y por esta razón existe la necesidad -es decir que no
puede ser de otra manera- de conseguir un desarrollo (no crecimiento económico) que sea
sustentable en el tiempo, y para las generaciones venideras, considerando los límites de
los ecosistemas y del planeta tierra, construyendo una sociedad que posea consciencia
ambiental, y una racionalidad que permita discernir entre un estilo de vida circular y uno
lineal, ideas impuestas e ideas internas, sustentabilidad y sostenibilidad. Toda esta forma
de conocimiento implica la revalorización de lo Otro, que fue dejado de lado en la
globalización; inequidad, desastres “naturales”, adelgazamiento de la capa de ozono,
pérdida de biodiversidad, contaminación aérea, terrestre y marítima y en la salud,
calentamiento
global
son
el
contraste
del
capitalismo;
hipereconomización,
empoderamiento de pocos, omisión de controles ambientales y abandono de
responsabilidades de actores sociales tal como los medios de comunicación. La educación
es la que representa la posibilidad de introducir la consciencia ambiental en un marco de
acción. En el cual consumir de manera responsable, reducir la cantidad de basura,
reutilizar, reciclar, transformar en eficiente el consumo de energía, disminuir el consumo
de agua y cuidar nuestros recursos es simplemente una parte. Trabajar en esta nueva
cultura ambiental y comprender el significado de cada acción diaria y lo que ella implica
es el verdadero desafío, comenzar a pensar de manera circular, manteniendo siempre los
49
tres pilares de un desarrollo consciente: ambiental, social y económico, comprender que
están interrelacionados en su totalidad y continuamente en movimiento.
3.3 Fal(s/t)a consciencia
Esta falta de conciencia ambiental hoy se presenta en muchos lugares del mundo
y en Argentina, especialmente. Se hace evidente la falta de información, de formación,
de educación, de participación y de concientización de las sociedades modernas en cuanto
a esa carencia.
El crítico estado ambiental está inevitablemente vinculado y sustentado por la
crisis cultural que atraviesa la humanidad. La falta –no necesariamente ausencia- de un
conocimiento ambiental contribuye cotidianamente a la realidad actual. La modernidad
que avanza hacia una postmodernidad se haya conformada por un orden económico y
tecnológico que moldea y redirige el presente a su merced, apresando la diversidad de las
transversalidades de la vida bajo su propia forma. La globalización trajo consigo un
destructor deseo de “unificar”, homogeneizar al mundo y junto a la epistemología, que
también busca una verdad objetiva y universal, han terminado por quitarle significado a
las cosas. El significado simbólico flota en el purgatorio de la modernidad allí donde es
inalcanzable para los vivos.
¿Qué implica, por ejemplo, arrojar una colilla de cigarrillo, un papel o un chicle a
la vereda? Para ciudadanos sin formación o conocimiento, puede implicar simplemente
un residuo más en la calle, algo que va a desaparecer con el tiempo o que será recolectado
por alguien. Por otro lado, quien tenga una mera consciencia ambiental, entiende que la
acción mencionada no implica simplemente más residuos en la vía pública, sino que es
resultado de una falta de conocimiento ambiental, una ausencia de racionalidad
ambiental. El mundo material, conceptual y teórico ha terminado por absorber hasta lo
más simple y tangible de la realidad. El nexo entre la información, el conocimiento y la
acción parecen haberse olvidado. Por otra parte, la crisis ambiental es percibida con dos
cargas opuestas ¿está presente o no está? ¿Ha comenzado o es el fin y nada puede hacerse?
¿Es fácilmente percibida o es difícil de reducirla a indicadores cotidianos? ¿Se puede
hacer algo o está todo perdido? Esta polaridad contribuye a la pérdida de identidad del
50
ciudadano como rol activo en el ambiente. La hiperrealidad alcanza su clímax en la
modernidad, dejando un vacío entre el concepto y la realidad y creando a su imagen un
conocimiento que carece de la capacidad de comprender lo real; una falsa consciencia.
Esta dualidad entre la teoría y la realidad, el concepto y su falta de significado real, ve
sus inicios en lo que Baudrillard considera los principios de la era de la simulación, que
surge a partir de la desvalorización del valor
El principio de realidad coincidía con una determinada fase de la ley del valor. Hoy todo
el sistema se tambalea en la indeterminación, toda realidad es absorbida por la
hiperrealidad del código y de la simulación. Es el principio de simulación el que nos rige
ahora, en lugar del antiguo principio de realidad. Las finalidades han desaparecido; somos
generados por modelos. No hay ideología; sólo hay simulacros. Para aprehender la
hegemonía y la hechicería del actual sistema –de la revolución estructural del valor-,
debemos restituir toda la genealogía de la ley del valor y de los simulacros (Baudrillard,
1976) (Leff, 2004)
El ser humano pierde y olvida su consciencia en un contexto en que las formas de percibir
la realidad se construyen socialmente, a través del aprendizaje del concepto sin su
significado real, sin vida, aislado; y a raíz de esto, se empodera la crisis ambiental:
La “verdad incómoda” del cambio climático, el incremento de fenómenos de desigualdad
entre norte y sur (ricos y pobres), el aumento del fundamentalismo político y religioso
asociado a la carrera armamentista (especialmente nuclear y bioquímica), y las
actuaciones especulativas de las grandes bolsas de valores (que han llevado al mundo a
la actual crisis financiera global con desequilibrios macroeconómicos y pérdida de
millones de empleos), amenazan la igualdad, la paz social y el medio ambiente, generando
un problema público de miedo social al futuro […] (Leakey y Lewin, 1997) (Mora, 2009)
Empero, lentamente la sociedad observa que la hipereconomización actual ya no logra
abastecer ciertas esencias o valores. El código monetario pierde su careta ante la
inequidad, la degradación ecológica y el establecimiento del vacío en el sentido del ser
humano; la crisis ambiental desborda al materialismo y la superficialidad cultural
moderna, exponiendo un orden económico y una división de poderes incompatible con la
sustentabilidad del planeta tierra.
Día a día se reivindica la urgencia en la necesidad de formar a la sociedad sobre
esta temática que está interrelacionada con todas las disciplinas y repercute en cada acción
51
llevada a cabo. Antes que cualquier empresa, antes que cualquier asociación, antes que
una ONG, antes que un gobierno, se encuentra el individuo. Y una de las problemáticas
ambientales se encuentra allí; en la falsa o falta de la formación ambiental de cada
individuo, que a su vez, repercutirá inevitablemente en la sociedad de la que forma parte.
Por ejemplo, el consumo excesivo habitual o cotidiano de una persona (incentivado
diariamente por los medios masivos de comunicación y las formas de expresión
culturales) lleva a un derroche –masivo- que luego desemboca en una mala gestión de
residuos, por ejemplo basurales a cielo abierto sobre los que se forman asentamientos
humanos y donde se termina por contaminar el suelo y el agua, transmitiendo
enfermedades a los niños y a los habitantes de lugar. Así también, el aire funciona como
portador de la contaminación, contribuyendo al calentamiento global, el efecto
invernadero, la pérdida de la biodiversidad, etcétera. Empero, la formación del individuo
con educación ambiental no será suficiente, así como tampoco serán suficiente normas y
medidas legislativas si no se trata el problema de trasfondo, que se alimenta de las formas
de conocimiento del mundo, las racionalidades actuales, los métodos de comprensión que
le dan coherencia a la realidad.
3.4 De educación a omnipresencia ambiental
Se convirtió tan importante el estudio de especialidades que se dio importancia a
promover aisladamente cada una: Marketing, economía, abogacía, biología, recursos
humanos, gastronomía, ecología, climatología, geología. Formando gente que sabe
mucho sobre un área reducida. En general, se incomunican las ciencias sociales de las
naturales y se prosigue a aislar objetos de investigación. Todo esto lleva inevitablemente
a la pérdida de identidad del sujeto como integrante activo en el ambiente, desentendiendo
de esta manera el papel que le concierne.
El estudio de esta carrera me permitió comprender todas aquellas variables,
conceptos o formas de comprensión que a mi forma de ver carecían de lógica o
razonamiento. El estudio de Ciencias Ambientales le dio sentido a todo aquello que
faltaba conectar, de todos los significados que flotaban sin sentido en nuestro país, en
nuestro continente, en el mundo. La crisis ambiental no existe meramente como crisis
ecológica, en lo más profundo de ella se alberga la esencia del deterioro, del abandono
52
humano, del egoísmo, la ambición; la crisis humanitaria. Se alimenta y muta un grave
error de las formas de conocimiento de la modernidad: entre la realidad y los conceptos,
el saber y el hacer. La pérdida de conexión entre saberes, entre ciencias; antropología,
economía, psicología, biología, filosofía, química, poesía, meteorología (y tantas otras
más), todas presentadas aisladas en el estudio… ¡pero qué juntas conviven día a día! El
estudio del medio ambiente presenta la posibilidad de volver a llenar el vacío. Ese vacío
que no existía cuando éramos pequeños. Entre lo que sabemos y lo que es, lo que nos
mienten y la verdad (al menos una más acertada que la mentira), entre el estudio y el
placer, entre la vida y la teoría. Encarna una forma de conocimiento armoniosa entre todo
tipo de saberes y lo más importante, entre el ser y la realidad terrenal.
Vale la pena presentar una reflexión de Etcheverry (2009), referente de la
educación Argentina, a partir del significado que Hesíodo (poeta griego) le adjudica a la
educación:
lo aprendido tiene que ver no sólo con lo que las cosas son, sino también con las relaciones
que se establecen entre ellas. Ambos elementos resultan imprescindibles para entender,
para saber; en suma, para construir una visión personal del mundo. Hasta la hoy tan
desprestigiada memoria ocupa una posición importante en el aprendizaje, porque lo que
se consigue saber y las relaciones que se logran establecer entre las cosas deben poder ser
recordadas para aplicar ese conocimiento a otras situaciones y, sobre todo, para conseguir
identificar nuevas relaciones entre cosas y hechos que parecen no tener nada en común.
La inteligencia reside, en gran medida, en descubrir esos vínculos que antes nadie vio
[…] En su expresión más simple, la educación nos devela el repertorio de nuestras
posibilidades. No sólo nos deja el conocimiento -también el conocimiento- sino, sobre
todo, la intuición de cómo opera el mundo y de cómo somos en tanto humanos, es decir,
de las posibilidades con las que contamos para desarrollar nuestra vida. Aunque no nos
dediquemos a la matemática, aprenderla nos deja una marca indeleble en la manera en
que razonamos. Conocer la lengua nos proporciona una llave maestra para comunicarnos
y para describir el mundo, y hasta para imaginar otros mundos. Adquirir cierto sentido
del devenir histórico nos proporciona una dimensión de trascendencia. Adentrarnos en la
intimidad de los organismos vivos nos hace más humildes al descubrir nuestra propia
vulnerabilidad.
Resulta difícil leer esto y no relacionarlo con lo que trae este trabajo. "La
educación ayuda a la persona a aprender a ser lo que es capaz de ser": esta es la definición
de Hesíodo. La educación, el conocimiento, la racionalidad y la consciencia que acepta
53
al ambiente como su principio y como su fin, ofrece la potencialidad del ser y de la vida
junto a una naturaleza respetada, cuidada. Enseña a los seres humanos la oportunidad de
trabajar por otra realidad, otro paradigma, en que la consciencia ambiental sea la que le
da coherencia a los procesos de interpretación y a los proyectos sociales y políticos.
Independiente de tener o no una especialización en el ambiente, es necesario que la
racionalidad ambiental sea la base sobre la que operan todas las personas, se planifique
el proyecto de civilización y se comprenda el valor de las cosas. A partir del ambiente
debe surgir la interpretación de la vida misma.
Si se prosigue por aislar los tipos de conocimiento, la realidad no será más que la
representación de ese deseo, no se podrá escapar a la muerte que concibe la separación
de dos cosas que deben estar juntas. Si no cambiamos nuestra forma de interpretar la
realidad y de comprender los conceptos, todos los intentos políticos para apaciguar la
crisis como la aplicación de leyes, normas, multas, impuestos y políticas ambientales, o
el intento por internalizar las externalidades estarán lejos de ser suficiente. El cambio que
requiere la problemática ambiental se haya en lo más profundo de sus raíces; en las formas
modernas de percibir, interpretar y transformar la realidad. Mientras el ambiente se siga
negando como base y posibilidad del desarrollo humano, la humanidad proseguirá por
adentrarse en el camino del deterioro.
Si se desea un cambio de paradigma, entonces un cambio redundante en la
educación ha de ser planteado. Las formas de interpretar la realidad deben evolucionar,
deben transmutar, para construir otra realidad más equitativa para los otros y para el
ambiente; esto es imprescindible. La racionalidad moderna (económica, ambiciosa, y
egocéntrica) que representa la modernidad debe desarmarse para dar paso a una
consciencia ambiental, una forma de interpretar la realidad ambientalmente, en armonía
con el ambiente y la diversidad cultural. Todo conocimiento ha de fundirse en el
conocimiento ambiental para lograr transmutar la realidad armoniosamente. El
conocimiento, educación o consciencia ambiental encarnan la herramienta para lograr un
cambio en el mundo de conocimiento moderno, es ella la que puede encabezar una nueva
forma de razonar las cosas, entender y trasmutar el presente. En ella surge la posibilidad
de construir socialmente otra realidad, en que la consciencia ambiental oriente las
acciones individuales y grupales, privadas y públicas, informales y formales; una realidad
en que la consciencia ambiental sea omnipresente.
54
Hoy en día se puede vislumbrar un cambio que aunque importante, demasiado
lento. Para lograr una evolución positiva en nuestro comportamiento el sistema educativo,
la educación dentro del hogar, los actores sociales, el estado y los medios masivos de
comunicación tienen que estar enteramente involucrados; todo organismo que influya en
la percepción e interpretación de la civilización. Debe haber un aumento sustantivo de
información ambiental y establecer así el conocimiento como insumo de desarrollo,
obteniendo como resultado una transformación de comportamientos humanos, actitudes
y enfoques. Se necesita educación ambiental para percibir y entender el riesgo al decidir
hacer (o comprar) entre dos o más variables (o productos). Se necesita educación (formal,
no formal o informal) para lograr cambiar patrones de comportamiento. Una nueva forma
de conocimiento ha de aprenderse y esparcirse, y es la de la re-significación de los
conceptos, que conciban un vínculo leal entre el concepto y lo real.
A partir de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano en
1972 se manifiesta de manera global el rol tanto valioso como urgente que atesora la
educación. A través de su informe proclama:
Hemos llegado a un momento de la historia en que debemos orientar nuestros actos en
todo el mundo atendiendo con mayor cuidado a las consecuencias que puedan tener para
el medio. Por ignorancia o indiferencia podemos causar daños inmensos e irreparables al
medio terráqueo del que dependen nuestra vida y nuestro bienestar. Por el contrario, con
un conocimiento más profundo y una acción más prudente, podemos conseguir para
nosotros y para nuestra posteridad unas condiciones de vida mejores en un medio más en
consonancia con las necesidades y aspiraciones del hombre. Las perspectivas de elevar la
calidad del medio y de crear una vida satisfactoria son grandes. Lo que se necesita es
entusiasmo, pero, a la vez, serenidad de ánimo; trabajo afanoso, pero sistemático. Para
llegar a la plenitud de su libertad dentro de la naturaleza, el hombre debe aplicar sus
conocimientos a forjar, en armonía con ella, un medio mejor (Conferencia de las Naciones
Unidas sobre el Medio Humano, 1972)
3.5 El poder del discurso
¿Qué pasaría si todos los medios de comunicación estuviesen interesados
en educar además de vender, y en promover valores además de moda? ¿De qué manera
influyen los medios como actores sociales? ¿Qué efectos tiene el poder de la palabra de
55
los discursos recibidos constantemente sobre nuestro modo de razonar, percibir, y
entender la realidad?
Los conocimientos tecnologizados, las tecnologías médicas y las tecnologías agrícolas,
los agroquímicos y los desechos tóxicos, invaden la tierra, el agua y el aire y el cuerpo a
través de sus productos transgénicos; pero también invaden la existencia a través de las
estrategias de poder en el saber que penetran tanto en el cuerpo de las instituciones como
en el cuerpo humano, a través de ideologías que orientan comportamientos y moldean los
sentimientos (Leff, 2004)
Es tal el bombardeo de ideas externas impuestas que recibe el ciudadano, que
constantemente sus ideas y las ideas impuestas debaten por el trono mental. La influencia
de los discursos externos, ya sean políticos, comerciales o ideológicos terminan por
quebrantar la esencia del ser y aislarla de su más interno grito de auxilio. El ciudadano es
constantemente manipulado, y las formas de conocimiento del mundo, así como la
racionalidad, son continuamente redirigidas, alimentando el orden económico y el
proyecto civilizatorio moderno y, por consecuencia, la degradación socioambiental.
La percepción de la comunicación entre personas, organizaciones, estado y
empresas está cambiando sus valores, y las exigencias o creencias de lo que las personas
esperan de estos organismos también están viéndose transformadas; los medios son un
factor clave de formación cultural de la sociedad, y esta comienza a entenderlo. Los
medios masivos de comunicación (de ahora en adelante MMC) son unas de las fuentes
más importantes de información que llegan a nosotros. Ellos informan, entretienen,
incitan y educan. Se podría pensar como una escuela libre paralela a lo largo de toda la
vida. Los MMC convencionales tienen un amplio alcance de “educación colateral”, en
principal la televisión. Para el 2014 el informe ComunicaRSE explica
Desde comienzos de la década del setenta la teoría de la comunicación reconoce en los
medios una función de establecimiento de la agenda a partir de la cual el contenido de los
medios sería el que moldea la idea del mundo que se forman las personas
Los medios ejercen cotidianamente su poder sobre que pensar y como pensar respecto a
lo que se conoce; influyen en modelos de comportamiento, valores sociales e
interpretación de la realidad (ya sean hechos sociales o naturales). Contribuyen
redundantemente en la construcción de la realidad para la sociedad, que finalmente
termina por darle tanta importancia a determinados temas y acontecimientos como al
56
espacio e importancia que le otorgan los medios, compartiendo de esta manera una agenda
cotidiana de formación dirigida por una minoría. Una hora de televisión, por ejemplo,
contiene aproximadamente 14 minutos de publicidad, en la que mayoritariamente el
objetivo principal es convencer al receptor de adquirir un bien o servicio, alimentando así
la cadena de derroche masivo. Las enseñanzas que deja la televisión deben cambiar, este
sector debe asumir la responsabilidad de alcance que posee y su impacto negativo ligado
al deterioro ambiental y a la sociedad dual.
Cervantes (2015) llevó a cabo una investigación (situada en Monterrey, México)
en la que se hizo seguimiento a dos canales de televisión, dos estaciones de radio y dos
periódicos (en total 1635 horas de observación) con el fin de analizar el manejo de la
temática ambiental en los medios. Los resultados demuestran que no sólo existe un gran
desinterés por parte de los medios por esta temática (sólo 266 veces abordada, ya sea por
preferir noticias de entretenimiento u otras que aumenten el rating) sino que, cuando se
presenta contenido medioambiental es de manera aislada y parcial (como incendios,
extinción de especies, etc.) sin identificar sus causas o las relaciones que presenta con
otros problemas y sin un propósito pedagógico sino meramente como proporción de
información (de 266 un total de 208).
En general, con la información recabada se puede afirmar que los principales medios de
comunicación locales no abordan suficientemente el tema ambiental y que el tratamiento
que le dan no favorece una educación ambiental integral, problematizadora,
concientizadora, que partiendo del contexto local incida en lo global, que mueva a la
participación y a la acción, que utilice materiales y técnicas de la educación y la
comunicación popular (Cervantes, 2015)
Sólo 15 veces se dio un enfoque pedagógico.
Bajo el nombre de la revista ComunicaRSE también se realizaron entrevistas
respecto al contenido de sustentabilidad en la televisión, la falta de la misma o la emisión
en horarios marginales, nunca centrales, en forma superflua o como “nota de color”. Para
algunos entrevistados esto sucede porque “el contenido lo define una sociedad con lo que
pide a través del rating y los medios como empresas responden sus intereses. La clave es
formar a la sociedad para que a través del control remoto demanden mejores contenidos".
Aquí queda en evidencia, nuevamente, la importancia de redirigir paralelamente (del
consumo) la demanda.
57
Los medios son una herramienta de educación y deben usarse como tal en esta
batalla encarnada. En pos de formar una cultura con valores ambientales, este ensayo
busca esparcir la importancia de restablecer, resignificar y redirigir la responsabilidad que
nace a través de los MMC en las grandes compañías y aquellos actores sociales con
rangos de mayor alcance y poder, sin dejar de lado el rol que tiene cada individuo. Los
medios promueven el “infantilismo en la comunicación” en búsqueda de un público que
este “entretenido y confundido” (Informe ComunicaRSE, 2014). Se tendrá que buscar un
intermedio entre lo que los medios quieren en búsqueda de su propio beneficio y lo que
deben hacer debido a su responsabilidad social como actor altamente influyente y
responsable de la formación de una sociedad. Los valores que deja el marketing de una
empresa deben redirigirse hacia aquellos valores integrados a una racionalidad ambiental,
valores que hacen falta en nuestra sociedad. Una marca, una entidad o una empresa
deberían ganar prestigio entre otras por los valores que esparcen. Las entidades públicas
y privadas deberán utilizar sus publicidades teniendo en cuenta su beneficio y también un
beneficio sobre la sociedad a la cual va dirigido, generando una alianza con su
responsabilidad educativa debido al alcance que poseen.
Pero ¿no es la ley la forjadora de la moral? Que acorrala el deseo dentro de los
límites de lo permitido. Si pensamos con detenimiento la estructura moral que forma a
una sociedad está influenciada y formada en primera instancia por la ley. La legislación
marca un ancho sendero del que no se puede salir, y mientras este sendero no tenga límites
firmes, el hombre, por naturaleza, tenderá a caminar por fuera. A esto se debe la urgencia
con la que se necesitan medidas legislativas; leyes que controlen los medios, los obliguen
a tomar las medidas previamente planteadas y acompañen a un gobierno que desea formar
al pueblo en una cultura con valores ambientales
Si los gobiernos realmente quieren fomentar una cultura ambiental, a gran escala y a corto
plazo, tendrían que utilizar de manera continua y planificada los medios masivos de
comunicación. Nos referimos a los medios convencionales (prensa, radio y televisión) los
de más fácil acceso a la población. Con esto no se resta importancia a Internet y a la
comunicación móvil, pero todavía son privilegio de quienes pueden pagar esos servicios
(Cervantes, 2015)
El ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable debería elaborar programas y planes
de educación ambiental para implementarlos a través de los MMC. Los objetivos de la
educación ambiental deben estar definidos, utilizando los MMC no sólo como voceros y
58
generadores de conciencia sino también como herramienta didáctica de capacitación a los
ciudadanos.
Sin embargo, como ciudadanos hemos transitado lo suficiente para comprender
que nadie velará por nuestros intereses mágicamente. Sería un infortunio desligarnos de
nuestra responsabilidad individual, nuestro rol familiar y comunal. Esto nos lleva a
comprender la severidad que nuestros actos o comportamientos pueden llegar a alcanzar;
lo que consumimos diariamente de los medios y lo que ellos dejan en nuestro círculo
familiar. El problema actual de conocimiento no se debe a una dificultad de obtención de
información, ya que es posible acceder a fuentes alternativas, confiables y diversas, sino
que se presenta en el hecho de hacerlo, es decir de realizar la acción, y luego, de
interpretarla con coherencia. Pero ¿con que racionalidad la interpretaremos? ¿Con una
racionalidad moderna o con una racionalidad ambiental?
Se busca desesperadamente un cambio cultural y humanitario en el país y en el
mundo, y no se remarca en lo que hacemos inapropiadamente sino que se siguen
agregando ideas sobre qué podemos hacer con este futuro incierto, y un atroz problema
es querer un cambio a futuro sin exigir un cambio profundo de nuestro presente. En el
capítulo final se presenta una revisión más técnica de las posibilidades que nos acercan
al otro paradigma.
59
Capítulo 4: Posibilidades del conocimiento ambiental
¿De qué se nutre una cultura con valores ambientales? ¿Qué alternativas permiten
un desarrollo justo para las personas en vulnerabilidad y para el medio ambiente,
permitiendo al mismo tiempo un desarrollo económico? Este capítulo presenta un breve
cierre de lo ya discutido en capítulos anteriores, esclareciendo posibilidades sustentables.
4.1 Desarrollo sustentable
Actualmente el uso de este término es tan repetitivo y se ha vulgarizado tanto que
el significado real huye de nosotros. De hecho es un concepto que abarca cierto grado de
ambigüedad. Es utilizado tanto por entidades que buscan mostrarse “verdes” como por
ecólogos, economistas, políticos, agrónomos, abogado, activistas ambientales, líderes
indígenas, etcétera. De esta manera el concepto desemboca en un mar ambiguo de
decenas de posibles definiciones y significados: “estaba claro que el concepto había
llegado al lenguaje cotidiano de los políticos, y en consecuencia se enfrentaba con el
peligro de perder cualquier sentido real (O’Brien ante un discurso político de 1998)”
(Reboratti, 2000).
La definición más reconocida mundialmente nace en 1987 con el Informe
Brundtland por la Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo para la
Organización de las Naciones Unidas, en el que se establece el desarrollo sustentable
como aquel que “satisface las necesidades del presente sin comprometer la habilidad de
las futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades”. Debemos admitir que
esta definición (la más habitual entre las ciencias del medio ambiente) siendo tan
abarcativa, acaba por ser excluyente. Pareciera ser, más que la definición de un concepto
claro, la manifestación de un deseo difícil de alcanzar en su plenitud, repleto de vacío
teórico. Si se analiza el concepto resulta ser algo contradictorio, ya que incentiva un
desarrollo sostenido en el tiempo, en un planeta finito, con recursos finitos, y crecimiento
poblacional continuo. La definición de Brundtland termina por perjudicar al ambiente,
enfoca el desarrollo sustentable únicamente a la satisfacción de las necesidades, sin
considerar los medios para lograrlo e inclusive la problemática de interpretación actual
de la realidad que descarriló al mundo en la crisis ambiental, es decir el significado de la
palabra “necesidades”, entre otras variables.
60
Así, el desarrollo sustentable termina por adquirir dos caras. La estrategia del
desarrollo sustentable que nace en el informe Brundtland se infiltra en la idea noble de
desarrollo sustentable, y conforma el problema más profundo en la crisis ambiental (ya
que conforma la herramienta de acción de la política ambiental) incentivando un
crecimiento económico, dando valores de mercado a los bienes y servicios naturales y
legitimando los proyectos de desarrollo conocidos. En lugar de introducir en el mundo el
conocimiento de inconmensurabilidad del orden económico con los propios límites del
planeta tierra, la jerga del desarrollo sustentable sostiene que un crecimiento económico
(de %3 anual tanto en países pobres como ricos) logrará mejoras. En lugar de incentivar
a la humanidad a un cambio de racionalidad e ideologías de forma urgente, a la vez de
advertir cómo el estilo de vida contribuye significativamente al deterioro ambiental, la
jerga del desarrollo sustentable sigue ignorando las consecuencias de las formas de
conocimiento e interpretación actual. En lugar de proponer formas de producción
alternativas y comercio justo, la jerga del desarrollo sustentable sigue confiando en los
métodos de producción globalizados. La jerga del desarrollo sustentable ha terminado
por formar la nueva máscara del crecimiento económico: un crecimiento que dice no
contradecir el ambiente y cuya estrategia es unificar al hombre y a la naturaleza bajo la
racionalidad del mercado con la (ciega) esperanza de que la ciencia, en algún momento,
pueda responder al deterioro producido. La crisis y la globalización son dos caras del
mismo problema articulados con el modelo económico desarrollista y la producción
científico tecnológica. Se presume que junto con la tecnología sabrán cómo responder
ante el agotamiento de recursos y la contaminación (Mora Peganos, 2009). La jerga del
desarrollo sustentable acepta la economía de crecimiento como válida y sostenible y
unifica al hombre, al desarrollo y a la naturaleza en valor de las leyes del mercado; capital
cultural, humano y natural. Lidera la ideología superficial ambiental que promete un
futuro mejor con pequeños cambios en el presente.
La economía convencional y la economía ecológica responden de diferentes
maneras a la problemática ambiental y mientras una divulga que el paradigma actual es
sostenible y propone pequeños cambios, la economía ecológica presenta las bases sobre
las que se podría solventar un nuevo paradigma.
61
4.1.1 Externalidades
En capítulos anteriores comprendimos que la economía convencional (siempre en
búsqueda de un crecimiento) es inconmensurable con el planeta tierra y vimos la relación
que posee con la degradación de la materia, es decir la ley de entropía. En respuesta a
esto la economía ecológica (que traen autores como Alier o Leff) imprime una clara
resistencia al sistema económico actual y presenta la posibilidad de un cambio de
paradigma; en el que la economía encaje en los ecosistemas y valore los servicios y bienes
ambientales que presta el ecosistema al subsistema económico (Alier, 1996).
La economía ecológica plantea sus dudas respecto a la valoración de los recursos
y los servicios ambientales que se presentan políticamente, en especial la internalización
de las externalidades que propone la economía neoliberal. Las externalidades ambientales
son percibidas como costos/beneficios de las actividades productivas que no se reflejan
en el precio de sus productos. Pueden ser (sorprendentemente) positivas, como
restauración de un ecosistema o negativas como deforestación que reduce la captación de
carbono y contribuye al cambio climático. Estos costos y beneficios han pasado
“desapercibidos” (aunque no para aquellos que los sufrieron) para la construcción
histórica de la economía y para el proyecto desarrollista y sus consecuencias han sido
subvaloradas, ocasionando un deterioro ambiental complejo de mitigar. Ante esta
problemática la economía ambiental
Va a parar a una política económica de impuestos pigovianos, mercados de
externalidades, a tasas de descuento ‘sociales’ inferiores a las de mercado, a técnicas de
valoración de contingencias y a otros loables y meritorios intentos de fingir que no existe
una verdadera contradicción entre la economía crematística y la ecología humana (Alier,
1996)
La misma cree que es posible internalizar los costos socioambientales y predecir
necesidades futuras adjudicando valor a los recursos y servicios ambientales, con
confianza suficiente en que lograría mitigar la crisis ambiental a través de sus mecanismos
de mercado.
A diferencia de ésta, la economía ecológica encarna la imposibilidad de continuar
predicando una ciencia económica crematística, incompatible con el bienestar del planeta
tierra y sus habitantes, y deja sin sentido a la teoría de valor. Sus autores argumentan
62
contra la posibilidad de internalizar las externalidades, ya que nunca se podrá encerrar la
naturaleza en un valor monetario, y tampoco las consecuencias de degradación natural y
social que las mismas implican, debido a las formas de producción. “El problema de
internalizar las externalidades es justamente la lógica en que se reducirían a valores
crematísticos” (Alier, 1996). De esta manera la lógica racional moderna de interpretación
y transformación de la realidad serían validados, pero es eso lo que justamente sigue
repercutiendo en la crisis moderna. ¿Cuánta plata aceptarías por tener cáncer o alto plomo
en sangre, un hijo sin una extremidad, todo a causa de contaminación? ¿Existe un valor
que responda al vínculo afectivo de tener que desalojar la casa donde siempre viviste?
¿Existe un valor que pueda ser cobrado por ver morir tu tierra, secado el río, talados los
árboles? Esto es lo que proponen políticas actuales, que también se presentan incapaces
de resolver la incertidumbre de posibles efectos futuros (presentes) y la asignación
intergeneracional de recursos, que si bien el informe Brundtland centra en las
generaciones futuras, está presente en cada día que pasa.
No sostengo que los intereses de la economía ambiental por internalizar las
externalidades son en vano. Las fuerzas sociales (más que las políticas) que impulsan
estos movimientos poseen valor en el intento de apaciguar la crisis ambiental. Sin
embargo creo que es fundamental y completamente necesario promover y formar un
conocimiento que encarne en lo profundo de su ser la incompatibilidad que existe entre
la economía convencional que busca un crecimiento ilimitado e insaciable, el estilo de
vida moderno y la racionalidad económica con el medio ambiente. El conocimiento
ambiental-ecológico lucha por llenar el vacío histórico entre economía y medio ambiente
e histórico-socioambiental, busca llenar ese vacío de información y de relación. Busca
una racionalidad que posea valores ambientales encarnados, que permita razonar más allá
de los precios y lo impuesto por terceros. Busca un estilo de vida y un conocimiento
armonioso entre el desarrollo del ser humano y las posibilidades y condiciones de
abastecimiento del planeta tierra. Una reconexión entre el objeto, el concepto y su
realidad metafísica, es decir lo que fue y lo que implicó su transcurso a ser lo que es.
Revincular el concepto con su materia prima, la extracción de la misma por trabajadores,
su transformación y su transporte, todo representado inciertamente por un precio. Precios
ilusorios en ofertas, en subastas, en “todo por 2 pesos”, en “pago uno y llevo dos”. Un
precio que no representa la calidad de extracción o la sustentabilidad del manejo
ambiental y que tampoco considera las externalidades como contaminación de agua o
63
residuos industriales. Precios que se pagan por adquirir un bien innecesario y que
repercute en el ambiente gracias a la cultura de derroche. Conforma en parte el derecho
del consumidor elegir entre productos y consumir de manera transparente. Dando valor a
productos con manejos sustentables y a organizaciones que cumplan su rol social y
ambiental; contemplando tanto los factores financieros, tecnológicos y productivos como
los ambientales. Ya no somos víctimas de una educación incompleta o de un sistema
incapaz, a partir de la búsqueda e integración de información, formación de conocimiento
y de consciencia. Somos ciudadanos participes, activos y responsables del orden actual y
ese es el rol del individuo. Ya no queda en terceros sino en uno, ahí reside el poder del
cambio.
El desarrollo (realmente) sustentable hace hincapié en la toma de consciencia de
la sobreexplotación de recursos, del estilo de vida, la generación de residuos (y la
capacidad de reciclaje del planeta tierra), la degradación ambiental, la producción y la
demanda, y la racionalidad económica; todo a costa de la capacidad de tolerancia del
planeta, que no parece ser considerada. Mientras se sigan sosteniendo las formas de
racionalidad económica la consecuencia seguirá siendo la inequidad, sociedad dual,
concentración de poder en una minoría, contaminación (siendo el sector pobre el más
vulnerable), deterioro de la salud, pérdida de la biodiversidad, pérdida de la capa de ozono
y calentamiento global. Es un llamado a una toma de consciencia. Debemos comprender
la sustentabilidad no como una meta a alcanzar sino un rumbo, una nueva forma de
interpretar, vivir y modificar el presente. Y esa es la característica más destacable. No
puede ser definida como un concepto, demanda tantos cambios de hábitos ya sea para el
individuo, entidades, empresas o gobiernos que más bien representa una nueva forma de
razonar que debe ser establecida y alimentada con acciones y encarnada por actores
sociales, que pueden construir una nueva forma de producción una vez decononstruida la
hiperracionalidad económica. Como definición más representativa del término
utilizaremos la elaborada por la Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo
Sustentable (1993):
Es un proceso evolutivo sustentado en el equilibrio ecológico y el soporte vital de la
región a través del crecimiento6 económico y la transformación de los métodos de
producción y patrones de consumo, con respeto pleno a la integridad étnica y cultural
6
Crecimiento no como crematístico, sino como desarrollo
64
regional, nacional y local, así como en el fortalecimiento de la participación democrática
de la sociedad civil, en convivencia pacífica y en armonía con la naturaleza sin
comprometer y garantizando la calidad de vida de las generaciones futuras
4.2 Sensibilización, concientización e información ambiental
Con el fin de adecuar nuestro estilo de vida con la capacidad real de nuestro
planeta nace la sensibilización ambiental como herramienta, con capacitación e
información como su último fin. Un comienzo prometedor sería incluir módulos de
sensibilización ambiental de manera obligatoria en todos los eslabones educativos ya sea
jardín de infantes, primario y secundario, carreras universitarias, terciarios u otros
sectores de formación y conseguir así un desarrollo de racionalidad e implicación
ambiental individual, logrando un efecto multiplicador. Así también se podría comenzar
a exigir en las organizaciones privadas o públicas.
En cuanto a la información pública ambiental, actualmente existe la posibilidad
de acceder a la misma de manera libre. La página del gobierno detalla:
Si sos persona física o jurídica podés solicitar información pública ambiental en cualquier
forma de expresión o soporte relacionada con el ambiente, los recursos naturales o
culturales y el desarrollo sustentable. En particular: El estado del ambiente o alguno de
sus componentes naturales o culturales, incluidas sus interacciones recíprocas, así como
las actividades y obras que los afecten o puedan afectarlos significativamente; y las
políticas, planes, programas y acciones referidas a la gestión del ambiente. No es
necesario acreditar razones ni interés determinado, es decir, no debe especificarse para
qué se precisa la información solicitada
Dicha Ley corresponde a la Nº 25.831 “Régimen de libre acceso a la información
pública ambiental”, la cual se puede encontrar en la página del gobierno InfoLeg 7. La
misma determina a los sujetos obligados como “las autoridades competentes de los
organismos públicos, y los titulares de las empresas prestadoras de servicios públicos,
7
Recuperado de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/90000-94999/91548/norma.htm
65
sean públicas, privadas o mixtas, están obligados a facilitar la información ambiental
requerida en las condiciones establecidas por la presente ley y su reglamentación”.
4.3 Sociedad presente
Es cierto que requiere mucho esfuerzo avanzar hacia un futuro consciente y
sustentable ¿cómo podría ser distinto? si las raíces de un nuevo paradigma están siendo
forzadas. Nuestra cultura tiene que crecer y expandirse en este conocimiento que fue
dejado de lado en el desarrollo humano, es indispensable desarmar las formas de
interpretación de la realidad actuales y armar nuevas, que valoren el significado de las
cosas recuperando el orden simbólico. La moral también debe acoplarse. Pues hay que
nutrir una nueva cultura, con valores ambientales, en que el centro gris de nuestro
comportamiento esté basado en una estrecha relación entre pensamiento y acción, entre
las palabras–cosas-realidad, y entregue al individuo la capacidad de actuar frente a la
presión social y comercial. Una vez adquirida la información y asentado el conocimiento,
la asimilación de nuevas formas de interpretar la realidad desembocan en otra
consciencia, otra racionalidad, y el poder de decisión está en nuestras manos: discernir,
luego actuar.
Las personas están presentes y están actuando a favor de un futuro sustentable y
un presente consciente. Las propuestas con impactos son numerosas, al principio puede
ser en un círculo pequeño que luego se expande quizás gracias a ONG’s, revistas, blogs
de segundo plano, o proyectos. La aparición en medios como televisión o radio es
compleja, pero internet siempre trae la posibilidad de llegar a noticias o proyectos
alternativos.
Muchas personas en diferentes partes del mundo pueden emprender un cambio y
cambiar el paradigma moderno tan cerrado a prácticas insustentables que no consideran
el factor ambiental, se requieren primero cambios individuales situados tanto dentro como
fuera del sistema para abrir un camino consciente hacia prácticas sustentables partiendo
desde un consumo responsable o uso eficiente de energía, educación ambiental desde el
hogar y en la comunidad. De esta manera se da una bifurcación en la cultura global del
egoísmo y crece una cultura con valores ambientales que parte desde la educación
66
ambiental. Cruzarse de brazos y esperar un cambio externo no será suficiente, aunque
esto no significa que debemos dejar de exigirlo.
4.4 Reeducación para el consumo
Cuando nos enfocamos al consumo responsable nos referimos a él considerando
todos sus lados ya sea el rol del consumidor, la responsabilidad de los medios, las marcas,
el sector público y el privado.
Debería reglamentarse la propaganda para evitar que algunas de ellas generen engaños
públicos, desfigurando las propiedades de los artículos y asociándolos a situaciones
absolutamente improcedentes para las características del producto, en función de su
objetivo de expandir las ventas. Estos argumentos sin embargo corresponden a ciertas
expectativas que poseen nuestros pueblos sobre aspectos de la calidad de vida. […] Estas
idealizaciones que el sujeto crea del objeto, es hábilmente utilizada por la propaganda
para desnaturalizar las reales funciones de los productos. Constituye en cierta forma un
permanente fraude que se debería enfrentar (Panario, Sejenovich, 1998)
La lucha por un consumo transparente es una de las luchas más importantes que se está
llevando a cabo en la actualidad. Como ventaja existe la posibilidad de hacer valer
nuestros derechos de manera individual y discernir entre lo esencial y lo artificial
(idealizaciones vinculadas a objetos), ventaja que en muchas otras luchas que debemos
encabezar no existe, dado a la necesidad de un gobierno que controle el cumplimiento de
la ley, por ejemplo, de agroquímicos, gestión integral de residuos industriales, bosques,
etcétera. Por más que se necesiten leyes para controlar este fenómeno, paralelamente se
necesita formación individual y capacidad de discernir y eso se logra individualmente en
primera instancia. Sin embargo el presente exige por necesidad una política de
reorientación y reeducación para el consumo, que no puede prescindir del apoyo del
Estado.
Un cambio significativo se dará cuando todos los actores que participan asuman
su responsabilidad en el desarrollo sustentable; el sector que produce un producto deberán
desarrollarlo sustentable, el estado deberá asumir la función de reeducar al pueblo, y el
ciudadano deberá apropiarse de su participación elemental.
67
¿Entra la sustentabilidad en las categorías que influyen en las decisiones de
consumo? Este concepto debe posicionarse como elemento que pasa por la cabeza del
consumidor al comprar bienes y servicios y uno de los mayores retos es quitarle al precio
su corona. ¿Qué sale más caro; el precio monetario de una cosa, o el bienestar del planeta
tierra como base de todos los ciclos que ha adquirido y desarrollado el ser humano? Se
deben mostrar las virtudes más allá del precio.
4.5 Comercio justo
Como vimos anteriormente la dualidad social, el deterioro ambiental y el sistema
económico están directamente relacionados y por consecuencia también lo están con los
derechos humanos:
El comercio es uno de los pilares básicos de la economía mundial. Sin embargo, las reglas
del comercio internacional no son equitativas y las situaciones de los países respecto a
ellas son también muy desiguales. El actual sistema comercial internacional está marcado,
cada vez más, por una acentuada diferencia entre el Norte y el Sur. En este sentido, el
Norte marca las reglas del juego -competitividad y máximo beneficio, entre otros
aspectos-, a costa de un Sur -fuente de materias primas y mano de obra barata- cada vez
más empobrecido. El comercio internacional no es neutro, es un sistema de intercambio
gestionado por normas e instituciones que reflejan opciones políticas e intereses
económicos (Coordinadora Estatal de Comercio Justo, 2008)
Así como existe un sistema que va completamente en contra de la naturaleza del
planeta, existen movimientos alternativos que respetan aquello y consideran sus
necesidades y las de sus habitantes. El comercio justo es una forma de comercio
alternativa, en el marco del consumo responsable, cuyos principios son el respeto al
medio ambiente, el uso racional de los recursos y la justicia social. Dicho de otra manera
El comercio justo es un movimiento económico alternativo que, en el marco de la
‘economía solidaria’ y el ‘consumo responsable’, propone que los productores de bienes,
servicios, ideas, creaciones, etc., trabajen en condiciones dignas, sin explotación,
cobrando precios justos, cuidando el medio ambiente, preservando los derechos y
realizando proyectos que mejoren la calidad de vida de sus comunidades. Estas relaciones
68
comerciales se basan en beneficios recíprocos e intercambios justos, y su naturaleza
trasciende el propio proceso económico (Berger, 2009)
Los productores aseguran la protección del medioambiente a través de determinadas
normas, como por ejemplo la rotación de cultivos, reducción del uso de abonos y
pesticidas sintéticos y no naturales y la protección y conservación de las zonas de
alrededor de las fuentes de agua.
El comercio justo nace en este contexto como herramienta pilar para el desarrollo
sustentable, manifestando la importancia de trabajar por una estrecha relación circular
entre bienestar social, problemática ambiental y economía ecológica. Considerando el
aumento del interés de la gente por conocer la calidad, el dónde y cómo se elaboran los
productos, este parece ser el momento adecuado para la expansión y puesta a la luz del
comercio justo.
La Coordinadora Estatal de Comercio Justo (2008) facilita el vínculo entre
comercio justo y sustentabilidad, y al proponer una forma de comercio alternativa y
equitativa deja en evidencia las fallas del sistema actual:
Tabla 4
Características del comercio justo
Principios del comercio justo
Procesos de producción
saludables
Las sustancias tóxicas que son perjudiciales para la salud y
para el planeta son sustituidas por productos naturales e
inicuos y por métodos de trabajo más salubres y dignos
Promueve la agricultura
a pequeña escala, de
pequeños productores
Combina cultivos básicos destinados a alimentación
familiar y comunitaria con sistemas productivos para
comercialización. Sustituyendo así los monocultivos
destinados sólo a la exportación
Se opone a la
agricultura con
transgénicos
Las semillas transgénicas, y organismos genéticamente
modificados, al igual que gran cantidad de productos
agroquímicos, son comercializados por unas pocas
empresas transnacionales que someten a los agricultores a
un ciclo de completa dependencia (de sus correspondientes
sustancias químicas fitosanitarias comercializadas por la
misma empresa). El coste de todos estos insumos es
69
excesivamente elevado para los pequeños grupos
productores, quienes se ven presionados a endeudarse
eternamente
Respeta y fomenta
tradiciones y culturas
locales y la
conservación de la
biodiversidad natural
Fomenta el aprovechamiento de los recursos locales, los
sistemas productivos tradicionales y la utilización de
semillas autóctonas, adaptadas a cada zona y clima,
haciéndose innecesaria la utilización de complejos sistemas
agroproductivos, y el excesivo consumo de agua o insumos
en los cultivos
Fomenta la máxima
transformación posible
en la zona de
producción de materias
primas
La máxima cantidad de valor añadido a un producto en base
a su transformación y elaboración final, es incorporada en
el lugar de origen de las materias primas. Así la producción
se vuelve también más ecológica, saltándose varias fases
intermedias de transformación en otros lugares donde
existen más facilidades comerciales en lo que a limitaciones
arancelarias se refiere
Fomenta relaciones
comerciales más
directas
Evitando gran cantidad de intermediarios que existen en las
relaciones comerciales y evitando derroches de combustible
y transporte de las materia primas hasta el destino final
Se opone a la
apropiación de los
recursos naturales de
unos pocos
Las grandes empresas transnacionales poseen gran cantidad
de recursos o bienes públicos, son dueñas de la mayor parte
de los recursos energéticos del mundo, de gran cantidad de
manantiales y recursos acuíferos y de los bosques, etc. Los
recursos del planeta están a merced de las decisiones de
unas pocas personas que se convierten en poderosas, por el
enorme control que tienen sobre mismos. El Comercio
Justo, defiende un reparto equitativo de los recursos y de la
riqueza, que fomenta la preservación de la naturaleza para
su disfrute común
Las primas de Comercio
Justo son destinadas a
mejoras sociales y
ambientales
Los precios establecidos en canales del Comercio Justo
incluyen una prima que es utilizada para fomentar el
desarrollo integral y sostenible en las comunidades
productoras.
70
Fomenta la educación
para el Consumo
Responsable
A través de la educación, sensibilización y formación de los
consumidores y de las instituciones y agentes públicos y
privados a través de múltiples acciones: campañas,
denuncias, movilizaciones, talleres, etc., creando una fuerte
conciencia ciudadana, que merme el fuerte poder que
actualmente
tienen
las
grandes
corporaciones
transnacionales.
Los precios responden
al valor real de
producción
En el comercio convencional el precio de los productos es
establecido en base a criterios de competitividad y
demanda, por lo que en numerosas ocasiones no
corresponden al verdadero valor del producto. En el
Comercio Justo, el precio se establece junto con los
productores, teniendo en cuenta todos los costes de
producción, y valorándolos justamente. La producción
ecológica es valorada también en su justa medida.
*Nota. Adaptado de El ABC del Comercio Justo (2008).
Si un mayor acceso a la información posibilita un aumento de consciencia,
entonces un cambio tangible de efecto ambiental, social y económico sería posible a
través de decisiones propias como lo son, por ejemplo, las de compra y consumo. Darle
importancia a métodos sustentables y alternativos de producción local implica un gran
peso (positivo) en el desarrollo sustentable, ya que yendo en contra de la hegemonía
globalizadora del sistema moderno, que perjura su confianza en el sistema de mercado
globalizado, las comunidades locales con mercados alternativos si tienen lugar en el
paradigma ambiental.
4.6 Desde un cambio cultural individual a general: algunas
ideas finales
Para responder a las inquietudes planteadas a lo largo de este trabajo los actores y
sectores sociales deben entablar una relación dinámica y efectiva de acción. Los
municipios así como los organismos de educación tienen un rol clave que desempeñar;
estos pueden abordar los desafíos que implica un desarrollo sustentable a nivel local. La
educación ambiental responde de manera efectiva a la crisis ambiental y se refleja en
71
cambios de hábitos y valores tanto hacia al ambiente como a seres humanos, pero debe
estar resguardada por normas legales que obliguen a las organizaciones a cumplir
políticas ambientales y hagan del vínculo con los medios de comunicación una
herramienta que aporte de manera significativa a una cultura ambiental de manera masiva.
Como individuos, y parte de una sociedad estamos exigidos a luchar por conocer
la realidad, informarnos, leer, conocer, crecer y mejorar, en pos de lograr una cultura que
piense, entienda y sea consciente de cómo todos aquellas partes que lo rodean y permiten
desarrollar una vida, junto a las decisiones que se toman día a día, repercuten en el
medioambiente y en el entorno social, de manera local y global. Real, cada día que pasa
la humanidad sigue optando por mantener un rumbo que no es sostenible (ni para el
futuro, ni para una gran parte de la sociedad actual), y queda en nosotros ver la realidad.
Pedir a los gobiernos que cambien la civilización sería poco realista, y con sólo esperarlo
se dejan bajo la alfombra muchas cosas que demandan urgencia, aquí yace la necesidad
de acciones y proyectos que impulsen hacia un estado más equilibrado, un estado
sustentable:
Elevar los niveles de conciencia de la población es una condición necesaria para el éxito
de cualquier gestión del desarrollo. Si no existe suficiente comprensión acerca del papel
que desempeña la naturaleza en el bienestar de los individuos y la comunidad, las acciones
ambientales tenderán al fracaso. Es en la conciencia nacional -esa amalgama de las
conciencias individuales- donde se establecen las opciones y fijan las prioridades más
importantes para el desarrollo y el medio ambiente. Una conciencia social fuerte apura los
consensos, compromete más a todos los agentes del desarrollo, y favorece una mayor
participación de la ciudadanía. La conciencia individual y colectiva ha sido la protagonista
de la historia del desarrollo. Es conocida la importancia que tienen las campañas de
persuasión para movilizar a la población. Es así como el poder de la ‘opinión pública’ ha
comenzado a modificar la conducta de ciertos sectores que contaminan el aire y el agua
(Naciones Unidas, Comisión Económica para América Latina y el Caribe, 1991)
Si bien en el ámbito de las organizaciones existen medidas para conseguir un
desarrollo sustentable, primero se necesita de personas que entiendan y demanden el
mismo. El fin de este trabajo es en parte proveer una herramienta para poder controlar y
apaciguar la realidad medioambiental que ocasiona la relación ambiente-sociedadsistema, entendiendo los problemas ambientales como parte de un sistema y no como
hechos aislados, vinculándolos también con el contexto social, local, global y luego
72
planificando medidas. Rechazando la idea de que el poder del cambio está en manos de
unas pocas personas poderosas, se sostiene que el poder parte individualmente y reside
en una herramienta primordial que es la consciencia que moldea otra racionalidad posible.
Este trabajo intenta encarar un camino de comprensión, análisis y significación de
la crisis ambiental que trae consigo la posibilidad de emprender un paradigma capaz de
mitigar la misma. El conocimiento de la construcción histórica de la economía explica
porqué la caída de la teoría del valor deviene en un caos y porqué el ambiente es
constantemente desvalorizado. Las formas de comprensión e interpretación de lo real
construyen el futuro, y a través de la racionalidad ambiental, la posibilidad de un futuro
más sustentable, equitativo y consciente es posible. La racionalidad ambiental se consigue
transformando la racionalidad lineal (que no vincula acciones y consecuencias y no
conecta distintos flujos de acción) en una circular de carácter sistémico, que consigue
darle vivencias al vínculo entre la teoría y la práctica, lo real y lo simbólico, y la
interrelación entre diferentes factores que atraviesan el ambiente. Al concebir el ambiente
como un sistema conformado por factores físicos, químicos, biológicos y sociales, se deja
de lado la idea de naturaleza (únicamente como proveedora de recursos) que consagró al
capitalismo y por ende a la sobreeconomización del mundo. Esta interpretación de la
actualidad abre la posibilidad de participar en un nuevo paradigma que revalora las
formas de conocimiento y los mecanismos de interpretación de la realidad, aceptando el
fracaso de la racionalidad económica y dando lugar a nuevos mecanismos de producción
y revalorización de la diversidad. Este paradigma resignifica al ambiente y lo revincula
con los factores que la atraviesan, tal como los derechos humanos, la salud, el estilo de
vida, el modelo económico y la educación. Junto a la dialéctica que da sentido a las
contradicciones –de la vida, historia, discursos, sistema social o modo de producción, por
ejemplo- y a la praxis que logra trascender el conocimiento, la racionalidad ambiental
encarna una relación leal entre el pensamiento, la acción, el concepto y lo real.
Establecer individualmente -en un principio- vínculos entre medio ambiente,
contaminación, salud, derechos humanos, modelo económico, estilo de vida, inequidad y
medios masivos de comunicación, da lugar a un empoderamiento individual que luego es
transmitido a un grupo social más amplio, y que día a día transforma la racionalidad
actual. Este trabajo indaga en el significado actual y revolucionario del medio ambiente
y por lo tanto del Ser, su búsqueda por sentido y la resignificación de su rol participativo
en el ambiente.
73
Una vez aportados estos conceptos primordiales para un conocimiento con
menores restricciones impuestas de libertad, queda en cada uno emprender o no el cambio
hacia una sociedad más justa y equitativa, con el goce pleno de un ambiente sano.
74
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80
Anexo
Nota
El presidente de los Estados Unidos, Franklin Pierce, envía en 1854 una oferta al jefe
Seattle, de la tribu Suwamish, para comprarle los territorios del noroeste de los Estados
Unidos que hoy forman el Estado de Wáshington. A cambio, promete crear una
“reservación” para el pueblo indígena. El jefe Seattle responde en 1855.
“El Gran Jefe Blanco de Wáshington ha ordenado hacernos saber que nos quiere
comprar las tierras. El Gran Jefe Blanco nos ha enviado también palabras de amistad y
de buena voluntad. Mucho apreciamos esta gentileza, porque sabemos que poca falta le
hace nuestra amistad. Vamos a considerar su oferta pues sabemos que, de no hacerlo, el
hombre blanco podrá venir con sus armas de fuego a tomar nuestras tierras. El Gran
Jefe Blanco de Wáshington podrá confiar en la palabra del jefe Seattle con la misma
certeza que espera el retorno de las estaciones. Como las estrellas inmutables son mis
palabras.
¿Cómo se puede comprar o vender el cielo o el calor de la tierra? Esa es para nosotros
una idea extraña.
Si nadie puede poseer la frescura del viento ni el fulgor del agua, ¿cómo es posible que
usted se proponga comprarlos?
[…]
Nuestros muertos jamás se olvidan de esta bella tierra, pues ella es la madre del hombre
piel roja. Somos parte de la tierra y ella es parte de nosotros.
[…]
Si les vendemos la tierra, ustedes deberán recordar que ella es sagrada, y deberán
enseñar a sus niños que ella es sagrada y que cada reflejo sobre las aguas limpias de los
lagos hablan de acontecimientos y recuerdos de la vida de mi pueblo.
[…]
Sabemos que el hombre blanco no comprende nuestras costumbres. Para él una porción
de tierra tiene el mismo significado que cualquier otra, pues es un forastero que llega en
la noche y extrae de la tierra aquello que necesita. La tierra no es su hermana sino su
enemiga, y cuando ya la conquistó, prosigue su camino. Deja atrás las tumbas de sus
antepasados y no se preocupa. Roba de la tierra aquello que sería de sus hijos y no le
importa.
[…]
No hay un lugar quieto en las ciudades del hombre blanco. Ningún lugar donde se pueda
oír el florecer de las hojas en la primavera o el batir las alas de un insecto. Mas tal vez
sea porque soy un hombre salvaje y no comprendo. El ruido parece solamente insultar
los oídos.
¿Qué resta de la vida si un hombre no puede oír el llorar solitario de un ave o el croar
nocturno de las ranas alrededor de un lago?.
81
[…]
El aire es de mucho valor para el hombre piel roja, pues todas las cosas comparten el
mismo aire -el animal, el árbol, el hombre- todos comparten el mismo soplo. Parece que
el hombre blanco no siente el aire que respira. Como una persona agonizante, es
insensible al mal olor.
[…]
¿Qué es el hombre sin los animales? Si todos los animales se fuesen, el hombre moriría
de una gran soledad de espíritu, pues lo que ocurra con los animales en breve ocurrirá
a los hombres. Hay una unión en todo.
Ustedes deben enseñar a sus niños que el suelo bajo sus pies es la ceniza de sus abuelos.
Para que respeten la tierra, digan a sus hijos que ella fue enriquecida con las vidas de
nuestro pueblo. Enseñen a sus niños lo que enseñamos a los nuestros, que la tierra es
nuestra madre. Todo lo que le ocurra a la tierra, le ocurrirá a los hijos de la tierra. Si
los hombres escupen en el suelo, están escupiendo en sí mismos.
Esto es lo que sabemos: la tierra no pertenece al hombre; es el hombre el que pertenece
a la tierra. Esto es lo que sabemos: todas la cosas están relacionadas como la sangre
que une una familia. Hay una unión en todo.
Lo que ocurra con la tierra recaerá sobre los hijos de la tierra. El hombre no tejió el
tejido de la vida; él es simplemente uno de sus hilos. Todo lo que hiciere al tejido, lo hará
a sí mismo.
[…]
La tierra es preciosa, y despreciarla es despreciar a su creador. Los blancos también
pasarán; tal vez más rápido que todas las otras tribus. Contaminen sus camas y una
noche serán sofocados por sus propios desechos.
[…]
Este destino es un misterio para nosotros, pues no comprendemos el que los búfalos sean
exterminados, los caballos bravíos sean todos domados, los rincones secretos del bosque
denso sean impregnados del olor de muchos hombres y la visión de las montañas
obstruida por hilos de hablar.
¿Qué ha sucedido con el bosque espeso? Desapareció.
¿Qué ha sucedido con el águila? Desapareció.
La vida ha terminado. Ahora empieza la supervivencia.”
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