Academia.eduAcademia.edu

El ambiente y su búsqueda de significado

2018, El ambiente y su búsqueda de significado

Universidad del Salvador Campus Nuestra Señora del Pilar Facultad de Historia, Geografía y Turismo Licenciatura en Ciencias Ambientales Seminario Final de Investigación Tema: “El ambiente y su búsqueda de significado” Alumna: Lemonnier Banchig Andrea Directora de la investigación: Lic. María Rosa Batalla Año 2018 Introducción _________________________________________________________ 4 Capítulo 1: ¿Ambiente y/o sociedad? _____________________________________ 8 1.1 Incertidumbre moderna ____________________________________________ 8 1.2 Marco conceptual ________________________________________________ 10 1.3 Evolución conceptual _____________________________________________ 11 1.4 ¿Ecólogo, ecologista, ambientalista, ambientólogo? _____________________ 13 1.4.1 Evolución de la relación del concepto ambiente y sociedad _____________________ 14 1.5 Transversalidad del ambiente _______________________________________ 16 Capítulo 2: Lo Real y su búsqueda de significado __________________________ 21 2.1 Producción y consumo: un sistema insostenible ________________________ 21 2.2 Contaminación __________________________________________________ 29 2.2.1 Toxicidad ____________________________________________________________________________ 33 2.3 Salud y medioambiente ___________________________________________ 36 2.4 Sociedad dual ___________________________________________________ 41 Capítulo 3: Adversidad del poder. Percepción ____________________________ 3.1 Paradigma _____________________________________________________ 3.2 Presente A-Existencial ____________________________________________ 3.3 Fal(s/t)a consciencia _____________________________________________ 3.4 De educación a omnipresencia ambiental _____________________________ 3.5 El poder del discurso _____________________________________________ 46 46 48 50 52 55 Capítulo 4: Posibilidades del conocimiento ambiental ______________________ 60 4.1 Desarrollo sustentable ____________________________________________ 60 4.1.1 Externalidades _______________________________________________________________________ 62 4.2 Sensibilización, concientización e información ambiental _________________ 4.3 Sociedad presente _______________________________________________ 4.4 Reeducación para el consumo ______________________________________ 4.5 Comercio justo __________________________________________________ 4.6 Desde un cambio cultural individual a general: algunas ideas finales ______ 65 66 67 68 71 Referencias bibliográficas _____________________________________________ 75 2 La neutralidad ideológica que caracteriza el mundo moderno y la tendencia a separar la reflexión filosófica de la teoría científica desemboca en un evidente y sombrío abismo. Basada en un pensamiento de Mora Penagos 3 Introducción Transcurridas varias décadas desde la primera cumbre de la Tierra en Estocolmo, todavía no es posible distinguir un horizonte claro sobre las cuestiones ambientales que aquejan al planeta. Una carrera universitaria no basta para comprender la incapacidad de la sociedad mundial por superar o apaciguar la crisis ambiental que en mayor o menor medida se sufre en todo el planeta. En parte, este trabajo surge en respuesta a las numerosas inquietudes que fueron surgiendo a lo largo de la cursada; inquietudes que nacieron de contradicciones propias de la vida misma, del material de los programas académicos, de visiones particulares de profesores, de alumnos y de amigos, de las formas de organización de la sociedad, del sistema económico y de una creciente desconfianza hacia los medios. La crisis de la cultura moderna se traduce en crisis ambiental. El ser humano se presenta ante una crisis de sentido; una simulación cotidiana de un modelo económico correcto y sostenible; la pérdida del significado de los conceptos ha generado una realidad que “objetiviza” las cosas hasta dejarlas sin significado “vivo”; aislado de su faceta real. Esto y la falta de conocimiento ambiental genera una disociación implícita en la misma interpretación de los elementos de la vida cotidiana. El hombre pierde la visión natural, reemplazada por una utilitarista, donde el signo monetario levita sin responder a lo real; un mundo sobre-economizado y sobre-objetivizado que ha terminado por externalizar a la naturaleza y en consecuencia, dictado su condena. Muchos factores convergen en este punto, y el objetivo de este documento es aportar una mirada más, analizando distintos conceptos que intentan comprender un poco más la realidad en que se vive y que para muchos todavía no ha sido descubierta. En otras palabras, el fin de este ensayo es revisar la visión total del medio ambiente, sin perdernos en los pequeños espacios destinados a los especialistas. Se pretende demostrar así la importancia de iniciar en Argentina una cultura que contenga valores ambientales y promover la premisa de que sólo una idea real de lo que influimos en el ambiente (convertida en un cambio en la acción) hará un cambio. Presenta la posibilidad de discutir aquéllo que la problemática ambiental reclama con urgencia, dejando en evidencia los inciertos cimientos sobre los que se basan los individuos de la sociedad actual. Busca la comprensión de una idea concreta del significado y el rol que desempeña el ambiente, su 4 transversalidad con la salud, los derechos humanos, la pobreza, el estilo de vida, las ideologías y demuestra contradicciones de un orden económico que anhela un crecimiento ilimitado. Asimismo, contribuye a la formación de un conocimiento que permitirá interpretar correctamente la complejidad que conlleva el medio ambiente, y promueve así la toma de decisiones de manera libre (de ideas externas impuestas) a través de un empoderamiento individual, reivindicando la identidad y el rol del sujeto como integrante activo en el ambiente Este trabajo nace de aportes seleccionados de la carrera de Licenciatura en Ciencias Ambientales y muchas otras lecturas que se fueron incorporando a lo largo de toda la investigación. Cada una contribuye a su manera al estudio de la problemática ambiental y a los distintos aspectos planteados. Autores tan fuertes como Leff enriquecen y dejan su huella en este trabajo, dejando de manera implícita la posibilidad de contribuir en conjunto, a través de muchas personas, al paradigma ambiental. Manteniendo en todo su largo una faceta interrogativa y cuestionante; El primer capítulo consta a forma de introducción con los antecedentes históricos, el significado y la evolución del concepto medio ambiente, sus diferencias con otros términos que tienden a confusión (Ecologismo, Ambientalismo), el análisis de la relación entre ambiente y sociedad a lo largo del tiempo y, por último, la transversalidad del ambiente, que explica qué factores son los que repercuten en él. Así, se disparan interrogantes que encontrarán su respuesta o desarrollo a lo largo de la investigación. El segundo capítulo analiza el sistema económico convencional y explica la incompatibilidad que posee con un ambiente sano. Para ello indaga en la construcción histórica de la economía y la problemática en que deviene la caída de la teoría de valor. También vincula de manera concreta producción, consumo, y por ende estilo de vida, con el medio ambiente. Se hace una introducción a la economía ecológica y se explica la relación que Georgescu-Roegen, su progenitor, establece entre la ley de entropía y el proceso económico, el agotamiento de los recursos, la producción de desechos y la capacidad del mercado de valorar las externalidades. Finaliza entre desechos y contaminación, en una sociedad dual resultado de la ecuación económica mundial, entre la complejidad para detectar daños sobre la salud que se generan mediante el ambiente, la incertidumbre que esto trae a los que lo padecen, la variable percepción sobre la contaminación y también la ignorancia. En un intento por comprender como afecta la percepción a las formas de comprensión de la realidad, el tercer capítulo se adentra en la 5 definición de paradigma y advierte el poder que posee el estado, las organizaciones y los medios para influenciar o modelar formas de percepción determinadas de la realidad. También trata sobre la cultura inculcada, el vacío entre concepto y realidad y la falta de conocimiento ambiental (falsa conciencia) que contribuye a la problemática actual. Al mismo tiempo, analiza la pérdida de identidad del sujeto como integrante activo en el ambiente. Retoma el papel de los medios como actores sociales y el poder del discurso. Este capítulo se adentra en el contexto mental, cultural y social que permite, desde el epicentro de la vida cotidiana, esta realidad. Por último, el cuarto capítulo presenta un debate acerca de las controversias del término Desarrollo Sustentable y sus múltiples definiciones. Vuelve también sobre la economía convencional y se analizan propuestas tanto de la economía ecológica como la ambiental. Plantea las posibilidades del conocimiento ambiental; una sociedad presente; reeducación para el consumo; el comercio justo como movimiento económico alternativo. También expone algunas ideas finales en este camino emprendido de comprensión, análisis y significación de la crisis ambiental. El reto se haya en un potencial cambio de racionalidad, la confrontación de intereses, en la deconstrucción de hábitos y saberes y en las posibilidades que trae consigo el empoderamiento individual. Las formas de comprensión e interpretación de lo real construyen el futuro, y a través de la racionalidad ambiental, la posibilidad de un futuro más sustentable, equitativo y consciente es posible. La racionalidad económica debe ser replanteada y los intereses deben ser confrontados para darle lugar a un conocimiento que tenga en cuenta las posibilidades ecológicas y sociales en el proceso productivo, fundada en valores sustentables, directamente vinculados a los derechos humanos, la ética y normas jurídicas. La racionalidad ambiental se consigue transformando la racionalidad lineal (que no vincula acciones y consecuencias y no conecta distintos flujos de acción) en una circular de carácter sistémico, que consigue darle vivencias al vínculo entre la teoría y la práctica, lo real y lo simbólico, y la interrelación entre diferentes factores que atraviesan el ambiente. Es la consciencia ambiental, es decir la capacidad de pensar con una nueva racionalidad al ambiente y de dirigir el poder del conocimiento, aquélla que encamina al hombre a un cambio de paradigma. Es la lucha por la conciencia ambiental, ecológica y humana la que ofrece la posibilidad de sanar el vacío de la sociedad moderna. Todo cambio de paradigma, como fue el reconocimiento de derechos de las personas negras, el 6 fin de la esclavitud o la actual lucha por los derechos de la mujeres implica un enfrentamiento, y en este caso es por una toma de consciencia por lo Otro y no por los pocos. La consciencia ambiental, así como la lucha por la igualdad de género, se inserta día a día -gracias a las personas que trabajan por difundir su magnitud y trascendenciaen la racionalidad actual. El mayor obstáculo de estas luchas -representado por la resistencia del orden actual- por trascender a otro paradigma (diferente, diverso) se hace presente ya que el trasfondo de las mismas colisiona profundamente con el poder económico e ideológico actual que si bien es dominante, no representa ni beneficia a la mayoría. Este trabajo trae consigo una demanda implícita en la crisis: la necesidad que todos los ciudadanos, no sólo los especialistas, comprendan la colisión entre la vida cotidiana y variables desapercibidas con el ambiente. La teoría se cruza con el día a día en un debate sobre conocimientos previos establecidos que impiden la concepción de un ambiente sano. Así, aporta una reflexión de la problemática ambiental; mundial y cultural, con el anhelo de devolver al ambiente su significado y contribuir a su revalorización. 7 Capítulo 1: ¿Ambiente y/o sociedad? 1.1 Incertidumbre moderna La crisis ambiental pone en evidencia la crisis humanitaria de la cultura moderna. Es el resultado de la construcción histórica que condujo al ser humano a través de una suma de variables a la hiperracionalidad (razón anti-natura) y sobreobjetivación de las cosas, centrándose en el Mundo Objeto, perdiendo el sentido del sentido y la correspondencia entre las palabras y las cosas. Un futuro amenazado por las formas de conocimiento del mundo; un conocimiento que genera la complejidad del mundo. Un mundo anestesiado por la tecnología, la epistemología, la ciencia, la racionalidad económica y las estrategias de poder. (Leff, 2004). Surge de esta manera la crisis ambiental como el gran desecho de la cultura moderna que trasciende hacia una postmoderna: El pensamiento occidental, obsesionado por las ideas universales y la unidad de las ciencias, está siendo cuestionado en el pensamiento posmoderno por haber disociado lo real y lo simbólico, las ciencias lógico-fácticas de la naturaleza y las ciencias del espíritu (Leff, 2004) Leff (2004) explica como las posturas controversiales salen a flor de piel; pensamiento-realidad, mente-cuerpo, objeto-sujeto, razón-sentimiento, antroposofíabiología, dándole paso a una realidad dual en que la epistemología “no logra disolver la diferencia”. En este contexto, la mirada ambiental busca crear una nueva racionalidad, una “relación de conocimiento” que entienda la materia y la naturaleza a través de una “correspondencia entre el pensamiento y la realidad, entre el concepto y lo real, entre la palabra y la cosa”. La antroposofía ambiental unifica procesos culturales, naturales y cognoscitivos, marcando el camino hacia una nueva racionalidad. El ambientalismo busca construir un nuevo espacio de racionalidad ambiental entre el idealismo y el materialismo; diferenciar entre “ser y pensar, entre lo real y lo simbólico” para lograr formas de comprensión del mundo más leales a la naturaleza y la manera de actuar con y sobre ella, creando nuevas realidades con prácticas sociales y el apoyo de actores sociales y políticos, librando a la sociedad de las estrategias de poder que la condicionan. 8 Si la conciencia es una epigénesis1 del organismo pero que una vez que emerge no se mantiene como su sombra, si el conocimiento no es un mero reflejo del ser en el pensar, debemos admitir que todo conocimiento teórico -más allá de las determinaciones biológicas de la intuición, la cognición y la conciencia-, se organiza en el orden simbólico-del lenguaje que significa las cosas- y desde allí va al encuentro con lo real (Leff, 2004) El lenguaje y sus formas organizan la percepción y significado de lo real, de la naturaleza, que también es construida socialmente, conformando distintos modos para conocer la realidad, interpretaciones y significados en un juego infinito de relación entre el concepto y el objeto. Broch describe este dualismo como: Nombres y nombres […] el nombre de las cosas creadas junto con las cosas […] nunca más podrá el poeta reclamar su dignidad, no ni siquiera si el trabajo primordial de la poesía fuera el de exaltar los nombres de las cosas, ah, incluso cuando suena su momento más grande, el de conseguir lanzar una mirada hacia la fuente creativa del habla, bajo cuya luz profunda flora la palabra para la cosa, la palabra intocada y casta en la fuente del mundo de la materia, el poema, aunque capaz de duplicar la creación de palabras, nunca fue capaz de fundir la duplicación en una unidad, incapaz de hacerlo porque la reversión aparente, la adivinación, la belleza, porque todas esas cosas que determinaron, que devinieron poesía, tuvieron lugar únicamente en el mundo duplicado; el mundo de la palabra y el mundo de la materia permanecieron separados, doble el hogar del mundo, doble el hogar del ser humano, doble el abismo de lo creacional, pero doble también la pureza del ser […] la cual llevaba en sí misma la semilla de la destrucción del mundo, la falta de castidad básica de la existencia (Leff, 2004) Este dualismo se plantea en la actual transición hacia una posmodernidad y en respuesta a esto la antroposofía ambiental busca unificar el significado y el significante, creando otro paradigma: “la epistemología de la complejidad ambiental se abre desde la diferencia indisoluble entre lo Real y lo Simbólico hacia procesos en los que el conocimiento se hace cuerpo y tierra al arraigarse en un territorio e incorporarse en el Ser” (Leff, 2004). 1 Epigénesis; teoría que sostiene que no todo está predeterminado sino que evoluciona y se forma a partir de su interacción con su entorno inmediato. Es decir, la conciencia se forma en el curso del desarrollo como resultado de interacciones entre factores y no de manera predeterminada. 9 Da lugar a nuevas construcciones de razonamiento y entendimiento, un conocimiento del mundo que entienda las contradicciones de un orden económico que busca un crecimiento ilimitado; una racionalidad ambiental que entienda que La degradación ecológica del planeta aparece como la explosión de una verdad ontológica negada por la teoría económica. Con la crisis ambiental, la economía ya no enfrenta problemas de escasez relativa de recursos -aquella que era resuelta por el progreso tecnológico y la apertura de nuevos campos de explotación de la naturaleza- sino una escasez global que no es ‘natural’, sino generada por la destrucción de las condiciones ecológicas de sustentabilidad de la economía global como efecto de los niveles de entropía generados a escala planetaria por el proceso económico: deforestación y pérdida de cobertura vegetal, contaminación del aire, agua, y suelos, calentamiento global (Leff, 2004) 1.2 Marco conceptual La comprensión de la idea concreta del significado y el rol que desempeña el ambiente para el desarrollo de la vida humana sobre el planeta Tierra pareciera ser inalcanzable para una gran parte de la población mundial. Se percibe una enorme incertidumbre del significado tangible, real y concreto del medio ambiente. Cuando hablamos de ambiente o medio ambiente nos referimos al punto de encuentro entre la naturaleza -con sus determinadas maneras de manifestarse – y todas aquellas cuestiones que implica el desarrollo de la vida humana. Está definido como “el conjunto de componentes físicos, químicos, biológicos y sociales capaces de causar efectos directos e indirectos, en un plazo corto o largo, sobre los seres vivos y las actividades humanas”2. Es decir que no hablamos tan solo de un proveedor de materias primas o recursos para la producción y el consumo, ni tampoco del conjunto de elementos bióticos y abióticos que permite el desarrollo de un ecosistema. Hablamos de un sistema (todo depende entre sí) compuesto por factores biológicos, químicos, físicos, fenómenos tales como el clima, la geología, factores sociales y culturales. Un sistema que se ve constantemente modificado por sus factores y asimismo éstos se encuentran interrelacionados. 2 Definición de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente en Estocolmo, 1972 10 La problemática –arraigada a esta descolocación entre lo real y lo simbólico- nace por una parte, debido a la falta de formación del ciudadano, el que no tiene conocimiento de cómo afectan o dejan de afectar sus acciones y por otra parte, la omisión de responsabilidad de parte del Estado (nacional, provincial y municipal) y el sector privado. A esto lo acompaña la hiper-economización, la ausencia de formación en los medios de comunicación, educación incompleta desde tempranas edades, y la falta de normativa que ayude a cumplir con los objetivos ambientales que existen en el país. Es decir, estamos ante una sociedad que en su conjunto desprecia y descuida al ambiente en el que vive. Cabe establecer la diferencia con la ecología, definida por la Real Academia Española como “la ciencia que estudia los seres vivos como los habitantes de un medio, y las relaciones que mantienen entre sí y con su propio medio”. Es decir que mientras la ecología estudia esa relación de manera estrecha, las ciencias del ambiente la estudia también pero de una manera más amplia, considerando el medio ambiente como “el conjunto de factores ecológicos (físicos y biológicos) y culturales (económicos y sociales) que interactúan entre sí” (traducción del término en inglés Enviroment, según la Convención de Estocolmo en 1972). 1.3 Evolución conceptual El reconocimiento del medio ambiente como lo vimos anteriormente no tuvo lugar sino hace pocas décadas. Una creciente toma de conciencia global -acorralada ante la imposibilidad de seguir ignorando la hiperobjetivación moderna- fue expresada a través de organismos internacionales, desde recomendaciones conservacionistas hasta proyectos, desde corto a largo plazo y a considerar la educación ambiental como herramienta primordial, a modo de vehículo de saberes que llevan a valorar el entorno; por ser parte esencial para la supervivencia en el planeta. El movimiento social y político ambientalista adquirió sentido a partir de la década del 60, dándole orden a numerosas ideas que giraban en torno al ambiente y su relación con las actividades humanas. Este movimiento se expandió en todo el mundo, adquiriendo continuamente nuevos conceptos y formando en consecuencia diferentes corrientes del mismo. El “Día de la Tierra” tuvo su primera manifestación en 1970 con 300.000 participantes con diversos antecedentes históricos y sociales. En primera 11 instancia se dio un notorio aumento de problemas urbanos tales como hacinamiento, contaminación, transporte, fragmentación social, inseguridad y migración a la ciudad. Todos estos antecedentes prendieron luces de alerta sobre el deterioro de la calidad de vida en el siglo XX. También coincidía la guerra de Estados Unidos contra Vietnam, primera guerra que se lleva a cabo sin apoyo masivo del pueblo y ataca directamente al ambiente. En respuesta a esto, nace el movimiento hippie, con ideales pacifistas, de armonía con la naturaleza, vida comunitaria y no consumista. Previamente habían influido desastres como Hiroshima o derrames de barcos petroleros y de plataformas petroleras. De la mano del movimiento antinuclear se da la erradicación de muchas plantas nucleares en Europa y se frena el crecimiento de aquellas situadas en Estados Unidos. Impulsado por el contexto, el ambientalismo propone una vuelta a la naturaleza de forma limpia y segura. Las empresas no tardan en declararse verde y lanzar productos “new age” como alimentación sana y vida al aire libre. En 1972 la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano en Estocolmo marca un antes y un después en el desarrollo del concepto medioambiente. El proceso moderno del desarrollo junto a sus normas económicas encuentran su límite en la degradación ecológica y energética, en la que el avance tecnológico no logra responder satisfactoriamente. Asimismo Los límites de crecimiento (Meadows, Meadows, Randers y Behrens, 1972) revela la imposibilidad de un crecimiento sin límites y plantea los límites físicos del planeta tierra para soportar el crecimiento demográfico y la contaminación acumulativa. Por esta misma razón dicha conferencia fue de carácter inclusivo para muchos factores que anteriormente no habían sido considerados de importancia, remarcando la educación como primer escalón sustancial y apelando a la responsabilidad del ser humano, adjudicando al mismo tiempo valor a una potencial “opinión pública bien informada”. En el capítulo primero del informe (Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano, 1972) proclama en tercer término Hoy en día, la capacidad del hombre de transformar lo que lo rodea, utilizada con discernimiento, puede llevar a todos los pueblos los beneficios del desarrollo y ofrecerles la oportunidad de ennoblecer su existencia. Aplicado errónea o imprudentemente, el mismo poder puede causar daños incalculables al ser humano y a su medio Y en primer término El hombre es a la vez obra y artífice del medio que lo rodea, el cual le da el sustento material y le brinda la oportunidad de desarrollarse intelectual, moral, social y 12 espiritualmente. En la larga y tortuosa evolución de la raza humana en este planeta se ha llegado a una etapa en que, gracias a la rápida aceleración de la ciencia y la tecnología, el hombre ha adquirido el poder de transformar, de innumerables maneras y en una escala sin precedentes, cuanto lo rodea. Los dos aspectos del medio humano, el natural y el artificial, son esenciales para el bienestar del hombre y para el goce de los derechos humanos fundamentales, incluso el derecho a la vida misma En 1992 se realiza la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (CNUMAD) en Brasil, conocida como la 'Cumbre para la Tierra'. En ella se admite y observa la relación que existe entre medio ambiente y cuestiones socioeconómicas, de pobreza y desigualdad social. De esta manera, sostiene la importancia de equilibrar necesidades sociales, económicas y ambientales en orden de conseguir resultados sustentables. Se elabora el programa Agenda 21 que legitima, divulga y oficializa las políticas del discurso del desarrollo sustentable. Empero, el mismo sería vulgarizado hasta llegar al lenguaje común y utilizado a merced del vocero según intereses propios, ajenos realmente a la racionalidad ambiental que busca establecerse en esta era. El reconocimiento del concepto y su evolución, tras décadas de historia, trajo consigo distintas áreas de aproximación al ambiente ya sea a través de la ciencia, la militancia o el discurso. Al ser sus términos propensos de confusión surge la necesidad de introducirlos formalmente. 1.4 ¿Ecólogo, ecologista, ambientalista, ambientólogo? La usurpación de términos y el uso erróneo de los mismos de manera viral ha causado confusión en cuanto a la distinción de lo que es científico y de lo que no lo es. A continuación veremos el significado de algunos términos que suelen llevar a confusión. ¿Cómo se denomina a quiénes se dedican a estudiar, cuidar o militar por el ambiente? El ecólogo es un profesional, científico, destinado al estudio de la Ecología. Un ecologista es aquel que defiende y continúa con el Ecologismo; movimiento sociopolítico nacido en Europa en la década del 70 que intenta modificar la realidad social y las relaciones de la sociedad con el ambiente por medio de determinadas acciones políticas de acuerdo a principios ecológicos. 13 Así también difieren los activistas o ambientalistas radicales de los ambientalistas científicos. Definido según la Real Academia Española (de ahora en adelante RAE) como “1.Dicho de un científico: Especializado en el estudio del medio ambiente o 2.Dicho de una persona: que se preocupa por la calidad y la protección del medio ambiente.” (ambientalista) y, por un lado, es “partidario de reformas extremas” (radical) y por el otro “perteneciente o relativo a la ciencia” (científico).Existe una gran discrepancia entre estos dos grupos, basada principalmente en lo que se fundamentan ambos, mientras los primeros lo hacen en la milicia, los segundos lo hacen en la ciencia. Ambos persiguen la recuperación del mundo natural y su conservación, consternados por el deterioro ambiental, desde ópticas y quehaceres diferentes: los une el mismo objeto. En el 2009 se dio inicio a 5 años de trabajo por parte de especialistas en medio ambiente y/o Licenciados en Ciencias Ambientales para que la RAE incluya y reconozca la palabra ambientólogo/a en su diccionario (DRAE). Esta demanda de inclusión fue liderada por la Coordinadora Estatal de Ciencias Ambientales (CECCAA) (que agrupa colegios profesionales, asociaciones y federaciones de ambientólogos y estudiantes de Ciencias Ambientales de toda España). Esta organización justificó en la nota de prensa de la CECCAA en 2009 por las siguientes razones: Más de 10.000 ambientólogos titulados trabajando; más de 30 facultades impartiendo la Licenciatura de Ciencias Ambientales; una titulación oficial con 15 años de historia; una difusión, cada vez más amplia tanto en el campo científico como coloquial; y la existencia del término en otras lenguas oficiales estatales y europeas. Finalmente en el 2014 la RAE incluyó el término “ambientólogo/a” en su diccionario, definiéndolo como “Especialista en el estudio del medio ambiente” estableciendo de este modo la palabra correcta para comenzar a reconocernos. 1.4.1 Evolución de la relación del concepto ambiente y sociedad Cada sociedad posee una forma particular de relacionarse con la naturaleza. Esta relación implica numerosas variables como el recurso que tienen ante sus ojos, la estructura de poder que posee, la tecnología que maneja, etcétera. Obviamente la relación entre ambos conceptos fue transformándose a lo largo del tiempo y culturas, civilizaciones, creencias, tradiciones y ritos. 14 Los ecosistemas del planeta tierra sufrieron una gran alteración con la aparición del hombre. Así también la naturaleza encontró un equilibrio ante la inclusión de esta especie y muchas otras. Sin embargo lo que nos diferencia es la incidencia, la “magnitud de nuestra capacidad para alterar el entorno” (Brailovsky, 2004). Teniendo en cuenta nuestro alcance hoy en día, se podría decir que los cambios en la relación del hombre y la naturaleza previos a la Revolución Industrial no fueron significativos. El impacto del hombre, para su abastecimiento de recursos, a nivel global, era reducido. Por mucho tiempo la idea más cercana a medioambiente fue naturaleza, y el hombre se situó en una posición ajena a ella. El conocimiento era básico y giraba en torno de tres ideas: la naturaleza es un sistema ordenado, el hombre influye sobre la naturaleza y la naturaleza influye sobre el hombre. De esta manera la reconocieron como fuente de recursos y en cuanto apreciaban situaciones inexplicables las catalogaban como misterios o caprichos de la naturaleza, dándole relevancia como vocera de los dioses. Luego, en el “mundo moderno” (s XV a s XVIII) la naturaleza comienza a ser dominada, lo que da inicio a una visión y percepción de un hombre totalmente separado de la naturaleza, en control de esta fuente indefinida de alimentos y materiales. Desde aquí se da el aumento en la utilización de los recursos naturales, marcando el ataque del hombre a la naturaleza, estableciendo este hecho como algo secundario y dándole importancia al enriquecimiento del hombre. La revolución industrial fue el punto de quiebre entre el hombre y la naturaleza; el acontecimiento que marcaría abruptamente el devenir del hombre y la agonía de la naturaleza. La extracción de recursos naturales comienza a ser permanente y masiva y la producción se incrementa de manera abismal. La capacidad del hombre aumenta en cuanto a su expansión sobre la tierra y la intervención sobre los recursos. Se acentúa la división social del trabajo y junto a ella el poder, consagrando el capitalismo como sistema económico. En el romanticismo (s XIX) se torna necesario volver a concebir la naturaleza como algo bello, puro e inocente, y en este contexto nacen las sociedades protectoras de animales, defendiendo la idea de una naturaleza digna de ser protegida, la cual desembocaría en el siglo XX como conservacionismo. A fines del siglo XX comienzan de forma acentuada los movimientos sociales, ecológicos y conservacionistas y aparecen en escena las organizaciones no gubernamentales (ONGs). En 1972 (Estocolmo) se da lugar a la primera reunión mundial de índole medioambiental y así crece por un lado el ambientalismo superficial y por otro el ambientalismo profundo. Finalmente, en 1992 los países se juntan a discutir no temas del ambiente, sino su relación con la sociedad y el desarrollo, en la misma se presenta como obstáculo la “necesidad” 15 de apoyar el crecimiento económico antes que la protección ambiental, para los países desarrollados, y por otro lado las decisiones de tipo coyuntural (lo cual encarna el peor enemigo del medio ambiente) en los países en desarrollo. En este contexto se presenta la posibilidad teórica y política de valorizar (capitalizar) la naturaleza con el fin de internalizar las externalidades ambientales del desarrollo. La economía moderna, que tiende al mundo objeto, domina el orden natural y deja el futuro del hombre en manos de un orden que sólo comprende valores mercantiles, dándole fuerza a la hiper-racionalidad económica y el devenir ambiental. En el anexo se accede a la “Carta del Jefe Seattle al presidente de los Estados Unidos”, que si bien se presume falsa, es de utilidad ya que expone de manera clara un modo de pensar que hoy en día -no necesariamente en su totalidad- podría ser útil para apaciguar esta crisis ambiental, a la vez que rescata ideas y promueve acciones respetuosas hacia la tierra. 1.5 Transversalidad del ambiente En el final de este capítulo se plantean dudas, ideas y preguntas -cimientos sobre los que se basa la sociedad en general- que encontrarán su respuesta o desarrollo a lo largo de todo este trabajo de investigación. Se busca desagrupar todas estas variables, llegar a comprender cada una de ellas y luego agruparlas, formando un todo y dejando de lado el pensamiento lineal para adoptar uno circular, de carácter sistémico. Encontrando así un espacio fiel entre lo real y lo simbólico. Es común que se oiga hablar del medio ambiente de una manera desvinculante a la sociedad que lo compone, educación, estilo de vida, ideologías, costumbres, derechos humanos y desigualdad social, ignorando lo que podría ser su característica más importante; la transversalidad que conlleva la ciencia del medio ambiente. Ahí comienza el problema. Se entiende por transversal a aquello “que se halla o se extiende atravesado de un lado a otro. Que se cruza en dirección perpendicular con aquello de que se trata” (RAE). Algunas variables que atraviesan el medio ambiente pueden apreciarse en la Figura 1: 16 DDHH Figura 1: Conceptos convergentes en el medio ambiente. Elaboración propia. POBREZA EDUCACIÓN AMBIENTAL ESTILO DE VIDA IDEOLOGÍAS COSTUMBRES AMBIENTE Como podemos observar, son conceptos de la vida cotidiana los que convergen con el medio ambiente, entonces ¿Qué impedimento posee el individuo para conocer más abiertamente esta realidad…? Debido a la ausencia de información, de formación o de comunicación en los eslabones del ciclo de la vida humana (ya sea jardín de infantes, colegios, universidades, lugar de trabajo, medios de comunicación, etcétera), estas “variables”, estas “realidades verticales” no se conocen como vinculadas al medio ambiente. El concepto de medio ambiente inculcado fracasó en su tarea de representar lo Real, fue trastocado al encontrarse ante el entendimiento humano; la naturaleza fue desnaturalizada y cosificada ante el progreso. Su organización eco-sistémica y termodinámica (que responde a la ley de entropía) fue desconocida, los factores que la atraviesan se perdieron ante la hiperrealidad del mundo moderno, configurando la misma como simple abastecedora del hombre de materia prima y energía y como recipiente de desechos, como algo que carece de fuerza y respuesta, ignorando su necesidad de equilibrio y sus leyes físicas. Una naturaleza “soporte” del proceso de producción. Sin considerar, por décadas, las consecuencias que la explotación de los recursos y la producción podrían generar sobre este sistema. En lo que hace a la cuestión social, los sectores más desprotegidos y vulnerables suelen ser los más afectados ante el daño ambiental, aquellas personas sin acceso a la 17 educación, salud y vivienda suelen vivir entre basurales y beber agua contaminada (Brailovsky, 2004). En cuanto a los derechos humanos ¿Hay diferencias entre matar a una persona a balazos, que a través de sustancias tóxicas, provocando enfermedades terminales? (Brailovsky, 2004). ¿Por qué nos asombramos al ver aumentar el flujo de refugiados climáticos y económicos cuando nos rehusamos a comprometernos concretamente para ayudarlos? (Jean Val, 2016). ¿Se puede hablar realmente de libertad si las estrategias de poder influyen constantemente sobre las formas de conocimiento? Al tratar sobre la urgencia de una educación, información y comunicación ambiental: ¿Qué es el medio ambiente? ¿Cómo están vinculadas nuestras acciones con la opaca realidad ambiental? ¿Qué modalidades afectan el medio ambiente? ¿Cómo se puede lograr la resignificación del ambiente? Educación para el consumo: ¿Cómo alimenta nuestro estilo de vida la crisis ambiental? ¿Cómo es el ciclo de producción y consumo? ¿A qué responde el capitalismo? ¿Es la sustentabilidad una variable a la hora de consumir? Todas estas cuestiones serán tratadas a lo largo de esta investigación. El ambiente es un medio envolvente ya que protagoniza todo aquello que es creado y desarrollado en este planeta, la mayoría de las acciones de los seres humanos repercuten en él. Por esta misma razón se debe abandonar la forma de pensar en el ambiente como una línea (de flujo) recta que no trae repercusiones sobre sí mismo y comenzar a concebirlo como un ciclo en el que ningún factor deja de tener efectos sobre el todo. Una vez comprendido esto, se deberá modificar la Figura 1 hacia esta forma circular sistémica o de sistema abierto: 18 Modelo económico Educación ambiental DDHH Costumbres, ideologías Estilo de vida Pobreza Figura 2: El medio ambiente como un sistema circular abierto. Elaboración propia. En este gráfico la “respiración” del medio ambiente, es decir el mecanismo con el cual interactúa y se mantiene “vivo” es naturalmente circular. Por ejemplo, la producción y consumo lo atraviesa [ida] y en torno a este círculo vicioso los recursos son explotados, extrayendo así materia prima que debe procesarse para obtener el producto deseado, generando residuos (ya sea en la adquisición, fabricación, distribución, mantenimiento o fin de vida útil) que, muchas veces, no tienen el correcto tratamiento [vuelta]. Se genera así contaminación de suelos, aire y agua, asociada a numerosas enfermedades, entre tantos otros impactos negativos. El medio ambiente nos demanda comprender de manera urgente su transversalidad. Como afirman Novo y Elizalde (2007): 19 Para comprender la crisis ambiental que hoy vive el planeta es imprescindible sumergirse en ella con interrogantes acerca de las raíces de nuestro pensamiento, indagando en la génesis de los modelos que Occidente ha expandido por todo el mundo De otra manera estaríamos situados en este universo como seres que existen por su mera capacidad de respirar sin preguntarse siquiera como es que funciona aquello sobre lo que están parados. El pensamiento ambiental recupera la dialéctica (para Bookchin, capacidad para aprender la potencialidad del ser) como herramienta para indagar en esta problemática y resignificar la naturaleza, contribuyendo a la racionalidad ambiental Por dialéctica se entienden los intentos de dar sentido a las contradicciones. Esos intentos varían según se quiera dar sentido a las palabras de un discurso o a los hechos de una oposición. Varían según se piense en las contradicciones de la vida, de la historia humana, de una civilización de un sistema social, de un modo de producción y dominación, de un estado o un régimen político. La búsqueda dialéctica se centra en encontrar el sentido de un discurso, de un texto y su contexto, o de la vida y la historia de la modernidad, el capitalismo, el socialismo, el comunismo, la democracia, realmente existentes y alternativos. El sentido se busca en las contradicciones presentes y entre contradicciones con historia, pasado y futuro, desentrañadas desde el andar y el luchar […] La dialéctica varía […] según se dé importancia o no a las interacciones de los actores como interdefiniciones de unos actores por otros en los hechos y los conceptos; esto es, según se postule o no que es imposible comprenderse a uno mismo sin considerar las relaciones con el otro, según se acepte o rechace que uno se define en parte porque el otro lo redefine a uno o lo obliga a redefinirse, y uno obliga al otro, hasta sin querer, a que se redefina (González Casanova, 2004:215-216) (Leff, 2004) Empero, la dialéctica encuentra sus limitaciones al encontrarse con la praxis, aquella que supera al conocimiento en su eficacia, que lo trasciende. Aquí nos encontramos con la necesidad de crear un conocimiento del mundo que sostenga una relación estrecha y real entre el pensamiento y la acción. Una vez presentadas las cuestiones sobre las que este trabajo busca indagar y defiende como imprescindibles para entender la causa -a la vista de muchos“indirecta” del presente ambiental, en el próximo capítulo se continuará por exponer los complejos factores que protagonizan la problemática realidad ambiental. 20 Capítulo 2: Lo Real y su búsqueda de significado En este capítulo veremos la importancia de establecer de manera clara el por qué y cómo se relacionan nuestro estilo de vida con la problemática ambiental. De esta forma se intenta contribuir a la formación de un conocimiento que nos permitirá cambiar nuestro estilo de vida y sobre todo nos permitirá reflexionar y fundar un conocimiento más acertado de la realidad, una visión que actualmente se encuentra en segundo plano y que generalmente ni los medios ni el estado, ni las organizaciones sociales y civiles luchan para que se conozca. Algunas de las preguntas que intentaremos responder son: ¿Qué acciones son las que repercuten y cuáles son sus consecuencias en el medio(ambiente) y por consecuencia en nuestra salud?, ¿Cómo afecta nuestra vida diaria al medioambiente?, ¿Cómo repercute la desarticulación entre lo real y el objeto en nuestra percepción de la crisis moderna? ¿De qué manera se vincula el sistema económico convencional y el estilo de vida moderno con la pobreza y la desigualdad social? 2.1 Producción y consumo: un sistema insostenible Existe una gran distancia que separa a la sociedad de una consciencia fuerte y nutrida. La realidad; pocos se detiene a pensar cómo llegan las cosas a las tiendas y analizan con inteligencia si realmente necesitan o no lo que están comprando. El valor de la cosa es percibido únicamente como monetario, dejando detrás el valor real de la mercancía; aquel que responde a cómo se extrajo la materia prima, es decir si fue de manera sustentable o no, si replantaron árboles o se dejó atrás áreas deforestadas, residuos tóxicos sin tratar, aguas con metales o cualquier otro tipo de contaminación, las condiciones laborales de los trabajadores, etc. y a la calidad del producto (vida útil, duración, obsolencia). Se puede decir que, en parte, esto se debe a la racionalidad predicada por la economía convencional, aquella que ignora o niega su condición, su inmersión, su coexistencia con la biósfera, los ecosistemas. A esto -que es tan solo la teoría de la vida cotidiana- se complementa la falta de racionalidad ambiental, es decir, comprender que los patrones de consumo y el estilo de vida están vinculados a la degradación ambiental, la inequidad y la salud; la crisis humanitaria moderna. Crear nuevos modos de entendimiento que respondan al vacío intelectual moderno -entre el 21 objeto y la realidad detrás de él, entre la acción y las consecuencias, entre el pensamiento y la praxis- , que resignifique el valor y el significado de las cosas y que encarne una cultura ambiental de convivencia con la otredad3 es la fuerza que busca combatir esta realidad aplastante, es el otro camino a emprender en la bifurcación moderna entre lo propio y lo otro. Es decir, seguir alimentando una racionalidad de crecimiento económico ilimitado a costo de los ecosistemas y las personas (especialmente aquellas que viven en condiciones de carencia), seguir alimentando una forma de vida insostenible y valores vacíos, agotar los recursos sin pensar en las generaciones por venir, o encarnar un cambio hacia una redistribución justa, una forma de vida consciente, y luchar contra un sistema que no está en armonía con la naturaleza. Es necesario replantear la “realidad” y cuestionar a qué responden nuestros valores, acciones y pensamientos; nuestro estilo de vida. Las características del mundo moderno no están a la deriva sin ninguna razón; la sociedad moderna responde ciegamente al orden económico, la hiper-racionalidad y a la dominancia del mundo objeto (materialismo) todo ello encarnado en el capitalismo: la idea de progreso moderno, el desarrollo tecnológico y un crecimiento económico que no tiene meta final (aunque sí límites físicos del planeta que responden a la ley de entropía); todo a costo del planeta tierra, la salud y una sociedad dual. En la construcción histórica de la economía se pueden hallar respuestas a la desvalorización del valor junto a la sobre-objetivación de la realidad. Leff (2004) afirma: Los economistas de todas las escuelas han firmado el acta de defunción de la teoría del valor4 como el principio que habría de asentar el proceso de producción en un sustento objetivo y en una sustancia material, ya sea en las fuerzas de la naturaleza o la potencia del trabajo. Sin este anclaje en lo real, el proceso económico ha quedado determinado por las leyes ciegas del mercado, subjetivado en el interés individual, guiado por el espíritu empresarial, y sostenido por el potencial tecnológico que, convertidos en principios de una ciencia económica, han legitimado una racionalidad desvinculada de las condiciones ecológicas de la producción, de un juicio moral sobre la distribución de la riqueza y de las formas de significación cultural de la naturaleza 3 Otredad del sistema económico: crisis ambiental. De los patrones de consumo y el estilo de vida: contaminación e inequidad. De las estrategias de poder: división de poderes e inequidad. De la ignorancia: el abandono. De los medios masivos de comunicación: manipulación. 4 Tiempo de trabajo socialmente necesario requerido para la producción de una mercancía 22 Anteriormente, el continuo progreso tecnológico hizo variar la productividad de la fuerza de trabajo y creó problemas teóricos y prácticos a la hora de aplicar la teoría de valor a la continua innovación técnica. La misma encontró sus limitaciones dentro de su racionalidad teórica, siendo el trabajo manual directo reemplazado -a lo largo de la historia- por el trabajo intelectual indirecto en la producción de mercancías. Para Marx, un valor se puede producir siempre y cuando exista una demanda de uso y una utilidad. Sin embargo en el modo de producción capitalista “tanto la oferta como la demanda son producto de la dinámica de la acumulación capitalista”, sometiendo la naturaleza y la materia no a los fines del hombre, sino a la lógica del capital (Leff, 2004). Esta es la construcción histórica y teórica de la economía que terminó por externalizar la naturaleza del concepto de valor, considerando la misma base de los procesos materiales, sin asumir las consecuencias que tendrían los actos del hombre sobre el sistema natural, y generando al mismo tiempo sobre-objetivación de la materia. De esta manera, el hombre pierde su visión natural para darle lugar a una productiva. Se marca profundamente una confusión entre el objeto y lo natural, entre el mundo objeto y simbólico, alimentado por una visión simplista entre naturaleza y el absoluto de la existencia. Las leyes económicas dejan de fundarse en el tiempo de trabajo para formarse en la propiedad privada del poder de conocimiento científico y avances tecnológicos y en la apropiación de la naturaleza. La producción capitalista no sólo somete a la naturaleza a normas de producción, leyes económicas y lógicas monetarias, sino que además, no valora los bienes y servicios de los cuales se apropia. En torno a esto, que forma parte del contexto en el cual nacemos, la humanidad se sumerge ciegamente en un abismo de sentido y valor, donde las finalidades parecen desvanecer y un anhelo resalta entre todos; el que tiende a la expansión del sistema económico, y el ser humano, como careciente de decisión continúa abasteciendo deseos inconmensurables en una vida sin rumbo, en la que el signo monetario levita sin responder a lo real y manipula a la humanidad en un mundo sobre-economizado y sobreobjetivizado. Una idea de progreso que guió al hombre a una crisis ambiental, que encarna la resistencia a este paradigma inconcebible considerando los límites entrópicos del planeta. Este ambiente marginado representa la otra parte del proceso de producción y la ambición de poder, de una racionalidad tecnológica y económica. El valor de las cosas y su significado simbólico se pierde en su valor monetario ante el razonamiento económico del hombre. El valor de algo no es representado 23 lealmente por su precio. Sino, una suma de variables, como ser lo que fue necesario para la concepción de esa cosa, desde la explotación de recursos que proveyó la materia prima, la manera física de transporte en que llegó a su destino, su utilidad, su durabilidad, y el posible tratamiento luego de su vida útil. La racionalidad ambiental trae consigo la comprensión de que todo está arraigado en principio y fin a la naturaleza como sistema que provee o sustenta según sus capacidades; la misma necesita un equilibrio, tiene fuerzas de manifestación y respuesta, y no debe ser considerada al servicio del hombre y como objeto del mismo, ya que es independiente, posee un límite físico en la ley de entropía y repercute social y culturalmente. La racionalidad ambiental busca la resignificación de esta naturaleza que hace mucho tiempo fue separada de su orden simbólico y menospreciada por la economía convencional, la que moldea la vida de los hombres. Leonard (2010) analiza el ciclo de producción, consumo y desecho de las cosas que utilizamos en nuestra vida diaria, al respecto afirma: No cuestiono el consumo en abstracto, sino el consumismo y el hiperconsumismo. Si el consumo significa adquirir y usar bienes y servicios para satisfacer las necesidades propias, el consumismo es una relación particular con el consumo en la cual buscamos satisfacer nuestras necesidades emocionales y sociales haciendo compras, a la vez que demostramos y definimos nuestra autoestima mediante las COSAS que poseemos. Y el hiperconsumismo es tomar muchos más recursos de los que necesitamos y el planeta puede sostener, como es el caso en la mayor parte de Estados Unidos y en cada vez más países La polaridad en la forma de pensar del hombre, crea una brecha entre dos maneras de interpretar la realidad, creyéndolas opuestas. La crítica al consumismo se percibe de orden liberal. Acompañado con pensamientos tales como “Si está en contra del consumismo, ¿de dónde saca esa remera?” o… “¿entonces por qué tiene celular?” Se puede llegar a un razonamiento -lejos de ser una epifanía- que alega la posibilidad de consumir sin ser consumistas. Es claro que cualquier ser humano necesita consumir para vivir, y también que más allá de las necesidades básicas que cubren las compras diarias, también hay un consumo extra. Pero el consumismo está vinculado con el exceso, con perder de vista la necesidad y vagar en góndolas de cosas que realmente no se necesitan. El marketing, a diferencia de lo que dice nuestro instinto, trabaja constantemente para 24 convencernos de que no podemos prescindir de aquellas cosas, que lo único que acaban haciendo es afirmar nuestra cultura material. La continua expansión de la producción que demanda una creciente acumulación de consumo, es creado en parte por manipulación ideológica. El libre albedrío del consumidor es absorbido, redirigido e influenciado por grandes marcas y empresas y su capacidad de dirigir el consumo, reemplazando la necesidad por el deseo y perdiendo la lógica funcional de los objetos (Rodriguez, 2014). Las tácticas más conocidas son obsolescencia programada y percibida. La primera es el diseño, fabricación y programación del fin de la vida útil de un producto, con el propósito que, luego de un período de tiempo calculado, el objeto se torne obsoleto u inservible; beneficiando así al fabricante que incita al consumidor adquirir otro, provocando un consumo excesivo. La segunda se basa en el deseo o la percepción del individuo de adquirir un nuevo producto y desechar el que aún es útil, siendo objeto de una manipulación ideológica continua por parte del marketing moderno y los medios de comunicación. Resulta inquietante que no exista una política educativa pública que advierta cómo afecta este consumo a la problemática de desechos, el adelgazamiento de la capa de ozono y el calentamiento global; educación ambiental que le dé significado a las acciones individuales y que alerte a la sociedad de que el camino emprendido se choca con los límites del planeta tierra. ¿No se trataría de un derecho? Ante esta actualidad nace la necesidad de por una parte, leyes que defiendan la integridad del consumidor y controle a las grandes empresas (nuevas y leales defensas al derecho del consumidor, considerando factores de manipulación ideológica) y por otra parte, formación del ciudadano en esta temática; racionalidad ambiental. Leonard (2010) especifica en su libro una lista de la cantidad de planetas que se necesitarían, en términos de biocapacidad (definida como la capacidad de un área específica biológicamente productiva de generar un abastecimiento regular de recursos renovables y de absorber los desechos resultantes de su consumo), si globalizaran patrones de consumo de nueve diferentes naciones (Figura 3): 25 Biocapacidad del planeta Tierra y estilo de vida 6 5,4 5 4,2 4 3,1 3 2,5 2,2 2 1,4 1 1 1 1 1 1 1,2 1 1,1 1 1 1 0,4 0 Estados Unidos Canadá Inglaterra Alemania Italia Planetas necesarios Sudáfrica Argentina Costa Rica India Planeta Tierra Figura 3: Cantidad de planetas por país que serían necesarios (en términos de biocapacidad) si se globalizasen patrones de consumo. Fuente: adaptado de Leonard, A (2010). El nuevo conocimiento del mundo que integra la racionalidad ambiental necesita de una sociedad que se detenga a comprender lo que sucede; cada individuo es protagonista de esta historia y estas cifras no dejan de ser números; es necesario atravesarlos (superar el mundo concepto/teoría) y ver una realidad. Cuestionar las bases ideológicas y teóricas que avalan tal crecimiento económico destruyendo la naturaleza y la cultura. Gritar la necesidad de un presente sustentable La vuelta al ser y la transición hacia un futuro sustentable están tensadas por una diferencia real: el hiperconsumo, que regido por la ley de la demanda a través de la manipulación del deseo sigue remitiendo al imperativo de la ganancia y a la necesidad de producción, de la explotación del trabajo, de la expoliación de la naturaleza, de la contaminación del ambiente; de una pobreza que no alcanza a esconder su rostro (Leff, 2004) Entender que tan solo somos individuos encabezando algo (que para muchos aún es una incógnita) pero que irremediablemente es una realidad atada a actos y consecuencias, con responsabilidades individuales y grupales. El modelo de producción y comercialización de productos debe ser replanteado. Como así también la demanda de la sociedad, que al mismo tiempo influye en el mismo. 26 Al cierre de la cursada de la carrera se presentó la habilidad para ampliar la percepción, y la capacidad de analizar el presente para luego compararlo con el pasado, sus formas de vida y de comprensión de la realidad. La humanidad no siempre se guió por estos órdenes; anterior a la preeminencia del Mundo Objeto en la modernidad, el orden simbólico no estaba reprimido. Fuentes de sabiduría históricas han conformado parte de las culturas de todo el mundo a través de los siglos, renunciando al materialismo y abrazando la simpleza como manera de vivir: Tabla 1 Creencias culturales históricas Fuente de sabiduría Valores culturales Budistas “Pero quienquiera que en este mundo vence el vasto deseo, tan difícil de doblegar, sus penas lo abandonarán como el agua se desliza por la hoja del loto” (Dhammapada, 336) Cristianos “Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo y perdiere su alma?” (San Marcos, 8:36) Confucianos “Tanto el exceso como la deficiencia son erróneos” (Confucio, XI. 15) Hindúes “Aquél que vive completamente libre de deseos, sin anhelos […] alcanza la paz” (Bhagavad Gita, II.71) Khali Gibran “En verdad os digo que la concupiscencia de comodidad mata la pasión del alma, y luego acompaña entre muecas y risas el funeral” (El profeta) Islámicos “La mejor riqueza consiste en renunciar a los deseos desmesurados” (Imán Alí A.S.) Judíos “No me den pobreza ni riquezas” (Proverbios, 30:8) Teología de la Liberación “Es por ello que la pobreza del pobre no es un llamado a una acción generosa que la alivie, sino exigencia de construcción de un orden social distinto” (Gustavo Gutiérrez) 27 Pueblos Originarios de América “Por muy míseros que nos vean tus ojos, nos consideramos […] mucho más felices que tú, puesto que estamos muy contentos con lo poco que tenemos” (tradicional) Shakers “La simpleza es un don” (anciano Joseph Brackett) Taoístas “Es rico el que sabe que tiene suficiente” (Tao Te King) Thoreau “Un hombre es rico en proporción a la cantidad de cosas que puede permitirse dejar atrás” (Walden) Nota: Fuentes de sabiduría históricas. Adaptado de Leonard, A (2010). En estas citas el deseo es percibido como obstáculo a la hora de alcanzar plenitud. Sostienen que vencer este deseo “tan difícil de doblegar” otorga paz y alivia las penas (Khali Gibran, Budistas, Hindúes, Cristianos). Muchas de ellas también coinciden al vincular la riqueza tanto con desistir al deseo (Islámicos, Pueblos Originarios de América, Thoreau) como con atesorar la simpleza (Pueblos Originarios de Amércia, Shakers, Taoistas. Thoreau). Las palabras procedentes a los pueblos judíos y a Confucio son las más generales y persiguen un punto medio de equilibrio entre la deficiencia y el exceso. A diferencia de la cultura moderna, estas fuentes históricas no viven el materialismo para alcanzar una satisfacción personal, sino que por contrario, encuentran paz en la simpleza y en la renuncia a los deseos desmesurados. Los resultados de tales vivencias se plasman en la Figura 3 presentada anteriormente; en el que Estados Unidos precisaba para el 2010 de 4,5 planetas para mantener sus patrones de consumo e India de 0,4. 28 2.2 Contaminación Para empezar, partamos de la base que la idea de contaminación global y popular no está directamente relacionada con nuestros patrones de consumo, nuestro estilo de vida y nuestro accionar diario. ¿A qué se debe esto?, ¿Estará detrás del pueblo sin educación o intencionalmente mal educado un interés oculto de los grupos de poder, disfrazando persecución de lucro económico y empoderamiento con necesidad? En la teoría económica del siglo XIX y XX la naturaleza no contribuía a la formación de valor, es decir, los servicios ambientales así como sus recursos se consideraban gratuitos e ilimitados. Aún así el paradigma económico fue legitimado. La concepción de economía arrastra el grave error de no considerar el agotamiento de los recursos, las externalidades (que por cierto, aun en el intento de incluirlas poseen un factor irreversible e incierto), la distribución a generaciones futuras, la repartición de recursos equitativa, y la posibilidad de la tierra de tratar residuos naturalmente. Es claro que estamos inmersos en un sistema incompatible con el orden natural (vida) cuando es posible verificar la destrucción ecológica y humana que conlleva el mismo sistema que nos rige, y advertir que aquello puede continuar sin suponer una crisis del capitalismo. La economía ecológica encarna una crítica profunda a esta ciencia económica tradicional. Martinez Alier (1996) explica la economía ecológica, a diferencia de la economía ambiental como Una revisión a fondo, quizás un ataque destructivo, contra la ciencia económica, ya que llega a la conclusión de que los elementos de la economía son inconmensurables, destruye pues la teoría de valor económica, […] y propone que la ciencia económica no sea sólo una ‘crematística’ (el estudio de formación de los precios) sino también […] el estudio del aprovisionamiento material y energético de las comunidades humanas, es decir, ecología humana Mientras la economía convencional deja de lado el marco ecosistémico del desarrollo económico, la economía ecológica estudia el “flujo antrópico de energía y de materiales, que atraviesa la economía. Estudia sistemas energéticos de la humanidad” (Martinez Alier, 1996). En un marco histórico de entendimiento en que la modernidad posee un lenguaje hiperracional y la epistemología busca verdades objetivas, Georgescu-Roegen ofrece respuestas al límite del planeta tierra basadas en las leyes de la termodinámica, que 29 encarnan la incompatibilidad entre la vida en el planeta tierra y un crecimiento económico eterno, que representa el orden económico actual. Él se convierte en el progenitor de esta economía ecológica gracias a la publicación en 1972 de su libro The entropy law and the economic process. En el “presenta la economía como un flujo entrópico pero dentro de un sistema abierto a la entrada de energía ya que la tierra recibe energía solar del exterior y la sociedad humana revela un desarrollo constante de organización y complejidad (Grinevald, 1987)” (Alier, 1996). Es decir que vincula la segunda ley de la termodinámica (la ley de entropía, que rige la degradación de la materia y la energía en todo proceso productivo) con el proceso económico, el agotamiento de los recursos, la producción de desechos y la capacidad del mercado de valorar las externalidades (que presentan un riesgo incierto). De esta manera, establece un límite físico a la racionalidad económica convencional de crecimiento ilimitado y el fin de su desentendimiento con la energía externa adicional (que no consideraba necesaria). La imposibilidad de mantener esta racionalidad económica que requiere una constante expansión de la producción, que disocia economía y naturaleza, se hace visible ante la degradación ambiental, la pérdida de biodiversidad y de fertilidad de la tierra, el adelgazamiento de la capa de ozono; todo se manifiesta en el calentamiento global que representa la degradación entrópica del proceso productivo. La economía moderna; totalitaria, inflexible y dominante, apodera la crisis ambiental; en ella se funda el ‘progreso’ moderno. Compulsión al consumo, sobre-economización (que responde únicamente a un código mercantil y monetario), acumulación de poder, inequidad, sobre-objetivación de la realidad; no representa únicamente a la perdida de la humanidad de la cultura moderna y del sentido; representa una sociedad que desbordando la lógica ambiental se encamina a un fin de manera indiferente. La base primera del deterioro ambiental –y humano- pareciera abducido del cerebro humano. Las estrategias de poder implícitas en la modernidad han logrado disimular las causas de la degradación; y aún peor que disimularlo, han logrado crear una perfecta simulación cotidiana de un modelo económico correcto y sostenible. Resulta “confuso” que, aun conociendo empíricamente las consecuencias del modelo económico y el estilo de vida y la racionalidad moderna, los medios continúen por promoverlo constantemente, y el estado no interfiera con una concientización general. Se trata de los límites físicos del planeta tierra, se trata de desastres ecológicos que repercuten 30 socialmente y lo harán cada vez de una manera más desastrosa a partir del calentamiento global. Se hace presente en esta instancia el problema de conocimiento, lo que conforma un desafío para la educación ambiental; darle significado al vacío entre lo real y el concepto. Sería necesario reunificar la división entre acciones y consecuencias, y entre el pensamiento y el hacer. También inculcar que no todo puede ser representado o valorado con un valor monetario -el patrón unitario de medidas de la cultura moderna-. El ciudadano corriente no tiene fuentes de información ambiental significativas o fácil acceso a una educación ambiental integrada a estilo de vida, lo que deberá ser estratégicamente planificado y presentado por el estado. Cada persona influye y genera un impacto sobre el ambiente. Luego se observa la responsabilidad de las organizaciones, cualquiera sea su forma, privadas, publicas, con o sin fines de lucro, mixtas, formales, informales, que tienen un impacto en el ambiente, ya sea positivo o negativo. Empero, todas estas organizaciones están formadas en primera instancia por individuos. Justamente es este el punto en que reside el trabajo; en el empoderamiento del individuo a través del conocimiento, de la racionalidad ambiental que concibe nuevos mundos de conocimiento, para lograr un cambio en nuestra cultura, valores y formas de comprensión de la realidad, que a su vez influenciará en tomas de decisiones en organizaciones que repercuten de manera significativa en el ambiente por medio de una nueva forma de racionalidad individual (y grupal) acompañada de forma paralela con medidas gubernamentales e institucionales. Sin embargo, no todo se podrá resolver ante el orden normativo o tecnológico. La racionalidad económica tendrá que ser replanteada y los intereses deberán ser confrontados para darle lugar a una nueva racionalidad que tenga en cuenta las posibilidades ecológicas y sociales en el proceso productivo, fundada en valores sustentables, directamente vinculados a los derechos humanos, la ética y normas jurídicas. Una racionalidad que logra reunificar la teoría con su objeto, a través de una desconstrucción de la cultura moderna. Si hablamos de una influencia en el ambiente, ya sea por parte de una organización o un individuo, nos referimos a un impacto ambiental. El mismo no es necesariamente negativo; un impacto siempre existe, que sea positivo o negativo, o más uno que otro, depende de determinadas variables. Y muchas veces es difícil de cuantificar. Por eso la necesidad de poder discernir (en algunos casos) individualmente uno de otro. Por ejemplo, el consumo es aceptable ya que es necesario para abastecer necesidades básicas 31 de alimentación, salud y vestimenta. El hiperconsumo, dirigido por el orden material del Mundo Objeto y las estrategias de marketing para generar determinados estados anímicos o por el mero hecho de poder/querer comprar algo y no necesitar comprar, ignora los límites del planeta que implican la sobreexplotación de recursos, residuos generados y la contaminación asociada al ciclo de vida del producto (extracción y procesado de materias primas, fabricación y manufactura, embalaje y distribución, utilización y mantenimiento, fin de vida) y por lo tanto insostenido en el tiempo e inconmensurable con los límites físicos del planeta tierra. No existe una ecuación matemática que especifique los límites del accionar propio. Generar residuos es normal, pero queda en el individuo moderar la cantidad, reutilizar cosas y separar en origen, hacer compost, o no. Exigir planeamientos municipales sobre bicisendas, regular el uso de combustibles fósiles, exigir a las organizaciones un buen trato para con el medioambiente y respuesta a las externalidades ambientales, información transparente, de fácil acceso y divulgación de aquellos productos “amigables” con el ambiente. Dar valor a variables sustentables, promover valores ambientales y no quedarse con lo que los medios de comunicación tildan como importante es decisión propia. Como podemos observar, el medio ambiente está constituido por muchas variables, lo que le adjudica cierta complejidad. Son numerosas las líneas de acción requeridas para alcanzar un buen trato ambiental. Se trata de exigir con urgencia y posicionar en primer plano la necesidad de quehaceres ambientales que lleven a una relación sociedad-naturaleza equilibrada. En seguir tolerando la relación que el hombre mantiene con el medioambiente o no, hacer algo o no, reside el punto de inflexión actual para el futuro del hombre. El tiempo de esperar medidas de la coyuntura de tinte político se acabó; es época de empoderamiento individual. El concepto de ambigüedad que tratamos anteriormente también se extiende hacia los efectos de la contaminación en la salud, siendo generalmente difícil y propio de incertidumbre establecer una relación precisa entre salud y medioambiente. No siempre se dispone de sistemas de control y vigilancia que permitan valorar y conocer el alcance de los riesgos. La toxicidad de los elementos depende de la dosis: “Sólo la dosis diferencia un tóxico de un medicamento” (Paracelso). Es decir que algunas sustancias ambientales no son peligrosas si están por debajo de X nivel. Sin embargo, algunas sustancias sí son peligrosas aún por debajo de los niveles establecidos. A continuación se desarrollará en 32 profundidad la toxicidad de las sustancias vinculada a la salud y el medio ambiente, haciendo hincapié en los sectores más vulnerables. 2.2.1 Toxicidad En orden de entender la próxima sección, a continuación se presenta un breve resumen sobre la toxicidad basada en la información de la Agencia para Sustancias Tóxicas y el registro de Enfermedades (ATSDR) de Estados Unidos. El grado en que una sustancia es venenosa o puede causar una lesión está dado por su toxicidad. Esta depende de distintos factores como la dosis, duración y ruta de exposición -que puede ser por inhalación, ingestión, absorción o contacto directo- con la sustancia química. También depende de factores humanos individuales y la estructura de la sustancia química misma. Mientras el término “tóxico” se utiliza para aquellas sustancias tóxicas que son derivadas o producidas por la actividad humana, “toxina” se utiliza para sustancias tóxicas producidas naturalmente, es decir de origen microbiano (como bacterias u otras plantas o animales diminutos), vegetal o químico sintético. Por ejemplo, el arsénico es un metal tóxico que está presente en las aguas subterráneas como un contaminante natural o que contamina las aguas subterráneas como resultado de las actividades industriales; en el primer caso se denomina toxina y en el segundo tóxico. La toxicidad se manifiesta cada vez que una sustancia entra en contacto con una superficie corporal. El campo de la toxicología es amplio y en la vida cotidiana constantemente se está expuesto a los riesgos que implican:  La toxicología ambiental estudia las sustancias que contaminan el agua, suelos, atmósfera y alimentos y la forma en que afectan a los humanos, las plantas y los  animales. La toxicología industrial está destinada a eliminar los riesgos en el lugar de trabajo (cada año hay 350.000 casos nuevos de enfermedades producidas por  sustancias químicas industriales y entre 50.000 y 70.000 muertes). Luego existe la toxicología reglamentaria que establece normas de exposición “sin riesgos”. 33  También contamos con la toxicología de alimentos que concierne el estudio de los aditivos que se utilizan para modificar los alimentos en orden de abastecer alimentos seguros y comestibles a los consumidores. También determinan el nivel de ingesta diaria admisible para sustancias toxicas como pesticidas (cultivos) y  plomo, arsénico y cadmio (presentes en el suelo y agua y absorbidos por plantas). Finalmente la toxicología clínica analiza enfermedades y afecciones. 34 Tabla 2 Agentes tóxicos Clasificación de los agentes tóxicos Metales pesados Solventes y vapores El potencial que tienen para producir efectos en la salud depende del uso que las personas hagan de ellos. Estos efectos se pueden dar por medio del aumento de las concentraciones de los metales pesados en el aire, el agua, suelo y los alimentos, y por modificación de la estructura de la sustancia química. Los solventes son compuestos orgánicos. Se pueden encontrar en diluyentes, pegamentos, limpiadores, gasolinas, tintas, marcadores permanentes, barnices, aerosoles y cuero, entre otros. Casi todas las personas están expuestas a los solventes. Cada vez que se evaporan, los vapores también representan una amenaza para la población expuesta. También hay que considerar que deterioran la capa de ozono permitiendo un mayor ingreso de radiación UV Radiación y materiales radioactivos La radiación es la emisión, propagación y transferencia de energía en cualquier medio en forma de ondas electromagnéticas o partículas. Las personas están expuestas a diario tanto a la radiación de origen natural o humano (la exposición humana a la radiación proviene también de fuentes artificiales que van desde la generación de energía nuclear hasta el uso médico). Dioxinas y furanos Descubierta originalmente como un contaminante en el herbicida Agente Naranja. Es también un derivado del procesamiento del cloro en las industrias productoras de papel. Pesticidas Agente físico químico o biológico utilizadas para evitar, destruir repeler o mitigar plagas. Toxinas vegetales Las plantas pueden contener en distintas partes diferentes concentraciones de sustancias tóxicas. Toxinas animales Emisiones venenosas o tóxicas que liberan los animales. Nota. Adaptado de Agencia para Sustancias Tóxicas y el registro de Enfermedades. 35 2.3 Salud y medioambiente A continuación se explican los puntos considerados más relevantes (para el fin de este trabajo) de un artículo publicado en la Revista Española de Salud Pública por Vargas Marcos5, con el objetivo de adquirir un conocimiento leal del vínculo entre la salud, los factores ambientales y desarrollo. En países industrializados un 20% de la incidencia total de enfermedades puede atribuirse a factores medioambientales tales como contaminación de aire interno y externo, agua y saneamiento y sustancias y preparados químicos. Un aumento de cáncer en la piel (provocado por exposición al sol en un %90 de los casos), cataratas y alteraciones del sistema inmunitario están vinculadas con el adelgazamiento de la capa de ozono y la exposición a radiaciones ultravioletas. Enfermedades respiratorias, asmas y alergias (las que han aumentado en las últimas décadas) están asociadas con la contaminación del aire interno y externo. El vínculo que existe entre salud y contaminación atmosférica está siendo cada día más entendida; protagonizada por agentes ambientales tales como óxido de nitrógeno y azufre, las partículas en suspensión, ozono, metales, compuestos orgánicos volátiles e hidrocarburos. Por otro lado, la exposición de ruidos conlleva numerosos efectos dañinos tal como trastorno de sueño, estrés, irritabilidad y trastornos auditivos y cardiovasculares. A la vez, enfermedades tales como leucemia y cáncer, quemaduras y lesiones radiológicas son provocadas por radiaciones ionizantes. La exposición a sustancias y preparados químicos peligrosos, el uso de biocidas y plaguicidas fitosanitarios, las sustancias CMR (carcinógenas, mutágenas y tóxicas para la reproducción), los COV (compuestos orgánicos volátiles), las sustancias PBT (persistentes bioacumulables y tóxicas), las dioxinas y furanos, los PCB, los retardantes de llama y los alteradores endocrinos representan amenazas que deben ser objeto de 5 Vargas Marcos, F. (2005). La contaminación ambiental como factor determinante de la salud. Revista Española de Salud Pública, 79(2), 117-127. 36 medidas de evaluación, y de reducción y control del riesgo tal y como se establecen en sus respectivas legislaciones (Vargas, 2005) Estudios recientes demostraron que el cambio climático vinculado a la salud incide sobre un aumento de morbimortalidad por olas de calor –dependiendo la vulnerabilidad del país al cambio climático- las que, en los próximos tiempos pueden aumentar en frecuencia e intensidad. También trae asociado un aumento de la contaminación y “la implantación de vectores subtropicales adaptados a sobrevivir en climas cálidos y más secos, lo que podrá aumentar la incidencia de enfermedades como el dengue, enfermedad del Nilo Occidental, malaria y encefalitis transmitida por garrapatas” (Vargas, 2005). En cuanto a las enfermedades transmitidas por consumo de agua –producidas por agentes microbiológicos y químicos- y contaminación de agua, se presenta una gran dificultad al querer vincularlo con las enfermedades ya que los efectos son a mediano o largo plazo (enfermedades de tipo degenerativas) y resulta difícil establecer relaciones de causalidad: El problema emergente en nuestro entorno son las enfermedades causadas por contaminantes químicos, ya sea por contaminación del agua en origen o bien debido a las características químicas del abastecimiento, por los materiales instalados en contacto con el agua de consumo, por las sustancias formadas como subproductos de reacción por la utilización de tratamientos químicos necesarios para la potabilización del agua, o por el mal mantenimiento o diseño de las instalaciones (Vargas, 2005) Nitratos, plaguicidas, plomo y otros metales, arsénico, floruro y boro son algunos de los químicos que tienden a causar problemas de salud en el agua. 37 Tabla 3 Evidencias de asociación entre enfermedades candidatas y categorías de contaminantes y/o factores de exposición ambiental Clases Principales de Peligros Medioambientales Contaminación Atmosférica b Contaminación en el Hogar cd Laboral c Medioambiental Comp. Org. Volátiles Comp. Org. Persistentes Pesticidas a Metales Disruptores endocrinos a Químicos √ √+ √+ √+ Contaminación del Agua b Enfermedades candidatas Enfermedades Respiratorias √ Asma √ EPOC √+ √ √ √ √ √ √ √ √ √ √ √+ √ √+ √+ √+ √ √+ √ √+ √+ √+ Trastorno de aprendizaje √+ √ √ Diabetes √ Enfermedades de corazón y √ Consecuencias Reproductivas Cáncer Dermatitis √+ Desarrollo Neuronal Autismo e √ √ √ √+ √+ √+ derrame cerebral 38 Trastornos de Auto inmunidad Lupus √ Esclerosis Múltiple √ Enfermedades del Riñón √+ √+ Enfermedades Neurológicas Alzheimer √ √ √ Parkinson √ √ √ Envenenamiento por Plomo √+ √+ √+ Posibles Enfermedades a causa del Medioambiente Sensibilidad a Múltiples √ √ √ √ Agentes Químicos f Síndrome de Fatiga Crónica g Notas. Los puntos marcados indican consecuencias específicas que son motivo de preocupación dentro de la categoría de enfermedades candidatas. Las enfermedades no marcadas pueden incluir consecuencias múltiples (ej.: el cáncer incluye todos los cánceres específicos): √ Denota evidencia que sugiere una posible asociación entre la categoría de agentes químicos y consecuencias sanitarias. √+ Denota evidencia fuerte de la asociación entre la categoría de agentes químicos y el resultados sanitario. a. Excluye el DDT y sus subproductos. Excluye PCB y dioxinas. Estos compuestos están incluidos en COP. b. Excluye riesgos de categorías contaminantes previamente identificadas. Por ejemplo la posible evidencia de riesgo de cáncer en el agua es un resultado de la cloración. El riesgo de cáncer de vejiga por arsénico en agua está indicado en metales. c. Se podrían incluir riesgos de categorías anteriormente identificadas de: d. Incluye el radón. e. El autismo se identifica como prioritario del seguimiento debido a que los investigadores hacen hipótesis en cuanto a que las exposiciones medioambientales durante el embarazo podrían interactuar con factores genéticos para causar o contribuir al autismo (véase London 2000) f. Sensibilidad a Múltiples Agentes Químicos no está reconocida ampliamente como un estado de salud definitivo por lo que se considera una potencial medioambiental. g. El nexo de unión con factores medioambientales es limitado 39 Nota. Fuente: Vargas Marcos, F. (2005). La contaminación ambiental como factor determinante de la salud. Algunas personas son más vulnerables y susceptibles que otras, lo que hace de la respuesta a los agentes ambientales algo relativo. A diferencia del repetitivo razonamiento basado en la ausencia de enfermedad como prueba de una contaminación no significativa o de bajo alcance a la salud, la susceptibilidad individual Describe las diferencias en los tipos de respuestas a las sustancias peligrosas entre las personas. Cada persona es única y, por ello, la respuesta a la exposición difiere en gran medida. La exposición puede no tener efecto alguno en una persona, mientras que puede producir enfermedad grave en una segunda persona y cáncer en una tercera (ATSDR) El riesgo a enfermar también se puede ver aumentado gracias a una combinación de factores simultáneos y se ve influenciado por el contexto social, alimentación, actividad física, ambiente laboral y hábitos como ser el tabaco y alcohol, entre otros. El avance del hombre que implica el paso del tiempo, trae consigo nuevos riesgos como por ejemplo aquellos que conllevan los alteradores endocrinos, la exposición a campos electromagnéticos, los organismos genéticamente modificados, y todos los mencionados previamente. Surge de este modo la necesidad de una respuesta tecnológica, normativa, social y racional ante este peligro, previniendo e identificando los riesgos asociados. Contando con el apoyo del estado como instrumento jurídico, las organizaciones y los medios como recurso de formación para el ciudadano y una sociedad fundada en una racionalidad ambiental. También con educación ambiental obligatoria que trae temas de esta índole; logrando así mayor control y cierta reducción sobre el impacto humano negativo sobre el planeta, estableciendo de manera clara y sin incertidumbres la relación entre salud y medio ambiente. También hay que señalar la relación entre las condiciones sociales, la pobreza, el desempleo y las desigualdades sociales con la salud humana. Esta situación se ve agravada por la creciente aparición de nuevos problemas […] que requieren una mayor participación en la identificación de peligros, en el control de los riesgos para la salud humana asociados al medio ambiente por parte de todas las partes implicadas: las autoridades, la Universidad, los medios de comunicación social, los partidos políticos, las ONGs y la sociedad (Vargas, 2005) A continuación veremos un claro caso relacionado a lo mencionado. 40 2.4 Sociedad dual Existen grandes diferencias sociales las cuales se manifiestan en condiciones ambientales que viven ricos y pobres. Hay dualidad entre lujo y miseria; exceso de agua, y por otra parte carencia. ¿Qué relación existe entre pobreza y medioambiente? A medida que crecen las ciudades aumenta la cantidad de residuos (¿Qué pasa con ellos… desaparecen?), las viviendas son construidas en valles de inundación, o en áreas peligrosas cercanas a plantas industriales con emisiones tóxicas, o construidas sobre basura, sin cloacas o desagües. Tanto la degradación ambiental como socioambiental caracterizan el resultado de la ecuación económica mundial (pérdida de fertilidad de suelos, marginación social, desnutrición, miseria extrema, pobreza). Dualidad; por un lado agua estancada, pérdida de fertilidad de suelos, marginación social, desnutrición, pobreza extrema, basura estancada, contaminación estancada, salud estancada, personas estancadas; y por el otro, planeamiento estancado, consciencia estancada, conocimiento estancado, acción estancada y responsabilidades olvidadas. Sin agua corriente, sin luz, sin acceso a la red de gas natural y rodeados de basura. Así viven en la Argentina 1 de cada 10 personas que reside en los grandes conglomerados urbanos. Al menos 2.993.151 habitantes viven en asentamientos informales (Rocha, 2016) En las últimas dos décadas el número de villas y barrios de emergencia se triplicó (informe del Registro Público de Villas y Asentamientos). Y la vida sigue surgiendo ahí, entre desechos tóxicos. Aun así, ante esta realidad, la relación que existe con el sistema capitalista de expansión de producción y empoderamiento de unos pocos, consumo, derroche, reciclaje, estilo de vida y consumismo parece todavía no ser evidente. El foco ambiental continúa siendo postergado en la cultura moderna; planos de acción parecen no estar conectados. La realidad rebalsa el concepto. El factor medioambiental no es considerado al tratar sobre pobreza y desigualdad y tampoco tomado en cuenta como forma de sufrimiento social. Como vimos anteriormente el concepto de medioambiente implica cierta ambigüedad. Lo mismo pasa con los factores que lo atraviesan. La percepción sobre la contaminación es variada y esto lo podemos entender a través del 41 trabajo de Auyero y Swistun (2007) en la Villa Inflamable, el cual utilizaremos por el resto del capítulo para hundirnos en el tema. Una parte significativa del crecimiento de las villas en Buenos Aires avanzó sobre la altamente contaminada rivera del Riachuelo. […] Según la Organización Panamericana de la Salud, este río ‘recibe grandes cantidades de metales pesados y compuestos orgánicos provenientes de la descarga industrial’. Toneladas de desechos tóxicos, solventes diluidos (arrojados por frigoríficos, industrias químicas, curtiembres y hogares), así como también plomo y cadmio son tirados al curso muerto del Riachuelo de manera consuetudinaria El agua contaminada que consumen las personas posee parásitos y bacterias que, dependiendo las condiciones, ocasiona distintas enfermedades o síntomas tal como parasitosis, enfermedades respiratorias, gastrointestinales, diarrea, bronquitis, anginas y neumonía. Casi todas las ciudades del mundo poseen villas que viven en, sobre y entre contaminación; Villa Inflamable está ubicada en la ribera sur de la boca del Riachuelo, en el partido de Avellaneda, adyacente a el Polo Petroquímico y Puerto Dock Sud y contiene altas concentraciones de arsénico, cadmio, cromo, mercurio y fenoles, y lo más importante para su estudio de caso: plomo. El trabajo trata sobre la incertidumbre tóxica. Los habitantes de Villa Inflamable viven rodeados de ratas, olor a podrido, basura; contaminación, no sólo externa en callessectores donde los niños juegan al fútbol y los patios de las casas- sino que la contaminación también se encuentra en lo más interno de ellos. "Esto era una laguna. La rellenamos con todo tipo de materiales, cemento, escombros, cosas negras. Pagamos 5 pesos por camión". Muchas veces las viviendas se construyen sobre desechos tóxicos que se encuentran entre los materiales para rellenar o elevar terrenos. Un estudio epidemiológico financiado por la agencia de cooperación internacional de Japón demostró que los niños expuestos a la actividad industrial petroquímica en inflamable están expuestos al cromo ("peligroso contaminante del aire", EPA), benceno (compuesto orgánico cancerígeno sin umbrales seguras de exposición) y tolueno (con el sistema nervioso central como el blanco preferido para su acción tóxica). Pero es el plomo lo que caracteriza a los niños de inflamable: 50% de ellos poseen un porcentaje en sangre arriba de lo normal; dolores de cabeza, síntomas neurológicos, problemas con el aprendizaje, hiperactividad, problemas dermatológicos como infecciones en la piel, erupciones, alergias y problemas respiratorios. 42 Las actividades industriales actuales y pasadas son responsables de esta contaminación: Shell (planta de refinería de petróleo más importante cuando se escribió Inflamable), DAPSA, plantas de almacenamiento de combustibles y derivados del petróleo (Petrobras, Repsol-ypf y petrolera cono sur), varias plantas que almacenan productos químicos (TAGSA, Antivari, dow química , solvay indupa, materia, orvol, cooperativa Vdb y pamsa ) una planta que fabrica productos químicos (meranol) y una planta termoeléctrica central Dock sud). A los habitantes les es difícil entender que el material que les venden para rellenar terreno, el polo, Tri-Eco (entre los incineradores más grandes del país) y Shell -que para ese entonces desarrollaba estrategias que se podrían considerar como responsabilidad social y estaban "comprometidos" con la gentesean peligrosos, no vinculan pequeños accidentes como escapes, incendios o derrames a la calidad de agua, suelo y aire. A diferencia de otras comunidades contaminadas, con Inflamable la contaminación viene hace muchas décadas, desde 1930 cuando familias se instalaron en el barrio y utilizaron "toda clase de venenos" para rellenar tierras bajas, desde que Shell se instaló en 1931 (y forzaron a una familia a mudarse, echo que ‘casualmente’ se vincula con residentes afroamericanos en Estados Unidos que también se vieron obligados a relocalizarse por Shell) y otras compañías que se instalaron a partir de 1958: La acumulación del desecho sólido en un basural de la ciudad representa una de esas externalidades negativas. Esa tierra tiene poco o ningún valor económico y, por lo tanto, está abierta a una ocupación "temporaria" por parte de familias de migrantes sin otro lugar a donde ir. Esos asentamientos producen riesgos enormes para los residentes por enfermedad, por la contaminación del agua aire y suelo y por el probable colapso del propio basural Para aproximarse de una manera más real a esta situación, los autores nos traen el testimonio de la familia Romero. Claudia vive desde 1987 en Villa Inflamable, 24 años (para el momento en que se escribió el libro), casada, 4 hijos. Julián de 5 años nació con una marca en la cabeza, luego empezó a tener convulsiones y a partir de una tomografía los médicos indicaron que esa marca también afecta su cerebro. Su hija Sofía tiene problemas de aprendizaje y nació con una pierna más corta, los médicos aseguran que pudo haber sido causa del plomo. Claudia misma tiene síntomas: calambres, sangrado de nariz, dolores de cabeza y dolor en todo el cuerpo. 43 Mi hermana puede pagar los test porque su marido trabaja en Shell. Ella supo que tenía niveles altos de plomo cuando estaba embarazada [...] Pero ella no está haciendo nada al respecto. No se hace ningún tratamiento porque eso le causaría problemas a su marido que trabaja en Shell. Si ellos se llegaran a enterar que ella se hizo el análisis, el perderá el su trabajo Y el problema se extiende a lo largo de muchas familias más. El trabajo sobre Inflamable rompe todos los mitos y demuestra la confusión tóxica que convive con los habitantes del lugar a través de entrevistas y diálogos que plasman en el mismo. Rompe con la monótona percepción sobre el alcance y los efectos de la contaminación. Las creencias de los habitantes de Inflamable fluctúan entre creer que no existe tal efecto pernicioso en la salud, que Shell no es una fuente de contaminación o que la contaminación se limita sólo al sector más carenciado del barrio, hasta ideas opuestas. Personas que usan su buena salud para negar o cuestionar los efectos de la contaminación hasta personas que saben que a pesar de tener buena salud, los individuos reaccionan de distinta manera a un tóxico. “Una forma de pensar y vivir la contaminación es conocer su existencia pero negar su seriedad”. Muchos habitantes –tanto dentro y fuera de Inflamable- creen erróneamente en el absolutismo de la contaminación, es decir, o es blanco, o es negro, aún no saben si están contaminados porque no se han hecho un análisis. “La contaminación tóxica es ‘inherentemente incierta’ (Edelstein 2004). Las exposiciones pasadas del cuerpo, la relación dosis-respuesta, los efectos sinérgicos y la ambigüedad etiológica, todos contribuyen al problema de la ambigüedad tanto en la toxicología como en la epidemiología (Brown, Kroll-Smith y Gunter 2000)”. Mediante este capítulo se pretende dar a conocer, de una manera más “humana”, intentando evitar la fatalidad de lo teórico (ya que a veces de la hoja de papel al día a día hay un espacio casi infinito), la relación que implica la vida con el medio ambiente y las consecuencias en cada cuerpo. Los medios masivos de comunicación no le dan importancia a como el consumo y el derroche (hipereconomización de la modernidad) se vinculan, por ejemplo, a la edificación sobre residuos y sustancias tóxicas en barrios vulnerables y sobre todo como se expande la brecha entre las condiciones ambientales de vida en esta dualidad. Una educación sobre reducción de consumo para alcanzar reducción de residuos por ejemplo, no es de interés para un sistema que se basa en siempre seguir comprando, el cual irónicamente es inculcado por un país cuyo presidente niega el cambio climático. 44 La dificultad a la hora de cuantificar o comprobar el daño que se puede generar en y a través del medio ambiente, y el carácter global (que no respeta fronteras) del mismo genera una cierta ventaja para la minoría que controla las estrategias de poder y evitan hacerse responsables o tomar riendas de acción acerca de esta temática, y una desventaja a la hora de elaborar leyes o medidas que impliquen acciones con el fin de controlar esta crisis. La temática ambiental aún posee (¿o es conveniente para algunos que siga poseyendo?) cierto grado de ambigüedad y por esa misma razón se renueva la necesidad de conocer la relación que posee con la salud, el estilo de vida, la inequidad, las acciones cotidianas y las consecuencias que esto produce. Georgescu-Roegen es enemigo de quienes profesan la fe del crecimiento económico y del progreso tecnológico que les permite sacar del orden del día el problema de la distribución actual de los bienes entre ricos y pobres, y también el problema del reparto intergeneracional de recursos escasos y de contaminantes y el problema del impacto destructivo humano sobre otras especies (Martinez Alier, 1996) También nosotros nos adherimos a la causa de Georgescu-Roegen, y sumamos a la lista a los medios de comunicación, instituciones y estados que prosiguen por ignorar su responsabilidad en la degradación ambiental y humana que ellos mismos alimentan, en gran parte, día a día. En el siguiente capítulo se dispondrá a analizar la cosmovisión que existe, acompaña y permite en cierta forma esta actualidad. 45 Capítulo 3: Adversidad del poder. Percepción En orden de entender y modificar positivamente el presente, se hace necesario conocer el pasado y comprender el contexto histórico en el que se vive. Por esta razón este capítulo intenta explicar el contexto mental, cultural y social en el que sucede la existencia humana moderna, lo que da lugar a esta realidad ambiental. Lentamente nos cuestionamos la forma de ver las cosas: ¿Por qué tenemos esta percepción de la realidad?, ¿Estuvo influenciada esta percepción?, ¿Fuimos víctimas o partidarios de esta degradada realidad? Con el fin de promover la toma de decisiones de manera libre (alejado de ideas externas impuestas), se busca alcanzar cierto grado de consciencia, de autoanálisis. De este modo nace tanto una necesidad como responsabilidad de elaborar una dura crítica a la sociedad actual, a su estilo de vida, a su sistema de valores, principios y de relacionarlos de manera vital con el paradigma actual. 3.1 Paradigma En tiempos de crisis es esencial entender el presente para construir el futuro. Nuestra actual crisis ambiental debe ser comprendida y estudiada desde varios aspectos. Entender la cosmovisión y el paradigma actual es uno de ellos. PARADIGMA del Griego Paradeima: Modelo, Tipo, Ejemplo. El filósofo Thomas Kuhn fue el encargado de renovar el significado del término, otorgándole una nueva dimensión a su definición y abundantes conceptos relacionados a él. Si bien fue un medio y no el fin de su trabajo, es interesante detenernos a pensar en este concepto que afortunadamente es debatido por numerosos autores a partir de su libro La estructura de las revoluciones científicas, publicado en 1962. En él habla de paradigmas como “logros científicos universalmente aceptados que durante algún tiempo suministran modelos de problemas y soluciones a una comunidad de profesionales” (Briceño, 2009). Los paradigmas son, por consiguiente, los “lentes” o perspectiva a través de los cuales entenderemos nuestro presente y en parte los responsables de la “fórmula” que utilizamos para destacar problemas, establecerlos como relevantes y tratar de resolverlos. Comprendida la lógica que propone Kuhn se podría decir que el organismo con poder de una comunidad impone de manera implícita los “modelos de problemas” o la perspectiva con la que se “entiende” el presente y los asuntos que se desean resolver 46 ya que de cierta forma los muestran como relevantes. Es decir que en definitiva es el poder global, nacional o municipal el encargado de mostrar la problemática ambiental como primordial o al menos señalarla para que la comunidad la note y encarne. Delimitando la definición de Kuhn a su lado más científico, las teorías que la comunidad científica universal acepte y adopte como legítimas, son las que determinan el camino a encabezar. Esto implica la necesidad de un vínculo productivo entre la comunidad científica y las problemáticas ambientales, junto al respaldo y acompañamiento de los medios y actores sociales para hacerlos “notables” ante toda la comunidad. Es imprescindible advertir la relevancia y el poder que poseen en este sentido el estado, las organizaciones y los medios de comunicación a la hora de influenciar o sostener un paradigma o formas de percepción determinadas de la realidad, modelando el lado simbólico de la misma a su gusto. Debido a la falta de interés general por parte de estos organismos a contribuir con la problemática socioambiental moderna, surge la urgencia de recurrir al individuo y actores sociales libres del mal postmoderno, para generar el vínculo entre los conocimientos y lo real, y formar a los ciudadanos con valores ambientales que respondan a una racionalidad ambiental que encarne la imposibilidad de contribuir a un sistema que responde únicamente al orden económico. Esta hipereconomización deja de lado culturas -que no responden al todo que la globalización busca deformar- y niega la naturaleza al ignorar las posibilidades reales de los ecosistemas de contribuir a la producción que el ser humano sostiene. Es la consciencia ambiental, es decir la capacidad de pensar con una nueva racionalidad al ambiente y de dirigir el poder del conocimiento, aquélla que encamina al hombre a un cambio de paradigma. Es la lucha por la consciencia ambiental, ecológica y humana la que ofrece la posibilidad de sanar el vacío de la sociedad moderna. Es aquella que trae esperanza y motivación para exigir un presente más justo para aquellos que son dejados de lado y un equilibrado trato con el medio ambiente pensado en sus capacidades y posibilidades de producción, dejando de lado la ambición económica que caracteriza la globalización. Todo cambio de paradigma, como fue el reconocimiento de derechos de las personas negras, el fin de la esclavitud o la actual lucha por los derechos de la mujeres implica un enfrentamiento, y en este caso es por una toma de consciencia por lo Otro y no por los pocos. La consciencia ambiental, así como la lucha por la igualdad de género, se inserta día a día -gracias a las personas que trabajan por difundir su magnitud y trascendencia- en la racionalidad actual. 47 El mayor obstáculo de estas luchas-representado por la resistencia del orden actual-por trascender a otro paradigma (diferente, diverso) se hace presente ya que el trasfondo de las mismas colisiona profundamente con el poder económico e ideológico actual que si bien es dominante, no representa ni beneficia a la mayoría. 3.2 Presente A-Existencial ¿Cómo llegamos a este punto? Una duda que equívocamente se puede llegar a considerar “existencial” transcurrida la primera parte del siglo XXI. La cosmovisión actual (es decir el modo de ver e interpretar la realidad) es dominada por patrones de materialismo, consumismo, violencia, egocentrismo, ambición poder e inequidad. La hipereconomización actual, que responde al orden monetario, y el enfoque mecanicista del proyecto moderno han ocasionado una acelerada degradación ambiental y la marginación de la sociedad. La pérdida del significado de los conceptos ha generado una realidad que objetiviza las cosas hasta dejarlas sin significado “vivo”; aislado de su real. De esta manera se ha generado un presente a-existencial, un devenir que no estaba implícito en la mera existencia del hombre sino que es antinatura, obra y artífice de sí mismo. Habrá que cuestionar la educación recibida desde temprana edad y reflexionar acerca de la cultura inculcada (de derroche, entre tantas otras cosas) en orden de analizar el presente. ¿En qué momento fue tal la ceguera que no se percibieron tan atroces realidades como consecuencia del modo de vida? Hubo y hay un vacío inmenso en nuestra cultura, hubo y hay un vacío inmenso en nuestra sociedad, en nuestro pensar, en nuestra vida: una abstracción de consecuencias que prevalece en nuestro modo de actuar y pensar relacionado estrechamente con nuestro estilo de vida. Dicho de otra manera, el famoso “causa – efecto”. Se dificulta generar una conexión entre el saber y la información con la realidad. La teoría presenta dificultad, en cierto aspecto, con la aproximación a lo tangible de lo real, es decir la posibilidad de percibirla de forma clara y precisa. En el año 2015 realicé una visita a una cooperativa en la CEAMSE (Coordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado), Partido General San Martín, 48 reconocida “República de los cirujas”. El Complejo Ambiental Norte III del CEAMSE recibía en el 2016 14.000 toneladas provenientes de 27 partidos bonaerenses y de la capital, siendo el vertedero de América del Sur en el que se entierran más toneladas (Rocha, 2016). Esta cooperativa se encargaba de clasificar los residuos sólidos urbanos para su recuperación y reciclaje. Lógicamente al llegar se encuentra basura, pero la cantidad es lo que parece irreal; montañas de bolsas, cartón, y cualquier otro desperdicio que quepa en la imaginación. La llegada de camiones de basura es motivo de contento, y aún mejor aquellos residuos separados en origen ya que traen trabajo y, a veces, almuerzos. El romántico cuento del reciclado que circula habitualmente resulta ser lo opuesto a romántico: un retrato de la cultura moderna, caracterizado por la falta de consciencia y la dualidad; derroche masivo por un lado, y por el otro, carencia, necesidades básicas insatisfechas. Compra, uso y descarte y un destino final desconocido. ¿Cuánto falta para lograr ver y pensar más allá de las acciones cotidianas? Consumismo, derroche, sobreexplotación de recursos, contaminación, inequidad; es la línea de flujo lineal actual. Y por esta razón existe la necesidad -es decir que no puede ser de otra manera- de conseguir un desarrollo (no crecimiento económico) que sea sustentable en el tiempo, y para las generaciones venideras, considerando los límites de los ecosistemas y del planeta tierra, construyendo una sociedad que posea consciencia ambiental, y una racionalidad que permita discernir entre un estilo de vida circular y uno lineal, ideas impuestas e ideas internas, sustentabilidad y sostenibilidad. Toda esta forma de conocimiento implica la revalorización de lo Otro, que fue dejado de lado en la globalización; inequidad, desastres “naturales”, adelgazamiento de la capa de ozono, pérdida de biodiversidad, contaminación aérea, terrestre y marítima y en la salud, calentamiento global son el contraste del capitalismo; hipereconomización, empoderamiento de pocos, omisión de controles ambientales y abandono de responsabilidades de actores sociales tal como los medios de comunicación. La educación es la que representa la posibilidad de introducir la consciencia ambiental en un marco de acción. En el cual consumir de manera responsable, reducir la cantidad de basura, reutilizar, reciclar, transformar en eficiente el consumo de energía, disminuir el consumo de agua y cuidar nuestros recursos es simplemente una parte. Trabajar en esta nueva cultura ambiental y comprender el significado de cada acción diaria y lo que ella implica es el verdadero desafío, comenzar a pensar de manera circular, manteniendo siempre los 49 tres pilares de un desarrollo consciente: ambiental, social y económico, comprender que están interrelacionados en su totalidad y continuamente en movimiento. 3.3 Fal(s/t)a consciencia Esta falta de conciencia ambiental hoy se presenta en muchos lugares del mundo y en Argentina, especialmente. Se hace evidente la falta de información, de formación, de educación, de participación y de concientización de las sociedades modernas en cuanto a esa carencia. El crítico estado ambiental está inevitablemente vinculado y sustentado por la crisis cultural que atraviesa la humanidad. La falta –no necesariamente ausencia- de un conocimiento ambiental contribuye cotidianamente a la realidad actual. La modernidad que avanza hacia una postmodernidad se haya conformada por un orden económico y tecnológico que moldea y redirige el presente a su merced, apresando la diversidad de las transversalidades de la vida bajo su propia forma. La globalización trajo consigo un destructor deseo de “unificar”, homogeneizar al mundo y junto a la epistemología, que también busca una verdad objetiva y universal, han terminado por quitarle significado a las cosas. El significado simbólico flota en el purgatorio de la modernidad allí donde es inalcanzable para los vivos. ¿Qué implica, por ejemplo, arrojar una colilla de cigarrillo, un papel o un chicle a la vereda? Para ciudadanos sin formación o conocimiento, puede implicar simplemente un residuo más en la calle, algo que va a desaparecer con el tiempo o que será recolectado por alguien. Por otro lado, quien tenga una mera consciencia ambiental, entiende que la acción mencionada no implica simplemente más residuos en la vía pública, sino que es resultado de una falta de conocimiento ambiental, una ausencia de racionalidad ambiental. El mundo material, conceptual y teórico ha terminado por absorber hasta lo más simple y tangible de la realidad. El nexo entre la información, el conocimiento y la acción parecen haberse olvidado. Por otra parte, la crisis ambiental es percibida con dos cargas opuestas ¿está presente o no está? ¿Ha comenzado o es el fin y nada puede hacerse? ¿Es fácilmente percibida o es difícil de reducirla a indicadores cotidianos? ¿Se puede hacer algo o está todo perdido? Esta polaridad contribuye a la pérdida de identidad del 50 ciudadano como rol activo en el ambiente. La hiperrealidad alcanza su clímax en la modernidad, dejando un vacío entre el concepto y la realidad y creando a su imagen un conocimiento que carece de la capacidad de comprender lo real; una falsa consciencia. Esta dualidad entre la teoría y la realidad, el concepto y su falta de significado real, ve sus inicios en lo que Baudrillard considera los principios de la era de la simulación, que surge a partir de la desvalorización del valor El principio de realidad coincidía con una determinada fase de la ley del valor. Hoy todo el sistema se tambalea en la indeterminación, toda realidad es absorbida por la hiperrealidad del código y de la simulación. Es el principio de simulación el que nos rige ahora, en lugar del antiguo principio de realidad. Las finalidades han desaparecido; somos generados por modelos. No hay ideología; sólo hay simulacros. Para aprehender la hegemonía y la hechicería del actual sistema –de la revolución estructural del valor-, debemos restituir toda la genealogía de la ley del valor y de los simulacros (Baudrillard, 1976) (Leff, 2004) El ser humano pierde y olvida su consciencia en un contexto en que las formas de percibir la realidad se construyen socialmente, a través del aprendizaje del concepto sin su significado real, sin vida, aislado; y a raíz de esto, se empodera la crisis ambiental: La “verdad incómoda” del cambio climático, el incremento de fenómenos de desigualdad entre norte y sur (ricos y pobres), el aumento del fundamentalismo político y religioso asociado a la carrera armamentista (especialmente nuclear y bioquímica), y las actuaciones especulativas de las grandes bolsas de valores (que han llevado al mundo a la actual crisis financiera global con desequilibrios macroeconómicos y pérdida de millones de empleos), amenazan la igualdad, la paz social y el medio ambiente, generando un problema público de miedo social al futuro […] (Leakey y Lewin, 1997) (Mora, 2009) Empero, lentamente la sociedad observa que la hipereconomización actual ya no logra abastecer ciertas esencias o valores. El código monetario pierde su careta ante la inequidad, la degradación ecológica y el establecimiento del vacío en el sentido del ser humano; la crisis ambiental desborda al materialismo y la superficialidad cultural moderna, exponiendo un orden económico y una división de poderes incompatible con la sustentabilidad del planeta tierra. Día a día se reivindica la urgencia en la necesidad de formar a la sociedad sobre esta temática que está interrelacionada con todas las disciplinas y repercute en cada acción 51 llevada a cabo. Antes que cualquier empresa, antes que cualquier asociación, antes que una ONG, antes que un gobierno, se encuentra el individuo. Y una de las problemáticas ambientales se encuentra allí; en la falsa o falta de la formación ambiental de cada individuo, que a su vez, repercutirá inevitablemente en la sociedad de la que forma parte. Por ejemplo, el consumo excesivo habitual o cotidiano de una persona (incentivado diariamente por los medios masivos de comunicación y las formas de expresión culturales) lleva a un derroche –masivo- que luego desemboca en una mala gestión de residuos, por ejemplo basurales a cielo abierto sobre los que se forman asentamientos humanos y donde se termina por contaminar el suelo y el agua, transmitiendo enfermedades a los niños y a los habitantes de lugar. Así también, el aire funciona como portador de la contaminación, contribuyendo al calentamiento global, el efecto invernadero, la pérdida de la biodiversidad, etcétera. Empero, la formación del individuo con educación ambiental no será suficiente, así como tampoco serán suficiente normas y medidas legislativas si no se trata el problema de trasfondo, que se alimenta de las formas de conocimiento del mundo, las racionalidades actuales, los métodos de comprensión que le dan coherencia a la realidad. 3.4 De educación a omnipresencia ambiental Se convirtió tan importante el estudio de especialidades que se dio importancia a promover aisladamente cada una: Marketing, economía, abogacía, biología, recursos humanos, gastronomía, ecología, climatología, geología. Formando gente que sabe mucho sobre un área reducida. En general, se incomunican las ciencias sociales de las naturales y se prosigue a aislar objetos de investigación. Todo esto lleva inevitablemente a la pérdida de identidad del sujeto como integrante activo en el ambiente, desentendiendo de esta manera el papel que le concierne. El estudio de esta carrera me permitió comprender todas aquellas variables, conceptos o formas de comprensión que a mi forma de ver carecían de lógica o razonamiento. El estudio de Ciencias Ambientales le dio sentido a todo aquello que faltaba conectar, de todos los significados que flotaban sin sentido en nuestro país, en nuestro continente, en el mundo. La crisis ambiental no existe meramente como crisis ecológica, en lo más profundo de ella se alberga la esencia del deterioro, del abandono 52 humano, del egoísmo, la ambición; la crisis humanitaria. Se alimenta y muta un grave error de las formas de conocimiento de la modernidad: entre la realidad y los conceptos, el saber y el hacer. La pérdida de conexión entre saberes, entre ciencias; antropología, economía, psicología, biología, filosofía, química, poesía, meteorología (y tantas otras más), todas presentadas aisladas en el estudio… ¡pero qué juntas conviven día a día! El estudio del medio ambiente presenta la posibilidad de volver a llenar el vacío. Ese vacío que no existía cuando éramos pequeños. Entre lo que sabemos y lo que es, lo que nos mienten y la verdad (al menos una más acertada que la mentira), entre el estudio y el placer, entre la vida y la teoría. Encarna una forma de conocimiento armoniosa entre todo tipo de saberes y lo más importante, entre el ser y la realidad terrenal. Vale la pena presentar una reflexión de Etcheverry (2009), referente de la educación Argentina, a partir del significado que Hesíodo (poeta griego) le adjudica a la educación: lo aprendido tiene que ver no sólo con lo que las cosas son, sino también con las relaciones que se establecen entre ellas. Ambos elementos resultan imprescindibles para entender, para saber; en suma, para construir una visión personal del mundo. Hasta la hoy tan desprestigiada memoria ocupa una posición importante en el aprendizaje, porque lo que se consigue saber y las relaciones que se logran establecer entre las cosas deben poder ser recordadas para aplicar ese conocimiento a otras situaciones y, sobre todo, para conseguir identificar nuevas relaciones entre cosas y hechos que parecen no tener nada en común. La inteligencia reside, en gran medida, en descubrir esos vínculos que antes nadie vio […] En su expresión más simple, la educación nos devela el repertorio de nuestras posibilidades. No sólo nos deja el conocimiento -también el conocimiento- sino, sobre todo, la intuición de cómo opera el mundo y de cómo somos en tanto humanos, es decir, de las posibilidades con las que contamos para desarrollar nuestra vida. Aunque no nos dediquemos a la matemática, aprenderla nos deja una marca indeleble en la manera en que razonamos. Conocer la lengua nos proporciona una llave maestra para comunicarnos y para describir el mundo, y hasta para imaginar otros mundos. Adquirir cierto sentido del devenir histórico nos proporciona una dimensión de trascendencia. Adentrarnos en la intimidad de los organismos vivos nos hace más humildes al descubrir nuestra propia vulnerabilidad. Resulta difícil leer esto y no relacionarlo con lo que trae este trabajo. "La educación ayuda a la persona a aprender a ser lo que es capaz de ser": esta es la definición de Hesíodo. La educación, el conocimiento, la racionalidad y la consciencia que acepta 53 al ambiente como su principio y como su fin, ofrece la potencialidad del ser y de la vida junto a una naturaleza respetada, cuidada. Enseña a los seres humanos la oportunidad de trabajar por otra realidad, otro paradigma, en que la consciencia ambiental sea la que le da coherencia a los procesos de interpretación y a los proyectos sociales y políticos. Independiente de tener o no una especialización en el ambiente, es necesario que la racionalidad ambiental sea la base sobre la que operan todas las personas, se planifique el proyecto de civilización y se comprenda el valor de las cosas. A partir del ambiente debe surgir la interpretación de la vida misma. Si se prosigue por aislar los tipos de conocimiento, la realidad no será más que la representación de ese deseo, no se podrá escapar a la muerte que concibe la separación de dos cosas que deben estar juntas. Si no cambiamos nuestra forma de interpretar la realidad y de comprender los conceptos, todos los intentos políticos para apaciguar la crisis como la aplicación de leyes, normas, multas, impuestos y políticas ambientales, o el intento por internalizar las externalidades estarán lejos de ser suficiente. El cambio que requiere la problemática ambiental se haya en lo más profundo de sus raíces; en las formas modernas de percibir, interpretar y transformar la realidad. Mientras el ambiente se siga negando como base y posibilidad del desarrollo humano, la humanidad proseguirá por adentrarse en el camino del deterioro. Si se desea un cambio de paradigma, entonces un cambio redundante en la educación ha de ser planteado. Las formas de interpretar la realidad deben evolucionar, deben transmutar, para construir otra realidad más equitativa para los otros y para el ambiente; esto es imprescindible. La racionalidad moderna (económica, ambiciosa, y egocéntrica) que representa la modernidad debe desarmarse para dar paso a una consciencia ambiental, una forma de interpretar la realidad ambientalmente, en armonía con el ambiente y la diversidad cultural. Todo conocimiento ha de fundirse en el conocimiento ambiental para lograr transmutar la realidad armoniosamente. El conocimiento, educación o consciencia ambiental encarnan la herramienta para lograr un cambio en el mundo de conocimiento moderno, es ella la que puede encabezar una nueva forma de razonar las cosas, entender y trasmutar el presente. En ella surge la posibilidad de construir socialmente otra realidad, en que la consciencia ambiental oriente las acciones individuales y grupales, privadas y públicas, informales y formales; una realidad en que la consciencia ambiental sea omnipresente. 54 Hoy en día se puede vislumbrar un cambio que aunque importante, demasiado lento. Para lograr una evolución positiva en nuestro comportamiento el sistema educativo, la educación dentro del hogar, los actores sociales, el estado y los medios masivos de comunicación tienen que estar enteramente involucrados; todo organismo que influya en la percepción e interpretación de la civilización. Debe haber un aumento sustantivo de información ambiental y establecer así el conocimiento como insumo de desarrollo, obteniendo como resultado una transformación de comportamientos humanos, actitudes y enfoques. Se necesita educación ambiental para percibir y entender el riesgo al decidir hacer (o comprar) entre dos o más variables (o productos). Se necesita educación (formal, no formal o informal) para lograr cambiar patrones de comportamiento. Una nueva forma de conocimiento ha de aprenderse y esparcirse, y es la de la re-significación de los conceptos, que conciban un vínculo leal entre el concepto y lo real. A partir de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano en 1972 se manifiesta de manera global el rol tanto valioso como urgente que atesora la educación. A través de su informe proclama: Hemos llegado a un momento de la historia en que debemos orientar nuestros actos en todo el mundo atendiendo con mayor cuidado a las consecuencias que puedan tener para el medio. Por ignorancia o indiferencia podemos causar daños inmensos e irreparables al medio terráqueo del que dependen nuestra vida y nuestro bienestar. Por el contrario, con un conocimiento más profundo y una acción más prudente, podemos conseguir para nosotros y para nuestra posteridad unas condiciones de vida mejores en un medio más en consonancia con las necesidades y aspiraciones del hombre. Las perspectivas de elevar la calidad del medio y de crear una vida satisfactoria son grandes. Lo que se necesita es entusiasmo, pero, a la vez, serenidad de ánimo; trabajo afanoso, pero sistemático. Para llegar a la plenitud de su libertad dentro de la naturaleza, el hombre debe aplicar sus conocimientos a forjar, en armonía con ella, un medio mejor (Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano, 1972) 3.5 El poder del discurso ¿Qué pasaría si todos los medios de comunicación estuviesen interesados en educar además de vender, y en promover valores además de moda? ¿De qué manera influyen los medios como actores sociales? ¿Qué efectos tiene el poder de la palabra de 55 los discursos recibidos constantemente sobre nuestro modo de razonar, percibir, y entender la realidad? Los conocimientos tecnologizados, las tecnologías médicas y las tecnologías agrícolas, los agroquímicos y los desechos tóxicos, invaden la tierra, el agua y el aire y el cuerpo a través de sus productos transgénicos; pero también invaden la existencia a través de las estrategias de poder en el saber que penetran tanto en el cuerpo de las instituciones como en el cuerpo humano, a través de ideologías que orientan comportamientos y moldean los sentimientos (Leff, 2004) Es tal el bombardeo de ideas externas impuestas que recibe el ciudadano, que constantemente sus ideas y las ideas impuestas debaten por el trono mental. La influencia de los discursos externos, ya sean políticos, comerciales o ideológicos terminan por quebrantar la esencia del ser y aislarla de su más interno grito de auxilio. El ciudadano es constantemente manipulado, y las formas de conocimiento del mundo, así como la racionalidad, son continuamente redirigidas, alimentando el orden económico y el proyecto civilizatorio moderno y, por consecuencia, la degradación socioambiental. La percepción de la comunicación entre personas, organizaciones, estado y empresas está cambiando sus valores, y las exigencias o creencias de lo que las personas esperan de estos organismos también están viéndose transformadas; los medios son un factor clave de formación cultural de la sociedad, y esta comienza a entenderlo. Los medios masivos de comunicación (de ahora en adelante MMC) son unas de las fuentes más importantes de información que llegan a nosotros. Ellos informan, entretienen, incitan y educan. Se podría pensar como una escuela libre paralela a lo largo de toda la vida. Los MMC convencionales tienen un amplio alcance de “educación colateral”, en principal la televisión. Para el 2014 el informe ComunicaRSE explica Desde comienzos de la década del setenta la teoría de la comunicación reconoce en los medios una función de establecimiento de la agenda a partir de la cual el contenido de los medios sería el que moldea la idea del mundo que se forman las personas Los medios ejercen cotidianamente su poder sobre que pensar y como pensar respecto a lo que se conoce; influyen en modelos de comportamiento, valores sociales e interpretación de la realidad (ya sean hechos sociales o naturales). Contribuyen redundantemente en la construcción de la realidad para la sociedad, que finalmente termina por darle tanta importancia a determinados temas y acontecimientos como al 56 espacio e importancia que le otorgan los medios, compartiendo de esta manera una agenda cotidiana de formación dirigida por una minoría. Una hora de televisión, por ejemplo, contiene aproximadamente 14 minutos de publicidad, en la que mayoritariamente el objetivo principal es convencer al receptor de adquirir un bien o servicio, alimentando así la cadena de derroche masivo. Las enseñanzas que deja la televisión deben cambiar, este sector debe asumir la responsabilidad de alcance que posee y su impacto negativo ligado al deterioro ambiental y a la sociedad dual. Cervantes (2015) llevó a cabo una investigación (situada en Monterrey, México) en la que se hizo seguimiento a dos canales de televisión, dos estaciones de radio y dos periódicos (en total 1635 horas de observación) con el fin de analizar el manejo de la temática ambiental en los medios. Los resultados demuestran que no sólo existe un gran desinterés por parte de los medios por esta temática (sólo 266 veces abordada, ya sea por preferir noticias de entretenimiento u otras que aumenten el rating) sino que, cuando se presenta contenido medioambiental es de manera aislada y parcial (como incendios, extinción de especies, etc.) sin identificar sus causas o las relaciones que presenta con otros problemas y sin un propósito pedagógico sino meramente como proporción de información (de 266 un total de 208). En general, con la información recabada se puede afirmar que los principales medios de comunicación locales no abordan suficientemente el tema ambiental y que el tratamiento que le dan no favorece una educación ambiental integral, problematizadora, concientizadora, que partiendo del contexto local incida en lo global, que mueva a la participación y a la acción, que utilice materiales y técnicas de la educación y la comunicación popular (Cervantes, 2015) Sólo 15 veces se dio un enfoque pedagógico. Bajo el nombre de la revista ComunicaRSE también se realizaron entrevistas respecto al contenido de sustentabilidad en la televisión, la falta de la misma o la emisión en horarios marginales, nunca centrales, en forma superflua o como “nota de color”. Para algunos entrevistados esto sucede porque “el contenido lo define una sociedad con lo que pide a través del rating y los medios como empresas responden sus intereses. La clave es formar a la sociedad para que a través del control remoto demanden mejores contenidos". Aquí queda en evidencia, nuevamente, la importancia de redirigir paralelamente (del consumo) la demanda. 57 Los medios son una herramienta de educación y deben usarse como tal en esta batalla encarnada. En pos de formar una cultura con valores ambientales, este ensayo busca esparcir la importancia de restablecer, resignificar y redirigir la responsabilidad que nace a través de los MMC en las grandes compañías y aquellos actores sociales con rangos de mayor alcance y poder, sin dejar de lado el rol que tiene cada individuo. Los medios promueven el “infantilismo en la comunicación” en búsqueda de un público que este “entretenido y confundido” (Informe ComunicaRSE, 2014). Se tendrá que buscar un intermedio entre lo que los medios quieren en búsqueda de su propio beneficio y lo que deben hacer debido a su responsabilidad social como actor altamente influyente y responsable de la formación de una sociedad. Los valores que deja el marketing de una empresa deben redirigirse hacia aquellos valores integrados a una racionalidad ambiental, valores que hacen falta en nuestra sociedad. Una marca, una entidad o una empresa deberían ganar prestigio entre otras por los valores que esparcen. Las entidades públicas y privadas deberán utilizar sus publicidades teniendo en cuenta su beneficio y también un beneficio sobre la sociedad a la cual va dirigido, generando una alianza con su responsabilidad educativa debido al alcance que poseen. Pero ¿no es la ley la forjadora de la moral? Que acorrala el deseo dentro de los límites de lo permitido. Si pensamos con detenimiento la estructura moral que forma a una sociedad está influenciada y formada en primera instancia por la ley. La legislación marca un ancho sendero del que no se puede salir, y mientras este sendero no tenga límites firmes, el hombre, por naturaleza, tenderá a caminar por fuera. A esto se debe la urgencia con la que se necesitan medidas legislativas; leyes que controlen los medios, los obliguen a tomar las medidas previamente planteadas y acompañen a un gobierno que desea formar al pueblo en una cultura con valores ambientales Si los gobiernos realmente quieren fomentar una cultura ambiental, a gran escala y a corto plazo, tendrían que utilizar de manera continua y planificada los medios masivos de comunicación. Nos referimos a los medios convencionales (prensa, radio y televisión) los de más fácil acceso a la población. Con esto no se resta importancia a Internet y a la comunicación móvil, pero todavía son privilegio de quienes pueden pagar esos servicios (Cervantes, 2015) El ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable debería elaborar programas y planes de educación ambiental para implementarlos a través de los MMC. Los objetivos de la educación ambiental deben estar definidos, utilizando los MMC no sólo como voceros y 58 generadores de conciencia sino también como herramienta didáctica de capacitación a los ciudadanos. Sin embargo, como ciudadanos hemos transitado lo suficiente para comprender que nadie velará por nuestros intereses mágicamente. Sería un infortunio desligarnos de nuestra responsabilidad individual, nuestro rol familiar y comunal. Esto nos lleva a comprender la severidad que nuestros actos o comportamientos pueden llegar a alcanzar; lo que consumimos diariamente de los medios y lo que ellos dejan en nuestro círculo familiar. El problema actual de conocimiento no se debe a una dificultad de obtención de información, ya que es posible acceder a fuentes alternativas, confiables y diversas, sino que se presenta en el hecho de hacerlo, es decir de realizar la acción, y luego, de interpretarla con coherencia. Pero ¿con que racionalidad la interpretaremos? ¿Con una racionalidad moderna o con una racionalidad ambiental? Se busca desesperadamente un cambio cultural y humanitario en el país y en el mundo, y no se remarca en lo que hacemos inapropiadamente sino que se siguen agregando ideas sobre qué podemos hacer con este futuro incierto, y un atroz problema es querer un cambio a futuro sin exigir un cambio profundo de nuestro presente. En el capítulo final se presenta una revisión más técnica de las posibilidades que nos acercan al otro paradigma. 59 Capítulo 4: Posibilidades del conocimiento ambiental ¿De qué se nutre una cultura con valores ambientales? ¿Qué alternativas permiten un desarrollo justo para las personas en vulnerabilidad y para el medio ambiente, permitiendo al mismo tiempo un desarrollo económico? Este capítulo presenta un breve cierre de lo ya discutido en capítulos anteriores, esclareciendo posibilidades sustentables. 4.1 Desarrollo sustentable Actualmente el uso de este término es tan repetitivo y se ha vulgarizado tanto que el significado real huye de nosotros. De hecho es un concepto que abarca cierto grado de ambigüedad. Es utilizado tanto por entidades que buscan mostrarse “verdes” como por ecólogos, economistas, políticos, agrónomos, abogado, activistas ambientales, líderes indígenas, etcétera. De esta manera el concepto desemboca en un mar ambiguo de decenas de posibles definiciones y significados: “estaba claro que el concepto había llegado al lenguaje cotidiano de los políticos, y en consecuencia se enfrentaba con el peligro de perder cualquier sentido real (O’Brien ante un discurso político de 1998)” (Reboratti, 2000). La definición más reconocida mundialmente nace en 1987 con el Informe Brundtland por la Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo para la Organización de las Naciones Unidas, en el que se establece el desarrollo sustentable como aquel que “satisface las necesidades del presente sin comprometer la habilidad de las futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades”. Debemos admitir que esta definición (la más habitual entre las ciencias del medio ambiente) siendo tan abarcativa, acaba por ser excluyente. Pareciera ser, más que la definición de un concepto claro, la manifestación de un deseo difícil de alcanzar en su plenitud, repleto de vacío teórico. Si se analiza el concepto resulta ser algo contradictorio, ya que incentiva un desarrollo sostenido en el tiempo, en un planeta finito, con recursos finitos, y crecimiento poblacional continuo. La definición de Brundtland termina por perjudicar al ambiente, enfoca el desarrollo sustentable únicamente a la satisfacción de las necesidades, sin considerar los medios para lograrlo e inclusive la problemática de interpretación actual de la realidad que descarriló al mundo en la crisis ambiental, es decir el significado de la palabra “necesidades”, entre otras variables. 60 Así, el desarrollo sustentable termina por adquirir dos caras. La estrategia del desarrollo sustentable que nace en el informe Brundtland se infiltra en la idea noble de desarrollo sustentable, y conforma el problema más profundo en la crisis ambiental (ya que conforma la herramienta de acción de la política ambiental) incentivando un crecimiento económico, dando valores de mercado a los bienes y servicios naturales y legitimando los proyectos de desarrollo conocidos. En lugar de introducir en el mundo el conocimiento de inconmensurabilidad del orden económico con los propios límites del planeta tierra, la jerga del desarrollo sustentable sostiene que un crecimiento económico (de %3 anual tanto en países pobres como ricos) logrará mejoras. En lugar de incentivar a la humanidad a un cambio de racionalidad e ideologías de forma urgente, a la vez de advertir cómo el estilo de vida contribuye significativamente al deterioro ambiental, la jerga del desarrollo sustentable sigue ignorando las consecuencias de las formas de conocimiento e interpretación actual. En lugar de proponer formas de producción alternativas y comercio justo, la jerga del desarrollo sustentable sigue confiando en los métodos de producción globalizados. La jerga del desarrollo sustentable ha terminado por formar la nueva máscara del crecimiento económico: un crecimiento que dice no contradecir el ambiente y cuya estrategia es unificar al hombre y a la naturaleza bajo la racionalidad del mercado con la (ciega) esperanza de que la ciencia, en algún momento, pueda responder al deterioro producido. La crisis y la globalización son dos caras del mismo problema articulados con el modelo económico desarrollista y la producción científico tecnológica. Se presume que junto con la tecnología sabrán cómo responder ante el agotamiento de recursos y la contaminación (Mora Peganos, 2009). La jerga del desarrollo sustentable acepta la economía de crecimiento como válida y sostenible y unifica al hombre, al desarrollo y a la naturaleza en valor de las leyes del mercado; capital cultural, humano y natural. Lidera la ideología superficial ambiental que promete un futuro mejor con pequeños cambios en el presente. La economía convencional y la economía ecológica responden de diferentes maneras a la problemática ambiental y mientras una divulga que el paradigma actual es sostenible y propone pequeños cambios, la economía ecológica presenta las bases sobre las que se podría solventar un nuevo paradigma. 61 4.1.1 Externalidades En capítulos anteriores comprendimos que la economía convencional (siempre en búsqueda de un crecimiento) es inconmensurable con el planeta tierra y vimos la relación que posee con la degradación de la materia, es decir la ley de entropía. En respuesta a esto la economía ecológica (que traen autores como Alier o Leff) imprime una clara resistencia al sistema económico actual y presenta la posibilidad de un cambio de paradigma; en el que la economía encaje en los ecosistemas y valore los servicios y bienes ambientales que presta el ecosistema al subsistema económico (Alier, 1996). La economía ecológica plantea sus dudas respecto a la valoración de los recursos y los servicios ambientales que se presentan políticamente, en especial la internalización de las externalidades que propone la economía neoliberal. Las externalidades ambientales son percibidas como costos/beneficios de las actividades productivas que no se reflejan en el precio de sus productos. Pueden ser (sorprendentemente) positivas, como restauración de un ecosistema o negativas como deforestación que reduce la captación de carbono y contribuye al cambio climático. Estos costos y beneficios han pasado “desapercibidos” (aunque no para aquellos que los sufrieron) para la construcción histórica de la economía y para el proyecto desarrollista y sus consecuencias han sido subvaloradas, ocasionando un deterioro ambiental complejo de mitigar. Ante esta problemática la economía ambiental Va a parar a una política económica de impuestos pigovianos, mercados de externalidades, a tasas de descuento ‘sociales’ inferiores a las de mercado, a técnicas de valoración de contingencias y a otros loables y meritorios intentos de fingir que no existe una verdadera contradicción entre la economía crematística y la ecología humana (Alier, 1996) La misma cree que es posible internalizar los costos socioambientales y predecir necesidades futuras adjudicando valor a los recursos y servicios ambientales, con confianza suficiente en que lograría mitigar la crisis ambiental a través de sus mecanismos de mercado. A diferencia de ésta, la economía ecológica encarna la imposibilidad de continuar predicando una ciencia económica crematística, incompatible con el bienestar del planeta tierra y sus habitantes, y deja sin sentido a la teoría de valor. Sus autores argumentan 62 contra la posibilidad de internalizar las externalidades, ya que nunca se podrá encerrar la naturaleza en un valor monetario, y tampoco las consecuencias de degradación natural y social que las mismas implican, debido a las formas de producción. “El problema de internalizar las externalidades es justamente la lógica en que se reducirían a valores crematísticos” (Alier, 1996). De esta manera la lógica racional moderna de interpretación y transformación de la realidad serían validados, pero es eso lo que justamente sigue repercutiendo en la crisis moderna. ¿Cuánta plata aceptarías por tener cáncer o alto plomo en sangre, un hijo sin una extremidad, todo a causa de contaminación? ¿Existe un valor que responda al vínculo afectivo de tener que desalojar la casa donde siempre viviste? ¿Existe un valor que pueda ser cobrado por ver morir tu tierra, secado el río, talados los árboles? Esto es lo que proponen políticas actuales, que también se presentan incapaces de resolver la incertidumbre de posibles efectos futuros (presentes) y la asignación intergeneracional de recursos, que si bien el informe Brundtland centra en las generaciones futuras, está presente en cada día que pasa. No sostengo que los intereses de la economía ambiental por internalizar las externalidades son en vano. Las fuerzas sociales (más que las políticas) que impulsan estos movimientos poseen valor en el intento de apaciguar la crisis ambiental. Sin embargo creo que es fundamental y completamente necesario promover y formar un conocimiento que encarne en lo profundo de su ser la incompatibilidad que existe entre la economía convencional que busca un crecimiento ilimitado e insaciable, el estilo de vida moderno y la racionalidad económica con el medio ambiente. El conocimiento ambiental-ecológico lucha por llenar el vacío histórico entre economía y medio ambiente e histórico-socioambiental, busca llenar ese vacío de información y de relación. Busca una racionalidad que posea valores ambientales encarnados, que permita razonar más allá de los precios y lo impuesto por terceros. Busca un estilo de vida y un conocimiento armonioso entre el desarrollo del ser humano y las posibilidades y condiciones de abastecimiento del planeta tierra. Una reconexión entre el objeto, el concepto y su realidad metafísica, es decir lo que fue y lo que implicó su transcurso a ser lo que es. Revincular el concepto con su materia prima, la extracción de la misma por trabajadores, su transformación y su transporte, todo representado inciertamente por un precio. Precios ilusorios en ofertas, en subastas, en “todo por 2 pesos”, en “pago uno y llevo dos”. Un precio que no representa la calidad de extracción o la sustentabilidad del manejo ambiental y que tampoco considera las externalidades como contaminación de agua o 63 residuos industriales. Precios que se pagan por adquirir un bien innecesario y que repercute en el ambiente gracias a la cultura de derroche. Conforma en parte el derecho del consumidor elegir entre productos y consumir de manera transparente. Dando valor a productos con manejos sustentables y a organizaciones que cumplan su rol social y ambiental; contemplando tanto los factores financieros, tecnológicos y productivos como los ambientales. Ya no somos víctimas de una educación incompleta o de un sistema incapaz, a partir de la búsqueda e integración de información, formación de conocimiento y de consciencia. Somos ciudadanos participes, activos y responsables del orden actual y ese es el rol del individuo. Ya no queda en terceros sino en uno, ahí reside el poder del cambio. El desarrollo (realmente) sustentable hace hincapié en la toma de consciencia de la sobreexplotación de recursos, del estilo de vida, la generación de residuos (y la capacidad de reciclaje del planeta tierra), la degradación ambiental, la producción y la demanda, y la racionalidad económica; todo a costa de la capacidad de tolerancia del planeta, que no parece ser considerada. Mientras se sigan sosteniendo las formas de racionalidad económica la consecuencia seguirá siendo la inequidad, sociedad dual, concentración de poder en una minoría, contaminación (siendo el sector pobre el más vulnerable), deterioro de la salud, pérdida de la biodiversidad, pérdida de la capa de ozono y calentamiento global. Es un llamado a una toma de consciencia. Debemos comprender la sustentabilidad no como una meta a alcanzar sino un rumbo, una nueva forma de interpretar, vivir y modificar el presente. Y esa es la característica más destacable. No puede ser definida como un concepto, demanda tantos cambios de hábitos ya sea para el individuo, entidades, empresas o gobiernos que más bien representa una nueva forma de razonar que debe ser establecida y alimentada con acciones y encarnada por actores sociales, que pueden construir una nueva forma de producción una vez decononstruida la hiperracionalidad económica. Como definición más representativa del término utilizaremos la elaborada por la Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo Sustentable (1993): Es un proceso evolutivo sustentado en el equilibrio ecológico y el soporte vital de la región a través del crecimiento6 económico y la transformación de los métodos de producción y patrones de consumo, con respeto pleno a la integridad étnica y cultural 6 Crecimiento no como crematístico, sino como desarrollo 64 regional, nacional y local, así como en el fortalecimiento de la participación democrática de la sociedad civil, en convivencia pacífica y en armonía con la naturaleza sin comprometer y garantizando la calidad de vida de las generaciones futuras 4.2 Sensibilización, concientización e información ambiental Con el fin de adecuar nuestro estilo de vida con la capacidad real de nuestro planeta nace la sensibilización ambiental como herramienta, con capacitación e información como su último fin. Un comienzo prometedor sería incluir módulos de sensibilización ambiental de manera obligatoria en todos los eslabones educativos ya sea jardín de infantes, primario y secundario, carreras universitarias, terciarios u otros sectores de formación y conseguir así un desarrollo de racionalidad e implicación ambiental individual, logrando un efecto multiplicador. Así también se podría comenzar a exigir en las organizaciones privadas o públicas. En cuanto a la información pública ambiental, actualmente existe la posibilidad de acceder a la misma de manera libre. La página del gobierno detalla: Si sos persona física o jurídica podés solicitar información pública ambiental en cualquier forma de expresión o soporte relacionada con el ambiente, los recursos naturales o culturales y el desarrollo sustentable. En particular: El estado del ambiente o alguno de sus componentes naturales o culturales, incluidas sus interacciones recíprocas, así como las actividades y obras que los afecten o puedan afectarlos significativamente; y las políticas, planes, programas y acciones referidas a la gestión del ambiente. No es necesario acreditar razones ni interés determinado, es decir, no debe especificarse para qué se precisa la información solicitada Dicha Ley corresponde a la Nº 25.831 “Régimen de libre acceso a la información pública ambiental”, la cual se puede encontrar en la página del gobierno InfoLeg 7. La misma determina a los sujetos obligados como “las autoridades competentes de los organismos públicos, y los titulares de las empresas prestadoras de servicios públicos, 7 Recuperado de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/90000-94999/91548/norma.htm 65 sean públicas, privadas o mixtas, están obligados a facilitar la información ambiental requerida en las condiciones establecidas por la presente ley y su reglamentación”. 4.3 Sociedad presente Es cierto que requiere mucho esfuerzo avanzar hacia un futuro consciente y sustentable ¿cómo podría ser distinto? si las raíces de un nuevo paradigma están siendo forzadas. Nuestra cultura tiene que crecer y expandirse en este conocimiento que fue dejado de lado en el desarrollo humano, es indispensable desarmar las formas de interpretación de la realidad actuales y armar nuevas, que valoren el significado de las cosas recuperando el orden simbólico. La moral también debe acoplarse. Pues hay que nutrir una nueva cultura, con valores ambientales, en que el centro gris de nuestro comportamiento esté basado en una estrecha relación entre pensamiento y acción, entre las palabras–cosas-realidad, y entregue al individuo la capacidad de actuar frente a la presión social y comercial. Una vez adquirida la información y asentado el conocimiento, la asimilación de nuevas formas de interpretar la realidad desembocan en otra consciencia, otra racionalidad, y el poder de decisión está en nuestras manos: discernir, luego actuar. Las personas están presentes y están actuando a favor de un futuro sustentable y un presente consciente. Las propuestas con impactos son numerosas, al principio puede ser en un círculo pequeño que luego se expande quizás gracias a ONG’s, revistas, blogs de segundo plano, o proyectos. La aparición en medios como televisión o radio es compleja, pero internet siempre trae la posibilidad de llegar a noticias o proyectos alternativos. Muchas personas en diferentes partes del mundo pueden emprender un cambio y cambiar el paradigma moderno tan cerrado a prácticas insustentables que no consideran el factor ambiental, se requieren primero cambios individuales situados tanto dentro como fuera del sistema para abrir un camino consciente hacia prácticas sustentables partiendo desde un consumo responsable o uso eficiente de energía, educación ambiental desde el hogar y en la comunidad. De esta manera se da una bifurcación en la cultura global del egoísmo y crece una cultura con valores ambientales que parte desde la educación 66 ambiental. Cruzarse de brazos y esperar un cambio externo no será suficiente, aunque esto no significa que debemos dejar de exigirlo. 4.4 Reeducación para el consumo Cuando nos enfocamos al consumo responsable nos referimos a él considerando todos sus lados ya sea el rol del consumidor, la responsabilidad de los medios, las marcas, el sector público y el privado. Debería reglamentarse la propaganda para evitar que algunas de ellas generen engaños públicos, desfigurando las propiedades de los artículos y asociándolos a situaciones absolutamente improcedentes para las características del producto, en función de su objetivo de expandir las ventas. Estos argumentos sin embargo corresponden a ciertas expectativas que poseen nuestros pueblos sobre aspectos de la calidad de vida. […] Estas idealizaciones que el sujeto crea del objeto, es hábilmente utilizada por la propaganda para desnaturalizar las reales funciones de los productos. Constituye en cierta forma un permanente fraude que se debería enfrentar (Panario, Sejenovich, 1998) La lucha por un consumo transparente es una de las luchas más importantes que se está llevando a cabo en la actualidad. Como ventaja existe la posibilidad de hacer valer nuestros derechos de manera individual y discernir entre lo esencial y lo artificial (idealizaciones vinculadas a objetos), ventaja que en muchas otras luchas que debemos encabezar no existe, dado a la necesidad de un gobierno que controle el cumplimiento de la ley, por ejemplo, de agroquímicos, gestión integral de residuos industriales, bosques, etcétera. Por más que se necesiten leyes para controlar este fenómeno, paralelamente se necesita formación individual y capacidad de discernir y eso se logra individualmente en primera instancia. Sin embargo el presente exige por necesidad una política de reorientación y reeducación para el consumo, que no puede prescindir del apoyo del Estado. Un cambio significativo se dará cuando todos los actores que participan asuman su responsabilidad en el desarrollo sustentable; el sector que produce un producto deberán desarrollarlo sustentable, el estado deberá asumir la función de reeducar al pueblo, y el ciudadano deberá apropiarse de su participación elemental. 67 ¿Entra la sustentabilidad en las categorías que influyen en las decisiones de consumo? Este concepto debe posicionarse como elemento que pasa por la cabeza del consumidor al comprar bienes y servicios y uno de los mayores retos es quitarle al precio su corona. ¿Qué sale más caro; el precio monetario de una cosa, o el bienestar del planeta tierra como base de todos los ciclos que ha adquirido y desarrollado el ser humano? Se deben mostrar las virtudes más allá del precio. 4.5 Comercio justo Como vimos anteriormente la dualidad social, el deterioro ambiental y el sistema económico están directamente relacionados y por consecuencia también lo están con los derechos humanos: El comercio es uno de los pilares básicos de la economía mundial. Sin embargo, las reglas del comercio internacional no son equitativas y las situaciones de los países respecto a ellas son también muy desiguales. El actual sistema comercial internacional está marcado, cada vez más, por una acentuada diferencia entre el Norte y el Sur. En este sentido, el Norte marca las reglas del juego -competitividad y máximo beneficio, entre otros aspectos-, a costa de un Sur -fuente de materias primas y mano de obra barata- cada vez más empobrecido. El comercio internacional no es neutro, es un sistema de intercambio gestionado por normas e instituciones que reflejan opciones políticas e intereses económicos (Coordinadora Estatal de Comercio Justo, 2008) Así como existe un sistema que va completamente en contra de la naturaleza del planeta, existen movimientos alternativos que respetan aquello y consideran sus necesidades y las de sus habitantes. El comercio justo es una forma de comercio alternativa, en el marco del consumo responsable, cuyos principios son el respeto al medio ambiente, el uso racional de los recursos y la justicia social. Dicho de otra manera El comercio justo es un movimiento económico alternativo que, en el marco de la ‘economía solidaria’ y el ‘consumo responsable’, propone que los productores de bienes, servicios, ideas, creaciones, etc., trabajen en condiciones dignas, sin explotación, cobrando precios justos, cuidando el medio ambiente, preservando los derechos y realizando proyectos que mejoren la calidad de vida de sus comunidades. Estas relaciones 68 comerciales se basan en beneficios recíprocos e intercambios justos, y su naturaleza trasciende el propio proceso económico (Berger, 2009) Los productores aseguran la protección del medioambiente a través de determinadas normas, como por ejemplo la rotación de cultivos, reducción del uso de abonos y pesticidas sintéticos y no naturales y la protección y conservación de las zonas de alrededor de las fuentes de agua. El comercio justo nace en este contexto como herramienta pilar para el desarrollo sustentable, manifestando la importancia de trabajar por una estrecha relación circular entre bienestar social, problemática ambiental y economía ecológica. Considerando el aumento del interés de la gente por conocer la calidad, el dónde y cómo se elaboran los productos, este parece ser el momento adecuado para la expansión y puesta a la luz del comercio justo. La Coordinadora Estatal de Comercio Justo (2008) facilita el vínculo entre comercio justo y sustentabilidad, y al proponer una forma de comercio alternativa y equitativa deja en evidencia las fallas del sistema actual: Tabla 4 Características del comercio justo Principios del comercio justo Procesos de producción saludables Las sustancias tóxicas que son perjudiciales para la salud y para el planeta son sustituidas por productos naturales e inicuos y por métodos de trabajo más salubres y dignos Promueve la agricultura a pequeña escala, de pequeños productores Combina cultivos básicos destinados a alimentación familiar y comunitaria con sistemas productivos para comercialización. Sustituyendo así los monocultivos destinados sólo a la exportación Se opone a la agricultura con transgénicos Las semillas transgénicas, y organismos genéticamente modificados, al igual que gran cantidad de productos agroquímicos, son comercializados por unas pocas empresas transnacionales que someten a los agricultores a un ciclo de completa dependencia (de sus correspondientes sustancias químicas fitosanitarias comercializadas por la misma empresa). El coste de todos estos insumos es 69 excesivamente elevado para los pequeños grupos productores, quienes se ven presionados a endeudarse eternamente Respeta y fomenta tradiciones y culturas locales y la conservación de la biodiversidad natural Fomenta el aprovechamiento de los recursos locales, los sistemas productivos tradicionales y la utilización de semillas autóctonas, adaptadas a cada zona y clima, haciéndose innecesaria la utilización de complejos sistemas agroproductivos, y el excesivo consumo de agua o insumos en los cultivos Fomenta la máxima transformación posible en la zona de producción de materias primas La máxima cantidad de valor añadido a un producto en base a su transformación y elaboración final, es incorporada en el lugar de origen de las materias primas. Así la producción se vuelve también más ecológica, saltándose varias fases intermedias de transformación en otros lugares donde existen más facilidades comerciales en lo que a limitaciones arancelarias se refiere Fomenta relaciones comerciales más directas Evitando gran cantidad de intermediarios que existen en las relaciones comerciales y evitando derroches de combustible y transporte de las materia primas hasta el destino final Se opone a la apropiación de los recursos naturales de unos pocos Las grandes empresas transnacionales poseen gran cantidad de recursos o bienes públicos, son dueñas de la mayor parte de los recursos energéticos del mundo, de gran cantidad de manantiales y recursos acuíferos y de los bosques, etc. Los recursos del planeta están a merced de las decisiones de unas pocas personas que se convierten en poderosas, por el enorme control que tienen sobre mismos. El Comercio Justo, defiende un reparto equitativo de los recursos y de la riqueza, que fomenta la preservación de la naturaleza para su disfrute común Las primas de Comercio Justo son destinadas a mejoras sociales y ambientales Los precios establecidos en canales del Comercio Justo incluyen una prima que es utilizada para fomentar el desarrollo integral y sostenible en las comunidades productoras. 70 Fomenta la educación para el Consumo Responsable A través de la educación, sensibilización y formación de los consumidores y de las instituciones y agentes públicos y privados a través de múltiples acciones: campañas, denuncias, movilizaciones, talleres, etc., creando una fuerte conciencia ciudadana, que merme el fuerte poder que actualmente tienen las grandes corporaciones transnacionales. Los precios responden al valor real de producción En el comercio convencional el precio de los productos es establecido en base a criterios de competitividad y demanda, por lo que en numerosas ocasiones no corresponden al verdadero valor del producto. En el Comercio Justo, el precio se establece junto con los productores, teniendo en cuenta todos los costes de producción, y valorándolos justamente. La producción ecológica es valorada también en su justa medida. *Nota. Adaptado de El ABC del Comercio Justo (2008). Si un mayor acceso a la información posibilita un aumento de consciencia, entonces un cambio tangible de efecto ambiental, social y económico sería posible a través de decisiones propias como lo son, por ejemplo, las de compra y consumo. Darle importancia a métodos sustentables y alternativos de producción local implica un gran peso (positivo) en el desarrollo sustentable, ya que yendo en contra de la hegemonía globalizadora del sistema moderno, que perjura su confianza en el sistema de mercado globalizado, las comunidades locales con mercados alternativos si tienen lugar en el paradigma ambiental. 4.6 Desde un cambio cultural individual a general: algunas ideas finales Para responder a las inquietudes planteadas a lo largo de este trabajo los actores y sectores sociales deben entablar una relación dinámica y efectiva de acción. Los municipios así como los organismos de educación tienen un rol clave que desempeñar; estos pueden abordar los desafíos que implica un desarrollo sustentable a nivel local. La educación ambiental responde de manera efectiva a la crisis ambiental y se refleja en 71 cambios de hábitos y valores tanto hacia al ambiente como a seres humanos, pero debe estar resguardada por normas legales que obliguen a las organizaciones a cumplir políticas ambientales y hagan del vínculo con los medios de comunicación una herramienta que aporte de manera significativa a una cultura ambiental de manera masiva. Como individuos, y parte de una sociedad estamos exigidos a luchar por conocer la realidad, informarnos, leer, conocer, crecer y mejorar, en pos de lograr una cultura que piense, entienda y sea consciente de cómo todos aquellas partes que lo rodean y permiten desarrollar una vida, junto a las decisiones que se toman día a día, repercuten en el medioambiente y en el entorno social, de manera local y global. Real, cada día que pasa la humanidad sigue optando por mantener un rumbo que no es sostenible (ni para el futuro, ni para una gran parte de la sociedad actual), y queda en nosotros ver la realidad. Pedir a los gobiernos que cambien la civilización sería poco realista, y con sólo esperarlo se dejan bajo la alfombra muchas cosas que demandan urgencia, aquí yace la necesidad de acciones y proyectos que impulsen hacia un estado más equilibrado, un estado sustentable: Elevar los niveles de conciencia de la población es una condición necesaria para el éxito de cualquier gestión del desarrollo. Si no existe suficiente comprensión acerca del papel que desempeña la naturaleza en el bienestar de los individuos y la comunidad, las acciones ambientales tenderán al fracaso. Es en la conciencia nacional -esa amalgama de las conciencias individuales- donde se establecen las opciones y fijan las prioridades más importantes para el desarrollo y el medio ambiente. Una conciencia social fuerte apura los consensos, compromete más a todos los agentes del desarrollo, y favorece una mayor participación de la ciudadanía. La conciencia individual y colectiva ha sido la protagonista de la historia del desarrollo. Es conocida la importancia que tienen las campañas de persuasión para movilizar a la población. Es así como el poder de la ‘opinión pública’ ha comenzado a modificar la conducta de ciertos sectores que contaminan el aire y el agua (Naciones Unidas, Comisión Económica para América Latina y el Caribe, 1991) Si bien en el ámbito de las organizaciones existen medidas para conseguir un desarrollo sustentable, primero se necesita de personas que entiendan y demanden el mismo. El fin de este trabajo es en parte proveer una herramienta para poder controlar y apaciguar la realidad medioambiental que ocasiona la relación ambiente-sociedadsistema, entendiendo los problemas ambientales como parte de un sistema y no como hechos aislados, vinculándolos también con el contexto social, local, global y luego 72 planificando medidas. Rechazando la idea de que el poder del cambio está en manos de unas pocas personas poderosas, se sostiene que el poder parte individualmente y reside en una herramienta primordial que es la consciencia que moldea otra racionalidad posible. Este trabajo intenta encarar un camino de comprensión, análisis y significación de la crisis ambiental que trae consigo la posibilidad de emprender un paradigma capaz de mitigar la misma. El conocimiento de la construcción histórica de la economía explica porqué la caída de la teoría del valor deviene en un caos y porqué el ambiente es constantemente desvalorizado. Las formas de comprensión e interpretación de lo real construyen el futuro, y a través de la racionalidad ambiental, la posibilidad de un futuro más sustentable, equitativo y consciente es posible. La racionalidad ambiental se consigue transformando la racionalidad lineal (que no vincula acciones y consecuencias y no conecta distintos flujos de acción) en una circular de carácter sistémico, que consigue darle vivencias al vínculo entre la teoría y la práctica, lo real y lo simbólico, y la interrelación entre diferentes factores que atraviesan el ambiente. Al concebir el ambiente como un sistema conformado por factores físicos, químicos, biológicos y sociales, se deja de lado la idea de naturaleza (únicamente como proveedora de recursos) que consagró al capitalismo y por ende a la sobreeconomización del mundo. Esta interpretación de la actualidad abre la posibilidad de participar en un nuevo paradigma que revalora las formas de conocimiento y los mecanismos de interpretación de la realidad, aceptando el fracaso de la racionalidad económica y dando lugar a nuevos mecanismos de producción y revalorización de la diversidad. Este paradigma resignifica al ambiente y lo revincula con los factores que la atraviesan, tal como los derechos humanos, la salud, el estilo de vida, el modelo económico y la educación. Junto a la dialéctica que da sentido a las contradicciones –de la vida, historia, discursos, sistema social o modo de producción, por ejemplo- y a la praxis que logra trascender el conocimiento, la racionalidad ambiental encarna una relación leal entre el pensamiento, la acción, el concepto y lo real. Establecer individualmente -en un principio- vínculos entre medio ambiente, contaminación, salud, derechos humanos, modelo económico, estilo de vida, inequidad y medios masivos de comunicación, da lugar a un empoderamiento individual que luego es transmitido a un grupo social más amplio, y que día a día transforma la racionalidad actual. Este trabajo indaga en el significado actual y revolucionario del medio ambiente y por lo tanto del Ser, su búsqueda por sentido y la resignificación de su rol participativo en el ambiente. 73 Una vez aportados estos conceptos primordiales para un conocimiento con menores restricciones impuestas de libertad, queda en cada uno emprender o no el cambio hacia una sociedad más justa y equitativa, con el goce pleno de un ambiente sano. 74 Referencias bibliográficas Libros Auyero, J., y Swistun, D (2008). Inflamable: estudio del sufrimiento ambiental. Buenos Aires: Paidós SAICF. Brailovsky, A, E (2004). Ésta, nuestra única tierra: introducción a la Ecología y Medio Ambiente. Buenos Aires: Maipue. Leff, E. (2004). Racionalidad ambiental: la reapropiación social de la naturaleza. México, Argentina: Siglo xxi. Leonard, A (2010). La historia de las cosas: de cómo nuestra obsesión por las cosas está destruyendo el planeta, nuestras comunidades y nuestra salud. Y una visión del cambio. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica. Martinez Alier, J. (1994). De la economía ecológica al ecologismo popular. (2a ed. rev.). España: Icaria. Panario, D., y Sejenovich H. (1998). Hacia otro desarrollo, una perspectiva ambiental. (2da ed.). Montevideo, Uruguay: Nordan Comunidad. Reboratti, C. (2000). Ambiente y Sociedad: conceptos y relaciones.Buenos Aires: Ariel. Artículos de libros Auyero, J., y Swistun, D. (Enero 2007). Expuestos y confundidos: un relato etnográfico sobre sufrimiento ambiental. Iconos, Revista de Ciencias Sociales, 28, 137-152. Artículos de revista ComunicaRSE. (2014). Qué puede y debe hacer la comunicación por la sustentabilidad: ideas para el debate y recomendaciones para la toma de decisiones. Informe ComunicaRSE. Gerencia Ambiental. (2014). Edición especial, anuario 2014.. Gerencia Ambiental, XXII,(213). 75 Jean Val. (2016). Entrevista con Yann Arthus-Bertrand: necesitamos acción. Ecosistema, 18. Edición especial Green Film Fest. Oromí, S. (Mayo/Julio, 2014). La era del bienestar. Ecosistema, 12. Scafati, A. (Mayo/Julio, 2014) Compras y crisis, el caso argentino. Ecosistema, 12. Conferencias Naciones Unidas. (1973). Informe de la conferencia de las Naciones Unidas sobre el medio humano. Estados Unidos: Publicación de las Naciones Unidas. Recuperado de https://www.dipublico.org/conferencias/mediohumano/A-CONF.48-14- REV.1.pdf Naciones Unidas para la Cumbre de Johannesburgo 2002.(s.f.). Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo. Recuperado de http://www.un.org/spanish/conferences/wssd/unced.html Trabajos de grado Rodriguez García, C. (2014). La obsolescencia programada y percibida en el ámbito de las TIC. (Trabajo de fin de grado). Universidad de Valladolid, España. Recuperado de http://uvadoc.uva.es/handle/10324/6182 Artículos disponibles en Internet Álvarez Suárez, P., y Vega Marcote, P. (2010). ‘Transversalidad’ de la transversalidad: análisis de una estrategia didáctica aplicada a la educación para la sostenibilidad. Revista Portuguesa de Educación. 23(2), 239-262. Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=37417086011 Berger, G., Jones, M., y Browne, M. (2009). Relevamiento de Modelos de Colaboración entre Organizaciones Sociales. Buenos Aires: Centro de Innovación Social de la Universidad de San Andrés. Recuperado de http://www.gestionsocial.org/archivos/00000520/Relevamiento_de_redes_0210-09.pdf 76 Briceño, T. (2009). El paradigma científico y su fundamento en la obra de Thomas Kuhn. Tiempo y Espacio, 19(52), 285-297. Recuperado de https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/3579139.pdf Cervantes, M,T. (2015). Educación ambiental en los medios de comunicación. Ciencia UANL, 18(74), 16-29. Recuperado de http://cienciauanl.uanl.mx/?p=4439 Coordinadora Estatal de Ciencias Ambientales. (Octubre 2015). El diccionario de la RAE incluye la palabra ambientólogo/a. Recuperado de http://www.ceccaa.com/15/index.php?option=com_content&view=article&id=1 089:el-diccionario-de-la-rae-incluye-la-palabraambientologoa&catid=74:prensa&Itemid=98 Coordinadora Estatal de Ciencias Ambientales. (Junio 2009). El día E muestra el reconocimiento social del término Ambientólogo. Recuperado de http://www.ceccaa.com/15/index.php?option=com_content&view=article&id=2 27:ambientologo-palabra-mas-votada-en-la-iniciativa-el-diae&catid=53:profesional&Itemid=98 Coordinadora Estatal de Comercio Justo. (2008). El ABC del comercio justo (A): el comercio justo como herramienta de cooperación al desarrollo. España: Coordinadora Estatal de Comercio Justo y Emaús Fundación Social. Recuperado de http://comerciojusto.org/publicacion/el-abc-del-comercio-justo/ Coordinadora Estatal de Comercio Justo. (2008). El ABC del Comercio Justo (C): comercio Justo por el Medio Ambiente. España: Coordinadora Estatal de Comercio Justo y Emaús Fundación Social. Recuperado de http://comerciojusto.org/publicacion/el-abc-del-comercio-justo-c-comerciojusto-por-el-medio-ambiente/ Cordero Ulate, A. (2008). El paradigma inconcluso: Kuhn y la sociología en América Latina. Guatemala: Flacso. Recuperado de http://enlaceacademico.ucr.ac.cr/sites/default/files/publicaciones/Kuhn_0.pdf Elizalde Hevia, A. (2007). El desarrollo sostenible: su dimensión ambiental y educativa, de María Novo. Polis, Revista latinoamericana, 16. Recuperado de https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2359361 77 Mora Penagos, W, M. (Noviembre, 2009). Educación ambiental y educación para el desarrollo sostenible ante la crisis planetaria: demandas a los procesos formativos del profesorado. Tecné, Episteme y Didaxis, 26, 7-35. Recuperado de http://revistas.pedagogica.edu.co/index.php/TED/article/view/416/416 NU. CEPAL. (1991). El desarrollo sustentable. Transformación productiva, equidad y medio ambiente. (s.l.): CEPAL. Recuperado de https://www.cepal.org/es/publicaciones/2138-desarrollo-sustentabletransformacion-productiva-equidad-medio-ambiente NU. CEPAL. (2013). Acceso a la información, participación y justicia en temas ambientales en América Latina y el Caribe: situación actual, perspectivas y ejemplos de buenas prácticas. Series de la CEPAL, 151. Recuperado de http://www.cepal.org/publicaciones/xml/9/51389/Accesoalainformacion.pdf Piscoya Arbañil, J. (2000). Toxicidad de los solventes como riesgo ocupacional. Boletín de la Sociedad Peruana de Medicina Interna, 13(1). Recuperado de http://sisbib.unmsm.edu.pe/BVRevistas/spmi/v13n1/Toxicidad.htm Soejarto, D, D. (1973). Los límites de crecimiento: Meadows, D.H., Meadows, D.L., Randers, J., y Behrens, W. III, The limits to growth, 1972 [Resumen]. Actualidades biológicas 2(3). Recuperado de http://matematicas.udea.edu.co/~actubiol/actualidadesbiologicas/raba1973v2n3a rt4.pdf Vargas Marcos, Francisco. (Marzo/Abril 2005). La contaminación ambiental como factor determinante de la salud. Revista Española de Salud Pública, 79(2), 117-127. Recuperado de http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S113557272005000200001&lng=es&tlng=es Vilches, A., Gil Pérez, D., Toscano, J.C., y Macías, O. (2014). Educación para la Sostenibilidad. Programa de acción global: Un compromiso renovado por la Educación para la Sostenibilidad. Recuperado de http://www.oei.es/decada/accion.php?accion=2 78 Páginas web consultadas Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades. (2010). Curso de toxicología para las comunidades. Recuperado de https://www.atsdr.cdc.gov/es/training/toxicology_curriculum/es_index.html Argentina. Gobierno Argentino. (s.f.). Solicitar información pública ambiental. Recuperado de https://www.argentina.gob.ar/solicitar-informacion-publica- ambiental Argentina. Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, Presidencia de la Nación. (2004). Régimen de libre acceso a la información pública ambiental. Información Legislativa [InfoLeg]. Recuperado de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/9000094999/91548/norma.htm Biology Cabinet's Staff. (2000). Ambientalismo. Biology Cabinet: Research and Advisory Biology. Recuperado de http:// http://www.biocab.org/Ambientalismo.html Cornejo, J. (22 de Enero de 2017). En 15 años se triplicó el número de villas en el conurbano. La Nación. Recuperado de http://www.lanacion.com.ar/1977967-en15-anos-se-triplico-el-numero-de-villas-en-el-conurbano El Tributo. (10 Noviembre 2013). Antonio Elio Brailovsky: ‘El tema ambiental no está en la agenda política argentina´. El Tributo. Recuperado de http://www.eltribuno.info/antonio-elio-brailovsky-el-tema-ambiental-no-esta-laagenda-politica-argentina-n342085 Etcheverry, G. (14 de junio de 2009). La capacidad de Ser. La Nación. Recuperado de http://www.lanacion.com.ar/1138392-la-capacidad-de-ser Natural Capital Coalition. (s.f.). Natural capital. Recuperado de http://naturalcapitalcoalition.org/natural-capital/ Rocha, L. (16 de marzo de 2016). Ampliarán el relleno sanitario que recibe residuos de 28 distritos. La Nación. Recuperado de http://www.lanacion.com.ar/1880066ampliaran-el-relleno-sanitario-que-recibe-residuos-de-28-distritos 79 Rocha, L. (1 de Noviembre de 2016). Vivienda: casi tres millones de personas viven en villas o en asentamientos. La Nación. Recuperado de http://www.lanacion.com.ar/1952232-vivienda-casi-tres-millones-de-personasviven-en-villas-o-en-asentamientos 80 Anexo Nota El presidente de los Estados Unidos, Franklin Pierce, envía en 1854 una oferta al jefe Seattle, de la tribu Suwamish, para comprarle los territorios del noroeste de los Estados Unidos que hoy forman el Estado de Wáshington. A cambio, promete crear una “reservación” para el pueblo indígena. El jefe Seattle responde en 1855. “El Gran Jefe Blanco de Wáshington ha ordenado hacernos saber que nos quiere comprar las tierras. El Gran Jefe Blanco nos ha enviado también palabras de amistad y de buena voluntad. Mucho apreciamos esta gentileza, porque sabemos que poca falta le hace nuestra amistad. Vamos a considerar su oferta pues sabemos que, de no hacerlo, el hombre blanco podrá venir con sus armas de fuego a tomar nuestras tierras. El Gran Jefe Blanco de Wáshington podrá confiar en la palabra del jefe Seattle con la misma certeza que espera el retorno de las estaciones. Como las estrellas inmutables son mis palabras. ¿Cómo se puede comprar o vender el cielo o el calor de la tierra? Esa es para nosotros una idea extraña. Si nadie puede poseer la frescura del viento ni el fulgor del agua, ¿cómo es posible que usted se proponga comprarlos? […] Nuestros muertos jamás se olvidan de esta bella tierra, pues ella es la madre del hombre piel roja. Somos parte de la tierra y ella es parte de nosotros. […] Si les vendemos la tierra, ustedes deberán recordar que ella es sagrada, y deberán enseñar a sus niños que ella es sagrada y que cada reflejo sobre las aguas limpias de los lagos hablan de acontecimientos y recuerdos de la vida de mi pueblo. […] Sabemos que el hombre blanco no comprende nuestras costumbres. Para él una porción de tierra tiene el mismo significado que cualquier otra, pues es un forastero que llega en la noche y extrae de la tierra aquello que necesita. La tierra no es su hermana sino su enemiga, y cuando ya la conquistó, prosigue su camino. Deja atrás las tumbas de sus antepasados y no se preocupa. Roba de la tierra aquello que sería de sus hijos y no le importa. […] No hay un lugar quieto en las ciudades del hombre blanco. Ningún lugar donde se pueda oír el florecer de las hojas en la primavera o el batir las alas de un insecto. Mas tal vez sea porque soy un hombre salvaje y no comprendo. El ruido parece solamente insultar los oídos. ¿Qué resta de la vida si un hombre no puede oír el llorar solitario de un ave o el croar nocturno de las ranas alrededor de un lago?. 81 […] El aire es de mucho valor para el hombre piel roja, pues todas las cosas comparten el mismo aire -el animal, el árbol, el hombre- todos comparten el mismo soplo. Parece que el hombre blanco no siente el aire que respira. Como una persona agonizante, es insensible al mal olor. […] ¿Qué es el hombre sin los animales? Si todos los animales se fuesen, el hombre moriría de una gran soledad de espíritu, pues lo que ocurra con los animales en breve ocurrirá a los hombres. Hay una unión en todo. Ustedes deben enseñar a sus niños que el suelo bajo sus pies es la ceniza de sus abuelos. Para que respeten la tierra, digan a sus hijos que ella fue enriquecida con las vidas de nuestro pueblo. Enseñen a sus niños lo que enseñamos a los nuestros, que la tierra es nuestra madre. Todo lo que le ocurra a la tierra, le ocurrirá a los hijos de la tierra. Si los hombres escupen en el suelo, están escupiendo en sí mismos. Esto es lo que sabemos: la tierra no pertenece al hombre; es el hombre el que pertenece a la tierra. Esto es lo que sabemos: todas la cosas están relacionadas como la sangre que une una familia. Hay una unión en todo. Lo que ocurra con la tierra recaerá sobre los hijos de la tierra. El hombre no tejió el tejido de la vida; él es simplemente uno de sus hilos. Todo lo que hiciere al tejido, lo hará a sí mismo. […] La tierra es preciosa, y despreciarla es despreciar a su creador. Los blancos también pasarán; tal vez más rápido que todas las otras tribus. Contaminen sus camas y una noche serán sofocados por sus propios desechos. […] Este destino es un misterio para nosotros, pues no comprendemos el que los búfalos sean exterminados, los caballos bravíos sean todos domados, los rincones secretos del bosque denso sean impregnados del olor de muchos hombres y la visión de las montañas obstruida por hilos de hablar. ¿Qué ha sucedido con el bosque espeso? Desapareció. ¿Qué ha sucedido con el águila? Desapareció. La vida ha terminado. Ahora empieza la supervivencia.” 82