Academia.eduAcademia.edu

Patrimonialismo y modermización

1994, Iztapalapa. Revista de Ciencias Sociales y Humanidades

zy zy zyxwv zyxw Patrimonialismo y modernización zyxwvu zyxwvutsrqpon zyxwvutsrqpon zyxwvuts zyxwvutsrqpon zyxwvutsrqp zyxwvutsrq zyxwvutsrq W Guillermo J.R. Garduño Valero zyxwv zyxwvu zyxw zyxw zyxwvutsr Zabludowsky Kuper, Gina, Pnfrimnialismay modernización,M éxico. FCE, 1994. ilheilm Dilthey (1833 1911) afirma que ...las condiciones que influyen en una cultura intelectual de una generación son innumerables e ilimitadas. Permitasenos que las agrupemos en torno a dos factores. Aparece en primer lugar el patrimonio de la cultura intelectual con que esta generación se encuentra en la época en que empieza a formarse de un modo serio. Cuando la generación que se está formando se apodera del patrimonio espiritual acumulado y se esfuerza en remontarse sobre él, se halla ya bajo el segundo de los factores en tomo a los cuales agrupamos estas condiciones: el de la vida circundante, el de las relaciones que forman la Sociedad, e l de los estados politicos y sociales, infinitamentediversos. Esto vaza determinados límites a las posibilidades del progreso ulterior que ofrece para si toda generación precedente. Ahora bien, ¿qu&método se sigue aquí para el estudio de la cultura intelectual de una &poca?Lo único que podemos hacer es sugerirlo. Un concepto ex haordinariamente provechoso, del cualhabríaquetratarmcisafondoes paraestosefectos el de generación.' Esta extensa cita tomada de la obra de Julián Marías del Método histórico de las generaciones, pretende ser tan sólo el preámbulo para hablar del trabajo de Gina Zabludowsky. zyxwvutsrq IZTAPALAPA 34 JULIO-DICIEMBRE DE 1994. pp. 185-188 I86 zyxwvutsrqp zyxwvu zyxw zyxwv zyxwv zyxwvut zyxwvuts zy zyxwvutsr zyxwvu zyxwvut z zyxwvut zyxwvuts zyxwvu zyx zyxwvut Guillermo J R.Garduño Valer0 Patrimonialismo y modernización, poder y dominación en la sociología del Oriente de Max Weber resultaria, en efecto, incomprensible si no ubicamos previamente las influencias de lascuales es producto. En principio toda generación es una mirada, pero si ésta va dirigida a uno de los pensadores &lásicos, como es el caso de Weber, reclama un seguimiento más detallado acerca de las condiciones en las que el pensamiento social de Alemania penetró en México. Como primera referencia cabe mencionar que en 1944 el Fondo de Cultura Económica lanza una edición en varios tomos bajo el titulo de Economia y sociedaú, versión que corresponde a una publicada en i922, en alemán, realizada por lo que sería acaso la primera generación vinculada a los republicanos espailoles (José Gaos, don Manuel Pedrozo, Eugenio h a z , Juan Roura Parella y José Ferrater Mora, y corro el riesgo de hacer omisiones significativas) entre quienes latía la idea de rescatar el pensamiento alemán al deslindarlo del fascismo entonces imperante en la nación germana. Esta generación es por tanto la que maugura la reflexión en tomo a Weber en nuestra lengua. Una segunda generación podríamos considerarla como la receptora, y en ella habrfa que mencionar la tradición de los juristas de la posguerra. íiombres como Eduardo Garcia Maynes y José Medina Echeverría, promoverán en 1964 dentenario de Weber-, la reedición de Economía y sociedad, pero bajo "la versión destazada", como decía Luis Aguilar que hizo J. Winckelmann en 1956. La tercera vertiente podría plantearse en torno a una figura cercana a nosotros en los años sesenta: Wright Mills, quien escribiera junto con Hans Gerth, exilado alemán, From Mar Weber eii los difíciles años de la década de los cincuenta. Entre éstos destacan Pablo González Casanova, Enrique González Pedrero, Victor Flores Olea y Francisco López Cámara. Presentan a Weber como un liberal y "el más elaborado revisionista del marxismo clásico'' Una generación más, derivada de 1968, intento subsumir el pensamiento sociológico en el Marxismo. La visión de Zeitlin de un mundo antes y después de Marx obligó en los setenta a una lectura cuya critica más acusada contra Weber era por el hecho de no haber nacido marxista. Es en este ámbito que se abre paso otra generación representada por Luis Aguilar y José María Pérez Gay. Cómo no recordar aquel seminario de los sábados donde un grupo tan pequeño como inquieto comenzó una lectura distinta de las obras de Weber, en un ambiente académico donde los cursos de la licenciatura y del posgrado se impartían por tomos del Capital. Aquello fue para quienes iniciamos esta tarea como una aventura intelectual distinta, que se iniciaba con las raíces de la problemática de la filosofía alemana en Kant y Hegel, proseguía hacia Dilthey y Rickert, encuadraba el espíritu que prevalecía en Heildemberg en la transición al siglo xx y penetraba en las entrañas de un autor a cuyo encantamiento quedábamos sometidos. El esfuerzo no fue en vano. Aquel pequeiío seminario creció hasta el momento en que fueron iiisuficientes los mesabancos del aula. Para la década de los ochenta, uno de los resultados más inmediatos fue que José Maria iniciara otros derroteros, el rescate de la obra de Norbert Elías, el estudio sistemático de las religiones, y penetrara hacia la Escuela Crítica de Frankfourt. Quizá el seguimiento generacional más zyxw zy zyxwvuts zyxw zyxwvutsr zyxwvuts zyxwvuts Pairimoniaiismo y modernización significativo estuvo representado por los esfuerzos de la gente de la UAM Azcapotzalco, donde no se podría olvidar a Francisco Galván Díaz, aunque corro el riesgo de las omisiones. Esta generación abrió una puerta distinta a la formación del pensamiento sociológico analizando a los pensadores clásicos en el ámbito histórico de su contribución, sin reduccionismos ni esquemas simplifícantes. Pero Gina es tambien parte de una generación que recoge, como dice Dilthey, el patrimonio cultural y busca remontarlo. En la primera parte de su trabajo es visible el problema de la recuperación de las categorías en un seguimiento de gran proximidad a la obra de Weber, enfatizando con numerosas citas sus afirmaciones, mientras que en la parte correspondiente a la herencia y presencia de este personaje, lo recupera en un seguimiento que lo envuelve en el pensamiento clásico, donde Maquiavelo, Bodino, Montesquieu, la Ilustración y Gramsci dan cuenta de los estrechos nexos e influencias que tuvieron en la conformación de esta figura. Pero quizá los tres últimos capítulos constituyen el recurso necesario para una mejor comprensión de la obra y es la recuperación de la visión de "Occidente" en Norbert Elias, indispensable para contrastar la idea de Wittfogel sobre "Oriente". La visión política nacional que se expresa en la caracterización del patrimonialismo en México comienza a partir de la literatura y llega a planteamientos tan penetrantes y de profunda actualidad como el que se advierte en esta afirmación: 187 la dominación. Aunque algunos elementos burocráticos tradicionales han s ido sustituidos por formas modernas de tecnocracia, en cuestiones que atafien al control politico todavía se manejarán con cierta lógica patrimonial.' Esta frase, que bien podría haberse escrito hoy por su vigencia, fue planteada literalmente cinco años atrás, lo cual revela la frescura y actualidad que mantiene la obra. No podria continuar sin caer en el exceso de las citas. Tan sólo quisiera exponerles parte de las múltiples reflexiones que me ha producido la lectura de este trabajo y en las que sólo los voy a distraer con tres de ellas para concluir: zyxw zyxwv zyxwvuts zyx ...en la practica la legalidad racional constitucional todavía se opone constantemente al ejercicio cotidiano de 1. ¿Por qué en 1989, antes de la debacle del socialismo real, Gina volvió los ojos hacia Oriente? Cabría recordar una frase de Luis Aguilar al concluir la lectura de la ktica protestante: "el capitalismo no pudo surgir sin ideología". El punto es que si Weber recalcó en su tiempo que el Capital era un producto típico de Occidente, hoy se levanta en Oriente uno de los retos más impresionantes que el capitalismo occidental no ha podido develar y menos superar. ¿Será que al liquidar en Japón, al final de la Segunda Guerra, al Saibatzu, que organizaba la producción bajo formas familiares; al Tenno o emperador considerado de origen divino, simbolo del poder; al shintoísmo como religión de Estado; y a los militares como símbolo del honor y la integridad territorial se abrió paso a la posibilidad de la modernización y penetración de un capitalismo típico de Oriente? Y en el caso de China, ¿qué tanto la ética marxista fue la condición I88 zyxwvutsrqp zyxwvu zyxwv zyxwvutsr zyxwvutsr zyxw zyxwvutsr zyxwvu zyxw zyxwvuts zyxwvuts zyxwv zyxwvutsr zyxwvutsrq zyxwvu zy zyxwv zyxw zyxw zyx zyxwvut Guillermo J. A. Garduño Valer0 de la acumulación que bajo las formas anteriores no pudo ser alcanzada? 2. La segunda es más obvia y directa: ¿por qué el Fondo de Cultura Económica tardó tanto tiempo en editar esta obra?, a la que sólo siete sinodales tuvimos la posibilidad de leer en 1989, y que en la reiectura reconocemos la lozanía que aún conserva y que esperamos que los lectores de las nuevas generaciones sepan remontarla. 3 Y para concluir quisiera recordar un p h f o de la Ih'ada que dice: los vientos del otoño y ohos cría la selva al florecer, y ufanas crecen ai aliento vital de primavera; y las generaciones de los hombres así son: ést a nace, aquella muere. NOTAS ' Julián Marias,EI metodo hist6ricodelas generaciones,tomo Vi,Madrid, Revisla de Occidente, 1970, pp. 54-55. Vease la nota a nuestra segunda edición en español de Economía y sociedad hecha en 1969 para comprobar esta Como las hojas de los árboles nacen y perecen, pasan del hombre las edades que unas hojas derriben por el suelo asi tendencia. 3 Gina Zabludowsky Kuper, Patrimonialrímo y modernización, México, FCF, 1994. pp. 177- 178.