1656, pintada sobre venturina, Museo del Prado, Madrid La visión de san Felipe Neri durante la construcción de la iglesia, 1664-1665, Chiesa Nuova, Roma San Carlos llevando el santo clavo entre los apestados, 1667, iglesia de San Carlos ai Catinari, Roma Carrassat, P.
Lapidacion de San Esteban (Pinacoteca Nacional de Bolonia) Escenas de la Vida de Jacob (1606-14, Santa Maria della Pietà, Bolonia) Virgen con el Niño con Santa Cecilia y San Alberto (1610, Pinacoteca Capitolina, Roma) Escenas de la Vida de San Carlos Borromeo (1611, San Paolo Maggiore, Bolonia) San Carlos Borromeo aprueba la regla de los barnabitas San Carlos Borromeo imparte la comunión a los apestados San Carlos Borromeo penitente en procesión durante la peste Deposición (c.
1545, Museo del Louvre, París San Marcos liberando al esclavo, 1548, óleo sobre tela, Galería de la Academia de Venecia Autorretrato, h. 1548, Victoria and Albert Museum. San Roque curando a los apestados, 1549, iglesia de S. Rocco, Venecia.
Escenas de las Metamorfosis de Ovidio (1641, Alcázar de Madrid, destruidos) San Juan de Dios (1650, Bowes Museum, Barnard Castle, Durham) Ascensión de Cristo (1651, MNAC, Barcelona) San Luis de Francia (1651, Museo de Sarasota) San Jerónimo azotado por los ángeles (1651, Museo del Prado) Martirio de San Bartolomé (1651, Museo del Prado) Adoración de los Reyes Magos (Museo de Bellas Artes, Bilbao) San Carlos Borromeo y los apestados (Catedral Nueva...
La población quedó diezmada a la mitad: las plazas y las calles se llenaron de cadáveres, lamentos y llantos, sin embargo, nadie se atrevía a auxiliar a los apestados por temor a contraer la enfermedad.
Discípulos suyos fueron: Antoine-Jean Gros, cronista de las gestas napoleónicas, realizó en Napoleón visitando a los apestados de Jaffa (1804) unos desnudos de intenso dramatismo, mostrando con crudeza los efectos de la enfermedad; y Théodore Chassériau, que intentó sintetizar la línea de Ingres con el colorido de Delacroix, aunque su obra tiende al academicismo (Venus Anadyomene, 1838; Susana y los viejos, 1839; Diana sorprendida por Acteón, 1840; Andrómeda encadenada a la roca por las nereidas, 1840; La toilette de Esther, 1841; Ninfa dormida, 1850; El tepidarium, 1853).
Se arremolinan en bandadas; se dispersan como pétalos de rosa que se deshojase en el aire; giran, febricitantes de amor, para posarse luego donde quiera que agonicen los mortales. Vuelan de los
apestados a los leprosos, del lazareto al cobertizo del campo, donde perece el aislado.
Tomás Carrasquilla
No asomen sus garras tras el hambre de ayeres traspasados y dejen los cadáveres perdidos en su aires
apestados y en su tierra de gusanos.
Antonio Domínguez Hidalgo
Por todas partes de su campamento se levantaron furiosas protestas: "¿Por qué estaban perdiendo el tiempo sin hacer nada en una tierra desierta y devastada, en medio de hombres y bestias apestados, mientras había sitios libres de la epidemia y con grandes riquezas en territorio de Túsculo?".
Puesto que tú me has escogido entre todas las mujeres Para ser el asco de mí triste marido, Y como yo no puedo arrojar a las llamas, Como una esquela de amor, este monstruo esmirriado, ¡Yo haré rebotar tu odio que me agobia Sobre el instrumento maldito de tus perversidades, Y he de retorcer tan bien este árbol miserable, Que no podrán retoñar sus brotes apestados!" Ella vuelve a tragar la espuma de su odio, Y, no comprendiendo los designios eternos, Ella misma prepara en el fondo de la Gehena Las hogueras consagradas a los crímenes maternos.
Y para cerrar el paso a los miles de animales en pie que sin cesar mandaba la Argentina y que pronto hubieran llegado a ser millones, les fue fácil encontrar pretextos: los animales de la Argentina estaban apestados.
donde el antiguo grito que me consumía, se ahogue y en su naufragio, morir tan hondo, que ya jamás mi voz errante bese los aires cotidianos
apestados de las calles ni los humos presumidos de su peso que destrozan la barca barcarola de mi pavimentado lago...
Antonio Domínguez Hidalgo