A poco de haber entrado a la escuela, estando en la clase de escritura, se le acercó la Aguirre con muchísimo misterio, y le dijo al oído: -¿Querés que seamos
novios, ole Toto?
Tomás Carrasquilla
-Pos lo que pasó jué una cosa que cuasi espanta, y que pasó cuando acabábamos de salir de la ermita los novios y los conviáos; por cierto que diba la del Romero que embestía de regraciosa, pero más amarilla que el panal de la cera.
No podía ya ver a la pareja de
novios ni a sus regocijados padres, pero durante largo rato los estuvo oyendo cantar y charlar alegremente.
Hans Christian Andersen
Pronto pudo el brazo viviente salir por encima del relicario y amenazó a la asamblea con gestos de desesperación e ironía. – El santo nos bendice –dijeron las viejas mujeres, los niños y los novios, gentes crédulas.
Atónita, sin creer lo que oía, la niña optó por sonreír a su vez, imaginando que se trataba de una broma de luna de miel..., broma algo chocante, algo inconveniente...; pero ¿quién sabe? ¿Sería moda entre
novios?...
Emilia Pardo Bazán
Cuatro veces le he cogido con el tizón en la mano; en una de ellas estaba ya ardiendo la leñera. No le he echado a presidio, porque me da lástima de su pobre familia.-Ahí tienes dos novios convidándose a castañas...
Era pobre de bienes, porque sus padres vivían de prestado, al paso que él ya no lo era con lo heredado de sus bienhechores; no tenía vicios ni le hacía ascos al trabajo, y de estampa, aunque le estuviera mal el decirlo, andaba bastante bien. No abundaban en el pueblo los novios de esas condiciones para las mozas como ella...
El violinista iba en cabeza, con su violín engalanado de cintas; a continuación marchaban los novios, los padres, los amigos todos revueltos, y los niños se quedaban atrás, entreteniéndose en arrancar las campanillas de los tallos de avena o peleándose sin que ellos los vieran.
Muy torpe tenía yo que ser si entre la confusión y algazara de la fiesta no le arrancaba a Andreíta la entera confesión; si no salíamos de allí pública y oficialmente
novios.
Emilia Pardo Bazán
La curiosidad en los convecinos de los extraños futuros, a quienes ya llamaba todo el mundo «los
novios de pastaflora», continuó exaltándose, hasta convertirse en frenesí.
Emilia Pardo Bazán
La niña se le aboca, lo ase con un bracito por una pierna, y, siempre señalando, repite: "¡Véalos, Pepito!; véalos: ¡son
novios, son
novios!".
Tomás Carrasquilla
Tamaño acontecimiento trascendió hasta los reinos limítrofes: apenas si cabría en el mundo pareja más hermosa, más ilustre, y
novios el uno para el otro más apropiados.
Tomás Carrasquilla