Aquí estoy...
Déjenme sacar mi pañuelito y mi sacudidor rosita, las telarañas de este, su blog, se estaban acumulando. Y no quiero decir que mi ausencia haya sido desconsoladora para ustedes (porque seamos honestos, no les importo), pero bien podría hablar sobre una de las cosas que más ha repercutido en este año que ya nos dejó. Estoy de rapidito -nunca de rapidín- y gustaríame escribir un poco de manera retórica e inentendible, justo como a ustedes, amados y escasos lectores, les gusta. Pero el tiempo ni el esfuerzo me ayudan a sacar el lado fanfarrón que escondo bajo mis canas. Siquiera a quién engaño, pues saben bien que no soy un vejete indefenso y mandilón. La amistad es el lazo que nos unió, une y unirá en el resto de nuestra amainada vida, por lo tanto, creo correcto que le demos más importancia a la vivencia con aquellos seres que hacen amena nuestro modo de vivir, sea bien en una computadora, con quién no tienes contacto físico, o con los que rodean tu vivir. Cualquiera de los casos, lo ...