Llamó a Jacinto, que era el que le gustaba más. Lo coloca bien, le besa el culo, se casca el pito, se agita. Por la vibración de sus nervios, por el espasmo que precede siempre a su descarga, hubiera podido creerse que su perversa y pequeña anchoa, que Alina meneaba con fuerza, iba finalmente a soltar su simiente, pero el financiero no era tan pródigo de su semen y ni siquiera se empalmó.
ueño ya don Pedro de la
Casca de los veintidós buques que bajo el mando del general Hinojosa componían la escuadra de Gonzalo Pizarro, resolvió principiar la campaña contra el rebelde, desentendiéndose de las observaciones que en oposición a su propósito formularon don Diego García de Paredes y demás capitanes.
Ricardo Palma
Texto La turbación, segunda aquel día para los conjurados, fue que uno de los que no eran de la determinación, se llegó a Casca, que era de los confederados, y apretándole la mano derecha, le dijo: "Tú, Casca, nos has callado el secreto; mas Bruto nos le ha declarado todo".
Cerca estuvo Casca, engañado del hablar dudoso déste, de confesar el trato de todos. Y al propio Bruto y a Casio, Popilio Lena, varón del orden senatorio, hablándoles inclinado al oído, les dijo: "Yo deseo por vosotros que ejecutéis con las manos lo que tenéis cerrado en los corazones; yo os aconsejo que no lo dilatéis, porque el silencio dura poco".
Por eso conviene prevenirse los movedores de las facciones de recato prudente y mudo, y desentenderse de las palabras equívocas con que los curiosos preguntan y espían, dando a entender que saben lo que desean saber. Casca titubeó, y con la turbación de lo que oía parló mucho de lo que callaba.
Capitán Caruajal fue rreciuida en el año de mil y quinientos y quareynta y ciete, papa Paulo tres de su pontificado catorse, enperador don Carlos cinco y de su enperio dies y nueue y de su rreynado treynta, suseso del dotor Pedro de la Casca: Pedro Fernandes Paniagua, a quien el dotor de la Casca enbió el año pasado con cartas a Gonzalo Pizarro con quexas que tenía del Caruajal.
Y asiéndole de la empuñadura César, exclamando con alta voz, dijo en latín: "Malvado Casca, ¿qué haces?". Mas en el griego pidió a su hermano que le socorriese.
¡Ah, cuando yo era niño soñaba con los héroes de la Iliada! XIX El
casca-nueces-vacías, Colón de cien vanidades, vive de supercherías que vende como verdades.
Antonio Machado
Y riéndose de la confusión y espanto con que se turbó Casca, añadió: "Dime, ¿de dónde has enriquecido tan presto, que te presumes edil?".
ENPERADOR DON CARLOS ENBÍA SV CARTA I PERDÓN A GONZAlo Pizarro y a los demás conquistadores y lo lleua la carta el dotor Pedro de la Casca.
el dotor de la Casca sentencia Gonsalo Pizarro que le corte la cauesa, y a Lorenso de Aldana y a Hinojosa con los demás capitanes fueesen desquartesados.
lo que pasa, le das un gorpe ar cantarillo y na; le das otro y otro y otro, y na tamién; pero a la larga se esconcha y aluego se casca y aluego arremata por romperse, que es propiamente lo que a ti te ha pasao con er querer de esa gachí, que tantísimo lo has gorpeao con er martillo de los celos, que de lo que fue a lo que es hay un tirón como de aquí a la Argentina.