29 ¿Quién esto puede ver, quién puede soportarlo si no un impúdico y un voraz y un tahúr, que Mamurra tenga lo que la Comata Galia tenía antes y la última Bretaña?
El herido, en aquellos momentos parecía tener una intensa lucha en contra de algo invisible que en su incesante agonía, profanaba los misterios ocultos de visiones precisas, revelaciones ignoradas. Deliraba... Como en
voraz torbellino, lo pretérito se manifestaba en su interno. Escuchaba voces conocidas y desconocidas.
Antonio Domínguez Hidalgo
Ya semejaba del airado trueno El repentino y cóncavo estampido; Ya de desolacion intima lleno, Largo, medroso y lúgubre gemido; Ya por el ronco vendabal sin freno Ancho y voraz incendio sacudido, Y ya el fragor de la borrasca fiera Con que la mar retumba en la ribera.
(¡Condenado!) va completamente lleno, (¡Me lleva...!) se hace tarde (¡Maldición!) y ante el amenazante retardo, la angustia
voraz que nos carcome al ánimo y nos hunde en el mal humor.
Antonio Domínguez Hidalgo
VOLANTERIAS ANTONIO DOMÍNGUEZ HIDALGO -Ay Cipriano que va a ser de ti; por favor no seas tan soñador; que la tierra es tierra nada más y el fuego por siempre es
voraz.
Antonio Domínguez Hidalgo
Sodomita de Rómulo, ¿estas cosas verás y soportarás? Eres un impúdico y un voraz y un tahúr. ¿Con este nombre, emperador único, estuviste en la última isla de occidente, para que esta vuestra rejodida méntula doscientos mil se comiese o trescientos mil?
Aquella misteriosa y no pedida declaración sincera y espontánea de un generoso amor, que por él vela y que con el de su ángel se compara, hizo en su corazón, con el recóndito y hondo poder de voluntad simpática, fermentar ese amor único y ciego que en la vida una vez nos avasalla; ese amor solitario, irresistible, voraz, que nace al parecer sin causa, que ahoga todo amor, todo recuerdo del corazón en cuyo centro arraiga: ese amor cuyo germen atesora toda alma ardiente para amar creada, y que brota violento, repentino al contacto magnético de otra alma, cuyo amor corresponde con el suyo, porque nace con ella apareada; y una a otra sus átomos fecundos se envían sin cesar como las palmas.
¿Qué es más que una ilusión?, menuda chispa que en su mente febril brotando informe llega a hoguera voraz; grano de arena que empieza en grano y que concluye en monte.
En la soberbia capilla donde las cenizas duermen, en magníficos sepulcros, de los Católicos Reyes, ya está la bóveda abierta, cuya ancha boca parece de la eternidad la boca, que
voraz su presa atiende.
Ángel de Saavedra
-A aumentar el mal, vino voraz la usura, la cual, más de una vez condenada por sentencia de la Iglesia, sigue siempre, bajo diversas formas, la misma en su ser, ejercida por hombres avaros y codiciosos.
Aquel rostro de rosa y cándida nieve, aquella divina boca de perlas y de claveles, aquellos ojos de fuego, aquella serena frente, que hace pocos días eran como un prodigio celeste, tornados en masa informe, hedionda y confusa vense, donde enjambre de gusanos
voraz cebándose hierve.
Ángel de Saavedra
Cuando llegue a las cóncavas naves, acordaos de traerme el
voraz fuego, para que las incendie y mate junto a ellas a los argivos aturdidos por el humo.
Homero