voraz


También se encuentra en: Sinónimos.

voraz

(Del lat. vorax, -acis.)
1. adj. Que come mucho y con ansia llegó del paseo con un hambre voraz; los dos jóvenes son muy voraces.
2. Que destruye o consume con rapidez el voraz incendio asoló la zona. destructor, devorador
NOTA: En plural: voraces tb:vorace
Gran Diccionario de la Lengua Española © 2022 Larousse Editorial, S.L.

voraz

 
adj. Díc. del hombre o del animal que come mucho con mucha ansia.
fig.Violento, pronto en consumir una cosa.
Diccionario Enciclopédico Vox 1. © 2009 Larousse Editorial, S.L.

voraz

(bo'ɾaθ)
abreviación
1. animal que come mucho un depredador voraz
2. hambre que es muy grande y lleva a comer con ansia Ese niño tiene un apetito voraz.
3. fenómeno que destruye con rapidez una cosa un incendio voraz
4. que implica ansia, pasión o intenciones de destrucción Planeo una venganza voraz.
Kernerman English Multilingual Dictionary © 2006-2013 K Dictionaries Ltd.
Sinónimos

voraz

adjetivo
2 violento activo destructor
Voraz se aplica particularmente al fuego.
Diccionario Manual de Sinónimos y Antónimos Vox © 2022 Larousse Editorial, S.L.
Traducciones

voraz

vorace

voraz

voraz

voraz

贪婪

voraz

貪婪

voraz

glupsk

voraz

ADJ
1. (= devorador) → voracious, ravenous (pey) → greedy
2. [fuego] → raging, fierce
3. (Méx) (= audaz) → bold
Collins Spanish Dictionary - Complete and Unabridged 8th Edition 2005 © William Collins Sons & Co. Ltd. 1971, 1988 © HarperCollins Publishers 1992, 1993, 1996, 1997, 2000, 2003, 2005

voraz

a. voracious, having an excessive appetite.
Spanish-English Medical Dictionary © Farlex 2012
Ejemplos ?
29 ¿Quién esto puede ver, quién puede soportarlo si no un impúdico y un voraz y un tahúr, que Mamurra tenga lo que la Comata Galia tenía antes y la última Bretaña?
El herido, en aquellos momentos parecía tener una intensa lucha en contra de algo invisible que en su incesante agonía, profanaba los misterios ocultos de visiones precisas, revelaciones ignoradas. Deliraba... Como en voraz torbellino, lo pretérito se manifestaba en su interno. Escuchaba voces conocidas y desconocidas.
Ya semejaba del airado trueno El repentino y cóncavo estampido; Ya de desolacion intima lleno, Largo, medroso y lúgubre gemido; Ya por el ronco vendabal sin freno Ancho y voraz incendio sacudido, Y ya el fragor de la borrasca fiera Con que la mar retumba en la ribera.
(¡Condenado!) va completamente lleno, (¡Me lleva...!) se hace tarde (¡Maldición!) y ante el amenazante retardo, la angustia voraz que nos carcome al ánimo y nos hunde en el mal humor.
VOLANTERIAS ANTONIO DOMÍNGUEZ HIDALGO -Ay Cipriano que va a ser de ti; por favor no seas tan soñador; que la tierra es tierra nada más y el fuego por siempre es voraz.
Sodomita de Rómulo, ¿estas cosas verás y soportarás? Eres un impúdico y un voraz y un tahúr. ¿Con este nombre, emperador único, estuviste en la última isla de occidente, para que esta vuestra rejodida méntula doscientos mil se comiese o trescientos mil?
Aquella misteriosa y no pedida declaración sincera y espontánea de un generoso amor, que por él vela y que con el de su ángel se compara, hizo en su corazón, con el recóndito y hondo poder de voluntad simpática, fermentar ese amor único y ciego que en la vida una vez nos avasalla; ese amor solitario, irresistible, voraz, que nace al parecer sin causa, que ahoga todo amor, todo recuerdo del corazón en cuyo centro arraiga: ese amor cuyo germen atesora toda alma ardiente para amar creada, y que brota violento, repentino al contacto magnético de otra alma, cuyo amor corresponde con el suyo, porque nace con ella apareada; y una a otra sus átomos fecundos se envían sin cesar como las palmas.
¿Qué es más que una ilusión?, menuda chispa que en su mente febril brotando informe llega a hoguera voraz; grano de arena que empieza en grano y que concluye en monte.
En la soberbia capilla donde las cenizas duermen, en magníficos sepulcros, de los Católicos Reyes, ya está la bóveda abierta, cuya ancha boca parece de la eternidad la boca, que voraz su presa atiende.
-A aumentar el mal, vino voraz la usura, la cual, más de una vez condenada por sentencia de la Iglesia, sigue siempre, bajo diversas formas, la misma en su ser, ejercida por hombres avaros y codiciosos.
Aquel rostro de rosa y cándida nieve, aquella divina boca de perlas y de claveles, aquellos ojos de fuego, aquella serena frente, que hace pocos días eran como un prodigio celeste, tornados en masa informe, hedionda y confusa vense, donde enjambre de gusanos voraz cebándose hierve.
Cuando llegue a las cóncavas naves, acordaos de traerme el voraz fuego, para que las incendie y mate junto a ellas a los argivos aturdidos por el humo.