Educacion Artistica Barragan Teoria
Educacion Artistica Barragan Teoria
Educacion Artistica Barragan Teoria
PRAXIS
No es difcil detectar la impresin de perplejidad que envuelve en la actualidad mbito de la escuela y de la prctica educativa, as como la sensacin de desconcierto generalizado entre los docentes. Parece que asistimos impotentes a la erosin y desmoronamiento imparable de un importante edificio clsico, aparentemente slido hasta ayer, sin que afloren con cierta claridad las pautas de su reconstruccin alternativa. (Prez Gmez, A. 1999)
A MODO DE PRESENTACIN
Inicio este recorrido contigo, colega de la educacin, con una cita que habla de desconcierto generalizado entre los docentes. En ellos me incluyo y por tanto manifiesto que como mnimo me encuentro tan desconcertado como tu. No pretendo hablarte desde la posicin distante y resguardada de la teora, aunque como vers recurro a ella para intentar explicar problemas. El sentido del texto que he elaborado es ms bien el de un espacio para compartir reflexiones sobre esa situacin en la que nos encontramos los docentes y probablemente todos los profesionales del mbito social y asistencial. Esta situacin que el socilogo Salvador Cards caracteriza (con muy buena vista) como el desconcierto de la educacin. Este autor se hace eco muy hbilmente de voces que se oyen en todas partes en este sentido. Yo que profesionalmente me dedico fundamentalmente a la formacin inicial de educadores del rea artstica (visual y plstica o como demonios se la quiera llamar) y otros profesionales de la intervencin social, slo pretendo compartir con vosotros reflexiones (propias y ajenas en una proporcin indeterminable completamente, este es el mundo de la informacin) que ayuden, de alguna manera, a otros educadores ante esa percepcin de desconcierto frente a las tareas educativas en la sociedad actual. Al fin y al cabo esa es una de las funciones que podemos tener los profesores que tenemos el privilegio y la responsabilidad (oh cielos!) de dar clases en la universidad. Y sealo esto para afirmar mi conciencia de las diferencias con respecto a las condiciones contextuales en las que trabajan otros docentes. Creo en la realidad y urgencia de algunas preocupaciones docentes y conozco contextos educativos difciles, algunos muy duros. Las dificultades en el contexto universitario son de otra naturaleza (que no os voy a explicar en esta ocasin) y s que a veces las, incluso bien intencionadas, afirmaciones de los expertos universitarios son recibidas con mucho escepticismo y recelo por parte de educadores cuya vivencia profesional sobrepasa algunas de las primeras premisas de los textos de experto. Lo entiendo y solo puedo decir que deseara que esta vez no pasara eso, pero estoy dispuesto a correr el riesgo, mis reflexiones no dejan de ser genricas, el contexto de las publicaciones no es el contexto de las diversas realidades educativas. Insisto, este texto no pretende ser una gua de lo que el educador debe hacer sino ms bien sugerencias hacia reflexiones, modelos, recursos, etc., que he ido rescatando de aqu y de all, y que he relacionado con otras observaciones propias para que puedan servir, de alguna manera, para otros educadores, etc., eso es una de las tareas que podemos hacer los profesores universitarios de pedagoga. Si alguna idea puede aportar o algn recurso o al menos algn alivio me dar por contento. Crea necesaria estas aclaraciones a modo de mnima presentacin ya que con demasiada frecuencia no sabemos quines son, cmo piensan o desde qu posicin escriben aquellos expertos que leemos en los medios pedaggicos. Adems uno de los aspectos que se repiten en numerosos textos sobre el desconcierto educativo tiene que ver precisamente con la despersonalizacin en los contextos profesionales y la frecuente sensacin de soledad y aislamiento del profesional.
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1.2. Del desconcierto del educador en general al desconcierto del profesor de educacin artstica en particular
El profesor del rea artstica cuenta adems de las dificultades generales del trabajo docente con dificultades que se derivan de las peculiaridades del rea. Una de ellas es la consideracin (o mejor dicho de la desconsideracin) de la importancia del rea en los contextos educativos (para las instancias directivas y organizativas, para las familias, para
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los estudiantes, para los colegas de otras reas). Sobre el papel parece muy clara la importancia de los aprendizajes relacionados, sino con arte, al menos s con la imagen visual. Pero en la prctica, con mucha frecuencia esta consideracin se pierde. Las razones son diversas y difciles de sintetizar aqu. Mencionemos a modo de ejemplo testimonial las siguientes: la preponderancia de los lenguajes verbales y las reas de conocimiento ms directamente (aparentemente) aplicables a la vida cotidiana extraescolar, la mayor valoracin social de otras reas, como por ejemplo el pensamiento y capacidades matemticas, y por otras razones el conocimiento histrico. La distribucin horaria que implica un paquete cada vez ms diversificado y ampliado de requerimientos educativos, se ha convertido en la prctica en un instrumento de valoracin de las reas, y la asignacin horaria del rea de visual y plstica tambin en este aspecto sale perjudicada. Pero por otra parte el rea artstica tiene una ventaja importante, que aunque algunos insistan en devaluar yo considero muy importante: el potencial motivador; el aspecto ldico y placentero que pueden tener las actividades artsticas (que ms tarde intentaremos abordar) son a mi modo de ver un aliciente importante para educadores y estudiantes que sin duda debemos aprovechar en el aula. Otra dificultad peculiar deviene de las confusiones con la denominacin del rea artstica y la seleccin de objetivos y contenidos prioritarios. Uno de los problemas importantes del rea de educacin artstica (y de los textos que de ella se ocupan) es la imprecisin y polisemia de los trminos utilizados. Esto, que en un contexto potico sera un recurso inestimable, resulta ser un problema grave para compartir un marco comprensivo comn de los conceptos y temas bsicos de la didctica del rea. Los problemas ya empiezan con la propia denominacin del rea y los contenidos y metas fundamentales que acoge. Yo vengo utilizando primordialmente el de educacin artstica porque me parece el menos malo, ya que todas las denominaciones tienen sus pros y sus contras, y sealo brevemente algunas de stas. Como se ver a continuacin existen diversas teoras sobre la educacin artstica que incorporan una denominacin que suele sealar el objetivo primordial o foco prioritario del aprendizaje que se propone. Educacin artstica tiene la ventaja de no ser excluyente de ninguna modalidad de lo artstico, aunque esa es tambin una desventaja porque incluira campos de los que se ocupan otros docentes, como seguramente pensarn los profesores de msica o literatura por ejemplo. Tiene la desventaja de que parece dejar fuera aquellas producciones culturales que no son arte (que no tienen intencionalidad artstica, ni son percibidas en contexto artstico). Es decir, parece dejar fuera la mayora de producciones culturales que hoy en da estn ms presentes en nuestra cultura (cine, publicidad, televisin, moda, diseo, etc., por citar slo aquellas con un fuerte componente visual) y no puedo entrar aqu en la controvertida discusin sobre lo qu es o no arte, o mejor dicho, en mi opinin cundo es o no arte. Por ello con mucha frecuencia hablo de producciones culturales, trmino que por su generalidad tampoco parece adecuado. La denominacin oficial del rea en la reforma del 90, educacin visual y plstica, tiene la ventaja de incorporar esas producciones culturales que no se proponen ni se perciben, ni se legitiman socialmente como arte, aunque sean muy importantes en el momento presente. El problema viene porque la distincin de un rea por una acotacin puramente sensorial no parece tampoco muy adecuada. Por poner un ejemplo no se habla de educacin sonora para hablar de educacin musical. Adems la idea de lenguaje visual centrado sobre todo en los elementos formales (como si estos pudieran leerse independientemente de la interpretacin ms global de los significados de la imagen) que el diseo curricular adapt, es a nuestro entender un error muy grave que nos ha hecho perder el sentido ms importante (siempre a mi entender claro) de nuestra rea: la posibilidad de crear y interpretar significados simblicos, relevantes individual y socialmente. Esta idea es la que sigue apuntando directamente la experiencia artstica, as que la denominacin educacin artstica es la que preferimos, a pesar de la conciencia de sus muchos inconvenientes.
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Otras denominaciones: dibujo, educacin esttica, cultura visual, sern revisadas cuando abordemos el mapa las diferentes teoras u orientaciones. Otro de los aspectos que contribuye al desconcierto especfico del profesor de nuestra rea es la diversidad de objetivos y contenidos que pueden tratarse. Cul es entonces el criterio de seleccin? A veces las ramas de contenidos (de una diversidad extraordinaria) no dejan ver el bosque. Adelantamos ya una postura que luego me propongo argumentar: el bosque (por seguir con la metfora) es bsicamente que el estudiante desarrolle estrategias para desarrollar experiencias artsticas y de produccin cultural tanto de creacin como de apreciacin o interpretacin que le ayuden a comprenderse mejor a si mismo y su relacin con los otros, a travs de relaciones tanto de identidad como de diferencia. El concepto de aprendizaje de estrategias me parece clave. Creo que sigue existiendo demasiado conocimiento inerte en la escuela, conocimiento (si es que se puede llamar as) de contenidos que no se comprenden, que no vuelven a ser utilizados nunca ms y que se siguen enseando entre otras cosas por inercia. Muestro mi acuerdo con aquellos que se preguntan servirn los valores y competencias de siempre para enfrentarse a los problemas del siglo XXI? Cuadernos de pedagoga dedic un nmero monogrfico a este tema, Siglo XXI, competencias para sobrevivir, 298, (2001). En un intento de recapitulacin diremos que el rea de educacin artstica (o como quiera llamarse), en mi opinin incluye como especificidad el mbito de construccin de significados (representacin) a travs prioritariamente de la imagen visual, con un inters destacado por las producciones artsticas y de la cultura visual (artsticas o no). Por tanto, promueve en los estudiantes aprendizajes relacionados con: la apreciacin (o interpretacin) y la creacin (o produccin de la imagen), especialmente la visual (o audiovisual al menos), por aquello de la necesaria limitacin disciplinar. Limitacin disciplinar que, por cierto, no siempre es conveniente ni necesaria, eso depender del proyecto educativo que se promueva. Es un rea que permite precisamente compartir proyectos interdisciplinares con otras reas o incluso proyectos de globalizacin visual (casi debera decir audiovisual), artstica o no, mbito que acoge multitud de hechos, conceptos, producciones, gneros, etc. Esto ltimo genera una gran dificultad de acotacin, de seleccin de funciones educativas, contenidos y consecuentemente de recursos (bibliogrficos, documentales, grficos, visuales, etc.). En este caso, sin embargo, prefiero enfatizar el aspecto positivo que se produce para la prctica educativa, dada la gran riqueza de posibilidades y de conexiones con el contexto extraescolar y con el mundo de intereses de los alumnos. La motivacin y aspectos muy ldicos del aprendizaje artstico estn casi garantizados. Me atrevera ahora a proponer la reflexin sobre las teoras que despus se reflejan, de alguna manera, en las prcticas educativas concretas. Resulta til sealar una distincin entre las teoras explcitas sobre la educacin y sus diferentes aspectos (las teoras enunciadas por los expertos) y las teoras implcitas (esas creencias, prejuicios, concepciones no plenamente conscientes) que tenemos sobre la educacin, y que muchas veces ante la premura del da a da aplicamos sin darnos mucha cuenta de sus implicaciones en las situaciones de enseanza-aprendizaje. Nos proponemos construir un mapa de orientaciones de educacin artstica para mantener una posicin que intenta ser no excluyente. Si el educador conoce un mapa (no el mapa) de tendencias, probablemente podr conciliar aspectos de las diferentes teoras y reflexionar sobre cuales interesan ms en segn que contexto o situacin concreta. Se trata de rescatar contenidos, metodologas, estrategias y recursos que le ayudan a fundamentar su prctica.
porque me siento completamente identificado con las propuestas, y se dirigen a la necesidad de cambios tambin para los entornos administrativos y organizativos de la educacin. Porque los cambios, no slo deben ser adoptados y procesados por los educadores. Nosotros proponemos estas diez (medidas), con el nimo de que sean discutidas y enriquecidas por parte del colectivo docente y la comunidad educativa, y con la esperanza de que alguna administracin educativa sensible las recoja algn da. Son stas: 1. Proyectos educativos de centro que contemplen la educacin integral del alumnado y garanticen la formacin de una ciudadana libre, crtica y responsable. 2. Autonoma real del centro para adaptar el currculo al entorno y a las necesidades cambiantes del proceso de enseanza y aprendizaje. Para garantizar la constitucin de equipos docentes compactos y para hacer ms democrticas las escuelas. 3. Contenidos culturalmente relevantes, socialmente tiles y pedaggicamente atractivos. Que ayuden al alumnado a estructurar su pensamiento y a comprender su entorno y el mundo en que viven. 4. Promover, divulgar, analizar, evaluar e incentivar las buenas prcticas, las propuestas innovadoras y las experiencias contrastadas y exitosas. 5. Aplicar un amplio abanico de medidas de compensacin escolar o de discriminacin positiva a los alumnos y alumnas que presentan algn tipo de dificultad y que ms de diez necesitan: refuerzos, desdoblamientos de clases, agrupaciones flexibles, programas de adaptacin y diversificacin curricular, estudio asistido, tutora asistida, mediacin cultural y otro tipo de intervenciones de atencin a la diversidad y a favor de la equidad mediante ayudas internas y externas al centro. 6. Ampliacin de la plantilla del profesorado, sobre todo en las zonas donde se atiende a los sectores ms desfavorecidos de la poblacin. Tambin de los equipos de orientacin, de educacin compensatoria, psicopedagogos, educadores y trabajadores sociales. Y ms personal administrativo que libere al profesorado de las tareas administrativas y burocrticas. 7. Reduccin del nmero de alumnos por aula y desmasificacin de los centros. 8. Bibliotecas escolares en cada centro, concebidas como centros de documentacin y de recursos multimedia que orienten la intervencin docente y se conviertan en un servicio estratgico vinculado al currculo de las diversas reas y etapas educativas. 9. Formacin inicial del profesorado de cuatro aos, mediante una licenciatura donde se ample la formacin cultural y profesional, as como el perodo de prcticas tutorizadas. Y una formacin permanente centrada en la reflexin individual y colectiva sobre la prctica docente. 10. Evaluacin, incentivacin y promocin del profesorado mediante incentivos individuales y colectivos para la innovacin y la investigacin. Concesin de licencias y perodos sabticos, y posibilidad de que el profesorado, a partir de los 55 aos, pueda dedicarse a otras tareas tales como asesoramiento; seleccin, elaboracin y evaluacin de materiales; formacin permanente; o tutorizacin de estudiantes de prcticas y profesores y profesoras noveles. (Carbonell, J., 2002: 3) Mientras tanto seguiremos proponiendo tambin reflexiones o fuentes que nos ayuden a afrontar como educadores estos cambios en la cultura escolar.
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EXPLORANDO LAS POSIBILIDADES DE LA REFLEXIN PEDAGGICA PARA LA PRCTICA EDUCATIVA, O PARA QUE SIRVE LA UTOPA?
Existen diferentes manuales sobre estrategias muy concretas para las prcticas educativas en el sentido mencionado; un ejemplo reciente es el texto de Cox, S. y Heames, R. (2000): Cmo enfrentar el malestar docente, Estrategias e ideas prcticas para los tutores y sus alumnos. Pero en esta ocasin yo prefiero sealar algunas vas de reflexin ms generales. Considero que una primera aportacin es aceptar e intentar comprender un poco mejor algunas de las razones del desconcierto y cambiar la autoconcepcin de nuestras prioridades en las tareas docentes. Una vez ms remito al libro: El desconcierto de la educacin (2000) del socilogo Salvador Cards, que contribuye a lo que l mismo seala como desdramatizar la realidad. Por otra parte ser realista y conocedor de nuestras potencialidades y limitaciones y las del contexto, no est reida con la conviccin sobre la necesidad de la utopa educativa, aunque sea como un horizonte que no alcanzaremos pero que seala algunas direcciones para el camino del cambio. No quiero entrar en el tono de iluminado al que este tema parece inevitablemente invitar. Seguiremos pues en una lnea de reflexin que intenta ser serena y que pretende slo proporcionarnos un espacio potencial para pensar.
2.1. Los diversos modelos de educacin artstica como referentes para la intervencin educativa
Un modelo de educacin artstica que sirve de referencia a la intervencin educativa, y probablemente el ms difundido, es aqul que plantea como objetivos primordiales: el desarrollo en los usuarios de destrezas manuales, el mayor dominio psicomotriz, y el desarrollo en la medida de lo posible de un cierto gusto esttico. Esto no es extrao, porque sta ha sido la tendencia de educacin artstica ms extendida en todos los mbitos de la escolarizacin. Ha sido as probablemente por influencia de la enseanza acadmica tradicional del arte y por la necesidad social del sistema econmico basado en la produccin y el consumo para formar individuos con ciertas destrezas manuales aprovechables por la industria y un cierto gusto esttico que despierte determinadas necesidades de consumo. Queremos insistir en que esta forma de utilizar los medios artsticos y el resto de las producciones culturales puede tener su sentido en determinados momentos y contextos educativos. Los diferentes tipos de aprendizaje artstico pueden ser complementarios y no tienen porque ser excluyentes. Consideramos que en el marco de la reflexin y la teora pedaggica se da a veces un excesivo tono doctrinal en determinadas orientaciones, no exentas de un cierto papanatismo hacia un supuesto modelo ms progresista, ms innovador y ms relacionado con las tendencias internacionales. El equipo de profesionales, conocedores de su entorno, de sus posibilidades y sus limitaciones, es quien debe reflexionar y valorar las diferentes posibilidades que las teoras y los modelos proponen, y valorarn tambin la oportunidad o no de aplicarlos en una situacin concreta. Aqu solo pretendemos dar a conocer algunos de estos otros modelos y reflexiones sobre el desarrollo y aprendizaje artstico. En cada momento histrico, las orientaciones educativas y de intervencin sociocultural en general atienden a concepciones culturales predominantes en un determinado contexto: a la promocin de valores sociales y ticos, a la situacin poltica y econmica, a las tendencias educativas predominantes y, para el caso concreto de los educadores de arte, a las propias tendencias artsticas y estticas que se toman como referencia. Muchas de estas determinaciones permanecen ocultas para el educador, y con mucha frecuencia se aplican formas de trabajar sin conocer conscientemente cuales de estas determinaciones llevan consigo cada modelo.
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Por esta razn queremos ahora sealar algunos de los distintos modelos de educacin artstica que influyen tambin el trabajo socioeducativo. En este sentido Eisner (1995), un experto en educacin artstica, sealaba una oscilacin entre los expertos en educacin y aprendizaje de las artes entre dos tipos generales de justificacin para la enseanza del arte: las esencialistas y las contextualistas. Los seguidores de las corrientes esencialistas consideran que el arte aporta un tipo de experiencia peculiar vinculada a la expresin, la representacin y la sensibilidad y, por tanto, promueve en el individuo y/o en el grupo una serie de conocimientos, emociones y de experiencias que otras disciplinas o reas de conocimiento no generan. Lo que se aprende a travs de la experiencia artstica (ya sea en su dimensin creativa o en su dimensin interpretativa) no puede asimilarse a travs de otras disciplinas. Por tanto desde esta visin se apoyara el valor del arte como mbito de conocimiento en s mismo, independientemente de la posible contribucin al aprendizaje en otras reas o a otras finalidades educativas. En contraposicin, las corrientes contextualistas dedican mucha atencin a todo lo que se puede aprender de forma colateral a travs del arte. Los fines y medios del aprendizaje artstico estarn supeditados al contexto y necesidades del grupo educativo; por ejemplo el desarrollo instrumental para otras reas consideradas prioritarias, o para la futura incorporacin al mundo laboral, o como actividad para fomentar la autoestima o para dotar a un grupo de una experiencia que les permita una mayor colaboracin e integracin social. Esta divergencia quiz haya servido a Eisner y otros autores para ordenar las corrientes de justificacin para la educacin artstica. Nosotros consideramos que en la planificacin y la intervencin educativa y social se intentan conjugar tanto las necesidades ms acuciantes de los educandos o usuarios como los mbitos de desarrollo y aprendizaje que el arte puede proporcionar. En la prctica socioeducativa, los educadores pueden hacer confluir las posibilidades que ofrecen las artes con necesidades y potencialidades de los respectivos colectivos. Se rescatan las metodologas y recursos propios de los diferentes lenguajes y prcticas artsticas atendiendo a las necesidades y potencialidades de los colectivos, que por otra parte slo pueden determinarse en relacin con un conjunto de factores relativos a una cultura y en un contexto social determinado. Para intentar aclarar algo ms la situacin diremos que probablemente en los contextos ms formales de la escolarizacin puede ser ms adecuado el desarrollo de proyectos con una presencia de contenidos artsticos mayor o ms especficos del arte, de la teora e historia del arte, de la esttica, de la cultura visual, etc. En cambio, el educador social, por ejemplo, estara ms cerca de las posturas contextualistas. Al margen de que el profesional considere que es ms o menos importante en la formacin humana saber Arte, el encargo social que recibe no es ensear a pintar, ni la vida y la obra de artistas famosos, ni procedimientos artsticos. Lo que se le pide es que mejore la situacin individual y social de los individuos de un grupo. A travs de talleres de arte el educador puede trabajar hbitos relacionales, como saber escuchar o aceptar opiniones diferentes o maneras alternativas de trabajar; valores sociales como la solidaridad o la aceptacin de lo diferente, el desarrollo de capacidades de expresin verbal y otras muchas capacidades cognitivas y sociales. Yo considero sin embargo que en las actuales circunstancias el encargo es muy parecido tambin para el profesor en contexto escolar. En cualquier caso, consideramos que los modelos de aprendizaje y educacin artstica pueden proporcionar ideas y propuestas tanto para los docentes en contextos formales como para los educadores u otros trabajadores de la intervencin social. Intentaremos sintetizar un pequeo mapa de orientaciones, por supuesto no exhaustivo y con explicaciones a grandes rasgos. Algunas precisiones metodolgicas ms: las denominaciones y la distincin entre las orientaciones es un tema muy controvertido en esta rea de estudios; no es posible desarrollar aqu la distincin entre modelos segn la referencia histrica y geogrfica; y, finalmente, hablamos de tendencias de educacin artstica centrndonos especialmente en las referidas a las artes visuales, ya que seria
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imposible hacer otra cosa en este texto introductorio. Aludiremos a algunos datos que siten las tendencias (Barragn, J.M.: 1997), y el orden en que se enuncian intenta conjugar las caractersticas primordiales de la orientacin con un mnimo apunte sobre su aparicin histrica. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que la aparicin de una nueva orientacin no significa la desaparicin de las anteriores, ms bien da lugar a nuevas combinatorias entre diversos planteamientos. Probablemente en nuestra cultura en general y en el entorno pedaggico en particular se d por sobreentendido el valor educativo del arte, para pasar luego a olvidarse del tema, posiblemente o porque no se entienden real y profundamente los significados de esos valores o porque se consideren prioritarios otro tipo de ellos y en consecuencia de aprendizajes. Por esta razn, las diferentes orientaciones, tal como las hemos ordenado, aluden a las diversas posiciones a la hora de justificar el valor del arte para el desarrollo individual y social.