Lesiones Por Arma Blanca
Lesiones Por Arma Blanca
Lesiones Por Arma Blanca
INTRODUCCIN
La literatura mdico forense contempla en sus textos ms clsicos, a partir
del siglo XIX, exhaustivas clasificaciones y descripciones de las lesiones causadas por armas blancas.
En la prctica, este tipo de lesiones es frecuente causa de evaluaciones periciales que deben realizarse tanto en sujetos vivos como en cadveres, siendo
estas ltimas el objeto del presente estudio.
Hace ahora ciento cincuenta aos, Pedro Mata defina a las armas blancas
en la tercera edicin de su Tratado de Medicina Legal y Ciruga como todo cuerpo o instrumento mecnico capaz de perforar, cortar, dislacerar o contundir (1). Desde
entonces, todos los grandes tratadistas han aportado definiciones y descripciones hasta llegar a la ms reciente, dada por el Profesor Gisbert Calabuig (2),
para quien las armas blancas son instrumentos lesivos manejados manualmente
que atacan la superficie corporal por un filo, una punta o ambos a la vez.
Diferentes son las hiptesis que se barajan respecto al origen de la denominacin de Arma Blanca, y as, para Lpez Gmez reciben este nombre por
la brillantez de su hoja (3), mientras Grandini abunda en este planteamiento
al exponer que en otras pocas a estos instrumentos se les cromaba y por la
noche el destello lunar los haca brillar, contemplando como otra posibilidad
etimolgica el propio color blanco de un diferente tipo de acero conocido antiguamente (4).
Descriptivamente puede decirse que son instrumentos de diferentes materiales y formas, entre las que predominan las cilndricas y las laminadas, con
uno o ms bordes cortantes, y con un extremo terminado generalmente en
punta mientras que en el opuesto estn dotados de un mango o empuadura.
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dislacerante, por arma contundente y heridas por armas que obran de dos o
ms modos a la vez (1).
Sin embargo, Bonnet refiere que clsicamente se distinguen tres tipos: cortantes o incisas, punzantes o perforantes y punzocortantes o perforocortantes
(8)
, considerndose sta como las clasificacin ms prctica, a efectos descriptivos, de las lesiones producidas por las armas blancas.
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nado. Pero el arma puede tambin presentar un dimetro mayor, en cuyo caso esa
dislaceracin se convierte en un autntico desgarro que, tras la extraccin del arma,
impide el retorno completo del tejido a su estado previo, persistiendo una solucin
de continuidad que hace que el trayecto a nivel superficial permanezca visible.
Caractersticas de las lesiones:
Di Maio incluye este tipo de lesiones entre las penetrantes, y diferencia en
ellas una herida cutnea visible a la que denomina componente externo y una
herida interior ms profunda a la que llama componente interno (15).
El orificio de entrada se encuentra generalmente en la piel o en las mucosas, siendo una de sus principales caractersticas la ausencia de proporcin entre
las dimensiones de la herida y las del instrumento; tal como ya expresaba Mata
hace ciento cincuenta aos por regla general puede establecerse que las heridas hechas
por un arma perforante no presentan casi nunca exactamente la dimensin del cuerpo vulnerante que las ha producido. Siempre son ms pequeas, por cuanto separadas las fibras
del tejido, tienden a volver a su estado por su elasticidad y se reducen al menos en el sentido
transversal de su disposicin, por lo cual quedan oblongas, como lo hemos indicado poco
hace. Por esto hay que suponer en tales casos mayor dimetro del arma (1).
Tal como ya se expuso al comentar el mecanismo de accin, el orificio de
entrada puede presentar diferentes caractersticas en dependencia del dimetro del arma empleada, y as, pueden observarse dos tipos de herida:
Puntiforme: Aparecen cuando el instrumento lesivo es fino, originando
un orificio de entrada que puede presentarse totalmente disimulado (16) y
con un color rojizo, del que parte una fina estra de igual color, que penetra pudiendo afectar a rganos profundos.
Ojal: Esta morfologa se produce cuando el instrumento lesivo presenta
un cierto grosor, de tal modo que su dimetro sobrepasa el lmite de elasticidad de los tejidos, provocando una hendidura que semeja un ojal, con
ngulos redondeados, ntidos e iguales, que jams se prolongan en colas.
En estas heridas debern estudiarse exhaustivamente:
La morfologa especfica del orificio: Puede aportar datos que permiten aproximar la forma del agente lesivo, observndose heridas cilindrocnicas, ojivales, triangulares, rmbicas, o estrelladas en los casos
en que el arma carece de punta.
Las dimensiones: Que sern en todo caso menores que el arma que las
produce, por supuesto para el sujeto vivo. En las serosas afectadas el
orificio s presenta dimensiones similares a las del arma.
El permetro: Que se encuentra influenciado por la disposicin de las
fibras elsticas de la regin, segn las Leyes de Filhos y Langer que a
continuacin se exponen:
Leyes de Filhos (1833): 1 Un instrumento redondeado y cnico, como un
punzn, ocasiona pequeas heridas del todo anlogas a las que resultaran
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de la accin de un estilete aplanado y de dos filos. 2 Estas heridas se dirigen siempre en el mismo sentido en una direccin determinada del cuerpo,
difiriendo de las producidas por un instrumento de dos filos en que estas
ltimas pueden afectar toda suerte de direcciones.
Ley de Langer (1861): Cuando un instrumento punzante cilindrocnico
lesiona un punto en el cual convergen diversos sistemas de fibras de direccin
divergente, la herida toma una forma triangular o en forma de flecha (17).
En base a estas Leyes, las lesiones punzantes mantienen en las diferentes regiones anatmicas una direccin predeterminada, de tal
modo que: en el cuello son transversales en regin anterior y de arriba hacia abajo y de detrs a delante en las regiones laterales; en el
trax en su lnea media son transversales, en las costillas paralelas, en
la axila verticales y en la espalda transversales con oblicuidad hacia
abajo; en abdomen transversales en la lnea media y oblicuas hacia
abajo tanto ms cuanto ms lateral sea la regin en la que asientan; y
en extremidades su direccin es paralela al eje del miembro.
La fisionoma del borde del orificio, que puede presentar en la zona que
lo rodea un halo de contusin, denominado por los autores italianos
orla de excoriacin, que aparece cuando el instrumento punzante
presenta una extremidad roma -como sucede con un destornillador- o
un contorno rugoso -en el caso de las limas-, produciendo una inversin de los bordes que se acompaa de una zona de enjugamiento
producida por el arrastre de polvo, tierra y xido (16); en base a ello,
Raffo asegura que en ocasiones es posible la confusin entre este tipo
de heridas y las que producen proyectiles de arma de fuego de pequeo calibre (5). Tambin, en aquellos casos en los que el arma penetra
en toda su longitud, puede aparecer una zona circundante contusa
rodeando al orificio, causada por el traumatismo del mango sobre la
superficie cutnea.
Hemorragias: En este tipo de lesiones rara vez se asocian hemorragias
externas, siendo lo ms comn que se produzcan al interior (1). Sin embargo, cuando el territorio afectado tiene vasos sanguneos prximos a la
superficie cutnea, estas extravasaciones sanguneas pueden producirse
al exterior, como ocurre en lesiones penetrantes en axilas, flexuras y cara
anterior de brazos, ingle, hueco poplteo y, por supuesto, el cuello.
Continuando con el estudio de las caractersticas de la lesin debe analizarse el trayecto. Aparece en forma de una lnea rojiza que resulta del derrame
sanguneo en el interior del canal que atraviesa los tejidos lesionados. En l
debe estudiarse la direccin de la herida por planos, para comprobar como en
cada uno de ellos es diferente dependiendo de la que poseen sus elementos
elsticos, encontrndose en ocasiones cmo en dos tnicas consecutivas aparecen soluciones de continuidad que forman entre s un ngulo recto, tal como
sucede en las heridas en el estmago: en la serosa, la hendidura tiene una direccin
paralela a la de las curvaturas; en la muscular se observa una direccin transversal, y en
las mucosas una direccin un tanto oblicua (10).
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C. HERIDAS CORTO-PUNZANTES
Representan el tipo de heridas por arma blanca con mayor trascendencia
desde una perspectiva mdico forense, al tratarse de las ms frecuentes en casos de homicidio y de suicidio.
Tipo de arma:
Se trata de instrumentos formados por una lmina dotada de una o ms
aristas afiladas y cortantes que termina en punta, clasificndose segn el nmero de filos en monocortantes, bicortantes y pluricortantes, siendo algunos
ejemplos las navajas, cuchillos, puales, etc.
Su mecanismo de accin es mixto, actuando por la punta y por el filo simultneamente, de tal modo que el predominio de uno u otro depender por una parte
de cmo el instrumento incida en la superficie del cuerpo y por otra de la agudeza
de sus bordes cortantes. As, mediante la punta ejercen una accin de cua disociando las fibras, mientras que con el filo dividen los tejidos y los desplazan.
Caractersticas de las lesiones:
En estas lesiones destaca la mayor profundidad respecto de su longitud en
superficie, de tal manera que son heridas que penetran, pudiendo afectar a
estructuras vitales determinando con ello la muerte.
Al igual que las heridas punzantes, Di Maio -y tambin Knigth (18)-, incluyen
a estas lesiones entre las penetrantes, llegando el primero a afirmar el arma ms
utilizada para producir una herida punzante o penetrante es un cuchillo (15).
Debern distinguirse en el estudio de este tipo de lesiones los siguientes
elementos constituyentes:
Orificio de entrada: Su morfologa vara segn el instrumento empleado
y los posibles movimientos del agresor o de la vctima una vez que el arma ha
ingresado en su organismo, de tal modo que Royo Villanova diferencia distintos
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tipos de orificio: Producidos por una hoja sutil y bicortante, por una hoja no
muy gruesa y monocortante, por hoja monocortante gruesa con borde romo
muy grueso, por hoja pluricortante, por hoja de superficie irregular y corte o
cortes desafilados, y por hoja que cambia de direccin dentro de los tejidos (10).
Si el instrumento es plano y bicortante, el componente externo adopta la
forma de una fisura parecida a la que produce un instrumento cortante,
adquiriendo una mayor profundidad, de forma que la direccin de la
herida sigue la del eje transversal del arma y es por tanto independiente
de las fibras elsticas, lo que sirve de elemento diferenciador respecto de
las lesiones punzantes. En estas heridas ambos extremos son agudos y
en ellos puede no observarse ninguna cola si el arma penetr y sali perpendicularmente, una si al entrar o al salir form un ngulo agudo -que
ser tanto ms larga cuanto ms agudo haya sido el ngulo formado-, o
dos, si form un ngulo agudo tanto al entrar como al salir por extremos
opuestos.
Si la hoja es no muy gruesa y monocortante, las heridas producidas se
diferencian de las anteriores en que presentan un extremo agudo, que
puede prolongarse con una cola, y el otro ms romo, como redondeado.
Cuando el arma incide de modo perpendicular a la direccin de las fibras
elsticas de la piel, la forma que adopta la herida es oval, si bien en estos
casos la aproximacin de los bordes pondr de manifiesto la diferencia
descrita entre los ngulos de ambos extremos.
Si la hoja es gruesa y monocortante, el ojal producido tiene forma de
hendidura triangular alargada (11), distinguindose claramente entre un
extremo agudo originado por el filo y uno romo opuesto al anterior, debido al lomo del arma, que constituye la base del tringulo descrito. En
ocasiones la herida termina en una pequea lnea que describe un ngulo con la principal, conformando dos hendiduras que se corresponden
con los ngulos del borde romo de la hoja, dando un aspecto que Simonin describe como punta de flecha, y que verdaderamente se asemeja
a una cola de pescado.
Fig. 1. Imagen en forma de pez producida por arma corto-punzante gruesa y con un
solo filo.
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D. HERIDAS INCISO-CONTUSAS
Tipo de arma:
Se trata de armas dotadas de una hoja afilada y de un cierto peso que les
proporciona una mayor fuerza viva, como es el caso de hachas, azadas, sables,
etc. En otras ocasiones son instrumentos cortantes cuyo filo se encuentra parcialmente mellado.
Mecanismo de accin:
Estos instrumentos combinan la accin cortante por la existencia de un filo
con el mecanismo contundente derivado de su peso, de tal forma que cuanto
mayor sea su masa, tanto ms predomina la accin de su fuerza viva sobre la
cortante. Para Raffo, existe un predominio del peso sobre la perfeccin del filo
(5)
, en el que lo habitual es el golpe dirigido de arriba hacia abajo y a la cabeza.
Caractersticas de las heridas:
Se trata de lesiones lineales de perfil triangular, en las que la limpieza de los
bordes depende del filo de la hoja, y en las que no existe cola, ya que el arma
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al atacar los tejidos profundiza sin resbalar sobre ellos. No obstante, y siendo
stas las caractersticas generales, Font Riera describe un caso de homicidio
con hacha, en el que debido al gran filo que presentaba el agente lesivo se apreciaban ntidas colas en algunas de sus heridas (19).
Las caractersticas principales que aparecen con carcter general en este
tipo de heridas son:
Contusiones en los bordes, que no son muy marcadas puesto que la solucin de continuidad se produce siempre por diresis tisular.
ngulos con ausencia de colas.
Bordes poco netos con paredes irregulares, que no presentan puentes de
tejidos entre ellos.
Profundidad que llega a interesar huesos -en los que provocan fisuras y
fracturas de aspecto irregular y astillado-, rganos vitales, e incluso pueden producir amputaciones y separacin de la cabeza.
Fondo profundo formado por tejidos dislacerados.
Predominio de la extensin en superficie.
E. HERIDAS DISLACERANTES
Pedro Mata, en su tercera edicin del Tratado de Medicina y Ciruga Legal
, incluye entre las armas blancas los instrumentos dislacerantes, mencionando en este grupo las garras, las uas, y otros instrumentos con varias puntas.
(1)
Mecanismo de accin:
Estos agentes actan distendiendo los tejidos hasta el extremo de superar
su elasticidad, rasgndolos o dislacerndolos.
Caractersticas de las lesiones:
Estas lesiones pueden guardar una relacin morfolgica con el agente lesivo, de tal modo que en las armas dotadas de varias puntas se reproducen
lesiones que presentan un paralelismo similar al de las distintas partes del
instrumento. Otro tanto puede decirse con respecto al dimetro de la lesin y
al volumen de cada una de las puntas dislacerantes.
Adems, las lesiones se caracterizan por presentar desgarros y mutilaciones
de superficie irregular, con colgajos que presentan diferentes formas segn el
alcance de los arrancamientos. Tan slo si se afecta de modo exclusivo la superficie cutnea, la herida dislacerante tendr similitud con las lesiones contusas,
diferencindose de ellas por la prctica inexistencia de equmosis.
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F. LESIONES PUNZOCONTUSAS
Grandini tambin incluye entre las armas blancas a un grupo ms de agentes lesivos a los que denomina punzocontundentes (4).
Tipo de arma:
Se trata de instrumentos que tienen una punta roma y estn dotados de
una gran masa, produciendo heridas ms profundas que extensas. Entre ellas
puede incluirse la chaira y el pico.
Mecanismo de accin:
Actan separando las fibras de la piel y de los tejidos, contundiendo las zonas adyacentes y penetrando en profundidad, de tal modo que aparecen equmosis alrededor de la herida.
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mdico legal del fallecimiento. Con carcter general, y a modo meramente ilustrativo, puede decirse que el suicida frecuentemente se agrede de
pie o sentado, ms raramente tumbado, siendo un rasgo comn en muchos de ellos la produccin de las autolesiones frente a un espejo.
En ocasiones se comprueba a travs del estudio del lugar una etiologa accidental, relacionada o no con actividad laboral, de modo que en
el primer caso pueden observarse lesiones similares a las producidas por
un arma blanca debidas al efecto cortante de algn tipo de maquinaria,
mientras que en el segundo pueden deberse a la accin de instrumentos
domsticos como vasos, botellas u otros envases, cuyos fragmentos pueden producir heridas que conducen al fallecimiento de la vctima.
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de vacilacin -que son cortas y de entrada a la lesin definitiva (9)junto a otros ms profundos que se corresponden con un aumento
de la determinacin de lesionar (21). En el homicidio estas lesiones
tentativas o de prueba estn ausentes.
Heridas de defensa: Se producen por la accin instintiva de proteccin de la cara y la cabeza al sufrir un ataque, y su localizacin
preferente es en regin externa de antebrazos y muecas y en dorso
o palmas de las manos. Tambin pueden aparecer en las flexuras
de las falanges cuando el agredido trata de defenderse sujetando
con las manos el arma; su adecuada exploracin exigir extender
los dedos, en una maniobra que en ocasiones resulta dificultosa
debido a la rigidez cadavrica. La aparicin de este tipo de lesiones
orienta evidentemente hacia el homicidio, y permite constatar que
la vctima se encontraba consciente y no fue atacada por sorpresa,
probando adems que poda moverse.
Heridas aberrantes: Aparecen en el degello homicida acompaando a las lesiones del cuello, y se encuentran localizadas en cara,
nuca y mentn. Representan la huella de golpes fallados por los
movimientos de proteccin de la vctima (12).
Heridas intimidatorias: En ocasiones, puede aparecer a nivel cervical una lesin tpica, a modo de erosin simple o araazo, localizada en regin esternocleidomastoidea, que se produce por el roce
o contacto del arma sobre la superficie cutnea. Este tipo de lesin
puede observarse en casos en los que producindose la muerte por
heridas en otras regiones, el ataque se acompaa de una agresin
sexual, y se corresponden con el empleo inicial del arma como instrumento intimidatorio, presionando con ella sobre el cuello.
Lesiones asociadas: Se trata de autolesiones que aparecen en la superficie cutnea de la mano con la que se aplica la violencia, como
consecuencia de la presin ejercida al momento de inferirse las heridas con un arma sin mango dotada de varios filos. El caso ms tpico aparece en suicidios por seccin de trayectos venosos mediante
el empleo de cuchillas de afeitar, observndose pequeas heridas de
2 a 5 mms. de longitud que afectan a epidermis y dermis de cara
palmar o anterior del dedo ndice.
Marca en el rostro: denominada tambin pifia por Tekke (9) porque su ubicacin y direccin semeja a los cordones de un tipo de
sombrero, que llevan ese nombre. Su nica finalidad es dolosa y
aparecen en agresiones.
2.2. La localizacin de las heridas: Resulta evidente que para un diagnstico de suicidio se tendr en cuenta la regin donde asienta la herida,
que debe ser accesible a un instrumento empuado por el propio
individuo, mientras que en las heteroagresiones pueden alcanzarse
zonas que no son asequibles a la vctima por s misma.
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Al margen de estas elementales consideraciones, las heridas suicidas tienen unas zonas concretas de eleccin, como son el cuello, la
parte anterior del trax y las muecas, siendo las dos primeras ms
frecuentes en hombres y la ltima en mujeres. Las heridas homicidas,
como dice Mata en una preciosa descripcin al respecto, no aparecen
en lugares selectivos o concretos, y as, refirindose al agresor relata:
quien dominado de la pasin que le impulsa, no se entretiene en esos pormenores; hiere donde puede (20).
La lesin suicida en el cuello se corresponde con el degello, que es
definido por Pacheco como la lesin de la regin anterior o lateral del
cuello con arma cortante, que alcanza profundidad variable, interesando todos
los rganos de la regin hasta el plano vertebral (14). El degello es la lesin
por arma incisa que con ms frecuencia provoca la muerte, y sin embargo es la menos usual en nuestro medio (22).
Destaca en su morfologa la anchura de la herida, que predomina
sobre las dems dimensiones, resultando considerable la separacin
de sus bordes hasta parecer que falta una parte del cuello. Existen
una serie de caractersticas que permiten diferenciar su etiologa, y
son las siguientes:
Direccin: En el degello suicida la herida se inicia en la zona
izquierda del cuello, por debajo del ngulo mandibular, descendiendo oblicuamente por la parte anterior hasta terminar en el
lado derecho a un nivel ligeramente inferior, de tal modo que su
localizacin es antero-lateral izquierda; en los zurdos la lesin se
inicia en la zona derecha y describe un trayecto simtrico al descrito. Sin embargo, en el degello homicida la incisin puede ser
ms horizontal y de abajo hacia arriba (23), siendo habitual que
exista una gran variacin en su direccin dependiendo de los movimientos de la vctima o del agresor durante la lucha. Lo habitual
en estos casos es que si el ataque se produce desde atrs, la herida
comience de detrs o cerca del pabelln auricular del lado contrario a la mano que sujeta el arma, continuando a travs de la
parte anterior del cuello de forma horizontal, para finalizar en el
lado opuesto a un nivel ms bajo que el inicial (23); si el ataque se
produce desde delante la herida ser corta y angulada, hiriendo la
regin cervical opuesta a la mano que prende el arma.
Profundidad: La herida suicida es por lo general menos profunda que la homicida. En los casos de autolisis esta profundidad
es mayor en su zona de origen, de tal modo que con frecuencia estn seccionados los vasos sanguneos en el lado izquierdo -si bien
Simonin afirma que al estar la cartida protegida por el esternocleidomastoideo raras veces resulta afectada (12)-, mientras las vas
areas pueden estar seccionadas a nivel de la laringe en su parte
anterior. El homicida puede incidir de manera muy profunda, alcanzando la laringe e incluso la columna vertebral: Una sola herida
muy limpia y profunda que divide de una vez el tejido anterior del cuello
abriendo los vasos, es ms propia del homicidio que del suicidio (23).
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Uniformidad: La herida suicida no suele ser uniforme, y presenta pequeas lesiones superficiales en las proximidades del
punto de inicio, denominadas retomas o cortes de prueba (8): a consecuencia del dolor y de la falta de decisin el suicida vibra el golpe con
mano insegura, ataca la piel en varias veces, y as se observan a menudo en
los bordes de la herida incisiones suplementarias poco profundas (10).
Multiplicidad de las lesiones: En el suicida es frecuente la presencia de mltiples colas de vacilacin, que son cortas y superficiales y
que pueden ser paralelas o confluentes respecto a la herida definitiva.
Font Riera describe este tipo de lesiones como heridas menores de
tanteo, cercanas al punto de iniciacin del degello y poco profundas
(19)
, que en ocasiones pueden quedar enmascaradas por las lesiones
ms profundas y definitivas llegando a pasar desapercibidas.
Otra lesin que puede presentarse en el cuello es la decapitacin,
entendindose por tal la seccin de la nuca con un instrumento cortante o
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cortante y contundente, que puede interesar slo los tejidos superficiales o llegar
hasta la columna vertebral y an abrir la cavidad raqudea y seccionar la mdula (24). En los casos homicidas el agente etiolgico es por lo general
un instrumento inciso-contundente, aunque tambin puede ser producida por armas cortantes, en cuyo caso la decapitacin suele acompaarse de otras lesiones en cuello o en distintas localizaciones.
La seccin de las venas como mtodo autoltico es bien conocida
desde la antigedad. En este tipo especfico de mecanismo suicida
existen dos localizaciones preferentes, ambas en extremidades superiores, hirindose bien en la cara anterior de las muecas o en la
flexura del codo, generalmente en el miembro izquierdo -en sujetos
diestros-. El suicida se inflinge autolesiones de escasa profundidad
en las que lo habitual es que no existan secciones en nervios ni en
tendones, permitindole tras herirse la extremidad izquierda empuar el arma con sta y lesionarse la derecha, de tal modo que Bonnet considera estos hallazgos suficientes para afirmar su naturaleza
suicida (8). Normalmente se trata de heridas de direccin transversal
u oblicua, con colas de salida orientadas hacia el lado interno. Otras
localizaciones en las que el suicida ataca sus vasos venosos pueden
ser el hueco poplteo y, menos frecuentemente, la regin inguinal.
En regin torcica la herida suicida suele ser nica, o de ser ms
de una se encuentran agrupadas o aglutinadas tal como reseaba Ballota en 1.937 (8); su localizacin es precordial, con direccin
de arriba hacia abajo y de derecha a izquierda, y normalmente ha
sido producida por un instrumento cortopunzante. En el caso homicida, las heridas en trax suelen ser mltiples, de tal modo que
la dispersin en la zona del tronco es suficiente para presumir una
intervencin de tercera persona.
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La localizacin en abdomen es ms infrecuente, recibiendo el nombre de harakiri la lesin suicida que se produce de abajo hacia
arriba en dos tiempos: en el primero de ellos se corta la pared abdominal, y en el segundo, que no siempre se da, se exteriorizan las
asas intestinales, lo que a su vez puede ir o no seguido de su seccin. Siendo este tipo de suicido ms propio de la cultura oriental,
tambin aparece en nuestro medio, aunque de modo excepcional y
mayoritariamente en enfermos mentales.
Una ltima localizacin de gran inters para el patlogo forense
es expuesta por Grandini, quien describe la posibilidad de que en
el fondo del tero aparezcan lesiones punzantes a consecuencia de
maniobras abortivas criminales -realizadas con una legra manejada
de modo inadecuado o con otro tipo de instrumento-, que pueden
llevar a la muerte por ulteriores complicaciones infecciosas (4).
2.3. El nmero de heridas: Se trata de una cuestin de gran trascendencia
mdico legal, en la que las reflexiones de los grandes tratadistas resultan muy ilustrativas por lo grfico de sus descripciones. As, para
Mata si hay ms de una lesin, y es obra del sujeto propio, guardan cierta relacin con la distancia y posicin de su brazo o mano mientras que para el
caso de una heteroagresin, el homicida es muy comn que redoble una y
ms veces el golpe, en varias partes, que no guardan paralelismo, ni ofrecen la
misma probabilidad o posibilidad de que se las haya hecho la misma vctima
(20)
. Lpez Gmez al abordar esta cuestin afirma La multiplicidad de
las heridas, y ms si son graves, radicadas en diversas regiones, excluye el suicidio y seala su etiologa homicida (3). Tambin la bibliografa reciente
aborda la multiplicidad de lesiones y la relacin con su etiologa, destacando entre toda ella los claros y didcticos conceptos expuestos
por Schneider en 1.997: En el caso de lesiones mltiples distribuidas por
todo el cuerpo y por diferentes mecanismos dinmicos (refirindonos al nivel
cutneo) tendra que pensarse en un primer momento en la accin de un tercero, especialmente cuando aparecen signos de defensa, cuando la ropa aparece
perforada y cuando los bordes de las heridas son cortes limpios. De estas
aportaciones se desprende que, la conclusin sobre la etiologa mdico legal en el caso de heridas mltiples debe establecerse siempre
asociando este dato cuantitativo a su localizacin y caractersticas,
orientando hacia el homicidio las lesiones numerosas que revisten
gravedad y que asientan en diferentes zonas del cuerpo.
Abundando en esta cuestin, la combinacin de mltiples lesiones por arma blanca asociadas a otro mecanismo sugiere una etiologa suicida, observndose esta situacin cuando el individuo abandona el mtodo lesivo inicialmente previsto y lo sustituye por otro
que acaba con su vida. Resulta ilustrativo al respecto el caso descrito
por Bonnet sobre una mujer de 39 aos de edad, que presentaba un
total de 418 heridas cortantes asociadas a ingestin de raticida y de
keroseno, a cuyos mecanismos suicidas aade el incendio de sus ropas con el mismo material inflamable (8).
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gruesa, y tanto ms podr sostenerse esta hiptesis cuanto ms compactos y espesos sean los huesos lesionados, teniendo adems una
gran importancia orientativa la posible impronta que pudiera dejar el
arma al impactar contra la estructura sea.
Nmero de filos: Se establecer atendiendo a las caractersticas de las
heridas, ya descritas en el apartado correspondiente, determinando si
es mono, bi o pluricortante.
Caractersticas especiales del filo: En ocasiones el arma corto-punzante presenta en su filo particularidades que pueden facilitar su identificacin; es el caso de las armas con borde aserrado, como los cuchillos de campaa, que causan lesiones en las que uno de sus extremos
aparece con aspecto desgarrado y que, de penetrar muy oblicuamente,
producen erosiones a modo de dientes de sierra en la piel prxima al
ngulo de la herida.
Empuadura del arma: Otras veces el arma puede penetrar hasta el
tope, con la empuadura produciendo en la superficie cutnea alrededor de la herida una erosin o contusin figurada, por la que puede
ser identificada.
Pero no slo el anlisis de las lesiones puede aportar datos que permitan
identificar el arma. As, del estudio de los vestidos pueden deducirse datos de
inters, como la anchura de la hoja (25), por lo que deber procederse a un estudio exhaustivo de la ropa que llevaba la vctima al sufrir la agresin.
Fig. 7. La ropa de la vctima puede reproducir con fidelidad la morfologa y dimensiones de la hoja penetrante
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Armas inciso-contusas:
La identificacin genrica de este tipo de armas se realizar atendiendo a
sus diferencias con otros tipos de heridas. Raffo propone un diagnstico
diferencial con las heridas incisas y con las contusas, expresndolo del
siguiente modo Con las heridas incisas predominan las diferencias cualitativas,
y con las contusas, diferencias cuantitativas (5). As, respecto a las incisas ya
se ha expuesto que las inciso-contusas generalmente carecen de colas
y que en sus bordes siempre hay huellas de contusin en forma de un
borde equimtico. Con respecto a las contundentes se diferencian bsicamente en que las incisocontusas no presentan puentes en los bordes y
paredes, siendo mayor su profundidad, produciendo colgajos y lesiones
seas, mientras que los signos contusivos que presentan en sus bordes
no son excesivamente marcados; por su parte, las contusas aparecen con
bordes desgarrados y con mrgenes excoriados y contundidos, con puentes de unin en sus paredes formados por tejidos, fascias, vasos, nervios,
etc., que han sido parcialmente desgarrados, pero no seccionados.
Sin embargo, la identificacin individual del arma resulta en la mayor
parte de las ocasiones de difcil resolucin.
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Algunos tratadistas proponen que las heridas que asientan en zonas vitales sean consideradas cronolgicamente como las ltimas
en producirse, cuestin esta que es altamente discutible, respecto a
la que Simonin se pronuncia de manera clara las heridas ms graves
no son forzosamente las ltimas (12).
3. Determinacin de la herida responsable de la muerte, para lo cual se
emplearn dos elementos que permiten orientar la resolucin de esta
cuestin: En primer lugar, resulta evidente que para poder desencadenar
el fallecimiento la herida debe asentar en una zona vital, y en segundo,
podr realizarse en ocasiones una aproximacin basada en el estudio de
la vitalidad de las lesiones, de forma que asentando dos o ms de ellas
en reas de inters vital, sern las que mayor reaccin presenten las responsables de la muerte.
4. Y como ltima cuestin de inters en el estudio de las heridas mltiples,
no debe olvidarse lo ya comentado en relacin a la posibilidad de hallar
ms de una herida como consecuencia de un solo ataque, como ocurre
en agresiones que penetran en extremidad superior atravesndola hasta
alcanzar el trax, o bien en aquellas otras que lesionando mama la traspasan introducindose posteriormente en cavidad torcica.
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revisten tal gravedad que conducen a la muerte de modo muy rpido, que las caractersticas vitales sean menos marcadas, adoptando
una apariencia similar a las heridas postmortales; en estos casos, el
examen detenido de la zona afectada, en el contexto de la causa de
la muerte, aclarar la prctica ausencia de reaccin vital. Tambin en
determinados casos especiales, en los que el cadver es hallado tras
una permanencia prolongada en el agua, las heridas pueden presentar una apariencia postmortal debido al lavado de la hemorragia inicialmente presente, lo que puede dificultar la determinacin de su
verdadera naturaleza (19).
Fig. 8. Eversin de tejido adiposo a travs de los bordes de una herida abdominal
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119
G. MECANISMO DE MUERTE
Y por supuesto, el patlogo forense deber determinar con exactitud la causa del fallecimiento, para lo cual se valdr de los diferentes datos hallados en
el transcurso de la autopsia. Pero para ello, deben conocerse los principales
mecanismos que pueden conducir a la muerte en lesiones por arma blanca:
El mecanismo ms comn es la hemorragia con su consecuente anemia
aguda. Resulta evidente que la intensidad de la extravasacin hemtica estar en relacin con el calibre de los vasos afectados y con el tipo
de lesin, de forma que la hemostasia espontnea en caso de secciones
netas es ms difcil que en el caso de que existan desgarros. Si bien la
consecuencia ltima va a ser una prdida de volemia de la que deriva
el cese de las funciones vitales, deber especificarse como causa de la
muerte la citada anemia aguda, siendo errneo hacer constar el trmino
de choque hipovolmico que tantas veces aparece en los dictmenes, por
ser un concepto clnico (4).
Otra posible causa de muerte es la aspiracin de sangre hasta los alvolos
pulmonares, produciendo la denominada por Bonnet (8) asfixia o sumersin interna, debida a la penetracin del lquido hemtico en el rbol respiratorio. En estos casos tambin puede aparecer sangre en tracto
digestivo en el caso de ser deglutida.
La embolia gaseosa, siendo ms rara, se ha descrito como causa de fallecimiento en heridas por arma blanca asociadas a soluciones de continuidad en las venas yugulares, pudiendo producir la muerte en degellos
superficiales.
Tambin en las heridas en el cuello la muerte puede aparecer por una asfixia por compresin de las vas respiratorias, en caso de extravasaciones
hemorrgicas con infiltracin masiva de las partes blandas adyacentes.
La seccin de los nervios frnico y neumogstrico como causa instantnea
de fallecimiento ha sido referida por Gomes en su Medicina Legal (26).
En ocasiones, aunque de manera infrecuente, el fallecimiento se debe a
una hemorragia intracraneal resultante de una herida penetrante.
Y por ltimo, la aparicin de complicaciones infecciosas puede ocasionar
el fallecimiento diferido de la vctima, como sucede en heridas abdominales, en las que pueden sobrevenir peritonitis y sepsis.
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PROTOCOLO DE AUTOPSIA
La autopsia en casos de muerte por herida de arma blanca debe realizarse
siguiendo unos pasos concretos que permitan fijar exhaustivamente cuantos
hallazgos contribuyan a resolver las cuestiones anteriormente planteadas:
En primer lugar, cabe la posibilidad de que el patlogo forense se enfrente
a un cadver que an presenta el arma clavada en su cuerpo. Ante esta
situacin deber protegerse cuidadosamente el instrumento lesivo hasta
que sea estudiado, a fin de buscar huellas dactilares, de tal modo que si
esta operacin no puede realizarse in situ se proceder a su aislamiento
con una bolsa, evitando que sea de plstico puesto que la condensacin
que podra producirse en su interior destruira dichas huellas.
Con carcter previo al comienzo de la autopsia, Di Maio recomienda que
en las vctimas que presentan mltiples heridas o cuando alguna de ellas
penetra en hueso, se realice un estudio radiolgico, de manera que si se
observa un fragmento del arma en el interior del cadver, se deber recuperar para su comparacin posterior con los instrumentos sospechosos
(15)
. Tambin en heridas en el cuello se recomienda hacer radiografas que
pueden poner de manifiesto la existencia de un embolismo areo.
El estudio necrpsico propiamente dicho se iniciar asegurando la constancia documental -mediante la fijacin fotogrfica o planimtrica- de
todas las lesiones halladas, tanto a la observacin directa del cadver
como tras la reconstruccin de la morfologa de las heridas con el afrontamiento de sus bordes, para lo que se emplearn medios adhesivos. En
los casos en que la impronta de la empuadura del arma rodee a la herida, tras haber penetrado en su totalidad, deber igualmente fotografiarse
con detalle la zona, al objeto de realizar posteriores comparaciones con
los instrumentos sospechosos.
Seguidamente se proceder a un cuidadoso examen y registro de la localizacin de cada una de las lesiones, en el plano horizontal y en el vertical,
utilizando como referencia puntos topogrficos concretos. Para algunos autores, en casos de heridas mltiples resulta poco prctico hacer una prolija
descripcin de cada una de ellas, proponiendo un criterio integrador por
el que se agrupen las lesiones en reas anatmicas, y destacando con sus
caractersticas nicamente aquellas que presenten particularidades (27).
Se proceder a evaluar la relacin de las heridas observadas en superficie
cutnea con las soluciones de continuidad de las prendas que vesta (28).
Una vez detallada de manera precisa la ubicacin anatmica, se describirn las principales caractersticas externas: morfologa, direccin, longitud, y dimensiones de los ngulos y colas de salida, de manera que pueda
comenzar a evaluarse el tipo de arma empleada; a este respecto, Trujillo
plantea incluso realizar en el cadver cortes similares con instrumentos
sospechosos al objeto de identificarlos, con las salvedades que representan las diferencias entre heridas vitales y postmortales (16). Tambin de-
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Casos especiales:
Se realizar a continuacin una breve referencia a aquellas situaciones que
merecen una consideracin especial, bien por la localizacin de las heridas, o
bien porque stas han sido manipuladas, posibilidad que se plantea con relativa frecuencia en sujetos que han recibido una atencin mdica previa al
fallecimiento, lo que podra haber influido en la configuracin de las lesiones
encontradas:
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Lecha Marzo, en su Tratado de Autopsias y Embalsamamientos, ya expresaba la necesidad de prestar una especial atencin a las heridas de
localizacin cervical, puesto que su estudio podra comprometerse con
la aplicacin de las tcnicas habituales de Virchow -la abertura del cuello
y de las cavidades torcica y abdominal se practicar como regla, por medio de un
solo y extenso corte que, empezando en el mentn, termine en la snfisis del pubis
pasando por el lado izquierdo del ombligo (29)- o de Mata -Se da un corte horizontal a lo largo de las clavculas y primera pieza del esternn; luego otros dos que
parten de la parte ms posterior de la apfisis mastoides de cada lado, de arriba
abajo, de dentro afuera, viniendo a parar a la parte externa del hombro (30)-. As,
se comprende que la autopsia del cuello es completamente atpica en los casos de
degollacin (31), debiendo procederse mediante una cuidadosa diseccin
plano por plano, que se realizar desde las zonas adyacentes a la lesin
preservando en la medida de lo posible el trayecto de la herida, progresando en profundidad hasta la completa descripcin de las estructuras
afectadas. Siendo frecuentes las lesiones vasculares en las heridas por
arma blanca en el cuello, Schneider propone una tcnica concreta que
facilita su estudio, procediendo, tras colocar una sonda en el interior de
los vasos daados, a su cuidadosa diseccin partiendo de los segmentos
ms inferiores y ms prximos al corazn (25).
En ocasiones en las que el cadver ha recibido asistencia mdica previa a
su fallecimiento, pueden encontrarse heridas manipuladas yatrognicamente bien por haber sido suturadas, bien porque se ha procedido a su
incorporacin a una incisin de toracotoma, e incluso porque la propia
herida ha sido empleada para la colocacin de un tubo torcico; tambin
en el momento de la autopsia pueden observarse nuevas heridas yatrognicas consecuentes a la asistencia recibida, que a la simple observacin
presentan dificultades para su diferenciacin con las producidas en la
agresin. Por todo ello, resulta fundamental en estos casos que todas
las actuaciones teraputicas queden fielmente reflejadas en la historia
clnica y que sta quede a disposicin del patlogo que debe efectuar la
autopsia.
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