Los Hombres en Mexico Ebook PDF
Los Hombres en Mexico Ebook PDF
Los Hombres en Mexico Ebook PDF
238 p.
ISBN
305.31
ISBN: 978-607-450-921-2
introduccin 9
e l e s t u d i o d e lo s e s t e r e ot i p o s m a s c u l i n o s m e x i c a n o s
u n r e co r r i d o c r t i co - h i s t r i co 17
Didier Machillot
y d e l e m p l e o . i m pa c to s d e s d e l a p e r s p e c t i va d e g n e r o 53
Mara Lucero Jimnez Guzmn
p r c t i c a s pat e r n a s e n d i v o r c i a d o s , v i u d o s y a b a n d o n a d o s 71
Paulina Mena Mndez
Laura Evelia Torres Velzquez
v u l n e r a b i l i d a d e n lo s va r o n e s m e x i c a n o s :
f i s u r a s y a p e rt u r a s e n l a s s u b j e t i va c i o n e s m a s c u l i n a s 91
Genoveva Echeverra Glvez
pa r a a g r e s o r e s d e v i o l e n c i a d e pa r e j a 111
Mara del Rosario Valdez Santiago
Mauro Antonio Vargas Uras
Mariana Gonzlez Focke
[7]
Los hombres en Mxico. Veredas recorridas y por andar
v i o l e n c i a s e x u a l e n l a i n fa n c i a y s u s s e c u e l a s
r e to s pa r a l a s p o l t i c a s p b l i c a s 133
Miriam Gutirrez Otero
g e n e a l o g a d e l a m a s c u l i n i d a d i n d g e n a x i o i - pa m e
d e s a n lu i s p oto s , m x i co 153
Rufino Daz Cervantes
e n m x i c o . a p u n t e s pa r a u n a d i s c u s i n 201
Juan Carlos Ramrez Rodrguez
Jos Carlos Cervantes Ros
s o b r e lo s au to r e s 233
8
INTRODUCCIN
[1]
Existen propuestas distintas, incluso totalmente contrarias al feminismo, al que consideran
una amenaza para la sociedad, la familia y los hombres. Al respecto se puede consultar a
Connell (1995), Clatterbaugh (1997), Bonino Mndez (2003).
[9]
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i n t r o d u cc i n
11
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i n t r o d u cc i n
[2]
Vase <www.guardian.co.uk/society/2011/jul/17/the-rape-of-men>.
13
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i n t r o d u cc i n
[3]
Al respecto consltese la Declaracin de Berln: <www.aprendelo.com/rec/berlin-declaration-
open-access-knowledge-sciences-and-humanities.html>; la Declaracin de Bethesda <http://
ictlogy.net/articles/bethesda_es.html>; la Declaracin de Budapest <www.budapestopenacces-
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E L E S T U D I O D E LO S E S T E R E OT I P O S
MASCULINOS MEXICANOS
EN LAS CIENCIAS HUMANAS Y SOCIALES:
U N R E C O R R I D O C R T I C O - H I S T R I C O
Didier Machillot
Introduccin
Los estereotipos, si bien son a la vez una generalizacin y una sim-
plificacin al reducir la complejidad individual a algunos atributos
comunes en todo el grupo en tanto que modelos o contra-modelos,
influyen de manera determinante sobre la percepcin y el comporta-
miento de los actores (Machillot, 2012) y su investigacin es, en con-
secuencia, de suma importancia para la comprensin de las relaciones
de gnero.
Sin embargo, y en relacin con el tema de este libro, a partir de
cundo podemos hablar realmente de un anlisis de los estereotipos
masculinos mexicanos? Si bien los estereotipos aparecen de manera re-
lativamente rpida desde la poca colonial,[1] el anlisis como tal de sus
funciones, construccin, historia, etctera, como una creencia, cultu-
ral y socialmente construida en vez de encarnados y confundidos con
la realidad es reciente y data aproximadamente de los aos setenta.
Antes de eso, qu tenemos? Tenemos lo que llamaremos unos pre-
decesores, que si bien es verdad que describieron e incluso ocasional-
mente estudiaron los estereotipos sobre todo desde una perspectiva
psicolgica o psicoanaltica, en ocasiones tambin los confundieron
con la realidad, e incluso los reforzaron o crearon otros nuevos.
Estos predecesores de lo que considero un anlisis cientfico de
los estereotipos, que a menudo contribuyeron a forjar la identidad
[1]
Por ejemplo, en ensayos polticos o en relatos de ilustres viajeros extranjeros, donde se des-
criben ya algunos tipos masculinos.
[17]
Los hombres en Mxico. Veredas recorridas y por andar
Los predecesores
La descripcin de tipos raciales o en funcin de la clase social tiende, en
su forma generalizadora y a la vez simplificadora, al estereotipo. En este
sentido, las caracterizaciones sociales o raciales de los hombres que po-
blaban la Colonia, ya sea a travs de la descripcin de diferentes castas
por Francisco de Gemes y Horcasitas (1991: 795-864), o las pinturas
coloniales sobre este tema, tendieron a influenciar e incluso a determi-
nar lo que, por una parte, constituyeron los principales atributos de los
estereotipos masculinos posteriores y, por otra parte, los estudios que
les sucedieron.
Es as que encontramos en 1901, en la caracterizacin del mestizo
vulgar del positivista Ezequiel Chvez, unos atributos masculinos que
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1979, uno de los ocho tipos mexicanos:[2] el tipo mexicano con con-
trol externo pasivo (Daz-Guerrero, 2008: 27).
Sin embargo, estamos realmente frente a estudios de los estereoti-
pos como tales? Si bien nos acercamos a eso con el ltimo autor men-
cionado, se puede decir que la tendencia general queda marcada por
un inters no a favor del estudio de la masculinidad y de sus estereoti-
pos, sino por una reflexin sobre la identidad mexicana nacional y su
carcter. Adems, como lo hemos visto en lo que hemos llamado los
predecesores, se tendi tambin a confundir individuos y figuras este-
reotipadas, o incluso a crear unos tipos que contribuyeron, como en
el caso de Paz o Ramos, a reforzar o a forjar unos estereotipos sobre
masculinidades mexicanas, que ignoran las diferencias y la diversidad
inherente al gnero (Machillot, 2010). La ruptura con esa visin esen-
cialista, a menudo tambin simplista y reductora, vino principalmente
con el feminismo de los aos sesenta y setenta, que tuvo una atencin
ms marcada hacia las minoras sexuales, y, posteriormente, con la
introduccin progresiva, a partir de los aos noventa, de la perspectiva
de gnero en el campo acadmico; periodo en el cual emergen estudios
ms rigurosos, empricamente hablando.
Los contemporneos
Por qu no incluir a Carlos Monsivis en los predecesores? Porque, al
igual que Roger Bartra, es tal vez uno de los primeros en romper con una
cierta forma de esencialismo, tanto hacia los estereotipos que concer-
nan a la mexicanidad, como hacia el gnero; por ejemplo, en la crnica
publicada por primera vez en 1979, titulada Mexicaneras: pero hubo
alguna vez once mil machos?, donde retrata la evolucin histrica de
las palabras machismo y macho, y las aborda como una invencin cul-
tural (Monsivis, 2004a: 109). Volvemos a encontrar una posicin no
esencialista en otra crnica del 2004, donde los estereotipos masculinos
son estudiados esta vez en su pluralidad (Monsivis, 2004b: 90-108).
[2]
De hecho, no es el primero en evocar unos tipos mexicanos, ya que en 1964, por ejemplo,
Orrin Klapp, en un artculo titulado Mexican social types, distingue en particular un tipo
que no es otro que el del macho (Klapp, 1964).
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Esta tendencia se da a pesar del acento puesto, una vez ms, sobre el machismo de los mexi-
canos, por parte de la exitosa autora Marina Castaeda (2007), o de estudios sobre el influjo
de los estereotipos tradicionales sobre los hombres en pareja (Garca Toca y Nader Carreta,
2009).
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[4]
Ver por ejemplo los libros de Lomnitz-Adler (1995), de Crdoba Plaza (2003), de De la Cruz
Lpez Moya (2010), de Muiz (2002) o la obra coordinada por Hernndez Hernndez (2011).
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Conclusin
Como hemos visto, fue con el feminismo de los aos sesenta y setenta
que los estereotipos masculinos se consideraron estereotipos de gnero,
y se estudiaron como consecuencia de unas relaciones de dominacin.
Una poca que, por otra parte, se marc por la creciente aceptacin de
la diversidad de las masculinidades y de los estereotipos: si el macho
haba dominado hasta entonces otros estereotipos como los del mandi-
ln o de la loca, ahora lo acompaan. Una diversidad de estereotipos
de gnero, a la cual corresponde una variedad cada vez ms grande de
contextos y de pocas analizadas.
No obstante, el anlisis de los estereotipos de gnero queda en la
mayora de los casos demasiado incompleto, dado que a menudo se
subordina al estudio de otros objetos, como la mexicanidad, la homo-
sexualidad, o la masculinidad en general. Por esa razn, consideramos
que deberan priorizarse las investigaciones que tomen como objetos
centrales los estereotipos de gnero en s, ya que tendran el mrito de
aprehender un fenmeno extremadamente complejo, que hasta ahora
ha sido poco o mal entendido y que, sin embargo, es clave para entender
cuestiones como la conformacin de la identidad o las relaciones inter-
grupales. As, el estudio de figuras tradicionales como la del macho
o del joto, o bien, de otras ms secundarias como la de la marima-
cha, de la loca, del chacal, del chichifo, podra articularse con
la investigacin de los comportamientos y de los roles, de las relaciones
inter o intragrupales o incluso de los universos simblicos en los cuales
se inscriben.
Lo anterior supone un acercamiento a los estereotipos masculinos
desde sus aspectos lingsticos y desde sus dimensiones histricas, geo-
grficas, psicolgicas, culturales y sociales. Si bien, esta llamada a la
interdisciplinariedad podra sorprender, el objeto de estudio reclama
este acercamiento, dado que est lejos de tener la aparente simplicidad
que le otorgan la mayora de las disciplinas, a excepcin tal vez de la
psicologa social. Una colaboracin interdisciplinaria permitira tam-
bin dar a conocer a aquellos investigadores interesados en el tema, lo
que ya se realiz de manera provechosa en otras disciplinas como por
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ejemplo, y una vez ms, en psicologa social, donde existe ya una larga
tradicin de estudios sobre los estereotipos (Bourhis y Leyens, 1994)
y favorecera el desarrollo de tcnicas de investigacin ms complejas,
e incluso mixtas, al comparar, por mencionar alguno, estudios de labo-
ratorio con observaciones de campo. Se trata adems de un deseo que
se dirige al corazn mismo de cada una de las disciplinas: se tiende a
menudo a considerar los estereotipos masculinos como figuras ahist-
ricas e inamovibles; sin embargo, algunos estudios histricos o antro-
polgicos de la evolucin del macho prueban lo contrario (Monsivis,
2004a; Gutmann, 2000; Machillot, 2010, 2011), y demuestran que dicho
estereotipo mantiene un dilogo constante e intenso con la sociedad a
la cual pertenece.
Por otra parte, al ir ms all de los estudios cuantitativos o de las
experiencias de laboratorio, que muchas veces resultan demasiado re-
ductores y mecnicos, algunas disciplinas como la sociologa o la psi-
cologa social ganaran con analizar in vivo la construccin y la accin
de los estereotipos sobre los individuos, y su papel en el seno de las re-
laciones intragrupales e intergrupales (Herzfeld, 2005; Machillot, 2010).
Para conseguir tales objetivos, las teoras o los mtodos que se inspiran
en la etnografa y en la sociologa cualitativa ofreceran una base slida.
Pensamos, por supuesto, en la observacin participante, en el uso de
informantes, o en las entrevistas y relatos de vida, pero tambin en el
interaccionismo simblico de Erving Goffman, en la Labeling Theory de
Howard Becker, en la potica social de Herzfeld y en la Grounded Theory
de Anselm Strauss y de Barney Glaser. Acercamientos que permitiran
evidenciar las tensiones, los compromisos y las negociaciones que
obran en toda interaccin (Herzfeld, 2005), y que tambin demostraran
la influencia que puede ejercer el contexto sobre los estereotipos, como
la accin ejercida por stos sobre dichas interacciones (Herzfeld, 2005;
Gutmann, 2000; Machillot, 2010).
Esta llamada a la complejidad, interroga de hecho algunas concep-
ciones que existen a propsito de la identidad y, por consiguiente, sobre
la influencia que en ella ejercen los estereotipos. Identidad que, como lo
afirma Lahire (2004), lejos de ser monoltica aparece compleja y plural,
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y muestra entre otras cosas que el individuo responde segn las circuns-
tancias a unos modelos masculinos y por ende a unos estereotipos
diferentes y hasta contradictorios.
As pues, este captulo, adems de ofrecer un panorama representa-
tivo de los estudios realizados sobre los estereotipos masculinos mexi-
canos, enfatiza la importancia de analizar ms exhaustivamente dichos
estereotipos, e invita a trascender una visin simplista y mecnica de las
relaciones de gnero, donde, por ejemplo, el mexicano sera para siem-
pre y en todas circunstancias un macho y solamente un macho.
Bibliografa
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MASCULINIDAD COMO
CONFIGURACIN DINMICA
DE IDENTIDADES
Introduccin
El trabajo sobre la condicin masculina se ha desarrollado desde tiem-
po atrs por las y los feministas como parte del anlisis relacional de
gnero. Si bien desde los estudios de masculinidad se ha tratado de in-
vestigar el ser y hacer de los hombres, las categoras que se han emplea-
do en el anlisis, como identidad de gnero y masculinidad, plantean un
problema conceptual. Aun cuando la finalidad era dar cuenta el proceso
socio-cultural-histrico del ser hombre, el uso de dichas categoras pro-
voca confusin con consecuencias en la investigacin y la produccin
terica, pues parece como si la masculinidad constituyera una identi-
dad unitaria y definida de gnero en la que se integran un conjunto de
estereotipos, normas y comportamientos acerca de lo que los hombres
son o deben ser, al homogeneizar no slo entre grupos sino dentro de
los mismos grupos, y ocultar la diversidad de significados y prcticas.
El presente artculo propone la reflexin sobre dos aspectos centra-
les: 1) los debates en Mxico sobre masculinidad, identidad y gnero
en los hombres y 2) repensar la masculinidad como configuracin de
identidades.
Desde la psicologa cultural, una manera de abordar el problema
conceptual sera identificar y dar cuenta del proceso de construccin
de identidad en los hombres como algo fluido, complejo, diverso y cam-
biante. Conceptualmente tendramos que dar cuenta de la manera en
que se articula una diversidad de prcticas y significados que los hom-
bres construyen en el flujo procesal de la trayectoria de vida, donde
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El artculo refiere a una visin profeminista de los estudios de gnero de los hombres con
base en el cuestionamiento, trabajo y participacin desde tiempo atrs por las y los femi-
nistas, quienes han construido y asumido una identidad donde la mirada, los principios y la
convocatoria poltica del feminismo estn presentes. Dar cuenta del proceso de construccin
histrico, sociocultural genrico, donde la equidad y el respeto ausentes en muchas for-
mas de relacin, se hagan presentes como forma de vida.
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masculinidad como configuracin dinmica de identidades
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pblica, cuyo eje articulador fue la violencia. Del 2004 al 2012 se han
llevado a cabo cinco congresos nacionales, y se convoca a uno ms en
octubre de 2013 a fin de enriquecer las aproximaciones al estudio de
los hombres como sujetos genricos y problematizar sus relaciones en
mltiples mbitos de la cotidianidad.
La enorme cantidad de trabajo ha permitido sealar la diversidad y
complejidad que representa el proceso de construccin de identidad en
los varones; las limitaciones y costos que representa vivir como hom-
bre segn ha sealado Connell (1997). En ese sentido, es necesario
seguir reflexionando, cuestionando e investigando el ser y hacer de los
hombres.
El anlisis requiere una mirada amplia y multidisciplinar, ms
all de la dicotoma naturalidad y homogeneidad. Kaufman (1994)
planteaba la existencia de una masculinidad hegemnica dominante y
otras subordinadas, donde las mltiples formas se basaban en su gran
mayora en el poder social de los hombres, pero intrincadas de manera
compleja por ellos mismos cuando desarrollan relaciones armoniosas
con otros varones o con las mujeres. Tellera (1997) menciona que en
el Primer Taller Nacional sobre Masculinidades en Bolivia, queran en-
contrar respuesta a qu eran las masculinidades, pero no podan deba-
tir sobre algo que no saban qu era, aunque lo viveran. Seidler (2000)
indica que resulta difcil nombrar la experiencia como algo masculino,
dado que la masculinidad se caracteriza por la incapacidad de nom-
brarse. Plantea Clatterbaugh (1998) que el uso del trmino masculini-
dad es errtico y diverso, lo cual refleja imprecisin y confusin con
consecuencias en la investigacin y la produccin terica. Considera
que lo que ha sucedido es que bajo el rubro de masculinidad se integra
un conjunto de comportamientos, actitudes y habilidades exhibidas
por ciertos grupos de hombres que los diferencian de las mujeres;
la masculinidad estara constituida por estereotipos y normas acerca
de lo que los hombres son o deben ser. Sin embargo, ambas conside-
raciones presentan problemas epistemolgicos y metodolgicos, pues
no toman en cuenta el proceso de construccin de los significados so-
ciales del gnero en los hombres, y la investigacin ha demostrado no
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masculinidad como configuracin dinmica de identidades
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relaciones por medio de los cuales los hombres y las mujeres llevamos
vidas imbuidas en el gnero; identificar y reconocer las prcticas a tra-
vs de las que asumimos una posicin de gnero. Considerando que la
prctica social no es homognea, cada persona est inmersa dentro de
una variedad de contextos socioculturales, participa constantemente
en ms de un contexto de prctica durante intervalos de tiempo cortos
o largos, sea de forma regular o en alguna ocasin y por diferentes ra-
zones en un conjunto diverso de prcticas (Dreier, 1999; Ortner, 1994).
Habr que indagar cmo los varones toman parte en esas determinadas
prcticas, las razones para participar en formas particulares, su posi-
cin, los dilemas y conflictos, las maneras como los enfrenta.
Gutmann (2000) indica que a pesar de la diversidad de identida-
des, existen al mismo tiempo semejanzas entre hombres que compar-
ten ciertas experiencias socioculturales e histricas, lo cual nos permite
realizar generalizaciones sociolgicas. Un punto donde podemos esta-
blecer ciertas convergencias es en las prcticas cotidianas en las que se
involucran los varones, ya que es donde se generan modos de pensar,
sentir, vivir. Enfatiza que en lo que concierne a la identidad de gnero,
debemos explicar el cambio y la persistencia de lo que significa ser hom-
bre, y no caer en el error de suponer que adquirir gnero es lo mismo
que adquirir una identidad social ya fija. La identidad puede cambiar
en cada escenario de participacin y contina su cambio a lo largo de
la vida de una persona. En ese sentido, ser hombre se aprende, y se
vuelve a aprender; es un proceso de aprendizaje continuo, no es ni-
camente a travs de la relacin con el padre sino con todas aquellas
personas que han sido significativas en su vida. Algunos han comentado
que aprendieron a ser hombre a partir de la relacin con su madre, o
con sus parejas, o sus hijos, hermanos, o incluso amigos cercanos.
Socioculturalmente se tendrn que considerar los diversos procesos
a travs de los cuales los hombres construyen un determinado tipo de
persona, un determinado tipo de hombre, pero no en abstracto ni de
manera aislada, sino en la construccin colectiva de sentido, a travs
de sus identidades. Entonces, el terreno de discusin no es la identidad
de gnero masculino como tal, sino las otras identidades en las que se
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Consideraciones finales
En el artculo se abordaron algunas dificultades de orden terico con-
ceptual de las categoras identidad de gnero y masculinidad o mascu-
linidades, pues no toman en cuenta la diversidad y complejidad de lo
que significa ser hombre. Sera poco conveniente continuar en la bs-
queda de un concepto o categora que por ms abarcador, no considere
la complejidad y diversidad de prcticas que forman parte del proceso
de construccin de las identidades que estn articuladas en la vida y
actuacin de los hombres.
La posible veta a explorar, desde los estudios de gnero de los hom-
bres, sera la elaboracin epistemolgica con base en el trabajo multi-
disciplinar, donde se incorpore una visin dinmica de la prctica como
plante en un momento Connell (1997) identificando las prcticas a tra-
vs de las cuales asumimos una posicin de gnero; pero tambin, te-
ner presente que la prctica social no es homognea, cada persona est
inmersa dentro de una variedad de contextos socioculturales, participa
constantemente en ms de un contexto de prctica.
Es necesario documentar cmo los hombres construyen identidad a
travs de las formas de participacin en determinadas prcticas (sexua-
lidad, trabajo, familia, paternidad, etctera); los significados para parti-
cipar de la manera como lo hacen; su posicin, los dilemas y conflictos
a partir de su forma de actuar, pensar y sentir, donde la historicidad,
los estereotipos y normas acerca de lo que los hombres han sido, son o
deben ser, se hacen presentes.
Hay que identificar cmo los hombres en su calidad de agencia en-
frentan, confrontan, o asumen esas realidades sociales, su implicacin,
compromiso y responsabilidad, construyendo identidad en las formas de
participacin, como una manera de ser y estar en esas situaciones, las
cuales en ocasiones los confrontarn con lo aprendido, con los discur-
sos sociales en torno a lo que significara ser hombre.
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masculinidad como configuracin dinmica de identidades
Bibliografa
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REFLEXIONES SOBRE SER PROVEEDOR
EN L A CRISIS ECONMICA
Y D E L E M P L E O . I M PA C T O S
D E S D E L A P E R S P E C T I VA D E G N E R O
Introduccin
Los gneros, las relaciones entre los gneros, y la concepcin sobre los
papeles diferenciados, de hombres y mujeres, de padres y madres, son,
sin duda, productos sociales e histricos. Adems, las crisis de valores
y modelos, producidas por los cambios en las estructuras socioecon-
micas en los ltimos aos, han producido modificaciones sustanciales
en la subjetividad y en la estructuracin de los vnculos familiares, en
las relaciones entre los gneros y en los papeles que hombres y mujeres
desempeamos dentro y fuera de nuestras familias.
La masculinidad como campo de estudio constituye hoy un tema de
inters social, sobre todo porque se evidencian transformaciones en los
papeles derivados del gnero, que muchas veces se manifiestan como
desajustes y como crisis. Se habla tambin de relaciones ms igualita-
rias, de democratizacin en las relaciones entre los gneros, de nuevas
formas de hacerse hombre o mujer y de vivir las masculinidades y las
feminidades. Se referencian rasgos, comportamientos, smbolos y valo-
res, definidos por las sociedades especficas que interactan con otros
ejes de la desigualdad social como son la clase, la etnia y los grupos
etreos (De Barbieri, 1993).
En la sociologa ha crecido el inters por este tipo de estudio de las
masculinidades. Se han estudiado diversos temas como la sexualidad,
la reproduccin, la paternidad, la violencia, la construccin de pareja,
la conyugalidad y el erotismo, entre muchos otros (vase Amuchstegui
y Szasz, 2007)
[53]
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reflexiones sobre ser proveedor en l a crisis econmica
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reflexiones sobre ser proveedor en l a crisis econmica
El empleo, el desempleo,
la precarizacin laboral: dinmicas e impactos
Es necesario considerar que el trabajo, tal como lo concebimos hoy en
da, es un invento de la modernidad, vinculado estrechamente a la in-
dustrializacin. Muchos autores de diversas disciplinas encuentran en
el trabajo una categora dinmica y compleja que articula en su interior
diversos componentes: econmicos hasta simblicos, y por supuesto
biogrficos, que se constituyen en el pilar fundamental de la socializa-
cin, de la organizacin humana contempornea. Se trata de una ac-
tividad que se despliega en la esfera pblica, se requiere socialmente,
y se valora simblicamente por los otros, de tal forma que dota a los
individuos de identidad, cohesin y existencia social. Su prdida o dis-
minucin tiene por tanto importantes efectos en la vida de las personas
y, considerando su enorme importancia, este fue el punto central de
nuestra investigacin (Jimnez, 2005).
La realidad social se ha modificado de manera contundente en las
ltimas dcadas en los terrenos econmico, laboral, social y familiar.
Uno de los factores ms importantes de estas transformaciones ha sido,
sin duda, la incorporacin de la mujer al trabajo remunerado, fenme-
no que es cada da ms amplio. Tambin se ha dado la posposicin de
la edad de su primera unin o matrimonio, lo que ha reducido sustan-
cialmente el nmero de hijos, y adems se ha incrementado mucho el
nmero de hogares con jefatura femenina, entre otros cambios impor-
tantes a nivel nacional y mundial.
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Los hombres en Mxico. Veredas recorridas y por andar
70
P R C T I C A S PAT E R N A S
EN DIVORCIADOS, VIUDOS
Y ABANDONADOS
Masculinidad y paternidad
Resulta difcil hablar de un modelo nico de masculinidad y paterni-
dad debido a que las construcciones sociales de gnero[1] se enmarcan
en un contexto histrico, cultural y social especfico. Factores como la
etnia, la clase social, la generacin y el lugar de residencia moldean las
prcticas de los varones. Si bien ellos comparten algunos rasgos con
otros grupos, sus experiencias deben entenderse en el marco de sus pro-
blemticas particulares. Bajo este precepto, identificamos los aspectos
comunes y divergentes en los estudios de masculinidad y paternidad en
nuestro pas.
Los estudios de masculinidad realizados en Mxico[2] destacan que
la paternidad no puede estudiarse de forma aislada del ser hombre, ya
que las percepciones sobre la masculinidad influyen en su ejercicio. La
paternidad se considera un eje fundamental en las identidades mascu-
linas, pues la mayora de los varones adultos desean ser padres (Garca
y Oliveira, 2006). En investigaciones realizadas en zonas urbanas de
Mxico,[3] los varones manifiestan que la paternidad es una experiencia
importante y satisfactoria en su vida. Una de las construcciones asocia-
das a la paternidad, que no necesariamente coincide con las prcticas
[1]
Rubin (1975) define al gnero como un concepto cultural que atribuye a cada sexo, macho
y hembra, modelos de comportamientos diferenciados en funcin de lo que cada cultura
estima es propio de ellos.
[2]
Vase Gutmann, 2000; Rosas, 2008; Mena, 2009; Mena y Rojas, 2010.
[3]
Torres, 2002; Rojas, 2000 y 2008; Garca y Oliveira, 2006.
[71]
Los hombres en Mxico. Veredas recorridas y por andar
[4]
Las tensiones y contradicciones entre las construcciones sociales asociadas a la paternidad
y las prcticas paternas cotidianas se estudian en contextos urbanos por Gutmann, 2000;
Torres, 2002; Mena, 2009; y Figueroa, 2012; entre otros.
[5]
Rojas (2002) seala que existen dos momentos en la cada de la fecundidad en nuestro
pas. El primero se inici en la dcada de los sesenta con un cambio en las actitudes y com-
portamientos respecto a la familia y la maternidad. stos fueron adoptados por un grupo
pequeo de mujeres urbanas nacidas entre 1937 y 1941 que tenan una mayor educacin
que las de generaciones previas. El segundo momento comenz en 1974 a raz del cambio
en la poltica de poblacin impulsada por el Estado para promover programas de planifica-
cin familiar.
[6]
Garca y Oliveira (2006) han sealado que la insercin de las mujeres en el mercado laboral
y el incremento en la educacin, les ha permitido mayor autonoma y capacidad de deci-
sin sobre sus hogares y familias. No obstante, las mujeres todava estn lejos de asumir
pleno control de sus vidas porque muchas, todava tienen que pedir permiso a sus cnyu-
ges para salir a trabajar. En este sentido los estudios de Gutmann (2000), en una colonia
popular de la Ciudad de Mxico, y Rosas (2008), en una comunidad veracruzana, brindan
informacin sobre los conflictos y las negociaciones entre los cnyuges cuando las mujeres
trabajan.
[7]
La familia nuclear heterosexual se refiere a el padre, la madre y los hijos.
72
p r c t i c a s pat e r n a s e n d i v o r c i a d o s , v i u d o s y a b a n d o n a d o s
[8]
En Mxico el modelo de familia nuclear surge a partir de los aos treinta y cuarenta del
siglo XX, fue sostenido por numerosas instituciones polticas y sociales. Con la familia nu-
clear, se estableci la divisin sexual del trabajo y la separacin de la esfera pblica, para
varones, y la privada, para mujeres. A los varones se les ubic en el espacio productivo y
se les exigi ser los proveedores econmicos y la autoridad en sus familias. Mientras que
a las mujeres, se les confiri al mbito privado; al hogar; y a los cuidados y la crianza de
los hijos. Si bien este modelo no siempre ha ocurrido en la prctica cotidiana de los mexi-
canos, s est presente en el imaginario social (De Barbieri, 1992; Garca y Oliveira, 2006;
Rosas, 2008; Mena, 2009).
[9]
Los padres entrevistados pertenecan a diferentes generaciones; sus edades oscilaban entre
los 24 y los 70 aos; mientras que las de sus hijos estaban entre los 2 aos y los 28 aos.
73
Los hombres en Mxico. Veredas recorridas y por andar
La enseanza de la paternidad
En algunos estudios[11] se sugiere que un factor que influye en el concep-
to y prctica de la paternidad es la relacin, convivencia y cercana que
los varones tuvieron con sus padres. La manera en que el varn vivi
como hijo sienta las bases para que l construya su propia paternidad
(Parke, 1996; Menndez, 1999; Torres, 2002). Al respecto, Parke (2002)
seala que una buena relacin con el padre en la niez, genera mayor
compromiso del varn con sus propios hijos.
La mayora de los hombres adultos perciben cambios respecto al
modelo de paternidad con el que fueron educados. Investigaciones rea-
lizadas en nuestro pas[12] coinciden en que las formas de ejercer la pa-
ternidad se transformaron hacia estructuras ms democrticas y con
menor grado de autoritarismo en la familia. En las zonas urbanas, la
generacin de pertenencia de los padres y las demandas de las cnyuges
influyen para que los padres, a diferencia de sus progenitores, estn ms
dispuestos a involucrarse en la crianza de sus hijos (Gutmann, 2000;
Mena, 2009). Los padres ms jvenes consideran que sus descendientes
[10]
Escogimos una aproximacin cualitativa porque nos permiti: considerar a los padres como
actores interpretativos que significan su vivencia de la paternidad; tomar en cuenta que el
orden social influye en la produccin de este tipo especfico de padres; y, trabajar con un
grupo reducido de padres porque no buscbamos generalizar los hallazgos, sino ahondar
en sus experiencias, documentar y entender sus actitudes y comportamientos. Con respecto
a las tcnicas de recoleccin de la informacin, el enfoque cualitativo nos posibilit emplear
tcnicas como las entrevistas semiestructuradas y la observacin participante (Sampieri, Fer-
nndez y Baptista, 2006).
[11]
Doherty, Kounestky y Erickson, 1998; Eggebeen y Knoester, 2001; Fuller, 2000; Gutmann,
1998; Menndez, 1999; Osherson, 1993; Parke, 2002; Pruett, 2001; Ramos, 2001; Viveros,
2000; Tena, 2006 y Haces, 2006b.
[12]
Jimnez, 2006; Keijzer, 2000; Haces, 2006b; Torres, 2002; Rojas 2000 y 2008; Garca y Oliveira,
2006.
74
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Proveedura econmica
El pap hace su dinero, lo acumula, se enfoca en lo
comercial, en lo que le da uno a los chamacos.
Sal, 59 aos, padre de un hijo de 28 aos
y una hija de 26 aos.
75
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[13]
Olavarra, 2000; Viveros, 2000; Fuller, 2000; Keijzer, 2000; Rojas, 2000 y 2008; Garca y Oliveira,
2006; Jimnez, 2006; Torres, 2002, 2006 y 2009; Mena, 2009; Mena y Rojas, 2010, entre mu-
chos otros.
[14]
Figueroa y Flores (2012) en un estudio realizado con varones en las ciudades de Mxico,
Celaya y Cuernavaca, sealan que uno de los aspectos positivos cuando los varones cuidan
a sus hijos es la mayor cercana afectiva con ellos. En este mismo sentido, Mena (2009) do-
cumenta que tras la disolucin conyugal, algunos padres incrementan y valoran el tiempo
que pasan con sus hijos. En ambas investigaciones se sugiere que aunque los varones son
los principales cuidadores de sus descendientes, pocas veces pueden renunciar al papel de
proveedores econmicos.
76
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[15]
Para la incorporacin de Mxico en la dinmica econmica neoliberal fueron necesarios: la
flexibilizacin de los procesos productivos; la innovacin tecnolgica; el desarrollo de nue-
vas formas de produccin y remuneracin de la fuerza de trabajo; y el debilitamiento de las
organizaciones sindicales. Todos estos factores contribuyeron a la precarizaron del mercado
laboral (Estrada, 1999).
[16]
Los empleos precarios se caracterizan por ser de duracin determinada, con un alto riesgo
de perder el empleo; con poco o nulo poder de negociacin; sin seguridad social y con re-
muneraciones muy bajas (Rodgers, 1989; citado en Rojas y Salas, 2008).
77
Los hombres en Mxico. Veredas recorridas y por andar
Autoridad
Espero de ella respeto, obediencia
y amor, en ese orden
Israel, 35 aos, padre de una hija de 6 aos.
Para los padres ser la figura de autoridad de sus hijos aun despus de la
ruptura matrimonial es parte importante de sus funciones paternas. En
general los entrevistados consideran que es necesario orientar, educar
y disciplinar a sus hijos a fin de que aprendan a elegir lo mejor para
su beneficio. Pero para lograrlo, consideran necesario ejercer autoridad
sobre ellos. Segn algunos varones, la autoridad no est simplemente
dada por ser padre, la autoridad hay que ganrsela:
Que los hijos la vean en ti, por tu testimonio, tu ejemplo, tu capacidad. Hay
que ver a la autoridad como una experiencia, un aprendizaje que te da la
vida para poder ayudar y orientar a otra persona (Eduardo, 42 aos, padre
un hijo de 13 aos).
[17]
Dentro de los castigos que los padres utilizan con sus hijos cuando se portan mal encontra-
mos: no dejarlos ver la televisin o jugar con videojuegos, quitarles juguetes o dinero para
comprar dulces y negarles permisos para salir con amigos.
78
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Yo le tena pnico a mi pap. Pnico! Yo vea que siempre llegaba a las seis
de la tarde y yo empezaba a temblar, l siempre llegaba a exigir comida
Un hombre muy macho Casi siempre llegaba a pelear porque mi mam
trabajaba muchoYo no puedo ni quiero vivir una situacin de esas con
mi hijo (Julio, 37 aos, padre de un hijo de 5 aos).
Cuidado y crianza
A m me agrada ms el concepto de un provee-
dor integral, el que provee el amor, la educacin,
la disciplina y el cuidado
Israel, 35 aos, padre de una hija de 6 aos.
[18]
Desde la dcada de los ochenta, los estudios sobre familias con perspectiva de gnero per-
mitieron evidenciar las relaciones de poder, desigualdad y violencia que sufran algunos
hogares mexicanos, en especial las mujeres y los nios (Garca y Oliveira, 2006). En 1999,
con la adhesin de Mxico a varias disposiciones internacionales en materia de derechos
humanos universales, se crearon polticas pblicas, instituciones y cambios en la legislacin
que buscan, entre otras cosas, promover la igualdad de derechos entre mujeres y hombres
y combatir la violencia intrafamiliar. Un ejemplo de ello es La Ley General de Acceso de las
Mujeres a una Vida Libre de Violencia que entr en vigor en 2007.
[19]
Benera y Roldn, 1992; Keijzer, 2000; Haces, 2006b; Torres 2006 y 2009; Rojas, 2008; Mena,
2009; Mena y Rojas, 2010.
[20]
Existen numerosos debates y perspectivas sobre el concepto de cuidado. Una de stas es
la tica del cuidado. Aqu se plantea que la relacin entre diversos sujetos sociales se crea
sobre la base de la responsabilidad hacia los otros y que las prcticas individuales no son
autorreferidas, sino que inciden en el bienestar o malestar de quienes nos rodean. En esta
79
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[25]
La participacin de los padres en la crianza de sus hijos es un proceso bidireccional en el
cual los hijos (as) influyen en el padre y viceversa (Bricker, 1991). Generalmente el ser padre
cambia la forma de pensar de ellos mismos, les ayuda a clarificar sus valores y a establecer
sus prioridades, fortalece su autoestima recalcando sus responsabilidades y deberes. Incluso
puede hacer evidente sus limitaciones y debilidades. Al respecto, Parke (1996) seala que
una de las primeras cosas que el padre aprende de su hijo es que sus necesidades se relacio-
nan con las de l. Los padres dan instrucciones y el nio lo ve como un modelo a travs del
cual l va construyendo su identidad como persona. Ambos padre e hijo aprenden mutua-
mente al replantearse constantemente formas de ver y de vivir la realidad.
81
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Algo que me llena mucho es ver a mi hijo que duerme, cuando est dormi-
do yo lo disfruto mucho. Me pongo a mirarlo y a mirarlo, le acaricio la cara
y le toco las manos, lo beso (Julio, 37 aos, padre de un hijo de 5 aos).
[26]
En 2012 se aprob en Mxico el permiso de paternidad que otorga a los varones cinco das
laborables con goce de sueldo por el nacimiento de sus hijos o por la adopcin de un infante
(Gmez, 2012). No obstante, debido a las condiciones laborales de nuestro pas, son muy
pocos los que tienen estos permisos. A nivel social, los varones estn expuestos a discursos
que los invitan a involucrarse ms en el espacio familiar, destacando la conveniencia para sus
hijos y pareja.
[27]
Gutmann (2000); Torres (2002) y Mena (2009).
82
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Consideraciones finales
En este texto mencionamos aspectos abordados en los estudios de pa-
ternidad como: la proveedura econmica, la autoridad, el cuidado y
la crianza de los hijos. Bajo estos ejes, analizamos a los padres divor-
ciados, viudos y abandonados y detectamos que para los entrevistados
es fundamental ser los proveedores econmicos y la autoridad de sus
hogares. No obstante, estas creencias se transforman por la generacin
de pertenencia de los padres, lo que permite una cierta flexibilizacin en
algunas prcticas paternas: los padres ms jvenes estn ms dispues-
tos que los mayores a garantizar el bienestar de sus hijos a travs de la
proveedura y del ejercicio de una autoridad no violenta; adems tienen
una mayor colaboracin en su crianza y cuidados que los padres de ms
edad. Sin embargo, estas modificaciones suelen darse despus de una
reflexin sobre su paternidad tras la disolucin conyugal.
Con relacin a los estudios de paternidad con perspectiva de gnero
en nuestro pas, notamos que han sido valiosos para analizar las cons-
trucciones sociales asociadas a lo masculino y a lo paterno, y para evi-
denciar los malestares y las contradicciones entre las prcticas reales y
los ideales normativos de los varones. No obstante, faltan explorar otros
mbitos en los que se construye la paternidad.
Una de las problemticas que detectamos en los estudios terico-
metodolgicos de paternidad en Mxico, es que habitualmente se par-
te nicamente desde la perspectiva de los varones para la construccin
de categoras analticas. Si bien, no negamos su pertinencia y creemos
que son necesarias estas contribuciones, pensamos que es momento
de realizar ms investigaciones no slo desde la voz de los varones,
[28]
Notemos que este concepto de responsabilidad no siempre implica una obligacin impues-
ta, sino un deseo de asegurar el bienestar de sus hijos, as como un disfrute de la convivencia
con ellos.
83
Los hombres en Mxico. Veredas recorridas y por andar
sino tambin a travs de las personas que los rodean. En este sentido,
a nivel metodolgico sera importante utilizar tcnicas cualitativas y
cuantitativas dirigidas hacia sus hijos, sus familiares y sus parejas o
exparejas con el fin de explorar la paternidad en la vida cotidiana. Por
otro lado, estudiar las percepciones de los familiares y de las parejas
o ex parejas acerca de sus compaeros, permitir detectar cambios
positivos en la paternidad, como los acuerdos para el cuidado y la
crianza de los hijos o la reparticin de las tareas domsticas surgi-
dos durante la unin o disolucin conyugal; asimismo, evidenciara
las desigualdades y situaciones de violencia en el ncleo familiar que
pocas veces son reportadas por los hombres. Con la informacin re-
colectada visualizaremos a los varones en distintos aspectos psicolgi-
cos, sociales y culturales y comprenderemos sus actuaciones, y, sobre
todo, podremos proponer transformaciones en mbitos desiguales e
inequitativos.
En este sentido, consideramos importante incorporar a otros acto-
res sociales como los jueces de lo familiar, a fin de implementar estrate-
gias desde las instituciones que incentiven la presencia de los padres en
la vida de sus hijos. A menudo los actores jurdicos que toman decisio-
nes trascendentes para la vida familiar, como en el otorgamiento de la
guarda y custodia de los menores, se basan en un modelo tradicional de
la mujer como cuidadora de los hijos y niegan al padre una mayor par-
ticipacin, aun cuando en ocasiones stos son los principales responsa-
bles de sus hijos. Por ello, es necesario sensibilizar a los jueces para que,
en lugar de legitimar los roles femeninos y masculinos tradicionales,
reconozcan los derechos humanos de las personas, garanticen el bienes-
tar de las familias y permitan la construccin de relaciones equitativas y
libres de violencia entre los sexos.
Conocer y comprender las percepciones de distintos actores socia-
les nos permitir profundizar en la dimensin relacional de la categora
gnero e indagar las permanencias y transformaciones asociadas a lo
paterno y a lo materno. Lo anterior, dara pie a la creacin de nuevas
categoras tericas-analticas y enriquecera las propuestas existentes
en los estudios de gnero de los hombres.
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V U L N E R A B I L I D A D E N L O S VA R O N E S
MEXICANOS: FISURAS Y APERTURAS
E N L A S S U B J E T I VA C I O N E S M A S C U L I N A S
Valds y Olavarra (1997) han sealado que dentro de los rasgos pro-
pios de la masculinidad hegemnica aparece centralmente la nocin
de invulnerabilidad; idea reforzada hoy por los medios masivos y por
una cultura que propicia la bsqueda del riesgo y xito y considera esta
supuesta antifragilidad como un valor y algo propio de los verdaderos
hombres. En clara contraposicin y confrontacin con esta represen-
tacin social, se propone la categora de vulnerabilidad masculina[1]
como forma de entender la actual situacin que viven los hombres por
el solo hecho de ser varones y de construirse desde la masculinidad. En
este sentido, planteamos que los hombres, por estar en esa ubicacin
social, se encontraran en una condicin de fragilizacin que cruza sus
posibilidades de construccin subjetiva.[2]
Este lugar de confusin y vulnerabilidad se asienta en discursos y
prcticas sociales que aparecen disponibles en nuestras culturas lati-
noamericanas, y se tensionan ante los desafos en el mbito privado
y las fuertes demandas en el mundo pblico; combinatoria tal que ya
no permite afirmarse desde un modelo ortodoxo de masculinidad he-
gemnica, el cual por s solo conllevaba trazas de fragilizacin para los
[1]
La construccin del concepto de vulnerabilidades masculinas se levant a partir de un am-
plio estudio realizado con una muestra de varones chilenos, que realic en conjunto con un
equipo de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Central.
[2]
Se utiliza el concepto de subjetividad (construccin subjetiva y subjetivacin) en trminos
amplios, comprende la constitucin del sujeto desde unas condiciones culturales que tra-
bajan por la normalizacin y disciplinamiento de los individuos, pero incluyen tambin las
resistencias y las acciones individualizantes de los mismos sujetos.
[91]
Los hombres en Mxico. Veredas recorridas y por andar
[3]
Para una mayor clarificacin de las nociones de individualizacin o individuacin y subjetivi-
dad revisar los informes del p n u d Chile y textos de Araujo y Martuccelli.
[4]
El concepto de agencia es tomado desde la propuesta de Butler: esta autora plantea que es-
tamos sujetados a normas hegemnicas; sin embargo, este mismo poder puede ser tomado
por el sujeto a modo de subordinacin, y desde all resignificar este poder buscando formas
alternativas a las normas fijas. En esta lnea, se usa el concepto de agencia, en trminos ms
simples, aludiendo a la posibilidad que los sujetos individuales o colectivos puedan
tener poder y capacidad de generar subversiones y acciones alternativas al poder oficial de
cualquier tipo.
92
v u l n e r a b i l i d a d e n lo s va r o n e s m e x i c a n o s
[5]
La nocin de sujeto o individuo deficitario refiere a una crtica que se plantea a las postu-
ras sobre una modernidad latinoamericana como una modernidad incompleta, donde se
enfatiza la distancia de nuestras latitudes con el modelo noroccidental; y, dentro de estos
supuestos, conceptualiza al sujeto como un proyecto inconcluso (Araujo, 2013).
93
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94
v u l n e r a b i l i d a d e n lo s va r o n e s m e x i c a n o s
varones y a ellos mismos. Keijzer indica que los varones aparecen como
factor de riesgo dada la carga que conlleva el poner en prctica ciertos
mandatos de la masculinidad hegemnica.
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v u l n e r a b i l i d a d e n lo s va r o n e s m e x i c a n o s
mida; jvenes gay que han salido del clset y aunque han sido vctimas
de una violencia descarnada, optan por tomar otros caminos.
Ramrez y otros (2009: 124) plantean la posibilidad de jugar am-
bos papeles: sujeto de proteccin y sujeto protector, apelando a una
sujecin ms amplia que supere el binarismo de gnero; propuesta que
parece cercana a la lnea de vulnerabilidad de hombres y mujeres, sin
dicotomizar la posesin de determinados calificativos y competencias
de manera excluyente, y permite otras alternativas.
Otros mbitos de estudio que ligan la violencia y lo masculino son
la delincuencia, el narcotrfico, la inseguridad y los homicidios como
prcticas ciudadanas de creciente frecuencia y magnitud en Mxico. En
este campo, Cruz Sierra (2011b) indica que los homicidios de hombres
muestran, en los cuerpos victimizados, un deseo de control y poder total
que se materializa en forma del exterminio del cuerpo sometido, desde
un poder que lo posiciona en lo femenino al devaluarlo. As, este domi-
nio y esta vejacin tambin se vinculan con una lgica de deseo, deseo
masculino por poseer el amor y cuidado de la mujer; pero deseo actuali-
zado en un control y superioridad brutal que feminiza a sus vctimas al
tiempo que l se masculiniza; deseos extremados desde masculinidades
marginadas, ubicadas en lugares inferiores de la jerarqua social; mas-
culinidades resquebrajadas, que en su anhelo de constituirse en varones
verdaderos, optan por el dominio que aniquila.
Finalmente, Roberto Garda (2009) se pregunta si es posible pensar
los cuerpos de los hombres de otra forma que no sea como smbolos de
dominacin; plantea de esta manera la duda en cuanto a los mrgenes
de apertura para que los varones generen actos de agencia con sus cuer-
pos, cuando stos se articulan como cuerpos que reproducen un siste-
ma de privilegios, al repetir los mandatos de instituciones anquilosadas.
Garda nos invita a una discusin que excede una mera descripcin
de la violencia y nos lleva al campo de lo epistemolgico, para desde all
deslindar las salidas o estancamientos de los varones en el lugar vulne-
rable y vulnerante de la violencia. Al igual que Cruz, Garda subraya el
rol de las estructuras sociales, sin restar las posibilidades de agencia de
sujetos, en este caso varones. En esta lnea, plantea la provocativa pro-
97
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v u l n e r a b i l i d a d e n lo s va r o n e s m e x i c a n o s
hace peligrosas ante la vista de los varones. Por lo mismo, este manejo
estratgico del mundo afectivo les posibilitara el no vivirse debilitados
por el poder y fuerza de sus afectos.
Por su parte Garda (2002) revisa el habla, el silencio y la escucha
de varones violentadores, e indica que los hombres tienden a pasearse
por las historias y los sucesos excluyendo cualquier vivencia emocional
en la base. Cuando ellos escuchan no comprenden, porque principal-
mente es una escucha que se convierte en monlogo masculino, donde
no responde a la pareja sino a sus propias interpretaciones. Esta lgica
de monlogo tambin se extiende al cuerpo, desde donde se expresan
polarmente con movimientos rpidos y bruscos, o por el contrario sin
mayor reaccin. Finalmente el autor indica que el lenguaje de la in-
timidad requiere que los hombres hablen de los sentimientos, y de las
historias relacionadas con estos sentimientos (Garda, 2002: 15).
99
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Discusiones y reflexiones
En relacin a la bsqueda de vulnerabilidades masculinas en los estu-
dios de masculinidades en Mxico, propsito de este captulo, se sugiere
que sera un aporte aplicar directamente esta nocin en los estudios
sobre varones. Para reafirmar esto hay que subrayar este concepto con
una definicin de vulnerabilidad social usada para la comprensin de
los jvenes, y donde c e pa l /c e l a d e la describe como:
102
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v u l n e r a b i l i d a d e n lo s va r o n e s m e x i c a n o s
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BASES CONCEPTUALES
DEL PROGRAMA DE REEDUCACIN
PA R A A G R E S O R E S
D E V I O L E N C I A D E PA R E J A
Introduccin
En Mxico, a finales de los noventa, se fund el primer grupo de inter-
vencin para hombres que ejercen violencia en contra de sus parejas,
abierto por el Colectivo de Hombres por Relaciones Igualitarias, A. C.
(Coriac). A travs de su Programa Hombres Renunciando a su Violencia
(p h rv ), Coriac cre espacios de reflexin para varones, segn Garda
(2001), que inciden en al menos doce estados del pas y en otras regio-
nes de Amrica Latina. Sin embargo, la importancia de estos espacios
se reconoci jurdicamente apenas en la primera dcada de este siglo. El
H. Congreso de la Unin, a travs de la Cmara de Diputados durante la
lv i i i Legislatura (2000-2003) y la l i x Legislatura (2003-2006), propuso
y aprob la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de
Violencia. Esta ley seala, en varios captulos y apartados, los compro-
misos de diversas instancias gubernamentales (de los tres rdenes de
gobierno, a saber: federal, estatal y municipal), para instrumentar la
poltica pblica en materia de atencin, prevencin y erradicacin de
la violencia en contra de las mujeres en distintos mbitos de la vida
pblica y privada.
En la fraccin quinta del artculo 46 de dicha ley se estipula que la
Secretara de Salud deber: brindar servicios reeducativos integrales
a las vctimas y a los agresores, a fin de que logren estar en condicio-
nes de participar plenamente en la vida pblica, social y privada. Esta
instrumentacin qued bajo la responsabilidad del Centro Nacional de
[111]
Los hombres en Mxico. Veredas recorridas y por andar
[1]
Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (2006).
112
bases conceptuales del programa de reeducacin
[2]
De acuerdo al Monitoreo de la Poltica Nacional para la Igualdad en los Tres Poderes y r-
denes de Gobierno, realizado en 2012 por Instituto Nacional de Salud Pblica y el Instituto
Nacional de las Mujeres, slo 7 entidades federativas, de las 28 que participaron en el Mo-
nitoreo, han instalado el Banco Nacional de Datos e Informacin sobre Casos de Violencia
contra las Mujeres (Herrera y Jurez, 2012)
[3]
Para una revisin ms detalla vase: Hjar, M., y R. Valdez, ed. (2008). Programas de inter-
vencin con mujeres vctimas de violencia de pareja y agresores: experiencia internacional y
113
Los hombres en Mxico. Veredas recorridas y por andar
114
bases conceptuales del programa de reeducacin
sus parejas y que quieren dejar de serlo. En este mismo modelo se basa Gendes, A.C., para
impulsar desde el ao 2003 el Programa de Hombres trabajando(se).
[6]
En el 2005 Coriac se disolvi y sus promotores integraron otros proyectos asociados con la
atencin de la problemtica: Hombres por la Equidad, Diversidades, Mhoresvi y Corazonar.
[7]
Este mismo programa es llevado a cabo por Salud y Gnero A.C. Segn Keijzer, la metodo-
loga usada en Xalapa, Veracruz, se basa en la metodologa bsica de Coriac, con algunas
tcnicas incorporadas de otros modelos, a partir del trabajo y la experiencia educativa de
Salud y Gnero A.C. (Keijzer, 2010: 72).
115
Los hombres en Mxico. Veredas recorridas y por andar
[8]
Se encuentran diversas propuestas institucionales en los estados, como por ejemplo, el
Centro Estatal de Prevencin y Atencin de la Violencia Intrafamiliar (CEPAVI) de Colima y
de Jalisco, Centro de Atencin a la Violencia Familiar del DIF Estatal de San Luis Potos, el
Instituto Hidalguense de las Mujeres, el Instituto Aguascalentense de las Mujeres, el Centro
del Desarrollo Integral y Atencin a la Violencia Familiar de Mrida, Yucatn, entre otras
instituciones, que se han desarrollado a partir de alianzas con organizaciones de la sociedad
civil como Gendes, A.C., Hombres por la Equidad, A.C., ILEF y Mhoresvi, quienes capacitan al
personal que colabora en estas instituciones e incluso les acompaan.
[9]
Las Uapvif atienden tambin a personas mayores de 60 aos, personas con alguna disca-
pacidad (que no sean inimputables: nias, nios y personas con trastornos mentales), de-
litos de violencia que sean de querella y que la persona no quiera denunciar, personas con
lesiones que tarden ms de 15 das en sanar, violacin entre cnyuges y reciben quejas de
maltrato domstico por cualquier persona cercana a la familia que vive violencia familiar.
[10]
Cabe sealar que dicha conciliacin no se utiliza como una manera de reconciliar al fami-
liar o la pareja, sino para que las personas en conflicto logren un convenio para detener la
violencia. En caso de que las personas no deseen la conciliacin, se expide una resolucin
en la que se especifican los compromisos que deben cumplir cada una de las personas
involucradas, y que de no hacerlo, se le aplica una multa. A esto se le denomina amigable
composicin.
116
bases conceptuales del programa de reeducacin
117
Los hombres en Mxico. Veredas recorridas y por andar
[11]
El diseo de este programa fue discutido y conformado por especialistas en el tema (Roberto
Garda de Hombres por la Equidad, A.C y Mauro Vargas de GENDES, A.C), quienes, al mismo
tiempo, retroalimentaron sus avances con el equipo de compaeras responsables de dise-
ar el Programa de Mujeres Vctimas de Violencia de Pareja, el cual estuvo a cargo de Pilar
Lomeln, Claudia Gmez Lule y Mara de la Luz Arenas, ambos procesos enriquecidos con el
acompaamiento de la Dra. Marta Torres Falcn (aspectos legales) y la Dra. Cristina Herrera
(elementos de evaluacin) y coordinado por las doctoras Martha Hjar Medina y Rosario Val-
dez Santiago, lo cual permiti generar un modelo de intervencin nico e innovador.
118
bases conceptuales del programa de reeducacin
este tipo que abarcan diferentes temas (violencia contra las mujeres, la
cultura machista, la construccin social de la masculinidad, el trabajo
domstico, cuerpo y sexualidad, etctera). Por otro lado estn las sesio-
nes tcnicas, en las que se analizan situaciones reales de violencia de
gnero para que cada hombre identifique sus momentos de riesgo fatal
(es decir, sus seales corporales de enojo intenso) y detenga las prcti-
cas de violencia contra su pareja (Hjar y Valdez, 2010).
El primer aspecto a discutir en este apartado es el asociado con el
nombre del programa: por qu para agresores y por qu reeducativo? s-
tos son aspectos ampliamente discutidos entre quienes trabajan el tema
y no escap a la reflexin del equipo. En el caso del trmino agresores, se
opt por conservar el nombre tal como aparece en la ley. As, el trmino
de agresores se refiere simple y llanamente a hombres que ejercen violen-
cia contra su pareja mujer.[12] Esta aclaracin es pertinente toda vez que
conceptual y metodolgicamente la forma en que se nombra la violencia
y a sus actores devela un posicionamiento conceptual e ideolgico, aspec-
to discutido por el equipo responsable del diseo del programa.
El otro elemento que vale la pena sealar es el concepto mismo de
reeducacin, el cual se define como un proceso de aprendizaje en el
que los hombres desarrollan habilidades y formas de comportamiento
para relacionarse entre s, desde un plano de igualdad en la relacin de
pareja. Se ha enfatizado que existen diferencias en el proceso educati-
vo de agresores o perpetradores de violencia en la pareja y las mujeres
vctimas de la misma, pues se dice que los primeros cometen un delito y
las mujeres no. Sin embargo, ambos estn atrapados en roles estereoti-
pados y rgidos de gnero. Por eso, es necesario que mujeres y hombres
aprendan formas nuevas y equitativas de relacionarse entre s (Hjar
y Valdez, 2010). Esta visin propone un acercamiento relacional, sin
responsabilizar a las mujeres de la violencia ejercida por los varones y
[12]
En la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, en su captulo 5,
Fraccin VI, se define a Vctima: La mujer de cualquier edad a quien se le inflige cualquier
tipo de violencia. Fraccin VII, Agresor: La persona que inflige cualquier tipo de violencia
contra las mujeres. Si bien en la ley se estipula cualquier tipo de violencia, el equipo respon-
sable decidimos acotar la intervencin a la violencia de pareja, aunque en ambos subprogra-
mas se abordan otras manifestaciones de violencia de gnero.
119
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Los hombres en Mxico. Veredas recorridas y por andar
lo cultural dinmico por medio del cual un grupo demanda y sostiene una
posicin principal en la vida social. En cualquier momento dado, una forma
de masculinidad ms que otra es culturalmente exaltada. La masculinidad
hegemnica puede definirse como la configuracin de la prctica del gnero
que personifica la respuesta actualmente aceptada al problema de la legi-
timidad del patriarcado, la cual garantiza (o se toma para garantizar) la
posicin dominante de ciertos hombres y la subordinacin de las mujeres.
[13]
La no-violencia (o no violencia) es un concepto utilizado para definir una forma de canalizar
la agresividad. Se trata tambin de fuerza, pero constructiva, empleada para transformar y
mejorar las condiciones de vida. Aunque est cercano al concepto positivo de paz, va todava
ms lejos, ya que hace de la coherencia entre fines y medios y entre compromiso personal y
social sus puntos fundamentales.
122
bases conceptuales del programa de reeducacin
[14]
Como seala Torres cualquier anlisis sobre violencia debe reconocer la importancia de los
mensajes culturalmente construidos sobre roles y comportamientos de hombres y mujeres,
as como las desventajas de estas ltimas en trminos de poder. Pero ste no es el nico
factor explicativo. Hay que incluir aspectos personales, situacionales y socioculturales es-
pecficos. El modelo ecolgico subraya la interrelacin entre cuatro esferas: macrosistema,
exosistema, microsistema y esfera personal (2010: 75).
123
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Comentarios finales
A partir de lo explicado anteriormente, se seala que el Programa de
Reeducacin para Vctimas y Agresores de Violencia de Pareja posee un
sustento terico-metodolgico elaborado, discutido por especialistas,
nacionales e internacionales, y apoyado en experiencias probadas en
nuestro pas; a su vez, propone herramientas propicias para el trabajo
con hombres en diversos espacios. Tambin afirmamos que el programa
responde a una necesidad de muchos hombres en el pas que necesitan
espacios para hablar de lo que ellos llaman manejo o control de su eno-
jo, desde nuestra perspectiva, sa es una de las expresiones que eviden-
cian el malestar masculino que se genera al vivir desde la masculinidad
hegemnica. Hasta el 2012, el programa se disemin en 20 estados, lo
que implic que se formaran cuadros profesionales en esas entidades
que ahora tienen elementos terico-metodolgicos ms que bsicos
para el trabajo con hombres. En 2013, se incorporarn las doce entida-
des restantes, por lo que se cubre la meta programtica establecida por
el c n e g s r , de tener un programa con carcter nacional. Adems cabe
destacar que todas las entidades cuentan con recurso federal etiqueta-
do para el desarrollo de este Programa de Reeducacin para Vctimas
y Agresores de Violencia de Pareja[15], lo cual indica permanencia de
esta poltica pblica que logra mantenerse y consolidarse, a pesar de la
actual transicin de gobierno federal. Sin embargo, no se soslaya que
la participacin y grado de compromiso de los gobiernos estatales es
desigual hasta el momento y, en algunos casos se reduce a ejecutar los
recursos federales.
[15]
Por razones de carcter institucional, el programa cambi de nombre y ahora se llama Estra-
tegia de Reeducacin para Vctimas y Agresores de Violencia de Pareja y se coordina desde
el Centro Nacional de Equidad de Gnero y Salud Reproductiva de la Secretara de Salud.
127
Los hombres en Mxico. Veredas recorridas y por andar
128
bases conceptuales del programa de reeducacin
[16]
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131
V I O L E N C I A S E X U A L E N L A I N FA N C I A
Y SUS SECUEL AS EN L A VIDA
DE HOMBRES MEXICANOS.
R E T O S PA R A L A S P O L T I C A S P B L I C A S
[133]
Los hombres en Mxico. Veredas recorridas y por andar
[1]
Investigacin realizada con un tamao de muestra de 3,120 personas.
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Los hombres en Mxico. Veredas recorridas y por andar
Agresores sexuales
Por otra parte, el impacto psicolgico del abuso sexual en los nios
es diferente: depende del gnero del agresor sexual, de la relacin que
guarde con la persona que ejerce el abuso sexual y de la duracin del
mismo si fue una sola vez o si dur aos la agresin, adems del
hecho de si pudo revelarlo a alguien de su confianza y si fue credo o no
por dicha persona; esto ltimo puede generar un segundo traumatismo,
en algunos casos mucho mayor que el primero, ya que se le pide al nio
que deniegue sus propias percepciones con respecto a la violencia se-
xual de la cual fue vctima (Gutirrez-Otero, 2008).
De acuerdo con estudios internacionales el 90 por ciento de los
agresores sexuales son hombres (Finkelhor, 1994) y el 10 por ciento res-
tantes mujeres, muchas de ellas en complicidad con hombres (Balier et
al., 1996; Filnkelhor, 1994).
Balier et al. (1996), en Rapport de recherche sur les agresseurs sexuels
(Informe de la investigacin sobre agresores sexuales) subrayan que cer-
ca del 30 por ciento de los agresores sexuales estudiados, reportaron ser
abusados sexualmente durante su infancia. Cuando la violencia sexual fue
ejercida por una mujer, en este mismo estudio, ellos lo percibieron y lo
reportaron como iniciacin sexual (sic); sin embargo, cuando esta agre-
sin provino de un hombre, sobre todo en casos de violacin, los sujetos
son capaces de reconocer la agresin sexual (Balier et al., 1996: 119).
Es importante mencionar que en muchos casos se trata de incesto y
ello puede influir para que no se denuncie (Finkelhor, 1980). En el estu-
dio de Sorsoli et al. (2008), de 16 casos de abuso sexual, 12 fueron casos
de incesto donde intervinieron miembros de la familia inmediata o de la
extensa. En varios de los casos los participantes fueron revictimizados.
El Informe mundial sobre la violencia y la salud (Krug et al., 2002)
subraya que la violencia sexual contra los hombres y los nios es un
problema importante. Un campo que, en gran medida, ha estado aban-
donado como tema de investigacin hasta el presente. Asimismo, de
136
v i o l e n c i a s e x u a l e n l a i n fa n c i a y s u s s e c u e l a s
Todo acto sexual, tentativa por obtener un acto sexual, comentario o pro-
posiciones de naturaleza sexual, o actos encaminados o que conciernen al
trfico sexual, dirigidos de otra manera contra la sexualidad de una perso-
na utilizando la coercin, cometida por una persona independientemente
de su relacin con la vctima, en todo contexto, incluso la casa o el trabajo,
pero sin limitarse nicamente a ellos (Krug et al., 2002: 161).
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Que viven mujeres y hombres.
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Aunque reconocen que el gnero es un factor de riesgo y vulnerabilidad pues las mujeres
son ms vulnerables.
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Que cuenta con la prevalencia en los Estados Unidos de Amrica, con una muestra represen-
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tativa nacional.
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151
Los hombres en Mxico. Veredas recorridas y por andar
152
GENE ALOGA DE L A MASCULINIDAD
I N D G E N A X I O I - PA M E
D E S A N L U I S P O T O S , M X I C O [1]
Introduccin
Pese a que la sociedad mexicana se reconoce oficialmente como multi-
cultural y pluritnica, todava se refuerzan los mecanismos de exclusin
indgena, derivados de la colonizacin espaola y fortalecida a lo largo
de la emergencia y consolidacin del Estado-nacin moderno y de la
globalizacin.
El modelo del Estado-nacin moderno ordena y forma al mundo
occidental y occidentalizado; su devenir requiere la socializacin de
principios de gnero que recrean perfiles de sujetos fieles al patriarca-
do (Mosse, 2000) y al heterosexismo (Wasch, 2000). En l se refuerza
un modelo de masculinidad hegemnica (Connell, 1995) y dominacin
masculina (Bourdieu, 2007);[2] que en Latinoamrica ha trastocado los
sistemas simblicos indgenas, entre ellos el de gnero (Mott, 2006).
[1]
Este trabajo forma parte de las exploraciones bsicas de la investigacin denominada
Migracin, etnia y gnero en la sobrevivencia y la resignificacin masculina xioi-pame del
proyecto doctoral del autor, realizado durante el periodo como Becario Internacional de la
Fundacin Ford.
[2]
Los discursos de la masculinidad hegemnica y la dominacin masculina sealan acercamientos
diferenciados en la comprensin del gnero de los hombres. Sin embargo, ambas sealan el
carcter de construccin de las masculinidades, sus trascendencias en las subjetividades, las
posiciones y relaciones de gnero de los hombres en los sistemas generizados en torno al
significado y ejercicio del poder patriarcal. Coltrane (1998:13) seala que estos conceptos
aparecen de manera histrica en los estudios de las masculinidades los cuales se refieren
a aspectos multidimensionales y socialmente construidos de la dominacin masculina.
La propuesta epistemolgica que plantea el concepto de masculinidad hegemnica
planteada por Connel (1995:117) quien retoma elementos gramscianos y la define como la
configuracin de la prctica de gnero que incorpora la respuesta aceptada, en un momento
especfico, al problema de la legitimidad del patriarcado, lo que garantiza (o se considera que
garantiza) la posicin dominante de los hombres y la subordinacin de las mujeres. Por su
parte Bourdieau (2007:22) bajo un interpretacin neomarxista argumenta que el orden de
[153]
Los hombres en Mxico. Veredas recorridas y por andar
gnero patriarcal se consolida por la propia dominacin masculina, de la cual dice: La fuerza
del orden masculino se descubre en el hecho de que prescinde de cualquier justificacin:
la visin androcntrica se impone como neutra y no siente la necesidad de enunciarse en
unos discursos capaces de legitimarla. El orden social funciona como una inmensa maquina
simblica que tiende a ratificar la dominacin masculina en la que se apoya: es la divisin
sexual del trabajo, distribucin muy estricta de las actividades asignadas a cada uno de los
dos sexos, de su espacio, su momento, sus instrumentos. Estas teorizaciones han abierto
campos epistmicos para entender a los hombres en tanto sujetos generizados individual y
colectivamente.
154
g e n e a lo g a d e l a m a s c u l i n i d a d i n d g e n a x i o i - pa m e
[3]
La migracin de este pueblo indgena ha facilitado su deterritorializacin por diversos espa-
cios de Mxico y de los EE.UU. (Daz, 2012).
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g e n e a lo g a d e l a m a s c u l i n i d a d i n d g e n a x i o i - pa m e
El chichimeca es el brbaro, sin residencia fija, sin ropa, sin habla huma-
na, sin ley ni rey, sin religin, sin agricultura, sin reglas de parentesco, sin
arte ni artesana, crudos come animales y plantas es caribe, belicoso, y
antropfago, y adepto a la sodoma y otros pecados contra natura.
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[4]
Estas expresiones de monogamia y la consanguinidad xioi fueron aprovechadas para intro-
ducir los concepctos de fidelidad y su instrumentalizacin en el control del cuerpo y los de-
seos de las mujeres y hombres, o la legitimacin de modelos de familia, entre otros aspectos
de la ingeniera social del devenir del orden socializado desde occidente entre los pueblos
indgenas.
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[5]
Antigua misin evangelizadora del pueblo xioi, ahora cabecera municipal de Rayn, ubi-
cado en la parte de los Valles Centrales o Zona Media de San Lus Potos.
[6]
Ubicada al norte de los Valles Centrales de San Lus Potos y donde actualmente se encuentran
diversos asentamientos xioi, entre ellos La Colonia Indgena de San Jos.
[7]
Textos ocho y nueve del Corrido de Ciudad del Maz, en Tovar (2005:89).
166
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Los hombres en Mxico. Veredas recorridas y por andar
Conclusiones
Se advierte que el trabajo presentado es un proceso inacabado sobre ex-
ploraciones y anlisis que requieren de mayor cobertura y profundidad.
Sin embargo, este ejercicio puede concluir en lo siguiente. En primer
trmino que el uso la genealoga o historizacin foucaultiana, desde
168
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g e n e a lo g a d e l a m a s c u l i n i d a d i n d g e n a x i o i - pa m e
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Los hombres en Mxico. Veredas recorridas y por andar
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175
MASCULINIDAD HEGEMNICA
Y EXPRESIVIDAD EMOCIONAL
DE HOMBRES JVENES
Introduccin
El hecho de que los hombres no expresen sus sentimientos, general-
mente se toma como algo intrascendente, como si slo fuera de la in-
cumbencia de quien lo padece o un problema de inadaptacin subjetiva,
que debe arreglarse en lo personal. Sin embargo, consideramos que ste
puede ser el origen de una serie de problemas de mayor envergadura.
De entrada pueden enunciarse tres aspectos: altos ndices de violencia
(Burin y Meler, 2000), inequidad de gnero, y algunas conductas de ries-
go para la salud (Sabo, 2000). Las estadsticas de morbilidad y morta-
lidad entre la poblacin juvenil as lo atestiguan, en la mitad de los
pases de Amrica Latina [] el homicidio constituye la segunda causa
de muerte de varones de entre 15 y 24 aos (ops/o m s en Romn y So-
tomayor, 2010). Estadsticas delincuenciales en Mxico sealan que la
cantidad de personas sentenciadas del fuero comn en el 2010 ascendi
a 120,177, de los cuales 91 por ciento fueron varones y 9 por ciento mu-
jeres (i n e g i , 2011).
El objetivo del presente trabajo, y considero que esa sera la dife-
rencia con otros enfoques que se le ha dado al tema (Nez, 1999; Cruz,
2006; Salguero, 2007), es que se intenta abordar el problema desde dos
niveles de anlisis: las condiciones sociales que propician el estableci-
miento de este tipo de relaciones, y las historias individuales que proba-
bilizan un determinado tipo de ajuste a los factores culturales, es decir,
se intenta esclarecer y contribuir a la discusin desde la perspectiva
psicolgica interconductual. Primero revisemos algunos antecedentes.
[177]
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masculinidad hegemnica y expresividad emocional
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masculinidad hegemnica y expresividad emocional
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Los hombres en Mxico. Veredas recorridas y por andar
Masculinidades
Connell (1995) plantea una til clasificacin para referirse a los distintos
tipos de masculinidades que podemos encontrar en una cultura: mas-
culinidad hegemnica, alternativa y estigmatizada. Explicadas desde el
interconductismo podramos decir que se trata de tres tipos ejemplares
de configuraciones de contingencias: la primera de ellas, masculinidad
hegemnica, es la que promueve el grupo social dominante, a la que
la mayora de los hombres anhela emular, y reforzada por los grupos
hegemnicos de esa comunidad; la masculinidad alternativa es aquella
que rompe en algn sentido con los mandatos tradicionales, al tratar de
disidencias toleradas, representada por aquellos hombres que intentan
nuevas formas de expresar su hombra, sin llegar a romper del todo
con el paradigma establecido; la masculinidad estigmatizada, como su
nombre lo indica, es la forma de vivir la hombra rompiendo radical-
mente con los esquemas normativos de masculinidad en una determi-
182
masculinidad hegemnica y expresividad emocional
Emociones
Hablar de emociones es hablar de un concepto poco claro para la cien-
cia. A lo largo de la historia se han propuesto un sinfn de definiciones;
Plutchik (2001) estima ms de 90 durante el siglo x x , entre las que
podemos encontrar las explicaciones ms diversas, desde aquellas que
asocian las motivaciones con los instintos, por ejemplo William James
afirmaba: todo objeto que excita un instinto excita tambin una emo-
cin; hasta otras definiciones que vinculan las emociones con estados
internos, como la de Descartes al afirmar que el efecto principal de las
pasiones (emociones) es que incitan y disponen (motivan) a la mente
para que quiera las cosas para las que preparan al cuerpo (en Keller y
Schoenfeld, 1975). Si nos quedamos con este tipo de definiciones, que
aluden estados mentales o disposiciones intrnsecamente masculinas,
nos estaramos regresando al discurso donde se justificaba el comporta-
miento machista por sus cualidades naturales, llmense mentales o
biolgicas (Nogus, 2003).
Mejor sera darles la vuelta a este tipo de definiciones que no abo-
nan a la explicacin del fenmeno analizado y adherirnos a la nocin
wittgenstaniana de las emociones, en el sentido de que no son estados
internos, sino que solamente pueden conocerse a travs de sus mani-
festaciones externas (Wittgenstein, 1997). En la literatura psicobiolgi-
183
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184
masculinidad hegemnica y expresividad emocional
185
Los hombres en Mxico. Veredas recorridas y por andar
[1]
Subvencionada por la OPS (IKM/RG-T/MEX-3270).
[2]
Apoyada por Coecytjal Fomixjal (2009-05-125691).
186
masculinidad hegemnica y expresividad emocional
187
Los hombres en Mxico. Veredas recorridas y por andar
Esto nos vincula al conflicto que tienen los hombres para expresar
afecto entre ellos, lo cual tiene efectos en la conformacin de la expre-
sividad emocional masculina. Recordemos que al encontrarnos en una
sociedad homosocial, sus primeras vinculaciones afectivas fuera del n-
cleo familiar, suelen darse con personas del mismo gnero y el hecho
que se coarten las vas naturales de la expresin afectiva, genera secue-
las permanentes en los varones. Las emociones podran ser un elemento
de la configuracin comportamental (propensiones o conmociones), y
donde el aprendizaje juega un rol determinante; si los jvenes no logran
aprender a expresar una determinada configuracin emocional (afecto,
ternura, empata), vern mermadas sus posibilidades de desarrollar ha-
bilidades para hacerlo en otros contextos (familia, pareja), y si a ello le
aunamos que a los varones se les refuerza otra gama del espectro emo-
cional como es la demostracin de coraje, enojo, agresividad, aumen-
tar la probabilidad de que acten de forma agresiva, es decir, tendrn
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TM: no, esta vez no recuerdo muy bien es que, primera vez que probaba las
tachas y todo eso, y como ya andaba drogado y pues mezcle unas drogas con
otras, no me supe controlar.
Prospectiva
Si pudiera sugerir el rumbo a dnde se debera llevar la nave de la ge-
neracin y aplicacin del conocimiento, respecto a las emociones con
perspectiva de gnero, planteara dos derroteros que deben ser parale-
los y complementarios. Por un lado fortalecer la generacin del cono-
cimiento, dada la naturaleza de nuestro objeto de estudio deberamos
redoblar esfuerzos para desarrollar ms estudios empricos que se ocu-
pen de explicar los vertiginosos cambios que en esta materia se dan, al
analizar los distintos grupos culturales, desde los ms aislados como
194
masculinidad hegemnica y expresividad emocional
195
Los hombres en Mxico. Veredas recorridas y por andar
Consideraciones finales
A lo largo del trabajo se habl de la importancia de analizar la forma en
que los hombres aprenden a expresar sus emociones, y se argument
que no solamente se trata de un problema individual de subjetividad
masculina. La evidencia existente indica que la inadecuada formacin
emocional de los varones puede articularse con otros problemas ms
estructurales, como la falta de equidad, altos ndices de violencia intra-
familiar, y conductas de riesgo para la salud. No es gratuito que en las
sociedades como las latinoamericanas, en donde las diferencias de g-
nero son tan marcadas, los ndices de morbilidad y mortalidad masculi-
na sean significativamente mayores que los de sus coetneas mujeres. Y
que los ndices de maltrato intrafamiliar tambin sean mayores.
Es menester aclarar que no habra espacio que alcance para tras-
mitir la cantidad de informacin que a lo largo de estos ocho aos de
estudios en el rea se ha podido recabar. Al dejar un poco de lado los
razonamientos formales y hacer honor al tema de las emociones, me
gustara trasmitir un poco del sentimiento que me ha dejado trabajar
con estos jvenes. El sentimiento que ms me evocan es de desazn que
en ocasiones raya en el miedo, aunque muchos de ellos cuando hablan
para los otros se muestran fuertes y seguros de s mismos, cuando se
les entrevista cara a cara y no tienen que validarse ante sus compaeros
dejan ver una gran incertidumbre respecto a lo que sienten y lo que el
futuro les depara, como si ellos fueran los nicos hombres que tuvieran
sentimientos, aquellos sentimientos que tanto se les dice que no deben
196
masculinidad hegemnica y expresividad emocional
mostrar. En ese sentido soy optimista, porque los hombres de las nuevas
generaciones se empiezan a dar cuenta del alto costo que tienen que pa-
gar en aras de sostener un modelo de masculinidad que no corresponde
a sus necesidades, y en ese sentido estn receptivos para escuchar pro-
puestas que mejoren su calidad de vida como hombres.
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masculinidad hegemnica y expresividad emocional
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ESTUDIOS SOBRE L A MASCULINIDAD
Y P O L T I C A S P B L I C A S E N M X I C O.
A P U N T E S PA R A U N A D I S C U S I N
[201]
Los hombres en Mxico. Veredas recorridas y por andar
[1]
Entre ellos el Colectivo de Hombres por Relaciones Igualitarias (Coriac), que dio lugar a la
formacin de Viento a Favor (Oaxaca), Corazonar, Abriendo Senderos hacia la Reconciliacin,
A. C., Movimiento de Hombres por Relaciones Equitativas y Sin Violencia (Mhoresvi), Hom-
bres por la Equidad, A. C. (en el Distrito Federal). Por otra parte se encuentra Salud y Gnero,
A. C. con sedes en las ciudades de Jalapa y Quertaro.
202
estudios sobre l a masculinidad y polticas pblicas
203
Los hombres en Mxico. Veredas recorridas y por andar
[2]
Un anlisis en el mundo anglosajn, en particular en Estados Unidos, sobre las orientacio-
nes de accin social que impulsan distintos movimientos de hombres se pueden consultar
en Clatterbaugh (1997) y Connell (2003). Para el caso mexicano una posicin abiertamente
antifeminista se encuentra en <www.lamarchamasculina.com>.
[3]
Para Aguilar Villanueva (2004), el desarrollo analtico de las polticas pblicas en Mxico
sigui hasta el siglo XXI, cuatro orientaciones: a) anlisis econmico (eficacia y eficiencia
que incluye el anlisis de costo-beneficio, costo eficacia, establecimiento de precios de los
bienes y servicios pblicos, presupuestacin de las polticas y sus programas); b) el anlisis
del proceso real de decisiones de gobierno (anlisis jurdico); c) el anlisis organizacional (es-
quemas de direccin, procesos, procedimientos y personal en las organizaciones pblicas);
d) el anlisis poltico (redes de fuerzas, intereses, demandas y agrupaciones en torno a cierta
poltica).
204
estudios sobre l a masculinidad y polticas pblicas
205
Los hombres en Mxico. Veredas recorridas y por andar
[4]
Existen documentos de carcter programtico y normativo relacionados a polticas pblicas
de gnero que involucra de manera positiva a los hombres en acciones que promueven la
equidad e igualdad. Aluden a distintas temticas, como servicios a hombres involucrados en
relaciones de violencia con sus parejas, licencia de paternidad, prcticas sexuales de riesgo.
Esta documentacin no fue incluida en este anlisis porque lo que se pretende es conocer
qu mbitos han sido objeto de anlisis y cmo se ha hecho el mismo con una perspectiva
acadmica y no desde la programacin y la reglamentacin que opera directamente los
programas.
[5]
Este aspecto es controversial porque las omisiones pueden ser infinitas, lo que depender de
la amplitud con que se conciben los problemas que se enfrentan y la diversidad de circuns-
tancias que estn involucradas en cada temtica.
206
estudios sobre l a masculinidad y polticas pblicas
conciencia sobre los temas del gnero de los hombres que afectan a la
sociedad y en funcin de ello, genera una demanda social para resolver
lo que ha sido problematizado e identificado como algo que requiere
una respuesta del aparato gubernamental. Esta postura coloca a la ciu-
dadana como gestora y a la poltica pblica aunque no se define
como el ltimo eslabn de la educacin.
Adems de la definicin de las polticas pblicas y sus lgicas, se
encontr otro elemento que las caracteriza: la diversidad y complejidad
de los dispositivos tericos para analizar los problemas vinculados al
gnero de los hombres y su interseccin con otras categoras que orde-
nan la vida social: clase social, etnicidad y ciclo de vida; asimismo, con
procesos como la democratizacin de las relaciones, el referente a los
derechos humanos y el rompimiento de los pactos entre hombres.
Entre los principales aportes de estos trabajos se encontr que:
1. Identifican problemticas especficas que enfrentan los hombres
por ser responsables de la violencia de gnero y homofbica al asu-
mir prcticas de riesgo que atentan contra s mismos y contra terce-
ras personas de manera intencional o no salud sexual, reproductiva y
mental, enfermedades crnicas, consumo de sustancias, lesiones y ac-
cidentes, autocuidado; al participar limitadamente en las relaciones
familiares, de pareja y en el ejercicio de la paternidad; al ser receptores
de las modificaciones de las dinmicas econmicas locales y globales
en los mercados de trabajo y la flexibilizacin de los empleos con sus
consecuencias (desempleo y subempleo).
2. Un incipiente anlisis de las acciones de polticas pblicas como:
el trabajo de prevencin del v i h /sida, en particular entre hombres que
tienen sexo con hombres; el trabajo reeducativo con hombres que ejer-
cen violencia contra sus parejas, y de prevencin en mbitos escolares;
campaas de sensibilizacin (paternidad); educacin no sexista en li-
bros de texto del nivel bsico.
3. Un anlisis de los marcos legislativos y de derechos humanos
para identificar formas de discriminacin y limitacin de derechos civi-
les para hombres homosexuales sociedades de convivencia, matrimo-
nio, seguridad social, adopcin, licencia de paternidad.
207
Cuadro 1. Teoras, concepcin de polticas pblicas, temas y propuestas de estudios sobre polticas pblicas y hombres en Mxico.
Autor/ao Planteamiento terico Concepcin de Polticas Tema Propuesta
Los
Pblicas
Polticas para modificar el sig-
nificado de las cosas. Polticas
orientadas hacia interacciones
Imaginario social, interaccio- Identidad; salud sexual y sociales ms equitativas. Polticas
(Almers, nismo simblico, subjetividad, Acciones gubernamentales reproductiva; paternidad; para alimentar los procesos de
hombres en
2006) masculinidad, polticas pbli- (desde arriba). divisin sexual del trabajo; interpretacin. Incidir en el ima-
cas, creencias violencia de gnero ginario social de gnero, cambio
de significados e interacciones.
Talleres, grupos de discusin,
campaas, materiales educativos.
208
acciones de las institucio- prcticas; incorporacin turas normativas, simblicas y
nes pblicas, resultado de de hombres cuando son prcticas jerarquizadas del gne-
(Alatorre Masculinidad (social, cultural,
diversos procesos (deman- excluidos, polticas pblicas ro; 2) incorporar a los hombres
Rico, 2006) subjetivo), polticas pblicas
das sociales), dentro de un considerando la diversidad en prcticas de las que han sido
contexto cultural, econmico de actores, instituciones y excluidos (cuidado infantil), el
y poltico especfico. espacios (regiones). ejercicio democrtico y basado
en derechos.
Proyecto Paternidad y
Proyecto H; incluye diag- Proyecto Paternidad: Campaa
nstico de salud hombres sobre el reconocimiento de la
Educacin popular, pro-femi- y mujeres, socializacin figura paterna experimentada
nista (trascender pacto entre Proceso educativo no lineal, diferencial y consecuencias. por los nios y la vivencia de los
(Ayala, 2006) hombres), reconocimiento sensible a la intuicin en Evaluacin de prcticas hombres padres en el cuidad
personal, democratizacin y contraposicin a la razn. (individual, institucional); Proyecto H. Jvenes y relaciones
equidad de gnero. ganancias con el cambio; de gnero, ejercicio de derechos,
costo beneficio de trasgre- diversidad e interculturalidad.
209
sin del modelo hegem- Trabajo en redes.
nico.
(Figueroa, Constructivismo, polticas Concepcin amplia que VIH/sida y los hombres que No hay datos disponibles.
s/f) pblicas, derechos humanos; incluye leyes, planes gu- tienen sexo con hombres;
gnero, polticas basada en bernamentales, medidas violencia contra las mujeres
evidencias. La poltica de igual- regulatorias y prioridades de (prevencin en escuelas,
dad de gnero se basa en: a) financiamiento. Medidas de- perpetradores); Salud
el ciclo de vida; b) desventajas rivadas de declaraciones de (Enfermedades cadiovascu-
y privilegios de gnero; c) dis- jefes de Estado o ministros. lares, Cncer, Alcholismo,
paridades de poder econmico Acciones provenientes del Accidentes y Violencias,
entre hombres y mujeres; d) la mundo civil; procedimien- Servicios de salud, Autocui-
clase social, etnicidad y otras tos no escritos, prcticas y dado); derechos sexuales
inequidades; e) normas socia- tradiciones. La ausencia de (homofobia, sociedades de
les de gnero; f) disparidades regulacin o de leyes (omi- convivencia, homopatenta-
en salud, bsqueda y acceso a sin de polticas). lidad); paternidad (licencia);
los servicios de salud. educacin (estereotipos).
estudios sobre l a masculinidad y polticas pblicas
Los
(Barker y El conjunto de herramientas Encuesta (urbana) images Premisas que incluyen a los
Aguayo, de diferente nivel (leyes, (Brasil, Chile, Mxico): 1. hombres como aliados: 1. No
2012) planes gubernamentales, trabajo; 2. educacin; 3. resta recursosa mujeres, suma; 2.
medidas regulatorias y prio- relaciones de pareja; 4. ex- no efectos negativos a mujeres;
hombres en
210
ubicar la concepcin de
los hombres: 1. salud; 2.
paternidad y cuidado; 3.
violencia; 4. homofobia.
(Barker, et Ciclo de vida; desventajas y Estudio que incluye los No hay datos disponibles para
al., s/f) privilegios de gnero; dispari- temas de educacin; pater- el caso mexicano en particular.
dades de poder econmico y nidad y familia; salud; salud Se presentan recomendaciones
poltico a nivel agregado; des- sexual y reproductiva; VIH/ generales para llevar a cabo
iguladades de clase y etnicidad; sida; empleo; violencia de acciones en: educacin, salud,
rigidez de normas de gnero; gnero; derechos homo- seguridad pblica, derechos
disparidades de salud, acceso y sexuales. Se llev a cabo en humanos, VIH y salud sexual y
bsqueda de servicios. Brasil, Chile, India, Mxico, reproductiva, paternidad, alivio
recorridas y por andar
211
Los
Cuadro 2. Actores y poblaciones identificados en los estudios de polticas pblicas y hombres en Mxico.
Autor/ao Actores Poblaciones objeto
Poblacin escolar, poblacin ge-
(Almers,
Potenciales. Intra Estado: Instituciones educativas y de salud. Cuerpos legislativos. neral, profesorado, legisladores de
2006)
instituciones gubernamentales.
hombres en
(Alatorre Rico, Potenciales. Intra Estado: legisladores y personal operativo de instituciones pblicas; del Funcionarios y prestadores de
2006) contexto social: sociedad civil organizada servicios.
(Guevara Rui-
No hay referencias especficas. No hay referencias especficas.
seor, 2006)
(Garda Salas, No se presenta una definicin de actores polticos concretos sino una discusin sobre las
No hay referencias especficas.
s/f) caractersticas de potenciales actores sociales.
Mxico. Veredas
Proyecto paternidad. Del contexto social: ONGs: Salud y Gnero; Coriac. Intra Estado: (Po-
212
der Ejecutivo) Comisin Nacional de la Mujer; Secretara de Educacin Pblica; Sistema
Proyecto Paternidad. Nios de es-
para el Desarrollo Integral de la Familia; (Poder Legislativo) Comisin de Equidad y Gne-
cuelas primarias. Maestros, directo-
ro de la LVII Legislatura de la Cmara de Diputados del Congreso de la Unin. Agencias
(Ayala, 2006) res de escuelas primarias. Maestros
Internacionales: Unicef
inductores.
Proyecto H. Intra Estado: Universidad Quertaro, Instituto Regional de Quertaro, Se-
Proyecto H. Hombres Jvenes.
cretara de Salud. Agencias Internacionales: USAID, Fundacin MacArthur, International
Center for Research on Women (ICRW).
(Figueroa, s/f) Contexto Social: (Espacios acadmicos); Cmplices por la Equidad (MenEngage, Mxico). No hay una referencia explcita
[6]
Este proyecto se ha promovido en diversos pases (Barker et al., 2004).
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[7]
sta ha sido la lucha de los movimientos de mujeres y feministas en las ltimas dcadas
(Lebon y Maier, 2006).
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estudios sobre l a masculinidad y polticas pblicas
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estudios sobre l a masculinidad y polticas pblicas
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tales, que de acuerdo con Aguilar son indispensables, tienen una gran
fragilidad por varias razones: a) existe una gran resistencia de los agen-
tes gubernamentales para aceptar los temas y problemas derivados de la
prctica de las masculinidades, y si llegan a considerase as, se cuestiona
su relevancia social al compararse con otros de distinta ndole; b) sos-
tener una demanda de transformacin ante la poblacin de hombres y
ante los agentes gubernamentales implica recursos, respaldo organiza-
cional del movimiento de hombres que en conjunto es frgil, incipiente
y minoritario; c) un conocimiento razonable del problema en cuestin,
que podra decirse se ha empezado a construir y es factible sustentar-
se. El sector acadmico lo ha generado sobre distintos componentes de
las configuraciones de las masculinidades, pero este conocimiento est
escasamente articulado con la movilizacin de hombres interesados en
impulsar la igualdad y equidad con las mujeres, esto es, que se interesan
en los procesos de cabildeo ante los agentes gubernamentales; y d) los
hombres que se encuentran en el activismo por la igualdad y equidad
entre hombres y mujeres, ligados a las organizaciones civiles y al mun-
do acadmico, son una proporcin marginal, a pesar de su expansin
en los ltimos 15 aos.
La tarea para el impulso de polticas pblicas sobre la transforma-
cin de la configuracin de la masculinidad dominante es compleja y
desafiante. Continuar en esta direccin plantea al menos cuatro retos:
1. profundizar en el conocimiento de las configuraciones del gnero de
los hombres, sus consecuencias y su potencial sustento para polticas
pblicas; 2. articular de manera razonable el trabajo acadmico y la
movilizacin de hombres que impulsan la igualdad y equidad con las
mujeres; 3. la bsqueda de alianzas con los movimientos de mujeres,
hombres de la diversidad sexual y de aquellas organizaciones civiles
interesadas en temas que son concurrentes con los identificados en los
estudios de gnero de los hombres, y 4. la construccin de una agenda
poltica de mediano y largo plazo con estrategias construidas de manera
colectiva y consensuada.
218
estudios sobre l a masculinidad y polticas pblicas
Bibliografa
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de gnero: qu masculinidades estamos construyendo en las pol-
ticas pblicas en Chile?. En F. Aguayo y M. Sadler (eds.), Masculi-
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equitativas de lo masculino en el imaginario social. En G. Careaga y
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hombre Relatos y reflexiones sobre hombres y masculinidades en
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Women and Politics in Modern Society. Boulder: Westview Press.
219
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220
estudios sobre l a masculinidad y polticas pblicas
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RESMENES / ABSTRACTS
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resmenes / abstracts
tity and men gender and invites to think over masculinity as a configu-
ration of identities. Cultural Psychology considers the process of mens
identity construction as something fluid, complex and diverse, where
the constructed identities son, spouse, father, student, worker are
not homogeneous in the way just as they appropriate or defy gender ste-
reotypes. Then, masculinity and gender are a complex configuration of
identities achieved through a multiplicity of relations not in a single
moment and situations in multiform contexts, because it deals with
the tensions caused by these participations.
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S O B R E LO S A U TO R E S
[233]
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s o b r e lo s a u to r e s
Didier Machillot
Doctor en Ciencias de la Sociedad por la Universidad de Poitiers (Fran-
cia) e investigador asociado con el cemca, en Mxico, y con el crimic
en la Universidad de la Sorbona-Pars IV. Desarrolla investigaciones
que abarcan temas como los estereotipos masculinos, la masculinidad
y la violencia en Mxico. Varios artculos sobre estas cuestiones fueron
ya publicados en revistas extranjeras como Horizontes antropolgicos,
Amerika o Les cahiers du Sal. Actualmente se encuentra en prensa en la
editorial Paids un libro acerca de la historia del estereotipo del macho
en Mxico. Contacto: <dmachillot@hotmail.com>.
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s o b r e lo s a u to r e s
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Los hombres en Mxico. Veredas recorridas y por andar de Juan Carlos
Ramrez Rodrguez y Jos Carlos Cervantes Ros (coords.) se imprimi
en diciembre de 2013 en los talleres de Editorial Pandora, Caas 3657, La
Nogalera, Guadalajara, Jalisco.
Se tiraron 500 ejemplares ms sobrantes para reposicin.
Diseo de cubierta
David Prez
Diagramacin y correccin
Editorial Pgina Seis
www.pagina6.com.mx
Los hombres en Mxico: veredas recorridas y
por andar. Una mirada a los estudios de gnero
de los hombres, las masculinidades es un docu-
mento producto del esfuerzo colectivo e insti-
tucional. Colectivo porque el conocimiento y
su desarrollo ha sido una apuesta impulsada
desde la Academia Mexicana de Estudios de
Gnero de los Hombres (a m e g h ) interesada
en horizontalizar el mismo, haciendo part-
cipe por una parte a la comunidad cientfica
empeada en estudiar a los hombres como
sujetos genricos, as como a la comunidad
acadmica y poblacin general adscribindo-
nos a las convenciones de acceso libre, gratui-
to y universal al conocimiento; institucional,
porque consideramos desde la a m e g h que las
sinergias entre las agrupaciones de cientficos
sociales con las dedicadas a la educacin su-
perior y al desarrollo cientfico del pas, como
la Universidad de Guadalajara, multiplican los
efectos positivos por construir una sociedad
ms igualitaria e incluyente.
El libro tiene el propsito de estimular la
reflexin crtica y documentar los aportes en
las distintas reas de conocimiento sobre los
hombres como sujetos genricos en el contex-
to mexicano. Es una lectura til para quienes
se acercan por primera vez a este campo de in-
vestigacin y para quienes tienen como campo
de investigacin el gnero de los hombres, las
masculinidades.
ISBN: 978-607-450-9236