9788433028297
9788433028297
9788433028297
desclée
Janina Fisher
Psicoterapia
«Lectura obligada para los psicoanalistas interesados en la comunicación
no verbal, la disociación y el trauma. Este sofisticado libro proporciona
una integración extraordinaria de la teoría y la práctica clínica, basada en
Psicoterapia Sensoriomotriz
Sensoriomotriz
Beatrice Beebe, Columbia University.
La inteligencia del cuerpo es, en gran medida, un recurso desaprovechado en
psicoterapia; ahora bien, la historia contada por la «narrativa somática», los
gestos, la postura, la prosodia, las expresiones faciales, la mirada y el movi-
miento es, sin duda, más significativa que la historia contada por las palabras.
El lenguaje del cuerpo transmite significados implícitos, y revela el legado Intervenciones para el trauma y el apego
del trauma y de las dinámicas tempranas u olvidadas con las figuras de apego.
Ignorar el cuerpo como objeto de la acción terapéutica es una omisión desafor-
tunada que priva a los pacientes de una vía de acceso vital al autoconocimiento
y al cambio.
Este libro, escrito para que los terapeutas y los pacientes lo exploren de manera
conjunta durante la terapia, es una guía práctica del lenguaje del cuerpo. Co-
mienza con una sección que orienta a terapeutas y pacientes en el volumen y en
su manejo, seguido de un resumen del papel del cerebro y de la utilización de
la conciencia plena. Las tres últimas secciones se organizan de acuerdo con un
enfoque por fases en la terapia y se centran, en primer lugar, en el desarrollo de
recursos personales, en especial de los recursos somáticos; en segundo lugar,
en la utilización de un enfoque somático ascendente de la memoria; y, en tercer
lugar, en la exploración del impacto del apego en el aprendizaje procedimental,
en las tendencias emocionales y en las distorsiones cognitivas. Cada uno de los
capítulos está acompañado por una guía que pretende ayudar a los terapeutas a
aplicar sus enseñanzas en la práctica clínica, y por hojas de trabajo, que contri-
buyen a que los pacientes integren el material a nivel personal.
ISBN: 978-84-330-2829-7
Janina Fisher
Pat Ogden
207
+ info:
biblioteca de psicología Desclée De Brouwer
Ilustradores
DEBORAH DEL HIERRO
ANTHONY DEL HIERRO
PSICOTERAPIA SENSORIOMOTRIZ
Intervenciones para el trauma y el apego
BIBLIOTECA DE PSICOLOGÍA
Desclée De Brouwer
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
SECCIÓN I
Primeros pasos
1. Principios esenciales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31
SECCIÓN II
Conceptos y habilidades básicos
4. La sabiduría del cuerpo. Perdida y encontrada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89
SECCIÓN III
Fase 1: Desarrollar recursos
13. Apreciar tus fortalezas. Los recursos creativos
y de supervivencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 239
SECCIÓN IV
Fase 2: Abordar la memoria
21. La memoria implícita y tu repertorio de recursos . . . . . . . . . . . . . . . . . . 373
SECCIÓN V
Fase 3: Avanzar
28. El legado del apego . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 497
Epílogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 645
Glosario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 649
Referencias bibliográficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 655
Índice de términos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 665
nadas con el apego que los mantienen anclados en el pasado, a intentar reconec-
tar con las emociones que habían rechazado y a expresarlas.
Capítulo 31, «Moverse por el mundo: nuestra forma de andar», llama la aten-
ción de los patrones de locomoción para que los pacientes puedan descubrir
cómo les afecta la forma en que llevan sus cuerpos al caminar. Analizan diferen-
tes modos de andar, así como los sentimientos y las creencias que acompañan a
cada uno de ellos. Aumentar la consciencia de su propio estilo de caminar y
de cómo este se relaciona con sus antecedentes personales, ayudará a que los
pacientes escojan una intervención para modificar su manera de caminar de un
modo que apoye sus objetivos terapéuticos.
Capítulo 32, «Los estilos de los límites en las relaciones», basado en el Capítu-
lo 19, «Un sentido somático de los límites», se centra en los estilos de los límites
en contextos relacionales. Los pacientes aprenden los cuatro estilos de los límites
que se forman en el contexto del apego temprano, distinguen los rasgos somáti-
cos y psicológicos de estos estilos y descubren los hábitos físicos de cada uno de
ellos. Al evaluar sus propios estilos y las diferentes formas de establecer límites
con los demás, los pacientes desarrollan límites relacionales más saludables.
Capítulo 33, «Relacionarse con los demás: las acciones de búsqueda de proxi-
midad», explica cómo las acciones de búsqueda de proximidad de la infancia se
aprenden y se modifican para poder emplearse en las relaciones adultas. Contac-
tar con los demás, hacer amigos y mantener relaciones podría ser complicado en
el caso de que las acciones de búsqueda de proximidad fuesen aterradoras, incó-
modas, evitativas o estuviesen poco desarrolladas. Este capítulo ayuda a que los
pacientes descubran sus acciones de búsqueda de proximidad habituales y a que
practiquen aquellas que favorecen las relaciones satisfactorias.
Capítulo 34, «El juego, el placer y las emociones positivas», se centra en cómo
aumentar la capacidad para las sensaciones y experiencias agradables, limitada
a menudo por una infancia marcada por un trauma o por las decepciones y los
sufrimientos del apego inadecuado. En primer lugar, los pacientes toman con-
ciencia de los patrones físicos que obstaculizan su capacidad para experimentar
emociones, placer y estados lúdicos. Estas sensaciones agradables se vuelven
más accesibles a medida que los pacientes exploran las emociones positivas de
alta y baja excitación y practican movimientos lúdicos.
Capítulo 35, «Desafiar tu margen de tolerancia», el capítulo final, explora la
interacción entre los impulsos humanos de novedad y seguridad. Los pacientes
aprenden el modo de ampliar sus márgenes de tolerancia al experimentar acti-
vidades apropiadas que conllevan un riesgo y que, además, desafían su zona de
seguridad y sus capacidades actuales. Se les anima a que busquen nuevas aven-
turas, a que persigan una mayor variedad de actividades, a que vayan más allá
de «lo normal» para profundizar sus relaciones, y a que desarrollen las esferas
de la vida que podrían haber descuidado.
Nota anexa
Un libro como este no puede hacer justicia a la magia que hay entre terapeu-
ta y paciente en la práctica clínica. La sensación subjetiva entre unos y otros, que
es la esencia de toda relación, incluida la que existe entre autor-lector y entre
terapeuta-paciente, escapa a los límites de la descripción verbal. Lo que sucede
dentro de la relación está en el núcleo de la transformación en cualquier enfoque
psicoterapéutico. Se puede aludir al profundo trabajo de terapia que tiene que
ver con la expansión de la gama afectiva, con la negociación de representaciones
y con la reparación relacional de los fracasos de apego, pero este puede no ser lo
suficientemente representativo en un libro práctico como este. También es difí-
cil, por no decir imposible, comprender las profundidades emocionales de la
terapia mediante la lectura de los conceptos o de las intervenciones. Todo esto
requiere una comunicación entre el hemisferio derecho y el hemisferio derecho
(cf. Schore, 1994), una cualidad inefable de la interconexión, que no se aprende
de la palabra o la técnica escrita. Por consiguiente, para llevar adelante el traba-
jo de este libro de una manera que respete y responda a la inimitable magia que
hay tu paciente y tú, será esencial tu capacidad para la sintonía empática, para
la reparación relacional, para la negociación de representaciones y, por lo gene-
ral, para estar «en» la relación con tu paciente de un modo pleno.
Este libro puede proporcionar una selección de conceptos, intervenciones y
hojas de trabajo que pueden ayudarte a crear un nivel más profundo de contacto
con tus pacientes, para que este cambio tenga lugar de manera más sencilla en
los recovecos ocultos del yo. Y como esos recovecos no están al alcance del tra-
bajo puramente verbal, porque existen por debajo de y junto a la conciencia cog-
nitiva o a la formulación lingüística, las intervenciones que trabajan de forma
directa con el cuerpo pueden aumentar en gran medida tu eficacia como tera-
peuta. La profundidad del viaje con tu paciente se intensificará mediante una
especial atención, no solo al intercambio verbal, sino también a la comunicación
que hay detrás de las palabras, que se lleva a cabo a través del cuerpo.
El cuerpo habla de manera clara a aquellos que saben cómo escucharlo. Las
expresiones no verbales revelan, de forma visible, lo que las palabras no pueden
describir: el «terror mudo» (van der Kolk, 1996, p. 517) del trauma y el legado de
las dinámicas tempranas u olvidadas con las figuras de apego. El lenguaje poli-
facético del cuerpo representa una vida de alegrías, penas y desafíos, revelados
en patrones de tensión, movimiento, gesto, postura, respiración, ritmo, proso-
dia, expresión facial, sensación, excitación fisiológica, modos de andar y otras
secuencias de acción. Los hábitos físicos implícitos automáticos, desarrollados
en un contexto de trauma y de apego inadecuado, pueden constreñir nuestra
capacidad para adscribir nuevos sentidos y para responder con flexibilidad al
aquí y ahora, convirtiendo a menudo el futuro en una versión del pasado.
Schore (2011) afirma que el hemisferio derecho del cerebro, responsable del
procesamiento corporal y emocional implícito, domina el comportamiento
humano. Ya que el lenguaje verbal explícito no puede describir de manera com-
pleta estos procesos implícitos, la dependencia exclusiva del terapeuta en la
«cura verbal» podría limitar la eficacia clínica. Se precisa un «cambio de para-
digma» en la psicoterapia (que está teniendo lugar en muchas escuelas de pen-
samiento), que tenga en cuenta la dominancia de los procesos implícitos, no
verbales y basados en el cuerpo, frente a los procesos explícitos, verbales y lin-
güísticos (Kurtz, 1990; Ogden, Minton y Pain, 2006; van der Kolk, 2006; Schore
y Schore, 2008; Schore, 2011). La acción terapéutica no solo se conceptualiza
como una interpretación [de] y un poner atención en la narrativa y las emocio-
nes del paciente, sino también como una participación y un poner atención en
las comunicaciones que subyacen detrás de las palabras, cuerpo a cuerpo, cara
a cara. Este libro tiene por objetivo elucidar el lenguaje del cuerpo, per se, como
un medio para comprender el comportamiento humano, y como una meta de la
acción terapéutica. Este capítulo proporciona un resumen de los conceptos y las
perspectivas subyacentes fundamentales para el lector, que hay que tener en
cuenta cuando iniciemos este viaje juntos.
con su niño. Al final, baja los brazos, relaja su cuerpo y sonríe –su cuerpo refleja
ahora un significado diferente–. Sin embargo, si las interacciones negativas o la
falta de respuesta se repiten con cierta frecuencia, sin la reparación adecuada, las
acciones y las posturas recíprocas de los bebés se convertirán, poco a poco, en ten-
dencias procedimentales persistentes que continuarán mucho después de que las
condiciones ambientales hayan cambiado, limitando las adscripciones de sentido,
las expectativas y las predicciones futuras.
Las primeras experiencias se recuerdan «como una serie de expectativas
inconscientes» (Cortina y Liotti, 2007, p. 205). Estas expectativas son las más
potentes e influyentes, precisamente porque las experiencias que las han for-
mado no están disponibles para la reflexión y la revisión. Cuando no nos acor-
damos de lo que sucedió, los recuerdos permanecen inalterados pero, aún así,
siguen dando forma a procesos subsimbólicos que «operan en sistemas senso-
riales, motores y somáticos tales como sonidos, olores, sentimientos de diferen-
tes tipos» (Bucci, 2011, p. 210). Estos procesos no solo influyen en el cerebro en
desarrollo y en la manera en que se ejecutan los movimientos, sino también en
la estructura del cuerpo en sí misma. La forma viene determinada por la acti-
vidad; la realización repetida de movimientos concretos, como encorvar los
hombros por miedo, dan forma a la estructura del cuerpo con el paso del tiem-
po. En 1937, Todd observó: «Hay un cambio muscular para cada pensamiento
respaldado por un sentimiento… el cuerpo entero del hombre graba su pensa-
miento emocional» (p. 1). Los hábitos físicos arraigados de la postura, el gesto, la
expresión y el modo de andar pueden considerarse una «exposición[es] de los…
antecedentes psicobiológicos» (Smith, 1985, p. 70), como una ventana hacia nues-
tro pasado.
El objetivo primordial de la adscripción de sentido y de la predicción del futu-
ro es el de asegurar que las acciones inmediatas que llevamos a cabo preserva-
rán nuestra supervivencia. Ahora bien, «sobrevivir» no es lo mismo que «vivir».
Bromberg (2011) aclara:
A través de sus sistemas protectores anticipativos, las personas son más o menos
capaces de sobrevivir. Sin embargo, muchas de ellas también son, de alguna for-
ma, incapaces de vivir, porque la participación plena en su vida actual carece de
sentido a causa del residuo afectivo del trauma del desarrollo que, en la edad
adulta, sirve como un recordatorio perpetuo de que la estabilidad de uno mismo
no puede darse por hecha y que requiere que la vida se maneje con atención, en
lugar de ser vivida con espontaneidad (p. 276).
1. Pese a que en español no existe el verbo «neuroceptar», hemos hecho una traducción literal del
término inglés «neurocept» –que, por otro lado, tampoco existe–, entendiendo por tal la acción
por la que se produce el proceso neural que detecta ciertas características en el entorno. De esta
forma, se puede neuroceptar seguridad, amenaza o peligro (NdT).