La Misión Social de La Iglesia
La Misión Social de La Iglesia
La Misión Social de La Iglesia
13/12/2017
¿Es posible acaso la existencia de un evangelio que esté al margen del aspecto social?
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Introducción
El poco interés que en muchos evangélicos existe frente al tema de la responsabilidad social
concebir la vida cristiana como separada del mundo, de esta manera varias esferas de la
en que los autores apostólicos son perfectamente conscientes del mundo en que viven y son
bastante precisos en su enseñanza sobre cómo vivir la fe dentro de las realidades y las
instituciones de ese mundo. En este sentido es posible observar que son varios los pasajes
del Nuevo Testamento que se ocupan en gran medida de las obligaciones y relaciones
sociales de los creyentes; así por ejemplo, en 1 de Juan, en el capítulo tres, vemos como el
apóstol exhorta a los creyentes a tener un corazón noble hacia el necesitado, llegando
Capítulo I
luteranismo alemán como reacción a la rutina del culto y al dogmatismo doctrinal, que pone
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La tarea de la iglesia más allá de la evangelización
comunes y corrientes, y el hecho de que sea parte del pueblo de Dios no quita que sea un
grupo compuesto de seres humanos, que adopta formas de conducta social y estructuras de
relación como las del medio en que vive. Estas comunidades de fe puede por ello
convertirse en iglesias con cierta tendencia segregacionista, iglesias de clase media con
mentalidad y hábitos burgueses. Por ello también pueden convertirse en una especie de
"quistes" extraños al cuerpo social en que viven, difundiendo una cultura, formas de vestir
conciencia de esta situación precisamente para combatirlo; hay que aprender a distinguir
entre lo que es bíblico y fundamental y aquello que es sólo reflejo de la realidad social y
cultural. Peor es aun, cuando se llega al extremo de pensar de que el evangelio sólo consiste
en anunciar las gratas nuevas de salvación, dejando en el olvido situaciones que son de vital
el Nuevo. Muy interesante resulta ser los que nos plantea John Sttot en su libro
Antiguo Testamento dedica su atención a la pobreza como un mal social involuntario que
extranjero) como personas que debemos socorrer y no culpar.” 3 Por ello es que el llamado
2 Tal es el caso de aquellos evangélicos que elevan a una categoría casi sacra el uso de
ciertas prendas de vestir, o también aquellos que no asisten al cine o a algún evento público
por considerarlo demasiado “mundano” de acuerdo a la fe que profesan.
3 John Sttot, Oportunidades y Retos Sociales, Editorial Vida, año 2011, Miami, Florida.
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el Salmo 82 se les dijo a los jueces “defiendan la causa del huérfano y del desvalido” y “al
pobre y al oprimido háganles justicia”. En Proverbios 31, la madre del rey Lemuel lo
exhorta: “¡Levanta la voz por los que no tienen voz! ¡Defiende los derechos de los
necesitados!” (Salmo 82:1-3; Proverbios 31:8-9; cf. Job 29:11 y ss.; Proverbios 22:22 y ss.;
29:7, 14.
Cuidar de la viuda, del huérfano y del extranjero ha formado parte de la tradición judeo-
pobre y del marginado, como consecuencia directa del Reino de Dios predicado por Jesús,
y entendió la salvación como algo que afecta no sólo a las "almas" individuales, sino a la
transformación del orden social, político y económico, y del cósmico, hasta que “Morará el
lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará; el becerro y el león y la bestia
doméstica andarán juntos, y un niño los pastoreará." (Is 11:6). Predicar y dar testimonio de
Capítulo II
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Una de las características más notables en el mundo evangélico en los últimos diez o quince
años ha sido la recuperación de la conciencia social, viendo al ser humano como un todo
inseparable, integral, dejando atrás ese concepto de que solo el alma es lo importante. Sin
por calles y plazas anunciando el evangelio para la salvación del alma. Pero ahora, la
iglesia está convencida (aunque falta mucho por hacer) de que Dios le ha dado tanto la
Hoy, en pleno siglo veintiuno, estamos enfrentando un conjunto de desafíos que hace
veinticinco años atrás no lo hubiéramos podido ni siquiera imaginar. Por un lado la rapidez
con que cambia la tecnología ha confirmado la habilidad de la humanidad, y por otro lado
pero los ricos y los pobres están tan alejados como siempre. Y en este sentido, la iglesia
tiene la responsabilidad de ser sensible a los problemas que vive nuestra sociedad, no puede
cerrar los ojos y abandonar a aquellos que el sistema desecha. Nuestro Dios es un Dios
amoroso, que perdona a quienes se vuelven a él arrepentidos, pero también es un Dios que
desea justicia y nos pide a nosotros, su pueblo, que no solamente vivamos en justicia, sino
que también defendamos la causa del pobre y menesteroso. John Wesley es el ejemplo más
predicador al aire libre, pero el evangelio que él predicaba inspiraba a la gente a tomar la
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En definitiva, el llamado de Dios para nosotros es predicar la justicia y hacer justicia,
división por causa de la influencia racial, nacionalidad, rango o sexo. Él quiere que su
iglesia sea un modelo de su reino, que sea un modelo de comunidad que refleje su reino de
justicia y paz.
Conclusión y desafíos
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Creo que es de vital importancia que la iglesia asuma con responsabilidad la defensa de los
derechos de aquellos que son más desvalidos, condenando enérgicamente esa conducta
dualista griega en que solo el alma es lo que interesa dejando de lado la integridad del ser
humano. En este sentido, la iglesia necesita proclamar las buenas noticias del reino de Dios
comunión con ellos y compartir sus luchas. La iglesia debe estar al frente rechazando todo
considerar si está dando ejemplo de las buenas nuevas del evangelio. Es importante que la
iglesia que tiene pasión por la justicia se manifieste contra cualquier cultura o sistema que
sea injusto, en especial cuando se refiere a las personas más débiles de la sociedad.
Creo que la iglesia en general, tiene una deuda histórica con los más desposeídos, con los
que han marginados por la sociedad, y que si bien en los últimos años ha habido en cierto
nadie por su apariencia o forma de pensar. Sin duda que será un desafío importante para la
actual generación de evangélicos y para los que vienen en el futuro, sin embargo, debemos
asumir con madurez y sobre todo con amor uno de los principales mandamientos que la
Palabra de Dios nos manda, cual es, amar a nuestro prójimo a como a nosotros mismos.
Bibliografía
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1.- Justo L. González, Historia del Pensamiento Cristiano, Tomo I