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(PLANCAL)
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Planificación: planes territoriales de emergencia
ANEXOS
1.1. Diccionario de términos.
2.1. Tablas.
2.2. Ámbito geográfico.
3.1. Tablas de riesgos.
4.1. Grupos de acción.
5.1. Activación de niveles.
6.1. Medidas de protección.
6.2. Guía de avisos a la población.
7.1. Catálogo de medios y recursos movilizables.
7.2. Diccionario de los tipos de medios y recursos.
7.3. Asignación de medios.
Cartografía.
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1. Introducción.
La ley 2/1985, de 21 de enero, sobre Protección Civil, constituye el marco legal que determina
todo el sistema de prevención y de respuesta ante situaciones de grave riesgo colectivo,
calamidad pública o catástrofe extraordinaria, en las que la seguridad y la vida de las personas
pueden peligrar y sucumbir masivamente, generándose unas necesidades y unos recursos que
pueden exigir la contribución de todas las Administraciones públicas, organizaciones, empresas
e incluso de particulares.
Los aspectos más significativos de este sistema se basan en la planificación de las actuaciones
a realizar en tales situaciones, y en la previsión de los adecuados mecanismos de coordinación
entre las distintas Administraciones Públicas implicadas y de éstas con los particulares.
De acuerdo con las previsiones de la citada Ley, por Real Decreto 407/1992, se aprueba la
Norma Básica de Protección Civil que constituye el marco fundamental para la integración de
los Planes de Protección Civil en un conjunto operativo y susceptible de una rápida aplicación,
determina el contenido de lo que debe ser planificado y, establece los criterios generales a que
debe acomodarse dicha planificación para conseguir la coordinación necesaria de las
diferentes Administraciones Públicas, permitiendo, en su caso, la función directiva del Estado
para emergencias en que esté presente el interés nacional.
Conforme a la Norma Básica, se entiende por Plan de Protección Civil la previsión del marco
orgánico-funcional y de los mecanismos que permiten la movilización de los recursos humanos
y materiales necesarios para la protección de las personas, los bienes y el medio ambiente en
caso de grave riesgo colectivo, catástrofe extraordinaria o calamidad pública, así como el
esquema de coordinación entre las distintas Administraciones llamadas a intervenir. La citada
Norma Básica establece dos tipos de planes: Planes Territoriales y Planes Especiales.
Los Planes Territoriales se elaborarán para hacer frente a las emergencias generales que se
puedan presentar en cada ámbito territorial y establecerán la organización de los servicios y
recursos que procedan:
Los Planes Especiales se elaborarán para hacer frente a los riesgos específicos cuya
naturaleza requiera una metodología técnico-científica adecuada para cada uno de ellos.
Este Plan tiene también un carácter de plan coordinador, en cuanto que la Protección Civil
actúa a través de procedimientos de ordenación, planificación, coordinación y dirección de los
distintos Servicios Públicos relacionados con la emergencia a afrontar. La organización de
estas funciones requiere una estructura operativa, con mando único, a diseñar en los distintos
Planes.
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Este Plan de Protección Civil tiene un carácter dinámico, que debe ser periódicamente
completado y perfeccionado. A tal fin, se estructura en una parte básica y un conjunto de
anexos y adendas, de forma que permita simplificar el proceso de actualización.
2. Fines y objetivos.
- Diseñar el marco que permita la integración y articulación con los Planes Territoriales
de ámbito inferior, así como facilitar la integración en los Planes de ámbito estatal,
cuando las situaciones de emergencia lo requieran.
3. Estructura y contenidos.
El Plan Territorial de Protección Civil de Castilla y León, elaborado de acuerdo con los
principios informadores de la Norma Básica de Protección Civil: responsabilidad, autonomía de
organización y gestión, coordinación, complementariedad, subsidiariedad, solidaridad,
capacidad de integración y garantía de información, y teniendo en consideración todos los
aspectos que se determinan como Directrices de elaboración en el número 4 de esa Norma,
estructura sus contenidos en los siguientes Documentos:
I. Plan Básico.
Contiene los conceptos y criterios generales que determinan la planificación para hacer frente a
las emergencias generales que puedan presentarse, considerando las singularidades
específicas de la Comunidad de Castilla y León. Describe los contenidos esenciales y el marco
global en que se configuran los elementos organizativos de los servicios y recursos necesarios
para la aplicación del Plan, además de las medidas de protección, los criterios para la
movilización de medios y recursos, y los elementos que deberán configurar el programa de
implantación y mantenimiento.
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II. Anexos.
Describen el desarrollo de los elementos del Plan Básico, referido a las condiciones
normativas, organizativas y técnicas del momento concreto en que se elabora el PLANCAL, y
que irán variando a lo largo del tiempo.
III. Adendas.
Recogerán una planificación detallada y específica de los riesgos, elaborada con criterios
técnicos y metodológicos adecuados a cada una de las situaciones que se aborden, en forma
de Guías de Respuesta y de Planes Sectoriales de Emergencias.
4. Marco legal.
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5. Alcance.
Su alcance viene definido por los riesgos identificados en la Comunidad que puedan generar
situaciones graves de emergencia y exigir una respuesta extraordinaria por parte de las
Administraciones Públicas, a excepción de aquellos riesgos que son objeto de Planes
Especiales. Los Planes Especiales del ámbito de la Comunidad Autónoma vigentes al inicio de
la aplicación del PLANCAL son el Plan de Protección Civil ante Emergencias por Incendios
Forestales (INFOCAL) y los Planes de Emergencia Exterior de los establecimientos afectados
por el artículo 9 del Real Decreto 1254/1999. Aunque los Planes Especiales no son integrados
en el PLANCAL, éste determinará los mecanismos y procedimientos necesarios para coordinar
sus actuaciones y optimizar los recursos, cuando se dé una coincidencia temporal y territorial
en emergencias que supongan la activación de ambos tipos de Planes.
6. Niveles de gravedad.
Nivel de Gravedad 1. Emergencias que superan el Nivel 0 cuya consecuencia son daños
materiales, efectos medio ambientales de extensión limitada y daños a personas, que puedan
ser controladas con los servicios y recursos propios de la Administración de Castilla y León, o
asignados al PLANCAL.
Nivel de Gravedad 2. Emergencias derivadas del Nivel 1 con graves consecuencias, o que
requieran para su control la solicitud a otras Administraciones Públicas de servicios, medios o
recursos extraordinarios no asignados al PLANCAL. El Órgano competente de la Comunidad
Autónoma establecerá directamente este nivel cuando la emergencia produzca graves daños a
las personas, los bienes o el medio ambiente.
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7. Fases.
Cualquiera que sea el nivel de gravedad se considerarán, según los grados de inmediatez del
suceso, las siguientes Fases:
FASE DE ALERTA. El suceso adverso aún no se ha producido pero existen indicios de que se
puede producir, o cuando habiéndose producido éste, las actuaciones se están desarrollando
mediante la aplicación de un plan de nivel inferior.
Los Planes Territoriales serán elaborados por las Administraciones competentes teniendo
como referencia la Norma Básica de Protección Civil, que, en su número 4, establece los
contenidos mínimos que deben desarrollar como requisito para su homologación e integración
en Planes de ámbito superior.
Con objeto de orientar en la elaboración e integración de los Planes y aproximar los criterios
para su homologación, se renovará la Directriz para elaborar los Planes Municipales,
Supramunicipales, Comarcales y Provinciales. Ésta debe considerarse como una guía
orientativa, de forma que cada Administración la adecue a sus características y necesidades de
planificación específicas, siempre que el Plan Territorial dé respuesta a los aspectos indicados
en la Norma Básica.
La Directriz para la elaboración de los Planes será también una referencia para las revisiones y
actualizaciones periódicas previstas en los Planes Territoriales ya implantados.
PLAN BÁSICO
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GUÍAS DE RESPUESTA
Especificaciones sobre los medios, los procedimientos y las medidas de protección especiales
para cada tipo de riesgo, que por su propia naturaleza no están contemplados en el Plan
Básico.
CARTOGRAFÍA Y ANEXOS
1. Fisiografía.
2
El territorio de Castilla y León, que comprende una superficie de 94.224 Km , y que representa
un 18,7% del total del Estado Español, se constituye en gran parte (84%) alrededor de la
Cuenca de Duero.
1.1. Relieve.
El armazón topográfico básico es una gran cuenca fluvial, con formas de relieve planares,
limitada perimetralmente por tres cadenas montañosas, y en la frontera portuguesa por las
profundas incisiones fluviales, labradas por el río Duero.
1.2. Geología.
Sobre estos materiales, que rellenan en posición casi horizontal la Cuenca del Duero, se
desarrollan los paisajes más conocidos y peculiares de la región, formados por páramos,
campiñas y valles, que dan lugar a un relieve de llanuras escalonadas.
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periferia regional. No son previsibles sismos de una intensidad superior a VI, ni siquiera
superiores a IV en más del 50% de la superficie.
1.3. Hidrología.
Bajo un prisma hidrológico, la Cuenca del Duero recoge y organiza la mayor parte de la red de
drenaje de Castilla y León (84% del territorio), pero no se puede obviar la pertenencia de
significativos sectores de la región (16%) a otras cuencas y vertientes hidrográficas, como son
las del Alto Sil, del Tajo y del Ebro principalmente, aunque existen ríos que desembocan en el
Cantábrico.
Así ocurre con los nacimientos del Cares y del Sella en el Norte de la provincia de León que
llevan sus aguas al Cantábrico, al igual que los ríos Ordunte y Cadagua en el Norte de Burgos.
Es de máxima importancia en el sector Occidental de la región, la Cuenca del río Sil, que
recoge aguas de Laciana, el Bierzo y la Cabrera Baja para llevarlas al río Miño, lo mismo que
hace el río Bibey con sus aguas procedentes del Oeste Zamorano.
Por otra parte, las aguas del Tajo se nutren con dos ríos abulenses, el Alberche y el Tietar, y
uno salmantino, el Alagón, los cuales introducen importantes cambios ecológicos en el sector
meridional de la región. Por el Este, en torno a la cabecera del Duero, la delimitación
geográfica también se complica; así, en Soria, una parte de las Tierras Altas vierte
directamente hacia el Ebro, y en el sector oriental de la provincia a la misma cuenca a través
del río Jalón. Es, sin embargo, la provincia de Burgos la que mayor superficie tiene bajo la
influencia de la Cuenca del Ebro.
1.4. Vegetación.
1.5. Fauna.
Algunas de estas especies como el Oso Pardo, la Cigüeña Negra, el Águila Imperial y el Lince
Ibérico, se encuentran en el grupo de especies amenazadas, por lo que en la actualidad
existen Planes de Recuperación del Oso Pardo y la Cigüeña Negra, así como Programas de
Actuación para el Águila Imperial y el Lince Ibérico.
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2. Clima.
Todo esto da lugar a unas temperaturas rigurosas con elevados contrastes y unas
precipitaciones escasas, al tiempo que desiguales en el tiempo y en el espacio.
3. Demografía.
A partir de ese año el descenso en la población ha sido continuo, de manera que en 1999, la
población regional era de 2.488.062 personas (rectificación padronal de 1999. Instituto
Nacional de Estadística), es decir 428.000 habitantes menos que en el año 1960. Además, la
participación en el conjunto nacional descendió hasta el 6,2% del total, lo que significa que en
el siglo XX la población de Castilla y León, en términos porcentuales, se ha reducido a la mitad,
respecto al total de España.
La densidad demográfica de Castilla y León, 26 habitantes por km2, es la tercera más baja de
España, sólo por delante de Castilla-La Mancha y Aragón. Esta situación poblacional, por tanto,
tiene similitud con las regiones interiores españolas como Aragón, Castilla-La Mancha y
Extremadura, puesto que la densidad del conjunto de las cuatro tan sólo llega a 24 habitantes
por km2. En el conjunto de España la densidad supera los 78 habitantes por km2 y en la Unión
Europea los 115.
Las diferencias en la densidad de población son muy notables a nivel provincial y oscilan entre
los 60,7 hab/km2 de Valladolid, próxima a la media nacional, y los 8,9 hab/km2 de Soria
(provincia con menor densidad de población de toda España). Además, la mayoría de la
población se concentra en los núcleos urbanos más importantes y fundamentalmente en las
capitales de provincia, donde la densidad poblacional varía desde los 4.069,7 habitantes por
km2 de Salamanca hasta los escasos 125,2 de Soria, en tanto que extensas áreas de la Región
se encuentran débilmente pobladas.
Así pues, por lo que respecta a la densidad, se pueden distinguir tres tipos de territorios
diferentes en Castilla y León:
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- Las áreas de regadío y las cuencas mineras con densidades próximas a la densidad
media regional.
Los 2.466.606 habitantes que en la actualidad constituyen la población de Castilla y León (el
6,2% del total del Estado) se distribuyen en 2.248 municipios (el 28% de los existentes en
España).
4. Socioeconomía.
Desde una perspectiva del largo plazo habría que destacar que el Valor añadido Bruto (VAB)
del sector primario, que significaba en 1986 el 9,79% de la economía regional, representaba en
1996 el 7,38%. A su vez, la población ocupada en este sector ha pasado de significar el
22,79% del empleo global de 1986, a representar el 13,41% en 1996 (11,32% en el cuarto
trimestre de 1998).
El crecimiento del sector servicios también se ha extendido a los servicios públicos que han
pasado de significar el 14,81% en 1986 a representar el 17,17% en 1996. El porcentaje de
participación del empleo creció desde el 16,94% hasta el 22,14%.
Mención especial merecen las energías renovables, con un peso cada vez más importante
dentro de la economía regional, gracias a los aprovechamientos hidroeléctricos y a las
centrales térmicas derivadas de la minería del carbón.
Por lo que respecta al tamaño de las empresas, se puede afirmar que en Castilla y León las
PYMES tienen una mayor presencia que en el conjunto de España. Así, en 1997 se
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contabilizaron en Castilla y León 142.385 empresas, según datos del Instituto Nacional de
Estadística. De ellas, un 59,2% son empresas sin asalariados, un 40,7% tienen menos de 100
asalariados, un 0,1% entre 100 y 500 asalariados, en tanto que 22 tienen la consideración de
grandes empresas (más de 500 asalariados).
Las empresas de la Comunidad Autónoma representan un 5,8% del total nacional. Este
porcentaje es mayor en el estrato de empresas sin asalariados (el 6,1%), en tanto que se
reduce a medida que se asciende en el tamaño de la empresa. Así, las empresas regionales
con menos de 100 asalariados suponen el 5,4% del total de España; las que tienen entre 100 y
500 el 3,0%; y las mayores de 500, el 2,1%.
En términos de aportación al Producto Interior Bruto, las microempresas suponen un 27% del
PIB regional, el resto de las PYMES un 32% y las grandes empresas un 41%. Lógicamente, en
términos de empleo, los anteriores porcentajes varían en las grandes empresas dada la mayor
productividad de las mismas.
Destaca, por último, que las empresas más grandes de la Región tienen una representación
más relevante en los sectores de energía e industria, y las más pequeñas en los de
construcción y servicios.
5. Redes de infraestructura.
El transporte por carretera constituye sin lugar a dudas el prioritario del conjunto del transporte
que se realiza por la Comunidad de Castilla y León.
La trama viaria está integrada por varios niveles jerárquicos de carreteras, cuya titularidad y
gestión corresponden a diversos organismos de la administración y a empresas concesionarias
de capital privado.
La Red de Interés General del Estado (RIGE), está integrada por un conjunto articulado de vías
de alta capacidad destinadas al tráfico internacional e interregional, que soportan una alta
densidad de tráfico con una significativa presencia de mercancías peligrosas.
La Red Autonómica está constituida por tres niveles jerárquicos de infraestructuras viarias: la
Red Regional Básica, la Red Regional Complementaria de Itinerarios Preferentes y la Red
Regional Complementaria de Tramos Locales.
La Tabla siguiente sintetiza los datos más importantes referidos a la Red de Carreteras
Autonómicas, y la descripción completa de la Red se recoge en el Anexo 2.2.
Kilómetros Tramos
Totales Red. Castilla y León 11.389,61 1.250
Red Básica Provincia de Ávila 233,07 29
Red Complementaria Itinerarios Preferentes Provincia de Ávila 484,531 39
Red Complementaria tramos Locales Provincia de Ávila 274,62 25
Totales Red. Ávila. 992,221 93
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La red de ferrocarril de Castilla y León se descompone en la red gestionada por RENFE, que
comprende el mayor desarrollo ferroviario, y los ferrocarriles de vía estrecha, gestionados en su
mayoría por FEVE.
- Red Básica.
- Red Complementaria.
- Red Secundaria.
En relación a las líneas de vía estrecha, gestionadas por FEVE, la única que tiene una cierta
entidad, es el eje León-La Robla-Bilbao.
- Villanubla (Valladolid).
- Matacán (Salamanca)
- León.
Aeropuerto civil:
- Burgos.
La Red Energética Básica está constituida por los gasoductos y oleoductos nacionales y por las
líneas de distribución de energía eléctrica en alta tensión (220 y 400 kV). Estas
infraestructuras, junto con las Centrales de producción, Estaciones y Redes de distribución de
energía eléctrica, gasoductos no nacionales y Plantas de almacenamiento y distribución de
gas, constituyen el soporte de un servicio público esencial para la actividad económica, así
como para la vida cotidiana en la Comunidad de Castilla y León, y es al tiempo una fuente de
riesgos a afrontar en el PLANCAL, tanto por las emergencias derivadas de accidentes que
pudieran afectarles, como por los fallos en su funcionamiento.
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Los datos que se indican han sido facilitados por el Ente Regional de la Energía de Castilla y
León (EREN) y corresponden a septiembre de 2002. La titularidad es de ENAGAS, S.A.,
excepto en aquellos que expresamente se señala otro titular.
Sus 51 km. discurren por la provincia de Segovia, carece de ramales, y la presión nominal de
funcionamiento es de 72 bar.
Burgos–Madrid.
Aranda de Duero–Zamora–Salamanca–León–Oviedo.
Tiene 405 km de longitud en su recorrido por las provincias de Burgos, Valladolid, Zamora,
León y Salamanca, y su presión de funcionamiento nominal es de 80 bar.
Almendralejo–Salamanca.
Burgos–Palencia–Valladolid.
Haro–Burgos.
Transcurre por la provincia de Burgos, con una longitud de 80 km, define una presión nominal
de 80 bar y tiene operativo un ramal a Aguilar de Campoo.
Villamañán–Ponferrada.
Con 183 km de longitud en la provincia de León y una presión de 72 bar, cuenta con ramales a
La Bañeza, Hospital de Órbigo y Torre del Bierzo, que operan a 16 bar.
Aranda de Duero–Soria.
Atraviesa Burgos y Soria, tiene una longitud de 158 km y una presión nominal de 72 bar.
Cuenta con ramales a Almazán, Golmayo, La Serrezuela y Villaciervos, operando a 16 bar.
Boecillo–Olmedo.
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Las instalaciones primarias de distribución de gas natural se completan con las Plantas Satélite
de Gas Natural Licuado de Ávila, Medina del Campo, Arévalo, Cuéllar, Iscar, Peñaranda de
Bracamonte, Ágreda y Cistierna.
La Comunidad está atravesada por oleoductos desde las proximidades de Miranda de Ebro
hasta Salamanca, y de Venta de Baños a León, que dan servicio a los Parques de
Almacenamiento y Distribución de la Compañía Logística de Hidrocarburos, situados en
Burgos, León, Valladolid y Salamanca.
Estos indicadores son la red telefónica básica (aunque también las que posibilitan la banda
ancha: RDSI, ADSL y cable), la disponibilidad de ordenadores personales (PC), dado que ésta
sigue siendo la forma principal de acceso a las redes, y el porcentaje de usuarios de Internet en
la población, procediendo los datos analizados de las fuentes primarias indicadas en el Anexo
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Respecto a las líneas telefónicas por 100 habitantes, la media de la Unión a finales de 1999
estaba en 100,5 líneas. España, con 82, quedaba por debajo de la media, y sólo Irlanda estaba
por debajo de las 80 líneas por 100 habitantes. Castilla y León se encontraba prácticamente en
la media nacional, respecto a este indicador.
6. Condiciones ambientales.
La Comunidad estableció su propia Red de Espacios Naturales (REN), por medio de la Ley
8/1991, de 10 de mayo, de Espacios Naturales. En ella se incluyen 39 Espacios Naturales;
hasta 2002 han sido declarados protegidos 15 de ellos, que ocupan una superficie de 388.400
hectáreas.
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Castilla y León ha elaborado una propuesta de LICs en la que se han incluido los espacios que
forman la Red de Espacios Naturales de la Comunidad. También debe considerarse el
Catálogo de Zonas Húmedas donde se incluyen 297 humedales. El Catálogo de espacios de
interés natural incluye, además, los Lugares de Interés Comunitario y las Zonas de Especial
Protección para las Aves que, con una superficie de 2.211.603 hectáreas representa el 23% del
territorio de Castilla y León.
De las 635 especies de vertebrados que hay en España, 418 están presentes en Castilla y
León. De ellas, hay 30 endemismos y más de 100 están consideradas como amenazadas.
La mayoría de los Hábitats y especies tienen una gran dependencia de las prácticas agrícolas,
ganaderas y selvícolas. En consecuencia, la gestión y conservación deben poner un énfasis
muy especial en el mantenimiento de determinadas prácticas tradicionales y en el abandono de
prácticas perjudiciales, lo que no es posible abordar sin las correspondientes compensaciones
de renta a los titulares de las explotaciones agrarias o forestales.
1. Consideraciones generales.
La Norma Básica de Protección Civil establece entre sus principios informadores la exigencia
de que el servicio público de protección civil realice, como funciones esenciales, la previsión de
los riesgos y la prevención, entendida ésta como el estudio e implantación de las medidas
oportunas para mantener bajo observación, evitar o reducir las situaciones de riesgo potencial
y los daños que se pudieran derivar de éstas. En relación con ello, señala que los Planes
Territoriales deberán especificar un inventario de riesgos potenciales, de tal modo que se
efectúe una previsión, en lo que se refiere al análisis de los supuestos de riesgos, sus causas y
efectos, así como de las zonas que pudieran resultar afectadas.
En el PLANCAL se ha optado por efectuar una zonificación del territorio, y obtener una
estimación semicualitativa de los riesgos potenciales en cada zona, teniendo presente que la
utilización de valores numéricos, como se hace en las tablas de valoración de los riesgos
contemplados en el Plan, debe interpretarse como una expresión relativa de los índices de
ponderación a efectos de su ordenación y priorización, no como una cuantificación absoluta de
los parámetros o variables seleccionados.
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Los resultados del análisis de riesgos se reflejan en el PLANCAL por medio de los Mapas de
Riesgos, que constituyen la expresión gráfica de la importancia relativa con que, en cada zona,
se valora el riesgo analizado. Las zonas son las unidades geográficas en que se divide el
territorio de la Comunidad de Castilla y León, para cada uno de los riesgos analizados, de
forma que cada zona se caracterice por una “intensidad cualitativa” de riesgo aproximadamente
uniforme y diferenciado de las zonas contiguas.
La zonificación se establece, para cada tipo, en función de los focos de riesgo y de los
elementos vulnerables que contiene, y constituye la base para determinar las unidades de
planificación y de actuación. Se han establecido zonas de planificación singulares para los
siguientes elementos:
3. Inventario de Riesgos.
Al elaborar el inventario de riesgos potenciales habrá que tener en cuenta, por un lado, el
alcance del PLANCAL como Plan de Protección Civil, que la Norma Básica delimita
conceptualmente al marco para la protección de las personas los bienes y el medio ambiente
en caso de grave riesgo colectivo, catástrofe extraordinaria o calamidad pública, y por otro
lado, el contexto de Planificación determinado por las diferentes disposiciones normativas.
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Por ello, el inventario de riesgos a desarrollar en el plan no debe incluir aquellos que no
representen un riesgo extraordinario, en el sentido antes indicado, o cuyas consecuencias
previsibles requieran una atención para la que están previstos mecanismos de movilización y
coordinación en los protocolos de actuación de los Servicios de Atención de Emergencias
rutinarios, como son los Servicios de Extinción de Incendios y Salvamento, los Servicios de
Emergencias Sanitarias y aquellos del Centro Castilla y León 112. Estos disponen de los
procedimientos, basados en la movilización de sus propios medios, o en Convenios de
colaboración, para coordinar las actuaciones de los recursos necesarios en la atención de las
situaciones de emergencia ordinarias, de modo que no sea necesario activar el PLANCAL sino
en aquellas situaciones de carácter extraordinario definidas en la Norma Básica de Protección
Civil.
A continuación se relacionan los riesgos que pueden determinar una situación de grave riesgo
colectivo, catástrofe extraordinaria o calamidad pública y que son objeto de análisis en el
ámbito de aplicación del PLANCAL.
- Incendios:
• en medio urbano.
• en medio rural.
• en medio urbano.
- Derrumbamiento de construcciones
• electricidad.
• gas.
• agua.
• transportes.
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• comunicaciones.
• lluvia.
• nieve.
• viento.
• olas de frío.
• deshielos.
• nieblas.
• olas de calor.
• tormentas.
4. Mapas de Riesgos.
En el Anexo 3.1 se recogen los resultados del análisis de riesgos, con su ponderación y la
valoración de consecuencias, la zonificación y la priorización efectuada, que constituye la base
para la toma de decisiones referentes a las medidas de prevención y de protección a adoptar.
Para los riesgos incluidos en el Anexo se elaborarán Guías de Respuesta con un análisis
pormenorizado de sus causas y efectos, la implantación de las medidas específicas, en cada
caso, para controlar las situaciones de riesgo potencial y los daños que se pudieran derivar de
ellas, las líneas de actuación para afrontar esas situaciones y la rehabilitación de los servicios
públicos indispensables para la vuelta a la normalidad.
Estas Guías de Respuesta, que serán incluidas como Adendas al PLANCAL, podrán integrarse
cuando corresponda, para favorecer su desarrollo metodológico y aplicación, en Planes
Sectoriales de Emergencias como los que se relacionan de forma no exhaustiva:
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1. Introducción.
2. Estructura organizativa.
Cualquiera que sea el nivel de activación del PLANCAL, la organización para hacer frente a las
emergencias adoptará esta estructura:
La dirección y coordinación de las actuaciones será ejercida por un órgano de dirección cuya
composición se determina en función de la gravedad de la emergencia, su alcance territorial y
los servicios y recursos a movilizar.
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afectara a más de una provincia, la Dirección será asumida por el Consejero de Presidencia y
Administración Territorial, quien podrá delegar funciones en el Director General competente en
materia de Protección Civil o en cualquiera de los Delegados Territoriales de las provincias
afectadas.
Cuando para hacer frente a la emergencia, el Director deba solicitar apoyo de servicios, medios
o recursos de otras Administraciones no asignados al Plan, se constituirá un Comité de
Dirección Provincial, formado por el Delegado Territorial de la Junta de Castilla y León y las
Autoridades que corresponda: Subdelegado del Gobierno, en su caso, y Alcaldes o Presidente
de la Diputación. La coordinación y dirección de las actuaciones corresponderá al Delegado
Territorial, y el mando de los medios de apoyo solicitados de otras Administraciones, a las
Autoridades competentes.
Si la situación afectara a más de una provincia, el Comité de Dirección estará constituido por el
Consejero de Presidencia y Administración Territorial y el Delegado del Gobierno en Castilla y
León (o los representantes que designen), pudiendo éstos convocar a las Autoridades locales
afectadas. La coordinación y dirección de las actuaciones corresponderá al representante de la
Junta de Castilla y León, y el mando de los medios de apoyo solicitados de otras
Administraciones, a las Autoridades respectivas.
Cuando el Director del Plan considere que la evolución de la emergencia pueda hacer
previsible la solicitud de medios no asignados al PLANCAL, o que pueda derivar al nivel de
gravedad 3, se constituirá el Comité de Dirección en la forma antes prevista. El Comité de
Dirección Regional podrá solicitar la declaración de Emergencia de Interés Nacional o la
activación de un Plan Estatal, en cuyo caso la dirección será transferida en la forma que en
éste se determine.
En el Director del Plan recae la coordinación y dirección de todas las actuaciones, y asume las
siguientes funciones:
- Decidir, oído el parecer del Comité Asesor y en su caso del Comité de Dirección, las
actuaciones más convenientes para hacer frente a la emergencia y la aplicación de las
medidas de protección a la población, los bienes, el medio ambiente, y al personal que
interviene en las operaciones.
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5. Comité asesor.
Es el órgano de asistencia al Director del Plan en la ejecución de sus funciones, ya sea con
relación a las actuaciones en situación de emergencia, como en lo referente al mantenimiento
de la operatividad del Plan. El Director podrá convocar a la totalidad o a parte de sus
miembros, según lo considere adecuado, de acuerdo con las necesidades de cada momento.
- Técnicos o expertos que la Dirección del Plan considere necesarios, así como
Responsables de los medios cuya intervención se requiera.
Cuando la Dirección del Plan sea asumida por el Comité de Dirección Provincial, se convocará,
además, a los Jefes de Servicio o de Unidad de Protección Civil de las Administraciones que
integren el Comité, pudiendo también convocarse a los Responsables o Técnicos de los
medios de apoyo.
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Cuando la Dirección del Plan sea asumida por el Comité de Dirección Regional, se convocará
además a los Jefes de Servicio o de Unidad de Protección Civil de la Delegación del Gobierno
y de las Administraciones que integren el Comité.
- Estudiar y proponer las modificaciones pertinentes para una mayor eficacia del Plan.
6. Gabinete de comunicación.
La Dirección del Plan contará con un Gabinete de Comunicación que canalizará y supervisará
toda la información que se suministre a los medios de comunicación. La información a la
población se considerará parte esencial en la gestión de una emergencia y se realizará a través
de un único portavoz oficial.
Si la Dirección del Plan es de ámbito provincial, estará formado por el personal del Gabinete de
Prensa de la Delegación Territorial de la Junta de Castilla y León. Cuando la Dirección sea
regional, estará formado por el personal de la Dirección de Comunicación de la Presidencia de
la Junta de Castilla y León. Las funciones básicas del Gabinete de Comunicación son las
siguientes:
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- El Gabinete de Comunicación.
El CECOP Regional estará localizado en las instalaciones del Centro Castilla y León 112, y
contará con la siguiente infraestructura:
- El Coordinador del CECOP, que será el Jefe de Operaciones del Centro Castilla y León
112.
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- Los Operadores asignados por el Centro Castilla y León 112, que contarán con un
puesto específico, independiente de la Sala de Operaciones del Centro.
- El Gabinete de Comunicación.
El Puesto de Mando Avanzado (PMA) es el Centro de referencia, próximo al lugar del siniestro,
donde se coordinan todas las actuaciones en la zona de intervención, dirigido por el
Coordinador de Operaciones y constituido por un representante operativo de los Grupos de
Acción que intervienen. El Coordinador de Operaciones será el Jefe del Grupo de Acción que
se determine en las Guías de Respuesta, y al asumir esa función delegará la Jefatura del
Grupo en otro de sus componentes. Mientras las Guías no entren en vigor, o cuando no lo
dispongan de otro modo, el Coordinador de Operaciones será el Jefe del Grupo de
Intervención, sin perjuicio de que el Director del Plan designe otro responsable cuando lo
considere procedente.
El PMA deberá contar con los sistemas y equipos de comunicaciones necesarios para asegurar
una conexión permanente con el Centro de Coordinación Operativa y con los Grupos de
Acción.
- Ejecutar las acciones de carácter estratégico que el Director del Plan curse a través del
CECOP.
- Definir las órdenes operativas que se deriven de la estrategia elegida y asegurar que
se transmiten a los distintos Grupos y Servicios en la Zona de Intervención.
9. Grupos de acción.
Para la ejecución de las actuaciones previstas en el Plan se constituirán los siguientes Grupos
de Acción:
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- Grupo de Intervención.
- Grupo Sanitario.
- Grupo de Seguridad.
Los Planes Sectoriales y las Guías de Respuesta en que se desarrolle el Plan Básico podrán
determinar la constitución de otros Grupos de Acción, así como modificar la composición de los
mismos para adaptarlos a las características específicas de los riesgos que en aquellos se
aborden. Los fines y las funciones de los diferentes Grupos de Acción se indican en los
siguientes apartados, mientras que la composición concreta de los mismos en sus niveles
Territorial y Regional se refleja en el Anexo 4.1.
Lo constituye el conjunto de medios materiales y humanos cuya actuación principal son las
operaciones necesarias para controlar, reducir y neutralizar las consecuencias de las
emergencias
Funciones:
Se constituirá cuando, por decisión del Director del Plan, la situación lo requiera, y en cualquier
caso que se declare el Nivel de Gravedad 2, con el fin de garantizar el orden, la seguridad y la
protección de personas y bienes.
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- Seguridad ciudadana.
Está constituido por aquellos medios que atienden al abastecimiento, transporte, y en general
todo lo relacionado con la logística de los Grupos y Servicios en las Zonas de Actuación.
También colaborará en el análisis técnico de las informaciones y datos relacionados con la
emergencia.
Cuando el Director del Plan considere necesario prestar atención de carácter social a la
población afectada, se constituirá este Grupo con los medios y recursos de los Servicios de
Acción Social y las Entidades de carácter Social cuando se requiera.
Funciones:
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CAPÍTULO V. OPERATIVIDAD.
1. Notificación y alarma.
Las emergencias o situaciones que pueden dar lugar a la activación del PLANCAL en
cualquiera de sus niveles pueden ser conocidas a través de diferentes fuentes, principalmente
el Centro Castilla y León 112, las Autoridades Públicas u otras Entidades.
En primera instancia, el Coordinador del CECOP deberá valorar si la condición de inicio puede
suponer un riesgo o amenaza de los contemplados en alguno de los Planes de Protección Civil
cuya competencia corresponde a la Administración de la Comunidad y, en caso afirmativo,
iniciará el procedimiento de la Fase de Alerta, previo a la activación del Plan, con la
comunicación de esta situación al Director del Plan. Simultáneamente efectuará las
notificaciones a las Administraciones Públicas y a otras Entidades, protocolariamente
establecidas en el Plan Básico, las Guías de Respuesta, o los Planes Especiales que
correspondan.
La activación del PLANCAL será efectuada a solicitud del Director de un Plan Territorial o por
iniciativa del Director del PLANCAL cuando se presente alguna de las siguientes condiciones:
Los criterios de decisión para la activación del Plan y la declaración de los Niveles de
Gravedad, así como los criterios y los protocolos para su notificación a las Entidades afectadas
se establecerán en las Guías de Respuesta; en tanto no estén en vigor, se aplicarán los
criterios determinados en el Anexo 5.1.
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Una vez asumida la Dirección del Plan según los criterios determinados en el Capítulo 4, la
Autoridad competente declarará formalmente la activación del PLANCAL en fase de
emergencia y con el nivel de gravedad que, en función de la naturaleza y extensión del riesgo,
el alcance de la situación y los servicios y recursos a movilizar, corresponda en aplicación de
los criterios de decisión genéricos que se establecen en el Capítulo 1 y de los específicos
señalados en el Anexo 5.1 o, en su caso, en las Guías de Respuesta. Asimismo dispondrá el
envío de las notificaciones preceptivas, mediante los protocolos que se detallan en el Anexo
5.2, a las Autoridades o Entidades que corresponda.
El Director del Plan dispondrá la constitución del CECOP y de los demás órganos de la
estructura organizativa como se indica en el Capítulo 4. Cuando se constituya un Comité de
Dirección, el CECOP se configurará como CECOPI.
Cuando se produzca una situación de emergencia en que esté presente el interés nacional,
según el artículo 1.2 de la Norma Básica de Protección Civil, el Consejero de Presidencia y
Administración Territorial podrá instar, a través del Delegado del Gobierno, la declaración del
interés nacional. En ese supuesto, el PLANCAL pasará a un Nivel de Gravedad 3,
correspondiéndole al Estado la dirección y coordinación de las actuaciones.
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Proceso de decisión
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El apoyo y la asistencia técnica requeridos por el Director del Plan, desde el momento de su
activación, será asegurado por la inmediata movilización del Coordinador del CECOP y los
técnicos de Protección Civil de las Delegaciones Territoriales y de la Dirección General
competente en materia de Protección Civil, a través de un sistema de localización para estas
contingencias.
3. Actuaciones y operaciones.
En las Guías de Respuesta se establecerán, para cada riesgo específico, los criterios y
procedimientos para delimitar las zonas y áreas de actuación, las acciones principales de
control, las acciones auxiliares, la coordinación de los Grupos de Acción, y cualquier otro
procedimiento que se determine para la neutralización de las consecuencias derivadas de la
emergencia.
Una vez controlada la situación y eliminados los riesgos, el Director declarará el fin de la
emergencia, que conlleva la desactivación del Plan y el inicio de la Fase de Rehabilitación.
Este proceso podrá ser efectuado, cuando lo considere conveniente, de forma gradual
mediante la transición a un Nivel de Gravedad inferior.
Por los medios indicados en el apartado 1 de este Capítulo, se notificará a las Autoridades y Entidades
afectadas la finalización de la situación de emergencia, según los protocolos correspondientes
especificados en el Anexo 5.1.
La Norma Básica de Protección Civil determina que la Administración del Estado establecerá
los procedimientos organizativos necesarios para asegurar el ejercicio de la dirección y
coordinación de los Planes Territoriales por las Autoridades estatales, en las situaciones de
emergencia en que pueda estar presente el interés nacional. En otro caso, y siempre que sea
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Los Planes Territoriales aprobados por las Corporaciones Locales que han sido homologados
definen procedimientos de coordinación estables y en forma protocolizada. Ello simplifica la
coordinación tanto en la Dirección como en la Intervención ante emergencias que afecten a los
respectivos ámbitos competenciales local y autonómico. En estos Planes de ámbito municipal,
supramunicipal, comarcal o provincial, quedan definidas las interfases que permitirán la
coordinación en la dirección de la emergencia y la integración de los diferentes servicios y
recursos, a través de la constitución del Comité de Dirección y la configuración del CECOP
como CECOPI.
Los mecanismos para coordinar las actuaciones y optimizar los recursos, cuando se dé una
coincidencia temporal y territorial en emergencias que supongan la activación del PLANCAL y
de alguno de los Planes Especiales cuyo ámbito competencial corresponda a la Comunidad
Autónoma, serán especificados en las Guías de Respuesta, teniendo siempre en cuenta el
principio de unidad en el mando de la estructura operativa que establece la Ley sobre
Protección Civil. Cada Plan actuará según sus propios procedimientos, coordinando las
actuaciones con otros Planes en un órgano de Dirección común (el Comité de Dirección), cuya
composición resultará de la integración de los Comités de Dirección respectivos. En estos
supuestos, los Centros de Coordinación Operativa (en el caso del INFOCAL, Centro Provincial
o Autonómico de Mando) se configurarán de forma integrada como CECOPI.
Las medidas de protección a la población que se van a considerar, con objeto de evitar o
minimizar los efectos adversos del riesgo, independientemente de las medidas paliativas de los
efectos de la emergencia que se identificarán en las Guías de Respuesta, son:
- Control de accesos.
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- Avisos a la población.
- Confinamiento.
- Alejamiento.
- Evacuación.
- Albergue.
En este Capítulo se enumeran las medidas a considerar, mientras que su concreción y los
detalles de aplicación se especifican en el Anexo 6.1.
Tiene por objeto evitar la exposición innecesaria de la población a los peligros de la zona
afectada por el siniestro, y proporcionar espacio y tiempo a los grupos actuantes.
Las personas y las comunidades tienen derecho a conocer y participar en las decisiones que
puedan afectar a su vida y su salud, a sus bienes y a su entorno. Por tanto, las Autoridades
están obligadas a comunicar y difundir los posibles riesgos que en un momento determinado
pueden amenazar a la comunidad y los accidentes graves que se produzcan.
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Hay diferentes formas de informar sobre los riesgos, pero el mejor sistema es aquel que se
ajusta a las condiciones específicas de cada zona y de cada población. En el Anexo 6.1 se
determinan los mecanismos utilizados para la información a la población y al público en
general.
Los órganos de dirección del PLANCAL deben programar y desarrollar las necesarias
campañas públicas, formativas e informativas, así como promover la participación de la
población en ejercicios y simulacros.
En este sentido es muy conveniente llevar a cabo, en los centros de enseñanza, campañas
educativas en relación con la protección civil y la autoprotección, tanto en el ámbito escolar
como en otras facetas de la vida cotidiana.
1.4. Confinamiento.
En su aspecto negativo estas dos reacciones pueden dar lugar a la inmovilización que
incapacita para la defensa y la ayuda, o a la huida despavorida y desordenada que produce
más daños que los que se pretendía evitar. En su aspecto positivo actúan como auténticos
mecanismos de defensa, en los que han de basarse las medidas de protección a la población:
el confinamiento y la evacuación.
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- Protección.
- Entradas y ventanas.
- Ventilación.
- Instalaciones sanitarias.
- Suministro de energía.
El primer elemento es el que condiciona las demás medidas a adoptar cuando se decida el
confinamiento. En el Anexo 6.1 se detallan las actuaciones en caso de confinamiento.
1.5. Alejamiento.
- Atenuación rápida de los efectos del agente agresor con la distancia o interposición de
obstáculos a su propagación.
Cuando se adopte esta medida hay que tener en cuenta los siguientes aspectos:
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1.6. Evacuación.
Es una medida compleja y difícil que se justifica únicamente si el peligro a que está expuesta la
población es lo suficientemente importante, y siempre que este peligro no sea mayor en el
traslado que si permaneciese en sus residencias habituales. Puede realizarse en las siguientes
circunstancias:
- Climatología favorable.
1.7. Albergue.
Se entiende por albergue el cobijo en que culmina la protección a una población evacuada. La
población evacuada puede ser albergada en hoteles, residencias e incluso en domicilios
particulares. Esta última es una buena solución cuando la población es pequeña y se prevé una
corta duración en su estancia, pero cuando no es posible se recurre a los albergues de
circunstancias.
La ubicación de los albergues puede estar en medio urbano o extraurbano. En ambos casos
hay ventajas e inconvenientes, dependiendo de factores tanto físicos como sociológicos que
habrá que analizar en cada caso particular, cuando exista esta alternativa. Cualquiera que sea
el lugar, es conveniente que la población evacuada permanezca unida, tanto para no romper
los lazos sociales, como para no interferir demasiado en la vida de los ciudadanos del lugar
donde se ubica el albergue.
De forma prioritaria deben protegerse la vida e integridad de las personas. Una vez atendida
ésta, tan pronto como sea posible, deberán ordenarse también medidas de protección de los
bienes.
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4. Rehabilitación.
Una vez controlado el riesgo, e incluso a veces durante la fase de emergencia, deben
adoptarse medidas para el restablecimiento de los servicios públicos esenciales y emprender
todas las actuaciones encaminadas al restablecimiento de la normalidad.
En los informes deben constar los diferentes daños producidos o los que se podrían producir
de continuar la situación de catástrofe o calamidad, detallando por separado los daños
causados a personas, bienes y medio ambiente. El análisis de los informes debe permitir
también evaluar los riesgos asociados, tales como instalaciones de gas, electricidad,
abastecimiento de agua, comunicaciones, etc.
La recopilación de toda la información disponible sobre el coste de las pérdidas servirá de base
para emprender por cada organismo competente las acciones correctoras, valoración de los
gastos de emergencia y posibles ayudas a particulares y Administraciones para resarcir los
daños, en la forma prevista en la legislación vigente.
El Anexo 6.1 relaciona las actuaciones que deben ser objeto de atención prioritaria y la
determinación de las medidas reparadoras, referidas a la rehabilitación de los servicios
públicos esenciales, cuando la carencia de estos servicios constituya por sí misma una
situación de emergencia o perturbe el desarrollo de las operaciones. Asimismo se indican los
procedimientos para valorar los daños producidos en la catástrofe y determinar los
equipamientos y suministros necesarios para atender a la población.
1. Conceptos.
La Protección Civil no puede considerarse como un servicio que requiera disponer de sus
propios medios, sino como un sistema organizativo que actúa a través de procedimientos de
ordenación, planificación, coordinación y dirección de los distintos servicios públicos
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relacionados con las emergencias a afrontar. La organización de estas funciones requiere una
estructura operativa, con mando único, tal como se especifica en el Capítulo 4.
Los medios que se pondrán a disposición de la Dirección del PLANCAL para las actuaciones
que le corresponden pueden provenir de:
Cabe efectuar una distinción metodológica de los medios disponibles por el PLANCAL, en
función del carácter con que intervienen en caso de emergencia.
Medios ordinarios son los recursos y servicios que intervienen, generalmente antes de que se
activen los Planes, con carácter rutinario y dirigidos por sus propios mandos bajo sus
protocolos de actuación, tales como los Servicios de Extinción de Incendios y Salvamento,
Servicios de Emergencias Sanitarias, Cuerpos de Seguridad, Servicio de Emergencias 1-1-2 y
otros. Estos medios se movilizan de acuerdo con sus procedimientos rutinarios o los
establecidos en Convenios de colaboración, y coordinan sus actuaciones con los demás
recursos y servicios en la forma que determine el PLANCAL, una vez que éste haya sido
activado.
Medios asignados son los medios humanos y materiales cuya titularidad corresponde a la
Administración de Castilla y León, a otras Administraciones Públicas y a Entidades públicas o
privadas y se enmarcan en la estructura organizativa del PLANCAL, previa asignación
efectuada por las Administraciones y Entidades según el procedimiento normativamente
establecido. Estos medios quedan a disposición de la Dirección del Plan, con la finalidad de
completar su capacidad operativa para hacer frente a las situaciones de emergencia que lo
requieran.
Medios de apoyo son los demás medios disponibles que no hayan sido asignados al
PLANCAL, y que tras su activación pueden solicitarse expresamente según el procedimiento
normativamente establecido, con carácter extraordinario y limitado en el tiempo, en tanto
resulten necesarios para suplementar los medios y recursos asignados al Plan.
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3. Incorporación al plan.
Los códigos de identificación de cada elemento son los aprobados por la Comisión Nacional de
Protección Civil que responden a términos definidos comúnmente para todas las
Administraciones.
En el Anexo 7.1 figura el Listado de Códigos y los modelos de fichas de recogida de datos junto
a las normas e instrucciones para su cumplimentación.
1. Disposiciones generales.
En la Exposición de Motivos de la Ley 2/85 sobre Protección Civil, entre los fundamentos del
modelo de Protección Civil que se diseña para España, dice que:
"La tarea fundamental del sistema de protección civil consiste en establecer el óptimo
aprovechamiento de las posibles medidas de protección a utilizar. Consecuentemente, debe
plantearse no sólo la forma en que los ciudadanos alcancen la protección del Estado y de los
otros poderes públicos, sino procurando que ellos estén preparados para alcanzar por sí
mismos tal protección”.
“En los supuestos de emergencia que requieran la actuación de la protección civil, una parte
muy importante de la población depende, al menos inicialmente, de sus propias fuerzas. De ahí
que, como primera fórmula de actuación, haya que establecer un complejo sistema de acciones
preventivas e informativas, al que contribuye en buena medida el cumplimiento de los deberes
que se imponen a los propios ciudadanos, con objeto de que la población adquiera conciencia
sobre los riesgos que puede sufrir y se familiarice con las medidas de protección que, en su
caso, debe utilizar”.
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2. La autoprotección.
2.1. Concepto.
2.2. Clasificación.
El artículo 6 de la Ley 2/1985 sobre Protección Civil establece que el Gobierno establecerá las
directrices básicas para regular la autoprotección. La Junta de Castilla y León determinará, una
vez que esté en vigor la Norma Básica de Autoprotección, los criterios para la integración de la
autoprotección corporativa y ciudadana en el Plan Territorial de Protección Civil de Castilla y
León.
En el artículo 14 de la Ley 2/1985 sobre Protección Civil se establece que corresponderá a las
diferentes Administraciones Públicas las actuaciones preventivas en materia de Protección
Civil, de promoción y apoyo a la vinculación voluntaria y desinteresada de los ciudadanos, a
través de organizaciones que se orientarán principalmente a la prevención de situaciones de
emergencia que puedan afectarles en el hogar familiar, edificios para uso residencial y privado,
manzanas, barrios y distritos urbanos, así como el control de dichas situaciones, con carácter
previo a la actuación de los servicios de Protección Civil o en colaboración con los mismos.
Desde la perspectiva de la iniciativa social, los ciudadanos reclaman a su vez un papel más
activo en la solución de los problemas que les afectan.
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Corresponde a la Junta de Castilla y León establecer los principios que inspiran el voluntariado
de Protección Civil en la Comunidad Autónoma, así como su régimen jurídico y las condiciones
y requisitos que han de cumplir las asociaciones constituidas a tal fin. Asimismo, la Junta de
Castilla y León determinará, una vez que esté en vigor la normativa específica de regulación
del voluntariado, los criterios para la integración de las agrupaciones municipales de protección
civil y las asociaciones colaboradoras en el sistema de Protección Civil de Castilla y León.
1. Implantación.
Una vez aprobado el PLANCAL y homologado por la Comisión Nacional de Protección Civil,
según lo establecido en el artículo 10 de la Ley 2/1985 sobre Protección Civil, la Consejería de
Presidencia y Administración Territorial desarrollará las acciones de implantación necesarias en
coherencia con las misiones que le son asignadas en el Plan.
Según establece la Disposición Transitoria del Real Decreto 407/1992 respecto a los Planes
Especiales de Comunidades Autónomas pendientes de aprobación, así como respecto a los
riesgos no previstos en el PLANCAL, seguirán aplicándose las disposiciones del Real Decreto
1378/1985.
Tras la entrada en vigor del PLANCAL, su implantación será efectuada de forma progresiva de
acuerdo con un programa elaborado por el Director del Plan en cada nivel provincial o regional,
que tendrá en consideración la situación de las estructuras organizativas e infraestructuras
materiales que aseguren la operatividad, y en particular la configuración territorial del Centro
Castilla y León 112 como soporte de los sistemas de información y comunicaciones de
emergencias. En esta fase se abordarán las actuaciones necesarias para la instalación y
dotación de los Centros de Coordinación Operativa (CECOP), la asignación de medios y
recursos propios o de otras Administraciones, la catalogación de los medios y recursos
movilizables, la elaboración de las Guías de Respuesta, y la integración del sistema de
comunicaciones de emergencia en la plataforma tecnológica del Centro Castilla y León 112.
En las provincias que, a la entrada en vigor del PLANCAL, no cuenten con Centros de
Coordinación Operativa, la Dirección del Plan, una vez activado, será asumida en la forma
prevista en el Capítulo IV, ubicándose los respectivos Centros de Coordinación en la
Subdelegación del Gobierno que proceda, como forma de colaboración entre ambas
Administraciones. Esta fase será de carácter transitorio, en tanto las instalaciones del
CECOP/CECOPI de las Delegaciones Territoriales de la Junta de Castilla y León no estén
plenamente funcionales.
- Comprobaciones periódicas.
- Ejercicios y simulacros.
2. Mantenimiento de la operatividad.
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Así como el simulacro se plantea como una comprobación de la operatividad del Plan en su
conjunto, el ejercicio se entiende más como una actividad tendente a familiarizar a los distintos
Grupos y Servicios con los equipos y técnicas que deberían utilizar en caso de emergencia. Por
otra parte, al realizarse en grupos más reducidos, constituye un elemento de mayor agilidad
que el simulacro para la verificación parcial del funcionamiento del Plan.
El Jefe de cada Grupo o Servicio preparará, de acuerdo con el programa anual de actividades,
los ejercicios en los que los miembros del mismo deban emplear todos o parte de los medios
necesarios en caso de emergencia, y su ejecución irá seguida de un proceso de evaluación de
los resultados y la propuesta de las medidas correctoras necesarias.
2.2. Simulacros.
En el programa de mantenimiento anual, el Director de cada Plan especificará los criterios y las
características de los simulacros a realizar, que serán desarrollados en cada caso por el
Comité Asesor. Tras su ejecución, el Comité Asesor efectuará la evaluación de los resultados y
propondrá al Director las medidas correctoras pertinentes.
Las Guías de Respuesta especificarán, para los riesgos específicos en que se considere
necesario, los criterios, procedimientos y medios de información y avisos a la población
afectada.
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Los programas de información y formativos del personal adscrito al Plan, adecuados a las
funciones asignadas y a su nivel de formación, serán establecidos anualmente por los
Directores de los Planes y contemplarán los siguientes aspectos:
- Sistema de comunicaciones.
La Norma Básica de Protección Civil plantea, en las directrices para la elaboración de los
Planes Territoriales, el criterio de flexibilidad que permita el ajuste del modelo de planificación
establecido al marco real de cada situación que se presente. Asimismo se tiene en
consideración que la estructura de un plan de emergencia no debe tener un carácter rígido e
inmutable, sino que ha de adaptarse a los cambios en la organización, la normativa y los
conocimientos técnicos.
El Plan Básico comprende los conceptos y criterios que determinan la planificación para hacer
frente a las emergencias generales que puedan presentarse, considerando las singularidades
específicas de la Comunidad de Castilla y León, los contenidos esenciales y el marco general
en que se configuran los elementos organizativos de los servicios y recursos necesarios para la
aplicación del Plan.
Los Anexos describen el desarrollo de los elementos del Plan Básico, referido a las condiciones
normativas, organizativas y técnicas del momento concreto en que se elabora el PLANCAL, y
que irán variando a lo largo del tiempo.
Las Adendas recogerán una planificación detallada y específica de los riesgos, elaborada con
criterios técnicos y metodológicos adecuados a cada una de las situaciones que se aborden, en
forma de Guías de Respuesta y de Planes Sectoriales de Emergencias.
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ANEXOS OMITIDOS
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