El Rostro Femenino de La Teología
El Rostro Femenino de La Teología
El Rostro Femenino de La Teología
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MAR 13 1989
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in 2016 with funding from
Princeton Theological Seminary Library
https://archive.org/details/elrostrofemeninoOObing
Ma. Gara Bingemer Ma. Teresa Porcile
Tereza Cavalcanti Nelly Ritchie
Consuelo Del Prado Aracely de Rocchietti
Ivone Cebara Elsa Tamez
Aurora Lapiedra Alida Verhoeven
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de la
Teología
Ma. Clara Bingemer Ma. Teresa Porcile
Tereza Cavalcanti Nelly Ritchie
Consuelo Del Prado Aracely de Rocchietti
Ivone Cebara Elsa Tamez
Aurora Lapiedra Alida Verhoeven
Edición gráfica y corrección: Jorge David Aruj
Portada: Carlos Aguilar y Jorge David Aruj
248.8943
R839r El Rostro Femenino de la Teología/ Elsa Tamez . . . (et. al.).
—San José: DEI, 1986.
216 pág.
ISBN 9977-904-30-8
1. Mujeres y religión. I. Tamez, Elsa. II. Título.
ISBN 9977-904-30-8
EDITORIAL DEI
Departamento Ecuménico de Investigaciones
Apartado 390-2070
SABANILLA
SAN JOSE — COSTA RICA
Teléfono 53-02-29
1
CONTENIDO
Presentación 9
IVONE GEBARA
El DEI
presenta en este libro, con el apropiado y sugesti-
vo titulo El rostrofemenino de la Teología la principal
producción teológica de la “Reunión Latinoamericana de
Teología de la Liberación desde la perspectiva de la mujer”,
celebrada en Buenos Aires (Argentina) del 31 de octubre al
4 de noviembre de 1985. En este evento participaron vein-
tiocho mujeres de nueve países de América Latina
y el
Caribe.
9
Todas que aquí presentan su quehacer teoló-
las teólogas
gico, se sitúandesde una perspectiva liberadora en el mundo
de los pobres y en el movimiento popular latinoamericano.
Esta teología con rostro femenino abre así un nuevo horizon-
te en la Teología de la Liberación en América Latina. La
mujer no lucha contra el varón, sino contra el machismo que
impregna la cultura y la teología dominantes y que oprime a
todos: varones y mujeres. Este libro es un aporte importante
a la liberación de la mujer, la sociedad y la Iglesia, del machis-
mo y sobre todo, una liberación para la creatividad teológica
de la mujer, desde su propia perspectiva.
Se agradece a la sub-unidad “Mujer e Iglesia” del Consejo
Mundial de Iglesias el apoyo financiero para la publicación de
este libro.
Equipo DEI
10
IVONE GEBARA
11
Para esbozar una respuesta a esta cuestión debo dejar claro
que me sitúo a partir del contexto latinoamericano, más pre-
cisamente a partir de la realidad del nordeste de Brasil. Tal
situación es de fundamental importancia, pues condiciona
mi reflexión de mujer a partir de una realidad socioeco-
nómica, política y cultural especial.
12
tarla a partir de la realidad de la mujer. Por eso hablo de
diferentes quehaceres teológicos.
13
su ejercicio es inexistente en medio de las camadas
populares nordestinas.
14
y vivencias religiosas. La imagen de un Dios comprome-
tido con la liberación de los pobres, de una María más
cercana a los problemas de las mujeres, de un Jesús
menos distante y que tiene palabras comprensibles
para nuestra realidad, son apenas ejemplos de ese
enorme cambio que se va operando gradualmente.
d)El que hacer teológico de mujeres que asumen el minis-
terio del “magisterio teológico” en institutos y faculta-
des de teología. Este ministerio no se limita sólo a cur-
sos sino que implica asesorías a diferentes grupos y
movimientos de las Iglesias cristianas. Más allá de una
formación teológica académica, común a hombres y
mujeres, en escuelas superiores con una mayoría mascu-
lina, hay algo muy especial en la manera como las mu-
jeres hacen teología. Los elementos de la vida cotidiana
se mezclan íntimamente al hablar sobre Dios. La expe-
riencia de la mujer que surge en una Iglesia de tradi-
ción machista devuelve al discurso teológico el otro
lado de la experiencia humana: el lado de aquella que
pare, amamanta, nutre y de aquella que calló durante
siglos en todo lo referido a teología. Ahora ella comien-
za a expresar su experiencia de Dios, de otro modo,
modo que no exige que sólo la razón aparezca como
única mediación universal del discurso teológico, sino
que incluye lo que es vital, a través de mediaciones
que ayuden a expresar lo vivido sin agotarlo, un dis-
curso que hace percibir que hay siempre algo más, que
las palabras no consiguen decir.
15
sino porque lo experimentamos en los límites de nuestra
existencia de mujer.
16
transformar el mundo. Hablar de forma unipersonal o univer-
salista parece mostrar o reflejar algo que experimentamos
en lo cotidiano de nuestra existencia a partir de nuestros
diferentes condicionamientos socio-culturales: la parciali-
dad de nuestra percepción y la parcialidad de nuestras inter-
pretaciones.
MARCOS HISTORICOS
17
2. En la línea de la historia se puede hablar del descu-
brimiento de “la casualidad” de las cosas. La condición
femenina evolucionó, fue diferente y puede ser diferen-
te. Su estado actual puede ser explicado en parte por
causas históricas. El descubrimiento de las causas que
oprimen a los pobres y dentro de ellos a las mujeres
ha modificado la comprensión de la mujer como perso-
na y como colectivo. Ella no está marcada por un desti-
no inmutable, ni es objeto de voluntades ajenas que
moldean su existencia. A pesar de los condicionamien-
tos inherentes a la existencia humana, ella puede con-
quistar espacios para expresar su palabra y su ser.
18
La entrada de mujer en el combate del mundo del
la
trabajo asalariado provocó pues un cambio de su rela-
ción. Evidentemente este no es el único factor, pero
parece importante recordarlo, ya que en una visión
teológica más tradicionalista y reaccionaria, este tiende
a ser olvidado o relegado a un plano meramente acciden-
tal.
19
tar” los conceptos, una curiosidad creativa, que abre
nuevos caminos, que permite nuevas fecundaciones.
Este nuevo modo permite una creación teológica comu-
nitaria, o sea, la nueva formulación recoge un número
más amplio de experiencias y no se cierra en una formu-
lación o en un texto de “autoría” individual.
21
despertados, donde la ternura pueda ser recibida, donde la
vida sea de hecho capaz de triunfar sobre las fuerzas de la
muerte.
22
Esta es mi esperanza: Vendrá el día en que todos, al
Traducido por:
Lucia Villagrán y Lila González
23
o
TERESA CAVALCANTI
25
1. UNA POSTURA METODOLOGICA
26
1
27
revela, por su Espíritu, a través del texto antiguo de la
Biblia ”.3 De hecho, no hay ruptura, sino 4 continuidad
28
Nos sorprende entonces la mención explícita de profe-
tisas en el AT: Huida (2 R. 22:14), Débora (Jue. 4: 4ss.),
29
En cuanto a la mujer de Isaías, el gran profeta de la
justicia y derecho,
del nada se dice, salvo que el propio
Isaías la considera profetisa (Is. 8: 3) y que ella concibe y
da a luz un hijo cuyo nombre simbólico está relacionado
con la misión del profeta.
de la mujer en el AT
30
aun así eran muchas veces violados. En este sentido vemos
a Tamar, que consta en la lista genealógica de Mateo (1: 1-17),
exigiendo a su suegro Judá el cumplimiento del levirato y el
derecho a la descendencia. Esta era una cuestión de vida y
de sobrevivencia futura de la mujer. Haciendo uso de astucia,
Tamar hace brotar de boca de Judá la exclamación: “Ella
tiene más razón que yo ...” (Gn. 38-26).
(3: 13).
7. Cf. John F. Craghan, “Esther, Judith and Ruth: paradigms of human libe-
ration”, A Journal of Bible and Theology, Biblical Theology Bulletin, Vol. XII
(January 1982), No. 1, pág. 12.
8. Idem., pág. 18.
31
Advertida por su tío Mardoqueo, la reina Ester, que era
judía, emprende la difícil tarea de la liberación.
En un contexto como ése, la reivindicación de los dere-
chos del pueblo judío sólo podía tomar la forma de desobe-
diencia civil, lo cual constituía una práctica bastante conocida
en Israel en los tiempos de dominación extranjera. 9 Hacien-
do uso de los artificios de que disponía en tanto que era
mujer y reina, Ester se arriesga y sale victoriosa. El oprimido
(Mardoqueo) es colocado en el lugar del opresor (Amán) y el
antiguo decreto es invertido (8: 11-12).
32
la fuerza de las armas. ¿Sobre qué entonces se apoyaba su
autoridad?
33
0 1
Cf. Rosa Marga Rothe, “Duas mulheres violentas: Débora e Jael”, A violen-
cia dos opressores e o direito dos pobres á vida na Biblia, Estudos Bíblicos No. 6,
(Petrópolis: Vozes), págs. 21-30.
Carlos Mesters, Rute, urna histórica da Biblia (S. Paulo: Edigoes Paulinas,
1985).
34
Rut y Noemí simbolizan la férrea resistencia de aquellos que
no se olvidan de sus derechos ni dejan que los otros los olvi-
den.
35
hecho de que la madre de los Macabeos, como tam-
El
bién de muchas otras, permanecieran en el anonimato, nos
lleva a reflexionar sobre su inserción en medio del pueblo.
La lucha de resistencia es, sin duda, una lucha colectiva.
14. La raíz re’a (Rut) equivale a la personificación del amor solidario con el
prójimo.
36
5
El autor resalta,
37
de Débora, donde demuestra estar muy bien informada sobre
la situación de las tribus de Israel. Lo mismo puede decirse
de Rut y Noemí', de Ester, de Judit y Tamar.
38
confianza en pueblo de Dios y la esperanza en un futuro
el
39
1
40
1. El pueblo hace aquello que desagrada a Yahveh;
2. Yahveh abandona al pueblo en manos de los enemigos;
Cf. Craghan, John F., op. cit., págs. 12-13. Nos referimos aquí' a la redacción
hebraica del libro.
Rt. 1: 20. La traducción es de Mesters, Carlos, “Rute urna historia de la
Biblia”, op. cit., pág. 8. El nombre “Mara" significa “Amargura ”, mientras que
Noemí significa, en hebreo, “Agraciada”. En el libro de Rut la simbologia délos
nombres es esencial para la comprensión del texto.
41
Noemí expresa su tristeza no directamente a Dios, sino
enre las mujeres que la reconocen, cuando regresa a su
tierra. Ya antes, al tratar de despedirse de sus dos nueras,
argumentó: “Es contra mí que Dios descendió su mano.
Mi destino es más amargo que el vuestro” (1: 13).
Todo el primer capítulo de Rut parece una lamenta-
ción desprovista de esperanza: hambre, enfermedad, muertes,
separación, soledad. Sólo la decisión de Rut contrasta con
ese cuadro. El texto se refiere a la situación del pueblo, en
laépoca en que fue escrito. Cuenta la historia de dos mujeres
que “quedaron solas”, como el resto en Israel. Pero:
42
el momento de su muerte, asumió el grito de todos los su-
fridos y oprimidos de la humanidad. 26
26. Cf. José Comblin, O clamor dos oprimidos, o clamor de Jesús, (Petrópolis:
Vozes), 1984.
43
Judit también termina su obra liberadora con un cántico
de acción de gracias (Judit 16: 1-17). En el Dios liberador
es glorificado al mismo tiempo el Dios creador (versículo 15).
Los pequeños son exaltados, juntamente con la mujer, que,
con sus recursos femeninos, desarticuló el poder enemigo y
devolvió la confianza a su pueblo. En el mismo estilo de los
profetas, el canto final de Judit desprecia los sacrificios y
holocaustos, reafirmando el valor de la fe como fundamental
(versículo 16): “Quien teme al Señor es grande para siempre”.
44
2 2 8 Libertad y fidelidad
. . .
2 2.9 .Exposición de
. la propia vida: muerte-resurrección
45
En el momento en que los hombres no se atrevían a en-
frentar al enemigo poderoso, Débora convoca a Baraq y acep-
ta su condición: ella lo acompaña
a la batalla, previniéndolo
sin embargo de que de la victoria recaerá en una
la gloria
46
Y hoy día, ¿podemos observar mujeres en medio de
nuestros pueblos, siendo portadoras de las mismas cualida-
des de las profetisas del AT? Creemos que sí, e invitamos a
todos a hacer la relación.
30.
Podríamos multiplicar los ejemplos. Mujeres líderes y
mártires enla AL han sido tan numerosas como los derechos
47
Al clamor de los oprimidos responden los cantos de
esperanza de las Comunidades eclesiales de base:
CONCLUSION
48
AURORA LAPIEDRA
49
de esta cercanía, las creencias tienen una fuerte función
normativa, ya que el quebrantamiento de la armonía tiene
unas consecuencias inmediatas, sin esperar al más allá.
50
ciones de interdependencia y complementariedad entre
sexos que atraviesan la naturaleza, los hombres y la divinidad.
Es a partir de esto que planteo un tema de reflexión y discu-
sión sobre el rol religioso de la mujer andina: pienso que la
importancia que tiene la mujer en el mundo religioso procede
precisamente de su ubicación en la familia, con roles produc-
tivos y reproductivos generados desde el espacio agrícola en
estrecha vinculación a la tierra. Desde su “representatividad”
familiar, asegura también la cohesión de las relaciones con los
demás hombres más allá de la familia y desde su ubicación en
la tierra organiza las relaciones con el mundo religioso.
51
La mujer andina es un artífice fundamental en la nu-
cleación de relaciones para el desarrollo de la actividad agro-
pecuaria y es el espacio familiar el que da la base tanto para
las relaciones internas como para las establecidas con el
exterior.
52
es la relación constante con la Pachamama que
continuamen-
te nos escucha y con los Apus más cercanos que participan
53
llenas de símbolos que expresan la intervención de los ele-
mentos femeninos. Incluso en lo referente a la semilla misma,
que sería el aspecto masculino de la actividad generadora de
vida, la mujer tiene una función decisiva sobre ella, la selec-
ciona.
51
51 y 53 respectivamente, editada la revista por el Instituto
de Pastoral Andina de Cusco. Después de invocar a San
Isidro Labrador se dirige el sembrador a la Pachamama:
(
= depósito) expresando con ello que va a hacer alcanzar los
recursos familiares.
55
momentos del ciclo agrícola y siempre expresando relaciones
armónicas a partir de la función de la mujer.
56
Sobre este primer punto podemos sacar algunas conclu-
siones:
57
la familia campesina dentro del sistema del mundo
andino. La mujer garantiza este aspecto relacional y
el abastecimiento familiar.
58
en niveles colectivos más amplios, comunales y
religiosa,
extracomunales.
Santa Rosa.
De todas maneras lo más frecuente y los Cargos más
importantes los pasan en pareja, esposo y esposa y a ello me
voy a referir analizando el aporte que hace la mujer en ellos.
En general, para todos los Cargos Religiosos, se requiere
una fuerte inversión económica y para conseguirla hay una
distribución de tareas al interior de la familia: el esposo va
59
bien a elevar el status familiar. Para el acopio de huevos y
otras viandas, desarrolla una de relaciones tradicionales
serie
“ayni”, “hueq a” con familiares, compadres, amigos con los
que además de proveer de lo necesario para la fiesta, estable-
ce una serie de relaciones sociales garantizando la cohesión
familiar en sus relaciones con el exterior.
60
Según las señoras que informaban, la ceremonia no
tiene nada que ver con el comienzo de la Cuaresma, tiempo
cristiano de penitencia.
61
más allá del interés familiar, que exigen mucho
sacrificio de parte de la familia, pero que al mismo
tiempo permiten que se estrechen los lazos entre
las familias de la comunidad y de ésta con Dios a
través de los Santos Protectores.
62
El móvil principal de las estructuras comunales concre-
tizadas en los Cargos Religiosos es la Fe, pero una Fe
comunitaria con intereses y consecuencias grupales-
comunales. Hay en el fondo una vivencia de relación
con Dios a través de la conformación de un pueblo.
Y para ello la mujer juega un papel preponderante
mediante su identificación con la familia, a la que intro-
duce en su experiencia religiosa personal y la defiende al
mismo tiempo que le sirve de sustento, tanto en la
experiencia personal como comunitaria.
63
QoylluriV i
64
La noche del viaje en camión, previamentehurqado por
las dos Carguyoq
parejas y Kimicho, el Carguyoq hace
comer una buena merienda a todos y la esposa del Kimicho
prepara un atado de mote tostado, un cordero o medio, según
la gente que vaya en el “grupo”, café, azúcar, cigarro, coca,
fósforo, trago para el viaje, como colaboración al Carguyoq.
65
El día jueves en la tarde hacen el kacharpari, es decir,
la despedida y se toma y baila hasta el cansancio.
mos los cargos, los ricos dicen que son sonseras. El Señor
de Qoyllurit'i es muy milagroso, es nuestro “Hampiq”, el
que nos cura de todo.
El Señor de Huanca
En
la carretera que recorre el Valle Sagrado, cerca de
Pisac, hay un pueblito que se llama San Salvador en cuya
explanada se realiza cada año una importante Feria. En las
alturas de los cerros circundantes se encuentra el Santuario
del Señor de Huanca, cuya fiesta se celebra el 14 de septiem-
bre.
66
algún negocio para ayudarse a pagar el pasaje y así poder
visitar al Señor. Pero de hecho esta feria como otras que se
dan en las partes bajas de la Sierra Sur, son espacios impor-
tantes de intercambio de ciertas mercancías regionales en las
que la participación de la mujer es fundamental por su fun-
ción de abastecer a la familia de recursos productivos y re-
productivos. Esta feria es sumamente importante para los
productores agrícolas porque en ella se establecen los precios
de los productos, principalmente del maíz y que van a perma-
necer fijos en la región hasta la próxima cosecha. En la feria
se ve si va a ser buen año o no, según el juego entre demanda
67
mamá y a una hermana que es sordo-muda y paralítica. A
partir de la visita al Señor, su hermana camina).
68
El sentido del agua es de curación, no hemos percibido
el significado de purificación como en el caso de Qoyllurití.
Cura tanto las enfermedades del cuerpo como las de la cabe
za, como la locura.
69
mática de intercambio y religiosidad como prolongación
de sus roles cotidianos, pero en un espacio más amplio.
70
que en el mundo campesino andino no, pero en otros espa-
cios sí buscando nuevos ejes que articulen. Sin embargo no
se puede pasar por alto, en el caso del Perú, su vivencia
histórica; así en los Pueblos Jóvenes de Lima, Arequipa,
etc. es la mujer la que intenta reorganizar el espacio, no ya
a través de la tierra misma, que no la tienen, pero sí en torno
a los símbolos que en su historia se crearon en torno a ella.
71
de defensa de la vida profundizando actitudes de solida-
ridad y de esperanza?
73
En ambas características tendríamos como una “natural
predisposición” para entender la como un
espiritualidad
estilo global, que no deja fuera ninguna dimensión ni faceta
de la vida. Las nuevas generaciones marcan esta exigencia con
mucho énfasis.
1. Doblemente explotada
74
pobreza es muerte son muchas las muertes que debe
Si la
afrontar en su vida la mujer pobre. La muerte del hambre,
de la enfermedad, de la represión, de las tradiciones y de su
más profunda feminidad.
2 El reclamo por
.
la vida
3 Consolad a mi pueblo
.
75
... la Gertrudis igual que ángel canta . Aunque no
. .
76
2. En el amor no hay temor
V
3 La mujer en
. comunidad
77
encuentro con Cristo más personal acontece el envío a los
hermanos tal como leemos que fue enviada María Magdale-
na después del encuentro con el Resucitado. La riqueza
del mensaje que le damos a la comunidad dependerá en
gran medida de la profundidad de nuestro diálogo con el
Señor y éste se enriquecerá también si en la soledad logramos
meditar los desafíos, cuestionamientos y dones que la comu-
nidad nos aporta.
1. El estallido de la Palabra
78
es presencia activa a cada uno de
los demás y a Dios; la pala-
bra que lo prepara sirve otras veces para hacerlo estallar en
comunicación jubilosa. La liturgia de la Navidad nos recuerda
que cuando un profundo silencio reinaba en toda la tierra se
79
de nosotros. Pero El hace también que cuando una mujer
se olvida de sus hijos surjan en el pueblo otras muchas que
recogen “un hijo más”, el abandonado, el solo, el enfermo,
para añadirlo a los desvelos de su corazón y compartir con
él el pan calentitó de su cariño.
3 Infancia espiritual
.
80
desde una experiencia de ese tipo podemos, como Teresa de
Lissieux, cantar el amor del Señor en nuestras vidas.
4. CONCLUSION
1. Un estilo de vida
81
propios de este estilo de vida se van perfilando en el camino
y nos van dando mujeres que se convierten para ser más ¡t.
2. Al estilo de María
I
I
3 J£/ aporte femenino
82
Tenemos algo propio que entregar a la comunidad cris-
83
y
d:
i
MARIA TERESA PORCILE
tante latinoamericana.
85
Me pareció urgente, entonces, una reflexión teológica so-
bre la belleza en América Latina y por eso decidí" proponer
un cambio en el tema solicitado. La reflexión sería sobre:
El Derecho a la Belleza en América Latina.
86
de la Liberación. Una palabra sobre el Dios de la fiesta y la
cia la falsa paz (Jer. 6: 14), que consuela en el exilio (Jer. 29:
7 y 11), y que, al mismo tiempo, conoce la intimidad de
Dios y lo expresa en el amor y en el fuego que lo hace arder.
El profeta de la justicia seducido por la belleza de Dios (Jer.
20: 7-9).
a) Primera dificultad:
Y más adelante:
b) Segunda dificultad:
mencionar la Belleza?
c) Tercera dificultad:
88
La mujer “seductora” por autonomasia; parecería
es la
que tiene que usar toda una ornamentación que va desde el
maquillaje al vestido para poner en movimiento, los mecanis-
mos de atracción que están de acuerdo con los cánones de
la moda y la “belleza”, impuestos por un orden de produc-
ción-consumo inhumano.
Esta ‘belleza’ (ornamentación) de la mujer, desde el pun-
to de vista personal es “amenaza”, “peligro”, “trampa”, para
el hombre, rasgo que encontramos ya en la literatura sapien-
cial . . .
89
de Santidad y Gloria (cf. Is. 1: 3), Espíritu del Poder de Dios
(Luc. 4: 14-18; Act. 10: 35), de Amor (Rom. 5: 5) ... es
Espíritu multiforme (cf. Is. 11: 2 y Sab. 7: 22).
Si el pueblo hace
la experiencia de la Belleza, parece llega-
do el momento
de comenzar a reflexionar sobre la Belleza.
Por eso, nuestra contribución de hoy se centra en la Belleza;
ya la vive América Latina, en el dolor y la esperanza; en sus
culturas y en sus poesías, en su canto y en su silencio y
90
desde esa vivencia ojalá empecemos a esbozar un quehacer
poético, una teología de la filo-kalia (del amor a la Belleza)
en América Latina (o sea un saber desde la experiencia que
el pueblo hace de Dios, en la búsqueda y el amor a la Belleza.
En América Latina esa Belleza se hace clamor, canto y
verdad.
4. QUE ES LA BELLEZA
91
Pero en realidad la belleza tiene que ver con el ser, es
el que embellece. La belleza es como la irradiación de
ser el
la verdad de ser y lo que aparece como bello en una persona,
clase social, país, área mundial a expensas de la “fealdad”
de otras personas, clases sociales, países o Hemisferios, no es
belleza. Muchas veces son formas llamativas y engañosas de
la apariencia deslumbrante de la mentira.
92
5. LA BELLEZA EN LA BIBLIA
”
a) El término hebreo “yaffé
i
En hebreo la raíz más frecuente en relación con la idea de
belleza es “yaffe” (yfh). Significa “ser hermoso”, también
puede ser “hacer hermoso, embellecer” (Jer. 10: 4)o embe-
llecerse a sí mismo (Jer. 4: 30). Como adjetivo puede tener
la connotación de bondad y excelencia (Ex. 3: 11; 5: 17).
El calificativo “yaffé” en el libro que aparece con más
frecuencia en la Biblia para designar la apariencia humana
es en el Cantar de los Cantares, como significando que la
eclosión del amor es el poema máximo de la Belleza.
93
Sócrates, Aristóteles y Platón. Este concepto persiste en el
tiempo de Plotino.
2. Kalós en el NT
Le. 21: 5:
94
;
Mt. 3: 10:
Mt. 7: 1 7:
Le. 6: 43:
Me. 4: 8:
Me. 4: 28:
95
Le. 8: 15:
Los que en buena tierra son los que después de haber ordo,
conservan la palabra con corazón bueno y recto y fructifi-
can con perseverancia.
Vs. 27:
Vs. 37:
Vs. 38:
Me. 9: 50:
Le. 6: 38:
96
Pablo dice: . . de la ley, que es kalós:
Rom. 7: 16:
1 Ti. 1: 8:
Stgo. 2: 7:
Mt. 5: 16:
Brille así vuestra luz, delante de los hombres, para que vean
vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que
está en los Cielos.
Vs. 33:
97
La ética de Pablo está muy marcada con el kalós. El
mismo dice que quiere hacer tó kalón pero no puede (Re.
7: 16).
Gal. 6: 9:
1. Tes. 5: 19-22:
Tt. 2: 7:
Tt. 3: 11-14:
Vs. 14:
Tt. 3: 8:
* Parecería que en este versículo San Pablo hace como una enumeración de lo que
él considera buenas obras .
98
en la práctica de las buenas obras, esto es bueno y prove-
choso para los hombres.
Tt. 3: 15:
Vs. 18:
2 Cor. 8: 21:
99
Es muy importante ver cómo esta recomendación tiene
como una urgencia especial en las epístolas pastorales.
Las cartas a Timoteo y a Tito, fueron escritas en un
tiempo crucial de la Iglesia en que esta era como una
pequeña isla en un mar de paganismo y Pablo insiste en
esta estrategia de la atracción.
1 Ti. 3: 7:
1 Ti. 6: 18:
Hay que
tener en cuenta que uno de los hechos más suges-
tivos y luminosos respecto del “kalós”, es que aparece
cien veces en el NT, de las cuales veinticuatro corresponden
a las epístolas pastorales.
Stgo. 3: 13:
1 P. 2: 12:
100
Este adjetivo se usa también para referirse al “solda-
do” .. .
1 Ti. 1: 18:
1 Ti. 6: 12:
2 Ti. 2: 3:
2 Ti. 4: 7:
Quiere decir que puede ser que haya una cierta cualidad
de gallardía, de elegancia ... en la vida cristiana. El cristiano
es como un aventurero que se hace atractivo por su felicidad
vital y que encuentra, fascinante el servir al Señor.
1 Ti 4: 6:
1 Ti. 3: 1:
Vs. 13:
101
Y nuevamente Pedro tiene algo que agregar a esto, el
1 P. 4: 10:
Padre . . .
(cf. Mt. 5: 16).
102
?
103
Jesús, gloria del la imagen
Padre, es icono visible de
invisible (Col. Es figura (carácter) y resplendor
1: 15).
(apaugasma) de Dios Padre (Heb. 1: 1-3). Es allí, en su rela-
ción de fuente, en su relación de Amor que Jesús manifiesta
su Belleza; eseamor y esa Gloria crucificados, cargado de en-
fermedades y flaquezas. Es el Siervo sin Belleza y atracción,
y al mismo tiempo, el Seductor (Is. 33: 2; Fil. 2: 5, 2 Cor. 5:
21; Rom. 8: 3; Gal. 3: 13; Heb. 4: 15).
6. LA BELLEZA EN LA IGLESIA
a. Belleza y Evangelización.
b. Belleza y Liturgia.
c. Belleza y Teología.
a) Belleza y Evangelización.
104
Y los hombres de entonces no bailaron ni hicieron
fiestas; hoy tampoco muchos lo hacen. Se elevan discursos
de categorías racionales, se construyen sistemas, se crean
ideologías de coherencia e incoherencia. Finalmente se mata
al Flautista.
b) Belleza y Liturgia
c) Belleza y Teología
105
De todo esto se concluye que es menester, en adelante,
tomar en serio la obra misma del juego en la teología, buscar
la experiencia misteriosa de lo fascinante que se encuentra al
origen de toda obra maestra.
106
Es absolutamente fundamental revalorizar el despertar
admirativo; el ir hacia “el otro” en la admiración de su
belleza, de su “gracia”, de su arte.
107
ALIDA VlíRHOEVEN
109
SOSPECHA HERMENEUTICA
110
Me enseñaron dice: Que Dios dispone todas las cosas,
tanto el bien como el mal. Si te va mal o te pasa algo
malo es porque Dios así lo dispone o porque tu o al-
guien antes de hizo algo malo, por eso tienes que
tí
sufrir y tienes que resignarte. No podes hacer nada.
Si te va bien también lo dispone Dios y tienes que
agradecerle. De modo que
nací así, pobre —hija
si
111
No forma. Es una fuerza que encontramos en
le daría
los que no nos quedamos solos. Pertenece al espacio
donde colectivamente intentamos superar las situacio-
nes más difíciles, escuchándonos, apoyándonos, también
criticándonos mutuamente pero siempre con la mira
de construir algo mejor. Es esa vivencia que me trans-
mite valor, que me lanza a caminar, a ver a actuar.
112
Toda esta toma de conciencia que en mi y en tantas otras
personas se ha ido gestando, me lleva hoy a afirmar que se
está acabando ese predominio de la conducción jerár-
quica masculina, ya se termina.
113
empaquetada para servir a los intereses de los sucesivos
detentores del poder imperial-real y republicano.
114
meterse de cabeza en materiales muy difíciles de digerir.
Invitan a todas las mujeres de todas las religiones a re-inter-
pretar el sentido original de la vivencia espiritual de las per-
sonas, varones y mujeres para crear una convivencia humana
[ más plena.
Los testimonios de
los diversos precesos de búsqueda
iniciadapor mujeres para recrear los valores, el lenguaje,
I las imágenes y los símbolos espirituales, llenan ya varias
estanterías de bibliotecas. Desde que en 1895 Elizabeth
Cady Stanton publica la Biblia de la Mujer.
Sospechamos, sin embargo que no obstante estos es-
fuerzos y aportes nos encontramos aún ante un vacío de
nuevo lenguaje, imagen-símbolo. Somos atrapadas, también
nosotras, aún sin quererlo, en el mismo tipo de ejercicio, de
excelencia intelectual, de palabras y escritos. Somos invita-
I das a aportar, a engrosar el número de ensayos y libros sobre
la teología, esta vez de ‘liberación’ —sin que este esfuerzo
realmente nos libere de la teología entrañablemente atrapa-
da en el quehacer científico varonil. Vemos surgir mujeres,
en solitarias figuras ‘exitosas’ que han alcanzado la bene-
plácita aprobación del género masculino. Y así continuamos
en una situación de convivencia.
NUESTRA VOCACION
115
especios para recrear una cultura. Una difícil travesía hacia
nuestro propio interior también, para vernos, sentirnos y
afirmarnos tal cual somos; dando lugar a la autocrítica;
travesía del espacio vulnerable en el que corremos peligro
de perder el camino, pero en la que cada reconocimiento
y aceptación, cada comprensión mutua es como agua que
surge de la roca y nutrición que cae del cielo. Para entrar
finalmente a una era donde ninguna persona ya desea vivir
a costilla de otra persona; donde la vida de todas las personas
es preciado bien común para asegurar la convivencia en Justi-
cia, Paz y Amor.
CONCLUSION
116
.
BIBLIOGRAFIA
Merlin Stone: Cuando Dios era Mujer: The Dial Press N.Y.
Catharina J. M. Halkes: Comenzó con Miriam: J. M. Kok-Kampen.
Woman of Power: Revistas No. 1 y 2 sobre Feminismo, Espiritualidad Política.
Mary E. Hunt: Tesis Doctoral no publicada: Teología Femenina de Liberación —
El desarrollo de un método en construcción
José Míguez Bonino: La Fe en busca de eficacia: Sígueme-Salamanca 1977.
Proyecto de Estudio del CMI: Sexualidad Femenina y Funciones Corporales en
diferentes tradiciones religiosas. 1985 no publicado.
Lyn Fisher: Sus aportes en las discusiones y búsquedas, su desafio constante
a transformar la sociedad.
Las compañeras del Grupo Ecuménico de Mujeres déla Fundación Ecuménica de
Cuyo.
Este es un trabajo colectivo y está abierto para que lo perfeccionemos entre
todas. Lo presenta en esta oportunidad Alida Verhqeven.
Isabel Guinchul, Su vida y lucha cotidiana.
Elsa Issa: Madre de Plaza de Mayo (Mendoza).
117
NELLY RITCHIE
Mujer y Cristología
Jon Sobrino
... A
esa pregunta perennemente histórica los cristianos
dan siempre una respuesta que, dada la historicidad de los
creyentes, es siempre también histórica. 1
119
descubrir, de una propuesta que traducida en palabras y he-
chos cobrará su veracidad histórica, su fuerza liberadora.
Mujeres:
120
:
Latinoamericanas:
Cristianas
121
Por ello desde nuestra realidad de mujeres, parte de
esta tierra latinoamericanay miembros del cuerpo cristiano,
nos lanzamos a la aventura de poner en común nuestro
humilde aporte, con la seguridad de que juntas, enriquecién-
donos las unas de las otras, lograremos animarnos y acom-
pañarnos en este camino, aportando al proyecto liberador
continental.
y nuevamente —
a la re-lectura bíblica.
122
la agresión, la represión, etc. tronchan a diario jóvenes
vidas.
Lucas 1: 11-15*
123
el evangelio habla de este sufrimiento de “compasión” en
Jesús, se habla de una total identificación frente a la situación
del otro, de la solidaridad creativa y activa. De un sentimien-
to que mueve al cambio —búsqueda de las causas— a la trans-
formación de la situación que provoca el dolor.
Ser testigos de
la resurrección es desmentir el triunfo
final de la muerte, luchando contra todo lo que limita la vida
plena. Ser testigos de la vida nueva, en medio de la deses-
peranza y del amargo sabor de las derrotas, proclamando y
construyendo caminos de esperanza.
124
JESUS: EL CRISTO DE LA GRACIA
125
Jesús no sólo proclama la buena nueva de salvación y que
con su persona el Reino se ha acercado y que el Año de la
Gracia de Dios es el tiempo presente; sino que sus gestos de
amor y perdón revelan al Cristo de la Gracia.
Todos sus gestos: sanidades, compartir el pan con los
marginados de su tiempo, detenerse junto a los que “mendi-
gan” junto al camino de la historia e incorporarlos a esa
historia, hablan del nuevo tiempo de gracia donde:
se restituye al débil,
126
7
127
ma desde hacía dieciocho años. Estaba completamente
encorvada y no podía enderezarse de ninguna manera.
Jesús al verla, la llamó y le dijo: ‘Mujer, estás curada de
tu enfermedad’, y le impuso las manos. Ella se enderezó
en seguida y glorificaba a Dios. Pero el jefe de la sinagoga,
indignado porque Jesús había curado en sábado, dijo a la
multitud: ‘Los días de trabajo son seis; vengan durante
esos días para hacerse curar, y no el sábado’. El Señor
le respondió ‘¡Hipócritas! Cualquiera de ustedes, aunque
128
donde es posible la alegría compartida con el pueblo
(“la multitud se alegraba . .
129
hablar de los sindicatos ... El triunfo de las reivindica-
ciones generales de la clase obrera y en particular de las
trabajadoras . depende de que los sindicatos gocen de
. .
nos dice:
130
ni algo inmutable. Sino que se atreve a actuar, participar,
reclamar una vida digna que posibilite organizar la esperan-
za.
131
El ponernos “a sus pies” —según el texto— en actitud de
discipulado e iniciar el verdadero seguimiento, el involucrar-
nos en la causa de su Reino, nos lleva a descubrirle, a encon-
trarnos con el Señor, en medio del dolor, de la lucha, del
esfuerzo, de la esperanza de aquellos que -^víc timas de la in-
justicia— se consagran a la causa de la justicia. Es “elegir la
mejor parte que no nos será quitada”, que no puede sernos
arrebatada pues es la causa de Dios mismo.
NUEVOS INTERROGANTES
A modo de Conclusión . . .
132
Filipenses 2: 5-11
BIBLIOGRAFIA
133
MARIA CLARA BINGEMLR
1. Cf. por ejemplo: L. Boff, O rostro materno de Deus, (Petrópolis: Ed. Vozes,
1979); R. Haughton, “Deus e' masculino?”, CONCILIUM 154 (1980 4) págs.
63-71; C. Halkes, “Por que se protesta contra Deus ‘Pai’ na Teologia Feminista?”*
CONCILIUM 163 (1981 3), págs. 122-131; R.R. Ruether, “A natureza femenina
de Deus — Um problema na vida religiosa contemporánea”, CONCILIUM 163
(1981 3)^ págs. 72-79; M. Hunt-R. Gibellini, La sfida del femminism o alia teolo-
gía, (Brescie: Ed. Queriniana, 1980).
135
creemos que la mujer por su lugar de compañera,
lucha de la
136
1. LOS ORIGENES DEL PROBLEMA: UN TRIPLE DUALISMO
137
con el hombre en la medida en que se desfeminiza, o sea,
renuncia a las funciones propias de su sexo, trascendiendo
asi' su función auxiliar de procreación. 3 El dualismo alma-
138
acentúa el engendramiento y el otro el nacimiento; uno
laconcepción y el otro el parto. 5
139
exclusivamente masculinos, encuentran su correspondencia
en los atributos y propiedades de la divinidad que tiene
lugar en este tipo de sociedad. Dios es ahí el fuerte, el pode-
roso, el absolutamente trascendente, el Señor, el Dominador,
quien con el poder de su brazo hace salir de Egipto a los
hebreos y los lleva a ocupar otra tierra, el Señor cuyo servi-
cio exige planos cuidadosamente elaborados, actividad
febril, eficiencia y urgencia. Este énfasis en el poder y en
el dominio suscita asociaciones de caracteres contrarios, de
140
fuerte, que impulsa hacia el frente y abre caminos, sino
también como Madre, que ampara, consuela, abriga y prote-
ge; como Espíritu de creatividad, equilibrio y belleza. Ade-
más, al volver los ojos a la Historia y a la Tradición de la
Iglesia podremos encontrar algunos cristianos que dan testi-
monio de experiencias e iluminaciones que tuvieron en este
sentido. Sin embargo, al entrar en este camino no tenemos
la intención de permanecer vinculados a elementos sexuales,
sino a las cualidades femeninas y maternas que tienen su
realización plena y absoluta en Dios.
141
Para poder llegar a esto deberemos primeramente, apoyarnos
sobre algunos de los delineamientos revelados por ese mismo
Dios sobre sí mismo, en su caminar histórico y en su actuar
económico-salvífico en medio de la humanidad. La Sagrada
Escritura y algunos testimonios de la Historia de la Iglesia
podrán proveernos elementos para ello.
8
Primeramente procuraremos examinar algunos términos
con los cuales el AT y el NT se refieren a Dios y que nos
permiten un acceso a la realidad femenina de su misterio.
Seguidamente nos detendremos más sobre ciertas imágenes
con que los autores sagrados presentan y comunican el propio
Misterio Divino a sus lectores.
142
E1 AT atribuye estas características a Dios mismo, cuando
I lo compara con una madre en Is. 49: 15.
10. Cf. también Sal. 25: 6; 40: 12; 51: 3; 69: 17; 79: 8; 103: 4- 106: 46- 119-
77; 156 145: 9; Lm. 3: 22: Dn. 9: 9, 18; y otros.
;
143
1
cosas del lugar de donde no son para que sean y para que
11. Sobre esta afirmación ver Jenni-Westermann, Op. cit., pág. 768.
12. Cf. G. Philips, “Le Saint Esprit et Marie — Le Vatican II cet prospective du
probléme”, Bulletin de la Soc. Fr. d’E dudes Moríales. Y ol. I, (1968), pág. 30.
13. P. Evdokimov, “La matemité théandrique — figure de la paternité divine”,
“Panagion et Panagia”, Bulletin de la Soc. Fr. d’Etudes Moríales ,, Vol. III (1970).
pág. 65.
144
,
145
7
146
. 8 1
. .
.
que ellos manden sobre los peces del mar, las aves del
cielo . . .
(v. 26n). Y más adelante: Creó, pues, Dios al
18. Cf. G. Kittel, Grande Lessico del Nuovo Testamento, Vol. I, agape pág. 141. .
19. Idem
20. Estamos conscientes del peligro de caer en una unilateralidad o de buscar
tendenciosamente un intercambio de dominaciones, lo cual podría conducir a
una nueva “sexología teológica” invertida.
21. Véase nota 1 de la Biblia de Jerusalén.
147
serhumano a imagen suya, a imagen de Dios le creó,
macho y hembra los creó (v. 27).
148
repetidas veces, sin éxito, reunir a los hijos de Israel como
la gallinarecoge sus polluelos debajo de sus alas (Le. 13: 34).
Y en el último libro del NT, el Apocalipsis, Dios aparece
realizando un clásico y tradicional gesto materno:
Y enjugará toda lágrima de sus ojos,
y no habrá ya muerte ni habrá llanto,
ni gritos y fatigas,
porque el mundo viejo ha pasado (Ap. 21: 4).
149
seleccionado a manera de ilustración, sabiendo que hay mu-
chos otros que podrían enriquecernos.
última mitad del siglo XIV y terminó sus días como hermita-
ña. Caso raro entre las mujeres de su época, Juliana tuvo una
educación depurada y obtuvo la meta máxima de la educa-
ción medieval, dominando la gramática latina, la retórica y la
150
de su vida para aprender y enseñar
lógica, capacitada al final
teología, la cumbre de 25 Recibe sus experien-
la Escolástica.
cias místicas de tres maneras básicas: a través de visiones
corpóreas, a través de la visión espiritual y a través de pala-
bras silenciosamente formadas en su entendimiento. Su vi-
sión de Dios, integra el rostro masculino y femenino de la
divinidad:
151
edición de sus escritos y de algunos escritos sobre ella que nos
permiten felizmente tener acceso a tan original experiencia
de Dios.
Acabamos de ver, en esta parte de nuestro trabajo, que la
revelación de lo femenino en Dios, desde la Sagrada Escritura
y a lo largo de la Historia, ocurre en ritmos y en dimensiones
trinitarias.En la Biblia, las rahamim de Yahvé son el otro
aspecto de su amor, que es paterno en cuanto a fuerza y
fidelidad, y materno en cuanto a protección, desvelo, compa-
sión y cariño; la ruach divina es aplicable al Espíritu que par-
ticipa de la creación y de la vida y movimiento de todas las
cosas; la Sabiduría mediación creadora de Dios y después, en
,
153
Dentro de estas rupturas, ciertamente una de las más
evidentes es la que tiene relación con la mujer. La mujer en el
judaismo del tiempo de Jesús, era considerada, social y
religiosamente inferior,
154
La vida preciosa de la caña pisoteada o del fuego no extinto
del pabiloque aún humea. 31
155
Superando el androcentrismo de su tiempo,
. . . integró en sí mismo tantas características de compor-
tamiento, al mismo tiempo masculino y femenino, que
puede considerársele como la primera persona que alcan-
zó una completa madurez. 33
156
ñiños eventuales de Su Revelación, nuestra atención se con-
centra ahora sobre el Espíritu Santo. La fe y la Escritura
nos dicen que el Espíritu toma el lugar de Jesús en medio
de la comunidad de fe, como “otro Paracleto”, que se coloca
en medio, al lado de los bautizados como defensa y consuelo
de ellos, en ausencia del Hijo.
157
que él tome mujer ama y honra a Dios su Padre y al Espí-
ritu Santo su Madre; y él no tiene ningún otro amor. 39
dre del Hijo Encarnado, puesto que hay un sólo Dios en tres
personas, nos es permitido entre tanto afirmar que el Espíritu
Santo es una persona distinta del Padre, con principios y
obras propias. Y, si es posible decir que la concepción del
Verbo en María es obra del Padre, también se puede por otro
lado afirmar que esa obra del Padre se realiza por el Espíritu
Santo, Amor Maternal, “Amor Concebidor”, receptividad
divina, fecundante y fecunda que concibe en lo íntimo y en
el silencio para que aparezca la simiente del Verbo en María
158
Ese Amor divino-materno plasmado en María permite a
43
los cristianos vislumbrar, en ella, el Rostro Materno de Dios,
y así el Espíritu Santo nos permite hoy una comprensión
social de la imagen de Dios, que de otra manera no nos sería
posible. El descubrimiento de la dimensión femenina y mater-
na del Espíritu Santo, abre una posibilidad (rompiendo los
dualismos cuerpo-alma, cielo-tierra que inicialmente levan-
tamos como orígenes de la “masculinidad” predominante de
Dios) de apreciar al ser humano en su totalidad. Su inhabita-
ción capacita al hombre, como compuesto de cuerpo y
espíritu, a ser el receptáculo abierto y disponible de la gracia
de Dios. Y su presencia derramada por el mundo ordena el
caos y transforma a toda la creación —hasta las más humil-
des y concretas realidades terrestres— en frutos abiertos
que cantan el loor y la gloria de Dios.
159
Para proseguir nuestra reflexión sobre el Padre, preten-
demos inicialmente esclarecer un presupuesto, que nos es
previsto por el propio Evangelio:
cristo, Padre que, por ser el' Misterio del Origen sin origen,
el Misterio Fuente de la Vida no puede ser simplemente
160
al mismo tiempo el padre maternal del hijo único engen-
drado y la madre paternal del único hijo nacido 45
.
161
crucificado, el Abba
se entrega también y sufre, en sus
divinas de Padre maternal, el dolor infinito, la
entrañas
impotencia angustiosa, la muerte de su paternidad mater-
nal. Sin embargo, al mismo tiempo y en el mismo y único
movimiento de amor trinitario, la pasión de Dios que es
Padre maternal, que es Hijo, que es Espíritu de amor, abre
de par en par las puertas de la salvación definitiva a todos
los abandonados de este mundo.
47. J. Moltmann, “¿El padre maternal —el patrip asionismo trinitario — vencerá
aJ patriarcalismo teológico?”, CONCILIUM 163 (1981 3), pag. 65-66.
48. K. E. Borresen, Op. cit., pág. 403.
162
que es Dios. Una teología trinitaria así entendida afecta no
solamente las verbalizaciones humanas sobre lo divino, sino
también el sistema simbólico.
163
A pesar de todos los problemas y limitaciones que pueda
puede proveer alguna luz que conduz-
traer tal analogía, ella
ca a una mejor comprensión de las relaciones humanas.
La familiahumana como imagen de Dios nos indica que Dios
es misterio de amor y de amor fecundo, y que su ser trini-
tario no está encerrado en sí mismo, sino que se realiza
autoentregándose y derramándose fecundamente hacia
afuera de su ser inmanente. Por otro lado, si la mujer, el
hombre y el hijo son imagen de Dios sobre la tierra, enton-
ces la paternidad eterna, la maternidad eterna y la infancia
eterna nos son reveladas en el Dios Trino. 51 La femineidad
y la infancia tienen, así, su lugar restituido en el seno mismo
del misterio divino.
164
un pueblo que tiene como constante la Alianza y la compa-
ñía de un Dios, que desea la liberación de toda forma de
opresión. En la Iglesia de la América Latina actual, que hace
su opción fundamental en Puebla por la liberación de los
oprimidos, el anuncio del Dios de la vida, quien es Padre
protector y fuerte, al mismo tiempo que Madre amorosa y
eterna, encuentra su imagen humana en la comunidad de
hombres y mujeres liberados que, hombro a hombro, cons-
truyen juntos el Reino de Dios, esperan y suplican por los
tiempos mesiánicos en los cuales, más allá de toda domina-
ción patriarcal o matriarcal, patronal o esclavista, exista un
futuro sin dominación ni sujeción. Esa humanidad mesiánica,
en la que no hay “ni judío ni griego, ni esclavo ni libre, ni
hombre ni mujer” (Ga. 3: 28) es llamada a ser construida,
en la América Latina actual a partir de y en dirección al
misterio mayor del amor al cual nombramos Padre Hijo y
,
165
ARACELY DI R0CCHIETT1
167
gico del tema Pueblo de Dios tema que creemos fundamental
,
No
es propósito de este trabajo colocar a la mujer en un
sitialdiferenciado o preferencial en el análisis de una realidad
en la cual creemos que la gran diferenciación es entre opreso-
res y oprimidos. Sin embargo y dado que la opresión sexual
se suma a la opresión de nuestros pueblos con características
propias, señalaremos en forma especial la significación y los
roles demujer en la sociedad y en particular en la Iglesia
la
tradicionalmente ignorados u ocultos por enfoques machis-
tas, parciales
y discriminativos.
Dijimos que esta era una reflexión en proceso. Y lo es
fundamentalmente porque no estamos acostumbrados a
pensar desde nuestra perspectiva, desde nuestro sentir, en
defensa de nuestros derechos. Más grave aún, no estamos
muy instrumentadas para un análisis propio y original, sino
que dependemos de presupuestos y pautas creadas por los que
han tenido tradicionalmente el poder y los medios de pensar,
publicar, dominar el pensamiento.
168
dificultades básicas en cuanto a nuestra comprensión común,
sea que el enfoque acentúe más el carácter de la Iglesia como
comunidad de Salvación: Pueblo \ao$ Tito 2: 14; Heb.
2: 17; I Pedro 2: 9; Rebaño-Pastor Mateo 26: 31, Lucas :
12: 32, Hechos 2): 28ss, cuyo pastor el Cristo: 10: 11-16,
Heb. 13: 20; Ciudad o Nueva Jerusalén: Ap. 21: 2, 21:
9; Casa o Templo de Dios: I Tim. 3: 25, Heb. 3: 6, 10: 21,
I Pedro 4: 17; o que el acento recaiga en la Iglesia como
UvoTT]piov Alianza El Pueblo de la Alianza del Antiguo
,
1. Bauer, Johanes. Diccionario de teología bíblica Ed. Herder 1967, pág. 480.
.
169
su interpretación como
Iglesia Universal o comunidad parti-
cular, agregado hecho de que si pretendemos llamar
al
'ekk \eo ¿a a la organización que encontramos luego de la
muerte de Cristo, nos muestran que seria un anacronismo
pensar que Cristo quiso fundar alguna comunidad estable
similar a lo que hoy tenemos como Iglesia.
170
asumidos por los fariseos y los esenios, tenia como filoso-
fía básica la idea de resto Santo, en una interpretación ex-
clusivista y rigurosa con severas prescripciones religiosas y
éticas para aquellos que habrían de integrar ese resto.
171
.
Siempre que las personas son ganadas por las buenas nuevas
y se añaden al nuevo Pueblo de Dios, salen del mundo de
la muerte y entran en el mundo de la vida Mt. 8: 28 y para-
lelos. Ahora pertenecen al reino de Dios; comienza una
nueva vida que consiste en una nueva relación con Dios
y con los hombres. 5
Lo
inclusivo de esta nueva comunidad no debe,sin embar-
go, hacernos pensar en un menosprecio de las responsabilida-
des y las demandas. Jesús predica con claridad una nueva
relación entre la humanidad y Dios y entre los hombres y
mujeres entre sí, bajo la gracia de esta nueva filiación, que
se da ya en los discípulos como don escatológico de la
Salvación. Es en el marco del Reino que la condición de
hijos tiene su consumación. Entre tanto esa nueva comuni-
dad marcha bajo la certidumbre de la salvación futura.
Certidumbre que expresa el propósito de Dios de salvación
para toda la humanidad Mt. 18: 10. Confianza en medio de
la vida cotidiana Mt. 6: 8-32. Valor frente al sufrimiento
Mt. 5: 11. Y también en las demandas que vemos con clari-
dad en las seis antítesis del sermón de la Montaña, que sobre-
pujan la antigua ley, a saber: la reconciliación con el hermano
Mt. 5: 21-26; la nueva actitud respecto a la mujer Mt. 5:
27-30; al divorcio Mt. 5: 31-32; al juramento Mt. 5: 33-37;
la actitud frente al enemigo Mt. 5: 38-42 actitud pasiva,
43-48 actitud activa. Estos postulados convocan a una dis-
ciplina de vida cuyos puntos más importantes son: la santifi-
cación de la vida cotidiana; saludo; humildad; disciplina en
el uso de las palabras; oración común; renuncia a los bienes;
172
Cuando le pidieron a Pablo que explicara lo que era desde
el punto de vista religioso, tuvo que reconocer la pequeñez
6. Segundo, Juan Luis. Teología abierta para el laico adulto. Vol I Ed Lohlé
Pág. 17.
7 Bauer, Johanes, op. cit.,pág. 486.
8. Segundo, Juan Luis, op. cit., pág. 28.
173
2 2 Iglesia: Pueblo de Dios
. .
174
La vida misma de Jesús es signo y complimiento de las
175
lectura más interesante, porque nos oculta algunas jerarquiza-
dones, no tan destacadas pero válidas, y no nos dice mucho
acerca de la ausencia y la relegación de la mujer.
176
En caso de maternidad debe abstenerse de tocar ningún
objeto santo, y de asistir al santuario durante un período
de purificación que coincide con el puerperio y que se
duplica si ha dado a luz una niña: Lev. 12: 1-8. Deberá
presentar un sacrificio por el pecado y el sacerdote la purifi-
cará por medio de su expiación.
Se destaca su rol de madre pero en función de la impor-
tancia que tuvieron sus hijos para la Revelación de Dios:
Agar, Rebeca, la madre de Moisés, Rispa, la madre de los
Macabeos, Elizabeth, María.
177
Al llegar el tiempo de Jesús la situación de la mujer
sufrió un estrechamiento de sus libertades ya que a las limi-
taciones tradicionales en el judaismo post-exílico, se suma
una tendencia a apartar a la mujer de la vida social fuera
del hogar como medio de “proteger su moralidad”. Esto
significa un proteccionismo inhabilitante, que equiparaba
a la mujer a los que no tenían poder de decisión: el niño
y el esclavo.
178
respecto a su situación personal social, que reconocen el
nuevo espacio creado por una nueva actitud de Cristo que
crea confianza y posibilita el acercamiento. Sus actos no
adquieren la dimensión de una transformación comunitaria
y no dan como resultado actitudes similares en otras mujeres.
Las mujeres se suman a la comunidad que rodea a Cristo,
son “colaboradoras”, aunque ninguna tiene la categoría
de discípula o apóstol. Tenemos que evaluar esto en el con-
texto socio-cultural de la época, y no perder la riqueza de
estas actitudes.
9. Gutiérrez, Gustavo, Im fuerza histórica de los pobres, CEP 1973, pág. 41.
179
Creemos que este es un momento de gran creatividad
y de profunda esperanza porque el cuestionamiento a la
Iglesia y desde la misma Iglesia, es expresión de otros cues-
tionamientos y crisis, profundas que vive América Latina y
que se inscriben en el gran proyecto histórico de nuestra
liberación. Proyecto en el cual: se revierten situaciones; se
manifiestan en alta voz los silenciados; tambalean estructuras
de poder; se descubren señales de vida en medio de un feno-
menal programa de muerte. Es por todo esto que las mujeres
junto a otros oprimidos de América Latina sentimos que
esta crisis, es nuestra gran oportunidad, pero con absoluto
realismo también debemos decir que es nuestro camino
a la cruz, en el cual el costo en vidas, el dolor, el sufrimiento
en todas sus expresiones, puede cobrar sus victimas por un
largo tiempo.
180
1
2 2
. . La deuda interna de la Iglesia con América Latina
181
intocadas sus relaciones cada vez más dependientes de los
centros de poder.
el postergado y silenciado.
182
a nivel de las congregaciones locales se sigue mantenien-
do a las mujeres en de
las tareas enseñanza o diaconía,
sin poder participar mayormente en la discusión teoló-
gica y política de la Iglesia y sin que se tenga en cuenta
su perspectiva como elemento de juicio.
183
Poníamos de título a esta parte el silencio cómplice
Si bien desde las Iglesias cristianas se elevó un clamor de
dolor, de rabia y de resistencia a estos atropellos. Si bier
contamos entre mártires, exiliados, torturados muchos
cristianos, las Iglesias latinoamericanas, tanto católicas
como protestantes, no pueden ocultar ya la vergüenza de su
silencio a nivel jerárquico institucional. Su incapacidad de
romper relaciones de dependencia económica, ideológica y
teológica con los centros de poder. Y en varios países de
América Latina la decidida cooperación de sectores de la
Iglesia en la represión y la tortura. Debemos agregar a esto
las expresiones seudo-eclesiales, sectas, que a lo largo y ancho
de nuestro continente se proclaman Iglesias de Cristo y obran
de factor alienante y de voceros eficaces de las propuestas
imperialistas.
184
sino procesos en los cuales
como desencadenante de nuevos
deberemos hacernos oir especialmente las mujeres con todo
lo que tengamos que aportar al nuevo Pueblo de Dios, Pueblo
de liberación para América Latina.
3. CONCLUSION
Es muy
importante valorizar, apoyar, difundir, aquellas
situaciones en las cuales la mujer ha demostrado su fuerza
185
Esta toma de conciencia nos dará elementos para elaborar
propuestas estratégicas de acción que nos permitan entrar
en el proyecto de liberación de nuestros pueblos como suje-
tos activos en defensa de aquellos derechos propios de nues-
tro sexo.
186
económicas, sociales y políticas que permitan la revisión
Desde la perspectiva de
la fe nos sentimos parte del Pue-
blo de Dios. De
Pueblo llamado a la libertad y la Salva-
ese
ción. Ese Pueblo de Dios que es a la vez misterio de la presen-
187
. . —
BIBLIOGRAFIA
188
ELSA TAMEZ
189
man huyó y se escondió “en la caverna de la barranca gran-
de”. Mixcóatl quiso verla de nuevo y salió a buscarla pero no
la encontró. Entonces se enojó y le dio por maltratar a las
mujeres de Cuernavaca. Estas no soportaron más los maltra-
tos y dijeron: “busquémosla”. Cuando la encontraron le
dijeron: “te busca Mixcóatl, y por causa tuya maltrata a
tus hermanas menores .” Al oír esto, Chimalman se dirigió
. .
1. MIXCOATL AL DESNUDO
191
Estas denuncias, entre otras, fueron apenas recapitula-
ciones de lo que las mujeres han experimentado por parte
de Mixcóatl. Sus flechas lanzadas a la mujer son las que
tradicionalmente conocemos como discriminación, some-
timiento, opresión y violencia. Flechas que van dirigidas
con más puntería y fuerza contra la mujer pobre.
192
especialmente la pobre. Por eso afirmamos que el punto de
partida de la teología seria no sólo la práctica por la justicia
y la experiencia de Dios, sino también, “la praxis del cariño”,
es decir, las relaciones fraternales que deberían existir entre
el hombre y la mujer; los ancianos, los jóvenes y los niños, y
todas las personas entre sí. La praxis del cariño incluye, en
suma, la vivencia de lo cotidiano. De esa manera el horizonte
del discurso teológico se abre para dar cabida a otras ópticas,
como la de la mujer.
Decimos que el punto de vista de la teología tradicional
es impositivo porque muchas veces se presenta como la mane-
ra única de ver el mundo. Si se proponen otras maneras de
”
“hablar de Dios 2 se les niega, como ha sucedido en nuestro
continente. Afortunadamente, en los últimos años han surgi-
do otras maneras de hablar de Dios además de la teología
de la liberación, como la teología asiática, africana, negra y
feminista. Las mujeres en América Latina damos la bien-
venida a estas teologías, pero acogemos la teología latino-
americana de la liberación como nuestra teología, añadiéndo-
le la perspectiva de la mujer.
193
la teología y nuestros compañeros teólogos de nuevos acen-
tos y ampliaciones de ópticas que los enriquezcan.
Enese sentido, la teología de la liberación, en respuesta
a los reclamos de otros sectores olvidados entre los margina-
dos, y por estar situada en determinado lugar y tiempo
y considerar la historia como uno de sus ejes, muestra en su
discurso nuevos horizontes cuya ampliación sigue adelante,
debido a la incorporación novedosa de otros sujetos en el
quehacer teológico tales como las mujeres, los indígenas y
los negros de América Latina. Estos son sujetos que alargan
la óptica del discurso teológico al incluirse no sólo como
temas sino como teólogos (as).
llanos. No
dan miedo las situaciones difíciles, sabe enfren-
le
tar a otros guerreros. Es combativo y puede ser en algunos
momentos compasivo con sus compañeros que caen. Del
mismo modo, las mujeres necesitan de una teología com-
bativa y militante, es decir, que desentrañe desde su raíz
las causas de su marginación desde la perspectiva bíblica y
teológica. Así mismo, la mujer debe reclamar y afirmar
con vehemencia el derecho de ser criatura a imagen y seme-
janza de Dios. Ha de desautorizar con su teología las lecturas
bíblicas que intenten mostrar su inferioridad como palabra
de Dios, y luchar por señalar nuevas pautas hermenéuticas,
sobre las cuales se puede elaborar una lectura bíblica libera-
dora.
194
nueva manera de ser mujer, de ser varón, y por consiguiente,
de ser hermanos delante de Dios y las personas.
195
tos y anhelos particulares de lo que desearíamos que fuera
el ser mujer. Pareciera que pasamos de lo cierto a lo incierto
196
“las mujeres menores”. Dice la leyenda que a Mixcóatl le
dio por maltratarlas. Sin embargo, este hecho negativo gene-
ró la organización y solidaridad de las mujeres de Cuerna-
vaca, en el momento en que se dispusieron a buscarla. En
respuesta a los reclamos de las mismas mujeres, Chimalman
tuvo que volver a hacerle frente a Mixcóatl, dejando para
siempre “la caverna de la barranca grande”.
3. LA FUERZA DE LA DESNUDEZ
en este caso fue tal que hizo posible que la fuerza hostil se
sorprendiera, confundiera, turbara, retirara y volviera.
197
dominio de otros pueblos vecinos. Es durante la toma de
Morelos que Mixcóatl la encuentra en el camino. Ella es
muy valiente al aventurarse a aparecer en esa situación
violenta. No es tolteca, como el dominador, por lo tanto
su valentía es mayor. La acompañan dos armas: las flechas
y el desnudo; ambas importantes. La primera para lanzarla
y acabar con aquellos que la quieren desnudar o violar
(o torturarla, como los verdugos de nuestros gobiernos
represivos). La segunda, —dentro del simbolismo— para
conocerse a sí misma, y para invitar al otro también a desnu-
darse, es decir, despojarse de toda su tradición privilegiada
que la sociedad le ha otorgado como gran jefe, para que se
conozca también a sí mismo como varón y para que ambos,
mujer y varón, en un plano de igualdad procreen en justicia,
amor, paz y placer una nueva cultura bajo la bendición del
Dios de la vida: Quetzalcóatl.
198
como colaboraba con otras compañeras de base, de la
se
iglesia o del movimiento popular, para que^éstas se atrevan
también a desnudarse. Mercedes Pereira nos compartió su
experiencia en la práctica pastoral con mujeres campesinas,
y Amparo Ferrer nos relató la práctica creativa de las mujeres
199
Es importante señalar que este no fue un evento aislado.
Si el encuentro fue positivo y grato, obedece en mucho al
hecho de que fue fruto de un trabajo previo: eventos realiza-
dos con mujeres de base en comunidades cristianas populares,
encuentros nacionales de teólogas, sistematización de refle-
xiones de mujeres cristianas de base y su experiencia de
Dios a nivel vivencial y conceptual, talleres con mujeres
sobre Biblia y patriarcalismo, encuentros con mujeres campe-
sinas y religiosas, y trabajos colectivos de psicólogas que
colaboran en comunidades eclesiales de base.
200
llega el joven Quetzalcóatl nuevamente a Culhuacán y vence
al usurpador. Allí cambia la capital de Culhuacán a Tula y
la otra por dar vida. Pero ambos para darle paso a Quetzal-
cóatl, para que viva y recree la historia. A nivel simbólico y
comúnmente viene después de la muerte
a nivel real, la vida
y siempre en tensión con ella. Con Quetzalcóatl apareció el
quinto Sol, que representa la nueva humanidad, según la
leyenda. Son los hombres perfectos que poseen, gracias al
Dios Quezalcóatl, la planta perfecta, el maíz. Pero hay que
tener presente que sin la aparición de Chimalman, la historia
tolteca hubiera sido muy diferente, pues aquéllos seguirían
201
siendo la horda semibárbara procedente de Jalisco o Zacate-
cas. Topilzin, nacido de Chimalman y Mixcóatl, reinventó
la historia a causa de la visión de mundo que le legó la región
materna.
202
historia y la cultura, con el propósito de hacer visible su
reino.
203
Encuentro Latinoamericano de Teología
desde la perspectiva de la mujer.
Documento final
205
Comunitaria y relacional: recoge un numero de expe-
riencias que expresan algo vivido y sentido, de manera
que las personas se reconocen y se sienten interpeladas
por la reflexión.
206
y que las mediaciones constituyen un abanico grande y varia-
do que puede ser explicitado en múltiples lenguajes. Las
ciencias sociales, la psicología, la lingüística, la filosofía, la
sociología de la religión, la ecología y otras ciencias están
presentes y son tejidas con la Biblia, la Tradición y la Vida en
una misma trama llena de colores y esperanzas. Esa es nuestra
manera unitaria y globalizante de percibir la vida que se
está expresando.
207
Llevamos con nosotras muchos interrogantes que alimen-
tarán nuestras vidas y ayudarán a clarificar nuestra búsqueda.
208
LIBROS PUBLICADOS POR EDITORIAL DEI
COLECCION DEI-EDUCA
PARA ENTENDER AMERICA LATINA (agotado)
Xabier Gorostiaga (editor)
CAPITALISMO Y POBLACION
Wim Dierckxsens
LOS BANQUEROS DEL IMPERIO (agotado)
Xabier Gorostiaga
ECONOMIA Y POBLACION
Wim Dierckxsens y Mario E. Fernández
COLECCION APORTES
CRISTIANISMO ANTI-BURGUES (agotado)
Raúl Vidales
CELEBREMOS LA FIESTA
Carmelo Alvarez
COLECCION TESTIMONIOS
LA IGLESIA ES NOTICIA
Eduardo Bonnln
LA IGLESIA LATINOAMERICANA ENTRE EL TEMOR Y LA ESPERANZA
Pablo Richard
COLECCION CENTROAMERICA
EL JUEGO DE LOS REFORMISMOS FRENTE
A LA REVOLUCION EN CENTROAMERICA
Hugo Assmann, (editor)
RELIGION Y POLITICA EN AMERICA CENTRAL
Pablo Richard y Diego Irarrázaval
LA HERENCIA DE SANABRIA
Javier Solís
COLECCION DEI
LAS ARMAS IDEOLOGICAS DE LA MUERTE
Franz Hinkelammert
MUJER Y POLITICA
Ana Sojo
CUADERNOS DEI
COLECCION ECONOMIA-TEOLOGIA
LA ESPERANZA EN EL PRESENTE DE AMERICA LATINA
R. Vidales y L. Rivera (editores)
COLECCION ECOLOGIA-TEOLOGIA
SOMOS PARTE DE UN GRAN EQUILIBRIO: LA CRISIS
ECOLOGICA EN CENTROAMERIC
Ingemar Hedstróm
LOS POBRES DE LA TIERRA
Roy H. May
C0-ED1CI0NES
APUNTES PARA UNA TEOLOGIA NICARAGÜENSE (agotado)
DEI-CA V-IHCA
MATERIALES PARA UNA HISTORIA DE LA TEOLOGIA
EN AMERICA LATINA
DEI-CEHILA, P Richard
. (editor)
/
.
p A 7 091
.O' ^Á
-É *>v
Todas las teólogas que aquí presentan su quehacer
teológico, se sitúan desde una perspectiva
liberadora en el mundo
de los pobres y en el
movimiento popular latinoamericano. Esta teología
con rostro femenino abre así un nuevo horizonte
en la Teología de la Liberación en América Latina.
La mujer no lucha contra el varón, sino contra el
machismo que impregna la cultura y la teología
dominantes y que oprime a todos: varones y
mujeres. Este libro es un aporte importante a la
liberación de la mujer, la sociedad y la Iglesia,
del machismo y sobre todo, una liberación para
la creatividad teológica de la mujer, desde su
propia perspectiva.