Lengua o Idioma
Lengua o Idioma
Lengua o Idioma
Los especialistas creen que existen unos 6.000 idiomas en todo el mundo. Este número
puede variar de acuerdo a la definición de idioma (respecto a las diferencias entre un nuevo
idioma o un dialecto de un idioma ya existente), a las regiones del mundo que no han sido
investigadas para analizar el habla de las comunidades (como en el caso de las tribus
amazónicas) y al descubrimiento de hablantes que tienen conocimientos de algún idioma
que se creía ya extinto.
Una familia de lenguas, por otra parte, es un conjunto de lenguas que se encuentran unidas
por la historia y que derivan de una lengua de mayor antigüedad. La diversificación en
distintos dialectos terminó por generar nuevos idiomas que no pueden entenderse entre sí
pese a su raíz en común.
Resulta difícil discernir si las personas se asocian porque hablan igual, o hablan igual porque
están juntas; pero lo que sí resulta evidente es que lengua y sociedad se hallan
comprometidas, vinculadas, interrelacionadas. “El lenguaje es el hecho social por
excelencia, resulta de los contactos sociales”. En este sentido, la Sociolingüística trata del
estudio de la lengua en relación con los aspectos sociales del individuo (sexo, edad,
profesión, nivel económico, cultura...)
El nivel social del hablante. No se puede afirmar que haya una jerga de clase
social, sino que es el individuo el que, dependiendo de su formación y del
cuidado que ponga en el uso del idioma, declara a través del habla su
pertenencia a un nivel de cultura superior, medio o ínfimo.
A pesar de que los factores señalados son difíciles de clasificar desde el punto de vista de la
lógica gramatical por ser inestables, poco perdurables y amplísimos, podríamos agruparlos
en torno a tres variedades socioculturales o niveles de lenguaje: culto, coloquial y vulgar, los
cuales son perceptibles tanto en la lengua oral como en la escrita, aunque en ésta última,
por el carácter artificial que tiene -ya que es producto de una enseñanza regulada y
sistemática- las diferencias no están tan marcadas como en la oral.
La principal diferencia entre los tres niveles socioculturales señalados estriba en la utilización
que cada uno de ellos hace del código: en el nivel culto se respeta, en el nivel coloquial se
ignora a veces aun conociéndolo y en el vulgar se desconoce. Debe quedar claro de
antemano que la verdadera cultura lingüística reside en saber adecuar el registro utilizado a
la situación comunicativa y al interlocutor. Una persona que maneje el código elaborado
(culto) debe cambiar de registro en una conversación espontánea coloquial, o cuando hable
con individuos que sólo manejan el código restringido (vulgar); por el contrario, estos últimos
están incapacitados para variarlo y se mantienen siempre en el nivel vulgar.
2. Nivel estándar
Es el nivel medio, es el uso que hacemos en las situaciones cotidianas con personas con las
que no tenemos confianza. Se utiliza un vocabulario más reducido, con palabras habituales
al alcance de la mayoría de los hablantes.
3. Nivel coloquial
Es el que habitualmente utilizamos con las personas más allegadas: familia y amigos. Es
espontáneo y natural aunque, a veces, tiene algunas incorrecciones. Algunas características
son:
Gran expresividad y multitud de matices afectivos.
Utilización frecuente de interjecciones y oraciones exclamativas e interrogativas
(¡venga ya! ¡No me digas ¡Qué sabrás tú! ¿Eh? ¿Cómo?).
Repeticiones de palabras. Frases cortas e incompletas.
Frases hechas (Es mi opinión y vale tanto como la tuya. Es libre de hacer lo que
quiera)
Imprecisión del vocabulario. Uso de palabras poco precisas (eso, cosa, hacer).
Uso de sufijos aumentativos, diminutivos y despectivos.
Uso de la 2ª persona con valor impersonal para generalizar.
Empleo de palabras apocopadas: profe, tele. Muletillas: bueno…, o sea…, ¿me
entiendes? …
4. El nivel vulgar
Es el uso propio de personas de bajo nivel cultural (Se debe advertir que, a veces, personas
cultas, por razones diversas, utilizan algún vulgarismo). Algunas características habituales
de este nivel son:
El uso de oraciones cortas y sin terminar.
El empleo de vulgarismos (palabras o expresiones incorrectas). En ca la Luisa. La ti
Encarna. Se me ha caído. Habían tres gatos. Esto es asín. Tengo un peazo bocadillo. La
devolví el libro. Por este abujero se escapó.
Los mensajes están desorganizados, no siguen un orden lógico.
Hablan siempre igual; no se adaptan a las situaciones de comunicación.
Utilizan muchas frases hechas.
Empleo de palabras malsonantes, tacos, palabrotas.