Apertura Seccion Clinica
Apertura Seccion Clinica
Apertura Seccion Clinica
En principio, uno se propone decir cualquier cosa, no importa qué, pero sí importa
desde dónde: desde lo que por esta noche llamaré el di-ván [dire-vent] analítico. Este viento
[vent] posee valor propio: cuando se criba [ quand on vanne] hay cosas que vuelan. También
es posible jactarse [se vanter], jactarse de la libertad de asociación, así llamada [ múltiple juego
de palabras fundado en varias paronomasias. Dire-vent : literalmente, “decir-viento”, suena como
clara deformación de divan = diván. De aquí los deslizamientos a vent = viento, vanner = cribar, se
vanter = jactarse].
¿Qué quiere decir libertad de asociación siendo que, por el contrario, se especula con
el hecho de que la asociación no es libre en absoluto? Es cierto que tiene un pequeño juego,
pero sería errado pretender ampliarlo hasta considerar que uno es libre. ¿Qué quiere decir el
inconciente sino que las asociaciones son ineludibles? El dicho no se socia [ne se socie pas] al
azar. Lo que damos por seguro es que el dicho se (a)socia: cada vez que no se disocia, lo
cual es concebible, a fin de cuentas, pero desde luego que no es libre por estar disociado.
Nada más forzoso que el estado de disociación cuando se lo imagina rigiendo lo que llaman
relación con el exterior.
Dije el exterior. Se pretende que este exterior sea un mundo. Pues bien: la
presuposición del mundo no está enteramente fundada, el mundo está más mondado de lo
que se cree. Está cosmografiado. La palabra cosmos posee efectivamente su sentido, lo ha
conservado, muestra su huella en diversos modos con que hablamos del cosmos, se habla de
cosméticos... El cosmos es lo bello.
Es lo hecho bello, ¿por obra de qué cosa? En principio, por lo que llamamos la
razón. Pero la razón no tiene nada que hacer con el “hacer bello”, que es un asunto ligado a
la idea de cuerpo glorioso, la cual se imagina algo de lo simbólico plegado sobre lo
imaginario. Pero es un cortocircuito. Hace falta Erwin Rhode para darse cuenta de esa
especie de debilidad mental de la que nacen estas supercherías [ mômeries]. Con eso se hacen
las momias [momies]. Prueba de que la increíble creencia de que el cuerpo sigue durando
bajo la forma de alma está arraigada desde hace muchísimo tiempo.
rhodé”, donde, por la reciente alusión a Erwin Rhode, se modifica la ortografía del verbo roder =
ejercitar].
Por lo tanto, hay que clinicar. Es decir, acostarse. La clínica está siempre ligada a la
cama: se va a ver a alguien acostado. Y no se encontró nada mejor que hacer acostarse a
aquéllos que se ofrecen al psicoanálisis, con la esperanza de sacar de eso un beneficio, el
cual no está previsto de antemano, hay que decirlo. Es indudable que el hombre no piensa
del mismo modo acostado o de pie, aunque sólo fuera por el hecho de que en posición
acostada hace muchas cosas, en particular el amor, y el amor lo arrastra a toda suerte de
declaraciones. En la posición acostada, el hombre tiene la ilusión de decir algo que sea decir,
es decir, que importe en lo real.
¿Una equivocación, necesita ser explicada? Con seguridad que no. Simplemente, el
psicoanálisis supone que estamos avisados del hecho que una equivocación siempre es de
orden significante. Hay una equivocación cuando uno se confunde de significante. Un
significante pertenece siempre a un orden más complicado que un simple signo. No por
escribirse en signo es un significante menos verdadero. Por ejemplo, una flecha que designa
la orientación es un signo, pero no es un significante. Al escribirse, un significante se reduce
en el alcance de lo que significa. Lo que significa posee, en efecto, poco más o menos,
cualquier sentido en una lengua dada. Para evaluar la cuestión tomen, por ejemplo, el
sentido de la palabra devoir [deber] en francés: debe y haber, el deber entendido en el
sentido de las costumbres, lo debido...
a Freud” es para que nos convenzamos de cuán cojo es. Y me parece que la idea de
significante explica sin embargo cómo es que eso marcha.
La lengua, sea más o menos lo que fuere, es goma de mascar. Lo inaudito es que
conserve sus trucos. Éstos se han vuelto indefinibles a causa de lo que llaman lenguaje, y
por eso me permití decir que el inconciente estaba estructurado como un lenguaje. Un
psicoanalista no puede dejar de tomar en consideración a la lingüística - a la ex-sistencia del
significante en la lingüística - pero ella deja escapar cómo se mantiene la verdad en lo que es
preciso decir que es su lugar, su lugar topológico: razón por la cual me he permitido hablar
de toros, en una época.
Para cada cual, no se sabe por qué vía, de esas primeras palabra oídas viene
caminando algo que hace que cada cual tenga su inconciente. Por tanto Freud tenía razón,
pero no se puede decir que él haya aislado verdaderamente el inconciente, que lo haya
aislado como lo hago yo mediante la función que he llamado de lo simbólico, y que está
indicada en la noción de significante.
4
Freud hace lingüística sin saberlo, sin tener la menor idea. Incluso llega a preguntarse
si el sueño tiene una forma de expresar la negación. Primero dice que no, en lo que respecta
a las relaciones lógicas, y después dice que el sueño encuentra, sin embargo, un truco para
designar la negación. ¿Existe o no en el sueño? Pregunta que Freud deja en suspenso y sobre
la cual, no cabe duda, se contradice. Esto no es suficiente para que allí le pesquemos, pero
sigue siendo muy llamativo que la clínica psicoanalítica no tenga mejor respaldo. ¿Por qué
no se le demandan razones al psicoanalista sobre la forma en que se dirige en este campo
freudiano?
Como se ve, esta noche no estoy caliente-caliente para decir que cuando se hace
psicoanálisis uno sabe a dónde va. El psicoanálisis, como todas las otras actividades
humanas, participa indiscutiblemente del abuso. Se actúa como si se supiera algo. Sin
embargo, no es tan seguro que la hipótesis del inconciente tenga más peso que la existencia
del lenguaje.
Que quienes encuentren algo para decir sobre lo que he afirmado esta noche, lo
declaren.
Preguntas y respuestas
Marcel Czermak: En la breve nota que usted redactó con destino a esta Sección
Clínica, escribe que la clínica es “lo real en cuanto que es lo imposible de soportar”.
Jacques Lacan: Lo escribí, y no reniego de las cosas que he escrito. Eso me traería
complicaciones.
Jacques Lacan: Lo más extraordinario es que Freud, que alguien le diga la verdad,
nunca se lo cree. Basta leer la Traumdeutung para darse cuenta de que él jamás cree que
podrá alcanzar la verdad. Decir que la verdad está enlazada a esas especies de nudos, a esas
cadenas que yo hago, explica precisamente la parte extraviada de la búsqueda, en la
Traumdeutung, de lo que es verdaderamente la verdad. La verdad no carece de relación con
5
lo que denominé lo real, pero se trata de una relación poco sólida. La forma más clara en
que se manifiesta la verdad es la mentira: no hay analizante que no mienta sin parar, hasta en
su buena voluntad de caer justo dentro de los cuadrados que Freud trazó. Esto explica por
qué la clínica psicoanalítica consiste en volver a cuestionar todo lo que Freud dijo. Así lo
entiendo yo, y así lo pongo en práctica en mi propio bla-bla.
Marcel Czermak: Por otro lado, lo real es más bien difícilmente enumerable.
Entonces, ¿cómo puede ser la clínica objeto de una transmisión?
Jacques Lacan: De acuerdo. Una de las cosas que omití poner de relieve es que hay
un campo que designé con el nombre de goce del Otro, goce que debe representarse por lo
que es, o sea, como inexistente. Lo que haría falta es dar cuerpo - hay que decirlo - a ese
goce del otro ausente, y hacer un pequeño esquema donde lo imaginario se hallaría en
continuidad con lo real. Es manifiesto que lo imaginario forma parte de lo real, el hecho de
que haya cuerpos forma parte de lo real. Sobre el hecho de que hay vida podemos cogitar y
hasta elucubrar locamente - esto no es peor que cualquier otra cosa, el ADN y su doble
hélice -; de todos modos sólo a partir de aquí puede concebirse que hay cuerpos que se
reproducen.
Por tanto, los cuerpos forman parte de lo real. Con respecto a la realidad del cuerpo
que sueña y que sólo sabe hacer eso, con respecto a esa realidad, es decir, a su continuidad
con lo real, lo simbólico es providencialmente lo único que le da su nudo a este asunto, lo
único que de todo eso hace un nudo borromeo.
Jacques-Alain Miller: ¿Exigen las mismas categorías, los mismos signos, la clínica
de las neurosis y la clínica de las psicosis? ¿Entiende usted que una clínica de las psicosis
puede arrancar de una proposición como: “el significante representa al sujeto para otro
significante”, con lo que de esto se deduce en cuanto al objeto a? ¿$, a, S1, S2, son
términos apropiados para la clínica del psicótico?
Jacques Lacan: No hay duda de que habría que demostrarlo, es cierto, pero no lo
demostraré esta noche.
Solange Faladé: ¿Qué hay que pensar del final de un análisis en un paranoico si ese
final es la identificación con el síntoma?
Jacques Lacan: Es muy cierto que no sólo el paranoico se identifica con el síntoma
sino que además el analista también se identifica con él. El psicoanálisis es una práctica
delirante, pero es lo mejor de que se dispone actualmente para hacerle tener paciencia a esa
incómoda situación de ser hombre. En todo caso, es lo mejor que encontró Freud. Y él
sostuvo que el psicoanalista nunca debe vacilar en delirar.
Jacques Lacan: Sí, en fin, ¡trato de serlo lo menos posible! Pero no puedo decir que
esto me sea útil. Si fuera más psicótico probablemente sería mejor analista. Lo mejor que
hizo Freud fue la historia del Presidente Schreber. Se mueve ahí como pez en el agua.
Jacques-Alain Miller: Ahí no se puso junto a una cama sino que tomó un texto.
Jacques-Alain Miller: Y además pensaba que para el psicótico esto no era posible,
pura y simplemente.