Dzogchen
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Enseñanzas breves
Traducido por Juan B. García Lázaro en el capítulo 10 de “The Collected Works of C R Lama”.
“Estas enseñanzas breves comprenden una serie de notas cortas hechas cuando C.
R. Lama estaba explicando textos. Hablaba muy rápidamente y exigía plena atención.
Estas observaciones dan una idea de la forma condensada y directa con que exponía
sus puntos. Tienen significados que se revelan a través de la reflexión serena sobre la
propia existencia.”
[James Low]
Si tienes un cuerpo, entonces tienes ojos y orejas. Cuando mueres, los ojos y las orejas no
funcionan más pero la mente todavía está presente. Cuando estoy vivo, soy el Sr. A, pero
cuando muero, el cuerpo muerto es el Sr. A. La mente siempre tiene la misma naturaleza, es
vacía y abierta, suceda lo que suceda.
Lo que viene a la mente surge debido a la misma razón. Por ejemplo, lo que yo veo está ya
filtrado. Yo digo “Este es mi amigo, o mi enemigo”, “Es bueno o malo”. De manera similar, a
través del oído, digo que el sonido es dulce o no. Lo que oímos evoca muchas ideas diferentes,
quizás con deseo, quizás con enfado.
[Tres meses antes de que muriera, el hijo de Dudjom Lingpa escribió esto para C.R. Lama]
2 Naturaleza vacía
Si ves todas las cosas claramente con el conocimiento de que su naturaleza es vacía, entonces
siempre estarás feliz. Sin embargo, si conoces las buenas cualidades de algo, por ejemplo tu
casa, pero no sabes que está vacía de auto-naturaleza inherente, entonces te pondrás muy
triste si se quema. Si la pareja que amas muere, hay tristeza; pero si conoces la naturaleza
vacía de todos los fenómenos, entonces estarás feliz. La apariencia y la vacuidad están
naturalmente juntos y en su unión hay mucho gozo.
El espacio infinito que ofrece la hospitalidad que todo lo abarca, Darmadātu, es como una
pelota sin división o final. No ha sido hecha por nadie, ni los Budas ni nosotros mismos. No
tiene principio ni final y es sin diferenciación. Nada está separado de ello, y es la profundidad y
la expansión de la sabiduría. Está libre de dar y tomar, permitido y no permitido, y en ello todo
surge libre de aferramiento. Es grande desde el mismo principio, puro y completo. Nuestra
propia mente, nuestra presencia, es inseparable de esta gran extensión vacía y como el cielo.
No somos una cosa que pueda ser aferrada y no tenemos necesidad de aferrarnos.
Nuestra presencia es pura desde el mismo principio, inseparable del Darmadātu, libre de
centro o frontera. Sin artificio y sin principio o final, es la profundidad del conocimiento
intrínseco, libre de aceptar o rechazar, es la gran naturaleza que se manifiesta por sí misma,
libre de aferramiento. Primordialmente completa y pura, es el reino de la pureza natural.
Ofrecemos esto continuamente en la situación de la claridad que surge sin esfuerzo.
La apertura o vacuidad (śūnyatā, sTong-Pa-Nyid) es como el cielo, está por todos lados. Es
nuestra naturaleza básica. Está libre de conceptos interpretativos (sPros-Bral) simple y directa.
No tiene sesgo o postura o punto de vista limitado (Phyogs-Ris-Med). La vacuidad es la
naturaleza el espacio que todo lo abarca (Darmadātu) y esta profundidad y extensión es
ilimitada en todas las direcciones. No se puede encontrar en ningún lado; no tiene origen y
nunca se desvanece (‘Ong-gNas-‘Gro-Med) – presencia abierta inmutable que no se afecta por
nada que ocurra.
Para obtener un resultado, hay que esforzarse pero esto depende del karma y la capacidad.
Necesitamos un gancho que nos permita mantener el objeto de nuestra práctica hasta que se
vuelva estable y la situación natural se revele.
Los resultados kármicos ordinarios proporcionan una intención que es como un gancho de
plomo – se dobla fácilmente.
Si se practica Darma de acuerdo con tu propia idea pero sin un Gurú es como un gancho de
plata.
Si tienes fe y esfuerzo, y un buen Gurú que tiene poder y compasión, entonces es como un
gancho de acero.
4. Espacio
La budeidad o Bodi, o iluminación, es despertar a tu pureza natural. Bodichita es el desarrollo
de esta experiencia, desarrollando presencia de la budeidad primordial de todos los seres. Esto
también ofrece espacio a otros que permite que su propia iluminación natural florezca y
resplandezca.
El océano tiene gran profundidad y quietud y también un movimiento vasto – ningún aspecto
daña al otro. El cielo es vasto y vacío y en él muchas cosas se mueven. La mente es vasta y
vacía y en ella muchos pensamientos se mueven. Estos movimientos no causan daño o
problemas a menos que se tomen como algo real y separado por sí mismos.
5 Bodi
El Sambogakāya es el Bodi reflejado – es glorioso y bello. No es el Bodi en sí puesto que el Bodi
no tiene forma. El Sambogakāya es el reflejo vacío y brillante del Darmakāya que es la vacuidad
en sí, inseparable de la presencia. El Darmadātu es la base del Darmakāya. Dātu, espacio, es
como el oro en bruto – potencial infinito. El Darmakāya, nuestro modo iluminado natural es
como una estatua hecha de oro – de la apertura inmóvil surge como un único punto. Esto pone
fin a toda la confusión de la dualidad.
6 Ocasionar el resultado
Tres factores causales operan para ocasionar el resultado. Son la causa raíz, el soporte y la
causa secundaria o circunstancias. De ellos viene el resultado. Por ejemplo, las hojas de té, el
azúcar y la leche son la causa. La tetera es el soporte. El fuego es la causa secundaria. El té es el
resultado. O, en la tejeduría, el hilo es la causa principal, el telar es el soporte, la habilidad del
tejedor es la causa secundaria, y la tela es el resultado. O en el asesinato, la estupidez y el
enfado son la causa, un enemigo es el soporte, la navaja la causa secundaria, y matar es el
resultado.
El objeto de tus deseos es lo que quieres, lo que es importante para ti, en lo que centras tu
atención. Para ver se necesitan objetos, cosas que sean visibles. Para oír se necesitan objetos,
cosas que sean audibles. Para tocar se necesitan objetos, cosas que sean tangibles. Para
saborear se necesitan objetos, cosas que se puedan saborear. Para oler se necesitan objetos,
cosas que se puedan oler. Para meditar se necesitan objetos, cosas que puedan ser percibidas
por la mente.
Hay un objeto al que se atiende (Yul) y un sujeto que presta atención (Yul-Can). La relación
entre ellos es de atención. Cuando trabajamos tiene que haber una base con la que trabajar y
de la que proceder. La base es a lo que se atiende. Si no hay base, no hay crecimiento, no hay
fruto. El objeto (Bya-Yul) es con lo que tú, el agente (Byed-Pa-Po) trabajas (Bya-Ba). En el
samsara el sujeto siempre está en una relación dualista con un objeto. El sujeto aparece al
relacionarse con el objeto. Son inseparables. En la práctica de la verdad relativa trabajamos
para alterar la relación entre sujeto y objeto. En la verdad absoluta no hay objeto, no hay
sujeto y no hay relación entre ellos.
7 Descripciones
Describir es también crear. Kun-Tu brTag-Pa significa identificar un objeto, diciendo “Es esto”,
“Es aquello”. Ambos vemos y pensamos, “Es esto”, “Es aquello”. Cuando estamos totalmente
comprometidos (Yongs-Grub) con esto, entonces lo que vemos al confiar en nuestro ojo
corporal parecen cosas que son completas por sí mismas, entidades autoexistentes. Por
ejemplo podemos decir de un diseño que tiene tres esquinas, es azul y bonito. Parece que
vemos sus cualidades como si existieran por sí mismas, ahí fuera. También podemos decir
cosas que las imágenes en los sueños. Esta capacidad de describir puede ser aprovechada
tanto por la presencia (Rig-Pa) como por la ignorancia (Ma-Rig-Pa). Cuando experimentamos
nuestra descripción como inseparable de la vacuidad, es la energía o creatividad de la
presencia (Rig-Pa’i-rTsal). Cuando nos aferramos a lo que describimos y lo tomamos como si
existiera por sí mismo, esto es la ignorancia de la identificación (Kun-Tu-BrTag-Pa’i Ma-Rig-Pa).
8 Signos
Confiamos en signos al buscar sentido de nuestra experiencia. La base del signo (mTshan-gZhi)
es la base para construir el significado; es el objeto o el sustrato sobre el que construimos. Esto
es aferrado con el signo (mTshan-Ma) que es como la fuerza de la tierra, su forma y sus
cualidades. Sobre esta base tenemos la identificación (mTshan-Nyid). Esto es como los
materiales con los que se hacen las pareces y puertas y tejado de una casa. Esto es lo que lo
hace una casa. Si estuviese hecho de tela sería una tienda de campaña, puesto que la
identificación define las particularidades de lo que hay. Cuando se hace práctica a nivel físico,
la persona que practica gana cualidades (mTshan-bCas), por ejemplo a través del control de la
respiración (rTsa-rLung). Con la experiencia directa, no descansando en el cuerpo, hay
presencia más allá de la identificación de las cualidades (mTsan-Med) como en el Dzogchen.
Con mTshan-bCas hay un modelo que puede seguirse y sabes que es correcto al comparar y
contrastar. Con mTshan-Med no hay modelo. La experiencia es única. Es como si alguien hace
algo que parece completamente extraño y desconocido; no puede ser entendido al comparar y
contrastar, sino solo directamente con la claridad de la situación natural.
9 Aferramiento
El aferramiento (bDag-‘Dzin) es un enemigo puesto que nos causa problemas. El aferramiento
se aferra a entidades que él mismo crea y sostiene. Es una actividad engañada y engañosa que
surge de la cosificación que malinterpreta la naturaleza ilusoria de los fenómenos. El
aferramiento no es un pensamiento ni es un objeto y, sin embargo, puede contaminar y
confundir tanto pensamientos como objetos. Este ego que se aferra, el sentido del yo, mí, yo
mismo, debe ser matado por la mente misma, puesto que la naturaleza de la mente es libre de
aferramiento. Se “mata” al relajar, al abrirse a la fuente espaciosa de la mente, al liberar la
energía invertida en aferrarse de manera que el aferramiento se disuelva en el espacio, como
la neblina matutina en el cielo. Después de romper el poder del aferramiento, los
pensamientos siguen surgiendo, pero al romper el poder de los pensamientos al ver uno su
naturaleza verdadera subyacente, el aferramiento se acaba.
10 Comportamiento Gurú-discípulo
Del mismo modo que un hombre viejo debe hacer muchas cosas y ofrecer muchos regalos
para ganar a una chica joven que tiene muchas características atractivas, tradicionalmente el
discípulo debe hacer muchas cosas para agradar al Gurú que es el recipiente de todas las
buenas cualidades. Y el Gurú siempre actúa como si no estuviera complacido o satisfecho. Para
los estudiantes más estúpidos, actuará como si nunca estuviera satisfecho y siempre los
oprimirá al estilo de un pastor con su rebaño.
11 Gurú y fe
El objeto “externo” es puro y vacío de auto naturaleza inherente. El objeto “interno” también
es puro. Al descansar en el punto medio, tu presencia se volverá pura por no confiar en la
interpretación artificial. Esta es la enseñanza central de Padmasambhava en LE’U DUN MA. Sin
embargo, debes tener fe en el Gurú porque si no, podrías recitar estos versos durante 100.000
años y no obtener ningún resultado. Las dudas son muy peligrosas. El Gurú puede ser pobre o
estúpido mientras que otra gente puede ser muy rica, pero el Gurú tiene el gran tesoro del
Darma y el Sambogakāya. El hombre rico no puede salvarte, pero el Gurú sí y puedes obtener
la iluminación. Incluso si tú mismo te vuelves rico eso no puede salvarte. Tienes que pensar:
“Este mundo es un lugar muy difícil por lo que debo liberarme de él y solo el Gurú puede
salvarme”.
Algunos tibetanos dicen que Padmasambhava sabe más que los Gurús de hoy día por lo que él
es más importante, pero esto no es así porque podemos ver fácilmente al Gurú pero no a
Padmasambhava. Si tenemos fe en que el Gurú no es diferente de Padmasambhava y que
vendrá y nos salvará, entonces obtendremos el resultado. También Padmasambhava, sin fe, es
un hombre muy normal con muchas esposas. La fe es lo más importante. Dudjon Rimpoché es
un representante muy alto de Padmasambhava. A quien crees más es tu Gurú raíz.
Gya-Shang-Trom, un pastor de vacas, encontró una terma (gTer-Ma) bajo una roca. Se la
enseñó a su tío, Snag-Bo, que se volvió su patrocinador (Chos-bDag). Shang-Bo la lanzó al agua
pero retornó. Luego la puso en el fuego pero no se dañó. Luego la puso en una vasija de barro
pero brillaba y rompió la vasija. Un día Gya-Shang-Trom estaba durmiendo y soñó que chicas
pastoras de vacas estaban bailando alrededor de él y un hombre con un sombrero grande vino
y le golpeó. Cuando se levantó podía leer y escribir, y posteriormente escribió tres grandes
volúmenes. Cuando envejeció tuvo discípulos pastores de vacas. Estos no podían leer o
estudiar así que durante siete días él hizo la práctica del powa (‘Pho-Ba) y los envió a todos al
Nirvana, y entonces murió. Tres años más tarde su tío murió.
Tras muchos años el maestro decidió que no le podía ayudar y le pidió que se marchara. Sin
embargo, el discípulo exhibió tal desesperación con la idea de marcharse que el Gurú decidió
intentar una última práctica.
Le dio a este estudiante un mala de recitación hecho de grandes cuentas de rudraksha y le dijo
que tenía que ir a un retiro cerrado muy estricto. Solo tenía que hacer una sencilla práctica –
recitar un mantra que decía: “Hung. ¡Saluden todos el cuerno de mi cabeza!”
Pasaron los años y muchos estudiantes nuevos vinieron, y la gente paró de hablar del
estudiante que estaba en retiro. El Gurú estaba envejeciendo y de repente se volvió muy
enfermo. Llamaron a los doctores; intentaron muchas medicinas pero nada ayudaba. Sus
estudiantes más cercanos intentaron muchas prácticas pero no hicieron nada. Estaba claro que
el Gurú iba a morir. Se envió un mensaje a todos sus estudiantes de que debían reunirse para
ver al maestro una última vez.
Alguien recordó al estudiante en su cueva aislada y le envió un mensaje. Cuando escuchó cuál
era el estado de su maestro corrió tan rápido como pudo por los caminos de las altas
montañas. Parecía un loco cuando llegó, sus ropas andrajosas cayéndosele. Tenía ojos salvajes,
una barba larga, una montaña de pelo enmarañado enredado encima de su cabeza. Cuando
llegó delante de su maestro hizo varias postraciones completas y rápidas, y al hacerlo su pelo
se deslió cayó revelando un enorme cuerno que había crecido en lo alto de su cabeza. Cuando
se inclinó delante de su maestro, su maestro tocó el cuerno e inmediatamente empezó a
retornar la salud de su maestro.
Primero, debemos ganar el conocimiento intrínseco del espacio que todo lo abarca,
Darmadātuyana, de lo contrario los otros cuatro son solo nombres. Quien consiga esta
sabiduría del espacio que todo lo abarca, Darmadātuyana, automáticamente consigue las otras
cuatro. La sabiduría como el espejo que muestra todas las cosas claramente, surge de la
purificación del enfado. La sabiduría de la ecuanimidad que, al no tener sesgo o preferencia,
muestra que todas las cosas son iguales, y surge de la purificación del orgullo. La sabiduría del
discernimiento que muestra todos los detalles de cualquier cosa que ocurre, tanto pecados
como virtudes, surge de la purificación del deseo. La sabiduría del logro total que muestra
todos los métodos con pleno poder de actuar, surge de la purificación de los celos.
La sabiduría del espacio que todo lo abarca tiene pleno poder; como cuando el sol brilla sobre
una montaña su luz va en todas direcciones. Pero si el sol brilla solamente sobre un lado de la
montaña, su poder es limitado. De manera similar, cada una de las otras cuatro sabidurías
pueden ejecutar funciones particulares.
Cuando surgen estas sabidurías las aflicciones se desvanecen. Estas sabidurías no te apartan de
la vida, no bloquean la capacidad de respuesta sino que proporcionan sin esfuerzo muchas
maneras efectivas de conectar. Por ejemplo, si bebes agua fría cuando tienes calor volverás a
tener calor muy pronto, pero si bebes té caliente, tiene un efecto refrescante y te enfriará
durante más tiempo. En la esfera del Darmadātu no hay posiciones relativas. ¿Qué
encontramos ahí? Su habitante natural es Darmatā, la actualidad que nunca cambia o hace
nada. Es similar al cielo, que siempre es igual. Del Darmadātu viene el Darmakāya. El
Darmadātu es como un lugar. Darmatā es su naturaleza. Darmakāya es su forma o presencia
ahí.
14 Votos
¿Por qué tomamos votos? En el sistema Hinayana los votos son como un objeto hecho de
barro: si se rompen no pueden repararse. Los votos Mahayana son como el cobre: si se
rompen se pueden reparar un poco. Los votos Vajrayana son como el oro: si se rompen no se
daña el oro.
15 Fe plena
Al relajarse y abrirse a y en la claridad natural de nuestra mente, el objeto se desvanece y el
sujeto se desvanece. El primer pensamiento es nuestro pensamiento presente, es el único
pensamiento. Por ejemplo, si surge un pensamiento del tipo “Debo hacer esto”, no lo
continúes. Déjalo como está. No necesita ser llevado a cabo. No intentes pararlo o
desarrollarlo. No lo examines o te involucres. Si se deja solo se liberará en su propio lugar.
El océano siempre tiene olas. En la mente siempre hay pensamientos. Es la vacuidad del
océano lo que permite que se muevan las olas. Paran de moverse cuando alcanzan la playa.
Del mismo modo, la naturaleza de la mente es abierta como el cielo. No pongas un límite, no
bloquees el movimiento. No es posible mantener la mente quieta, mantenerla en un único
lugar, porque siempre se está moviendo. Si intentas sostener tu mente te estás aferrando a un
recuerdo, pues el pensamiento o sentimiento o experiencia ya se ha ido. Ese recuerdo es un
pensamiento diferente del que lo está recordando, y ha de colocarlo ahí una y otra vez. Cada
repetición es diferente; ningún momento es exactamente el mismo que otros. No es posible
sostener el cielo, pues el cielo en sí es infinito e inaprensible y sus contenidos, las nubes y el
viento y todo eso, están siempre cambiando. Del mismo modo, la mente es abierta y vacía. No
es posible fijarla en su propio lugar. Simplemente déjala en su propio lugar que es donde
siempre está, entonces los pensamientos van libres. Al seguir pensamientos se estimulan más
pensamientos y por tanto eso nunca cesa.
demás. Por tanto, se le llama Orgyen Sangye Nyima (O-rGyan Sangs-rGyas gNyis-Pa), el
segundo Buda que viene de Orgyan. Algunos textos antiguos se refieren a él como Sangye Mi
Nyipa (Sangs-rGyas Mi-gNyis-Pa), es decir, no diferente (gNyis-Su-Med), el que no es diferente
del Buda.
Le preguntó a Atisha si esto era suficiente. Atisha le dijo que debería seguir practicando hasta
que no tuviera ningún tipo de piedra; tenía que liberarse de la percepción de la dualidad, de
distinguir entre bueno y malo. Atisha dijo: “Ahora has parado de cometer pecados pero no has
parado el karma del pasado. Debes practicar śūnyatā, vacuidad”. Y le enseñó esto. Primero le
mostró que todos los objetos están vacíos y él obtuvo el resultado. Luego le mostró que el
sujeto está vacío y con esto terminó todos sus pecados y obscurecimientos. Atisha le dijo:
“Ahora incluso si te atamos con cadenas y pesos, y te lanzamos al infierno, no te quedarías
allí”.
Parar los pecados es una parte de la práctica pero debes obtener śūnyatā para parar
realmente los pecados y ganar la iluminación. Solamente entenderás el karma de verdad
cuando consigas śūnyatā. Cuando cometemos pecados creamos mal karma. Esto surge debido
a las aflicciones, cuya raíz es la ignorancia. La ignorancia es la oscuridad de la que viene el
deseo, el orgullo y demás. Cuando conoces śūnyatā entonces la sabiduría resplandece y todos
los pecados se paran. Con śūnyatā ves que el sujeto es impermanente y por tanto cortas el
egoísmo.
¿Por qué decimos “Perdón”? Eso es cómo reconocemos que hemos hecho cosas malas; este es
el segundo factor de purificación. Sabemos que estas acciones eran pecados, por ejemplo
robar. Esto causa problemas a otros y significa que yo también tendré problemas. Debes
pensar que te estás muriendo por el pecado como si hubieras tomado veneno. Con este
entendimiento desarrollas un gran temor; este es el tercer factor de purificación.
Entonces debes prometer y decidir firmemente que en el futuro nunca lo volverás a hacer.
Este voto o promesa es el cuarto factor de purificación.
Con estos cuatro factores separamos nuestra mente de nuestro hábito egoísta. Ahora
podemos apreciar cómo estos hábitos parece que son “yo”, y también vemos que en realidad
no son “yo”. Cuando nos identificamos con nuestras suposiciones y hábitos parece que son
“nosotros”. Sin embargo cuando nos separamos de ellos vemos que no son “nosotros”. Esta
confusión es lo que le pedimos a Vajrasatva que limpie de nosotros.
18 La base
Las apariencias engañosas (‘Khrul-sNang) del sujeto y el objeto surgen de la base (gZhi). Son
confusas porque bajo su poder creemos que algo es así cuando no lo es. Entonces, al sentirnos
en casa en esa confusión, parece que simplemente las cosas son así y creemos que eso nos
clarifica en vez de confundirnos. Con la interacción de sujeto y objeto, la base misma no se
reconoce. Cuando la base se reconoce este poder termina. No son diferentes de la base.
Al tomar la confusión como un obstáculo, como algo diferente de la base que tiene que ser
eliminado, uno no ha cambiado realmente de la posición de creer que la confusión es existir
verdaderamente por sí mismo. Al reconocer la actividad de la confusión como si fuera un
sueño, nos despertamos por la base. Entonces la confusión es autoliberadora; no hay que
adherirse a ella ni evitarla.
Por ejemplo, si una niña china fuera adoptada por padres europeos y criada en Europa la niña
un día despertará al hecho de que estos no eran sus padres biológicos. Sobre esta base ella se
volverá lo que siempre había sido, china. O, otro ejemplo, sobre la base de vivir en un país
donde hay muchas serpientes, si al pasear en una noche oscura, ves una cuerda y piensas que
es una serpiente, surgen muchos miedos. Si luego sacas tu linterna y alumbras la serpiente,
sobre la base de ver que en realidad es una cuerda, te despiertas de estos miedos.
No tiene que ver con desarrollar algo nuevo. Para el despertar fundamental no se requiere
toda la rica creatividad de nuestra imaginación. Imaginar nuevas posibilidades y desarrollar
nuevas tecnologías no nos conducirá a la iluminación. La iluminación es el despertar al
potencial de la base. No es algo nuevo. No puede ser comprado, o hecho. Siempre está
presente como la base de cada experiencia.
19 Darmatā
El conocedor, la presencia en sí misma, nuestra propia presencia, no hace ni fabrica nada, sino
que permanece verdadera a su propia naturaleza sin ser artificial. Incluso los grandes eruditos
no son capaces de construirla. Cuando nos distraemos podemos caer bajo el poder de varias
tendencias como un desamparado a la deriva (‘Bying-Ba) y hundiéndose (‘Thibs-Pa). Al estar a
la deriva (‘Bying-Ba), como un nadador cansado que no le queda energía pero que continúa
avanzando por la fuerza de las olas, el meditador no tiene energía para mantener la claridad y
la dirección, y se mueve de acá para allá por las olas de los pensamientos, sentimientos y
demás. Al estar hundiéndose (‘Thibs-Pa), las fuerzas abrumadoras se vuelven más fuertes,
incrementando la propia confusión desamparada. Aún así, la mente en sí nunca se atrapa en la
prisión de estas experiencias, por tanto permanece presente en el conocedor y cualquier cosa
que surja se liberará por sí misma sin ayudar o causar daño.
Cuando uno despierta a esto, tu cuerpo y tu mundo son como un arcoíris. Si ves śūnyatā
directamente no tendrás pecados ni obscurecimientos – Cuando el sol se eleva, toda la
oscuridad y el frío inmediatamente desaparecen. Se acaban la carne, la sangre y los huesos, y
se gana el cuerpo de luz (‘Ja-‘Od Thig-Le’i-Khams).
Este término también indica que cuando entendemos Darmatā, se ven delante de nuestros
ojos esferas de luz (Thig-Le). Al principio son blancas y negras, y luego cuatro o cinco vienen
una detrás de otra en fila, o como un pétalo de flor de loto, alejándose y acercándose al ojo.
Este término también indica que todo lo que hay en el Darmadātu tiene la forma de esferas de
luz. Esto es irradiación sin sustancia; apariencia, claridad y presencia inseparables de vacuidad.
Con la sabiduría de la presencia que todo lo abarca, las otras cuatro están presentes
automáticamente pues son sus cualidades – del mismo modo que cuando uno anda bajo el sol,
la sombra está allí automática e inmediatamente.
De esta luz de arcoíris se manifiestan los símbolos de las deidades de meditación, por ejemplo
el vajra y la campana para Dorje Dragpo Tsal, y el vajra para Dorje Zhonu, y uno manifiesta un
pleno despertar con los cinco modos kayā de un ser iluminado, y las cinco sabidurías jñāna. De
esta manera ganamos, o despertamos, a la plena naturaleza primordialmente pura, original y
vacía.
Desde este punto, la claridad natural (Rang-bZhin), la cualidad inherente de nuestra propia
naturaleza, irradia como una esfera de cinco colores dentro del corazón. Con esto nuestra
energía o compasión (Thugs-rJe) emerge como el despliegue de las actividades de los
componentes o skandas, potenciales o dātus, etc., como una forma de luz en un mundo de
formas de luz. Nuestra presencia (vidya) es simplemente conocimiento, puro conocimiento.
Ngo-Bo, Rang-bZhing y Thugs-rJe son sus modos de conocimiento, su objeto (dātu) no dual y
todo lo que aparece en el espacio de dātu.
ser. Todas las identidades relativas, ya sean como seres de los infiernos o heruka, son
manifestaciones de la co-originación dependiente (rTen-Ching Brel-Bar ‘Byung-Ba) y por tanto
no son definitivas. No son la situación natural incambiable. Si se experimente nuestra
verdadera naturaleza (Ngo-Bo), no se necesita rechazar ni un átomo de necesidad que surja
porque uno ve que todo es radiación no dual.
Pero si esto no se logra, hay aferramiento a las entidades y se produce karma, y uno se
encuentra vagando por los seis reinos. La conducta de uno se vuelve artificial y llena de
inventiva (bCos-bCas bZo-Byed). Al interferir con lo que ocurre, la mente se mantiene ocupada
y es incapaz de descansar en su propio lugar (Rang-Sar Ma-bZhag-Pa). Por tanto, debido a la
cosificación y a la visión dualista uno experimenta fijación y polarización, involucración en
sujeto y objeto, y actividad kármica.
21 Atiyoga y Adiyoga
La gran perfección o completación, Dzogpachempo (rDzogs-Pa Chen-Po), se conoce también
como Atiyoga o Adiyoga. Ati significa culminante, lo más elevado. Adi significa primordial,
principal, antes de que la mente se volviera falsa. Esta enseñanza se presenta en tres secciones
o grupos. Está la sección de la mente (Sems-sDe). Esta señala que todo es la mente, la mente lo
hace todo, no hay nada más. Todo es vacuidad pero es la mente la que hace surgir todo.
Incluso la vacuidad, śūnyatā, se conoce por la mente. La sección del espacio (kLong-dDe)
señala que todo es śūnyatā, profundidad infinita y extensión. kLong es la amplitud en la que
todo es vacuidad. Es el espacio infinito en sí. La sección de la instrucción (Man-Ngag-sDe)
ofrece las enseñanzas de la sección de la mente y el espacio de una forma que puedan ser
practicadas.
Sri Sinha le está diciendo a Vairocana: tú no estás satisfecho pero el Darmadātu nunca se
termina por lo que ¿cómo alcanzarás pleno conocimiento? ¿Cómo podrías seguir los pasos de
cada enseñanza? Pero si conoces la naturaleza de una sola cosa, si conoces su realidad, su
talidad, su Tatata directamente, eso es suficiente. Prometo que no hay nada más que esto.
Esto señala al hecho de que el resultado aparece naturalmente, se revela por sí (‘Bras-Bu
Rang-Chas-Su sTon-Pa). No hay final a la búsqueda si miras en el lugar equivocado. No mires al
objeto. No mires al contenido actual del sujeto. Mira al observador. Al ser el observador, entra
en la situación de la presencia no dual y todo se vuelve claro.
elevados, aunque yo no sabía mucho en ese tiempo. Al final de los rituales públicos, los
patrocinadores y otras personas se acercaban al frente a presentar pañuelos ceremoniales y
ofrendas. Cuando alguien me presentaba un pañuelo yo tenía que inclinarme hacia delante y
colgarlo alrededor del cuello del patrocinador. Sin embargo, no todos los patrocinadores me
ofrecían un pañuelo. Tenía que estar preparado para inclinarme hacia delante si me ofrecían
uno y quedarme quieto si no me lo ofrecían. Si me inclinaba hacia delante cuando no se me
ofrecía o me quedaba quieto cuando se me ofrecía uno, mi maestro que estaba sentado a mi
lado, me golpeaba en la parte de atrás de la cabeza. De esa manera se me entrenó en atención
plena.
Se creó una gran montaña de posesiones y se redistribuyó justamente entre toda la gente del
Tíbet. “¡Ah!”, pensó, “ahora mi gente debería ser feliz”. Sin embargo, tras un año se dio cuenta
de nuevo de que algunas personas eran ricas y algunas personas eran pobres, por lo que
preparó otra redistribución. Al final de aquel año, de nuevo vio que algunos eran ricos y
algunos eran pobres. Esto despertó en él un entendimiento directo del poder del karma. Lo
que surge manifiesta la energía y la consecuencia de acciones llevadas a cabo hace tiempo. A
pesar de sus intentos de imponer justicia, los patrones individuales del karma de la gente les
llevaban a experimentar precisamente lo que les tocaba vivir en el mundo.
Si queremos ayudar a la gente, el enfoque clave tiene que ser ayudarles a cortar la raíz de la
dualidad porque es esta raíz la que genera todas las numerosas tendencias e impulsos
kármicos. Intentar alterar los patrones de comportamiento desde fuera está condenado al
fracaso. Esta es la razón por la que debemos reconocer y trabajar con las circunstancias y la
capacidad precisa de los diferentes individuos.
25 El Dorje y la Campana
La palabra tibetana para campana pequeña es Dril-Bu; Dril significa sonido. En los tantras como
el tantra de Hevajra, el tantra de Kalachakra, el tantra de Vajrakilaya y demás, se describen
diferentes tipos de drilbu, y también se mencionan en los tantras Kriyayoga. La mansión o
palacio de Kalachakra tiene forma de campana.
Las instrucciones para construir estupas incluyen fabricar una cadena de campanas, drilbu,
alrededor de la estupa y la ceremonia de consagración de la estupa también hace referencia a
estas drilbu.
Los monasterios tienen una campana para despertar a los monjes y se usa otra campana
grande durante las invocaciones y las bendiciones en los rituales. También se usan campanas
como carrillones de viento para recordarle a la gente las treinta y siete prácticas del Bodisatva.
Algunos sutras describen cómo se ató una campana a la trompa de un elefante y la persona a
quien tocaba el elefante con su trompa se reconocía como un rey.
Tales campanas no tenían símbolos en ellas, de modo distinto a las campanas drilbu tibetanas
que tienen OM A HUNG tallado dentro de ellas en lo alto, en un área llamada “el útero de la
drilbu”. Algunas drilbus, como la mía, no tienen imágenes talladas dentro de ellas y se llaman
Myangs-‘Das Dril-Bu, drilbus del paranirvana. Fueron talladas cuando el Buda Sakyamuni murió
y por tanto se les llama “campanas de la tristeza”. Se hicieron ciento ocho campanas de ese
tipo y muchas de ellas, como la mía, llegaron al Tíbet con el Bodisatva Atisa Dipamkara
Srijnana. Se hicieron en tamaños diferentes. La mía tiene una cabeza de plata, como todas las
campanas originales. Se hicieron copias más tarde y sus cabezas son de metales mezclados.
Las drilbus se clasifican de acuerdo a su forma, por ejemplo con cinco o nueve puntas, o de
acuerdo al país en el que se hicieron, o de acuerdo a la ornamentación de la “falda”.
Las formas incluyen las de Uddiyana, Nalanda y Bodgaya. Hay un estilo nepalí que difiere de los
de otros países. En la parte superior del Tíbet y en Tsang se utiliza una campana que a veces se
llama erróneamente una drilbu Tashilhunpo pues su forma se usa también en otros
monasterios, como el monasterio Khordong. Otras campanas son el dril de Tsa, el dril de Hor,
el dril de Shingl (de la dinastía Shan), el dril de Chang, el dril de Tsok, el dril de Kalimpong, el
dril de Birl, el dril de Clementown, el dril de Nepali, el dril de Rajur, el dril de Byalakuppe y
demás.
Los metales utilizados para hacer dorjes y drilbu son el oro, la plata, el plomo, el cobre, el
estaño, el bronce y el hierro, así como aleaciones tales como el tungsteno, una aleación similar
al estaño que es de color blanco y menos valioso que la plata. Jang (lJang) es un metal puro y
cuando se rompe al envejecer, el metal de dentro es de color de jade. Jang (lJang) también es
un área1 de donde viene el jade. Las campanas grandes, los címbalos, las vasijas de larga vida,
las bumpas y las lamparillas de mantequilla también se pueden hacer de este metal y algunas
de las bumpas tienen huellas dactilares visibles en el metal.
Las campanas hacen diferentes sonidos de acuerdo a las proporciones de los diferentes
metales utilizados. Si hay mucho oro, la campana suena HUNG HUNG HUNG. Si hay mucha
plata, la campana suena SHUNG SHUNG SHUNG. Si hay mucho tungsteno blanco, la campana
suena CHAG, CHAG, CHAG. En el sistema indio se usaban ocho metales y las proporciones
variaban.
A pesar de su forma, el dorje y la drilbu tienen el mismo número de puntas. Las termas de
Padmasambhava los describen de nueve puntas y se utilizan solo en las prácticas Ñingma.
puede ser destruido. Cuando las deidades sostienen un vajra es un símbolo de victoria y
subyugación.
Algunos tantras se refieren al dorje con cien puntas, (rDo-rJe rTse-brGya-Pa) y también hay
dorjes con cuatro o con cinco puntas. Las puntas hacia arriba representan los Budas Dhyani
masculinos y las puntas hacia abajo representan los Budas Dhyani femeninos. La punta central
representa a Vairocana. Al este está Vajrasatva, el sur es Ratnasambava, al Oeste está Amitaba
y al norte está Amoghasiddhi.
En la drilbu, bajo la figura del mango y empezando debajo de la nariz de la deidad, es decir, en
el este, hay cinco letras: MUM LAM MAM PAM TAM. Son símbolos de los cinco Budas Dhyani y
estas letras son equivalentes a las cinco puntas más bajas del dorje. A veces hay ocho letras,
pero esto no es correcto. Si hay ocho letras, son TAM MAM LAM PAM MAM TSUM PAM
BHRUM. Estas ocho letras corresponderían a los ocho pétalos de loto alrededor de la “cintura”
del dorje, que significan los ocho Bodisatvas y sus ocho consortes.
Con respecto a la ornamentación de la drilbu, las ocho cabezas de monstruo marino (Chu-Srin),
representan las ocho consciencias. Los largos ornamentos enjoyados que cuelgan de sus bocas
son un símbolo de la purificación de los oscurecimientos, klesas, y también representan la
decoración de las paredes exteriores del mandala. Las cuatro gotas al final de las borlas
significan los “cuatro inconmensurables”: amor, compasión, gozo y ecuanimidad.
Entre los rostros de los monstruos marinos puede haber muchos ornamentos, que simbolizan
los ocho grandes Bodisatvas. La secuencia empieza en el este, bajo la nariz de la deidad.
Pueden ser los ocho ornamentos auspiciosos, que pueden variar e incluir una rueda o luna,
una joya, un loto, un cuchillo, vajras cruzados, un único vajra, flores y otras cosas adicionales.
Estos ornamentos son un símbolo del Rupakäya y las ocho letras superiores son un símbolo del
Darmakāya.
Alrededor del borde en la base de la campana, encerrado por dos filas de perlas, hay un anillo
de vajras boca arriba, formando un vallado vajra o círculo protector (Srung-‘Khor).
Alrededor de la parte de arriba de la campana, entre dos anillos de perlas, hay un anillo de
vajras horizontales, un círculo protector que representa la frontera entre el samsara y el
nirvana, y las ocho o dieciséis vacuidades.
En la base del mango superior de una drilbu de cinco puntas puede haber una vasija de larga
vida (Tshe-Bum) con joyas. Una drilbu con nueve puntas no tendrá tal vasija de larga vida sino
que tendrá un anillo abierto a través del cual puedes poner tu dedo al hacer determinadas
prácticas, como las danzas airadas.
Al respecto del uso del dorje y la campana, aparte de cuando estamos recitando mantras,
deberíamos sostener el dorje y la campana todo el tiempo, manteniendo el dorje boca arriba,
con las puntas que representan los Budas Dhyani masculinos arriba. Dado que no hay manera
de saber la diferencia entre la parte de arriba y la de abajo del dorje al mirarlo, necesitamos
hacer algo que nos ayude, como marcarlo en el momento de la iniciación, o en su
consagración. Especialmente, al hacer la práctica de Vajrasatva deberíamos sostener el vajra,
el dorje, porque Vajrasatva pertenece a la familia Vajra. En otros momentos, de acuerdo con
las prácticas Jangter y Khordong, sostenemos el dorje en nuestro pecho, utilizando el pulgar y
tres dedos medios de nuestra mano derecha, y con nuestra mano izquierda sostenemos la
campana en nuestra rodilla izquierda. Cuando decimos una oración, podemos sostener el dorje
y la campana, o si no los tenemos simplemente poner el mudra de la oración con nuestras
manos.
Cuando los dejamos a un lado, el sistema Jangter es colocar la drilbu mirando hacia el este y
hacia ti, con el dojre cruzado delante de ella, sin tocarlo. La parte superior del dorje debería
estar a tu izquierda, la parte baja a tu derecha. Al levantarlo, coge a ambos a la vez.