Trebol

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INTRODUCCION

El trébol blanco es ampliamente utilizado en producción de forraje. Su principal


utilización es el pastoreo a diente en mezcla con gramíneas, a las cuales
suministra además grandes cantidades de nitrógeno fijado en sus nódulos
radicales.

Cada rebrote se produce a partir de la yema terminal de los estolones y de las


yemas ubicadas en las axilas de las hojas. Este proceso, resultado del hábito
estolonífero de la planta, sucede después de cada pastoreo o corte. El pisoteo
del animal favorece la reproducción vegetativa de la planta.

Destaca su gran calidad alimenticia para el ganado, en términos de proteína y


minerales, así como su capacidad para autoabastecerse de nitrógeno y también
de cederlo al medio (y por tanto a las especies con las que conviva en el terreno).

Aunque el contenido alimenticio es elevado, como cultivo puro apenas se


siembra por constituir un forraje algo desequilibrado y por peligro de meteorismo
para los rumiantes. Es por ello que se suele emplear mezclado con gramíneas.
A pesar de ello, el trébol blanco presenta una alta digestibilidad; presentando los
valores más altos en invierno y primavera, declinando lentamente durante el
verano.
TRÉBOL BLANCO (Trifolium repens)

Se trata de una especie herbácea perenne. De porte rastrero, alcanza una altura
de 10 cm. Su hábito estolonífero hace de ella una leguminosa de excelente
adaptación al pastoreo en zonas templadas de todo el mundo. Se propaga por
estolones y semillas.
El sistema radical es ramificado en su raíz principal, además presenta raíces
adventicias de carácter estolonífero.
Las hojas son pecioladas y trifoliadas; sus folíolos son ovales, con una mancha
blanca, y sin ninguna vellosidad (tampoco en pecíolos ni tallos). Los estolones
se encuentran abrazados por estípulas membranosas de las hojas.
Las inflorescencias son glomérulos s de 1.5 a 2 cm de ancho, conteniendo de 50
a 100 flores blancas o blanco-rosadas. Estos se encuentran sobre un pedúnculo
de 7 cm. Las flores son de tipo papilionáceo o papilionoides.
Los frutos contienen tres o cuatro semillas en forma de corazón, sumamente
pequeñas y de color variable del amarillo al marrón-rojizo.
La semilla tiene forma redondeada con una protuberancia que coincide con la
posición de la futura radícula. La cubierta seminal forma una gruesa capa
suberizada alrededor de la semilla. Presenta hilo: cicatriz correspondiente al
antiguo punto de enganche a la pared del ovario.
Variedades

Existen tres grupos de variedades de trébol


blanco:
Variedades de hoja pequeña o
enanas: también llamadas variedades
salvajes, por ser en su mayoría ecotipos,
nativos o espontáneos de distintas
regiones del mundo. Algunos ejemplos son Aberystwyth S-184 y Kent.
Variedades de hoja común o intermedias: Muy utilizadas para praderas de
pastoreo de media y larga duración:
 Grassland Huia: considerada en España como la leguminosa más
productiva para pastoreo en áreas de más de 650 mm de lluvia y de no
más de tres semanas de sequía en verano. Es dura y persiste, incluso con
pastoreo continuo e intenso. Su óptimo de temperatura son 24 °C, pero
tiene escasa producción invernal.
 Luisiana: más temprana y de mejor producción invernal que el Huia, en
condiciones de inviernos templados. Soporta también la sequía estival.
 S100: persistente y muy productiva, de comportamiento similar a Huia.
 Otras variedades importantes son: Kersey, Barbiean, Cultura, Pertina,
Wikla, Grasslands 4700, Victoria Irrigation y Mika.
Variedades de hojas grandes: tienen porte más elevado, estolones más
gruesos y hojas e inflorescencias más grandes. Son altamente productivos en
condiciones de buen suministro de humedad, pero resisten peor el pastoreo
intenso y continuo de los grupos anteriores. Su persistencia es también
deficiente. En este grupo se encuentran:
 Ladino: se trata de la variedad más importante de este grupo. Posee hojas
grandes, pero con una relación hojas/tallo inferior a otras variedades, lo
que origina una menor digestibilidad, dada la inferior calidad de los tallos
en relación a las hojas. Es muy exigente en humedad y bastante sensible
a la salinidad del suelo. Su crecimiento en veranos cálidos en regadío es
superior a cualquier variedad de los otros grupos. Entre las variedades
comerciales destaca Ladino California.
 Haifa: similar en tamaño a Ladino, pero de porte más rastrero y con más
estolones, de forma que su aspecto es denso. Tiene mayor resistencia a
la sequía que las variedades anteriores y mejor crecimiento invernal.
 Otras variedades: Blanca(muy productiva, capaz de competir con el Ray-
Grass y resistente a royas); Regal (semitardía), Tamar (precoz), Sabeda
(susceptible a podredumbre de la raíz), Retor (resistente a podredumbre
de la raíz), y Milkanova (también resistente)
Clima y terreno

Le convienen los climas templados de ambiente húmedo, pudiendo darse en


climas fríos, siempre que no se levante la costra del terreno a consecuencia de
las heladas. Los calores excesivos y las sequías le perjudican, así como las
heladas tardías de primavera, por todo lo cual nunca se siembra solo, sino que
se asocia con un cereal que le proteja.

Aunque los más adecuados son los arcilloso-calizos, profundos y frescos, vegeta
con gran vigor y lozanía aun en terrenos pobres y ligeros, siempre que el clima
sea favorable.
Le perjudican los excesivamente arcillosos y compactos, que se resquebrajan al
desecarse y levantan costra con las heladas; los terrenos; húmedos dan lugar a
putrefacciones en sus raíces, y tampoco le son favorables los terrenos ácidos
(roturaciones recientes) ni los excesivamente calizos. Aquellos suelos en que se
da bien la esparceta no suelen ser a propósito para el trébol.

Fertilización

El uso de fertilización técnica se inició con la introducción de especies forrajeras


altamente productivas, la creciente utilización de fertilizantes se debe entre otros
al acelerado agotamiento de la fertilidad de los suelos, debido a prácticas
agronómicas inadecuadas que facilitaron el desgaste erosionando el contenido
nutricional. La creciente demanda de alimento para los animales, mas los costos
elevados de insumos y de la tierra, han obligado al productor pecuario a ser más
eficiente en la producción de alimento. También se puede considerar que los
sistemas de explotación intensiva utilizados en países como Nueva Zelanda,
Estados Unidos y Holanda, están sirviendo como modelo de producción en
nuestro país, realizando manejos más técnicos tanto en producción alimenticia
como en el manejo de los animales y otros recursos.

 Nitrógeno
El nitrógeno (N) es esencial para el crecimiento de las plantas, forma parte de
todas las células vivas. Las plantas absorben la mayor parte del nitrógeno en la
forma de iones de amonio (NH) o de nitrato (NO). La absorción directa de urea
puede ocurrir a través de las hojas y pequeñas cantidades de N son obtenidas
de ciertos materiales como aminoácidos solubles en agua. El N es necesario
para la síntesis de la clorofila y, como parte de la molécula de clorofila, tiene un
papel en el proceso de fotosíntesis. La falta de N y clorofila significa que no
utilizará la luz del sol como fuente de energía para llevar a cabo funciones
esenciales como la absorción de nutrientes. El N es también un componente de
las vitaminas y sistemas de energía de la planta; es considerado como el
constructor de proteínas de las plantas en forma directa. Cantidades adecuadas
de potasio y fósforo, especialmente el K, mejoran el uso que las plantas hacen
de dosis altas de nitrógeno para la obtención de proteínas.

Siembra

Ya hemos dicho que el trébol puede sembrarse en otoño o en primavera; pero


como quiera que cuando se siembra en otoño tiene que sufrir los fríos invernales,
y durante ellos la tierra es removida con frecuencia por los hielos y deshielos
excesivos, la planta no lo resiste. Además suele ser destruido por las babosas;
por todo lo cual en nuestros climas, se siembra, siempre en primavera, desde
primeros de febrero hasta últimos de abril.

La cantidad de semilla oscila entre los 15 y 25 kilogramos por hectárea,


dependiendo del clima, terreno y época de siembra. Sobre cereales de invierno
se emplea más cantidad de semilla que sobre los de primavera. En terrenos
fértiles bien abonados se emplea la cantidad mínima, mientras que en los pobres
y de naturaleza arenosa
habrá que poner el
máximo. En clima de
ambiente húmedo también
se necesitará y empleará
menos semilla que si fuera
excesivamente seco.
Suelos trébol blanco

No prospera en suelos sueltos, salino-alcalinos o demasiado ácidos, el pH ideal


va de 5,5 a 7,5. Exige buenas disponibilidades de P para crecer sin restricciones
pero se abastece de N gracias a la fijación biológica. Prefiere suelos más
pesados y con buena disponibilidad de agua, pudiendo tolerar suelos mal
drenados y con exceso de humedad.

Enfermedades

Roya: pustulas naranjas en el tallo y hojas.


Oido: se manifiestan como polvo blanco que seca hojas y tallo.
Psudopeziza: de color gris amarillento en hojas.

Usos y cultivo
El trébol blanco es exigente en luz y sensible a la sequía, probablemente por sus
raíces superficiales, lo que obliga a cultivarla bajo riego en veranos secos.
Sin embargo, puede vegetar en los suelos pobres, ácidos o arenosos,
necesitando fuertes abonados fosfóricos, al igual que casi todos los tréboles. Es
poco tolerante a la salinidad. Desarrolla en sus raíces nódulos formados por
bacterias nitrificantes del género Rhizobium. En adecuadas condiciones de
temperatura, humedad y suelo, las bacterias fijan importantes cantidades de
nitrógeno de la atmósfera.
Fenología

El crecimiento del trébol blanco comienza por el desarrollo de la corona, de una


raíz pivotante y hasta diez estolones primarios, que nacen de las yemas axilares
de las hojas de la corona. Los estolones suelen adoptar forma radial sobre la
superficie del suelo. Posteriormente, los nudos de estos estolones desarrollan
nuevas raíces adventicias, hojas y yemas axilares. La aparición de estolones
secundarios, ocasiona cierta debilidad en los primarios, por emigración de las
sustancias de reserva hacia dichos estolones hijos, hasta el punto de que,
finalmente, lo primarios mueren y el sistema secundario se independiza de la
planta original. Este comportamiento facilita la supervivencia de las plantas por
multiplicación vegetativa, al asegurar el desarrollo y el crecimiento sucesivo de
nuevos estolones y con ellos, la emergencia de nuevos individuos. El crecimiento
de los estolones, es aproximadamente de 20 cm/año. Una vez que las
condiciones ambientales (fundamentalmente fotoperíodo y vernalización previa)
favorecen el proceso de floración, las yemas axilares originan cabezuelas
florales. De esta forma, la producción de inflorescencias se hace en detrimento
de la de los nuevos estolones y, por consiguiente, el crecimiento de la planta se
reduce. También se movilizan reservas hacia las flores para formar las semillas.

Condiciones óptimas

La temperatura óptima para el crecimiento es de 24 ºC. Tanto en verano como


en invierno, se reduce mucho el crecimiento (a partir de 35 °C y por debajo de
7 °C, presenta un escaso crecimiento). Se desarrolla mejor en climas húmedos
con precipitaciones bien repartidas durante todos los meses. El pH óptimo de
suelo para la fijación de nitrógeno es de 6.5. Para desarrollar la floración con
éxito, necesitan obligatoriamente bajas temperaturas invernales (vernalización).

Interés forrajero

El trébol blanco es ampliamente utilizado en producción de forraje. Su principal


utilización es el pastoreo a diente en mezcla con gramíneas, a las cuales
suministra además grandes cantidades de nitrógeno fijado en sus nódulos
radicales.
Cada rebrote se produce a partir de la yema terminal de los estolones y de las
yemas ubicadas en las axilas de las hojas. Este proceso, resultado del hábito
estolonífero de la planta, sucede después de cada pastoreo o corte. El pisoteo
del animal favorece la reproducción vegetativa de la planta. El rebrote supone
una movilización de las reservas de la planta, disminuyendo tras la defoliación y
recuperándose posteriormente gracias a la rápida proliferación de hojas
horizontales de los nuevos estolones, lo que le permite alcanzar una alta
eficiencia fotosintética con un área foliar reducida. Esta elevada capacidad de
recuperación se debe a que el pastoreo no elimina las áreas de crecimiento.
Destaca su gran calidad alimenticia para el ganado, en términos de proteína y
minerales, así como su capacidad para autoabastecerse de nitrógeno y también
de cederlo al medio (y por tanto a las especies con las que conviva en el terreno).
Aunque el contenido alimenticio es elevado, como cultivo puro apenas se
siembra por constituir un forraje algo desequilibrado y por peligro
de meteorismo para los rumiantes. Es por ello que se suele emplear mezclado
con gramíneas. A pesar de ello, el trébol blanco presenta una alta digestibilidad;
presentando los valores más altos en invierno y primavera, declinando
lentamente durante el verano.
Por otra parte, el trébol blanco contrasta con otras especies pratenses en que no
posee órganos específicos para la acumulación de reservas. Este
comportamiento, desde el punto de vista de la producción es positivo, ya que su
crecimiento alcanza rápidamente volúmenes altos de forraje. Esto permite a las
plantas cubrir sus necesidades metabólicas en un plazo muy corto, sin tener que
esperar, como en trébol violeta o la alfalfa, a movilizaciones de las reservas
desde el sistema radicular. De esta manera la recuperación tras el pastoreo es
sumamente rápida permitiendo una gran frecuencia de aprovechamientos

Agronomía y manejo

Según diferentes datos de ensayos en cultivo puro en la zona Norte de España


y en Galicia, las producciones oscilan entre 9 y 12 t/ha de materia seca, cifras
obtenidas bajo corte y sin pastoreo, lo cual no es la situación más real de
utilización de este trébol.
Sin embargo, en condiciones de praderas de riego en Centro y Sur de España,
las producciones oscilan entre 10 y 15 t/ha de materia seca, según asociaciones
o mezclas de trébol blanco con gramíneas (festuca y dáctilo), correspondiéndole
al trébol normalmente hasta casi el 70% de dicha producción, según los datos
de diferentes ensayos del INIA y de la Agencia de Desarrollo Ganadero.
En regiones del Norte de España (Galicia y Cantábrico), correspondientes a
climas templados y húmedos, en asociación con ray-grass perenne, la
producción de trébol blanco raramente supera el 25-30% de la producción total
de la pradera, lo cual se cifra entre 10-13% de materia seca total.
Esta situación tan diferente, se justifica porque los tréboles necesitan para su
óptimo crecimiento grandes intensidades de luz, mientras que las gramíneas,
aunque también crecen mejor a plena luz, están más adaptadas a condiciones
de sombra, de modo que en climas mediterráneos, la abundancia de luz conduce
a la dominancia de leguminosas sobre gramíneas en praderas de pastoreo
frecuente. Sin embargo en los días centrales de verano, con temperaturas
medias superiores a 30 °C, sufre en estas regiones una cierta parada vegetativa,
efectuando floraciones continuas y con escasa productividad. Hay que tener en
cuenta que en la época favorable de máxima iluminación de primavera el rápido
crecimiento en condiciones de cultivo puro puede llegar a producir graves
problemas de meteorismos en rumiantes en pastoreo.
En cuanto a la persistencia del trébol blanco, está asegurada por el proceso de
formación y enraizamiento de estolones y además, incluso en praderas muy
pastoreadas, una cierta proporción de las inflorescencias produce semillas, de
las cuales casi un 80% son duras y permanecen en el suelo como reserva para
situaciones de sequía o sobrepastoreo, en las que pueden germinar y llegar a
sustituir a las plantas perdidas.
La siembra se realiza en otoño, cuando el clima es temprano, y en primavera o
verano cuando el clima es frío.
El establecimiento del trébol blanco suele ser más lento que el de las gramíneas
que pueden acompañarle en la pradera, muy especialmente del ray-grass, que
en suelos fértiles puede hacerle una fuerte competencia inicial.
En mezclas con festuca y/o dactilo, de más lento establecimiento, la
competencia no es tan fuerte y la implantación es más fácil.
La dosis de siembra en mezcla con gramíneas oscila entre 0.5-3 kg/ha. La dosis
menor cuando no se quiera una fuerte dominancia del trébol sobre las
gramíneas, las dosis mayores cuando se quiere incrementar la proporción de
leguminosa, y por tanto de proteína, en la pradera. Se siembra o bien con
sembradora de pratenses o a voleo, en este caso se aconseja pasar un rulo
estriado para lograr un buen contacto de la semilla con el suelo. la siembra a
voleo se puede hacer con una abonadora centrífuga previamente calibrada para
esta semilla.
En cuanto a la profundidad de siembra', la semilla debe de situarse en la
superficie o en profundidad, pero sin superar los 5 mm
Propiedades beneficiosas del trébol

El trébol es una fuente muy rica de isoflavonas, una sustancia muy beneficiosa
para la prevención de diversos tipos de cáncer que pueden presentarse en
mujeres, como el cáncer de mama o el de ovarios. Además, estas mismas
isoflavonas, ayudan también a combatir los síntomas de la menopausia.
Esta hierba posee propiedades antiasmáticas y expectorantes, por lo que su
consumo en infusión es muy beneficioso en casos de asma, tos irritativa, gripes
y bronquitis.

Es un aliado perfecto para casos de obesidad y retención de líquidos gracias a


su carácter diurético. Por esta misma propiedad, se puede utilizar también para
tratar enfermedades como la gota o la artritis.
En su uso externo el trébol es astringente y cicatrizante, siendo de gran ayuda
para curar eccemas en la piel y para cerrar heridas de difícil curación y un
remedio eficaz para la inflamación de los ojos y para aliviar los síntomas de
enfermedades como la conjuntiva.

Es una fuente de aminoácidos esenciales como la arginina o la leucina, que


ayudan a mantener un buen estado del sistema nervioso y unos niveles
de colesterol saludable, así como un correcto proceso digestivo y metabólico.
También presenta cantidades beneficiosas de algunos minerales muy implicados
en el perfecto mantenimiento de músculos y huesos, tales como calcio,
magnesio y potasio.

Ahora que ya conoces las múltiples propiedades saludables del trébol,


consúmela fresca en ensalada o añádela a tu lista de infusiones favoritas y, esta
planta te ayudará a mantenerte más sano y feliz.

Bibliografía

 MUSLERA PARDO, E. y RATERA GARCIA, C. “Praderas y forrajes” Ed.


Mundi-Prensa. 2ªEdición 1991. ISBN 84-7114-329-1
 DUTHIL, Jean. “Producción de forrajes”. Ed. Mundi Prensa. 3ªEdición
1976. ISBN 87-7114-050-0
 ERASO, Juan Ramon. “Las plantas de nuestros prados”. Ed. Mundi-
Prensa. 1990. ISBN 87-7114-323-2
UNIVERSIDAD NACIONAL
PEDRO RUIZ GALLO

DOCENTE:
Ing. Jorge Zeña Callacna

INTEGRANTES:
 Bravo Suyon Eliana
 Castillo Valdiviezo Yhan
 Cueva Osorio José
 Díaz Correa Jerson
 García Guzmán Luz
 Gonzales Edquen Favio
 Gutierrez Temoche Kiara
 Mayanga la Madrid Hope
 Prada Chonto Nancy
 Polo Gonzales Yosmar
 Reyes Inoñan Carmen
 Salazar Percial Jair
 Sánchez Juares Josue
 Sencio Contreras Pedro

CICLO:
2019

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