El modelo sistémico se centra en las interacciones actuales entre los miembros de una familia, considerando a la familia como un sistema. Las acciones de un miembro influyen y son influenciadas por las acciones de los otros miembros, formando patrones interaccionales recurrentes. Los problemas son entendidos como una comunicación dentro de la dinámica familiar, en lugar de buscar causas individuales. Los terapeutas sistémicos intentan romper estos patrones disfuncionales mediante intervenciones paradójicas que contradicen el sentido común, como re
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El modelo sistémico se centra en las interacciones actuales entre los miembros de una familia, considerando a la familia como un sistema. Las acciones de un miembro influyen y son influenciadas por las acciones de los otros miembros, formando patrones interaccionales recurrentes. Los problemas son entendidos como una comunicación dentro de la dinámica familiar, en lugar de buscar causas individuales. Los terapeutas sistémicos intentan romper estos patrones disfuncionales mediante intervenciones paradójicas que contradicen el sentido común, como re
El modelo sistémico se centra en las interacciones actuales entre los miembros de una familia, considerando a la familia como un sistema. Las acciones de un miembro influyen y son influenciadas por las acciones de los otros miembros, formando patrones interaccionales recurrentes. Los problemas son entendidos como una comunicación dentro de la dinámica familiar, en lugar de buscar causas individuales. Los terapeutas sistémicos intentan romper estos patrones disfuncionales mediante intervenciones paradójicas que contradicen el sentido común, como re
El modelo sistémico se centra en las interacciones actuales entre los miembros de una familia, considerando a la familia como un sistema. Las acciones de un miembro influyen y son influenciadas por las acciones de los otros miembros, formando patrones interaccionales recurrentes. Los problemas son entendidos como una comunicación dentro de la dinámica familiar, en lugar de buscar causas individuales. Los terapeutas sistémicos intentan romper estos patrones disfuncionales mediante intervenciones paradójicas que contradicen el sentido común, como re
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El rasgo fundamental del modelo sistémico es su visión de los problemas y la
actividad humana como interpersonal
Considerar la familia como un sistema supone centrarse en las interacciones actuales entre sus miembros, en lugar de estudiar a cada uno por separado. Las acciones de una persona se explican por lo que acaban de hacer otras. Sus pensamientos y sus emociones parecen estar en función de qué hacen los que lo rodean. Así, el paciente es identificado por el sistema como tal, pero el objeto de estudio e intervención es una familia en la que se dan unas pautas comunicacionales, en esas “ocurre” que uno de los miembros se comporta de forma sintomática. El mismo síntoma es visto como una comunicación, un eslabón más de la cadena interaccional. La noción de patrón interaccional sugiere que las acciones de un miembro influyen en la de los demás, y éstas a su vez en el primero formando una pauta recurrente. El modelo sistémico emplea la causalidad circular, en la que se tiene en cuenta como las consecuencias influyen, a su vez, en las causas. El modelo sistémico se centra en las interacciones actuales de todos los miembros de la familia (o los sistemas relevantes), en lugar de buscar las causas pasadas de los síntomas. Éstos se entienden como una comunicación congruente con la dinámica del sistema, y se insertan en un patrón interaccional complejo. Son estos patrones los que caracterizan a una familia como una entidad supraindividual, o sistema. En 1958, Don Jackson fundó el Mental Research Insititute (MRI) en Palo Alto, en el mismo edificio, y como parte de la misma organización de salud mental (Palo Alto Medical Research Foundation) que el Equipo de Palo Alto. De hecho, ellos consideran los problemas, o mejor dicho las dificultades, como parte esencial e inevitable del desarrollo humano. Estas dificultades se van resolviendo (o aceptando) de forma también natural, con los propios recursos de la persona que las afronta o con la ayuda de la familia o de otras personas de su medio o red social. Se encuentra que las soluciones aplicadas por el propio sujeto o la familia a una de estas dificultades no la resuelve, sino que más bien el problema se exacerba. En efecto, entienden que la solución aplicada a la dificultad es la que no permite su resolución por más lógica que parezca, y por más bien intencionada que sea. Lo que intentan los terapeutas sistémicos es romper el círculo intentando que se apliquen soluciones que no sean “más de lo mismo” y no entren en el mismo circuito de retroalimentación, más que actuando sobre la dificultad misma. Pero para lograr cambios-2 los terapeutas interaccionales emplean intervenciones paradójicas que contradicen el sentido común. Describe tres tipos de intervenciones. La primera es la “re-formulación y el re- encuadre”, con objeto de cambiar la interpretación de la conducta no deseada, situándola en una clase lógica diferente (“más que desobediencia, esto se trata de una manipulación”), o entendiéndola, por ejemplo, como parte de un proceso evolutivo. Otro tipo de intervención son las “sugerencias” de conductas alternativas a las disfuncionales sin transmitir un carácter impositivo. Y por último, las “prescripciones” directas, para ser obedecidas (ejemplo: “con hijo tan fuerte y agresivo no veo otra opción más que unirse con firmeza Uds., sentarse en el mismo banco, para darle un claro mensaje de que no tolerarán más amenazas de su parte”); y las prescripciones paradojales, para provocar su no cumplimiento, poniendo énfasis en las desventajas del cambio y explicando por qué no conviene, pero al mismo tiempo y en otro nivel dando una explicación sobre las ventajas del cambio.