Manual Figura Humana
Manual Figura Humana
Manual Figura Humana
Los dibujos de la figura humana (DFH) se han convertido en una de las técnicas más
ampliamente usadas por los psicólogos que trabajan con niños. Pero varía mucho los objetivos en
función de los cuales se administra. Actualmente existen dos enfoques principales de la
interpretación del DFH.
El Primero es utilizado por los psicólogos clínicos primordialmente, los cuales consideran el
DFH como una técnica proyectiva, y analizan los dibujos buscando signos de necesidades
inconscientes, conflictos y rasgos de personalidad. Los exponentes más destacados del uso del
DFH como instrumento proyectivo son Machover (1949,1953,1960), Levy (1958), Hammer (1958) y
Jolles (1952). Estos clínicos han estudiado extensamente dibujos de la figura humana de adultos y
de adolescentes, pero han trabajado en un grado muy limitado con dibujos de niños en edad
escolar. Aunque el test de Machover se basa en gran parte en su experiencia clínica con pacientes
varones, adolescentes y adultos, ha extendido sus resultados también a niños (1953,1960).
Machover ofrece con respecto a signos en el DFH numerosas hipótesis basadas en la teoría
psicoanalítica, pero no brinda como base de sus afirmaciones ningún sistema de tabulación ni
datos controlados a través de las investigaciones.
El Segundo es utilizado por los psicólogos educativos quienes enfocan el DFH como un test
evolutivo de maduración mental. El representante más notable del enfoque evolutivo fue
Goodenough (1926). Posteriormente Harris (1963) subraya especialmente que el test de
Goodenough mide madurez mental.
Di leo (1970, 1973), Hammer (1960), Klepsch y Logie (1982) y Koppitz (1968) han demostrado
que la calidad y el contenido de los DFH reflejan autoconceptos, actitudes y conflictos de los niños.
Kellog (1959), afirma que la estructura del dibujo de un niño pequeño está determinada por
su edad y nivel de maduración, mientras que el estilo del dibujo refleja sus actitudes y aquellas
preocupaciones que son más importantes para él en ese momento.
Koppitz (1968), afirma que los DFH son una forma de comunicación no verbal entre el
examinador y el niño. Así el dibujo es un lenguaje y puede analizarse, al igual que el lenguaje
hablado, en diversas formas: los DFH se pueden evaluar en términos de su estructura, es decir, los
detalles esperados normalmente en los dibujos a diferentes niveles de edad; los DFH pueden
analizarse por su calidad, es decir por detalles poco comunes, omisiones o agregados; y por
último, se puede explorar el contenido de la producción gráfica de los niños proporcionando
claves de un mensaje que el niño está enviando.
Koppitz (1976), analiza los DFH en función de dos tipos de signos objetivos. Un primer
conjunto de signos se considera que está primariamente relacionado con la edad y el nivel de
maduración; a estos signos los denominamos Items Evolutivos. Un segundo conjunto de signos se
está primariamente relacionado con las actitudes y preocupaciones del niño; a estos signos los
denominamos Indicadores Emocionales. Es evidente que una interpretación significativa de los
DFH infantiles presupone un conocimiento exhaustivo tanto de los indicadores emocionales y
evolutivos en cada nivel de edad.
Para Koppitz (1968), “El dibujo total y la combinación de los diversos signos e indicadores
siempre se deben considerar y analizar con base en la edad, la maduración, el estado emocional,
los antecedentes sociales y culturales del niño, y evaluarse junto con los resultados de otras
pruebas disponibles”. Por lo tanto “Considera que los DFH reflejan primordialmente el nivel
evolutivo del niño y sus relaciones interpersonales, es decir sus actitudes hacia sí mismo y hacia las
personas significativas en su vida”. Además el DFH pueden revelar las actitudes del niño hacia las
tensiones y exigencias de la vida y su modo de enfrentarlas; los dibujos también pueden reflejar
los intensos miedos y ansiedades que pueden afectarlo consciente o inconscientemente en un
momento dado.
En conclusión los DFH reflejan el estadío actual de desarrollo mental y las actitudes y
preocupaciones en un momento dado, todo lo cual cambiará con el tiempo debido a la
maduración y a la experiencia. El valor particular del DFH radica justamente en su sensibilidad para
detectar los cambios en el niño, los cuales pueden ser emocionales. Se contempla aquí al DFH
como un retrato del niño interior.
El dibujo de la figura humana según la autora, refleja el nivel evolutivo del niño y sus
relaciones interpersonales, es decir sus actitudes hacia sí mismo y hacia las personas
significativas en su vida.
Uno de los aspectos importantes del D. F. H. radica en su sensibilidad para detectar los
cambios en el niño, los cuales pueden ser evolutivos y / o emocionales. Se contempla el
D. F. H. como un retrato interior del niño en un momento dado.
Las indicaciones o consigna que se le da al niños son las siguientes: ´´Quiero que en esta hoja
dibujes una persona entera, puede ser cualquier clase de persona que quieras dibujar,
siempre que sea una persona completa, y no una caricatura o una figura hecha con
palotes (En niños pequeños la consigna puede variar cambiándose la palabra persona “ por”
hombre, mujer, niño, o niña).
De modo regular su aplicación suele ser individual, con la siguiente cosigna “Quisiera que en esta
hoja dibujes una persona entera. Puede ser cualquier clase de persona que quieras dibujar,
siempre que sea una persona completa y no una caricatura o una hecha con palotes” y
posteriormente se hacen las aclaraciones del caso a las interrogantes que surjan.
De igual modo, ante las preguntas sobre si está bien o no el dibujo se debe de responder con
situaciones neutrales tales como: “como tu desees dibujarlo estará bien”, “termina tu dibujo y va a
quedar bien”, etc.
Los materiales se componen de una Hoja de papel A-4, lápiz nº 2 y borrador. No hay tiempo
límite, se permite borrar, volver a empezar y todo el papel que desee. Se observará y anotará el
comportamiento verbal y no verbal mientras dibuja, y la secuencia en la cuál realiza la figura (si
empieza por lugares distintos de la cabeza-cara, se asocia a relaciones interpersonales pobres).
MÉTODO DE CALIFICACIÓN.
Los ítems esperados incluyen aquellos que están presentes en el 86-100 % de los dibujos en un
determinado nivel de edad y constituyen el mínimo de ítems que se puede esperar encontrar en
los dibujos de los niños de una edad.
En relación a la cuarta categoría o excepcionales incluyen todos los ítems que aparecen en el
15% o menos y se les considera inusuales y se encuentran solo en los dibujos de niños con
una madurez mental superior al promedio.
El sistema de puntuación propuesto por Koppitz para estimar el nivel de funcionamiento mental a
partir del DFH, sólo cuenta los ítems esperados y excepcionales (casillas en blanco). Los ítems
esperados dibujados por el sujeto no se puntúan (0), pero cada omisión de un ítem esperado para
la edad del niño/a, restará un punto (-1). Se da también un punto por cada ítem excepcional
presente en el protocolo del sujeto. Además, se añaden 5 puntos para evitar valores negativos.
(-Om)+ (K)+(Ex)= PT
Puntaje total contrastado con la tabla de normalidad da como resultado el Coeficiente Intelectual.
HOJA DE CALIFICACIÓN DEL DFH DE KOPPITZ
Los ítems esperados y excepcionales pueden utilizarse para estimar el nivel general de madurez
mental de un niño (correlaciona con el WISC entre 0.60 y 0.80, según subtests).
La tabla muestra la traducción de las puntuaciones en los DFH a los distintos niveles de CI (Koppitz,
1967). Puntuación “de corte”: 3 ó 4.
Si el nivel mental en el DFH es inferior al CI medido en otros tests, son niños que rinden por debajo
de su potencial, posiblemente por dificultades de adaptación personal y social. Si es mejor en el
DFH que en tests de CI, puede deberse a dificultades específicas de aprendizaje, carencias
socioculturales o discapacidades físicas.
Cl CLASIFICACIÓN
130 y encima
Muy superior
120---129
Superior
110---119
Arriba del Normal (brillantes)
90---109
Normal
80—89
Abajo del normal (Torpes)
70---79
Limitrofe
69 y hacia abajo Deficiencia Mental
Koppitz (1968), “Los Indicadores Emocionales (IE) son signos clínicos que reflejan actitudes y
características subyacentes de los niños en el momento de realizar sus DFH. Los IE no son
mutuamente excluyentes; varios IE revelan sentimientos y preocupaciones iguales o similares, y
una misma actitud puede ser expresada por diversos IE”.
Koppitz (1976, 1995), define como Indicadores Emocionales aquellos signos objetivos que no
están relacionados con la edad y maduración del niño, sino que reflejan sus ansiedades,
preocupaciones y actitudes. Así mismo señala que un indicador emocional es definido aquí como
un signo en el DFH que puede cumplir tres criterios siguientes:
1. Debe tener validez clínica, es decir, debe poder diferenciar entre los DFH de niños con
problemas emocionales de los que no los tienen.
2. Debe ser inusual y darse con escasa frecuencia en los DFH de los niños normales que no
son pacientes psiquiátricos, es decir, el signo debe estar presente en menos del 16 por
ciento de los niños en un nivel de edad dado.
Para Koppitz “Los Indicadores Emocionales (IE) son signos clínicos que reflejan actitudes y
características subyacentes de los niños en el momento de realizar sus DFH. Los IE revelan
sentimientos y preocupaciones iguales o similares, y una misma actitud puede ser expresada por
diversos IE”. Señala que la presencia de dos o más indicadores emocionales son altamente
sugestivos de problemas emocionales y relaciones personales insatisfactorias.
1. Integración pobre. Una o más partes no unidas o casi no tocan al resto de la figura.
Común en niños pequeños: No es indicador válido antes de los 7 años en varones y de 6 en
niñas. Inestabilidad, impulsividad o dificultades de coordinación, personalidad
pobremente integrada (retraso madurativo, organicidad y/o perturbaciones emocionales)
2. Sombreado de toda o parte de la cara, o “pecas”,”sarampión”... (no se computa
sombreado suave de cara y manos, como color piel) Altamente significativo entre 5 y 12
años. Angustia. Bajo auto concepto.
Sombreado parcial refleja ansiedades específicas sobre las partes y sus funciones (Ej. Boca-
lenguaje…)
3. Sombreado del cuerpo y/o extremidades. Común. Valido a los 8 en niñas y niños 9 años.
Ansiedad por el cuerpo. Áreas de preocupación por alguna actividad real o fantaseada,
pero no es posible diferenciar la causa (brazos: robar, agresividad, masturbación. Piernas:
por el crecimiento físico, la talla, la sexualidad).
4. Sombreado de las manos y/o cuello. No válido antes de los 8 años en varones y de 7 en
niñas. Preocupación por alguna actividad real o fantaseada con las manos. Problemas
emocionales, timidez o agresividad, robo…)
Cuello: esfuerzos por controlar sus impulsos, control precario (mientras no se les expone a
tensión excesiva).
5. Marcada asimetría de las extremidades. Frecuente en pacientes clínicos, niños agresivos,
disfunciones, educación especial…Refleja a la vez sentimientos de falta de equilibrio
emocional, baja coordinación v-m, torpeza o inadecuación física, confusión en la
dominancia lateral.
6. Inclinación de la figura en 15º o más. Sugiere inestabilidad y falta de equilibrio general.
Sentimiento de desequilibrio mental y personalidad lábil, inestable, que al niño le falta una
base firme.
7. Figura pequeña (5 cm. o menos). Extrema inseguridad, retraimiento y depresión. Yo
inhibido, preocupaciones con el ambiente. Retraimiento que le impide funcionar
adecuadamente en casa o en la escuela
8. Figura grande (23 cm. o más). No es significativo hasta los 8 años, en ambos sexos.
Expansividad, inmadurez y controles internos deficientes. Grandiosidad reactiva a
sentimientos de inadecuación. Las figuras grandes y vacías pueden indicar tendencias
psicopáticas u organicidad.
9. Transparencias. Inmadurez (etapa realismo), impulsividad y conducta actuadora. Indica
ansiedad y preocupación por esa parte del cuerpo (= sombreado) y no es normal en edad
escolar (no computar líneas en brazos que atraviesan el cuerpo). Niño que necesita
información y que le tranquilicen (angustia, conflicto o miedo generalmente respecto a lo
sexual, nacimiento, mutilación corporal).
10. cabeza pequeña. (< 1/10 o menos de la figura). Muy significativo. Sentimientos
intensos de inadecuación intelectual.
11. Ojos bizcos o desviados (mirada de reojo no computa). Hostilidad hacia los demás, ira y
rebeldía (no puede ver el mundo como los demás, no quiere o no puede ajustarse a los
modos esperados de comportarse).
12. Uno o más dientes. Por sí mismo no es significativo, aparece en niños bien adaptados
(cierto grado de agresividad es necesario). Más frecuente en niños agresivos. Ningún
tímido-retraído los dibuja.
13. brazos cortos (no llegan a la cintura) Aparece también en niños bien adaptados. Refleja
dificultades para conectarse con el entorno y las personas. Tendencia al retraimiento e
inhibición, demasiado “bien educado”.
14. brazos largos (llegan a las rodillas). Inclusión agresiva en el ambiente, hacia fuera
(opuesto a retraimiento)
15. brazos pegados al cuerpo (sin espacio intermedio) control interno rígido y dificultad de
conectarse con los demás (falta de flexibilidad, relaciones interpersonales pobres).
Defensivo. Por sí mismo no es clínicamente significativo.
16. Manos grandes (igual o mayor que la cara). Asociado con la conducta agresiva y
actuadora. Niños abiertamente agresivos y/o que roban
17. Manos omitidas (brazos sin manos ni dedos. No se computa manos detrás o en
bolsillos). Sentimientos de inadecuación, ansiedad, o culpa por no lograr actuar
correctamente (robar, mal rendimiento, ansiedad de castración)
18. Piernas juntas (sin ningún espacio entre sí. En perfil, solo se ve una pierna) Indica
sobretodo tensión en el niño, e intento rígido de controlar sus propios impulsos sexuales o
temor a sufrir abuso. Evitación del acercamiento al otro sexo.
19. Genitales. Signo de alteración en estas edades (5 a 12). Angustia por el cuerpo y control
pobre de los impulsos.
20. Figura grotesca, ridícula, no humana, monstruo, robot, payaso, vagabundo, figura de
grupos minoritarios o de tiempos prehistóricos (dibujada intencionadamente, no por falta
de habilidad). Sentimientos de intensa inadecuación y muy bajo auto-concepto (desprecio
y hostilidad hacia sí mismo). Se perciben como distintos de los demás, como si no fueran
del todo humanos, extraños, no integrados ni aceptados, de los que los demás se ríen.
21. Varias figuras. Tres o más figuras repetidas o no relacionadas (no se cuenta dibujar niño
y niña, o su familia). Asociado con bajo rendimiento escolar (muy frecuente en niños de
capacidad intelectual limitada provenientes de familia numerosa y desfavorecimiento
cultural). Implica perseveración (inmadurez neurológica o disfunción). Carencia de
sentimiento de identidad, falta de atención individual (“ser uno del montón”) no son
independientes y precisan ayuda individualizada.
22. Nubes, lluvia, nieva, pájaros volando. Niños muy ansiosos y con problemas
psicosomáticos, autoagresividad. Niño que se siente amenazado o presionado desde
arriba, desde el mundo de los padres o adultos.
Los niños pueden expresar sentimientos y actitudes en imágenes y símbolos gráficos mucho antes
de que puedan transmitirlos con palabras. La tarea del psicólogo clínico es averiguar lo que está
tratando de comunicar el niño a través de sus dibujos.
E.M. Koppitz sugiere tres principios para interpretar el significado de las DFH en niños de 5 a 12
años:
1) CÓMO dibuja la figura, refleja el concepto que el niño tiene de sí mismo. (y su actitud
hacia la persona dibujada).
2) A QUIÉN dibuja, es la persona de mayor interés para el niño en ese momento.
Normalmente, él mismo. Los descontentos se retratan con aspecto muy distorsionado
(grotescos, robot, etc), o con imágenes ideales (superhéroes). También dibujan personas
por las que está preocupados o en conflicto, por lo que no siempre refleja la identificación
sexual del niño. Los que dibujan al examinador suelen ser niños muy solos y tristes, que no
se consideran a sí mismos dignos de interés y que no tienen a nadie en casa que les
preocupe o interese (o niños con pensamiento muy concreto y centrado en el presente).
3) QUÉ trata de decir. Puede expresar una combinación de actitudes, conflictos y/o deseos.
La persona dibujada y la manera en que la dibuja, reflejan actitudes del niño (actitud hacia
sí mismo y hacia la persona de mayor importancia en ese momento). Si cuenta una historia
espontánea sobre su DFH, el contenido expresa un deseo (no ocurre esto si el niño sólo
hace una descripción o cuando se le hacen preguntas específicas, por lo que hay que
estimularle con preguntas generales y abiertas: ¿quién es, que está haciendo, qué edad
tiene, qué clase de persona es, qué ocurrirá después…?). No todos los dibujos tienen el
mismo propósito, ni son igual de significativos.
Nº IE Indicadores Emocionales
1 Integración pobre de las partes de
la figura
5 Asimetría grosera de las
extremidades
8 Figura grande
9 Transparencia
30 Omisión del cuello
Nº IE Indicadores Emocionales
6 Figura inclinada
10 Cabeza pequeña
17 Manos seccionadas u omitidas
20 Figura monstruosa o grotesca
27 Omisión de los brazos
28 Omisión de las piernas
29 Omisión de los pies
3. Ansiedad: Tensión o inquietud de la mente con respecto al cuerpo (ansiedad corporal), a
las acciones, al futuro; preocupación, inestabilidad, aflicción; estado prolongado de aprensión.
Nº IE Indicadores Emocionales
2 Sombreado de la cara
Sombreado del cuerpo y / o
3
extremidades
Sombreado de las manos y / o
4
cuello
18 Piernas juntas
Nubes, lluvia, nieve, pájaros
22
volando
23 Omisión de los ojos
Nº IE Indicadores Emocionales
7 Figura pequeña
13 Brazos cortos
15 Brazos pegados al cuerpo
24 Omisión de la nariz
25 Omisión de la boca
29 Omisión de los pies
Nº IE Indicadores Emocionales
11 Ojos bizcos o desviados
12 Dientes
14 Brazos largos
16 Manos grandes
19 Figura desnuda, genitales
6. Robo: Sustracción de los objetos bien como una simbolización o por una conducta
actuadora.
Nº IE Indicadores Emocionales
Sombreado del cuerpo y / o
3
extremidades
Sombreado de las manos y / o
4
cuello
8 Figura grande
9 Transparencia
10 Cabeza pequeña
16 Manos grandes
18 Piernas juntas
26 Omisión del cuerpo
27 Omisión de los brazos
30 Omisión del cuello
Nº IE Indicadores Emocionales
1 Integración pobre de las partes de
la figura
7 Figura pequeña
20 Figura monstruosa o grotesca
21 Dibujo espontáneo de tres o más
figuras
25 Omisión de la boca
26 Omisión del cuerpo
27 Omisión de los brazos
BIBLIOGRAFÍA
1. KOPPITZ, Elizabeth M. “El Dibujo de la Figura humana en los niños”. Ed. Guadalupe,
Buenos Aires 1995
3. LEÓN VASQUEZ, LESTER. Y CASTAÑEDA CHANG, ANA MARÍA. “Indicadores emocionales del
test del dibujo de la figura humana de Koppitz en niños maltratados y no maltratados”. Texto
electrónico.