Anatomia Nariz
Anatomia Nariz
Anatomia Nariz
La aspiración del cirujano rinológico es restaurar las estructuras nasales tan cerca de su
forma y posición normales como sea posible, para hacer esto, debe dominar la
anatomía nasal normal.
La palabra nariz deriva del latín nasus; por lo tanto nasal significa perteneciente a la
nariz. El término griego correspondiente es rhis, rhinós, del que derivan una serie de
términos. Así, el estudio de la nariz y sus trastornos de llama rinología.
PIRÁMIDE NASAL
Elementos óseos: dados por huesos nasales, rama ascendente del maxilar superior y
borde anterior de la apófisis palatina del maxilar.
Su cara externa es convexa y presenta numerosos orificios para vasos y nervios, así
como una escotadura para la rama nasal externa (nasolobar) del nervio etmoidal
anterior. Su cara interna es cóncava formando la porción más anterior y superior del
techo de las fosas nasales y presenta un canal para el nervio nasal interno del etmoidal
anterior. A nivel medial, de arriba hacia abajo se articula con la espina nasal del frontal,
lámina perpendicular del etmoides y cartílago cuadrangular. Su borde lateral es fino y
cortante articulado con la apófisis ascendente del maxilar.
El punto de intersección entre la sutura de los huesos nasales con el borde anterior de
la porción nasal del frontal y la unión de estos entre sí, se denomina nasion.
Al punto de confluencia de los cartílagos laterales superiores con los huesos nasales y
el cartílago septal se le conoce como rhinion, área K o Keystone, ésta representa una
zona de enorme estabilidad y donde podemos modificar el dorso óseo y cartilaginosos
en mayor medida.
El borde inferior puede rebasar caudalmente la crura lateral de los cartílagos alares,
simplemente tocarlo o puede enrollarse sobre si mismo hacia arriba (returninig o
scroll) similando un cartílago sesamoideo.
Con motivo de rebasar por debajo la crura lateral del lateral inferior, el borde inferior
del cartílago lateral superior proyecta un relieve en la cavidad nasal, formando la
válvula nasal y, fruto de estas relaciones se genera un fondo de saco, limitado por el
cartílago lateral inferior ventralmente y el superior caudalmente, denominado Cul-de-
sac de Cottle o receso apical de Koerner. Esta área representa un punto de resistencia
aérea y quirúrgica.
La crura lateral delimita la depresión alar situada por encima del ala nasal, desprovista
de estructuras óseas y cartilaginosas, y donde por tanto, la piel externa se opone
directamente con la del vestíbulo nasal.
Crura medial: laminilla rectangular de 19x6 mm, de menos grosor que el resto,
convexa, orientada de delante hacia atrás. Ambas crura mediales se unen a través de
tejido fibroconectivo conformando la columela o subtabique. Entre éste y el cartílago
cuadrangular del septum existe una zona donde se enfrentan directamente las
mucosas vestibulares conocido como septum membranoso.
Crura intermedia: es la zona de transición entre las cruras lateral y medial y configura,
junto a la proyección del cartílago septal, la punta nasal.
Los cartílagos sesamoideos varían en número y forma, desde diminutos gránulos hasta
laminillas rectangulares horizontales en la zona de transición entre los cartílagos
laterales superiores e inferiores. Se identifican el cartílago sesamoideo cuadrangular y
ala menor que favorecen la inserción del extremo posterior del cartílago lateral inferior
en el maxilar.
Triángulo blando de Converse: limitado entre los bordes inferiores libres de las cruras
de los cartílagos alares, aquí se oponen la piel externa nasal con la del vestíbulo.
Triangulo débil de Converse: son 2 triángulos opuestos que definen una forma
romboidal y es la zona de transición entre los huesos nasales y la punta nasal. Su borde
común es el septo y los laterales la unión de los cartílagos laterales superiores e
inferiores. En este punto el único elemento de soporte es el borde anterosuperior del
cartílago septal.
Triángulo vacio lateral: situado entre la crura lateral cartílago lateral inferior, cartílago
lateral superior y rama ascendente del maxilar. Esta área es sensible a colapso
inspiratorio.
Vascularización:
Linfáticos: Una red superficial recoge la linfa de la piel y la de los músculos, pericondrio
y periostio drena por una red profunda, para drenar en los ganglios submaxilares.
CAVIDAD NASAL
Cavidad anfractuosa que se extiende desde las narinas hasta las coanas, relacionada
cranealmente con el frontal, fosa craneal anterior, esfenoides y fosa craneal media;
caudalmente separada de la cavidad oral por el paladar duro; se comunica
dorsalmente con la rinofaringe; lateralmente se comunica con el exterior por delante,
y, más atrás, órbita, seno maxilar, seno etmoidal, fosa pterigopalatina y pterigoidea. La
cavidad nasal de encuentra dividida en 2 mitades debido al septum nasal definiendo
las FOSAS NASALES, a cada una de las cuales se les describe techo o pared superior,
suelo o pared inferior, pared externa o de los cornetes y pared interna o septal.
Techo de las fosas nasales: está formado de adelante hacia atrás por cartílagos nasales,
huesos nasales dispuestos en un plano oblicuo hacia arriba y hacia atrás, espina nasal
del frontal seguida de la lámina cribosa del etmoides ya en un plano horizontal, la cual,
va estrechándose progresivamente hasta formar el receso esfenoetmoidal que termina
en la cara anterior del cuerpo del esfenoides y en este punto, medialmente al ala del
vómer y lateralmente apófisis esfenoidal del palatino, el techo se horizontaliza de
nuevo siguiendo la cara inferior del cuerpo del esfenoides.
A nivel del receso esfenoetmoidal, a unos 12-14 mm del marco superior de las coanas,
se encuentra el ostium de drenaje del seno esfenoidal.
Suelo de las fosas nasales: más extenso en sentido transversal que el techo, liso,
horizontal de adelante a atrás y cóncavo de lado a lado. Está formado, por delante, por
la apófisis palatina del maxilar y detrás, la lámina horizontal del palatino; entre ellas la
sutura cruciforme.
El borde medial de las apófisis palatinas del maxilar y láminas horizontales del palatino
al articularse con su homónimo forman la cresta nasal sobre la que se articula el
cartílago septal sobre la espina nasal anterior y en el resto el huevo vómer.
Por detrás de la espina nasal anterior e encuentra el conducto palatino anterior por
los que discurren los elementos vasculonerviosos nasopalatinos. En la parte
posterointerna de la lámina horizontal del palatino se encuentran los conductos
palatinos posteriores por los que discurren los elementos vasculonerviosos palatinos
menores.
Pared medial: SEPTUM. Tiene forma cuadrangular y está formado por el cartílago
cuadrangular o cartílago septal, lámina perpendicular del etmoides y vómer.
Lámina perpendicular del etmoides: por su borde superior e articula a la lámina cribosa
del etmoides que se continua endocranealmente al la cresta galli, el borde posterior se
articula a la cresta vertical del esfenoides, en el borde inferior con el vómer y en su
borde anteroinferior con el cartílago septal.
Vómer: fina lámina cuneiforme cuyo límite posteroinferior es el límite medial de las
coanas, borde superior presenta un surco esfenovomeriano medial para la articulación
con el rostrum del esfenoides. El borde anterosuperior presenta un surco para
articularse con el cartílago septal y la lámina perpendicular del etmoides. Su borde
inferior se articula con la cresta nasal del maxilar y palatino.
Pared Lateral: está formada en su porción anterior, por la apófisis frontal o ascendente
del maxilar, hueso lacrimal o unguis, laberinto etmoidal, maxilar y cornete inferior. La
porción posterior la constituyen la lámina perpendicular del palatino y la lámina medial
de la pterigoides del esfenoides. En esta pared 3 conchas óseas se proyectan
medialmente y dividen la fosa nasal en meatos o canales de aire que pasan por debajo
de cada una de estas. Existen numerosas estructuras pertenecientes al laberinto
etmoidal que por su expresión en la pared medial de las fosas nasales, delimitan
espacios relevantes y, por tanto, se describirán.
Para localizar la porción superior del conducto en las fosas nasales, se debe ubicar la
línea maxilar que es el relieve que deja la articulación de la apófisis ascendente del
maxilar con el unguis. Algunas distancias a tomar en cuenta respecto al conducto
nasolacrimal son las que guarda en relación a la bulla etmoidal 10,2 mm; borde libre
de la apófisis unciforme 8,8 mm; inserción anterosuperior del cornete medio 5,4 mm;
ostium del maxilar 5,5 mm.
Cornete Inferior: es una lámina ósea en forma de concha que se une por su borde
superior a la pared lateral de las fosas nasales mediante una apófisis lacrimal o nasal
que se articula con la cresta turbinal inferior de la apófisis ascendente del maxilar, la
apófisis maxilar que sella parcialmente el contorno inferior del seno maxilar, y la
apófisis etmoidal que se articula con la apófisis unciforme.
Masas Laterales del etmoides: formadas un complejo grupo de celdillas conocido como
laberinto etmoidal. De su pared medial se derivan los cornetes medio y superior que
delimitan los meatos correspondientes y, en ocasiones, puede existir un cornete
supremo primero o de Santorini y un cornete supremo segundo o de Zuckerlandl.
En una visión sagital, las masas laterales del etmoides presentan 5 láminas ósea a
modo de tabiques de adelante hacia atrás que se denominan raíces tabicantes o
láminas basales, que se corresponden con la inserción superior de: 1.- apófisis
unciforme 2.- Bulla etmoidal 3.- Porción transversa del cornete medio 4.- Cornete
superior 5.- Cornete supremo si existe.
2.- Concha bullosa bulbosa, si sólo se neumatiza la cabeza que denominan zona
bulbosa.
Bulla etmoidal: se observa como un promontorio del meato medio que es la segunda
lámina basal o raíz tabicante y es la celda más constante del etmoides. Puede estar
adherida al techo etmoidal o dejar un espacio entre ambos conocido como receso
suprabullar. La porción posterior puede estar pegada al cornete medio en su segunda
porción o estar separa delimitando un espacio llamado receso retrobullar, cuya puerta
de entrada se denomina hiato semilunar superior. Si el receso suprabullar y el
suprabullar se comunican se denomina seno etmoidal lateral.
Si seguimos la pared anterior de la bulla hacia arriba se localiza el receso frontal pues
constituye su límite posterior. Si se extirpa la porción más anterior y superior se ubica
la arteria etmoidal anterior.
Apófisis unciforme: lámina ósea en forma de boomerang formada por una porción
vertical o anterosuperior y otra horizontal o posteroinferior, con dos caras, medial y
lateral, un borde anterior de inserción y otro posterior libre. La inserción superior se
divide en 6 tipos:
Celdilla del Ager Nassi de Meyer: es la celda etmoidal más anterior, se describe como
un simple relieve o prominencia localizado por encima del cornete medio y por
delante del cornete superior y apófisis unciforme, justo por delante de la axila del
cornete medio.
Receso frontal: el ostium del frontal drena en una región en forma de embudo
invertido que es lo que se conoce como receso frontal y lo hace en la porción más
superior del meato medio. El límite anterior está formado por la apófisis ascendente
del maxilar, espina nasal superior y según su grado de neumatización, por el agger
nassi. El límite posterior es la lamina basal de la bulla etmoidal y si no existe se
comunica con el espacio suprabular. El límite lateral es la lámina papirácea y el medial
la inserción vertical del cornete medio.
Pared medial del seno maxilar: sin los huesos articulados sería un gran orificio
conocido como hiato de Higmoro, sin embargo que da reducido a un pequeño orificio
detrás de apófisis unciforme. Este orificio se cierra por la articulación de: hueso
lacrimal a nivel anterosuperior, apófisis unciforme anteroinferior, apófisis maxilar del
cornete inferior a nivel inferior, porción vertical del hueso palatino a nivel posterior y
finalmente, masas laterales del etmoides que lo cierran a nivel medial y superior.
Vascularización
Drenaje venoso: red mucosa que sigue tres caminos: anterior, posterior y superior. El
drenaje anterior se dirige a la vena facial, el posterior drena en el plexo pterigoideo y
el posterior sigue a las venas etmoidales anteriores y posteriores para terminar en la
oftálmica.
BIBLIOGRAFIA