SantiagoAlonsoCordero y La Ferreria de San Blas en Sabero

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 4

22/ARGUTORIO nº 15 2º SEMESTRE 2005

SANTIAGO ALONSO CORDERO


Y LA FERRERÍA DE SAN BLAS, EN SABERO

Francisco Quirós Linares

Entre la burguesía ascendente de la primera mitad del “nuestro querido amigo y compañero D.
siglo XIX en Madrid, Santiago Alonso Cordero Santiago Alonso Cordero (...) un suntuoso
(Santiagomillas, 10 de marzo de 1793 – Madrid, 23 de edificio con la crecida fortuna que había
octubre de 1865) fue una de las figuras más destacadas, adquirido, aumentando así la riqueza públi-
pese a lo cual, más allá de algunas narraciones anecdóticas, ca, contribuyendo al ornato de la población,
sabemos muy poco de sus actividades; desconocimiento y fijando su suerte y el porvenir de su fami-
que afecta también a no pocos hombres de negocios del lia, en una finca urbana de esta naturaleza,
siglo XIX. de esta importancia.”

Se viene diciendo que el comienzo de su fortuna se ha- Un edificio con bajos comerciales, cuatro plantas y bu-
lla en la arriería, es decir, en un negocio de transportes de hardillas, que fue el mayor conjunto de alquiler (100 vi-
carácter preindustrial. Pero Alonso Cordero supo adaptar- viendas) de Madrid en su tiempo, expresivo de la profun-
se a las nuevas formas de da transformación urbana
negocio y a las oportuni- abierta por la desamortiza-
dades de la Revolución In- ción de bienes eclesiásti-
dustrial y de la implanta- cos, tras el advenimiento
ción del Estado liberal. del régimen liberal.
Eso es lo que significa, por
ejemplo, su participación Pero entre las activida-
en líneas de diligencias. La des económicas de Corde-
diligencia, pese a ser un ro es probable que no hu-
vehículo de sangre, es un biese ninguna que, por la
producto de la Revolución propia naturaleza de la
Industrial, vinculado a la misma, lo caracterizara
nueva red viaria, y fabri- más netamente como hom-
cado en serie; el taller de bre de empresa que su par-
coches de Recoletos, en ticipación en la " Sociedad
Madrid, por ejemplo, fa- Palentina-Leonesa de Mi-
bricaba a mediados del si- nas", pese a haber acaba-
glo XIX más de 400 co- do en fracaso.
ches al año, utilizando má- El interior de la nave de talleres de la ferrería de San Blas, en agosto de 2004.
quinas de vapor. Las em- La semejanza con la nave de la siderurgia de Alaïs (desde 1926 Alès), en Fran- Sobre esa Sociedad pu-
presas de diligencias son, cia, hace pensar que ésta sirvió de modelo para Sabero, si es que ambas no bliqué en 1971 un artículo
generalmente, empresas fueron proyectadas por el mismo ingeniero. Se trata de una edificación de ex- en Estudios Geográficos
capitalistas, de carácter traordinario interés patrimonial, tanto por sus características arquitectónicas, (revista del Instituto de
como por tratarse, probablemente, del más significativo resto conservado en Geografía del Consejo Su-
societario; en ellas partici- España de los orígenes de la siderurgia contemporánea
pan bastantes de los ma- perior de Investigación
yores hombres de nego- Científicas), recuperando
cios de las décadas de 1830 a 1860, y con ellos Alonso con él la memoria de una empresa industrial que tuvo la
Cordero. singularidad de hallarse entre las más tempranas iniciati-
vas siderúrgicas de España. Con el nombre de “Sociedad
El mismo sentido tiene su participación en la compra Palentina de Minas” se había constituido en 1841 para
de fincas desamortizadas. Sólo conozco un ejemplo de esa explotar minas de hulla en Sabero y fabricar hierro a partir
actividad, pero bien expresivo: la adquisición en 17 millo- de minerales locales. En 1845, siendo insuficiente el capi-
nes de reales del solar del exconvento de San Felipe, con- tal, se convirtió en sociedad anónima, dando entrada a
vertido en el número 1 de la calle Mayor de Madrid, que nuevos partícipes, a la vez que tomaba el nombre de
quedaría dentro de la Puerta del Sol tras la reforma y am- Palentina-Leonesa, en razón del origen de algunos socios.
pliación de ésta, concluida en 1862. En ese solar, dice
Pascual Madoz (Diccionario geográfico, tomo XI, Pág. No conocemos los nombres de todos los accionistas,
263), construyó sino tan sólo los de quienes formaban la “Junta gubernati-
va” de la Sociedad en 1846, la personalidad de algunos de
los cuales nos es por ahora, desconocida. El presidente era
2º SEMESTRE 2005 ARGUTORIO nº 15 /23

Nave de la siderurgia de Alaïs, en FLACHAT, Traité de la fabrication du fer...(1842-1846)

el duque de Castroterreño, nacido en Zamora, que fue vi- Sagra hizo gestiones en Francia y Bélgica y, finalmen-
rrey de Navarra, capitán general y ministro de la Guerra te, el 1 de septiembre de 1845 firmó en París un contrato
en 1835; el vicepresidente, Joaquín de Fagoaga, destaca- con el ingeniero Philippe Paret, quien debería venir acom-
do hombre de negocios, de origen navarro, fue uno de los pañado de dos capataces.
socios de Pascual Madoz en la empresa de “La Ilustra-
ción”, constituida en el mismo año de 1846, con un capital En esos años, la empresa tuvo siempre dificultades para
de 40 millones de reales, la cual parece haber sido el ma- colocar el carbón, cuyos mercados se hallaban inicialmen-
yor ejemplo de penetración capitalista en el campo edito- te en Burgos, Palencia y Valladolid, lugares en los que
rial y de las artes gráficas en la España de ese tiempo; tam- pronto tropezó con la competencia de la hulla de las minas
bién de origen vasconavarro parecen ser otros dos miem- de Orbó, mejor situadas, lo que llevó a la empresa a tratar
bros de la Junta : J. Arguindegui, Estanislao de Goyri y,
acaso, el conde de Torre-Múzquiz. También eran miem-
bros de la Junta Antonio Hompanera de Cos, que fue mi-
nistro de la Gobernación en 1838, y dos ingenieros de
Minas muy destacados: Lorenzo Gómez Pardo y Casiano
de Prado. Tras la reconstitución de la Sociedad la Junta
encargó a este último los estudios geológicos necesarios,
mientras que Gómez Pardo estaba llamado a ser el direc-
tor técnico de la siderurgia, actividad que no llegó a des-
empeñar a causa de su estado de salud (moriría en 1847).

Esa última circunstancia indujo a la Sociedad a encar-


gar a otro de sus miembros, Ramón de la Sagra, que hicie-
ra gestiones en Francia para contratar un ingeniero extran-
jero. Sagra era una destacadísima personalidad de la cul-
tura española, conocido por su Historia física, política y
Máquina en la nave de San Blas, según fotografía publicada por
natural de la Isla de Cuba (14 volúmenes, París 1838- Clemencin y Buitrago en Adelantos de la siderurgia y de los transpor-
1862), por sus estudios de empresas industriales y estable- tes mineros en el Norte de España, Madrid, 1900; véase figura 242
cimientos filantrópicos en los Estados Unidos y en Euro-
pa, y con experiencia empresarial por haber impulsado in- de introducirse en el mercado de Madrid, donde consiguió
genios azucareros en la costa andaluza; le unía, por últi- abastecer a la fundición de Bonaplata, tratando también de
mo, una antigua amistad con Casiano de Prado, basada no extender el consumo doméstico mediante la propaganda y
en el paisanaje (ambos eran gallegos) sino en las ideas li- la difusión de modelos de “cocinas económicas” y horni-
berales, en las que coincidían también con Alonso Corde- llos traídos de París. No obstante, puesto que el transporte
ro. desde Sabero era un grave problema para la expansión del
mercado, aplicar el carbón a la fabricación de hierro me-
diante hornos altos al cok se presentaba como una opción
24/ARGUTORIO nº 15 2º SEMESTRE 2005

Máquina de la forja de Alaïs, según FLACHAT. Obsérvese la similitud con la máquina de Sabero, y el sistema de anclaje

razonable, aprovechando la existencia, también, de mine- cesar, ante la imposibilidad de competir en los mercados
ral de hierro en Sabero. del interior con los carbones de Orbó y de Barruelo, cuyas
minas se hallaban mejor situadas respecto al ferrocarril y
En cualquier caso, el capital de la empresa reconstituida eran explotadas por el “Crédito Mobiliario Español” es-
no resultó suficiente para alcanzar ese objetivo, y eso dio trechamente vinculado a la Compañía del Gas de Madrid
lugar a que Cordero tomase en arriendo la sociedad, en y a “Caminos de Hierro del Norte de España”, empresa de
fecha que no conozco, pero posterior a 1846, mantenien- la que obtuvo tarifas preferenciales.
do el arriendo hasta 1857, y a su impulso parece deberse la
construcción de la ferrería (en realidad siderurgia) llama-
da de San Blas.

Philippe Paret llegó a Sabero el 20 de octubre de 1845 y


presentó después a la Sociedad los planos de las instala-
ciones de la ferrería, que comenzó a construirse por la nave
que hoy se conserva. La maquinaria, encargada en Ingla-
terra, llegó a España por el puerto de Gijón, desde donde
se trasladó a Sabero con bueyes. El primer horno alto en-
tró en funcionamiento en 1847 o, acaso, en los primeros
meses de 1848 por lo que, muy probablemente, con poco
tiempo de diferencia a su favor, se anticipó a los de Trubia
y Mieres, encendidos en el último año citado y general-
mente considerados como los primeros hornos alto al cok
de España. El segundo horno de Sabero se inició en 1851,
pero en 1854 aún no estaba acabado.
Restos del foso y los anclajes de la máquina de San Blas en 2004
San Blas se mantuvo en actividad hasta 1862, año en
que cerró como otras fábricas análogas a consecuencia de
la reforma arancelaria de ese año. Sus mercados estaban
en León, Palencia, Valladolid y Madrid, hacia donde sa- Hacia 1890 las minas que fueron de la Palentina-Leonesa
lían los hierros, desde la construcción del ferrocarril del pasaron a manos de capital vasco, dando origen a la cons-
Norte, por las estaciones de Sahagún y Mansilla de las titución en 1892 de “Hulleras de Sabero S.A” que, a favor
Mulas, hasta las que se transportaba en carros de bueyes, de la construcción del ferrocarril de La Robla a Valmaseda
sin que hasta ellas hubiese carretera desde Sabero. (1894) pudo reanudar la explotación, con destino al mer-
cado siderúrgico de Bilbao.
Apagados definitivamente los hornos, la empresa se li-
mitó a la extracción de carbón, pero incluso ésta tuvo que
2º SEMESTRE 2005 ARGUTORIO nº 15 /25

Pero el interés de las actividades de la Palentina-


Leonesa, a pesar de su fracaso, no es mero pasado históri-
co. En años recientes la Junta de Castilla y León acometió
la tarea de revalorizar los restos arquitectónicos de la fá-
brica de San Blas. El arquitecto encargado del proyecto,
insuficientemente informado acerca de su significado, plan-
teó aprovechar la nave de la ferrería para instalar un mu-
seo regional de la minería del carbón, haciendo caso omi-
so de la singularidad excepcional del pasado siderúrgico
de Sabero.

Ese proyecto, pese a haberse ejecutado algunas obras,


poco afortunadas, acabó naufragando, y la Junta, finalmen-
te, encargó un nuevo proyecto en 2004 al arquitecto José
Ramón Fernández Molina. Casualmente en la primavera
de ese año hice un hallazgo afortunado; un antiguo alum-
no y amigo, Joaquín López, director del Museo del Pueblo
de Asturias, en Gijón, puso en mis manos la segunda edi-
ción (Lieja, 1852) del atlas del Traité de la fondition du
fer... de FLACHAT; yo había examinado superficialmen-
te la primera edición de esa obra, treinta años atrás, en la
biblioteca de la fábrica de artillería de Trubia, pero el te-
nerla en la mesa de mi despacho me permitió verla con
calma, hoja por hoja. Al llegar a las láminas que represen-
taban la fábrica siderúrgica de Alais (hoy Alés), en Fran-
cia, tuve la sorpresa de ver que el alzado de su nave era
igual al de la nave que se conserva en Sabero. Esto signifi-
ca que, o bien Paret había trabajado en Alais y disponía de
sus planos, o bien los tomó de la primera edición de
FLACHAT ( publicada por entregas entre 1842 y 1846)
ampliándolos con el pantógrafo y adaptándolos a Sabero.

De por sí, esto era ya un hallazgo, pues si no aumentaba


Horno alto de Alès, según dibujo de 1851 conservado en la biblioteca
el excepcional interés de los restos de la fábrica de San de la Ecole des Mines, en París, que debió servir también de modelo
Blas, sí venía a vincularlos, de modo sorprendente, con un para Sabero, donde sólo se conserva la base. Imagen disponible en
modelo concreto construido en Francia. Pero, además, Internet
Fernández Molina tuvo la idea de ponerse en contacto con-
migo por si acaso yo podía añadir algo a lo escrito en
1971. De este modo el feliz hallazgo vino a encontrar apli- En fin de cuentas, el interés patrimonial de los restos de
cación inmediata, pues la información aportada por la obra la siderurgia de Sabero se ve ahora multiplicado por el
de FLACHAT pudo aplicarse a la interpretación del edifi- exacto entendimiento de su primitiva funcionalidad. Eso
cio de San Blas y de otros restos,visibles o puestos al des- significa situarse ante algo excepcional, en España y tal
cubierto por la excavación arqueológica. vez en Europa: gracias a su fracaso, han llegado hasta no-
sotros, congelados en el tiempo, los restos de un estableci-
miento siderúrgico de la primera Revolución Industrial, lo
que unido a la recuperación del ferrocarril de La Robla a
Valmaseda aporta a Sabero la posibilidad de transformar
en un valioso activo museístico lo que hasta ahora era pa-
sado yerto. Sin duda Sabero puede convertirse en un lugar
de referencia entre las instalaciones españolas de esta na-
turaleza. Al cabo de 160 años el empeño industrial y fi-
nanciero de Casiano de Prado, Ramón de la Sagra, Alonso
Cordero, y de cuantos se embarcaron en aquella empresa
innovadora, ha dado fruto bajo otro prisma, al convertirse
en un recurso cultural de primer orden gracias al proyecto
en marcha.

* Francisco Quirós Linares es catedrático de Geografía


Otro de los elementos conservados (aunque semiderruído), de la ferre- de la Universidad de Oviedo.
ría de San Blas, reafirma el paralelismo proyectivo con la fábrica de
Alaïs

También podría gustarte