SantiagoAlonsoCordero y La Ferreria de San Blas en Sabero
SantiagoAlonsoCordero y La Ferreria de San Blas en Sabero
SantiagoAlonsoCordero y La Ferreria de San Blas en Sabero
Entre la burguesía ascendente de la primera mitad del “nuestro querido amigo y compañero D.
siglo XIX en Madrid, Santiago Alonso Cordero Santiago Alonso Cordero (...) un suntuoso
(Santiagomillas, 10 de marzo de 1793 – Madrid, 23 de edificio con la crecida fortuna que había
octubre de 1865) fue una de las figuras más destacadas, adquirido, aumentando así la riqueza públi-
pese a lo cual, más allá de algunas narraciones anecdóticas, ca, contribuyendo al ornato de la población,
sabemos muy poco de sus actividades; desconocimiento y fijando su suerte y el porvenir de su fami-
que afecta también a no pocos hombres de negocios del lia, en una finca urbana de esta naturaleza,
siglo XIX. de esta importancia.”
Se viene diciendo que el comienzo de su fortuna se ha- Un edificio con bajos comerciales, cuatro plantas y bu-
lla en la arriería, es decir, en un negocio de transportes de hardillas, que fue el mayor conjunto de alquiler (100 vi-
carácter preindustrial. Pero Alonso Cordero supo adaptar- viendas) de Madrid en su tiempo, expresivo de la profun-
se a las nuevas formas de da transformación urbana
negocio y a las oportuni- abierta por la desamortiza-
dades de la Revolución In- ción de bienes eclesiásti-
dustrial y de la implanta- cos, tras el advenimiento
ción del Estado liberal. del régimen liberal.
Eso es lo que significa, por
ejemplo, su participación Pero entre las activida-
en líneas de diligencias. La des económicas de Corde-
diligencia, pese a ser un ro es probable que no hu-
vehículo de sangre, es un biese ninguna que, por la
producto de la Revolución propia naturaleza de la
Industrial, vinculado a la misma, lo caracterizara
nueva red viaria, y fabri- más netamente como hom-
cado en serie; el taller de bre de empresa que su par-
coches de Recoletos, en ticipación en la " Sociedad
Madrid, por ejemplo, fa- Palentina-Leonesa de Mi-
bricaba a mediados del si- nas", pese a haber acaba-
glo XIX más de 400 co- do en fracaso.
ches al año, utilizando má- El interior de la nave de talleres de la ferrería de San Blas, en agosto de 2004.
quinas de vapor. Las em- La semejanza con la nave de la siderurgia de Alaïs (desde 1926 Alès), en Fran- Sobre esa Sociedad pu-
presas de diligencias son, cia, hace pensar que ésta sirvió de modelo para Sabero, si es que ambas no bliqué en 1971 un artículo
generalmente, empresas fueron proyectadas por el mismo ingeniero. Se trata de una edificación de ex- en Estudios Geográficos
capitalistas, de carácter traordinario interés patrimonial, tanto por sus características arquitectónicas, (revista del Instituto de
como por tratarse, probablemente, del más significativo resto conservado en Geografía del Consejo Su-
societario; en ellas partici- España de los orígenes de la siderurgia contemporánea
pan bastantes de los ma- perior de Investigación
yores hombres de nego- Científicas), recuperando
cios de las décadas de 1830 a 1860, y con ellos Alonso con él la memoria de una empresa industrial que tuvo la
Cordero. singularidad de hallarse entre las más tempranas iniciati-
vas siderúrgicas de España. Con el nombre de “Sociedad
El mismo sentido tiene su participación en la compra Palentina de Minas” se había constituido en 1841 para
de fincas desamortizadas. Sólo conozco un ejemplo de esa explotar minas de hulla en Sabero y fabricar hierro a partir
actividad, pero bien expresivo: la adquisición en 17 millo- de minerales locales. En 1845, siendo insuficiente el capi-
nes de reales del solar del exconvento de San Felipe, con- tal, se convirtió en sociedad anónima, dando entrada a
vertido en el número 1 de la calle Mayor de Madrid, que nuevos partícipes, a la vez que tomaba el nombre de
quedaría dentro de la Puerta del Sol tras la reforma y am- Palentina-Leonesa, en razón del origen de algunos socios.
pliación de ésta, concluida en 1862. En ese solar, dice
Pascual Madoz (Diccionario geográfico, tomo XI, Pág. No conocemos los nombres de todos los accionistas,
263), construyó sino tan sólo los de quienes formaban la “Junta gubernati-
va” de la Sociedad en 1846, la personalidad de algunos de
los cuales nos es por ahora, desconocida. El presidente era
2º SEMESTRE 2005 ARGUTORIO nº 15 /23
el duque de Castroterreño, nacido en Zamora, que fue vi- Sagra hizo gestiones en Francia y Bélgica y, finalmen-
rrey de Navarra, capitán general y ministro de la Guerra te, el 1 de septiembre de 1845 firmó en París un contrato
en 1835; el vicepresidente, Joaquín de Fagoaga, destaca- con el ingeniero Philippe Paret, quien debería venir acom-
do hombre de negocios, de origen navarro, fue uno de los pañado de dos capataces.
socios de Pascual Madoz en la empresa de “La Ilustra-
ción”, constituida en el mismo año de 1846, con un capital En esos años, la empresa tuvo siempre dificultades para
de 40 millones de reales, la cual parece haber sido el ma- colocar el carbón, cuyos mercados se hallaban inicialmen-
yor ejemplo de penetración capitalista en el campo edito- te en Burgos, Palencia y Valladolid, lugares en los que
rial y de las artes gráficas en la España de ese tiempo; tam- pronto tropezó con la competencia de la hulla de las minas
bién de origen vasconavarro parecen ser otros dos miem- de Orbó, mejor situadas, lo que llevó a la empresa a tratar
bros de la Junta : J. Arguindegui, Estanislao de Goyri y,
acaso, el conde de Torre-Múzquiz. También eran miem-
bros de la Junta Antonio Hompanera de Cos, que fue mi-
nistro de la Gobernación en 1838, y dos ingenieros de
Minas muy destacados: Lorenzo Gómez Pardo y Casiano
de Prado. Tras la reconstitución de la Sociedad la Junta
encargó a este último los estudios geológicos necesarios,
mientras que Gómez Pardo estaba llamado a ser el direc-
tor técnico de la siderurgia, actividad que no llegó a des-
empeñar a causa de su estado de salud (moriría en 1847).
Máquina de la forja de Alaïs, según FLACHAT. Obsérvese la similitud con la máquina de Sabero, y el sistema de anclaje
razonable, aprovechando la existencia, también, de mine- cesar, ante la imposibilidad de competir en los mercados
ral de hierro en Sabero. del interior con los carbones de Orbó y de Barruelo, cuyas
minas se hallaban mejor situadas respecto al ferrocarril y
En cualquier caso, el capital de la empresa reconstituida eran explotadas por el “Crédito Mobiliario Español” es-
no resultó suficiente para alcanzar ese objetivo, y eso dio trechamente vinculado a la Compañía del Gas de Madrid
lugar a que Cordero tomase en arriendo la sociedad, en y a “Caminos de Hierro del Norte de España”, empresa de
fecha que no conozco, pero posterior a 1846, mantenien- la que obtuvo tarifas preferenciales.
do el arriendo hasta 1857, y a su impulso parece deberse la
construcción de la ferrería (en realidad siderurgia) llama-
da de San Blas.