Anti Hipertensivos
Anti Hipertensivos
Anti Hipertensivos
p
p
p
p
Minoxidilo Algunos (nitroprusiato) La hidrazalina tiene una buena reputación como tercer
también dilatan las fármaco en hipertensión (usar si es insuficiente la
Diazóxido venas, la mayoría no lo asociación diurético más beta-bloqueante). La dosis
hacen. diaria debe mantenerse por debajo de los 200 mg para
Nitroprusiato minimizar el riesgo de un síndrome semejante al lupus
eritematoso.
sódico
El minoxidilo tiene algunos efectos secundarios
importantes (entre ellos hipertricosis), pero es eficaz en
muchos casos refractarios a otro tratamiento. Debe
tenerse en cuenta como medicamento de último recurso.
c
Se han hecho estudios muy extensos sobre el posible beneficio de tratar la hipertensión. Se acepta que en la práctica el
tratamiento de la hipertensión reduce en un 40% la incidencia de episodios vasculares cerebrales (lo que se corresponde con las
observaciones epidemiológicas), y reduce en el 16% la patología coronaria.
Esto muestra claramente la conveniencia de tratar la hipertensión, pero los resultados relativamente pobres en prevención de
enfermedades coronarias y la introducción de nuevos fármacos han dado motivo a la reconsideración de las estrategias de
tratamiento.
El concepto de ³tratamiento escalonado´ ha evolucionado a un sistema más flexible basado en las premisas siguientes:
ð Mayor importancia de los tratamientos no farmacológicos (ejercicio, corrección de la obesidad, restricción de sal) antes de
comenzar el tratamiento farmacológico.
ð Selección del primer tratamiento entre un número mayor de clases farmacológicas. La selección es más individualizada. Hay
menos tendencia a forzar la dosis: si un fármaco no resulta eficaz se cambia a otro o se añade un segundo medicamento.
ð En hipertensos leves, se plantea la posibilidad de suspender el tratamiento farmacológico al cabo de unos años,manteniendo o
incrementando las medidas no farmacológicas.
La idea general es que el tratamiento debe instaurarse cuando la media de las presiones diastólicas durante tres o cuatro meses
sea igual o superior a 100 mm Hg. Si la media está entre 90 y 99 mm Hg debe considerarse el tratamiento si hay evidencia de
lesión (hipertrofia ventricular, insuficiencia renal, etc) o factores adiciones de riesgo (diabetes, historia familiar de enfermedad
cardiovascular).
Una vez tomada la decisión de tratar, la meta debe ser una tensión diastólica inferior a 90 mm Hg, y si esto no es factible, la
mínima tensión compatible con que el paciente tolere el régimen terapéutico y siempre inferior a 100 mm Hg.
La tabla II contiene recomendaciones para el tratamiento escalonado de la hipertensión, omitiendo la primera etapa no
farmacológica. La tabla III recoge recomendaciones de tratamiento en casos concretos.
c
c
c
î
Para el tratamiento inicial se consideran adecuados cinco tipos de medicamentos:
diuréticos, alfabloqueantes, betabloqueantes, inhibidores de ECA y antagonistas del
Un solo fármaco calcio.
Lo más usual y más lógico es seleccionar el segundo fármaco entre las clases
farmacológicas reseñadas en el 1º escalón. La asociación clásica es diurético +
betabloqueantes, pero acumula las acciones de los dos componentes sobre la glucemia y
la relación VDL/LDL, y existe cierto recelo hacia ella por este motivo. Es frecuente
ahora la asociación diurético + inhibidor de la ECA, pero la mayoría de las
Asociación de
combinaciones de los grupos farmacológicos citados en el epígrafe anterior son eficaces
dos fármacos
y válidos. Fuera de estos grupos, sigue teniendo cierta utilidad la combinación diurético +
rawolfia, mientras que van cayendo en desuso las asociaciones de diuréticos o
betabloqueantes con hipotensores centrales (clonidina, metildopa).
Una vez más lo razonable es seleccionar el tercer fármaco entre los grupos de elección
para el 1º escalón, pero también es tradicional introducir aquí la hidralazina. Se usan por
Asociación de ejemplo combinaciones diurético + betabloqueantes + alfabloqueante (que a veces puede
tres fármacos sustituirse con éxito por diurético + labetalol).
Puede ensayarse sustituir uno de los fármacos de la terapia triple por minoxidilo.
|lgunos autores han atribuido el bajo índice de protección frente a episodios coronarios al hecho de que ciertos medicamentos
antihipertensivos tienen efectos metabólicos, que constituyen factores de riesgo coronario y que contrarrestan, parcialmente, el
efecto beneficioso de bajar la tensión. Estos efectos se conocen desde hace tiempo, y habían sido motivo de una polémica en
términos teóricos que no ha sido resuelta por los datos de los estudios clínicos. Por el contrario, los análisis de datos mencionados
en el apartado anterior han contribuído a mantenerla viva, y han extendido la preocupación sobre este asunto hasta el punto de
que es raro hoy encontrar una revisión de medicamentos antihipertensivos donde no se detallen los efectos metabólicos de cada
grupo de fármacos.
?
:
ð Los diuréticos, con la posible excepción de la J J. |umentan el colesterol y LDL sin variar apenas las HDL.
ð Los betabloqueantes (salvo el J ). Disminuyen las HDL sin modificar LDL o el colesteros total. En efecto es tanto mayor
cuanto menos es la actividad del medicamento.
?
Los diuréticos tiazídicos ocasionan intolerancia a la glucosa y aumento de la resistencia a la insulina. Los mismo ocurre conlos
betabloqueantes, sin que haya datos suficientes para establecer diferencia entre los fármacos del grupo.
Los J JJ J J , los JJ ni la mayoría de los antihipertensivos considerados
de segunda elección.
La impresión inicial fue que las modificaciones eran ligeras y transitorias, pero poco a poco ha ido ganando terreno la idea de que
los efectos siguen siendo evidentes tras varios años de tratamiento, y posiblemente permanecen mientras se mantenga la terapia,
aunque revierten con rapidez al suspenderla.
En cuanto a su importancia, ya hemos dicho que la relativa falta de eficacia de los antihipertensivos para prevenir las
enfermedades coronarias, ha sido interpretada como una prueba de que las acciones metabólicas tienensuficiente entidad para
contrarrestar, parcialmente, el efecto beneficioso de bajar la tensión. Esta es sólo una de varias posibles explicaciones del
fenómeno. Por otra parte existe cierta resistencia a abandonar medicamentos de efectos bien conocidos por otros cuyos efectos a
largo plazo no se conocen aún. Por lo tanto sigue abierta una cuestión que, de no afectar a diuréticos y beta-bloqueantes,
posiblemente se habría resuelto ya con la recomendación de no usar los medicamentos cuestionados.
Tal y como están las cosas en estos momentos, parece aconsejable en principio evitar los diuréticos y betabloqueantes en
los JJ , usando preferentemente inhibidores de la E |. Por otra parte, en comparación con otros tratamientos activos, los
riesgos relativos de eventos cardiovasculares o muerte asociados con el uso de JJ es de 2 a 7 entre los
pacientes hipertensos con diabetes. Se ha sugerido la existencia de cambios en la composición de las membranas celulares en
los pacientes diabéticos que conducen a un incremento de la ligazón de los fármacos lipofílicos (como la mayoría de los
antagonistas del calcio), haciendo a estos pacientes más vulnerables a los efectos adversos de altas dosis de antagonistas del
calcio.
En JJJ es prudente seleccionar entre IE | y antagonistas de a, pero la prudencia no debe llegar hasta el punto de
renunciar a los diuréticos o betabloqueantes si ello va a suponer un tratamiento subóptimo de la hipertensión o si están indicados
por otra causa.
J JJJ J J
J JJ J JJ J
J JJ
J JJJ J JJ
cc
c
cc
$ '$
!"# $ $%!& "( !"# $
&"
"
El propranolol y el
nadolol han sido
utilizados en el
tratamiento de la
taquicardia
supraventricular
paroxística, aunque no
son de primera elección.
El propranolol también se
usa en casos de
fibrilación auricular,
especialmente en jóvenes
|
* * * * * o en cuadros sin
insuficiencia congestiva.
El sotalol es efectivo en
algunos casos de
taquicardia ventricular.
En general, los
betabloqueantes están
contraindicados en
cuadros arrítmicos que
lleven asociados una
disfunción de los nodos
sinusal o
aurículoventricular, o una
prolongación del
segmento QT del
electrocardiograma. Sólo
algunos antagonistas del
calcio (verapamilo, etc)
están indicados en
cuadros de arritmia.
Preferentemente IECA
por la acción en
nefropatía diabética. Los
alfabloqueantes mejoran
el control de la glucemia,
justo lo contrario que los
betabloqueantes. Los
* * * * * diuréticos tiazídicos
tienden a empeorar la
hiperglucemia. Los
antagonistas del calcio
tienden a incrementar los
riesgos cardiovasculares
en los pacientes
diabéticos.
Los alfabloqueantes
mejoran la relación
VDL/LDL, en tanto que
los betabloqueantes y
V)")* * * * * * diuréticos la empeoran
(reducen VDL, sin afectar
a LDL). Algo similar
ocurre con los diuréticos
tiazídicos.
Los IECA y los diuréticos
(preferiblemente de alto
techo) ayudan a controlan
la ICC. Los
betabloqueantes están
generalmente
contraindicados, por sus
acciones inotropa y
cronotropa negativas. Sin
embargo, si se
$($
administran con
&+
* * * * * precaución (dosis de
$',
prueba, aumento muy
- .
progresivo de dosis)
pueden ser usados con
cierta seguridad. El
fármaco mejor estudiado
es el carvedilol, que une a
la acción betabloqueante
otras varias, incluyendo
el bloqueo de receptores
La meta del tratamiento es bajar rápidamente la tensión, pero procurando al mismo tiempo que la perfusión cerebral, renal, etc., no
se reduzca hasta límites peligrosos. Por esta razón se suelen usar medicamentos IV cuya acción comience lo antes posible y
desaparezca rápidamente al suspenderlo.
c
c
Se suelen usar medicamentos por vía oral. Los tratamientos por vía sublingual están a medio camino entre las emergencias y las
urgencias hipertensivas. El más recomendable tal vez sea 25 mg de J . La reducción de la presión es intensa, comienza a
los tres o cinco minutos y dura varias horas. Los efectos adversos son relativamente escasos.
La cápsula de 10 mg de JJJ perforada o masticada está actualmente en entredicho por considerarse que la absorción
sublingual es pobre y que en cualquier caso se producen demasiados accidentes por el brusco descenso tensional.
La experiencia ha demostrado que estos tratamientos resuelven muchas emergencias, sobre todo cuando el cuadro no es
excesivamente grave o no es posible el cuidado intensivo del paciente.
c
c
p
p
p p
-,+ "..
10 mg Uno de los tratamientos más utilizados.
5-15 Usualmente eficaz pero las prevenciones
3-5 horas
Repetir a los 30 minutos si es min. respecto a la utilización sublingual
preciso terminarán afectando a la vía oral.
p
25 mg.
El efecto puede ser excesiva en ocasiones
15 min. 4-6 horas (especialmente en pacientes hipovolémicos).
Repetir cada 30 minutos si es
También usado vía sublingual.
necesario
0,2 mg, seguido de
Es raro que cause hipotensión excesiva, pero
0,1 mg cada hora hasta un total de 0,5-2 h. 6-8 horas
es frecuente la sedación.
0,8 mg.
0
2,5 a 10 mg (cada Acción muy sostenida, pero es frecuente la
0,5-1 h. 12-16 horas
4-6 horas si es necesario) taquicardia refleja y la retención hidrosalina.