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31-48
Trauma y re-significación
sadomasoquista de la jerarquía
amo-esclavo en Fe en disfraz, de
Mayra Santos-Febres*
Lise Sauriol1
Universidad de Montreal (Canadá)
Resumen Abstract
31
VISITAS AL PATIO No. 9 - 2015
Contempló por horas las amplias faldas del traje […] descubrió
que el traje se sostenía por un complicado arnés de varilla y
cuero. Las varillas estaban expuestas, su alambre corroído
levantaba crestas de herrumbre filosa. Por ellas, también,
Fe pasó sus manos. Las cortó el arnés. Corrió la sangre entre
las palmas, por los dedos. El cuero frío se bebió el líquido
rojo, gota a gota, y se tensó, como si recobrara una esencia
primigenia que hacía tiempo echaba de menos (25).
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VISITAS AL PATIO No. 9 - 2015
Más allá del valor “profesional” que reviste para ella, el traje
despierta en su cuerpo unas ansias íntimas que ya habían aflorado
en la violencia de su primera experiencia sexual. Para celebrar sus
quince años y su salida del internado, donde había sido matriculada
para escapar al destino que tocaba a todas las mujeres de la familia
embarazadas prematuramente a los catorce años, su abuela le
organizó una gran fiesta. Le hizo cortar un traje nuevo, y le escogió
como pareja a Aníbal Andrés, un joven “blanco como la nieve”, muy
cortés, que quería ser “ingeniero petrolero”, y que, según confiaba
ella, iba “a llegar lejos” (89-90). Aquella noche, la abuela “bajó la
guardia” y permitió que los dos jóvenes salieran solos de paseo.
Abusada por el joven, Fe sentirá por primera vez el placer que, según
afirma Santos-Febres, no nace “por condición natural” sino por
“condición creada”, una manifestación del eros particular al Caribe
cuyo origen la escritora sitúa en el pasado esclavista (Santos-Febres,
2005: 86). Fe recuerda:
A cada herida que le inflige el arnés, Fe recuerda, eso es, siente y vive
en carne propia las vejaciones sufridas por sus antepasadas. Literal
y metafóricamente, el arnés del traje graba su cuerpo inscribiéndole
en la piel esas historias de sexualidad obligada que presuponía la
relación amo/esclavo y las reintroduce en el presente de un ritual
sadomasoquista.
(100-01).
Como lo afirma Butler (2004b), “por muy fuerte que sea la oposición
al discurso de odio, hacerlo re-circular, reproduce inevitablemente
el trauma” (72). La repetición es “inevitable”, pero la atenuación
de los efectos del trauma pasa por esa necesaria re-significación:
una repetición desviada y paródica de la subordinación originaria
que no ofrece ninguna seguridad de éxito pero que queda abierta
al futuro (74). El proceso de re-significación del sujeto negro en
el que se inscribe Fe en disfraz va en el mismo sentido. Como en
otras narrativas históricas recientes, Santos-Febres presenta el
pasado como algo conectado con un presente inacabado en el que
lo que aparecía enquistado, “bloqueado en la memoria y la historia”
(Pons, 1999: 161), incluyendo el trauma, se proyecta como algo
transformable. Una tesis filosófica pero igualmente muy política.
Bibliografía
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